domingo, 21 de diciembre de 2014

CARTA ABIERTA AL DIOS DEL PESEBRE

CARTA ABIERTA AL DIOS DEL PESEBRE


Lucila González de Chaves
Lugore55@gmail.com



A la media noche, marcando el meridiano entre el 24 y el 25 de diciembre, desciendes, Dios-Niño, a la tierra para hermanarte con el hombre, que cada vez pierde con más fuerza, la razón, la alegría y el sentido de vivir.

En este alborear del siglo XXI, compruebas que en el amor y en la fraternidad, en el perdón y en los compromisos no hemos crecido  nada, y en cambio, sí nos hemos deteriorado mucho, porque la muerte, la corrupción, la mentira, la indignidad, la doble moral, nos han estropeado esos sentimientos que empezaron a germinar hace dos mil años, a tus pies, en una silenciosa adoración de tus padres, gracias al inefable “fíat”  (hágase) de la Virgen en la Anunciación.

 Casi junto al Calvario, treinta y tres años después, nos  recordaste el amor y nos lo entregaste como mandamiento: “Amaos los unos a los otros”, para que pudiéramos encontrar el camino de la convivencia.

En cada cumpleaños tuyo, están más abiertas las heridas de la violencia, del secuestro, de la trampa, de la corrupción, del irrespeto en las familias, de la amenazante sociedad de consumo, de las perversidades ocultas en la tecnología, de los “acosos” sexuales, estudiantiles, profesionales, familiares, sociales, etc., de la deslealtad entre los amigos, de las traiciones y venganzas. Y, ahora, mi Señor, encuentras, también, que estamos padeciendo las consecuencias de la ofensa que hemos hecho a la naturaleza, tu obra perfecta de la creación.

Precioso Niño de Belén: Junto a los pastores estamos implorando por las heridas en los corazones y en las almas de todos los seres humanos, por los desposeídos, por los que sufren hambre, por los sin hogar, sin amor, sin compañía,  sin trabajo, por los colombianos víctimas de tanta infamia y tanta traición.

También necesitamos, Señor, que custodies la honra, el respeto, la ética de todos nosotros; sobre todo, ayuda a regresar al camino del bien a todos aquellos, subyugados por la corrupción en todos los campos.

Ayúdanos, Dios-Hermano, a todos, gobernantes y gobernados, a  rescatar (no a vender) la  patria, en la que millones de tus hijos, humillados, traicionados y ofendidos han de reubicarse para reemprender la marcha; y haz que esa marcha sea guiada y fortalecida por Ti; que no erremos más el rumbo; que enderecemos los pasos hacia el amor, la ayuda mutua, la honradez, el buen ejemplo, el servicio desinteresado, que son un DON tuyo.

 ¡Ilumínanos a todos para que podamos rehacer el tejido moral de la Patria y podamos llamarnos, con dignidad, honestos hijos de Colombia!

¡Dios-Niño! Ayúdanos a comprender que esta hora de tu Nacimiento, es la hora de cambiar las equivocadas posturas mentales y emocionales; económicas y políticas, gubernamentales y educativas, para no tener que seguir viviendo indefinidamente, esta vida caótica y dolorosa, esta rabia e inconformidad permanentes…

¡Señor Dios! Guíanos en el hablar y en el actuar para hacerlo todo con dignidad, acierto, cortesía e indulgencia, con verdad y respeto por los colombianos.

¡Dios de Amor, hecho humildad y sencillez en el pesebre! En esta noche buena; en esta noche de los “hombres de buena voluntad”, como lo cantaron los ángeles ante tu desmantelada cuna, te entregamos a nuestras familias, a nuestros amigos, a todos aquellos que  causan daño en forma individual o colectiva, mediante sus comportamientos, leyes, palabras, discursos, informaciones compradas, promesas incumplidas, mentiras indignas e irrespetuosas….

Esta noche, Dios-Niño, nos postramos ante Ti para adorarte y entregarte nuestras promesas de ser mejores. Ayúdanos a cambiar. Estamos desbordados por los odios, rencores, muertes injustas, cansancio de escuchar desatinos e incoherencias, equivocaciones cruciales….

Por todo ello, perdónanos, Dios-Luz-del-Mundo, y ayúdanos a recomponer la Patria a la luz de la verdad y de la justicia, a servir, a amar y a perdonar en tu nombre y de verdad.


lunes, 13 de octubre de 2014

ALFREDO NOBEL, EL SEÑOR DE LOS PREMIOS "NOBEL"

                          EL SABIO Y SOLITARIO SEÑOR DE LOS PREMIOS NOBEL


                                                                                      Lucila González de Chaves
                                                                                          Lugore55@gmail.com


Cada diez de diciembre es un aniversario más de la muerte de Alfredo Nobel; por tal motivo, se entregan los Premios que llevan su nombre, y que gozan de un prestigio extraordinario.

Cada año, antes del invierno europeo, los periódicos de todo el mundo publican la concesión de los Premios que recaen sobre personas de méritos ya consagrados. La Fundación Nobel, con sede en Estocolmo, tiene a su cargo la administración de los fondos para dichos Premios:

Los de Física y Química los concede la Academia de Ciencias de Estocolmo; el de Medicina, el Instituto Caroliniano de la misma ciudad; el de Literatura, la Academia Sueca de la Lengua; el de la Paz, el Storting (Parlamento Noruego).

En 1969 se concedió por primera vez, un sexto Premio: el de Economía que se entrega cada año, con los otros cinco, el diez de diciembre.

