domingo, 31 de julio de 2022

UNA REFLEXIÓN COMO REGALO....

 

Te estás volviendo….


Te estás volviendo viejo me dijeron, te estás volviendo solitario y amargado. No respondí.
No me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo SABIO.
He dejado de ser lo que a otros agrada, para convertirme en lo que a mí me agrada ser; he dejado de buscar la aceptación
de los demás para aceptarme a mí mismo.
No, no me estoy volviendo viejo.
Me estoy volviendo selectivo de lugares, costumbres y personas.
He dejado ir los apegos, los dolores innecesarios, las personas tóxicas, las almas enfermas y los corazones podridos. No por amargura, simplemente por salud. Dejé de vivir historias, ahora llevo imágenes que embellecen mi corazón .
No, no me estoy volviendo viejo. Llevo en el alma solidaridad, empatía,  y en el corazón la inocencia de quien a diario se descubre.
Llevo en mis manos la ternura de un capullo que al abrirse expande sus alas a otros sitios inalcanzables para aquellos que solo buscan la frivolidad de lo material.
Llevo en mi rostro la sonrisa, que se escapa traviesa al observar la simplicidad de la naturaleza con sus seres sintientes.
No, no me estoy volviendo viejo. Me estoy volviendo selectivo.
Me estoy volviendo más prudente, he dejado los arrebatos que nada enseñan, estoy aprendiendo a cultivar mi alma forjando mi destino.
No es por vejez por lo que camino lento, es para observar
la torpeza de los que andan  aprisa y tropiezan en el descontento.
No es por vejez por lo que a veces guardo silencio, simplemente es porque no a toda palabra hay que hacerle eco.
No, no me estoy volviendo viejo, simplemente estoy comenzando a vivir la vida .

Autor: Marisol López Parra

 

(El anterior texto es un hermoso regalo que me hizo mi nieta Sara Osorio Chaves)

sábado, 23 de julio de 2022

24 DE JULIO DE 1935 - 24 DE JULIO DE 2022

 

NOTA:

Con motivo de un nuevo cumpleaños de una excelente institución educativa, hago la transcripción de un texto publicado hace algunos años.

24 de julio de 1935    24 de julio de 2022

87 años continuos de servicio a la educación.

 

……………..

 


·       El Mundo

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From “Feminine Central Institute” to “Formative Center of Antioquia”


De “Instituto Central Femenino” a “Centro Formativo de Antioquia”


Autor: Lucila González de Chaves


7 de mayo de 2015


"Solamente lo que es fecundo es verdadero”, dijo con brillantez el sabio escritor alemán Juan W. Goethe, y el Centro Formativo de Antioquia, Cefa, que está celebrando un aniversario más de servicio constante a la juventud femenina, demuestra que es verdad una vez más, la sentencia del pensador de Fráncfort del Maine. 

Escuadrones interminables de mujeres forman su valiosa reserva: médicas eminentes, educadoras abnegadas y sabias, madres conscientes de su responsabilidad, religiosas consagradas, profesionales en Derecho, en política, en administración, en el campo de las letras y las artes, en ciencias, en investigación... 

En el año 1935, un hombre joven iluminado por lumbres de inteligencia y fulgores de ensueño, signado por la clara y definida visión de lo que la mujer sería en el futuro de Colombia, el doctor Joaquín Vallejo Arbeláez, alzó su voz ante la Asamblea Departamental de Antioquia para, por medio de la Ordenanza Nº 37 del 24 de julio de 1935, diseñar la creación de un plantel para la educación de la mujer en el campo del bachillerato y poder, así, ingresar a las universidades.

Ordenanza 37 de 1935

 

“Artículo 18: Créase en la capital del Departamento un Colegio Femenino de Segunda Enseñanza compuesto de los que actualmente se denominan Escuela Normal de Institutoras y Colegio Central de Señoritas y que se denominará Instituto Central Femenino”.

Parágrafo 1º. La enseñanza dada en el mencionado Instituto se ceñirá al pensum aprobado por el Ministerio de Educación Nacional para el bachillerato en las universidades oficiales. Se conservarán además los cursos especiales que actualmente tiene el Colegio Central y también la Sección Normalista”.

