miércoles, 31 de marzo de 2021

SEMANA SANTA Y ORTOGRAFÍA

☺ 

ORTOGRAFÍA TAMBIÉN EN SEMANA SANTA

 

Semana Santa:

 mayúsculas y minúsculas:

Con motivo de la celebración de la Semana Santa, se recuerda en qué casos hay que emplear las mayúsculas y en cuáles las minúsculas, en los términos y expresiones relacionados.

 

1.   Períodos litúrgicos o religiosos

 

Tal como indica la Ortografía, los sustantivos y adjetivos que forman parte del nombre de los períodos litúrgicos o religiosos se escriben con inicial mayúscula: la Cuaresma, la Semana Santa, la Pascua.

 

2. Denominaciones frecuentes

 

También se escriben con mayúscula las denominaciones: Viernes de Dolores, Domingo de Ramos, Jueves Santo, Viernes Santo, Lunes de Pascua…

 

3. Nombres de pasos y cofradías

 

Lo recomendable es escribir los nombres de los pasos, imágenes y cofradías con mayúsculas iniciales y sin cursiva ni comillas: El Borriquito, La Sagrada Cena, El Prendimiento, Cofradía del Cristo de la Columna, Hermandad del Cristo de la Corona…

 

4. Términos religiosos frecuentes

 

Se escriben con inicial minúscula los términos religiosos como vigilia, eucaristía, misa, confesión, comunión o procesión.

 

5. Forma adecuada de viacrucis

 

También se escribe con inicial minúscula viacrucis o vía crucis. (No se considera apropiado usar el guion: vía-crucis).

jueves, 25 de marzo de 2021

PANDEMIA- MENSAJE: CALMA MIS PASOS, SEÑOR - 2021

 

MENSAJES DE SOSIEGO


¡En medio del dolor, el miedo, la soledad, las pérdidas irreparables, la incertidumbre que nos abruma, la irrefrenable  indisciplina  de unos y la incansable labor salvadora de otros, oremos para alcanzar serenidad!

 

 

CALMA MIS PASOS, SEÑOR

 

Calma mis pasos, Señor

DESACELERA los latidos de mi corazón,

calmando mi mente.

 

DISMINUYE mi ritmo apresado

con una visión de la eternidad del tiempo.

 

En medio de las confusiones del día a día,

DAME la tranquilidad de las montañas.

 

RETIRA la tensión de mis músculos y nervios

con la música tranquilizante de los ríos de aguas constantes

que viven en mis recuerdos.

 

AYÚDAME

a conocer el poder mágico

y reparador del sueño.

 

ENSÉÑAME

el arte de tomar pequeños descansos:

reducir mi ritmo para contemplar una flor,

charlar con un amigo, acariciar a un niño,

leer un poema, oír una música preferida.

 

CALMA MIS PASOS, SEÑOR,

para que yo pueda percibir en medio de la incesante labor cotidiana, de los ruidos, luchas, alegrías, cansancios o desalientos,

TU PRESENCIA constante en mi corazón.

 

CALMA MIS PASOS, SEÑOR,

para que yo pueda entonar el cántico de la esperanza,

sonreír para mi prójimo

y callarme para escuchar TU VOZ.

 

CALMA MIS PASOS, SEÑOR,

e inspírame a enterrar mis raíces en el suelo de los valores duraderos de la vida,

para que yo pueda crecer hasta las estrellas de mi destino mayor.

¡Gracias, Señor!

Por el día de hoy,

por la familia que me diste,

por mis hermanos de la vida, mi trabajo,

y sobre todo por TU presencia en mi vida.

Amén

 

(Autor: Wilferd A. Peterson)

 

¡GRACIAS!

 

Ahora Señor, voy a cerrar mis párpados:

hoy ya han cumplido su oficio.

Mi mirada ya regresa a mi alma tras de haberse paseado

durante todo el día por el jardín de los hombres.

 

Gracias, Señor, por mis ojos, ventanales abiertos sobre el mundo;

gracias por la mirada que lleva mi alma a los hombres

como los buenos rayos de tu sol conducen el calor y la luz.

 

Yo te pido en la noche, que mañana, cuando abra mis ojos al claro amanecer, sigan dispuestos a servir a mi alma y a mi Dios.

Haz que mis ojos sean claros, Señor.

Y que mi mirada, siempre recta, siembre afán de pureza.

Haz que no sea nunca una mirada decepcionada, desilusionada, desesperada, sino que sepa admirar, extasiarse, contemplar.

 

 Da a mis ojos el saber cerrarse para hallarte mejor,

pero que jamás se aparten del mundo por tenerle miedo. 

Concede a mi mirada el ser lo bastante profunda como para conocer tu presencia en el mundo y haz que jamás mis ojos se cierren ante el llanto del hombre.


