domingo, 22 de agosto de 2021

SÁNDOR MARAI Y SU EXTRAÑA NOVELA

 

UNA NOVELA CERCANA A LA LOCURA

 

Lucila González de Chaves

“Maestra del idioma”

Lugore55@gmail.com

 

 

El 11 de abril de 1900 nacía En Eslovaquia el gran escritor Sándor Márai, y el 22 de febrero de 1989 se quitaba la vida en San Diego, California (EE.UU.)

 

Este destacado periodista, novelista y dramaturgo escribió excelentes obras como: La herencia de Ester, La extraña, La gaviota, etc.

 

La extraña 

 

Es un libro abrumador. La protagonista no es "la extraña"; el personaje EXTRAÑO es él. Un hombre que parece nacido sólo para pensar, indagar, comparar, analizar...; fulmina al lector con sus conceptos, y más que por estos, por sus inquietudes... Un hombre extraño que le demanda al diario discurrir de la vida el porqué no existe la satisfacción plena; y, si existe, cómo se llega a ella..., porque su encuentro con mujeres (principalmente con "la extraña") no le interrumpen su pensar eterno y, apenas, sí está con ellas de una manera extraña, insatisfecha.

 

 Y, queriendo arrancar a la carne la respuesta, pues cree que en la carne tiene que estar lo que desesperadamente busca, llega a matar a una mujer porque sí, porque ella, la carne, tampoco lo satisfizo; tampoco le explicó que debía separar la carne de la “Idea” (como él llama a su problema),ni  el sexo del pensamiento... No logró saber nunca, a pesar de sus profundas reflexiones, que nada en este mundo es completo, perfecto...

 

Tiene tantos toques de absurdidad que creo poder encajar esta novela en la corriente de "lo absurdo”.

 

 ¡Casi todo en ella es tan extraño!

 

En cuanto al idioma: el libro está preciosamente traducido.

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Cuando se trata de describir (pintar con palabras), el idioma es bastante difícil de manejar, porque el texto se vuelve lento, despacioso, y el lector debe mantener concentración y manejar mucha paciencia con los personajes y con el autor. Todo esto está superado por el traductor.

 Este extraño hombre, Viktor Askenasi, el protagonista de la novela que comentamos, vive y piensa con lentitud, con profundidad, con minuciosidad; en su vivir, en la novela, habrá dos o tres acontecimientos..., lo demás es pensar, analizar detenidamente lo interior y lo exterior; detenerse despaciosamente en pequeñas cosas, tales como ver saltar una rata; el porqué se le ha olvidado algo que es tan importante para él, pero que no sabe qué es..., y es una pequeña bolsa con unos botoncitos.

 

Y, ¿eso, para qué? Nunca lo supimos... Y, así, muchas cosas exclusivas de su personalidad, examinadas con lupa, y siempre acompañadas de grandes interrogantes, para los cuales nunca tiene una respuesta.

 

Es increíble el estado de ánimo, la exultación, la plenitud que este hombre alcanza después de cometido el asesinato... No le importa el crimen ni las consecuencias de él; siente plenamente que este desgraciado hecho que acaba con la vida de una mujer con la que estuvo solo diez minutos, ha dado la respuesta a sus inquietudes.

 

¡Qué aspecto tan cercano a la locura es el final de esta embrujadora novela!

 

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