Dicha Ordenanza proyectaba las siguientes secciones: Bachillerato, Normal, Contabilidad General, Secretariado de Oficina y Correspondencia, Corte y Confección, Modelado, Industrias Domésticas, Administración de Hoteles, cursos de Decoración de Interiores y cursos de Enfermería.

Empezó a funcionar el primero de febrero de 1936. Las primeras alumnas fueron 320, bajo la dirección de la señorita Lola González Mesa, por unos meses, quien fue su primera rectora y a quien sucedió Alicia Barreneche por el resto del año 1936.


La directora Séculi Bastidas


En el transcurso de 1936, el doctor Joaquín Vallejo Arbeláez dejó la Secretaría de Educación y viajó a París; allí conoció a Enriqueta Séculi Bastidas, española de ideas avanzadas y le pidió que viniera a dirigir el recién creado Instituto. Llegó ella a Colombia el 21 de enero de 1937, asumió el cargo de rectora, y en ese año creó una escuela nocturna para preparar también a las mujeres que trabajaban, muchas de ellas sin ningún conocimiento. 

Fundó, además, la Escuela Primaria Anexa con material nuevo y pagado con las cuotas que dieron los padres de familia de cien niñas, constituidos en Patronato Escolar Protector. En aquella Escuela Anexa irían a hacer sus prácticas pedagógicas las estudiantes de la Sección Normalista del Instituto Central Femenino.

Muy poco tiempo estuvo “la Séculi” como rectora. Al renunciar a su cargo, la reemplazó la Señorita Lola González Mesa, rectora por segunda vez, hasta el año 1943 cuando renunció y la sucedió doña Rosa Echeverri de Trujillo.

La era feminista


Se introdujo entonces, una nueva época que podría llamarse la “era feminista”, porque sin la revelación en la historia de la Educación en Colombia del Instituto Central Femenino, hoy Cefa, la mujer colombiana no habría pasado de las agujas, el pincel y el piano, y le habría sido imposible, en aquella remota época, alcanzar una nueva dimensión intelectual y moral.

En aquellos años y en los siguientes, el Instituto Central Femenino y la Normal Nacional de Varones fueron los dos centros que desde Medellín irradiaron a toda Colombia la capacidad de formar auténticos y valiosos educadores. En aquella lejana época, estos dos famosos centros educativos fueron las facultades de educación en Colombia. Las pocas universidades del momento no habían pensado siquiera en la formación específica de maestros, y menos aún en crear facultades de educación.

Estos dos centros de enseñanza graduaban con honores a maestros competentes, después de haberlos sometido a los consabidos y rigurosos exámenes académicos finales, a los exámenes de conocimientos psicológicos, pedagógicos y metodológicos, a las intensivas prácticas en escuelas anexas y a la presentación y sustentación de la tesis final; todo ello con asistencia y vigilancia de delegados del Ministerio de Educación Nacional y de la Secretaría de Educación Departamental, quienes avalaban (o descalificaban, según el caso) nuestra formación académica, cultural, pedagógica y metodológica. Las firmas de todas estas entidades aparecían en nuestro diploma que nos declaraba “Maestra Superior”.


Los cambios de nombres



En 1952, por Decreto Departamental Nº 65 del 31 de enero, firmado por el gobernador Braulio Henao Mejía y el secretario de Educación, Joaquín Pérez Villa, se le cambió el nombre a nuestro Colegio, por uno menos liberal y que “tuviera más sentido cristiano” (sic); se llamó Instituto Isabel la Católica, nombre que conservó hasta 1959.

Por la Ordenanza Nº 17 del 21 de noviembre de 1959 se integraron los institutos Isabel la Católica y el Pedro Pablo Betancur (nombre oficial de la Escuela Modelo donde se formaban las maestras rurales); así, el Instituto Central Femenino volvió a cambiar de nombre y se llamó: Centro Educacional Femenino de Antioquia, CEFA, que empezó a funcionar en 1960. 

En 1971 se suprimió el ciclo básico y en 1975 se graduaron las últimas alumnas que cursaron sus estudios desde primero (hoy, grado sexto), hasta sexto (hoy, grado undécimo), en dicho plantel.

