GRAMÁTICA Y ESTILÍSTICA DESDE A HASTA Z
Manual de consulta para bachilleres, estudiantes de
tecnologías, universitarios, profesionales, maestros, secretarias, padres de
familia.
Lucila González de Chaves (“Aprendiz de brujo”)
Maestra, periodista y escritora
E-mail: lugore55@gmail.com
Blog: lucilagonzalezdechaves.blogspot.com
NOTA:
Los asuntos de este libro
están seleccionados por orden alfabético
DE LA FINALIDAD Y EL USO
DE ESTE LIBRO
=======================================
Este MANUAL pretende ir
más allá del QUÉ, el CÓMO, y el PORQUÉ
es tan importante el idioma. Quiere ayudar a rescatar el sentido de las frases,
a descubrir el acertado y correcto manejo de palabras y mensajes para que no
pasen mecánicamente ante nosotros.
Es urgente que percibamos
en el uso del idioma, un caudal pleno de sentido y de especiales sugerencias
que hay en cada vocablo bien estudiado, bien conocido y excelentemente
empleado.
El idioma es la
herramienta más importante en el proceso semántico-comunicativo; además, da
cuenta del desarrollo de nuestro pensamiento y de la comprensión alcanzados en
relación con la vida, los sentimientos y el aprendizaje permanente que todo ser
humano inquieto e inteligente debe mantener como factor de vida y de
superación.
Una señal del fin del
segundo milenio y de principios del tercero –tal vez intensificada con el
correr de los años- es el hecho de que la propaganda moderna cifra su éxito en
imponer al público los objetos de su interés con expresiones que penetran en la
memoria de manera imborrable. Así, los barbarismos, los solecismos y los vicios
de construcción nos llegan por el cauce de todos estos medios modernos, en los
cuales actúan algunas personas que no conocen bien el idioma, ignoran –muchas
veces deliberadamente- las normas y jamás se han interesado en respetarlas y
estudiarlas.
Hoy, el idioma no se
forja en el gabinete del estudioso, ni en la mesa de trabajo de los escritores,
ni en las reuniones de los académicos, ni en el pueblo que era el más grande
forjador de vocablos. Hoy, son el periódico diario, las revistas, la
radiodifusión, la técnica, la tecnología, los deportes, la televisión, las
‘barras’, las modas, la publicidad, los principales forjadores del idioma. Sin
hablar aquí detenidamente del inglés
cuya influencia es total en todos los campos.
Por todo lo anterior,
estudiantes, maestros, locutores, periodistas, publicistas, escritores y
oradores, presentadores de noticias y de programas de toda índole, lo mismo que
todos los que por su posición poseen ascendiente sobre el público, deben
estudiar a conciencia el idioma. Su puesto social, empresarial y cultural les
impone la responsabilidad del buen ejemplo en el uso del español.
El gran interrogante de
las personas es:
¿Qué son exactamente lo
correcto y lo incorrecto en el idioma?
Nadie tiene una respuesta
absoluta.
Antes de entrar a
calificar de correcto o de incorrecto un determinado texto, debemos tener en
cuenta aspectos muy variados en el manejo del idioma; entre ellos, la riqueza
del léxico, los vocablos y su origen, el conocimiento de la gramática, el uso
de expresiones entre la gente culta de una provincia, de una ciudad o de un
país determinados; las normas dadas por las Academias de la Lengua, los
conceptos de los lingüistas, el estilo de los grandes escritores, el acuerdo
entre el modo de decir o de escribir y el momento, la ocasión y el lugar; no
aceptar en el hablar y en el escribir lo
afectado o lo ordinario y vulgar; cuidar
la lógica, es decir, que la forma y el sentido de las palabras y expresiones se
ajusten rigurosamente a los principios lógicos, no desdeñando –desde luego- lo
afectivo y lo intelectual que hay en la funcionalidad del idioma. Y la
elegancia y la armonía en el hablar y en
el escribir que nos lo da la estilística.
Lo correcto no es, pues,
un concepto absoluto, sino muy relativo y complicado. Lo que hoy juzgamos
incorrecto, en los años venideros podrá ser correcto. Lo que es correcto en una
ciudad o en un país puede ser incorrecto en otros lugares.
¿Significa esto que todos
tenemos libertad para hablar y escribir como nos plazca? En principio, sí. Pero
en la vida práctica no podemos hacer esa afirmación categórica. En primer
lugar, todos queremos y necesitamos que nos entiendan; esa inmensa necesidad de
comunicación reduce mucho lo puramente individual en la expresión. En segundo
lugar, la vida en sociedad exige cultura, educación, buenas maneras; todo lo
anterior son elementos muy necesarios en
el bien decir y el bien escribir.
La libertad de expresión
y los signos convencionales de la comunicación necesitan gobierno, dirección,
autoridad, orientación; las normas contribuyen a forjar un tipo de expresión
disciplinada, un correcto manejo del idioma.
El lenguaje por sí mismo
no es correcto ni incorrecto –dicen los grandes maestros del saber- ; lo es el
uso, el empleo o manejo que de él hacen las personas. El lingüista Amado Alonso
dice que correcto es lo que aceptan y usan las personas más cultas de una
sociedad, lo que indican las autoridades lingüísticas y literarias en sus
preceptos idiomáticos, lógicos y estéticos. Y el ilustre colombiano Rufino José
Cuervo afirmó que en todas partes hay personas que hablan bien y otras que
hablan mal.
Por todo lo antes
expuesto, la finalidad de este libro es responder a las inquietudes de quienes
respetan el idioma y quieren mejorar su comunicación con los demás. En él
encontrarán normas gramaticales y sintácticas, conceptos de estilística y
principios fonéticos que ayudarán a un bien hablar y a un mejor escribir.
Mis largos cincuenta años
de enseñanza del español en escuelas, colegios y universidades, y los muchos
seminarios dictados a profesores, ejecutivos, periodistas, empleados,
profesionales, estudiantes de universidad, en instituciones, comerciales,
educativas, de la salud, empresariales, etc., me han dado la certeza de que no
es fácil consultar los libros relacionados con el idioma. Es difícil encontrar
en sus muchos y muy variados capítulos, a veces farragosos, temas como:
aposición, predicado, sinestesia, connotación, denotación, morfema,
circunlocución, gramaticalización, polisemia, monosemia, etc., etc.
Por ello, este libro no
está dividido en capítulos, ni contiene subtemas, ni apéndices, ni glosas, ni
notas al pie de página. En esta obra se estudia cada concepto por su nombre
específico y se le sitúa alfabéticamente.
No hay en la presente
obra índices complicados, frases o títulos que desvíen en el proceso de
búsqueda. Basta, solo, ir directamente a la letra inicial del término por
consultar, y así, encontrar rápidamente respuesta a la inquietud. Para mayor
rapidez en la búsqueda y como guía en los conceptos, hacemos relaciones de
palabras con temas mediante el sistema de: véase
y véase también; las abreviaturas de
estas: (v) y (v.t.) son las que con más frecuencia usaremos. Esta forma llamada
por algunos estudiosos Índice de temas y referencias es un gran elemento
auxiliador para dar una visión de conjunto y para buscar por otro camino y en
breve tiempo lo que se quiere consultar. Por ejemplo: deseamos saber cómo se
usa el verbo ‘licuar’; lo buscamos en la
L (ele); allí vamos a encontrar una llamada: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso común en el hablar y
escribir) en donde se da una explicación completa del manejo de este verbo y de otros más.
Necesitamos saber sobre
el ‘que galicado’; lo buscamos en la Q; allí encontramos, además de la
explicación necesaria, la llamada (v.
galicado). Vamos a consultar sobre la
‘precisión’ en el idioma; buscamos en la P; allí, y para dar visión de
conjunto, encontramos: (v. t.: estilo).
El manejo de este libro
es, pues, fácil y rápido. Es cuestión de atenerse al orden alfabético.
Por lo demás, es bueno
agregar que este Manual no es producto de la creatividad, sino el resultado de
leer y consultar mucho, de comparar los conceptos de los que en esta materia son
realmente sabios, simplificar la idea y ponerla en un lenguaje al
alcance de todos. Y la forma alfabética
de presentar los temas, nos pareció que era el camino más breve. La
bibliografía al final de este libro, da cuenta al lector de cuánto se consultó
para poder estructurarlo.
El mérito está en hacer
menos complicado el método de búsqueda, situando los conceptos en un riguroso
orden alfabético, ya que la velocidad de nuestros días nos lleva a desear la
mayor rapidez posible en el hacer, en el aprender, en el investigar.
Mi gran deseo de maestra
es que este libro, como todos los demás que he escrito, preste un gran servicio
a la comunidad en beneficio del aprendizaje y en el buen manejo de ese
inapreciable tesoro que tenemos: EL IDIOMA.
La autora,
Lucila González de Chaves
A
A:
Ocupa el primer lugar en
cuanto a frecuencia en las distintas lenguas. Es la primera letra del
abecedario español; su constante presencia en casi todas las palabras hace que
nuestro idioma sea muy sonoro.
Usos más frecuentes:
En la construcción de la
frase con complemento indirecto o caso dativo (v. complementos del verbo)
debe escribirse la letra ‘a’ (como preposición que es); a veces se emplea la
preposición ‘para’. Ejemplos: él escribe una carta A su amigo. Compró un libro
PARA su padre.
En la construcción de la
frase con complemento directo o caso acusativo (v. complementos del verbo) cuando este es persona, o cosa o animal
personificado, debe utilizarse la ‘a’. Ejemplos: mira A su amigo; don Quijote
cabalgaba A Rocinante; conozco A
Londres.
(Cuando los nombres
propios llevan artículo, se suprime la A. La forma correcta es: Visitó el Perú;
admiro el Ebro; recorrió el Magdalena.)
Los pronombres (v.) alguien,
nadie, quien y los adjetivos (v.) uno,
otro, ninguno, cualquiera exigen la ‘a’. Ejemplos: él llama a alguien; no
quiere a nadie; ella recuerda mucho a quien quiso; vimos a uno que entraba; él
quiere a otra; no conozco a ninguno; saluda a cualquiera que encuentres.
Los nombres comunes
referentes a personas determinadas llevan ‘a’ cuando los acompaña un artículo (v.) o un complemento (v.) que los determine y los precise. Lo
correcto es decir: busco a mi amigo, buscas a tu amigo, busca a su amiga.
Aquí, el sustantivo amigo está determinado. Se dice: busco un amigo (sin la ‘a’);
cuando la palabra amigo está indeterminada por haber usado el artículo UN. Necesito AL sastre (al mío); necesito un
sastre (uno cualquiera, no está determinado).
Los nombres comunes de
cosas o animales llevan la ‘a’ cuando les atribuimos una personalidad ficticia;
les aplicamos un verbo que tiene por complemento un ser animado. Ejemplos:
llama A la muerte; le teme A un dolor de cabeza. Veamos el siguiente ejemplo
tomado de El Quijote, II parte:
“Hemos de matar en los
gigantes a la soberbia; a la envidia en la generosidad y buen pecho; a la ira
en el reposado continente y quietud del ánimo; a la gula y al sueño en el poco
comer que comemos y en el mucho velar que velamos; a la lujuria y lascivia en
la lealtad que guardamos a las que hemos hecho señoras de nuestros pensamientos;
a la pereza con andar por todas las partes del mundo.”
Por causa de la
personificación (v.) llevan ‘a’ los
nombres colectivos de personas, como: pueblo,
plebe, multitud, populacho,
muchedumbre, gente, masas, chusma; así, decimos: adular a las masas como lo
hacen los políticos; temer al populacho; engañar a la gente; observar a la
muchedumbre, etc.
No puede prescindirse de
la ‘a’ cuando se usan los pronombres relativos (v.) quien, cual. Ejemplos: Ese es el médico a quien
llamaron; este es el niño al cual premiaron.
(Veamos cómo el
significado de la frase cambia a causa de estar o no, la ‘a’: El capitán perdió
A todos sus soldados. El capitán perdió todos sus soldados. En este último caso
–opinan los gramáticos- lo que se entiende y se expresa es que el verbo
‘perder’ pasa a significar ‘corromper, pervertir’).
En la construcción de la
frase con complemento circunstancial o caso ablativo (v. caso; complementos del verbo) el uso de la ‘a’ origina muchos modos adverbiales; veamos algunos:
Lugar, que a su vez puede
denotar el espacio, la situación, la distancia, el movimiento y la dirección.
Ejemplos: llegó a París; vino a Madrid; arribó a buen puerto; llaman a la
puerta; está a la orilla del mar; de Medellín a Bogotá gastó seis horas en
carro; está con el agua al cuello; no le llega al hombro; se lanza al combate;
va a casa de su amigo.
Tiempo, momento preciso o
intervalo. Ejemplos: voy a la tarde; sale a las dos; me miró al entrar en su
casa; viene a la noche; la ve a todas horas; habló a propósito; de mes a mes;
de siglo a siglo.
Modo de hacer una cosa. Ejemplos: hecho a mano;
andar a pie; a todo correr; a mucha honra; a tontas y a locas; a diestro y
siniestro. (No se dice: a diestra y siniestra).
Instrumento con el que se
hace una cosa. Ejemplos: jugar a las cartas; dibujar a pluma; escribir a máquina.
(Al indicar instrumento
con el que se hace una cosa, y para que no haya galicismo, la ‘a’ debe
emplearse sin artículo: dibujo a pluma; forjado a martillo).
(La ‘a’ sólo admite
artículo cuando se explica el procedimiento seguido. Ejemplos; ha sido grabado
al agua fuerte; es un retrato al óleo; pintó un cuadro a la acuarela.)
Número y cantidad. Ejemplos: al cinco por
ciento; (lo correcto es decir y escribir: ciento por ciento, Y NO: cien por
ciento); la cuenta sube a cuarenta mil pesos; a dos mil pesos el kilo.
Conformidad con otra cosa
determinada, ejemplos: a mi juicio; a fe mía; a precio viejo; con arreglo al derecho.
Intención, fin o motivo, ejemplos: a beneficio
suyo; tiran a dar; a este fin; tocar a rebato; venir a propósito.
Costumbre o uso, ejemplos: a la
italiana; a la moda; a la antigua usanza; a la colombiana.
Conexión: indica parecido o
diferencia, ejemplos: a semejanza de; a la par de; a diferencia de.
Comparación o
contraposición, ejemplos: algo va de Pedro a Pablo; del dicho al hecho; de hombre a
hombre.
Censuran los gramáticos el empleo de ‘a’ en vez de ‘por’.
Dicen: “Se va extendiendo cada día más este uso, por culpa del lenguaje
comercial y por influencia del inglés, en el cual existe una construcción
idéntica: cuentas a pagar; recibos a firmar. Lo correcto es: cuentas POR pagar;
recibos POR firmar.”
El éxito de las
expresiones incorrectas (cuentas a pagar; puntos a tratar) se debe a su
brevedad; la construcción correcta en español es más densa: estas son las
cuentas que hay que pagar; pero también puede decirse y escribirse: cuentas POR
pagar; puntos POR tratar.
“A la mayor brevedad” es una expresión muy
usada en el lenguaje comercial, lo mismo que en el oficial. Lo correcto es
cambiar la ‘a’ por la preposición ‘con’, se dice y se escribe: con la mayor
brevedad.
No es aceptable usar la
preposición ‘a’ delante de sustantivos como en estos casos: avión a reacción,
olla a presión; fogón a petróleo; televisor a color. Estas formas son
incorrectas porque son afrancesadas, son construcciones galicadas (v.t.: que galicado)
Ocurre que cuando un
sustantivo es complemento de otro y los dos se enlazan con la preposición ‘a’,
esta ocupa el puesto que le corresponde a la preposición ‘de’, razón por la
cual debe decirse: ollas de presión. ‘Presión’ es un sustantivo que complementa
a ‘olla’ (también sustantivo) y se han unido incorrectamente con la preposición
‘a’; el elemento de enlace correcto es la preposición ‘de’. Lo mismo ocurre
con: avión DE reacción; fogón DE petróleo; barco DE vela; barco DE motor;
aparato DE pilas
La ‘a’ como prefijo
griego significa ‘carencia’. Ejemplos: asimetría (falta de simetría), anormal
(no es normal), acéfalo (desprovisto de cabeza). Esta ‘a’ prefijo, se convierte
en ‘AN’ cuando le sigue una vocal. Ejemplos: analfabeto, analgesia, anarquía. (v. t. prefijos griegos).
La ‘a’ como prefijo no
griego, se une a algunos verbos y adjetivos para significar ‘proveer de’, como
en: abanderar, anotar, acompañar, etc.
Otras veces vale por
‘comunicar una forma’, como en: abarquillar, abovedar, abuñolar.
Con adjetivos significa
‘tener semejanza’, como en: aceitunado, afelpado, aflautado, agitanada,
amestizada, aseñorada, atenorado.
A veces indica la
propiedad que expresa el sustantivo o el adjetivo de los que se forma el verbo
compuesto, como: abastardar, abreviar, abrillantar, achicar, adelgazar, afear,
afinar.
En otros casos indica la
acción realizada con el instrumento señalado por el sustantivo, como en:
acuchillar, ahumar, alumbrar, apalear, etc.
También indica poner en
un lugar o estado, como: amoldar, arrinconar, arrodillar, acampar, acercar,
etc.
Puede indicar sensación o
estado, ejemplos: abochornar, acalorar, aletargar, amedrentar (o amedrantar,
aceptado ya por la Real Academia Española – RAE -), amotinar, etc.
La ‘a’ tiene una
homófona: ha. (v. homófonas). Es la tercera
persona del singular del pretérito
perfecto del verbo ‘haber’ como auxiliar; ejemplos: ella ha venido; ha leído
mucho; ha estado aquí.
También ‘ha’ es la
tercera persona del singular del presente (tiempo simple) del verbo haber: yo
he, tú has, él ha, nosotros hemos, vosotros habéis, ellos han. Y, es la tercera
persona del singular del pretérito perfecto del verbo haber: ha habido. (v. t. haber).
Otra homófona es la
interjección ¡ah! para demostrar asombro, admiración. Con las interjecciones (v.) expresamos de manera súbita, una
emoción o afecto: ¡ah!, ¡oh!, ¡ay!, ¡bah!, ¡eh!, ¡puf!, ¡hola! (v. interjección).
La ‘a’ precede al
infinitivo regido por un verbo que indica comienzo, aprendizaje, intento, logro, mantenimiento o
finalidad de la acción. Ejemplos: empezar a correr; enseñar a leer; disponerse
a estudiar; llegó a trabajar; aprende a hablar.
Precede al complemento de
nombres y verbos de percepción y sensación para precisar la sensación
correspondiente, ejemplos: tiene sabor a miel; huele a chamusquina.
Precede al complemento
nominal o al verbal que es régimen de
ciertos verbos. Ejemplos: condenar a muerte; jugar a las cartas; juzgar a las
personas. (v. complemento nominal y
complemento verbal en Oración).
Acompaña al complemento
de algunos adjetivos, ejemplos: es suave al tacto; es propensa a las
enfermedades; está inclinado al mal.
Se emplea la ‘a’ en
frases elípticas imperativas. Ejemplos: ¡A la cárcel!, ¡A comer!,
¡A callar! (v. elipsis)
La ‘a’ se encuentra al
principio de muchas locuciones adverbiales (v.).
Ejemplos: a oscuras, a tontas y a locas, adiestro y siniestro, a regaña
dientes.
La ‘a’ tiene sentido
distributivo en el tiempo, por ejemplo: tres veces al día; dos veces a la
semana.
Con los sustantivos
femeninos que empiezan por ‘a’ acentuada, debe usarse el artículo o determinante
masculino ‘el’, pero, solo cuando dichos sustantivos se usan en singular;
cuando se emplean en plural, recobran su artículo femenino. Ejemplos: el ave,
el hambre, el agua, el águila, el ama de llaves; las aves, las hambres, las
aguas, las amas de llaves.
ABECEDARIO: (v.
alfabeto)
ABOLIR: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso
común al hablar y escribir).
ACCIDENTES GRAMATICALES:
En el uso del verbo
español, encontramos los siguientes accidentes gramaticales: voz,
modo, tiempo, número y persona (v. cada uno de ellos en su lugar
alfabético).
El verbo altera sus
desinencias o terminaciones para expresar los distintos cambios o accidentes
gramaticales. Algunos lingüistas dan el nombre de ‘morfema’ (v. morfema) a los elementos formales de
las palabras que gramaticalmente sirven para denotar los accidentes de las
mismas. Conjugar un verbo es emplearlo con todas sus inflexiones o desinencias
en todos sus accidentes. (.v. t.:
conjugación).
ACENTO:
Esta palabra quiere
decir: grado de aliento o tonalidad del sonido. El acento puede estudiarse
desde tres puntos de vista: el fonético o prosódico, el ortográfico y el
diacrítico.
1) Acento fonético: El lenguaje oral nos impone
una acentuación correcta en todas las palabras, además de la buena entonación y
la adecuada pronunciación. En las palabras que no son monosílabas hay una sílaba tónica que es la más sonora al
pronunciar la palabra. Esas sílabas sonoras son las que cargan el ‘acento
fonético’. Cuando se pronuncian mal las palabras o se cambia el acento
fonético, se altera el sentido de la palabra, del párrafo y de la idea que se
quiere expresar. Esa fuerza tonal es la guía para escribir la tilde sobre
algunas palabras según las normas que nos da la ortografía. También se llama
‘acento prosódico’.
2) Acento ortográfico: En algunas palabras el
acento fonético o prosódico se marca con una rayita vertical o virgulilla (v.) llamada tilde; es el llamado
‘acento ortográfico’.
3) Acento diacrítico: quiere decir: acento para
diferenciar. Ese acento diacrítico o tilde diacrítica la llevan algunos
monosílabos y otras pocas palabras para diferenciar el oficio que desempeñan en
la oración. (v. monosílabos).
ACENTUACIÓN:
En todas las palabras de
más de una sílaba cargamos la pronunciación sobre una sílaba determinada, la
cual es más fuerte que las demás que forman la palabra. Por ejemplo: en las
voces mano, cantó, industriales, médico
las sílabas: ma, tó, tria, mé
son, respectivamente, las más
fuertes; en ellas se ha efectuado la acentuación; por esta razón las sílabas
fuertes se llaman sílabas acentuadas.
ACRÓNIMOS:
Un acrónimo es un nombre
formado por letras o sílabas iniciales para denominar conceptos científicos y
técnicos, o entidades de carácter económico, político, comercial,
administrativo, educativo, etc., cuyos nombres están formados de varias
palabras que ocupan un gran espacio y tiempo al ser escritas o pronunciadas de
manera completa.
Cuando se forma el
acrónimo, este se usa como cualquier nombre, con las categorías de género (v.) y número (v.).
Ejemplos
de acrónimos: laser /el laser/ (Light Amplification by Simulated Emission of
Radiations).
Sida /el sida/ (Síndrome de Inmunodeficiencia
Adquirida).
Acotel (Asociación
Colombiana de Hoteles).
Andiarios (Asociación
Nacional de Diarios).
Cuando las siglas (v.) se lexican, es decir, pasan a ser
palabras como los acrónimos (se pronuncian como una palabra, no por letras)
todas las letras se pueden escribir con mayúscula y sin punto; también, con
mayúscula la letra inicial y las demás con minúscula. Ejemplos: ICFES, Icfes;
ACIMPRO, Acimpro; AVIANCA, Avianca; UdeA, Universidad de Antioquia
ACTAS:
Las actas son relaciones
escritas de lo tratado en una junta, en un acto, suceso, reunión, ceremonia,
etc. En las actas, generalmente, se sigue un plan rutinario que consta de las
siguientes partes:
l.) Apertura: el presidente abre la sesión y
pide al secretario que lea el acta de la sesión anterior y compruebe la
asistencia.
2.) Se comprueba la asistencia llamando a lista
a todos los integrantes o miembros.
3.) Lectura del acta anterior. Se somete luego a
la consideración de los integrantes y se aprueba con enmiendas o sin ellas.
Informes de las comisiones o de la persona
que preside la sesión.
Proposiciones y discusiones.
Acuerdos entre las personas; resoluciones
tomadas.
Clausura de la sesión. Lo último que se anota
en un acta es: El presidente dio por terminada la reunión a las (la hora) y
convocó a una nueva sesión para el día (fecha).
Firmas del presidente (a) y del secretario
(a).
9) En la parte superior de la hoja debe
escribirse el nombre de la institución en letras mayúsculas (si no tiene
membrete). Debajo debe anotarse el título: Acta de la reunión número tal. Este
último dato se escribe con mayúsculas.
10) Debajo del título y al lado izquierdo se
anotan en columna los siguientes datos: fecha, hora, lugar de la reunión.
ACUSATIVO INTERNO: (v.
Oración, oraciones intransitivas).
ADAGIO
Es una frase que tiene
por objeto dar algún consejo para saber conducirse en la vida. Ejemplos:
“Haz bien y no mires a
quién.”
“Vence doblemente quien
sabe vencerse a sí mismo en la victoria.”
“Considera lo que debes
decir, no lo que piensas.”
“A los amigos hay que juzgarlos por los hechos
no por las palabras.”
ADENTRO:
Adverbio de lugar,
significa preferentemente:’ hacia el interior’ y acompaña a verbos que expresan
movimiento, ejemplos: comemos adentro por causa del frío; se retiraron adentro
para descansar La preposición ‘a’ nunca se antepone al vocablo ‘adentro’,
puesto que ya está incluida en la composición y en el significado de esta
palabra.
‘Adentro’ es preposición
en algunas expresiones populares, pero debe ir después del sustantivo,
ejemplos: de puertas adentro manda el padre; mar adentro era más difícil la
navegación; son de tierra adentro y no conocen el mar.
‘Adentro’ es interjección
(v.), que ordena o invita a entrar en algún sitio;
se usan los signos de exclamación, ejemplo: ¡Adentro!, con toda confianza...
Usado con las
preposiciones: hacia, para, por,
cuando estas van delante, es preferible usar la forma dentro. (v. dentro)
ADICIÓN:
Es uno de los llamados
vicios de dicción (v. dicción). Este
vicio o defecto que encontramos en la pronunciación, consiste en agregar letras
en donde no deben ir, debido a un deseo exagerado de utilizarlas para que nos
crean más cultos. Con este vicio llamado ‘adición’ aparece lo que los
gramáticos llaman ‘ultracorrectos’ (v.)
o ‘hipercorrectos’. Así, hay personas que dicen ‘bacalado’ en lugar de bacalao;
‘corredo’ en lugar de correo; ‘Urrado’ en lugar de Urrao (municipio de
Antioquia).
ADJETIVO:
Dice Andrés Bello que,
son infinitas las cosas que podemos pensar, porque no solo son objetos del
pensamiento los seres reales que conocemos, sino todos aquellos que nuestra
imaginación fabrica. Para dar a conocer a los demás todos estos objetos reales
o imaginarios necesitamos de otras palabras que los modifiquen; es decir, que
expresen sus calidades buenas o malas.
Entre las palabras que
nos sirven para modificar los sustantivos (hechos reales o imaginarios, cosas,
personas) están los adjetivos porque suelen añadirse al sustantivo, como: niños
valientes, niñas elegantes, metales preciosos.
(v.t.: sustantivo).
Los adjetivos tienen
accidentes gramaticales: número (v.)
(Singular o plural) y género (v.) (Masculino
o femenino). Ejemplos: amigo atento,
amiga atenta; compañeros generosos, compañeras generosas.
El adjetivo modifica al
sustantivo:
De dos maneras puede el
adjetivo modificar al sustantivo: o agregando a la significación del sustantivo
algo que necesaria o naturalmente no está comprendido en ella; o sacando de la
significación del sustantivo algo de lo que en ella se comprende, según la idea
que nos hemos formado del objeto (sustantivo). Por ejemplo: la timidez o la
mansedumbre no pertenecen por derecho propio a los animales puesto que muchos
de ellos son bravos o fieros; en cambio, sí son propias de las ovejas. Cuando
decimos ‘los animales mansos’ nos referimos a especies de animales; pero si
decimos ‘las mansas ovejas’, no estamos hablando de una especie particular de
ovejas, sino de todas las ovejas en general, atribuyéndoles como cualidad
propia de ellas el ser mansas. En el primer caso, el adjetivo especifica,
particulariza; en el segundo caso, explica. El adjetivo empleado en este
segundo sentido se convierte en un epíteto (v.)
En nuestro idioma, cuando
el adjetivo es un epíteto, se emplea especialmente en literatura y es norma
estilística usarlo antes del sustantivo; ejemplos: mansas ovejas, aguda espina,
blanca nieve, etc.
El número y el género de
los adjetivos los determina el sustantivo que los acompaña: joven capaz, jóvenes capaces; niño estudioso,
niña estudiosa. (v. t.: género y número).
Oficios del adjetivo en
la oración:
Puede ser sustantivo;
ejemplos: los sabios de Grecia; los honestos de la sociedad.
Predicado nominal;
ejemplos: Ese hombre es ignorante;
estas señoras son caritativas.
Adverbio; ejemplos: él
habló alto y claro; ellos hablaron alto y
claro. (En su calidad de adverbio es
invariable).
Forma locuciones o
sintagmas adverbiales; ejemplos: anda a
ciegas; actúa a tontas y a locas;
reparte golpes a diestro y siniestro.
Sirve de interjección;
ejemplos: ¡Alto! ¡Bravo! ¡Claro!
Adjetivos sustantivados:
Ocurre a veces que los
adjetivos se sustantivan con el artículo LO y se aplica a conceptos abstractos, como cuando decimos: lo útil, lo
bueno, lo malo, lo necesario, lo despreciable. En este caso, solo se emplea el
número singular.
Apócope del adjetivo:
Algunos adjetivos
masculinos cuando van delante del sustantivo a que se refieren, pierden su
vocal final. Ellos son: bueno, malo,
alguno, ninguno, uno, primero, tercero y postrero. Ejemplos: buen día, mal
hombre, algún maestro, ningún amigo, un mal presagio, primer año, tercer mes,
postrer aliento. Este fenómeno lingüístico se llama apócope. (v.)
Lo mismo ocurre con los
adjetivos grande, ciento, santo:
pierden la última sílaba cuando se anteponen al sustantivo; ejemplos: gran señor,
cien millones, San Juan. Se exceptúan: Santo Tomás, Santo Domingo, Santo
Toribio, Santo Tomé.
Grados del adjetivo:
Entre varios objetos
(sustantivos) que posean, por ejemplo, la cualidad de ser blancos como: papel, nieve, puede ocurrir que unos sean más o menos
blancos que otros. Es decir, que una cualidad puede ser poseída en mayor o
menor GRADO por diversos seres. Entre varias personas bondadosas podemos
afirmar que unas son más o menos bondadosas que otras. Estas diferencias se
llaman grados del adjetivo y son dos: comparativo y superlativo.
Cuando comparamos una
misma cualidad en varios seres, puede ocurrir que algunos la tengan en mayor
grado, otros en menor grado, o que la posean por igual. Por eso el grado
comparativo es unas veces de superioridad, otras, de inferioridad y otras de
igualdad. Ejemplos: esta niña es más alta que su hermana (superioridad); esta
joven es menos alta que su hermana (inferioridad); esta niña es tan alta como
su hermana (igualdad).
En el idioma español se
expresan siempre los comparativos por medio de las siguientes expresiones: más..... que; menos..... que; tan..... como.
Cuando al comparar varios
sustantivos, encontramos que uno de ellos posee la cualidad expresada por el
adjetivo en un GRADO mayor que todos los demás, expresamos el comparativo con
la siguiente expresión: más.... de,
precedida del artículo. Ejemplos: esta casa es la más hermosa de la ciudad;
Juan es el más generoso de sus hermanos; este es el capítulo más interesante de
la novela.
Algunos adjetivos son
comparativos por sí mismos, es decir llevan la idea de la comparación sin
necesidad de emplear las expresiones mencionadas. Tales adjetivos son: mayor (equivale a: más grande); menor (equivale a: más pequeño); mejor (es: más bueno); peor (equivale a: más malo).
Grados superlativo
relativo y superlativo absoluto:
Cuando el sustantivo
posee en alto grado la cualidad expresada por el adjetivo sin compararla con
otros, para explicarlo, empleamos la palabra muy o añadimos al adjetivo la terminación ísimo.
Ejemplos: Esta lección es muy difícil, o dificilísima; ser educados y cultos es
muy necesario, o necesarísimo; un camino muy largo, o larguísimo.
Esta forma de expresar la
cualidad es lo que conocemos como el grado superlativo del adjetivo.
Gramáticos tan autorizados
como José Antonio Pérez Rioja, dividen el superlativo en dos categorías:
1) El superlativo relativo se refiere tanto al
concepto de superioridad como al de inferioridad; ejemplos del adjetivo
superlativo relativo de superioridad: Ella es la más inteligente de los hermanos; nuestro vecino es el más rico de la cuadra.
Ejemplos del adjetivo
superlativo relativo de inferioridad: Jesús es el menos inteligente de sus hermanos; Julia es la menos aplicada de todas las alumnas.
2) El superlativo absoluto no expresa ya el
alto grado de una cualidad o determinación en relación con otro ser u objeto,
sino como propio o exclusivo de un ser u objeto considerado independientemente.
Adopta estas formas:
Muy + grado positivo.
Ejemplo: Pedro es muy bueno.
Sufijo ísimo o érrimo. Ejemplos: Luis es brillantísimo.
Pedro es paupérrimo.
Sumamente, extremadamente, en alto grado + adjetivo en grado
positivo. Ejemplos: Jorge es sumamente
bueno. María es extremadamente buena. Mi vecina es generosa en alto grado.
Adjetivos de
significación superlativa en sí mismos:
Existen algunos adjetivos
que en sí mismos tienen significación superlativa, como: óptimo (superlativo de bueno),
pésimo (superlativo de malo), máximo (superlativo de grande),
mínimo (superlativo de pequeño), supremo (superlativo de alto), ínfimo (superlativo de bajo).
Formación de algunos
superlativos:
Algunos adjetivos forman
el superlativo en érrimo en lugar de ísimo. Ellos son: acre, acérrimo; áspero, aspérrimo; célebre, celebérrimo;
íntegro, integérrimo; libre, libérrimo; mísero, misérrimo; pobre, paupérrimo
(la Real Academia conceptúa que es correcto decir pobrísimo); pulcro, pulquérrimo;
salubre, salubérrimo. También se usa ubérrimo que significa: muy abundante.
Estas formas superlativas pertenecen más a la lengua literaria que al habla
corriente.
Son tan frecuentes como
incorrectas las ponderaciones vulgares, tales como: muy elegantísimo, muy
purísimo, tan correctísimo. Se deben emplear solamente los superlativos:
elegantísimo, purísimo, correctísimo, etc.
Adjetivos que carecen de
comparativo y de superlativo:
Los que designan
cualidades o determinaciones que no pueden aumentar ni disminuir, ejemplos:
cuadrado, redondo, único, último, primero, inmenso, inmoral, diario, principal,
eterno, doble, triple, etc.
Los que originalmente son
ya antiguos comparativos o superlativos, como: menor, superior, inferior,
anterior, interior, infinito, supremo, etc.
Gradación comparativa
superlativa y absoluta de algunos adjetivos:
Alto, altísimo;
célebre, celebérrimo; bueno,
mejor, óptimo; pequeño, menor,
mínimo.
Otros adjetivos adoptan
formas cambiantes: populares y cultas. Ejemplos:
Buenísimo, bonísimo; fuertísimo, fortísimo; antigüísimo, antiquísimo; valientísimo, valentísimo; nuevísimo, novísimo; amiguísimo, amicísimo; ardientísimo, ardentísimo; recientísimo, recentísimo; friísimo, frigidísimo; lucientísimo, lucentísimo; ciertísimo, certísimo.
Otros adjetivos admiten
dos formas: una, regular como: asperísimo, pulcrísimo, pobrísimo; y la otra,
irregular como: aspérrimo, misérrimo, paupérrimo, pulquérrimo.
Clasificación del
adjetivo:
Después de consultar
muchos textos de gramática, hemos decidido clasificar los adjetivos según su
significación en:
a) Calificativos, los que expresan las
cualidades (calidades) buenas o malas de los sustantivos y, como ya lo vimos,
estos adjetivos explican o especifican. Algunos gramáticos los llaman denotativos.
b) Determinativos: se unen al sustantivo
mediante diversas relaciones. Se dividen en:
Demostrativos, (lo indica su nombre: demuestran); ejemplos: este
libro, ese niño, aquel jardín; y sus respectivos femeninos y
plurales: esta, esa, aquella; estos, esos, aquellos libros.
Indefinidos: no tienen término señalado, tales como: ‘cualquier’
hombre, ‘cierto’ día,
‘tal’ manera, ‘otro’ mes,
etc.
Posesivos (su nombre lo indica, denotan posesión); tales como:
‘mi’ libro, ‘su’ lápiz, ‘tu’ cumpleaños, ‘nuestro’ momento, ‘vuestro’
encuentro; y sus correspondientes femeninos (los que puedan formarse) y,
además, las formas en plural.
Cuantitativos (se refieren a las cantidades o las miden); tales
como: todo, mucho, poco, bastante, algún.
5)
Numerales (relativos a los
números); son de cuatro clases:
Numerales cardinales (indican las
cantidades); ejemplos: un libro, dos libros, tres libros, cuatro libros, mil libros, etc.
Numerales ordinales (expresan orden o
sucesión), ejemplos: primer libro, segundo libro, tercer libro, cuarto libro,
quinto libro, sexto libro, etc. (v.t ordinales).
Numerales múltiplos (indican que un número
contiene a otro varias veces de manera exacta), ejemplos: doble cantidad;
triple trabajo.
Numerales partitivos (expresan división),
ejemplos: medio jornal; un tercio del jornal; un cuarto del jornal.
6) Distributivos (lo indica su nombre: se
refieren a la distribución), ejemplos: cada trabajo; ambos amigos; sendos regalos; los
demás jóvenes.
7) Interrogativos (deben ir
antes de un sustantivo), ejemplos: ¿qué espacio deja?; ¿cuál asiento?, ¿qué libros lees?
8) Exclamativos (deben ir
delante de un sustantivo), ejemplos: ¡Qué suerte!, ¡Qué emoción!
Uso y abuso del adjetivo:
En español el adjetivo
antepuesto al sustantivo atrae la atención sobre la cualidad a que dicho
adjetivo se refiere; ejemplos: bello paisaje; grandiosa manifestación de fe.
El adjetivo pospuesto es
el que nos dice cómo es el sujeto para distinguirlo de otros, sin darle mucho
realce a la cualidad (o calidad) a que se refiere; ejemplos: era un día claro;
aprende la lengua española; presenció una escena grotesca.
Recordemos que a veces la
idea varía según la colocación del adjetivo. No es lo mismo decir: un pobre
hombre, que un hombre pobre. Un hombre grande que un gran hombre.
Cuando no se tiene
destreza en el uso del idioma, viene el abuso de los adjetivos. En cualquier
escrito se presenta una aglomeración innecesaria de adjetivos de análoga o
similar significación. Ejemplos: Murió el ilustre, el preclaro, el insigne
hombre de letras. Era un día hermoso, bello, precioso.
Debemos tener presente el
consejo del gran escritor español Azorín, quien dijo: “Si un sustantivo
necesita de un solo adjetivo no lo recarguemos con dos.” (v. t.: Redactar).
El emparejamiento de
adjetivos indica esterilidad de pensamiento; y mucho más la acumulación
inmoderada de ellos. Evitemos los adjetivos inexpresivos que no dicen nada
nuevo. Son estos los que algunos gramáticos llaman términos vacíos porque se pueden aplicar a cualquier sujeto o
hecho. Ejemplos: Un día lindo; una mariposa linda; un juego lindo; unos zapatos
lindos; un libro lindo.
A veces ocurre que nos
encariñamos con un adjetivo que nos resulta cómodo, y abusamos de él sin
medida. Es frecuente encontrar personas para las que todo es estupendo, maravilloso, bestial, magnífico,
espectacular.
Según la estilística, las
principales virtudes de la adjetivación son: la variedad, la propiedad y la
riqueza de significado.
Los vicios o defectos de
la adjetivación son: vaguedad, monotonía, pobreza.
ADONDE:
Como adverbio interrogativo
de lugar se usa con verbos de movimiento, se escribe en una sola palabra y se
acentúa; indica ‘dirección’, ejemplos: ¿Adónde nos dirigimos? ¿Adónde me
llevas? Cuando es adverbio relativo de lugar no se acentúa, ejemplos: aquélla
es la casa adonde deseamos ir; ése es el colegio adonde llevo a mi hija todos
los días. En este caso también se escribe en una sola palabra porque tiene
referente (v.); en los ejemplos
dados, dichos referentes son ‘casa’ y ‘colegio’ Algunas veces, se escribe
separado: ‘a donde’, y es cuando no hay referente en la oración en la
cual se emplea, ejemplo: ellas vinieron a
donde yo estaba. (v. donde)
ADONDEQUIERA:
Adverbio indefinido de
lugar, quiere decir: ‘a cualquier parte’. A veces, va seguido del relativo ‘que’ (v.), ejemplos: adondequiera que fuese,
su amiga la seguía; vamos a dondequiera que desees.
ADSTRATO:
El lingüista M. Valkchoff
propuso este término para designar el influjo entre dos lenguas que,
habiendo convivido algún tiempo en un mismo territorio, luego viven en
territorios vecinos. Es sinónimo del término ‘parastrato’.
El mismo término se
aplica actualmente para designar el influjo mutuo de dos lenguas, también, de
dos dialectos vecinos, ejemplos: catalán y castellano; gallego y asturiano,
etc.
ADVERBIALIZACIÓN:
Proceso mediante el cual
una palabra que es normalmente un adjetivo, pasa a ejercer funciones de
adverbio, por estar modificando un verbo. Ejemplos:
Por la pradera, el agua corre lenta. Ella canta alto. Esa jovencita es de hablar rápido.
ADVERBIO:
Es la palabra que altera
o modifica el significado del verbo. Reciben, pues, el nombre de adverbios
todas las palabras que se añadan al verbo para expresar alguna cualidad o
determinación de la acción verbal.
Además de modificar el
verbo, los adverbios pueden referirse también a un adjetivo o a otro adverbio.
Por ejemplo, los adjetivos hermoso y alto pueden llevar adverbios como muy y demasiado, ejemplos: este jardín
es muy hermoso; la casa es demasiado alta.
Los adverbios como despacio y de prisa, pueden ir
acompañados de otros adverbios como: muy,
bastante, excesivamente, demasiado, ejemplos: camina muy de prisa; camina
demasiado despacio; habla bastante de prisa; habla bastante despacio; escribe
excesivamente despacio, etc.
Clasificación de los
adverbios:
Según su significación
pueden ser:
De lugar: aquí, allí, allá,
cerca, lejos, fuera, encima, ahí, acá, arriba, abajo, debajo, dentro, delante,
detrás, enfrente, junto, aquende, allende. Algunos gramáticos les dan el nombre
de adverbios deísticos. El lingüista
Fernando Lázaro Carreter los llama ‘deícticos’. (v. t.: deíxis).
De tiempo: ayer, hoy, anteayer,
mañana, ahora, antes, luego, después, tarde, temprano, presto, siempre, nunca,
jamás, todavía, aún, ya, mientras, pronto, antaño, hogaño, etc. Con los
adverbios de tiempo: antes, después, si les sigue el relativo que no se emplea
la preposición de. Se dice y se escribe: antes que viniera; antes que te vean
aquí; después que hubo terminado de escribir; después que llegaron; me voy
antes que llueva, etc.
De modo: bien, mal, como, cual,
así, apenas, y los terminados en mente (buenamente, cómodamente, útilmente,
seguramente, etc.,).
De cantidad: mucho, muy,
poco, casi, bastante, harto, tan, tanto, más, menos, demasiado, etc.
De orden: primeramente,
últimamente, sucesivamente.
De afirmación: sí, ciertamente,
también, verdaderamente.
De negación: no, nunca, jamás,
tampoco.
De duda: acaso, quizá o quizás.
Algunas frases o
locuciones desempeñan en la oración el oficio de adverbios; reciben el nombre de frases adverbiales o sintagmas
adverbiales; algunos ejemplos: a sabiendas; a la chita callando; al amanecer;
de golpe, etc. (. v.t.: frases
adverbiales).
Los adverbios donde, cuando, cuanto y como pueden
desempeñar el oficio de pronombres relativos en casos como estos: éste es el
barrio donde vivimos (es el barrio en que vivimos); haz cuanto quieras (es lo
mismo que: haz lo que quieras); por esta razón, algunos gramáticos los llaman
adverbios relativos.
Lo mismo que los
pronombres relativos, esta clase de adverbios llevan tilde cuando figuran en
oraciones interrogativas o exclamativas, ejemplos: ¿cómo está usted?, ¿cuándo
llegaste?, ¡cuánto me alegro!, ¡cuánto
lo siento!
Apócope de los adverbios:
Los adverbios tanto y cuanto, si preceden a otro
adverbio o a un adjetivo, suprimen la última sílaba; ejemplos: ¡lo hizo tan fácilmente!; ¡cuán noblemente procede!; ¡tan
estudioso!; ¡cuán amable!
No ocurre lo mismo
delante de: mejor, peor, mayor y menor.
Debe decirse: tanto peor, tanto mejor, cuanto menor sea la demora, etc.
AFÉRESIS:
Por medio de esta figura
se suprime una o varias letras al principio del vocablo, ejemplos: ‘norabuena’
por: enhorabuena; ‘Colás’ por: Nicolás; ‘chacha’ por: muchacha.
AFIJOS:
(“fijos a”). Son los
elementos que modifican la significación de la raíz de una palabra. Cuando el
afijo va delante de la raíz se denomina ‘prefijo’ (v.), o sea, “fijo delante”; cuando va pospuesto, se llama ‘sufijo’
(v.), o sea, “fijo detrás”.
Otras palabras llevan
‘interfijos’ o ‘infijos’ (v.) o
incrementos (v.) que son letras añadidas
para que haya eufonía, ejemplos:
General-IZ-ar
boton-C-ito
Pac-IFIC-ar
cruc-EC-ita
Am-IG-able
pie-CEC-ito
A la unión de la raíz con
el incremento se le llama ‘tema’ o ‘radical’.
AFORISMOS:
Es una sentencia
doctrinal que presenta en forma breve lo más interesante de alguna materia,
regla, principio o máxima instructiva; ejemplos:
“No cabe discutir con el
que niega los principios.”
“Las malas prácticas
corrompen las buenas costumbres.”
“El bueno, cuando se
corrompe, resulta pésimo.”
“Todos los hombres pueden
errar, sólo el tonto persevera en el error.”
“La crítica es indulgente
con los cuervos, pero no da paz a las palomas.”
El aforismo y la
sentencia (v.), están situados, no en el campo popular como
los proverbios (v.) y refranes (v.), sino en el campo de lo culto; se
alejan de todo propósito moral. Su campo de ideas es muy extenso: unos se
refieren a objetivos literarios; otros, a conceptos filosóficos, estéticos o
simplemente irónicos; otros son puras relaciones vistas a través de un prisma
ingenioso y burlesco.
AFUERA:
Este adverbio significa
preferentemente ‘hacia lo exterior’ y acompaña verbos (u otros términos) que
expresan movimiento, ejemplo: vámonos afuera. También se usa en el sentido de
‘en lo exterior’, ejemplo: afuera hay un árbol; en este caso, a veces, se
prefiere el uso de ‘fuera’. La preposición ‘a’ nunca se antepone (a afuera), puesto
que ya está incluida en la composición y el significado de esta palabra.
La distinción señalada
entre ‘fuera’ y ‘afuera’ es muy normal en España, pero en Hispanoamérica tiende
a generalizarse el uso de ‘afuera’ (v.
fuera).
AGENTE (SUJETO): (v. Oración, oraciones de pasiva)
AGUDAS:
En gramática, son las
palabras acentuadas en su última sílaba. Ese acento se marca, es decir, se
escribe tilde cuando dichas palabras agudas terminan en n, s, vocal. Ejemplos:
café, mamá, sofá, corazón, ciprés; las demás agudas no llevan tilde, ejemplos:
pared, reloj, decir, etc.
ALEGORÍA:
Por medio de ella una
idea abstracta se simboliza en un ser u objeto. A veces una composición entera
ofrece sentido alegórico como las ‘fábulas’; también la obra del italiano,
Dante, La Divina Comedia y los Autos Sacramentales (obras religiosas de
la Edad Media) son alegóricos. Ejemplo de alegoría:
“Porque si bien se mira,
la vida no es más que un inmenso tablero de ajedrez, cuyos cuadros blancos son
los días y los negros las noches, y en el cual el destino juega con los hombres
como con piezas: los mueve de aquí para allá, y uno por uno van a parar al
estuche de la nada.” (Omar Kayhan).
ALELUYA:
Es el verso pareado (v) de arte menor (menos de nueve
sílabas), ejemplo:
La primavera ha venido,
Nadie sabe cómo ha
sido.
(Antonio Machado; español)
ALFABETO:
NUESTRO ALFABETO.
LOS
DÍGRAFOS.
LA LETRA Ñ.
&. (“ET”).
“I LATINA”,
“y GRIEGA”
Los fonemas son los
sonidos; su estudio es del dominio de la fonética y la fonología.
Las letras o grafemas son la transcripción de los sonidos, y su estudio está
dentro de la gramática y la ortografía. (La elegancia y belleza
en los rasgos de la escritura se llaman caligrafía). Algunos sonidos se
representan con una sola letra, otros necesitan dos grafemas o letras.
El alfabeto o abecedario
es el sistema de signos usados en la escritura fonética alfabética. El llamado alfabeto
fónico es un sistema convencional de caracteres gráficos, usado por los
lingüistas para la exacta transcripción de los textos hablados o escritos; cada
signo representa rigurosamente un sonido. También se le conoce con el nombre de
alfabeto corriente u ortográfico.
Del mismo modo que sonido
es la letra pronunciada, y signo la letra escrita, así, mientras el alfabeto
fónico o fonético es un conjunto de sonidos, el alfabeto gráfico es el
conjunto de los signos correspondiente a tales sonidos.
Nuestro alfabeto gráfico,
según la última disposición de la RAE, consta de veintisiete signos o letras o
grafemas. El siguiente es el actual alfabeto gráfico español:
A (a) = a; B (b) = be; C(c) = ce; D (d) = de; E (e) = e;
F (f) = efe; G (g) = ge; H (h) = hache; I (i) = i;
J (j) = jota; K (k) = ka; L (l) = ele; M (m) = eme;
N (n) = ene; Ñ (ñ) = eñe; O (o) = o;
P (p) = pe; Q (q) = cu; R (r) =
erre; S (s) = ese; T (t) = te;
U (u) = u; V (v) = uve; W (w) = uve doble; (en América se le llama:
doble V; doble U; ve doble); X (x) =
equis; Y (y) = ye; Z (z) = zeta.
Según las últimas
disposiciones de la Real Academia Española en su Ortografía del año 2011, (743
pp.) debemos tener en cuenta:
“Desechar definitivamente
el nombre ere para la r; así como las formas ceta, ceda, zeda
para la z. Los únicos nombres
válidos son: erre y zeta”.
La W, última letra en
incorporarse al abecedario del español, es también en su origen un dígrafo. Se
creó por duplicación de V latina para representar, en las lenguas germánicas,
uno de sus fonemas característicos. En español entró por la vía del préstamo y
se empleó inicialmente, ya en la Edad Media, para escribir determinados nombres
propios de origen germánico (vagón –
wagon; váter – wáter; o, también, en otros campos como B: Bamba -Wamba).
Hoy se ha extendido y normalizado su empleo en la escritura de numerosos extranjerismos
procedentes en su mayoría del inglés (waterpolo,
web, sándwich).
Son sinónimas las
palabras alfabeto y abecedario.
Alfabeto: vocablo formado
de las dos primeras letras de la serie griega: alfa, beta.
Abecedario: vocablo
derivado del nombre de las cuatro primeras letras de la serie latina: a, be,
ce, de.
Los dígrafos:
En nuestro idioma, las
letras son los grafemas o signos gráficos simples.
Además de las veintisiete
letras, existen cinco dígrafos o combinaciones de letras:
1. El dígrafo ch (che)
Hoy, de acuerdo con las
normas internacionales, en los diccionarios, la ch ha pasado a la
columna de las palabras que empiezan por C. Los vocablos cuya primera
letra es la che, están situados exactamente antes de las palabras que
empiezan por ci.
2. El dígrafo ll (elle)
La elle ha pasado
a la columna de las palabras que empiezan por L. Los vocablos que
empiezan por elle los encontramos en los diccionarios, después de las
palabras que empiezan por li.
3. El dígrafo gu (g)
antes de las vocales e, i: pliegue, guiño.
4. El dígrafo qu (c)
antes de las vocales e, i: queso, esquina.
5. El dígrafo rr (rr)
entre vocales: arroz, tierra.
“Los dígrafos ch, ll
dejan de ser considerados letras del abecedario español, lo que no
significa que desaparezcan de su sistema gráfico. Estas combinaciones seguirán
utilizándose como hasta ahora en la escritura de palabras españolas. Ocurre que
los dígrafos son combinaciones de dos letras ya incluidas en el alfabeto. En
todas las lenguas de escritura alfabética, se consideran letras del abecedario
solamente los signos simples”. (RAE).
& (“et”)
Su nombre es “et”. Es una
alternativa en la escritura, de la conjunción copulativa latina “et”, de la que
se deriva la conjunción española “y”.
Su nombre en inglés es
“ampersand”, que proviene de la expresión “and
per se and”, equivalente a: “y por sí mismo, y” (es parte de la retahíla para memorizar el
alfabeto).
En español, el uso de
este signo es superfluo, pues es más breve, fácil y sencilla la conjunción “y”.
La Real Academia Española
(RAE) admite que este signo (&) representa la palabra “etcétera” y recibe
el mismo nombre.
La letra Ñ (eñe):
Esta letra tiene su
origen en la abreviatura del dígrafo nn, que el español medieval escogió
para representar el nuevo fonema nasal palatal /ñ/, inexistente en latín. Este
dígrafo solía escribirse de forma abreviada mediante una sola n con una
virgulilla encima, signo del que surge esta letra, genuinamente española, que
también adoptaron el gallego y el vasco.
“i
latina”…….”y griega”
i latina:
Letra del alfabeto
romano, tomada de los etruscos, y estos la tomaron de los colonos griegos del
sur de Italia.
En 1726, la Real Academia
Española (RAE) precisó los usos de las íes (antiguas íes latinas)
y las yes (antiguas íes griegas) para evitar las confusiones
fonéticas y de escritura, y decidió que solo la i se usara como vocal.
Es una de las cinco
vocales. No tiene una función específica usada sola; siempre está dentro de las
palabras (iglesia, indio); además forma diptongo o triptongo dentro de ellas
(cielo, cuido).
Y griega:
Y: es la vigésima sexta
letra del alfabeto español y la vigésima primera consonante. Su nombre fonético
es YE.
Fue una letra griega:
upsilon, o ypsilon, que los romanos tomaron de Grecia para representar palabras
tomadas del griego antiguo. Su origen está en la antigua letra griega “V”, del
etrusco/romano.
La Real Academia Española
en la redacción de la nueva ortografía (edición de 2010), en consenso con las
demás academias de la lengua española, propuso su nombre: ye. Hubo polémica porque los españoles siempre la
han llamado i griega.
La edición definitiva de
la ortografía permite usar cualquiera de los dos nombres: ye; i griega. Pero recomienda la denominación de ye.
Valores fonéticos: Hace
las veces de vocal, i, cuando está al final de las palabras, ejemplos: rey
(rei), Paraguay (Paraguai), hoy (hoi), buey (buei); y de consonante (ye) cuando está junto a las
vocales: yegua, yacimiento, yarda.
Cuando se emplea sola, su
función es la de conjunción copulativa: une palabras (día y
noche) o conceptos (habla bien el
francés y lee y
comprende textos en este idioma).
En el campo de la
estilística, al emplearse sola al principio de textos cortos, da fuerza de
expresión a lo que se dice y escribe: “Y llega como un viento acariciante en
medio del dolor”.
Para evitar repeticiones
cacofónicas (mal sonido), la y se cambia por e para unir palabras
que empiecen por i latina o por hi. Ejemplos: María e Inés;
aguja e hilo. Pero delante de diptongo, no se permite hacer el cambio,
ejemplos: sus palabras son duras y hieren en lo más profundo del ser; poseía
oro, plata y hierro. Tampoco puede hacerse el cambio en interrogaciones, se
dice y se escribe: ¿Y Isabel?, ¿Y
Ignacio?
(Notas tomadas de “Ortografía de la lengua española”.
Real Academia Española (RAE). Edición del año 2010. Primera edición en
Colombia, abril de 2011, 743 pp.)
Clasificación de las
letras:
Por su sonido se clasifican en vocales y
consonantes. Las vocales tienen sonido por sí solas y son: a, e, i, o,
u. Sus plurales son: aes, ees, íes, oes, úes..
Las consonantes
son todas las demás, y necesitan, para pronunciarse, el auxilio de una vocal,
con la que consuenan.
La Y es vocal al final de
una sílaba: estoy, rey, Paraguay; y es consonante al principio de la sílaba
seguida de vocal: adyacente, yeísmo, yute, yuca.
Son mudas las
letras que no se pronuncian como la hache, y la u en los grupos gue, gui, que, qui.
Por sus elementos se dividen en sencillas y
dobles. Son sencillas las de un solo elemento: a, s. p. o, z, b, etc.
Son letras dobles
las que constan de dos elementos: ch, ll. También se les llama dígrafos.
Por su tamaño se clasifican en mayúsculas,
las de mayor tamaño y, a veces, de forma diferente. Las minúsculas, de
menor tamaño y son de uso más frecuente.
(v.t.: consonantes).
ALINEAR: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso
común al hablar y escribir).
ALÓFONO:
Es cada una de las
variantes que se dan en la pronunciación de un mismo fonema, según la posición
de éste en la sílaba o palabra; estas variantes o alófonos están regidos
también por el carácter de los fonemas vecinos. Por ejemplo: la b
oclusiva de la palabra tumbo y la b fricativa del vocablo tubo
son alófonos (variantes) del fonema /b/.
Este término de alófono
ha sido tomado de la lingüística norteamericana para designar las variantes
combinatorias.
AMBAGES:
Rodeos de palabras o
circunloquios (v.) para expresar una
idea; el texto escrito con ambages ofrece ambigüedades (v.), sutilezas y equívocos (v.).
AMERICANISMOS:
Son las voces procedentes
de los países hispanoamericanos. También se les llama regionalismos. Algunos
ejemplos:
De las Antillas: bohío, bejuco, canoa,
cacique, huracán, ají, yuca
De México: petaca, tomate, cacao, chocolate, zapote, tamal,
ancón.
Del Perú: quichua, (quechua), llama, vicuña, alpaca, coca,
cóndor, amasijo.
De Argentina: tonada, grapa, bayardo, milonga.
De Cuba: chancleta, porra, chivato, bailoteo, guagua, tusa,
guajiro, caney.
De Venezuela: chinchorro, piche, maraca, llorada, papirotada.
De Colombia: chirriado, guache, guascudo, chirringo, biche.
AMPULOSIDAD:
Es la característica del
lenguaje hinchado, lleno de rodeos y de adornos, redundante. Se encuentra en
algunos escritores y oradores. Ese lenguaje ampuloso se está poniendo de moda
en algunos periodistas y locutores, lo que sólo conduce a decir sandeces y a
cometer errores. Para decirlo más claramente: la ampulosidad es “verborrea”,
exceso de palabras, sonoridad excesiva, retórica.
ANACOLUTO:
Es una forma de
construcción que señala en una dirección determinada apuntando hacia una idea,
pero luego continúa en otra dirección distinta, ejemplo: el joven profesor en
un centro educativo, cuyo padre dirige una industria.
ANÁFORA:
Figura que consiste en la
repetición de una o varias palabras al comienzo de una o más frases en un
período. Ejemplos: “Traed, traed de
vino vasos llenos”. (Arias Montano).
“¿Qué trabajo no paga el
niño a la madre, cuando ella lo tiene
en el regazo desnudo, cuando él juega
con sus pechos, cuando la hiere con
sus manecitas, cuando la mira con
risa, cuando gorjea?” (Fr. Luis de
León).
Ejemplo de anáfora en la
poesía:
¿De quién es esta voz que me serena?
¿De quién es esta voz que me levanta?
¿De quién es esta voz que me enajena?
¿De quién es esta voz que, cuando canta,
de quién es esta voz que, cuando sueña,
me anuda el corazón a la
garganta?
(Francisco Luis Bernárdez)
ANAGRAMA:
Palabra o palabras
formadas por la reordenación de las letras que constituyen otra u otras
palabras diferentes. Ejemplos: Lope de Vega Carpio = (anagrama: Gabriel
Padecopeo).
Policarpa Salavarrieta =
(anagrama: yace por salvar la patria). Otros gramáticos la definen como: ‘juego
de letras que consiste en la transposición de las letras de una palabra para
formar otra distinta, y traen estos ejemplos: Roma-amor; malo-loma;
musa-suma.
ANÁLISIS:
Es la distinción y
separación de las partes de un todo para llegar a conocer sus principios y
elementos. Hay varias clases de análisis:
1) Análisis gramatical:
Es el examen de las palabras del discurso
para determinar la categoría, oficio, formas y propiedades gramaticales de cada
una de ellas; lo mismo que la descomposición de las frases para examinar la
relación o dependencia que guardan entre sí.
2) Análisis lexicológico:
La lexicología es el estudio de las
palabras en lo concerniente a su origen, formación y significado. Para realizar
este análisis hay que tener en cuenta la etimología (v.), o sea, el estudio del origen de las palabras, por ejemplo:
teléfono, del griego; violín, del italiano; vagón, del inglés. Además, hay que
conocer la morfología (v.) y la
semántica (v.).
Análisis literario
Estudia los elementos
estéticos de una obra en cuanto a la clasificación, el asunto, la expresión.
Este análisis nos dice la clase de obra: científica, oratoria, lírica,
epistolar, épica, dramática, etc.
Da cuenta del asunto de
la obra: si es filosófico, descriptivo, narrativo, romántico, etc.; así mismo
da a conocer la belleza del estilo y de
las frases, el empleo de las figuras literarias.
Análisis lógico:
Es el que considera las
distintas proposiciones de un texto, deteniéndose en los pensamientos e ideas.
Se analiza el pensamiento dominante (idea principal) y los juicios que
complementan dicho pensamiento.
ANALOGÍA:
Antiguamente se indicó
con este término la coherencia de formas en el lenguaje. El principio de
analogía rigió por muchos siglos la gramática griega y latina. Según Aristarco,
el lenguaje es un sistema coherente de signos, estructurados en paradigmas
regulares y gobernados por leyes que rigen la relación entre las formas
lingüísticas y las categorías lógicas.
La designación de
analogía en relación con la gramática es anticuada y ha dado paso a la
modernamente llamada morfología (v.)
Hoy, por analogía se
entiende relación de semejanza entre ideas u objetos distintos. Existen pruebas de analogía; en un test de esta
naturaleza, se trata de elegir la RELACIÓN o ANALOGÍA que aparece en los
términos del planteamiento, entre cuatro
o cinco pares que se dan como respuesta.
Las clases de relación de
mayor uso son: de causa a efecto o viceversa; de cualidad; de semejanza o
parecido; de mayor a menor o viceversa; de tamaño; de las partes al todo o
viceversa; de simbolismo; de sinonimia; de antonimia; de dependencia; de
utilidad; de uso.
Los signos para escribir
la analogía son: dos puntos (:) que se leen: ‘es a’; cuatro puntos (: :) que se
leen: ’como’. Ejemplo
:
Pierna
: (es a) persona : : (como)
sangre : corazón
plata : riqueza
silla : butaca
pared : convento
rueda : carro
En el anterior ejemplo se
encuentra la analogía de ‘parte de un todo’ (pierna es parte de la persona).
Según esto, encontramos que la respuesta puede ser d, e. Buscamos, entonces otra analogía (o semejanza) y vemos que,
además, sirve para movilizarse (pierna: persona); teniendo en cuenta esta
última relación, la verdadera respuesta es el numeral e.
Otros ejemplos:
Célula : cuerpo ::
agua : frío
ladrillo : casa
cabra : oveja
tren : estación (respuesta: el numeral b: ladrillo : Casa)
Párrafo
: punto : :
vena:
arteria
mano : uña
cura :
iglesia
discurso : pausa (respuesta: el numeral d: discurso : pausa)
ANFIBOLOGÍA:
Esta se presenta cuando
por mala colocación o errónea selección de palabras queda ambiguo el sentido de
la frase; por eso se le conoce también con el nombre de ambigüedad. Ejemplos: Pablo llevó al general a su
casa. (¿Casa de quién?, ¿del general o de Pablo?). Me recomendaron a tu amigo.
(¿Quién es el recomendado?, ¿tu amigo o yo?). Le envío a usted un perrito con
mi hermano que tiene las orejas cortadas (¿quién tiene las orejas cortadas?,
¿el perrito o mi hermano?). He visto el carro del médico que está hecho un
desastre (¿quién?, ¿el médico o el carro?)
ANGLICISMOS:
Son las palabras tomadas
del idioma inglés.
En el español hablado y
escrito, el papel del idioma inglés es muy notorio, y su influencia es mucho
mayor que la del francés y la de otros idiomas. Algunas de las razones de este
fenómeno son:
1. Las agencias de
noticias y la prensa: la mayoría de las traducciones no son acertadas.
2. La industria y el
comercio: es grande la influencia del inglés en la correspondencia, en los
anuncios, las propagandas y los nombres comerciales.
3. Los deportes han
traído vocablos ingleses y de otros idiomas
4. El cine, la
televisión, la informática.
5. Los viajes y la
política internacional.
Ejemplos de anglicismos:
Baby (béibi) = lactante,
niño pequeño. Bridge (bridy) =
juego de naipes.
Bull-dog (bul-dog) =
perro de presa Fox-terrier
(foks-terrié) = perro
Pullman (púlman) = coche-cama. Block (bloc) = cuaderno de
notas.
Muchos anglicismos han
sido ya aceptados por la Real Academia Española y figuran en el DRAE
–Diccionario de la Real Academia Española-.
ANIVELISMO:
Es una muletilla que se
está generalizando en todos los campos de la expresión hablada y escrita y que
consiste en el empleo de la expresión “a nivel de”, sin ningún análisis
semántico; ejemplos: Se estudia dicha ley a nivel del Congreso; es posible que
lo acepten, ya que su carta ha sido analizada a nivel de los directivos de la
universidad.
La expresión a nivel de, sólo se usa correctamente
cuando significa ‘a la altura de.’ Ejemplos: Llovió tanto, que el agua corría a
nivel de la ventana (a la altura de la ventana). Como estudia bastante, está a
nivel de los mejores alumnos (a la altura de los mejores alumnos).
ANTE:
Es una preposición que
expresa:
Prioridad de lugar,
situación o posición delantera. Ejemplos: Lucía estaba ante mí. Compareció ante el
fiscal.
Prioridad de tiempo,
cuando se usa con verbos de reposo o de movimiento. Ejemplo: Ante una época como aquella...
En sentido figurado,
significa antelación o preferencia. Ejemplos: ante todo; ante todas las
cosas. También se usa como equivalente de la expresión: respecto de. Ejemplos: Ante eso no deseo opinar (respecto de
eso...)
Algunos censuran como
galicismo el uso de ante con el
significado de: ‘en presencia de’, cuando se usa delante de nombres de cosas,
como: ante la violencia de los
terroristas no es posible callar. Sin embargo, otros gramáticos muy autorizados
opinan que no hay un verdadero motivo para rechazar dicho uso.
Esta preposición se usa
sólo en la lengua culta. En el lenguaje popular se sustituye por la frase
prepositiva delante de. Ejemplo: Le
gusta estar delante de los demás. (v. delante, adelante).
ANTICLÍMAX:
Oposición de dos
gradaciones en una misma frase, una de ellas ascendente; descendente la otra. (v. clímax)
ANTÍTESIS:
Llamada también
‘paradoja’. Es un recurso estilístico o literario ((v. figuras literarias) empleado en expresiones que encierran
contradicción; es decir, ideas opuestas. Ejemplo:
“Aunque se ausenten,
están presentes; aunque sean pobres, abundan en riquezas; aunque sean
desvalidos, tienen mucho poder; y lo que es más, aun después de muertos,
viven.” (Concepto de Cicerón acerca de
los amigos).
ANTONIMIA:
Significación contraria
de dos vocablos, llamados antónimos, como: frío-calor, alto-bajo
Otras veces, la antonimia
se produce cuando a un vocablo, para que exprese lo contrario, se le antepone
una partícula que se llama prefijo (v.) o
morfema. Ejemplos: consuelo, desconsuelo; ligar, desligar; constante,
inconstante; hacer, deshacer; móvil, inmóvil; discreto, indiscreto.
ANTÓNIMOS: (v. antonimia)
ANTONOMASIA:
Es la forma de expresar un nombre común en lugar de uno
propio, o al contrario. Generalmente se cambia el nombre por el de la cualidad
que le corresponde de manera inconfundible a la persona. Ejemplos:
Ese hombre es un nerón. (Queremos expresar que es un
hombre cruel, como Nerón).
Los alemanes saludaban al
líder con entusiasmo. (Saludan a
Hitler).
Tu amigo es un pedro claver (Queremos decir que es un
protector de los negros y los pobres.)
ANTROPONIMIA:
El deseo de conocer el
origen del nombre es muy antiguo. Los
nombres personales provienen de vocablos comunes simples, derivados o
compuestos. En sus comienzos se refirieron a fenómenos de la naturaleza, a la
geografía, a cualidades físicas o morales de las personas, a circunstancias
especiales de la vida cotidiana, a la magia, a la guerra, a la religión, a
estados sociales; también fueron el resultado del capricho de las gentes.
Con frecuencia, el apodo
vence al nombre en el uso cotidiano, mucho más si se trata de personas de
escasa cultura.
El estudio de los nombres
propios personales empieza con los griegos, pero la observación científica de
los nombres personales es obra del siglo XIX.
La antroponimia es, pues,
la rama de la onomástica que se ocupa de los nombres de personas.
APELLIDOS:
La palabra “apellidar”
entraña, en el origen latino, el nombre con el cual nos llaman o convocan en el
hogar o, de otro modo, el nombre por el que se distingue a la familia y se
perpetúa el linaje.
Nombres de familia
con que se distinguen las personas.
“Conombre, decía Nebrija,
es aquel que se pone después del nombre propio i es común a todos los de
aquella familia i llámase propia mente
entre nos otros el apellido”
Los apellidos parece que
se derivan de la necesidad de identificar no solo a la persona, sino su
pertenencia a una familia, lugar, etc. Las circunstancias también dan origen a
los apellidos; lo mismo que las cualidades físicas: Rojo, Blanco, Pardo,
Delgado, Calvo, Moreno, Rubio, Valiente, Rico, etc. Otras veces son nombres de lugares: Toledo, Córdoba, Granada, etc. Otras, el origen es
patronímico como los apellidos terminados en EZ, un sufijo que se atribuye a
influencia ibérica.
Los apellidos tienen
también su plural que se ajusta a las mismas normas que las de los nombres
comunes. Únicamente dejan de tener plural los apellidos patronímicos terminados
en Z (zeta) en sílaba no acentuada: los Pérez (hijos de Pedro), los Rodríguez
(hijos de Rodrigo), los González (hijos de Gonzalo).
Ya en el año l947,
el sacerdote salesiano y filólogo
Rodolfo M. Ragucci decía en sus escritos que el procedimiento para formar los
patronímicos es el siguiente:
1. “Si el nombre del
padre termina en o, esta se sustituye por ez: de Pero (Pedro),
Pérez; de Álvaro, Álvarez; de Marco, Márquez.
Si el nombre del padre
termina en la sílaba yo, esta se sustituye por ez: de Pelayo, Peláez. Si acaba en
consonante, se le agrega el mismo sufijo ez: de Juan o Iván, Ibáñez; de
Laín, Laínez.
Estos patronímicos están exentos del plural en los
apellidos.
2. “Se oye decir que los
apellidos no tienen plural; es un error.
En otras lenguas no lo tienen; en la nuestra sí, y desde lo más remoto.
Las normas son las mismas
que para los nombres ordinarios; solo que son invariables los patronímicos
graves y esdrújulos terminados en z: los Pérez, los Álvarez, los Díaz,
los González, etc.”
3. “Si son agudos,
reciben la desinencia usual, ES: de Ortiz, los Ortices; de Muñoz, los Muñoces”.
4. “Cuando los apellidos
son compuestos, se pluraliza solo el segundo elemento: los Montealegres, los
Sotomayores, los Buendías, los Santamarías.
5. Si a los apellidos va
adherido un complemento, como en Ortiz de Zárate, Hurtado de Mendoza, se forma
el plural del primer nombre y se deja invariable el complemento: los Ortices de Zárate, los Hurtados de Mendoza, los Lopes de Vega (de Lope de Vega), los Tirsos de Molina, los Calderones de la
Barca, los Ponces de León”.
El gran maestro de la
lengua, Gómez Restrepo, habla de “la estirpe de los Quesadas”, y el
escritor Sarmiento, de la “casa de los
Godoyes”. El poeta Ricardo Rojas, de “la sangre de los Tejadas; de los Guzmanes”,
y Baldomero Fernández Moreno, cita “los Nebrijas y Valdeses”.
Miguel de Toro y
Gisbert conceptúa: “Varios escritores
modernos han dado en la gracia de escribir, imitando a los franceses: los
Villamil, los Rico...; conviene no seguir tan mal ejemplo”.
Calixto Oyuela añade:
“Decir los Tejada es tan incorrecto como decir los árbol, los caballo, las
nube” (sin la ese del plural).
5. “¿Cuáles son los
plurales de Moisés, Jesús, José, si los tienen?
Responde el Padre
Ragucci: “¿Por qué no los han de tener?
Los dos primeros son agudos terminados en consonante. Según la regla general,
deben recibir la inflexión es, a saber: los Moiseses, los Jesuses. Otros
ejemplos: Andreses, (como corteses, reveses, meses), Nicolases, Tomases,
Luises, Quiroces, etc.”
6. “Las voces llanas y
esdrújulas (las anteriores son agudas) terminadas en ESE en el singular,
no varían para el plural. Por tanto se dice: los brindis, los ómnibus, las
tesis. No solamente los agudos que terminan en s exigen para el plural
la terminación es, sino también todos los otros, agudos o no, terminados
en cualquier consonante, solo que si esta es z, se cambia en c,
por preceder a la e, ejemplos: jueces, capaces, dobleces, Beatrices,
Ortices, actrices, Ruices, clubes, Matusalenes, Roldanes.”
7. “En cuanto al plural
de José, añadámosle una ESE y queda convertido en Josés. Los que
terminan en é acentuada, antes recibían también la desinencia es;
pero como no es tan agradable el hiato (encuentro de dos vocales que se
pronuncian en sílabas distintas) producido por las dos ees contiguas, se
acordó agregarles una simple s. Debe decirse: fes, cafés, tés, y lo
mismo las letras: ces, bes, des, ges, pes, tes, ves, yes, y las voces: canapés,
comités, corsés, cupés, minués, pies, quinqués, rapés, cafés. Excepción: la
letra e, cuyo plural es ees.”
8. Después de largos
debates e investigaciones, el ilustre filólogo colombiano Rufino José Cuervo
sacó conclusiones inobjetables acerca del plural de los apellidos. Dice:
“Los apellidos por ser
nombres apelativos, pues se aplican a todos los individuos de una familia, se
les debe pluralizar si su estructura lo permite. Se dirá por ejemplo, ‘los
Gavirias’, ‘los Guevaras’. No faltan, sin embargo, escritorzuelos pendencieros
que sostienen que debe proscribirse el plural [...].”
9. La única dificultad
que oponen los contradictores a las normas dichas, es la de apellidos como Rey
y Reyes, en que no se sabría a cuál
pertenece el plural, si a los señores de apellido Rey o a los de apellido Reyes.
Esto tiene que aclararse apelando a un rodeo, cosa inevitable en muchos casos.
Para el caso anterior,
otros gramáticos nos recomiendan decir los hermanos Rey, las familias Reyes.
Hoy, el Diccionario panhispánico de dudas y la RAE,
en sus últimas disposiciones, opinan: “Los apellidos se mantienen
invariables cuando designan a los miembros de una misma familia: Mañana
cenamos en casa de los García; Los Alcover se han ido a vivir a Quito.
Cuando se emplean para designar un conjunto diverso de individuos que tienen el
mismo apellido, el uso vacila entre mantenerlos invariables o añadirles las
marcas propias del plural de acuerdo con su forma. La tendencia mayoritaria es
mantenerlos invariables, sobre todo en el caso de apellidos que pueden ser
también nombres de pila, para distinguir ambos usos: Los Alonsos de mi
clase son muy simpáticos (nombre de pila) y Los Alonso de mi
clase son muy simpáticos (apellido); o cuando se trata de apellidos
que tienen variantes con -s y sin -s,
como Torre(s), Puente(s) o Fuente(s): En
mi pueblo hay muchos Puente (gente apellidada Puente) y En
mi pueblo hay muchos Puentes (gente apellidada Puentes).
Salvo en estos casos, los que terminan en vocal admiten con más naturalidad las
marcas de plural que los que acaban en consonante: En la guía
telefónica hay muchísimos Garcías (pero también hay muchísimos
García). Los apellidos que acaban en –z, se mantienen
siempre invariables: los Hernández, los Díez.
Los plurales de las letras son: aes, ees, íes, oes,
úes.
Los plurales de los números son: unos, doses, (doces
es de doce), treses (treces es de trece), cuatros, cincos, seises, sietes,
ochos, nueves, dieces.
APÓCOPE:
Es la pérdida del final
de una palabra. Ejemplos: santo, se apocopa en san; primero, en primer; tanto, en tan, etc.
APOSICIÓN:
En gramática es el empleo
de un sustantivo (con modificadores o sin ellos) a continuación de otro para
precisar o explicar mejor el sentido del primero. Pueden ser de distinto género
y número; se yuxtaponen o se juntan sin ningún elemento de enlace (v.). Sin embargo, cuando se trata de
ciudades, meses o años se usa la preposición o elemento de enlace ‘de’,
ejemplos: ciudad de Bogotá; el mes de febrero; el año de 1999.
