martes, 8 de septiembre de 2020

INVITACIÓN A LEER - III-

 

INVITACIÓN A LEER - III -

 

 Lucila González de Chaves                                         

Lugore55@gmail.com

Blog: lucilagonzalezdechaves.blogspot.com

 

 Leer, es –creo - camino de formación y fuente de consolación.

 

 La lectura es maestra, amiga sanadora y luz guiadora siempre y en todas las edades. Hay épocas de la vida que nos acercan al desconsuelo, o a la muerte o a la indiferencia; no hay caminos frente a lo desconocido; la incertidumbre lo arrasa todo…

Entonces, es necesario hallar un derivativo espiritual o cultural a la incertidumbre, a la amargura o a la indignación obsesionantes; una pausa a los variados motivos de terror; un paliativo para el pesimismo.  

En el recuerdo ordenado de mis servicios prestados en universidades y colegios, en la revisión de mis innumerables fichas de consulta, lectura y reflexión, de resúmenes y conceptos, están estas obras que propongo releer:


1.     “Doña Bárbara. 

Una novela que muestra la vida de la sabana, salvaje y melancólica; el libro de la llanura venezolana; del contraste entre las supersticiones atávicas y la cultura civilizada.

Doña Bárbara es el personaje central de esta novela, escrita por el venezolano Rómulo Gallegos (1884 – 1969). Una mujer que representa un mundo violento, atrasado, lleno de maldad y de superstición. Frente a ella está el joven Santos Luzardo, encarnación de la civilización.

 El conflicto reside en el contraste entre estos dos mundos, simbolizados por los dos personajes.

Doña Bárbara, mujer primitiva movida por un solo deseo: el ansia de dominio de los campos y de las gentes; por eso, los llaneros la llaman “la devoradora de hombres”. De la mezcla de sangres que lleva en sí misma nacen sus rasgos personales: violencia, contradicción, fanatismo, comportamiento instintivo. La mueve el deseo de venganza y el resentimiento contra los hombres, a causa de la violación sufrida, a sus quince años, en una piragua. A partir de entonces, solo rencores, abriga en su corazón.

Al aparecer en escena Santos Luzardo, ella revive en su interior la ternura de su primer amor; atropellada por los recuerdos felices y por los momentos decisivos de su vida, resuelve, misteriosamente, desaparecer envuelta en la leyenda, atraída por el río que dice: “Las cosas vuelven al lugar de donde salieron”.


2.     Vorágine

 

Han pasado más de setenta años desde que presenté el trabajo de grado, un texto sobre la novela colombiana Vorágine, y se me entregó un modesto título de: “experta en letras”.

Desde entonces, sigue vivo en mí el concepto de que esta novela es una alta cumbre de la novelística colombiana. 

El pensamiento y la frase iniciales, la seguridad de tener la verdad y el acierto en las palabras con que comienza una novela son luz guiadora en la valoración de los textos. Vorágine abre su historia cuando el protagonista declara contundentemente: “Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar y me lo ganó la violencia”.

Esto nos alerta sobre las tantas acciones y emociones que son un empuje – no una invitación – a enfrentarnos con muchas corrientes tormentosas: el amor apasionado, el grito interior que convoca a dos enamorados a echar por el camino de la aventura y adentrarse en una selva que tarde o temprano demostrará su poder sobre sus vidas. Nos alerta para percibir y sufrir los tormentos de la explotación a los caucheros, la monstruosa violencia de capataces, el enorme peso de la selva, majestuosa y amenazante. Además, hay un lenguaje vibrante, naturalista por momentos; realista en muchos aconteceres, y brillante y poético al enfrentarse con la majestad selvática.

El final es desconcertante y amargo, dice: “Cinco meses después, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, recibía un cable que decía: Arturo Cova y compañeros, hace cinco meses búscalos en vano Clemente Silva. Ni rastro de ellos. Los devoró la selva”.