Pero, su filosofía siempre fue la misma: la formación integral de la mujer antioqueña, y aun, la colombiana, porque por este ilustre plantel han pasado mujeres de todos los departamentos, dejando huellas definidas de responsabilidad y consagración.

En 1979, nuestra Institución da otro giro en su historia, mediante el Decreto 00262, expedido por el señor gobernador Rodrigo Uribe Echavarría, en desarrollo de la Ordenanza 25 de 1978; se dan facultades para reestructurar al entonces Centro Educacional Femenino de Antioquia, con base en el proyecto presentado por el doctor Óscar Peña Alzate, secretario de Educación y Cultura del Departamento. En virtud de la misma Ordenanza la Institución vuelve a tener su antiguo nombre de Instituto Central Femenino.

 


Ordenanza 25 de 1978

 

“Artículo 4º. El Centro Educacional Femenino de Antioquia retornará a su nombre de creación, es decir, Instituto Central Femenino”.

Ordenanza 48 de 1979

“Artículo 1º. El Instituto Central Femenino será un establecimiento público descentralizado del orden departamental, de enseñanza media vocacional y post-secundaria, de carácter tecnológico, dotado de patrimonio propio, autonomía administrativa y personería jurídica”.

Nuevas etapas

Así, pues, mediante el Decreto 00262 del primero de abril de 1979, el Cefa vuelve a llamarse Instituto Central Femenino, y su campo de acción será más amplio y completo: facultado para ofrecer, además de la educación media vocacional, programas de educación superior en la modalidad de formación tecnológica, tal como lo diseñó la doctora Olga Osorio de Cuervo, su rectora de entonces. Esta modalidad tecnológica empezó a funcionar en el mismo local el 1º de febrero de 1981.

El hecho de conservar los quintos y sextos (grados décimos y undécimos de bachillerato) fue un gran acierto en la reforma porque estos serían el semillero, la fuente nutricia de las carreras creadas, y porque en las alumnas de la enseñanza media se conservaría y acrecentaría el carácter inconfundible de institución pionera que el plantel tiene, desde su fundación, en la formación moral y académica de la juventud colombiana.

Su descentralización y autonomía fueron factores que descomplicaron la administración, la que siempre se realizó con criterio sereno, recto y justo.

En 1981, el Instituto Central Femenino ya es, pues, un tecnológico completo con sus carreras técnicas bien orientadas y una Enseñanza Media Vocacional, modelo en el país, bajo la rectoría de la doctora Olga Osorio de Cuervo.

Algunos pocos años después, antes de terminar el milenio, por disposición del Ministerio de Educación Nacional, debieron separarse (no podían funcionar las dos en el mismo lugar) las carreras tecnológicas de la Enseñanza Media Vocacional. Con esta separación oficial de dos modalidades diferentes, se perfilaron dos instituciones educativas, valiosas e importantes: la nueva, con el nombre de Tecnológico de Antioquia (TdeA), fundado en 1981 por la doctora Osorio, y el Plantel de siempre, el que fue creado con el nombre de Instituto Central Femenino en 1935. 

En su última y definitiva etapa de su recorrido por épocas, nombres, ordenanzas, decretos, se le asignó el nombre definitivo de Centro Formativo de Antioquia –Cefa-, que cambió para siempre su primigenio nombre de Instituto Central Femenino.





martes, 19 de julio de 2022

REPASEMOS....

 

                     Dice la Real Academia:


1.  Las voces neurosis y neuroticismo no son sinónimas,

pues la primera es un trastorno y la segunda es un rasgo de la personalidad.

Uso inadecuado

El neuroticismo o neurosis es una de las 5 grandes características de la personalidad.

La neurosis, también conocida con el nombre de neuroticismo, es considerada un trastorno mental.

Uso adecuado

El neuroticismo es una de las 5 grandes características de la personalidad.

La neurosis es considerada un trastorno mental.

El término neurosis se aplica a diversos trastornos mentales que se pueden caracterizar por la inestabilidad emocional o por síntomas de angustia, tal como se señala en el diccionario académico y en el diccionario de la Real Academia Nacional de Medicina.

Por otra parte, y como señala esta última obra, el neuroticismo es un rasgo de la personalidad que se contrapone a la estabilidad y que se caracteriza por la vulnerabilidad a la neurosis y una baja tolerancia para el estrés.