Ejemplos de sustantivos
en aposición: Don Carlos, caballero intachable, vive en Medellín,
la bella villa. Helena, esposa de Paris, desató la guerra de
Troya. El conde lloraba ante su destruido castillo, ruinas de su pasada
grandeza. Mi nieto Camilo y mi ahijada Sara estudian inglés.
Colón descubridor fue valiente; Carlos emperador reinó bien.
El sustantivo en
aposición concierta con la palabra u oración a que hace referencia.
APÓSTROFE:
No debe confundirse con
el vocablo ‘apóstrofo’ (v.) de igual
origen griego, aunque ambas tengan en común el verbo derivado ‘apostrofar’.
El apóstrofe o la
apóstrofe (admite ambos géneros, pero se da preferencia al masculino) es una
figura retórica que consiste en cortar de repente, el que habla, el hilo del
discurso o la narración, bien sea para dirigir la palabra con vehemencia en
segunda persona a una o varias presentes o ausentes, vivas o muertas, a seres
abstractos o a cosas inanimadas, o bien para dirigírsela a sí mismo en iguales
términos; ejemplo de esta figura retórica:: “Ven, ángel de la muerte, / esgrime
la fulmínea espada.” (A. Lista)
APÓSTROFO:
Es un signo ortográfico
consistente en una virgulilla colocada a la mayor altura de los palos de las
letras (‘), cuya finalidad es marcar la suspensión o elisión de una o más
letras. Como la elisión no tiene hoy cabida en español (a no ser en el habla
vulgar = pueblo), el apóstrofo no tiene
casi uso en nuestra lengua.
Antiguamente se empleaba
con el ya expresado fin, y hoy vuelve a usarse en algunas reimpresiones de
obras antiguas donde se había sustituido por la soldadura de las palabras,
ejemplos: d’este, deste (de éste); d’aquel daquel (de aquel), d’ello dello (de
ello).
APRECIATIVOS:
Los apreciativos son los
formantes facultativos comunes al sustantivo y al adjetivo que la gramática
tradicional llama aumentativos (v.), diminutivos (v.) y despectivos (v.).
En este caso, no indican tamaño; estos formantes facultativos sirven como
índice de la afectividad del hablante (o de quien escribe), para expresar lo
negativo o lo positivo de su afectividad según el aprecio que tenga del nombre
al cual se añade el formante facultativo.
Estos elementos
apreciativos se juntan a los sustantivos y a los adjetivos; pero, algunas veces
pueden añadirse a los adverbios, como cuando decimos: de mañanita, cerquita,
lejotes.
Los formantes o
apreciativos han servido, algunas veces, para formar nuevas palabras, como:
paño/pañuelo; paño/pañoleta; dulce/dulcero; dulcero/dulcería, etc.
ARCAÍSMOS:
Son las palabras, frases
o maneras de expresión, ya anticuadas o en desuso. Hay dos clases de arcaísmos:
la de los que designan cosas que han dejado de usarse, y la de los que han
dejado de designar cosas que todavía se usan. Su empleo constituye un vicio del
lenguaje. Ejemplos:
Agora = ahora; magüer = aunque; vía
= veía; facer = hacer; truje = traje; fuerdes
= fueres; vierdes = vieres; home = hombre; ansí = así; naide
= nadie; topar = encontrar; pañar = coger deshacellos = deshacerlos
ARGOT:
El argot y la jerga son sociolectos (v.)
El Diccionario de la Real
Academia Española –DRAE- trae el mismo significado para jerga y argot:
“Lengua especial y
familiar que usan entre sí los individuos de ciertas profesiones y oficios como
toreros, estudiantes, etc. (v. Jerga)...
ARMONÍA EN EL LENGUAJE:
La armonía radica en el
sentido musical de las palabras y de las frases, y en el arte de combinarlas de
un modo agradable al oído. La armonía es el exquisito secreto de los grandes
escritores. Según el crítico Albalat, la armonía “se funda en el genio de la
lengua, en las exigencias del oído”.
La estilística
recomienda: “Hay que abstenerse de toda la rudeza en el sonido, de todo
tropiezo, de toda disonancia muy marcada, salvo, que para mantener estos
sonidos o palabras, haya razones de relieve, de originalidad u otros motivos de
belleza literaria.”
La armonía se consigue
eligiendo cuidadosamente las palabras, sustituyendo las ásperas al oído por
otras que expresen la misma idea y sean melodiosas y suaves; evitar las
palabras de igual terminación; distribuir las pausas de modo que obedezcan a
cierta proporción musical.
Debe tenerse en cuenta al
escribir, no terminar una frase con la expresión más corta. Los principales
errores contra la armonía del lenguaje son la cacofonía (v.:) y la monotonía (v.:).
ARTICULACIÓN DE LOS
FONEMAS DEL ESPAÑOL:
Por su modo de
articulación:
Es decir, la manera como
tiene que salir el aire que sirve de medio para conducir la onda sonora; según
esto, los fonemas del idioma español se dividen en vocales y consonantes.
En las vocales, el
aire sale sin interrupción, con mayor o menor estrechez, lo que determina su
división en:
Cerradas: /i/, /u/
Abiertas: /a/, /e/,
/o/
En las consonantes
el aire encuentra una interrupción, que a veces es una simple estrechez del
canal de salida del aire, hecho que las clasifica en:
Oclusivas:
Se llaman también explosivas, porque después de la
obstrucción el aire sale bruscamente. Son: /p/,
/b/, /t/, /d/,
/ch/, /k/, /g/ . llamadas: oclusivas orales. En
las oclusivas nasales el aire sale por la nariz o cavidad nasal. Son: /m/, /n/,
/ñ/.
Fricativas:
En ningún momento se
cierra completamente el canal de salida del aire, aunque puede estrecharse
sensiblemente. Las fricativas son: /f/,
/z/, /s/, /y/,
/x/
Africadas:
El aire vence rápidamente
la oclusión u obstrucción, por tanto, hay una interrupción seguida de una
fricación inmediata. Son: /c/, /j/
Laterales:
Hay oclusión en el centro
del canal de salida del aire, pero éste sale por un lado de la boca, o por los
dos, en forma continua. Son: /l/, /ll/
Vibrantes:
El paso del aire se
interrumpe momentáneamente y la lengua vibra una sola vez como en /r/, o vibra varias veces como en /rr/
Por su punto de
articulación:
Otra posibilidad de
clasificar los fonemas es teniendo en cuenta su punto de articulación. Algunos
gramáticos afirman que es más adecuado decir lugar de articulación.
Según este aspecto, se
dividen en:
Bilabiales:
Con los dos labios: /p/,
/b/, (= /v/), /m/
Interdentales:
Con la lengua entre los
incisivos: /z/, /c/ (ce, ci)
Alveolares:
Con la lengua y los
alvéolos superiores: /n/, /s/, /l/,
/r/
Palatales:
Con la lengua en el
paladar: /c/, /ch/, /ñ/,
/y/, /ll/
Velares:
Con la lengua en el velo
del paladar: /k/, /x/, /j/,
/g/, /q/
Labiodentales:
Labio inferior y dientes
superiores. /f/
Dentales:
Con la lengua y los
dientes superiores: /t/, /d/
La H (hache) no corresponde en español a ningún fonema, es muda. La X
(equis) no es un sonido sino una grafía
para representar los sonidos de: KS, GS. Se pronuncia como S (ese) cuando va
seguida de consonante.
Sonoridad y sordez de los
fonemas españoles:
Son fonemas sonoros todas las vocales y las siguientes
consonantes: /b/, /d/, /g/,
/m/, /n/, /ñ/,
/l/, /ll/, /y/,
/r/, /rr/
Las demás consonantes son
sordas.
Hay fonemas que se
representan con varias letras o grafemas, como:
/b/ = b, v, w;
/k/
= k, q, c (ca, co, cu); /s/ = s, c
(ce, ci)
Hay letras simples que
representan dos fonemas: x = /k/, /s/; o también: /g/, /s/
Algunos fonemas simples
se representan por medio de signos compuestos, como: ch, ll; a estos, los
lingüistas los llaman digramas o dígrafos.
ARTÍCULO
Debe su nombre al
carácter de unión o articulación, y
sirve para aislar a un individuo o individuos entre los demás de su especie. El
artículo determinado admite las fórmulas: el,
la, lo para el singular, y los, las
para el plural.
Los artículos que la
gramática tradicional llama determinados (el, los, la, las) e indeterminados
(un, unos, una, unas), los gramáticos modernos los llaman morfemas que cumplen
la función de determinantes del nombre o sustantivo. No es lo mismo decir: te
entregué un libro, que:
te entregué el libro Compró libros, que compró los libros.
El artículo se antepone
al nombre para anunciar su género, su número y su función gramatical.
Dice Andrés Bello: “En
general, los nombres propios de naciones o países de alguna extensión pueden
usarse con artículo o sin él, al paso que los de ciudades, villas, aldeas lo rehúsan.
Pero son muchas las excepciones. Algunos como Venezuela y Chile no lo admiten,
y en este caso se hallan los países que tienen capitales homónimas, como
Méjico. Hay países, ciudades y aldeas que generalmente llevan el artículo: el
Japón, el Brasil, el Perú, el Cairo, la Meca, la Habana, el Callao, la Guajira,
el Toboso.”
“Los nombres propios de
mares, ríos y lagos llevan de ordinario el artículo: el Océano, el Támesis, el
Mediterráneo, el Magdalena, el Pacífico, el Patía, el Cauca”.
ARTÍCULOS CONTRACTOS:
El artículo ‘el’
precedido de las preposiciones ‘a’ y ‘de’ se convierte en ‘al’ y ‘del’
respectivamente, formas que se denominan ‘artículos contractos’ o
‘contracciones’.. Ejemplos: van al (a el) campo; vienen del (de el) colegio.
No existe la contracción
cuando el artículo forma parte del nombre completo de una ciudad, una razón
social, un periódico, un libro, etc. Ejemplos: voy a El Tiempo; vengo de El
Colombiano; él viajó a la ciudad de El Cabo; todos los alumnos leyeron el
primer capítulo de El Túnel. (v.
contracción).
ARTÍCULO:
Un artículo no es más que
un comentario (v.) en primera
persona, con la responsabilidad de una firma. En cambio, los comentarios
“editoriales” normalmente no se firman.
ASÍNDETON:
En el campo de la
estilística se estudian las figuras literarias (v:) o recursos estilísticos. En el grupo de las figuras de dicción
está la llamada asíndeton que consiste en suprimir las conjunciones para dar
concisión y rapidez a la expresión. Ejemplos:
a)“Acude, corre, vuela,
traspasa la alta sierra, ocupa el llano.” (Fray Luis de León)
b)“El más lejano, el más
desconocido,
el más pequeño, el más
desventurado,
el más abandonado, el más
vencido.” (Francisco Luis Bernárdez)
ASONANCIA:
Es la igualdad de los
sonidos vocálicos a partir de la última vocal acentuada en dos o más versos; en
la poesía está muy bien. Algo muy diferente ocurre en la prosa, porque en ésta
la asonancia se constituye en un vicio de dicción (v. dicción, vicios de), ya que es innecesaria y molesta. Entre la
gente de baja y mediana cultura se le llama prosa rimada; insoportable al oído.
No es adecuado presentar ejemplos de errores, pero se hace la excepción para
que se vea lo ridículo que es la asonancia en la prosa: La voz de un viejo
entonaba un cantar y la rueda de un enorme molino resonaba detrás.
ASTERISCO:
Es una estrellita (*) que
acompaña a ciertas palabras del texto, como llamada a una nota que al pie de la
página o en otro lugar del libro va encabezada con el mismo signo. A veces, con
igual fin, se emplean letras, números, cruces o dagas, etc.
ATLAS LINGÚÍSTICO: (v.
mapa lingüístico)
ÁTONAS:
Son las palabras que no
llevan acento prosódico (v acento), ejemplos: me dicen; la cuenta. Los
vocablos me y la apoyan su acento en las palabras siguientes. Únicamente
pueden ser átonas las palabras monosílabas (artículos, algunos pronombres,
algunos posesivos, preposiciones y conjunciones.
AUMENTATIVOS:
Vocablos que añaden al
nombre o sustantivo la noción de gran tamaño. Se logra este concepto añadiendo
los sufijos o morfemas: ón, azo, acho,
ote. y sus femeninos correspondientes. Ejemplos: hombrón, caserón,
gigantazo, grandote, vivaracho, bobalicón, perrote.
A las terminaciones
aumentativas que usamos de manera concreta, agregamos frecuentemente ideas
de tosquedad, fealdad, frivolidad,
desprecio o burla (pobretón, bobalicón). Todas estas expresiones son ajenas al
estilo elevado, mientras estén indicando estas ideas accesorias. Son los
aumentativos que el filólogo Andrés Bello llama apreciativos (v.)
El sufijo ote en la palabra islote depone la significación de aumento y expresa lo contrario.
Algunos aumentativos lo son sólo de forma, puesto que disminuyen la
significación del sustantivo; estos son ejemplos dados por el gramático
Pérez-Rioja:; rabón (perro sin rabo); lanzón (lanza pequeña); pelón (sin pelo).
En estos casos, indican la carencia o privación de lo que parecen aumentar.
Son notables los
diminutivos: todito, nadita, que no
alteran en manera alguna la significación de todo, nada, y sólo sirven para acomodarlos al estilo familiar. (v. t.: sustantivos).
AUN:
Lleva tilde diacrítica (v. acento) cuando es adverbio y
significa ‘todavía’, ejemplo: no han llegado aún. Se escribe sin tilde cuando
es conjunción y significa ‘incluso’, ‘inclusive’; ejemplo: habla tan alto que
aun los sordos la oyen-
Aun cuando:
Es una conjunción concesiva (v.
conjunciones). Se emplea para introducir una oración adverbial concesiva,
ejemplo: aun cuando quisiera, no podría
hacerlo.
B
B:
Segunda letra del
abecedario español y primera de sus consonantes. Su nombre es be. Se pronuncian
de la misma manera la be y la uve. Ambas (b, v) son bilabiales. (v.)
BAJO:
Es una preposición. Las
preposiciones son elementos de enlace. ‘Bajo’ significa lo mismo que debajo de:
situación inferior, sujeción o
dependencia de una persona o cosa respecto de otra. Ejemplos: los pobres
duermen bajo el cielo. La temperatura está a
3 grados bajo cero.
En sentido figurado,
alude a dependencia, sometimiento; por ejemplo: se encuentra bajo la autoridad
de su hermana.; acepto el negocio bajo ciertas condiciones
Cuando se usa la
expresión bajo la base, es mejor emplear
la preposición sobre
Se emplea incorrectamente
la preposición bajo en estas expresiones: El acusado debe ser condenado bajo lo
prescrito en el código penal. El actor reclama sus derechos bajo lo dispuesto
en el código civil. La protección fue otorgada bajo los preceptos legales.
Dichas expresiones son
anglicismos usados frecuentemente. Debe emplearse otra forma: el acusado debe
ser condenado de acuerdo con lo prescrito en el código penal. El mismo cambio
debe hacerse en las demás oraciones.
Bajo ese punto de vista
es otra expresión que debe cambiarse por desde; ejemplos: Lo valora desde el
punto de vista político. Visto desde otro punto de vista, tiene mayores
inconvenientes.
BARBARISMO:
Vicio del lenguaje que
consiste en pronunciar o escribir mal las palabras, o en emplear vocablos
impropios. Barbarismo viene de “bárbaro” que en griego significa “extranjero”.
Fundamentalmente consiste en el uso de palabras extrañas al idioma propio. Los
barbarismos se dividen en muchas clases, según el idioma del país de
procedencia del vocablo extraño: galicismos (del francés) (v.), anglicismos (del inglés) (v.),
italianismos (del italiano) (v.),
etc.
La Academia Española
clasifica como barbarismos:
Las faltas de ortografía.
Las acentuaciones erróneas,
como cuando se dice méndigo en lugar de mendigo
Las formaciones erróneas,
como: haiga en lugar de haya.
Los extranjerismos,
cuando ellos no han sido aceptados por dicha Academia.
Los nombres extranjeros
pronunciados conforme a su nombre originario cuando tienen nombre en español:
Brutus en lugar de Bruto; London en
lugar de Londres.
Los arcaísmos: pañar,
truje, asaz, topar, etc.
Los vocablos nuevos
contrarios a la índole de nuestra lengua, como: el accionar; conversación
puntual; dar coloridad.
Las palabras usadas indebidamente, como:
desapercibido por inadvertido; bajo
esta condición en lugar de: con esta condición
Cuando el barbarismo se
comete en la sintaxis (v.) se llama
solecismo (v.).Lo correcto es decir y
escribir: vaso de agua, vaso de leche, olla de presión, fogón de petróleo, tú y
él iréis a cine, etc., lo contrario es incorrecto y se comete el solecismo.
También hay barbarismos
fonéticos cuando se pronuncian mal estas palabras correctas: escena, ácido,
alicates, autenticar, halar, antediluviano, denme, córranse, pasear, licua,
licuo (sin tilde), madrastra, cónyuge, digresión, diabetes, orfanato, etc.
BEHAVIORISMO:
(De ‘behaviour’ = conducta) Se llama novela behaviorista la
que tiene por tarea principal reflejar conductas humanas, sin que el autor haga
reflexiones por su cuenta; deja al lector en libertad de sacar del relato las conclusiones que quiera.
El behaviorismo no es
información, ni diálogos triviales e insustanciales. Al novelista se le exige
que sepa hacer hablar a sus personajes para que el diálogo sea revelador de
conductas humanas.
La novelas behavioristas
más leídas son las escritas por Hemingway, Sartre, Faulkner, etc.
También en lingüística
aparece el término behaviorismo. Dentro del estructuralismo (v. gramática estructural), el llamado Distribucionalismo americano de
Bloomfied y Harris se caracteriza por el behaviorismo: el lenguaje es un
comportamiento más o conducta y obedece
a las leyes estímulo-respuesta-esfuerzo.
BILABIAL:
En fonética (v.) es una consonante cuya articulación
consiste en una unión o un acercamiento de ambos labios. Las consonantes
bilabiales son: /b/, /v/,
/p/, /m/
BIOGRAFÍA:
Es una de las formas de
la narrativa, y consiste en que alguien
que conoce, o se ha documentado muy bien sobre el tema, escribe la vida de una
persona. Por eso se ha definido la biografía como: estudio de un personaje. Los
datos biográficos deben reflejar el
temperamento, carácter y modo de ser del biografiado.
Una biografía exige
dominar el arte narrativo, la descripción, el diálogo, la técnica informativa,
etc. Además, se necesitan estudio y
documentación (entrevistas o archivos), lo mismo que anécdotas auténticas. La
biografía consta de introducción, cuerpo y final.
En la biografía es
preciso que los hechos hablen para que el lector ‘vea’ al biografiado tal como
es (o fue) en su vida. No adjetivar, sino demostrar con hechos reales que la o
el biografiado era así: bueno, inteligente, trabajador, jocoso, etc. Que en la
biografía se ‘vean’ esas características al exponer hechos reales.
Han sido grandes
biógrafos: Emil Ludwig, Stefan Zweig, André Maurois, Romain Rolland, Gregorio
Marañón.
En Colombia se han
distinguido en el género biográfico: José Manuel Restrepo, José Manuel Groot,
Joaquín Posada Gutiérrez.
BISÍLABA:
Es la palabra de dos
sílabas; también se le llama disílaba, ejemplos: casa, bajar, llegar, etc.
En teoría literaria se
llama bisílabo al verso que sólo tiene dos sílabas.
El siguiente poema de
Rubén Darío es una muestra:
¿Viste como él,
triste sufro
sol? mucho
¡Triste yo!
BREGAR:
Es un verbo regular de la
primera conjugación; a veces, se confunde con el verbo fregar, éste sí,
irregular. (v.t.: Verbo, otros verbos
irregulares de uso común al hablar y
escribir)
BREVEDAD:
.Es una de las
condiciones del bien escribir y del buen hablar. Ser breve no significa ser
lacónico.(v. laconismo). La brevedad
consiste en expresar el máximo de ideas con el mínimo de palabras.
C
C:
Tercera letra del abecedario
español y segunda de sus consonantes. Su nombre es ce. Ante las vocales /e/,
/i/ (cena, cifra) tiene un sonido interdental como de /z/ (en España) o de /s/. Frente a las otras letras tiene una
articulación velar, oclusiva y sorda (cama, coco, cupo, clima, crema, criba,
acto, efecto, octavo). Como letra numeral
(C) tiene el valor de ciento en la numeración romana.
CABE:
Es una preposición o
elemento de enlace que significa junto a,
cerca de. Ejemplo: caminó hasta llegar cabe un río adonde había una barca.
Es una preposición anticuada que se usa en literatura como arcaísmo deliberado,
por eso aparece muy pocas veces en el lenguaje literario, es más común usarla
en poesía.
CACOFONÍA:
Es uno de los errores
contra la armonía del lenguaje. Consiste en la repetición desagradable de
sonidos iguales o semejantes. Ejemplos: El rigor abrasador del calor.
La carretilla de Carlos no cabía en la cabina. Este penoso penar Percibió el peligro de la
penetración de enemigos entre su personal.
CAMBIOS SEMÁNTICOS:
A medida que la cultura y
la historia dejan atrás las cosas viejas, al salir ellas del ambiente del
tiempo presente se olvidan, y van saliendo sus nombres del lenguaje usual.
A cambio de perder las
palabras que designan cosas y acontecimientos antiguos, el vocabulario aumenta
a causa del adelanto de las ciencias y de las nuevas circunstancias que van
apareciendo. El continuo progreso va añadiendo de día en día más voces a la
lengua. Antes se hablaba de calzas (calzones), de pellizones (pieles de armiño
como capas) velmezes (ropa acolchada), etc. son los llamados arcaísmos (v.). Hoy se habla de: televisión, computador o
computadora, supermercado, alunizaje, autoservicio, hipertexto, multimedia,
etc. son los llamados neologismos. Hay, pues, cambios semánticos por CAUSAS
HISTÓRICAS
También ocurren cambios
semánticos por CAUSAS SOCIALES: un objeto o un hecho recibe varios nombres de
acuerdo con el lugar; en cada ciudad se les conoce con un nombre diferente. El
pueblo cambia la lengua según sus gustos. Alguna vez a un caballo muy flaco,
alguien lo llamó famélico, es decir,
hambriento; la expresión se extendió, entró a la corriente del lenguaje, y
después de sufrir muchos cambios, vino a parar en jamelgo. A alguien se le ocurrió decir: a ese hombre, el niño lo descalaveró (de calavera) para
expresar: le rompió la cabeza. El verbo ligeramente modificado se usa como descalabrar.
Hay también CAUSAS
SICOLÓGICAS del cambio semántico porque las palabras son el reflejo de los
sentimientos. De dos maneras se logra la intensidad de la emoción, causando así
cambios en la semántica:
Por la exageración,
llamada en estilística hipérbole.(v.) Aparecen expresiones como: está muerto de miedo; lo oyen hasta los sordos; tan flaco como un suspiro.
Por la repetición de
términos aparecen frases como éstas: ¡Te quiero tanto, tanto! ¡Eso fue horrible, horrible! ¡Malo, muy malo!
Las expresiones de afecto
han creado multitud de términos llamados hipocorísticos
(v.)
CAMPO SEMÁNTICO:
Está formado por palabras
diferentes que corresponden a una misma idea. Ejemplos:
1) Camisa, saco, blusa, falda, pantalón (campo
semántico de vestido).
2) Mangos, naranjas, uvas, papayas, melón (la
idea es de frutas).
3) Sala, comedor, alcoba, cocina, baños (la idea
es de habitación)
4) Abuelo, hijo, suegro, esposa, tío, hermanos,
biznieta (la idea es de parentesco).
5) Colina, cerro, golfo, páramo, volcán, nevado
(la idea es de accidentes geográficos).
6) Borrasca, brisa, rayo, relámpago, granizo (la
idea es de accidentes atmosféricos).
7) Tobillo, nuca, mejilla, pierna, cabeza, sien,
dedos (la idea es de cuerpo humano).
CARICATURA:
Dentro del estudio de los
recursos estilísticos, (v. figuras
literarias) en el grupo de las ‘figuras oblicuas o intencionales’ está la
llamada ´caricatura’ que consiste en hacer una exagerada descripción del
físico, o del aspecto moral, o del carácter de una persona. Ejemplo:
“Era de una delgadez que
daba escalofríos; altísimo de estatura, y hubiese sido más alto si el busto, de
repente, como si estuviera cansado de crecer grácilmente hacia arriba, no se
hubiera curvado bajo la nuca, formando una discreta joroba, de la cual parecía
salir penosamente el cuello, como el de un pollo desplumado, con una gran nuez
protuberante que le iba arriba y abajo.” (Luigui Pirandello). (v. t.: descripción)
CASO:
En gramática se denomina
caso la expresión del oficio que desempeñan en la oración algunas de las partes
de dicha oración. También se da este nombre a la determinada situación y
circunstancia en que está una palabra con respecto a otras.
Casos adverbiales, por
ejemplo, son los que expresan la relación del nombre o sustantivo con un verbo.
Los Casos gramaticales
son: nominativo (el sujeto; realiza la acción: Luis canta), genitivo (cuando se
indica la materia de que está hecha una cosa, su origen o pertenencia; es el
llamado complemento nominal, ejemplos: mesa de metal; casa de Luis), dativo
(complemento indirecto; recibe indirectamente la acción del verbo: compró un
libro para Luis), acusativo (complemento directo; recibe directamente la acción
del verbo: miró a Luis), ablativo (complemento circunstancial que puede ser d
lugar, de tiempo, de modo, etc.: Luis estudia en la biblioteca; Luis viene el
lunes; Luis escucha con atención; Luis lo derrotó con las armas), vocativo (expresa
al ser a quien se dirige la palabra (¡Luis, escúchame!).
. En resumen, el nombre o
sustantivo en la oración puede estar:
1. En nominativo; dicho
de otro modo: es el sujeto de la oración, realiza la acción.
2. En acusativo; es
decir, es el complemento directo de la oración, recibe la acción del verbo.
3. En dativo; es el
complemento indirecto de la oración, recibe indirectamente la acción.
4. En genitivo; cuando
está indicando la materia, su origen, pertenencia, etc.
5. En ablativo; es el
complemento circunstancial de la oración; complementos que pueden ser de modo,
de tiempo, de lugar, de instrumento, etc.
6. En vocativo cuando se
dirigen al sustantivo, le hablan a él. (v.
t.: complementos del verbo)
Veamos este cuadro que
completa los conceptos anteriores:
Oficios del sustantivo: Caso que le corresponde: Preposición que puede llevar:
Sujeto
Nominativo
Ninguna (casa)
Complemento nominal Genitivo De
(casa de madera)
Complemento directo Acusativo A,
o ninguna (pinto la casa)
Compl. Indirecto Dativo A, Para, ninguna
(adornos para
La
casa)
Compl.
Circunstancial Ablativo Cualquiera, ninguna
(cerca de La casa)
CASTELLANO:
En la región cántabra
(España) que por estar tan fortificada se llamaba Castiella y, luego, Castilla,
se produce una lengua que se diferencia marcadamente del resto de los romances
hispánicos. En ese idioma llaman la atención la novedad y la audacia de la
fonética la que simplifica muchas formas gramaticales; este idioma de Castilla
es de una gran claridad acústica, determinada por la abundancia de las vocales
simples, especialmente la A, que da una rotunda musicalidad.
De ser el idioma de un
condado dependiente de León, pasa a ser el eje conductor de la Reconquista y el
creador de la España unificada. Dice el gramático Guillermo Díaz-Plaja. ”He
aquí por qué hoy llamamos español al
humilde romance surgido entre los riscos de Cantabria.”
Terminado el período de
forcejeo con las demás formas lingüísticas peninsulares, el romance castellano
alcanza su período de madurez lingüística hacia los siglos XVI y XVII, y se
convierte en el lenguaje cultural y literario de España, empezando por Cataluña
que, a partir del poeta Juan Boscán, adopta el castellano para sus
producciones.
El castellano era la
lengua “compañera del Imperio” de Fernando e Isabel (los reyes católicos), y al
igual que el Imperio, la lengua empezaba a extenderse por los nuevos dominios
de España. En América, sobre todo,
recibió muchos vocablos de las lenguas indígenas: aymará (Bolivia), quichua
(Perú), araucano (Chile), guaraní (Paraguay), nahuatl (México).
En la historia del
castellano se destaca la presencia de Carlos V, flamenco de nacimiento,
coronado Emperador: Carlos I de España y V de Alemania. Cuando éste llegó a
España, ignoraba el castellano, pero tuvo la resuelta voluntad de imponerlo
como idioma oficial a todos los límites de su Imperio; lo exigió a los
príncipes alemanes; hizo que sustituyera el latín en las Cancillerías; a poco
se convirtió en la lengua diplomática de Europa. En este momento histórico, el castellano, un idioma de provincia, pasa
a ser español, idioma de un Imperio y
sus dominios.
CECEO:
Es un fenómeno fonético
que consiste en cambiar el sonido de S (ese) por el de C (ce) o Z (ceta). Es
una forma de pronunciar muy común en Andalucía (España).
CEDILLA: Ç
Es un signo ortográfico
formado por una c
y una virgulilla (‘) unida al
extremo inferior de la c; un signo
que en el español medieval y clásico, lo mismo que en otras lenguas, representa
ante las vocales ‘a’, ‘o’, ‘u’ el mismo sonido que la ‘c’ tiene delante de ‘e’,
‘i’
CIENTO, CIEN:
Se dice y se escribe
‘ciento’ cuando no va delante de un sustantivo. Se dice y se escribe ‘cien’
cuando va delante de un sustantivo, ejemplos: es la alumna número ciento; es de
lana ciento por ciento; todo está rebajado ciento por ciento; hay cien
personas; caben cien trabajadores.
Lo mismo ocurre con las palabras
‘primero’ y ‘tercero’, ejemplos: entre los alumnos, Luis es el primero y Jorge
el tercero. María ocupa el primer puesto. Se sentó en el tercer escalón.
No ocurre cuando primero
y tercero están delante de un sustantivo femenino en donde no se apocopan,
ejemplos; María ocupa la primera mesa y Olga se sienta en la tercera silla.
CIRCUNLOCUCIÓN:
Llamada también perífrasis.
Forma parte de las expresiones con sentido figurado. Las raíces: circun y peri significan “alrededor”; y
las raíces: locución y frasis
equivalen a “frases”. La perífrasis o circunlocución da un rodeo para expresar
la idea, valiéndose de algún atributo o cualidad del asunto en cuestión.
Ejemplos de circunlocución: El Divino Maestro (Jesucristo); La Madre Patria
(España); El Descubridor del Nuevo Mundo
(Cristóbal Colón); La Perla de las Antillas (Cuba); La última hora (la muerte);
La Ciudad Eterna (Roma).
CLARIDAD EN EL LENGUAJE:
A través de la expresión,
las ideas deben ser fácilmente perceptibles. El estilo es claro –dice el
escritor español Azorín- si lleva rápidamente al lector (u oyente) a las cosas,
sin detenerse en las palabras.
Si el estilo explica
fielmente y con propiedad la idea o el sentimiento, es un buen estilo,
es un lenguaje claro. “La difícil
sencillez es el don supremo del arte”.(v.
t.: estilo, cualidades)
La claridad se obtiene
aplicando correctamente las reglas gramaticales, sintácticas y estilísticas.
Toda palabra debe ir en el lugar que más claramente haga ver la idea a que se
refiere, y la significación e importancia que tenga el pensamiento, pues la
oscuridad del escrito nace generalmente de la mala elección y colocación de las
palabras.
“Entre dos explicaciones,
elige la más clara; entre dos formas, la elemental; entre dos palabras, la más
breve. La sencillez y la claridad exigen tiempo para estar de vuelta de muchas
complicaciones.” (Eugenio D’Ors).
(v.t.: estilo, cualidades).
CLASES DE ENTONACIÓN:
Cada persona tiene una
entonación de frases y palabras muy peculiar, la que se acentúa según la región
donde viva. Según las normas de la fonética, hay tres clases de entonación;
ellas son:
Entonación lógica:
Llamada también entonación cerebral; es fría, inexpresiva. Las palabras se
pronuncian con el sentido que tienen normalmente, sin producir en el que
escucha ninguna emoción, y sin hacerle entender nada diferente a lo que dicen
las palabras.
Entonación emocional:
Ésta sí es muy expresiva. Busca hacer reaccionar a quienes escuchan. A veces el
tono hace cambiar el significado de la expresión entera. Mientras menos culta
es una persona, más emocionalmente habla.
Entonación idiomática: Es
la entonación ideal, la más correcta. Es el equilibrio entre la entonación
lógica y la emocional, propia de las personas que han adquirido gran cultura.
CÓDIGOS SEMIÓTICOS:
La lengua es un sistema
de signos, es decir, un código empleado por una comunidad para expresarse.
Pero, además, está el lenguaje, facultad que tiene el hombre para expresar sus
pensamientos, y puede hacerlo de muchas maneras, no sólo por medio del idioma.
Según la semiología o semiótica (v.),
hay varios códigos:
1) El código lingüístico:
se da con base en el lenguaje oral-escrito. Es la lingüística que comprende:
fonética, fonología, morfología, sintaxis, semántica.
2) El código lógico:
empleado en matemática, geometría, etc. Este código nos remite a una realidad
percibida y conocida. Son: fórmulas matemáticas, fórmulas químicas, figuras
geométricas, lenguaje científico.
3) El código social: nos
relaciona con las demás personas. En este código están: señales de tránsito,
imágenes kinésicas, juegos, publicidad, propaganda.
4) El código estético:
permite que el ser humano exprese lo que siente y piensa por medio de las
formas artísticas. Es un código afectivo y subjetivo, propio de cada persona.
En éste están: pintura, escultura, música, arquitectura, modelado.
COMA:
Es uno de los signos de
puntuación (v.) referentes a las
pausas. Usos:
Separa varios miembros de
la misma categoría gramatical dentro de la oración (adjetivos, sustantivos,
verbos); ejemplos: Platero es peludo, suave, manso.(J. R. Jiménez) Las olas van, vienen, hierven, se deshacen en
nítidos espumarajos. (Azorín).
No se usa la coma junto
con las conjunciones (v.): y, ni, o; ejemplos: es una poesía llena
de nostalgias Y anhelos. No le temo a la muerte NI al olvido. O enriqueces tu
vida y tu espíritu O te destruyes en la mediocridad.
Separa las oraciones
incidentales (v.) o explicaciones
dentro de un texto, ejemplos: Colombia, país de contrastes, vive una peligrosa
crisis de valores. A don Quijote, abogado de los humildes, jamás lo venció una
derrota.
El vocativo (v.) va precedido de coma, o seguido de
ella o entre comas, según el lugar que ocupe en la oración, ejemplos: ¡Señores,
escuchen! ¡Cuenta conmigo, Juan! ¡Enséñame, maestra, el camino de la verdad!
Van entre comas
expresiones como: sin embargo, a pesar de, o
sea (es decir), pues, pero, por ejemplo, por tanto, etc., ejemplos:
faltó al compromiso, sin embargo, lo perdonaron. Era, pues, una gran dama.
La aposición (v.) va entre comas, ejemplo: Bolívar,
Libertador de América, murió pobre y solitario.
En la inversión del orden
sintáctico (v.), es decir, en la
construcción inversa o figurada, la parte de la oración que se adelanta, va
entre comas, ejemplo: en general, los jóvenes son responsables. Oídos los
testigos, el juez dictó sentencia.
Separa miembros
independientes de un texto, no importa que lleven la conjunción Y, ejemplo:
Impuso su criterio, y no nos quedó más remedio que pagar el impuesto.
Separa dos oraciones; la
una, afirmativa y la otra, negativa, ejemplo: llamé, y no me respondió.
Al leer, se hacen pausas
que no se marcan con comas en lo escrito, son las pausas respiratorias. Otras
veces hay en lo escrito comas que al hablar no representan pausas, ejemplos: un
brusco corte final de la voz / puede revelar una situación emocional. / La
terminación dudosa, / vacilante / puede expresar distintos estados de ánimo. (La
barra oblicua señala las pausas que deben hacerse). ¡Ay, ay, ay! ¡Adiós, amiga! (en estas dos oraciones no
hay pausas en las comas).
COMENTARIO:
Es poner en marcha el
pensamiento, razonar sobre lo que acontece. El comentario es la reflexión sobre
el mundo, la vida, el entorno. Es el enfoque personal de lo que “está ahí”.
En el proceso del
comentario se “descomponen” las cosas para analizarlas mejor, y luego se vuelve
al “todo”. Dicen los especialistas en
este aspecto que los dos principios esenciales del comentario son: el análisis
científico y la síntesis artística.
Comentar es, pues,
interpretar; es convencer con razonamientos, con hechos, con juicios lógicos.
Condiciones del
comentarista:
Agudeza crítica para
distinguir cuáles son los hechos trascendentes que merecen un comentario y no
una simple ‘nota’.
Personalidad, es decir,
firmeza y convicción de juicio, tener en cuenta que opinar y sugerir son hechos
muy delicados. No olvidar que debe orientar de buena fe.
Tener cultura, no
erudición. No se convence con datos enciclopédicos porque ellos no forjan
opiniones.
Impasibilidad: mantenerse
alejado de lo sentimental para lograr llegar a la objetividad de los hechos;
conviene no ser impresionable.
Ponderación de criterio:
el aplomo moral, la valentía son condiciones precisas para cualquier clase de
crítica, tanto si es censura como si es defensa.
Independencia de juicio
para no caer en las odiosas alabanzas, en los panegíricos inmerecidos, pero que
nacen de ciertos compromisos.
Dotes de maestro: el que
comenta, el que forja opiniones debe reunir cualidades de un buen maestro:
saber explicar, aclarar e interpretar hechos y circunstancias.
Apreciar los méritos que
otras personas no ven y que sean dignos de ser tenidos en cuenta.
Un poco de filosofía para
fundamentar sólidamente la posición que se tome.
Ser severo, cortés,
alegre, brillante, irónico, serio, audaz, independiente, comprensivo, todo ello
según el problema comentado, a su debido tiempo y en servicio a la verdad.
En resumen: el (o la) comentarista
debe ser justo, prudente, fuerte y lleno de templanza; el comentario debe
apuntar “a los valores reconocidos como fundamentales por la filosofía: Verdad,
Justicia y Bien; si se añade Belleza, aún mejor.”
Clases de comentarios:
Informativo: en éste, lo
esencial son los acontecimientos, sin adornos y precisos. El estilo debe ser
narrativo-expositivo.
Interpretativo: además de
los hechos, en este comentario se agregan otros elementos –causas o efectos-
relacionados con los acontecimientos para evaluarlos a la luz de la razón; este
comentario apunta a la comprensión del lector.
Convincente: el
comentarista intenta arrastrar al lector, guiarlo hacia la verdad que se impone
de manera indiscutible.
Inductivo: es el más
eficaz de los comentarios, pero al mismo tiempo, el más difícil. Para inducir
al lector a la acción, hay que poner en juego la psicología: el instinto, el
sentimiento, los intereses y las convicciones del lector; es decir, hay que
mover la voluntad. Un especialista en
esta materia, B. Mostasa, afirma que el comentario inductivo resume todos los
otros y es el más efectivo de todos.
COMILLAS:
Un signo ortográfico que,
bien empleado, sirve:
Para destacar una palabra
o una frase; pero, es un signo del que no conviene abusar, ante todo por razones
de estética tipográfica.
Para destacar una cita o
una frase reproducida textualmente, ejemplo: César, antes de pasar el Rubicón,
dijo: “¡La suerte está echada!”
Cuando se quiere dar
cierto énfasis a una palabra, o, simplemente, un sentido irónico, ejemplo:
Nunca ella recibió un ataque tan “caballeroso” como el que acaba de hacerle el
“digno” interlocutor.
Cuando se escribe una
palabra nueva (neologismo) no aceptada aún por la Real Academia de la Lengua, o
una poco conocida, ejemplo: Un comentarista habla de lo que son en Colombia la
“meritocracia” y la “amigocracia”.
El peligro de las
comillas está en el abuso, porque, así, el signo pierde fuerza y acaba por ser
insignificante.
COMPARACIÓN:
Recurso literario (o
figura literaria) llamada también símil. Con este recurso estilístico se
muestra la semejanza que tienen entre sí dos objetos. Lleva expresos los
términos comparativos: “cual”, “como”, “tal como”, a semejanza”, etc. Ejemplo:
Dulce como el arrollo soñoliento,
mansa como la lluvia distraída,
pura como la rosa florecida
y próxima y lejana como el viento.
(‘Soneto enamorado’.)-
Francisco Luis
Bernárdez (argentino 1900-1978)
COMPETER, COMPETIR: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso
frecuente).
COMPLEMENTO AGENTE: (v. Oración, oraciones de pasiva)
COMPLEMENTOS DEL VERBO:
El verbo es la palabra
que más complementos admite o exige. Ellos pueden ser:
Un adjetivo usado como
adverbio: él canta alto. Necesitamos
ver claro.
Un adverbio o una
locución adverbial (o sintagma adverbial): Aquí
yace el poeta. Tú vives lejos.
Andamos a oscuras. Ese hombre golpea a diestro y siniestro.
Un sustantivo o pronombre
con preposición o sin ella: Amo a Dios.
Tú amas mis poemas
Otro verbo en infinitivo
o en gerundio: Quiero aprender: Leo
para saber. Vino corriendo. Llegó llorando.
Una oración entera:
Quiero que vengan mis amigos. Jesús
dijo: “amaos los unos a los otros”
Entre los complementos
del verbo, los de más importancia son:
Complemento directo:
La significación de
muchos verbos es incompleta: decir que Pedro perdona es no decirlo todo; hay que preguntar ¿a quién perdona? o
¿qué perdona?, para responder: perdona a su amigo; perdona los insultos. La
persona o cosa que recibe la acción del verbo es el complemento directo.
También se le conoce con el nombre de objeto directo.
Cómo distinguir el
complemento directo:
Anteponer el artículo
neutro lo junto al participio del verbo
e identificar la expresión con el complemento. Ejemplo: Nosotros estudiamos
inglés; ¿qué es lo estudiado? Inglés.
Preguntar al verbo: ¿qué?.
Ejemplo: ¿qué estudiamos? Estudiamos inglés.
Poner la oración en voz
pasiva (v.) y colocar el complemento
directo como sujeto. Ejemplo: El inglés es estudiado por nosotros.
Hay verbos con doble
acusativo o complemento directo. Ejemplos: Beatriz enseña literatura
(complemento directo: literatura). Beatriz enseña a Luisa (complemento directo:
Luisa). Si se juntan estas dos ideas, se tiene el verbo enseñar con doble acusativo o complemento directo: Beatriz enseña literatura a Luisa.
Los verbos que tienen
complemento directo se llaman transitivos. Los que no lo tienen se llaman
verbos intransitivos, ejemplo: el niño duerme.
Complemento indirecto:
Para un sentido pleno de
la oración, muchos verbos necesitan este complemento. Decir: Gonzalo dio
muerte, es obligar a preguntar: ¿a quién?; respondemos: a un toro. Toro es el complemento indirecto u objeto indirecto que indica la persona o
cosa que recibe la acción del verbo ya completado por el complemento directo;
recibe pues, la acción indirectamente.
En nuestro idioma, el
complemento indirecto se expresa con las preposiciones a , para. Ejemplos: trae
regalos para los niños; hizo una visita a su hermana.
A veces, este complemento
indirecto (caso dativo) se expresa, además del nombre de persona, con la
preposición a, añadiendo un pronombre. Ejemplos: Gloria le regaló un caballo a su
hijo. El maestro les enseña español a
los alumnos.
Complementos
circunstanciales:
Son los que expresan las
distintas circunstancias de la acción del verbo. Utiliza todas las preposiciones
según las relaciones que establezca. El complemento circunstancial puede ser:
De lugar: Julia está en el colegio. De
distancia: Medellín está a cincuenta kilómetros. De tiempo: Ella se fue ayer. De
modo: Habla en voz baja. De medio o instrumento: Calmó el dolor
con aspirina. De precio: Lo vender a mil pesos; etc.
COMPOSICIÓN:
Formación de palabras por
composición. De la unión de dos o más palabras simples se forma otra de
significado diferente. Esta palabra resultante se llama compuesta. Ejemplos:
Medio+día= mediodía; mano+obra= maniobra; casa+quinta= casaquinta
En la composición es de
mucho interés el conocimiento de los prefijos (v.), porque las palabras compuestas no sólo se forman de dos o
más vocablos, sino también de un prefijo y una palabra. Ejemplos: preconcebido,
posponer, indisciplina, descomponer, etc.
Las llamadas
preposiciones (v.) hacen el oficio de
prefijos cuando se juntan a las palabras. Ejemplos: antejardín, anteponer,
trasponer, entretener, aclarar, enlazar, porvenir, sinnúmero, contrasentido,
sobresdrújulas, etc.
Cuando se usan como
prefijos toman el nombre de preposiciones impropias o inseparables, según los
conceptos de la gramática tradicional.
COMUNICACIÓN:
La comunicación es una
necesidad vital para el hombre. La semiología (v.) es la ciencia de la comunicación, estudia la vida de los
signos. El signo o señal es un objeto o acto sensible captado por los sentidos
que nos comunica una idea (las arrugas en el rostro = edad avanzada; las nubes
= lluvia, etc.) ; el signo posee dos planos: el significante y el significado.
El significante o imagen acústica, se sitúa en el plano de la
expresión, es de orden material; está constituido por sonidos, gestos, objetos,
etc. Puede decirse que es el ‘nombre’, la imagen acústica. La asociación entre
significante y significado es necesaria para todos los miembros de una misma
comunidad. La unidad resultante de dicho asociación es el ‘signo lingüístico’
El significado se sitúa
en el plano del contenido, por lo que se llama también ‘contenido semántico’ No
es la cosa en sí sino su representación mental. Puede decirse que es la idea
que nos despierta en la mente el estímulo de escuchar el significante..
Significación es el acto
que une un significante con un significado dando como producto el signo y, a la
vez, la comunicación.
Para que el proceso de la
comunicación se realice, son necesarios:
El emisor (hablante) y el
receptor (oyente). También: quien escribe y quien lee.
El mensaje, o sea la
información que trasmitimos.
El código o sistema de
signos. Predomina en la comunicación el código lingüístico o idioma (v. códigos semióticos). Las vocales y
las consonantes son los elementos del código lingüístico. Ese conjunto ordenado
de elementos forman las palabras y las oraciones
En el proceso de la
comunicación son necesarios otros factores:
El contexto situacional o
lingüístico: es fundamental en cualquier proceso de la comunicación porque
según él, las palabras adquieren diferentes y especiales significados, por
ejemplo: algunos vocablos de regiones, cuando se dicen en otras diferentes,
cambian su significado.. El conjunto de elementos lingüísticos que acompañan
una palabra o una frase, más las condiciones de lugar y de tiempo modifican el
acto de la comunicación.
El referente. Es la situación
o circunstancia a que hace alusión el mensaje.
El canal. Es el medio
escogido para enviar el mensaje (carta, radio, televisión, teléfono, internet,
etc.
Información de retorno o
retro-alimentación. Es la respuesta del receptor al mensaje enviado por el
emisor. (v. t.: códigos semióticos).
Barreras de la
comunicación:
La comunicación o
circuito de la palabra se ve interrumpido con frecuencia por diferentes clases
de barreras. Algunas de ellas son:
Las circunstancias
fisiológicas como: el sueño, el hambre, el cansancio, la pereza, el frío, el
calor la enfermedad, etc.,
Sordera, mal conformación
de los labios, de las fosas nasales, etc.
La ensoñación (lo que
comúnmente llamamos elevamiento).
Pobreza de léxico: uso de
dialectismos y modismos. Mientras más palabras se conozcan y se utilicen, mejor
será la comunicación de las ideas y los sentimientos, y disminuirá el peligro
de las malas interpretaciones.
Las circunstancias
ambientales como el ruido, la mala acústica de los recintos, el sol, la lluvia,
etc.
Desconocimiento del
código en que se envía el mensaje: el idioma, las señales, los gestos.
Factores psicológicos:
prejuicios, nerviosismo, timidez, temor, aversiones, inseguridad, dobles
interpretaciones del mensaje (doble sentido), etc.
Impropiedad en el lenguaje,
como usar palabras o letras donde no se necesitan (las muletillas, por
ejemplo). O suprimir palabras donde sí hacen falta.
Malas condiciones de la
voz: deficiencias en la modulación, tono, volumen de la voz. Hay que tener en
cuenta que el tono de la voz hace que una expresión suene como un regaño, o un
elogio, o una ofensa.
Los defectos físicos:
tartajear (cambiar las sílabas), tartamudear (repetir las sílabas).
CON:
Esta preposición
pertenece al grupo de los llamados elementos de enlace.(v.: conectivos).. Esta preposición
indica:
Compañía y concurrencia
de personas o de cosas: vino con los amigos. Con verbos de movimiento, puede
significar dirección o destino en búsqueda de compañía: La madre lo envió con
un pariente que vive en Colombia.
Instrumento, medio o
modo: Le dio con la pelota. Estudia con ganas
También puede significar las circunstancias en que se ejecuta o sucede
alguna cosa: Lo miró con rencor. Lo
aceptó con ciertas dudas.
Contenido o adherencia:
Un gran mercado con todos los productos.
Relación: hable con su
médico; converse con ellos.
De la idea de relación surge la de
comparación: sus conocimientos son pocos comparados con los que tiene
Manuel.
Y también surge la idea de reciprocidad:
negocien unos con otros.
Concesión. En ocasiones
equivale a la conjunción adversativa (o concesiva): aunque. Ejemplos: Con ser Jorge tan antiguo en
la empresa, lo ignoran siempre. Con ser tan sagaz, no pudo engañarlos. Es
decir: Aunque Jorge es antiguo en la empresa, lo ignoran siempre. Aunque es tan
sagaz, no pudo engañarlos.
CONCATENACIÓN:
También llamada
‘conduplicación’. Es una figura literaria (v.)
que se forma por la repetición de palabras; se repite el final de la idea con
lo que le sigue, como los eslabones de una cadena, ejemplo: la amistad nos dará
comprensión; la comprensión nos llevará a la confraternidad y la confraternidad
será fuente de paz.
CONCISIÓN: (v.: estilo, cualidades).
CONCORDANCIA:
Relación existente entre
los elementos de la oración; consiste en la igualdad de género y número (y
caso) entre el sustantivo, el adjetivo, el artículo y el pronombre. Y en la
igualdad de número y persona entre un verbo y su sujeto.
Casos de concordancia:
El sustantivo con el
adjetivo
Concordancia de dos
sustantivos
Concordancia de sujeto y
verbo
A estos tres casos
corresponden tres reglas:
Regla 1. El adjetivo concierta con el sustantivo en
género y en número: hombre bueno; mujer buena. Hombres buenos; mujeres buenas.
Casos especiales:
Dos sustantivos en
singular: el adjetivo concierta con ambos en plural: Luis y Jaime son
estudiosos.
Si los sustantivos son de
diferente género, el adjetivo concierta en plural y en masculino: el joven y la
niña son buenos alumnos.
Las palabras majestad,
alteza, excelencia, ilustrísima, señoría cuando son títulos de varones, el
adjetivo que los acompaña va en masculino (v.
silepsis). Esta concordancia obedece al sentido de la frase. Ejemplos: Su
Excelencia es magnánimo. Su Señoría es bondadoso
Si los sustantivos son sinónimos
o van unidos por o, u el adjetivo
concierta con el último sustantivo, ejemplo: Lucía tiene un miedo o una timidez
extraordinaria.
Si el adjetivo va delante
de dos sustantivos, concierta en singular con el primero, ejemplo: Admiro tu
extraordinaria bondad y valor
Si el adjetivo va después
de dos sustantivos, concierta con ellos en plural, ejemplo: Es un hombre de
preparación y conocimiento asombrosos.
Si se trata de adjetivos
compuestos, sólo el segundo elemento concierta con el sustantivo, ejemplos: La
guerra ruso-japonesa; las guerras ruso-japonesas.
Regla 2. Concordancia de dos sustantivos, los cuales
pueden ser de igual o diferente género y número, ejemplos: Italia, país mediterráneo. Las flores, adorno para los ojos. El hombre, animal racional. Los soldados de Roma, ejército poderoso. Este caso de la concordancia entre dos sustantivos es
conocido con el nombre de aposición (v.).
En la aposición, uno de los sustantivos –usado con valor adjetivo- especifica o
explica el concepto del otro sustantivo.
Regla 3. Sujeto y verbo conciertan en número y
persona: él canta; tú cantas; ellos cantan; vosotros cantáis.
En esta tercera regla se
presentan estos casos:
Con diversas personas y
diversos géneros el verbo concierta en plural con la primera persona: Antonio,
tú y yo llegamos juntos.
Si el sustantivo es
colectivo, la concordancia del verbo es en singular: el ejército luchó; la
ciudadanía se defiende.
Si el sustantivo
colectivo tiene modificador, la concordancia se puede hacer en plural: el
ejército de hombres fuertes que lucharon por la libertad.
Si los sustantivos son
sinónimos, el verbo concierta en singular: su espíritu, su nobleza, su
gentileza y bondad lo igualó con el mejor ciudadano
Dos sustantivos unidos
mediante la preposición con, el verbo va en singular: el maestro vino con su
discípulo.
Existe el plural de
modestia que diluye el yo: creemos que es justo (yo creo)
Existe el plural
mayestático empleado en encíclicas, pastorales, etc.: Nos.... Arzobispo de...
Los infinitivos sin
artículo hacen la concordancia en singular, ejemplo: ir, venir, entrar y salir era
su quehacer.
Los infinitivos con
artículo hacen la concordancia en plural, ejemplo: el ir, el venir, el entrar y
el salir eran su quehacer.
Los demostrativos neutros
llevan el verbo en singular: esto y aquello me disgusta y me fatiga.
CONCURRENCIA DE VOCALES:
En fonética existe la
llamada concurrencia de vocales dentro de la palabra y el encuentro de
vocales entre las palabras. Es frecuente
entre las personas del pueblo y también entre las que gozan de fama de cultas
la mala pronunciación de ciertas vocales concurrentes. Hay quienes dicen, por
ejemplo, pueta por poeta; tioría por teoría; pior por peor; pasiar por pasear;
acordión por acordeón.
Las vocales concurrentes
(vocales juntas) no sólo ocurren dentro de las palabras. A veces, en la oración
se juntan la vocal final de una palabra y la vocal inicial de la siguiente,
ejemplos: tiene dos, prestiuno, en lugar de:
tiene dos, preste uno. Tiene trentidós libros, en lugar de: tiene treinta y
dos libros. Estátravesando lavenida, en lugar de: está atravesando la avenida.
CONDICIONES Y CUALIDADES
DEL ESTILO: (v. estilo).
CONECTIVOS:
Fundamentalmente son las
preposiciones (v.) y las conjunciones
(v.). Se llaman conectivos o
conectores porque unen, ligando las partes de la oración entre sí. (v. elementos de enlace).
CONJUGACIÓN:
En gramática, conjugación
es el conjunto de las variaciones morfológicas que caracterizan el género, el
número, la persona, el tiempo, el modo, el aspecto, la voz, etc. de un verbo.
Existen conjugaciones
regulares (v.: verbos regulares)),
conjugaciones irregulares (v.: verbos
irregulares), conjugaciones
defectivas, etc. (v.: verbos
defectivos).
En el idioma español se
habla de primera, segunda y tercera conjugaciones, cuyos infinitivos terminan,
respectivamente, en ar, er, ir. A cada voz verbal corresponde un paradigma (o
modelo) distinto en cada una de las conjugaciones.
Hay verbos –los llamados
irregulares- que presentan discrepancias con el paradigma de la conjugación a
que pertenecen.(v.: Verbo, modelo o
paradigma de conjugación)
CONJUGACIÓN PERIFRÁSTICA:
(De perifrasis = rodeo)
Se llama conjugación perifrástica a la formada por el verbo auxiliar haber y un infinitivo. Mediante esta
perífrasis verbal se expresa la necesidad de que la acción se realice. Esta
forma puede expresarse también en voz pasiva (v.), ejemplos: he de amar; he de ser amado
Además del infinitivo, el
verbo auxiliar puede unirse también a un gerundio o a un participio, ejemplos:
han de estar llegando; te tengo averiguado el asunto.
Entre el verbo auxiliar y
el infinitivo se interpone a veces la conjunción que, o también una
preposición, ejemplos: tengo que salir; voy a salir; deben de estar llegando.
En la conjugación
perifrástica con participio, éste se une directamente al verbo auxiliar,
ejemplos: te lo tenía dicho; lo tengo revisado hasta la última página; lo
tendré corregido para mañana.
En los anteriores
ejemplos, el verbo auxiliar es tener.
En las formas perifrásticas con participio no se tienen en cuenta las que
llevan el verbo haber (había pensado,
hubiste cantado, ha llegado, habrán dicho, etc.) porque éstas tienen diferentes
nombres como formas compuestas de verbos en la conjugación, tales como:
pretérito perfecto, futuro perfecto, pluscuamperfecto, pretérito anterior, etc.
Caso especial con el
verbo deber:
Con el verbo deber se
construyen dos formas de conjugación perifrástica que tienen distintos
significados:
Deber 2) Deber de
En el primer caso hay una
idea de obligación, ejemplo: el profesor debe llegar a la siete porque a esa
hora empieza clase.
En el segundo caso hay
una idea de suposición, de conveniencia, ejemplos: el profesor debe de llegar a
las siete porque salió de su casa hace media hora. Los alumnos deben de estudiar si quieren
ganar el año.
En resumen: deber
equivale a obligación; deber de, a suposición, a conveniencia.
CONJUNCIÓN:
Parte de la oración
llamada por los griegos “vínculo”. Hoy, hace parte del grupo de los llamados
elementos de enlace o conectores. La conjunción sirve para ligar dos miembros
de la frase o dos frases. Hay conjunciones coordinantes que ligan oraciones
coordinadas (v.) y conjunciones
subordinantes que ligan una oración principal y una subordinada (v.).
Clases de conjunciones:
Por su sentido o
significación, las conjunciones se dividen en:
Copulativas: enlace de oraciones por adición, ellas son:
y, e. ni, que. Ejemplos: Padre e hija. Rosita y Luis. Ni lee, ni deja leer.
Dale que dale.
Disyuntivas: enlace de oraciones
por diferencia, separación o alternativa; son: o, u, ora, ya, bien, etc.
Ejemplos: O te callas o me voy. Ya ríe, ya llora. Ora llueve, ora sale el sol.
Adversativas: enlace por
restricción; oposición; ellas son: mas (sin tilde), pero, con todo, empero, a pesar de, no obstante,
sin embargo, fuera de; excepto, salvo, aunque y otras más. Ejemplos: la lección
es corta, pero difícil. Te esperé, mas no llegaste. Te dijeron que no, sin
embargo lo hiciste. Los tres grupos anteriores son conjunciones coordinantes.
Las siguientes son conjunciones subordinantes.
Causales: enlace por causa, razón, motivo. Son: que, porque, ya
que, pues, puesto que, supuesto que. Ejemplos: perdió el examen porque no
estudió. No podrá leer la poesía puesto que no tiene el texto. Ya que no puede
prescindir de escribir, hágalo con buena luz.
Consecutivas: enlace de
oraciones por deducción, consecuencia, son: conque, luego, pues, así que, por
tanto, por consiguiente, de modo que, de manera que, de suerte que. Ejemplos:
Ya te lo dije, luego no pidas más explicaciones. Ganó el concurso, pues fue el
mejor trabajo. Tú lo sabías, conque no salgas con disculpas. Tienes mucha
responsabilidad, así que debes dar ejemplo.
Condicionales: enlace por
condición, necesidad, son: si (sin tilde), si
no, con tal de, siempre que, supuesto que, dado que, a no ser que, so
pena de, a menos de que, etc. Ejemplos: llegaré temprano si eso es lo que
deseas. Ganarás el año siempre que estudies. No repetiré dado que tú no
escuchas. Iré esta tarde a tu casa, a no
ser que llueva.
Concesivas: enlace por
concesión; ellas son: aunque, aun cuando, por más que, bien que, a pesar de
(que), etc. Ejemplos: Aunque te empeñes, nunca lo lograrás. Por más que quiero
entenderte, no me es posible. No eres gracioso a pesar de que te lo propones.
Finales: enlace por el
fin, el destino, son: para que, a fin de que, porque (usado con verbo en
subjuntivo). Ejemplos: Lucía vino para que le enseñara física. Te llamo a fin
de que me expliques tu silencio. Mi oración es porque vayas sin tropiezos.
Temporales: enlace de
oraciones en relación con el tiempo, son: luego que, hasta que, así que, en
cuanto, antes que, primero que, después
que. Ejemplos: Cumple con tu deber hasta que puedas. Te acompaño después que
termine. Antes que perderlo, prefiere perdonarle.
Comparativas: enlace por
comparación, modo, son: así como, según que, a la manera de, lo mismo que, del
mismo modo que. Ejemplos: Te engañó, así como lo hizo con los demás. Te darán
el certificado, según que tengas los papeles en orden. Escribe a la manera de
Cervantes. En su libro dice lo mismo que todos los gramáticos.
Continuativas: enlace de
oraciones por confirmación, apoyo, son: pues, así que, además de, otrosí,
supuesto que. Ejemplos: Debes cumplir lo prometido, pues así lo exige tu
dignidad. Prometiste venir, así que te estamos esperando.
Explicativas: enlace por
aclaración; ellas son: es decir, esto es, a saber, por ejemplo, verbigracia.
Ejemplos: Ven rápido, es decir, a tiempo para empezar cumpliendo el horario.
Ven temprano, a saber, a las siete en punto. Ven temprano, esto es, a las siete
de la mañana.. Ven temprano, por ejemplo, a las siete de la mañana.
CONNOTACIÓN:
El significado
connotativo de las palabras es el significado intencional formado por el
conjunto de ideas, nociones, conceptos sugeridos en cada sujeto. Ocurre que a
veces las palabras se cargan de “valores” que se añaden al significado propio.
Este fenómeno intencional-lingüístico se llama connotación. El significado
connotativo de la palabra navidad será para algunos: regalos, vacaciones,
fiesta, etc., para otros será: fe, esperanza, oración, vigilia, en espera de la
celebración del nacimiento del
Dios-Niño.
La palabra culebra tiene para muchas personas una
connotación supersticiosa; club
conlleva significado de riqueza, elegancia, refinamiento.
En el aspecto connotativo
intervienen:
El tono de la voz; el
agrado o desagrado personal frente a hechos o personas; el cambio de volumen de
la voz, muy significativo; el ritmo al hablar.
CONSONANTES:
Son las que necesitan
unirse a una vocal para ser pronunciadas. Fuera de las vocales, todas las
letras de nuestro alfabeto (v.) son
consonantes, es decir, ‘consuenan’. Las llamadas consonantes dobles, o como se
llaman hoy: dígrafos, son las letras que emplean dos signos para representar un
solo sonido, tales como: ch, ll, rr. En español no existe ninguna palabra que
termine con el sonido de estos dígrafos; las pocas que puedan encontrarse
proceden de otras lenguas. Hay consonantes que tienen sonido distinto según sea
la vocal que le sigue; son ellas: c, g, r.
La c tiene sonido de ‘ce’
cuando va seguida de las vocales e, i (cemento, cima). Este sonido se confunde
en Hispanoamérica con los sonidos: ‘se’ (seis), ‘ze’ (zeta). En cambio, tiene
sonido de ‘ka’ cuando va seguida de las vocales: a, o, u (casa, copa, cubo).
La g tiene sonido gutural
fuerte (de ‘je’) cuando le siguen e, i (general, girasol), y sonido gutural
suave cuando va seguida de: a, o, u (gato, goma, gula).
En los diptongos ‘ue’,
‘ui’ cuando van detrás de la ‘g’, la ‘u’ es muda y, por tanto, sólo se
pronuncia la ‘e’ o la ‘i’, pero con sonido gutural suave (guerra, guitarra). En
las sílabas ‘gue’ y ‘gui’ para que la ‘u’ suene debe usarse la diéresis ((v.) (cigüeña, pingüino).
La ‘r’ también tiene dos
sonidos diferentes. Uno fuerte cuando va en principio de palabra (reloj, ratón,
ruta, riqueza, roto), o en otra sílaba si va precedida de consonante (enredo,
Israel). En los demás casos tiene sonido suave (cara, Ciro, coro, para, cura).
La ‘rr’ se usa para escribir el sonido fuerte de la ‘r’ cuando ésta va entre
vocales (amarrar, perro, barranco, cartarroja, autorradio).
CONSTRUCCIÓN CONJUNTA:
Es aquella en que el
infinitivo es un elemento constitutivo de otra oración. El infinitivo está en
la frase principal como complemento del
verbo, pero lleva a su vez un complemento. Ejemplo: necesito estudiar inglés. Estudiar
es complemento del verbo necesito, pero también lleva un complemento
directo que es inglés.
En esta construcción se
incluyen expresiones como: no sé qué pensar; no tenía a dónde ir. Equivalen a
decir: no sé pensar en cosa alguna. No tenía sitio al cual pudiera ir.
CONSTRUCCIÓN CON EL VERBO
SER:
Debido a la influencia de
los idiomas extranjeros y a la traducción –casi literal- de ellos, ha entrado
al idioma español un empleo del verbo ser que no está muy de acuerdo con las
formas españolas; ese característico uso del verbo ser es el abuso de la
llamada voz pasiva. En nuestro idioma predomina la voz activa, no así en inglés
o en francés. En la voz pasiva el verbo ser es demasiado pesado en su uso y,
además, nada elegante. Es frecuente escribir y decir: Ha sido dada la orden de
cambiar de sitio. El acta fue leída por la secretaria. Lo elegante y más usado
en español es escribir o decir: Se dio la orden de cambiar de sitio. La
secretaria leyó el acta
El esquema de la oración
en el idioma español es: sujeto, más voz activa verbal, más objeto o
complemento. Ejemplos: Los poetas sienten hondamente los aconteceres de la
vida. Los jóvenes son el futuro del mundo. Dios guía los pasos del hombre hacia
el éxito.
CONSTRUCCIÓN LÓGICA
O también: orden lógico
en la construcción. Donde verdaderamente tiene importancia el orden lógico es
en el párrafo. El idioma español se caracteriza por su tendencia a anteponer la
palabra más expresiva, y, con facilidad, invierte los elementos de la frase.
Aunque no se siga el orden sintáctico o la construcción lógica, que es lo
mismo, mientras no se pierda el sentido de la oración no se está atropellando
la lógica. Debe tenerse en cuenta que los modificadores (adverbios o frases
adverbiales) deben colocarse lo más cerca posible de la palabra o frase que
modifican.
Tampoco debe perderse de
vista –en beneficio de la lógica- que en todo párrafo (formado, desde luego, por una serie de frases
encadenadas) tiene que haber cierta coherencia entre la idea principal
expresada (la idea matriz) y las ideas complementarias o secundarias. Este
hecho es lo que los estudiosos del estilo llaman unidad de propósito, y otros
lo denominan singularidad de propósito.
CONSTRUCCIÓN NOMINAL:
Esta construcción nominal
se llama también elipsis. Se dice que una frase es elíptica cuando le falta
alguno de sus elementos fundamentales, especialmente el verbo. Se afirma
también que un grupo de palabras puede ser significativo sin necesidad de estar
construido. Así sucede con los títulos, anuncios y órdenes. Ejemplos: Al
final del pasillo. Prohibido fumar. ¡Armas al hombro! Los cronistas, testigos
de los hechos.
Antes que llamar estas
frases elípticas es más adecuado clasificarlas como nominales; es decir, que en
ellas el elemento verbal se suprime a favor del elemento nominal, que son los
sustantivos, los adjetivos, principalmente. Esta construcción es más propia de
la lengua hablada, pero también se emplea en la escrita para producir un efecto
de rapidez. Ejemplo: La calle hierve de gente. Hombres, mujeres, niños. Gritos,
empujones. Un vendedor de globos. Un ciego con lotería. En las esquinas,
frutas, flores, telas...
En el momento actual,
esta clase de construcción tiene mucha acogida entre periodistas, técnicos y
científicos. Pero, no debe abusarse de ella porque resulta una construcción
gramatical terriblemente monótona, ya que el alma de la expresión es el verbo
CONTEXTO:
El contexto puede ser
considerado como la traducción, por medios propiamente lingüísticos, de lo que
es pertinente para constituir el mensaje. Dicho de otro modo, es el entorno
lingüístico del cual depende el sentido y el valor de una palabra, frase o
fragmentos considerados. Hoy, se llama contexto, igualmente, al orden de
composición o tejido de un discurso, narración, etc.
CONTORNO DEL VOCABLO:
Con este nombre se
conocen en lexicología los accidentes de forma. Este contorno ofrece dos
aspectos: el morfológico que atiende a las modificaciones de una palabra (morfológico,
del griego: morfe = forma; logos
= razón).
El otro aspecto es el
ortográfico (del griego: orthos =
recto; grafo = escribir). Este aspecto se refiere a las
normas históricas y prácticas para escribir correctamente con el acertado
empleo de las letras y signos gráficos.
CONTRA:
Es una preposición
conocida también con los nombres de elemento de enlace o conectivo. Denota
oposición o contrariedad, ya sea en sentido recto o en sentido figurado.
Ejemplo de los dos casos: lo tiró contra el muro; él va contra todo.
Indica pugna o
repugnancia entre personas o cosas, ejemplo: Luis está en contra de su hermana;
los jóvenes están en contra de la moda.
Significa, también:
enfrente de, o: mirando hacia. Ejemplo: ese edificio está contra el sur
Como preposición
inseparable en palabras compuestas (v.),
su principal significado es el de oposición a la palabra simple con la que se
junta ejemplos: contraveneno, contravenir, contrapeso, contracorriente,
contramarcha.
Otras veces se emplea
para denotar la repetición de algo a modo de refuerzo o apoyo, ejemplos:
contrabraza, contrafuerte, contramuelle, contrabarrera.
Algunas veces indica una
categoría inferior, bien de persona, bien de cosa, por ejemplo: contralmirante
(contraalmirante), contracarril, contrabajo, contralto, contramaestre.
CONTRACCIÓN:
También se le conoce con
el nombre de crasis. Este fenómeno fonético es la fusión en una sola de
las dos vocales que se encuentran juntas en una palabra. En la contracción hay
que tener en cuenta estos principios:
Dos vocales iguales
tienden a contraerse en la vocal correspondiente:
de + el > del;
de + este >deste (vocablo hoy anticuado).
2) Dos vocales desiguales se identifican y,
luego, se contraen: a + el >al.
Vas AL colegio; vienes DEL colegio. (v. t.: Artículos contraltos)
COPLAS:
La copla es una
composición poética que consta sólo de una cuarteta de romance, de una
seguidilla, de una redondilla o de otras combinaciones breves, y sirve de letra
en las canciones populares. Ejemplos:
El tiempo y el desengaño
son dos amigos leales
que despiertan al que
duerme
y enseñan al que no sabe.
Son los cantares que
canto
y las lágrimas que vierto
pedazos del corazón
que se ha quebrado allá
adentro.
Quiero decir y no digo,
y estoy sin decir
diciendo:
quiero y no quiero
querer,
y estoy sin querer
queriendo.
CORCHETES:
Este signo, [...],
llamado también paréntesis cuadrado, se usa –según concepto de la Real
Academia- en las obras dramáticas, cuando los interlocutores dicen algo que es
aparte del contexto. El punto final de dichos apartes debe escribirse dentro
del paréntesis.
También se usa cuando en
la copia textual de algo se omiten expresiones o trozos que no son necesarios.
Ejemplo: “Creo [...] que el hombre
moderno ha de aconsejarse a sí mismo ciertas
limitaciones en ese desordenado apetito por la lectura [...]. Resignarse a no
saberlo todo, de todo. [...].” (Pedro Salinas)
CORPUS:
Es el conjunto de
enunciados escritos o registrados que se utiliza para la descripción
lingüística. El método del corpus se impone en el dominio descriptivo porque es
imposible recoger todos los enunciados de una comunidad lingüística en un
momento dado, y no es conveniente que el lingüista fabrique sus propios
ejemplos. El método del corpus tiene la desventaja de incluir materiales
heterogéneos, variaciones estilísticas o dialectales, repeticiones, oraciones
incompletas que el sujeto hablante emite. (Georges Mounin).
El Diccionario de la Real
Academia lo define: “Conjunto, lo más extenso y ordenado posible, de datos o
textos científicos, literarios, etc., que pueden servir de base a una
investigación.”
CORRECCIÓN:
La corrección en los
escritos consiste en utilizar frases sin errores gramaticales, ni ortográficos,
ni sintácticos. Exige conocer bien la semántica, la etimología y la gramática.
CORRELACIÓN DE TIEMPOS:
En gramática, y
tradicionalmente, es una norma según la cual el tiempo del verbo de una oración
subordinada (v.) está determinado por
el tiempo del verbo de la oración principal. Por ejemplo: a un verbo principal
en pasado debe corresponderle un verbo en pasado en la oración subordinada,
ejemplo: siempre creí que era abogado, en lugar de: que es abogado.
CRONOGRAFÍA (v.
descripción).
CUAL
Del latín qualis. Pasó al idioma castellano o
español con un solo género para el masculino y el femenino. Fundamentalmente,
son tres sus formas usuales: como interrogativo, como relativo y como adverbio.
Cual, interrogativo,
puede ser adjetivo o pronombre, ejemplos: ¿Cuál libro prefieres? ¿Cuál escoges
para tu hermano? En el caso de interrogativo, lleva siempre tilde (‘). Admite
plural: ¿Cuáles libros? ¿Cuáles prefieres?
Cual, pronombre relativo,
va siempre acompañado de artículo: el cual, la cual, los cuales, las cuales.
Sólo se usa, en este caso, cuando el relativo es explicativo, ejemplos: estuvo
esperando a su padre, el cual sólo llegó dos horas después. Todas estas medidas
económicas, sin las cuales el país no
saldrá adelante.
Cual, adverbio, cuando se
refiere a un verbo; en estas condiciones, se vuelve sinónimo del vocablo como, ejemplo: “ Y vuestra fama así
crecer se vea cual crece el año con los nuevos meses.” ... así crecer se vea, como crece el año...
Debe tenerse en cuenta
esta regla para distinguirlo: “si cual admite plural es sustantivo o adjetivo o
pronombre relativo, si no lo admite, es
adverbio.”
CUALQUIER, CUALQUIERA,
CUALESQUIERA:
Cualquier:
Es la forma apocopada (v. apócope) del adjetivo cualquiera. Se
usa cuando va delante de un sustantivo, bien sea masculino o femenino,
ejemplos: cualquier hombre, cualquier mujer.
Puede interponerse un
adjetivo entre ‘cualquier’ y el sustantivo, ejemplo: cualquier otro hombre,
cualquier honrada mujer. La forma plena ‘cualquiera’ aparece a veces ante un
sustantivo femenino, ejemplos:
“Cualquiera otra persona”
(Pío Baroja)
“Cualquiera
decisión” (Ortega y Gasset)
Sin embargo, dicho uso no
es normal y debe evitarse en atención a la corrección.
Cualquiera:
Pronombre indefinido de
indiferencia (no diferenciación); es decir, expresa la indistinción de una o
varias cosas dentro de la serie, la idéntica manera de actuar el sujeto frente
a unas y otras.
En singular tiene la
forma ‘cualquiera’ o ‘cualquier’, en plural se utiliza ‘cualesquiera’. Puede
tener función sustantiva o adjetiva. Como sustantivo, designa persona
indeterminada. En oraciones exclamativas (v.)
expresa irónicamente negación, ejemplo: ¡Cualquiera te entiende! Con función adjetiva acompaña, antepuesto, a
sustantivos de personas o cosas, en la
forma ‘cualquier’, ejemplo: cualquier pretexto.
También se usa pospuesto,
en este caso el sustantivo va precedido de algún determinante, ejemplo: un
pretexto cualquiera, un hombre cualquiera, una flor cualquiera.
Cualesquiera:
Es el plural del
pronombre indefinido ‘cualquiera’. Se usa casi siempre con función sustantiva, ejemplo:
cualesquiera que sean las causas. No creeré, cualesquiera sean las pruebas. A
veces funciona como adjetivo, ejemplo: te castigarán la omisión deliberada de
cualesquiera razones.
Esta forma se usa más que
todo en la lengua escrita. Frecuentemente se evita su uso con sustantivos
plurales. Por ultracorrección (v. ultracorrectos) se incurre a veces en
el defecto contrario, el cual consiste en usar ‘cualesquiera’ con nombres en
singular. Es incorrecto decir o escribir: cualesquier libro, cualesquier persona.
Se dice: cualesquiera libros, cualesquiera personas.
CUANTO: (v.
pronombres)
CULTISMOS:
Con este nombre, y con el
de voz culta se designan todas
aquellas palabras que han entrado en un idioma en épocas diversas por
exigencias de cultura (literatura, ciencia, filosofía, etc.) y son procedentes
de una lengua clásica, ordinariamente del latín.
Tales voces mantienen su
aspecto latino, sin haber sufrido las transformaciones normales en las voces
populares, tales como fructífero, benévolo, colocar, etc. Son abundantes los
dobletes (v. dobletes filológicos)
constituidos por una voz vulgar y un cultismo introducido posteriormente, con
sentidos diversos: colocar-colgar;
artículo-artejo; título-tilde, etc.
CUYO:
Procede del latín cuius y conserva su doble valor de
relativo y posesivo equivalente a: de quien, del cual, de quienes, etc. Es
incorrecto decir: Vimos una casa, cuya casa tenía un tejado rojo. Lo correcto
es: Vimos una casa que tenía... Es
correcto decir: vimos una casa, cuya puerta roja se abría con dificultad; es
decir: la puerta de la cual casa.
Es un relativo que
expresa posesión, equivale a ‘del cual’. Va siempre antepuesto al nombre con el
cual guarda concordancia, y tiene variaciones de género y número: cuyo, cuya,
cuyos, cuyas. Ejemplo: Los concursantes cuyas obras no sean premiadas podrán
retirarlas en el transcurso del mes. Luis, cuyo cumplimiento es notorio, no
pudo asistir a la reunión.