Que mi mirada, Señor, sea clara y firme,

pero que sepa enternecerse y que mis ojos sean capaces de llorar.


Que mi mirada no ensucie a quien toque,

que no intimide, sino que sosiegue,

que no entristezca, sino que transmita alegría,

que no seduzca para no apresar a nadie, sino que invite y arrastre al mejoramiento.


Haz que mi mirada conmueva las almas por ser un encuentro con Dios.

Que sea una llamada, un toque de clarín que movilice a todos los parados en las puertas, y no porque yo paso, Señor, sino porque pasas Tú. 

Para que mi mirada sea todo esto, Señor, una vez más en esta noche yo te doy mi alma y mi cuerpo y mis ojos.

Para que cuando mire a mis hermanos los hombres, seas Tú quien los mira y, desde dentro de mí, Tú les saludes y les ames.


(Autor: Michel Quoist)


Semana Santa, marzo-abril, 2021. En medio de la tormenta mundial desatada por el virus COVID-19

Lucila González de Chaves

"Maestra del idioma"

lugore55@gmail.com

lunes, 22 de marzo de 2021

¡EL TAPABOCAS LADRÓN! AÑOS 2020 - 2021

  

                                   ¡EL TAPABOCAS   LADRÓN!

 

Lucila González se Chaves

"Maestra del Idioma"

lugore55@gmail.com

Blog: lucilagonzálezdechaves.blogspot.com

 

 

Siempre hemos creído que las paradojas, por basarse en contradicciones, en ideas opuestas, son imposibles en la realidad; pero, en la literatura son un elemento brillante, desafío de buenos escritores, sobre todo, de poetas de alta alcurnia iluminativa, para construir páginas inolvidables. Unos ejemplos:

Calderón de la Barca dice en su obra: La vida es sueño, “soy un esqueleto vivo”; para saber qué quiso decir el príncipe con esta expresión paradójica, hay que leer dicha obra y, especialmente, el monólogo del príncipe Segismundo.

El poeta antioqueño Rómulo Góngora, ya moribundo, en su último poema, Caos, exclama:

 

 “No sé si estoy ardido o apagado....

A veces creo que he resucitado,  

o que cadáver soy recién nacido”.

 

Este brusco, doloroso e incomprensible cambio de nuestro mundo ocurrido por causa del virus COVID-19, en el año 2020 y que continúa agravado en el 2021, nos ha llevado a pensar, a hacer y a vivir cosas insospechadas, paradójicas….  

Hoy, solo quiero centrarme en el fenómeno del tapabocas: el muy indispensable como defensa del virus, el recurso imprescindible en el que hay que confiar nuestra seguridad de no contagio, el ya obligatorio complemento de la moda, accesorio obligatorio para los seres humanos, el que nos ha nivelado a todos con el mismo rasero, en relación con la economía, la raza, la familia, la educación, la profesión…. 

Hoy, “todos somos iguales”; esta frase que antes enmascaraba sentimientos oscuros de soberbia, de posesión, de mando; hoy, - digo- tiene su cabal sentido, su real acepción y, por tanto, su sabor de dolor, de pérdida, de distancia…

Pero…, el tapabocas también nos ha robado las sonrisas…, esas… luminosas, fraternas, acogedoras, inolvidables, en las que hallábamos acogida, discurso de amor, comprensión incondicional a nuestras fallas, ayuda moral en nuestros duelos; quizás, en instantes de desaliento podríamos decir como el poeta español, Gustavo Adolfo Bécquer: “esas (sonrisas)… que aprendieron nuestros nombres, esas… no volverán..." 

Esas sonrisas diluyentes de caracteres ásperos; esas que eran un gesto luminoso para mostrar el alma, el amor, la tolerancia, la fraterna cercanía, la herramienta para paliar nuestra soledad y nuestros dolores, esas… no volverán. 

¡Pobrecita nuestra alma sin las sonrisas fraternas, amorosas, espontáneas y cómplices!

El tapabocas nos ha robado, además, mucha parte de los valores del lenguaje: a través del tapabocas, las palabras no tienen eco ni influencia porque han perdido detrás de esa pequeña mampara de tela, la sonoridad, el ritmo, la claridad de la vocalización, los hipertonos que nos guiaban en la comprensión de sentimientos, intenciones, ideas…; ya los vocablos son incómodos para pronunciarlos y casi nada audibles ni atractivos. 

¡Pobrecitas nuestras palabras sin la cercanía de los otros en las tertulias, en las reuniones familiares, sin el calor que hermana cuando ellas se dicen al oído, o por amor, o por fraternidad, o por compañía, o por reclamo!

