miércoles, 30 de diciembre de 2020

CRECE LA LIBERTAD EN EL USO DEL IDIOMA

 

CRECE LA LIBERTAD EN EL USO DEL IDIOMA,

 

GRACIAS A QUE LA RAE SE HA FLEXIBILIZADO Y EL VOCABULARIO AUMENTA SIN SUPOSICIONES DAÑINAS EMANADAS DEL LLAMADO “CASTICISMO”

 

«Coronavirus», «COVID», «desconfinar», «desescalada» son algunos de los términos que se acaban de incorporar al «Diccionario de la lengua española» (DLE), cuya última actualización suma más de 2500 novedades, tanto enmiendas como adiciones, que han sido incluidas en su edición digital.

Algunas de estas nuevas palabras se encuentran entre los términos más consultados del año y su inclusión en el diccionario ha sido dado a conocer este martes por su directora, la académica de la RAE, Paz Battaner, que ha explicado que «COVID» entra como sustantivo en mayúscula con géneros masculino y femenino.

Pero más allá de las nuevas palabras incluidas, debido a la situación provocada por la pandemia, hay otras incorporaciones al diccionario como «emoji» o «emoticono», «trol» o «trolear», «finde», «fascistoide», «animalismo», «macho alfa», «nacho» o «gastrobar».

«COVID» tenía tres problemas como eran la asignación de género gramatical, una ortografía como si fuera una sigla y la intensidad silábica, y aunque la RAE manejaba el femenino porque se trata de una enfermedad, «al final los hispanohablantes decidirán por qué optan», ha señalado el director de la Academia, Santiago Muñoz Machado.

Desde mayo o junio, con la experiencia de lo que había ocurrido se han estudiado las palabras relacionadas con la pandemia que se han incorporado a esta edición. Y aunque, por ejemplo, «confinamiento» ya estaba en el diccionario, su acepción era referida a un castigo; ahora, «ya no es una penalización»: ha habido cambio léxico y semántico debido a la pandemia.

Sobre la palabra «coronavirus», el DLE define desde ahora el término como un «virus que produce diversas enfermedades respiratorias en los seres humanos, desde el catarro a la neumonía o la COVID», mientras que «COVID» aparece como «síndrome respiratorio agudo producido por un coronavirus».

También se ha añadido «desconfinamiento» para definir el «levantar las medidas de confinamiento impuestas a una población, o a parte de ella, en un territorio u otro lugar».

Y «desescalada» se define como el ‘descenso o disminución graduales en la extensión, intensidad o magnitud de una situación crítica, o de las medidas para combatirla’. 

Las palabras «emoji» y «emoticono» también se incorporan ahora al diccionario, con una ortografía netamente castellana, así como los términos «trol» y «trolear» para definir, en foros de Internet y redes sociales, el «usuario que publica mensajes provocativos, ofensivos o fuera de lugar con el fin de molestar, llamar la atención o boicotear la conversación».

Y aunque «hilo» no es una palabra nueva, el diccionario ha añadido una adición de acepción relativa a su uso, en foros de internet o redes sociales para hablar de una cadena de mensajes publicados sobre un mismo asunto.

El director de la RAE ha explicado el procedimiento que se lleva a cabo para añadir vocablos. Cualquier ciudadano o académico propone una modificación, se verifica que se usa intensamente sobre los corpus de la RAE y que se usa en la práctica totalidad del mundo hispanohablante. Entonces pasa a una de las comisiones del pleno, se manda a cada una de las 22 academias y así ese año pasan al diccionario.

«No le incomoda al español, la incorporación de palabras en “crudo”», ha dicho el director de la RAE en referencia a los anglicismos en materia de internet.  La constante frase: “el inglés nos invade”, no es una cuestión de gran preocupación; las palabras se castellanizan y no significan mucho en la inmensidad del léxico castellano», ha indicado Muñoz Machado 

Y también se ha agregado la acepción coloquial de «finde» a la acepción de «fin de semana». «Es un guiño a los hablantes, asegura Muñoz Machado, un reconocimiento al uso.