El adjetivo relativo cuyo
no se emplea casi nunca en el lenguaje hablado. También se empleó cuyo como
pronombre interrogativo anticuado, equivalente a ¿de quién?, ejemplo: ¿cúyo es este libro?, en estos casos lleva
tilde.
Formas correctas:
El avión cuyas alas se
partieron; el libro cuyas páginas se doblaron; el árbol cuyos brotes se
secaron.
La Real Academia permite
el uso de ‘cuyo’ cuando concierta con los siguientes vocablos: causa, ocasión,
razón, fin, motivo, y otros semejantes. Ejemplos: Decidió apoderarse del mando,
a cuyo efecto comenzó las operaciones (o también: ...del mando, y a este
efecto...)
Los labradores trabajan
lejos del hogar, por cuya razón tienen que comer en pleno campo (o también:
.Los labradores trabajan lejos del hogar, por esta razón...)
Sus novelas eran fuertes,
tremendistas, por cuyo motivo tenían éxito. (o también: Sus novelas eran
fuertes, tremendistas; por este motivo...)
Sin embargo, es mejor que el vocablo ‘cuyo’ se
use sólo para relacionar dos nombres, el segundo de los cuales es persona o
cosa poseída o propia del primero. Ejemplos: Ese es el hombre cuya sonrisa
encanta. Este libro, cuyos capítulos cortos, estoy reseñando...
CH
Ch:
Es un dígrafo (dos grafemas). Su nombre es ‘che’. En
la escritura es indivisible y representa un solo sonido. En los modernos
índices alfabéticos ha perdido su capítulo propio y ha ingresado al capítulo de
la C. El lugar de las palabras que empiezan por ‘che’ está en el capítulo de la
‘ce’, detrás de la última palabra que empiece por ‘ce’, e inmediatamente antes de las palabras que
empiezan por ‘ci’.
CHAMPÁN:
‘Cierto vino espumoso’.
Como españolización del vocablo francés ‘champagne’ existen dos formas: champán
y champaña. El primer nombre –dice Manuel Seco- es el más usual.
CHAMPAÑA:
El nombre español de la
región francesa de ‘Champagne’ es Champaña.
‘Champaña’, ‘vino
espumoso’, igual que champán.
CHAMPÚ:
Líquido para el lavado de
cabeza. No debe usarse la forma inglesa ‘shampoo’. El plural es champús.
CHANZA:
Dicho festivo y gracioso.
Hecho burlesco para recrear el ánimo o ejercitar el ingenio.
CHANZONETA:
Palabra de origen francés.
Nombre que antiguamente se daba a coplas o composiciones en verso ligeras y
festivas, hechas por lo común para que se cantaran en Navidad o en otras
festividades religiosas.
CHARADA
Acertijo que consiste en
tener que descubrir una palabra que se encuentra descompuesta en unidades
fónicas, más menos grandes (charada alfabética, silábica, etc) , cada una de
las cuales forma una palabra; el juego consiste en dar la definición o los
caracteres de las unidades de la palabra buscada, ejemplo:
Oro parece, plata no es,
el que no lo adivine, bien tonto es. (Solución: plata+no = plátano)
No debe confundirse la
charada con el jeroglífico o con el logogrifo.
CHASCARRILLO:
Anécdota ligera y
picante, cuentecillo agudo o frase de sentido equívoco y gracioso..
CHASQUIDO:
Término empleado por el
lingüista Rodolfo Lenz como sinónimo de ‘clic’.
¡CHE! :
Interjección (v.). Se emplea para llamar la atención
de una persona.
CHISTE:
Dicho u ocurrencia aguda
y graciosa. Muchas veces se presenta ilustrado por un dibujo, y puede consistir
sólo en éste.
D
D:
Quinta letra del
abecedario español y cuarta de sus consonantes. Su nombre es ‘de’. Como letra
numeral romana, en mayúscula, tiene el valor de quinientos.
DE:
Es una preposición y
sirve de conectivo, por eso pertenece al grupo de los ‘elementos de enlace’.
Cómo preposición no lleva tilde por ser monosilábica y para diferenciarse de la
forma verbal ‘dé’ correspondiente a la primera y la tercera persona del
singular del presente de subjuntivo; se usa también como forma imperativa,
ejemplos: dé limosna; dé buenos consejos.
Como preposición
significa:
Propiedad, posesión y
pertenencia, Ejs.: el carro de Luisa; el amigo de todos.
Materia, Ejs.: mesa de
vidrio; chaqueta de cuero, camisa de seda.
En el lenguaje tropológico
(v.) o traslaticio (v.) (Sentido figurado), atribuimos la
materia contenida al objeto que la contiene, mediante la preposición 'de’, como
en estos ejemplos: vaso de vino; vaso de agua; vaso de leche., botella de vino.
También se emplea cuando
hablamos de la materia en general, ejemplo: ellos hablan de lo divino y de lo
humano.
Cuando va después de un
adjetivo y antes de un sustantivo, indica el aspecto en que la cualidad del
adjetivo es aplicable, ejemplo: un hombre corto de ideas pero recio de voz.
Lo mismo ocurre con los
infinitivos: una tarea fácil de realizar.
Cualidad: lo califican de
inteligente; la tildan de pretenciosa.
Junto a la cualidad puede
incluirse la profesión o el oficio: trabaja de portero.
Cantidad indeterminada:
le dieron de golpes.
Indica parte: algunos de
los presentes; la mitad de los paseantes.
Origen o procedencia:
Lucía es de buena familia; son confites de España
Se refiere también al
tiempo o fecha de origen: Ese vino es del año 60
Indica causa: se muere de rabia; tiembla de frío; llora de
dolor.
Modo: Mira de frente; cayó de espaldas.
Muchas expresiones
adverbiales se forman con la preposición ‘de’: de acá para allá; de cuando en
cuando; de vez en vez; de momento.
Indica realce de la
cualidad (calidad negativa o positiva). Sigue a un adjetivo y precede a un sustantivo:
el idiota de Joaquín; el creído de tu hermano; la graciosa de tu amiga.
Con una interjección (v.) expresa lástima, queja o
amenaza. ¡Ay de los vencidos!
Forma parte de frases verbales: hubo de triunfar; debe de llegar.
Denota consecuencia, ejemplo: de lo dicho hasta aquí resulta una idea
clara.
Equivale a: ‘con’, ‘desde’, ‘para’, ‘por’;
ejemplos: Lo hizo de intento. De
Medellín a Bogotá. Son envíos de caza.
Lo hizo de miedo
La preposición ‘de’ indica
también asunto: están hablando de
negocios.
Abundancia o
escasez: hay exceso de violencia;
estamos faltos de fe.
Usos incorrectos:
Usar la contracción ‘del’
cuando se dice: no se hagan del rogar. Lo correcto es: de rogar.
Cuando se dice: mucho gusto de conocerlo. Lo correcto es:
mucho gusto en conocerlo.
En la expresión: le dio pena de decírselo. Lo correcto es: le
dio pena decírselo.
Es incorrecta la
expresión: yo de usted (es un catalanismo). Lo correcto: yo que usted, o mejor:
yo en su lugar
También es incorrecta la
expresión: yo de ti, procuraría alejarme
de ella. Lo correcto es: si yo fuera tú,
o mejor: si yo estuviera en tu lugar, procuraría alejarme de ella.
DEBER; DEBER DE (v.
conjugación perifrástica).
DÉCIMA:
Es una estrofa de diez versos
octosílabos. Su uso definitivo se atribuye al poeta Vicente Espinel
(1550-1624), a ello se debe el que a la décima se le conozca también con el
nombre de ‘espinela’, ejemplo:
Cuentan de un sabio que
un día
tan pobre y mísero
estaba,
que sólo se sustentaba
de unas yerbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí
decía,
más triste y pobre que
yo?
Y cuando el rostro
volvió,
halló la respuesta,
viendo
que otro sabio iba
cogiendo
las yerbas que él arrojó.
(Pedro Calderón de la Barca; español)
DEÍCTICOS: (v. deíxis)
DEÍXIS:
En semiología o semiótica
es lo que designa, lo que nombra, lo que señala algo que está presente ante
nuestros ojos; ejemplos: recuerdo aquel jardín;
allí solía jugar de niña con ese perro. Se utilizan los adverbios
deícticos, tales como: aquí, allí, allá; también son deícticos los pronombres
tú, yo.. Deixis es un término sinónimo de ‘demostrativo’.
DELANTE, ADELANTE:
Adverbio de lugar que
significa ‘en la parte anterior’, ejemplo: Luisa está delante.
Delante de es locución prepositiva
que significa:
‘En lugar anterior a’,
ejemplo: delante de tu carro está un camión.
‘Enfrente de’, ejemplo:
delante de nosotros está la catedral.
‘En presencia de’,
ejemplo: delante del profesor no era capaz de hablar.
En español, no se admite
la construcción: delante, más un adjetivo posesivo. Es incorrecto decir:
delante mío, delante suyo.
Adelante: Es también adverbio de lugar. Se usa con
verbos (explícitos o implícitos) de movimiento, y significa ‘más allá’, ‘hacia
la parte que está delante del sujeto’, ejemplos: ellos siguieron adelante;
miraron hacia adelante. También es adverbio de tiempo cuando lleva antepuesta
alguna preposición o sigue inmediatamente algún adverbio de tiempo. Indica
tiempo futuro, ejemplos: en adelante; para en adelante; de aquí en adelante; de
hoy en adelante, etc.
No deben confundirse las
formas: adelante y delante. La primera indica la existencia de un movimiento
real o figurado. La segunda indica sólo una situación
DENOTATIVO:
El significado denotativo
es el que corresponde de una manera simple a las cosas, y es el que encontramos
en los diccionarios. En este significado está ausente lo intencional del
hablante. La palabra Navidad tiene dos significados: el denotativo que es: la
natividad de Jesús; el connotativo (v.)
que sugiere fiestas, regalos, comidas especiales, vacaciones, etc.
DENTRO:
Adverbio de lugar que
significa ‘en la parte interior’. Puede ir precedido de diversas preposiciones
que denotan movimiento o aproximación, ejemplos: de dentro hacia fuera; mira
hacia dentro; llegó hasta dentro; lo examina por dentro. Cuando se trata de la
preposición ‘A’, se escribe ‘adentro’ como una sola palabra. (v. t.: adentro)
DEPRECACIÓN:
Dentro de las figuras
literarias, en el grupo de las patéticas está la llamada ‘deprecación’.
Ella ocurre cuando el
vivo deseo expresado es un ruego o súplica ferviente. Ejemplo:
“Sea hoy mi compasivo
ruego
el del viejo filósofo
eleusino,
por el perro que ladra en
el camino,
por el peñasco que
desciende ciego.” (José Lora y Lora)
DEQUEÍSMO:
Es un vicio de muchos
hablantes y un grave error gramatical consistente en utilizar la preposición
‘de’ delante de ‘que’, cuando ella no se necesita. Son erróneas estas
construcciones: opina ‘de que’ vendrá mañana; piensa ‘de que’ no es así como se
hace; deseo ‘de que’ triunfes; me dijeron ‘de que’ no vendrías, etc.
Hay una forma muy
sencilla para evitar el ‘dequeísmo’ sin incurrir en el ‘antidequeísmo’ el cual
consiste en no usar la preposición ‘de’ cuando se necesita.. Esa fórmula tan
sencilla es valerse de la pregunta. En
relación con los ejemplos dados, preguntamos: ¿qué opina? ¿qué piensa? ¿qué
deseo? ¿qué me dijeron? respondemos:
que vendrá mañana; que no es así..., que
triunfes; que no vendrías.
Si la preposición ‘de’ no
se necesita ni en la pregunta ni en la respuesta, usarla es incorrecto y
origina el vicio del lenguaje llamado ‘dequeísmo’.
Con otros verbos, la
oración exige los dos vocablos: ‘de’, ‘que’. Ejemplo: estoy segura de que
volverás.. Preguntamos: ¿de qué estoy segura?; respondemos: de que volverás.
Tanto en la pregunta como en la respuesta se necesita la preposición ‘de’
delante de ‘que’, y no se comete el error del ‘dequeísmo’.
DERIVACIÓN
Es uno de los tres
procedimientos para formar palabras en el idioma español. Se efectúa cuando a
la raíz (también se le llama radical, lexema) de una palabra se agregan
distintos sufijos (v.) o morfemas (v.). Ejemplos: caballo + ero =
caballero; casa + ita = casita.
Las palabras formadas se
llaman derivadas. El vocablo que da la idea se llama palabra primitiva; en los
ejemplos dados, las primitivas son: caballo y casa.
Cuando a una palabra
derivada se agrega otro sufijo, se obtiene una palabra biderivada; es decir, un
derivado dos veces. Ejemplos:
Primitivas: Derivadas: Biderivadas:
Dulce dulcero dulcería
Pan
panadero
panadería
Campo campesino campesinado
Sombra sombrero sombrerería
DESCRIPCIÓN:
Procedimiento literario
mediante el cual se trazan los rasgos característicos de una persona, un lugar o
un paisaje. Recibe diferentes nombres de acuerdo con el objeto descrito:
‘Topografía’, si se trata
de un paisaje; ‘prosopografía’ la que describe el exterior de una persona o
animal; ‘etopeya’ la que se refiere a las cualidades morales de un individuo; ‘cronografía’
la que hace referencia a una época o período; ‘retrato’ la descripción que
tiene en cuenta tanto el exterior como el interior de una persona; si es la
exagerada descripción del físico o del aspecto moral de una persona recibe el
nombre de ‘caricatura’.
DESDE:
Es una preposición o
conectivo o elemento de enlace.
Hasta fines del siglo XVI
presentó la forma ‘dende’, la que hoy sólo usan las personas incultas.
Esta preposición
significa::
En el orden temporal,
punto en que se ha de empezar a contar una cosa, ej.: Desde el año pasado hasta
hoy...
En el orden espacial,
punto en que se origina una distancia, ej.: Desde Medellín hasta Bogotá...
DESINENCIAS:
A las desinencias se les
llama también morfemas flexivos que sirven para conjugar los verbos; ejemplos:
cantAMOS, dibujASTEIS, escribIRÉIS.
También son morfemas
flexivos las terminaciones para el masculino y el femenino, el singular y el
plural, ejemplos: niñO, niñA; niñOS. NiñAS
DESPECTIVOS:
Llámanse así en gramática
los vocablos que incluyen en su significación la idea de desprecio o
menosprecio por lo que también reciben el nombre de menospreciativos. Muchas
son las palabras que pertenecen a esta clase, pero gramaticalmente, las más
importantes son las derivadas que se forman con diferente sufijo (v.). Las demás palabras despectivas
entran en el terreno del léxico.
De los diminutivos (v.) se pasa fácilmente al campo de los
despectivos, ya que el menosprecio contiene en sí la idea de ‘menos’, de
empequeñecimiento; algunos son: pingajo, gentuza, villorrio, calleja,
caballejo, animalejo, gozquejo, y otros.
Es bueno saber que la
mayoría de la voces menospreciativas pueden emplearse también sin tal sentido,
y en son de elogio, ya que el cariño y la confianza ennoblecen las palabras con
la pureza del afecto que las dicta..
DETERMINANTE: (v.
Artículo)
DIACRONÍA Y SINCRONÍA:
Es un término propuesto
por Saussure (1916) cuyo concepto lo expresa así: “Todas las ciencias debieran
interesarse por señalar los ejes sobre que están situadas las cosas de que se
ocupan; en todas ellas habría que distinguir dos ejes: el de simultaneidad y el
de sucesiones [...] Hay una razón para distinguir dos lingüísticas: diacrónica
y sincrónica.
Es sincrónico todo lo que
se refiere al aspecto estático de la lengua, y diacrónico todo lo que se
relaciona con la evolución de ella.
Diacronía y
sincronía designan, respectivamente, un
estado de lengua y una fase de evolución.”
En un estudio diacrónico
de la lengua es necesario estudiar cuáles son los factores que determinan su evolución.
Según el lingüista André Martinet, el principio básico de la evolución es la
necesidad de mantener las distinciones útiles para la comunicación, a través de
los cambios determinados por la evolución y la transformación de las
necesidades comunicativas del ser humano a lo largo de las épocas. Se estudian
todos los cambios que ha sufrido una palabra desde el latín, por ejemplo, hasta
el español o castellano
Una muestra: frente al
vocablo EL (artículo) y ÉL (pronombre), el sincronista atenderá sólo a
definirlos y a encontrar su posición en el texto por la relación con los demás
elementos; como estos son tan diferentes entre sí, deducirá que son unidades
totalmente distintas.
Por el contrario, el
diacronista estudiará cómo de un demostrativo latino ‘ille’ nacieron dos formas
diferentes, que fueron evolucionando en distintas etapas y por diversos
caminos, hasta nuestros días.; porque la lingüística diacrónica o histórica se
encarga de rastrear el origen de las lenguas, los cambios que sufre cada idioma
en las distintas épocas; cambios que inciden en la estructura de la lengua.
Dice el profesor Rubén
Darío Julio Casadiego que la lingüística sincrónica estudia el lenguaje en un
momento de su existencia. Ella explica cómo funciona, qué elementos lo integran,
cuáles relaciones existen entre ellos, cómo están conformados. Todo esto que
supone una mutua interdependencia de los elementos que integran la lengua,
constituye la “estructura”. La lingüística sincrónica se ocupa también de la
coexistencia con otras lenguas, coexistencia que pueden darse en territorios
vecinos.
DIALECTO:
Es un idioma rezagado,
detenido en un estado rudimentario de su evolución y que no ha alcanzado
consagración literaria. La Real Academia define el dialecto como “cada una de las variedades de un idioma que
tiene cierto número de accidentes propios y más comúnmente las que se usan en
determinados territorios de una nación, a diferencia de la lengua general y
literaria
DIALOGISMO:
Es una figura literaria
que consiste en poner en forma de diálogo las ideas y sentimientos que se
atribuyen a los personajes; y también consiste en presentar a una persona en
diálogo consigo misma.
DIÁLOGO:
Es el elemento poderoso
que pone en movimiento el hecho teatral. En estilística (v.) se dice que el diálogo sin adornos retóricos y artificiosos
lirismos es un reflejo del carácter de los personajes; ellos intercambian
expresiones, sin que intervengan elementos descriptivos ni narrativos. En la
literatura, el diálogo se presenta en prosa o en verso. Los diálogos más
famosos son los de Platón por su contenido filosófico. Pero el diálogo puede
usarse para diversos temas; encontramos diálogos en las novelas, en los cuentos
y en las fábulas. Los diálogos en las obras de teatro se escriben para ser
interpretados en escena.
En lo escrito, el diálogo
exige especiales condiciones estilísticas:
ingenio, gravedad, finura, profundidad, sinceridad y expresividad.
Pero, además, el diálogo
es una conversación; sin embargo, es necesario distinguir entre la conversación
libre, asistemática y el diálogo didáctico con finalidad instructiva, empleado
frecuentemente en el aula de clase.
DIÁSTOLE Y SÍSTOLE:
Son vocablos utilizados
en la terminología relacionada con la poesía. Es la dislocación o cambio del
acento de las palabras por razones rítmicas (del ritmo ). Si el acento se
adelanta, la licencia poética se llama sístole; cuando se retrasa se llama diástole. Es frecuente que los poetas utilicen
el vocablo: oceáno (corriendo la tilde y convirtiéndolo en grave o llano), es
un ejemplo de ‘diástole’. En la diástole, las palabras esdrújulas se convierten
en llanas o graves, y en la sístole las palabras llanas o graves se convierten
en esdrújulas, gracias a estas licencias poéticas.
DICCIÓN:
La dicción es la
pronunciación. Hablar bien, pronunciar correctamente y expresarse con propiedad
son factores muy importantes en la formación del individuo e influyen en la
impresión que éste deja en los oyentes y en la eficacia de lo que dice.
La educación de la
pronunciación y la entonación es importante en la simple conversación, en la
declamación, en el arte dramático, en la locución televisiva y radiofónica. La
educación de la dicción debe estar presente siempre en nuestra vida, ya que
nuestro idioma es más hablado que escrito y tiene una larga tradición oral.
Los principales vicios de
dicción son: cacofonía, hiato, asonancia, omisión, adición, metátesis, errada
acentuación.
(v. cada uno de éstos en su lugar alfabético).
DICCIONARIO:
Libro en que por orden
alfabético se contienen y explican las significaciones de todas las palabras de
una lengua, o se ponen en correspondencia con las equivalentes de otros
idiomas. Hay muchas clases de diccionarios:
Diccionario de
construcción y régimen, es obra de filólogos. El vocabulario de este diccionario
se apoya, por fuerza, en las autoridades literarias de varios siglos para poder
extraer de la comparación de los textos el uso en las construcciones verbales,
sustantivas, adjetivas y de partículas.
En el Diccionario de la
construcción entran en armonía los elementos populares y los eruditos. El
método clasificativo del Diccionario de construcción sólo tiene un sentido
integral; es decir, interpretar el significado del vocablo; descifrar su origen
y apuntar cada uno de los oficios o variantes que desempeña en la frase,
refrendado por las citas literarias.
Rufino José Cuervo
(colombiano) fue el primero en recordarle a la Real Academia Española la
obligación de realizar esta clase de vocabulario, y fue él quien con rigor
científico, publicó en 1886 los dos primeros tomos de su trabajo con el título
de Diccionario de construcción y régimen,
trabajo que la Real Academia no completó. Sólo en 1997, después de largos y
serios estudios, el Instituto Caro y Cuervo de Colombia dio a conocer la
completación de la magna obra empezada por Cuervo.
Diccionario histórico:
recoge todo el proceso de formación y desarrollo lingüístico de los vocablos.
La Real Academia publicó este Diccionario en 1726. Dos siglos después quiso
renovarlo con aspectos filológicos y literarios de más amplias perspectivas.
Una difícil tarea porque se necesitaba un equipo completo de filólogos y de
redactores especializados en cada materia científica y literaria, ya que la
responsabilidad del idioma no puede dejarse en manos de personas que creen
“tener por generación espontánea, el instinto lingüístico.”
La importancia de este
Diccionario reside en el hecho de contener la inmensa riqueza léxica, desde el
balbuceo del español hasta el neologismo de última hora.
Diccionario de
autoridades: el objetivo de la Real Academia al publicar este Diccionario fue
dar a conocer un código permanente e imparcial del tesoro normativo de la
literatura entre 1200 y 1700. En el prólogo, la Academia decía: “para que se
vean la grandeza y el poder de la lengua.”
En 1726 apareció el
primero de los seis tomos de esta obra monumental, repertorio de autoridades
del lenguaje. Sin embargo, el diccionario que utilizó la Academia Española y
llegó a los centros educativos como recurso de consulta, fue el Thesoro de la lengua castellana, española
compuesto por el licenciado Sebastián de Covarrubias, Madrid 1611; reimpreso
por el librero Gabriel de León en 1674.
Diccionario etimológico:
se fundamenta en el origen de la palabra, agrupando, si es posible, las de raíz
idéntica, para explicar las formas del lenguaje como idea de grupo.
La etimología es muy
importante porque nos da la idea original, evita el empleo exagerado de
sinónimos; de tal manera nos ayuda a conseguir un lenguaje castizo y limpio.
Diccionario oficial de la
Lengua Española: este Diccionario presenta el significado de las palabras y los
modismos; también la ortografía, y completa el léxico de analogías. Se reforma
en reuniones semanales de los académicos de la lengua
La reimpresión con los nuevos datos aportados,
se efectúa cada diez años. La vigésima
primera edición es del año 1992, con motivo de los quinientos años del
encuentro de los dos mundos: España y
América.
Para que un nuevo vocablo ingrese en el
Diccionario debe cumplir estas exigencias:
Ser un vocablo
necesario.
Estar formado según la
índole del idioma.
Ser sonoro y
expresivo.
Tener uso frecuente.
No tratarse de un
barbarismo.
f) No ser excesivamente plebeyo ni demasiado
culto
Diccionario manual: es
otra publicación de la Real Academia que se ocupa más del habla contemporánea;
acoge voces recién llegadas del diario ajetreo literario; por eso, su
importancia es más del aspecto utilitario que académico.
DIÉRESIS:
Es un signo diacrítico
llamado también ‘crema’, que, colocado sobre una letra, representa un sonido
distinto del significado por esa letra. En el idioma español, colocada la
diéresis sobre la vocal u en los
grupos constituidos por gu+e, i, (güe,
güi) indica que dicha ‘u’ debe ser pronunciada: agüero, agüita, ambigüedad ,apacigüe,
apacigüé, contigüidad, desagüe, vergüenza, degüello, bilingüe, trilingüe,etc..
En el verso se coloca, a
veces, sobre la vocal cerrada de un diptongo, o sobre la segunda si ambas son
cerradas; es la licencia poética llamada también diéresis; con ella se deshace
un diptongo para lograr una sílaba más en el verso, ejemplos:
“La luna en el mar
rïela”, (Espronceda) (se lee: ri-e-la)
“Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo.”
(Fray Luis de León) (se lee: ru-i-do)
3) “Era
un aire süave
de pausados ritmos.” (Rubén Darío) (se lee: su-a-ve)
DÍGRAFOS: (véase: Alfabeto (Nuestro alfabeto. Los
dígrafos. La letra Ñ. & et. I
latina; y griega)
DIGRAMA:
Término para designar el
conjunto de dos letras que representan un solo sonido. La Real Academia las
llama DÍGRAFOS.
DIMINUTIVO:
Es un vocablo formado
mediante la adición de un sufijo o morfema (v.)
(ico, ito,, uelo, illo,, etc.) al que
tradicionalmente se atribuye una significación empequeñecedora: ‘paquetico’, ‘plazuela’
‘hermanito’, etc.
Las investigaciones
modernas de la sociolingüística han encontrado como característica del
diminutivo la expresión de un afecto. (v.
apreciativos).
El gramático Amado Alonso
distingue las siguientes clases de diminutivos:
Nocionales: o de
significación propiamente empequeñecedora, ejemplo: la ‘mesita’ de noche.
Emocionales: nacidos de
los sentimientos, ejemplo: Jorge dice: mi mujercita es hermosa.
Estético-valorativos: muy
frecuentes en la lírica; presentan el objeto como muy valioso, ejemplo: “la
princesa sube por escalerillas de oro.”
Afectivo-activos: tratan
de actuar sobre el oyente, dirigiendo su voluntad, ejemplo: hermanita, ¿me da
una limosnita?, soy un pobre cieguito.
De cortesía: para no
demostrar dureza, regaño, reproche, para llamar la atención con delicadeza,
ejemplo: derramaste la agüita sobre mi mantel nuevo, pero no te preocupes.
Efusivos: son muy
primarios, muy expresivos, ejemplo: “No me tires con piedritas/ que me vas a
lastimar;/ tírame con tus ojitos/ y me van a enamorar.”
DIPTONGO:
En español es frecuente
el encuentro de dos vocales en una palabra; cuando esas vocales se pronuncian
juntas, hay diptongo, ejemplos: ai-re; pei-ni-lla; au-ro-ra. Cuando no se
pronuncian en una sola sílaba, no hay diptongo; están en hiato (v.). Por lo tanto, diptongo es la
pronunciación de dos vocales en una
misma sílaba. En los diptongos hay tres clases de encuentros de vocales:
Dos vocales cerradas;
forman los llamados diptogos indecisos; los que también reciben los nombres de
‘iguales’, ‘neutros’, ‘homogéneos’, ejemplos: cIUdad; cUIdado; rUIdo.
Una vocal abierta delante
y una cerrada; forman los diptongos llamados decrecientes o descendentes;
ejemplos: Aire; cAImán; Oigo; Europa.
Una vocal cerrada delante y una abierta; forman los diptongos
crecientes o ascendentes ejemplos: cIElo; cUEnto; vUElta; mIEl.
Las vocales abiertas son:
a, e, o; las vocales cerradas son: i, u.
La Real Academia no
admite diptongo entre vocales abiertas, como: maestro, extraordinario, línea,
peor, toalla, poeta, correo, etc.
Según la gramática de la
Real Academia Española (RAE) hay catorce
diptongos en nuestra lengua; ellos son:
ia: viaje, diario; ie:
tiempo, bien; io: patio, salió; iu:
viuda, ciudad; ua: guapo, cual: ue: bueno, fue; ui: fui,
cuidado; uo: cuota, mortuoria; ai: aire, donaire; ei:
aceite, peine; oi: hoy, voy; au: aurora; eu: Europa; ou:
bou (una manera de pescar).
DISCORDANCIA:
Es el fenómeno por el que
no se produce una concordancia de manera esperada, sino obedeciendo a otras
razones, generalmente sicológicas. La discordancia no es un hecho gramatical
sino estilístico. Ejemplos:
Acudieron a la ciudad
multitud de gente; en lugar de la usual expresión: acudió a la ciudad multitud
de gente.
¿Cómo estamos? (para
saludar), en lugar de: ¿cómo está usted? O ¿cómo estás?
DISENTIR (v. Verbo,
otros verbos irregulares de uso común en el hablar y escribir)
DOBLE ACENTUACIÓN:
Nuestro idioma permite la
doble acentuación a varias palabras; algunas de ellas son:
Afrodisiaco, afrodisíaco;
alveolo, alvéolo; amoniaco, amoníaco; austriaco, austríaco; cardiaco, cardíaco;
chofer, chófer; conclave, cónclave; demoniaco, demoníaco; dinamo, dínamo;
elegiaco, elegíaco; frijoles, fríjoles; gladiolo, gladíolo; hipocondriaco,
hipocondríaco; medula, médula; olimpiada, olimpíada; paradisiaco, paradisíaco;
periodo, período; policiaco, policíaco; futbol, fútbol; yo vacio, yo vacío (el
tanque, por ejemplo) vacie Ud., vacíe Ud. (el tanque); rocie Ud., rocíe Ud.
(las flores), etc.
DOBLETES FILOLÓGICOS:
Entre los factores
históricos del crecimiento del idioma español se cuentan los llamados
‘dobletes’. Con este nombre se designa la forma duplicada de una palabra que ha
tomado distinto camino en la boca del pueblo y en la de las personas cultas..
Se deben los dobletes a que la gente ilustrada se atenía a la lengua escrita,
en cambio, el pueblo seguía hablando según sus leyes fonéticas.
Así se explica, también,
que el significado de las dos palabras sea, por lo común, diferente aunque
tengan un mismo origen etimológico. También se les conoce con el nombre de
palabras isónimas (de ‘iso’, igual y ‘ónimo, nombre); esto porque tienen una
raíz común pero sus estructuras han variado por las transformaciones fonéticas.
Algunos de esos dobletes
filológicos o palabras isónimas son:
Cultismo:
Vulgarismo:
rápido raudo
delicado delgado
leal
legal
áncora ancla
fontana fuente
músculo muslo
húmero hombro
íntegro entero
férreo hierro
ópera obra
óvulo
huevo
aurícula oreja
apertura abertura
secular seglar
laico
lego
límite linde
colecta cosecha
clamar llamar
clave
llave
directo derecho
capítulo cabildo
plaga
llaga
operar obrar
ánima alma
recuperar recobrar
sigilo
sello
DONDE:
Al construir oraciones
con el adverbio donde debe tenerse en cuenta lo siguiente:
Si las relaciones de
lugar indican movimiento, llevan sus correspondientes elementos de enlace, en
este caso, preposiciones (v.):
Si indican lugar de
destino, se escribe adonde. (Voy adonde
tú digas)
Si es procedencia u
origen, debe escribirse: de donde (Vengo de donde tú vives)
Si la oración indica
sitio de tránsito, se usa: por donde
(Ayer pasé por donde tú vives)
Si se trata de expresar
dirección, se escribe: hacia donde (Miró
hacia donde sale el sol)
Si es término del
movimiento, se emplea: hasta donde
(Caminó hasta donde pudo)
Si indica permanencia o
reposo, se dice y se escribe: en donde (también: donde).
Cuando es adverbio
interrogativo lleva tilde diacrítica (v.
acento) para diferenciarlo del adverbio relativo o de la conjunción,
ejemplos: ¿Dónde estamos? No donde tú crees. Sin preposición, el
vocablo ‘donde’ puede usarse con verbos de reposo, ejemplo: ¿dónde estamos?;
con verbos de movimiento, ejemplo: ¿dónde me llevan? En este último caso compite con ‘adónde’.
Usado con preposición, se emplea con verbos de movimiento, ejemplos: ¿de dónde
vienes? ¿por dónde pasamos?; en muy
pocos casos se usa con verbos de reposo, ejemplos: no sé por dónde vives; dime
en dónde la has dejado. (v. t.: adonde)
DOS PUNTOS:
Se usan:
En las formas
declarativas en las cuales una palabra sintetiza todos los elementos que se van
a detallar. Esas expresiones que amplían la idea son las formas declarativas,
ejemplo: mirábamos el sol con todo: con los gemelos de teatro, con el anteojo
de larga vista, con una botella, con un cristal ahumado. En este ejemplo, la palabra TODO sintetiza
los elementos detallados.
Se escriben entre dos
oraciones, cuando la segunda es una consecuencia de la primera, ejemplo:
Bolívar tenía la pasión de la libertad: murió luchando por ella.
Cuando se hace una
transcripción textual, ejemplo: Dijo Sócrates: “Conócete a ti mismo”.
En el encabezamiento de
cartas, notas, solicitudes, excusas, etc., ejemplos: Distinguido señor: Apreciada amiga:
DOS RAYAS
Dice la Real Academia de
la Lengua que las dos rayas (=) sólo se usan en las copias, para denotar los
párrafos que en el original van aparte. Antiguamente se empleaban para dividir
algunas palabras compuestas. Hoy se usan como signo matemático, inclusive, en
gramática, para expresar igualdad de dos voces. En algunos diccionarios se usan
en forma vertical u oblicua (//) para separar las diferentes acepciones o
significados de una palabra.
E
E:
Sexta letra del
abecedario español y segunda de sus vocales, .También es conjunción copulativa
en lugar de la y para evitar el hiato
en palabras que empiezan por i o por hi, ejemplos: Juan e Ignacio; madre e
hijo. Pero no reemplaza a la y en
principio de interrogación o exclamación, ni cuando la palabra siguiente
empieza por y o por el diptongo hie, ejemplos: ¿Y Ignacio, qué se hizo?
¡Y Isidro también comprometido!; Vélez y Yepes;
tigres y hienas.
Como prefijo significa
“fuera de”, ejemplo: eliminar; “origen o procedencia”, ejemplo: emanar,
emigrar; “extensión o dilatación”, ejemplo: efusión, emoción.
¡EA!
Interjección (v.) que se usa para denotar alguna
resolución de la voluntad, o para animar, estimular o excitar; con ella se
anima a los demás a continuar cualquier trabajo.
ELEMENTOS DE ENLACE:
Son los elementos de
transición entre las frases que constituyen la expresión. La falta de ellos da
lugar a un estilo incoherente, inacabado. No es elegante el abuso de los
elementos de enlace; hay que emplearlos con precaución para que no degeneren en
“muletillas” (v.), en puntos de apoyo
muy repetidos con el consiguiente resultado de la monotonía (v.)
Los elementos de enlace o
conectivos o conectores propiamente dichos son las preposiciones (v.) y las conjunciones (v.). De estos elementos de enlace los
que presentan más frecuentes problemas de redacción son: además de, por otra parte, asimismo (o: así
mismo), sin embargo, en efecto, pues, por ejemplo, por consiguiente, puesto
que.
ELEMENTOS DEÍCTICOS: (v.
deíxis)
ELEMENTOS DE LAS
PALABRAS:
Los elementos de las
palabras se llaman ‘morfemas’ (v.)..
Existen los ‘morfemas trabados’ que son los que van unidos a las palabras como
los sufijos (v.) y los prefijos (v.); (v. t.: derivación, composición y parasíntesis)
ELIPSIS: (v.
construcción nominal)
EN:
En su calidad de
preposición o elemento de enlace, indica las siguientes relaciones:
Lugar: estamos en la
oficina; entró en la universidad
Tiempo durante el cual
tiene lugar la acción: estamos en primavera; se fue en abril
Aspecto, limitación,
parte: un país pobre en fauna; especialista en economía.
Término de un movimiento,
con determinados verbos: cayó en la piscina; entró en la casa.
Se puede emplear la
preposición ‘a’ si se refiere al movimiento en acción y no a su final: cayó a
la piscina; entró a la universidad
También aparece la preposición
‘en’ con el mismo sentido de término, en las frases hechas: le cae en gracia;
vino en su ayuda.
Y en giros que denotan el punto de
partida: de mano en mano; de uno en otro; de sorpresa en sorpresa.
Modo: habló en serio; se
fue en silencio
Medio o instrumento:
escribe en varios idiomas; viaja en barco.
Precio: se lo venden en
cincuenta dólares.
Causa: lo conocieron en
el hablar, en la “manera de partir el pan”.
Aquello en que se ocupa o
sobresale una persona: Nadie la supera en talento.
Puede usarse precediendo
a ciertos adjetivos para formar locuciones adverbiales: en general, en
particular, en absoluto. Esas frases equivalen a los siguientes adverbios:
generalmente, particularmente, absolutamente.
También puede preceder al
infinitivo en ciertas locuciones: no tiene inconveniente en ceder.
Usos incorrectos:
Las construcciones: mesa
en vidrio, chaquetas en gamuza, camisa en algodón, blusa en seda son
galicismos. Debe emplearse la preposición ‘de’.
Las construcciones con la
palabra ‘noche’ deben ir acompañadas de la preposición ‘de’ y no ‘en’, se dice
y se escribe: de noche, durante la noche, toda la noche.
No puede emplearse la
preposición ‘en’ para anunciar la hora: son las diez en la noche. Lo correcto
es: son las diez de la noche; es la una de la tarde; son las dos de la tarde.
ENÁLAGE:
Es una construcción
gramatical no previsible desde el punto de vista lógico. Ocurre en la
concordancia, en el uso de adjetivos adverbiales, en el empleo de tiempos y
modos verbales, etc.; ejemplos: habla lento (por: habla lentamente); tú sales
de aquí ahora mismo (por: ¡sal de aquí!); tú te vienes conmigo ya (por: ven
conmigo).(v. t.: traslación).
ENCLÍTICOS:
Se llaman así las formas
de los pronombres personales que se posponen al verbo soldándose con él. La
palabra ‘enclítico’ quiere decir ‘arrimado’ porque el pronombre se junta con la
palabra precedente y forma con ella una sola dicción. Antiguamente era más
frecuente el uso de los enclíticos: lléveme, córrase, tráigale, mírese,
mírense, siéntese, siéntense.
En los países
hispanoamericanos se ha desarrollado un
uso vicioso de la ‘N’ enclítica. Consistente en añadir al pronombre una ‘N’.
Ejemplos incorrectos: váyasen, sálgasen, dígamen, hágamen, córrasen. Lo
correcto es: váyanse, sálganse, díganme, háganme, córranse.
Formas enclíticas con el
pronombre NOS:
Estas se construyen casi
siempre con la forma del subjuntivo (v.)
que termina en ‘S’. Para que el enclítico sea correcto, el sonido /s/ y la
letra que lo representa deben desaparecer; ejemplos:
Sentémonos cómodamente (y
no: sentémosnos).Callémonos todos ahora (y no: callémosnos).Vámonos a cine (y
no: vámosnos).Unámonos a la causa (y no: unámosnos).Vayámonos temprano (y no:
vayámosnos).Digámonos la verdad (y no: digámosnos)
Otras formas incorrectas
son: encarguémosselo, digámosselo; aquí hay que suprimir la ‘S’ y decir y
escribir: digámoselo, encarguémoselo.
Otras formas verbales que
pierden letras son: quedaos (imperativo del verbo quedar y el pronombre ‘os’) y
rogamoos (primera persona del plural del verbo rogar más el pronombre ‘os’); son incorrectos: quedad+os y
rogamos+os.
En resumen: Al unirse los
pronombres enclíticos con el verbo, se presentan las siguientes circunstancias:
Cuando a la primera
persona del plural del presente del subjuntivo y del imperativo se une el
inclítico ‘nos’, éste pierde la ‘s’; se dice y se escribe: sentémonos,
callémonos.
Para evitar la
pronunciación de dos eses (ss) seguidas, se dice y se escribe: encarguémoselo,
dijéraselo.
El verbo en segunda
persona del plural del imperativo al unirse con el pronombre ‘vos’, pierde la
letra final; y el pronombre, la letra inicial, y se dice: quedaos.. Por
excepción, el verbo ‘ir’ conserva la ‘d’, y decimos: idos.
Las primeras personas del
plural pierden la ‘s’ delante de la forma enclitica ‘os’, por lo que decimos:
rogámoos, comprenderémoos, etc.
La forma del imperativo
‘sal’ no pierde la ‘l’ (ele) aunque le sigan los pronombres le, les. Así, se
dice: ‘salle’ o ‘salles’, pero la pronunciación exige una pausa entre el verbo
y el pronombre; ejemplos: tú sal-le al paso, o: sal-les al paso. Estas
dificultades y nada elegantes formas se pueden evitar diciendo: sal tú a él al
paso, o: sal tú a ellos al paso.
ENDECASÍLABO:
Es el verso más rico,
flexivo y armonioso. Este verso de once sílabas, procedente de Italia, fue
introducido en España por el Marqués de Santillana y perfeccionado por los
poetas Boscán y Garcilaso. Los sonetos escritos en endecasílabos son los más
sonoros y perfectos, ejemplo:
Gracias te doy, Señor,
por la viajera
sutileza del aire
transparente,
por la flor, por la
nieve, por la fuente
en que lava su faz la
primavera.
Gracias por la paloma
mensajera,
por el pájaro azul que,
de repente,
vino hasta mí y rozándome
la frente
me pidió, dulce Amor, que
te quisiera.
Gracias por el verano,
por la lumbre,
por el pan, por el vino
inmerecidos,
por el amor, dulzor y
pesadumbre.
Y gracias, finalmente,
por la vida
que de tantos dolores
padecidos
ya no es vida, Señor,
sino una herida.
“Soneto”—(Hernando García Mejía;
colombiano)
ENDECHA:
Es el romance cuyos
versos poseen seis o siete sílabas; algunos estudiosos de la estilística
definen la endecha como ‘canción triste’. Existe la llamada endecha real que
consta, por lo común, de estrofas de cuatro versos: los tres primeros, heptasílabos
(siete sílabas); el cuarto, endecasílabo (once sílabas).
ENERGÍA DEL ESTILO:
La energía del estilo en
párrafos y, naturalmente, en todos los escritos reside en que el pensamiento
esté tan gráficamente expuesto, que cautive la atención y deje huella en el
lector.
ENTONACIÓN:
Para hablar con propiedad
y corrección una lengua no es suficiente articular bien las vocales y las
consonantes, solas y en contacto unas con otras. Hay que conocer los rasgos
principales de su entonación. Cada lengua tiene una entonación característica
que la distingue de las demás; por eso, quien pronuncia bien un idioma
extranjero es aquel que imita su entonación lo mejor posible.
La entonación sirve para
expresar en forma adecuada las ideas, las emociones, los deseos. En español, la
impropiedad de la entonación altera el sentido de toda la oración. El tono o
altura musical de la voz se nota y se estudia en la frase, no en palabras
aisladas. Según la entonación de las siguientes oraciones será el significado
de ellas:
Volverás mañana... Llegaste ya.
¡Volverás mañana! ¡Llegaste ya!
¿Volverás mañana? ¿Llegaste
ya?
(v.t.:
clases de entonación)
ENTRE:
Esta preposición o
elemento de enlace o conector puede expresar:
Situación o estado en
medio de dos o más personas o cosas: se habla entre mujeres; el cuadro está
entre la silla y la pared.
Intervalo de un momento a
otro: llegaré entre las 9 y las 11 de la mañana.
Relación y comparación:
Entre Juan y su hermana no hay problemas.
Participación o
cooperación en un grupo o conjunto: entre la madre y su hija me ayudaron.
También puede tener valor disyuntivo en algunas oraciones como: dudaba entre
viajar o no viajar.
La frase en que se usa ‘entre’
y luego el pronominal ‘sí’, adquiere un
sentido recíproco: María e Inés se pelean entre sí.
Usar ‘entre’ con el
significado de ‘dentro de’, es un arcaísmo
(v.): dijo entre sí; cogió los libros y los metió entre su abrigo. Lo
correcto: dijo dentro de sí; cogió los libros y los metió dentro de su abrigo.
‘Entre’ con significado
de ‘cuanto’ es un uso incorrecto en el habla popular hispanoamericana, ejemplos:
entre más trabajo, menos dinero. Entre más llueve más frío hace. Lo correcto es
decir: mientras más trabajo, menos dinero. Mientras más llueva más frío hace.
‘De entre’ es una
preposición compuesta: se levantó de entre los muertos.
Otras veces ‘entre’
equivale a ‘para’: dije entre mí, no cometeré tal daño = dije para mí, no
cometeré tal daño.
ENTREVISTA:
Además del matiz
marcadamente periodístico, la entrevista es también información y reportaje. El
objetivo de ella es decir al lector “quién” es y “cómo” es esa determinada
persona; lo que dice, piensa y hace en relación con un problema; o, simplemente,
lo que hace en su vida como persona o como profesional. En este caso, la
entrevista es un retrato –con un poco de narración- de una persona puesta ante
el lector.
Dice el crítico G. Martín
Vivaldi: “En el mundo periodístico se suele llamar ‘entrevista’ a lo que, en
realidad, es pura y simple encuesta; es decir, una serie de preguntas y
respuestas, mejor o peor hilvanadas, sin matizar el diálogo, sin puntuación
plástica, sin ambiente...”
EPIGRAMA:
Los epigramas son esos
breves poemas que tienen, a veces, un giro satírico. Un crítico del
Renacimiento clasificó los epigramas en dulces, agrios, amargos y salados. En
nuestros días son más frecuentes los dulcemente amorosos y los tristes y
melancólicos.
En la historia de la
literatura se dice que desde la Revolución Francesa el término se aplica a
cualquier dicho punzante cargado de intención. “Es más personal y específico
que el proverbio, menos profundo de pensamiento….”
“¿Qué es un
epigrama? Se pregunta el inmortal
Coleridge. “Un conjunto enano. Su cuerpo,
la brevedad; y su alma, el ingenio”.
Ejemplo:
Si sabes lo que dices / eres un sabio; / si dices lo
que sabes / un tonto, Fabio, / y a creer me inclino / por lo que charlas, que
eres / tonto y pollino. (A. Urdaneta,
colombiano).
EPÍTETO:
Es un adjetivo con las
siguientes características:
Añade al sustantivo sólo
cualidades propias, por ejemplo: mansas ovejas; blanca nieve. No agrega nada
conceptual a la expresión.
Casi siempre funciona con
intención expresiva.
Debe anteponerse al
sustantivo, pues su oficio es dar idea de relieve, es decir, mayor realce y
energía a la expresión, por eso su papel es más que todo ornamental Ejemplos:
“Aguda
espina dorada, ¡quién te pudiera sentir en el corazón clavada!.” (Antonio
Machado)
“Sobre el agudo ciprés, brillaba la luna llena.” (Antonio
Machado)
“Por ti la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio
y colorada rosa, y dulce primavera deseaba.” (Garcilaso de
la Vega)
EQUÍVOCO:
Figura literaria que consiste
en utilizar en una misma oración (o estrofa)
palabras homónimas (v.) de manera que
se pueda jugar con el significado. En el período barroco fue muy empleada por los escritores. En el
siguiente ejemplo se usa la palabra ‘cardenales’ que posee dos significados
distintos: 1) dignidad eclesiástica; 2) manchas provocadas en la piel por los
golpes; éste es el ejemplo tomado del escritor Quevedo y Villegas:
“...salió (mi padre) de
la cárcel con tanta honra, que le acompañaron doscientos cardenales, sino que a ninguno (a ningún cardenal) llamaban señoría...”
El mismo Quevedo juró
decirle coja a la reina (que padecía una leve cojera) delante de toda la corte.
En efecto, tomó un ramo de rosas y dijo a la reina: “entre este ramo de rosas
su majestad ‘escoja’ (es-coja). (v.
anfibología)
ERGUIR: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso
común al hablar y escribir)
ERRADA ACENTUACIÓN:
Es uno de los vicios de
dicción (v. dicción). Consiste este
error en cambiar el acento a las palabras. Muchas personas de alto nivel
cultural también incurren en este vicio de dicción, ejemplos: se ‘infria’ la
sopa, por: se enfría; ese ‘méndigo’ por: mendigo; él es un ‘ávaro’ por: avaro;
‘máiz’ por: maíz; ‘correte’ por: córrete; ‘hóstil’ por: hostil; ‘síncero’ por:
sincero; ‘régimenes’ por: regímenes.(v.t.:
doble acentuación).
ESCRITURA:
Fija las palabras orales
por medio de signos gráficos o grafías o grafemas llamados también letras. En
su desarrollo, la escritura siguió estas fases:
Escritura ideográfica o iconográfica: representaba las ideas
por medio de figuras o imágenes (icono-imagen).
Escritura simbólica: utilizó símbolos para las
representaciones abstractas; eran figuras de
cosas o animales que poseían los
atributos o cualidades inmateriales, por ejemplo, para representar la
vigilancia, dibujaban un gallo.
Escritura fonográfica: empezó con la escritura
silábica; eran signos que representaban sílabas; le siguió la escritura
fonética con signos que representaban los sonidos aislados, convirtiéndose
luego en la escritura alfabética que usamos ahora
La escritura de los antiguos
egipcios fue iconográfica, simbólica y fonética; presentó tres tipos:
jeroglífica, hierática y demótica. El sabio francés Champollion descifró la
escritura egipcia:
Los fenicios introdujeron
en Europa la escritura alfabética.
Los asirios, persas y medas
emplearon una escritura llamada cuneiforme
(en forma de cuña).
Los antiguos indios del
Perú emplearon los quipos, cuerdas
anudadas y de colores para fijar la palabra oral.
La escritura bustrofedón (de: bu, buey; strofen, dar
vueltas) se hacía primero de izquierda a derecha y seguidamente de derecha a
izquierda, a semejanza de los surcos que trazan los bueyes al arar.
La escritura presenta
actualmente varios tipos de estilos: cursiva, manuscrita, redondilla, gótica,
itálica, negrilla, etc.
ESDRÚJULAS
Son las palabras cuyo
acento recae en la antepenúltima sílaba; también se les llama proparoxítonas, y
a todas se les marca tilde: cántaro, médico, cáscara.
ESPAÑOL: (v.
lengua española) (v. t.: castellano)
ESTAR: (v.
Oración, oraciones de pasiva, y oraciones
de verbo copulativo)
ESTILÍSTICA:
Es la ciencia o la teoría
de los estilos. Hoy, la estilística ha adquirido gran importancia porque
relaciona la acepción del lenguaje con la psicología. La estilística analiza y
valora los elementos que en el lenguaje ayudan a expresar el pensamiento, ya
que los estados de ánimo sugieren diversas fórmulas expresivas. Por eso se dice
que el estilo es el talento para manejar el lenguaje en la forma que más pueda
impresionar: el lenguaje artístico.
A partir del análisis
lingüístico realizado a un texto, se puede dar un paso más y señalar una serie
de fenómenos expresivos para los que la lengua dispone de determinados
procedimientos; lo que quiere decir que se pasa al comentario de texto y se
entra así en el campo de la estilística. No se puede trazar una línea divisoria fija entre el análisis
lingüístico y el estilístico, puesto que el segundo tiene como soporte los
datos dados por el primero.
La estilística tiene su
campo de aplicación en la literatura; en cambio, la lingüística es ciencia por
sí misma y no auxiliar de ninguna otra.
ESTILO:
La palabra ‘estilo’ viene
del latín stilus que era un
instrumento usado para escribir en tablillas enceradas. Este estilete o estilo
consistía en un pedazo de metal o hueso, uno de cuyos extremos era una aguda
punta para trazar las letras; en el otro extremo había un tope o superficie
plana para extender la cera y borrar lo escrito. El que usaba ese instrumento
con firmeza y de un modo incisivo para
hacer una impresión clara y con relieve, era elogiado. El que hacía lo
contrario era denigrado.
En tiempos de Platón los
críticos consideraban el estilo como la cualidad que tiene una expresión
determinada, y de la cual otra puede carecer. Según ellos había obras que
tenían estilo y otras que no lo poseían.
En la época de
Aristóteles, los críticos consideraban el estilo como una cualidad propia a
toda expresión. De acuerdo con esta apreciación, había estilo superior o
inferior, estilo fuerte o débil, estilo bueno o malo, etc.
Séneca afirmó: “el estilo es el rostro del alma; tal es el
estilo en los hombres como en su vida.”
Conceptos más recientes
se refieren al estilo como un término de crítica literaria empleado para
nombrar o describir la cualidad de una expresión.
El crítico contemporáneo
(peruano) Luis Alberto Sánchez afirma que no es escritor todo el que escribe;
ni siquiera el que escribe correctamente. “Es escritor el que realiza la
belleza por medio del lenguaje escrito, y para ello necesita tener su propio
modo de ver el mundo, es decir, su estilo.”
Para tener buen estilo
son necesarios: buen gusto, cultura humanística y sensibilidad..
Clasificación del estilo:
Los estilistas modernos,
entre ellos el ensayista Luis Alberto Sánchez, opinan que frente a una
producción literaria según el ‘qué’ ‘para qué’ y ‘cómo’ se escribió, se puede
hacer la siguiente clasificación del
estilo:
Estilo amplio: Es el que realiza períodos amplios y largos
en la expresión de la idea.. En este estilo no abundan los puntos. Es lento,
solemne y poco usado hoy a causa de la velocidad de nuestros días, ejemplo:
“El río Bogotá, después
de haber recorrido con paso lento y perezoso la espaciosa llanura de su nombre,
vuelve de repente su curso hacia Occidente y comienza a atravesar por entre el
cordón de montañas que están al Suroeste
de Santafé.” (Francisco José de Caldas).
Estilo cortado: Se caracteriza por la frecuencia del punto y
seguido y por la frecuencia de verbos
que dan un ritmo acelerado a la expresión, a veces signo de nerviosidad y de
apresuramiento. Es un estilo propio de nuestro tiempo, ejemplo:
“Aquí estoy en una esquina cualquiera. No
importa. Vivo. Vengo de una noche lejana,
superada victoriosamente. No me siento cansado. Por el contrario, pleno,
rezumando vida por los poros. Como acabado de hacer. Huelo a dril nuevo. A pan
salido del horno. La tela de mi piel
templada, tersa.” (Alfonso Bonilla Naar)
Estilo directo: Escribir en estilo
directo es hacer que el autor desaparezca; no se le ve, no se nota en el texto.
Lo que se ve es lo que se quiere narrar, describir o fijar en la imaginación
del lector. Este procedimiento o estilo nos da la impresión de algo que está
sucediendo ante nuestra vista.
Pero el campo de
aplicación más amplio del estilo directo es aquel en que hay diálogo, o cuando
se reproduce lo que ha dicho alguien. En el estilo directo se hace hablar a los personajes, el escritor les cede
la palabra.
En este estilo no hay
conjunción que ligue la cita al verbo declarativo; se escriben dos puntos y se
entrecomilla la cita, ejemplo: Conviene hacer todos los trabajos –dijo el
profesor- porque la práctica complementa la teoría”.
Estilo florido: Se recarga de adjetivos que son las flores de las
literatura (de ahí su nombre), y también de figuras literarias. Es un poco barroco,
ejemplo:
“El mar, viejo barítono, ocultaba en su
verdeamarillo chaleco de fantasía la moneda de sol, jornal de un día de
trémolos guturales. Los buzos, esos esgrimistas
con cámara lenta, dejan a bordo su personalidad.” (Gilberto Owen)
Estilos humorístico y
jocoso: El estilo humorístico es muy diverso: en él se mezclan lo jocoso y lo
cómico con lo patético. Lo humorístico hace sonreír dolorosamente, en cambio lo
jocoso inspira una risa franca y desinteresada, no mezcla para nada el
sentimiento como lo hace el humorístico. En Colombia, el estilo humorístico no
ha sido muy cultivado, el poeta cartagenero Luis Carlos López lo empleó en
algunas de sus poesías, como la siguiente:
A un perro callejero
¡Ah, perro miserable,
que
aún vives del cajón de la bazofia
-como cualquier político- temiendo
las sorpresas del palo de la escoba!
¡Y provocando siempre
que hurtas en el cajón pleno de sobras,
-como cualquier político- la triste
protesta estomacal de ávidas moscas!
Para después ladrarle
por las noches, bien harto de carroña,
-como cualquier político- a la luna,
creyendo que es algún queso de bola...
¡Ah, perro miserable,
que humilde ocultas con temor la cola,
-como cualquier político del día-
y no te da un ataque de hidrofobia!
(Luis Carlos López)
El estilo jocoso busca
distraer, alegrar. En la literatura colombiana son modelo de estilo jocoso: La Muela cuyo autor es Mariano Ospina
Rodríguez; La perrilla y La serenata, dos páginas poéticas de José
Manuel Marroquín
Estilo indirecto: En éste, el escritor,
en nombre propio, informa al lector de lo que dicen los personajes. Es, pues,
el autor quien por sí mismo refiere o cuenta lo dicho por otros, ejemplo: El
profesor dijo que convenía hacer todos los trabajos porque la práctica
complementa la teoría.
Estilo lírico: Es muy subjetivo.
Ahonda en lo más profundo de cada ser y expresa los estados de alma del
escritor. La mayoría de las veces utiliza las figuras o imágenes literarias.
Son modelo de este estilo las obras: Platero y yo del español Juan Ramón
Jiménez, La luna nueva y El jardinero de Rabindranath Tagore
(hindú) En Colombia, un escritor lírico es Fernando Soto Aparicio.
Estilo patético: Es el estilo que conmueve. Se dirige a los
sentimientos. Casi todas las obras románticas están escritas en este estilo.
Estilo pintoresco: Es el estilo que
impresiona la imaginación; utiliza también las imágenes literarias. Hay que
mostrar con palabras lo que se quiere decir, y para conseguir esta viveza
descriptiva se utiliza lo que se ha llamado el ‘detalle descriptivo’, ejemplo
de estilo pintoresco con detalle descriptivo:
Cantó un gallo. Era el mismo de todos los días: u gallo arrogante, de
plumaje dorado, cuello erguido, grandes espolones y con una gran cresta roja.
Cualidades del buen
estilo:
Claridad: lo que se expresa debe estar al alcance de una
persona de cultura media. Claridad es pensamiento diáfano, conceptos bien
planeados, exposición limpia. Un estilo es claro cuando el pensamiento del que
escribe penetra sin esfuerzo en la mente del lector.
Concisión: consiste en emplear las palabras que sean
absolutamente precisas para expresar lo que queremos. Conciso no quiere decir
lacónico (v.laconismo) sino denso,
que es el estilo en que cada frase, cada palabra están plenas de sentido. De lo
contrario, hay vaguedad, imprecisión y retórica (sólo palabras).
Sencillez: quiere decir. Huir de lo
enrevesado, de lo artificioso, de lo complicado para que lo que se escribe no
sea calificado de barroco (v.).
Naturalidad: No escribir de modo conceptuoso, sino
explicar, expresar, decir “naturalmente lo natural” como pide el crítico Martín
Vivaldi.
El escritor sencillo se
expresa con naturalidad; es decir, las palabras y las frases son las “propias”,
las adecuadas, las que el tema exige; por lo tanto, huye del rebuscamiento. Lo
natural es lo contrario de lo artificioso, de lo ampuloso (v. ampulosidad).
La naturalidad no va
contra la elegancia; al contrario, la requiere como soporte. Víctor Hugo dijo:
“Guerra a la retórica y paz a la sintaxis”.
Unidad: la del párrafo –y la de
todo escrito o composición- consiste en que sus partes estén tan estrechamente ligadas
entre sí, que todas se refieran al pensamiento dominante.
Variedad: en las palabras, en las frases; cuando ellas se
enlazan felizmente, emerge la armonía que es elemento de belleza. Pero, esas
palabras y esas frases deben estar iluminadas por lo que hay que decir; no
abusar de ellas para hacer falsa literatura, fastidiosas introducciones,
melindrosos juegos verbales sin ingenio.
La originalidad del estilo radica, de modo casi exclusivo, en
la sinceridad. “Todos somos originales cuando somos nosotros mismos”, ha dicho
un estudioso del estilo.
Empezar por ser sinceros es ya ser originales. Huir de las expresiones
banales, de las frases hechas, de los tópicos consagrados por el uso es el
mejor camino para conseguir un estilo original.
“El sello del verdadero
escritor –dice el tratadista Albalat- es la palabra propia; y son palabras
propias las que no pueden ser remplazadas por otras. Un estilo es poco original
cuando abunda en frases que pueden ser remplazadas por otras más exactas, por
la expresión más justa.”
Y agrega el crítico
Middleton Murry: “El estilo es perfecto cuando la comunicación del pensamiento
o la emoción se alcanza exactamente.”
El gran enemigo que es la
retórica amenaza en las palabras que sólo se usan por lo deslumbrantes, por la
sonoridad. Cuando se sacrifica parte de la precisión para atender a la
musicalidad, el estilo entra en decadencia.
Al escribir, procurar
trazar personales caminos; evitar las formas creadas por otros. La lectura de
los clásicos y de los grandes escritores no tiene por objeto el imitarlos, sino
aprender de ellos lo bueno y aplicable. Hay que darles a los escritos un sello
que refleje la personalidad. Un estilo personal quiere decir un modo de
expresarse singularmente. Las normas para escribir son flexibles y dejan un
amplio margen a la expresión personal e íntima.
Normas estilísticas según Azorín:
Poner una cosa después de
otra y no mirar a los lados, es decir, huir de los incisos (v.) porque la atención del lector se
cansa.
No entretenerse, es
decir, no amplificar. La prolijidad cabe en la oratoria pero no en la
escritura.
Si un sustantivo necesita
de un adjetivo, no lo carguemos con dos. El emparejamiento de adjetivos indica
esterilidad del pensamiento, y mucho más la acumulación de ellos.
El mayor enemigo del estilo
es la lentitud. Leemos a un escritor lento y nos desesperamos [...]. Fluidez y
rapidez son las condiciones esenciales del estilo, por encima de las que
preceptúan las aulas y las academias: pureza y propiedad.
ESTROFA:
Es frecuente confundir el
‘verso’ con la ‘estrofa’. El verso es la reunión de palabras sometidas a medida
y cadencia (v. t.: ritmo, métrica) y
constituyen la unidad métrica de versificación; más sencillamente: el verso es
un renglón. La estrofa es una serie de versos que forman cualquiera de las
partes o divisiones de una composición poética.
&, “ET” (v. Alfabeto. Nuestro alfabeto. Los dígrafos.
La letra Ñ. & “et”. i griega, y latina)
ÉTIMO:
Quiere decir ‘significado
verdadero’; es un vocablo procedente del latín, y éste, a su vez, del
griego. Con la palabra ‘étimo’ se
designa la raíz o el vocablo del cual procede otro; (v. t.: heterónimos)
ETIMOLOGÍA:
Da cuenta del origen de
las palabras, de la razón de su existencia, de su significación y de su forma.
Literalmente, etimología significa conocimiento de la verdad.
El eminente gramático
Sebastián de Covarrubias dijo en su tiempo que era importante saber la
etimología de cada vocablo, porque en ella estaba encerrado “el ser de las
cosas”, sus cualidades, su uso, su materia, su forma y de alguna de ellas había de tomar nombre.
El lingüista Ferdinand de
Saussure explica que “la etimología remonta el pasado de las palabras hasta dar
con algo que las explica.”
La etimología es, ante
todo, la explicación de las palabras por la investigación de sus relaciones con
otras; en lingüística, explicar una palabra es remitirla a otra.
Hoy, la etimología se
basa, en primer término, en la fonética, en la observación psicológica, en la
distribución geográfica, en la ascendencia de las palabras, en la historia y en
los textos.
ETOPEYA:
Dentro de las figuras
literarias o recursos estilísticos está la ‘etopeya’ como parte de las figuras
relacionadas con la descripción; esta figura o imagen literaria consiste en la
descripción del espíritu, del carácter de una persona. v. t.: descripción). Ejemplo de etopeya:
El varón que tiene
corazón de lis,/ alma de querube,/ lengua celestial,/ el mínimo y dulce
Francisco de Asís,/ está con un rudo y torvo animal. (Rubén Darío)
EUFEMISMO:
Es una manera de decir
con suavidad o decoro ideas cuya recta y franca expresión sería dura,
malsonante o indecente. Según el estudioso Carnot, el eufemismo puede
producirse por:
Deseo de adaptarse a una
circunstancia en la cual la palabra propia resultaría demasiado plebeya o trivial,
ejemplo: ‘cabello’ en lugar de pelo; ‘baño’ en lugar de sanitario, etc.
Ennoblecimiento de la
propia personalidad; así, a un músico se le llama ‘profesor’ o ‘maestro’; a una
empleada del servicio se le dice ‘trabajadora’, etc.
Respeto cortés hacia la persona
a quien se habla; así, en lugar de preguntar al señor por su mujer debe decirse
su ‘esposa’.
Necesidad de atenuar una
evocación penosa; ejemplo: en lugar de decir: ciegos se les llama ‘invidentes’
o ‘limitados visuales’; a los niños retrasados se les llama ‘niños diferentes’;
a los pobres se les dice ‘económicamente débiles’.
El tabú social,
religioso, moral; ello lleva a llamar al borracho ‘embriagado’; a designar como
‘amiga’ a la amante; ‘trabajadoras sexuales’ a quienes practican el ‘oficio más
viejo del mundo’
EVOLUCIÓN DE LA LENGUA
ESPAÑOLA: (v. idioma español)
EXCLAMACIÓN:
Los signos de exclamación
son dobles (¡!), se escriben al comienzo y al final de la oración. Algunas
veces no pueden ir al principio de la oración, sino en el sitio donde empieza
la exclamación. El académico colombiano recomendó como nombre más apropiado
‘signos de exclamación’ y no ‘signos de admiración’, puesto que no sólo se
exclama por admiración sino también por dolor, angustia, odio, desprecio, amor,
nostalgia, etc., ejemplos: ¡Qué calor!
¡Cómo duele! ¡Si pudiera
verte! ¡Qué amable eres! En esta era del
ruido, ¡qué descanso espiritual es escuchar una sinfonía!
EXÉGESIS:
Explicación o
interpretación de un texto. También puede pronunciarse como palabra grave: exegesis,
sin tilde. Quien realiza esta clase de trabajo recibe el nombre de exégeta o
exegeta. La Real Academia registra el vocablo como esdrújulo y como grave o
llano.
EXPRESIONES COMPUESTAS:
Se escriben separadas:
A menudo, de veras,
a propósito, en donde, ante todo,
en fin, de prisa, de repente,
sin embargo, tal vez, de pronto,
ex profeso
Se escriben juntas:
Acerca, avemaría,
adelante, dondequiera, además,
mapamundi, anteayer, vicealmirante, anteanoche,
sordomudo, antemano, afuera,
Avemaría, Padrenuestro.
EXPRESIONES CORRECTAS:
A diestro y
siniestro. A campo traviesa. A la fuerza; por la fuerza; Al menos. A menos que. A pie (o: pies) juntillas. A ojos vistas. A pie enjuto. A posta.
A prisa; de prisa. A
regañadientes. A tiempo; a su tiempo. Andando el tiempo. A tontas y a locas. A través; de través; al
través. A lo último. A voz en cuello. A decir verdad; en verdad. A voz en cuello. A media voz.
A la zaga; en zaga. A
obscuras. Con base en. Con la mayor brevedad posible. Caer en la cuenta. Con respecto a. Con respecto de. Respecto a. Respecto de. Cada vez que. Por lo tanto. Por tanto.
Tanto menos que. Por último. Según y
conforme. Mientras tanto. De acuerdo con. De cuando en cuando. De vez en vez. De pie; de pies; en pie. De puntillas. De pronto; por de pronto. De tiempo en tiempo. En realidad. En realidad de verdad. En caso de que. Hoy por hoy. Uno tras otro. Vaso de agua. Vaso de leche. Mientras más. Por lo menos. Nada menos que. Nunca jamás. Uno a uno.
Uno por uno. De uno en uno
EXPRESIVIDAD:
Este término se encuentra
en lo relacionado con la estilística, y se entiende como sinónimo de
afectividad. La expresividad de una palabra –según el estudioso J. Zima- puede
ser inherente, cuando la posee sin necesidad de contexto que le dé la
significación, ejemplos: amorcito; precioso, libraco, mi tesorito, etc.; o
adherente cuando dicha expresividad la recibe en el contexto, ejemplo: Don
Quijote montaba un ‘pobre y flaco caballo’
EXTRANJERISMOS:
Son palabras de otros
idiomas que se han incorporado al español. La Real Academia ha admitido muchos
extranjerismos, pero otros siguen sin ser admitidos porque son innecesarios.
Algunos de los muchos ya
aceptados: maquillar, maquillaje, garaje, iceberg, coctel, suéter, hangar,
hindú, guiñol, aplique, reportaje, supervisión, y muchos más.
F
F:
Séptima letra del
abecedario español y quinta de sus consonantes. Su nombre es ‘efe’
FÁBULA:
La palabra fábula viene
del latín ‘fari’ que significa hablar. De ‘fari’ procedió ‘fablare’ que originó
‘fablar’, y finalmente por el cambio de F por H: hablar.
La fábula es un pequeño
relato, casi siempre en verso, cuyos personajes (animales, plantas o cosas
inanimadas) simbolizan los vicios y virtudes de los hombres. La lección que se
extrae del argumento de la fábula se denomina moraleja.
La fábula tuvo su origen
en Oriente: India, Persia, Arabia; pero el griego Esopo y el latino Fedro
fueron quienes la hicieron más popular en Occidente.
La historia de la fábula
puede dividirse en cuatro edades: la antigua
(India y Grecia), la media (Roma y
Occidente), la moderna (entre 1600 y
1800), y la contemporánea (los siglos
siguientes). La Edad de Oro de la fábula es la comprendida entre los siglos
XVII y XVIII.
En la primera edad, la
intención moral es lo único que importa. Es la edad de las fábulas orientales
entre las que se cuenta la famosa colección Calila
e Dimna.
La segunda edad
corresponde a la romanización de Europa y al período medieval.. El autor más
importante en esta edad es Fedro, en Roma.
En la Edad de oro (edad
moderna), La Fontaine (francés) eleva la fábula a su genuina categoría poética.
En España se destacan Félix María Samaniego y Tomás de Iriarte. Todos ellos
siguen aprovechado la temática antigua, pero perfeccionan la expresión,
racionalizan los temas, imprimen al género fábula una gracia atractiva muy
alejada ya de la filosofía.
A partir del siglo XIX,
con el Romanticismo, la fábula quedó desterrada de la literatura europea, se le
juzgó anticuada; además, muy infantil para espíritus tan complejos como los
románticos; y desde 1650 es la lectura “graciosa” dedicada a los niños que
empiezan a leer.
FAMILIA LÉXICA:
En gramática, una familia
léxica es el conjunto de palabras que contienen el mismo lexema o raíz,
ejemplos:
RED .CAMP-o AM-ar
en-RED-o
CAMP-ero
AM-able
en-RED-ar
CAMP-esino
AM-igo
des-en RED-ado
CAMP-estre
AM-or-o
en-RED-
a-CAMP-ar
AM_ado
FAMILIAS DE LENGUAS
INDÍGENAS EN COLOMBIA:
Chibcha: Se hablaba especialmente
en la sabana de Bacatá (hoy Bogotá). El chibcha también se llamaba ‘muisca’ o
‘mosca’.
Guahíbo: Se hablaba en
especial en la región del Orinoco.
Puinave: Localizada en la región del Guaviare.
Sáliba: Se encontraba esparcida en la parte superior
del río Meta.
Tukano: Localizada en el curso superior de los ríos
Caquetá, Putumayo y Napo.También en
los ríos Vaupés y Apoporis.
Witoto: Esta familia de lengua indígena también se
conoció con el nombre de ‘huitoto’. Se hablaba en las regiones entre los ríos
Yarí y Apoporis, en la margen derecha del Napo y en el Salto del Aracuara.
(Historia Extensa de Colombia. Vol. 1, Tomos 1 y 3)
FIGURAS DE CONSTRUCCIÓN:
.Son cinco: hipérbaton,
elipsis, pleonasmo, silepsis, y traslación.
(v. cada una de ellas en el lugar alfabético correspondiente).
FIGURAS DE DICCIÓN: (v.
figuras literarias)
FIGURAS LITERARIAS:
Son llamadas también figuras retóricas, recursos literarios,
imágenes literarias, recursos estilísticos.
En el estudio del estilo
es indispensable el conocimiento de algunas figuras literarias muy empleadas
por los autores, especialmente por los que cultivan el estilo lírico.
Cuando en literatura las
ideas no se dicen claramente sino que se usan expresiones simbólicas, el estilo
se hace más elegante. Estas expresiones que contribuyen a hacer el lenguaje más
claro y más elegante, sobre todo cuando se trata de expresar ideas abstractas,
se llaman ‘figuras literarias.
Se dividen en las
siguientes clases:
Figuras de dicción. Las
principales son: asíndeton, polisíndeton, epíteto, anáfora, concatenación,
hipérbaton. (v. cada una en su lugar
alfabético)
LOS TROPOS.
Tropo es una voz griega que
significa dar vueltas a un objeto. Designa la traslación (dar vuelta) del
sentido de las palabras o de la oración. Por ejemplo: la palabra NIEVE es agua
congelada, en sentido natural; pero, al trasladar su significado puede designar
frialdad de carácter, blancura de la tez, etc.
Con los ‘tropos’ se
consigue sugerir dos ideas con una misma frase, hacer más claras las
expresiones, lograr más energía en el estilo, alcanzar una concisión admirable,
enriquecer el lenguaje multiplicando las palabras y dándoles nuevas
significaciones, dar un aspecto de novedad a las ideas comunes y al mismo tiempo, belleza y gracia.
Entre los tropos la
figura más conocida es la METÁFORA. Consiste en designar una cosa con el nombre
de otra que tenga con ella alguna semejanza. No se nombra, pues, directamente
el objeto sino que se hace por medio de dicha figura literaria, ejemplo:
“La cabeza, oro fino, y
nieve el rostro;
astros los ojos; de ébano
las cejas
de donde amor tendía arco
certero.” (Francisco Petrarca)
Las otras dos figuras
tropológicas son la sinécdoque y la metonimia.
Si la metáfora es un
tropo por semejanza, la SINÉCDOQUE es un tropo por conexión. Consiste en
expresar una cosa designando un objeto inmediato. La estilística estudia hasta
ocho clases de sinécdoque; algunas de ellas son: de la parte por el todo, como cuando decimos: compró mil cabezas de
ganado, en lugar de: mil reses. En la plaza había mil almas, en lugar de: mil
personas.
De la especie por el género, por ejemplo: El hombre
es mortal; ése no sabe ganarse el pan. En estos ejemplos, hombre comprende
también a la mujer; pan comprende a toda clase de alimento.
De lo abstracto por lo concreto, ejemplos: la juventud; la
nobleza; la ancianidad, en lugar de: los jóvenes, los nobles, los ancianos.
La METONIMIA es un tropo por correlación o por
correspondencia. En esta figura, no se designa el objeto a que queremos referirnos,
sino otro que guarda relación con él. También la estilística estudia ocho
clases de metonimia; algunas son:
Del instrumento por la causa, ejemplos: es el mejor
violín de la orquesta; era la mejor pluma del periódico; por: el violinista; el
escritor.
Del efecto por la causa, ejemplos: ella es mi
alegría; ese señor es el tormento de la sociedad; en lugar de: es la causa de
mi alegría; es la causa del tormento de la sociedad.
Del continente por el contenido, ejemplos: bebió un vaso
de agua; sirvió un vaso de vino.
Del signo por la cosa significada; ejemplos: el laurel
indica la victoria; el olivo es símbolo de la paz; la espada es símbolo de la
guerra; el cetro y el trono simbolizan la monarquía.
De lo físico por lo moral; ejemplos: perdió la
cabeza (se enloqueció); no tiene corazón (no tiene sentimientos); es un hombre
sin entrañas (sin compasión).
Figuras oblicuas o
intencionales: expresan el sentimiento de una manera indirecta. Las más
frecuentes son: alegoría, personificación o prosopopeya, hipérbole, ironía,
reticencia. (v. estas figuras y las siguientes en su lugar alfabético)
Figuras de pensamiento:
ayudan a dar una mayor claridad y expresividad a las ideas. Se dividen en
lógicas, pintorescas y patéticas:
Las figuras pintorescas
están al servicio de la descripción, son: prosopografía, retrato, caricatura,
etopeya, topografía.
Las figuras lógicas.
Entre éstas las más frecuentes son: paradoja o antítesis, símil o comparación.
Las figuras patéticas:
reflejan las pasiones. Tienen por objeto conmover o dar expansión a los afectos
personales. Comunican fuego y unción al pensamiento. Algunas de ellas son:
deprecación, imprecación.
FILOLOGÍA: (v. lingüística)
FOLCLOR DE UN IDIOMA:
Es el estudio del idioma
referente a los proverbios (v), las
leyendas (v.), las adivinanzas, los
cuentos, refranes (v.), las
tradiciones, los modismos (v.), etc.
FONEMA:
Los fonemas son entidades
abstractas y clasificatorias pertenecientes a la lengua. Son la imagen que
tenemos de los sonidos. Los fonemas se
representan entre barras: /a/, /e/, /f/.
Los sonidos son la
realización de los fonemas. Son entidades concretas pertenecientes al habla. Se
representan entre corchetes: [a], [e], [f].
(v. t.: articulación de los fonemas del español)
FONÉTICA:
Es la ciencia que estudia
los sonidos de un idioma desde el punto de vista material. Cuando los sonidos
articulados del idioma se estudian en su aspecto intencional, se está dentro
del campo de la fonología.
Dicho de otro modo:
Fonética es una parte de la gramática que estudia el material sonoro de los
idiomas, es decir, los sonidos. Se divide en fonética concreta y fonética
abstracta
La fonética concreta se
refiere a los sonidos de las lenguas y a sus articulaciones, a la acentuación,
al tono y a la entonación. La fonética
abstracta es la llamada ‘fonología’ y estudia los fonemas o representación
abstracta de los sonidos. Los fonemas son fijos y limitados; al contrario de
los sonidos que son ilimitados.
La fonética se ocupa del
plano del significante (v.) y no del significado (v.)