El tapaboca nos ha robado los olores: aquellos, los primeros de todos los elementos, los de la naturaleza; desolados, hemos olvidado el olor de los árboles, de los prados, de las flores, el olor indecible del afecto, de la compañía, de la hermandad; hemos olvidado el olor familiar, los olores caseros....

Todos los seres humanos se han disgregado, el más cercano está a dos metros de distancia, y con miedo de infectar o ser infectado.

Ya no recordamos el olor del incienso, de las velas, de los ritos en nuestros templos. Los niños y los jóvenes han perdido el olor de sus maestros: su perfume, su ropa recién lavada, sus rostros bien afeitados, los peinados elegantes llenos de aromas venidos de las peluquerías que hacían parte de la inolvidable presencia física de nuestros maestros. Eran nuestro modelo para caminar, para vestirnos, para sonreír, para manejar el lenguaje gestual de amistad, de ternura, de comprensión; eran el parámetro según el cual íbamos a echar los hondos y firmes cimientos de la existencia que viviríamos serenamente, dignamente...

¡Pobrecita nuestra existencia sin poder sentir ni definir los olores que nos eran entrañables, originados en los antepasados, en la casa paterna, en el aula, en el lugar del trabajo, en la familia reunida, en los amigos, en los amores inolvidables!

 

2020 - 2021; años de la pandemia.

 

                                  

 

miércoles, 17 de marzo de 2021

LA PROFUNDA ENSEÑANZA DEL POEMA "SEMBRANDO"

 


No todos los poemas son de entrega o de rechazo, ni intimistas ni laudatorios. Este que transcribo, lleva implícitos los valores que nunca debieron perderse.



SEMBRANDO

 

Marcos Rafael Blanco Belmonte

(Poeta español-  1871 – 1936)



De aquel rincón bañado por los fulgores
del sol que nuestro cielo triunfante llena;
de la florida tierra donde entre flores
se deslizó mi infancia dulce y serena;
envuelto en los recuerdos de mi pasado,
borroso cual lo lejos del horizonte,
guardo el extraño ejemplo, nunca olvidado,
del sembrador más raro que hubo en el monte.

Aún no se si era sabio, loco o prudente
aquel hombre que humilde traje vestía;
sólo sé que al mirarle toda la gente
con profundo respeto se descubría.
Y es que acaso su gesto severo y noble
a todos asombraba por lo arrogante:
¡hasta los leñadores mirando al roble
sienten las majestades de lo gigante!

Una tarde de otoño subí a la sierra
y al sembrador, sembrando, miré risueño;
¡desde que existen hombres sobre la tierra
nunca se ha trabajado con tanto empeño!
Quise saber, curioso, lo que el demente
sembraba en la montaña sola y bravía;
el infeliz oyóme benignamente
y me dijo con honda melancolía:
- Siembro robles y pinos y sicomoros;
quiero llenar de frondas esta ladera,
quiero que otros disfruten de los tesoros
que dar
án estas plantas cuando yo muera.

- ¿Por qué tantos afanes en la jornada
sin buscar recompensa?
- dije. Y el loco
murmur
ó, con las manos sobre la azada:
- «Acaso tú imagines que me equivoco;
acaso, por ser ni
ño, te asombre mucho
el soberano impulso que mi alma enciende;
por los que no trabajan, trabajo y lucho;
si el mundo no lo sabe, ¡Dios me comprende!

»Hoy es el egoísmo torpe maestro
a quien rendimos culto de varios modos:
si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro.
¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!
En la propia miseria los ojos fijos,
buscamos las riquezas que nos convienen
y todo lo arrostramos por nuestros hijos.
¿Es que los demás padres hijos no tienen?...
Vivimos siendo hermanos sólo en el nombre
y, en las guerras brutales con sed de lobo,
hay siempre un fratricida dentro del hombre,
y el hombre para el hombre siempre es un lobo.

»Por eso cuando al mundo, triste, contemplo,
yo me afano y me impongo ruda tarea
y sé que vale mucho mi pobre ejemplo
aunque pobre y humilde parezca y sea.
¡Hay que luchar por todos los que no luchan!
¡Hay que pedir por todos los que no imploran!
¡Hay que hacer que nos oigan los que no escuchan!
¡Hay que llorar por todos los que no lloran!
Hay que ser cual abejas que en la colmena
fabrican para todos dulces panales.
Hay que ser como el agua que va serena
brindando al mundo entero frescos raudales.
Hay que imitar al viento, que siembra flores
lo mismo en la montaña que en la llanura,
y hay que vivir la vida sembrando amores,
con la vista y el alma siempre en la altura».

Dijo el loco, y con honda melancolía
por las breñas del monte siguió trepando,
y al perderse en las sombras, aún repetía:
- «¡Hay que vivir sembrando! ¡Siempre sembrando!»

