PARA
RECORDAR Y PRACTICAR
Aunque
muchas palabras de uso común no están admitidas por la Real Academia de la
Lengua, el insistente uso les da derecho a entrar al idioma, y es ese
frecuente uso el que obliga a
los señores académicos a reconocer dichos vocablos. Pero, también es verdad que
debemos utilizar correctamente las palabras, máxime cuando ellas existen como:
VERTER. Aunque algún diccionario registre “vertir”, como afirman algunas
personas en sus cartas a un excelente periódico, su empleo en el idioma no es
correcto. En cambio, sí existe el correcto (verter).
Copio
lo que el lingüista español Manuel Seco dice en su Diccionario de Dudas de la
Lengua Española:
“VERTER:
Verter
es un verbo irregular. Se conjuga como defender (defiendo-vierto;
defiendes-viertes). Vertir: es incorrecto. Dígase: Verter (pág. 335).
El muy conocido y consultado Diccionario
Larousse dice que se conjuga como el verbo tender (y no registra
“vertir”).
En
cuanto a las acepciones de VERTER, tenemos: “Derramar líquidos. Esparcir.
Inclinar una vasija para vaciarla. Traducir: verter un texto al español. Correr
un líquido por una pendiente, etc.”
Veamos
otros verbos que causan mucha dificultad:
ABOLIR:
Es
verbo defectivo. Sólo son válidas las formas cuya terminación o morfema tiene
la letra i. Ejemplos: abolimos, abolís, aboliría, abolirá…
ACOSTUMBRAR:
En
el sentido de “soler”: tener costumbre, no debe llevar preposición, digamos:
por las tardes, acostumbraba leer en el parque. Cuando se trata de crear hábitos
en alguien (verbo transitivo), se construye con la preposición a: acostumbró a su hijo a
acostarse temprano.
ADECUAR:
Hasta
antes de la vigésima segunda edición del Diccionario de la Lengua Española
(Real Academia Española) y de su publicación en 1999 de la “Ortografía de la
Lengua Española”, existía la norma gramatical y ortográfica que recomendaba:
los verbos terminados en CUAR y GUAR mantienen su diptongo. Decíamos: yo licuo
(licuar); yo adecuo (adecuar) tú evacuas (evacuar) tú averiguas (averiguar).
Según la nueva edición (2010) de la Gramática de la Lengua Española y la última
edición (2011) de la Ortografía (743 pp.), esos mismos verbos pueden usarse con
una tilde que disuelve el diptongo, (licúo, adecúas, evacúa).
RELEVAR:
(No
“rielevar”). Sus acepciones son, entre muchas: exaltar, enaltecer, engrandecer,
eximir, reemplazar, resaltar. Hablemos, entonces, de hechos relevantes, y no
“relievantes”, aunque en algunos países de América del Sur se emplee esta
forma.
RECORDAR:
Este
verbo suele emplearse mal. Se le confunde con acordarse de. Oímos
decir: “recordar de”, “recordarse de”, formas no admitidas ni en la lengua oral
ni en la escrita. Digamos: Ayer te recordé; o bien, me acordé de ti. ¿Recuerdas
ese libro?; o también: ¿Te acuerdas de ese libro?
REFORZAR:
Verbo
irregular, se conjuga como acordar. Se habla, entonces, de las circunstancias
que refuerzan. (No: reforzan, como
decía un alto empleado del gobierno en una entrevista radial).
TRASTROCAR:
En
el sentido de cambio. Mudar el ser o estado de algo, dándole otro diferente del
que tenía. Verbo irregular, se conjuga como
contar: trastrueco, trastruecas, trastruecas…
TRASTOCAR:
Trastornar,
revolver. / Trastornarse, perturbarse. Verbo regular: trastoco, trastocas,
trastoco.
……………………
IDIOSINCRASIA:
Según
la etimología, el sufijo cracia significa gobierno como:
democracia, teocracia, burocracia, gerontocracia. Pero, como “idiosincrasia” es
“la manera de ser propia de una persona”, y no tiene relación ninguna con
“gobierno”, se escribe con s.
