1. Al recordarnos los nombres de las letras de nuestro idioma:
Q - cu
K - ka
V - uve
W - uve doble, ve doble, doble uve, doble ve, doble u
(Los señores de la Academia tuvieron en cuenta los nombres que a esta letra se le dan en los países latinos como México, Colombia, etc.)
2. Desechar definitivamente el nombre de "ere" para la "r"; así como las formas:
"ceta", "ceda", "zeda" para la "z"; los únicos nombres válidos para dichas letras son:
"erre" y "zeta".
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PUNTO Y APARTE: Que la palabra abra puertas y el escuchar con atención genere en los demás simpatía; que la pregunta sea inquietante y la respuesta aclare situaciones.
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jueves, 7 de noviembre de 2013
viernes, 1 de noviembre de 2013
UN NOVELISTA COLOMBIANO QUE DEJA HUELLA
FERNANDO SOTO APARICIO: UN GRAN VALOR DE LAS LETRAS COLOMBIANAS
Lucila González de Chaves
Hace
varios años, fue finalista en el concurso por el “Premio Biblioteca Breve”; (Premio
que tiene por objetivo dar realce a la joven narrativa de la lengua castellana),
con su novela Mundo roto, y en el
Urriza con Una ventana sobre el
infierno. En la misma colección figura su novela El espejo sombrío. Con la
obra Los bienaventurados ganó el
Premio “Nova Navis” en 1960.
Soto
Aparicio nació en el departamento de Boyacá en 1933, hizo sus estudios
primarios en su tierra natal y los completó en Bogotá. Su actividad mental
oscila entre la novela, la poesía, el cuento y la crítica literaria. Ha
colaborado en varios periódicos de
nuestro país y de España. Fue director de la revista “Cromos”.
Entre
sus poemas se destacan: Oración personal
a Jesucristo (1959), Tránsito de la
doncella (1960), Diámetro del corazón
(196, Canto personal a la Libertad (1969).
Con
su novela La rebelión de las ratas
obtuvo el Premio “Selecciones en Lengua Española. 1962”; premio que la
editorial Plaza y Janes de Barcelona otorga anualmente. Otras novelas
importantes suyas son: Viaje al pasado,
Viva el Ejército (mención en el concurso Casa de las Américas, de Cuba en 1970),
El viento oscuro de la cólera, Mientras llueve, El espejo sombrío, Después
aparecerá la madrugada, Viaje a la Claridad (con la que conquistó el Premio
“Ciudad de Murcia” en España). Y en todas sus obras, afirmamos sin
equivocarnos, que Soto Aparicio tiene un gran poderío en el estilo y en el lenguaje.
A todo esto se suma su capacidad incomparable de la descripción de lugares,
personas y cosas.
La
rebelión de las ratas:
Es
la disolución de un hogar desarraigado, el de Rudecindo Cristancho, quien
abandona el campo, y va con su familia (esposa y dos hijos) a Timbalí para
trabajar en la Empresa Carbonífera, en donde cree conseguir dinero y bienestar.
Pero,
Rudecindo ignora que son los obreros quienes lo pierden todo frente a la
técnica, a la civilización, los que dejan de ser humanos y se convierten en una
ficha, en un número, y el hambre y la miseria rondan a sus seres queridos.
Rudecindo
no sólo no logra ganar lo suficiente para calmar el hambre, sino que debe
trabajar en circunstancias infrahumanas. Además, las desgracias morales
penetran a su tugurio. Su hija de quince años es seducida por el tradicional
don Juan, que en este pueblo de extranjeros explotadores, es conocido con el sobrenombre
de “El Diablo”.
Su
hijo de doce años, alienta en su pecho los más negros sentimientos de venganza,
de rencor.
Su
esposa muere de hambre y de falta de recursos contra la enfermedad que la
acosa; y por último, pierde Cristancho su propia vida en la revolución de los
mineros que piden pan, justicia y mejores salarios.
Esta
novela es un diario que lleva el autor. Los hechos suceden entre el 10 y el 29
de febrero, y los acontecimientos de cada día conforman cada capítulo (no
llevan ningún título, sino que van separados entre sí por la fecha acordada).
Hay
vigor y hay dramatismo en la narración. El autor no omite ningún detalle al
presentar la miseria y el único refugio que les queda a estas pobres “ratas”:
el alcohol, y todas las desgracias que les acarrea, la falta de sensibilidad
social de los patronos a quienes no les importan los problemas y las angustias
de sus trabajadores.
Esta
novela es un “Yo acuso”·de ciertas circunstancias muy comunes en las que se
encuentra el pueblo colombiano. Gentes atraídas por la propaganda, dejan sus
campos, sus sembrados, la paz de sus modestas viviendas, y se van a las
ciudades en donde van a carecer de abrigo, de pan, de protección.