 

Marzo, 2021, otro año pandémico.

domingo, 14 de marzo de 2021

MANUEL MEJÍA VALLEJO, NUESTRO GRAN ESCRITOR ANTIOQUEÑO

 

MANUEL MEJÍA VALLEJO,

 EL CONOCEDOR DE LA IDIOSINCRASIA ANTIOQUEÑA

 

 

Lucila González de Chaves

Lugore55@gmail.com

“Maestra del idioma”

 

Hace cuarenta años fue recibido con éxito y regocijo el libro El viento lo dijo del brillante escritor antioqueño nacido en Jericó (1923 - 1998). Periodista de profesión fue entrevistador, columnista, supervisor de radio y director de imprenta; y, con excelencia, un catedrático de las letras en la Universidad Nacional (Medellín) y colaborador de varias publicaciones: El Pensamiento Colombiano, Ediciones la Tertulia, periódicos El Tiempo y El Espectador de Bogotá. Fundador y mantenedor de talleres literarios, con exclusividad, en la Biblioteca Pública Piloto.

Excelente narrador especialmente en esa valiosísima saga La casa de las dos palmas, relato novelesco que abarca las vicisitudes de varias generaciones de una familia. Por tan extraordinario relato, nuestro escritor antioqueño recibió el premio “Rómulo Gallegos”.

Obras de mucho éxito entre los buenos lectores y los críticos literarios: Tiempo de sequía, El cielo cerrado (colecciones de cuentos); las novelas La tierra éramos nosotros, Al pie de la ciudad, El día señalado.

Esta última novela citada se destaca porque los personajes están presentados con un vigor incomparable en la palabra y una hondura que lo acreditan como el autor “buzo de las almas”.

El día señalado es novela que reproduce el ambiente de la violencia en el pueblo de Tambo (nombre ficticio) en donde, a pesar de la cristiana manera de ser del señor cura párroco, no hay tranquilidad; las gentes están llenas de vicios e impera la pasión de la venganza. Algún crítico de su época lo catalogó como el novelista de la complejidad del alma nacional. Por esta obra sobresaliente de la narrativa recibió el premio “Nadal” de España.

Entre sus últimas producciones está Aire de tango; en esta obra Mejía Vallejo recrea buena parte de la ciudad de Medellín, la más concurrida en su tiempo por poetas, escritores, críticos, y en donde podían verse y apreciarse claramente los caracteres y costumbres de los habitantes de Medellín, y muy especialmente la preeminencia del tango en todos los sectores urbanos. 

Al evocarlo como un gentil hombre-amigo, dueño de la más extraordinaria capacidad de encantar con la palabra hablada y escrita, lo destaco como un gran poeta. De su hermoso libro de décimas El viento lo dijo, transcribo algunas de ellas:

 

 El pasado es un invento

De quien no quiere morir:

Nunca deja de fluir

Lo que fuera en su momento.

Si se empieza un movimiento

No terminará jamás,

Y con él siempre andarás

Así tu cuerpo rehuyas;

Quieras o no, las tendrás.

 

Algún día fallarás

Corazón de ritmo lento,

Fracasado en el intento

De vivir edad atrás.

Por donde camine, irás

Rezumando en las auroras

El zumo con que me llora

Tu caminar, detenido

Entre el amor y el olvido

Que van marcando mis horas.

 

Que vivir es ir muriendo

Nos lo repite la muerte:

Está escrita la partida

Desde que íbamos naciendo.

Hace mucho lo comprendo

Por bien o mal de mi suerte,

Que la vida se nos vierte

En enseñanzas agudas;

Pero, preguntan mis dudas

Qué nos enseña la muerte.

 

Las anteriores décimas pertenecen a la primera parte del libro citado (Ediciones Literatura, Arte y Ciencia. Universidad de Antioquia, 1981). Esta primera parte tiene por título “Al nacer vino la muerte”. La segunda parte es “Intermedio para el amor”.

De esa segunda parte transcribo:

 

Por tanto cantar la pena

Llegué a olvidar el amor;

Y en esa pena el agror

Del amor y su cadena.

Puede ser que lo que suena

Disuene en mi eternidad,

O el silencio sin edad

Aturda en la noche sola

- contra un mar de  vieja ola –

 Esta sola soledad.

 

Amor decían sus manos

Y el claror de su mirada:

Amor su voz apagada

Y sus deseos tempranos.

Que siempre fueron hermanos

Sus sueños y su sonrisa

Cuando amábamos de prisa

Con rienda suelta al amor,

Y en el amor el dolor

Del fuego que nadie atiza.

 

La tercera parte del libro tiene como título “Recordará el olvido”. Algunas de las décimas de esta parte son:

 

La voz de amor dice amor

Pero también su caída,

Como la palabra vida

Vive de muerte y temor.