Alfredo Nobel nació en Estocolmo en 1833. Al morir, dejó su fortuna para fines de cultura y pacifismo, para promover y estimular el progreso de la ciencia, de la destreza y la pericia. Estudió química e ingeniería mecánica por su propio esfuerzo. Hasta los diecisiete años trabajó en Rusia, país al que había marchado toda la familia.

Luego, Nobel se fue a Norteamérica por su propia cuenta y riesgo; allí estudió al lado del ingeniero John Ericsson. Dos años después volvió a Rusia para trabajar con su familia en la fabricación de torpedos y minas submarinas. Esta empresa daba trabajo a mil obreros, lo que indica la cantidad de explosivos que producía.

Cuando Rusia empezó a comprar su armamento en el exterior, la fábrica de la familia Nobel se declaró en quiebra, y todos regresaron a Suecia. Alfredo viajó a París, y con la influencia de Napoleón III, consiguió un préstamo con el que aseguró su carrera de éxitos: inventó la nitroglicerina, la mezcló con pólvora negra, y el 15 de julio de 1864 sacó la patente de invención de la dinamita; esta haría explotar su fábrica el 3 de agosto siguiente.

Ante la amenaza que Alfredo Nobel representaba con su dinamita, y el terror que a las gentes producía el tenerlo cerca, no pudo reconstruir su fábrica, y tuvo que establecer su laboratorio y taller en un barco que se hallaba anclado en medio del lago Maelar.

Años después, pasado un poco el pánico, construyó fábricas en Suecia y Alemania; pero, el peligro acompaña los éxitos:
Salta, hecho pedazos, un buque que llevaba al Perú doscientos barriles de dinamita, y mueren cuarenta y siete tripulantes; vuela en San Francisco de California, un almacén, y hay catorce víctimas; queda destruido el local en Sídney; de la fábrica de Alemania sólo quedan los restos de muchos trabajadores, entre ellos su hermano menor…

Un nimbo de espanto y maldición aísla a Alfredo Nobel, con su invento, de los demás seres humanos. Nadie quiere vender, almacenar, embarcar dinamita, y él mismo no puede encontrar dónde vivir en Nueva York, porque –dicen-  “puede llevar muestras en los bolsillos”.

Nobel siente que la adversidad lo enardece y lo empuja hacia la lucha: hombre práctico y experto financiero, monta fábricas, saca patentes, organiza empresas comerciales y convence a todo el mundo de que la dinamita es menos peligrosa que los demás explosivos empleados en túneles, canteras y… por los ejércitos.

La dinamita se utilizó por primera vez con fines bélicos en la guerra franco-prusiana entre 1870 y 1871.

Nobel inventó una caldera inexplosiva, un freno automático, la pólvora sin humo: la balistita, la gelatina explosiva, una combinación del algodón pólvora y nitroglicerina, el caucho sintético, la seda artificial… Llegó a reunir ciento veintinueve patentes.

¿Su vida personal?

¡Enorme su carrera de inventor!,  ¡larga su fama!,  pero… ¿su vida personal?

Dicen sus biógrafos que Alfredo Nobel no supo luchar con el dolor del ser humano, con la angustia de vivir sujeto a la ilusión y al desengaño; no pudo llenar sus vacíos con amor… No supo abrir el corazón a los demás. Como era hombre de extraordinario talento, conocía su íntima desventura y la explicaba con infinito desprecio de sí mismo y de la humanidad.

Retraído, detestaba todas las formas de publicidad. Un hombre de educación muy cuidada y un perfecto idealista. Nunca cursó estudios universitarios ni obtuvo ningún título académico; pero, sus conocimientos científicos y su madurez intelectual sobrepasaban a sus contemporáneos.

 Hablaba varios idiomas y sabía de literatura; sin  embargo… ¡solitario!, de temperamento sensitivo, soñador. Su íntimo dolor de vivir se revela claramente en esta autodescripción que envió un día a su hermano: “Alfred Nobel, lastimoso medioviviente, debió ser muerto de asfixia por un médico filántropo tan pronto como, con un vagido, entró en la vida”.

En los últimos años sufrió muchos padecimientos físicos y mentales. La progresiva pérdida de la salud afectó su estado mental. A todo esto se suman la deshonestidad y la incomprensión de sus subalternos y ayudantes. Pero, dice uno de los estudiosos de Alfredo Nobel, que “en el fondo de su personalidad, peculiarmente complicada, que requería soledad y sufría de desesperación melancólica, entre un torbellino de negocios apremiantes y actividades industriales, yacía escondida una naturaleza poética”. (Anders Osterling)

En 1890, al leer la novela Abajo las armas de la baronesa Berta de Suttner (Premio Nobel de la Paz en 1905), en la que ella pinta los horrores de la guerra, Nobel se convirtió en un pacifista militante… pero, seguía produciendo dinamita y otras materias para la guerra.

De su amistad y largas conversaciones con la novelista citada parece que surgió la Institución de los Premios Nobel.

En su vejez, Alfredo Nobel trasladó sus laboratorios a San Remo, y en esta bella ciudad italiana murió de un infarto, el diez de diciembre de 1896.

Dejó a los albaceas de su testamento el encargo de organizar el sistema de administración de los Premios Nobel. Nueve millones de dólares fue la cantidad destinada para conceder cinco premios anuales.

Las primeras adjudicaciones tuvieron lugar en 1901.

Nota:
Según concepto de la Academia Colombiana de la Lengua -“Boletín” tomo XVIII, No 73 de 1968- la palabra NOBEL, de acuerdo con su carácter propio, es vocablo agudo. Debe decirse Nobel, con acento en la última sílaba, y no se le marca tilde por ser palabra aguda terminada en ele.




jueves, 18 de septiembre de 2014

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA - RECOMENDACIONES (NORMAS)




Dice la Real Academia Española:

1.    Lo correcto es escribir los meses y los días de la semana con minúscula.

2.    El plural recomendado para la palabra menú es: menús.

3.    “Deshecho” es el participio del verbo deshacer, ej: ha deshecho el tejido.
“Desecho” es el derivado del verbo desechar y significa: basura, residuo, ej: tira los desechos a la basura.