La fonética abstracta se
llama también fonología, y es el estudio de los fonemas (v.). Ambas ciencias, la fonética y la fonología se complementan
para llegar al adecuado conocimiento de los sonidos constitutivos de una
lengua, pues son los que dan a ésta sus matices más característicos.
FONOLOGÍA: (v. fonética).
FORMANTES FACULTATIVOS: (v.
apreciativos)
FORMAS APOCOPADAS DEL
ADJETIVO:
(v. adjetivo)
FORMAS NO PERSONALES DE
VERBO:
Para que haya oración
gramatical es necesario un verbo en forma personal. Esta forma personal lleva
consigo la expresión de la persona gramatical que realiza la acción expresada
por el verbo.
Existen las llamadas
‘formas no personales de verbo’ que son: el infinitivo, el gerundio y el
participio. (v. cada uno de ellos en el lugar correspondiente al ordenamiento
alfabético).
FORMAS REGULADORAS DE LA
FRASE:
Según los más destacados
estudiosos de la sintaxis (v.), las
formas reguladoras de la frase son: el sujeto (v.), el verbo (v.) y los
complementos (v.).
FORMAS VERBALES SIMPLES Y
COMPUESTAS:
Las formas verbales
simples son las que contienen un lexema (v.)
que indica el sentido básico y un morfema
(v.) o desinencia o terminación, unidos El lexema y el morfema constituyen
el monema (v.). Ejemplos:
Los componentes del
monema o vocablo CANTO son: CANT, es el
lexema y O es el morfema o terminación o desinencia.
Los componentes del
monema LLEGASTEIS son: LLEG, es el lexema y ASTEIS es el morfema o terminación
o desinencia. (Sin tilde porque la palabra ‘llegasteis’ es llana o grave).
Los componentes del
monema AMARÉ son: AM, es el lexema y ARË es el morfema o terminación.
Las formas verbales
compuestas son las que llevan el verbo auxiliar ‘haber’ seguido del verbo que
se conjuga, pero en participio, ejemplos: hemos venido, hubo escrito, hubieron
cantado, habrán llegado, habían leído.
FORZAR: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso
común en el hablar y escribir)
FRASE:
Modernamente se prefiere,
desde el punto de vista etimológico, esta palabra a la de ‘oración’ o
‘proposición’.
Viene del griego
‘phrasoo’ que es ‘hablar’. La frase es la unidad expresiva de la redacción. Es
la función íntegra de la palabra, del pensamiento y de la afectividad. También
puede definirse como la menor unidad del habla con sentido completo.
‘Frase’ es un término que
alterna, con significación equivalente, con el de ‘oración’.
Andrés Bello llama frase
sustantiva a la reunión de un sustantivo con sus modificadores que lo explican
o lo especifican, ejemplo: la última tierra de los abuelos; frases adjetivas
como: cubierta de bellas y olorosas flores; frases verbales ejemplo: corría
presuroso por la pradera; y frases adverbiales, como: lejos de toda compañía.
FRASE ABSOLUTA:
Expresa un juicio (idea)
completo, y gramaticalmente equivale a una frase autónoma.. Tiene lugar con las
formas de participio y de gerundio.
Con el participio (v.) es pasiva la frase si el participio
va seguida del sujeto, ejemplos: terminado el congreso, se leyeron las
conclusiones. Oído el testigo, se dictó
sentencia.
El gerundio (v..) en los modos absolutos equivale a
una frase de relativo explicativo o a una frase circunstancial de tiempo,
causa, finalidad, condición y modo que modifica al verbo dominante. El gerundio
absoluto encierra los elementos de una frase completa. El sujeto del gerundio
absoluto va siempre detrás de él, ejemplos: estando yo presente; llegando
tú primero.
FRASE ADJETIVO:
Se compone de un
sustantivo que rige a otro con preposición intermedia, la cual puede
sustituirse por un adjetivo calificativo, ejemplos:
Casa de campo (casa
campestre) hombre de
guerra (hombre guerrero)
Cariño de madre (cariño
maternal) joven de talento
(joven talentoso)
FRASES ADVERBIALES: (v.
adverbio).
FRASES CORRECTAS: (v.
expresiones correctas)
FRASES HECHAS:
La metáfora (v. figuras literarias), como el dinero,
se desgasta con el uso y llega un momento en que ya no es elegancia del
lenguaje, ya no se necesita. La metáfora muy usada, muy repetida se convierte
en ‘lugar común’, en ‘frase hecha’.
Alguna vez, hace años,
fueron acertadas y brillantes estas expresiones: labios de rubí; talle de
palmera; dientes de perla; la nave del Estado; arrancó aplausos; reina la
calma; le abre el corazón a su amigo; lágrimas amargas; la cólera implacable;
se recibió en el seno de la Academia; medios políticos; medios económicos;
sumido en un mar de confusiones, o de dolor, o de lágrimas; la tiranía de las
pasiones; magistral exposición; sumido en las tinieblas de la ignorancia, etc.
Hoy, por repetidas y
excesivamente usadas, pasaron a ser ‘frases hechas’ (lo que el pueblo llama
‘frases muy trilladas’), ‘lugares comunes’. Al escribir y al hablar, deben
evitarse dichas frases por inútiles e inelegantes; la creatividad ha de
encontrar otras formas.
FRASES INCIDENTALES:
También llamadas incisos.
Son todas las expresiones modificativas que se introducen o intercalan en una
oración Deben escribirse entre comas o entre guiones; hasta el siglo pasado se
usaba escribirlas entre paréntesis; por tal razón recibían el nombre de ‘parentéticas.
No se debe abusar de los
incisos, y cuando son muy necesarios, es conveniente evitar que sean largos; ya
que no se debe romper la unidad de la oración; por tanto en inciso o
modificativo debe escribirse donde menos estorbe la claridad del pensamiento
para que éste fluya sin interrupciones; ejemplo: Jorge, cuando se dio cuenta del peligro, frenó inmediatamente.
En la anterior expresión,
es mejor escribir el inciso o frase incidental al principio, en beneficio de la
elegancia, la armonía y la claridad del estilo; veamos el cambio: Cuando se dio cuenta del peligro, Jorge
frenó inmediatamente.
FRASES PROVERBIALES:
Dice el gramático F.
Marcos Marín que no deben confundirse con los refranes. Ese grupo de palabras
llamado frase proverbial tiene que expresar algo ejemplificador (por eso se le
llama ‘proverbial’), lo que suele ocurrir por la relación de la frase con un
acontecimiento histórico importante, o que la historia ha hecho famoso.
(Historia quiere decir aquí: conciencia de colectividad).
La frase proverbial es
una entidad léxica autónoma que no se sometería a servir de elemento sintáctico
en el esquema de la oración. Es siempre algo que se dijo o se escribió, y su
uso en la lengua tiene el carácter de una cita, de una recordación, de algo que
se trae a cuento ante una situación que de algún modo se asemeja a la que dio
origen al dicho.
Su valor expresivo no
está en las imágenes que pueda contener, sino en el paralelismo que se
establece entre el momento actual y otro ya pasado, pero que se evoca con
determinadas palabras. Algunos ejemplos:
No se ganó Zamora en una hora; al buen callar llaman Sancho; contigo pan
y cebolla.
La moral de las frases
proverbiales o proverbios y de los refranes (v.) no es la gran moral de las grandes virtudes, de la abnegación,
o de las acciones heroicas y sublimes. Salidos del pueblo y para el pueblo,
deben entenderse como unas normas de conducta moderada y de prudente consejo,
útiles para la vida corriente. Su fundamento es el sentido común, ponen al
descubierto los vicios incurables y los eternos defectos de la humanidad.
(Esteban Bagué)
FREGAR: (v.Verbo, otros verbos irregulares de uso
común al hablar y escribir)
FUERA:
Adverbio que significa
‘en la parte exterior’ o ‘a la parte exterior’. Puede ir precedido de las
preposiciones de, desde, hacia, para, por,
ejemplos: viene de fuera; habló desde fuera; miró hacia fuera; el nombre quedó
por fuera. (v. afuera).
FUNCIONES DEL LENGUAJE:
Para la adecuada
funcionalidad del idioma y para una clara y correcta comunicación, es necesario
conocer las diferentes funciones del lenguaje. Ellas son:
1.Función referencial:
También se le conoce con
los nombres de ‘denotativa’ y ‘cognoscitiva’. Es aplicable en el campo de la
ciencia. En esta función sólo importa la idea. Acentúa las relaciones entre el
mensaje y el referente. Cuando decimos: el libro está abierto, el mensaje nos
remite de inmediato al referente que es ‘libro’. Esta función se hace cargo del
contexto al que alude el mensaje.
2.Función emotiva:
Llamada también función
‘expresiva’. Con ella interpretamos la realidad tal como la sentimos y
apreciamos, según nuestra personal manera de analizar. Si la función
referencial es objetiva, la función emotiva es subjetiva y define las
relaciones entre el mensaje y el emisor, es decir, entre lo que se dice y quien
lo dice. En esta función tienen cabida las interjecciones, la primera persona
gramatical, el tono de la voz, la actitud emocional.
3.Función estética:
En ésta, el valor del
mensaje reside en la obra misma, es decir, en el cuadro del pintor, en la
página musical del compositor, en la novela o el cuento o la poesía del
escritor, etc.
El mensaje y el referente
se identifican. El mensaje lleva en sí mismo su propia significación. La
función estética se caracteriza por la relación del mensaje consigo mismo;
organización del lenguaje cuyo producto es el estilo; es el arte de la palabra.
El lingüista R. Jacobson, en la jerarquización que da de las funciones, la
llama ‘función poética o lúdica’ porque se centra en el mensaje y hace de él
algo recreativo.
4.Función conminativa:
En ésta, el mensaje
pretende hacer actuar de alguna manera al receptor (el que recibe el mensaje).
Esta función acentúa las relaciones entre el mensaje y el receptor. Es función
importante para la efectividad de los mensajes de quienes tienen que ocuparse
de la dirección de grupos. En esta función tienen cabida la súplica, el ruego,
las órdenes, las frases que convencen para producir cambios. Su expresión más
pura es el vocativo, también la forma imperativa. Se le conoce con el nombre de
función ‘conativa’.
Los mensajes que tienen
como fin producir cambios en la manera de pensar y actuar de las personas deben
ser objetivos, lógicos y claros. En los códigos sociales se cumple bien esta
función, especialmente en la publicidad. Se le conoce también con el nombre de
función ‘conativa’ y función ‘apelativa’.
5.Función fática:
Establece, mantiene y da
fin a la comunicación entre el emisor y el receptor; posee recursos para
verificar si el canal funciona y si se establece la comunicación. La función
fática se utiliza para retener la atención. Los códigos sociales ayudan a esta
función, sobre todo los gestos, porque regulan la conversación
Esta función comprende
los signos que sirven esencialmente para establecer, prolongar o interrumpir la
comunicación, para llamar la atención del interlocutor, ejemplos: ¿me
entiendes?; sí, sí; ajá; como no; por
supuesto; muy bien, etc.
La función fática es la
acentuación del contacto; da lugar a largos diálogos.
6.Función metalingüística:
Es el código lingüístico
y el uso que se hace de él. Tiene por objeto definir el sentido de los signos,
los cuales pueden no ser entendidos porque tienen un significado especial en un
campo determinado. Es, entonces, cuando se pregunta por los significados,
cuando se usan los sinónimos, ejemplos:
Semiótica en lingüística es el estudio de los signos de la
comunicación. En medicina es el estudio de los signos de la enfermedad.
Código en lingüística es el lenguaje convencional para la
comunicación. En derecho es el conjunto de leyes.
Granada es el nombre de una fruta; pero, también indica un
arma mortífera.
Al definir estos conceptos, estamos
cumpliendo la función metalingüística. Ella es propia de los textos que se
refieren al lenguaje y a los procesos de enseñanza-aprendizaje.
FUTURO HIPOTÉTICO:
Llamado así porque es un
futuro que expresa el hecho como contingente (que puede suceder o no). Este
tiempo futuro del verbo está en decadencia en el lenguaje actual.
Hoy no se dice: si fuere necesario, se hará; se dice:
si es necesario, se hará; o
también se usa: si fuera necesario,
se hará.
En vez de: si viniere, díganle que pase; hoy se dice y
se escribe: si viene, díganle que
pase; o también: si viniera, díganle
que pase.
Este tiempo verbal sólo
se usa en los escritos literarios y en el estilo burocrático (leyes, decretos,
convocatorias, etc.)
G
G:
Octava letra del
abecedario español, y sexta de sus consonantes. Su nombre es ‘ge’
Cuando el sonido de la
‘ge’ precede a una /e/ o a una /i/, se transcribe interponiendo una /u/ que no
se pronuncia, ejemplos: guerra, guitarra. En los casos en que la /u/ se
pronuncia en alguna de estas combinaciones, debe llevar diéresis, como en
vergüenza; argüir, agüita.
GALICADO, que: (v. que
galicado)
GALICISMOS:
Vocablos o giros del
francés empleados en otro idioma.
En español, son muchas
las palabras francesas que la Real Academia ha aceptado, a las cuales les ha
dado la grafía española y con ella ingresaron en el Diccionario de la Real
Academia Española (DRAE). Algunas de esas voces francesas aceptadas son:
avalancha, ficha, hotel, billar, broche, bufete, blusa, jardín, vergel, paje,
parque, silueta, obertura, miniatura, sargento, manjar, jaula, gañán, trinchar,
arribista, consomé, carrusel, hangar, garaje, maquillar, maquillaje, señalizar,
señalización, telefonazo, lupa, guiñol, aplique, reportaje, entrenar,
marioneta, furgoneta, cuplé, etc.
GÉNERO:
Es un accidente
gramatical sufrido por el sustantivo y el adjetivo.
Hay algunos adjetivos que
no varían, son los que terminan en ‘e’ o en consonante, ejemplos: el paso
firme, la voz firme; el libro importante, la explicación importante; el hombre
débil, la mujer débil; el niño capaz, la niña capaz.
La terminación femenina
de los adjetivos se forma según las siguientes reglas:
Son invariables los
adjetivos terminados en vocal, menos aquellos cuya letra final es ‘o’, por
ejemplo: árbol indígena, planta indígena; hombre ilustre, mujer ilustre; trato
baladí, conducta baladí; pueblo hindú, lengua hindú.
Son, asimismo,
invariables los adjetivos terminados en consonante, por ejemplo: cuerpo ágil,
figura ágil; hombre ruin, mujer ruin; hecho singular, hazaña singular;
caballero cortés, dama cortés; estado feliz, suerte feliz.
Los adjetivos terminados
en ‘o’ la cambian en ‘a’, por ejemplo: lindo, linda; atrevido, atrevida; bueno,
buena; bondadoso, bondadosa.
Son excepciones:
Los adjetivos terminados
en AN; ON; OR; añaden una ‘a’, por ejemplo: holgazán, holgazana; juguetón,
juguetona; traidor, traidora. Menos los siguientes: mayor, menor, mejor, peor,
superior, inferior, exterior, interior, anterior, posterior; que son adjetivos
invariables.
‘Superior’ añade una ‘a’
sólo cuando se convierte en un sustantivo para designar a la mujer que gobierna
una comunidad o corporación.
Los diminutivos en ETE y
los aumentativos en OTE cambian la ‘e’ en ‘a’, por ejemplo: regordete,
regordeta; feote, feota.
Los adjetivos que
significan nación o país de donde se procede, y que se sustantivan a menudo,
imitan a los sustantivos en su terminación femenina, como: español, española;
danés, danesa; andaluz, andaluza.
En cuanto al sustantivo,
hay algunos, muy pocos (los que indican personas y sus cargos o se refieren a
animales) que tienen dos terminaciones, como: niño, niña; esposo, esposa;
hermano, hermana; tío, tía; primo, prima; abuelo, abuela; león, leona; gato,
gata; oso, osa; perro, perra; gallo, gallina; ciudadano, ciudadana; señor,
señora; marqués, marquesa; barón, baronesa; abad, abadesa; alcalde, alcaldesa;
príncipe, princesa; poeta, poetisa; profeta, profetisa; sacerdote, sacerdotisa;
emperador, emperatriz; actor, actriz; cantor, cantatriz; zar, zarina; rey,
reina.
Algunas normas para la
formación del femenino en el sustantivo:
Ordinariamente, no varían
los sustantivos terminados en ‘a’, ejemplos: el patriota, la patriota; el
persa, la persa. Tampoco cambian los nombres graves terminados en consonante
como: el mártir, la mártir. Por lo común, no varían los terminados en ‘e’ como:
intérprete, caribe, ateniense, ni los terminados en ‘i’ aguda como: marroquí,
guaraní. Pero sí cambian los sustantivos terminados en ‘ante’, ‘ente’, como:
gigante, giganta; pariente, parienta; y los terminados en ‘ete’, ‘ote’, como:
alcahuete, alcahueta; hotentote, hotentota. Es de advertir, que los anteriores
vocablos pueden funcionar también en la frase como adjetivos, cuando acompañan
a un sustantivo. Lo que los vuelve sustantivos es el artículo o determinante.
En los sustantivos que
significan empleos o cargos públicos, la terminación femenina se le da a la
esposa del que ejerce dichos cargos (según la gramática tradicional y según
concepto de don Andrés Bello), como: presidenta, regenta, almiranta, alcaldesa.
Hoy, la Real Academia Española ha aceptado los términos femeninos con una nueva
acepción, puesto que la mujer desempeña también dichos cargos públicos; así,
son correctos: presidenta, jefa, gobernadora, alcaldesa, generala, tenienta,
ministra, fiscala, etc.
El femenino de hijodalgo
e hijosdalgo es hijadalgo, hijasdalgo.
Hay sustantivos que con una
misma terminación designan los dos sexos u sólo se diferencia su género por el
artículo; la Real Academia les da el nombre de sustantivos comunes en cuanto al
género, o también: sustantivos de género común. El académico Rafael Seco cree
que es más clara y apropiada la designación de sustantivos invariables;
ejemplos: el testigo, la testigo; el artista, la artista; el pianista, la
pianista, etc.
Según el gramático José
Antonio Pérez Rioja y otros más, hay nombres de animales que adoptan un género
gramatical determinado, aplicable tanto al macho como a la hembra; ejemplos: la
abeja hembra y la abeja macho; la hormiga hembra y la hormiga macho; el
avestruz hembra y el avestruz macho; el pez macho y el pez hembra; el gusano
macho y el gusano hembra, etc. En la gramática tradicional se les conoce con el
nombre de sustantivos epicenos.
Hay sustantivos que para
designar los dos sexos no tienen una raíz común, por ejemplo: buey, toro, vaca;
carnero, oveja; caballo, yegua. (v.
étimos y heterónimos).
A veces, se prefiere el
sustantivo femenino para la designación de la especie, como: paloma, gallina,
oveja, ballena, etc.
Opina Andrés Bello que
cuando se habla de personas apareadas, se juntan las dos formas para la
designación del par, por ejemplo: el presidente y la presidenta; el rey y la
reina. Pero también es correcto decir ‘los padres’ por: el padre y la madre;
‘los reyes’ por: el rey y la reina; ‘los abuelos’ por: el abuelo y la abuela;
‘los niños’ por: el niño y la niña
Afirma el mismo eminente
gramático que, son masculinos los nombres propios de ríos como el Magdalena, el
Sena, el Plata, el Amazonas, y los de montes y cordilleras, como el Etna, los
Alpes, el Himalaya; se exceptúan la Alpujarra y los que han sido originalmente
apelativos femeninos como Sierramorena, la Silla (en Venezuela)
Son masculinos los
nombres propios de hombres, de animales machos, los que indican estado u oficio
del varón; los sustantivos que significan varón o macho o seres que nos
representamos como de este sexo, como: ángel, duende, hombre patriarca,
tetrarca, monarca, león, centauro, Calígula, Rocinante, Pedro, José, Luis, etc.
Son masculinos los
nombres de los meses, días y de las notas musicales: febrero, abril, lunes,
jueves, sábado, do, re, mi, fa, etc.
Son femeninos los nombres
propios de mujer, los animales hembras, los que indican estado u oficio de
mujer, los de seres que nos representamos como de este sexo, como: diosa,
ninfa, hada, leona, Safo, Juno, Dulcinea, Luisa, Josefina, María, Isabel, etc.
También son femeninos los
nombres de las letras de cualquier alfabeto, como: la be, la zeta, la ge, la
eñe, la delta, la omega, etc., (hay gramáticos que opinan que algunas letras
del alfabeto griego son masculinas).
Por su terminación:
Son masculinos los
nombres terminados en e, i, o, u, j, l, n, r, s, t, pero con muchas excepciones
(es la opinión del gramático Miranda Podadera)
Son femeninos los nombres
terminados en a, z, también con muchas excepciones.
Son femeninos los
sustantivos terminados en ‘d’ como: vanidad, caridad, merced, red, sed, virtud;
menos: césped, ardid, almud, laúd, alud, ataúd, sud, talmud.
Los nombres de reinos,
provincias, ciudades, poblaciones o lugares siguen, por regla general, el
género de su terminación: en ‘a’, son femeninos; en ‘o’, son masculinos.
A los que por su
terminación pudieran pertenecer al masculino o al femenino, se les aplica, por
lo regular, el género masculino.
Hay poblaciones cuyo
nombre se usa en el género contrario a su terminación, pero ha de interpretarse
como sobrentendida la palabra ‘pueblo’ o el vocablo ‘ciudad’, ejemplos: todo
Bogotá está sin agua (pueblo); toda Pasto protestó por las alzas (ciudad).
El femenino se forma
añadiendo una ‘a’ al masculino cuando termina en consonante, ejemplos:
escritor, escritora; orador, oradora.. Cambiando la ‘o’ por ‘a’, ejemplos:
gato, gata,; perro, perra.
Hay femeninos de forma
irregular, cuyas terminaciones más corrientes son: esa, isa, ina, triz,
ejemplos:, consulesa, diablesa, feligresa, vizcondesa, diaconisa, papisa,
heroína, reina, zarina, directriz, emperatriz, institutriz, meretriz, etc.
Algunos nombres propios
(muy pocos) son masculinos o femeninos según el sexo de la persona a quien
correspondan, por ejemplo: don Abigaíl, doña Abigaíl.
El sustantivo ‘arte’ es
femenino; ocurre que cuando se usa en singular debe llevar el artículo
masculino ‘el’ porque ‘arte’ es una palabra que empieza por ‘a’ acentuada, y en
este caso, el artículo acompañante es masculino; lo mismo ocurre con: ama de
llaves, agua, hambre, águila, ala y muchas más. Cuando estos vocablos se usan
en plural, recobran su artículo femenino: las artes, las amas de llave, las
aguas, las hambres, las águilas, las alas, etc.
Con el artículo ‘LO’
delante de un adjetivo se forman los sustantivos neutros, como : lo blanco, lo
bonito, lo noble, lo azul, lo amarillo, lo grande, lo pequeño, etc.(v. neutro).
GÉNEROS LITERARIOS:
Se denomina ‘género
literario’ a las distintas variedades con
que se presentan las obras producto del arte literario. Recientemente
han sido definidos los géneros como ‘formas directrices necesarias y
ordenamientos útiles para la expresión y comunicación del lenguaje poético’.
Desde los antiguos
retóricos griegos, en toda la tradición literaria occidental, se han
distinguido estos tres géneros: poesía, (crear belleza), didáctica (su fin es
enseñar) y oratoria (literatura oral).
La poesía, a su vez,
admite tres divisiones o formas principales que son:
La épica:
Refleja el mundo
exterior, el mundo ajeno al espíritu del poeta. Narra acontecimientos como
aventuras, viajes, batallas; en fin, cualquier episodio que impresione el
espíritu. En la épica se encuentran las grandes epopeyas como La Ilíada
y La Odisea (Homero); La Eneida (Virgilio)
La lírica:
Expresa los sentimientos
más íntimos del autor. Los temas de las obras son subjetivos o interiores,
ellos pueden ser: el amor, el entusiasmo, la admiración, la nostalgia, la
ilusión, el anhelo, etc.
La dramática:
Se expresa en forma de
diálogo entre varios personajes, dentro del marco de un escenario. Son las
obras escritas para teatro. A diferencia de la épica y la lírica, la dramática
exige una representación visible.
Con el correr del tiempo,
a estos géneros tradicionales se les han añadido otros nuevos, como: la
historia que es la reproducción escrita del pasado; la novela, narración en
prosa de sucesos ficticios (y también acontecidos); el ensayo, exposición en
prosa de una teoría personal; el periodismo (dividido en subgéneros) cuya
finalidad es informar.
Existen otros géneros
llamados ‘menores’, como el cuento y el apólogo, ambos narrativos; y otros de
carácter mixto como: la sátira, en la que se atacan tipos y costumbres;; la
epístola o carta; la fábula, narración breve con intenciones didácticas.
En la actualidad, los
géneros más cultivados son: la novela, el cuento, el ensayo, la poesía y el
teatro.
GENTILICIOS:
Son los términos que
sirven para indicar el lugar de donde una persona o cosa es originaria. Son
muchos los sufijos o morfemas (v.)
que nos da la gramática de la Real Academia para formar los gentilicios.
Algunos de ellos son:
ACO: austríaco (de Austria). AICO: judaico, hebraico. ANO: italiano, colombiano. EGO:
gallego. ENCO: flamenco. ENSE: canadiense, nariñense. EÑO: panameño, titiribiseño; ES:
francés, payanés. INO: granadino,
andino. ITA: israelita, moscovita;
OL: español; I: bengalí (de Bengala)
Los gentilicios pueden
ser sustantivos cuando se les antepone un artículo, ejemplos: los mexicanos,
los italianos, los pastenses o pastusos, el neivano, el putumayense, el
leticiano, los amazonenses, los atlanticenses o atlantiquenses, etc.
Pueden ser adjetivos los
gentilicios cuando se emplean unidos a un sustantivo, ejemplos: los
espectáculos medellinenses, el teatro italiano, la moda francesa, el arte
fluminense (de Río de Janeiro), las mujeres guajiras, el músico riohachero (de
Riohacha), el pueblo costarriqueño o costarricense, los sabios hindúes, el
teatro parisiense, parisino o parisién. El gentilicio de los del Brasil ha sido
siempre brasileño, pero hoy la Real Academia ha aceptado: brasilero.
Los siguientes son
algunos de los gentilicios de diferentes ciudades, regiones y países:
La Paz = paceños; Alcalá
de Henares = complutense o alcalaíno; Jerusalén = jerosolimitanos; Lisboa =
lisbonés, lisbonense o lisboeta; Belén = betlemita; Moscú = moscovita; Madrid =
madrileño o matritense; Polonia = polaco o polonés; Sevilla = sevillano o
hispalense; Tenerife = tinerfeño; Valladolid = vallisoletano; Vizcaya =
vizcaíno; Bucaramanga = bumangués; Santa Marta = samario; Valledupar =
vallenato; Amazonas = amazonense; Bolívar = bolivarense; Casanare =
casanarense, casanareño; Ibagué = ibaguereño; San Andrés y Providencia =
isleño; Meta = metense; Popayán = payanés; Magdalena = magdalenense;
Buenaventura = bonaventurense.
GERMANISMOS:
Palabras de origen
germánico (alemán) que se incorporan a un idioma; el nuestro ha adoptado
infinidad de ellos, algunos son: albergue, cardo, guerra, ganar, ganso, dardo,
Álvaro, Ernesto, Beltrán, Andalucía, guante, yelmo, tasca, heraldo, tratar,
tregua, Ramiro, gris, etc.
GERUNDIO:
Forma no personal –no
conjugable- del verbo; termina en ‘ando’, ‘endo’, comprando, vendiendo,
partiendo. Representa la acción del verbo en abstracto y modifica a dicho verbo
de la misma manera que lo hacen los adverbios, significando un modo, una
condición, una causa, una circunstancia.
Usos correctos del
gerundio:
Gerundio modal: expresa el modo como se
realiza la acción indicada por el verbo, ejemplos: vino corriendo; anda
buscando empleo; los dos venían conversando; estamos llamados por Dios a compartir
su ingenio, creando fuentes de trabajo.
Gerundio que indica
coexistencia: las dos acciones- la del verbo de la oración y la del gerundio- se
ejecutan al tiempo, ejemplos: andando por el bosque contemplaba las estrellas;
dispararon, hiriendo a tres soldados; el ser humano alcanza su poder superando
el infortunio; escribiendo la carta, pensaba en su sonrisa
Gerundio que indica
duración de la acción; se emplea en frases verbales de sentido progresivo, ejemplos: sigue
viniendo; continúa llamando; aún sigue durmiendo; donde hay violentos, van
desapareciendo las fuentes de trabajo
(Es frecuente entre las
secretarias escribir en las cartas comerciales: ‘le estamos enviando’; ‘le
estoy remitiendo’; estas formas son incorrectas puesto que las acciones
de enviar, de remitir, etc, sólo se realizan una sola vez; no hay continuidad
en la acción, no hay duración.).
Gerundio condicional: como su nombre lo
indica, expresa condición para realizar la acción del verbo; se puede cambiar
por el condicional ‘si’; ejemplos: reflexionando con seriedad y ética personal,
podremos cambiar nuestro mundo interior (si reflexionamos con seriedad....);
votando conscientemente, tendremos un buen gobernante (si votamos....); siendo
un buen trabajador, ganará más dinero (si es un buen trabajador....)
Gerundio causal: se puede cambiar por la
conjunción ‘porque’; ejemplo: actuando de ese modo pierde la fama (porque actúa
de ese modo pierde la fama).
Gerundio concesivo: expresa que se hacen
concesiones y se puede cambiar por la conjunción ‘aunque’; ejemplo: Aun
pareciendo muy educado, es un ignorante (aunque parece muy educado,...)
Gerundio explicativo: se conoce porque en la
expresión se puede cambiar por el verbo en infinitivo y la preposición ‘por’;
también por el verbo en infinitivo y la contracción ‘al’; ejemplos: en
tratándose de esos testigos, es posible que las declaraciones sean dudosas (por
tratarse de esos testigos...). Sólo protegiendo a la familia, podrá
garantizarse una sociedad mejor (sólo al proteger a la familia...)
Gerundio que indica
anterioridad: de las dos acciones expresadas por el verbo conjugado y por el gerundio,
la primera que se realiza es la indicada por el gerundio; ejemplos: entrando al
auditorio, se sentó en la primera fila; cursando con éxito los grados de la
primaria y de la secundaria, llegó a la universidad con muy buena preparación.
Son correctos los
gerundios empleados en títulos de obras literarias, pictóricas, musicales; los
que aparecen en pie de foto, en periodismo, etc.; ejemplos: Bolívar peleando
por la libertad; Napoleón coronándose emperador; el aborto llevando a la
desgracia y a la destrucción; el sol brillando intensamente; niños actuando en
el estudio del maestro.
Gerundio adjetivo: como tal, sólo los
relacionados con dos verbos son correctos: hirviendo (hervir), ardiendo
(arder); ejemplos: agua, caldo, hirviendo; casa, edificio, colegio, teatro,
templo ardiendo.
Usos incorrectos del
gerundio:
Gerundio que indica
posterioridad: de las dos acciones expresadas por el verbo y por el gerundio, la
indicada por dicho gerundio se realiza después; ejemplos: Hubo emboscada
muriendo diez soldados; el delincuente huye de su perseguidor perdiéndose entre
la multitud.
Gerundio que se refiere a
un complemento u objeto directo que no es persona; ejemplos: se da gratificación
a quien informe sobre un maletín conteniendo material quirúrgico (complemento
directo: material quirúrgico); en su cumpleaños le enviamos una linda caja
conteniendo dulces (complemento directo: dulces)
Es correcto cuando el
complemento u objeto directo es persona o cosa personificada; ejemplos veo a Juan
saltando la cerca (complemento directo: Juan); se necesitan secretarias
sabiendo inglés (complemento directo: secretarias).
El gerundio del verbo
‘ser’ es incorrecto delante de un participio; ejemplos: hubo cambios en el gabinete, siendo nombrado ministro de
gobierno el doctor Oscar; escapó el
preso siendo buscado por todos los barrios de la ciudad.
GERUNDIO ABSOLUTO:
Es el gerundio que está
desligado de la oración principal, porque no modifica ni al sujeto ni al
complemento directo, ejemplos: Guiando Sancho, entraron los dos en Sierra
Morena; queriendo Dios, mañana iremos al concierto. (v.t.:
frase absoluta)
GERUNDIO CONJUNTO:
Tiene el mismo sujeto que
la oración principal y equivale a una oración subordinada, bien sea adjetiva o
de relativo; ejemplos: Lucía, visitándome ese día, me contó sus angustias
(equivale a: Lucía, que me visitó ese día, me contó sus angustias); vi a Pedro
jugando con su hermano (equivale a: vi a Pedro que jugaba con su hermano). (v. t.: gerundio).
GERUNDIO DEPENDIENTE:
Con este nombre, algunos
gramáticos designan el gerundio conjunto.
GLOSA:
Primitivamente, fue la
palabra oscura y difícil de un texto, que requería explicación. Después pasó a
designar la explicación misma. También se llama así el comentario de un pasaje
o de un texto, cualquiera que sea su extensión.
GLOSARIO:
Vocabulario de palabras
difíciles de un texto convenientemente explicadas.
GLOSEMÁTICA: (v.
gramática estructural)
GRADACIÓN:
Gradaciones comparativa,
superlativa y absoluta del adjetivo (v.
adjetivo).
GRAFEMA:
Es un término de la
fonética para designar las letras. Nuestro alfabeto o abecedario tiene
veintisiete signos o letras o grafemas entre vocales y consonantes. (v. alfabeto, abecedario)
GRAMÁTICA:
Explica cómo está
constituida una lengua y deduce consecuencias de esa estructura. La concepción
moderna de gramática es partir de la técnica del pensamiento para llegar a
deducir la técnica del idioma, es ésta la llamada gramática lógica cuyo
objetivo primordial es buscar la correspondencia de los conceptos lógicos
básicos y las formas gramaticales..
Hoy, los estudios
completos de la gramática deben abarcar los extensos campos de la filología y
la lingüística, así como el de la psicología, la etnología, la historia y la
más moderna derivación de la gramática: la estilística.
La importancia de la
gramática no reside en que nos enseña a hablar y a escribir, pues la realidad
es que todos hablamos y escribimos naturalmente; pero, el hacerlo correctamente
se debe no sólo a la gramática, sino en gran parte a las buenas lecturas y al
hecho de vivir en un medio apropiado.
Se llama gramática
histórica a la lingüística evolutiva o diacrónica (v. diacronía y sincronía); gramática preceptiva o normativa
(gramática tradicional) que es la que presenta las conclusiones como normas
oficiales de corrección; gramática sintagmática: estudia los elementos
lingüísticos en el habla: la gramática asociativa se ocupa de la organización
de los elementos lingüísticos en la lengua. (División hecha por el doctor
Fernando Lázaro Carreter).
GRAMÁTICA TRADICIONAL:
En sentido general, la
gramática tradicional se remonta a las reflexiones greco-latinas sobre la
lengua, las que han perdurado a través de los siglos. La gramática tradicional
se adaptó a las lenguas romances, y sin grandes alteraciones ha llegado hasta
la época actual. La primera Gramática
data de 1492, escrita por el español Elio Antonio de Nebrija; y es publicada
“para que la lengua española pueda ser enseñada a otros pueblos.”
Tras las huellas de
Nebrija, Francisco Sánchez de las Brozas, conocido como ‘El Brocense’, escribe
la Minerva, que será la base para la
elaboración de otras gramáticas de la época, como la realizada por la escuela
de Port Royal en Francia. En ella se fijan y definen las partes de la
gramática, las categorías gramaticales, las reglas de funcionamiento y lo que
debe entenderse como uso correcto del idioma en una época tan cambiante. Hasta
los primeros sesenta años del siglo XX, la gramática tradicional estuvo vigente
en las actividades escolares.
La escuela
estructuralista (v. gramática
estructural) opinó que la gramática tradicional era confusa, imprecisa,
normativa, restringida y acientífica. Pero las escuelas siguientes han
reconocido en la gramática tradicional una gran riqueza y sutileza de análisis
y un cuadro más completo que el presentado por la gramática estructural.
Principales
características de la gramática tradicional:
Se define como el arte de
hablar y escribir correctamente.
Hay encasillamiento y
dispersión de informaciones, lo que se debe al orden de presentación por
separado de las partes de la oración o del discurso: sustantivo, adjetivo,
pronombre, artículo, verbo, adverbio, preposición, conjunción, interjección.
Dice la investigadora y profesora española Sansoles Fernández: “La Gramática de
la Real Academia Española (1785, edición 1959), por ejemplo, antes de estudiar
los grupos, núcleos y complementos en la oración, el primer capítulo tras
definir el sustantivo (como ‘aquella parte de la oración que sirve para
designar personas o cosas...’) dedica siete páginas a la formación del femenino
en el sustantivo, de las cuales una parte considerable la ocupan las
excepciones a las reglas presentadas.”
La gramática tradicional
se centra en la morfología y la sintaxis, especialmente en la primera, y se
olvida de la fonética (v.). Cuando se
refiere a ella, la trata como un sustituto de la grafía.
Dentro de la estricta
normatividad, acepta unos usos y rechaza otros, basándose en la autoridad de
los gramáticos, en la de la lengua escrita y en la de la clase culta. En este
campo, la mayoría de las normas tienen numerosas excepciones.
Es un defecto de la
gramática tradicional, y lo es también de las gramáticas con contenidos
renovados, hacer aprender una terminología, una definición y sus excepciones
sin preocuparse por hacer descubrir la estructura correspondiente.
GRAMÁTICA ESTRUCTURAL:
Opina que el lenguaje es
un conjunto organizado de elementos que constituyen una estructura.
‘Gramática estructural’
es una denominación general aplicada a diversas escuelas lingüísticas surgidas
de las teorías de Ferdinand de Saussure acerca del signo lingüístico. Los
discípulos de Saussure publicaron la obra Curso
de Lingüística General con todas las afirmaciones de su maestro y como
reacción a los neogramáticos. En esta obra se expone que la facultad de hablar,
el lenguaje, se estructura en un completo sistema de signos, la lengua, que se
hace presente en cada una de las realizaciones de los hablantes, el habla. El
sistema de signos que es la lengua debe estudiarse dentro de una ciencia
general, la semiología, (v.) que
abarca toda la teoría de los signos. (v.
signo, significado, significante).
Algunas de las escuelas surgidas de las
teorías de Saussure son:
Escuela de Ginebra: iniciada por Saussure,
es la que encabeza el estructuralismo como reacción a la gramática comparativa
o comparada del siglo XIX. Escuela defendida por los discípulos y seguidores
directos de Saussure.
Círculo Lingüístico de
Praga o Escuela Funcionalista: fue creada en 1926 por el más destacado miembro del
grupo formalista de Moscú, R. Jakobson; esta escuela impulsó la teoría y el
término ‘estructural’ aplicado a la lingüística. Se ocupó sobre todo de la
fonología (v.).Fue una auténtica
escuela de lingüística entre 1926 y 1938.
Escuela o Círculo
Lingüístico de Copenhague, o Escuela Glosemática: pretendió la
constitución de una ciencia lingüística basada en la forma. El lingüista
Hjelmslev creó la ‘glosemática’, ciencia que estudia la estructura formal de la
lengua independientemente de la sustancia lingüística; describe las formas del
signo lingüístico (v.), su red de
relaciones y dependencias, tanto en el plano de la expresión como del
contenido, alejándose de la caracterización física o material de los elementos
que componen la lengua.
El Distribucionalismo americano de Bloomfied se caracteriza por su
behaviorismo: sostiene que el lenguaje es un comportamiento o conducta más del
ser humano, y obedece a las leyes de estímulo-respuesta-esfuerzo. El método
distribucionalista ha sido muy fecundo en lingüística. Él parte de la
comprobación de que las palabras se encuentran regularmente en una determinada
posición, por ejemplo, en la frase: “la niña es feliz”, en lugar de “la” se podrían
emplear todas las palabras de igual categoría (modificadores del sustantivo)
que estén en la misma posición, podría decirse y escribirse: esta niña es
feliz; mi niña es feliz; aquella niña...; nuestra niña... etc. En la posición de “niña” cabría emplear:
joven, señora, hermana, etc.
La gramática estructural
se caracteriza porque:
Estudia la lengua en uso
de una comunidad en un tiempo determinado.
La lengua oral merece la
misma atención que la escrita, lo mismo que los diferentes niveles y registros de
la lengua.
Las definiciones que da
esta gramática son precisas y verificables, ya que se fundamentan en criterios
formales, funcionales y distribucionales.
No estudia las unidades
lingüísticas por separado, sino que hace una presentación de ellas integradas
en construcciones, de donde se parte hasta llegar a los constituyentes mínimos.
La fonología (v.) y la morfología (v.) se enriquecen
gracias al análisis estructural, pero se descuida la sintaxis (v.); no ofrece información suficiente
para poder construir nuevas frases, especialmente las complejas (oraciones
compuestas).
GRAMÁTICA GENERATIVA:
La concepción moderna de
la lingüística recibe el nombre de Gramática generativa transformacional. Se
llama gramática generativa porque genera o produce todas las oraciones
aceptables; y transformacional porque emplea las reglas, que se han llamado
transformaciones, para transformar o cambiar las unidades subyacentes en lo que
cualquier hablante entiende. Su creador fue el lingüista norteamericano Noam
Chomsky quien partió en dos el estudio de la lingüística. Sus teorías (entre 1950 y 1965) pusieron en crisis el
estructuralismo, fundamento de la lingüística tradicional. Afirmó que sólo la
gramática generativa hace posible la actuación de la lengua. Insiste en el aspecto
creador del lenguaje y pretende mostrar una gramática universal común a todas
las lenguas.
Hacia el año de 1916
Saussure había afirmado que lo fundamental, el núcleo del idioma era el
significado; su visión del idioma fue lexicalista, su concepto era estático y
partía siempre del ‘signo’ (v.) cuyas
partes son el ‘significante’ (v.) y
el ‘significado’ (v.). Para Chomsky, lo fundamental de la gramática es la
oración. Tiene del idioma un concepto dinámico, sintáctico, y sostiene que el
núcleo del idioma son las operaciones.
La gramática generativa
es un sistema de reglas que genera de manera automática todas las oraciones
(infinitas) de una lengua. Cada oración consta de un componente central o sintáctico,
un componente interpretativo semántico y otro fonológico.
Su teoría parte del
análisis de estructuras que las oraciones poseen en el nivel profundo y en el nivel
superficial, y señala las transformaciones
que ocurren al pasar de un nivel a otro.
La estructura profunda es
la latente y la superficial es la patente. Es muy importante comprender estos
dos conceptos para entender por qué la
gramática de Chomsky, además de generativa, es transformacional. La estructura
profunda contiene el significado de la oración; es abstracta. La estructura
superficial es la forma como se presenta la oración, al ser dicha o escrita; la
estructura superficial es una realidad. Ejemplos:
Estructura
superficial: tú tienes un lápiz rojo
Estructura profunda: tú tienes un lápiz el lápiz es rojo.
Estructura
superficial: el altísimo edificio se
vino al suelo
Estructura profunda: el edificio era altísimo el edificio se
vino al suelo
Estructura
superficial: El libro que me prestaste
me divirtió
Estructura profunda: me prestaste el libro el libro me divirtió
La estructura profunda de
las oraciones está oculta detrás de la estructura superficial, y sólo la
comprensión del texto hace que se capte. Estas dos estructuras quieren decir lo
mismo, pero es más elegante y económico usar en el lenguaje la estructura
superficial. Para pasar de la profunda a la superficial hay que suprimir los
elementos repetidos y añadir algunos más. Las operaciones de suprimir y añadir
elementos se llaman transformaciones. Al proceso de formación de las oraciones,
agregando más componentes, se le conoce con el nombre de ‘derivación’. Para
estos procesos existen las llamadas reglas transformacionales o reglas de
estructura de frase.
La gramática generativa y
transformacional se empezó a utilizar en España en la enseñanza elemental y en
la media entre 1970 y 1980, época en que se introdujeron importantes
innovaciones en la enseñanza con la entrada en vigor de la Ley General de
Educación, (España 1970).
Algunas de las características
de la gramática generativa son:
No parte de cero, ni
niega los logros de las gramáticas anteriores; recoge todos los aportes
válidos, tanto de la gramática tradicional como de la gramática estructural.
Uno de sus aspectos
complejos es la progresiva complicación de sus formas cada vez más abstractas:
de una simplicidad de las reglas de base se pasa a unas reglas de
transformación mucho más complejas.
Por lo general, en la
enseñanza de esta gramática no se han tenido en cuenta los aspectos claves de
la lingüística generativa, como son: la concepción global del sistema, la competencia
del hablante, y sí se ha puesto énfasis en el uso de nuevas fórmulas o reglas
abstractas, a veces, ajenas al mismo lenguaje.
Esta gramática ha
limitado su nivel de estudio a la oración y no proporciona información sobre
otras unidades de la lengua.
La gramática tradicional
llama artículos determinados a los morfemas: el, la, los, las; y
denomina artículos indeterminados a los morfemas: un, una, unos, unas.
La gramática generativa los designa con los nombres de ‘morfemas
determinantes’ puesto que preceden al nombre y forman parte del sintagma
nominal.
La gramática tradicional
estudia los adjetivos y pronombres demostrativos, posesivos, indefinidos y
numerales. La gramática generativa los llama a todos DETERMINANTES:
demostrativos, posesivos, indefinidos y numerales.
GRAMATICALISMO:
Es concebir estáticamente
un idioma sin permitirle un proceso evolutivo; meterlo totalmente en la vía de
las disciplinas y las normas puramente descriptivas. El gramaticalismo vuelve
inactivo el idioma, escatima las palabras y sojuzga inmisericordemente los
nuevos vocablos.
El gramaticalismo ha sido
llamado por algunos ensayistas: sistema de reglas para hablar y escribir; en
este campo se sitúan los ‘puristas’.
Nos enseña el maestro G.
Martín Vivaldi: “[...] evitar el ‘gramaticalismo’, es decir, el concepto muerto
de la gramática clásica, que concibe el idioma con sentido estático.” Y a
continuación cita al gramático Martín Alonso:
“Cuando escribimos es
siempre para decir lo que tenemos en nuestro espíritu o está a nuestro alrededor.
A los gramáticos especulativos les falta el arranque de ese motor que da
actividad al idioma y relaciona el lenguaje escrito con nuestro pensamiento: la
redacción.”
“Todos hemos estudiado
gramática demasiado gramaticalmente. Por ello la olvidamos: porque aquel
estudio se reducía a un conjunto de reglas muertas, frías [...]. No podemos sin
embargo, prescindir de las reglas, pero es preciso darles vida, animarlas
[...]. Todo en la vida es norma. Todo lo que existe está sometido a un orden.
La anarquía no conduce a nada: esteriliza [...], pretender escribir sin
someterse a regla alguna, sin estudio previo tiene el inconveniente de no
llegar a la meta [...].”
GRAMATICALIZACIÓN:
El estudioso Meillet le
da este nombre a un proceso específico por el cual ciertas palabras
independientes y de pleno sentido o significación, a fuerza de hacer
composición con otras, pasan a convertirse en sólo voces auxiliares y, la
mayoría de las veces, en sufijos o prefijos.
Es el caso de la palabra
‘mente’: tiene su significado pleno, como sustantivo que es, pero cuando se
junta en composición con adjetivos para formar adverbios pierde toda idea del
primitivo significado y se convierte en sufijo, ejemplos: útilmente,
hábilmente, activamente, recientemente.
Otro caso de gramaticalización
es el vocablo ‘apenas’, que de su significación primitiva: “con trabajo” (a
duras penas), pasó a denotar adverbialmente: “tan pronto como”; ejemplos:
apenas me vio, vino a saludarme; apenas termine este trabajo me iré a
descansar. Puede significar también “escasamente”; ejemplo: colabora apenas con
cinco mil pesos.
GRAVES:
En gramática son las
palabras que se acentúan en la penúltima sílaba. También se les conoce con el
nombre de ‘llanas’. Se les marca tilde cuando no terminan ni en /n/, ni en /s/
ni en vocal, ejemplos: césped, árbol, cárcel, casa, peso, carácter (plural:
caracteres), griego, colombiano, etc.
GRUPO FÓNICO:
En fonética se da este
nombre a la medida que sirve como base para estudiar la entonación. Las
oraciones se dividen en grupos fónicos y cada uno tiene sentido más o menos
completo; ese sentido puede ser de sujeto, de predicado, de complementos.
El grupo fónico es la
menor unidad del habla con forma musical determinada. A veces, los grupos
fónicos van señalados por pausas ortográficas. En los siguientes ejemplos, los
grupos fónicos están separados por raya:
La superstición y la
ignorancia/ hacen bárbaros a los hombres. (Dos grupos fónicos).
Él declaró libres a los
negros. (Un solo grupo fónico)
Don Segundo,/ hombre
práctico y paciente,/ sabía todos los recursos del oficio. (Tres grupos).
Aquella presión de su
mano/ me era agradable. (Dos grupos).
Normalmente el paso de un
grupo fónico a otro se manifiesta sólo por el cambio de entonación, sin que
haya en realidad pausa ninguna; al terminar un grupo fónico, el tono de la voz
sube o baja, o se queda en suspenso.
El grupo fónico no tiene
una medida o extensión fija. Puede constar de una sola palabra, como: sí;
¡adiós!, ¿cómo?, ahora; o constar de varias palabras, o puede ser parte más o
menos larga de una oración. La división correcta de la frase en grupos fónicos
es muy importante para leer bien, para declamar, para hablar por la radio y en
las representaciones teatrales.
GUION:
Es un signo (-) que se
usaba especialmente para separar las palabras al escribir, cuando no cabían
enteras en el renglón. Hoy, va quedando en desuso, puesto que los modernos
sistemas para escribir están diseñados para distribuir el espacio en el renglón
y no partir ninguna palabra.
Podemos usar el guion
para separar palabras por sílabas, como: á-gui-la;. Ca-rre-te-ra; de-do.
Para separar los
elementos de los compuestos entre los cuales hay oposición o contraste, como:
franco-prusiano; germano soviético.
En los compuestos de
nueva creación en que entren dos adjetivos, el primero de ellos conserva
invariable la terminación masculina singular, mientras el segundo concierta en
género y número con el nombre correspondiente, en estos compuestos, los
adjetivos se escriben unidos por guion, ejemplo: tratado teórico-práctico;
lección teórico-práctica; cuerpos técnico-administrativos.
Nota: La nueva ortografía (año
2010) de la Real Academia Española suprimió
la tilde de guion, debido a la diferencia de pronunciación entre españoles e
hispanoamericanos: fonéticamente, para los primeros este vocablo era un
bisílabo; para los hispanohablantes, siempre fue un monosílabo.
H
H:
Novena letra del
abecedario español, y séptima de sus consonantes. Su nombre es ‘hache’ y el
plural, ‘haches’; su género es femenino, lo mismo que el de las demás letras.
Se dice ‘la hache’, pues
se exceptúa de la regla que impone el artículo ‘el’ ante los nombres femeninos
que empiezan por /a/ tónica.
Esta letra no representa
ningún fonema, y su presencia en muchas palabras se debe a razones etimológicas
o tradicionales.
Dice el ensayista y
académico Guillermo Díaz-Plaja: “Se considera de origen ibérico la tendencia a
suprimir la /f/. En efecto, el vasco es reacio a pronunciar esta letra, hasta
el punto de que pronuncia ‘pantasma’, ‘Pernando’.
Esta resistencia irradia
hacia el Norte, dando lugar a la pérdida de la /f/ en el dialecto gascón, y
hacia el Sur, haciendo que el incipiente castellano, que se convertirá más
tarde en español, se diferencie de los demás romances peninsulares precisamente
en la sustitución de la /f/ por la ‘hache’, primero aspirada y después muda.”
La aspiración de la
‘hache’ llegó entre los castellanos hasta el siglo XVI. Hoy, la aspiración de
la ‘hache’ es visible en la pronunciación andaluza y en algunos países hispanoamericanos
como Argentina: se han transformado en ‘jota’ palabras que en castellano
conservan todavía la ‘efe’, por ejemplo: fuerte en ‘juerte’; fuente en
‘juente’.
HABER:
Verbo irregular. Su uso
más corriente es como verbo auxiliar para formar, seguido del participio de un
verbo, los llamados tiempos compuestos de dicho verbo, ejemplos: he sabido,
habías podido, hubieron llegado, habrán escrito, habrán traído, habrían
hablado, etc.
Otro uso del verbo
‘haber’ como auxiliar es en las perífrasis ‘de obligación’: haber, más la
preposición, más el infinitivo, ejemplos; hemos de llegar, he de venir, ha de
poder llegar temprano. No sólo expresa obligación, sino intención y, a veces,
simple acción futura.. Su uso en la lengua general es bastante limitado, es más
frecuente hallarlo en la lengua literaria.(v.
t.: conjugación perifrástica).
Es muy importante el
empleo de ‘haber’ como impersonal, para expresar la presencia del ser o seres,
objeto u objetos designados por el sustantivo que en el enunciado se sitúa
normalmente después del verbo. En este uso, en que ‘haber’ sólo tiene la
tercera persona del singular en cada tiempo, el presente toma la forma especial
de: ‘hay’, ejemplos: hay mucha gente en la calle; hay circunstancias
atormentadoras; hay estudiantes muy responsables.
Es bueno entender que el
sustantivo que acompaña a esta forma del verbo ‘haber’ no es su sujeto sino su
complemento directo. Por no ser sujeto dicho sustantivo acompañante, es un
error poner en plural el verbo ‘haber’ aunque el sustantivo esté en plural; se
dice y se escribe: había familias pobres (y no: habían familias); hubo muchos
muertos a causa del terremoto (y no: hubieron muchos muertos); habrá días
difíciles (y no: habrán días difíciles)
Cuando se quiere expresar
la presencia de una primera o una tercera persona, no se emplea el verbo
‘haber’, cuyo uso impersonal solo se refiere a terceras personas; son pues
incorrectas construcciones como éstas: habíamos sólo tres personas en la sala;
habíamos cien personas en el vagón del metro. En casos como estos, se emplea el
verbo ‘estar’: estábamos sólo tres personas
en la sala; estábamos cien personas en el vagón del metro.
El verbo ‘haber’ en su
uso impersonal, seguido de ‘que’ y de otro verbo en infinitivo, forma una
perífrasis verbal que significa necesidad u obligación impuesta por alguien que
no se puede o no se quiere determinar, ejemplos: hay que trabajar más; había
que conseguirlo; ha habido que operarlo; estas formas equivalen a: es necesario
trabajar más; es necesario conseguirlo; es necesario operarlo.(v. Verbo, modelo o paradigma de conjugación
de verbos auxiliares.)
HABLA:
Es el uso individual que
se hace de una lengua o idioma (v.).
El habla es actualizada, movible, libre, concreta. Es un acto de la voluntad y
de la inteligencia. La lengua y el habla (el hablar) tienen una relación
estrecha y se complementan mutuamente. Es necesaria la lengua para que el habla
sea inteligible y produzca todos sus efectos.
El habla es necesaria
para que la lengua se establezca y se estabilice. Se aprende la lengua por el
habla de los otros, es decir, oyéndolos. Por esto, es el habla la que hace
evolucionar la lengua o idioma.
Los lingüistas han
señalado tres etapas en el hablar:
Acto locutivo: es el
nivel en el cual se emiten los sonidos con significado o sin él. De esto se
ocupa la fonética.
Acto elocutivo: se
realiza al decir algo, teniendo en cuenta las relaciones entre el emisor (quien
envía el mensaje) y el receptor (quien lo recibe). El hablante convierte el
idioma en un discurso con sentido. Es necesario conocer la intención del
hablante en ese proceso de comunicar: ‘qué’, ‘por qué’, ‘cómo’, ‘para qué’. El saber elocutivo
se refiere a los principios del pensamiento. Saussure afirmaba que el saber
elocutivo es saber hablar y éste es una capacidad inconsciente. Chomsky opinó
que el saber elocutivo o el saber hablar es un conocimiento intuitivo.
Acto perlocutivo:
comprende las realizaciones que se desprenden del acto elocutivo. Es decir, son
las reacciones del oyente frente al acto elocutivo. Este acto se trabaja mucho
en las propagandas, en la política, en los sermones religiosos, en la oratoria,
etc.
El lingüista Eugenio
Coseriu al estudiar el lenguaje
descubrió que en el acto de hablar hay tres planos fundamentales y los
clasificó así:
Designación: un acto de
habla hace referencia a objetos no lingüísticos, es decir, a la “realidad”
extralingüística, sean estos objetos estados de cosas o contenidos mentales.
Significado: corresponde
al plano lingüístico de cada uno de los seres humanos. Es el contenido dado en
la lengua particular; es lo denotativo (v.).
Sentido: se trasmite en
el plano del discurso, en lo “dicho”; es el especial contenido lingüístico que
en el discurso individual corresponde a las actitudes, intenciones o
suposiciones del hablante; es lo connotativo (v.).
Según Coseriu el hablar individual está determinado
por cuatro factores:
El hablante: sigue las
normas del discurso. En su habla se comprueban esas normas.
El oyente: destinatario
del mensaje; según éste, el discurso varía de forma (niños, profesores,
académicos, amigos, etc.).
El objeto: es aquello de
que se habla, por ejemplo: la ciencia, la vida, la imaginación, el amor, etc.
La situación: es la
circunstancia en que se habla; la relación con el oyente y el objeto hace variar
la forma, por ejemplo: clase magistral, discurso, diálogo, conversación
familiar, etc.
El habla es: saber; (el
saber es competencia = ‘dínamis’); es actividad (‘enérgeia); es obra, producto
(’ergon’)
En el habla en general,
el saber elocutivo es la competencia lingüística general: hablar una
lengua determinada.
El saber idiomático
es la competencia lingüística particular: el habla individual, el saber
construir el idioma.
El saber expresivo
es la competencia textual: comprender textos, escribirlos.
Para reforzar un poco los
conceptos anteriores, citamos un aparte de lo que modernamente se llama Semántica de los actos del habla:
El filósofo británico
J.L. Austin afirma que cuando una persona dice algo, realiza un acto de habla,
o hace algo, como enunciar, predecir o avisar, y su significado es lo que se
hace en el acto de hablar por medio de la expresión.
Dando un paso más en esta
teoría, el estadounidense John R. Searle se centra en la necesidad de
relacionar las funciones de los signos o expresiones con su contexto social.
Afirma que el habla implica al menos tres tipos de actos:
Actos locucionarios,
cuando se enuncian cosas que tienen cierto sentido o referencia.
Actos ilocucionarios,
cuando se promete o se ordena algo por medio de viva voz.
Actos perlocucionarios,
cuando el hablante hace algo al interlocutor mientras habla, como enfurecerlo,
consolarlo, prometerle algo o convencerlo de algo.
La fuerza ilocucionaria
que reciben los signos expresa las intenciones del hablante. Para conseguir
esta fuerza, los signos que se emplean tienen que ser adecuados, sinceros y
consistentes con las creencias y conducta del hablante, y, así mismo, tienen
que ser reconocibles por el oyente y tener para él significado.
HACIA:
Esta preposición o
elemento de ensalce denota:
Con verbos de movimiento,
indica la dirección de los mismos; pero no especifica su término, ejemplo: voy
hacia la universidad
Con verbos de reposo,
indica un lugar vagamente determinado, ejemplo: el palacio presidencial está
hacia allá.
Tiempo aproximado,
ejemplos: hacia las cuatro de la tarde; hacia fines de este mes iré a Medellín.
HASTA:
Esta preposición o
elemento de enlace o conectivo indica el término del cual no se pasa, en
relación con:
El espacio, ejemplo:
llegará en automóvil hasta Panamá.
El tiempo, ejemplo: se
despidió hasta el año entrante.
La cantidad, ejemplo:
puedes gastar hasta cien mil pesos.
La acción, ejemplo: no
saldré hasta acabar este trabajo
Se usa con el valor de:
incluso, aun (sin tilde), ejemplo: gritó, lloró y hasta pataleó
La preposición ‘hasta’
precediendo a la conjunción ‘que’, introduce proposiciones temporales,
ejemplos: leeré hasta que me canse; todos se quedaron hasta que se acabó el
vino.
Son correctas las
expresiones: ‘hasta que’ y ‘hasta cuando’, pero hay que distinguir:
HASTA QUE tiene un valor
excluyente; ejemplo estudia hasta que la
llaman. Las dos acciones de estudiar y llamar no son simultáneas, sino que el
estudiar termina cuando empieza el llamar. Se excluyen.
HASTA CUANDO tiene un valor
incluyente, lo contrario del anterior, ejemplo: escribe hasta cuando come. Las
dos acciones son simultáneas, es decir, escribe comiendo.
Usos incorrectos:
Usar ‘hasta’ con valor
negativo; ejemplo incorrecto: hasta las cinco iré. Lo correcto es decir: hasta
las cinco no iré. No se puede omitir el
uso del ‘no’ cuya presencia es necesaria, como lo es en otras expresiones
negativas, ejemplos: no tengo nada (es lo mismo que ‘nada tengo’); no la he
visto en vida (es igual a: en mi vida la he visto).
Usar ‘hasta’ juntamente
con adverbio y verbo en expresiones como éstas: hasta ahora me doy cuenta; sólo
hasta hoy pude responder su carta. Para corregir, basta eliminar la preposición
‘hasta’: ahora me doy cuenta; sólo hoy pude responder su carta.
HEBRAICO:
Adjetivo. Vocablo equivalente a ‘hebreo’
HEBRAÍSTA:
Persona que cultiva la
lengua y la literatura hebreas.
HELENISMOS:
Palabras o giros de
procedencia griega, como: gobernar, torno, gruta, ágata, ángel, vino, tragedia,
oda, ónice zumo, piedra, pulpo, féretro, rapsodia, metal, melancolía, piropo,
sátira, telégrafo, horizonte, etc.
En los tiempos modernos,
el griego ha contribuido a la formación de muchos términos científicos, tales
como: nefritis, biología, fitología, cosmología, xilografía, crisis, eufonía,
prótesis, etc.
HEMISTIQUIO:
Cada una de las dos
partes, iguales o no, en que una cesura o pausa
divide un verso (un renglón), ejemplo:
“Ha muchos años/ que busco el yermo,
ha muchos años/ que vivo triste,
ha muchos años/ que estoy enfermo,
¡y es por el libro/ que tú escribiste!”
(Amado Nervo – mexicano)
HETERÓNIMOS:
En lingüística, un
heterónimo es cada uno de los vocablos que constituyen una heteronimia.
Heteronimia: fenómeno por
el cual, vocablos de acusada proximidad semántica proceden de étimos
diferentes, como: toro/vaca.
Étimo: un vocablo que
procede del latín y éste del griego: ‘significado verdadero’. En español es: raíz o vocablo del cual
procede otro.
Ejemplos de heterónimos:
caballo/ yegua; carnero/ oveja; fray/ sor; hombre/ mujer; macho cabrío, chivo/
cabra; marido/ mujer (esposa); padre/madre; padrino/ madrina; varón, macho/
hembra; yerno/ nuera.
HIATO:
Encuentro de dos vocales
que no constituyen diptongo (v.) y
forman parte de sílabas distintas, ejemplos: a-cre-e-dores; hé-ro-e.
El hiato es ‘interno’
cuando se produce dentro de una palabra: a-or-ta; o-a-sis; ca-ó-ti-co.
Es ‘transitorio’ cuando
se produce entre palabras: el campO Olía a hEno; llegÓ Antes; lA Aurora; allÁ
Arriba; dE EstE A Oeste.
Esos sonidos al principio
o fin de palabra producen una dicción confusa, por eso algunos gramáticos
catalogan el hiato como ‘vicio expresivo’ o‘vicio de dicción’. (v.t.: dicción).
Según la Real Academia
hay hiato en los siguientes casos:
Las vocales abiertas (a,
e, o) unidas entre sí, no forman ni diptongos (v.) ni triptongos (v.),
salvo en la licencia poética llamada sinéresis (v.); están en hiato.
Cuando la vocal abierta
junto a una cerrada (i, u), en una palabra, la cerrada lleva el acento
ortográfico, ejemplos: de-cí-a; o-í-do; to-da-ví-a.
Hay hiato en algunas palabras
compuestas cuyo primer elemento es un prefijo, ejemplo: re-u-nión.
HÍBRIDAS:
Son las palabras cuya
composición se ha realizado con elementos procedentes de varias lenguas. Así, electrocutar: viene del griego ‘ámbar’
(recordemos que la electricidad se descubrió frotando el ámbar) y del sufijo
latino ‘cutare’. Internacional: se forma del latín ‘inter’ que significa ‘entre’,
‘nación’, vocablo español y el sufijo español ‘al’.
HIERÁTICA:
Escritura hierática:
antigua escritura cursiva egipcia, usada por los sacerdotes.
HIPÉRBATON:
En la oración gramatical,
cada palabra desempeña un oficio y ha de ocupar un lugar determinado en ella.
La alteración de este orden da origen a la figura de construcción llamada
‘hipérbaton’ (su plural es ‘hipérbatos).
El orden de colocación de
las palabras en la oración, ordenado por la sintaxis regular es: el artículo delante del sustantivo o de las
palabras sustantivadas; los adjetivos junto al sustantivo: unos, delante;
otros, detrás; el pronombre relativo después de sus antecedentes; las
preposiciones precediendo a las palabras que afecten; las conjunciones entre
las oraciones o entre los vocablos que enlacen.
En otras expresiones irán
primero las interjecciones (v.) y los
vocativos (v.); a éstos seguirá el
sujeto con sus complementos, luego el verbo y sus adverbios seguidos de los
complementos: directo, indirecto, circunstancial.
En Cervantes encontramos
este ejemplo de hipérbaton: “pidió las llaves a la sobrina del aposento.”, en
lugar de: “pidió las llaves del aposento a la sobrina.”
Otro ejemplo de
hipérbaton tomado de Góngora: “Estas que me dictó rimas sonoras/ culta sí
aunque bucólica Talía.” En el orden sintáctico sería: Estas rimas sonoras que
me dictó la culta aunque bucólica diosa Talía.
HIPÉRBOLE:
Es una figura que
consiste en exagerar la verdad. En estilística, es la voz de los sentimientos.
Las hipérboles son las expresiones de énfasis que abundan en todo momento en
nuestro idioma, tales como: ¡Vengo muerto de cansancio! ¡Eso es colosal!
¡Es bestial! ¡Monumental! ¡Espectacular! ¡Qué atrocidad!
¡Qué animalada!
Los sinónimos acumulados,
muy difíciles de acomodar en el estilo, aumentan el caudal semántico y el
sentimiento expresivo.
El siguiente es uno de
los pocos ejemplos de hipérboles brillantes en la literatura; son las palabras
que don Quijote, enojado, lanza a su escudero Sancho Panza:
“¡Oh bellaco, villano,
mal mirado, descompuesto ignorante, infacundo, deslenguado, atrevido,
murmurador y maldiciente! ¿Tales palabras has osado decir en mi presencia y en la
destas ínclitas señoras, y tales deshonestidades y atrevimientos osaste poner
en tu confusa imaginación? ¡Vete de mi presencia, monstruo de naturaleza,
depositario de mentiras, almario de embustes, silo de bellaquerías, inventor de
maldades, publicador de sandeces, enemigo del decoro que se debe a las reales
personas!”
Otro ejemplo de hipérbole
(exageración) que sirve para encarecer la grandeza del objeto, tomado del poeta
español Salinas:
“Por túmulo todo el mundo,/ por luto el cielo,
por bellas/ antorchas pon las estrellas,/ y por llanto, el mar profundo.”
Del escritor Quevedo y
Villegas, las siguientes expresiones son otro ejemplo de hipérbole, en su
soneto A una nariz:
Érase un hombre a una
nariz pegado,
érase una nariz
superlativa,
[...]
érase un elefante boca
arriba,
[...]
érase el espolón de una
galera,
érase una pirámide de
Egipto,
las doce tribus de
narices era.
[...]
HIPERCORRECTOS: (v.
ultracorrectos).
HIPERÓNIMAS:
Son las palabras que
tienen una relación de inclusión considerada desde el punto de vista de lo general a lo más específico, por
ejemplo: hay una relación hiperónima entre las palabras ‘sentimiento’ y ‘amor’,
porque amor está comprendido dentro del sentimiento; entre familia y padre o
madre o hijo, la palabra hiperónima es ‘familia’ puesto que padre, madre, hijos
están comprendidos dentro de la familia.
Cuando la relación se
estudia al revés, es decir, de lo
específico a lo más general, se dice que hay hiponimia. Son palabras
hipónimas: rosa respecto a flor; vaca respecto a rumiante; perro respecto a
mamífero.
HIPOCORÍSTICOS:
Las expresiones de afecto
han creado estos términos ‘hipocorísticos’, que son las abreviaciones o
transformaciones de los nombres propios, por ejemplo: Pepito, Paco, Quico,
Lucy, Concha, Dolly, Lola, etc.
HIPÓNIMAS: (v.hiperónimas).
HIPONIMIA: (v.
hiperónimas).
HIPOTAXIS:
Término especializado en
el año 1951 por el escritor y lingüista español Dámaso Alonso. Hipotaxis es en
lingüística la subordinación de una oración a otra (v. oraciones subordinadas). Se opone a la parataxis (v.). Las oraciones unidas por hipotaxis
se denominan hipotácticas
HIPOTÉTICO:
‘Hipotéticos’ son los
términos que sirven para expresar una hipótesis, algunos de ellos: si (sin
tilde); deber de; quizás, etc.
En el modo subjuntivo
existe el tiempo llamado futuro hipotético que tiene dos formas, la simple: que
él cantare, que yo partiere, que tú escribieres, etc. y la compuesta: que él
hubiere cantado; que yo hubiere partido; que tú hubieres escrito, etc.
Estas formas verbales del
futuro hipotético ya no se usan; algunas veces las encontramos en textos
literarios clásicos.
HOMÓFONAS:
Según la Real Academia de
la Lengua, son las palabras que con distinta significación suenan de igual modo
(homófonas: igual sonido).
Aparte de la homofonía
–según Georges Mounin- , se dice que dos
grafías son homófonas cuando ambas constituyen la transcripción del mismo
sonido, por ejemplo: ‘b’ y ‘v’ en las palabras ‘acerbo’ y ‘acervo’; ‘sabia’ y
‘savia’, etc.
Una definición más
simple: homófonas son las palabras de igual pronunciación, pero de ortografía y
sentido diferentes. (v. t.: Parónimas)
HOMÓGRAFAS:
Palabras que se escriben
de igual manera, pero tienen distinta significación, como: canto del gallo; canto de la
moneda; canto o canción. (v. t.:
Parónimas)
HOMÓNIMAS:
Palabras con la misma
pronunciación y la misma ortografía, pero de sentido diferente.
(v. t.: Parónimas)
¡HUY! :
Interjección. Expresa
dolor, melindre, asombro o admiración.
I
I:
Décima letra del
abecedario español, y tercera de sus vocales. Letra numeral que vale uno en la numeración romana.
I LATINA (i latina); Y GRIEGA (y
griega) (v. Alfabeto. Nuestro alfabeto….)
IDIOLECTO:
Uso individual y
característico de la lengua. Ninguna persona utiliza la totalidad del sistema
lingüístico. Un hablante emplea generalmente de seiscientas a mil palabras.
Es, pues, el idiolecto el
lenguaje de una sola persona. Se estudia como base de descripción limitada de
un modo de hablar, y como muestra de los caracteres lingüísticos propios de esa
sola persona.
IDIOMA: (v.
lengua o idioma)
IDIOTISMO:
Forma o giro propios de
una lengua, pero irregulares dentro de su sistema gramatical. Forman parte del
caudal del español muchas locuciones, construcciones y modismos (v.) peculiares, donde aparecen como
rotas y menospreciadas las más claras leyes de la concordancia y construcción,
y como desfigurado el concepto, tales como: a ojos vistas; a pie juntillas,
etc.
ILATIVO:
En gramática es el caso
que indica el movimiento de penetración en un sitio cerrado, ejemplos: él se
sienta en el automóvil; ella entra al almacén.
IMAGEN:
Es un término de
múltiples significados en crítica literaria. Unas veces alude a la metáfora (v.). También se llama imagen al término
irreal o al conjunto de términos irreales que aparecen en una comparación
explícita o en una alegoría (v.).
Imagen acústica: las
palabras están en la mente, compuestas de fonemas (v.), y son susceptibles de ser actualizadas mediante el acto
mecánico de hablar o escribir.
Así como las matemáticas
y la filosofía manejan nociones abstractas o conceptos, lo propio del arte y,
por tanto, de la literatura es poner en juego imágenes creadas por la fantasía.
La imagen debe
corresponder a la idea y viceversa. El sabio crítico Croce dijo: “Una idea sin imagen es ciega, y una imagen
sin idea está vacía”.
Una imagen es un conjunto
de palabras –o palabra- tomadas en préstamo de su valor real en el vocabulario,
para ser trasladadas a otro significado que no tiene relación con el suyo
habitual. La relación se da por asociación de ideas.
IMÁGENES LITERARIAS:
La imagen es un
procedimiento literario para hacer comprender mejor una noción abstracta o un
objeto poco conocido; para pintar con fuerza una situación o simplemente, para
poner de relieve una idea y darle cierta gracia.
La imagen literaria debe
poseer algunas cualidades que faciliten su comprensión; debe ser:
Natural:
Ni rebuscada ni artificial. La
comparación ha de ser espontánea, sin esfuerzo aparente.
Justa:
Para que la relación
entre el pensamiento y la imagen quede bien establecida, para que la
comparación no resulte incoherente, la imagen debe ser justa, exacta.
Clara:
La comparación que no
aclara nada es impropia, innecesaria porque no cumple su objetivo fundamental.
Sugestiva:
Que
despierte la imaginación del lector; que avive su sensibilidad.
Hay imágenes visuales,
auditivas, táctiles, etc. Pero, en definitiva, es la sensibilidad del escritor
–especialmente del poeta- la que determina la elaboración de cada imagen.
(v. t.: imagen y figuras literarias)
IMPERATIVO:
Modo del verbo que
expresa un mandato. En nuestro idioma no tiene mas formas propias que las de la
segunda persona; las demás coinciden con las del presente del subjuntivo. Con
la forma imperativa también se puede expresar ruego, sugerencia, consejo,
ejemplos: estudia con entusiasmo y saldrás adelante; estudiad con
entusiasmo y saldréis adelante; ¡ven acá! ; sentaos aquí, etc.
Actualmente, la Real
Academia Española (RAE) ha aceptado las expresiones imperativas de algunos
países latinoamericanos, tales como: corré vos (verbo correr), decí vos (verbo
decir), corran ustedes, digan ustedes.
IMPRECACIÓN:
Es un recurso estilístico
o figura literaria (v.) para expresar
una amenaza. Es la manifestación de la ira, de la venganza, ejemplo: “Sea el
cielo, que está sobre ti, de metal, y la tierra que hollares de hierro; y el
Señor envíe sobre ella polvo en lugar de agua.” (El Deuteronomio)
IMPRENTA:
En el siglo XV inventó la
imprenta el célebre alemán Juan Gutenberg, nacido en Maguncia en 1400, (murió
en 1468). En Estrasburgo, en 1455, formó una sociedad para establecer la
primera imprenta, en la que se imprimió la famosa Biblia llamada “de a cuarenta
y dos líneas”.
INCISO: (v.
frases incidentales)
INCREMENTO:
En la gramática
tradicional es cada uno de los morfemas (sufijos o desinencias) añadidos a una
raíz o lexema, ejemplos: flor-EC-ita; pie-CEC-ito. El incremento se interpone, pues, entre el
lexema y el morfema, es decir, entre la raíz y el sufijo; generalmente, por
motivos de eufonía.
Unos gramáticos lo llaman
‘infijo’; interfijo; otros, ‘sufijo secundario’; y otros, ‘sílaba intercalada’.
(v. t. infijo).
Los estudiosos Darmestetes y G Flechia llaman
respectivamente al incremento o infijo o interfijo: ‘elemento de derivación’ y
‘eslabón’
INCUNABLES:
Reciben este nombre las
ediciones tipográficas hechas desde la invención de la imprenta hasta el
comienzo del siglo XVI.
INFIJO:
Es toda partícula que se
añade a una raíz, bien sea antepuesta o pospuesta o en medio como cas-ita, cas-erón, in-disciplina, dis-poner,
pie-CEC-ito. (v. incremento).
INFINITIVO:
El idioma español se
distingue por la gran flexibilidad del infinitivo, el cual se usa unas veces
como verbo y otras como sustantivo. En español, el infinitivo se sustantiva con
mucha frecuencia, por ejemplo: el comer
demasiado hace daño; el cantar alegra
el corazón.
El infinitivo es la forma
sustantiva del verbo. Unas veces hace oficio de sustantivo y equivale, por su
significación, a los sustantivos abstractos que expresan la acción del mismo.
Otras veces, su oficio es puramente verbal.
El infinitivo como
sustantivo puede hacer de:
Sujeto de la oración: el saber es útil. Aprender es parte de nuestra formación.
Predicado nominal: el reino de Dios no es comer ni beber. Todo no
ha de ser errar.
Complemento de un sustantivo: tengo deseos
de caminar. Es hora de descansar.
Complemento de un adjetivo: eso es digno de ver. Es cosa fácil de hacer. Esto es bueno para comer. Tú eres
capaz de ir.
Complemento directo: él quiere estudiar. Pienso salir. Procure pagar. Deseas olvidar.
Complemento indirecto: dedico mis días a leer. Trabaja para vivir.
Complemento circunstancial: del mucho leer y del poco dormir se le secó el cerebro (circunstancial de cantidad).
Vino a todo correr (modo) Te espero
al pasar el puente (lugar). Impuso
silencio para evitar la pelea
(complemento final)
La Real Academia opina
que este infinitivo complemento puede a su vez llevar otro infinitivo como
complemento, por ejemplo: quiso hacer
trotar el caballo.
El infinitivo como verbo
se caracteriza por:
Es forma no personal de
verbo. Es decir, no refiere la acción del verbo a ninguna de las personas
gramaticales.
Es atemporal, porque no
expresa por sí mismo el tiempo de la acción verbal.
Admite pronombres
enclíticos (v.); ejemplos: verte,
llevarlo, mirarme, escribirle.
