QUE EL IDIOMA CAMINE HACIA EL
FUTURO, ACTUALIZADO Y CORRECTO
1.
El
lenguaje oficial:
La mayoría de los
colombianos leímos esto en un documento oficial fallido por no tener en cuenta
las reflexiones de los demás:
“…Derechos Humanos de todos
y todas, incluyendo a las mujeres, los niños y las niñas, los adolescentes, los
jóvenes y los adultos mayores, los discapacitados, los indígenas, las
comunidades, las poblaciones afrocolombianas, negras, palanqueras y raizales,
la población LGBTI, los defensores y las defensoras de los D.H., los
sindicalistas, periodistas, los agricultores y las agricultoras, los ganaderos
y las ganaderas, los empresarios y las empresarias, los otros y las otras…”.
Es un lenguaje desastroso
por minucioso, repetitivo, insistente, machacón, reiterativo, duplicador,
superfluo, inconexo, farragoso, confuso. Un lenguaje que, por estar repleto de
basura, se volvió vacío de importancia, muy monótono y de aburridora lectura…
Y ese es el lenguaje que
pretenden imponer los estratos oficiales; todos los innovadores luchan por la
“equidad de género” y su muy exclusivo “idioma”.
2. Lenguaje sexista.
Se incurre en lenguaje
sexista cuando se emiten mensajes que, por su forma —es decir, las
palabras escogidas o el modo de estructurarlas— resultan discriminatorios por
razón de sexo.
El idioma español no es sexista; sí lo es, en algunos casos, el uso que de él se hace
Las palabras género y sexo no son sinónimos.
a) El género es:
En sentido general: conjunto de seres u objetos con rasgos comunes. Es
sinónimo de clase o tipo.
En gramática es una propiedad gramatical que divide los sustantivos y algunos pronombres españoles en masculinos y femeninos.
b)
Género no es igual a sexo:
“El
género es una propiedad de los nombres y de los pronombres, que tiene carácter
inherente y produce efectos en la concordancia con los determinantes, con los
adjetivos… y que no siempre está relacionada con el sexo biológico”.
“Las
personas no tenemos género. Tenemos sexo”.
“De
ahí que la expresión ´violencia de género´ sea incorrecta, porque la violencia
la cometen las personas, no las palabras. En nuestra lengua se debe decir
´violencia sexual´ o ´violencia
doméstica”.
c) El sexo es:
Una condición biológica de los seres vivos.
Por lo tanto, según la norma, no es correcto decir:
¿Es posible el matrimonio entre personas del mismo género?
Lo correcto: ¿Es posible el matrimonio entre personas del mismo sexo?
Mesa es un sustantivo de género femenino.
El libro La isla del tesoro pertenece al género de aventuras.
d) “Violencia de género”
“Esta expresión se puso en boga a raíz de la aprobación en España de
la Ley de Medidas de Protección
Integral contra la Violencia de Género, que en la legislación anterior se contemplaba como Violencia
doméstica”.
“Hay que aclarar, sin embargo, que en el nombre de los organismos
especializados creados por esta ley se emplea el término violencia
sobre la mujer. Son, por tanto, Juzgados de Violencia sobre la Mujer, y no Juzgados de
Violencia de Género”.
A pesar de lo extendido de su uso, para las expresiones discriminación
de género y violencia de género la Real Academia Española recomienda otras alternativas como:
Discriminación o violencia por razón de sexo.
Discriminación o violencia contra las mujeres.
Violencia doméstica. Violencia de pareja.
e) Profesiones
“Tradicionalmente existen una serie de profesiones históricamente
asociadas a la mujer: secretaria, enfermera, maestra,
etc.; y las de más prestigio, generalmente han sido desempeñadas por
hombres: abogado, ingeniero, etc.
Esta antigua tradición ha provocado una cierta resistencia al empleo de
vocablos femeninos sin ningún tipo de base lingüística. Todavía hay quienes
protestan, alegando melindres gramaticales, por el empleo de la palabra
presidenta y otras más….
Debe tenerse en cuenta que muchas formas han sufrido un desplazamiento
en su significado y otras que, por sus características son válidas para ambos
sexos. Hoy es correcto decir: abogada, ingeniera, arquitecta, y también:
enfermero, maestro, secretario. El árbitro, la árbitra.
No deben dolernos los cambios de los tiempos y con ellos el
correspondiente nuevo vocabulario. El idioma es un ser vivo y por tanto: crece,
cambia, decrece, se renueva….
f) Los genéricos
Por razones de economía lingüística el español considera el masculino como género no marcado, es
decir, sirve para abarcar ambos sexos,
por lo tanto cuando decimos:
Todos los hombres son mortales.
Los derechos del niño deben ser protegidos.
No estamos desconociendo que la mujer también es mortal, ni se excluye a
las niñas del derecho a la protección. Se está haciendo un uso no restrictivo
de los vocablos: hombres; niño, que incluyen al
común de los mortales.
Actualmente, esta característica gramatical correcta, da pie a muchas
personas para asegurar que se Invisibiliza a las mujeres.
g) @, ¿un signo lingüístico?
En lugar de usar: alumnos y alumnas; alumnos/as, hay
personas que acuden a la invención de: alumn@s —la forma
con arroba se considera incorrecta, ya que la arroba NO es un signo lingüístico—, es preferible usar: alumnado (aunque este es un colectivo, y no el plural de alumnos y alumnas, por lo que no siempre
es una sustitución válida); o también: estudiantes que no
presenta variación de género.
h) Redundancia
Tampoco se acepta la utilización redundante
del masculino o el femenino: ´la mayor parte de los ciudadanos y de las
ciudadanas´, es un circunloquio innecesario y dañino para la armonía del
lenguaje.