4.    “Adolecer” no significa “carecer”, sino “padecer” algún defecto, ej: el presupuesto adolece de imprecisión.

5.    Las abreviaturas se cierran con punto y se leen con la expresión a la que reemplazan, ej: pág.  - leído: página.

6.    Las palabras: autoestima y estima son de género femenino, ej: tiene baja la autoestima; es grande la estima que siente por sus amigos.

7.    Son recomendables los vocablos retuitear (verbo) y tuitero (adjetivo).

8.    “Tanga”: en España este vocablo es de género masculino. En América es femenino.

9.    “Bimensual” es lo que ocurre dos veces al mes. “Bimestral”, lo que se repite cada bimestre o que dura un bimestre.

10. “Yo sé a confite”. Este “sé” es del vocablo “saber”, y éste relacionado con “sabor”.

11. “Guay”: expresión coloquial usada en España para expresar: muy bueno; estupendo; muy bien. (“Guais” no existe).

12. Las palabras que al final tienen más de una consonante tienen tilde: bíceps, récord, cómics.

13. “Influir”: producir una persona o cosa ciertos efectos sobre otra. El participio es “influido” (sin tilde; según la norma, el diptongo  UI  no se tilda).   “Influyente”: que influye; que goza de mucha influencia.

14. “Influenciar”. Verbo derivado del francés e introducido al español en el siglo XIX. Es sinónimo de “influir”. Participio: influenciado.

15. Son válidas las palabras Antártida y Antártica para nombrar las tierras del polo sur. Pero, para el adjetivo, solo es válida la palabra “antártico”, ej: continente antártico, fauna antártica.

16. Si la A inicial de las palabras es átona (sin acento) en los sustantivos femeninos debe usarse el artículo “la”, ej: la avena, la harina, la hambruna. Si por el contrario, esa A  es  tónica en los femeninos en singular debe usarse el artículo “el”, y en el plural, debe usarse el artículo femenino que les corresponde, ej: el agua, las aguas; el hambre, las hambres; el ama de casa, las amas de casa; el hada madrina, las hadas madrinas; el águila; las águilas; el ave, las aves.

17. La palabra “pícnic” (comida campestre) se escribe con tilde por ser llana o grave terminada en consonante diferente de N, S (igual que cómic).

18. No debe decirse accesar, sino acceder: ceder; tener acceso a una situación.

19. Los cargos y dignidades, sean del rango que sean, se escriben en minúscula, ej: el papa recibió al rey en el Vaticano.

20. Son correctas las formas: imprimido e impreso. Ha imprimido un libro. El libro ya está impreso.

21. “No existe un sistema informático 100 por ciento seguro”. Debe leerse y escribirse: ciento por ciento (completo), y no: cien por ciento.

22. “A ver”: expresión coloquial que significa: veamos. Ej:  A ver qué traes ahí: Veamos qué traes ahí.

23. ¡Ay que ver!  Es una expresión coloquial que se usa para ponderar algo notable. Ej: ¡Hay que ver cómo progresas! ¡Hay que ver lo mentirosa que es!

24. Haber: Verbo empleado para conjugar otros verbos: han llegado ya; habían cantado; habrán tenido que esperar. – Como sustantivo equivale a: bienes, hacienda., pertenencia. Y admite plural: en su haber intelectual cuenta mucho la literatura. Los haberes que recibió en herencia los derrochó en un año.

25.  Cuando a las formas verbales de “haber” les siguen sustantivos en plural, dichas formas se emplean en SINGULAR. Ej: había muchas personas en la reunión. Habrá momentos de mucha dificultad. Hubo muchas protestas estudiantiles. Tampoco se dice: han habido personas; han habido días. Hay que suprimir ese plural, lo correcto es: ha habido personas, ha habido días.


jueves, 21 de agosto de 2014

Usted es un bacán, usted es muy bacano

BACÁN

El señor J.C.R. me escribe para consultar sobre la palabra bacano.

Después de investigar sobre la palabra bacano, tengo para decirle que es un vocablo correcto con la venia de la Real Academia Española (RAE).

"Bacano (bacana), del adjetivo bacán, usado en Colombia.
"Bacán: Adjetivo. En Chile, Colombia y Cuba, en lenguaje juvenil, significa: muy bueno, estupendo, excelente.
 “En Chile se usa para expresar que una persona es prepotente, sobrada. También, para hablar de un espectáculo taquillero.
“En Colombia y Cuba, es un adjetivo coloquial para decir de una persona que es muy atractiva”.
Usted es un bacán; usted es muy bacano.

......................
En otro plano, se usa en “Cuba para nombrar al hombre mantenido por su esposa o su amante”.
“En Uruguay, para hablar del hombre que costea los gastos de las mujeres con las que mantiene vínculos.
“En Colombia y Uruguay, bacán es, también, una persona muy admirada”.