Puede ser calificado o
determinado por adverbios o modos adverbiales, ejemplos: pienso en llegar
mañana. El mucho beber es perjudicial para la salud. Hablar a tontas y a locas.
Pegar a diestro y siniestro.
En cuanto a su oficio en
su carácter de verbo puede emplearse en construcciones conjuntas o absolutas (v.).
INFORME:
El incremento de la
industria y el deseo de perfeccionamiento constante han convertido el informe
en uno de los instrumentos más importantes y decisivos para el logro de estos
fines. Por lo tanto, su elaboración requiere una técnica especial.
El informe se basa
siempre en un hecho real: observaciones agudas, veracidad, decir lo
estrictamente necesario, definir, reunir, describir, etc. El informe es una
consideración sobre los hechos, una exposición de soluciones posibles de orden
práctico. El informante no debe olvidar su responsabilidad y el objetivo de su
informe que es servir, ser eficaz.
Los informes se originan,
regularmente, en el solo análisis, en los archivos o en la investigación.
Un informe debe ser
prudente, honrado, recto, sincero, desapasionado, reflexivo y de sanos
conceptos. Además de esto debe ser:
Preciso, es decir, desde el comienzo referirse al asunto
fundamental, exponiendo el problema, proporcionando datos, etc.
Claro: evitar el rebuscamiento, escribir en orden lógico
las ideas, suprimir los párrafos largos y las muchas explicaciones.
Conciso: el informe necesita brevedad, para ello se requiere
buen conocimiento y dominio del idioma.
Objetivo: debe estar basado en hechos reales.
Para lograr estas
cualidades del informe, es importante usar la nomenclatura, bien sea la
logicista o la decimal (v.)
Hay informes que no
requieren investigación especial sino que se extraen de los archivos, de los
hechos que ocurren; estos son los informes
periódicos (mensual o semanal).
Existe el llamado informe sobre progreso; es el trabajo
desarrollado en una obra determinada, el aumento de personal, por ejemplo.
Hay otros informes que
requieren investigación especial; son los que se realizan para proporcionar
nuevos datos, hacer sugerencias, resolver problemas, etc. Estos son:
Informe analítico: presenta los resultados
de un examen, de una inspección, de una investigación sobre un hecho
determinado o sobre una persona señalada..
Informe de recomendaciones: presenta los resultados
de los estudios o de las investigaciones y da recomendaciones, sugerencias
acerca de lo que es conveniente hacer.
Otros investigadores clasifican el informe en:
Expositivos: los que exponen los hechos sin ningún tipo de
análisis y sin conclusiones. Este informe tiene valor a causa de los datos que
contiene.
Interpretativos: los que
contienen datos e información para evaluar y aclarar circunstancias. Es el
informe que evalúa empresas y empleados.
Demostrativos: los que presentan los hechos gradualmente. En la
redacción de este informe debe ponerse mucho cuidado para que haya una marcada
diferencia entre los hechos en sí y los comentarios y sugerencias.
Para llevar a cabo una
información sobre cualquier tema, es necesario seguir un orden muy preciso.
Estos son los pasos que deben seguirse:
Presentación del asunto.
Es la introducción y ésta debe ser breve.
Tener razones para
sustentar el texto: presentar hechos concretos como: datos, pruebas
estadísticas, porcentajes, etc.
Redactar luego las
conclusiones.
Los documentos adjuntos o
anexos van al final y deben llevar el número que los identifica en el cuerpo
del informe.
La presentación del
informe: puede ser como una carta; como un memorando; como un trabajo de
investigación según las normas del Instituto Colombiano de Normas Técnicas
(ICONTEC) para los trabajos escritos, si el informe es muy largo.
INTENSIDAD DE LA VOZ:
Es una de las cualidades
de la voz humana. Los sonidos son fuertes o débiles según su mayor o menor
amplitud de onda concéntrica. Las vibraciones rápidas tienen períodos más
cortos, y las lentas, períodos más largos. El número de vibraciones por segundo
se llama frecuencia del movimiento, y
de ella depende el tono del sonido. El mayor grado de intensidad constituye el acento; por eso, la sílaba acentuada es
la que se pronuncia con mayor intensidad.
INTERFIJOS: (v. infijo e incremento)).
INTERJECCIÓN:
Es la parte invariable de
la oración con la que se manifiesta una impresión repentina que encierra en sí
una oración elíptica (v.).
Por su significado, las
interjecciones pueden expresar todos los sentimientos o pasiones humanas y ser,
por ello mismo, manifestación de alegría, ira, amenaza, extrañeza, dolor,
susto, espanto, horror, asombro, sorpresa, molestia, burla, enojo, desdén,
pena, admiración, cansancio, repugnancia, incredulidad, indiferencia,
displicencia, reserva, etc.
Con una misma
interjección se puede expresar diferente sentimiento según el momento en que se
emplee, por ejemplo:
¡Ah!, Indica sorpresa,
pena, admiración.
¡Oh!, manifiesta asombro,
pena, alegría.
¡Uf!, expresa cansancio,
fastidio, repugnancia.
Las interjecciones se
dividen en:
Propias; las que siempre
se emplean como interjecciones. Las de más uso son: ¡ah!, ¡eh!, ¡oh!, ¡uf!,
¡ay!, ¡bah!, ¡ea!, ¡hola!, ¡huy!, ¡fo!, ¡ojalá!, ¡olé!, ¡zas!, ¡puf!, ¡adiós!,
¡hurra!, ¡zape!
Impropias; los vocablos
que se utilizan como exclamaciones, a pesar de ser otro su valor gramatical, tales
como: ¡demonios!, ¡fuera!, ¡afuera!, ¡anda!, ¡silencio!, ¡ánimo!, ¡vaya!,
¡dale!, ¡toma!, ¡adelante!, ¡alerta!, ¡atrás!, ¡calla!, ¡caracoles!, ¡hombre!,
¡qué!, ¡miércoles!, etc.
A veces, las
interjecciones se repiten para dar más fuerza al sentimiento, ejemplos: ¡ya,
ya!; ¡toma, toma!; ¡bah, bah!. Hay casos en los que la interjección forma una
oración completa, por ejemplo: ¡Válgame Dios, lo que te dijeron!, ¡Horror lo
que veo!
INTERVOCÁLICA:
Se le da este nombre a
una consonante o a un grupo consonántico cuando va entre vocales.
INTERROGACIÓN:
Los signos de
interrogación son dobles (¿?) y deben escribirse al principio y al final de la
oración. Algunas veces no pueden ir al comienzo, sino en el sitio en donde
empiece la interrogación, ejemplos: ¿Cuándo
llega la profesora? En todo este tiempo
de espera, ¿qué hacemos, amigas?
IRONÍA:
Es una figura literaria o
recurso estilístico que consiste en decir con la intención y el tono de burla
todo lo contrario de lo que expresa la frase. Cuando la ironía es cruel, mordaz
ofensiva y hasta sangrienta se llama sarcasmo.
Ejemplo de ironía: “¡Ah!
¡Olvidaba la policía! Seguramente lo encerrarán con doble llave en un calabozo
para probarle que la vida es bella y que el mundo es un lugar de delicias.” (G.
K. Chesterton).
ISÓNIMAS:
Estas palabras son
llamadas también ‘dobletes’.(v. dobletes
filológicos).
ITALIANISMOS:
Son los vocablos
procedentes de Italia; muchos de ellos han sido aceptados por la Real Academia
de la Lengua, tales como: boleta, centinela, alerta, terceto, charlar, gacela,
opereta, coronel, piano, piloto, brújula, pestaña, soneto, tesitura, banca,
carroza y muchas más.
ITERATIVO:
Es el vocablo que
significa acción que se repite, o elemento que contribuye a que dicha
significación se produzca. Es iterativo el prefijo ‘re’ en verbos como
‘repicar’, ‘resonar’, ‘repetir. También se le llama frecuentativo
J
J:
Undécima letra del
abecedario español y octava de sus consonantes. Su nombre es ‘jota’
JAMÁS:
Adverbio de tiempo.
Nunca. Pospuesto a este adverbio y a ‘siempre’, refuerza el sentido de uno y
otro vocablo. Se emplea en las locuciones: ‘jamás de los jamases’, ‘en jamás de
los jamases’, que refuerzan enfáticamente la significación de este adverbio;
‘nunca jamás’: ningún día, en ningún tiempo.(v.t.: términos negativos en la frase).
JARCHA:
Estrofa final o ‘finida’
de un poema de origen hebreo o árabe conocido como ‘muwassaha’. Este tipo de
estrofa empezó a cultivarse a principios del siglo XI en romances mozárabes. Su
reciente descubrimiento por los historiadores hebraístas es de gran importancia
para la historia de la literatura, pues se considera la primera expresión
lírica de la poesía europea, un siglo antes de la aparición de la poesía
provenzal. Se han descubierto cuarenta y una jarchas, pero el estudio de estas
formas poéticas se encuentra en sus comienzos.
JERGA:
La jerga es un sociolecto
(v.), lo mismo que el argot. Según la Real Academia, jerga y argot tienen el
mismo significado.
La jerga es una lengua
especial y familiar que usan entre sí los individuos de ciertas profesiones y
oficios como: toreros, estudiantes, deportistas, etc. Es el vocabulario opuesto
al técnico. La palabra jerga por sí
sola nada dice; es necesario añadirle el complemento de la profesión o del
grupo a que se refiere, por ejemplo: la jerga de los estudiantes, la jerga de
los zapateros, la jerga de los choferes, la jerga de los periodistas, etc.
Según el lingüista
Fernando Lázaro Carreter, el nombre de jerga reúne multitud de conceptos:
lenguaje del hampa, con
finalidad esotérica, de naturaleza muy artificiosa;
lenguaje profesional como: jerga de médicos,
de filósofos, de tipógrafos, etc.;
lenguaje de cualquier grupo social como la
jerga de los deportistas, de los cazadores, de los espiritistas, etc.;
conjunto de palabras
procedentes de fuentes oscuras que por broma o ironía se introducen en la
conversación familiar de todas las clases sociales.
lengua de mal gusto,
complicada e incomprensible. El término jerga alterna en esta última acepción con el de jerigonza.
JERIGONZA: (v.
jerga).
JITANJÁFORA:
Nombre inventado por el
escritor mexicano Alfonso Reyes (1929) para designar palabras, metáforas,
onomatopeyas, interjecciones, estrofillas, etc. carentes de sentido, pero que
constituyen un fuerte estímulo para la imaginación. El maestro Fernando Lázaro
Carreter trae como ejemplo de jitanjáfora esta estrofa:
Por el río Paraná/ viene
navegando un piojo/ con un lunar en el ojo/ y una flor en el ojal.
JUDEO-ESPAÑOL:
Con este nombre se
denomina una variedad arcaica del idioma español, hablada por las comunidades
sefardíes o sefarditas, las que están formadas por judíos expulsados de España
por los Reyes Católicos y repartidos por Marruecos y Oriente.
En este idioma
judeo-español hay abundantes turquismos y, en general, elementos de las lenguas
con las cuales coexiste. Según el académico Fernando Lázaro Carreter, hoy se
habla también judeo-español en comunidades sefarditas de América, sobre todo en
Nueva York y Buenos Aires.
K
K:
Duodécima letra del abecedario
español y novena de sus consonantes.. Su nombre es ‘ka’. Se emplea en palabras
de origen griego o extranjero. En las demás, su sonido se representa con ‘c’
antes de ‘a’, ‘o’ y ‘u’, y con ‘qu’ antes de ‘e’, ‘i’.
KILO:
Elemento compositivo de
origen griego que significa ‘mil’, como kilogramo, kilómetro. A veces se
escribe ‘quilo’: quilogramo, quilómetro.
KINÉSICA:
Es un neologismo
reciente, préstamo del inglés. Designa los sistemas o medios de comunicación
humano que no se basan en el lenguaje articulado vocal; tal, la mímica del
rostro, la gesticulación convencional o espontánea de los miembros y del
cuerpo. También se le conoce con los nombres de: comunicación no verbal o
paralenguaje.
L
L:
Decimotercera letra del
abecedario español, y décima de sus consonantes. Su nombre es ‘ele’. Letra
numeral que tiene el valor de 50 en la numeración romana.
LA:
En gramática es artículo
determinado en género femenino y número singular. Acusativo del pronombre
personal de tercera persona en número singular y en género femenino.. No admite
preposición y puede usarse como enclítico (v.):
la miré = miréla, mírela. Es forma propia del complemento directo cuando éste
es persona o cosa personificada.
LABIAL:
Consonantes labiales. Se
da este nombre, con escasa precisión, a las letras bilabiales y labiodentales (v. bilabial y labiodental).
LABIODENTAL:
Se les da el nombre de
labiodentales a las letras cuyos órganos de articulación son el labio inferior
y el borde de los dientes incisivos superiores: /f/, /m/.
LACONISMO:
Este término se aplica a
la brevedad de la expresión, llevada al extremo; casi el idioma se reduce a
monosílabos y a vocablos aislados. El ejemplo de laconismo son las célebres
palabras del emperador romano: “llegué, vi, vencí”, para informar sobre su
victoria.
LAÍSMO:
Con este nombre se conoce
el empleo incorrecto de los pronombres ‘la’ y ‘las’; consistente en usarlos
como complemento indirecto, pues no se dice: la regalaron un libro, sino: le
regalaron un libro. Es correcto el uso de estos pronombres ‘la’ y ‘las’ cuando
se refieren al complemento directo; ejemplos correctos: yo la vi llegar; yo las
vi llegar. Tú la escuchaste atentamente; tú las escuchaste atentamente. En
estos últimos ejemplos no hay el error llamado ‘laísmo’, porque todos son
complementos directos.
LATINISMOS:
La Real Academia incluye
los latinismos entre los barbarismos (v.)
que cometen los que “truecan por vocablos de otras lenguas los castellanos
genuinos y expresivos”. El mayor aporte al idioma español lo hizo el latín, por
eso siglo tras siglo la Real Academia acoge un gran número de vocablos venidos
del latín.
Pero sí hay personas,
especialmente oradores y catedráticos, que prefieren expresar algunas ideas en
latín, más bien que en español, para crearse imagen de sabios y eruditos ante
el público.
Estas son algunas
locuciones latinas usadas con frecuencia:
Accésit segundo premio Ad hoc para un fin determinado
Ad gloriam: por la gloria Ad honoren: por el honor, gratuitamente
Alter ego: otro yo, como si fuese yo mismo Déficit: que falta
A posteriori tiempo más tarde A priori con anterioridad
Ad libitum: a voluntad, a elección Ad litteram: a la letra
A divinis: en las cosas divinas Bona fide: de buena fe
Cálamo currante al correr de la pluma Consummatum es todo se ha acabado
Cogito, ergo sum: pienso, luego éxito De motu proprio: por propia iniciativa
Deo juvante: con la ayuda de Dios Dies iraes: día de la cólera
Dura lex, sed lex: dura es la ley, pero es la ley Ex nihilo nihil: de nada, nada
Ergo por tanto, luego Ex abrupto arrebatada, bruscamente
Ex cathedra: con autoridad de maestro Ex libris: fuera del libro
Ex profeso de propósito Ibídem allí mismo
Habeas corpus derecho del detenido a ser oído In fraganti en flagrante, en el momento
Fiat lux: hágase la luz Fiat voluntas tua: hágase tu voluntad
Grosso modo: a la ligera In
continenti: al instante
Inter nos entre nosotros Motu proprio espontánea, voluntariamente
Non plus ultra no más allá Statu
quo en el estado actual
Sine qua non condición sin la cual no Sub judice pendiente de resolución
Sui generis muy especial Vox populi del dominio del pueblo
Ipso facto: en el acto, por el mismo Lapsus calami error de pluma
In extenso: por entero
In extremis: en el último
momento
Lapsus linguae: error
al hablar Mare
magnum: más grande, confusión de
asuntos
Modus vivendi: modo de vivir Per se: por sí, o por sí mismo
In vitro: en el vidrio Quid pro quo: una cosa por otra
Urbi et orbi: a la ciudad y al universo Vade retro: retírate
Veni, vidi, vici: vine, vi, vencí Verbi gratia: por ejemplo
Ultimátum: última resolución Superávit: sobrante
En latín no existen las
tildes; cuando alguna palabra o expresión latina aparece en los textos con
tilde es simplemente porque el autor quiso orientar al lector en la
pronunciación.
LE:
Perteneciente al
pronombre de tercera persona en género masculino o femenino y número singular,
ejemplos: le dije a Pedro; le conté a María; Se usa en las construcciones con
complemento indirecto.
LEÍSMO:
Este vicio del lenguaje
consiste en el uso frecuente del pronombre ‘le’ de manera incorrecta. El
pronombre ‘le’ es la forma correcta del complemento indirecto para los dos
sexos, ejemplos: ayer le compré un
regalo (a ella o a él); le traje la tarjeta (a él o a ella).
A veces se puede usar con
el complemento directo siempre que éste sea persona del sexo masculino y no
cosas, ejemplo: Vino Juan, ¿le viste? Le miré fijamente (a él).
Usar el pronombre ‘le’
fuera de estas normas, es cometer el error llamado leísmo.
LENGUA o idioma:
Así llama la Real
Academia al conjunto de palabras y modos de hablar de cada nación.
La palabra idioma se
deriva de la raíz latina “idio” que significa: propio, individual, particular.
Para que una lengua o
idioma se considere como tal, debe poseer gramática y literatura propias y ser
hablado por muchas personas.
Se considera el idioma
semejante a un organismo vivo que, como tal, no puede permanecer estático, sino
que evoluciona al compás del progreso de las ciencias, de las artes, las
industrias, la tecnología, los deportes y de toda actividad humana,
enriqueciendo el vocabulario con nuevas palabras
El idioma tiene tres
manifestaciones: la competencia, la aceptación y la actuación.
La competencia (o saber lingüístico) tiene normas fijas las que se aprecian en
tres campos: el saber elocutivo (v.
habla), el saber idiomático y el saber expresivo; este último corresponde a
las determinaciones del hablar: hablante, oyente, objeto, situación. (v. habla). La aceptación y actuación
tienen normas flexibles.
La denominación de las
lenguas se relaciona siempre con la de la nación donde inicialmente se
emplearon. Por eso, la nuestra se llama lengua española, aunque también se le
conoce como lengua castellana, puesto que tuvo su origen en Castilla. Las
lenguas se dividen en:
Monosilábicas: lenguas
cuyos vocablos carecen de formas gramaticales: son simples raíces de una sola
sílaba, como la lengua china y sus dialectos.
Aglutinantes: las que a
la raíz unen otras raíces como prefijos (v.)
o sufijos (v.) juntando varias palabras en una, sin fundirlas, como la lengua
japonesa.
Flexionales: las lenguas
que modifican sus palabras en virtud de morfemas (v.) o desinencias, como las lenguas: española, latina y griega.
La más antigua lengua
escrita conocida es el sumerio (año 3.500 a. de C.); el acadio y el egipcio
fueron conocidos también en el IV milenio a. de C.; la historia del chino va
del II milenio a. de C. hasta nuestros días.
La Naciones Unidas han
dicho que en el año 2000 el número de lenguas no es inferior a 4.000 para una
población mundial superior a 6.000 millones.
LENGUA ESPAÑOLA,
evolución:
Se dice que los iberos
fueron los primeros habitantes de la península llamada ibérica, la que hoy
está poblada por España y Portugal.
En el siglo VI a. de
Cristo, los celtas invadieron el territorio de los iberos y ocuparon el
centro y el oeste de la península; se mezclaron con los iberos y formaron la
raza celtíbera. Todos estos pueblos tenían su lengua propia.
Posteriormente
desembarcaron los fenicios, los griegos y los cartagineses; estos últimos
sometieron todo el país bajo su dominio. Cada pueblo llegado a la península
ibérica fue dejando las huellas de su lengua que luego se mezclarían al idioma
español. Además de los vocablos heredados del país vascuence situado al norte
de España.
En el siglo II a. de C.,
los romanos invadieron el país, desalojaron a los cartagineses y
anexaron a Roma el territorio conquistado. Los romanos permanecieron en España
cuatro siglos; ellos contribuyeron a la civilización hispánica; dieron sus
leyes, su educación, su religión cristiana y su idioma, el latín.
Se mezclaron las dos
lenguas, la del pueblo y el latín y surgió un latín popular, fuente de la
lengua española (castellana por haber nacido en la provincia de Castilla).
EN EL SIGLO XIII, en el
reinado de Alfonso X “el Sabio” (rey de Castilla y de León) se le dio carácter
oficial al nuevo idioma y se llamó “español”.
A principios del siglo
VIII de la era cristiana llegaron los árabes y se apoderaron de toda
España; sólo en el año de 1492 los españoles lograron expulsar definitivamente
a los árabes de su territorio; muchísimas palabras del árabe penetraron a
nuestro idioma.
El español es una lengua
romance (v.); es decir, que su origen
está vinculado a la existencia de Roma y a su lengua; de ésta surgen numerosos
idiomas romances. El conjunto de pueblos que hablan lenguas procedentes del
latín se llama ‘Romanía’.
En nuestro idioma se
encuentran fenómenos de incorporación léxica, morfológica y fonética
procedentes de los antiguos idiomas que había en España a la llegada de los
romanos. De los iberos quedan algunas huellas léxicas como: páramo, vega,
izquierdo, bahía, manteca, etc.
En cuanto a la
morfología, están los sufijos: ‘rra’, ‘rro’ en palabras como: pizarra, cerro,
barro, guijarro; proceden del vascuence. En la fonética, tenemos la tendencia a
suprimir la ‘f’. Por eso en la evolución del español encontramos la diferencia
con los demás romances peninsulares, por la sustitución de la ‘f’ por la ‘h’,
la que fue primero, aspirada, y después, muda.
Hubo también influencia
de los griegos por medio de los romanos. Se consideran como ‘helenismos’ (v.) palabras como: púrpura, golpe, botica,
huérfano.
Después de ocho siglos de
dominación romana, llegan los pueblos del norte de Europa, y con ellos su
influencia lingüística. En España se adoptan muchas voces germánicas, tales
como: arenque, bandera, burgo, aspa, guerra, tregua, guardia.
Trescientos años después
de la invasión germánica, un nuevo factor histórico aparece en
España: la invasión
musulmana o árabe que dura ocho siglos (del año 711 hasta 1492). Estos nuevos
pueblos recién llegados, que son: los árabes, bereberes, almorávides, almohades
traen como signo común la unidad religiosa y lingüística.
Con el nuevo elemento
invasor llega un idioma, el árabe, y con él se enriquece el español. Hay muchas
palabras de origen árabe, algunas son: almena, albañil, alfarero, acequia,
alcantarilla, algarrobo, almanaque, alcaide, alcalde, muchedumbre, mansedumbre,
herrumbre, jazmín, marfil, zaguán, califa, arroba, quintal, azul, aduana,
naranja, tambor y muchas más. En general, casi todas las palabras que empiezan
por ‘al’ y las que terminan en ‘umbre’ son de origen árabe.
Con el descubrimiento de
América, muchas voces americanas se incorporan al español (v. americanismos).
La lengua española de los
primeros siglos es vacilante en sus formas, pero esta falta de unidad termina
con la influencia de Castilla, provincia creadora de un idioma original y nuevo
que va anulando las formas antiguas. En este nuevo idioma que evoluciona del
latín, encontramos algunas características:
La fonética simplifica
muchas formas gramaticales y da una gran claridad acústica determinada por las
vocales simples, especialmente la ‘a’ que le imprime gran musicalidad.
Este idioma romance
recién nacido, el castellano, se fortalece y va uniendo a España hasta
convertirse en el idioma español, la lengua oficial de la península ibérica.
Las consonantes iniciales
simples del latín se conservan casi todas en el español, ejemplos: bono >
bueno; latrone > ladrón; digitu > dedo.
(El signo > indica que
la segunda palabra procede de la primera.)
(El signo < indica que
la primera palabra procede de la segunda.)
Las consonantes sonoras
intervocálicas se conservan, ejemplo: nidu > nido, y las consonantes sordas
intervocálicas, generalmente se sonorizan, ejemplos: capra > cabra, delicatu
> delgado.
Se forman palabras con
consonantes finales simples, ejemplos: vanitate > vanidad;
cantare > cantar;
fidele > fiel; pace > paz; voce > voz
Las consonantes
interiores dobles se convierten en letras sencillas, ejemplos:
Sabbatu > sábado;
bucca > boca; abbate > abad; summa > suma
La letra elle (ll) se
conserva, ejemplos: Castella > Castilla; collum > cuello
La elle (ll) no es de
origen latino sino de formación romance, lo mismo que la eñe (ñ):
nn > ñ; pinna > piña.
La grafía de la eñe (ñ)
surgió de emplear una tilde encima de la ene (n) para indicar que se había
suprimido en la escritura, para abreviar otra ene (n).
Evolución morfológica de
la lengua española:
El latín de decadencia
empezó a usar el adjetivo ‘ille’, ‘illa’,’illud’ con carácter de artículo. De
allí nacen los artículos ‘el’, ‘la’, ‘los’ en español.
En latín las funciones
del sustantivo se indicaban por medio de la declinación. Cada función estaba
representada por un caso (v.), y cada
caso tenía una terminación característica. Hoy, la gramática habla de sujeto y
complementos, de sintagma nominal y sintagma verbal.
El idioma español
conserva casi siempre el género de los nombres latinos.. Los terminados en ‘a’
son femeninos; los terminados en ‘o’, masculinos.
Muchos sufijos del latín
pasaron al español; algunos de ellos son:
ADA: temporada AZO: plumazo ILLO: anillo ANZA: venganza.
DOR: emperador ÍSIMO: certísimo.
Como prefijos latinos se
usan las preposiciones, ejemplos:
contra-pelo; con-doler;
sin-vergüenza; com-placer; des-leal; entre-tener; sobre-poner.
En cuanto a los verbos,
la conjugación latina se conserva casi completa:
La primera conjugación
(ar) recibió los verbos latinos terminados en ‘are’:
amare > amar; cantare > cantar
La segunda conjugación (er) recibió los
verbos terminados en ‘ere’:
timere > temer; legere > leer; debere > deber; facere > hacer
La tercera conjugación
(ir) recibió los verbos terminados en ‘ire’:
Aperire > abrir; dormire > dormir
Además, muchos verbos
latinos terminados en ‘ere’ también pasaron a la tercera conjugación:
Lucere > lucir; petere >
pedir; percipere > percibir
En el siglo XV la lengua
española se expande universalmente; se habla en los nuevos dominios de España,
especialmente en América. Además, van apareciendo los italianismos (v.) debido a los constantes viajes.
Los escritores del siglo
XVI contribuyen a un progresivo enriquecimiento de la lengua. Crean numerosos
neologismos (v.) para expresar los
sentimientos; son nuevos modos de expresión.
En el siglo XVII se ponen
de moda los cultismos que son los helenismos (v.) (del griego) y los latinismos (del latín)
El siglo XVIII es de
estudio y análisis. El rey Felipe V crea la Real Academia Española para regir
los destinos del idioma. En este siglo, el influjo francés es grande; por eso,
se incorporan al español numerosos
galicismos (v.).
En la segunda mitad del
siglo XIX es notoria la tendencia de los modernistas a crear vocablos por
invención o por derivación.
En el siglo XX se
intensifica la presencia de numerosos vocablos de importación, casi todos
procedentes del inglés, anglicismos (v.).
Los más numerosos proceden del deporte, el cine y la tecnología.
Perfil del idioma
español:
Poca gramaticalización,
la que se manifiesta en:
Libertad en el orden de
las palabras.
Poder usar el sustantivo
sin el artículo determinante.
Poder usar el verbo sin
ayuda del pronombre.
Pocas contracciones (v.) entre artículos y preposiciones.
Poca frecuencia de
palabras de refuerzo.
La afectividad. Esta
fuerza afectiva se expresa en:
Abundancia de
apreciativos (diminutivos, aumentativos, despectivos)
Frecuencia de formas
exclamativas (maldiciones, interjecciones)
Inversión del orden lógico
de las palabras
Reduplicación de
adverbios y pronombres
Multitud de variantes en
la entonación y en el gesto
Predominio de la acción.
La lengua es dinámica; se aprecia en:
Predominio del verbo
sobre las formas nominales
Decadencia de la voz
pasiva
LENGUAS INDÍGENAS EN
COLOMBIA: (v. familias de lenguas
indígenas)
LENGUAS ROMANCES:
Se les conoce también con
el nombre de ‘lenguas románicas’ porque su origen está vinculado a la
existencia de Roma; ésta impuso su idioma: el latín y de él surgieron numerosos
romances: la influencia que sobre el latín ejercieron los idiomas propios de
los lugares conquistados por los romanos fue dando origen a una multitud de
modalidades dialectales, que con el correr de los tiempos y según las regiones,
adquirieron carácter propio. Nacieron, entonces, lo que se llama ‘jergas del
vulgo’ que no pudieron llamarse latín y que fueron el origen de diferentes
romances. Con el correr del tiempo fueron perfeccionándose, y estos romances se
llamaron ‘lenguas neolatinas’ (originarias del latín). El conjunto de pueblos
que hablan las lenguas procedentes del latín se denomina Romanía.
Las llamadas lenguas
romances son:
El italiano (Italia); el
provenzal (sur de Francia); el castellano (Castilla); el catalán (provincias
catalanas); portugués (Portugal); francés (Francia); retorromano (algunos
cantones de Suiza); dalmático (Dalmacia); rumano (Rumania); gallego (Galicia);
sardo (isla de Cerdeña, antes Sardania).
LENGUAJE:
El lenguaje es una de las
manifestaciones de la actividad simbólica del hombre, es decir, de su aptitud
para representar las cosas, las ideas y los hechos por medio de sonidos,
gestos, actitudes, comportamientos, signos u objetos que son los sustitutos de
aquéllos.
En la actualidad, gracias
al gran avance científico y tecnológico, se han desarrollado nuevos sistemas de
comunicación, como: el lenguaje visual, el auditivo, el matemático, el de la
lógica formal, el de las imágenes, etc.
Ahora bien, un problema
muy debatido y desde muy antiguo es cuándo
empezó a hablar el hombre y cómo pudo
empezar a hacerlo.
Las dos hipótesis griegas
más antiguas se deben a Demócrito y a Platón; el primero afirma que el lenguaje
es de institución arbitraria (‘thesei’). En el diálogo platónico, ‘Cratilo o la
exactitud de las palabras’, Cratilo se plantea el problema del origen natural
del lenguaje (‘physei’). Las palabras imitan la naturaleza de las cosas;
conocemos su esencia por las palabras.
En el siglo IV a. de C.,
Platón es el iniciador del estudio de la significación, basada en la verdad o
falsedad de las proposiciones. Los filósofos griegos no distinguían muy bien
entre lógica y gramática.
Para Platón, la
institución de las palabras es un hecho natural, pero el espíritu interviene en
la evolución de ellas.
Aristóteles considera la
voz como una facultad natural, y la palabra como una invención convencional.
El lenguaje antiguo y el
medieval giraron alrededor de la sabiduría y lo absoluto, marcados por la
filosofía y la religión. Descartes fue el primero en establecer la posición del
hombre como sujeto y objeto de pensamiento y observación.
Modernamente, también hay
muchas teorías al respecto; algunas de ellas son:
Hovelaque opina que la
facultad de hablar articuladamente es natural; es una energía; pero el uso que se hace de ella es un arte (‘ergon’).
Whitney y Saussure
definen el origen del lenguaje como un hecho arbitrario. El hombre pudo usar,
en vez del habla, los gestos o los demás signos visuales.
Steinthal opina que no
hay ninguna dificultad, toda vez que “el hombre habla como el bosque susurra.”
Max Müller cree que el
hombre tiene una facultad expresiva, un instinto filológico creador del
lenguaje.
Otras teorías se fundan
en la imitación.. La palabra sería una imitación del objeto por medio del
sonido. Explican el origen de ciertos sonidos, los onomatopéyicos, pero no los
demás sonidos.
Spencer asegura que el
lenguaje deriva de una evolución lenta de la animalidad.
Otros admiten la teoría
de la elaboración, es decir: el hombre nace sin ideas, pero posee la facultad
de adquirirlas, organizarlas y, en consecuencia, de crear el lenguaje.
Otro concepto del origen
del lenguaje es: Dios hizo al hombre un ser parlante, le dio facultad de hablar
y los órganos necesarios para convertir la potencia en acto.
La ciencia del lenguaje
se divide en dos grandes bloques:
Sociolingüística: se
interesa por el lenguaje como un fenómeno social y cultural; afirma que el
lenguaje tiene relaciones con las ciencias sociales, especialmente con la
psicología social, la geografía humana y la sociología. La sociolingüística no
concede mucha importancia a la gramática sino que destaca la intencionalidad
del individuo.
Psicolingüística: estudia
los nexos entre la psicología y la lingüística. Abarca conceptos biológicos,
antropológicos, sociológicos y educativos. Se ocupa de las diferencias entre el
lenguaje humano y la comunicación animal; pone énfasis en la relación
lenguaje-pensamiento. Además, la influencia que sobre el individuo tiene su
medio familiar, social, educacional, etc. Estudia los procesos de aprendizaje del
idioma.
Hoy, siglo XXI, se está
hablando de Neurolingüística:
Muchas definiciones en
torno a esta palabra. Muchas aplicaciones.
Ella estudia los
mecanismos del cerebro para conocer y comprender el lenguaje, bien sea oral,
escrito o con signos (los códigos), y lo estudia a partir de la propia
experiencia.
Relaciona a un ser con
otro y pone en claro esa relación. Antes, la neurolingüística se
relacionaba sólo con las afasias, las
carencias lingüísticas, los trastornos neuronales…
En una época anterior, no
muy lejana, se estudiaba esta ciencia de manera más descomplicada, sin este
nombre, y desde la sicología:
YO, EL OTRO, NUESTRAS
PALABRAS MEDIANDO EN EL SENTIR Y EN EL PENSAR.
Hoy estamos hablando de
neurolingüística, neurobiología (disfunciones del lenguaje: tartamudeo,
dislexia), técnicas de medición del aprendizaje; lingüística computacional…
CLARIDAD EN EL LENGUAJE: (v.)
FUNCIONES DEL LENGUAJE: (v.)
CLASES O NIVELES DEL LENGUAJE:
Lenguaje culto:
En él percibimos los
matices literarios, poéticos, filosóficos. También es llamado lenguaje
literario; es el más representativo por su carácter de estabilidad. La
literatura nos da las normas para adornar este lenguaje, para que además de
correcto, esté revestido de belleza, armonía y produzca en el lector una grata
emoción
Lenguaje vulgar:
Es sencillo, libre de
adornos y embellecimiento literario, es el lenguaje popular. En latín, pueblo
es ‘vulgo’, por eso el lenguaje del pueblo es el vulgar.
Lenguaje hablado:
Por sí sólo es
insuficiente; se encuentra limitado por el espacio y el tiempo; pero a su vez
aventaja al lenguaje escrito porque es un lenguaje anímico. Las inflexiones de
la voz y las insinuaciones del tono atraen el interés del interlocutor hacia la
idea. Si se añade el gesto, se termina por expresar los matices de los afectos
con más extensión y fuerza persuasiva.
Lenguaje escrito:
Por el lenguaje escrito
trasmitimos el pensamiento a través del tiempo y del espacio, a regiones
remotas y a futuras generaciones. La enseñanza oral sin el auxilio de los
libros sería más defectuosa y rudimentaria. Se ha dicho que la escritura es la
memoria de la humanidad.
Lenguaje familiar o
coloquial:
Es el lenguaje
conversacional. En literatura, este lenguaje se emplea cuando el arte se
aproxima a lo natural. Las obras costumbristas se encuentran en este campo.
Lenguaje figurado:
El lenguaje figurado,
traslaticio o ‘tropológico’ (v. tropo), (de ‘tropo’ = cambio) permite usar las
palabras en un sentido ‘figurado’, imaginativo. La figura que permite cambiar
el sentido propio de las palabras por un sentido figurado se llama ‘tropo’. (v. t.: figuras literarias)
LENGUAJE Y PENSAMIENTO:
El lenguaje no manifiesta
sólo una voluntad aislada, no descubre sólo un sentimiento momentáneo, no imita
o representa sólo algo particular, sino que ordena todo esto dentro de un campo
único de significación general.
A una disposición de
pensar corresponde una determinada manera de hablar. En la lengua se reflejan
las diversas modalidades del ser mental que habla.
En la formación del
pensamiento individual, el lenguaje sirve para simplificarlo, precisarlo y
fijarlo. Precisa el pensamiento perfeccionándolo y analizándolo, hasta
conseguir la expresión exacta.
El lenguaje como hecho
biológico, es el resultado de la actividad propia y del medio ambiente. Muchas
personas incultas no pasan de determinadas frases del desarrollo lingüístico.
El manejo del idioma es
un doble proceso de análisis y de síntesis. Expresar a los demás nuestro
pensamiento obliga a distinguir bien los elementos que integran el juicio o el
sentimiento de que se trata.
La vieja gramática
tradicional sólo tenía en cuenta la relación pensamiento-lenguaje y a esto
se le llamaba ‘logicismo’ (v.).En el
idioma intervienen también los factores psicológicos. (v. t.: Lenguaje, la ciencia del lenguaje).
La Escuela de Port-Royal (Gramática general y
razonada) buscó una correspondencia entre el pensamiento y las lenguas
naturales; pero la gramática (arte de hablar) y lo razonado (arte de pensar) se
distinguían confusamente; durante todo el siglo XVIII predominó dicha
tendencia. (v. t.: logicismo).
LENGUAJE Y REDACCIÓN:
El lenguaje es un hecho
natural en el ser humano. Se aprende a hablar sin estatutos ni preceptos.
Quien tiene el don del
lenguaje puede redactar con belleza y elegancia aun sin conocer las normas
gramaticales; lo mismo les ocurre a quienes leen a los que bien escriben o
escuchan a los maestros del bien hablar.
Lo que necesitan los
iniciados en la redacción es tener qué decir y encontrar las fórmulas precisas
de sus ideas; luego vendrá la necesidad de aprender a emplear correctamente el
idioma.
El secreto de todo buen
manejo del lenguaje, de la correcta escritura, de la excelente lectura es saber
distinguir entre la calidad y la cantidad del vocabulario personal. Comprender
una idea, entender una lectura, solucionar un problema empiezan por conocer,
entender,, estudiar y saber manejar LA PALABRA. La semántica, la ortografía, la
etimología son necesarias, pero hay que poner atención a la sinonimia dado que
lo que el lenguaje exige es claridad, precisión y propiedad.
LETRA:
Signo gráfico que, solo o
combinado con otros, representa en la escritura un fonema. Las letras pueden
ser simples (b, c, p, a, d, e) o dobles (ch, ll), que son los llamados
‘dígrafos’. Las letras se han dividido en vocales y consonantes (v t.: alfabeto, clasificación de las letras)
LETRILLA:
Composición de tema
lírico, humorístico y satírico muchas veces, con versos de ocho o de seis
sílabas, que adopta la forma del villancico o del romance con estribillo,
ejemplo:
“Poderoso caballero/ es
don Dinero./ Madre, yo al oro me humillo:/ él es mi amante y mi amado,/ pues de
puro enamorado,/ anda con tino
amarillo;/ que pues, doblón o sencillo,/ hace todo cuanto quiero,/ poderoso
caballero / es don Dinero.” (Quevedo y Villegas)
LEXEMAS:
Es un término de los
lingüistas norteamericanos para designar la raíz de las palabras. Los
gramáticos españoles dicen que las palabras se componen de raíz y terminación;
este mismo concepto lo emiten los norteamericanos diciendo que las palabras (o
monemas) se dividen en lexemas y
morfemas, por ejemplo: el verbo
cumplir se descompone así: raíz o lexema: CUMPL, cuyo significado léxico es
ejecutar, realizar, y el morfema: IR que tiene un significado gramatical: verbo
en infinitivo de la tercera conjugación.
El lexema es la unidad
que expresa el sentido básico de la palabra o monema. Es la raíz en los verbos,
a la cual se unen las desinencias o terminaciones o morfemas. A veces, al
lexema se unen dos morfemas para formar un monema o palabra o vocablo, por
ejemplo en el verbo compadecer
tenemos: COM = morfema, (prefijo); PADEC =
lexema, es decir, raíz. ER = morfema (desinencia, terminación); el
vocablo o monema formado es: compadecer.
LEXÍAS:
Son bloques unitarios de
significado. Las lexías son de varios tipos:
Lexías simples: silla,
mano, casa, guerra, amor, luz (palabras simples).
Lexías compuestas:
rompehielos, paraguas, quitasol (palabras compuestas).
Lexías complejas: cara a
cara, mano a mano (frases hechas)
Lexías locucionales:
andar a ciegas, hablar a tontas y a locas (locuciones adverbiales)
LEXICALIZACIÓN:
El lingüista Bally
designa con este nombre el proceso que convierte un conjunto sintagmático en un
elemento lingüístico que funciona como una sola palabra. Conversión de una
interjección o de una onomatopeya en una palabra capaz de funcionar
gramaticalmente, ejemplos: los ayes; los runrunes.
En informática –según el
lingüista Mounin- lexicalización es la operación que consiste en clasificar los
elementos de un fichero por orden alfabético sobre una o varias zonas de datos.
Existe la lexicalización inversa que es la clasificación de Z hacia A.
LÉXICO:
Es el sistema de palabras
que componen una lengua. Este término se usa también como adjetivo para
expresar lo referente al léxico, por ejemplo: elementos léxicos, caracteres
léxicos, acento léxico.
LÉXICOS COMPLEMENTARIOS:
Con este nombre se
denomina en la lexicografía (v.) de
la redacción a los vocabularios que añaden datos, cualidades o circunstancias
semánticas, históricas, de régimen o de interpretación que contribuyen al
perfeccionamiento del lenguaje habitual.
LEXICOGRAFÍA:
Es la técnica o el arte
de componer diccionarios de la lengua.
LEXICOLOGÍA:
Disciplina que estudia
las unidades léxicas, palabras e idiotismos (v.), de una lengua en su aspecto sincrónico (v. diacronía y sincronía), a diferencia de la semántica que opera
dentro del plano diacrónico.
El determinar el
significado que una palabra ha tenido en un momento cualquiera de la historia
de nuestra lengua o posee en la actualidad, y el establecer las relaciones de
dicha palabra dentro del sistema léxico español de ese momento, es propio de la
lexicología. La semántica (v.) se
ocupará de determinar el proceso que
siguió esa palabra desde su significado originario hasta el significado actual.
LICENCIAS POÉTICAS;
Son autorizaciones que
las leyes de la métrica les permite a los poetas, en relación con la medida de
los versos. Las principales licencias métricas o poéticas son: diástole,
sístole y diéresis (v. cada una de ellas
en el lugar correspondiente según el orden alfabético).
LICUAR: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso
común en el hablar y escribir)
LIED:
En la literatura alemana
se llama ‘lied’ a un poema épico antiguo (como Los Nibelungos), o canción
narrativa o lírica. Algunos estudiosos del estilo llaman ‘lied’ a poemas no
cantados, de carácter sentimental, báquico, patriótico, etc. En la literatura
francesa romántica, un ‘lied’ es un poema amoroso y melancólico, de estrofas
cortas como una canción.
LINGÜÍSTICA:
La lingüística y la
filología estudian todas las manifestaciones del lenguaje humano, tanto de
pueblos salvajes como de naciones de gran cultura; tanto de unas épocas como de
otras, y atiende no sólo a la corrección del lenguaje, sino también a todas las
formas de expresión.
La misión específica de
la filología es describir las lenguas y su historia, compararlas y reconstruir
las lenguas madres de cada familia. Investiga también las fuerzas que actúan
sobre todas las lenguas y formula las leyes generales a que se pueden reducir
los fenómenos particulares. En el caso de las lenguas romances, es importante
el estudio del latín.
Los dos elementos
constitutivos del lenguaje son la lengua y el habla. El habla es un polo
intuitivo y creador. La lengua es un polo sistemático y de categorías
determinadas.
La lingüística estudia
estos dos polos en un entrelazamiento según el cual la creatividad está bajo la
influencia del sistema, y éste no funciona sino por la intervención del
individuo que traduce ese sistema en expresiones prácticas.
La mayoría de las veces,
los lingüistas parten, para su estudio, del habla; los filólogos toman como
objeto de estudio el leer y el escribir. (v.
t.: diacronía y sincronía).
Ferdinand de Saussure
inscribió la lingüística en la semiología (ciencia de los signos), y ésta en la
psicología social, parte de la psicología general. Separó de la lingüística el
‘habla’ por ser individual; lo real y objetivo de la lingüística científica es
la ‘lengua’ por ser producto social.
Noam Chomsky, uno de los
cinco políticos más influyentes del siglo XX, inscribe la lingüística en la
psicología (ciencia de la mente); supone que el estudio del lenguaje contribuye
al conocimiento del funcionamiento de la mente y también al conocimiento de la
naturaleza humana; en sólo cuarenta años ha habido más innovación científica en
el campo de la lingüística que en toda la historia del estudio del lenguaje
desde Platón. Con Chomsky la historia de la lingüística se parte en dos: antes
de Chomsky y después de él. Antes de él, el estructuralismo y la lingüística
tradicional, después de él, la gramática generativa y transformacional.
El lingüista Coseriu dice
que el saber lingüístico comprende:
El saber elocutivo
El saber idiomático
El saber expresivo.
En relación con el
primero de estos saberes, Saussure (1916) opina que el saber hablar o elocutivo
es una capacidad inconsciente en el ser humano, mientras que Chomsky (1950)
afirma que dicho saber es un conocimiento intuitivo que todos tenemos.
El saber idiomático son
las normas gramaticales que rigen el correcto uso del idioma. El saber
expresivo es el arte de la palabra hablada y escrita. Aquí entran lo denotativo
y lo connotativo (v. denotativo;
connotación).
LO:
Es un pronombre. Sus
características son:
De ordinario representa
nombres o sustantivos en función de predicados, modificando los verbos ‘ser’ o ‘estar’ o ‘parecer’, y a otros
verbos análogos, ejemplos: Muchos se precian
de prudentes, algunos LO parecen, ¡cuán pocos LO son! En la anterior expresión, LO quiere decir “prudentes”, y es un predicado.
Puede equivaler a un
adjetivo complemento, ejemplo: si esta aventura fuera de quijotes como me LO va
pareciendo.....En la anterior frase, la expresión “como me LO va pareciendo”
quiere decir: me va pareciendo de quijotes.
Reproduce un adverbio
equivalente a un adjetivo, ejemplo: siendo, pues, así, como LO es. La expresión
“lo es” significa “es así”, “es de este modo”. (v. neutro).
LOCUCIÓN:
Término que designa un
grupo de palabras que constituyen, o un significado único (correveidile), o una
estructura sintáctica que modifica a otra palabra, por ejemplo, las locuciones
adverbiales (de repente, a diestro y siniestro y otras) que modifican al verbo;
las locuciones conjuntivas (hacen de conjunción), como: con tal que, por lo
tanto y otras más; las locuciones preposicionales (hacen de preposición), como:
en torno a, debajo de, etc.
LOCUCIONES ADVERBIALES:
Algunas frases o
locuciones desempeñan en la oración el papel de adverbios, y reciben el nombre
de ‘locuciones adverbiales’ o ‘sintagmas adverbiales’. Algunas de esas
locuciones son: a sabiendas, al amanecer, de golpe, en el acto, en fin, a
regañadientes, sin más ni más, tal vez, etc.
Ejemplos: Ella lo hizo a
sabiendas de que la criticarían; llegaron al amanecer; de golpe no supe qué era
lo que pedía; se presentaron en el acto ante el rector; obedece a
regañadientes.
LOCUCIONES LATINAS: (latinismos)
LOGICISMO:
Tendencia que prevaleció
mucho tiempo en la lingüística; según el logicismo existía un paralelismo
riguroso entre pensamiento y lenguaje.. Es la teoría en que se apoya la antigua
gramática general. Esta teoría está ya muy debatida, puesto que en el lenguaje
intervienen también factores psicológicos, emocionales, o simplemente gramaticales. (v. t.: lenguaje y pensamiento)
LOÍSMO:
El uso del pronombre LO
es correcto cuando se refiere al complemento directo, tanto si es persona como
si es cosa, ejemplos correctos: vio el papel en el suelo y LO recogió; se
encontró con su amigo y LO saludó.
Emplear dicho pronombre
en otras construcciones sintácticas diferentes al complemento directo es
cometer el error llamado ‘loísmo’.
Ll
Ll:
Su nombre es ‘elle’. Su
grafía es doble, y por eso se clasifica como dígrafo, y en la escritura
es indivisible, pero representa un solo sonido. En gran parte de regiones y
países hispánicos se pronuncia como la ‘ye’. La Real Academia admite como
correcta esta variante de pronunciación. (v.
yeísmo)
NOTA: Según las últimas
normas en relación con el orden alfabético, la letra ‘elle’’ (dos grafemas y un solo
sonido) es un dígrafo, y las palabras que con ella empiezan van en los
diccionarios, en la columna de la ‘ele’, detrás de la última palabra que
empiece por ‘li’ y antes de la primera que empiece por ‘lo’.
Por ello no aparece con
independencia en el alfabeto o abecedario de la lengua española o castellana.
Ocurrió lo mismo que con el dígrafo ‘ch’.
LLANAS:
Con este nombre se
designan también las palabras graves que son las que llevan su acento de
intensidad en la penúltima sílaba; otro nombre para estas palabras es el de
paroxítonas. Llevan el acento ortográfico o tilde (´) cuando no terminan ni en
‘ene’, ni en ‘ese’, ni en vocal; ejemplos: árbol, césped, carácter, etc.
M
M
Decimoquinta letra del
abecedario español y duodécima de sus consonantes. Su nombre es ‘eme’. Letra
numeral que tiene el valor de mil en la numeración romana.
MADRIGAL:
Poema breve, normalmente
amoroso, en el que se combinan versos de once y de siete sílabas, rimados al
gusto del poeta. Ejemplo:
“Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois
alabados,
¿por qué, si me miráis,
miráis airados?
Si cuando más piadosos,
más bellos parecéis a
aquél que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos
hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis,
miradme al menos.
(Gutierre de Cetina)
MAPA LINGÚÍSTICO.
Representación
cartográfica de uno o varios hechos lingüísticos. Hay varias clases de mapas
lingüísticos:
Mapa fonético: representa
las diferentes pronunciaciones de un sonido en un territorio determinado
Mapa léxico: representa
las diferentes palabras usadas en un territorio dado, para expresar un mismo
concepto.
Mapa lingüístico
propiamente dicho es el que representa las varias expresiones en uso para un
concepto dado; a diferencia de los mapas léxicos, registra también las
variantes fonéticas y morfológicas de cada tipo.
Mapa lingüístico-etnográfico,
en el que a las indicaciones lingüísticas se añaden indicaciones etnográficas
–rasgos antropológicos, objetos de cultura material- con dibujos y esquemas
adicionales.
MATIZ:
Es el rasgo o tono de
especial colorido y expresión en las obras literarias. Matizar la prosa o el
verso es darles sintonía de forma. Hay versos que cumplen con la métrica y la
rima, pero no sintonizan el espíritu de la composición. Les falta la sustancia
exquisita del estilo que es el ‘matiz’. Y, además, la resonancia interior del
poema, las ideas dispuestas en armónicos musicales.
El poeta debe tener oído
para esa armonía interior. Matiza la prosa es darle aliento nuevo. Dicen los
maestros del estilo que cuando un orador concibe la trabazón de su discurso,
debe preparar para cada idea la carga afectiva de alegría, de esperanza, de
conmiseración... es decir, el matiz de pasión humana que vibre en el tono, en
el gesto y en la palabra. Ha de conmover y aparecer conmovido.
El matiz es difícil en
las traducciones. Se traducen ideas, pero no pasiones ni inquietudes; tampoco
se traducen tonos.
MAYÚSCULAS:
- (Recopilación,
ordenamiento y resumen del capítulo IV de la nueva Ortografía de la RAE, año
2011 por la autora de este libro. Son las últimas disposiciones de la Real
Academia).
El uso de la mayúscula ha
sido hasta ahora tan impreciso, que se ha prestado a múltiples interpretaciones
de manejo: subjetividades, modas, caprichos, una muy poca doctrina gramatical.
Por fin, ahora, la Real
Academia Española (RAE), con seriedad, detenimiento, orden y claridad nos ha
entregado un voluminoso y único texto: Ortografía
de la lengua española. Primera
edición (Colombia): abril de 2011; 743 pp. En él (páginas 441 a 517), está todo
el capítulo IV, destinado, con paciencia y sabiduría al manejo de la mayúscula.
Han sido muchas mis horas
de lectura y de estudio para sintetizar,
resumir y compendiar dicho capítulo, evitando cuidadosamente que se perdieran
conceptos, explicaciones y aplicaciones.
La mayúscula y los signos
diacríticos:
1. Puesto que la
mayúscula y la minúscula son
realizaciones de un mismo grafema (unidad mínima e indivisible de una
lengua), no hay motivo para tratar las mayúsculas de distinta manera, en
relación con la tilde o la diéresis.
2. La mayúscula no está
exenta de llevar tilde cuando lo exijan las reglas de acentuación gráfica,
ejemplos: CÓRDOBA, ÁLVARO.
3. Las mayúsculas se
escribirán con diéresis si así les corresponde, ejemplos: ANTIGÜEDAD, PINGÜINO.
4. Solo las siglas
escritas íntegramente en mayúscula no llevan nunca tilde, ni siquiera cuando la
letra en que recae el acento prosódico de la sigla es la inicial de una palabra
que se acentúa gráficamente en la expresión; se escribe CIA (y no: CÍA) sigla
del inglés: Central Intelligence Agency; ENAF (y no ENÁF, no a la tilde), sigla
de: Escuela Nacional de Árbitros de Fútbol.
5. Cuando los acrónimos
lexicados, es decir, los acrónimos que se pronuncian como palabras, se
incorporan al idioma como nombres comunes o propios, deben someterse, como
todas las palabras, a las reglas de acentuación gráfica: llevarán tilde tanto
si se escriben en minúscula, como si aparecen enteramente en mayúscula: módem,
MÓDEM (“aparato que convierte las señales digitales en analógicas y
viceversa”).
Funciones y usos de la
mayúscula:
1. La mayúscula fue
evolucionando en paralelo con el sistema de la puntuación, y se fue
perfeccionando hasta el punto de que hay usos de mayúsculas condicionados por
la puntuación, hasta llegar a marcar los límites de los enunciados.
2. Un enunciado es una
unidad comunicativa con sentido completo, independiente, formada por una o varias palabras; se caracteriza por pausas
muy marcadas, por la mayúscula inicial de su primer elemento y por el signo de
puntuación que indica su cierre.
3. Se escriben con
mayúscula inicial, exigida por la puntuación, las siguientes palabras:
a) La primera palabra de
un escrito, la que aparece después de un punto.
b) La primera palabra de
un enunciado puede aparecer con
minúscula inicial cuando va precedida de
los puntos suspensivos que indican que el enunciado no está completo, ejemplo:
“… y los sueños, sueños son”.
c) Si el primer elemento
de un enunciado es una cifra, como es común en títulos y en titulares de
prensa, la palabra siguiente se escribe con minúscula, ejemplos: 1.080 recetas
de cocina. 27 municipios en alerta por
las bombas.
d) Las siglas indicativas
de los protocolos de acceso a las principales electrónicas (http, https), y la que antecede al nombre de un
dominio en Internet (www) se escriben siempre con minúscula en las direcciones
electrónicas, ejemplo: http://www.asale.org.
e) Las palabras que sigan
a los puntos suspensivos, cuando estos coinciden con el cierre del enunciado
llevan mayúscula, ejemplo: estuvieron Luis, María, Juan… Todos preguntaron por
ti. Si los puntos suspensivos no cierran el enunciado, la palabra que sigue va
con minúscula inicial, ejemplo: es un tipo bastante… mentiroso.
Frases exclamativas e
interrogativas:
En estas hay dos
posibilidades:
1) Si dichas frases
constituyen la totalidad del enunciado, la primera palabra se escribe con
mayúscula inicial, lo mismo que la que da comienzo al enunciado siguiente,
ejemplos: ¿A qué pueblo me dirijo? Tengo que tomar el tren de… ¡Qué alegría!
Pensé que no llegaría.
2) Si la pregunta y la
exclamación forman una sola parte del enunciado, puede ocurrir que:
--La pregunta y la exclamación
inician el enunciado; en ese caso, la primera palabra que sigue a los signos de
apertura se escribe con mayúscula, y la
que sigue a los signos de cierre, con minúscula; ejemplos: ¿Qué puedo hacer hoy
por ti?, pregúntate todos los días. Cuando hay varias preguntas o exclamaciones que forman parte de un
enunciado, se separan por signos de coma o de
punto y coma, ejemplos: ¿A qué horas llegaste?, ¿te recogieron en el aeropuerto? ¡Qué maravillosa mañana!, ¡qué sol tan
resplandeciente!
--La pregunta o la
exclamación no están situadas al principio del enunciado, sino en otra parte;
en este caso, la primera palabra que inicia la pregunta o la exclamación, se
escribe con minúscula, ejemplos: María, ¿puedes prender la luz? – Pero, ¡qué
escritor tan despistado! – Eres arquitecta, ¿no?
En los dos puntos:
1. Después de los dos
puntos que siguen al encabezamiento o saludo de una carta o un envío postal, un
fax, un correo, hay mayúscula, ejemplos: Señor Gómez: - Hola, María: -
2. Hay mayúscula después
de los dos puntos que anuncian una cita textual, ejemplo: El senador afirmó:
“No defraudaremos a los electores”. No hay mayúscula cuando la cita se inicia
con puntos suspensivos, ejemplo: El autor dice en su obra: “… y los sueños,
sueños son”.
Versalitas:
Hasta el siglo XIX los copistas, impresores y
editores usaban la mayúscula al comienzo de cada uno de los versos de un poema,
por eso recibe el nombre de “mayúscula versal”; pero, carece de uso en la
actualidad. Solo aparece en los versos en que el autor tiene la voluntad de
utilizarla. Sin embargo, en un poema acróstico, en donde las letras iniciales
forman un nombre o una frase, deben ir con mayúscula.
Mayúscula de relevancia:
En algunos usos no puede
ser justificada por ninguna de las normas lingüísticas que se aplican a la
mayúscula. Ella responde al deseo de manifestar la especial relevancia que,
quien escribe, da al significado de
algunas palabras.
La mayúscula ha estado
revestida de cierto valor dignificador,
derivado del uso solemne y suntuario de sus orígenes. Su prestigio se evidencia cuando se pone mayúscula en
ciertos sustantivos comunes, para darles un
altísimo valor, ejemplos: Amor, Recuerdos, Melancolía, Fe, etc.
En el uso de las
mayúsculas de relevancia debe cuidarse la parquedad; casi siempre se usa en
cargos especiales de dignidad, en la escala jerárquica más alta. No siempre
pueden escribirse con mayúscula: majestad, rey, papa, príncipe etc.
Se usa en expresiones
cuyos referentes se consideran sagrados o dignos de veneración o reconocimiento,
por razones religiosas, ideológicas y hasta políticas; por eso en escritos
religiosos, en propagandas y textos políticos, militares, judiciales, abunda la mayúscula de relevancia (misa,
eucaristía, nación, patria, bandera, el partido x, el candidato x, el orador x,
himno, juez, general, etc.)
Mayúscula enfática:
No traduce respeto, ni
está motivada por razones políticas, religiosas o ideológicas; responde a la
intención del escritor de destacar en el
texto algunos conceptos. Es el caso de las numerosas mayúsculas que
abundan en textos especializados, científicos, investigativos.
Ninguna mayúscula, ni de
relevancia ni enfática, está justificada lingüísticamente, pues están empleadas
en sustantivos comunes. Esta mayúscula
presenta el inconveniente de que es extremadamente subjetiva y no puede
regularse ortográficamente. Dice la RAE: “evitar esa mayúscula de relevancia, o
enfática; o, usarla muy rara vez”.
Expresiones
denominativas:
1. Estas se caracterizan
por presentar una estructura fija y estable en la que no pueden insertarse
otros elementos, ni modificaciones, porque entonces pasan a ser denominaciones
distintas.
2. La concordancia de
estas expresiones denominativas se establece con el sustantivo que es el
referente. Aunque el núcleo de la expresión denominativa sea en plural, pero el
referente es uno solo, individual, la
concordancia es en singular, ejemplos: Médicos del Mundo ha aumentado su
actividad. Médicos sin Fronteras realiza grandes actividades.
Variaciones en cuanto al
sustantivo genérico:
En las expresiones
denominativas, la mayúscula en el sustantivo común genérico tiene variaciones:
1. En los nombres de
entidades, organismos e instituciones, suele estar el sustantivo genérico, que
designa la clase a la que pertenece la entidad designada, ejemplos: Academia de
Bellas Artes, Departamento de Recursos Humanos,
razón por la cual, el genérico
también va con mayúscula. Prueba de ello es que la inicial del nombre
genérico se incluye en la sigla correspondiente, ejemplos: Ministerio de
Educación y Cultura (MEC); Organización Mundial de la Salud (OMS), Ministerio
de Educación Nacional (MEN).
Este caso NO ocurre
cuando el nombre o sustantivo común genérico es solamente un clasificador y no
hace parte del nombre ni de la sigla, ejemplos: La organización Amnistía
Internacional (OI) hizo público el documento. La institución Centro Formativo
de Antioquia (CEFA) cumplió ochenta años.
2. Si el nombre de
establecimientos comerciales o de espacios culturales está constituido por una
expresión denominativa que no necesita el sustantivo o nombre genérico, y
cuando este aparece, es un mero clasificador, se emplea la minúscula, ejemplos:
Nos alojamos en el hotel Bello Horizonte.
Cenamos en el restaurante Sol de la Tarde. Lo encontré en la cafetería
Ástor. En todos estos ejemplos se puede suprimir el genérico: Nos alojamos en
el Bello Horizonte. Cenamos en el Sol de la Tarde. Lo encontré en el Ástor.
3. Cuando en el nombre
completo de establecimientos, el término específico aparece junto con el sustantivo genérico, este último puede escribirse con
minúscula, puesto que es solo un clasificador; ejemplos: hotel Nutibara; café
Asturias; teatro Lido; parque de Berrío. Se escribe minúscula – dice la RAE - pero, aclara que en
el caso de los teatros y museos, cuando se hace referencia a la
“institución cultural” que representan y NO al mero edificio donde funcionan,
se justifica plenamente la mayúscula: Museo de Antioquia, Bellas Artes.
Nombres geográficos:
En los nombres
geográficos, los genéricos que preceden
al término o nombre específico, tales como: ciudad, río, mar, océano, sierra,
cordillera, cabo, golfo, estrecho, etc., son solo clasificadores (no pertenecen
al nombre propio) y se escriben con minúscula, ejemplos: la ciudad de Medellín;
el río Orinoco; el mar Rojo; el océano Índico; la sierra de los Alpes; la
cordillera de los Andes; el cabo de Buena Esperanza, etc.
Pero hay casos en que
estos mismos nombres forman parte del nombre propio y exigen la mayúscula.
Casos:
1. Cuando el genérico no
indica una realidad que tenga algo que ver con el referente, no es clasificador
sino que forma parte del nombre propio, va con mayúscula: Río de la Plata, Cabo
Verde, Río de Janeiro.
2. Cuando el sustantivo
genérico forma parte del nombre propio, no exige anteponer el artículo: vive en
Ciudad del Cabo, se fue a Sierra Leona.
3. En cambio es necesario
el uso del artículo cuando el genérico actúa como solo un nombre común
clasificador, ejemplos: el cabo de Hornos, la sierra de Guadarrama.
4. Cuando los accidentes
geográficos se enuncian con el sustantivo genérico común acompañado de un
adjetivo derivado de un topónimo, ambos nombres van con minúscula, ejemplos:
cordillera andina (el adjetivo andino se deriva del topónimo Andes); meseta
castellana (castellana se deriva de Castilla); islas británicas (británico se
deriva del topónimo histórico Britania); península ibérica (ibérico se deriva
de Iberia); península arábiga (de Arabia); península yucateca (de Yucatán).
Es diferente cuando se
habla de mar Mediterráneo, mar Rojo, islas Canarias, etc.; en este caso, el
nombre común en minúscula va acompañado del nombre topónimo genuino escrito con
mayúscula.
Regiones naturales:
1. Sus nombres deben
escribirse con mayúscula, pero no el artículo que los antecede. Se escribe: la
Amazonia (o Amazonía); la Orinoquia (u Orinoquía); la Patagonia.
2. Las penínsulas suelen
designarse de dos maneras, en estos casos se escribe: península arábiga o
península de Arabia; península yucateca o península de Yucatán, etc.
3. Hay necesidad de la
mayúscula en el término específico o nombre propio, y no en los sustantivos y
adjetivos que lo preceden, ejemplos: parque natural de Doñana; parque natural
de Puracé; reserva natural de Cabo de Cruz. Cuando se hace referencia a la
entidad que gestiona esos espacios, se escribe mayúscula: el administrador del
Parque Natural de Puracé; el de la Reserva Natural de Cabo Cruz.
Con artículo o sin él:
1. Los nombres propios
antropónimos y topónimos se caracterizan por no necesitar el artículo para integrarse
en un enunciado, ejemplos: se llama Carlos. Nació en Medellín. Es de la familia
de Guillermo.
Pero hay artículos que no
son meros determinantes, sino que forman parte del nombre específico o propio,
ejemplos: El Salvador (república), La Haya (localidad), Las Palmas (región).
Esos artículos se escriben con mayúscula.
2. Hay sustantivos que
para incorporarse en la expresión necesitan el artículo, pero este no hace
parte del nombre. En esos casos, el artículo se escribe con minúscula, porque
la norma es que el artículo que antecede a nombres de accidentes geográficos no lleva mayúscula,
ejemplos: el Amazonas, los Alpes, la Patagonia, la Alpujarra, el Pacífico, los Pirineos, el Cauca, el
Magdalena, etc.
3. Se escribe con
minúscula el artículo que antecede a los apodos y sobrenombres y, a veces, a
los seudónimos, ejemplos: el Chato, la Faraona, el Greco, el Chavo, el
Cordobés.
4. Se escribe con
minúscula el artículo que antecede a muchos nombres de países, y a los de
algunos continentes (artículo que no siempre se usa), como es el caso de: (el)
África, (el) Canadá, (la) China, (el) Ecuador, (los) Estados Unidos, (la)
India, (el) Paraguay, (el) Perú, (el) Uruguay.
5. Cuando el artículo se
escribe con mayúscula por hacer parte de un nombre propio, las CONTRACCIONES con las preposiciones A o DE, no tendrán
lugar en la escritura, ejemplos: un viaje a El Salvador; la portada de El País;
el paseo incluye a El Escorial. En el lenguaje hablado, sí se usan las
contracciones: viajó “al” Salvador…
Mayúsculas y minúsculas
en nombres y denominaciones:
1. El nombre de pila, en
su uso pleno, o como hipocorístico, va
con mayúscula, ejemplos: José, Dolores, Francisco, María de los Ángeles, Juan
de Dios…
NOTA: Se llaman
hipocorísticos los acortamientos, diminutivos o variantes del nombre propio,
usados familiarmente, ejemplos: Pepe, Pili, Quico, Pacha, Tola, Toño, Paco,
Lola.
2. Se escriben con minúscula los términos: fulano, zutano,
mengano, perengano, perencejo cuando se emplean para aludir a individuos cuyos
nombres se ignoran o no se quieren expresar, ejemplos: a fulano lo mataron
por…; a zutano porque no quiso…; a perengano porque se adueñó de la tierra…
Pero se escribe
mayúscula, solamente cuando se usan estructuras ficticias de antropónimos,
ejemplos: un Fulano de Tal; un Fulano Fernández; el Fulano de Tal odontólogo.
Apellidos y nombres:
1. Los apellidos van co
mayúscula inicial: Vélez, Gómez, Álvarez. Si llevan preposición, o preposición
y artículo, estos se escriben con minúscula: Luis de Torres; Juana de la Rosa.
Si no se usa el nombre de pila, la preposición va con mayúscula: el señor De
Torres; la escritora De la Rosa; el poeta De Greiff (León de Greiff).
2. Si las señoras usan el
apellido de su esposo, esa preposición de nexo va con minúscula: María Soto de
Álvarez. Si el apellido del esposo empieza, a su vez, por la preposición “de”,
esta se escribe con mayúscula: Inés Soto de
De La Renta; María de De Greiff. (No es error la repetición de la
preposición: el primer “de” es en relación con el esposo, el segundo “De” es
porque da comienzo al apellido del esposo).
La conjunción o conector
entre apellidos se escribe con minúscula: Ortega y Gasset; Ramón y Cajal;
Montoya y Flórez.
3. Se escribe mayúscula
inicial en los nombres precedidos de artículo en plural, utilizados para
designar a una familia o a una dinastía: los Restrepos, la familia Restrepo,
los Ortices, la familia Ortiz, los Ruices, la familia Ruiz, los Borbones, los
Borgias, la familia Kennedy.
4. Los nombres
específicos que se utilizan como nombres genéricos o comunes para designar
parecidos, se escriben con minúscula, ejemplos: dicen que es una celestina
tenaz; su hermano es el mecenas; ese hombre va de quijote por la vida; eres un
vulgar casanova; se cree un adonis.
6. Los nombres propios
pluriverbales (nombres compuestos) mantienen su mayúscula en todos los
términos, ejemplos: Juana de Arco;
Teresa de Calcuta, María del Socorro, Teresa de Cepeda y Ahumada. Cuando
estos nombres se generalizan, y se usan como nombres comunes, y,
gramaticalmente, son una sola palabra, se escriben con minúscula: fue un
donjuán; en Navidad, abundan los papanoeles.
Apodos o alias o
sobrenombres:
1. Estas tres palabras
son sinónimas. Cuando se emplean, se escriben con mayúscula: la Faraona;
Roberto Gómez, el Chespirito; la Dama de Hierro, el Cerebro Gris detrás del
trono.
2. En América es
frecuente poner los apodos, sin artículo y entre el nombre de pila y el
apellido; en ese caso se escriben en cursiva o con comillas: Juan “Huracán”
Díaz; Ernesto Che
Guevara; Martín “Cochise” Rodríguez o Martín Cochise Rodríguez.
3. Los sobrenombres con
calificativos, que van acompañados del nombre propio, se escriben con mayúscula
inicial, y van precedidos de artículo en minúscula: Alfonso X el Sabio; Isabel
la Católica, Juana la Loca.
Seudónimos y nombres
artísticos:
Usados por escritores y
artistas se escriben con mayúscula inicial, pero el artículo –si lo llevan- se
escribe con minúscula: Azorín (seudónimo
del escritor José Martínez Ruiz); Rubén Darío (seudónimo del escritor y
poeta Félix Rubén García Sarmiento); el Pobrecito Hablador (seudónimo del
escritor Mariano José de Lara).
Seres mitológicos o
fabulosos:
Los nombres que los
designan, por ser sustantivos propios,
van con mayúscula: Polifemo, Pegaso, Terpsícore, Zeus.
Los nombres comunes
genéricos que designan las distintas clases de estos seres se escriben con
minúscula, tanto en singular como en
plural, ejemplos: una ninfa, un fauno, una sirena, los cíclopes, las nereidas.
Fórmulas de tratamiento:
Dichas fórmulas para dirigirse a una persona, por cortesía, o
en función de su cargo, dignidad, titulación académica, van con minúscula:
usted, excelencia, majestad, monseñor, licenciado, doctor.
Igual, van con minúscula
los adjetivos o nombres comunes que preceden al nombre propio, llamados, por
esta razón, “antenombres”, y no hay razón lingüística –dice la RAE - para
escribirlos con mayúscula, tales como: don, doña, fray, santo, señoría,
reverenda.
Tratamientos honoríficos:
1. Para los tratamientos
honoríficos a las más altas dignidades como: su santidad, su majestad, su
excelencia, se emplea generalmente minúscula inicial; solo es obligatoria la
mayúscula cuando el tratamiento no va acompañado del nombre propio, ejemplos:
la recepción a Su Santidad será el jueves. Si está presente el nombre propio,
es obligatoria la minúscula: esperamos la visita de su santidad el papa Francisco; vino su majestad Felipe
IV.
2. La escritura con
mayúscula inicial solo es obligatoria en las abreviaturas de los tratamientos
que se quedaron fosilizados en esas formas: Dra.; Lic.; Ilmo.; Sr.; Sto.; Ud.,
etc.
Títulos y cargos:
1.Los sustantivos que
designan títulos nobiliarios, dignidades y cargos o empleos de cualquier rango
(civiles, militares, religiosos, públicos o privados) se escriben con
minúscula, por ser nombres comunes, tanto si son de uso genérico: rey, reina,
el papa, el presidente, como si se trata
de menciones referidas a una persona concreta, ejemplos: la reina inaugurará la
biblioteca; el papa visitará la India; a
la fiesta del embajador acudió el presidente de Gobierno acompañado de
la ministra de Defensa y el general Martínez, jefe del Estado Mayor; el presidente de Estados Unidos
estuvo de visita en Cuba. El arzobispo de Medellín ofició la ceremonia.
2. Cuando se trata del nombre del cargo y el de la institución,
se procede así: el cargo se escribe con minúscula y el nombre de la
institución, con mayúscula, ejemplos: la ministra de Educación; la rectora del
Instituto Tecnológico; la directora del periódico EL País; el Ministerio de
Educación; el decano de la Escuela de Minas.
Profesiones:
Los nombres que designan
profesiones son sustantivos comunes, por tanto, se escriben con minúscula,
ejemplos: no está el médico; consulte con su odontólogo; la conferencia de la
ingeniera industrial Mercedes López; el radiólogo estudia el caso.
Gentilicios:
Designan pueblos o etnias y se escriben con minúscula: aztecas, muiscas,
maoríes, huilenses, metenses, panameños, cultura oriental, países cristianos, costumbres japonesas.
Personajes de ficción:
Igual que los nombres de
las personas reales, estos personajes se
escriben con mayúscula inicial: Aurelio Buendía, Juanita la Larga, Harry
Potter, Mafalda, Caperucita Roja, Úrsula, Aureliano Buendía, el Gato con Botas,
Pinocho, Blanca Nieves, etc.
Deidades:
1. Los nombres propios de
dioses, profetas y otros seres o entes de las
religiones, se escriben con mayúscula: Alá, Jehová, Jesús, Mahoma, el
Espíritu Santo, Lucifer, Odín, Júpiter, Minerva, Eros, Ares, Isaías, Osiris,
Buda.
2. Las advocaciones y los
apelativos que se les aplican, se escriben con mayúscula: el Señor, el Creador
del mundo, el Todopoderoso, la Virgen de la Asunción, el Buda de la Luz
Iluminada.
3. El sustantivo dios
(“ser supremo”) se escribe con mayúscula inicial solamente cuando se emplea
como nombre propio de carácter antonomástico, para dirigirse al ser supremo de
una religión monoteísta. La palabra Dios se usa sin artículo, ejemplos: Dios
separó las aguas…; en el Islam no se puede representar a Dios en imágenes;
¡Bendito sea Dios!; hazlo como Dios manda.
4. Se escribe dios con
minúscula inicial cuando es nombre común para hacer referencia al modo
genérico; generalmente lleva artículo, ejemplos: Jehová es el nombre hebreo del
dios de los judíos y cristianos. No hay más dios que Alá. ¡Oh, dioses, velad
por ella! La diosa Atenea. El dios
Vulcano. Con minúscula se escriben: diablo, demonio.
5. Se recomienda escribir
con minúscula los pronombres referidos a la divinidad o a las personas
sagradas. Los pronombres: te, tú, ti van con minúsculas aunque se refieran al Dios de los cristianos
o a la Virgen, ejemplos: Ve con Dios, que él te guíe. Dios, a ti encomiendo mi
día.
Animales y plantas:
1. Si tienen nombre
propio, llevan mayúscula inicial: Chita, Moby, Bucéfalo, Rocinante, Pluto, y no
es necesario escribirlos en cursiva o entre comillas, como hacen algunas
personas, por el hecho de que no son nombres de seres humanos.
2. Los nombres para
designar distintas especies de animales y plantas se escriben con minúscula porque
son nombres comunes: el águila real, la ballena jorobada, el oso pardo, la
encina, la palma de coco, la palma de iraca, etc.
3. Los adjetivos y
sustantivos para designar razas o variedades de animales se escriben con
minúscula inicial: gato siamés, dogo, dálmata, pastor alemán. Lo mismo ocurre
con los nombres de este tipo que proceden del extranjero: un dóberman; un
collie; un bulldog, etc.
Lugares:
1. Como continentes,
países, ciudades, localidades, sus nombres son propios y se escriben con mayúscula:
América, El Salvador, Buenos Aires, El Escorial, Puerto Rico, Países Bajos.
Igual, determinadas zonas geográficas: América Latina, el Cono Sur, América
Central, Europa del Este, Oriente Medio. Pero se escribe minúscula cuando estas
denominaciones no son estrictamente geográficas sino expresiones singulares con
valor colectivo; ejemplos: los países desarrollados, los países en vías de
desarrollo, el primer mundo, el tercer mundo, la zona euro.
2. Cuando el sustantivo
común es solo categorizador y no hace parte del nombre propio, se escribe
minúscula: la ciudad de Panamá, el país de Gales, la ciudad de Medellín, el
departamento de Antioquia.
3. Se escribe mayúscula
en los sustantivos y adjetivos que componen
denominaciones de federaciones integradas por varios países independientes, como: Unión Europea,
Federación Rusa.
4. En el campo de la estilística, van con mayúscula
los sustantivos y adjetivos que hacen parte de
denominaciones de carácter antonomástico: la Ciudad Eterna (es Roma), el
Nuevo Mundo (es América), la Santa Sede (el Vaticano), el Viejo Continente (es
Europa), la Isla del Encanto (Puerto Rico), etc.
NOTA: Antonomasia es una
figura literaria que consiste en poner el nombre apelativo en lugar del nombre
propio, o al contrario: el Apóstol (es San Pablo); el Libertador (es Simón
Bolívar).
5. Con mayúscula los
lugares imaginarios creados por la fabulación (un estilo literario), ejemplos:
la Arcadia, la Atlántida, Macondo, el País de Nunca Jamás.
6. Cuando se usa un
topónimo como nombre común para designar algún parecido o alguna característica
por la que es conocida, se usa minúscula: Nueva York es una babilonia
posmoderna. Este joven vale un potosí. Estas ciudades se han vuelto unas
sodomas y gomorras.