El trabajo de «reponedor» no existía y ahora la lengua lo ha incorporado a su diccionario. Y se incluye también una acepción nueva de «avatar», como representación gráfica de un usuario en el entorno digital, o «macho alfa».

En lo que se refiere a gastronomía, «gastrobar» figura desde este momento como ‘bar o restaurante que ofrece tapas y raciones de alta cocina’ y también figurará «nacho» para hablar del ‘trozo triangular de tortilla de maíz, típico de la cocina mexicana, que, frito, se toma como aperitivo, generalmente acompañado de salsas espesas’. Y «faláfel», plato típico de la cocina árabe.

«Vigorexia», esa obsesión patológica por desarrollar la musculatura o la actividad recreativa de la «tirolina» son otras de las nuevas definiciones.

La palabra «animalismo» aparecerá asimismo como el movimiento que propugna la defensa de los derechos de los animales; y «mundialismo», como el movimiento en favor de la colaboración de todos los países y de la creación de un gobierno mundial.

 

30 de diciembre de 2020

martes, 8 de diciembre de 2020

¡NAVIDAD!, NO IMPORTA LA DESESPERANZA DE UNA PANDEMIA

 

                                     LA SEMÁNTICA NAVIDEÑA

 

Con motivo de las fiestas navideñas, existen algunas claves para una redacción más cuidadosa de las noticias en las que aparecen términos relacionados con estas celebraciones.

 

1.      Navidad, Nochebuena….

 

Navidad, Navidades, Nochebuena, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes se escriben con mayúscula inicial por tratarse de nombres propios de festividades, según indica la Ortografía académica. Cuando Navidades y Navidad se refieren al periodo, se admite también su escritura con minúscula: “Cerca de 2,4 millones de pasajeros pasarán estas navidades por los aeropuertos americanos”. Además, y aunque ambas palabras son correctas, se prefieren las formas Nochebuena y Nochevieja a las escritas en dos palabras Noche Buena y Noche Vieja.

 

2.    Las palabras: feliz, próspero, paz…

 

Términos como feliz, próspero, amor, paz o felicidad, que suelen verse con inicial mayúscula («El presidente del Gobierno deseó una Feliz Navidad a los periodistas»), se escriben, al tratarse de adjetivos y nombres comunes, con minúscula inicial: «El presidente del Gobierno deseó una feliz Navidad a los periodistas».

 

3.     Tarjeta de Navidad, mejor que christmas

 

Las expresiones tarjeta de Navidad o tarjeta navideña son preferibles a la voz inglesa Christmas y su hispanización crismas, cuyo empleo se da especialmente en España.

 

4.    El belén, en minúsculas

 

La representación de la escena del nacimiento de Jesús se escribe con minúsculas, el belén, ya que, aunque proviene del nombre de la localidad donde la Biblia sitúa el nacimiento, se usa en este sentido como nombre común. Solo se escribe con mayúscula inicial si se refiere a la ciudad: «Jesús nació en Belén». También se escriben en minúscula sus sinónimos: nacimiento, portal y pesebre.

 

5.     Niños Jesús, Papás Noel y papanoeles

 

Se recomienda escribir Niños Jesús y Papás Noel como los plurales de Niño Jesús y Papá Noel. Sin embargo, Papá Noel ha dado también origen al sustantivo común papanoel, referido, más que al propio san Nicolás, a las personas disfrazadas de este personaje y a los muñecos y adornos con su forma, que tiene menor uso y cuya forma plural es papanoeles.


(Conceptos académicos)

 

  

LA FE


(de poemas de Navidad del poeta argentino Francisco Luis Bernárdez (1900 - 1978)

 

Por lo desconocida y por lo bella,

por lo profunda y por lo desolada,

esta noche, Señor, es como aquella

que te sirvió de cuna y de posada.

 

Esta dulce mirada de doncella

con que mira la noche abandonada

es la mirada de la misma estrella

que presenció en silencio tu llegada.