No sé si haya muchos autores que puedan enfrentar la tragedia de la selva y mostrárnosla en cantos líricos e incomparables imágenes literarias, como el autor de esta novela: José Eustasio Rivera (1888 – 1928), quien, además de novelista, es un poeta iluminado y sensible:

 ¡Oh, selva, esposa del silencio, madre de la soledad y de la neblina! ¿Qué hado maligno me dejó prisionero en tu cárcel verde? Los pabellones de tus ramajes, como inmensa bóveda, siempre están sobre mi cabeza, entre mi aspiración y el cielo claro, que solo entreveo cuando tus copas estremecidas, mueven tu oleaje, a la hora de tus crepúsculos angustiosos. […]

¿Sobre qué sitio erguirá la luna su apacible faro de plata?

[…].Tú eres la catedral de la pesadumbre, donde dioses desconocidos hablan a media voz, en el idioma de los murmullos, prometiendo longevidad a los árboles imponentes, contemporáneos del paraíso, que ya eran decanos cuando las primeras tribus aparecieron, y esperan impasibles el hundimiento de los siglos venturos. […]

¡Déjame huir, oh, selva, de tus enfermizas penumbras, formadas con el hálito de los seres que agonizaron en el abandono de tu majestad! ¡Tú misma pareces un cementerio enorme donde te pudres y resucitas! ¡Quiero volver a las regiones donde el secreto no aterra a nadie, donde es imposible la esclavitud, donde la vista no tiene obstáculo y se encumbra el espíritu en la luz libre! […]

¡Déjame tornar a la tierra de donde vine, para desandar esa ruta de lágrimas y sangre que recorrí en nefando día, cuando tras la huella de una mujer me arrastré por montes y desiertos, en busca de la Venganza, diosa implacable que sólo sonríe sobre las tumbas!”.

Convengamos en que es un canto a la selva en impecable estilo lírico. Veamos ahora el manejo del estilo naturalista del autor y podremos deducir que es un maestro:

 ".... que Millán iba tras de la res; mas esta, al inclinarse el hombre para colearla, lo enganchó con un cuerno por el oído, de parte a parte, desgajolo de la montura y llevándolo en alto como un pelele, abría con los muslos del infeliz una trocha profunda en el pajonal. […] trotaba con el muerto en rastra, pero en un horrible instante, pisándolo, le arrancó la cabeza de un golpe.

[…]Corrimos más pálidos que el cadáver… llevaban hacia el monte los despojos del victimado en la hamaquilla de un bayetón sostenido por las cuatro puntas…. El muerto yacía de espaldas… cubierto con su propia ruana, en espera de la rigidez”.


3. La historia de San Michele


Una obra que, en los ya lejanos días de la adolescencia, tanto nos impactó, porque entendimos que ese libro del médico sueco Axel Munthe (1857 -1949), era una lección de amor a la humanidad, un evangelio de la bondad. Transcribo hoy, algunos de los pensamientos que llevan ya tantos años subrayados por una adolescente, no muy buena estudiante, pero sí muy enamorada de la lectura:

-"El hombre no podría soportar la vida si supiera la hora de su muerte".

-"Vacías están tus manos, pero son fuertes; tu cerebro es violento, pero claro, y segura tu voluntad: triunfarás".

-"Sé que la vida es hermosa, pero, la convertimos en estúpida farsa, en emocionante tragedia, o en ambas cosas, y al fin no se sabe si es mejor llorar o reír. Es más fácil llorar, pero es preferible reír, aunque se ría quedamente".

-"Rara vez hablan de la muerte los viejos. Sus velados ojos parecen no ver más que el pasado y el presente. Poco a poco, mientras la memoria se debilita, el pasado se va haciendo más indistinto y se vive casi por entero en el presente. Los viejos son, por regla general, menos infelices de lo que creen los jóvenes.