“El
criterio básico de cualquier lengua es ´economía y simplificación´. Obtener la
mínima comunicación con el menor esfuerzo posible, no diciendo en seis palabras
lo que puede resumirse en dos”.
A lo
largo de los últimos años, destacados miembros de la RAE han venido rebatiendo
la actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma
masculina y femenina: los papás y las
mamás; los maestros y las maestras; los otros y las otras…
i)
Conceptos:
La RAE
Una
comisión se dirigió a la RAE solicitando un informe sobre la corrección del
desdoblamiento, como: ´diputados y
diputadas´; ´padres y madres´; ´niños y niñas´, etc.
La
RAE respondió puntualizando que “tales piruetas lingüísticas son innecesarias”.
“El
empleo de circunloquios y sustituciones inadecuados como: ´diputados y
diputadas electos y electas´ en vez de: ´diputados electos´; o, ´senadores y senadoras’,
‘resultan formas empobrecedoras,
artificiosas y ridículas”.
El académico Francisco Rodríguez
Adrados:
“Junto
al machismo, que subordina todo al ser macho, han creado el hembrismo, y han
olvidado lo importante, lo central: el ser hombre, en sus dos vertientes”.
“El
mundo se reduce a sexo: ese es el lema de esta moderna herejía. Ahora
comprenderán su reflejo lingüístico”.
“Primero,
confunden género y sexo: una silla es femenino, pero no hembra; un sillón es
masculino, pero no macho…”
“El
género común es útil, evita pérdidas de tiempo y sintetiza abarcando ambos
géneros y ambos sexos…”
“Decir
con Quintiliano: al niño se le debe máxima reverencia, evidentemente se refiere
a niños y niñas”
El académico Gregorio Salvador:
“Me
refiero a la estúpida incorrección lingüística de decir: ‘todos y todas´, ´los
compañeros y las compañeras´…. Basta con decir ´todos´; ´compañeros´ “.
El lingüista Francisco Rodríguez:
”
Estudien gramática, señores y señoras”.
“Sustituir
la expresión: ´los funcionarios´, por: ´los funcionarios y las funcionarias´,
es tonto e inútil, destroza la economía del lenguaje. Es grotesco”.
3. Cómo
evitar el molesto desdoblamiento:
a. Emplear colectivos: "la
ciudadanía", por los ciudadanos; el alumbrado, la niñez, el discipulado,
etc.
b. Usar sustantivos como:
persona, víctima, clientela.
c. Sustantivos abstractos como:
dirección, presidencia, alcaldía, secretaría, etc.
d. Usar la paráfrasis, es decir:
el ser humano, por: el hombre; el personal administrativo, por: los
administrativos; la clase trabajadora, por: los trabajadores, etc.
4.
Los
nombres de países
Pueden usarse opcionalmente precedidos de
artículo: (el) Canadá, (los) Estados Unidos, (la) India, (el) Líbano,
(el) Perú, etc. En estos, el artículo no forma parte del nombre
propio, por lo que se escribe con minúscula, y puede unirse con las
preposiciones A, DE, dando lugar a las
contracciones: AL, DEL. ejemplos: Nunca he estado en la India -
Nunca he estado en India.
Viajó al Canadá - Viajó
a Canadá. Vengo del Perú - Vengo de Perú.
Otros topónimos o
nombres, en cambio, no admiten su uso con artículo, como: Iremos a
Chile, Han vuelto de Egipto, No conozco a Panamá.
Existen,
además, algunos topónimos en los que el artículo es parte del nombre propio. En
esos casos, el artículo se escribe con mayúscula inicial y no se une en la escritura
con las preposiciones: a, de; ejemplos: Lo conocí en La Habana.
Volverá
a El Cairo el mes que viene.
Vengo de El Salvador.
5.Dice la Academia:
a) Mezzosoprano
El italianismo mezzosoprano se
escribe en minúscula, en
cursiva y en una sola palabra.
Ejemplos incorrectos: “La mezzo-soprano Paula Murrihy es su
intérprete en el primer reparto”. “Se contará con la presencia de la
Mezzo-Soprano…”. “Ella ha seguido cursos con la mezzo soprano Sophie Roland”.
Debió escribirse: “La mezzosoprano
Paula Murrihy es su intérprete en el primer reparto”. “Se contará
con la presencia de la mezzosoprano…”.
“Ella ha seguido cursos con la mezzo Sophie
Roland”.
Según el Diccionario de la lengua
española, el término mezzosoprano hace referencia
tanto a la ‘voz intermedia, en su registro, entre la de soprano y la de
contralto’, como a la ‘persona que tiene este tono vocal’.
Al tratarse de un extranjerismo
que no se ha adaptado a la lengua española, su grafía
correcta es mezzosoprano, en cursiva, sin guion ni espacios intermedios y en minúscula,
puesto que es un nombre común.
El vocablo “mezzo” es una alternativa igualmente válida con este mismo
significado.
b) Cónsul, consulesa
Las
expresiones: la cónsul, la consulesa son
femeninos válidos para
referirse a las mujeres que ocupan ese cargo diplomático.
En los medios de comunicación es
frecuente encontrar frases como “La cónsul de Cuba destaca las grandes oportunidades
de inversión en la isla”. “La consulesa paraguaya en Madrid, confirmó que el
supuesto asesino quedó detenido”.
El Diccionario académico incluye
la forma consulesa
como femenino de cónsul. Aunque señala que sigue empleándose
más como palabra común en cuanto al género (el cónsul - la cónsul),
tal y como aparecía en ediciones anteriores; pero no hay razón para
evitar la forma femenina consulesa.
Por todo ello, los dos ejemplos
iniciales pueden considerarse correctos.
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