UNA MIRADA AL
Lucila González de Chaves
PARTICULARMENTE, UN USO Y UN IDIOMA
En algunos casos es posible suprimir el término escenario
sin que la oración cambie de sentido. En este ejemplo: «Londres se prepara para
un escenario de colapso sanitario», se puede optar por: «Londres se prepara
para el colapso sanitario».
En otras oraciones pueden usarse voces de significado
similar como posibilidad, hipótesis, supuesto, caso, etc. Así, en: «Educación trabaja en el
escenario de no volver a clase», debe decirse «Educación trabaja con la
posibilidad de no volver a clase». También es posible emplear otros sustantivos
que pueden ser hasta más precisos en algunos casos, como en: «El escenario será
peor, con más enfermos cada día»; «El Congreso, ante un escenario histórico»;
dos frases en las que pudo haberse hecho el cambio por: situación y momento, respectivamente.
El sustantivo cumplemés, con tilde en la última E, es el correcto para referirse al día en que se cumple un mes de cualquier hecho.
Uso adecuado:
Ellos celebran el primer cumplemés de su hijo, en casa de abuelos.
Su cuarto cumplemés lo han querido celebrar en familia.
El Diccionario académico define esta voz como ‘día en que se cumple un mes
de algún hecho, especialmente del nacimiento de un niño’. Aunque la Academia no
recoge “cumplemeses”, también se considera válida, ya que lo habitual es que,
en los compuestos formados por un verbo en tercera persona y un sustantivo, puede
haber plural, como ocurre en cumpleaños.
Se ha hablado en diferentes partes de Filipinas,
el lugar donde arraigó y donde todavía goza de vitalidad es Zamboanga, una ciudad
en la isla sureña de Mindanao fundada por los españoles en 1635, cuando
levantaron el Fuerte del Pilar, una atalaya militar para protegerse de las
tribus, principalmente musulmanas, asentadas en la zona.
«Los nativos necesitaban entender a los capataces
españoles y comenzaron a repetir como loros las palabras españolas imitando su
forma de hablar», explica Bert Torres, profesor de la Universidad de Mindanao
Occidental.
Ese lenguaje, que crearon «parloteando», se
convirtió en su forma de comunicación que les permitió entenderse con los
españoles y entre ellos mismos; pretende preservar y dignificar el chabacano,
una de las lenguas criollas más antiguas con casi cuatro siglos de vida.
«La comunicación oficial escrita es todavía en
inglés y casi toda la educación, pero en la comunicación social, en el mercado,
la iglesia y la calle, aún prevalece el chabacano». Alrededor de un 80 % del
casi millón de habitantes de Zamboanga habla chabacano,-que tomó del español el
85 % de su vocabulario- aunque ha perdido pureza y hoy está mezclado con tagalo, inglés, bisaya,
ilongo o dialectos de las tribus musulmanas; de tal manera que, ahora, el 60 %
de su léxico deriva del español.
Televisiones y radios locales emiten programas en
chabacano y desde 2016 se aprenden las reglas del idioma en los niveles básicos
de la enseñanza, para que las nuevas generaciones no pierdan esa lengua, casi
en desuso entre los nacidos después de los años 80.
A diferencia de otras lenguas minoritarias
filipinas, el chabacano cuenta hoy con el apoyo de un nutrido grupo de
académicos empeñados en dignificarlo, como el maestro Torres, quien elaboró el
primer alfabeto del idioma -que incluye la Ñ, como el español- y publicó su
primer diccionario hace un lustro.
El uso extendido del inglés y el tagalo está
menoscabando el uso de las más de 170 lenguas minoritarias del país, pero eso
distingue en la actualidad al chabacano, que, aunque pierda hablantes, sí goza
de cierto estatus social. Ya no es vista como una lengua vulgar porque es
criolla española, heredada de la elite cultural clásica.
4. Poliomielitis
Y no poliomelitis, es el término correcto para referirse a la enfermedad
producida por los poliovirus, que provocan una lesión de la médula espinal y
deterioro grave y parálisis en algunos músculos.