A la luz de estas definiciones, estos dos términos no son intercambiables, por lo que conviene no identificarlos ni emplearlos de modo indistinto.

 

2.  Advertir; advertir. Uso adecuado: 

            

Siempre es adecuado construir el verbo advertir sin preposición, pero cuando significa ‘informar’ o ‘anunciar’ también es posible utilizarlo seguido de la preposición de.

Como explica la Gramática académica, el verbo advertir se construye adecuadamente sin preposición con cualquiera de sus significados:

• ‘percibir’ o ‘darse cuenta de algo’: «Al abrir el manuscrito, advirtieron que las páginas no estaban numeradas».

• ‘aconsejar’: «Le advirtió que no se llevara el móvil a la feria».

• ‘informar’: «En las noticias han advertido que la carretera está cortada».

• ‘informar en tono amenazante’: «Te advierto que no te lo repito más».

La misma obra describe que, con estos dos últimos sentidos, alternan las construcciones con y sin la preposición: «En las noticias han advertido (de) que la carretera está cortada». No obstante El buen uso del español (de la Asociación de Academias de la Lengua Española) considera que, cuando esa advertencia lleva implícita una amenaza, la forma adecuada es advertir que:  «Te advierto que no te lo voy a repetir más», y no «Te advierto de que no te lo voy a repetir más».


3.  Con tal de venir. Con tal de entender


La expresión: con tal de… más verbo en infinitivo, (y no por tal de + infinitivo), es la adecuada para indicar una condición necesaria para algo (Iré al concierto con tal de venir pronto a cumplir otros compromisos) o, también, para expresar la finalidad con la que se realiza una acción: decidió quedarse con tal de entender los programas que se exponían.

En los medios de comunicación pueden verse frases como «Los aficionados pasaron toda la noche ante las taquillas por tal de conseguir entradas», «La empresa percibirá una compensación superior a los 12 millones de dólares por tal de poner punto final a esta batalla legal» o «La cantidad se repartirá entre todos los demandantes por tal de que ninguno se quede sin ayudas».

De acuerdo con el Diccionario de la lengua española, la expresión: con tal de, significa ‘con la condición de’: «Iré, con tal de estar de vuelta a las tres».

Por su parte, el Diccionario general de VOX señala que la locución: con tal de, seguida de infinitivo, no por tal de, puede indicar la finalidad con la que se realiza una acción —esto es, puede equivaler a: para, o: a fin de que—, lo que se ilustra con el siguiente ejemplo: «Es capaz de lo que sea con tal de ir al concierto».

El Diccionario panhispánico de dudas afirma que resultan igualmente válidas las locuciones: con tal que y con tal de que: «Prometió que lo apoyaría en la votación con tal (de) que le garantizase un puesto en la directiva».


4.   ¿Se dice sudamericano o suramericano?

 

Ambas gráficas son perfectamente válidas. Tanto «sudamericano» como «suramericano” son variantes igualmente correctas y son los hablantes los que se decantan por una u otra según su gusto personal.

¿Por qué es válido el prefijo sud-? De acuerdo con la RAE, en forma de prefijo y siempre antes de vocal, forma hoy parte de los nombres de los puntos del horizonte y sus derivados (sudoeste, sudeste…), y de topónimos como Sudamérica o Sudáfrica y sus gentilicios (sudamericano, sudafricano).

¿Qué pasa con el prefijo sur-? Se trata de una forma igualmente correcta, ya que sur-, coincidente con el nombre actual del punto cardinal, se usa como prefijo en esos mismos casos y, a diferencia de sud-, puede aparecer tanto ante vocal (suramericano, surafricano) como ante consonante (surcoreano, surbajacaliforniano).

Dice el Diccionario panhispánico de dudas sobre sur- como elemento compositivo: prefijo que significa ‘sur o del sur’:

Antepuesto a los nombres de los puntos cardinales este y oeste, y de los compuestos así formados, significa ‘sur’ y da lugar a los nombres de los puntos del horizonte sureste, suroeste, sursureste y sursuroeste. A menudo adopta la forma sud-, dando lugar a las variantes sudeste y sudoeste, de uso algo menos frecuente, pero igualmente válidas. También se antepone a los adjetivos oriental y occidental, dando lugar a los compuestos suroriental (o sudoriental), que significa ‘del sureste’, y suroccidental (o sudoccidental), que significa ‘del suroeste’.

