Te estás volviendo….
Te estás volviendo viejo me dijeron,
te estás volviendo solitario y amargado. No respondí.
No me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo
SABIO.
He dejado de ser lo que a otros agrada, para
convertirme en lo que a mí me agrada ser; he dejado de buscar la aceptación
de los demás para aceptarme a mí mismo.
No, no me estoy volviendo viejo.
Me estoy volviendo selectivo de lugares,
costumbres y personas.
He dejado ir los apegos, los dolores innecesarios,
las personas tóxicas, las almas enfermas y los corazones podridos. No por
amargura, simplemente por salud.
Dejé de vivir historias, ahora llevo imágenes que embellecen mi corazón .
No, no me estoy volviendo viejo. Llevo en el alma
solidaridad, empatía, y en el corazón la
inocencia de quien a diario se descubre.
Llevo en mis manos la ternura de un capullo que al
abrirse expande sus alas a otros sitios inalcanzables para aquellos que solo
buscan la frivolidad de lo material.
Llevo en mi rostro la sonrisa, que se escapa
traviesa al observar la simplicidad de la naturaleza con sus seres sintientes.
No, no me estoy volviendo viejo. Me estoy
volviendo selectivo.
Me estoy volviendo más prudente, he dejado los
arrebatos que nada enseñan, estoy aprendiendo a cultivar mi alma forjando mi
destino.
No es por vejez por lo que camino lento, es para
observar
la torpeza de los que andan aprisa y tropiezan en el descontento.
No es por vejez por lo que a veces guardo
silencio, simplemente es porque no a toda palabra hay que hacerle eco.
No, no me estoy volviendo viejo, simplemente estoy
comenzando a vivir la vida .
Autor: Marisol López Parra
(El anterior texto es un hermoso regalo que me hizo mi nieta Sara Osorio Chaves)
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