Arde la llama al rumor

De lo que va clausurando

Solo por ir comprobando

Que vivir es alumbrar,

Y alumbrar es acabar

 De la luz que vamos dando.

 

El amor se hace recuerdo

De lo que amé sin sentido;

Mi vida es ya lo vivido

Mi ganancia lo que pierdo.

Sin embargo, estoy de acuerdo

Con la muerte en su reclamo:

Si el amor que siempre llamo

Trae son de despedida,

Está la canción vertida,

Sobre lo que amé y lo que amo.



 

 


viernes, 12 de marzo de 2021

EN TIEMPOS DE PANDEMIA, HABLEMOS DE LECTURA

 

 

EN TIEMPOS DE PANDEMIA, HABLEMOS DE  LECTURA

 

Lucila González de Chaves

lugore55@gmail.com

"Maestra del idioma"

 

Comprender honda y críticamente la lectura es amarla y convertirla en nuestra amiga y maestra.         

El escritor norteamericano Edgar Allan Poe escribía en su obra Marginalia este concepto: “La enorme multiplicación de libros de todas las ramas del conocimiento, es uno de los mayores males de nuestra época”.

Y es que el deseo de estar al tanto en el conocimiento de cuantos poetas, científicos, novelistas, ensayistas, cuentistas, van apareciendo, le está ganando la partida a nuestras preferencias; y el gusto del buen lector - antes tan selectivo y definido -  va tomando otros rumbos; ha cambiado la calidad por la cantidad. La disponibilidad de las horas destinadas al placer de leer, se ve acorralada por tantos libros promocionados, ¡y tan mediocres y perversos muchos de ellos!  

La gran literatura va siendo escamoteada y reemplazada por una serie de mixtificaciones que desnaturalizan la verdadera cultura. Otro enemigo de educar el carácter y adquirir verdadera cultura humanística por medio de la lectura, es la muy recomendada “lectura rápida”. La lectura - si es realmente lectura perfecta -  es un acto único, y el tiempo dedicado a ella varía de acuerdo con el modo de ser espiritual e intelectual del lector, de los logros que persiga al realizar excelentes lecturas. Cito al español Pedro Salinas: “…en muchos de mis amigos de alta marca intelectual, es cosa confirmada que con el más y más leer, se aprende a leer más despacio, no más a la carrera; y se disfruta de esa lentitud, por las delicias que una excelente lectura nos deja”.

Y esas delicias y profundos llamados a SER, se encuentran también en algo que se ha olvidado y que se mira con displicencia: releer.

El placer del ejercicio de releer solo puede explicarlo quien lo experimenta con frecuencia.

Pero como en el presente, leer ya no es una lección de vida, ni un placer, ni una búsqueda de formación cultural, este arrollador e implacable siglo XXI ha creado en los cerebros, especialmente en los más jóvenes,  una pereza y un desdén por la verdadera y auténtica lectura, la  que  disfrazan con actitudes y estrategias como: tener que estudiar, leer y resumir documentos (la educación,  está afectada seriamente con el virus de la “documentitis”), investigar muchos temas que el maestro, apenas, insinúa...

Y, como si fuera poco: atender también, sin descanso el celular, ver TV, bajar música, celebrar y contestar cuanto mensaje – no importa que sea idiota - aparece en las redes sociales, navegar sin rumbo en Internet hasta encontrar temas que les satisfagan sus zozobras y desequilibrios: el sexo, el dinero, la infidelidad, el poder, la política, las formas más sofisticadas de corrupción y de llevar a cabo crímenes, asaltos, etc.

 El crítico Guillermo Díaz Plaja dice: “Leer es una devoción y una obligación… Leer es la más bella de las devociones… No tener tiempo, no es un pretexto para no leer… No tener dinero, tampoco… […]".

Y, ¡es verdad!, es devoción y obligación con nosotros mismos el leer en estos tiempos de pandemia, para paliar el dolor de perder a algunos seres amados  a causa del virus, para acompañar la soledad por cuenta de los distanciamientos obligados, pues hay que huir de los peligrosos contagios; leer, igualmente, para conocernos mejor a nosotros mismos y empezar  a botar las basura espiritual, intelectual y afectiva que en tiempos pasados de loca carrera hacia el placer, el ocio, las charlas vacías, habíamos ido acumulando.

El deporte, el cine, el Internet, el celular, la televisión, las redes sociales, los inútiles desgastes emocionales  han contribuido a arruinar, para la lectura, las últimas parcelas del espacio y del tiempo que el ser humano tenía para su enriquecimiento espiritual e intelectual.

El ensayista Salinas opina en su inigualable obra Educar para leer y leer para educar: “Creer, en este siglo, que formas de educación diferentes de lo que no sea deporte en todos sus frentes, es creer en algo muy lejano a lo moderno y que no armoniza en los círculos intelectuales elegantes. […]".