Antepuesto a adjetivos gentilicios o derivados de topónimos, significa ‘del sur’ y puede aparecer tanto ante vocal como ante consonante: suramericano, surafricano, surcoreano, survietnamita, suryemení, surasiático, etc. Ante vocal puede usarse también la forma sud-, que en algunos casos da lugar a variantes mayoritarias, como en el caso de sudamericano, sudafricano y sudasiático, más frecuentes que suramericano, surafricano y surasiático.

Significados de sudamericano / suramericano: 

Natural de Sudamérica o América del Sur.

Perteneciente o relativo a Sudamérica o a los sudamericanos.

Significados para sur: 

Punto cardinal situado a la espalda de un observador a cuya derecha está el este.

Región o territorio situado en la parte sur de un país o de un área geográfica determinada. Los barrios obreros del sur.

Lugar situado al sur de otro lugar con cuya posición se compara. Los países al sur del ecuador.

 

 

martes, 12 de julio de 2022

LA EDUCACIÓN

 

LO ÚNICO QUE MERECE LA PENA ES LA EDUCACIÓN

 

(Irene Vallejo en su libro “El infinito en un junco”)

 

“Lo único que merece la pena es la educación – escribe en el siglo II un seguidor de este culto -. Todos los otros bienes son humanos y pequeños y no merecen ser buscados con gran empeño. Los títulos nobiliarios son un bien de los antepasados. La riqueza es una dádiva de la suerte, que le quita y le da. La gloria es inestable. La belleza es efímera; la salud inconstante. La fuerza física cae presa de la enfermedad y la vejez. La instrucción es la única de nuestras cosas que es inmortal y divina. Porque la inteligencia rejuvenece con los años, y el tiempo, que todo lo arrebata, añade a la vejez sabiduría. Ni siquiera la guerra que, como un torrente, todo lo barre y arrastra, puede quitarte lo que sabes. (Página 147)

 

lunes, 11 de julio de 2022

LA DISCIPLINA EN EL LEER. LECTURA CRÍTICA

 

LA DISCIPLINA Y EL PROVECHO DEL ACTO LECTOR. LA LECTURA CRÍTICA

 

Lucila González de Chaves

“Maestra del Idioma”

Lugore55@gmail.com

 

Al leer se debe estar pendiente de las ideas y no de las palabras en sí. - No se puede utilizar la misma técnica lectora ni la misma rapidez en todos los textos.  Es necesario saber a qué género pertenece el texto por leer, las estructuras de dicho género y las formas de pensar del autor; de esta manera se logra una evaluación crítica del texto leído y del autor, sin desfigurarlos con nuestros prejuicios.

La buena lectura nace de los buenos hábitos que tengamos para leer, adquiridos con el tiempo; ellos ayudan a manejar la velocidad y la comprensión, y aumentan la capacidad lectora.

Comprensión lectora es, fundamentalmente, leer pendientes de las ideas que hay detrás de las palabras; reconocer e interpretar el pensamiento que expone el autor; opinar, interrogar, negar, completar, aprobar, etc. como si el autor fuera un interlocutor presente.

Así, fácilmente, se podrá saber el significado del texto en mención, sacar conclusiones y dar opiniones acertadas.

 Esta es la verdadera lectura activa, hoy llamada: lectura crítica.

En esta actitud participativa al leer, podemos preguntarnos: ¿Son lógicos, coherentes, relacionados, imparciales los razonamientos del autor? ¿Utiliza argumentos de autoridad para sugestionar al lector al respecto y para apoyar sus principios? ¿Emplea argumentos que desvían la atención del asunto central? ¿Están completas las ideas y las argumentaciones?

En otro aspecto de la habilidad lectora, hay quienes se devuelven en la lectura; otros se ayudan vocalizando; al estar pendientes de las ideas, al dialogar con el autor, al cuestionarnos frente al texto leído, no habrá manera de fomentar dichos vicios.