 

4. La segunda oportunidad


La Segunda Guerra Mundial es el escenario en donde los dos personajes importantes de esta obra, van a mostrar sus angustias y sobre todo su fortaleza y su grandeza frente a las desgracias; un libro escrito por el rumano Constantin Vigil Gheorghiu (1916 – 1992)

Los grandes sucesos políticos, produjeron conflictos entre comunistas y socialistas; los que terminaron con las ilusiones, con el futuro de una sociedad entera.

Boris Bodnar, un personaje destacado, es comunista; es valiente, seguro de sí mismo; un personaje un tanto negativo por su forma de conducir su vida y sus actos.

Pierre Pillat, socialista. Es igualmente valiente, comprensivo, equilibrado y sereno. Lucha por sobreponerse a las dificultades de la vida.

Son varios los conflictos: el político, puesto que la novela presenta dos ideologías en conflicto: comunismo y socialismo. Esto da como resultado otro conflicto, el social: la emigración a causa de las circunstancias alienantes; el psicológico: El sentimiento de culpa que desde niño acompañó a Boris. En su corazón no hay sentimientos de amor, amistad, solidaridad; el racial: La persecución de los judíos y la destrucción de miles de ellos.


5. La hora veinticinco

 

 La sociedad moderna sirve a las máquinas y a los esclavos técnicos.  Este libro es la historia de los campesinos rumanos que tienen que sufrir, primero, la ocupación de los alemanes, después la de los soviéticos. Ocurre en la Segunda Guerra Mundial y presenta todos los tormentos que puede soportar un inocente trabajador; obra escrita por el rumano Constatin Vigil Gheorghiu.

Su personaje protagonista, Moritz, es el hombre pobre, cristiano, ignorante, lleno de fe y amor hacia sus semejantes.

Koruga, otro personaje destacado, es un poeta. Tiene clara conciencia de lo que está sucediendo con el hombre en el momento actual, y ser testigo de la catástrofe que desata la técnica y la imposibilidad de vivir como individuo, lo llevan a la muerte.

El conflicto socio-político: Se acaba con los derechos humanos. En esta sociedad técnica el hombre es una máquina sin valores individuales y sin sentimientos. Esta sociedad no tiene salvación; es una hora tardía (la hora 25) en la que ya no se puede recibir ninguna ayuda. En esta nueva sociedad el hombre integral no existe, se le mira con los ojos de la técnica.

El conflicto psicológico: El hombre indignado no sabe por qué decidirse, a consecuencia de la sociedad que lo rodea, pierde el interés por la vida y solo anhela la muerte.

PARTICULARMENTE, UN USO Y UN IDIOMA

 

 

UNA MIRADA AL IDIOMA

 Lucila González de Chaves                      

Lugore55@gmail.com

 

                                                                     

PARTICULARMENTE, UN USO Y UN IDIOMA

 1.Escenario

 La palabra escenario significa: ‘posibilidades o perspectivas de un hecho o de una situación’, por lo que podría llegar a ser un término del que se abuse en aquellas informaciones que tratan de abordar las múltiples situaciones posibles o probables en el desarrollo de algún acontecimiento.

En algunos casos es posible suprimir el término escenario sin que la oración cambie de sentido. En este ejemplo: «Londres se prepara para un escenario de colapso sanitario», se puede optar por: «Londres se prepara para el colapso sanitario».

En otras oraciones pueden usarse voces de significado similar como posibilidad, hipótesis, supuesto, caso, etc. Así, en: «Educación trabaja en el escenario de no volver a clase», debe decirse «Educación trabaja con la posibilidad de no volver a clase». También es posible emplear otros sustantivos que pueden ser hasta más precisos en algunos casos, como en: «El escenario será peor, con más enfermos cada día»; «El Congreso, ante un escenario histórico»; dos frases en las que pudo haberse hecho el cambio por: situación y momento, respectivamente.

 2. Siempre con tilde

 El sustantivo cumplemés, con tilde en la última E, es el correcto para referirse al día en que se cumple un mes de cualquier hecho.