El
espejo sombrío:
Fernando
Soto Aparicio sigue en esta novela la técnica más moderna. Aunque el personaje,
en apariencia, sea uno solo, en realidad es múltiple. El factor tiempo está
supeditado a la poesía, insuperable en su lirismo, en sus imágenes literarias.
En doce horas de tiempo físico se vive no sólo
una, sino muchas vidas, no sólo una, sino muchas angustias, presentadas en la
novela con una crudeza absoluta, la que se salva gracias a la musicalidad de la
prosa. Allí están las situaciones conflictivas de las universidades de
Colombia; allí, los estudiantes con su rebeldía, con su fuerza, con su
idealismo y su deseo de sacrificio, que llenan las paredes con avisos
subversivos; pero, están otros que estudian, que perseveran y se salvan. Las
acusaciones tremendas y directas que hace el autor, son golpes contra el caparazón
de hipocresía detrás del cual las heridas de la patria y de sus gentes crecen y
crecen.
Un
estudiante de derecho de veinte años, Alberto Franco, vive una vida de desajustes
a causa de dos sentimientos encontrados: el deseo de venganza contra don
Gabriel Castillo por el asesinato de su padre, cuando el muchacho tenía sólo
trece años; y el profundo amor por la hija del asesino Castillo. Su vida -la de Franco-
se mide por la obsesión de su venganza.
A
través de ocho partes -que el autor
llama “círculos” a la manera de Dante-
el autor va revelando las distintas facetas del conflicto, el sórdido
pasado de violencia y asesinato que encadena la conciencia de su personaje,
cegándolo para el amor, haciéndolo vivir sólo para la elaboración de su
venganza.
A
pesar de lo existencial del tema, la novela se desenvuelve en forma lírica. El
autor se deja llevar por su capacidad poética, y diluye en ella lo tremendista
del asunto, el aullido de las pasiones, los rasgos psicológicos.
Mientras
llueve:
Una
novela insólita y apasionante. Es el problema del corazón que cobra vida en una
prosa vigorosa, tersa y valiente. El amor es el motor que mueve una vida, no el
fantasma que acobarda un espíritu. Por eso, la palabra se hace poesía desde el
inicio de la novela. La protagonista, Celina, es al mismo tiempo la narradora,
puesto que la novela se desenvuelve mediante un diario que ésta lleva. Fernando
es el hombre a quien Celina amó siempre, pero un desgraciado matrimonio los
separa; el esposo se suicida y acusan a Celina de asesinato, por lo que es
condenada a veinticuatro años de cárcel.
Fernando
vive su propia vida, realiza un matrimonio, conquista renombre como escritor, y
una noche descubre a Celina en un Café de Bogotá. Desde entonces pierde la paz;
la busca, y anhela saber de su vida. ¿Se fugó de la cárcel? ¿La
perdonaron? Al final, sabe que vive en
el Barrio Martín Pérez.
Una
noche, cae un torrencial aguacero y Fernando corre a buscar a Celina para
librarla de la inundación. Cuando llega, encuentra que ella se ha quitado la
vida, y en uno de los cajones encuentra el “Diario” y, mientras llueve, él lo
lee. Se entera, entonces, de todo: de la Celina inocente, de la estrategia del
viejo esposo para vengarse de ella, de su permanente amor por Fernando, de la
fuga de la cárcel, de las experiencias vivenciales que la acosaron desde la
tarde aquella en que abandonó El Llano: el amor, la lujuria, la angustia, la
frustración, el deseo, hasta llegar a convertirse en una prostituta.
Celina
muere invocando estas palabras: “Para suicidarme es necesario haber perdido por
completo la fe”.
Después
aparecerá la madrugada:
Es
una novela documento, una obra objetiva, inspirada en temas de violencia y de
guerrillas, relacionados con la actualidad sociológica y política de los países
latinoamericanos. Se mezclan en ella el tremendismo y la ternura, la poesía y
la realidad. Su personaje central es Clara Vicenta; a través de ella y sus
peripecias conocemos los lujosos barrios de Bogotá y la humillante miseria de
los barrios que la rodean; es el patético contraste que siempre han vivido nuestras
ciudades colombianas: la prostitución temprana, el hambre, la enfermedad, la
indiferencia ante la muerte, la suciedad, el dolor, la indiferencia…
Y,
para describir todo esto, el autor tiene un dominio asombroso. Es, tal vez el
autor, el mejor representante en la narración del realismo social que en
nuestro país es un eterno dolor y una eterna herida. Por ello, nos sentimos
hermanos del tan sufrido y doliente personaje, que termina su lacerada
existencia en los prostíbulos de la capital, Clara Vicenta.
Uno
de los críticos de Soto Aparicio afirma que: “la belleza incomparable de la
obra Después aparecerá la madrugada,
radica en su contenido, como la expresión lírica y brutal de uno de los más
amargos problemas sociales que afronta nuestro país: el de los grupos
marginados, el de los hombres olvidados de Dios y del destino, el de los seres con hambre y sed
de justicia y solidaridad humana”.