Concluyamos diciendo que bacán, bacano, bacana, son americanismos (nacidos en América del Sur) aceptados por la Real Academia Española.


martes, 29 de julio de 2014

USO DE ALGUNOS PREFIJOS

                                     ***
  Por primera vez se ofrecen en la ortografía académica normas explícitas sobre la escritura de las voces o expresiones prefijadas.
  Los prefijos son elementos afijos, carentes de autonomía, que se anteponen a una base léxica (una palabra o, a veces, una expresión pluriverbal) a la que aportan diversos valores semánticos. Se resumen a continuación las normas que deben seguirse para la correcta escritura de los prefijos en español:
Se escriben siempre soldados (unidos) a la palabra que afectan, cuando esta es univerbal, es decir, cuando está constituida por una sola palabra: antiadherente, antirrobo, antitabaco, cuasiautomático, cuasidelito, exalcohólico, exjefe, exministro, exalumno, exnovio, expresidente, posmoderno, posventa, precontrato, prepago, proamnistía, probritánico, provida, superaburrido, superbién, supermodelo, vicealcalde, vicesecretario, etc. 
En este caso, no se consideran correctas las grafías en las que el prefijo aparece unido con guion a la palabra base (anti-mafia, anti-cancerígeno) o separado de ella por un espacio en blanco: anti mafia, anti cancerígeno. Si se forma una vocablo anteponiendo a la palabra base varios prefijos, estos deben escribirse igualmente soldados (unidos), sin guion intermedio: antiposmodernista, requetesuperguapo.
Los prefijos se unen con guion a la palabra base cuando esta comienza por mayúscula, de ahí que se emplee este signo de enlace cuando el prefijo se antepone a una sigla o a un nombre propio univerbal: anti-ALCA; 
mini-USB; pos-Gorbachov; pro-Obama. 
El guion sirve en estos casos para evitar la anomalía que supone, en nuestro sistema ortográfico, que aparezca una minúscula seguida de una mayúscula en posición interior de palabra. También es necesario emplear el guion cuando la base es un número, con el fin de separar la secuencia de letras de la de cifras: sub-21, super-8.
Se escriben necesariamente separados de la palabra base a la que afectan, cuando esta es pluriverbal, es decir, cuando está constituida por varias palabras. Hay determinados prefijos, como ex-, anti-,  pro-, que son especialmente proclives (propensos a, inclinados a), por su significado, a unirse a bases o palabras de este tipo, ya se trate de locuciones o de grupos sintácticos, característica por la cual la gramática ha acuñado para ellos la denominación de prefijos separables: ex relaciones públicas, anti pena de muerte, pro derechos humanos. Esta misma circunstancia puede darse también con otros prefijos: pre Segunda Guerra Mundial, super en forma, vice primer ministro.
  Así pues, un mismo prefijo se escribirá soldado a la base o palabra, unido a ella con guion o completamente separado en función de los factores arriba indicados: antimafia, anti-OTAN, anti ácido láctico; provida, pro-OLP, pro derechos humanos; supercansado, super-8, super en forma, etc.
  Las normas aquí expuestas rigen para todos los prefijos, incluido ex-. Para este prefijo se venía prescribiendo hasta ahora la escritura separada —con independencia de la naturaleza simple o compleja de su base— cuando, con el sentido de: ‘que fue y ya no es’, se antepone a sustantivos que denotan ocupaciones, cargos, relaciones o parentescos alterables y otro tipo de situaciones circunstanciales de las personas. A partir de la edición (año 2011) de la ortografía de la RAE, ex- debe someterse a las normas generales que rigen para la escritura de todos los prefijos y, por tanto, se escribirá unido a la base si esta es univerbal (exjugador, exnovio, expresidente, exalumno, etc.), aunque la palabra prefijada pueda llevar un complemento o adjetivo especificativo detrás: exjugador del Real Madrid, exnovio de mi hermana, expresidente brasileño, etc.; y se escribirá separado de la base si esta es pluriverbal: ex cabeza rapada, ex número uno, ex teniente de alcalde, ex primera dama, etc.




                                 

viernes, 18 de julio de 2014

Respuesta de la Real Academia Española

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Consulta RAE (tilde en ordinales; tuit, Twitter)

Estimada Sra. González:

    En relación con su consulta, le remitimos la siguiente información:

    1. Como se indica en la Ortografía de la lengua española (2010), los ordinales complejos correspondientes a la primera y a la segunda decena se pueden escribir en una o en dos palabras, pero hoy son mayoritarias y, por ello, preferibles las grafías univerbales (decimotercero, decimocuarto, vigesimoprimero, vigesimoctavo, etc.), más acordes con el proceso de cohesión prosódica y morfológica experimentado por estas formas complejas.

    Si el ordinal se escribe en dos palabras, el primer elemento mantiene la tilde que le corresponde como palabra independiente: vigésimo segundo, vigésima cuarta, trigésimo octavo, cuadragésima quinta; pero si se escribe en una sola palabra, el ordinal compuesto debe acentuarse de acuerdo con las normas generales.

    Así, decimoséptimo debe escribirse con tilde por ser una voz esdrújula.

   2.  Las denominaciones de programas y sistemas informáticos, así como los de redes sociales, portales y buscadores de Internet, son nombres comerciales o registrados, por lo que no se adaptan y se escriben con redonda:
Acabo de instalar el Windows Vista.
Descargue su actualización de Mozilla Firefox.
Hace tiempo que tiene un perfil en Facebook.
¿Lo has buscado en Google?
   Así pues, Twitter, por su condición de nombre propio registrado, conserva su grafía originaria.

   En cambio, para el nombre común inglés tweet la adaptación indicada en español es tuit, forma ya recogida en la próxima edición del diccionario académico, junto con tuitear, verbo derivado de ella.

    Reciba un cordial saludo.
__________
Departamento de «Español al día»
Real Academia Española


sábado, 5 de julio de 2014

¿POR QUÉ ESCRIBIR?   ¿CÓMO HACERLO?