Uso adecuado:

Ellos celebran el primer cumplemés de su hijo, en casa de abuelos.

Su cuarto cumplemés lo han querido celebrar en familia.

El Diccionario académico define esta voz como ‘día en que se cumple un mes de algún hecho, especialmente del nacimiento de un niño’. Aunque la Academia no recoge “cumplemeses”, también se considera válida, ya que lo habitual es que, en los compuestos formados por un verbo en tercera persona y un sustantivo, puede haber plural, como ocurre en cumpleaños.

 

 3. El chabacano, un idioma español roto

 Considerado durante siglos un idioma vulgar, un español roto y mal hablado en el sur de Filipinas, el chabacano aspira a refinarse, con normas de escritura definidas, para convertirse en una lengua noble que resista la creciente influencia del tagalo y el inglés.

Se ha hablado en diferentes partes de Filipinas, el lugar donde arraigó y donde todavía goza de vitalidad es Zamboanga, una ciudad en la isla sureña de Mindanao fundada por los españoles en 1635, cuando levantaron el Fuerte del Pilar, una atalaya militar para protegerse de las tribus, principalmente musulmanas, asentadas en la zona.

«Los nativos necesitaban entender a los capataces españoles y comenzaron a repetir como loros las palabras españolas imitando su forma de hablar», explica Bert Torres, profesor de la Universidad de Mindanao Occidental.

Ese lenguaje, que crearon «parloteando», se convirtió en su forma de comunicación que les permitió entenderse con los españoles y entre ellos mismos; pretende preservar y dignificar el chabacano, una de las lenguas criollas más antiguas con casi cuatro siglos de vida.

«La comunicación oficial escrita es todavía en inglés y casi toda la educación, pero en la comunicación social, en el mercado, la iglesia y la calle, aún prevalece el chabacano». Alrededor de un 80 % del casi millón de habitantes de Zamboanga habla chabacano,-que tomó del español el 85 % de su vocabulario- aunque ha perdido pureza y hoy  está mezclado con tagalo, inglés, bisaya, ilongo o dialectos de las tribus musulmanas; de tal manera que, ahora, el 60 % de su léxico deriva del español.

Televisiones y radios locales emiten programas en chabacano y desde 2016 se aprenden las reglas del idioma en los niveles básicos de la enseñanza, para que las nuevas generaciones no pierdan esa lengua, casi en desuso entre los nacidos después de los años 80.

A diferencia de otras lenguas minoritarias filipinas, el chabacano cuenta hoy con el apoyo de un nutrido grupo de académicos empeñados en dignificarlo, como el maestro Torres, quien elaboró el primer alfabeto del idioma -que incluye la Ñ, como el español- y publicó su primer diccionario hace un lustro.

El uso extendido del inglés y el tagalo está menoscabando el uso de las más de 170 lenguas minoritarias del país, pero eso distingue en la actualidad al chabacano, que, aunque pierda hablantes, sí goza de cierto estatus social. Ya no es vista como una lengua vulgar porque es criolla española, heredada de la elite cultural clásica.


 4.  Poliomielitis

 

Y no poliomelitis, es el término correcto para referirse a la enfermedad producida por los poliovirus, que provocan una lesión de la médula espinal y deterioro grave y parálisis en algunos músculos.

Uso correcto

La OMS declara erradicada la poliomielitis en África.

Los programas de vacunación contra la poliomielitis cumplen 50 años.

El término poliomielitis proviene del griego πολιός (‘gris’), µυελός (médula) e -itis, por lo que lo apropiado es mantener la i.

 el Diccionario panhispánico de dudas explica que tanto poliomielitis como su acortamiento, polio, son femeninos: la poliomielitis o la polio.

 

5.   Frases invasoras

 

No es que sean necesariamente incorrectas, pero algunas de estas expresiones han acabado convirtiéndose en auténticas muletillas que se repiten una y otra vez y que ya cansan cuando las encontramos agazapadas en los medios de comunicación.