Solamente
la vida:
Esta
novela es un bello ramillete de cuadros en los cuales el tema tiene muchas
veces la simplicidad (no simpleza) de la auténtica poesía; basta leer “Dimensión de la noche” en donde lo lírico va
punteando lo tremendo del acontecer:
“Un
camino es como el horizonte, como alma insondable entre la que quisiéramos sumergir
los ojos de nuestra imaginación para descubrir ignorados panoramas. Sigue el camino
blanco, de tiza, en la pizarra negra de la noche”. Diferencia con la
descripción, pero no menos bella.
El
niño ve caer muerto a su padre y queda solo en la inmensidad de la noche. El
autor-poeta escribe: “Todavía es bello el paisaje. Pero, ya trágicamente bello.
El mismo canto de las cigarras parece una oración fúnebre por el hombre. El río
es un rumor de rezo que adormece lentamente al niño, cansado de llorar sobre el
cuerpo caído. La sangre derramada se va tornando oscura y se confunde pronto
con la sombra. El niño alza la cabeza y llama. Grita. Nadie viene… La noche lo
rodea como un abrazo trémulo de compasión y de ternura”.
En
este libro también hay cuadros picarescos como “El tullido”. Aquel ya célebre
“tullido”, de esos que “andan” de pueblo en pueblo pidiendo limosna.
Hay
cuadros introspectivos como “La libreta de taquigrafía”. Dice: “En las
cuatrocientas noches de tu ausencia he recorrido sus páginas, una por una.
Tienen la forma de mis dedos de tanto acariciarlas. La letra es caprichosa,
porque tu pulso temblaba al escribir ese ignorado y maravilloso diario de tu
espíritu”.
Hay
también cuadros tremendamente irónicos como “Un hombre de porvenir” en el que
duele la situación de un artista frustrado por lo prosaico de la vida
matrimonial.
Hay
desolación y ruina en “La heredad recuperada”, pero también voluntad de lucha:
trabajar, rehacer, volver a crear para poseer: “Nosotros haremos como ellas
(las florecillas que el campesino contempla entre las ruinas de su parcela).
Señor nuestro, volveremos a crecer entre lo que nos dejaron”.
Este
pequeño pero precioso libro –dice un crítico- “tiene un aliento realista que
despierta el interés humano apuntalado por una técnica hábil de suspenso”.
jueves, 22 de agosto de 2013
MEMORIAS DE LUCILA GONZÁLEZ DE CHAVES
P
MEMORIAS DE LUCILA GONZÁLEZ DE CHAVES
The memoirs of Lucila
González de Chaves
Las memorias de Lucila González de Chaves
Autor: Daniel Stiven Grajales Tabares
19 de Agosto de 2013
Las memorias de Lucila González de Chaves
Autor: Daniel Stiven Grajales Tabares
19 de Agosto de 2013
Leer, escribir,
estudiar y enseñar, han sido las pasiones de Lucila González de Chaves, una
autora que en sus años de trabajo ha publicado once textos escolares, dos de
consulta y uno como retrospectiva de su trabajo.
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En la foto, Lucila
González de Chaves durante su entrevista con EL MUNDO.
Daniel Grajales
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“Literatura,
investigación, lecturas y análisis”, es el título del nuevo libro de Lucila González de Chaves, una autora que luego de medio
siglo en el ejercicio educativo y la producción de textos académicos,
relacionados con la lengua española, decidió reunir sus memorias en un solo
ejemplar.
“Desde hace 50 años me
he dedicado a la producción de conocimiento y a la formación en áreas como la
literatura, la gramática, la ortografía, la producción textual, entre otros.
Publico este libro gracias a que mi familia se encargó de costearlo y con él
quiero contribuir a que no se pierdan esos conocimientos que he brindado para
que la gente hable y escriba correctamente”, afirma González de Chaves.
La autora de textos como
“Funcionalidad del idioma, hemos oído y leído”, “Idioma y pedagogía”, y
“Gramática y estilística desde la a hasta la z”, presenta en su nueva obra, que está disponible en la Librería
América, reseñas, análisis, posturas críticas, y sugerencias de aproximadamente
120 libros que ha leído durante su vida, los cuales seleccionó teniendo como
criterio los aportes que poseen sus contenidos; además de hacer un resumen de
sus aportes a la educación del idioma español.
A propósito del
lanzamiento de su texto, González de Chaves habló con EL MUNDO:
-¿Cómo está estructurado su nuevo libro?
“El libro ‘Literatura,
investigación, lecturas y análisis’ tiene 430 páginas, con prólogo del
escultor, escritor, pintor y editor Óscar Velásquez Tamayo, en cuya empresa
‘Grafoprint’ fue editado en marzo de 2013. Consta de cuatro partes: ensayos, poetas, novelistas, y
libros donde incluyo comentarios y citas textuales de obras de la literatura
universal”.