Cuando se lee despaciosamente, hay mayor número de fijaciones; es decir, los ojos se detienen un mayor número de veces sobre el texto de la lectura y esta circunstancia reduce, a veces, el campo visual. Tengamos en cuenta que los ojos se detienen para captar las palabras y los signos; el espacio donde se ubican dichos signos y palabras se llama campo visual.

La destreza en la lectura evita que los ojos se detengan ante cada  palabra para percibirla; una detención ocular o fijación cubre un grupo de palabras determinadas por el campo visual de cada persona. Si ese campo es amplio, se leerán muchas palabras en cada fijación y su velocidad será mayor. Un renglón debe tener un máximo de tres fijaciones. Los libros corrientes tienen por lo común diez o doce palabras por líneas.

Hay varias clases de lectura:

FÁCIL, es lectura de artículos, propagandas, revistas, etc.  

Lectura NORMAL, para textos más elaborados: cuentos, novelas, algunos textos relacionados con la profesión.

Lectura ATENTA, en materias poco conocidas: libros de la propia profesión, pero con puntos de vista diferentes.

Lectura LENTA, para recrearnos y disfrutar del lenguaje literario empleado en el texto, tanto en prosa como en verso. Igualmente, se lee lentamente, si estamos investigando y aprendiendo.

Lectura DIFÍCIL, en materias no conocidas: textos técnicos o en otros idiomas.

Lectura DE CONTROL, para comparar puntos de vista sobre un mismo tema, si se lee para investigar.

RELECTURA: se realiza cuando necesitamos encontrar el fondo de un planteamiento, el razonamiento de un autor o si estamos aprendiendo lo que estamos leyendo, si reflexionamos sobre un texto que ha ‘tocado’ nuestro estado de ánimo, nuestra sensibilidad. Igualmente es necesaria le relectura cuando estamos interesados en hacer lectura crítica.

No existe una técnica única para leer. No se leen con el mismo método una novela, una poesía, un libro de matemáticas, un diccionario, una obra científica, un tratado de informática, un libro de arquitectura, etc. A estas características se agrega una muy importante:

¿Cuál es la intención que nos guía al leer un texto?

 

El lector relee por alguna de estas razones:

 

Encuentra palabras desconocidas.

El texto es difícil por su estilo confuso.

Quiere confirmar si leyó bien.

Se “pierde” al leer.

La primera razón indica pobreza de vocabulario. Sin un conocimiento vasto y exacto de las palabras no se puede comprender lo que se lee; es el gran impedimento de la lectura crítica.

En el campo de los significados de cada vocablo, hay que estar atentos al valor que a este se le da en el texto; puede ser significado de base o significado contextual. Tampoco podemos ignorar parámetros tan importantes como la connotación, la monosemia, la polisemia, y la sutileza de los sinónimos.

El texto difícil por su estilo confuso: el devolverse en la lectura se justifica un poco; pero, es bueno aplicar la lectura activa (ir tras la idea, no tras las palabras) porque esta lectura permite el aprendizaje y la comprensión.

La psicología de la lectura  nos señala que: cada área del conocimiento, según su dificultad, según la edad del lector y su disposición interna, necesita de un determinado y diferente número de repeticiones lectoras.

¿Leímos bien? Si nos devolvemos en la lectura para confirmar esto y nos damos cuenta de que, en realidad, lo hicimos de manera correcta, es porque tenemos el mal hábito de la ‘regresión’; hay que combatirlo a toda costa.

Perderse’ en la lectura es tener el pensamiento puesto en otras cosas ajenas a la lectura; la mente está divagando: hay que elegir entre el texto y la divagación porque, leyendo en esa forma se adquiere automáticamente el hábito de la regresión.

 

Dos problemas asechan al lector: disminución visual y fatiga ocular.

Evitemos leer con tensión, con luz deficiente o excesiva; leer por prolongadas sesiones; evitar los reflejos del papel blanco muy brillante o liso, lo mismo que libros con impresión defectuosa o muy pequeña.

Practicar el llamado centramiento: hacer pausas regulares en la lectura, cambiar la posición del cuerpo, respirar lentamente, preguntarse sobre lo ya leído, elaborar opiniones…, y traer a la conciencia el deseo de continuar atentamente la lectura, cualquiera que ella sea.