Algunas muestras:

 1.     “Según fuentes bien informadas". 

Se sabe que la obligación de los periodistas es apoyar sus noticias en fuentes fiables y citarlas con tanta precisión como sea posible. A menudo, y para dejar a salvo su anonimato, se mencionan con fórmulas genéricas, como: “fuentes próximas al Gobierno”, “fuentes jurídicas”.

Pero esta expresión: “de fuentes bien informadas”, aunque se ve con frecuencia, es una obviedad porque se supone que, si no lo fuera no las citaría el periodista.

 2.     “Arrancan los torneos deportivos”. 

Hay palabras que son como las especies invasoras: acaban con las demás a su alrededor. Eso sucede con el verbo arrancar: Hoy arrancan las campañas electorales, las competiciones deportivas, el curso escolar, el menú de un cocinero, los torneos de belleza…. Existen verbos como: iniciar, emprender, comenzar, empezar, abrir, que pueden emplearse en lugar del repetido y chocante “arrancar”.

 3.     “La climatología adversa”. 

Parece que climatología adversa es una expresión más elegante que el sencillo “mal tiempo”; pero, es que no significan lo mismo. La climatología no es el tiempo que hace (soleado, lluvioso o ventoso…) sino el ‘estudio del clima’. Así que para referirse al mal tiempo, lo mejor es hablar de… mal tiempo.

4. Hizo arder las redes…

 La falta de respeto, de dignidad y la pobreza del empleo del idioma, más la frecuente inmoderación de la que se hace gala en las redes sociales han llevado a que los comentarios enciendan la polémica o, “hacen arder las redes”. Parece que un simple intercambio de opiniones hay que convertirlo en un incendio.

 5.     “Murió tras una larga y penosa enfermedad”

Aún cuesta trabajo en las noticias, llamar a las enfermedades por su nombre. Seguramente por eso la anterior expresión eufemística es una de las clásicas de las notas necrológicas.

 

6.     El término conspiranoia

 

es adecuado y preciso para referirse a la tendencia a interpretar determinados acontecimientos como fruto de una conspiración.

Esta voz, acuñada en 1989 por el sociólogo Enrique de Vicente a partir de conspiración y paranoia, se empezó a utilizar con sentido humorístico, irónico o despectivo, para referirse a la obsesión por las teorías conspirativas cuando se consideraban sin fundamento, basadas en datos falsos:

«Si la conclusión parece la conspiranoia de un fanático, el libro ofrece pruebas contundentes».

«Esta circunstancia resulta determinante para la conspiranoia según la cual los gatos terrestres no son terrestres, sino espías de otro mundo».

Sin embargo, su uso se ha asentado en los últimos años ya sin ese tono despectivo o humorístico, y así se registra en diversos diccionarios como el General de Vox, que recoge conspiranoia con el significado de ‘convicción obsesiva de que determinados acontecimientos de relevancia histórica y política son o serán el resultado de la conspiración de grupos de poder o de un grupo de personas influyentes’.

Este sustantivo resulta muy útil por su expresividad y por la precisión del sentido, por lo que se ha normalizado en el uso dado su valor claramente descriptivo de este fenómeno: «La edad de oro de la conspiranoia: por qué nos creemos las teorías más disparatadas», «La conspiranoia nos hace pensar que nada sucede al azar, que todo está conectado», «Obsolescencia programada: ¿conspiración o conspiranoia?».

El adjetivo derivado, conspiranoico, también es adecuado y se encuentra definido en el diccionario General de Vox como ‘de la conspiranoia o relacionado con ella’ y ‘[persona] que está convencida de que las conspiranoias son ciertas’.

Puesto que se trata de palabras bien formadas, cuya grafía no resulta extraña al español, no es preciso destacarlas ni con comillas ni con cursiva.