-¿Qué temas presenta en esta recolección de sus memorias?
“Los temas
tratados en el libro son: historia de la literatura, escuelas literarias,
tendencias y movimientos, biografías y estudio sobre algunos autores
representativos: universales, americanos, colombianos, todos de diferentes
épocas. También algunos ensayos sobre el gran libro ‘El ingenioso hidalgo
don Quijote de la Mancha’, tanto en su contenido, en sus reflexiones como en
los personajes, sobre todo las mujeres que vamos encontrando en la lectura. Este último ensayo tiene por
título ‘Presencia femenina en El Quijote’”.
-¿Qué anécdotas tiene para contarle a los lectores de EL MUNDO del proceso
de recolección de sus memorias?
”Lo anecdótico en
relación con el libro es que no tiene aspecto divertido, porque se trata de los
esfuerzos y la convicción, mediante el lenguaje oral, que todo maestro tiene
que hacer en el aula para motivar a los alumnos, quienes ya entusiasmados
asimilan fácilmente los conocimientos, son capaces de gustar y comprender los
grandes valores de los escritores de todos los tiempos. Creo que al maestro no
le está permitido enseñar basura artística ni literaria, por muy de moda que esté y por mucha acogida que tenga en la sociedad de consumo.
Primero, y siempre, estarán la ética y el buen gusto ajenos a la chabacanería,
a la ordinariez, a lo superficial”.
-¿Cuánto tiempo trabajó en la edición y construcción de la obra?
“Mi trabajo para editar
el libro consistió en recoger, clasificar, ordenar y completar todos los temas,
los autores y aspectos diversos que durante cincuenta años de servicio a la
educación fui estudiando investigando y enseñando”.
-¿Cómo podría sintetizar usted los aportes que hace su texto sobre
investigación?
“Todo el libro, en sus
cuatro partes, está concebido como un texto de consulta para profesores y
estudiantes. Sin olvidar que las muestras literarias que contiene son para
valorar y gustar la poesía, la novela, el ensayo, el cuento, reflexiones y
enseñanzas de muchos de los libros que durante tanto tiempo fui leyendo. A cada
uno le hacía una ficha de lectura; esas fichas son las que aparecen en la parte
de libros leídos y analizados; son más o menos unas 120 fichas, porque no fue
posible incluir todas las que tengo en mi fichero”.
-¿Cuáles cree usted que han sido sus principales aportes a la literatura?
“En la enseñanza de
nuestra lengua como en todos los idiomas, hace falta la funcionalidad, saber
hablar para que nos entiendan, después vendrá el lenguaje escrito, porque quien
maneja bien la lengua hablada y estudia y corrige, sabrá luego escribir
correctamente.
Los fundamentos para
todo lo anterior son las normas morfosintácticas, fonéticas, ortográficas, y
desde luego ser muy amigo de los diccionarios sin los cuales no podremos
tener riqueza de vocabulario y propiedad en el empleo de la significación de
las palabras. Hay que conocer los vocablos desde su origen y significación
hasta la escritura.
Lo positivo que
encuentro es que el idioma, como ser vivo que es, sigue creciendo y
enriqueciéndose, y uno de los factores de este hecho es la tecnología que nos
ha cambiado en gran parte las costumbres, el lenguaje, la visión de los hechos
y aconteceres, los caminos por recorrer para llegar a la ciencia, a las artes,
etc. Es recomendable que nos vayamos acostumbrando a estos cambios, con calma,
con equilibrio, sin hacer poses de ‘puristas’ y prestando mucha atención a cada
vocablo que va llegando, porque hay que distinguir entre las palabras bien
formadas y necesarias y los vocablos que son basura lingüística, ‘bolas de
nieve’ rodantes que inventan algunas personas y las dan como correctas”.
-¿Cómo nacieron sus textos escolares?
“Los textos escolares
‘Serie Español y Literatura’ para los grados de primaria, enseñanza básica y
enseñanza media fueron naciendo a medida que yo iba poniendo en experimentación
mi nuevo método educativo para la enseñanza del idioma, ya que en mi tiempo se
cambiaron los programas del Ministerio de Educación y los maestros nos vimos en
el difícil compromiso de enseñar de manera coherente y consecutiva nuestro
idioma, lo que hasta entonces no ocurría.
Mis experimentos se llamaron Unidades de
Trabajo, porque recogían y trataban todos los aspectos por enseñar unidos por
una lógica”.