 Y sin embargo, la educación, según los que más entienden de estas cosas, es un hecho natural, una realidad que se impone al ser humano antes de que este la convierta en un sistema reflexivo. La solución del gran drama está en la enseñanza de la lectura, en la formación del lector.

Se aprende a leer leyendo excelentes obras, porque con cada lectura se alcanza la posesión de una inteligencia formada, de un gusto estético propio; se adquiere el sentido de la armonía, la destreza selectiva y el desarrollo y afianzamiento de una consciencia crítica de lector, personal y libre.

Realizar lectura crítica no es un acto de un momento, ni el resultado de algunas horas de lectura. Juzgar con conciencia crítica constructiva es un largo proceso que empieza desde temprana edad, en largos conversatorios con amigos afines, con compañeros y maestros, para ejercitar las destrezas inductivas, deductivas, comparativas; para penetrar hondamente en las ideas y encontrarles sus pros y sus contras, y, luego, sacar conclusiones equilibradas, serenas y adaptables para ponerlas al servicio de educar nuestro propio SER, y ser capaces de realizar un análisis justo y equilibrado, conservando el respeto por el pensamiento de los demás, pero siempre con el  objetivo de colaborar en la marcha hacia el progreso y de lograr  lo que conviene a esta comunidad del siglo XXI.

Y, ¿qué leer?

 Se leen los clásicos, para cada edad, para cada época existen clásicos, entendiendo que lo clásico está presente siempre, porque sus valores intrínsecos lo hacen intemporal.

Se leen libros sabiamente escogidos, entendidos, comentados; así, el CÓMO leer se aprende sin saber cómo, al igual que el andar o el respirar, por natural ejercicio de la función. Así lo hicieron los grandes lectores de la humanidad, cuyos maestros de lectura no fueron manuales fáciles, ni documentos de profesores, sino libros trascendentes, pensados y asimilados en despaciosa lectura, durante toda la vida.

Esa dedicación selectiva a la lectura, con el propósito de mejorar nuestras fortalezas y lograr una comunicación más pacífica, más comprensiva, más humana con los demás, puede ser el armamento para vencer los múltiples sentimientos negativos, producidos por la presencia del  monstruo pandémico que parece no amainar frente a la vacuna; pero que nuestra fe y nuestra valentía, de la mano de los servidores de la salud y de los creadores de defensas, nos llevarán a feliz término.

Quizás no sea el momento oportuno para citar a un grande de la ciencia, y en medio del dolor de este tiempo, dicha reflexión sea rechazable; pero, de todos modos, es una gran lección que deberíamos analizar despaciosamente y con responsabilidad, es la sentencia del sabio Einstein: 

“Temo el día en que la tecnología supere el contacto humano; ese día habrá una generación de idiotas”.


jueves, 11 de marzo de 2021

NUESTRO IDIOMA HACIA EL FUTURO

 

QUE EL IDIOMA CAMINE HACIA EL FUTURO, ACTUALIZADO Y CORRECTO

 

 

1.   El lenguaje oficial:

 

La mayoría de los colombianos leímos esto en un documento oficial fallido por no tener en cuenta las reflexiones de los demás: 

“…Derechos Humanos de todos y todas, incluyendo a las mujeres, los niños y las niñas, los adolescentes, los jóvenes y los adultos mayores, los discapacitados, los indígenas, las comunidades, las poblaciones afrocolombianas, negras, palanqueras y raizales, la población LGBTI, los defensores y las defensoras de los D.H., los sindicalistas, periodistas, los agricultores y las agricultoras, los ganaderos y las ganaderas, los empresarios y las empresarias, los otros y las otras…”.

Es un lenguaje desastroso por minucioso, repetitivo, insistente, machacón, reiterativo, duplicador, superfluo, inconexo, farragoso, confuso. Un lenguaje que, por estar repleto de basura, se volvió vacío de importancia, muy monótono y de aburridora lectura…

Y ese es el lenguaje que pretenden imponer los estratos oficiales; todos los innovadores luchan por la “equidad de género” y su muy exclusivo “idioma”.

 

2.   Lenguaje sexista.

 

Se incurre en lenguaje sexista cuando se emiten mensajes que, por su forma —es decir, las palabras escogidas o el modo de estructurarlas— resultan discriminatorios por razón de sexo.

El idioma español no es sexista; sí lo es, en algunos casos, el uso que de él se hace.

Las palabras género y sexo no son sinónimos.


a)    El género es:

 

En sentido general: conjunto de seres u objetos con rasgos comunes. Es sinónimo de clase o tipo.

En gramática es una propiedad gramatical que divide los sustantivos y algunos pronombres españoles en masculinos y femeninos.