Divisiones territoriales:
De carácter administrativo: la mayúscula se
emplea en el término específico o propio; el sustantivo genérico va con
minúscula, ejemplos: el condado de York; el departamento de Antioquia, el
estado de Tlaxcala, la provincia de Tucumán, la región del Atrato, la vereda de
Caracol, la comuna de San Javier, la diócesis de Caldas, el concejo de
Medellín.
Barrios y urbanizaciones:
1. Solo lleva mayúscula
la palabra específica; el sustantivo genérico que precede va con minúscula,
ejemplos: barrio Laureles; distrito de Agualimpia; urbanización Los Rosales.
2. Los nombres genéricos
o comunes solo llevan mayúscula cuando forman parte de nombres de asociaciones,
como: Asociación de Vecinos del Barrio La Candelaria.
Edificios y monumentos:
1. Los sustantivos y
adjetivos que forman una denominación, como sedes de entidades, instituciones,
edificios, conjuntos, elementos arquitectónicos se escriben con mayúscula,
ejemplos: el Coliseo; el Partenón; la Casa de América; la Casa Rosada; la
Catedral de Santiago; la Pirámide del Sol; la Puerta de Oro.
2. Los recintos o
estancias de que se compone un edificio van con minúscula, como: el despacho de
la Casa Blanca; el oratorio de la Alcaldía; la capilla del Colegio de
Señoritas; la sacristía de la Candelaria; la sala de profesores de la Universidad
de Antioquia.
3. Cuando el sustantivo
“sala” designa el conjunto de magistrados o jueces, y es parte de un órgano
jurisdiccional, se escribe con mayúscula: la Sala de lo Penal dictó sentencia.
Puertos y estaciones:
1. Se escriben con
minúscula, ejemplos: llegaron al puerto de Cartagena; aterrizaron en el
aeropuerto de Barajas; el tren sale de la estación de Cisneros.
2. Cuando forman parte de
nombres propios van con mayúscula: llegó a Puerto Berrío; la Capitanía del
Puerto de Buenaventura; el Departamento de Facturación del Aeropuerto José
María Córdoba.
Calles, espacios urbanos:
Los nombres genéricos que
no encabezan nombres propios de calles o espacios urbanos se escriben con
minúscula. La mayúscula es para el término específico, ejemplos: la calle de
Ayacucho; la calle Maracaibo; la avenida Gaitán; la glorieta de Don Quijote; la
carrera 47; el parque de San Antonio; la Sexta Avenida; el Central Park.
Vías de comunicación:
1. Lleva mayúscula
inicial el término específico (nombre propio) pero no el genérico (nombre o
sustantivo común), ejemplos: la carretera Panamericana, la autopista Medellín
Rionegro, la vía a Bogotá.
2. Hay mayúscula inicial
en los itinerarios turísticos o culturales o comerciales, ejemplos: el Camino
de Santiago; la Ruta de Don Quijote; la Ruta de la Seda; el Camino de la
Libertad; la Ruta de Bolívar.
Entidades:
1. Con mayúscula inicial las palabras significativas del
nombre completo de entidades, instituciones, organismos, divisiones
administrativas, unidades militares, compañías teatrales, partidos políticos,
grupos musicales, ejemplos: Cámara de los Comunes, Ministerio de Sanidad y
Consumo, Real Academia de Bellas Artes, Universidad Nacional Autónoma de
México, Facultad de Farmacia, Departamento de
Recursos Humanos, Partido PRI, Médicos sin Fronteras, Asociación Colombiana
Contra el Cáncer.
2. Las denominaciones de
algunas entidades, como: Cámara Alta (=Senado); Benemérita (=Guardia Civil
Española).
3. Cuando la entidad se
ha nombrado con anticipación, lleva mayúscula, ejemplo: el programa fue
diseñado por el Departamento de Lingüística Computacional. Si ha de repetirse
en el texto, no se escribe el nombre
completo y el genérico debe ir con minúscula, ejemplo: este departamento fue
creado hace varios años. Nuestro departamento está altamente condicionado…
4. Un grupo de
sustantivos comunes, a veces, designan entidades, organismos o instituciones;
en este caso se escribe mayúscula inicial, ejemplos: la Administración, la
Bolsa, las Cortes, el Ejército, la Hacienda Pública, la Iglesia, son entidades
que se han puesto de acuerdo para trabajar en favor de….
5. Cuando estos mismos
sustantivos no designan la institución, sino que se emplean como nombres
comunes se escriben con minúscula, ejemplos: construye una iglesia (sic); (como
Iglesia es el conjunto de fieles, opinamos que lo que se construye son los
templos, pero… la RAE puso el ejemplo);
las tareas de gobierno son de mucha responsabilidad; nos encontramos cuando
salga de la universidad.
6. Van con minúscula
dichos sustantivos cuando se emplean con valor colectivo, como: la policía
llegó rápidamente; el ejército no logró pasar la frontera; casi toda la
universidad participó en el festival.
Estado, gobierno:
1. Los sustantivos que designan formas de
Estado son comunes y van con minúscula; pero, se escriben con mayúscula inicial
cuando forman parte de la denominación oficial completa de un Estado, ejemplos:
Principado de Andorra; Reino de España; República Argentina; República Islámica
de Irán.
2. Los distintos poderes
del Estado (ejecutivo, legislativo y
judicial) se escriben con minúscula cuando se refieren de manera general a la
facultad o poder en sí, como : el poder legislativo recae en el Congreso. Van
con mayúscula cuando se refieren específicamente a los órganos del Estado,
ejemplo: el Poder Judicial notificó su cese al magistrado.
/
Establecimientos
comerciales, culturales. Marcas o nombres comerciales registrados:
Se escriben con
mayúscula: Coca Cola, Toyota, Nokia, etc.
Las denominaciones de
programas y sistemas informáticos, redes sociales, portales, buscadores de
Internet, son nombres comerciales o registrados, por lo que se escriben con
mayúscula: Windows Vista: Mozilla Firefox; Facebook; Google, etc.
Se escriben con mayúscula
inicial todas las palabras significativas que forman parte del nombre de
establecimientos comerciales, culturales, recreativos, tales como: bares,
restaurantes, cafeterías, hoteles, cines, teatros, etc. ejemplos: bar
Miraflores, el Corte Inglés, restaurante La Vaca Argentina, almacén Éxito,
tienda El Botón de Oro, teatro Nuevo Apolo, hotel Luz.
Órdenes religiosas:
Con mayúscula inicial los sustantivos y
adjetivos (palabras significativas) que constituyen el nombre de órdenes
religiosas, ejemplos: la Orden de Predicadores, la Orden de San Agustín, la
Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, la Compañía de Jesús.
El vocablo “orden” va con
mayúscula cuando con él se refiere al nombre de las instituciones, ejemplos:
obedece a la Orden a la que ingresó. En la Orden donde está no les es permitido
recibir visitas.
Títulos:
En español se escribe solo con mayúscula
inicial la primera palabra del título del cualquier obra de creación, de
cualquier naturaleza que sea: libros, cómics, películas, cuadros, esculturas,
piezas musicales, programas de radio o televisión; el resto de las palabras,
menos los nombres propios, se escriben con minúscula, ejemplos: Cabaret, Cien años de soledad, El
estrangulador, La familia de Pascual Duarte, Mujer con espejo, El ruido de las
cosas al caer, etc.
Letra cursiva obligatoria:
En la escritura de los
títulos de obras de creación, la letra cursiva delimita su extensión, por tanto
no se escriben con mayúscula todos los elementos del título, ejemplos: Diccionario de la lengua española, y no:
Diccionario de la Lengua Española.
Esta norma se aplica a
los títulos de todas las obras publicadas, incluidas las antiguas, ejemplos: Libro del buen amor; Divina comedia; Crimen
y castigo.
El artículo que va
delante no siempre pertenece al nombre; en ese caso, debe escribirse con
minúscula y en “redonda” (no en cursiva), ejemplos: la Odisea; la María; la Vorágine; la Divina
comedia.
Cuando las obras se
mencionan en forma abreviada, dicha forma debe ir antecedida de artículo
escrito con minúscula y en redonda, ejemplos: el Quijote; la Celestina; ellos hablaron del Quijote; te refieres al *-+Quijote; hay tantos Quijotes
como lectores del Quijote.
Cuando una obra va
intercalada a otra, la principal va en cursiva y con mayúscula y la que se
intercala va en redonda y con comillas, ejemplos: Se puso a recitar el
“Prendimiento de Antonio el Camborio”, del Romancero
gitano de Lorca. Octavio Paz publicó en el diario La Jornada el artículo titulado “La recaída de los intelectuales”.
La prensa:
En los titulares de las
noticias de prensa, solo se escribe con mayúscula la primera palabra y aquellas
otras que por su naturaleza la exijan, ejemplo: Cuatro heridos en el derrumbe
del Salto del Agua.
Publicaciones periódicas
y colecciones:
Todas las palabras
significativas que forman parte del nombre de una publicación periódica
(periódicos, revistas, boletines, etc.) o de una colección (“serie de obras de
un mismo tipo que se editan con un formato común”), se escriben con mayúscula
inicial cuando se hace referencia a ellos en un texto, independiente de cuál
sea el grafismo con el que aparezca el nombre en la portada; ejemplos: El Comercio, El Diario, Nueva Revista de
Filología, Biblioteca Románica, El Barco de Vapor.
Los nombres de las
publicaciones periódicas deben escribirse, además, en cursiva; pero, no las
colecciones que deben escribirse en redonda.
(Recordemos las
diferencias que la RAE nos señala con respecto a los libros).
Libros sagrados:
Los sustantivos y
adjetivos que hacen parte del título de los libros sagrados se escriben co
mayúscula, pero no el artículo que los antecede, ejemplos: la Biblia, el Corán, el Libro de Mormón, el Libro de los Muertos, la
Torá, las Sagradas Escrituras, etc.
(NOTA: es curioso que la Ortografía de la lengua española en su
edición de 2011 traiga los títulos de dichos libros escritos en cursiva, tal
como están transcriptos en este texto; pero al terminar dice:
“Hay que saber, además,
que los títulos de libros sagrados se escriben en letra redonda, y no en
cursiva” . p. 490) (¿Qué hacer frente a dicha contradicción?)
Leyes y documentos
oficiales e históricos:
Se escriben con mayúscula todos los elementos
significativos (sustantivos y adjetivos) que forman el título de documentos oficiales o históricos
como tratados, convenciones, acuerdos, declaraciones, etc., ejemplos: el Tratado de Versalles, la Convención de
Ginebra, la Corte de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de los
derechos Humanos.
Igualmente con mayúscula
los elementos significativos del título de los textos o documentos de carácter
legal o jurídico (fueros, códigos, órdenes, leyes, decretos, etc.), ejemplos: Código Civil, Fuero Juzgo, Acta Única Europea, Ley 40/1998
de 9 de diciembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y otras
Normas Tributarias; Ley para la
Ordenación General del Sistema Educativo.
Sin embargo, cuando el
título es demasiado largo, la mayúscula se usa solo en el primer elemento. Se
escribirán en cursiva o entre comillas para delimitar su extensión.
Cuando los nombres muy
largos se designan con una breve extensión en lugar del texto oficial, esta se
escribe con minúscula, ejemplos: ley de extranjería; ley del divorcio, etc.
(No son los nombres oficiales).
También con minúscula las
expresiones que hacen referencia a algunas leyes pero no son su título oficial: ley electoral; ley sálica; ley del talión;
ley seca.
Las constituciones,
normas supremas de los Estados, a veces se citan, no con el nombre completo,
sino con el nombre genérico Constitución,
en mayúscula, la que no
afecta a los especificadores que la acompañan: los padres de la Constitución;
la Constitución colombiana.
La mayúscula no se emplea
en los plurales, ejemplos: las primeras constituciones; las constituciones de
los países vecinos.
Ponencias, discursos,
conferencias, exposiciones:
Sus nombres se escriben
usando mayúscula, solo en la primera palabra y en aquellas otras que por su
naturaleza, la exijan, ejemplos: El cambio climático en los países en vías de
desarrollo. Géneros novelísticos en la literatura del Barroco.
Si se citan dentro de un
texto, deben escribirse entre comillas para delimitar su extensión: La
exposición “Goya y el mundo moderno” recibió más de un millón de visitantes.
Programas, planes,
proyectos:
Sus nombres se escriben
con mayúscula, ejemplo: Plan de Fomento
de la Lectura. Si el nombre es extenso, la mayúscula se usa en la primera
palabra. Si se cita en un texto se escribe entre comillas para delimitar su
extensión.
Lemas y eslóganes:
En los lemas, consignas y
eslóganes se escribe con mayúscula inicial la primera palabra principal,
ejemplo: Fija, limpia y da esplendor
(lema de la RAE). Si se citan dentro de un texto, van entre comillas para
delimitar su extensión, ejemplo: Mandela buscó la reconciliación bajo el lema “Un equipo, un país”.
Los lemas en banderas,
escudos y monedas se escriben enteramente en mayúsculas.
Disciplinas científicas:
Los sustantivos y
adjetivos que forman parte del nombre de las disciplinas científicas y las
diversas ramas del conocimiento se escriben, en general, con minúsculas, tanto
en su sentido propio como en sus derivados, ejemplos: la física nuclear avanzó
en los últimos años; la morfología es parte de la gramática.
Se escriben con mayúscula
solo en contextos académicos o curriculares cuando designan materias regladas:
es licenciada en Filosofía; se matriculó en Arquitectura; tu cátedra es
Geografía.
Asignaturas y cursos:
Los sustantivos y
adjetivos que forman parte del nombre de una asignatura o materia de estudio se
escriben con mayúscula, coincida o no, con el nombre de una ciencia o una
disciplina: Lengua, Inglés, Química Orgánica, Lenguaje Publicitario. Si el
nombre es muy largo, solo se escribe mayúscula en la primera palabra.
Los nombres de los cursos
(serie de clases sobre un tema o materia establecida por un programa) cumplirán
las mismas normas. En caso de un nombre muy largo, solo mayúscula en la primera
palabra y comillas para delimitar su extensión.
Etapas o ciclos
educativos:
No hay razón para
escribir mayúscula en los nombres genéricos que designan las etapas o ciclos
educativos, ejemplos: educación infantil,
primaria, educación secundaria, educación superior, licenciatura,
doctorado. Cuando van acompañados de un especificador de materia, este último
se escribe con mayúscula, ejemplos: bachillerato en Humanidades, licenciatura
en Ciencias de la Salud, maestría en Administración de Empresas.
Cuando estas expresiones
denominativas tienen valor de nombre propio, se escribe mayúscula, ejemplos:
están matriculados en el tercer ciclo de Educación Primaria y Educación
Secundaria. Son nombres oficiales legalmente establecidos para cada ciclo.
Leyes, teorías y
principios científicos:
Solo va con mayúscula el
sustantivo propio, el que les da nombre, ejemplos: ley de Ohm, principio de
Arquímedes, teorema de Pitágoras.
Corrientes de pensamiento
y escuelas:
Se escriben con minúscula
por su condición de nombres comunes, incluso cuando derivan de nombres propios,
ejemplos: estructuralismo, positivismo, platonismo, kantismo, darwinismo, etc.
Movimientos y estilos
artísticos o culturales:
Van con mayúscula inicial
los nombres de los grandes movimientos artísticos y cultuales que abarcan todas
o la mayor parte de las disciplinas artísticas (arte, literatura, música, etc.)
e identifican grandes períodos histórico-cronológicos, ejemplos: el
Renacimiento, el Barroco, el Neoclasicismo, el Romanticismo; los
especificadores que los acompañan se escriben con minúscula, ejemplos: el
Renacimiento francés, el Romanticismo alemán, el Barroco tardío, etc.
Se escribirán con
minúscula los nombres de movimientos, estilos o escuelas que coinciden unos con
otros en una misma época y que son propios de disciplinas concretas, ejemplos:
gótico, románico, conceptismo, culteranismo, cubismo, dadaísmo, realismo
mágico, vanguardismo, etc.
También van con minúscula
los nombres de los géneros artísticos de
distintas disciplinas artísticas, porque son solo expresiones referenciales
que designan clases o categorías, ejemplos:
el cine negro, la novela pastoril, la pintura abstracta.
Movimientos o tendencias
políticas o ideológicas o religiosas:
Las palabras que los
designan son nombres comunes y por ello, deben escribirse con minúscula,
ejemplos: comunismo, neoliberalismo, socialismo, liberalismo, conservatismo.
Los nombres que designan distintas religiones y conjuntos de fieles también son
sustantivos comunes y se escriben con minúscula: budismo, catolicismo,
judaísmo, cristianismo, cristiandad. También con minúscula los conceptos o
entes de dicho ámbito: misa, eucaristía, cielo, purgatorio, codicia, caridad,
esperanza, fe, parábola.
El uso de la mayúscula,
en estos casos, se atiene a casos extralingüísticos que no pueden
generalizarse, porque hoy es mayoritaria y preferible la minúscula.
Deportes.
Equipos. Torneos deportivos:
Con mayúscula todos los elementos
significativos (sustantivos y adjetivos) que forman parte del nombre, como:
equipo Atlético Nacional, Indias de Ciudad Juárez, Gimnasia y Esgrima.
Los sustantivos que
designan actividades deportivas son nombres comunes y se escriben con
minúscula: ciclismo, tenis, pelota vasca, gimnasia rítmica, natación. Se
escriben con mayúscula cuando forman parte de un nombre propio, en torneos
deportivos, por ejemplo: Campeonato de Fútbol; Federación Internacional de
Tenis; Juegos Olímpicos; Campeonato Mundial de Fútbol; Copa Libertadores de
América.
Premios y
condecoraciones:
Van con mayúscula las
palabras significativas del nombre de premios, distinciones o condecoraciones,
ejemplos: el Premio Cervantes, los Premios Príncipe de Asturias, la Gran Cruz
de la Orden de Alfonso X el Sabio, el Premio Nacional de Periodismo Simón
Bolívar, Premio Nobel de Literatura.
Tierra, Sol, Luna:
cuerpos celestes:
Solo llevan mayúscula en
contextos astronómicos, pues en ese campo son nombres propios, ejemplos: un
eclipse lunar se produce cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna.
Fuera de contextos
astronómicos, dichas palabras se escriben con minúscula, ejemplos: hoy hay luna
llena; a la luz de la luna; los desheredados de la tierra; el sol de invierno.
Se escriben con
mayúscula: Marte, Júpiter, Saturno, Mercurio, Venus, etc.
Y con minúscula
denominaciones genéricas como: universo, sistema solar, estrella polar (“polar”
no es un nombre; solo designa la estrella más cercana al polo norte celeste).
Signos del Zodíaco y
puntos cardinales:
Los nombres propios de
los doce signos que recorren el Sol en su curso anual aparente, se escriben con
mayúscula: Acuario, Leo, Tauro, Aries, etc., lo mismo que sus nombres
alternativos, representación iconográfica de cada signo: Balanza por Libra,
Cangrejo por Cáncer, Carnero por Aries, Escorpión por Escorpio, Gemelos por
Géminis, León por Leo, Pez por Piscis, Toro por Tauro, Virgen por Virgo.
Cuando los nombres de los
signos del Zodíaco se utilizan para llamar a las personas bajo ese signo, se
utiliza la minúscula, ejemplos: los aries son guerreros. Evite discutir con un
piscis, etc.
Las denominaciones de los cuatro puntos cardinales (norte, sur,
este y oeste) y de los puntos del
horizonte (noroeste, sudeste, etc.) son nombres comunes y por tanto se escriben
con minúscula, tanto si se emplean en términos absolutos como si designan la
orientación, ejemplos: rumbo al norte, hemisferio sur, longitud norte, el
suroeste de la ciudad, el este de Antioquia, viento del noroeste, etc.
Solo se escribe mayúscula cuando formen parte
de un nombre propio o de una expresión denominativa: América del Norte, Corea
del Sur, Europa del Este, la Cruz del Sur.
Los hemisferios y líneas
imaginarias, los polos geográficos, los vientos:
Sus nombres son comunes
de referente único y se escriben con minúscula: línea del ecuador, hemisferio
norte, círculo polar ártico, trópico de Capricornio, polo norte, polo sur,
paralelo 38.
Cuando se convierten en
topónimos (nombres propios) de lugar, van con mayúscula, ejemplos: el Ártico
(el Polo Norte), la Antártida o Antártica (el Polo Sur).
Los nombres de los
vientos se escriben con minúscula: céfiro, levante, monzón, poniente.
Unidades de medida:
Sus símbolos se escriben
con minúscula: g=gramo; dc=decímetro; ha=hectárea. Los que se derivan de
nombres propios van con mayúscula como: W = símbolo del vatio, por Jacobo Watt.
El símbolo del litro
presenta dos formas posibles: l – L, ya que se admite el uso de la mayúscula en
los contextos en que el uso de minúscula presentaría confusión.
Los símbolos de los
prefijos para crear múltiplos de estas unidades se escriben con mayúscula, por
ejemplo: M=mega; G=giga; T=tera; excepto los que corresponden a los prefijos:
k=kilo; h=hecto, etc. que van con minúscula.
Se escriben con minúscula
los símbolos de los prefijos utilizados para formar submúltiplos, ejemplos:
d=deci; c=centi; m=mili; n=nano; cl= centilitro; dm=decímetro.
Enfermedades, medicamentos:
Las enfermedades se
escriben con minúscula; solo llevarán mayúscula cuando entran a formar parte
del nombre de una institución, una organización o un congreso, ejemplos:
Federación Española de Asociaciones de Espina Bífida; Congreso de Hidrocefalia.
En los nombres de
enfermedades que tienen un complemento que puede ser el nombre de su
descubridor o investigador, se mantiene la minúscula en el nombre genérico y la
mayúscula en el nombre específico, ejemplos: enfermedad de Alzheimer; síndrome
de Down. Cuando el nombre propio o específico pasa a designar la enfermedad, se
escribe minúscula, por ejemplo: ella sufre párkinson; están investigando el
alzhéimer.
Los nombres de los
principios activos de las medicinas son nombres comunes y se escriben con minúscula:
paracetamol, omeprasol, ibuprofeno. Los nombres comerciales registrados, lo
mismo que las marcas, son nombres propios
y se escriben con mayúscula: Prozac, Nolotil, etc.
Días de la semana, meses,
estaciones, festividades:
Sus nombres se escriben
con minúscula pues son nombres comunes: lunes martes…..; julio, enero….; verano
primavera….
Solo se escriben con
mayúscula cuando sean nombres de festividades, períodos religiosos, fechas
históricas, espacios urbanos, instituciones, ejemplos: Viernes Santo, Adviento,
la Semana Santa, la Pascua, el Ramadán, Primavera de Praga, plaza del Dieciocho
de Septiembre, hospital Doce de Octubre.
Los sustantivos y
adjetivos que hacen parte del nombre de festivos, sean civiles, militares o
religiosos se escriben con mayúscula, ejemplos: Navidad, Año Nuevo, el Día de
la Madre, el Día Internacional de la Mujer, la Fiesta de la Patrona.
Períodos geológicos.
Períodos prehispánicos e históricos:
Se escriben con
mayúscula: el Mioceno, el Paleozoico, el Jurásico superior.
Si el nombre es un
sustantivo genérico con adjetivo, se escriben con minúscula, ejemplos: la era
cenozoica, el período carbonífero.
Los sustantivos:
prehistoria e historia, que designan los dos grandes períodos cronológicos en
que se divide la existencia de la humanidad, se escriben con minúscula, ej.: La
aparición de la escritura marca el paso de la prehistoria a la historia.
Pero, los nombres de los
períodos en que ellas se dividen se escriben con mayúscula: la Edad de Piedra,
la Edad de los Metales, el Paleolítico, el Medievo, etc.
En las denominaciones de
los diferentes imperios va con mayúscula la palabra “imperio”, pero no los
específicos que le sigan, ejemplos: el Imperio romano, el Imperio maya, el
Imperio bizantino. Pero si hay un adjetivo que le antecede, este se escribe con
mayúscula: el Celeste Imperio, el Bajo Imperio; en el caso del Sacro Imperio
Romano Germánico, todas las palabras se escriben con mayúscula por ser el
nombre propio de la entidad política formada por diversos estados de Europa central.
Guerras:
En los nombres de las
guerras, la mayúscula va en los componentes; el sustantivo guerra se escribe
con minúscula: la guerra de los Cien años, la guerra de Secesión, la guerra de
la Independencia, la batalla de las Termópilas, la batalla de Ayacucho.
En el caso de los dos
conflictos mundiales, el uso ha fijado la mayúscula para todo el nombre:
Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial. Pueden emplearse los números
romanos: I Guerra Mundial, II Guerra Mundial.
Notas musicales. Lenguas.
Colores:
Los nombres de las notas
musicales son sustantivos comunes y se escriben con minúscula: do, re, mi, fa,
sol, la, si (sin tilde).
Por ser sustantivos
comunes, los nombres de las lenguas se escriben con minúscula: español, inglés,
francés, italiano, etc.
Siguen la misma norma los
nombres de los colores: rojo, gris perla, azul, naranja, lila, etc.
Siglas. Acrónimos:
Como en otras lenguas, en
la nuestra las mayúsculas se emplean también para formar siglas, abreviaciones
constituidas por las letras iniciales
de las denominaciones propias fijas en el ámbito científico,
administrativo, etc., ejemplos: FMI (Fondo Monetario Internacional, y como es
sigla, se lee: efe-eme-i). ADN (ácido desoxirribonucleico, se lee: a-de-ene).
Las siglas que no son pronunciables
como palabras y tienen que leerse
deletreando sus componentes, deben mantener su escritura en mayúsculas,
ejemplos: FBI; DDT.
En cambio, las siglas que
se leen como se escriben, como: OTAN; UNESCO; IVA, se llaman acrónimos porque
se lexican (se vuelven palabras) y designan nombres propios, ejemplos: Unasur,
Mercosur, Unesco, Unicef, (con mayúscula inicial).
Otros no son nombres
propios sino comunes y se escriben con minúscula, tales como: uci, ovni, radar,
láser, etc.
Hoy, se ha ampliado el
campo al uso combinado de mayúsculas y minúsculas en la formación de siglas y
acrónimos: mayúscula inicial en los componentes significativos y minúscula en
las letras no iniciales y en los conectores gramaticales (preposiciones y
conjunciones), ejemplos: DGTel (Dirección
General de Telecomunicación); JpD (Jueces para la Democracia); UNMdP
(Universidad Nacional de Mar del Plata); UdelaR (Universidad de la República).
Agreguemos: UdeA
(Universidad de Antioquia). UdeM (Universidad de Medellín). UdelT (Universidad
del Tolima).
Este lenguaje de
mayúsculas y minúsculas es admisible en la escritura de siglas y acrónimos,
pero no en el léxico general donde no se permite la presencia de mayúsculas
intercaladas, y donde estas no pueden mezclarse con la minúscula.
En textos de la
naturaleza que sea, lo normal ahora es emplear como letra base la minúscula, y
usar la mayúscula solo en los casos que señalan las normas.
Las mayúsculas favorecen
la visibilidad en textos cortos, lo que conviene en ciertos contextos
comunicativos como: inscripciones, carteles, letreros, paneles informativos,
títulos etc.
Así, por razones
prácticas y estéticas, pueden escribirse enteramente con mayúscula palabras,
frases, e incluso textos completos.
Enteramente con
mayúscula:
Suelen escribirse enteramente
con mayúscula:
1. Las palabras o frases
de las portadas o cubiertas de los libros y documentos, tanto impresos como
electrónicos, así como los títulos de cada una de sus divisiones internas
(partes, capítulos, escenas, etc.).
2. Las cabeceras de diarios y revistas: CLARÍN.
Pero, hoy existen cabeceras que presentan la mayúscula solo en la inicial de
las palabras significativas, y cada vez con mayor frecuencia, ejemplos: La Voz
de Galicia; la Nueva España.
3. Las inscripciones de
lápidas, monumentos o placas conmemorativas.
4. Los lemas y leyendas
de banderas, estandartes, escudos, monedas.
5. Los textos de los
carteles de avisos o de las pancartas, por ejemplo: NO UTILIZAR EN CASO DE INCENDIO.
6. En textos de carácter
informativo, enteramente con mayúscula las frases que expresan el contenido
fundamental del escrito, por ejemplo:
Por motivo de higiene, SE
PROHÍBE DEPOSITAR BASURAS AQUÍ.
7. Términos como: aviso,
nota, advertencia, posdata, etc., cuando van introduciendo los textos
correspondientes, ejemplos: AVISO: El pago de recibos solo se hace los viernes.
8. En textos jurídicos y
administrativos como decretos, sentencias, bandos, edictos, certificados o
estancias, los verbos que expresan la finalidad del escrito van con mayúscula,
para favorecer su rápida lectura, ejemplos: CERTIFICA, EXPONE, SOLICITA,
CONSIDERANDO.
9. La mayúscula que
ocasionalmente aparece en algunos sustantivos como: humildad, naturaleza,
historia no puede justificarse desde el punto de vista normativo o lingüístico;
pertenece a la llamada mayúscula de relevancia.
Internet:
El vocablo Internet
proviene del inglés “Internet” formado de
“inter” (entre) y: “net” de
“network” (red electrónica). Se escribe con mayúscula, pues se refiere a “La Red” que conecta las computadoras mundialmente,
usando el protocolo TCP/IP. Es un nombre propio. Además de escribirse con
mayúscula, NO debe llevar ningún artículo: ni “el”, ni “la”. (Hasta hace muy
poco la RAE nos recomendaba poner delante el artículo “la”: la Internet –
sustantivo propio femenino -, hoy, nos recomienda quitar el artículo).
Nuevas tecnologías de la comunicación:
Mayúsculas y minúsculas
presentan peculiaridades, como en
correos electrónicos, foros, chats y mensajes de móvil, donde rapidez y
economía son factores determinantes.
“El hecho de que se trate
de medios en los que prima lo familiar o coloquial, explica el porqué de la
relajación que dichos medios tienen, frente a las normas ortográficas, las que
no pueden dejar de aplicarse en otros
ámbitos”.
. “Esa ortografía
relajada que puede ser admisible en medios como los chats y los mensajes de
móvil, donde la rapidez prima sobre la pulcritud, no debe extenderse a todos
los intercambios comunicativos realizados por vía electrónica: El uso del
correo electrónico NO exime de aplicar con rigor las normas ortográficas, entre
ellas la correcta distribución de mayúsculas y minúsculas.
En el ámbito de las comunicaciones, hoy,
la mayúscula se ha convertido en la
herramienta para representar la intensidad o volumen de la voz. Así, lo escrito
totalmente en mayúsculas equivale a gritar y, por tanto, en las normas de
cortesía establecidas para las comunicaciones en Internet – lo que se ha dado
en llamar la netiqueta (adaptación al
español del inglés netiquette, acrónimo
formado de la fusión de net ‘red’ y la voz de origen francés etiquette ‘etiqueta’) – no se recomienda su empleo,
pues se considera mala educación; además, se hace más fatigosa y lenta la
lectura.
Se solicita expresamente a los usuarios de
estos medios, que cuiden la corrección
ortográfica de sus mensajes, no solo por deferencia hacia los demás, sino
también para facilitar la lectura y comprensión de los textos”. (RAE).
(Fin del capítulo sobre
las mayúsculas según la Real Academia Española)
MEMORANDO:
(Del latín, ‘memorándum’).
Su nombre quiere decir: lo que debe ser recordado; cosa que debe tenerse en
cuenta. Su uso: trasmite una información muy específica dentro de una
institución.
Las exigencias del
memorando son:
Brevedad. El objetivo es
únicamente informar.
Deben utilizarse frases y
párrafos cortos para no oscurecer la idea.
Redactarlo con claridad,
orden, precisión y concisión.
Un memorando no se
redacta nunca en primera persona del singular.
Debe corresponder a
hechos o a cosas sobre los cuales se han dado ya explicaciones.
No adornar el lenguaje
con adjetivos ni con expresiones literarias.
Usar las palabras y las
frases en forma positiva.
Evitar el uso de la voz
pasiva (v.)
Evitar los rodeos y las
redundancias.
Revisar y corregir el
memorando antes de firmarlo.
METÁFORA: (v.
figuras literarias, tropo)
METALOGÍA:
Es la comunicación entre
los nombres de los conceptos abstractos y los de los concretos. Hay dos casos
de metalogía:
De cualidad; ejemplo:
blanco (es lo concreto), blancura (es lo abstracto); verde (concreto), verdura
(abstracto); rojo (concreto), rojez (concepto abstracto).
De acción; ejemplo: roto
(concepto concreto), rompimiento (concepto abstracto); contentar (concreto),
contentamiento (abstracto); proceder (concreto), procedimiento (abstracto).
Todo adjetivo puede
hacerse sustantivo abstracto por medio del pronombre LO. Decir ‘lo blanco’ es
lo mismo que decir ‘la blancura’. Decir ‘lo amargo’ es lo mismo que decir ‘la
amargura’.
Cuando los nombres
abstractos toman el plural, se vuelven concretos; ejemplos: la maldad
(abstracto); hacer maldades (concreto); la belleza (abstracto), llegaron las
bellezas (concreto); la pequeñez (abstracto), gasta su tiempo en pequeñeces
(concreto).
METAPLASMO:
Nombre con el que en la
gramática tradicional se denominan las ‘figuras de dicción’ (v.).
METÁTESIS:
Cambio de lugar de algún
sonido en un vocablo, como decir ‘perlado’ por ‘prelado’; ‘carcar’ por
‘calcar’. El Diccionario Gramatical trae como ejemplo tomado de El Quijote, II,
36: ‘malencólico’ por ‘melancólico’; ‘malencolía’ por ‘melancolía’. Hay
metátesis cuando la gente dice erróneamente ‘dentífrico’ por ‘dentífrico’,
‘cabresto’ por ‘cabestro’, ‘chirriquitín’ por ‘chiquirritín’, ‘estógamo’ por
‘estómago’, ‘Grabiel’ por ‘Gabriel’; ‘zaparrastroso’ por ‘zarrapastroso’, etc.
La metátesis está catalogada dentro de los
vicios de dicción (v. dicción).
METONIMIA: (v.
figuras literarias, tropo).
MÉTRICA:
Es el arte de medir las
sílabas de los versos. La versificación usada por los poetas españoles se basa
fundamentalmente en el número de las sílabas del verso; si éste termina en
aguda se agrega una sílaba; si termina en esdrújula, se resta una sílaba; y si
termina en grave se cuentan las sílabas normalmente. (v. versolibrismo)
MIENTRAS:
Es un adverbio; expresa
simultaneidad, lo mismo que las expresiones: mientras tanto, mientras que, en
tanto que; ejemplo: mientras estuvo enferma, nadie se acordó de ella.
MINÚSCULAS:
Letras que tienen un
tamaño más pequeño y se emplean comúnmente en la escritura. Ejemplos: a, b, c,
ch, d, e, etc.
MODIFICADORES: (v. sujeto y predicado)
MODISMOS:
(v.t.: idiotismos). Son frases peculiares que
se usan en sentido figurado, y son propias de cada idioma; los modismos son más
propios de la gente del pueblo que de la gente culta. El estudioso Avelino
Herrera Mayor dice: “El modismo es al idioma lo que la sal al guiso: sazona, da
sabor y añade regusto.”
Ejemplos de modismos:
Abierto de par en par (totalmente abierto); abierto a los cuatro vientos (a la intemperie);
a brazo partido (con gran dificultad, se lucha heroicamente); como Cristo nos
enseña ( afirmación de que lo que se dice o hace está dentro de la más correcta
moral); en un abrir y cerrar de ojos (en un momento, tiempo rápido); es una
bendición de Dios (elogio de la bueno, excelente); le sobra corazón (se dice
del que tienen generosos sentimientos); se me da un comino (no me interesa, no
me importa); abrir el ojo (estar alerta); ser largo de uñas (ladrón); no pegar
los ojos (no poder dormir); sacar la cara por... (defenderlo, responder por
alguien); estar tocado de la cabeza (estar loco); huir como alma que lleva el
diablo (desaparecer rápidamente)
MODO:
Categoría del verbo que,
en principio, expresa la actitud del sujeto ante la acción verbal. Las
diferencias en la forma del verbo, que no se refieren al tiempo, ni al número
ni a la persona, reciben el nombre de ‘modos’. Dicho de otra manera: el MODO
expresa las distintas actitudes del hablante. Los modos son:
Infinitivo: en él entran
el infinitivo (v) propiamente dicho, el participo (v.) y el gerundio (v.). Según la Real Academia de la Lengua, el modo infinitivo es
impersonal porque en él no se conjuga el verbo por tiempos y personas; pero, sí
tiene formas simples y formas compuestas.
Formas
simples: Formas compuestas:
Infinitivo: amar
Infinitivo: haber amado
Gerundio: amando
Gerundio: habiendo amado
Participio: amado
Modo indicativo: expresa
las acciones consideradas como reales.
Modo subjuntivo: se
emplea para las acciones pensadas como dudosas, posibles, necesarias o
deseadas. Se junta a otro verbo para tener significación cabal.
Modo imperativo: se usa
para expresar mandato, ruego, consejo. Exhorta o disuade, por esto, el único
tiempo de que consta este modo es el presente. (v. tiempo)
Los modos indicativo,
subjuntivo e imperativo se llaman modos personales del verbo, porque todos sus
tiempos varían de forma según la persona que realice la acción. En cambio, hay
otras formas verbales invariables, que
no expresan por sí mismas persona alguna. Tales formas pertenecen al modo
infinitivo.(v. infinitivo)
MODULACIÓN DE LA VOZ:
La modulación se refiere
a los cambios de un tono a otro. La voz debe tener diferentes tonos, y para que
sea agradable debe cambiar de un tono a otro con suavidad, seguridad y
elegancia. Hay que saber hablar, y hablar bien, para llegar hasta el
interlocutor y para ganar la influencia que se desea.
La manera de pronunciar y
de modular no es un asunto privado del que habla, sino algo que interesa a
todos los que escuchan. Para hablar bien hay que conocer el mecanismo de la
respiración y el funcionamiento de todos órganos que intervienen en la
producción de la voz
Una voz ronca o chillona
molesta al interlocutor y fatiga al que habla. Una forma para hablar bien es la
práctica y el estudio de la fonética.
MONEMA: (v.
lexema)
MONÓLOGO:
Es sinónimo de
soliloquio; significan lo mismo tanto en el campo literario como en el teatro o
en la vida cotidiana. Monologar es hablar solo. En el campo literario, monólogo
o soliloquio es la obra dramática en que habla un solo personaje.
Son famosos en la
historia literaria el soliloquio del príncipe Hamlet, el personaje de
Shakespeare que se debate entre la duda y la reflexión, y en la obra La vida es sueño de Calderón de la
Barca, el protagonista, Segismundo, habla consigo mismo acerca de la libertad.
En la literatura de hoy
son muchos los cuentos y las novelas de orden psicológico que incluyen en su
estructura el monólogo o soliloquio.
MONOSEMIA:
La significación es el
acto que une un significante (v.) con
un significado (v.). En algunos
casos, a un significante corresponde un solo significado, es lo que se llama
monosemia. Las palabras monósemicas (un solo significado) se encuentran
generalmente en el lenguaje científico, en los sistemas de señalización.
Ejemplos de monosemia: reloj, pentagrama, chocolate.
MONOSÍLABOS:
Son las palabras que
constan de una sola sílaba: cal, sol, sal, mar, red, dos, pie, etc.
En relación con la tilde,
hay unos monosílabos que no llevan tilde o acento porque en español existe la
norma ortográfica de que “las palabras monosílabas no se acentúan”; no llevan,
pues, tilde monosílabos como: fui, dio, vi, fe, fue, pie, ti, vio, da, di,
cien, dos, sol, vais, fin, Dios, pan, luz, sin, dar.
Otros monosílabos deben
utilizar la tilde diacrítica (v.)
para diferenciar su oficio dentro de la oración. Esto ocurre porque son palabras
‘homónimas’ es decir, palabras que tienen igual estructura pero desempeñan
diferentes funciones gramaticales; por eso, en estos casos se marca sobre ellas
el ‘acento diacrítico’; ejemplos: de
(preposición), dé (verbo dar); el (artículo o determinante), él (pronombre);
mas (conjunción, se puede cambiar por ‘pero’), más (adverbio de cantidad), mi
(adjetivo posesivo), mí (pronombre); se (pronombre), sé (verbo saber), sé
(verbo ser); si (condicional), sí (afirmación); te (pronombre), té (sustantivo
– el té-); tu (adjetivo posesivo), tú (pronombre); los pronombres relativos:
que, quien, cual llevan tilde cuando encabezan una oración interrogativa o
exclamativa. Los adverbios ‘donde’, ‘como’ cuando se emplean como pregunta
llevan tilde diacrítica. Estos son algunos pocos ejemplos: La esperé mas no
llegó; es más incumplida que su hermana, Cuaderno de apuntes, dé limosna a los
necesitados. Se vistió con sus mejores galas; yo ´se cuáles son sus
intenciones; sé respetuoso con ella. Dicen que el padre tiene confianza en él.
¿Qué esperas? ¡Qué calor! ¡Cómo hablas
de bien! ¿Cuál te gusta más?
MONOTONÍA:
Es consecuencia de la
pobreza del vocabulario. Monotonía es el empleo muy frecuente de pocos
vocablos, y de una misma palabra en el párrafo; también ocurre cuando se
terminan los párrafos de una manera lánguida y poco armoniosa.
Son monótonas las
expresiones construidas con palabras que no significan con precisión lo que se
quiere decir; también es monotonía el abuso del verbo hacer con complemento en lugar del verbo apropiado, por ejemplo:
hacer una casa, lo adecuado es: construir una casa; hacer un viaje, lo adecuado
es: viajar; hacer oración, lo adecuado es: orar.
Monotonía y pobreza de
lenguaje se cometen al usar siempre idénticos términos para expresiones parecidas.
El idioma español cuenta con gran número de vocablos de igual valor
significativo para no repetirlos en la expresión.
MORFEMA: (v. lexema)
MORFOLOGÍA:
Es el estudio de las
formas de las palabras; es decir, la ciencia que da a conocer las partes
componentes de la oración, puesto que hay que conocer éstas antes de ordenarlas
según las normas de la sintaxis (v.).
La morfología estudia,
pues, las palabras aisladamente teniendo en cuenta su estructura material y
prescindiendo de las relaciones sintácticas o semánticas que guarden unas con
otras.
Actualmente se habla del
estudio morfosintáctico del idioma, el cual no es más que entender y tener en
cuenta la forma y la función de las palabras.
MORFOSINTAXIS:
Como consecuencia de la
resistencia que modernamente se hace a la tradicional distinción entre
morfología y sintaxis, algunos lingüistas hablan de morfosintaxis, como
designación del estudio de los hechos de lenguaje considerados,
simultáneamente, desde la forma y la función.
MOVIMIENTO SEMÁNTICO:
La semántica (v.) cambia y se transforma, debido a
determinados fenómenos:
Por innovación; dentro de
ésta se estudian la derivación (v.),
la composición (v.) y la parasíntesis
(v.) que son los tres procesos para
formar palabras.
Por trasplantación. El
trasplantar vocablos de una lengua a otra es un hecho frecuente y natural.
Cuando las naciones empiezan a tener relaciones políticas, culturales,
comerciales o científicas, empiezan a introducirse en las lenguas vocablos
extranjeros. El español tiene vocablos de origen alemán, francés, italiano,
inglés, etc.
Por calco de expresiones
extranjeras. Son calcos las expresiones o locuciones formadas por traducción,
sobre el modelo de otra expresión de una lengua extranjera, como cuando se dice
‘kindergarten’ en lugar de ‘jardín de niños’; ‘ex profeso’ en lugar de ‘a
propósito’
De esta manera se han
formado muchas palabras técnicas y científicas, calcándolas en el griego,
especialmente.
Por agregación. A veces, varias palabras se
funden por agregación y así se forman nuevas palabras con otra significación,
ejemplos: corre, ve y dile (correveidile);
vaivén (vaivén); res pública
(república).
Maneras del movimiento
semántico:
Metáfora: (v.
figuras literarias, tropo)
Metonimia (v.
figuras literarias, tropo).
Especialización: es el caso en que un nombre general se aplica
a una idea determinada, menos general, ejemplos: el verbo ‘cortar’ no precisa ni el objeto que se corta ni el instrumento
para cortar. Sin embargo, el labrador que utiliza dicho verbo aplicándolo a sus
mieses lo convierte en el verbo ‘segar’; este verbo ya no puede aplicarse a los
múltiples casos en que se usa ‘cortar’.
El verbo ‘colocar’ se
especializó en ‘colgar’. ‘Trabajar’ se especializó en ‘labrar’. ‘Deseo’ se
especializó en ‘apetito’.
Es frecuente que el
nombre de algún material se especialice en alguno de los objetos que con él se
hacen, por ejemplo: ‘papel’ viene de ‘papiro’ (planta egipcia) del cual se
fabrica. ‘Esperma’ por vela hecha de ‘esperma’. ‘Corcho’ por tapón de botella
hecho de corcho.
Generalización: Es el fenómeno contrario a la
especialización. Tiene lugar la generalización de una palabra cuando deja de
significar un objeto o acción determinada y se aplica a ideas más generales,
por ejemplo: el verbo ‘ser’, cuando se originó del latín, significaba solamente
‘estar sentado’. Hoy ha perdido esta significación particular y restringida
para pasar a ser más general.
‘Estar’ significaba sólo
‘estar de pies’. ‘Salir’, significaba sólo ‘brotar el agua’. ‘Alameda’ era un
camino bordeado de álamos, hoy es cualquier camino bordeado de árboles.
‘Raquítico’ se llamaba el que sufría de la espina dorsal. Hoy significa
‘enclenque’, ‘débil’, ‘incapaz’.
Metalogía: (v.)
MOZÁRABE:
Se designa con este
nombre un complejo grupo de dialectos románicos hablados por los mozárabes,
cristianos que vivían en tierras de la Península Ibérica ocupadas por los
árabes. Dichos dialectos ofrecen un aspecto muy arcaico, y coinciden en muchos
rasgos con los demás dialecto medievales (gallego-portugués, leonés, navarro-aragonés,
y catalán) frente al castellano.
MULETILLAS:
En el lenguaje oral es
frecuente que muchas personas acomoden dentro de la oración o al final de ella
palabras que son innecesarias y que nada tienen que ver con la idea. Son las
‘muletillas’ que tanto desfiguran la expresión y tan mala impresión causan en
el oyente.. Las siguientes palabras usadas fuera de contexto, ajenas a la
significación y metidas en la frase solamente para relleno, son muletillas:
claro, ¿cierto?, ¡seguro!, ¿sabe qué?, pues, entonces, bien, ¿sí?, ¿no cierto?,
etc.
MUSAS:
Eran las hijas de Júpiter
y de Mnemosine, diosa de la memoria. Las nueve musas presidían las artes
liberales, ellas son:
Clío: musa de la
historia. Euterpe: musa de la música. Talía: musa de la comedia. Melpómene: musa de la tragedia. Polimnia: musa de la poesía lírica. Terpsícore:
musa del baile. Urania: musa de la astronomía. Erato: diosa de la elegía. Calíope: musa de la elocuencia.
N
N:
Decimosexta letra del
abecedario español y decimotercia de sus consonantes. Su nombre es ‘ene’.
Signo con que se suple en lo escrito el nombre propio
de persona que no se sabe o no se quiere expresar.
En álgebra y aritmética
es el exponente de una potencia indeterminada.
NADA, NADIE: (v. términos negativos en la frase)
NARRACIÓN:
Acción de narrar. Una de
las partes en que suele dividirse el discurso retórico; en ella se refieren los
hechos para esclarecimiento del asunto de que se trata y para facilitar el
logro de los fines del orador.
NARRATIVA:
Narrar es contar una o
varias acciones. La narración necesita al ser humano, aunque en algunos casos
puede pasarse sin él, como cuando personifica individuos del reino animal o
vegetal.
Es característica de la
narrativa la exactitud en la pintura de los personajes, para ser interesante no
es necesario que ellos tengan características fuera de lo normal, sino que
posean una personalidad muy representativa.
En la narrativa hay
diálogos, monólogos, descripciones (v.).
Pertenecen a la narrativa la novela, el cuento, la fábula, las biografías
NATURALIDAD: v.
estilo, descripción)
NEOLOGISMOS:
Los neologismos son palabras nuevas no
aceptadas aún por la Real Academia de la Lengua. Se acepta un neologismo cuando
no tiene equivalente en español y su formación no infringe las reglas de la
morfología. Hay tres clases de neologismos:
Neologismos científicos.
Son voces que nacen por la necesidad de nombrar los nuevos inventos, los nuevos
estudios, los descubrimientos científicos, etc., generalmente se forman con
elementos griegos o latinos, ejemplos: electrónico, televisión, megatón,
isótopos, psicoanálisis, radar y muchos más.
Neologismos populares.
Son palabras que el pueblo inventa o altera por medio del apócope (v.), o por juego de palabras; ejemplos:
foto, cine, auto, tele, cloro, filme, ‘familiocracias’ ‘meritocracia’, etc.
Neologismos literarios.
Son voces que los escritores introducen, muchas veces adaptándolas de otros
idiomas o creándolas porque no existe equivalente en el idioma, ejemplos: anexar,
asilar, montaje, teatralidad, urbanismo, avalancha, banal, mendicante, etc
Muchos neologismos se
quedan en el idioma y la Real Academia procede a aceptarlos y a incorporarlos
al diccionario, porque las lenguas necesitan evolucionar y enriquecer su vocabulario
con voces nuevas que el uso impone. La “ley del uso” coopera en la evolución y
desarrollo de los idiomas.
Los neologismos nos han
llegado porque las agencias de noticias están en manos de ingleses y
estadounidenses,(v. anglicismos), y
las traducciones son muy defectuosas; también, debido al poderío económico y
comercial que ha impuesto voces utilizadas en anuncios, propaganda, etc.
Los deportes han traído
muchos anglicismos, y de Argentina han llegado expresiones nuevas no siempre
correctas; el cine ha traído un vocabulario específico inglés, y los viajes y
la política internacional han contribuido a la actual americanización.
Hay muchos neologismos
formados dentro del propio idioma español, por reacción espontánea, y ya están
admitidos por la Real Academia, tales como: peliculero, plumífero, carcajear,
caradura, peligrosidad, puntero, monocultivo, planificar, fichar, tómbola,
tobogán, tocadiscos, lavadora, fastidiar, etc.
NEUTRO:
Con referencia al verbo,
este vocablo vale tanto como decir ‘intransitivo’. En relación con el ‘género’
tuvo gran importancia, pero ha dejado de tenerla casi en absoluto en el idioma
español; sólo se emplea para designar lo genérico, lo abstracto
Para expresar el neutro,
el idioma español tiene la tercera forma del artículo determinado ‘lo’. Con
ella se sustantivan adjetivos con carácter abstracto, ejemplo: lo cortés no
quita lo valiente, que corresponde a los sustantivos abstractos: cortesía y
valentía. En esta forma también se sustantivan los colores: lo blanco, lo rojo,
lo negro para designar las cualidades abstractas de estos colores: blancura,
rojez, negrura.
Sirve, además, este
artículo neutro ‘lo’, unido al pronombre posesivo, para designar el conjunto de
cosas que pertenecen a una persona: lo mío, lo tuyo, lo suyo, lo nuestro, lo
vuestro.
Entre los demostrativos
existen las formas neutras: eso, esto, aquello. Y algunos adverbios se
sustantivan con la forma ‘lo’, ejemplos: lo cerca que está; lo lejos que vive;
lo tarde que llega; lo despacio que andan; lo pronto que has llegado; tienes lo
bastante para vivir..
NINGUNO:
Adjetivo indefinido. Su
significado: ni una sola de las personas
o cosas significadas por el sustantivo al que acompaña. El masculino sufre
apócope (v.) antepuesto al
sustantivo, ejemplos: ningún niño; ninguna niña. También es pronombre
indefinido y su significado es: ni una sola de las personas o cosas
significadas por el sustantivo al que representa, ejemplos: no ha venido
ninguno; ninguna sirve. (v.t.: términos
negativos en la frase).
NO:
Adverbio de negación. (v. términos negativos en la frase).
No he visto a nadie: El principio de que la negación de una
negación corresponde a una afirmación no es válida en las tradiciones
lingüísticas. En muchas lenguas, dos negaciones no significan una eliminación,
sino un refuerzo de la negación, y hay lenguas en las que dos negaciones
constituyen la regla; y cuando existen tales reglas, toda discusión sobre la
racionalidad o logicidad de las expresiones es absurda y superflua, puesto que
la irracionalidad es anulada por la tradición lingüística. En español hay
negación con una sola palabra negativa cuando va delante del verbo, ejemplo:
nadie vino; pero se necesita la otra negación cuando la palabra negativa va
detrás del verbo, ejemplo: no vino nadie.
NOMBRE: (v.
sustantivo).
NOMENCLADORES:
Tienen como objeto
jerarquizar las ideas en orden lógico. Sirven para remplazar las llaves en los
cuadros sinópticos, evitan equivocaciones y economizan tiempo y espacio.
Nomenclar significa ordenar, dividir, nombrar, jerarquizar.
El Instituto Colombiano
de Normas Técnicas (ICONTEC) recomienda el nomenclador decimal que se basa
solamente en los números arábigos. Se coloca un punto entre los números que
designan las subdivisiones. Las divisiones principales de un documento escrito
se numeran en forma continua empezando por 1. Luego 2. etc. Las subdivisiones también se numeran en forma
continua de acuerdo con su importancia.
También existe el
nomenclador logicista o romano que se basa en números romanos, letras
mayúsculas, números arábigos, letras minúsculas, números arábigos con
paréntesis, letras minúsculas con paréntesis, números arábigos y letras
minúsculas con doble paréntesis. Al aplicar este nomenclador se hace con
sangría; ella es necesaria para que cada una de las divisiones y subdivisiones
sea visible.
Los dos nomencladores,
tanto el ‘decimal’ como el ‘logicista o romano’, exigen orden y continuidad; es
indispensable saber que en ambos hay correlación, es decir, no puede haber 1
sin 2, A sin B, 1) sin 2), etc. Los títulos
no admiten ningún nomenclador.
NOMINATIVO: (v.
caso)
NOS:
Es la forma que tiene el
pronombre personal de primera persona en ambos géneros. Procede directamente
del latín ‘nos’. Se emplea en el complemento directo: nos vieron desde lejos; y
en el complemento indirecto: nos escribieron una carta. Otro uso es el plural
ficticio o mayestático, de ‘nos’ habla el Papa, y de ‘nos’ los reyes, ejemplo:
Nos hemos sancionado las leyes.
También encontramos este
pronombre en las formas enclíticas (v.
enclíticos), ejemplos: vámonos, sentémonos, digámonos, corrámonos, etc.
NOTICIA:
Toda noticia bien
redactada –dice el maestro Martín Vivaldi- debe reunir las siguientes
condiciones:
Veraz: quien redacta
la noticia debe decir sinceramente la verdad del hecho.
Exacta: que
corresponda a la realidad lo más fielmente posible.
Interesante: al redactar la noticia, ha de buscarse
siempre lo fundamental, lo que constituye la esencia de lo que acontece.
Completa: si se da la
noticia de manera incompleta, el lector se desorienta y acaba planteándose su
propia verdad.
Clara: en forma tal que las personas de cultura
media comprendan la noticia; una exposición limpia con sintaxis correcta y
vocabulario adecuado y preciso.
NUMERACIÓN ROMANA:
Esta numeración se emplea
en los siguientes casos:
Para indicar fechas en
las inscripciones de los monumentos.
Para expresar la sucesión
de los siglos, papas, emperadores y reyes.
Para ordenar los tomos y
capítulos de los libros.
En las esferas de algunos
relojes, etc.
Esta numeración utiliza
las siete letras mayúsculas siguientes:
Letras: I V X L
C D M
Equivalencia 1 5 10 50 100 500 1.000
Las reglas para escribir
y leer la numeración romana son:
Deben emplearse las menos
letras posibles.
Si a la derecha de una
letra se añade otra, se suma el valor de ambas: XX = 20; XVII = 17
Si se pone a la izquierda
de una letra otra menor, el valor de aquélla se disminuye en el de ésta: IV = 4;
XL = 40; CD = 400
No debe repetirse una
misma letra más de tres veces seguidas: XXIII = 23; XXX = 30. Sin embargo, la I y la X aparecen
hasta cuatro veces seguidas en libros e inscripciones antiguos.
La V, la L y la D no
pueden duplicarse, ya que X, C y M equivalen, respectivamente, a su
duplicación.
Una línea horizontal,
superpuesta a cualquier letra, multiplica por mil su valor: V = 5.000;
XVII = 17.000; C = 1000.000.
Se escriben dos rayas
horizontales si se trata de millones: V
= 5.000.000
Si entre dos letras se
intercala otra de menos valor, lo resta a la siguiente: XIX = 19;
CIIX = 108; XXVX = 25
NÚMERO:
Es un accidente
gramatical. En el verbo, el número indica si la acción se refiere a una sola
persona, animal o cosa, o a varias. Hay número singular (uno solo), y número
plural (varios). Ejemplos: él canta, tú lees, yo escribo (número singular);
ellos cantan, vosotros leéis, nosotros escribimos (número plural).
Los adjetivos no tienen número
en sí mismos; para formar el plural siguen las mismas reglas del sustantivo.
‘Ambos’, ‘entrambos’,
‘sendos’ y ‘demás’ sólo pueden unirse a sustantivos plurales; ‘sendos’
significa ‘uno’ o ‘una’ para cada cual de dos o más personas o cosas (por eso
se llaman ‘distributivos’).
‘Cada’ es invariable y
acompaña tanto a sustantivos en singular como en plural, ejemplos: cada hora;
cada diez horas.
El número del sustantivo
es la diferente forma que adopta éste para expresar si se refiere a un objeto o
a más de uno.
El singular no tiene
terminación especial, ya que puede acabar en cualquiera de las vocales o en
algunas consonantes.
El plural masculino
ofrece en nuestra lengua la particularidad de comprender los dos géneros: los
padres = el padre y la madre; los niños = el niño y la niña.
En el sustantivo el
plural puede formarse de las siguientes maneras:
Añadiendo una ‘S’ si el
singular termina en vocal no acentuada, o en ‘e’ acentuada, algunas veces;
ejemplos: perro, perros; hombre, hombres; café, cafés.
Añadiendo la sílaba ‘es’
si el singular termina en consonante o en vocal acentuada que no sea ‘e’,
ejemplos: emoción, emociones; jabalí, jabalíes; tisú, tisúes; bisturí,
bisturíes; rondó, rondoes. Se exceptúan: papá, mamá, sofá, chacó (papás, mamás,
sofás, chacós). También se agrega la sílaba ‘es’ a los sustantivos terminados
en ‘y’, como: ley, leyes; buey, bueyes. Y lo mismo a los que terminan en
consonante como: botón, botones; cárcel, cárceles; álbum, álbumes. Del mismo
modo se arega ‘es’ a las vocales: a, aes;
e, ees; i, íes; o,
oes; u, úes.
El plural es igual al
singular cuando éste termina en ‘s’, ejemplos: la tesis, las tesis; la dosis,
las dosis; el lunes, los lunes.
El vocablo ‘maravedí’
tiene el plural de cualquiera de estas tres formas: maravedís, maravedíes,
maravedises.
Los nombres terminados en
‘x’ o ‘z’ cambian estas letras en ‘c’ antes de tomar la sílaba ‘es’ para el
plural, como: nariz, narices; barniz, barnices; ónix, ónices. La Real Academia
Española (RAE) no ha dado el plural del vocablo ‘fax’; pero, siguiendo la norma
anterior, el plural puede ser ‘faces’; además, este vocablo no es monosílabo,
es el apócope de ‘telefax’.
La palabra ‘fénix’ hace
el plural indistintamente: fénix o fénices.
La palabra ‘tórax’ es
igual en singular y en plural.
El plural de ‘excrex’ es
excrez.
Las palabras denominadas
cultismos como: carácter y régimen cambian de lugar su acento al pasar al
plural: regímenes, caracteres.
Algunos latinismos que ya
han sido aceptados en español, tales como: ultimátum, déficit, superávit tienen
esta misma forma cuando también se usan en plural.
Por su forma, algunos
sustantivos carecen de singular:
Algunos nombres
geográficos, como: los Alpes, los Pirineos, las Islas Canarias, Buenos Aires,
Atenas.
Los sustantivos que indican
objetos que se componen de dos partes, como: tenazas, tijeras, pulmones,
narices. Sin embargo, la Real Academia admite usarlos en singular.
Los sustantivos que
implican un sentido colectivo o de multitud de elementos, como: enseres,
víveres, añicos
Otros sustantivos
diversos, como: andas, exequias, angarillas, nupcias, anales, tinieblas.
Algunos sustantivos
cambian de significado al pasar del singular al plural, ejemplos: esposa
(cónyuge), esposas (cadenas); celo (cuidado), celos (pasión amorosa); belleza
(condición de bello), bellezas (mujeres bellas).
Existen los llamados plurales
anómalos: son las irregularidades en la construcción del plural de los
sustantivos de procedencia extranjera; algunos de esos plurales han sido
aceptados por la Real Academia de la Lengua. Ejemplos de plurales anómalos:
frac, fraques; lord, lores; cinc o zinc, cines o zines; esquí, esquís; bistec,
bistés o bisteques; bóer, bóers; complot, complots; coñac, coñacs; club,
clubes; tic, tiques, etc.
Sustantivos que se usan
en singular:
Los nombres propios y los
geográficos de continentes, reinos, provincias, mares, ríos, montes, etc.,
tales como: África, Mediterráneo, Cauca, Magdalena; en algunos casos y según la
expresión y su mensaje o intencionalidad, se puede decir y escribir: visité las
dos Américas; paseó por las dos Castillas; tiene dos Murillos y cuatro Goyas
(dos cuadros de Murillo, cuatro cuadros de Goya). Debe recordarse que hay
algunos nombres geográficos que van en plural (v. más arriba: los que
carecen de singular
Generalmente, tampoco
tienen plural los sustantivos que representan ideas o cosas singulares únicas,
ejemplos: el caos, la nada, la inmortalidad, la caridad, la avaricia, la
santidad.
Algunos sustantivos
cambian de significado al pasar del singular al plural: esposa (cónyuge) y
esposas (cadenas); corte (filo de un arma cortante /lugar para cerdos/
residencia del rey) y cortes (parlamento, congreso); celo (cuidado) y celos
(pasión amorosa), etc.
Los nombres genéricos o
específicos utilizados en sentido absoluto carecen de plural, como: azufre,
oro, plata.
Otros sustantivos no
modifican su estructura al cambiar de número, el que sólo se conoce por el
artículo, adjetivo, verbo u otra parte de la oración que acompañe a dicho
sustantivo en la oración, ejemplos: el (los) fíat, execuátur, déficit
superávit, aguafiestas, cortaplumas, guardabarros, etc.
Existe el llamado plural
de modestia el cual rompe la concordancia; ocurre cuando, de modo ficticio, se
intenta compartir la responsabilidad; por ejemplo, el único autor de un libro
dice: creemos muy útil este tratado; lo que en verdad expresa es: creo muy útil
este tratado. Al final de una competencia, es frecuente oír decir a los
espectadores: ganamos; barrimos con todo.
El llamado plural
mayestático es otra discordancia deliberada; ocurre cuando los altos personajes
no utilizan la primera persona; ejemplos: Nos, el Papa; Nos, el Rey, en lugar
de utilizar la forma correspondiente: Yo, el Papa; yo, el Rey.
NUNCA:
Adverbio de tiempo.
Significa: en ningún tiempo. Ninguna vez. ‘Nunca jamás’ es una locución
adverbial con sentido enfático. (v.
términos negativos en la frase).
Ñ
Ñ:
Decimoséptima letra del
abecedario español y decimocuarta de sus consonantes. Su nombre es ‘eñe’. Ya
para Nebrija, la ‘eñe’ era un sonido que no existía ni en latín clásico, ni en
griego, ni en hebreo, ni en árabe.
La ‘ñ’ es una de las
consonantes que en filología se llaman ‘mojadas’ por la gran adherencia de la
lengua al paladar.
El grupo más importante
que dio origen a la ‘ñ’ es el de la doble ‘n’ latina, como se ve en los
siguientes ejemplos: canna > caña;
pannu > paño; grunnire >
gruñir; annu > año.
(v. Alfabeto. Nuestro alfabeto. Los dígrafos. La letra
Ñ…)
ÑANGOTARSE:
En Puerto Rico y Santo
Domingo, significa: ponerse en cuclillas. También, humillarse, someterse. Y,
perder el ánimo.
ÑAPANGO:
En Colombia, este vocablo
quiere decir: mestizo, mulato
ÑUBLADO:
La Real Academia Española
registra este vocablo con el mismo valor de nublado.
O
O:
Decimoctava letra del
abecedario español y cuarta de sus vocales.
Conjunción disyuntiva que
denota diferencia, separación o alternativa entre dos o más personas, cosas o
ideas: Luis o María; blanco o negro; poner o quitar; vencer o morir.
Cuando a la derecha se le
agrega una hache, pasa a ser una de las partes invariables de la oración
llamada interjección: ¡Oh!(v.
interjección)
OCTAVA REAL:
Vocablos utilizados en
poesía. Una octava real es una estrofa de ocho versos de arte mayor (más de
ocho sílabas cada verso).
ODA:
Es una composición
poética perteneciente a la lírica, expresión del sentimiento. Cuando ese
sentimiento es entusiasmo del poeta frente a algo grandioso que lo subyuga,
aparece el poema llamado oda, es decir: canto de alabanza. El entusiasmo puede
ser religioso o patriótico; también, el poeta puede extasiarse frente a la
naturaleza. Todas estas posturas emocionales y subjetivas dan origen a
diferentes clases de poemas: odas sagradas, himnos, odas heroicas
OMISIÓN:
Es uno de los vicios de
dicción. Consiste en suprimir en las palabras letras que son indispensables.
Ejemplos: ‘usté’ por usted; ‘universidá’ por universidad; ‘dotor’ por doctor; ‘arquiteto’ por
arquitecto; ‘indino’ por indigno; ‘Inacio’ por Ignacio; ‘persinar’ por persignar.
ONOMÁSTICA: (v.
onomatología)
ONOMATOLOGÍA:
Es el tratado del origen
de los nombres propios personales y de lugar, y la historia de sus variaciones.
Esta ciencia es una de las partes más interesantes en la investigación
historicolingüística de un país. Se llama también onomástica o arte de la
explicación de los nombres.
El filólogo portugués
Leite de Vasconcellos fue el primero en dar al estudio de los nombres
personales la denominación de antroponimia (v.).
Los nombres de lugar se estudian en la llamada toponimia (v.).
Esta terminología entró
en la investigación idiomática de los nombres al amparo de la historia y de la
etimología (v.)
ONOMATOPEYA:
(Onoma = nombre, peya =
creación). Es la creación o formación de
palabras por imitación del sonido natural de las cosas, animales o personas.
Las voces así formadas se llaman palabras imitativas u onomatopéyicas.
Palabras onomatopéyicas
que imitan sonidos originados por personas:
silbar, gemir, sollozar, roncar, sesear (v. seseo), cecear (v. ceceo),
cuchichear, toser y otras más.
Palabras onomatopéyicas
que imitan sonidos producidos por animales: berrear, aullar, maullar, bramar,
piar, cacarear, gruñir, croar, rugir y otras más.
Palabras onomatopéyicas
que imitan sonidos producidos por cosas: pitar, tic-tac, chirriar, cataplún,
tronar, redoble, carro, estrépito y muchas más.
ORACIÓN:
En opinión de los
gramáticos, la oración es no sólo un agregado de palabras, sino una estructura
con sentido y derecho propios.
En cuanto al sentido, con
la oración ocurre lo mismo que con la palabra: una oración tiene sentido si,
objetivamente quiere decir algo, si expresa lo que quiere decir el que habla, y
si quiere decir algo en el contexto intencional en que se encuentra. Puesto que
la oración está gobernada por el verbo, el ‘sentido’ de la oración se explica
según la forma del verbo: una oración con un verbo en modo imperativo (v modo) apunta a una ‘finalidad’; con un
verbo en modo indicativo (v. modo)
‘representa’ algo; con un verbo en modo subjuntivo (v. modo) ‘expresa’ algo.
La entonación de la frase
según los signos de puntuación (v.),
distingue las tres anteriores formas del sentido. No se entona lo mismo ni
tienen igual significado oraciones entre signos de exclamación, o signos de
interrogación, o solamente punto final.
Entre las muchas
posibilidades de formular un enunciado ocurre con frecuencia que el que habla
nombra primero el objeto del que quiere predicar (afirmar o negar) algo, y
luego enuncia el predicado (lo que afirma o niega). El objeto del cual se
predica algo se convierte en el sujeto de la oración, ejemplos: el niño canta bien; la hermosa mamá cuida a sus hijos.
La oración con sujeto
omitido presenta varias formas:
Omitido elíptico,
ejemplo: llegaremos mañana. (¿Quiénes? Nosotros).
Omitido impersonal,
ejemplo: atardeció a las siete. (Verbo atardecer es impersonal).
Omitido indeterminado,
ejemplo: aseguran que lloverá. (¿Quiénes aseguran? No se determinan).
La oración consta de:
Sujeto y sus complementos
Predicado
Nominal
Verbo copulativo
Núcleo
Verbal
Verbo
Complementos
Directo
Indirecto
Circunstancial
Sujeto:
Cualquier parte de la
oración puede sustantivarse y servir de sujeto, ejemplos:
Adjetivo: Los ‘buenos’ merecen premio.
Sustantivo: El ‘carro’ no funciona
Artículo El,
la, los, las son los vocablos llamados determinantes.
Verbo:
Llorar alivia el alma.
Adverbio: El ayer me dejó gratos recuerdos.
Preposición: ‘Hasta’ es una preposición generalmente mal empleada.
Interjección: El ¡ay! Del herido nos conmovió
Una frase completa. El ‘amaos los unos a los otros’ fue la última voluntad de Jesús.
Según la gramática
tradicional, las partes de la oración son:
Nombre o sustantivo;
adjetivo; pronombre; artículo o determinante; verbo; adverbio; preposición;
conjunción; interjección. (v. cada una de
ellas en el lugar alfabético que le corresponde).
El sujeto es simple si
sólo consta de una palabra:, ejemplo: Pedro
vino temprano. El núcleo del sujeto es ‘Pedro’, pero a ese núcleo lo pueden
acompañar modificadores; esos modificadores son sustantivos, adjetivos y
artículos, ejemplos: El hermano Pedro vino
temprano.
Y es sujeto compuesto si
tiene varios ejecutantes de la acción, ejemplo: Pedro y Luisa llegaron
temprano.
Los complementos del sujeto son todas las palabras (o modificadores)
que acompañan el núcleo, ejemplos: El
clima de Medellín. Ese valiente soldado. Cervantes, escritor genial. Nosotros los del Colegio.
Predicado:
Es lo que se afirma o se
niega del sujeto. Puede ser nominal o verbal
El predicado nominal es
un sustantivo o adjetivo unido al sujeto por medio de los verbos copulativos
‘ser’ o ‘estar’.
Cuando el predicado es un
sustantivo, un adjetivo, un infinitivo, o un pronombre, se usa necesariamente
el verbo ‘ser’, ejemplos: Dios es
padre; Luisa es pintora; esto no es mío; el hacer bien a los demás será un hermoso brillar en la eternidad.
La mayoría de las
oraciones son expresiones bimembres (dos miembros de la oración o dos partes:
sujeto y predicado).Cuando falta uno de los miembros, especialmente el sujeto,
se dice que la oración es unimembre (un solo miembro).
La articulación de oraciones puede realizarse
de varias maneras:
Por parataxis (v.), sin indicación especial alguna, por
ejemplo: llueve, se moja
Por una simple partícula
de unión, por ejemplo: llueve y se moja.
Por deixis (v. deícticos), por ejemplo: allá llueve
y se moja.
Por hipotaxis (v.); en ésta, la oración que indica la
causa puede subordinarse, por ejemplo: puesto que llueve, se mojará. O también,
la oración que indica el efecto se puede subordinar, por ejemplo: llueve, de
modo que se mojara. En todas estas articulaciones lógicas de oraciones, se
trata siempre de una y la misma cosa: de
la articulación de la causa y el efecto.
El núcleo de la oración
está formado por sujeto y predicado. Este núcleo puede ampliarse añadiéndole
otras palabras, y estas palabras pueden ser asimiladas de tres formas por el
sistema de la oración:
Como aposiciones (v.), ejemplos: El carro de José es blanco; Simón Bolívar, Libertador de cinco naciones, murió
pobre y triste.
Como determinaciones de
lugar, tiempo, causa introducidas por preposiciones, ejemplos: calienta mucho en el desierto; él escribe al
atardecer; el niño llegó con hambre.
Pueden unirse a otra
palabra bajo la forma de una determinada ‘dependencia’, como en el caso
acusativo, por ejemplo: construye una
casa; mira detenidamente el cuadro.
Oración simple:
Recibe este nombre la
oración cuando no tiene más que un sujeto (v.)
y un predicado (v.), ejemplos: Luz va al colegio; Gloria pinta un cuadro; Juan
dibujó un árbol.
Oración gramatical:
Palabra o conjunto de
palabras con sentido completo y unidad de entonación propia. Tener sentido completo
quiere decir: declarar, desear, preguntar, mandar o afirmar algo.
La oración simple puede
ser:
De verbo copulativo;
transitiva; intransitiva; de verbo en voz pasiva; impersonales; unipersonales;
reflexivas; de verbo recíproco. Veamos cada clase:
1) Oraciones de verbo copulativo:
También se les conoce con
el nombre de oraciones atributivas o copulativas. Son las construidas con los verbos ‘ser’ o
‘estar’ que sirven de unión o cópula, ejemplos: Juan es médico; Luisa fue
maestra; el libro está incompleto; Jaime está enfermo. La esencial diferencia
entre los verbos copulativos: ser y estar reside en que con el verbo
‘ser’ se indica un estado permanente, por ejemplo: María ‘es triste’; y con el
verbo ‘estar’ se indica un accidente transitorio, por ejemplo: María ‘está
triste. No es lo mismo ‘ser’ un enfermo que ‘estar’ enfermo.
Las partes esenciales de
la oración copulativa son: sujeto y predicado nominal; este último es el que le
da significado a la oración. Por esta razón también se le conoce como oración
de predicado nominal. El verbo sólo
sirve de unión. Veamos los siguientes ejemplos:
Sujeto: Verbo copulativo: Predicado nominal:
El Verbo humanado es cabeza de su Iglesia
La santidad es obra de Jesucristo
Las leyes divinas son suyas
Sus palabras han
sido luz de ciencia
El atleta
era capaz de
conducir su carro
Atanasio Girardot fue un héroe
Lo corriente es que haya
concordancia entre el sujeto y el predicado nominal; pero, no siempre es así;
ejemplos de ello:
Gabriel ‘está’
enfermo. Los asaltantes ‘eran’ el pueblo
en armas. Esto ‘son’ documentos. La
mayor parte ‘eran’ personas intelectuales.
Luisa ‘es’ irascible (v. t.:
concordancia)
El predicado nominal
puede ser:
Un sustantivo; ejemplo:
Dios es ‘padre’
Un adjetivo; ejemplo: las
comparaciones son ‘odiosas’
Un participio; ejemplo:
su hijo es ‘agradecido’
Un pronombre; ejemplo: el
lápiz es ‘mío’
Un infinitivo con
artículo o sin él; ejemplo: amar es ‘sufrir’. La vida es ‘un batallar’
Un adverbio de modo o una
locución adverbial; ejemplo: todo era ‘en vano’. Eso no está ‘bien’. Su caso es
‘aparte’.
El verbo copulativo ‘ser’ se omite algunas veces en los siguientes casos:
En sentencias o
proverbios, ejemplo: “el mejor camino, el recto”.
En las oraciones
interrogativas cuyo sujeto es el pronombre ‘quien’, ejemplo: ¿Quién más honesto
y más casto que don Quijote?
En las oraciones
exclamativas, ejemplo: ¡Qué insensatez confiar en la suerte!
El verbo ‘estar’ se omite también algunas veces, sobre todo en oraciones
exclamativas, ejemplos: ¡Tú honesto, tú cuerdo, tú humilde!, ¡Tú loco, yo
enfermo!
Otros verbos, de manera
transitoria, pueden ser copulativos y construir oraciones de predicado nominal,
como: ella ‘andaba’ enamorada; ese joven ‘parece’ tonto; la caja ‘llegó’
abierta; el perro ‘sigue’ echado; la niña ‘nació’ asfixiada; Inés se ‘puso’
triste; el anciano ‘sube’ fatigado; la puerta ‘continúa’ cerrada; el soldado
‘permanece’ firme, etc.
En las anteriores
oraciones, con verbos transitoriamente copulativos, éstos se pueden suprimir y
no se rompe el sentido de la expresión; ésta es la característica especial de
las oraciones de predicado nominal.
2) Oraciones transitivas:
Son las que estando
formadas con verbos en voz activa (v voz)
tienen un objeto o complemento
directo (v. complementos) en el que
recae la oración; este complemento directo puede ser persona, animal o cosa
distintos del sujeto.
Las oraciones transitivas
constan de tres elementos: sujeto agente (v.),
verbo transitivo (o que esté empleado como tal) y complemento directo;
ejemplos: Miguel lee la novela; Julia escribió un poesía; ellas contemplan el
paisaje.
Ejemplos en los cuales
algunos verbos no transitivos, estructuran oraciones transitivas: ‘anduvo’ las
calles buscando a su hijo; el abuelo ‘pasea’ a su nieto; a ella le ‘llovieron’
piropos.
3) Oraciones intransitivas:
Son las que llevan el
verbo en voz activa (v. voz) y
carecen de complemento directo. Constan de sujeto agente y de verbo. Éste puede
ser:
Verbo transitivo por sí
mismo, pero la construcción oracional no tiene complemento directo, ejemplos:
la joven ‘estudia’ con aprovechamiento;
él ‘respira’ con dificultad.
Verbo intransitivo,
ejemplo: el sol ‘sale’ por Oriente.
