UN LENGUAJE CLARO, CORRECTO Y ARMONIOSO
Lucila González de Chaves
lugore55@gmail.com
1. Evitemos el estilo difuso, prolijo, impreciso
Lo primordial en la expresión oral o escrita es ordenar las ideas. Evitar los detalles insignificantes que son causa del estilo difuso y con poca precisión. La prolijidad en la expresión se debe casi siempre a la pobreza de ideas. Cuando no se tiene nada que decir, se escribe más de lo necesario; también, menos.
Cuidar el matiz de la expresión; es decir, distinguir, comprender,
apreciar, valorar...
Al hablar o escribir, hay que acertar con la palabra
adecuada para no incurrir en imprecisiones o innecesarias
explicaciones.
Evitar la repetición de una palabra, bien sea suprimiéndola o reemplazándola por otra, pero sin cambiar
la idea; o expresar la idea de manera diferente.
En la sustitución de un vocablo por otro hay que tener cuidado porque las
palabras sinónimas no son exactamente iguales. Pereza, indolencia, holgazanería son
sinónimas, pero tienen leves matices de diferencia. Inquietud, alarma,
perturbación, agitación son sinónimas, pero pueden no expresar la misma idea
dentro de un contexto.
Se cree que un diccionario de sinónimos es la tabla de salvación del escritor;
esta afirmación no es del todo cierta, porque en determinado momento, ni el más
completo diccionario de este tipo puede darnos el sinónimo exacto.
Las palabras, a diferencia de los números, cambian de
valor según el contexto. La
tristeza, el amor, la ternura... son palabras cuyo contenido e intensidad
dependen de los otros vocablos que las acompañan en el texto, o de lo que el
escritor quiso decir en determinado momento. Cuando hay que matizar una
expresión, por su contenido espiritual o emocional, no debemos dejarnos llevar
por el fácil camino de los sinónimos.
Tengamos presente que el lenguaje es pobre y limitado, en proporción con
la riqueza infinita de los pensamientos, los sentimientos y las múltiples
experiencias existenciales.
"La lengua - dice el ensayista y crítico Marouzeau - es un instrumento imperfecto, un sistema
insuficiente y a veces incoherente de signos y procedimientos, incapaz de
traducir exactamente el pensamiento".
"La expresión lingüística - en opinión del escritor Gonzalo Martín Vivaldi
- no es más que una traducción aproximada de lo que, en un momento dado,
pensamos, sentimos o imaginamos".
El buen manejo del lenguaje, hablado y escrito, es un larga y permanente
ejercitación, pues el logro es difícil de alcanzar.
2. Hipertono
Es cada una de las vibraciones secundarias que se
suman al tono de un sonido para construir el timbre peculiar de dicho sonido.
Nos especificará qué aspecto de una persona, qué fase de su desarrollo, qué
clase de sus actividades tenemos en mente.
Dicho de otra forma: el hipertono es el efecto
expresivo o emocional que las palabras pueden generar en quienes las producen o
en quienes las reciben.
El hipertono está presente en todo cuanto hablamos;
algunas veces más suave y discreto, por amor, por respeto, por confidencia,
etc.; otras, es subido, gritón, amenazante, impositivo, sobre todo cuando hay
violencia, cuando no dominamos las intensas emociones o la necesidad de
convencer. Con frecuencia escuchamos: ¡cuidado con el tonito!
3. Efectos del sentido de las palabras
El sentido o significado de base: Es el que le corresponde en el diccionario. Evoca un
concepto preciso y no ofrece ambigüedades.
El significado contextual: Las palabras siempre están dentro de un contexto, y
es este el que precisa el sentido en que ha sido empleada dicha palabra.
Ejemplo: Operación, su significado de base: Acción o labor necesaria para hacer
una cosa. Su significado contextual: Se habla de operación bancaria, operación
militar, operación cesárea, etc.
El significado denotativo: Es la relación entre: signo-palabra-objeto. Cuando
usamos denotativamente palabras, estamos nombrando algo en el mundo físico.
El significado connotativo. Es el significado personal, configurado por nuestra
cultura y el sistema social en que nos movemos. Los semiólogos lo definen como
una relación entre signo-objeto-persona.
Este significado está relacionado con la experiencia
personal: sentimientos, creencias. Es el valor expresivo que damos a las
palabras.
Si oyentes o lectores no poseen habilidad de escuchar,
de leer críticamente y de pensar, no están capacitados para recibir e interpretar
los mensajes, y menos aún, si estos tienen lenguaje connotativo.
Realicemos estas ejercitaciones para fortalecer nuestra competencia comunicadora:
- Escribamos de nuevo algunos mensajes confusos, oídos
o escritos, para que ejercitemos nuestro claro y correcto estilo.
-Analicemos mensajes en correos electrónicos, y hagamos un paralelo entre dicho análisis y nuestras competencias y habilidades.
-La sociedad de consumo nos acosa con propagandas, ofrecimientos, rebajas…, valoremos cuáles tienen mejor contenido desde el punto de vista de atracción, convencimiento, verdad y buenos códigos. Además, ejercitemos nuestra percepción de lenguajes denotativos y connotativos.
-Seamos buenos escuchas y analicemos los hipertonos; tratemos de encontrar la causa y el momento en que se producen.
4. La tilde
y los monosílabos prefijados
Plan,
gas, ve, yo no llevan tilde por ser
palabras monosílabas, pero se acentúan ortográficamente en el momento en que se
les añade un prefijo y, por tanto, dejan de ser monosílabas y se convierten en
agudas terminadas en -n, -s o vocal: megaplán, antigás, biogás, prevé, superyó.
Uso correcto
Chile anuncia un megaplán de obras públicas.
Los vendedores se confunden sobre la diferencia entre
respiradores y máscaras antigás.
Se prevé que la cinta se estrene el próximo diciembre
de 2021.
Gracias a la última creación de Marvin Kren, podemos
conocer cómo surgieron en su mente los conceptos del yo, superyó y el ello.