ALCALDE:
La
ortografía trae como norma que son femeninos los nombres de mujer y los de sus
oficios. Algunos sustantivos forman el femenino con las terminaciones: ora, esa, isa, iz. Ejemplos:
gobernadora, duquesa, alcaldesa, sacerdotisa, emperatriz, poetisa. También se han venido aceptando: asistenta,
presidenta, ministra, dependienta… La palabra jefa también ha sido aceptada,
pero no el femenino de “testigo”.
CARNÉ DE ESTUDIANTE:
Todas
las mayúsculas, que lo requieran, deben llevar tilde. Sin ella, pueden
significar algo distinto como en el caso de una cartelera en una universidad:
“para tus diligencias necesitas carne de estudiante”; es, pues, diferente el
carné de la carne. Carnet es un extranjerismo que ha sido aceptado con grafía
(escritura) española: carné.
CORPUS:
(lat.
Cuerpo) Conjunto, lo más extenso y ordenado posible, de datos o textos
científicos, literarios, etc. que puede servir de base a una investigación
ENFRENTE: Locución prepositiva: enfrente de,
delante de algo. Locución prepositiva: contra o en contra de algo o de alguien,
en pugna... Locución adverbial: la parte opuesta, el punto que mira a otro, o
que está delante de otro: La acera de enfrente.
EXILIO:
¿Por qué tanto periodista habla de los “exilados”
colombianos? Del sustantivo exilio se forma el verbo exiliar. El participio de dicho verbo
es exiliado, que hace los oficios de
sustantivo o de adjetivo: los colombianos exiliados; los exiliados de Colombia.
El verbo exiliar se conjuga como “cambiar”.
DEL:
No
demos noticias anunciando que “la
autoridad diligenció el levantamiento de
el cadáver”. El modernismo nos ha hecho olvidar uno de los fenómenos
fonéticos más importantes para la musicalidad del lenguaje; omitirlo es un
error gramatical y ortográfico: es la llamada contracción o crasis que
consiste en la fusión en una sola, de las dos vocales que se encuentran juntas.
Son dos los casos:
a) Dos vocales iguales: “de” “el” (preposición más
artículo). Debe decirse y escribirse del.
b) Dos vocales diferentes: “a” “el” (preposición
más artículo). Debe decirse y escribirse
al. Y es tal la extravagancia de algunos locutores de noticias que
hasta en la fonética omiten usar las contracciones: AL y DEL.
A DONDE:
Se
escribe en una sola palabra (adonde) cuando el antecedente está expreso: esa es
la casa adonde (sin tilde) vamos. Cuando el
antecedente no se expresa, se escribe en dos palabras: ellos venían a donde tú
estabas. Para usarlo en forma interrogativa (adverbio de lugar), sólo puede
hacerse con verbos de movimiento, y se escribe en una sola palabra; además,
lleva tilde: ¿Adónde se llevaron al niño?
¿Adónde vas?
MACHACAR:
Golpear
una cosa para quebrantarla. / Reducir una cosa sólida a fragmentos.
MACHACÓN:
Importuno,
que repite las cosas con insistencia y pesadez.
MACHUCAR:
Herir,
golpear con una cosa, maltratándose y causando alguna contusión.
MACHUCÓN:
Acción
y efecto de machucar. Se dice: machacar la carne. Machucar los dedos.
AFRENTAR:
¿Por qué el periodista dijo que el doctor se le
afrentó cuando lo entrevistaba?
Afrentó:
Acción y efecto de afrentar. Afrentar: Causar afrenta. Afrenta: Vergüenza y
deshonor.
ENFRENTAR:
Afrontar.
/ Poner frente a frente. / Oponer. (Este verbo fue el que debió utilizar el
periodista).
ESTAR DE ACUERDO CON:
Dice
el artículo que el columnista está de acuerdo con el doctor de que hay que
dialogar. Cambiemos la preposición de por en.