 

Este dolor es el dolor del hombre

que a pesar de sufrir tuvo confianza

en el advenimiento de tu Nombre.

 

Estos ojos, Señor, son como aquellos

ojos que no perdieron la esperanza

de que vinieras a llorar por ellos.

 

 

¡VAMOS JUNTOS AL PESEBRE, A DEPONER NUESTRAS RIVALIDADES!

  

Lucila González de Chaves

Lugore55@gmail.com

 

 

Todos ¡juntos! guiados por la luz de un noble y urgente deseo y con la humildad y el arrepentimiento como presentes, vamos al encuentro de la conmemoración de este extraordinario acontecimiento, ocurrido en Belén hace más de dos mil años; celebremos jubilosamente el origen de la historia de nuestra salvación.

Este Dios-Niño, hijo de Dios-Padre, Príncipe de nuestros corazones, lleva siglos acompañando a la humanidad, e instándola a que aprenda amar, a que alcance la paz interior y la capacidad de convivencia, que son el único comienzo y el exclusivo camino de la verdadera paz en las familias, en la sociedad, en nuestro país, en los gobiernos, en el mundo entero.

Lleva más dos mil años cumpliendo su promesa de amarnos y perdonarnos; pero no ha sido posible que aprendamos de Él. Y lo más doloroso: gobernantes y gobernados vamos dejando atrás y en el olvido, la nobleza de vivir para redimir, lo que el gran Niño del pesebre, con su nacimiento, constituyó como historia y mandato.

La historia existencial ha cambiado; hoy se cimienta en incumplir y manchar la palabra, el juramento, el mandato, la obligación de cuidar la patria; nos anima el perverso sentimiento de ver en los ciudadanos a seres extraños, a desconfiar de todos ellos y, por ende, a convertirlos en enemigos.

Cada diciembre los colombianos, cargados con todo el daño que hemos hecho, con los engaños, la corrupción, recorriendo un camino cada vez más resbaladizo y tomando un rumbo sin luz ni guía…; con toda esa carga a cuestas, hacemos promesas, nos decimos palabritas tranquizadoras, nos damos regalitos impulsados por el amor familiar, el amor de amigos, de vecinos, de jefes, de subalternos…

¿Qué hemos logrado? ¿Sí ha sido el Mandamiento del Amor el centro de nuestra vida, el semillero de una paz que consiste en ponerles limpieza al alma, seriedad a las palabras, respeto al compromiso, honestidad a la promesa, firmeza a la obligación?

Nos hemos anestesiado con todos los aconteceres porque el cerebro no procesa, ya, más noticias escandalosas, perversas y fabricadas, muchas veces, a costa de silencios sabios y de la rectitud de comportamientos que pueden ser salvadores; nos vigorizamos con aspavientos, algarabías, hechos irreverentes y asesinos del pudor, del honor, de las promesas para defender la majestad de la patria, lo sagrado de los hogares, el juramento profesional, el respeto a los bienes, el obligatorio cuidado y protección moral de los niños, que son nuestra prolongación en el tiempo.

Cada año, cada día, Colombia tiene para mostrar violaciones, corrupción, llanto, dolores, atropellos morales, familiares, económicos; y, luego, nos sentimos redimidos, simplemente negando nuestra responsabilidad y culpabilidad, o utilizando deportivamente la palabra “perdón”, ya tan manoseada y por ello, tan falta de significación.

Se mata, se engaña, se viola, se atropella y, luego… el fulano, el doctor, el funcionario, el dirigente, la empresa, la institución…, el que tenga el turno, sale a decir: “pido perdón”. Y, ¡ya está!

Cedo la palabra a un escritor-autoridad en sabiduría, espiritualidad y limpieza y dignidad: el sacerdote carmelita, Hernando Uribe Carvajal, quien, alguna vez, escribió estas reflexiones sobre “LA PAZ”.