Uso correcto
La OMS declara erradicada la poliomielitis en África.
Los programas de vacunación contra la poliomielitis cumplen 50 años.
El término poliomielitis proviene del griego πολιός (‘gris’), µυελός
(médula) e -itis, por lo que lo apropiado es mantener la i.
el Diccionario panhispánico de
dudas explica que tanto poliomielitis como su acortamiento, polio, son femeninos: la poliomielitis o la polio.
5. Frases invasoras
No es que sean necesariamente incorrectas, pero algunas de estas expresiones han acabado convirtiéndose en
auténticas muletillas que se repiten una y otra vez y que ya cansan cuando
las encontramos agazapadas en los medios de comunicación.
Algunas muestras:
Se sabe que la obligación de los periodistas es apoyar sus noticias en fuentes fiables y citarlas con tanta precisión como sea posible. A menudo, y para dejar a salvo su anonimato, se mencionan con fórmulas genéricas, como: “fuentes próximas al Gobierno”, “fuentes jurídicas”.
Pero esta expresión: “de fuentes bien informadas”, aunque se ve con frecuencia, es una obviedad porque se supone que, si no lo fuera no las citaría el periodista.
Hay palabras que son como las especies invasoras: acaban con las demás a su alrededor. Eso sucede con el verbo arrancar: Hoy arrancan las campañas electorales, las competiciones deportivas, el curso escolar, el menú de un cocinero, los torneos de belleza…. Existen verbos como: iniciar, emprender, comenzar, empezar, abrir, que pueden emplearse en lugar del repetido y chocante “arrancar”.
Parece que climatología adversa es una expresión más elegante que el sencillo “mal tiempo”; pero, es que no significan lo mismo. La climatología no es el tiempo que hace (soleado, lluvioso o ventoso…) sino el ‘estudio del clima’. Así que para referirse al mal tiempo, lo mejor es hablar de… mal tiempo.
4. Hizo arder las redes…
Aún cuesta trabajo en las noticias,
llamar a las enfermedades por su nombre. Seguramente por eso la anterior
expresión eufemística es una de las clásicas de las notas necrológicas.
6.
El término conspiranoia
es adecuado y preciso para referirse a la tendencia a
interpretar determinados acontecimientos como fruto de una conspiración.
Esta voz, acuñada en 1989 por el sociólogo Enrique de Vicente
a partir de conspiración y paranoia, se empezó a utilizar con sentido
humorístico, irónico o despectivo, para referirse a la obsesión por las teorías
conspirativas cuando se consideraban sin fundamento, basadas en datos falsos:
«Si la conclusión parece la conspiranoia de un
fanático, el libro ofrece pruebas contundentes».
«Esta circunstancia resulta determinante para la
conspiranoia según la cual los gatos terrestres no son terrestres, sino espías
de otro mundo».
Sin embargo, su uso se ha asentado en los últimos años
ya sin ese tono despectivo o humorístico, y así se registra en diversos
diccionarios como el General de Vox, que recoge conspiranoia con el significado
de ‘convicción obsesiva de que determinados acontecimientos de relevancia
histórica y política son o serán el resultado de la conspiración de grupos de
poder o de un grupo de personas influyentes’.
Este sustantivo resulta muy útil por su expresividad y
por la precisión del sentido, por lo que se ha normalizado en el uso dado su
valor claramente descriptivo de este fenómeno: «La edad de oro de la
conspiranoia: por qué nos creemos las teorías más disparatadas», «La
conspiranoia nos hace pensar que nada sucede al azar, que todo está conectado»,
«Obsolescencia programada: ¿conspiración o conspiranoia?».
El adjetivo derivado, conspiranoico, también es
adecuado y se encuentra definido en el diccionario General de Vox como ‘de la
conspiranoia o relacionado con ella’ y ‘[persona] que está convencida de que
las conspiranoias son ciertas’.
Puesto que se trata de palabras bien formadas, cuya
grafía no resulta extraña al español, no es preciso destacarlas ni con comillas
ni con cursiva.
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