Lucila González de Chaves
lugore55@gmail.com

Saber escribir supone unas normas, la voluntad de respetarlas y un esfuerzo para llegar a descubrir las riquezas de la propia lengua.
Saber escribir exige cuatro cualidades: claridad, precisión, elegancia y sensibilidad.
En el momento actual, muchos se preguntarán: ¿Por qué hay que escribir? ¿No estamos en la era de lo audiovisual? ¿No estamos en la civilización de la imagen?
Ocurre que cada vez se enseña más, según métodos audiovisuales, y la televisión escolar tiene ahora muchos seguidores; incluso, muchos escritores han abandonado la literatura y se han pasado al cine.
Ninguna imagen, ninguna voz, podrá sustituir las palabras y las frases que tracemos en el papel, y sobre las cuales podremos reflexionar, resaltar un matiz, introducir una sutileza que dé a nuestro pensamiento todo su valor.
Son muchas las circunstancias en las cuales necesitamos escribir:

Para comunicar una información general o personal.
Para solicitar una información o un servicio.
Para expresar un sentimiento o una emoción.
Para convencer o conmover.
Para poner orden en nuestras propias ideas, para ver más claro dentro de nosotros.
Por el simple placer de comunicarnos con una persona que queremos o admiramos.
Para huir de la soledad, para salir de nosotros mismos.
Porque lo escrito permanece.
Porque lo escrito se recuerda más que lo oral.

Algunas recomendaciones para escribir:

Cuando se escriben frases muy largas, se deben simplificar, eliminando despiadadamente las palabras inútiles.
Evitar las jergas, aún las que estén de moda; los términos oscuros, o las imágenes equívocas. En cambio, utilizar imágenes que le lleguen con claridad al lector. La prensa y la publicidad nos están dando titulares llenos de imágenes chocantes, cuando no, contradictorias.
Escribir las palabras adecuadas en el lugar que les corresponde. Cuanto más rico sea el vocabulario, mayores serán las posibilidades de una correcta redacción. Desgraciadamente nos están invadiendo las palabras que sirven para todo y limitan la comunicación, incluso, la convierten en ambigua. Empleamos en todo momento palabras como: espectacular, funcional, problemático, estupendo, lindo, bellísimo, percepción, extraordinario, mundial y otras más; todas las que se van poniendo de moda.
Dice el escritor francés Jean-Pierre Saïdah: “Sólo el lenguaje diplomático está repleto de matices o subterfugios que permiten que el interlocutor caiga en la trampa de las palabras, de los sentidos supuestos, de los sentidos ocultos o de los sentidos claros”.
Las palabras pueden, a veces, ser equívocas y falsear el sentido del deseo de comunicarnos. Debemos aprender a sopesarlas, sin olvidarnos de utilizar dos balanzas: la nuestra y la de lector.
Evitar el abuso de definiciones y de frases que empiecen así: ‘yo pienso que’, ‘no es eso precisamente lo que yo quería decir’, ‘me atrevería a insinuar, a sugerir’, ‘dicho de otra manera’, ‘a propósito, yo sugeriría’, etc.
Evitar frases caracoleantes, barrocas que desarrollan largamente lo que bien podría decirse en una, dos o tres palabras.
Evitar los pleonasmos, muy frecuentes especialmente en la conversación. Ejemplos viciosos: lo dijo totalmente todo; el primer número uno de la lista; previó con anticipación el hecho; subió arriba y se sentó en el asiento; entrar adentro; venir de otra parte; salir de dentro; una frase de palabras; anda moviéndose; habló diciendo, etc.
3. Los adjetivos son palabras difíciles de manejar: se peca por pobreza,  o por abundancia, o por uso impreciso y vago de dichos adjetivos. Si abusamos de ellos, acaban por ser palabras "vacías".

No emplear los adjetivos degradados en busca de fuerza efectiva. Ejemplos: una película espectacular; unos zapatos espectaculares; un libro ¡bárbaro!; ¡Qué talento más bestial!

Prescindir de grupos de adjetivos, como: solo y único; primero y antes que todo; es alto y derecho; cabello rubio de color claro; color negro y oscuro; agua clara, transparente.
Existen los pleonasmos literarios para dar un efecto de insistencia, como: yo, yo fui quien lo dijo; yo lo he visto con mis propios ojos; yo me estaba diciendo a mí mismo para mis adentros, etc.  Es muy difícil emplear estos pleonasmos literarios sin dañar la elegancia del escrito; se necesita ser un gran maestro de la pluma.
No es necesario, como algunos escritores creen, ser oscuro para parecer profundo, ni ser rebuscado para tener aire de sabio. Una idea clara, un estilo sencillo no necesitan impropiedades, sobre todo cuando existen las palabras correctas.
Evitar la banalidad; ella no es la tan indispensable claridad. Al contrario, la repetición de frases hechas hacen desaparecer la idea expuesta
Es indispensable una exacta puntuación. Quien redacta y no cuida la ortografía, perturba la índole constructiva del español e induce a errores de expresión y de comprensión.
 Veamos las diferencias en estas frases puntuadas de diferente manera: Gabriel dijo: Julián vendrá con nosotros. Gabriel, dijo Julián, vendrá con nosotros. ¿Cuántos libros se vendieron este año? ¡Cuántos libros se vendieron este año!
Cuidar el orden de las palabras en la frase. Sin el orden correcto, puede expresarse lo contrario de lo que se quiere decir, ejemplos: Como tú, jamás me opuse a la democracia. Jamás me opuse a la democracia, como tú. Yo he visto a tu hermana pasar por la ventana. Por la ventana he visto pasar a tu hermana.
Evitar el equívoco. Ejemplos: Los profesores no imponen a los alumnos más que un trabajo por semana, aunque ellos tienen toda la libertad para hacerlo. ¿Quién tiene la libertad? ¿Los alumnos para realizar el trabajo, o los profesores para imponerlo o no? Luis fue al teatro con su novia y su hermana. ¿La hermana de quién? ¿De Luis? ¿De la novia?
Estar muy seguro en el empleo de palabras parónimas para no usar las unas en lugar de las otras; ejemplos: acepción y aceptación; afección y afición; alusión e ilusión; perceptor y preceptor; perjuicio y prejuicio; etc.
Usar sin miedo las palabras relativamente breves y de formación simple, y evitar las frases clichés que nada añaden a la idea, tales como: ‘de algún modo’; ‘en todo caso’; ‘por así decirlo’...
Tener en cuenta el valor que va a dársele a cada palabra: afectivo, satírico, irónico, político, religioso, etc., para que dicha palabra quede bien contextualizada.
Corregir los escritos y leerlos en voz alta, hasta que el oído esté satisfecho. El sentido auditivo es la mejor ayuda para la armonía del escrito; pero al suprimir vocablos en beneficio de la armonía, no debe correrse el peligro de sacrificar la claridad del contenido.
Cuidar la correspondencia de los tiempos verbales: si el verbo de la oración principal está en presente (o en futuro), el verbo de la oración subordinada puede usarse en cualquier tiempo, según lo que se quiera expresar, aquí no hay regla de concordancia de tiempos que aplicar. Si, por el contrario, el verbo de la oración principal  está en tiempo  pasado, el verbo de la oración subordinada se emplea, casi siempre, en pasado del subjuntivo; ejemplos: temía que no viniera a verlo; quería que me dijera la verdad; juzgamos que habría terminado el examen.