 

b)    Género no es igual a sexo:

 

“El género es una propiedad de los nombres y de los pronombres, que tiene carácter inherente y produce efectos en la concordancia con los determinantes, con los adjetivos… y que no siempre está relacionada con el sexo biológico”.

“Las personas no tenemos género. Tenemos sexo”.

“De ahí que la expresión ´violencia de género´ sea incorrecta, porque la violencia la cometen las personas, no las palabras. En nuestra lengua se debe decir ´violencia sexual´ o  ´violencia doméstica”.

 

c)   El sexo es:

 

Una condición biológica de los seres vivos.

Por lo tanto, según la norma, no es correcto decir:

¿Es posible el matrimonio entre personas del mismo género?

Lo correcto: ¿Es posible el matrimonio entre personas del mismo sexo?

 Mesa es un sustantivo de género femenino.

El libro La isla del tesoro pertenece al género de aventuras.

 

d)    “Violencia de género”

 

“Esta expresión se puso en boga a raíz de la aprobación en España de la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, que en la legislación anterior se contemplaba como Violencia doméstica”.

“Hay que aclarar, sin embargo, que en el nombre de los organismos especializados creados por esta ley se emplea el término violencia sobre la mujer. Son, por tanto, Juzgados de Violencia sobre la Mujer, y no Juzgados de Violencia de Género”.

A pesar de lo extendido de su uso, para las expresiones discriminación de género y violencia de género la Real Academia Española recomienda otras alternativas como:

Discriminación o violencia por razón de sexo.

Discriminación o violencia contra las mujeres.

Violencia doméstica. Violencia de pareja.

 

e)   Profesiones


“Tradicionalmente existen una serie de profesiones históricamente asociadas a la mujer: secretariaenfermeramaestra, etc.; y las de más prestigio, generalmente han sido desempeñadas por hombres: abogadoingeniero, etc.

Esta antigua tradición ha provocado una cierta resistencia al empleo de vocablos femeninos sin ningún tipo de base lingüística. Todavía hay quienes protestan, alegando melindres gramaticales, por el empleo de la palabra presidenta y otras más….

Debe tenerse en cuenta que muchas formas han sufrido un desplazamiento en su significado y otras que, por sus características son válidas para ambos sexos. Hoy es correcto decir: abogada, ingeniera, arquitecta, y también: enfermero, maestro, secretario. El árbitro, la árbitra.

No deben dolernos los cambios de los tiempos y con ellos el correspondiente nuevo vocabulario. El idioma es un ser vivo y por tanto: crece, cambia, decrece, se renueva….

 

f)      Los genéricos

 

Por razones de economía lingüística el español considera el masculino como género no marcado, es decir, sirve para abarcar ambos sexos, por lo tanto cuando decimos:

Todos los hombres son mortales.

Los derechos del niño deben ser protegidos.

No estamos desconociendo que la mujer también es mortal, ni se excluye a las niñas del derecho a la protección. Se está haciendo un uso no restrictivo de los vocablos: hombresniño, que incluyen al común de los mortales.

Actualmente, esta característica gramatical correcta, da pie a muchas personas para asegurar que se Invisibiliza a las mujeres.

 

g)     @, ¿un signo lingüístico?

 

En lugar de usar: alumnos y alumnas; alumnos/as,  hay personas que acuden a la invención de: alumn@s  —la forma con arroba se considera incorrecta, ya que la arroba NO es un signo lingüístico—, es preferible usar: alumnado (aunque este es un colectivo, y no el plural de alumnos y alumnas, por lo que no siempre es una sustitución válida); o también: estudiantes que no presenta variación de género.

 

h)   Redundancia

 

Tampoco se acepta la utilización redundante del masculino o el femenino: ´la mayor parte de los ciudadanos y de las ciudadanas´, es un circunloquio innecesario y dañino para la armonía del lenguaje.

“El criterio básico de cualquier lengua es ´economía y simplificación´. Obtener la mínima comunicación con el menor esfuerzo posible, no diciendo en seis palabras lo que puede resumirse en dos”.

A lo largo de los últimos años, destacados miembros de la RAE han venido rebatiendo la actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina:  los papás y las mamás; los maestros y las maestras; los otros y las otras…

 

i)     Conceptos:


  - La RAE

 

Una comisión se dirigió a la RAE solicitando un informe sobre la corrección del desdoblamiento, como:  ´diputados y diputadas´; ´padres y madres´; ´niños y niñas´, etc.

La RAE respondió puntualizando que “tales piruetas lingüísticas son innecesarias”.

“El empleo de circunloquios y sustituciones inadecuados como: ´diputados y diputadas electos y electas´ en vez de: ´diputados electos´; o, ´senadores y senadoras’, ‘resultan formas empobrecedoras, artificiosas y ridículas”.

