sábado, 11 de diciembre de 2021

¡QUÉ COMPLEJO ES EDUCAR!

 

 

DE AYER Y  DE HOY



 Lucila González de Chaves

  “Maestra del idioma”

   lugore55@gmail.com

 


No soy resistente al cambio. Jamás lo he sido; pero….

De la educación de ayer, debiéramos rescatar muchos parámetros. Recobrar el sentido del compromiso, el respeto por una nación y sus ciudadanos, hacer fructíferos algunos métodos que los grandes de la pedagogía nos trazaron, tales como el inductivo, el deductivo, el comparativo, etc.…

El médico, psicólogo y pedagogo Ovidio Decroly creó el método los “Centros de Interés”, consistente en “CENTRAR LOS TEMAS POR ENSEÑAR DE ACUERDO CON LOS INTERESES DEL EDUCANDO SEGÚN SU EDAD”.

Decroly fue el primero en definir pedagógica y psicológicamente el concepto de “globalización”, porque “EL ALUMNO  PERCIBE UN TODO COMPLETO, NO POR PARTES”.

Con los anteriores principios metodológicos y psicológicos, y con otros más, creados por los llamados “Maestros de la Pedagogía Moderna”, y al amparo del psicólogo doctor Miguel Roberto Téllez y el pedagogo Absalón Guzmán, dos de los más destacados de  nuestros profesores durante seis años, elaboramos la tesis de grado exigida para concedernos el título de “Maestra Superior”, hace ya muchos años. Aún valoro la importancia intemporal de dichos postulados psicológicos y metodológicos.

Hoy debemos enriquecer los métodos que dan buenos frutos. Y no permitir que cada nuevo ministro de educación llegue cambiando, sin discriminación y sin conocimiento, lo  que - perdido entre tanto “documento” (la enfermedad actual de la “documentitis”) y entre tanta “verborrea” pedagógica - ha venido dando  excelentes resultados.

La palabra “innovación” es un arma de doble filo; se viene aplicando arrolladoramente  y sin equilibrio. La innovación sin análisis y sin medir su trascendencia, es peligrosa, sobre todo en el proceso enseñanza-aprendizaje: llegan los ministros a imponer principios extraños, de doble interpretación, o nacidos de su “fecunda” imaginación; a innovar en los niños, a ensayar con los adolescentes…; son formas de arrasar con el sentido de identidad y de tradición, tan necesarios en la formación de la personalidad. “Innovan” en la escala de valores construida paso a paso, e ignoran que son las raíces que afianzan al individuo en la vida, y sobre las cuales él va abriendo  su propio camino.

Lo que educa para trascender debe conservarse, no importa la época. Los principios que aprendimos, dados por los llamados “Padres de la educación”, como: Pestalozzi, Ferrière, María Montessori, Claparède,  Rousseau, Makarenko, John Dewey, Krishnamurti, Freire, etc. son intemporales.

Lo más controvertido hoy, además de la formación ética, es la enseñanza de LA LECTURA; todos conceptúan, evalúan y le señalan métodos al maestro.

Ayer, la lectura era lenta. Se escogían páginas de los grandes escritores, porque había que ir aprendiendo el hermoso manejo del idioma  e ir estructurando el carácter.

Hoy,  “se enseña a leer” empezando  con pruebas para medir la habilidad de comprensión lectora y de complejidad ideológica y lingüística.

La metodología de la lectura como EXPERIENCIA DE VIDA Y DE APRENDIZAJE es exclusiva. Por la buena lectura,  cada uno es el sujeto de su propia educación, como lo  planteaba para Suramérica el ilustre brasileño Paulo Freire, cuando desaprobaba la “educación bancaria” y preconizaba la “educación liberadora”:

“Hagamos que el educando reflexione sobre su realidad. […].  

Recibe pasivamente los conocimientos y es un depósito que hace el educador… El alumno pierde, así, su poder de crear… El destino de cada uno debe ser crear y transformar el mundo, siendo “sujeto” de su acción”. (Obra: Cambio).

Hay lecturas que ofrecen la posibilidad paralela de crecer en conocimientos y en espíritu crítico y, al mismo tiempo, disfrutarlas. Hay otras  que solo informan, no permiten la identificación lector-texto.

La capacidad comprensiva  es diferente en cada ser; el sentido de una lectura nunca será igual para todos, a causa del diferente desarrollo de las categorías de la comunicación. La comprensión lectora será, en muchísimos casos, subjetiva, y hasta diferente de la  interpretación impuesta por el maestro. Hoy, el objetivo de la lectura es que los alumnos ¡resuelvan rápidamente los talleres de comprensión!