Para deducir lo correcto, en este caso, formulemos la pregunta: ¿en qué está de
acuerdo? Notemos que no se puede hacer la pregunta con la preposición de. (… de que…) ahí hay un vicio de
construcción gramatical llamado dequeísmo.
Este error gramatical consiste en el uso innecesario de la preposición de delante del pronombre relativo que. Recordemos: Una forma fácil
de saber si se necesita la preposición de,
es formulando la pregunta; si en esta queda incluido el de, es porque es necesario. No
cometamos, pues, el error del estudiante universitario cuando en su trabajo
dijo: investigando, descubrimos de que la verdad era otra. Preguntamos: ¿Qué
descubrimos? Respuesta: Descubrimos que la verdad era otra (sobra el de).
PREPOSICIÓN DE
(Necesidad
de ella). En español hay unos verbos en cuyo uso es imprescindible la
preposición de, tales como: estás
convencida de que te quieren; debemos acordarnos de los amigos; solemos gustar
de su conversación; no te das cuenta de que está presente; estamos seguros de
que vendrá; es bueno olvidarse de las ofensas.
NOS, PRONOMBRE:
Una
propaganda dice: “En estas Navidades hagámosnos firme propósito de
perdonarnos”. Delante del pronombre nos se pierde la S de la forma verbal en
subjuntivo. Se dice y se escribe: unámonos, unámo-nos, en lugar de unámos-nos;
hagámonos amigos, en lugar de hagámos-nos; vayámonos pronto, en lugar de
vayámos-nos.- También se pierde la S
delante del pronombre se:
hagámo-se-lo (hagámoselo) confesar, en lugar de hagamos-se-lo confesar.
GERUNDIO.
Dice
la noticia: “El avión estalló en el aire quedando sus restos esparcidos por el
cerro”. Quedando es el
gerundio del verbo quedar. En la
anterior cita, dicho gerundio está incorrecto porque indica posterioridad; es
decir, primero fue la acción de estallar y luego aparecieron los restos
esparcidos.
El
gerundio es muy difícil de emplear, casi siempre lo hacemos incorrectamente.
Por eso, los gramáticos aconsejan construir las oraciones sin él, excepto, cuando se esté muy seguro de
su uso correcto. En la noticia debió decirse: El avión estalló en el aire y sus
restos se esparcieron por el cerro.
HERIR:
Es
lamentable que nuestro eminente profesor escriba: “En la esquina del Café, los
sicarios matan siete personas e hieren a trece”.
Las
conjunciones se designan hoy como monemas, utilizados para conectar palabras.
La Y como conjunción
copulativa – o conectivo- sólo deja
lugar a la copulativa E
cuando la palabra siguiente empieza por i o por hi (sin diptongo). Los ejemplos que trae el
gramático Martínez Amador en su Diccionario de Gramática son muy claros:
Fernando e Isabel; madre e hija. Nunca se usa en formas verbales como: Nieva y
hiela, porque delante de palabras que llevan el diptongo hie no puede emplearse la conjunción E. Debe decirse golpea y hiere;
nieve y hielo; pintura valiosa y hierática.
Otra
observación: En cuanto a la frase del profesor: los sicarios matan siete
personas…. Ahí falta la preposición A,
porque “personas” es el complemento
directo de la expresión, y cuando este complemento directo se refiere a seres
humanos debe construirse gramaticalmente con la preposición A (los sicarios matan a siete
personas…).
AGREDIR:
Hasta
hace algunos años, la Real Academia Española sólo permitía, al conjugar este
verbo, las formas que tuvieran la letra i:
agredí, agredimos, agredirá, etc.
Según
el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE) en su vigésima segunda
edición, están permitidas todas las formas verbales (agredo, agredes, agrede,
agredimos, agredís, agreden).