Hay variedad de textos: libros de cuentos; de estudio; novelas, diccionarios, periódicos, revistas, informes, ensayos y otros más. Por ello, existen: lectura de estudio, de información, de análisis, lectura por placer, etc.

La mejor estrategia para leer un libro, cualquiera que sea, es la LECTURA ACTIVA: leer pendiente de la idea. No debe tomarse pasivamente un libro esperando que en el transcurso de la lectura aparezca algo que nos guste o que sea interesante. Todo libro se aborda con una INTENCIÓN

La percepción de la lectura debe ser ATENTA, PRECISA y RÁPIDA. Nuestra capacidad de pensar, de analizar, de discurrir nos acerca al texto, o nos aleja de él.

La tipología de la lectura determina las estrategias de ella, y estas exigen diversos grados de velocidad. No se lee siempre con la misma rapidez porque esta es inversamente proporcional a la dificultad del texto: a mayor dificultad, menor velocidad.

Tener en cuenta que el párrafo es UNA UNIDAD DE PENSAMIENTO INDEPENDIENTE.

El entrenamiento en el manejo de los párrafos nos lleva a reconocer que la excepción la constituyen los párrafos que tienen más de una idea, o no tienen ninguna idea principal, por ser párrafos de transición.

La idea central es CATEGÓRICA, no reúne expresiones de duda, no tiene rodeos. Es GENERAL porque es la que más contenido abarca, no se detiene en detalles. Es CORTA por no tener rodeos ni minucias; esto es característico de frases o ideas secundarias o de sustentación.

La habilidad para encontrar la idea principal y su relación lógica con las demás ideas es el fundamento de la comprensión lectora y la génesis de la lectura crítica.

Esta, solo puede realizarse con acierto si se conoce y se comprende el referente principal de la lectura, si se ejercitan las habilidades de deducir, comparar, identificar, si se tienen y desarrollan las competencias de juzgar equilibradamente, de ser imparcial, de encontrar la verdad expresada en el texto; todo ello constituye la capacidad de hacer una lectura crítica.

Luz escasa; exceso de luz; letra defectuosa de los textos; papel blanco y brillante, son algunos de los impedimentos para llevar a cabo una buena lectura.

De niños se realiza mucha lectura oral para familiarizarse con los sonidos (letras, sílabas, palabras) y poder entenderlos.  En general, toda persona, debe “oírse” porque solo así aprende a corregir la forma de leer y a manejar la voz.

La lectura mental es la finalización de la secuencia en el aprender a leer:

Se suprimen la representación sonora porque el cerebro conoce suficientemente las palabras. En esta etapa, vamos tras las ideas; es la LECTURA ACTIVA.

Si al leer, estamos pendientes de las palabras, estorbamos la agilidad mental para captar las ideas y establecer las relaciones entre ellas. Es una barrera que estamos poniendo a la comprensión lectora.

Hay un sinfín de posibilidades de acercamiento a un texto por leer, pero ellas dependen del interés, preparación intelectual e ideología de cada persona que da comienzo a una lectura.

La actitud negativa para enfrentar una lectura de investigación, de estudio, de placer es ya una barrera para darse cuenta de lo nuevo que hay en el mundo expresado en los libros, de las diferentes maneras de percibir las cosas, del derecho a opinar de manera diferente.

Hay que eliminar toda actitud sicológica de rechazo ante una posibilidad de lectura.

Al compartir con otros nuestras lecturas, tengamos en cuenta:

Las lecturas de carácter informativo o explicativo como las obras científicas y filosóficas, deben ser trasmitidas en forma objetiva.

Las obras literarias y artísticas están en el campo de lo subjetivo. Al trasmitir estas, involucramos el sentir del autor y el nuestro, porque expresamos sentimientos, emociones, estados interiores.

PARA TRASMITIR BIEN lo leído debe tenerse una buena capacidad de síntesis y de comprensión; además, sensibilidad y percepción para distinguir lo esencial de lo complementario.

No es fácil hacer lectura crítica; se necesita experiencia, destreza de habilidades y conocimientos relacionados con el acto de leer, el tema y el autor.