Lucila y la
educación
El trabajo de Lucila González de Chaves con textos educativos comenzó al
aparecer el Decreto 080 de 1974 que cambió el plan de estudios del
bachillerato. La autora fue pionera en Colombia en lo que tiene que ver con el
cambio de la metodología para la enseñanza de la lengua castellana: Implantó
por primera vez en el país, mediante los textos de “Serie Español y
Literatura”, una metodología novedosa: las Unidades Didácticas o Unidades de
Trabajo integradas con todos los aspectos de la lengua materna.
Hasta entonces, la
enseñanza, el aprendizaje y los textos didácticos existentes trataban de manera
fraccionada los elementos integrantes del idioma español. La nueva metodología
basada en las Unidades de Trabajo, dosificadas e integradas, fue uno de los
aciertos principales de la serie “Español y Literatura”.
martes, 6 de agosto de 2013
USO CORRECTO DE ALGUNAS PALABRAS
DEMASIADO:
En demasía. Exceso. Lo que se sale, en
cualquier línea, de los límites de lo
ordinario o de lo lícito.
No abusemos de la
palabra "demasiado". Su uso se está volviendo una epidemia: cada vez
son más las personas que abusan de ella metiéndola a la fuerza en todo tipo de
enunciados donde no tendría por qué estar.
El uso indiscriminado de "
demasiado" ha comenzado a permear todo tipo de conversaciones:
desde las charlas despreocupadas de los adolescentes hasta las reuniones
formales de los profesionales. También están diciendo “demasiada” elegancia,
demasiada comprensión…. Y demasiadamente bien…
"Demasiado" no sirve para calificar o describir cosas
positivas
Por eso, es incorrecto decir:
·
"Él sabe demasiado español".
·
"Me gusta demasiado el arte".
·
"Esta comida está demasiado rica".
·
"Pedro actuó demasiado bien en la película".
·
Ta amo demasiado
Las formas correctas en estos casos
serían:
·
"Él sabe mucho español".
·
"Me gusta mucho el arte" o "Me encanta el arte".
·
"Esta comida está muy rica" o "Esta comida
está deliciosa".
·
"Pedro actuó muy bien en la película".
·
Te amo mucho-
Usos correctos de demasiado
Dado que demasiado implica
siempre la idea de que hay más de lo necesario o conveniente, esta
palabra sólo sirve para expresar
ideas negativas:
·
No me cae bien porque se queja demasiado".
·
"Comí demasiado.
·
"Hay demasiado calor en esta ciudad".
·
Este niño molesta demasiado.
·
EDICIÓN: Es cada una de las sucesivas
tiradas de un periódico o publicaciones de un libro. O cada una de las
presentaciones de un programa de diversa índole, o repetición de un
acontecimiento.
·
VERSIÓN: Traducción. Verter
de un idioma a otro. Modo de contar algo.
Por eso es incorrecto
lo que los periodistas informaron al decir que el Papa Francisco
dio la bienvenida a la versión número 28 de la Jornada Mundial de la Juventud.
Y una locutora nos
dijo que esta era la mejor versión de Colombia moda.
Ayer Leí en la página
de los acontecimientos sociales:
Pasó la versión 24 de
Colombia moda y seguiremos hablando….
Y un periodista
escribió: es el mejor balance que podemos hacer al final de la edición número
24 del Clásico Nacional de Ciclismo Infantil…
Notemos los dos
vocablos: ………….
Formas correctas: el
Papa dio la bienvenida a la edición número veintiocho (o vigésima octava) de la Jornada…
Esta es la mejor
edición de Colombia moda…
Pasó la edición 24 (o
vigésima cuarta) de Colombia moda….
sábado, 22 de junio de 2013
PARA RECORDAR Y TENER EN CUENTA
PARA
RECORDAR Y PRACTICAR
Aunque
muchas palabras de uso común no están admitidas por la Real Academia de la
Lengua, el insistente uso les da derecho a entrar al idioma, y es ese
frecuente uso el que obliga a
los señores académicos a reconocer dichos vocablos. Pero, también es verdad que
debemos utilizar correctamente las palabras, máxime cuando ellas existen como:
VERTER. Aunque algún diccionario registre “vertir”, como afirman algunas
personas en sus cartas a un excelente periódico, su empleo en el idioma no es
correcto. En cambio, sí existe el correcto (verter).
Copio
lo que el lingüista español Manuel Seco dice en su Diccionario de Dudas de la
Lengua Española:
“VERTER:
Verter
es un verbo irregular. Se conjuga como defender (defiendo-vierto;
defiendes-viertes). Vertir: es incorrecto. Dígase: Verter (pág. 335).
El muy conocido y consultado Diccionario
Larousse dice que se conjuga como el verbo tender (y no registra
“vertir”).
En
cuanto a las acepciones de VERTER, tenemos: “Derramar líquidos. Esparcir.
Inclinar una vasija para vaciarla. Traducir: verter un texto al español. Correr
un líquido por una pendiente, etc.”