La sociedad, las familias, las librerías,  las bibliotecas y muchos centros educativos le rinden culto a la CANTIDAD, y nos hace creer que: “más” equivale a “mejor”, y a sentenciar contundentemente que “los estudiantes no leen”. Estamos extraviados entre los libros; la producción es una avalancha inatajable; hemos perdido la capacidad de escoger y de evaluar; en consecuencia, la educación no viene destacándose como la mejor.

 

 

lunes, 6 de diciembre de 2021

EL PAPA FRANCISCO Y SU PEREGRINACIÓN A GRECIA

 

APARTES DE LOS DISCURSOS DEL PAPA FRANCISCO EN SU VIAJE A GRECIA. DICIEMBRE 2021

 

EN CHIPRE:

 

(Obispos, sacerdotes y religiosas)

 

…... necesitamos una Iglesia paciente. Una Iglesia que no se deja turbar y desconcertar por los cambios, sino que acoge serenamente la novedad y discierne las situaciones a la luz del Evangelio.

 

(A los ministros) …Como Bernabé, también ustedes están llamados a cultivar una mirada paciente y atenta, a ser signos visibles y creíbles de la paciencia de Dios que nunca deja a nadie fuera de casa, privado de su tierno abrazo

 

……No sirve ser impulsivos y agresivos, nostálgicos o quejumbrosos, es mejor seguir adelante leyendo los signos de los tiempos y también los signos de la crisis. Es necesario volver a comenzar y anunciar el Evangelio con paciencia, sobre todo a las nuevas generaciones.

 

La obra que el Señor realiza en la vida de cada persona es una historia sagrada, dejémonos apasionar por ella. En la multiforme variedad de su pueblo (Chipre), paciencia significa también tener oídos y corazón para acoger sensibilidades espirituales diferentes, modos de expresar la fe distintos, y culturas diversas. La Iglesia no quiere uniformar, sino integrar con paciencia.

 

 ……es feo no discutir nunca. Cuando hay “esta paz”, muy rigorista, no es de Dios. En una familia, los hermanos y hermanas discuten. Yo sospecho de aquellos que no discuten nunca. Algo esconden, siempre.

 

Esta es la fraternidad en la Iglesia, se puede discutir sobre visiones, sensibilidades e ideas diferentes. - Y decirse las cosas en la cara, con sinceridad, en ciertos casos ayuda, es ocasión de crecimiento y de cambio. Pero recordemos siempre que no se discute para hacerse la guerra, para imponerse, sino para expresar y vivir la vitalidad del Espíritu, que es amor y comunión. Se discute, pero seguimos siendo hermanos.

 

………no debemos sentir la diversidad como una amenaza contra la identidad, ni debemos recelar y preocuparnos de los respectivos espacios. Si caemos en esta tentación crece el miedo, el miedo genera desconfianza, la desconfianza conduce a la sospecha y, antes o después, lleva a la guerra.

 

 

EN ATENAS

 

(Ante la presidenta de Grecia y el cuerpo diplomático)

 

“sin Atenas y sin Grecia, Europa y el mundo no serían lo que son: serían menos sabios y menos felices” …

 

….. “desde el Monte Olimpo a la Acrópolis y al Monte Athos, Grecia invita al hombre de todos los tiempos a orientar el viaje de la vida hacia lo alto: hacia Dios, porque necesitamos de la trascendencia para ser verdaderamente humanos”.

 

“Desde esta ciudad, desde esta cuna de la civilización se elevó́ -y que siga elevándose siempre- un mensaje orientado hacia lo alto y hacia el otro; que a las seducciones del autoritarismo responda con la democracia; que a la indiferencia individualista oponga el cuidado del otro, del pobre y de la creación, pilares esenciales para un humanismo renovado, que es lo que necesitan nuestros tiempos y nuestra Europa”.

…. en Grecia nació la democracia, allí el hombre tomó conciencia de ser ‘un animal político’ y, como parte de una comunidad, vio en los otros no solo sujetos, sino ciudadanos con los que organizar juntos la polis” …; “la política es algo bueno y así́ debe ser en la práctica, en cuanto responsabilidad suprema del ciudadano, en cuanto arte del bien común.

 

……hoy, no solo en el continente europeo, se registra un retroceso de la democracia. Esta requiere la participación y la implicación de todos y por tanto exige esfuerzo y paciencia; la democracia es compleja, mientras el autoritarismo es expeditivo y las promesas fáciles propuestas por los populismos, se muestran atrayentes.

 

……. “pasar del partidismo a la participación; del mero compromiso por sostener la propia facción a implicarse activamente por la promoción de todos.