En la redacción se necesitan, fundamentalmente, tener algo que decir, y encontrar la formulación del pensamiento. Algunas recomendaciones para lograrlo son:

1. Evitar el abuso de los artículos.
2. Cuidar el empleo del posesivo "SU"  por las ambigüedades que presenta.
4. El lenguaje escrito debe ser más pulido, correcto y de más altura. Evitemos el habla popular. El lenguaje del pueblo, dentro de los escritos, tiene su lugar en la literatura costumbrista.
5. Tener presente siempre en la elaboración de textos, por cortos o intrascendentes que sean, las normas de la concordancia, la correlación de los tiempos verbales……
6. Evitar el abuso, las repeticiones de la partícula "que"; esa ligereza de expresión vuelve los textos pesados, molestos e inarmónicos.
8. Evitar la repetición de una misma palabra en frases próximas, sin ninguna justificación, especialmente de sustantivos, adjetivos y verbos. Es correcto que se repitan los elementos de enlace.
9. El defecto más ridículo en la redacción es la ampulosidad. Hay que luchar contra el lenguaje afectado, melindroso. La prosa debe discurrir fluida, sencilla, precisa, elegante, sobria.
10. El escrito debe acomodarse a la importancia de la idea o el pensamiento que se quiere expresar. Las ideas sencillas y claras producen escritos breves; las complejas, escritos largos. No hay que alargarse en lo que no es necesario.
11. Evitar las fallas de sentido o incoherencias, las faltas de lógica... son producto de la charlatanería, el chamboneo, el querer ser muy originales, la falta de respeto por el idioma, la superficialidad, la pereza para cuidar y pulir lo que se escribe, etc. 

DICE EL MAESTRO AZORÍN:

Escribamos brevemente, lo más brevemente posible. Seamos sobrios y llanos en todas nuestras páginas. Nada de abalorios, sibaritismos de expresión, ni vocablos suntuosos. Lo que en el mundo envejece y se extingue con más prontitud es la novedad. Hay que decantar y comprimir la frase: quitarle sus meandros y su ramaje vano. Hacerla limpia, emotiva, directa y fina como aguja de surtidor.

Desdeñemos, nosotros también, lo superfluo, lo accesorio, lo inútil y dejemos tan solo en nuestras páginas lo sustancial y peculiar. Es el único camino de hacer obra perfecta y duradera.”



sábado, 14 de junio de 2014

EL PODER Y LA MISIÓN DE LAS PALABRAS

La historia de gobernantes y gobernados, en todos los tiempos pasados y presentes,  ha mejorado o empeorado no solo según los comportamientos, los intereses creados, las filosofías, el grado de dignidad, de compromiso, de ética de gobernantes y gobernados, sino también, mediante el lenguaje que cada uno (y, especialmente, el periodismo hablado y escrito) va utilizado en cada momento, en cada minuto, según sus propios intereses.

¿Ejemplos? Muchos. En esta hora de ahora de Colombia, hemos sufrido todos los tropiezos, todas la dudas, los sinsabores, los atropellos, las injurias, las ordinarieces, vulgaridades y mala educación, la deshonestidad, los falsos testimonios, las promesas desvergonzadas; todo ello valiéndose del lenguaje como el vehículo conductor más adecuado.

¡Qué vergüenza y qué deterioro y qué desfachatez! 

Todos ellos, y, de sobra, sabemos quiénes, han envilecido el idioma, lo han convertido en trampolín de vituperios, de mentiras infamantes, de deshonestidades, de informaciones tendenciosas, en formas diversas y superficiales y groseras y poco creíbles de periodismo, (se salvan muy pocos) etc. etc.

Como maestra del idioma, protesto contra todos los abusadores de la palabra en todos los estamentos: políticos, gubernamentales, periodísticos, sociales. Han olvidado el principio de que la palabra VIVIFICA O ASESINA.