Veamos
otros verbos que causan mucha dificultad:
ABOLIR:
Es
verbo defectivo. Sólo son válidas las formas cuya terminación o morfema tiene
la letra i. Ejemplos: abolimos, abolís, aboliría, abolirá…
ACOSTUMBRAR:
En
el sentido de “soler”: tener costumbre, no debe llevar preposición, digamos:
por las tardes, acostumbraba leer en el parque. Cuando se trata de crear hábitos
en alguien (verbo transitivo), se construye con la preposición a: acostumbró a su hijo a
acostarse temprano.
ADECUAR:
Hasta
antes de la vigésima segunda edición del Diccionario de la Lengua Española
(Real Academia Española) y de su publicación en 1999 de la “Ortografía de la
Lengua Española”, existía la norma gramatical y ortográfica que recomendaba:
los verbos terminados en CUAR y GUAR mantienen su diptongo. Decíamos: yo licuo
(licuar); yo adecuo (adecuar) tú evacuas (evacuar) tú averiguas (averiguar).
Según la nueva edición (2010) de la Gramática de la Lengua Española y la última
edición (2011) de la Ortografía (743 pp.), esos mismos verbos pueden usarse con
una tilde que disuelve el diptongo, (licúo, adecúas, evacúa).
RELEVAR:
(No
“rielevar”). Sus acepciones son, entre muchas: exaltar, enaltecer, engrandecer,
eximir, reemplazar, resaltar. Hablemos, entonces, de hechos relevantes, y no
“relievantes”, aunque en algunos países de América del Sur se emplee esta
forma.
RECORDAR:
Este
verbo suele emplearse mal. Se le confunde con acordarse de. Oímos
decir: “recordar de”, “recordarse de”, formas no admitidas ni en la lengua oral
ni en la escrita. Digamos: Ayer te recordé; o bien, me acordé de ti. ¿Recuerdas
ese libro?; o también: ¿Te acuerdas de ese libro?
REFORZAR:
Verbo
irregular, se conjuga como acordar. Se habla, entonces, de las circunstancias
que refuerzan. (No: reforzan, como
decía un alto empleado del gobierno en una entrevista radial).
TRASTROCAR:
En
el sentido de cambio. Mudar el ser o estado de algo, dándole otro diferente del
que tenía. Verbo irregular, se conjuga como
contar: trastrueco, trastruecas, trastruecas…
TRASTOCAR:
Trastornar,
revolver. / Trastornarse, perturbarse. Verbo regular: trastoco, trastocas,
trastoco.
……………………
IDIOSINCRASIA:
Según
la etimología, el sufijo cracia significa gobierno como:
democracia, teocracia, burocracia, gerontocracia. Pero, como “idiosincrasia” es
“la manera de ser propia de una persona”, y no tiene relación ninguna con
“gobierno”, se escribe con s.
ALCALDE:
La
ortografía trae como norma que son femeninos los nombres de mujer y los de sus
oficios. Algunos sustantivos forman el femenino con las terminaciones: ora, esa, isa, iz. Ejemplos:
gobernadora, duquesa, alcaldesa, sacerdotisa, emperatriz, poetisa. También se han venido aceptando: asistenta,
presidenta, ministra, dependienta… La palabra jefa también ha sido aceptada,
pero no el femenino de “testigo”.
CARNÉ DE ESTUDIANTE:
Todas
las mayúsculas, que lo requieran, deben llevar tilde. Sin ella, pueden
significar algo distinto como en el caso de una cartelera en una universidad:
“para tus diligencias necesitas carne de estudiante”; es, pues, diferente el
carné de la carne. Carnet es un extranjerismo que ha sido aceptado con grafía
(escritura) española: carné.
CORPUS:
(lat.
Cuerpo) Conjunto, lo más extenso y ordenado posible, de datos o textos
científicos, literarios, etc. que puede servir de base a una investigación
ENFRENTE: Locución prepositiva: enfrente de,
delante de algo. Locución prepositiva: contra o en contra de algo o de alguien,
en pugna... Locución adverbial: la parte opuesta, el punto que mira a otro, o
que está delante de otro: La acera de enfrente.
EXILIO:
¿Por qué tanto periodista habla de los “exilados”
colombianos? Del sustantivo exilio se forma el verbo exiliar. El participio de dicho verbo
es exiliado, que hace los oficios de
sustantivo o de adjetivo: los colombianos exiliados; los exiliados de Colombia.
El verbo exiliar se conjuga como “cambiar”.
DEL:
No
demos noticias anunciando que “la
autoridad diligenció el levantamiento de
el cadáver”. El modernismo nos ha hecho olvidar uno de los fenómenos
fonéticos más importantes para la musicalidad del lenguaje; omitirlo es un
error gramatical y ortográfico: es la llamada contracción o crasis que
consiste en la fusión en una sola, de las dos vocales que se encuentran juntas.