Algunos verbos
propiamente intransitivos construidos con un complemento directo o ‘acusativo
interno’ (v.) forman también
oraciones intransitivas, por ejemplo: llora lágrimas de arrepentimiento; baila
un baile de moda; En estas oraciones se comete una figura llamada tautología (v.).
Acusativo interno llama
la Real Academia de la Lengua al complemento directo que, por el hecho de
referirse a la propia significación del verbo, está comprendido en ella y no
puede cumplir con el reglamento de complemento directo; otros ejemplos,
similares a los anteriores: salta un salto mortal; vive la vida de placeres;
duerme un sueño intranquilo.
Verbo de estado; ejemplo:
aquí ‘yacen’ los restos del héroe.
(Algunos verbos de estado
son: quedar, subsistir, existir, permanecer, yacer, residir, etc.)
Oraciones incidentales.
Ejercen el oficio de un
paréntesis; se le llama también ‘incisos’. A veces, este nombre se le aplica a
las oraciones de relativo explicativas (v.
oración compuesta). Hoy no se usa el paréntesis para separar los términos o
las oraciones explicativas o incidentales, sino que se encierran entre comas,
ejemplo: las aves, que levantaron el
vuelo, cayeron en la red.
4) Oraciones de pasiva:
Las oraciones de verbo en
voz pasiva son aquellas en que el sujeto recibe la acción de un verbo
transitivo que va construido en voz pasiva (v.
construcción con el verbo ‘ser’). Se
dividen en ‘primeras’ y en ‘segundas’
‘Primeras de pasiva’ son
las oraciones que constan de sujeto paciente (v.), verbo pasivo y complemento
agente, precedido de las preposiciones ‘de’ o ‘por’, ejemplos: el lugar fue
ocupado por las tropas; el ladrón es odiado por todos; la virtud es más
perseguida por los malos que buscada por los buenos. (La preposición ‘por’ es
hoy la más usada).
‘Segundas de pasiva’ son
las oraciones que, teniendo sujeto paciente y verbo en voz pasiva, carecen de
complemento agente; ejemplos: alabado sea tu nombre; tu nobleza es reconocida.
(Para encontrar el
complemento agente de las oraciones pasivas, se pregunta el verbo: ¿por quién?,
o ¿de quién?)
Las oraciones pasivas
también se construyen con la partícula ‘se’ (v. t.: se: oficios), en oficio de voz pasiva, y el verbo en tercera
persona (singular o plural) en forma activa, ejemplos: se vende casa (la casa
fue vendida); se cambian cheques (los cheques son cambiados); se pintan cuadros
(los cuadros son pintados).
En síntesis, la oración
pasiva consta de los siguientes elementos:
Sujeto paciente, que
recibe la acción del verbo
Verbo en voz pasiva:
a) Con el auxiliar ‘ser’ y el
participio pasado
b) Con el pronombre ‘se’ y la voz
activa
Complemento agente,
llamado también sujeto agente, es el que realiza la acción del verbo y va
siempre precedido de la preposición ‘por’ o ‘de’. Veamos:
Este cuadro fue
pintado por Picasso
(Sujeto paciente) (verbo en voz (Sujeto agente)
(recibe la acción) pasiva) (ejecuta la
acción)
Toda oración transitiva
puede convertirse en oración pasiva y, viceversa; cualquier oración pasiva
puede expresarse en voz activa.
5) Oraciones impersonales:
Estructuradas con verbos
usados en construcción impersonal. Estas oraciones no tienen sujeto expreso ni
se les puede suplir por el contexto de la frase, gramaticalmente hablando,
porque desde el punto de vista de la lógica no puede haber acción de verbo sin
alguien que la realice, ejemplos: le robaron la cartera; les piden cantar alto
y bien.
Las oraciones impersonales
se expresan, por lo común con el verbo en tercera persona del plural, ejemplos:
dicen muchas cosas; la ocasión la pintan calva; ayer cazaron un león; allá
gritaban apasionadamente. En estas oraciones, aunque no se determina el sujeto,
el verbo trasmite la acción, por esta razón se les llama también impersonales
transitivas.
Existen las llamadas
impersonales intransitivas, en las que no se expresa el sujeto y el verbo no
trasmite la acción, ejemplos: aquí cantan; allá aplauden; allí pelean; en todas
partes gritan.
Se pueden expresar en voz
pasiva sin sujeto, ejemplos: se canta; se aplaude; se pelea; se grita.
Cuando el verbo no va en
plural, estas oraciones se forman con el signo de impersonalidad: ‘se’ y el
verbo en tercera persona del singular, ejemplos: se citó a los testigos; se
condenó a los asesinos; se oyó con atención a los cantantes; se honra a los
valientes; se citó a reunión.
6) Oraciones unipersonales:
Se construyen con verbos
de carácter unipersonal y con verbos impropiamente unipersonales.
Propiamente unipersonales
,son los verbos que designan fenómenos atmosféricos, como: tronar, llover,
nevar, alborear, helar, lloviznar, amanecer, anochecer, diluviar, ventisquear o
ventiscar, granizar, relampaguear, escarchar; estos verbos sólo se usan en la
tercera persona de singular de cualquier tiempo, o en el infinitivo. Las
oraciones construidas con estos verbos se llaman también ‘unipersonales
propias’. Alguna vez pueden tener sujeto expreso, por ejemplo: amanece el día.
Debe recordarse que las
oraciones unipersonales sin sujeto expreso tienen ‘impersonalidad gramatical’
porque no se conoce agente alguno determinado al cual se pueda atribuir la
acción.
Algunas veces se usan en
significación metafórica (v. figuras
literarias, metáfora), por ejemplo: Dios llueve sus gracias sobre los seres
humanos; relampaguearon sus ojos; truenan los cañones; el camarero hiela la
cerveza.
Son ‘impropias’ o
impropiamente unipersonales las oraciones que se forman con verbos que, sin ser
unipersonales, toman este carácter por la expresión. Los más frecuentes de
estos verbos son: haber, hacer, convenir, parecer, ser, importar, pesar,
bastar, poder. Ejemplos: ‘Importa’ que te enteres de esto; ya ‘es’ de día; no ‘hubo’ fiestas en la ciudad; ‘hizo’ buen tiempo; ‘hay’ tranquilidad
y paz; ‘conviene’ que lo pienses; ‘parece’ que es tarde; ‘ha’ muchos años (en
relación con el transcurso del tiempo, la forma unipersonal de la tercera
persona del singular del presente de indicativo del verbo haber es ‘ha’).
7) Oraciones reflexivas:
Constan de los siguientes
elementos:
Sujeto, que es agente y
paciente a la vez.
Verbo con el carácter
reflexivo que le confiere el pronombre de este tipo.
Pronombre reflexivo
A veces pueden tener un
complemento de cualquier naturaleza igual que todas las oraciones. Veamos:
María se
peina
(Sujeto, ejecuta (pronombre (verbo)
y recibe la acción) reflexivo)
María se
peina
todas
las mañanas
(complemento circunstancial
de tiempo)
A las reflexivas también
se les llama oraciones de reflexivo, son
las que indican que el sujeto ejecuta la acción del verbo y al mismo tiempo la
recibe, directa o indirectamente. En estas oraciones hay siempre un pronombre
en alguna de las formas átonas (v.),
tales como: me, te, se, nos, os que
coinciden con la persona gramatical del sujeto y en referencia al mismo.
Ejemplos:
Cuando el sujeto es
‘yo’ el complemento será ‘me’ yo me arreglo
Cuando el sujeto es
‘tú’ el complemento
será ‘te’ tú te arreglas
Cuando el sujeto es ‘él’
o ‘ella’ el complemento será
‘se’ él (ella) se arregla
Cuando el sujeto es
‘nosotros (as)’ el complemento será
‘nos’ nosotros nos arreglamos
Cuando el sujeto es
‘vosotros (as)’ el complemento será
‘os’ vosotros (as) os arregláis
Cuando el sujeto es
‘ellos (ellas)’ el complemento será
‘se’: ellos (ellas) se arreglan
A veces, las
construcciones con el vocablo ‘se’ no son reflexivas, ejemplos: la fuente se
agotó; el agua se sale de la jarra; la casa se quemó; la tabla se partió; José
se ahogó; la niña se murió; el joven se mató en el accidente; el anciano se
cayó (v. ‘SE’, oficios)
A estas construcciones
algunos gramáticos las llaman reflejas adventicias o seudorreflejas
Las oraciones de
reflexivo se construyen de varias maneras:
Con verbos propiamente
reflexivos, como: se suicidó el preso.
Según la Real Academia de
la Lengua, son verbos reflexivos propios, entre otros, estos: antojarse,
arrepentirse, atrofiarse, averiarse, comportarse, desentenderse,
desternillarse, desvivirse, dignarse, ensimismarse, extasiarse, gloriarse,
obstinarse, rebelarse, suicidarse, ufanarse, vanagloriarse y otros más.
Con verbos intransitivos
o de estado, ejemplos: María se marchó al campo; yo me quedo en este sitio.
Con los verbos ‘ser’ o
‘estar’ como copulativos o como intransitivos, según que estén simplemente uniendo,
o de predicado verbal, ejemplos: érase una casa embrujada; estarnos en el
jardín; estese callada.
Con verbos transitivos.
Así se forman las reflexivas transitivas directas y las reflexivas transitivas
indirectas. Las primeras son aquellas en las cuales el pronombre reflexivo hace
de complemento directo, ejemplos: ella se viste; tú te cepillas. Las segundas
se presentan cuando admiten complemento directo, ejemplos: yo me sé todo el
himno; él se arregla el vestido; tú te cepillas el traje; Juan se levantó la
máscara.
Oraciones recíprocas:
Las oraciones de verbo
recíproco son parecidas a las reflexivas, pero con sujeto plural o
significación de pluralidad (colectivo), y verbo que denota cambio recíproco de
acción entre dicha pluralidad; ejemplos: mi vecina y yo ‘nos saludamos’ ayer;
la gente se apretujaba’ en el mercado.
Estas oraciones se
dividen en ‘directas’ e ‘indirectas’ según que el pronombre sea complemento
directo o indirecto; ejemplos: los amigos ‘se dicen’ la verdad; ésta es una
recíproca indirecta porque el pronombre ‘se’ es complemento indirecto. Otro
ejemplo: nos hemos mirado detenidamente; ésta es oración recíproca directa
porque el pronombre ‘nos’ es complemento directo.
Las oraciones recíprocas
se reconocen porque admiten que se les agregue la palabra ‘mutuamente’. Cuando
se dice: los invitados se sentaron, no se ha construido una oración recíproca
porque no admite el adverbio ‘mutuamente’.
Clasificación de las
oraciones por el sentido:
Según la actitud que se
adopte al expresarlas, las oraciones son de varias clases:
Enunciativas o
aseverativas, en ellas se afirma o se niega la realidad o la posibilidad de un
hecho; pueden ser: afirmativas, por ejemplo: las niñas juegan en las mañanas.
Negativas, por ejemplo: los niños no van al paseo. A veces, las oraciones
negativas se refuerzan con adverbios o locuciones o sintagmas que dan sentido absoluto a la negación;
ejemplos: no lo he dicho nunca; no te he visto en mi vida; no haré eso nunca
jamás.
Si la oración empieza por
el adverbio o la locución reforzada, se omite la negación ‘no’, ejemplos: nunca
lo he dicho; en mi vida te he visto; nunca jamás haré eso.
En el idioma español, dos
negaciones no se destruyen como ocurre en otras lenguas. Sólo cuando el verbo
está seguido por la preposición ‘sin’ se destruye la negación, ejemplo: lo hizo
no sin motivo; quiere decir: lo hizo con motivo.
Interrogativas, si
preguntan algo, por ejemplo: ¿cuándo es la conferencia?
Desiderativas u
optativas, si expresan el hecho verbal
como un deseo, ejemplo: Dios quiera que te vaya bien en el viaje.
Dubitativas, si expresan
duda e incertidumbre por ejemplo: no creo que vengas temprano.
Imperativas, si expresan
una orden, un mandato, ejemplo: ¡Váyanse rápidamente!
Exhortativas, si expresan
un consejo, un ruego, un encargo, una prohibición, ejemplos: Debieras estudiar
mucho más; haz bien y no mires a quién.
Exclamativas; éstas no
son una clase de oración especial. Cualquiera de las oraciones anteriores,
expresada con énfasis emocional o sentimental (dolor, desencanto, admiración,
sorpresa, nostalgia) puede convertirse en exclamativa. En lo escrito, basta con
acompañar la oración de los signos exclamativos (¡!).
Otra forma de oraciones
exclamativas son las que se construyen sin verbo; son oraciones irregulares,
por ejemplo: ¡qué hermoso día! ¡qué calor! ¡Ay, ay, ay!
Elípticas, en éstas no se
expresa el verbo. Unas veces son exclamativas, como: ¡Cuánta gente! (equivale a
decir: mucha gente está reunida). Otras veces son frases familiares en que el
verbo se entiende fácilmente, como: ¿Qué tal? (es decir: ¿qué tal estás?),
¡Bienvenido¡ (es decir: bienvenido seas). En la actualidad, son frecuentes las
oraciones elípticas en los periódicos, utilizadas especialmente en los
titulares. (v. t.: construcción nominal).
De posibilidad, son las oraciones que expresan el
hecho verbal como posible; tienen sentido de probabilidad.
El sentido de
probabilidad en las oraciones se forma de diferentes maneras:
La de presente, con el
verbo en futuro de indicativo, ejemplo: ‘serán’ las seis.
La de pasado, con el
verbo en potencial, ejemplo: ‘serían’ las seis.
La de futuro, con el
verbo en indicativo acompañado a veces de adverbio, ejemplos: ‘tendrá’ más de
cincuenta años; probablemente vendrá mañana.
Otras formas de expresar
probabilidad:
Con infinitivo y el verbo
auxiliar ‘poder’, ejemplo: podían ser las seis
Con infinitivo y la
expresión ‘deber de’, ejemplo: debían de ser las seis.
Con la forma
interrogativa, ejemplo: ¿sí serán las seis?
Estructuras profunda y
superficial de la oración: (v. gramática generativa)
Oración compuesta:
Cuando expresamos una
idea, un pensamiento o un sentimiento valiéndonos de varios verbos y varios
predicados, formamos la llamada ‘oración compuesta’, la que resulta por
yuxtaposición, coordinación y subordinación. Veamos cada caso:
1) Oraciones yuxtapuestas:
Estas oraciones
compuestas por yuxtaposición obran por sí mismas. No hay entre ellas ningún
signo sintáctico, es decir, no están unidas por ningún nexo. Van unas a
continuación de las otras. En un párrafo se usan las oraciones yuxtapuestas
para dar más agilidad y elegancia al estilo. Ejemplos: Lo intenté, lo busqué,
no lo conseguí. Ämalo, respétalo, es tu padre. Hoy estudias álgebra, mañana
estudiarás ciencias. Decídete pronto, tengo que irme ya. El hombre juzga, la
mujer censura.
En las oraciones
yuxtapuestas, la puntuación y el sentido son los lazos de unión. La
yuxtaposición en el lenguaje da lugar a la figura llamada ‘asíndeton’ (v. figuras literarias)
2) Oraciones coordinadas:
Las oraciones compuestas
por coordinación se enlazan por conjunciones (v.); a esas conjunciones o elementos de enlace, la gramática
generativa los llama coordinantes, de
ahí el nombre de ‘oraciones coordinadas’.
Las oraciones compuestas
por coordinación son de varias clases:
Oraciones copulativas:
Éstas realizan la
coordinación por medio de las conjunciones: ‘y’, ‘e’, ‘ni’. En la coordinación
por ‘y’, esta conjunción sólo se emplea entre los dos últimos elementos,
ejemplo: “Son buenas gentes que viven, laboran, pasan y sueñan.” (Antonio
Machado)
Otros ejemplos: los niños
leen los cuentos, dibujan e imitan a los personajes. “Ni la víbora me pica, ni
quema mi frente el sol.” (José Hernández)
La partícula ‘que’ sólo es conjunción
cuando puede cambiarse por la ‘y’; ejemplo:
Dale que (dale y dale); dale, es igual a: dale y dale. Obras son amores
que no buenas razones, es igual a: obras son amores y no buenas razones.
b)
Oraciones distributivas:
Dan la idea de la
distribución o alternación de la acción. Son en sí oraciones yuxtapuestas pero
el uso las ha llamado ‘distributivas’; ejemplos: Unos cantan, otros juegan.
Estos ríen, aquellos trabajan. Aquí se estudia mucho, allá se descansa. Ya
entran, ya salen.
c)
Oraciones disyuntivas:
Indican un juicio
contrario. Van acompañadas de las conjunciones o elementos de enlace ‘o’, ‘u’.
Son exclusivas, es decir, una excluye la otra, ejemplos: O estudias o trabajas.
Trabajas tú u otro lo hará por ti.
Oraciones adversativas:
Expresan dos juicios de
tal modo que uno de ellos resulta incompatible o al menos, contradice en cierto
sentido el otro. Las conjunciones más usadas para formar esta clase de
oraciones son: ‘sino’, ‘mas’ (sin tilde), ‘pero’, ‘empero’; ejemplos: “Las
noches del desierto pueden ser frías pero aquellas habían sido un fuego.”
(Jorge Luis Borges)
“No cruza el mar sino
vuela un velero bergantín.” (José de Espronceda)
Es muy estudiosa, empero
sus modales resultan un tanto bruscos.
e)
Oraciones condicionales:
Expresan una condición;
también se les llama hipotéticas. En su estructura se emplea el si condicional; ejemplo: Si quieres escucharme, te diré lo que me
ha pasado.
3) Oraciones subordinadas:
En las oraciones
compuestas por subordinación existe una que es la oración principal y una que
es la oración subordinada. Esta última tiene por objeto ampliar el sentido de
las oraciones subordinantes o
principales.
En la subordinación, la oración
principal se caracteriza:
Por ser absoluta e
independiente
Porque no se introduce
por un pronombre relativo ni por una conjunción subordinante
La oración subordinada
se caracteriza:
Por depender de una
oración principal o de otra subordinada
Porque va introducida por
una conjunción subordinante, por un pronombre relativo o por un pronombre o adverbio
interrogativo
La oración subordinada ha
de tener, con respecto a la oración principal, uno de estos tres sentidos:
Sentido adjetivo.
2) Sentido sustantivo.
3) Sentido adverbial
Las oraciones
subordinadas adjetivas, o con sentido adjetivo, o de relativo, equivalen, por
el sentido de la frase, a un adjetivo; y de hecho, se pueden cambiar por el
adjetivo correspondiente para evitar la pesadez del uso del ‘que’ (v
que.). Ejemplos: Prefiero este libro que entretiene. Copió los ejercicios que explicaron.
Las expresiones ‘que
entretiene’ y ‘que explicaron’ son, por el sentido, equivalentes a los
adjetivos: ‘entretenido’ y ‘explicados’. Hagamos el cambio: Prefiero este libro
entretenido; copió los ejercicios explicados.
Las oraciones
subordinadas sustantivas equivalen, por el sentido de la expresión a un
sustantivo, y en la frase desempeñan el papel de sujeto, a veces; y de
complemento u objeto directo, otras. Ejemplos: Deseo que partas. Justo era que
ella también sufriera.
Las expresiones: ‘que partas’
y ‘que ella también sufriera’ equivalen a los sustantivos: ‘partida’ y
‘sufrimiento’. Veamos el cambio: Deseo tu partida. Justo era su sufrimiento. En
el primer caso, la oración subordinada: ‘que partas’ está haciendo el oficio de
objeto o complemento directo (v.
complementos); en el segundo caso, la subordinada ‘que ella también
sufriera’ hace el oficio de sujeto (v.).
Las oraciones
subordinadas adverbiales:
Se dividen en:
circunstanciales, cuantitativas y causativas. Las circunstanciales se dividen en:
De lugar; estas oraciones
subordinadas adverbiales de lugar van introducidas por el adverbio ‘donde’,
(señalan espacio): allá donde me viste mataron a los campesinos; el accidente
ocurrió aquí donde estamos; no encontré el libro donde lo dejé.
Temporales, estas
oraciones de tiempo van introducidas por el adverbio ‘cuando’ o alguna otra expresión que indique tiempo.
Las expresiones más comunes son: ‘antes que’, ‘después que’, ‘mientras’,
‘mientras que’, etc. ejemplos: cuando viniste anoche, llovía fuertemente;
apenas amaneció, emprendimos la marcha; termina el trabajo antes que sea tarde,
después que hablamos, encontré la verdad..
Modales estas oraciones
circunstanciales de modo van introducidas por el adverbio ‘como’; ejemplos: se
encontraba feliz como
lo deseaba; lo hiciste como te lo ordenaron.
Cuantitativas; en este
grupo están las comparativas y las consecutivas.
Las cuantitativas comparativas establecen una
comparación. Esta puede hacerse en un plano
de igualdad, o establecer grado de superioridad o de inferioridad; se
emplea el adverbio ‘como’; ejemplos: desconocía la forma como tú planteabas el
problema. Eres tan hermosa como me lo dijeron.
Las cuantitativas
consecutivas expresan una consecuencia de lo dicho en la oración principal; se
establecen mediante los conectivos o conectores ‘tanto’ (tan), ‘que’, ‘tal’;
ejemplos: llovió tanto que se desbordó el río; es tan ingenua que lo cree todo;
tiene tal don de gentes que consigue muchas amistades.
Causativas; en este grupo
están las condicionales y las concesivas.
Las causativas
condicionales indican la condición o requisito que debe cumplirse para que se
realice la idea de la oración principal. Estas oraciones subordinadas
causativas condicionales van unidas a la oración principal por medio de la conjunción
‘si’, y algunos otros conectivos como: ‘con tal que’, ‘siempre que’; ejemplos:
si estudias ganas el año; ganarás el año siempre que estudies; yo te ayudaré
con tal que aproveches el tiempo.
Las causativas concesivas
enuncian una idea que representa una objeción a lo dicho en la oración
principal, pero que no impide que ésta se cumpla. Los elementos de enlace más
usados son: ‘aunque’, ‘aun cuando’, ‘a pesar de que’, ‘por más que’; ejemplos:
eso es cierto aunque tú no lo creas; no retrocederá aun cuando lo amenacen de
muerte; a pesar de que estaba herido, ayudó a sus amigos.
Visualicemos las
anteriores divisiones:
Las oraciones
subordinadas adverbiales se dividen en:
circunstanciales
lugar
tiempo
modo
cuantitativas
comparativas
consecutivas
Causativas
condicionales
concesivas
;
Partículas que establecen
la subordinación: relacionantes y subordinantes:
Las oraciones
subordinadas pueden estar encabezadas por: relacionantes, es decir, por los
pronombres relativos; ejemplos:
Veo en ellos a los buenos
señores que viven en el pueblo. Saludaste a esas señoras a quienes no conozco.
Esa es mi amiga de quien te hablé hace poco. Presiento tu cariño el cual deseo
profundamente.
También son relacionantes
los adverbios: ‘donde’, ‘como’, ‘cuando’, ‘cuanto’; ejemplos: La joven procedió
como se lo indicaron. Hiciste todo cuanto
te pidieron. Te quedabas pensativa cuando yo callaba. Se fue para Europa
donde murió a los pocos días.
Y pueden estar
encabezadas por subordinantes, es decir, por las conjunciones subordinantes.
Ejemplos: Ganará el año si estudia mucho. Siempre pensé que tú eras una gran persona. Todo esto me
indigna porque es una vergüenza. Empezó a sentir frío aunque estaba muy
abrigada.
Andrés Bello llama “que anunciativo” a la partícula ‘que’
cuando sirve de subordinante. A veces este ‘que anunciativo’ va precedido de
preposición, ejemplos: Se opusieron a
que vinieran. Se convenció de que nada podía hacer.
Al construir oraciones
con el anunciativo ‘que’ y la preposición ‘de’ hay que tener cuidado para no
incurrir en el tan común error del ‘dequeísmo’ (v.)
ORDEN LÓGICO: (v. construcción lógica)
ORDEN SINTÁCTICO: (v.
hipérbaton)
ORDINALES:
El adjetivo numeral
ordinal es el que expresa el orden o sucesión, como: primero, segundo, tercero,
cuarto, quinto, sexto, séptimo, octavo, noveno, décimo, undécimo, duodécimo,
decimotercero, decimocuarto, decimoquinto, etc.
30° =
trigésimo
300 = tricentésimo
40° =
cuadragésimo 400 = cuadringentésimo
50° =
quincuagésimo
500 = quingentésimo
60° =
sexagésimo
600 = sexcentésimo
70° =
septuagésimo
700 = septingentésimo
80° =
octogésimo
800 = octingentésimo
90° =
nonagésimo 900 = noningentésimo
1.000° =
milésimo
1.000.000 = millonésimo
ORIGINALIDAD: (v.
estilo, cualidades)
ORTOGRAFÍA:
En griego, esta palabra
significa ‘escritura correcta’
La ortografía es la
utilización específica de un alfabeto en la escritura de una lengua. Esta
ciencia debe aprenderse palabra por palabra, ha dicho el investigador Chervel.
Los griegos le asignaron
a la ortografía el primer lugar en el estudio de la llamada gramática
doctrinal. El gran Elio Antonio de Nebrija dedicó buena parte de su gramática,
año de 1492, a dar reglas generales sobre ortografía. La primera advertencia
era que debemos escribir como pronunciamos y pronunciar como escribimos.
Prohibió también la
duplicación de una misma letra en el comienzo de palabra. Tampoco podría
escribirse la ‘G’ delante de la ‘N’, como en dignidad, signo, porque “en
aquestas dicciones no suenan con sus fuerzas.”
Hoy, según la Real Academia,
la ortografía se asienta en tres principios: la pronunciación, la etimología y
el uso de los que mejor han escrito. Sin embargo, la armonía entre fonética (v.) y la escritura no puede durar mucho,
porque la evolución de la lengua es constante, y siempre habrá cambios en la
pronunciación.
El gran lingüista
francés, Ferdinand de Saussure, dice que cada cierto tiempo se modifica el
signo ortográfico para adecuarlo a los cambios de pronunciación. Pero es
condición indispensable para la ortografía conocer bien la etimología, porque
el ignorarla influye en el desacuerdo entre la escritura y la pronunciación, lo
mismo que en la significación.
Para fijar la
pronunciación de un vocablo, se atiende mucho más a su historia. Por eso, en la
ortografía es tan importante tener en cuenta la ascendencia de las palabras, es
decir, su etimología.
Debido a la etimología,
escribimos en español muchas ‘haches’ que nunca se pronuncian; ‘equis’ que sólo
se pronuncian como ‘ese’; escribimos ‘be’ en palabras que significan ‘vida’.
Hay muchos defensores de
la ‘ortografía fonética’, y muchos más de la ‘ortografía etimológica’; estos
últimos dicen que la ortografía debe conservar el carácter genealógico o de
familia de las palabras. En cambio, la ortografía fonética es transitoria por
la evolución constante del idioma.
La primera gran reforma
fue el Tratado de Ortografía
publicado por la Real Academia en 1763 para facilitar la práctica y ejecución
de la escritura (se escribía: philosophia, Caragoca, etc.).
En 1837 la Real Academia
cambió en muchos vocablos la ‘G’ fuerte por la ‘J’. En 1920, hizo nuevos
ajustes en la escritura de algunos nombres propios. Años después suprimió la
tilde en la preposición ‘A’ y en las conjunciones ‘E’, ‘U’, ‘O’. En los años
comprendidos entre 1950 y 1960, simplificó un poco más la ortografía sin
detrimento de lo esencial: suprimió algunas tildes más, fijó el uso de los
acentos diacríticos, suprimió tildes en algunos monosílabos, suprimió los
grupos consonánticos ‘GN’, ‘MN’, ‘NS’ cuando van en una sola sílaba, y se puede
escribir ya: nomos, nemotecnia, trascurrir, trasportar; también en algunos
vocablos el grupo ‘PT’ como en septiembre, séptimo (setiembre, sétimo).
PRECISIONES DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (RAE) EN SU ORTOGRAFÍA DEL AÑO
2011
En su edición del año
2011 (743 p.), la Real Academia Española conceptúa: Un grupo limitado de
palabras que tradicionalmente se habían escrito con tilde por resultar
bisílabas (además de ser agudas terminadas en -n, -s o vocal),
en la pronunciación de buena parte de los hispanohablantes, ahora pasan a
considerarse monosílabas a efectos de acentuación gráfica, y a escribirse, por
ello, sin tilde, ya que los monosílabos no se acentúan gráficamente, salvo los
que llevan tilde diacrítica.
Las palabras
afectadas por este cambio son formas verbales como crie, crio, criais, crieis (verbo criar), y
las que se usan con el pronombre VOS: vos crias
de criar; fie, fio, fiais,
fieis y las del voseo: vos fias, (verbo fiar); flui, fluis (de fluir);
frio friais, de freír; frui, fruis (de fruir =
gozar); guie, guio, guiais, guieis y las del
voseo: vos guias, de guiar; hui, huis (de huir);
lie, lio, liais, lieis y las del voseo: vos lias,
de liar; pie,
piais, pieis y las del voseo pias, pia, (de piar);
rio, riais,( de reír).
Sustantivos como guion,
ion, muon, pion, prion, ruan y truhan; y ciertos
nombres propios, como Ruan y Sion, también van sin
tilde.
Aunque la
ortografía de 1999, donde se establecieron las citadas convenciones, prescribía
ya la escritura sin tilde de estas palabras, admitía que los hablantes que las
pronunciasen como bisílabas pudiesen seguir acentuándolas gráficamente. En
cambio, a partir de la edición de 2010 se suprime dicha opción, que quiebra el
principio de unidad ortográfica, de modo que las palabras que pasan a
considerarse monosílabas por contener este tipo de diptongos o triptongos
ortográficos deben escribirse ahora obligatoriamente sin tilde.
Esta
convención es solo ortográfica, por lo que no implica, en modo alguno, que los
hablantes deban cambiar la manera en que pronuncian naturalmente estas voces,
sea con hiato o con diptongo.
Eliminación de la tilde diacrítica en el
adverbio solo y los pronombres demostrativos incluso en casos
de posible ambigüedad
La
palabra solo, tanto cuando es adverbio y equivale a solamente (Solo llevaba
un par de monedas en el bolsillo) como cuando es adjetivo (No me gusta
estar solo), así como los demostrativos este, ese y aquel, con
sus femeninos y plurales, funcionen como pronombres (Este es
tonto; Quiero aquella) o como determinantes (aquellos tipos,
la chica esa), no deben llevar tilde según las reglas generales
de acentuación, bien por tratarse de palabras llanas terminadas en vocal o
en –s; bien, en el caso de aquel, por ser aguda y acabar en consonante
distinta de n o s.
Aun así, las
reglas ortográficas anteriores prescribían el uso de tilde diacrítica en el
adverbio solo y en los pronombres demostrativos para
distinguirlos, respectivamente, del adjetivo solo y de los
determinantes demostrativos, cuando en un mismo enunciado eran posibles ambas
interpretaciones y podían producirse casos de ambigüedad, como en los ejemplos
siguientes: Trabaja
sólo los domingos [= ‘trabaja solamente los domingos’], para evitar su
confusión con Trabaja solo los domingos [= ‘trabaja sin
compañía los domingos’].
Sin embargo,
ese empleo tradicional de la tilde en el adverbio solo y los
pronombres demostrativos (ese, este, aquel) no cumple el requisito fundamental
que justifica el uso de la tilde diacrítica, ya que tanto solo como
los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones.
Por eso, a partir de ahora (2010, edición española), (2011, edición en
Colombia) se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de
ambigüedad. La recomendación general es, pues, no tildar nunca estas palabras.
Supresión de la tilde diacrítica en la conjunción
disyuntiva o escrita entre cifras
Hasta ahora
se venía recomendando escribir con tilde la conjunción disyuntiva o cuando
aparecía entre dos cifras, a fin de evitar que pudiera confundirse con el cero.
Este uso de la tilde diacrítica no está justificado desde el punto de vista
prosódico, puesto que la conjunción o es átona (se pronuncia
sin acento) y tampoco se justifica desde el punto de vista gráfico, ya que
tanto en la escritura mecánica como en la manual los espacios en blanco a ambos
lados de la conjunción y su diferente forma y menor altura que el cero evitan
suficientemente que ambos signos puedan confundirse (1 o 2, frente
a 102). Por lo tanto, a partir de este momento, la conjunción o se
escribirá siempre sin tilde, como corresponde a su condición de palabra
monosílaba átona, con independencia de que aparezca entre palabras, cifras o
signos: ¿Quieres té o café?; Terminaré dentro de 3 o 4
días; Escriba los signos + o – en la casilla
correspondiente.
Normas sobre la escritura de los prefijos
(incluido ex-, que ahora recibe el mismo tratamiento ortográfico
que los demás prefijos: exmarido, ex primer ministro)
Por primera
vez se ofrecen en la ortografía académica normas explícitas sobre la escritura
de las voces o expresiones prefijadas.
Los prefijos
son elementos afijos, carentes de autonomía, que se anteponen a una base léxica
(una palabra o, a veces, una expresión pluriverbal) a la que aportan diversos
valores semánticos. Se resumen a continuación las normas que deben seguirse
para la correcta escritura de los prefijos en español:
Se escriben siempre
soldados (unidos) a la palabra que afectan, cuando esta es univerbal, es decir,
cuando está constituida por una sola palabra: antiadherente, antirrobo,
antitabaco, cuasiautomático, cuasidelito, exalcohólico, exjefe, exministro,
exalumno, exnovio, expresidente, posmoderno, posventa, precontrato, prepago,
proamnistía, probritánico, provida, superaburrido, superbién, supermodelo,
vicealcalde, vicesecretario, etc. En este caso, no se consideran correctas las grafías en las que el prefijo
aparece unido con guion a la palabra base (anti-mafia, anti -cancerígeno) o separado
de ella por un espacio en blanco:
(anti mafia, anti cancerígeno).
Si se forma una palabra anteponiendo a la palabra base varios prefijos, estos
deben escribirse igualmente soldados (unidos), sin guion intermedio: antiposmodernista,
requetesuperguapo.
Se unen con guion a la
palabra base cuando esta comienza por mayúscula, de ahí que se emplee este
signo de enlace cuando el prefijo se antepone a una sigla o a un nombre propio
univerbal: anti-ALCA, mini-USB, pos-Gorbachov,
pro-Obama. El guion sirve en
estos casos para evitar la anomalía que supone, en nuestro sistema ortográfico,
que aparezca una minúscula seguida de una mayúscula en posición interior de
palabra. También es necesario emplear el guion cuando la base es un número, con
el fin de separar la secuencia de letras de la de cifras: sub-21,
super-8.
Se escriben
necesariamente separados de la palabra base a la que afectan, cuando esta es
pluriverbal, es decir, cuando está constituida por varias palabras. Hay
determinados prefijos, como ex-, anti- o pro-, que
son especialmente proclives (propensos a, inclinados a), por su significado, a
unirse a bases o palabras de este tipo, ya se trate de locuciones o de grupos
sintácticos, característica por la cual la gramática ha acuñado para ellos la
denominación de prefijos separables: ex relaciones
públicas, anti pena de muerte, pro derechos humanos. Esta misma
circunstancia puede darse también con otros prefijos: pre Segunda
Guerra Mundial, super en forma, vice primer ministro.
Así pues, un
mismo prefijo se escribirá soldado a la base o palabra, unido a ella con guion
o completamente separado en función de los factores arriba indicados: antimafia,
anti-OTAN, anti ácido láctico; provida, pro-OLP, pro derechos humanos;
supercansado, super-8, super en forma, etc.
Las normas
aquí expuestas rigen para todos los prefijos, incluido ex-. Para
este prefijo se venía prescribiendo hasta ahora la escritura separada —con
independencia de la naturaleza simple o compleja de su base— cuando, con el
sentido de ‘que fue y ya no es’, se antepone a sustantivos que denotan
ocupaciones, cargos, relaciones o parentescos alterables y otro tipo de
situaciones circunstanciales de las personas. A partir de esta edición (2011)
de la ortografía, ex- debe someterse a las normas generales
que rigen para la escritura de todos los prefijos y, por tanto, se escribirá
unido a la base si esta es univerbal (exjugador, exnovio, expresidente, exalumno,
etc.), aunque la palabra prefijada pueda llevar un complemento o adjetivo
especificativo detrás: exjugador del Real Madrid, exnovio de mi
hermana, expresidente brasileño, etc.; y se escribirá separado de la
base si esta es pluriverbal: ex cabeza rapada, ex número uno, ex
teniente de alcalde, ex primera dama, etc.
PRINCIPIOS ORTOGRÁFICOS
YA OLVIDADOS, PERO AÚN NECESARIOS Y VIGENTES
Porque nos explican la
razón de ser de la ortografía de muchas de nuestra palabras usadas con
frecuencia. Este capítulo del libro es válido, solo para consulta de quienes
quieran ahondar en los principios de ortografía que tienen que ver con la
etimología. En el caso de palabras desconocidas, se agrega la semántica.
Este es un trabajo de consulta y recopilación
realizado por la autora de este libro durante varios años, tomando como textos
de investigación innumerables ortografías de diversos autores. En la inclusión
en este libro, de dicho trabajo, se tuvo en cuenta el orden alfabético.
SE ESCRIBEN CON B
Las palabras afines de
BIEN (“bene”, en latín) y BUENO (“bonus”, en latín)
Beneficio; bondad;
benefactor; bendecir; bienvenida; benemérita.
………………………………………
Los prefijos BI, BIS,
BIZ que significan dos o doble:
Bicolor; bígamo;
bisnieto; biznieto (la Real Academia Española, RAE, acepta las dos grafías); bicicleta;
bisabuela; bidente (dos dientes); bizcocho; biscocho (también están aceptadas
las dos grafías).
……………………………………..
Las palabras afines de
BOCA, BARCA y BARBA
Bucal; bocado; bocina;
boquera; barcaza; barquero; barbero; barbado.
………………………………………
Las palabras afines de
LIBRE (liber en latín) y LABOR (trabajo)
Libertador; liberalismo;
libertino; laborioso; laboratorio; colaborar.
……………………………………….
Las palabras afines de
BÉLLUM (guerra en latín) y RUBER (rojo)
Bélico; beligerante;
rebeldía; rubio; rubor; rúbrica (tinta roja).
……………………………………….
Las palabras afines de
CABEZA, OBRA y SABOR
Cabecilla; cabezazo;
descabezar; obrero; saborear.
………………………………………...
Las palabras afines de
PROBAR, BEBER y CARBÓN
Probabilidad; probo;
prueba; bebedor; bebedero; biberón; carburo; carbonato; carbonizar.
…………………………………………
Las formas HAB, HIB, AMB
Hábil; habitar;
habilitar; exhibir; prohibir; ambulante; noctámbulo.
…………………………………………
Las palabras terminadas
en BUNDO y BILIDAD
Errabundo (del verbo
errar, no tener un rumbo); gemebundo (que emite gemidos); sitibundo (padece de
sed); sensibilidad; habilidad; afabilidad.
(No siguen esta norma las
palabras: civilidad y movilidad)
………………………………………….
Se escribe con BE la raíz
griega BIOS (vida)
Biología; biografía; microbio;
microbiología.
…………………………………………..
Las palabras que empiezan
por BUR y BUS, y los verbos terminados en BIR
Burdo; burla; buscar; busto; escribir;
percibir.
……………………………………………
Las combinaciones
BRA, BRE, BRI,
BRO, BRU; BLA,
BLE, BLI, BLO,
BLU
Abrir; libro; blando;
brazo; diablo; blancura.
……………………………………………..
Las palabras que empiezan
por AB, OB, SUB
Absoluto; subrayar;
objeto; subestimar.
…………………………………………………
Las terminaciones ABA,
ABAS, ÁBAMOS, ABAIS, ABAN del pretérito imperfecto de indicativo
de los verbos terminados en AR
Estudiaba; cantabas; mirábamos; llegabais;
rezaban.
……………………………………………..
Todas las terminaciones
del pretérito imperfecto de indicativo del verbo IR
Iba; íbamos; ibas, ibais; iban.
………………………………………………..
Todas las formas verbales
de los infinitivos terminados en BIR
Escribí; recibió;
subíamos; percibíais.
(No siguen esta norma los
verbos servir, hervir, vivir y sus afines).
………………………………………………..
Las palabras que empiezan
por ABO, BO
Abogado; botica;
bofetada; bondad; borracho.
(No siguen esta norma:
vosotros, voraz, vorágine,
vórtice, voto).
………………………………………………..
Se escribe BE después de
las sílabas CE, CA, CU, CO
Cebolla; cubano; caballo;
cobarde.
(No siguen este
principio: cavar, caverna, cavilar,
caviar).
…………………………………………………….
Se escribe BE después de
las sílabas SI, SA, SU, SO
Sibarita; subasta;
sábado; soberbio.
(No sigue esta norma:
savia (jugo que nutre las plantas)
…………………………………………………..
Se escribe BE después de
las sílabas AL, AR, UR
Alborotar; arboleda;
urbanidad.
(No cumplen esta norma:
alverja (la palabra arveja ya está
aceptada por la RAE), alvéolo, álveo
(madre de un río), Álvaro, Álvarez).
……………………………………………………
Todas las formas de los
verbos: HABER, DEBER, SORBER
Había; hubo; habrá;
sorbo; sorbíamos; debieron; debes; debió; sorbes; sorbéis.
……………………………………………………….
Las palabras que empiezan
por BIBL
Biblioteca; bibliografía;
Biblia.
………………………………………………………..
Se escribe BE al final de algunas palabras:
club; Jacob; Job.
SE ESCRIBEN CON C
Los sustantivos
terminados en ENCIA, ANCIA
Decencia; esencia;
clemencia; ambulancia; abundancia; distancia.
(No se aplica esta norma
en: ansia; Hortensia)
…………………………………………………………
Los verbos terminados en
CEAR
Bracear; bucear; vocear;
necear.
(No se aplica a los
verbos que tienen afines que se escriban con ESE: curiosear (curioso); falsear (falso); fantasear (fantasía); pasear (paseo).
…………………………………………………………….
Los verbos terminados en
CER
Ejercer; vencer;
aborrecer; crecer.
(No se aplica este
principio en los verbos: coser;
toser; ser)
…………………………………………………………..
Las palabras que llevan
el sufijo latino CIA
Acrobacia; desgracia;
astucia; falacia.
(No se aplica esta norma
en las palabras terminadas en SIA que vienen del griego, las que deben
escribirse con ESE; otras se escriben con X (equis): Antonomasia;
eutanasia; gimnasia; asfixia;
ortodoxia; anestesia; biopsia;
idiosincrasia; necropsia; galaxia;
magnesia).
(NOTA: idiosincrasia (carácter,
manera de ser), se escribe con ESE, porque el sufijo CRACIA, que en griego
significa “gobierno”, no tiene nada en común con el vocablo referente al
carácter).
…………………………………………………………
Las palabras que tienen
el sufijo griego CÍA (con tilde)
Abogacía; clerecía;
profecía; mercancía; policía;
supremacía.
(No se aplica en las
palabras que tienen un afín escrito con ESE: alevosía (alevoso); burguesía (burgués); cortesía (cortés); falsía (falso); travesía (través).
………………………………………………………..
Los verbos terminados en
CIAR
Conferenciar; diferenciar;
acariciar; apreciar.
(No se aplica en los
verbos que tienen un afín que se escriba con ESE: anestesiar
(anestesia); ansiar (ansia); extasiar (éxtasis).
………………………………………………………
Las palabras terminadas
en CION y que tengan afines con el sonido de T (letra te)
Afición (afecto); atención (atento); edición (editor); evolución (evolutivo).
……………………………………………………
Los verbos terminados en
CIR
Decir; lucir;
surcir; producir; seducir.
(Asir se escribe con ESE
por ser de origen germano; lo mismo el verbo desasir. Dice la nueva edición del
DRAE que asir, “quizás” venga de la palabra asa, y ésta del latín ansa).
…………………………………………………….
Los diminutivos cuyos
infijos (elementos que se insertan en el interior de una palabra) o incrementos
lleven C, EC, CEC
Botoncito; mujercita;
vocecita; florecita; pececito; piececito.
(No se aplica para los
diminutivos de las palabras que tienen ESE: Andrés (Andresito); beso (besito); hueso (huesito).
…………………………………………………….
Llevan CE
las palabras terminadas en CIDAD
Duplicidad; electricidad;
ferocidad; heroicidad.
(No se aplica en los
vocablos que tienen afines que se escriban con ESE: densidad (denso); perversidad (perverso); caballerosidad (caballeroso); curiosidad (curioso); intensidad (intenso).
…………………………………………………..
Los sustantivos
terminados en ICIA, ICIO
Franquicia; avaricia;
codicia; milicia; propicio;
bullicio; hospicio; servicio.
(No se aplica en los
nombres de Dionisio y Dionisia; y en las formas verbales de “lisiar” (producir
lesión). El verbo lisiar se conjuga como “anunciar”. Yo lisio, tú lisias, él
lisia, nosotros lisiamos, vosotros lisiáis, ellos lisian).
…………………………………………………..
Los sustantivos
terminados en CIDA (sufijo latino que significa matar)
Homicida; matricida;
plaguicida; insecticida; parricida;
fratricida.
………………………………………………………
Los sustantivos
terminados en MANCIA (prefijo griego que significa adivinación)
Cartomancia; piromancia;
nigromancia (muertos); quiromancia.
……………………………………………..
Los sustantivos
terminados en CRACIA (sufijo griego que significa gobierno)
Autocracia (gobierna un solo hombre); burocracia
(influencia excesiva de los funcionarios en los asuntos públicos); democracia (predominio del pueblo en el
gobierno político de un Estado);
mesocracia (gobierno de la clase media);
teocracia (gobierno ejercido por Dios, como el de los hebreos antes de
que tuvieran reyes); aristocracia
(gobierno de una clase privilegiada).
SE ESCRIBEN CON DOBLE CE
(CC):
Las palabras terminadas
en ACCION
Satisfacción; reacción;
atracción.
………………………………………………………
Las palabras terminadas
en ECCION
Colección; dirección;
infección; selección; inyección; perfección; protección; confección; afección;
lección; resurrección.
……………………………………………………
Las terminadas en ICCION
Dicción (manera de
pronunciar, de hablar); restricción; contradicción; ficción; predicción;
fricción (roce); aflicción.
……………………………………………………
Las terminadas en OCCION
Cocción (acción de cocer
al fuego o cocerse).
……………………………………………………
Las terminadas en UCCION
Producción; inducción;
traducción; deducción; construcción.
……………………………………………………
Se escriben con doble C
Las palabras: accede;
diccionario; accidente; occidente; accesorio; occipucio.
………………………………………………..
SE ESCRIBEN CON G
Los vocablos formados
con: GENA, GENO, GENARIO, GENEO, GÉNICO, GENIO, GÉNITO.
Terrígeno; ingenio;
indígena; nonagenario; primogénito; homogéneo; fotogénico; primigenio.
(La mayoría de estas
palabras formadas con los vocablos anteriores tienen como raíz: GEN, que en griego significa:
engendrar, producir.
El grupo GEN que aparece
al principio, en medio o al final de palabra, forme o no sílaba única, también
se escribe con G: general; virgen; margen; generoso; inteligente; oxígeno;
argentino; gentil.
(No siguen esta norma las
palabras: jején (insecto); comején; ajeno; berenjena; avejentar (tener aspecto
de viejo).
…………………………………………………….
Las palabras formadas con
el sufijo griego ALGIA que significa dolor
Cefalalgia (en medicina
se habla de cefalea: dolor de cabeza); coxalgia (artritis dolorosa producida
por una infección en la cadera); neuralgia (dolor en un nervio y sus
ramificaciones); gastralgia (dolor de estómago); nostalgia (dolor de estar
ausente; tristeza por el recuerdo de lo perdido).
……………………………………………………..
Las palabras que tienen
la terminación GEN de origen latino
Imagen; origen; margen;
virgen.
…………………………………………………….
Las palabras con
terminaciones en GENCIA y
GENTE
Agencia; agente;
diligencia; exigente.
……………………………………….................
Las palabras que se
forman con el afijo GEO que tiene significado de “tierra”
Geofísica; geología;
geografía; geopolítica.
…………………………………………………..
Los verbos terminados en
GER y GIR
Escoger; encoger;
afligir; corregir; coger; proteger; converger; ungir.
(No siguen esta norma:
tejer y sus derivados; remejer (que es mezclar, revolver)
(Se escriben con JOTA:
crujir (palabra de origen germano), brujir (del francés; pulir los bordes de
los vidrios).
………………………………………………….
Las palabras formadas con
el prefijo griego GIA
Liturgia; demagogia;
metalurgia; magia.
(No siguen esta norma:
apoplejía (suspensión de algunas funciones del cerebro); bujía; hemiplejía
(parálisis de todo un lado del cuerpo); herejía; lejía (agua en que se
disuelven álcalis o sus carbonatos).
…………………………………………………
Las palabras formadas con
el sufijo griego LOGÍA que quiere decir: tratado
Criminología;
cardiología; filología; biología.
Y los adjetivos de estas
palabras, terminados en LÓGICO
Biológico; filológico;
criminológico.
………………………………………………….
Se escriben con G las
palabras formadas con los sufijos latinos GIO y GION
Prodigio; región; legión;
regio.
………………………………………………….
Los verbos terminados en
GERAR
Aligerar; refrigerar;
exagerar.
…………………………………………………
Las palabras que tienen
los grupos OGÍA, GÉSIMO
Pedagogía; psicología;
metodología; trigésimo; cuadragésimo; quincuagésimo.
…………………………………………………..
Las palabras afines de
otras que se escriben con G
Virginal (virgen);
recogimiento (recoger); vigesimal (vigésimo); privilegiado (privilegio); mágico
(magia); religioso (religión).
La G es un fonema velar y
sonoro ante e, i , si se antepone la u , que no se
pronuncia:
Guisa; guerra; guitarra.
En casos en que la u se pronuncia en algunas de estas combinaciones,
debe llevar diéresis: vergüenza; argüir.
La G es
fonema sordo delante de e , i (sin la u): gitana; gemir; gente.
…………………………………………………..
Se escriben con G los
adjetivos: ligero, flamígero.
SE ESCRIBEN CON H:
Las palabras formadas con
el prefijo griego HECTO, que significa cien
Hectogramo; hectómetro;
hectolitro.
………………………………………………..
Las palabras formadas con
el prefijo griego HEMI que significa medio
Hemiplejía; hemistiquio
(cada una de las dos partes de un verso separadas por una cesura: corte o
pausa); hemisferio.
………………………………………………..
Las palabas formadas con
el prefijo griego HEMO que significa sangre
Hemoglobina; hemorragia;
hemofilia.
…………………………………………………
Las palabras formadas con
el prefijo HEPTA que significa siete
Heptagonal; heptámetro
(verso griego de siete pies, medida de verso); heptasílabo (verso de siete
sílabas).
…………………………………………………
Las palabras formadas con
el prefijo griego HEXA que significa seis
Hexágono; hexámetro;
hexasílabo; hexaedro.
…………………………………………………
Las palabras formadas con
el prefijo griego HIDRO que significa agua
Hidroavión; hidrocefalia;
hidrofobia; hidrógeno.
………………………………………………..
Las palabras formadas con
el prefijo griego HIPER que significa exceso
Hipérbole; hiperestesia
(sensibilidad excesiva y dolorosa); hipertensión.
……………………………………………….
Las palabras formadas con
el prefijo griego HIPO que significa bajo
Hipogastrio; hipotensión;
hipoglucemia.
………………………………………………….
Las palabras formadas con
el prefijo HOMO que significa parecido, igual
Homofonía; homónimo;
homogéneo.
(No lleva hache: omoplato
u omóplato).
………………………………………………….
Las palabras que empiezan
por HUM
Humano; humor; humareda;
humero; humilde; humedad; humo.
(No siguen esta norma:
umbral, umbría, umbilical, umbela).
…………………………………………………..
Las palabras que empiezan
por el prefijo griego HETERO que significa diferente, desigual
Heterogéneo; heterodoxo.
……………………………………………………..
Las palabras que empiezan
por HERB
Herbáceo; herbívoro;
herbario.
…………………………………………………….
Las palabras que tienen
los diptongos IE, UE
Hielo; hierro; hierve;
hiel; hiere.
Cuando una palabra que
empiece por O tiene un afín con el diptongo UE, éste debe llevar
hache: oler (huele); oquedad (hueco); orfandad, orfanato (huérfano); óseo
(hueso); ovar (huevo).
Llevan HACHE las palabras
derivadas y las compuestas de otras que se escriben con H
Hortaliza (huerta);
herradura (hierro); deshilado (hilo); deshonrar (honra); desheredar (heredar);
deshecha (hacer); hablador (hablar); horrorizado (horror); inhumano (humano).
SE ESCRIBEN CON J:
Los grupos JE, JI, de los
verbos terminados en DECIR, DUCIR, TRAER
Bendije (bendecir);
predijiste (predecir); maldijiste (maldecir); tradujisteis (traducir);
tradujimos (traducir); distrajimos (distraer).
………………………………………………..
Las palabras derivadas de
otras que se escriben con J
Relojería (reloj);
cajista (caja); dejemos (dejar); homenajear (homenaje); callejear (calle,
calleja); rojizo (rojo); cojear (cojo); ojear (ojo); hojear (hoja); lisonjear
(lisonja).
……………………………………………
Se escribe JOTA después
de AD, OB, SUB
Adjetivo; subjetivo;
objeto; adjunto.
……………………………………………….
Los vocablos terminados
en AJE
Ramaje; alunizaje;
acuatizaje; viaje; salvaje; amaraje; aterrizaje; garaje.
(No siguen esta norma:
ambages (rodeos de palabras), enálage (en gramática: cambiar las partes de la
oración; pone un verbo por otro).
…………………………………………………
Las palabras que empiezan
por EJE
Ejercicio; ejecutar;
ejemplo; ejercer.
……………………………………………………
Se escriben con jota los
sufijos JERO y JERA
Callejero; ovejero;
tijera (dice la Real Academia Española (RAE) que también se usa en plural,
tijeras, con el mismo significado); consejero; flojera; extranjero.
(No siguen esta norma las
palabras que tienen su origen en verbos terminados en GERAR: aligeras
(aligerar), exagero (exagerar).
NOTA: SE escriben con G
los adjetivos: ligero; flamígero: que despide llamas).
………………………………………………….
Se escriben con JOTA las
formas verbales de los infinitivos terminados en JAR
Dejen (dejar); baje
(bajar); aléjense (alejar); baraje (barajar).
SE ESCRIBEN CON Ll:
Los sustantivos
terminados en ALLA
Batalla; granalla;
rondalla; toalla; canalla; muralla; pantalla.
No siguen esta norma:
baya (fruto carnoso como la uva; el origen de dicha palabra es francés); haya
(forma verbal de haber); playa (de origen provenzal); vaya (forma verbal
de ir).
…………………………………………………
Los verbos terminados en
LLAR
Estallar; humillar;
hallar; fallar; atropellar; mancillar.
No siguen esta norma:
soslayar (afín de soslayo = de costado); explayar (de playa).
...................................................
Los vocablos terminados
en ILLO, ILLA
Anillo; ladrillo;
mejilla; estampilla; estribillo; conejillo; cerilla.
………………………………………………
Los verbos terminados en
LLIR
Engullir; salpullir o
sarpullir (de salpullido = erupción leve en la piel); zambullir; rebullir.
……………………………………………….
Los sustantivos
terminados en OLLO; OLLA; ULLO; ULLA
Cogollo; pollo; olla;
arrullo; casulla; ampolla; meollo; capullo; patrulla.
(No siguen esta norma:
hoya, claraboya (son de origen diferente al latín).
…………………………………………………
SE ESCRIBE M:
Se escribe EME antes
de P, B
Campo; compra; siempre;
empezar; cambiar; siembra; hombre; hambre; también.
……………………………………………….
Se escribe EME antes de
ENE
Himno; solemne; omnívoro;
indemne; calumnia; columna; ómnibus; gimnasia.
(No siguen esta norma:
perenne; sinnúmero; ni las palabras compuestas que llevan los prefijos CON;
EN; IN: connivencia; ennoblecer;
innato; ennegrecer; innumerable).
NOTA: Aparece duplicada
la ENE cuando a una forma verbal terminada en ENE, se le añade el pronombre
NOS: dennos (se forma de: den+nos); dígannos (de: digan+nos); ayúdennos (se
forma de: ayuden+nos).
………………………………………………..
SE ESCRIBE ENE:
Se escribe ENE antes de
UVE
Convencer; involuntario;
enviar; tranvía; envidia; invasión.
…………………………………………………..
Se escribe ENE antes de
la letra EFE
Enfermo; infección;
anfibio; enfadarse; enfriar ( se dice y se escribe: enfría, con tilde);
infeliz; infame; enfrente; inferior.
…………………………………………………..
Se escribe en las
palabras que empiezan por TRANS, CONS, INS, CIRCUNS, CIRCUN
Transferencia;
transcurrir; constitución; constar; circunstancia; circunspecto; circunda;
circunloquio; inscribir; inspector.
(NOTA: Una nueva
disposición de la Real Academia Española permite suprimir la ENE del grupo NS
en algunas palabras: trasparencia).
USOS DE LA Q (CU)
La cu forma sílaba
únicamente con las vocales e, i interponiendo la u, la que no se
pronuncia: Querer; quitar; toquen; quinta.
………………………………………………..
En las palabras latinas
que hay en el idioma español, la u que va después de la q (cu)
debe pronunciarse: exequátur (en latín: ejecútese); quórum (número de
individuos, necesario para tomar decisiones).
……………………………………………
La CU (Q) se emplea en
lugar de la letra K (ca) en
algunas palabras
Kiosco -
quiosco; keroseno - queroseno.
……………………………………………………….
SE ESCRIBE R:
Entre consonante y vocal
(sonido fuerte)
Honra; Conrado;
israelita.
………………………………………………………….
Al principio de un vocablo
(sonido fuerte)
Rosa; regreso; Ramiro;
Rodríguez; romper.
…………………………………………………………..
Se escribe R, con sonido
suave, entre vocales, y al final de palabras
Moroso; caro; americano;
amar; saltar.
………………………………………………………….
Con sonido fuerte, se
escribe ERRE, entre vocales
Carro; perro; carrera; correr; errar
(equivocarse); herrar (poner herraduras a los caballos).
En las palabras
compuestas, cuando el segundo elemento empieza con R, y el primero termina con
vocal, debe escribirse ERRE para conservar el sonido fuerte
Matarratas; cartarroja;
neorrealismo; prerromanticismo.
SE ESCRIBEN CON ESE:
Los vocablos terminados
en SON derivados de un sustantivo que se escriba con ESE
Blusón (blusa); camisón
(camisa); pisón (pisar).
…………………………………………….
Los vocablos: ocaso;
paso; raso; vaso; casa; grasa; masa; que son excepciones a una norma referente
a la ZETA. Puede verse en el lugar de la SETA).
También se escriben con
ESE: fracaso (de origen latino); payaso (de origen italiano).
………………………………………………………….
Los vocablos terminados
en ISA, de origen latino. (También son una excepción a una norma de la ZETA)
Risa; brisa; camisa;
pesquisa; sacerdotisa; poetisa; profetisa.
…………………………………………………………
Los vocablos terminados
en ISO, de reconocido origen latino. (Son excepciones a una norma de la ZETA)
Conciso; narciso;
permiso; liso; occiso; piso.
…………………………………………………………
Se escriben con ESE los
verbos terminados en ISAR que tengan un vocablo afín escrito con ESE. (Son
excepciones a normas relacionadas con la ZETA)
Decomisar (decomiso);
descamisar (camisa); precisar (preciso); improvisar (improviso); requisar
(requisa); revisar (visa).
………………………………………………………..
Los adjetivos terminados
en SO
Ambicioso; belicoso;
amoroso; azaroso; jugoso; perezoso; precioso.
………………………………………………………
Los verbos terminados en
SAR derivados de un sustantivo escrito con ESE (Son excepciones a normas de la
ZETA)
Abusar (abuso); acompasar
(compás); atrasar (atrás); amansar (manso); cursar (curso); envasar (vaso);
represar (represa).
………………………………………………….
Los diminutivos de
palabras que deban escribirse con ESE. Son excepciones a los sufijos Z-uelo;
Z-uela): mocosuelo (mocoso).
NOTA: Los vocablos SUELO
y ENTRESUELO no tienen ninguna relación con esta norma.
……………………………………………………
Los vocablos terminados
en SAL se escriben con ESE cuando vienen de una palabra con ESE. (Excepción: el
sufijo ZAL)
Fresal (fresa); yesal
(yeso); colosal (coloso). También se escriben ESE: corresponsal; sucursal.
………………………………………………….
Se escriben con ESE los
vocablos: anís; lis (flor); gris; mentís; país; por ser excepciones a la norma
referente a la ZETA.
…………………………………………………….
Se escriben con ESE las
palabras: rasgo (rasgar); trasgo (duende, fantasma); por ser excepciones de la
Z.
……………………………………………………
Los sustantivos
terminados en SIÓN que tienen afines terminados en SO, SOR, SIVO
Agresión (agresor,
agresivo); regresión (regreso); depresión (depresivo); expansión (expansivo);
concisión (conciso).
…………………………………………………..
Los vocablos terminados
en ENSE, ES (sean o no gentilicios)
Medellinense; boyacense;
berlinés; escosés; ciprés; feligrés; interés; través.
(No se escribe con ESE la
palabra VASCUENCE (idioma vasco; palabra de origen latino).
…………………………………………………..
Se escriben con ESE los
sustantivos concretos terminados en ESA
Abadesa; condesa;
turquesa; sorpresa; alcaldesa; hamburguesa; empresa.
…………………………………………………
Los vocablos terminados
en ESCO, ISCO
Dantesco; parentesco;
quijotesco; marisco; obelisco; novelesco; grotesco; asterisco; mordisco;
pedrisco.
…………………………………………………….
Las palabras formadas con
lo sufijos: ISMO (doctrina, secta), ISTA (profesión; seguidor de una corriente
o doctrina)
Ateísmo; comunismo;
conservatismo; liberalismo; idealismo; marxismo; almacenista; oficinista;
humanista; prosista; socialista; fabulista.
…………………………………………………..
Las terminaciones ÉSIMO
para formar ordinales; ÍSIMO, ÍSIMA para formar el grado superlativo del
adjetivo
Centésimo; cuadragésima;
milésima; nonagésimo; trigésima; brevísimo; certísimo; grosísimo (muy grueso);
novísima; lejísimos.
(No sigue esta norma:
décimo, porque se forma directamente del latín).
………………………………………………..
Se escriben con ESE las
palabras terminadas en ERSO, ERSA
Diverso; universo;
perversa; viceversa.
(No siguen esta norma:
fuerza, almuerzo, refuerzo, tuerzo (torcer), ejerza (ejercer).
………………………………………………….
Las palabras que tienen
los prefijos: DES, DIS
Disfraz; disponer;
desgracia; distraer; desvelar; despreocupado.
………………………………………………………
Los verbos que llevan
“enclítico” (agregado al final) el pronombre SE
Detenerse; córranse;
vénganse; dícese; córrase; reírse; véngase; juntóse.
Nota: Las palabras
enclíticas formadas con verbos en el pretérito (pasado), durante muchos años
llevaron tilde por orden de la Real Academia, tales como: jontóse con
Luis; llególe la correspondencia; miróle a los ojos. En el año de
2010, la nueva edición de la Ortografía de la Real Academia Española (743
páginas) suprimió dichas tildes.
SE ESCRIBEN CON V (UVE)
Se escriben con UVE los
vocablos afines de VIENTO y VOLAR
Ventear; ventarrón;
sotavento; volador; revuelo; ventanal; ventana; barlovento (lugar de donde
viene el viento, contrario a sotavento); volantón; volátil; volante.
……………………………………………..
Los vocablos afines de
VERDE
Verdoso; verdece;
verdura; verdulera; verdugo (vara verde para azotar al culpable, producía
ronchas); verdugón (roncha producida por el verdugo).
……………………………………………….
Las palabras afines de
VINO, VENENO y VAPOR
Vinajera; viña; venenoso;
vaporoso; evaporar; vinagre; vendimia; viñedo; envenenamiento; vaporizar.
…………………………………………………
Las palabras afines de
COMER (en latín: VORARE); de LLAMAR (en latín: VOCARE); de VOMITAR
Voraz; devorar;
herbívoro; vocativo; vocal; vociferar; vomitivo; vorágine; carnívoro; piscívoro
(que se alimenta de peces); vocablo; vocear; vómito.
……………………………………………………..
Los vocablos afines de
VAGAR (en latín: VAGARE), y del vocablo latino VACARE (que es estar DESOCUPADO)
Vagar; divagar; undívago
(que ondea o se mueve como las olas); vacante; vacar; vacaciones; vacuo
(vacío).
……………………………………………………….
Los vocablos afines de
NUEVO, VIEJO, VERDADERO
Novel; novelero; novato;
renovar; novicio; novísimo; novedad; veterano; vejez; revejido (viejo antes de
tiempo); vetusto; inveterado; envejecer; veraz; veredicto; inverosímil;
verificar.
…………………………………………………
Los vocablos afines de
VESTIDO (en latín: VESTIS); de VIDRIO (en latín: VITRUM); de CIUDADANO (en
latín: CIVIS)
Veste (en poesía:
vestido); revestir; vestuario; investir; vitrina; vitrificar; vidriera; vítreo;
civil; civilizar; civismo; civilidad.
…………………………………………………
Las palabas afines de
VALER y VIVIR
Válido; valeroso;
invalidez; valorizar; vivero; vívido; vivaz; vivíparos.
………………………………………………………..
Los tiempos de los verbos
ANDAR, ESTAR, TENER, IR, que tengan el sonido V
Anduve; anduviera;
estuve; estuviste; tuvo; tuvimos; voy; vaya; vamos; ve (tú, segunda persona del
modo imperativo).
No cumplen esta norma los
tiempos verbales llamados pretéritos imperfectos: andaban, andábamos, estabais,
estaba, iba, íbamos.
……………………………………………………………….
Los vocablos afines de
POLVO; VULGO (pueblo); VOTO
Polvareda; polvero
(palabra recientemente aceptada Por la Real Academia Española –RAE-);
polvoriento; pólvora; vulgar; divulga; votación; devoto; votivo (algo ofrecido
por voto o relativo a él, misa votiva).
……………………………………………………………..
Los prefijos VICE, VIZ,
VI que significan EN LUGAR DE
Vicepresidente; virrey;
vizconde; vicario (que tiene las veces, poder o facultades de otra persona o la
sustituye).
……………………………………………….
Los vocablos afines de
VÍA, VANO, VASO
Viaducto; viajero;
viandante; desviar; enviar; ferrovía; vanidad; vanagloria; devaneo;
envanecerse; desvanecerse; vasija; vasera; envasar; vascular.
………………………………………………………..
Los vocablos afines de
LLAVE (en latín: CLAVE); HUECO (en latín: CAVUS)
Clavícula; cónclave
(junta de los cardenales de la iglesia); clavija; clavar; llavero; cavar;
caverna; cóncavo; socava; excavación.
……………………………………………………………
Los vocablos afines de
NAVE; MOVER
Navío; navegante;
navegar; naval; circunnavegación; móvil; movilidad; movilización; semoviente;
conmoverse.
……………………………………………………………….
Los afines del verbo VER
Vista; visible;
visibilidad; visionario; vistazo; prever; previsor; evidente; vidente;
invidente.
………………………………………………………………….
Las palabras afines de
VELO, VIGILAR
Velar (tapar); velamen;
velero; velillo; revelar; vigilancia; vigilia; vigía; velar (pasa la noche
vigilando); veladora; velorio; vela (pasar la noche sin dormir, en vela).
………………………………………………………………….
Los vocablos afines de
LEVANTAR o ELEVAR; VOLVER (dar vuelta); VENCER
Levadura; relieve;
soliviar; levantamiento; elevación; sobrellevar; envolver; devolver;
revolución; evolución; revoltijo; invencible; víctores; vencedor; vencimiento;
victorear.
…………………………………………………….
Los vocablos terminados
en IVO, IVA que no sean verbos
Caritativa; activo;
nocivo; abusivo; octavo; centavo; veinteava (parte); comitiva; saliva; archivo.
No obedecen a esta norma
las palabras: arriba, estribo, giba.
……………………………………………………….
Los prefijos PREV, PROV,
PROV, EV, PAV
Prevención; prevaricar;
prever; privación; privilegio; privar; provocar; provecho; proverbio;
providencia; evangelio; evitar; eventual; evadir; pavesa; pavimento; pavo,
pavoroso.
No están dentro de esta
norma las palabras: probeta, probidad, probar, ébano, ebúrneo (parecido al
marfil), ebullición, pabilo, pábulo, pabellón, ebanista.
……………………………………………………….
Las palabras que empiezan
por VILL, GAVI, VIO
Villano; villorrio;
villancico; villa; gavilán; gaviota; gavilla; violeta; violín; violencia;
violáceo.
No siguen esta norma:
billar, billón, gabinete, billete, biombo, y las palabras que tienen la raíz
griega BÍOS que significa vida.
……………………………………………………….
Se escribe V
después de SUB, AD
Subvencionar;
advertencia; obvio; adverbio.
……………………………………………………………
Después de la combinación
OL
Olvidar; resolver; polvo;
insolvente.
…………………………………………………………….
En las palabras que
empiezan por DIV
Dividir; divino;
divertir; divorcio.
Menos las palabras:
dibujo, mandíbula.
SE ESCRIBEN CON X (equis)
Se escriben con equis las
palabas terminadas en XIÓN que provienen del latín. Son muy pocas: Complexión;
conexión; flexión; inconexión; reflexión; anexión; crucifixión; fluxión (de
flujo); transfixión (herir pasando el cuerpo de parte a parte); inflexión;
genuflexión.
…………………………………………………..
Se escribe equis en la
partícula EX, antepuesta a un nombre
Expresidente; exmarido; exministro, exsecretario; exalumno.
…………………………………………………….
La partícula EX cuando
indica FUERA DE, NEGACIÓN, PRIVACIÓN, ENCARECIMIENTO, se escribe juntamente con
la palabra
Excarcelar; expoliar;
exánime; extraoficial.
……………………………………………………..
El prefijo HEXA que
significa seis
Hexámetro; hexágono;
hexasílabo.
…………………………………………………………
Cuando está la X
entre vocales, la forma más correcta de dividir las palabras que la
llevan es la siguiente:
Exi-gir; axio-ma;
exa-men; exi-mio; exi-mir; exis-tir; éxi-to; próxi-mo; exen-to; máxi-mo.
SE ESCRIBEN CON Y (YE)
Las palabras con diptongo
o triptongo que terminan en el sonido i
Hay; virrey; convoy;
mamey; maguey; Uruguay; estoy; carey; siboney; Paraguay; rey; hoy; voy; ley;
buey; grey.
……………………………………………..
Las palabras que
contengan las concurrencias: b+y; d+y;
s+y
Subyugar; disyuntivo;
coadyuvar (cooperar, colaborar).
………………………………………………..
Los plurales de las
palabras terminadas en Y
Convoy (su plural es convoyes)
…………………………………………………...
Las formas verbales en
que la E se diptonga en IE, (Y = i)
Errar: yerro, (no se dice ni se escribe: yo ierro; sino: yo yerro o yo erro; tú yerras
o tú erras; él yerra o él erra; nosotros erramos; vosotros erráis; ellos yerran
o erran)
……………………………………………………………………………
Las formas verbales de
los infinitivos terminados en UIR, en las que la i ante vocal se
convierte en Y
Huir, huyo, huyes;
influir, influyes; incluir, incluyo; construir, construye.
……………………………………………………………………..
Las formas verbales del
verbo HABER
Haya (venido); hayas
(creído); hayamos (leído); hayan (escrito); hayáis (respondido).
…………………………………………………………………….
Las formas verbales de
CAER, CREER, LEER, OÍR
Cayeran; leyó; creyeron;
oyeron; leyera; cayendo; oye; oyen.
…………………………………………………..
Ante palabras que
empiezan por I, HI, la E
remplaza la Y como elemento de enlace o conector (conjunción)
José e Ignacio; Inés e
Higinio; Manuela e Hildebrando.
Nota: Si la palabra
empieza por el diptongo HIE, no se reemplaza la Y, se conserva
como conector, ejemplos: serpientes y hienas;
cobre y hierro; duele y hiere.
SE ESCRIBEN CON Z (ZETA)
Los vocablos agudos terminados
en ZÓN
Armazón; comezón;
corazón; hinchazón.
NO siguen esta norma las
palabras que se derivan de un sustantivo con S. Ver las normas que se relacionan con el uso de
la S
………………………………………………………..
Los vocablos terminados
en AZO, AZA, cuando indican aumento, desprecio, golpe, daño, estrépito
Codazo; brochazo;
chispazo; vistazo; puñetazo; lazo; plaza; mujeraza; terraza; mordaza; arañazo;
mostaza; melaza; balazo.
No siguen esta norma las
palabras de origen latino o italiano, ver las normas relacionadas con el uso de
la S.
…………………………………………………………….
Los vocablos terminados
en IZA, IZO
Caliza; hortaliza;
plomizo; nodriza; paliza; movediza; chamiza; mestizo; antojadiza.
No se cumple esta norma
en las palabras que tienen su origen en el latín, las cuales se escriben con
ESE. Véanse las normas referentes al empleo de la ESE.
……………………………………………………………….
Los sustantivos y algunos adjetivos terminados en AZ, EZ, OZ,
IZ
Altivez; atroz; avidez;
feroz; brillantez; precoz; desnudez; veloz; fluidez; coz; embriaguez; arroz;
escasez.
………………………………………………………………
Los sustantivos
terminados en EZA; la mayoría de ellos son sustantivos abstractos
Bajeza; destreza;
nobleza; flaqueza; franqueza; pureza; cabeza; corteza.
………………………………………………………………
Las palabras terminadas
en IZO
Advenedizo; antojadizo;
calizo; cobrizo; chorizo; hechizo; rojizo; pajizo.
No cumplen con esta norma
los vocablos que tienen un reconocido origen en el latín. Las cuales se
escriben con ESE. Ver las normas relacionadas con el uso de la ESE.
…………………………………………………………………..
El sufijo latino IZAR
para formar verbos
Actualizar; agonizar;
atemorizar; democratizar; independizar; autorizar.
No siguen esta norma los
verbos que tengan una palabra afín con ESE.
Ver las normas relacionadas con la ESE.
EL VERBO IZAR es de
origen neerlandés; no tiene relación con el sufijo latino IZAR, por ejemplo, en
la oración gramatical: izar la bandera.
............................................................................
Los sustantivos
terminados en ZO
Bozo; retozo; sollozo.
……………………………………………………………………….
Los verbos terminados en
ZAR
Alcanzar; chuzar; gozar;
cazar; cruzar (cruz); bostezar; comenzar; realizar.
No se acogen a esta norma
los verbos que se derivan de un sustantivo con ESE. Ver lo relacionado con el uso de la ESE.
………………………………………………………………………
Los diminutivos ZUELA,
ZUELO
Anzuelo; mujerzuela;
cazuela; jovenzuelo; plazuela; orzuelo.
No se cumple esta norma
en los vocablos que se deriven de una palabra escrita con ESE (mocosuelo).
…………………………………………………………….
Los vocablos terminados
en ZAL
Arrozal; cabezal; cerezal
(sitio donde crecen cerezas); zarzal.
No cumplen esta norma los
vocablos derivados de palabras que deban escribirse con ESE.
……………………………………………………………
Las palabras terminadas
en AZ, IZ
Capaz (su plural es:
capaces); cerviz; disfraz; barniz; mendaz (mentiroso); cariz (de cara); mordaz;
aprendiz; solaz; desliz.
No se ajustan a esta
norma las palabras: anís, gris, lis, mentís, país.
……………………………………………………………….
Las palabras formadas con
el sufijo AZGO (indica título, acción, efecto)
Cacicazgo; compadrazgo;
hallazgo; hartazgo; mecenazgo; noviazgo.
No se aplica en: rasgo,
trasgo.
……………………………………………………………………
Los vocablos femeninos
terminados en TRIZ
Cicatriz; actriz;
automotriz; directriz; electromotriz; emperatriz; meretriz.
………………………………………………………………………
Las palabras terminadas
en ZETA cambian esta letra por C
, al pasar al plural
Antifaz, antifaces; pez,
peces; juez, jueces; raíz, raíces; capaz, capaces.
…………………………………………………………………….
Las palabras terminadas
en ANZA: esperanza; confianza.
Pero, la palabra gansa se
escribe con ESE.
(Fin del capítulo sobre normas ortográficas)
OXÍTONAS: (v. agudas)
P
P:
Decimonovena letra del
abecedario español y decimoquinta consonante. Su nombre es ‘pe’
PACIENTE (SUJETO): (v. ORACIÓN, oraciones de pasiva)
PALABRA:
Sílaba o conjunto de
sílabas que tienen existencia independiente para expresar una idea. Para
algunos filólogos, deriva de las raíces hebreas ‘páláh’ y ‘baráh’ que
significan ‘maravilla’ y ‘creación’ u ‘obra’; reunidas así, ‘palabra’
significaría ‘maravilla de la creación’.
Las palabras actúan,
expresan y representan.
En el actuar la
palabra quiere o pretende algo, va dirigida hacia alguien, intenta alcanzarlo;
es instrumento social.
En el expresar la
palabra viene de algo, patentiza algo; hace parte de una expresión con sentido
emitida por alguien.
En el representar,
la palabra reproduce algo que está en algún sitio; lleva esa idea al cerebro.
Estas tres categorías se
funden y se entrecruzan a cada momento, dando lugar a nuevas construcciones
oracionales
Dicho de otro modo,
toda palabra ‘actúa’ en tanto que
orienta al oyente hacia algo determinado; ‘expresa’ algo que el hablante lleva
dentro de sí; ‘describe’ o ‘representa’ algo que el hablante y el oyente se
imaginan como un ente objetivo.
Lo esencial en ellas es la representación; y
el hecho de que tengan sentido o significado quiere decir, en primer lugar y
ante todo, que ellas –las palabras- están en condiciones de acoger, como
contenido propio, todo lo imaginable.
Las palabras,
fundamentalmente, se dividen en las que
son portadoras de significado (sustantivos, adjetivos y verbos) y que,
hasta cierto punto, captan un trozo de mundo; y las que sirven de enlace (v.
elementos de enlace). Los enlaces ponen a alguna cosa en relación espacial,
temporal o causal con alguna otra.