 Lo que quiero compartir hoy con ustedes, amigos lectores de este blog, no son las vergüenzas  que nos hacen pasar los aspirantes a...., los dirigentes,  los políticos y los periodistas - sobre  todo los del periodismo hablado -; lo que quiero compartir- digo - es una feliz frase hallada hoy en un periódico: ella es la síntesis de lo que ha sido esta campaña electoral, es la palabra bandera de estas justas insoportables, hecha ya un jirón; una palabra que antaño fue sagrada y que nació para nombrar el don glorioso que el ser humano debía defender para que existiera siempre en nuestra vida y en nuestra convivencia; pero, hoy, en Colombia ,  en esta rebatiña, la muy amada significación de dicha palabra, ha sido convertida en señuelo para engañar conciencias.

¡Felicitaciones a quien tan lúcidamente creó y manejó esta frase, con la sola ayuda de la ortografía, frase que es un gran mensaje y una excelente campaña:

"La paz no se escribe con S  sino con Z"


miércoles, 4 de junio de 2014

JORGE FRANCO, PREMIO ALFAGUARA, 2014

UN PREMIO LITERARIO QUE NO ACABA DE CONVENCER


Lucila González de Chaves



No era ella  sola, la princesa; eran los tres, unos príncipes.

Príncipes de la cordialidad, de las buenas maneras, de la hospitalidad, de la conversación amena y atractiva, por los temas que con tanta naturalidad se trataban; y, por sobre todo, príncipes de la cultura, de lo que antes se entendía por “cultura” (desarrollo artístico, literario, científico, etc.)

El libro El mundo de afuera  (Jorge Franco)  -Premio Alfaguara, 2014 - está tejido sobre dos hilos conductores: la fantasía y la truculencia, que son los alimentadores del suspenso vivido por el lector, hasta el final. Digo mal, después de leer el libro, continúa el suspenso hasta para aquellos que recordamos el final trágico de don Diego y para todos quienes no son de aquella época y desconocen la vida y la entrega a la cultura de Don Diego Echavarría, de doña Dita y de Isolda.

Por consiguiente, son dos planos en los cuales se desenvuelve el relato colmado de truculencias, morbosas la mayoría, y de fantasías imprecisas que nada explican, que nada embellecen; a veces, aparece una pisca de lirismo en la obra, pero no es sostenible. Hay invenciones acerca de la vida privada  de los tres personajes, y ningún testimonio de su vida entregada a fomentar la cultura, especialmente la musical, en Medellín, y a formar artistas de verdad; y, si  no, habría que preguntarles a la gran soprano Lía Montoya, a la pianista Aída Fernández, entre otros muchos otros artistas a quienes don Diego costeó sus estudios en el exterior.

Y, ¿qué de las bibliotecas y centros culturales y colegios e instituciones de servicio, creados por tan inolvidables príncipes? Y, ¿qué de la brillante inteligencia y logros alcanzados, tanto académicamente como en las relaciones sociales de Isolda en todos sus años – hasta graduarse como bachiller – en el Colegio Villa Lestonac de las Monjas de la Enseñanza, sector El Poblado?

Las verdades en la obra son medias verdades y pocas y, creo, muy escogidas según las conveniencias y la intención del autor del libro. Parece que solo importaron los tres personajes para crear sensacionalismo y demostrar un poco de desagrado contra las clases cultas de esa época que tenían casta, dignidad y dinero….

Y el oscuro y tenebroso mundo del hampa, ¡ese sí que está bien re-creado, bien representado!  licor, sexo, hurtos, prepotencia, traiciones, prostitución, vidas inocentes que ayudan al mal, triquiñuelas, equivocados amores manejados de manera ordinaria y vulgar y un lenguaje muy apropiado que realza la caracterización de un mundo y de unos personajes que, en ese entonces, empezaban a llevar a Medellín al desastre moral y social.

Yo tuve el privilegio de asistir con mi esposo músico, el maestro Luis Eduardo Chaves a las cenas musicales a las que los príncipes de El Castillo invitaban, de manera generosa y discreta; personas que en ese entonces (1954 a 1960) eran artistas o amaban el arte. ¡Qué veladas culturales! Conciertos de los pianistas Blanca Uribe y Harold Martina, de la Coral del Instituto de Bellas Artes, acabada de fundar por el maestro Luis Eduardo Chaves, de la soprano Lía Montoya interpretando baladas alemanas que tanto le gustaban a don Diego, el mismo género musical que él recomendó al maestro Chaves para que encaminara a Lía Montoya en sus primeros pasos como soprano; con la interpretación de esas páginas musicales, Lía alcanzó muchos triunfos en Alemania, cuando el señor Echavarría la envió allí, a estructurarse como cantante.

En Medellín, en el Teatro Junín, ella cantó la ópera Madame Botterfly, y allí estuvo don Diego y su familia, rindiendo sus aplausos. Era  la primera ópera que se presentaba en esta ciudad (década del 50 al 60), dirigida y organizada por los maestros Luis Eduardo Chaves y Pietro Mascheroni, con la Orquesta Sinfónica de Antioquia, cuyo director era el maestro Joseph Maza.

Muchos años después, Lía cantaría esta misma ópera en Alemania (en donde está radicada porque allí formó su familia), más de veinte veces, según los recortes de prensa.

Isolda solo se fue a estudiar diplomacia a EEUU cuando se graduó como bachiller en Villa Lestonac, y no a los quince años.

Si como se dice que esta cuasi-historia es una novela, y que como tal no tiene que ceñirse a la verdad, ni a la realidad, supongo que el autor debió cambiar los nombres, porque si su libro es ficción, los personajes también deben serlo.  O, ¿cuál fue la intención para conservar los nombres de pila?

Por todo lo anterior, aplaudo la determinación de Marta Ligia Jaramillo, ella misma alumna del Colegio de La Enseñanza, de no prestar el Castillo como escenario de  presentación de ficciones como esta.