Son dos los casos:
a) Dos vocales iguales: “de” “el” (preposición más
artículo). Debe decirse y escribirse del.
b) Dos vocales diferentes: “a” “el” (preposición
más artículo). Debe decirse y escribirse
al. Y es tal la extravagancia de algunos locutores de noticias que
hasta en la fonética omiten usar las contracciones: AL y DEL.
A DONDE:
Se
escribe en una sola palabra (adonde) cuando el antecedente está expreso: esa es
la casa adonde (sin tilde) vamos. Cuando el
antecedente no se expresa, se escribe en dos palabras: ellos venían a donde tú
estabas. Para usarlo en forma interrogativa (adverbio de lugar), sólo puede
hacerse con verbos de movimiento, y se escribe en una sola palabra; además,
lleva tilde: ¿Adónde se llevaron al niño?
¿Adónde vas?
MACHACAR:
Golpear
una cosa para quebrantarla. / Reducir una cosa sólida a fragmentos.
MACHACÓN:
Importuno,
que repite las cosas con insistencia y pesadez.
MACHUCAR:
Herir,
golpear con una cosa, maltratándose y causando alguna contusión.
MACHUCÓN:
Acción
y efecto de machucar. Se dice: machacar la carne. Machucar los dedos.
AFRENTAR:
¿Por qué el periodista dijo que el doctor se le
afrentó cuando lo entrevistaba?
Afrentó:
Acción y efecto de afrentar. Afrentar: Causar afrenta. Afrenta: Vergüenza y
deshonor.
ENFRENTAR:
Afrontar.
/ Poner frente a frente. / Oponer. (Este verbo fue el que debió utilizar el
periodista).
ESTAR DE ACUERDO CON:
Dice
el artículo que el columnista está de acuerdo con el doctor de que hay que
dialogar. Cambiemos la preposición de por en.
Para deducir lo correcto, en este caso, formulemos la pregunta: ¿en qué está de
acuerdo? Notemos que no se puede hacer la pregunta con la preposición de. (… de que…) ahí hay un vicio de
construcción gramatical llamado dequeísmo.
Este error gramatical consiste en el uso innecesario de la preposición de delante del pronombre relativo que. Recordemos: Una forma fácil
de saber si se necesita la preposición de,
es formulando la pregunta; si en esta queda incluido el de, es porque es necesario. No
cometamos, pues, el error del estudiante universitario cuando en su trabajo
dijo: investigando, descubrimos de que la verdad era otra. Preguntamos: ¿Qué
descubrimos? Respuesta: Descubrimos que la verdad era otra (sobra el de).
PREPOSICIÓN DE
(Necesidad
de ella). En español hay unos verbos en cuyo uso es imprescindible la
preposición de, tales como: estás
convencida de que te quieren; debemos acordarnos de los amigos; solemos gustar
de su conversación; no te das cuenta de que está presente; estamos seguros de
que vendrá; es bueno olvidarse de las ofensas.
NOS, PRONOMBRE:
Una
propaganda dice: “En estas Navidades hagámosnos firme propósito de
perdonarnos”. Delante del pronombre nos se pierde la S de la forma verbal en
subjuntivo. Se dice y se escribe: unámonos, unámo-nos, en lugar de unámos-nos;
hagámonos amigos, en lugar de hagámos-nos; vayámonos pronto, en lugar de
vayámos-nos.- También se pierde la S
delante del pronombre se:
hagámo-se-lo (hagámoselo) confesar, en lugar de hagamos-se-lo confesar.
GERUNDIO.
Dice
la noticia: “El avión estalló en el aire quedando sus restos esparcidos por el
cerro”. Quedando es el
gerundio del verbo quedar. En la
anterior cita, dicho gerundio está incorrecto porque indica posterioridad; es
decir, primero fue la acción de estallar y luego aparecieron los restos
esparcidos.
El
gerundio es muy difícil de emplear, casi siempre lo hacemos incorrectamente.
Por eso, los gramáticos aconsejan construir las oraciones sin él, excepto, cuando se esté muy seguro de
su uso correcto. En la noticia debió decirse: El avión estalló en el aire y sus
restos se esparcieron por el cerro.
HERIR:
Es
lamentable que nuestro eminente profesor escriba: “En la esquina del Café, los
sicarios matan siete personas e hieren a trece”.
Las
conjunciones se designan hoy como monemas, utilizados para conectar palabras.
La Y como conjunción
copulativa – o conectivo- sólo deja
lugar a la copulativa E
cuando la palabra siguiente empieza por i o por hi (sin diptongo). Los ejemplos que trae el
gramático Martínez Amador en su Diccionario de Gramática son muy claros:
Fernando e Isabel; madre e hija. Nunca se usa en formas verbales como: Nieva y
hiela, porque delante de palabras que llevan el diptongo hie no puede emplearse la conjunción E. Debe decirse golpea y hiere;
nieve y hielo; pintura valiosa y hierática.