AGUA:
Es
una palabra de género femenino y, como tal, los adjetivos que la acompañen
deben ser femeninos: aguas frías, agua limpia, esta agua, esa agua. Cuando se
emplea en singular y con artículo, exige el masculino por ser ella una palabra
que empieza por A acentuada:
el agua sucia; un agua limpia. La misma construcción gramatical ocurre con
otras palabras femeninas que también empiezan por A acentuada: el hambre, el águila, el alma, el arte, el ama de
casa, el aura. Cuando estas palabras de género femenino se emplean en plural,
exigen su natural artículo femenino: las hambres, unas hambres; las águilas,
unas águilas; las almas; las artes; las amas de casa; las auras.
SATISFACER:
Es
un verbo compuesto por el adverbio latino “satis” y el verbo latino “facere”
que significan respectivamente: bastante y hacer. Se conjuga como el verbo
hacer, anteponiendo la partícula “satis”: satisfago, satisfaces. En futuro se
conjuga: satisfará, satisfarás, satisfará. En el pretérito, se dice: satisfice,
satisficiste, satisfizo.
PREVER, PROVEER:
No
hay que confundir el empleo de estos dos verbos. El primero significa pensar de
antemano las medidas, las precauciones necesarias para hacer frente a lo que va
a ocurrir. El segundo verbo es abastecer, suministrar, aprovisionar. Digamos:
él prevé el mal tiempo, tú prevés, yo preveo. Él provee de alimentos, tú
provees, yo proveo; nosotros proveemos, vosotros proveeis, ellos proveen.
PLEGAR:
Significa:
Hacer pliegues, doblar. / Ceder. Someterse. Es verbo irregular y se conjuga
como “apretar”: me pliego, te pliegas, se pliega (me someto, te sometes, se
somete). O bien: pliego la hoja de papel para escribir mejor.
QUIEN:
Es
un pronombre relativo que designa siempre
a personas: ella es quien lo asegura.
QUE:
Es
casi siempre un pronombre relativo que se refiere a cosas y a personas:
ella es la que piensa así. La carta que escribiste.
SINO; SI NO:
Para
saber cuándo escribimos sino
(una sola palabra) y cuándo si no (dos palabras), intentemos
escribir inmediatamente después de la primera partícula una o varias palabras.
Si las admite, se escribe separado, ejemplo: Si
no quieres venir (si tú no quieres venir). Si no admite otras
palabras debe escribirse junto, ejemplo: No llamó sino que vino.
CON BASE EN:
Es
lo correcto. Por eso, no debe decirse ni escribirse: Realizó el trabajo con
base al tema signado.
AMERICANISMOS
SAMBA:
Danza popular brasileña, de influencia africana.
PALETA:
En América Central, México, Puerto Rico, República Dominicana es “polo” o
helado.
TAMAL:
En América: empanada de masa de maíz envuelta en hojas de plátano. También en
América: lío, embrollo, intriga. En El Salvador y Nicaragua: ladrón (el que
hurta, roba).
CHAMBA:
En lenguaje familiar en América Central, Ecuador, México, es empleo, trabajo.
En Colombia es zanja para limitar predios.
SANDUNGUERO:
En lenguaje familiar: persona que tiene sandunga (gracia), gracioso.
CARIOCA:
Natural de Río de Janeiro; relativo a esta ciudad. En Colombia: faja.
FONDA:
En Bolivia, Chile, Cuba, Colombia, Ecuador, México y Perú: puesto o cantina
donde despachan comidas y bebidas. Fondas rurales, camineras: además de comidas
y bebidas, prestan servicio de alojamiento.
CHANGO:
En Honduras: elegante (buen gusto para vestir). En Puerto Rico y República
Dominicana: bromista, guasón. En Argentina: carrito para las compras. En
México: mono o simio.
FRONDIO:
(sin tilde) En Colombia (Boyacá, Cundinamarca, Santander, Tolima): persona
desaseada, sucia.
FRONDÍO:
(con tilde). En Colombia: malhumorado, displicente. En Colombia y México:
sucio, desaseado, tosco.
CHICLE:
En Colombia y Cuba: persona que molesta a otra por querer siempre estar en su
compañía.
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