 CARTA ABIERTA AL MAESTRO LUIS EDUARDO CHAVES


Maestro Chaves:


Emoción… nostalgia… recuerdos… añoranza… paradoja: presencia de las cosas idas….

Son las cinco y treinta de esta tarde de domingo 22 de julio de 2012 y acabo de llegar de EL CASTILLO.

Fui en busca del pasado, y los recuerdos y las cosas me pusieron frente a ti y frente a don Diego Echavarría… ¿Recuerdas? Eran las noches de conciertos en la inmensa sala de música, y eran los anfitriones don Diego y doña Benedicta (Dita). Nosotros, los visitantes y los concertistas, todos invitados, nos perdíamos en un mundo lleno de belleza sonora y de arte; un arte que nos apretaba los sentidos, viendo y oyendo, lo que en el Medellín de esa época (años 1955 a 1960) era imposible disfrutar.

Hoy, maestro, eché por el atajo de todos los recuerdos, y dentro del que fuera el hogar de don Diego (+ 1971) volví a ver el inmenso salón de música, el majestuoso piano de cola; pasé mis dedos (sin que me lo permitieran) por el fino teclado por donde las manos de don Diego, las de Isolda (+1967), las tuyas, las de Harold Martina, las de Blanca Uribe…  acariciaron las notas más sublimes. Ahí, a la derecha y a la izquierda del piano, unas extraordinarias y exóticas tallas de Beethoven, y muy cerca del teclado la pulida estatua de Mozart…

Pero… hoy ese piano no está en el salón de música, lo tienen en un cuarto contiguo al auditorio, para dar clases, y  rara vez un concierto con verdaderos artistas… ¡quien sea el depositario del Museo El Castillo, ignora lo que es y para qué sirve realmente un piano de cola!

Ahí, a pocos pasos está el salón comedor, en donde nos esperaba la suntuosa cena después del concierto; otra vez vi la elegancia y finura de cubiertos y vajillas, la cristalería; las tres copas verdes para el vino de don Diego, doña Dita e Isolda; la profusa colección de cucharitas; pero todo está hoy encerrado en vitrinas; pocas cosas quedan por fuera.

¡Otra añoranza!, maestro Chaves, hoy la entrada a El Castillo no es por la amplia puerta claveteada y bien tallada, la puerta principal. Hay que entrar con tiquete en mano por el lado izquierdo, por una oficinita en donde prohíben llevar bolsos, tomar fotos, usar celulares… Damos la vuelta y estamos por la parte de atrás de la entrada principal y otra vez, como ayer, los enormes óleos de Bolívar y Santander custodian una hermosa puerta que siempre está cerrada.

Y una ilusión frustrada, maestro Chaves: no estaba el carro de don Diego, la elegante limusina. El ocho de agosto de 2010, la prensa escrita contó la historia de ese lujoso carro que estuvo perdido durante treinta años; lo restauraron, le pusieron las piezas originales y desfiló por las calles de Medellín con los demás autos antiguos. Agregaba el periodista que la limusina sería llevada a El Castillo y guardada en una urna de cristal. ¡Pues, no la han llevado!  Y al preguntar por ella, nadie sabe dar razón.

En el segundo piso de este único Castillo, al final de la escalera, están los cuartos de Isolda niña, de Isolda joven, el de don Diego y el de doña Dita. Decorados europeos, camas con dosel traídas de Francia, retratos familiares que muestran la juventud y belleza y luego la edad madura de sus dueños.

Damos la vuelta y ¡la biblioteca! Miles de libros en vitrinas de grandes vidrieras, en un alto porcentaje escritos en alemán, italiano, francés; muy pocos en español. Don Diego estudió y se formó en Europa donde conoció a doña Benedicta. Por sobre las estanterías y casi pegados al techo, como antaño, los óleos de los grandes maestros de la música barroca: Mozart, tu gran amor y el de don Diego, ¿recuerdas cuántas horas pasaban ustedes dos hablando de Mozart en esa biblioteca?, y más allá Schubert, Bach, Beethoven, Liszt, Brahms, Verdi, Wagner…

¿Recuerdas, maestro, que mientras Humberto Echavarría defendía la grandeza de Wagner, tú y don Diego enaltecían la musicalidad y armonía de Mozart? Y… conversar con doña Dita de literatura, su devoción, era un alelamiento incomparable.

El salón francés, el de los gobelinos,  los espejos, las lámparas, las esculturas… todo está como hace cincuenta y cinco años.

Han remodelado muchos espacios, como los baños personales de los dueños de casa; La Tarantela, que fuera la casa de muñecas de Isolda, es hoy un saloncito de café y a la vez tienda; los jardines también han sido diseñados de nuevo; por ejemplo, el hermoso rosal a la entrada de la puerta principal tuvo que dar cabida a unos senderos peatonales y a otro tipo de jardines y flores; quedan pocas rosas (de todos los tamaños y colores) de las que don Diego cultivaba personalmente. Y los árboles de caucho, cuya primera semilla trajo al país don Diego, han ido desapareciendo, sólo vi dos; y ¡los añosos y monumentales  cipreses que aún hacen calle de honor para entrar a El Castillo!….

Y al salir del Castillo, el sol es ardiente y me hace recordar al poeta Neruda: “A veces, como una moneda, se encendía un pedazo de sol entre mis manos”.

Y el paisaje se aquieta y los recuerdos se remansan y las imágenes interiores me traen afanosamente a casa para escribir estas líneas “in memoriam” de ti, maestro Chaves, del gentil señor Echavarría, de su bella e inteligente hija y de su cultísima esposa.