 

“Del partidismo a la participación. Es la motivación que nos debe impulsar en varios frentes: pienso en el clima, en la pandemia, en el mercado común y sobre todo, en las pobrezas extendidas”.

 

El Papa Francisco escribió en el Libro de Honor durante su visita al Palacio Presidencial: "Dios bendiga a Grecia, la 'memoria de Europa'".

 

 

EN LESBOS

 

(los inmigrantes)

 

La pandemia nos ha afectado globalmente, nos ha hecho sentir a todos en la misma barca, nos ha hecho experimentar lo que significa tener los mismos miedos. Hemos comprendido que las grandes cuestiones se afrontan juntos, porque en el mundo de hoy las soluciones fragmentadas son inadecuadas. 

 

………algo parece que se está moviendo en la lucha contra el cambio climático, todo parece terriblemente opaco en lo que se refiere a las migraciones. Y, sin embargo, están en juego personas, vidas humanas. Está en juego el futuro de todos, que sólo será sereno si está integrado. El futuro sólo será próspero si se reconcilia con los más débiles. Porque cuando se rechaza a los pobres, se rechaza la paz. Cierres y nacionalismos —nos enseña la historia— llevan a consecuencias desastrosas. En efecto, como ha recordado el Concilio Vaticano II, «es absolutamente necesario el firme propósito de respetar a los demás hombres y pueblos, así como su dignidad, y el apasionado ejercicio de la fraternidad en orden a construir la paz» (Const. past. Gaudium et spes, 78).

 

Es una ilusión pensar que basta con salvaguardarnos a nosotros mismos, defendiéndonos de los más débiles que llaman a la puerta. El futuro nos pondrá cada vez más en contacto unos con otros; para orientarlo hacia el bien no sirven acciones unilaterales, sino políticas más amplias. La historia, repito, nos enseña, pero todavía no hemos aprendido. Que no se vuelvan las espaldas a la realidad, que termine el continuo rebote de responsabilidades, que no se delegue siempre a los otros la cuestión migratoria, como si a ninguno le importara y fuese sólo una carga inútil que alguno se ve obligado a soportar.

 

En este domingo, ruego a Dios que nos despierte del olvido de quien sufre, que nos sacuda del individualismo que excluye, que despierte los corazones sordos a las necesidades del prójimo. Y ruego también al hombre, a cada hombre: superemos la parálisis del miedo, la indiferencia que mata, el cínico desinterés que con guantes de seda condena a muerte a quienes están en los márgenes. Afrontemos desde su raíz al pensamiento dominante, que gira en torno al propio yo, a los propios egoísmos personales y nacionales, que se convierten en medida y criterio de todo.

 

 ¡cuántas condiciones indignas del hombre! ¡Cuántos puntos críticos donde los migrantes y refugiados viven en situaciones límite, sin vislumbrar soluciones en el horizonte! Y, sin embargo, el respeto a las personas y a los derechos humanos —especialmente en el continente que no cesa de promoverlos en el mundo— debería ser salvaguardado siempre, y la dignidad de cada uno debería ser antepuesta a todo. Es triste escuchar que el uso de fondos comunes se propone como solución para construir muros, para construir alambres de púas. Estamos en los tiempos de los muros y los alambres de púas. Ciertamente, los temores y las inseguridades, las dificultades y los peligros son comprensibles. El cansancio y la frustración, agudizados por la crisis económica y pandémica, se perciben, pero no es levantando barreras como se resuelven los problemas y se mejora la convivencia, sino uniendo fuerzas para hacerse cargo de los demás según las posibilidades reales de cada uno y en el respeto de la legalidad, poniendo siempre en primer lugar el valor irrenunciable de la vida de todo hombre. Cito una vez más a Elie Wiesel: «Cuando las vidas humanas están en peligro, cuando la dignidad humana está en peligro, los límites nacionales se vuelven irrelevantes» (Discurso de aceptación del Premio Nobel de la paz, 10 diciembre 1986).

 

 El Mediterráneo, que durante milenios ha unido pueblos diversos y tierras distantes, se está convirtiendo en un frío cementerio sin lápidas. Esta gran cuenca de agua, cuna de tantas civilizaciones, ahora parece un espejo de muerte. ¡No dejemos que el mare nostrum se convierta en un desolador mare mortuum, ni que este lugar de encuentro se vuelva un escenario de conflictos! No permitamos que este “mar de los recuerdos” se transforme en el “mar del olvido”. Les suplico: ¡detengamos este naufragio de civilización!

 

Que María Santísima nos enseñe a anteponer la realidad del hombre a las ideas e ideologías, y a dar pasos ágiles al encuentro del que sufre.