 

 

             - El académico Francisco Rodríguez Adrados:

 

“Junto al machismo, que subordina todo al ser macho, han creado el hembrismo, y han olvidado lo importante, lo central: el ser hombre, en sus dos vertientes”.

“El mundo se reduce a sexo: ese es el lema de esta moderna herejía. Ahora comprenderán su reflejo lingüístico”.

“Primero, confunden género y sexo: una silla es femenino, pero no hembra; un sillón es masculino, pero no macho…”

“El género común es útil, evita pérdidas de tiempo y sintetiza abarcando ambos géneros y ambos sexos…”

“Decir con Quintiliano: al niño se le debe máxima reverencia, evidentemente se refiere a niños y niñas”

 

                                     - El académico Gregorio Salvador:

 

“Me refiero a la estúpida incorrección lingüística de decir: ‘todos y todas´, ´los compañeros y las compañeras´…. Basta con decir ´todos´; ´compañeros´ “.

 

                                  - El lingüista Francisco Rodríguez:

 

” Estudien gramática, señores y señoras”.

“Sustituir la expresión: ´los funcionarios´, por: ´los funcionarios y las funcionarias´, es tonto e inútil, destroza la economía del lenguaje. Es grotesco”.

 

3.   Cómo evitar el molesto desdoblamiento:

  

a. Emplear colectivos: "la ciudadanía", por los ciudadanos; el alumbrado, la niñez, el discipulado, etc.

b. Usar sustantivos como: persona, víctima, clientela.

c. Sustantivos abstractos como: dirección, presidencia, alcaldía, secretaría, etc.

d. Usar la paráfrasis, es decir: el ser humano, por: el hombre; el personal administrativo, por: los administrativos; la clase trabajadora, por: los trabajadores, etc.

 

4.   Los nombres de países

 

 Pueden usarse opcionalmente precedidos de artículo: (el) Canadá, (los) Estados Unidos, (la) India, (el) Líbano, (el) Perú, etc. En estos, el artículo no forma parte del nombre propio, por lo que se escribe con minúscula, y puede unirse con las preposiciones A,   DE,  dando lugar a las contracciones: AL, DEL. ejemplos: Nunca he estado en la India - Nunca he estado en India.
Viajó al Canadá  - Viajó a Canadá. Vengo del Perú - Vengo de Perú.

  Otros topónimos o nombres, en cambio, no admiten su uso con artículo, como: Iremos a Chile, Han vuelto de Egipto, No conozco a Panamá.

  Existen, además, algunos topónimos en los que el artículo es parte del nombre propio. En esos casos, el artículo se escribe con mayúscula inicial y no se une en la escritura con las preposiciones: ade; ejemplos: Lo conocí en La Habana.

Volverá a El Cairo el mes que viene.
 Vengo de El Salvador.

 

     5Dice la Academia:

 

a) Mezzosoprano

 

El italianismo mezzosoprano se escribe en minúscula, en cursiva y en una sola palabra.

Ejemplos incorrectos: “La mezzo-soprano Paula Murrihy es su intérprete en el primer reparto”. “Se contará con la presencia de la Mezzo-Soprano…”. “Ella ha seguido cursos con la mezzo soprano Sophie Roland”.

Debió escribirse: “La mezzosoprano Paula Murrihy es su intérprete en el primer reparto”. “Se contará con la presencia de la mezzosoprano…”. “Ella ha seguido cursos con la mezzo Sophie Roland”.

Según el Diccionario de la lengua española, el término mezzosoprano hace referencia tanto a la ‘voz intermedia, en su registro, entre la de soprano y la de contralto’, como a la ‘persona que tiene este tono vocal’.

Al tratarse de un extranjerismo que no se ha adaptado a la lengua española, su grafía correcta es mezzosoprano, en cursivasin guion ni espacios intermedios y en minúscula, puesto que es un nombre común.

El vocablomezzo” es una alternativa igualmente válida con este mismo significado.

 

b)  Cónsul, consulesa

 

Las expresiones: la cónsulla consulesa son femeninos válidos para referirse a las mujeres que ocupan ese cargo diplomático.

En los medios de comunicación es frecuente encontrar frases como “La cónsul de Cuba destaca las grandes oportunidades de inversión en la isla”. “La consulesa paraguaya en Madrid, confirmó que el supuesto asesino quedó detenido”.

El Diccionario académico incluye la forma consulesa  como femenino de cónsul. Aunque señala que sigue empleándose más como palabra común en cuanto al género (el cónsul  - la cónsul), tal y como aparecía en ediciones anteriores; pero no hay razón para evitar la forma femenina consulesa.

Por todo ello, los dos ejemplos iniciales pueden considerarse correctos.