Esa paz que nace en el pesebre, que los ángeles y los pastores ensalzan y glorifican, pero que, pasando los tiempos, el ser humano olvida, enloda, le cambia su sentido y la manipula como quiere. Dice el sacerdote:

“(…). La paz no es una cosa que puedo encontrar en algún lugar. La paz va conmigo a dondequiera que voy”.

“Me detengo a preguntarme quién soy, de dónde vengo y a dónde me encamino”.

“Me sorprendo de mí mismo, y mi sorpresa crece al constatar que yo soy la paz, lo que busco por todas partes con afán”. 

“Mi interioridad se manifiesta en cada gesto mío”.

“Miro mi rostro, mis ademanes; estoy mirando la paz, lo que soy, esa maravilla de unidad, pasmosa en su complejidad, armonía de cuerpo y alma, de cerebro y corazón”.

“La paz, […] nace en mi interioridad. Cuanto más tiempo le dedico, más descubro la maravilla que es”.

“San Juan de la Cruz me enseña a llevarlo todo con igualdad tranquila y pacífica, y a alegrarme en todo por no perder la paz, y así, ponerle remedio conveniente a toda adversidad haciendo de la armonía el tesoro del corazón. […].

“Vivo haciendo la paz conmigo; vives haciendo la paz contigo; vivimos haciendo la paz con nosotros. Coincidimos”.

“La coincidencia es fruto de un juego lleno de inteligencia y corazón, regalo de la Divinidad”.

 “La paz que somos llena la atmósfera que respiramos”. 

 

lunes, 7 de diciembre de 2020

EL CLIMA ARRUINANTE

 

EL CLIMA ARRUINANTE…. PARECE QUE TAMPOCO SABEMOS BIEN CÓMO HABLAR DE ÉL

 


Crisis climática es una denominación válida que expresa adecuadamente la magnitud, intensidad y velocidad del cambio que se está produciendo en el clima.


En los medios es cada vez más frecuente encontrar noticias sobre medioambiente en las que esta expresión aparece junto con calentamiento global, cambio climático y emergencia o urgencia climática, como:

«Nueva Zelanda declara esta semana la emergencia climática»

«¿Y si ya es demasiado tarde para detener el calentamiento global”

 «Los efectos de la emergencia climática han hecho crecer la necesidad de drenaje de la ciudad».

 Sobre estas denominaciones conviene precisar lo siguiente: 

1.Calentamiento global.

Es el aumento de la temperatura de la Tierra.

2.Cambio climático.

Es una expresión más amplia que incluye todas las variaciones en el clima. Los cambios climáticos han existido desde el inicio de la historia de la Tierra, pero la novedad del actual reside en que es un cambio en el clima causado directa o indirectamente por la actividad humana. Incluye alteraciones en la temperatura, pero también en las precipitaciones, en la velocidad del viento, en la presión atmosférica, en la frecuencia de eventos extremos, etc. No obstante, con frecuencia, se ha empleado calentamiento global, no solo para referirse al calentamiento estricto, sino de modo general a la globalidad de sus efectos.

3.Crisis climática.

Muchos expertos empiezan a señalar que la situación de cambio de clima que estamos viviendo, por su magnitud, su intensidad y su velocidad, permite afirmar que estamos ante una crisis climática.

4.Emergencia climática.

 Otros apuntan a que emergencia es un término más preciso para aludir a una dimensión temporal corta para actuar y que traslada verazmente la necesidad de adoptar con prontitud medidas intensas para afrontar el problema.

De este modo, aunque ejemplos como los anteriores no son censurables, crisis climática es la forma más adecuada para referirse a la magnitud y a las consecuencias del cambio climático causado por la actividad humana.

Cuando, además, se quiera enfatizar la amenaza que esto supone y la necesidad de actuar sobre ella con medidas urgentes, pueden emplearse las alternativas emergencia y urgencia climática, como: «Los jóvenes piden en la calle que se declare la emergencia climática». «Hacia la declaración de emergencia climática: qué es y para qué sirve».

 

(Resumen de lo que enseña la RAE)