Otra
observación: En cuanto a la frase del profesor: los sicarios matan siete
personas…. Ahí falta la preposición A,
porque “personas” es el complemento
directo de la expresión, y cuando este complemento directo se refiere a seres
humanos debe construirse gramaticalmente con la preposición A (los sicarios matan a siete
personas…).
AGREDIR:
Hasta
hace algunos años, la Real Academia Española sólo permitía, al conjugar este
verbo, las formas que tuvieran la letra i:
agredí, agredimos, agredirá, etc.
Según
el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE) en su vigésima segunda
edición, están permitidas todas las formas verbales (agredo, agredes, agrede,
agredimos, agredís, agreden).
AGUA:
Es
una palabra de género femenino y, como tal, los adjetivos que la acompañen
deben ser femeninos: aguas frías, agua limpia, esta agua, esa agua. Cuando se
emplea en singular y con artículo, exige el masculino por ser ella una palabra
que empieza por A acentuada:
el agua sucia; un agua limpia. La misma construcción gramatical ocurre con
otras palabras femeninas que también empiezan por A acentuada: el hambre, el águila, el alma, el arte, el ama de
casa, el aura. Cuando estas palabras de género femenino se emplean en plural,
exigen su natural artículo femenino: las hambres, unas hambres; las águilas,
unas águilas; las almas; las artes; las amas de casa; las auras.
SATISFACER:
Es
un verbo compuesto por el adverbio latino “satis” y el verbo latino “facere”
que significan respectivamente: bastante y hacer. Se conjuga como el verbo
hacer, anteponiendo la partícula “satis”: satisfago, satisfaces. En futuro se
conjuga: satisfará, satisfarás, satisfará. En el pretérito, se dice: satisfice,
satisficiste, satisfizo.
PREVER, PROVEER:
No
hay que confundir el empleo de estos dos verbos. El primero significa pensar de
antemano las medidas, las precauciones necesarias para hacer frente a lo que va
a ocurrir. El segundo verbo es abastecer, suministrar, aprovisionar. Digamos:
él prevé el mal tiempo, tú prevés, yo preveo. Él provee de alimentos, tú
provees, yo proveo; nosotros proveemos, vosotros proveeis, ellos proveen.
PLEGAR:
Significa:
Hacer pliegues, doblar. / Ceder. Someterse. Es verbo irregular y se conjuga
como “apretar”: me pliego, te pliegas, se pliega (me someto, te sometes, se
somete). O bien: pliego la hoja de papel para escribir mejor.
QUIEN:
Es
un pronombre relativo que designa siempre
a personas: ella es quien lo asegura.
QUE:
Es
casi siempre un pronombre relativo que se refiere a cosas y a personas:
ella es la que piensa así. La carta que escribiste.
SINO; SI NO:
Para
saber cuándo escribimos sino
(una sola palabra) y cuándo si no (dos palabras), intentemos
escribir inmediatamente después de la primera partícula una o varias palabras.
Si las admite, se escribe separado, ejemplo: Si
no quieres venir (si tú no quieres venir). Si no admite otras
palabras debe escribirse junto, ejemplo: No llamó sino que vino.
CON BASE EN:
Es
lo correcto. Por eso, no debe decirse ni escribirse: Realizó el trabajo con
base al tema signado.
AMERICANISMOS
SAMBA:
Danza popular brasileña, de influencia africana.
PALETA:
En América Central, México, Puerto Rico, República Dominicana es “polo” o
helado.
TAMAL:
En América: empanada de masa de maíz envuelta en hojas de plátano. También en
América: lío, embrollo, intriga. En El Salvador y Nicaragua: ladrón (el que
hurta, roba).
CHAMBA:
En lenguaje familiar en América Central, Ecuador, México, es empleo, trabajo.
En Colombia es zanja para limitar predios.
SANDUNGUERO:
En lenguaje familiar: persona que tiene sandunga (gracia), gracioso.
CARIOCA:
Natural de Río de Janeiro; relativo a esta ciudad. En Colombia: faja.
FONDA:
En Bolivia, Chile, Cuba, Colombia, Ecuador, México y Perú: puesto o cantina
donde despachan comidas y bebidas. Fondas rurales, camineras: además de comidas
y bebidas, prestan servicio de alojamiento.
CHANGO:
En Honduras: elegante (buen gusto para vestir). En Puerto Rico y República
Dominicana: bromista, guasón. En Argentina: carrito para las compras. En
México: mono o simio.
FRONDIO:
(sin tilde) En Colombia (Boyacá, Cundinamarca, Santander, Tolima): persona
desaseada, sucia.
FRONDÍO:
(con tilde). En Colombia: malhumorado, displicente. En Colombia y México:
sucio, desaseado, tosco.
CHICLE:
En Colombia y Cuba: persona que molesta a otra por querer siempre estar en su
compañía.
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