Las palabras están dentro
del sistema de la gramática, así como los sonidos están dentro del sistema de
la articulación; se unen en la oración para formar el pensamiento, es decir: se
pueden ordenar unas con respecto a las otras dentro del sistema de la
gramática, para desplegar el ‘actuar’, el ‘expresar’ y el ‘describir’ y
juntarlos para formar una unidad con sentido completo.
En su libro La lucha por la expresión, el ensayista
Fidelmo de Figueiredo dice: “El hombre empieza a entender un poco el mundo
cuando puede asociar las cosas a signos sonoros y rotularlos después con
palabras. [...] Todo lo que el hombre siente y piensa lo incorpora al mundo de
las palabras. [...] Vida y palabra, pensamiento y palabra son inseparables.”
De la palabra se
estudia: su estructura (morfología); su
origen (etimología); su significación (semántica); su pronunciación (fonética);
su uso correcto (sintaxis); su elegancia y belleza (estilística, literatura);
su simbología (semiología o semiótica).
Clases de palabras:
Atendiendo al número de
sílabas de que constan
monosílabas (una: sal,
cal, de, sí, no);
b) bisílabas (dos: casa, esta, dentro, para)
c) trisílabas (tres: acaba, teclado, soledad);
d) polisílabas (más de
tres: pensamiento)
Algunos gramáticos hacen el grupo
de las pentasílabas (de cinco: e-nu-me-ra-ción)
Por razón de su acento
las palabras son
átonas (v.);
b) tónicas
(v.)
Las tónicas se clasifican
en: agudas, graves, esdrújulas, sobresdrújulas.
Otras clases de palabras
son: antónimas, sinónimas, primitivas, derivadas, compuestas (v.: composición), simples,
parasintéticas, (v. parasíntesis),
hiperónimas, hipónimas heterónimas, homógrafas, homónimas, hipocorísticas,
homófonas, parónimas, parentéticas, isónimas arcaísmos, neologismos,
extranjerismos, tecnolectos, sociolectos, híbridas. (v. cada una de todas estas palabras en el lugar correspondiente según
el índice alfabético). (v. t.: valor de las palabras).
PALABRAS SUSTANTIVADAS: (v. sustantivo)
PAPIAMIENTO:
Lengua criolla hablada en
la isla de Curazao al norte del litoral venezolano. La lengua oficial es el
holandés, pero la que se usa normalmente es el papiamento (de ‘papia’, español
antiguo y portugués antiguo ‘papear’, hablar). Su base es el criollo
negro-portugués que los esclavos negros llevaron de Äfrica, mezclado con el
español hablado en las Antillas y litoral venezolano. Contiene también palabras
holandesas. (M. L. Wagner).
PARA:
Es un elemento de enlace
o preposición que expresa:
Término del movimiento,
indicado más vagamente que con la preposición ‘a’. Significa lo mismo que ‘con
dirección a’; ejemplos: Salió para Bogotá. Irá para allá dentro de poco. Vamos
ya para su casa.
Término de un transcurso
de tiempo, expresado con cierta vaguedad, ejemplo: terminaremos ese libro para
mayo. Sin embargo, también puede expresar, a veces, un plazo fijo, concreto,
ejemplo: la fiesta se ha señalado para
el 15 de diciembre.
Destino o finalidad de
una acción u objeto, ejemplos: es una brocha para pintar. Esta silla es para tu
casa. Dicha preposición expresa también una variante: la aptitud, ejemplo:
María sirve para todo. A veces, precede a una oración subordinada (v.), ejemplo: estudio para aprender.
Expresa contraposición,
comparación, ejemplos: Poco le pagan, para lo que trabaja. Para comenzar, no lo
ha hecho mal.
Inminencia de algún
hecho, la forma de construcción es: para + infinitivo, ejemplos: está para
llover. Esa amistad está para terminarse.
Relación o uso, ejemplos:
una cuchara para la sopa. Una tela propia para camisas.
Expresa condición de
cita, ejemplo: la entrevista es para las cuatro.
Señala para quién se
trabaja, ejemplo: Rosa trabaja para el señor Rodrigo.
Forma frases adverbiales
como ‘estar para’, ‘ir para’, ejemplos: Ahí quiero estar para siempre. Sueña
con ira para el extranjero.
Unida a la conjunción
‘que’, introduce oraciones finales (v.
oración), ejemplo: repito la orden para que no la olvides.
‘Para con’ es una frase
prepositiva que significa ‘con respecto a’, ejemplo: fue bueno para con sus
padres.
La expresión ‘como para’
más un infinitivo puede unirse a un sustantivo, ejemplo: esta fiesta está como
para no terminarla nunca.
PARADIÁSTOLE:
Es una figura retórica
que consiste en reunir en un contexto palabras de significado parecido,
oponiendo, sin embargo, sus respectivos significados, ejemplo: “Fue constante
sin tenacidad, humilde sin bajeza, intrépido sin temeridad.” (Capmany)
A esta forma de
construcción se le llama también ‘separación’
PARADOJA: (v.
antítesis).
PARÁFRASIS:
Es la explicación o
interpretación de un texto, de un tratado, de una composición, de una poesía.
Es una amplificación explicativa en el comentario de un texto..
PARAGOGE:
Es una figura de dicción.
Agrega letras al final, ejemplos: infelice (infeliz), huéspede (huésped), ónice
(onix), áspide (áspid).
PARASÍNTESIS:
Es uno de los procesos
para formar palabras. Tiene lugar cuando los vocablos proceden al mismo tiempo
de una derivación (v.) y de una composición (v.). En este caso la palabra
recibe el nombre de parasintética, ejemplos:
en-ROJ-ecer
por-DIOS-ero
en-TORPE-c imiento
inter-NACION-al
pica-PEDR-ero ante-DILUVI-ano
en SÏ MISM-ado
in-NECESARIA-mente
ex HALAR-lo
des-TERRA-ár se le
contra-PONER-lo por-CENT-aje
PARATAXIS:
En esta forma de
construcción, dos oraciones están unidas por el sentido de completación de la
idea y por la curva melódica al pronunciarlas; no necesitan de una conjunción o
elemento de enlace (v.), ejemplos: me voy, tengo prisa. Llueve mucho, es mejor
que no salgas.
En la parataxis se
encuentran las oraciones yuxtapuestas (v.), también denominadas paratácticas.
PAREADO:
Son dos versos de arte
mayor (más de nueve sílabas) que riman entre sí; ejemplo:
Yo me lleno de angustia
mirándote la frente
porque estás más lejana
cuando estás más presente.
Para que yo no pueda
llegar hasta tu alma,
tú me miras, a veces, con
esa misma calma
con que miran los lagos
una noche estrellada:
La miran hasta el alba y
no le dicen nada.
.................................................................
Angustia de no verte los
labios apretados
cuando nombro la historia
de los besos robados.
..................................................................
Todos tus actos tienen
profundidad de arcano,
hasta el acto sencillo de
levantar la mano.
Me nombras, y te salen
despacio los sonidos,
como si no quisieran
llegar a mis oídos.
..............................................................
(Angustia. Carlos Castro
Saavedra; colombiano)
PAREMIOLOGÍA:
Ciencia que se ocupa de
los refranes. (v.)
PARÉNTESIS:
Hipérbaton que consiste
en introducir una interjección (v.),
o un complemento o una oración dentro de una frase, con entonación
independiente, ejemplo: tú –eso me han dicho- vendrás con nosotros. De esta figura de construcción se deriva el
nombre de palabras parentéticas (v.) o
expresiones parentéticas. (v. t.:
incisos)
PARÉNTESIS CUADRADO: (v. corchetes)
PARÉNTESIS CURVO:
Este signo ortográfico
relacionado con la distribución del texto, sirve:
Para enmarcar o aislar
una observación al margen del objeto principal de lo que se está escribiendo,
ejemplo: “Pero él (lo pensaba realmente) renunciaría a las ganancias
pecuniarias del hijo, con tal que le
dejaran su gloria.” (Benito Pérez Galdós)
En las obras de teatro
suele encerrarse entre paréntesis lo que los personajes dicen aparte, es decir,
lo que se supone que el público no debe escuchar.
Se acostumbra en fechas,
noticias y datos aclaratorios; también, cuando se cita a un autor o una obra.
hoy es frecuente
sustituir el paréntesis por la raya (v.),
ejemplo: “Enlazar lo que parecía incoordinable –actitudes, tendencias y
pasiones ajenas-; desenlazar lo que parecía pavorosamente insoluble.” (Azorín)
El paréntesis fue muy
usado por los escritores clásicos, lo mismo que en la época siguiente a éstos,
hasta fines del siglo XIX.
PARENTÉTICAS:
Algunos lingüistas dan
este nombre a las siguientes palabras y expresiones que al utilizarlas en la
escritura deben ir entre comas, también conocidas como elementos de enlace,
algunas de ellas son: también, además,
finalmente, en verdad, por lo general, en fin, a propósito, por ejemplo, de
otro modo, en otras palabras, etc. También reciben este nombre de parentéticas
algunas oraciones que se introducen como paréntesis.
El nombre se debe a una
figura llamada ‘paréntesis’ que consiste en introducir una interjección, un
complemento, una expresión, una oración dentro de una frase, con entonación
independiente.
PARÓNIMAS:
(De: ‘paro’, cerca,
parecido y ‘ónimo’, nombre). Estas palabras se escriben de un modo parecido,
pero tienen significación distinta, ejemplos: absorber, absolver; actitud,
aptitud; elipse, elíxir; diferencia, deferencia; alabar, avalar; comprensión, compresión; carabela, calavera;
infringir, infligir; especie, especia; absceso, acceso, etc.
Las parónimas se llaman
homónimas cuando son de distinto significado e igual estructura, como: vela (de
luz) y vela (de barco); tajo (corte) y Tajo (el río).
Se llaman homófonas
cuando tienen igual sonido y distinta significación y escritura, como vaya y
baya; honda y onda.
Se llaman homógrafas
cuando tienen la misma ortografía y distinta significación, como: haya (árbol)
y haya (del verbo haber); río (corriente de agua) y río (del verbo reír).
PARONOMASIA:
Este vocablo tiene varias
acepciones:
Semejanza entre dos o más
vocablos que no se diferencian sino por la vocal acentuada en cada uno de
ellos, ejemplos: azar y azor; lago y lego.
Semejanza de vocales que
no son la acentuada, como ocurre en: adaptar y adoptar; esperar y espirar;
consumado y consumido.
Es la figura retórica que
se emplea cuando adrede se usan en el texto palabras parónimas, ejemplo: “La
verdad parece pero no perece” (Santa Teresa)
La paronomasia, empleada
en este último sentido es muy difícil de acomodar y casi siempre el texto
resulta o tonto o ridículo o jocoso.
PAROXÍTONAS: (v. graves o llanas)
PARTES DE LA
ORACIÓN: (v. Oración)
PARTICIPIO:
Esta forma no personal de
verbo se llama participio porque “participa de la índole del verbo y de la del
adjetivo.
Algunos participios
terminan en ADO, IDO y son los participios pasivos o del pasado.
Otros indican acción y
terminan en ANTE (aspirante, caminante), en ENTE (escribiente), IENTE
(teniente, poniente). Son los llamados participios activos o del presente.
Participios regulares e
irregulares:
Los participios regulares
son los terminados en ADO, IDO. Hay verbos que tienen dos participios pasivos,
uno regular y otro irregular; otros, cuyo participio termina en TO, SO, CHO,
sólo admiten la terminación irregular, tales como: abrir (abierto), absolver
(absuelto), componer (compuesto), deponer (depuesto), decir (dicho), etc. Son
alrededor de cuarenta verbos españoles los que sólo admiten esta forma.
. Algunos verbos que
admiten dos formas de participio:
Infinitivo: Participio
regular:
Participio
Irregular:
extinguir extinguido
extinto
nacer
nacido
nato
fijar
fijado fijo
oprimir
oprimido
opreso
freír
freído
frito
poseer
poseído
poseso
hartar
hartado
harto
prender prendido
preso
incluir
incluido
incluso
presumir
presumido
presunto
propender
propendido
propenso
infundir
infundido
infuso
proveer proveído
provisto
insertar
insertado
inserto
recluir
recluido recluso
invertir
invertido
inverso
juntar
juntado
junto
salvar
salvado
salvo
maldecir
maldecido
maldito
manifestar manifestado
manifiesto
suspender suspendido
suspenso
torcer
torcido tuerto
Oficios del participio:
El participio pasivo
sirve:
Para formar los tiempos
compuestos, ejemplos: hubo salido, fue nombrado, habrán terminado, habían
llegado.
Como adjetivo, ejemplos:
libro leído, oficio terminado, discurso pronunciado.
Como sustantivo,
ejemplos: el tendido de la mesa es rojo; el dorado del anillo es firme.
El participio activo
sirve:
Como adjetivo, ejemplos:
persona complaciente; niña obediente; dinero contante y sonante.
Como sustantivo,
ejemplos: el estudiante; el escribiente; el teniente; el caminante.
Como adverbio, (no todos
los participios, sólo algunos), ejemplos: trabaja bastante; estudia durante una
hora.
PARTICIPIO ABSOLUTO:
El participio se emplea
en la construcción absoluta, sobre todo en la lengua literaria, y muy rara vez
en la lengua familiar. Se construye junto a un sustantivo. Esta frase absoluta
o independiente va separada por comas de
la oración principal; puede tener sentido temporal, modal, causal, condicional
o concesivo, ejemplos: llegado el momento,
hablaremos de ese tema (equivale a decir: cuando llegue el momento, si llega el
momento); no terminada la comida, se
levantó de la mesa (equivale a decir: cuando no había terminado todavía la
comida, aunque no había terminado la comida).
PARTICIPIO CONJUNTO:
También puede construirse
el participio pasivo de manera conjunta, es decir, concertado con un sustantivo
de la oración principal, ejemplo: tenía sus libros de estudio ordenados en otra mesa.
También el participio
activo o de presente se puede construir de manera conjunta, es decir,
concertado con un sustantivo de la oración principal, ya que la mayoría de las
veces sólo se piensa en usarlos como adjetivos, olvidando su valor de: forma no
personal de verbo; ejemplo: trataron algunos asuntos referentes a una herencia.
PÁRRAFO:
Generalmente se define
como un trozo completo de un escrito.. Al escribir, es necesario dar coherencia
a las frases que forman el párrafo, es decir, conectarlas o enlazarlas
debidamente. Dicha coherencia se altera, y la expresión pierde claridad cuando
se producen cambios no correctos en el sujeto o en la persona gramatical, en la
voz o en el tiempo del verbo.
Debe eliminarse, siempre
que se pueda, al principio de un escrito el enfático pronombre YO, para
que el estilo no aparezca petulante y
sea más agradable al lector. Además, haciéndolo así, se es más fiel al espíritu
y fisonomía del idioma español, que en esto sigue al latín clásico, cuyos
verbos expresan la persona gramatical, gracias a las desinencias o
terminaciones, sin tener que poner delante los pronombres.
Evitar el empleo
inmoderado de los pronombres demostrativos ‘esto’ y ‘eso’. Las frases quedan
más elegantes si reemplazamos dichos pronombres por los vocablos
correspondientes, ejemplos: amas a tu padre, esto te honra. Se cambia el
vocablo ‘esto’: amas a tus padres, lo cual te honra. Está entregado al alcohol,
eso lo arruinará. Se hace el cambio: está entregado al alcohol, ese vicio lo
arruinará.
Algunas exigencias del
párrafo:
Las oraciones que
integran el párrafo deben tratar de un mismo asunto.
Un párrafo bien
equilibrado no debe tener mucha extensión, unos ocho renglones, máximo.
Los párrafos muy extensos
destruyen la claridad, la precisión y la elegancia.
El lector capta
fácilmente las ideas y los pensamientos en los párrafos breves.
Generalmente, la idea
central o principal del párrafo está al principio; otras veces aparece en
medio, y en ocasiones cierra el párrafo.
El párrafo debe tener
afinidad oracional o unidad de pensamiento: todas las oraciones tratan el mismo
asunto.
Ilación o conexión
lógica; para que el párrafo tenga esta exigencia deben conocerse bien los
elementos de enlace (v.) que unen adecuadamente las oraciones.
Las ideas secundarias
constituyen el desenvolvimiento del párrafo. Ellas son necesarias para aclarar
o ampliar con más detalles el tema o idea principal para una mejor comprensión.
(v. t.: Redactar).
Clases de párrafos:
Expositivo: es el más frecuente. La exposición utiliza la
definición como medio explicativo. A veces, utiliza la descripción; otras, la
narración.
Argumentativo: es característico del razonamiento. La argumentación
exige esfuerzo de pensamiento para demostrar lo justo o injusto, lo real o lo
falso, lo conveniente o inconveniente, etc. Se argumenta para defenderse,
exigir derechos, para defender opiniones, etc. (v. t.: construcción lógica)
PASIVA: (v. Voz
pasiva)
PAUSAS Y RITMO DE LA VOZ:
Las pausas son
detenciones más o menos breves que se hacen después de las palabras tónicas de
mayor importancia, para separar las ideas o para respirar. A veces, están
señaladas por los signos de puntuación, a veces se hacen sin estar marcadas.
El ritmo es la
combinación armoniosa de las frases y oraciones, y depende de la buena
distribución de los acentos y pausas. El ritmo es necesario para la armonía y
elegancia en la expresión, tanto en prosa como en verso.
PENTASÍLABAS:
Palabras de cinco
sílabas, como: pen-ta-sí-la-bas; com-ple-ta-men-te; pro-so-po-pe-ya.
PERÍFRASIS: (v.
circunlocución)
PERSONA GRAMATICAL:
Es la forma que toma el
verbo en coincidencia con el sujeto (v.).
Las personas del verbo son: tres: yo, tú o usted, él o ella (en singular);
nosotros, vosotros (as) o ustedes, ellos o ellas (en plural).
PERSONIFICIÓN
Este recurso estilístico
llamado también prosopopeya atribuye cualidades propias de los seres animados a
los seres inanimados o abstractos, ejemplos:
“Este arroyo que me mira/
con inocencia de pájaro, / tiene los ojos azules/ del horizonte serrano.”
(Francisco Luis Bernárdez)
“Temprano levantó la
muerte el vuelo, / temprano madrugó la madrugada./ Temprano estás rodando por
el suelo.” (Miguel Hernández)
PLEONASMO:
Significa ‘superabundancia’.
Es una figura de construcción que consiste en emplear ponderativamente más
palabras de las necesarias, ejemplos: volvamos a empezar de nuevo. Acérquese más cerca.
Al mirar por la ventanilla del vagón los escarpados pasos por donde habíamos pasado,
me pregunté cómo habían los ingenieros hacer pasar el ferrocarril por unos pasos
tan difíciles. Yo mismo detuve al
ladrón. Yo lo vi con mis propios ojos.
Y éste del escritor Corneille: “Pompeyo tiene el corazón grande, el espíritu grande,
el alma grande y todas las grandezas propias de un gran rey”.
Y este otro del escritor Zorrilla
en el cual el complemento se repite por medio del pronombre personal: “A mí, quien me corrige, no me aflige;
a mí me hace un favor quien me corrige”.
En los anteriores
ejemplos, el pleonasmo está en la repetición de palabras; pero también existe
pleonasmo en la repetición de ideas, ejemplos: Se puso el sombrero en la cabeza; el entierro del cadáver del escritor.
PLURAL DEL SUSTANTIVO Y
DEL ADJETIVO: (v. número)
PLURAL DE MODESTIA: (v.
número)
PLURAL MAYESTÁTICO: (v.
número)
PLURALES ANÓMALOS: (v. número)
PODRIR: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso
común en el hablar y escribir)
POESÍA:
Los griegos la definieron
como creación de belleza. La poesía es una de las formas de explorar
sentimentalmente el mundo; es un arte que se manifiesta por las palabras, como
la música se manifiesta por los sonidos y la pintura por los colores y las
líneas.
El poeta se inspira al
recibir una emoción y nos la hace llegar. Esta transmisión de la belleza puede
ser en prosa o en verso. En la literatura existen obras poéticas escritas en
prosa como Platero y yo del escritor
español Juan Ramón Jiménez, o como el Canto a la selva en la segunda parte de
la novela La Vorágine del colombiano
José Eustasio Rivera.
POLISEMIA:
En el campo de la
significación hay polisemia cuando se reúnen varios significados en una sola
palabra. Por ejemplo, la palabra ‘corona’ es polisémica porque significa:
moneda/ tonsura/ figura geométrica/ meteoro/ rosario/ señal de poder. ‘Tabla’
es polisémica porque significa: catálogo de números/ pieza de madera/ parte sin
plegar de un vestido/ doble pliegue que adorna una tela/ índice de libros/
lista o catálogo de cosas puestas en orden.
Cuando la palabra sólo
tiene dos significados, se dice que hay disemia, y cuando sólo es un
significado para una palabra se dice que hay monosemia.
POLISÍLABAS: (v. Palabra)
POLISÍNDETON:
Es una figura literaria
que consiste en repetir las conjunciones para darle solemnidad y lentitud al
texto. En la Biblia abundan los ejemplos de este recurso estilístico, ejemplos:
“En el principio creó
Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía,, y las
tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre
la haz de las aguas.” (Génesis I, 1-4)
“¡Cristo ha
resucitado!... Todo lo que separa y daña y destruye ha sido derrotado por lo
que une y cura y crea. La vida prevalece sobre la muerte.” (H. A. Williams)
POR:
Es una preposición o
elemento de enlace o conector. Significa:
Lugar aproximado: esa
finca queda por Medellín.
Lugar de tránsito: en el
viaje, pasaremos por Francia.
Tiempo aproximado o
duración: estuvo enfermo por dos semanas; se ausenta por ocho días.
Agente de voz pasiva (v. construcción con el verbo ser): Jaime
fue asaltado por los ladrones.
Medio: casarse por poder;
se informó de ello por la prensa.
Causa: no vine por lo
tarde que era; lo hizo por miedo.
Finalidad, objetivo:
llegaron por los libros.
Sustitución,
equivalencia, a favor de: Luisa asistió a la reunión por su hermana; hablen
ustedes por ella.
Perspectiva futura,
necesidad (precede a un infinitivo): tiene dos casas por vender
Con el verbo ‘estar’ y un
infinitivo, forma una frase verbal: ‘está por llegar’. Cuando le sigue la
conjunción ‘que’, forma la conjunción causal, o final, ‘porque’.
Precio o cuantía: vendió
la casa por muchos millones.
Búsqueda: va por pan; voy
por el libro.
En lugar de: él pagará
por ti.
En cambio o trueque: doy
mi abrigo por tu vestido.
En concepto u opinión de:
pasa por inteligente; lo tienen por honrado.
Equivale a sin: el aula
está por ordenar.
Encarecimiento: por
fuerte que seas... Por mucho que hables...
PORQUE, POR QUÉ, PORQUÉ:
‘Porque’, en usa sola
palabra y sin tilde, es un elemento de enlace o conjunción: no lo sabe porque
vive muy lejos.
‘Por qué’, en dos
palabras y con tilde, introduce las oraciones interrogativas: ¿Por qué no
llegaste a tiempo?
‘Porqué’, en una sola
palabra y con tilde, es sustantivo e indica causa: quiero saber el porqué de tu
silencio. Tiene plural: quiero saber los porqués de tu silencio.
POR SIEMPRE JAMÁS: (v. términos negativos en la frase)
PRECISIÓN:
Es condición para
escribir. La precisión es consecuencia del estilo claro; responde a la
exactitud del pensamiento y del vocablo. Consiste en ‘no decir ni más ni menos
de lo que se quiere, y expresarlo con las formas apropiadas para el caso’. Esto
se logra mediante la riqueza de léxico y una muy buena estructura de la frase.
PREDICADO NOMINAL: (v. Oración)
PREDICADO VERBAL: (v.
Oración)
PREFIJOS:
Un prefijo es un afijo (v.) que se añade a una palabra por
delante. También se le conoce con el nombre de morfema. Los que se emplean en
nuestro idioma se clasifican en españoles, latinos y griegos.
Prefijos españoles y
latinos: Tienen el mismo origen y sus estructuras no son muy diferentes. Casi
siempre se estudian juntos. Algunos de ellos son:
Prefijo significados ejemplos
A acción,
semejanza
acumular, acoplar
AB, ABS separación abjurar, abstraer
AMBI, AMB, AM dualidad, rodeo ambiguo,
ambidextro, amputar
ANTI contra
antipático, antídoto
BIS, BIZ, BI dos veces
bisabuela, bizcocho, bilateral
EX, EXTRA fuera de
extraer, extralimitar
INFRA debajo
infraestructura, infrascripto
INTER en medio de
internacional, intercalar
PARA empleo paraguas, parabrisas
PRE delante
prefijo, premeditar
RETRO volver atrás
retroceder
SIN
privación
sinrazón, sinvergüenza
SUPER por encima de
superintendente, superlativo
ULTRA más allá
ultramar, ultratumba
VICE, VIZ en lugar de
vicerrector, vizconde, virrey
Prefijos griegos:
Son muchos, algunos ellos
son:
A, AN sin, negación ateo,
abulia, anónimo
ANA separar, otra
vez
anatomía, análisis
ANFI alrededor,
dualidad anfiteatro, anfibología
CACO malo
cacofonía, cacografía
DI dos
díptero, diptongo,
DIA a
través
diámetro, diagonal
EPI sobre
episodio, epidermis
HIPER aumentar
hipertrofia
HIPO debajo
hipodérmico
META más allá metafísica
SIN, SI, SIM con
sintaxis, simpatía
PREPOSICIÓN:
Es un importante elemento
de enlace. Por sí sola, la preposición no tiene significación alguna, sólo
sirve para poner en relación una palabra con sus complementos de lugar, tiempo,
pertenencia, procedencia, tendencia, término, compañía, oposición, carencia,
materia, cosa, instrumento, objeto, fin, unión, parte, cualidad, agente, etc. Esa
es la razón por la cual se le llama elemento de enlace o conector o conectivo.
Las preposiciones son: a,
ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por,
según, sin, so, sobre, tras.
(v. cada una de ellas en el lugar alfabético que le
corresponde)
A la antigua y tantas
veces repetida lista de preposiciones, la Real Academia le ha agregado, en su
“Nueva Gramática de la lengua española”, edición de 2010, las siguientes:
durante; mediante; versus; vía.
Durante y mediante, en su origen, eran
participios de presente de los verbos durar y mediar; y agrega la RAE:
"Como no tienen la posibilidad de la concordancia, aquellos dos vocablos,
se han convertido en preposiciones". Ejemplos: el jefe estudiará el contrato durante dos
días. Todo me será posible mediante tu
ayuda.
Versus es una preposición
que ha entrado en el español a través del inglés. Equivale a:
"contra", o a: “frente
a"; (estas dos formas - dice la RAE - son preferibles a la
expresión: versus). Ejemplo: Analiza el
conflicto del campo versus la ciudad.
Vía, vocablo que procede de
un sustantivo, e introduce el lugar "por donde se pasa"; también
indica "el medio utilizado".
Ejemplos: Volaron a la Argentina vía París.
El programa se transmitirá vía satélite.
PRIMERO, PRIMER: (v.
ciento)
PRIMITIVAS: (v. derivación)
PRO:
Esta preposición proviene
del latín y tienen un uso muy limitado. Significa ‘a’, ‘a favor de’, ‘en
provecho de’, y se emplea delante de un nombre o sustantivo sin artículo,
ejemplos: es una suscripción pro hospitales; fiesta pro sordomudos; colecta pro
minusválidos.
‘Pro’ es también un
sustantivo con el significado de ‘provecho’, ‘ventaja’, se usa en la frase: el
pro y el contra; el plural es: los pros y los contras.
PROCLÍTICOS:
Son los pronombres que
van delante del verbo; me mira; se peina; los proclíticos son lo contrario de
las formas enclíticas. En las formas proclíticas, los pronombres son átonos, no
tienen acento. (v. t.: pronombres
personales).
PRONOMBRE:
Quiere decir: ‘lo que
remplaza al nombre, lo que hace sus veces’. Son una clase especial de palabras,
pues no son denotativas porque no añaden ninguna idea, ningún concepto al
sentido del texto; nada dicen del objeto que señalan, no lo caracterizan ni
describen. Son formas vacías o semivacías de significación.
Los pronombres son
morfemas libres cuya función es la de ser determinantes según la moderna
concepción de la gramática; son importantes porque evitan la monótona y
continua repetición del sustantivo. Una sola persona puede ser ‘yo’, ‘tú’,
‘él’, según la posición que ocupe en la conversación o en la escritura.
ÉL: cuando no interviene en
forma activa en la conversación. Persona no presente.
TÚ, VOS, USTED (v.):
cuando le hablan directamente a él (ella). Es la persona a quien le
hablan.
YO: cuando habla, cuando toma la
palabra. Es la persona que habla de sí misma.
Clases de pronombres:
1) Los pronombres personales se caracterizan por
referirse a las personas del discurso; por ello, son sustitutos del nombre o
sustantivo.
Formas de los pronombres
personales:
Primera persona:
Singular: yo, mí, me, conmigo
Plural: nosotros, nosotras, nos
Segunda persona:
Singular: tú, te, ti, contigo, vos,
usted (v.)
Ha sido aceptado el
pronombre vos, ejemplos: vos venís; vos me mirás.
Plural: vosotros, vosotras, os
Tercera persona:
Singular: él, ella, ello, le, la,
lo, se, sí, consigo
Plural: ellos, ellas, los, las, les, se, sí
Ejemplos:
LE di unos libros (a él o
a ella)
LES di unos libros (a los dos)
LO vi ayer ( a él)
LOS vi ayer (a ellos, masculino)
LA vi ayer (a ella) LAS
vi ayer (a ellas, femenino)
NOTA:
Los
pronombres que hoy trae la Real Academia Española (RAE) para la conjugación de
verbos (aceptando formas latinoamericanas) son:
Yo – tú – vos – usted – él (ella)
Nosotros – vosotros – ustedes- ellos (ellas)
Formas átonas del
pronombre personal:
Las formas: me, nos,
te, os, le, la, lo, les, las, los, se (pronombres personales) son átonas,
es decir sin acento prosódico (v. acento),
y se pronuncian como formando una sola palabra con el verbo correspondiente,
ejemplos: me dicen, se pronuncia así: ‘medicen; le dijeron, se pronuncia:
ledijeron; te creo, se pronuncia: tecreo, etc.’.
Colocación de los
pronombres personales:
Se pospone el pronombre
cuando se expresa un deseo y el verbo está en modo imperativo (v. modo), ejemplos: ‘dame’ agua;
‘quédate’ aquí; ‘váyanse’ todos. Cuando el verbo lleva delante una palabra
cualquiera, el pronombre va delante del verbo, ejemplos: no ‘me’ leas; nunca
‘le’ permita esa expresión.
Con los tiempos del
indicativo (v. modo) puede posponerse
el pronombre, sobre todo si el verbo es la primera palabra de la oración,
ejemplo: “Paréceme que no pude ver alzar ni oír misa”. (Santa Teresa)
Se pospone el pronombre
con las formas simples del gerundio y del infinitivo, ejemplos: miró al enfermo
y tocándolo le dijo: sé fuerte. Mirarlo y admirarlo era su
mayor deseo
Todas esas formas con el
pronombre pospuesto y agregado al verbo constituyen los llamados enclíticos (v.).
Modificaciones fónicas
del pronombre personal:
Al juntarse los
pronombres con el verbo se producen algunas modificaciones fónicas:
Delante del pronombre nos
se pierde la ‘S’ del subjuntivo (v. modo)
o del imperativo (v. modo), ejemplos:
unámonos (y no: unámosnos); corrámonos (y no: corrámosnos).
Delante del pronombre
‘se’ también se pierde la ‘S’, ejemplos: hagámoselo (y no: hagámosselo);
entreguémosela ( y no: entreguémossela).
La ‘D’ final del
imperativo se pierde delante del pronombre ‘os’, ejemplos: sentaos (y no:
sentad-os); salíos (y no: salid-os).
En relación con el empleo
de los pronombres debe tenerse en cuenta:
Los pronombres ‘yo’ y
‘me’ nunca llevan preposición. La forma ‘mí’ siempre va acompañada de
preposición; y si la preposición es ‘con’, se dirá ‘conmigo’, nunca: con mí.
La forma ‘nos’ se emplea
indistintamente para el masculino y para el femenino.
Los pronombres ‘tú’ y
‘te’ nunca llevan preposición. ‘Ti’ no lleva nunca tilde y siempre se acompaña
de una preposición; y si ésta es ‘con’, se dirá ‘contigo’, nunca: con ti.
La forma ‘os’ se usa para
el masculino y para el femenino y no admite preposición.
Las formas ‘le’, ‘se’,
’la’, ‘lo’, ‘les’ ‘los’ y ‘las’ nunca llevan preposición.
Las formas ‘nuestros’ y
‘vuestros’ se emplean, a veces, para indicar lo que pertenece a una sola
persona y no a varias, como debiera ser, puesto que son formas de plural. Se
admite esta construcción cuando dichos pronombres se refieren a una persona
cuya dignidad o autoridad queremos resaltar; un escritor puede decir: ‘nuestra’
obra está terminada.
2) Los pronombres posesivos establecen una
relación de pertenencia o posesión entre el objeto y la persona gramatical; son
masculinos o femeninos y pueden estar en plural o en singular. Algunos
gramáticos opinan que son verdaderos adjetivos sustantivados. Sus formas son:
Singular: El libro mío (masculino), la rosa mía (femenino). La cartilla tuya (femenino), el libro tuyo (masculino) El lápiz de él (masculino), el vestido de ella
(femenino)
Plural: Los libros míos; las rosas mías. Las cartillas tuyas; los libros tuyos.
El lápiz de ellos. El vestido de ellas.
La opinión de otros
gramáticos es que cada una de las anteriores formas está acompañada de un artículo: el mío, los míos; la mía, las mías; lo mío;
el nuestro, los nuestros; la nuestra, las nuestras; lo nuestro
El tuyo, los tuyos; la
tuya, las tuyas; lo tuyo; el vuestro, los vuestros; la vuestra, las vuestras;
lo vuestro. El suyo, la suya; los suyos,
las suyas; lo suyo.
Ejemplos: ese abrigo es
el mío; ese otro, el tuyo. Esta casa es la nuestra; la vuestra está más allá.
3) Los pronombres demostrativos establecen una
relación entre la persona gramatical y el espacio y el tiempo:
ESTE: expresa la cercanía a la primera
persona
ESE: expresa un grado entre cercanía
y lejanía en relación con la primera persona
AQUEL: expresa lejanía de la primera persona
Las formas de estos
pronombres son:
Singular: este, esta, esto; ese, esa, eso;
aquel, aquella, aquello
Plural: estos, estas, esos, esas, aquellos,
aquellas
Nota:
Las últimas normas de ortografía de la Real Academia
de la Lengua (2011) dicen que los pronombres: este, ese, aquel, con sus
respectivos femeninos y plurales no llevarán normalmente tilde, pero será
lícito marcarla cuando exista riesgo de anfibología. (Anfibología: doble
sentido)
Los pronombres relativos
son los únicos pronombres que nunca pueden hallarse en oraciones
independientes, siempre están en oraciones subordinadas (v.). El pronombre relativo sustituye o remplaza a un sustantivo antecedente
-que es el sujeto de la oración principal- en la oración subordinada de la cual
el pronombre relativo forma parte.
Su nombre de relativo se
debe a la relación que establece entre la oración principal y la oración
subordinada, ejemplos: Esa es la persona de la QUE te hablé. Esa es la persona
de la CUAL te hablé. Esa es la persona de QUIEN te hablé.
En la oración principal,
el sujeto es ‘persona’; en la oración subordinada, la palabra ‘persona’ está
remplazada por los pronombres relativos: ‘que’, ‘cual’, ‘quien’.
Las formas de los
pronombres relativos son: ‘que’, ‘el cual’, ‘la cual’, ‘los cuales’, ‘las
cuales’, ‘quien’, ‘quienes’, ’cuyo’, ‘cuya’, ‘cuyos’, ‘cuyas’. (v. que, quien, cual, cuyo, en sus
respectivos lugares según el índice alfabético).
‘Cuanto’, ‘cuanta’,
‘cuantos’, ‘cuantas’ pueden usarse como pronombres relativos siempre que los
antecedentes sean: ‘todo’ o ‘tanto’ .Ejemplos: Hago todo ‘cuanto’ puedo. Traje
tantos ‘cuantos’ tenía. Echó en el costal tantas ‘cuantas’ le cabían.
Los pronombres
interrogativos sustituyen a un sustantivo de persona o de cosa que por el
momento se ignora, y es el motivo de la pregunta. (Unidos a un sustantivo pasan
a ser adjetivos determinativos interrogativos, y, a veces, exclamativos.)
Las formas de estos
pronombres son: Para preguntar por
personas: ¿Quién? ¿Quiénes?
Para preguntar por cosas:
¿Qué? ¿Cuál?
(‘QUE’ se usa en español
para preguntar no sólo por cosas sino también por ideas). Ejemplos: ¿Quién vino
temprano? ¿Quiénes vinieron temprano?
¿Qué dijiste en la conferencia? ¿Qué
hiciste para el almuerzo? ¿Cuál dices
que es el tuyo?
Los pronombres
reflexivos: sus formas son: ‘se’, ‘sí’,
‘consigo’. Para la primera y segunda personas estos pronombres no tienen forma
especial, pues son los mismos que los personales. Ejemplos: se mira al espejo;
compró el libro para sí; trajo consigo muchas notas.
Los pronombres
indefinidos sustituyen un sustantivo de persona o cosa no precisada en la
expresión. Las formas son:
ALGUIEN, NADIE, para los
seres animados. ALGO, NADA, para los
seres inanimados.
Estos pronombres no
admiten plural. Ejemplos: Alguien entró antes que tú; nadie entró después de
mí; estoy seguro de que dijo algo; no dijo nada al respecto.
Empleo de los pronombres:
No se debe agregar ‘N’ a
los pronombres enclíticos (v.) o que
van unidos a verbos en el modo imperativo. Este error consiste en decir:
siéntensen en lugar de: siéntense; démen en lugar de: dénme; córrasen en lugar
de: córranse; hágamen en lugar de:
háganme, etc.
Después de algunos adverbios y preposiciones que
indican situación, deben usarse los pronombres personales con preposición y no
los pronombres posesivos: mío, tuyo, suyo, etc.
Es error decir: detrás
suyo, delante mío, encima suyo, cerca suyo, arriba tuyo, debajo mío.
Lo correcto es decir y
escribir: detrás de sí, delante de mí, encima de sí, cerca de sí, arriba de ti,
debajo de mí.
El pronombre reflexivo
‘se’ debe ir siempre delante de otro pronombre. No es correcto decir: ‘me’ ‘se’
olvidó; ‘te’ ‘se’ perdió. Lo correcto es: se me olvidó; se te perdió.
Delante del pronombre
‘nos’ se pierde la ‘s’ del subjuntivo: unámonos, digámonos, vámonos.
Se pierde la ‘s’ delante
del pronombre ‘se’: hagámoselo, digámoselo.
La ‘d’ final del
imperativo se pierde delante del pronombre ‘os’: sentaos (no: sentad-os)
PROPAROXÍTONAS: (v. esdrújulas)
PROPOSICIÓN:
Dice el maestro y
académico Fernando Lázaro Carreter que gramaticalmente, proposición equivale a
‘oración’.
La gramática tradicional
concebía la proposición como: todo grupo de palabras que gramaticalmente
equivale a una sola palabra y que no posee su propio sujeto y su propio
predicado no es una proposición sino una expresión; en cambio, un grupo de
palabras que posee su propio sujeto y su propio predicado y se encuentra incluido
en una oración más grande, es una proposición.
PROSA:
A diferencia de la poesía
donde las palabras son ‘protagonistas’ del verso, en la prosa las palabras son
vehículos del pensamiento, y como están al servicio de él deben ser
transparentes.
El escritor J. P. Sartre
dice que el prosista y el poeta escriben, pero sus universos son
incomunicables.
El arte de la prosa se
ejerce sobre el discurso; ella es una actitud del espíritu. El tratadista
Martín Vivaldi expresa que la prosa también puede ser poética porque la belleza
o la profundidad no dependen de las palabras sino de los sentimientos o
pensamientos que con ellas se expresan.
Conceptúa el escritor
Albalat que las frases están hechas las unas para las otras, y es su
encadenamiento apretado el que origina una de las más grandes cualidades: que
las frases no aparezcan en la prosa como si se hubieran injertado, sino más
bien engendrado; no yuxtapuestas de manera ficticia, sino lógicamente
deducidas.
Pío Baroja recomienda una
prosa directa, escueta y sencilla, porque una prosa recargada con pretensiones
o con el mismo ritmo aburre demasiado.
Elementos de la buena
prosa:
Adecuado manejo de la
sintaxis, unas veces regular, lógica, y otras, irregular, con trasposiciones. (v. sintaxis)
El léxico o vocabulario:
cuando éste es aprendido, forzado da la impresión de artificio.
Cuidado en la elección y
manejo del párrafo (v)
La entonación del
escrito: nada en la prosa debe desentonar. Esta exigencia se refiere al texto
en su totalidad; por ello es preciso saber dar el tono justo a cada una de las
partes de dicho escrito; saber encajar el detalle en el conjunto. La entonación
en la escritura sólo es posible cuando se sabe el valor de la palabra justa,
precisa, y se adecua (sin tilde) cada frase a cada situación. La entonación
consiste mantener la armonía entre el discurso y lo que se ha de decir
Mantener el nivel al
escribir, es decir, en la descripción, evitar el abuso de los detalles para no
pecar por falta de tono; en lo festivo, el estilo ha de ser ligero; diferenciar
lo lírico de lo trágico: una puesta de sol no se describe con las mismas
palabras y frases y con el mismo tono
que se emplearían para describir un accidente.
Evitar los verbos fáciles
(hacer, poner, decir, tener, etc.); las muletillas (cosa, esto, algo, pues,
etc.) y las frases hechas (v).
No abusar de los
pronombres porque en el transcurso del escrito, ellos restan claridad a las
ideas, y sobre todo, tener cuidado con
el empleo del pronombre posesivo ‘su’ (v.),
causante de las anfibologías (v.)
La construcción de la
frase española no está sometida a reglas fijas; sin embargo, conviene tener en
cuenta la sintaxis (v.) y el orden
lógico (v.), y no emplear jamás el
verbo al final de la frase, lo que es propio de otros idiomas como el latín y
alemán.
PROSOPOGRAFÍA: (v.
descripción)
PROSOPOPEYA: (v.
personificación)
PROVERBIOS: (v.
frases proverbiales)
PUNTO.
Signo de puntuación que
indica fin de la oración. Cuando a continuación del punto se sigue escribiendo
en el mismo renglón, se llama punto y seguido; cuando se sigue escribiendo en
renglón aparte, recibe el nombre de punto y aparte porque separa párrafos;
terminado el texto se escribe punto final.
PUNTO Y COMA:
Un signo ortográfico
que indica –al leer- una pausa mayor que
la coma, y se usa:
En oraciones yuxtapuestas
largas donde ya se empleó la coma, ejemplos: Habíamos caminado mucho, el calor
era insoportable, y teníamos una sed abrasadora; pero, él quiso seguir
adelante, impuso su voluntad, y tuvimos que seguirlo. También se emplea en algunos
casos para evitar la repetición de la misma expresión, ejemplo: la Junta
Directiva quedó constituida así: Luis, presidente; Darío, secretario; Isabel,
tesorera; Alicia y Lucía, vocales.
Separa los elementos de
una serie expresada en un párrafo, ejemplo:
veo el viento que agita violentamente las ramas; la lluvia despiadada y
hostil; la sombra de silenciosos pies, que deja sobre el paisaje su huella de
soledad.
Se emplea en oraciones
cortas que expresan ideas diferentes, no necesariamente contrarias (en ese
caso, se emplea la coma), y más aún si van yuxtapuestas (v. Oración, or. yuxtapuesta), ejemplo: la selva está llena de
sombras; el llano es un mar de luz
Se usa antes de las
conjunciones: pero, empero, aunque, sino, porque, por tanto, por lo tanto y otras
más, si las oraciones que unen dichas conjunciones son largas, ejemplo: “Nadie
educa a nadie, nadie se educa solo; por tanto, los hombres nos educamos unos a
otros, mediatizados por el mundo.” (Paulo Freire)
PUNTOS SUSPENSIVOS:
Este signo ortográfico
tiene mucho que ver con la psicología de quien los usa. No deben exagerarse; al
usarlos, basta con tres puntos.[…]
Se emplean los puntos suspensivos:
Para indicar una
interrupción repentina en lo que se dice o escribe. Estos puntos sugieren
emoción, creatividad, suspenso, ejemplo:
Allí a la sombra de esos
verdes bosques
correr los años de mi
infancia vi;
los poblé de ilusiones cuando
joven,
y cerca de ellos aspiré a
morir.
Soñé que allí mis hijos y mi Julia...
¡Basta! Las penas tienen su
pudor,
y nombres hay que nunca se
pronuncian
sin que tiemble con lágrimas
la voz.
(Gregorio Gutiérrez
González)
Se usan dentro del
paréntesis cuadrado o corchetes (v.)
para indicar que el texto está incompleto; pueden faltar: una palabra, una
frase, un párrafo, una página, etc., ejemplo: La lógica es la ciencia que
expone las leyes, formas y modos del pensamiento; [...] con respecto al
lenguaje, establece las relaciones entre el pensamiento y los medios de
expresión [...].
Algunas veces se usan en
lugar de ‘etcétera’, ejemplo: son numerosos los grandes caudillos de la
historia: César, Napoleón, Bismarck, Bolívar...
PUNTUACIÓN:
Tradicionalmente, la
puntuación fue atribuida a Aristófanes de Bizancio (año 200 a. de C.) y
desarrollada por otros eruditos de la Biblioteca de Alejandría; puntuar era
necesario para el progreso de la lectura silenciosa en aquella época.
La puntuación da ritmo al estilo, y en el
habla, da a la frase un ritmo fónico muy agradable. La puntuación sirve para
crear pausas, ya que ella nos obliga a detener el desarrollo de una idea,
creando un determinado ritmo. Algunos autores utilizan frases breves, con punto,
como para resaltar cada pensamiento. Es frecuente este estilo de ritmo cortado,
sobre todo en el periodismo actual. El punto y seguido es la mayor pausa que se
hace en la lectura. Más que detener el ritmo del período lo que hace es
fraccionarlo, reducirlo a piezas. (v. t.:
Signos de puntuación)
En los escritos se
intercalan otros signos como el punto y coma, que son una pausa semicompleta,
sirven para tomar una larga respiración cuando los períodos son largos. En
estos casos, el punto ejerce su misión de pausas más largas y más justificadas;
de esta manera se le da al texto un ritmo más ágil y movido..
Cuando se quiere suavizar
el corte producido por el punto, como si el pensamiento siguiera, se recurre a
los puntos suspensivos. Se utilizan para
dar más fuerza a la reticencia (v.). Representan una pausa más larga que la
sugerida por el punto. Son muy frecuentes en teatro, pues se presta a esta
suspensión dubitativa, y más aún en los soliloquios interpretados en la escena.
La coma es el elemento
que hace resaltar más el ritmo, comunica vivacidad o lentitud, y destaca los
elementos que componen un período.
En relación con la
puntuación, el maestro y gramático G. Martín Vivaldi opina que a pesar de que
la puntuación sea materia un tanto elástica, conviene tener en cuenta las
reglas y adaptarlas luego a nuestro temperamento. Lo que no puede hacerse en
modo alguno es depreciarlas en absoluto. Estos pequeños signos –puntos y
comas-, intercalados en la escritura, son a modo de hitos que ayudan a nuestra
mente a seguir el pensamiento del que escribe. Son tan precisos como las
señales de tráfico en una gran ciudad: ayudan a caminar y evitan el desorden.
Dice el escritor español
Azorín: “La puntuación tiene una base más ancha que la decisión personal, que
el capricho del escritor. Esa base es la psicología. El estilo es la
psicología; no puede uno tener el estilo que quiere. [...] ¿Cuestión de
psicología el puntuar? Evidentemente. [...] Varía la manera que el hombre tiene
de sentir, y varía el modo de expresar ese sentimiento.”
El ensayista francés
Marouzeau aclara: “Los signos de puntuación subrayan las intenciones del autor.
La puntuación no es sólo guía de lo que se dice, sino un modo de expresión.”
Q
Q:
Vigésima letra del
abecedario y decimosexta de sus consonantes. Su nombre es ‘cu’. En español se
usa solamente ante la ‘e’ y la ‘i’, interponiéndole una ‘u’ que no suena.
Al respecto, la Real
Academia Española dice: “Se escriben con ‘q’ las palabras en que entra el
sonido fuerte ‘ke’, ‘ki’, empleando siempre después de la ‘q’ la vocal ‘u’, que
no se pronuncia, como en ‘esquela’, ‘aquí’. Las dos letras ‘qu’ se han de
considerar en tales casos como una sola, simple en el sonido y doble en la
escritura (un dígrafo), igual que: ‘ch’,
‘ll’,‘rr’.
Antes se usaba también la
‘q’ ante otras vocales diferentes de: ‘e’, ‘i,’, y se escribía: ‘quando’,
‘quatro’, etc.; en ese caso la ‘q’ y la ‘u’ tenían el valor de dos letras,
(también, un dígrafo).
QUE:
(Del latín ‘qui’). De
este vocablo decía Andrés Bello. “No hay palabra castellana que sufra tan
variadas y, a veces, inexplicables transformaciones”. Ese ‘qui’ latino perdió
el género y el número al pasar a las lenguas romances y convertirse en ‘que’.
Sus principales usos son:
Enlace de oraciones,
ejemplos: él quiere que vengas ya; diles a todos que estoy aquí.
Enlace de verbo y otro
vocablo, ejemplos por muy rebelde que sea; por mucho que lo repita.
Enlace comparativo,
ejemplos: Juan es mejor que todos;
ella es más elegante que Lucía.
Enlace adversativo,
ejemplos: suya es la culpa que no mía;
dale que dale.
Enlace causal, ejemplo:
lo hará sin duda, que lo ha prometido (equivale a: porque, pues).
Enlace disyuntivo,
ejemplo; que quiera, que no quiera (equivale a decir: ya quiera, ya no quiera;
quiera, o no quiera. (que = ya, o).
Enlace consecutivo,
ejemplo tan cambiado está Jaime, que no lo reconocen ni sus amigos.
Enlace final, ejemplo:
dio orden a su criado que le trajera la carta, (equivale a: para que).
Equivale a la expresión
‘de manera que’, ejemplo: corre que vuela (corre de manera que vuela)..
Se usa entre palabras
idénticas con sentido de encarecimiento, ejemplo: bella que bella.
Se usa después de un
adverbio afirmativo o negativo, ejemplo: ¡sí que lo hará!
Se usa después de un
adjetivo o participio, ejemplo: ¡curioso que es uno!
Es pronombre relativo (v.), ejemplo: el escritor que ganó el
premio se llama Gabriel.
Puede ser adjetivo o
pronombre interrogativo, ejemplos: ¿Qué libro es?, ¿Qué dijeron ellos?
Puede ser adjetivo o
pronombre exclamativo, ejemplos: ¡Qué calor hace!, ¡Qué dirá Inés!
‘Que’ como pronombre
relativo, reproduce un concepto anterior y enlaza una frase con otra; a veces,
puede cambiarse por ‘el cual’, ‘la cual, ‘los cuales’, ‘las cuales’, ejemplos:
el día que llegaste (el día en el cual llegaste); Su Majestad que Dios guarde
(a quien Dios guarde).
Hay un uso de ‘que’ en
sentido ponderativo o interrogativo neutro o suplido por la expresión ‘qué
cosa’, ejemplos: ¡Qué de pobres hay en esta ciudad! ¡No sé qué hacer! ¿Qué haremos?
‘Que’ como partícula no
reproduce conceptos anteriores, sino más bien sirve de elemento de enlace de
palabras o frases.
Compuestos con ‘que’:
Antes que: locución o sintagma adverbial, ejemplo: estudia antes
que llegue tu padre, (es incorrecto decir y escribir ‘antes de que’).
Así que: conjunción consecutiva; equivale a ‘luego’, ejemplo:
así que no lo sabías.
Aunque: conjunción
adversativa, ejemplo: lee bien, aunque despacio.
Como que: equivale a: ‘así es que’, ejemplo: como que ya leí
este libro.
Puesto que: equivale a ‘pues que’, ‘aunque’, ejemplo: vine puesto
que no puedes estar solo.
Sino que: equivale a ‘pero’, ejemplo: sino que es de almas
nobles perdonar siempre.
Ya que: equivale a ‘dado que’, ‘una vez que’, ejemplo: te
escribo ya que es imposible verte.
En relación con el empleo
de ‘que’, el estilo debe evitar las frases sobrecargadas de ‘que’, tormento del
escritor y fastidio para el lector. El abuso de los relativos origina pesadez
de estilo, sobre todo por la cacofonía (v.)
que supone la repetición de palabras guturales: que, del que, el que, cual, del
cual, etc. Esas expresiones con ‘que’ se pueden pulir haciendo cambios:
Ejemplos:
El soldado que defendió
la localidad. Cambio: el soldado, defensor de la localidad.
Son dos movimientos que
se producen al mismo tiempo. Cambio: Son dos movimientos simultáneos.
Un buen padre que perdona
a sus hijos. Cambio: Un padre indulgente con sus hijos.
Las hojas secas que hay
en el bosque. Cambio: Las hojas secas del bosque.
Es una prueba que
confirma mis sospechas. Cambio: Es una prueba en apoyo de mis sospechas.
Pero hay que tener en
cuenta que muchas veces no podrá suprimirse el ‘que’, porque hace falta o para
la claridad o para la naturalidad de la expresión.
El abuso del ‘que’ en la
redacción se llama queísmo. (v.)
QUE GALICADO:
Se llama ‘que galicado’
el que en construcciones del verbo ‘ser’ aparece en nuestro idioma con un giro
que es traducción literal del francés (por eso se llama galicado). Ejemplos:
Fue en esta exposición
que la conocí. Se corrige: Fue en esta exposición donde la conocí.
Entonces fue que habló
fuerte. Se corrige: Entonces fue cuando habló fuerte.
Así es que se estudia
para poder ganar éxitos. Se corrige: Así es como se estudia para poder
ganar éxitos
Por eso fue que no vino.
Se corrige: Por eso fue por lo que no vino. De manera más elegante para un
correcto estilo, es más propio decir: Por eso no vino.
A usted es que me dirijo.
Se corrige: Me dirijo a usted; o también: es a usted a quien me dirijo. De ese
problema es que se trata. Se corrige: De ese problema es de lo que se trata;
más elegante y estilístico: Se trata de ese problema.
Leyendo es que se aprende
cultura. Se corrige: Leyendo es como se aprende cultura. Mejor si se
suprime el giro: Leyendo se aprende cultura.
No hay que galicado en
los siguientes casos:
En las interrogaciones o
exclamaciones introducidas por un adverbio, ejemplos: ¿Dónde es que vive
María? ¿Cuándo es que presentas
el examen? ¿Cómo es que se escribe esa palabra?
Cuando el verbo ‘ser’
significa ‘haber’ y se omite la preposición, ejemplos: un tiempo fue en que la
historia cambió de rumbo. Esta frase se puede cambiar por: un tiempo hubo en
que la historia cambió de rumbo.
Cuando el verbo ‘ser’
significa ‘verificar’, ‘suceder’, ejemplo: ¡Cuándo será que puedo terminar con
esto! (¡Cuándo sucederá que puedo terminar con esto!)
En la expresión ‘así es
que’ cuando ella expresa deducción y no modo, ejemplo: estudió mucho, así es
que se merece el triunfo
En las expresiones ‘es
que’, ‘fue que’ que indican causa o motivo, ejemplos: es que no quiere venir;
fue que llegó tarde.
En la expresión ‘ello es
que’ cuando tiene sentido de ‘sucede que’, ejemplo: ello es que no quiere
entregar esas notas.
QUECHUA:
O quichua. Dice la
Academia que es posible que este nombre se derive de una tribu peruana. Con él
se designa a una tribu de indios y su lengua. Este vocablo se encuentra escrito
y pronunciado de diversas maneras, tales como: kjechua, quechua, qechua,
keshua, keswa, k’hichwa, quichoa.
QUEÍSMO: (v.
que)
QUIEN:
(Del latín ‘quem’,
acusativo de ‘qui’). Pronombre relativo que no varía de género pero sí de
número. Sólo en el siglo XVI creó el plural ‘quienes’. Se usa siempre sin
artículo. Equivale al pronombre ‘que’ o a ‘el que’, ‘la que’, etc., y a veces a
‘el cual’ y sus variantes. Se refiere a personas. En su empleo hay tres casos:
Cuando el antecedente de
‘quien’ está expreso en la oración principal, por ejemplo: es el hombre a quien
vienes buscando (El referente de ‘quien’ es ‘hombre). En este caso, no pude ser
sujeto de una oración especificativa. No puede decirse: la señora quien ha
venido, sino: la señora que ha venido.
Cuando el antecedente de
‘quien’ está callado, por ejemplo: no tiene a quien recurrir (el antecedente
callado es ‘nadie’)
Cuando ‘quien’ lleva el
antecedente implícito (según opinión de la Real Academia Española), porque
lleva en sí mismo su propio antecedente, constituye lo que muchos gramáticos
llaman “relativo de generalización”, muy usado en refranes y frases hechas,
ejemplos: quien bien te quiere, te hará llorar; quien canta, sus males espanta.
En estos casos, ‘quien’ equivale a ‘todo el que’
QUIENQUIERA:
Igual que el vocablo
cualquiera, ‘quienquiera’ es un pronombre indefinido compuesto de ‘quien’ y del
verbo ‘querer’. Su plural es ‘quienesquiera’. Es una forma poco usada como lo
es también la forma apocopada ‘quienquier’, la que para Bello es una forma
anticuada.
QUIZÁ O QUIZÁS:
Se emplea en las
oraciones aseverativas (v. oración)
cuando el hecho se enuncia como posible en lo futuro, ejemplos: quizás pueda
escribirte; quizás llegará esta noche; quizá responda pronto.
R
R:
Vigésima primera letra
del abecedario español y decimoséptima de sus consonantes. Su nombre
generalmente es ‘erre’, pero se llama ‘ere’ cuando se quiere hacer notar que
representa un sonido simple. La ‘rr’ es doble por su figura (un dígrafo), pero
representa un fonema único, e igual que la ‘ll’ y la ‘ch’ no puede partirse en
la escritura. Nunca se encuentra, como dígrafo, ni al principio ni al final de
un vocablo.
Cuando una palabra
empieza por ‘erre’-(‘r’) y se junta con otra que termina en vocal para formar
un vocablo compuesto, toma la forma dígrafa (2 letras) de ‘rr’, ejemplos:
autorradio, portarretrato, cartarroja, etc.
RADICAL:
En general, se llama
‘radical’ o ‘raíz’ la parte invariable de todas las palabras flexivas; por
ejemplo: en la palabra ‘niño’ se considera como raíz ‘niñ’, que es la que no
varía, cualquiera que sea el número o el género; en la palabra ‘casero’ se
considera como raíz o radical ‘cas’, la cual mediante diversas letras adicionales
forma ‘casa’, ‘casero’, ‘caserío’, ‘casucha’, ‘casilla’, ‘caseta’, ‘caserón’,
etc.
Pero donde tiene más
interés la radical o raíz es en los verbos, porque expresa la significación
general de los mismos, sin atender a la persona ni al tiempo. La radical es
invariable, pero hay ciertos verbos que en algunos tiempos modifican su
radical, son los llamados ‘verbos irregulares’. (v.)
RAER: (v.Verbo, otros verbos irregulares de uso
común al hablar y escribir).
RAÍCES GRIEGAS:
En el estudio de nuestra
lengua es importante saber el origen de los vocablos, es decir, la etimología (v.). Con las raíces griegas se han
formado y siguen formándose palabras relativas a las ciencias. Algunas de esas
raíces son:
Raíz : significado: Palabras:
AER: aire
aerodinámica, aeródromo, aerolito, airoso, desaire
ARCHO: ser el primero, mandar, arcángel, archivo, arcipreste, arzobispo,
arquitecto,
comenzar hacer por arquetipo, jerarca
primera vez
AUTO: el mismo, en persona autobiografía, autóctono, autónomo,
autómata.
CISTO vejiga cistitis,
citología
CONDRIO cartílago hipocondrio,
hipocondríaco
FLEBO vena flebitis,
flebotomía
GRAFO: escribir, gráfico: grafología, caligrafía, ortografía,
taquigrafía.
HAIMA: sangre hematoma,
hemorroides, anemia, hemoglobina.
HEPATO hígado hepatitis,
hepatología
HETEROS: otro, diferente heterodoxo, heterogéneo,
heterogamia.
IDIOS: propio, particular idioma, idiotismo,
idiosincrasia, idiopatía.
ISOS: igual isocromático,
isócrono,, isómero, isósceles.
LEUCOS: blanco, albo, luciente leucemia, leucocito, leucoplasis, leucoma.
MAKROS: grande, largo extenso macrocéfalo, macrocosmos, macrofagia,
macrocito.
MEGAS: grande, fuerte megalómano, megaterio,
megameto.
MIEL médula osteomielitis,
poliomielitis
MIKROS: pequeño micra, microbio,
microbiología, microcéfalo.
NEFRO riñón nefritis,
nefrología
NEOS: nuevo neófito,
neologismo, neoplasma, neolítico.
ÓCULO ojo oculista,
monóculo, binocular
OTO oído otitis,
otología, otalgia
PATOS: afección patogenia,
patología, patosicología.
POLYS: mucho policromo,
poliedro, poligamia, polígloto.
RINO nariz rinitis, rinología
TELE: lejos teléfono,
telégrafo, telescopio, televisión, teología.
RAÍCES LATINAS:
Raíz significado palabras
ANIMA: alma, soplo, aliento vital animal, animar, exánime, longanimidad.
AQUA: agua acuario,
acueducto, acuoso, acuático.
BELLUM: guerra bélico,
belicoso, beligerante.
CAPUT: cabeza capital,
capitán, capataz, capitel, capítulo.
CIRCUS: circo, cerco, anillo circular, circulación, círculo.
FILUM: hilo filiforme,
filamento, perfil
LAUS alabanza, elogio laudable, laudatorio, loar,
laudo.
LITTERA letra literal,
literatura, letrado.
MODUS modo, manera módico, módulo, modesto, molde, modificar.
NOMEN nombre nominal,
nominativo, nómina, nomenclatura.
ROTA rueda redonda,
rodar, rodilla, rodillo, rollo.
SIGNUM signo, señal significar, señero,
insigne, sigilo, significativo.
RAÍZ: (v.
radical)
RAYA:
Este signo ortográfico
referente a la distribución de los escritos se emplea:
En los diálogos, al
principio de lo que cada personaje habla. En estos textos la raya indica los
cambios entre los interlocutores.
Al principio y al final
de oraciones explicativas o también incidentales, ejemplo: “Las sombras –la del alero de un tejado, la
de un viejo muro- adquieren imperceptibles colores.” (Azorín)
Con el valor de
paréntesis se usa para intercalar en una frase reproducida la actitud o el
nombre de su autor, ejemplo: “Yo te ayudo –dijo Horacio- aunque no sea más que
por tomar café esta noche en el velorio.” (Ricardo Güiraldes)
RECIÉN:
Es un adverbio de tiempo;
la Real Academia de la Lengua da como equivalencia el de igual clase:
‘recientemente’. Advierte, además, que ‘recién’ se usa siempre antepuesto a los
participios pasivos; se dice: recién llegado, recién nacido, recién comido.
RECOMENDACIONES DE LA
NUEVA GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA.(REAL ACADEMIA ESPAÑOLA –RAE-); edición
del año 2011
GÉNERO Y NÚMERO:
1. Son dos nociones que
se relacionan, pero que no se identifican; el género es de carácter gramatical, el sexo es un rasgo biológico. Todos los nombres poseen género, independientemente de que sean
seres sexuados o no.
2. Muchos de los nombres de seres sexuados (personas, animales, algunas
plantas) son - en gramática - invariables en cuanto al género.
3. Son sustantivos comunes en
cuanto al género: el cónyuge, la cónyuge; el testigo, la testigo; el
estudiante, la estudiante; el astronauta, la astronauta; el centinela, la
centinela; el artista, la artista; el hereje, la hereje; el cantante, la
cantante; el sargento, la sargento; el miembro de la junta, la miembro de la
junta.
4. El sustantivo autodidacta
puede usarse como común (el autodidacta, la autodidacta), pero también admite
la Real Academia Española (RAE) la alternancia: autodidacto, autodidacta. Ocurre lo mismo con políglota (polígloto, políglota); modisto, modista.
5. Son correctos los vocablos femeninos: jefa, cacica, clienta, intendenta,
presidenta, fiscala, concejala, jueza, coronela, tenienta, capitana.
6. En referencia a seres animados, el masculino en uso genérico designa toda
la especie, es decir, individuos de uno y otro sexo, ejemplos: un
estudiante (se entiende: hombre o mujer) tiene que esforzarse mucho; los
hombres prehistóricos (comprende también a la mujer) vestían pieles de
animales; los padres de familia (se entiende: padre y madre); los reyes de...
(rey y reina).
7. Son innecesarias y tontas las series de sustantivos para nombrar
diferentes géneros propias del lenguaje político y administrativo actual,
tales como: los alumnos y las alumnas; los colombianos y las colombianas; los
ciudadanos y las ciudadanas; los niños y las niñas, etc.
8. Los sustantivos que designan objetos compuestos de dos partes simétricas que
forman unidad, alternan el uso del singular y del plural, ejemplos: alicate -
alicates; calzón - calzones; gafa - gafas; nariz - narices; pantalón -
pantalones; tenaza - tenazas; tijera - tijeras.
9. Se usan en singular, por designar una entidad única, los siguientes
vocablos: canícula, caos, cariz, cenit, grima, salud, sed, tez, zodíaco.
10. Se usan siempre en plural: comestibles, provisiones, tallarines, víveres,
bártulos, cachivaches, enseres, emolumentos, finanzas, honorarios, las afueras
de la ciudad, los sitios aledaños, alrededores, añicos, escombros, trizas,
entrañas, fauces.
11. Son plurales correctos: reveses, toses, boxes, faxes, bíceps, tics,
aguafuertes, bocacalles, purasangres, sacacorchos, quehaceres, años luz, buques
escuela; hombres rana, niños prodigio, aviones espía, discos pirata, momentos
clave, células madre, países satélite. Pero, son admitidas también por la RAE:
aviones espías, discos piratas, momentos claves, países satélites. Lo correcto
es decir: "los boinas verdes", "los pieles rojas".
12. Los vocablos latinos terminados en M y en T hacen el plural
añadiendo S: réquiems, ultimátums, vademécums, accésits, déficits,
hábitats, superávits. El vocablo ítem admite otras formas: ítemes,
ítems, se prefiere la última forma; bistec/ bistecs; boicot/ boicots; coñac/
coñacs; debut/ debuts.
13. Los vocablos agudos y los monosílabos terminados en consonante forman su
plural agregando: ES, ejemplos: boxes (box), estreses (estrés), faxes
(fax). Otros vocablos forman su plural agregando: S, ejemplos:
argot/argots; bloc/blocs; chef/chefs;
esnob/ esnobs; web/webs;
escáner/escáners; fan/fans; máster/másters; club/clubs, también: clubes; test/tests.
VERBOS
DEFECTIVOS:
Son
los que presentan una conjugación incompleta, es decir, que carecen de algunas
formas. Este hecho gramatical puede ocurrir por:
a) Son verbos referidos a fenómenos
de la naturaleza, como: amanecer, anochecer, llover, tronar, nevar; se conjugan
en tercera persona del singular. Algunos de dichos verbos tienen acepciones que
no son impersonales, ejemplos: le llueven ofertas de trabajo;
¿cómo amaneciste hoy?
b) Los verbos terciopersonales -
vocablo nuevo de la RAE - para indicar los que siempre hemos conocido como
verbos conjugados solamente en tercera persona, tales como: acaecer, acontecer,
atañer, concernir, ocurrir, urgir, no se conjugan en relación con las personas,
sino que hablan de sucesos; ejemplo dado por la RAE: ocurrió una catástrofe; o
se refieren a contenidos de preposición, ejemplo: urgía que se tomara una
decisión.
c) Los verbos acostumbrar (en
uno de sus sentidos) y soler se emplean en construcciones con
infinitivo que son de sentido imperfectivo; por esta razón solo se conjugan en
presente de indicativo: acostumbro, suelo; en presente de
subjuntivo: acostumbre, suela; en pretérito imperfecto de
indicativo: acostumbraba, solía, y en pretérito perfecto
compuesto: ha acostumbrado, ha solido.
a. ANTROPÓNIMOS son los
sustantivos propios que designan personas, bien sean nombres de pila: Dolores,
Juan, Francisco; o nombres hipocorísticos (designación cariñosa, familiar de
personas): Lola, Juanchito, Pacho.
También son antropónimos los que
designan apellidos o sobrenombres: Azorín, Sánchez, la Faraona, el Matasiete.
b. Los ZOÓNIMOS que
son nombres propios de animales como: Babieca, Bucéfalo, Rocinante.
c. Los TOPÓNIMOS son
los nombres de lugares, como: América, Costa Rica, Colombia.
SON
NOMBRES PROPIOS los que denotan festividades o conmemoraciones: la
Ascensión; nombres de astros: Marte, Júpiter; o representaciones alegóricas: la
Muerte; o títulos de obras: Hamlet, la Celestina; o fundaciones: Hospital
General Luz Castro de Gutiérrez; órdenes religiosas: Misioneros de Yarumal;
nombres de empresas: Empresas Públicas de Medellín; o nombres de clubes: Club
Deportivo de Antioquia; o corporaciones: Real Academia Española.
Hay topónimos que usan el artículo, otros no,
ejemplos: El Cairo, La Habana; Uruguay, Colombia.
Cuando se usa el artículo, este se
escribe con mayúscula: Viajará a El Salvador.
EL APÓCOPE es
un proceso por el cual se suprime el segmento final de la palabra, sin que
cambie su significado ni su categoría gramatical.
Los adjetivos: bueno, malo,
primero, tercero y postrero se apocopan cuando van delante de
un sustantivo masculino singular, ejemplos: buen comienzo, mal
momento, primer día, postrer aliento.
El adjetivo grande se
apocopa ante un sustantivo en singular, sea masculino o femenino, ejemplo:
un gran hombre, una gran mujer; un gran primer plano; un gran segundo premio.
No hay apócope cuando los adjetivos van unidos
por una conjunción, ejemplo: un grande Y hermoso regalo.
El adjetivo santo se apocopa en SAN ante los nombres
propios masculinos, ejemplos: San Juan, San Lucas, San Pedro. No hay apócope
ante los sustantivos propios que empiezan por TO y DO, ejemplos: Santo Tomás,
Santo Domingo.
Son correctos los vocablos:
velocísimo (de veloz), archiconocido, hipersensible,
superbrillante y otros más; son los pertenecientes al grado
superlativo de los adjetivos.
También son correctos: jovencísimo (de
joven), mayorcísimo (de mayor), crudelísimo y
cruelísimo (de cruel), fidelísimo, sapientísimo,
aspérrimo (de áspero), misérrimo (de mísero), nigérrimo (de
negro), paupérrimo (de pobre), pulquérrimo (de
pulcro).
De uso común y también correctos, son: asperísimo, negrísimo, pobrísimo,
pulcrísimo.
Los sustantivos femeninos usados en singular,
que empiezan por A tónica (acentuada), con H o sin ella, con
tilde o sin ella, exigen el artículo masculino EL o UN,
ejemplos: el agua, el habla española, el área, el hada madrina, el
ama de llaves, el águila, el hacha, el aula; un agua, un habla, un área,
un hada, un ama de llaves, un águila, un hacha, un aula.
Recobran su artículo femenino cuando se
usan en plural, ejemplos: las / unas aguas; las / unas hablas; las / unas
áreas; las / unas hadas; las /
unas amas de casa; las / unas águilas; las / unas hachas; las / unas
aulas.
Son excepciones
a la anterior norma gramatical:
a) Algunas letras del abecedario, se dice: la a; una hache.
b) Algunos nombres y apellidos de
mujeres: la Ángela que tú nombras es una Ávalos.
c) Nombres de empresas: la Alfa Romeo;
las siglas y acrónimos referidos a femeninos: la AUF
d) En los sustantivos comunes en cuanto
al género, los artículos definen el sexo, ejemplos: el árabe, la
árabe.
e) En el sustantivo femenino de
reciente creación, que denota profesión, se emplean los artículos LA y UNA:
la árbitra (del partido), una árbitra.
Las
formas contractas AL (a + el) y DEL (de + el) resultan de la
combinación del artículo EL con las preposiciones A, DE (se fusionan las
vocales en contacto), ejemplos: el ascenso AL cerro; a la salida DEL concierto.
a)
NO HAY CONTRACCIÓN con nombres propios o
títulos de obras, cuando el artículo es parte integrante de la expresión,
ejemplo: las pinturas de El Greco.
b) En los topónimos (nombres propios de
lugares) SÍ HAY CONTRACCIÓN cuando el artículo no hace parte de la
denominación, ejemplos: viajó al Río de la Plata; la provincia del Chaco.
c. NO HAY CONTRACCIÓN cuando se
interpone un signo de puntuación, como comillas o paréntesis, ejemplos: la
lectura de “El Quijote”; de “El
Cristo de Velásquez”.
En los derivados y compuestos
femeninos en los que la A pierde su acento, deben
usarse las formas LA y UNA: la alita, la hambruna, la
aguanieve, una avemaría.
El
artículo neutro LO no tiene variación de
número y no puede usarse con sustantivos, puesto que en español no hay
sustantivos neutros, ellos se forman con el uso del LO.
LO, tiene dos usos
fundamentales:
a) Es referencial: encabeza
grupos nominales que hacen alusión a entidades definidas, NO animadas, ejemplos: no me gusta lo que
escribe este poeta; lo sucedido nos dejó sorprendidos; tenía lo necesario para
vivir.
b) Es enfático (es decir:
dicho con énfasis). LO, va seguido de una oración gramatical construida
con el nexo QUE, ejemplos: ¡Lo difícil que es este problema! ¡Lo
bien que salió todo!
Cuantificadores:
Cuantificar es expresar la medida de algo.
En Gramática, los cuantificadores se clasifican en numerales,
cuando el cómputo que establecen está basado en
los números naturales; y no numerales cuando la
cuantificación se hace por otros procedimientos.
Los cuantificadores numerales son:
los cardinales (uno, dos, tres, cuatro......); los
ordinales (primero, segundo, tercero, cuarto......); los
fraccionarios (medio, tercio, cuarto......); los multiplicativos (triple,
doble……)
Entre los cuantificadores no numerales están los que poseen género y número,
ejemplos: cuánto pan; cuántos cuadros; cuánta gente; cuántas sillas;
poco afán; poca agua; pocas amigas. (Mucho, forma el neutro:
estudian mucho).
Otros solo presentan variación de número, pero no de género, tales
como: bastante, cualquiera, ejemplos: bastantes disgustos; bastante
trabajo; cualquier familia; cualesquiera momentos; un día cualquiera;
cualquiera de ellos; cualquier año.
Otros tienen variación de género pero no de número, como: ambos,
sendos, ejemplos: ambos amigos; ambas amigas; sendos libros; sendas yeguas.
(Sendos: uno para cada uno).
Los siguientes, solo son correctos cuando se usan con una forma única: algo, alguien,
cada, más, menos, nada, nadie.
Pero, “cada” acompaña a sustantivos masculinos o femeninos en
singular (cada hora, cada mujer, cada hombre), y, en plural, cuando a
dichos nombres les precede un numeral cardinal, ejemplos: cada tres meses;
cada siete metros.
Las expresiones tan de moda, sobre todo entre los periodistas: veintiún víctimas;
cuarenta y un semanas; doscientos un soldado; veintiún veces; son
incorrectas.
Debe decirse y escribirse: veintiuna víctimas; cuarenta y una semanas;
doscientos un soldados; veintiuna veces.
En
tiempos pasados la Real Academia Española (RAE) rechazaba las formas "decimoprimero"
y "decimosegundo" (la Nueva Gramática trae estas dos palabras sin
tilde); hoy, en la edición de 2011,
admite dichas palabras y, además, permite usarlas, al igual que las formas:
undécimo y duodécimo.
ES INCORRECTO usar
los numerales fraccionarios o partitivos (onceava parte, doceavo,
veinteava y otros más) con el valor de los ordinales. No se
dice ni se escribe: la veinteava vez, el doceavo mes. Lo correcto: la vigésima
vez; el duodécimo mes.
Los relativos:
QUE:
Es un pronombre
invariable en género y en número; puede referirse a seres animados y no
animados, ejemplos: los amigos que te acompañan; los libros que compré; el
cuento que me contaron; los profesores que llegaron.
QUIEN:
Pronombre que tiene
variación de número (quien / quienes). Se refiere a personas, a
instituciones o a cosas personificadas, ejemplos: las hermanas a
quienes tanto quieres; fue la propia empresa quien decidió cerrar; el caballo
Rocinante por quien Don Quijote sentía un gran afecto.
CUAL:
Puede cambiar de número
(cual / cuales): se usa precedido del artículo determinado con el cual expresa
el género (el cual / la cual; lo cual / los cuales / las cuales /los cuales),
ejemplos: estos son los jóvenes por los cuales luchamos; las jóvenes por las
cuales luchamos.
CUYO:
Tiene valor posesivo, y
admite cambios de género y número, ejemplo: es el niño cuya
vivacidad asombra. El uso de este determinante relativo va desapareciendo de la
lengua oral, e incluso, de la periodística.
DONDE:
(Es un adverbio relativo). Los únicos adverbios relativos de lugar que se
conservan son: DONDE y su compuesto ADONDE;
también: A DONDE.
No son correctas expresiones como: estos son los proyectos en donde se
destacan los puntos esenciales. Las
decisiones políticas donde acordaron los nombres de los candidatos.
Son incorrectas porque no hay antecedente de lugar. Debe decirse: estos
son los proyectos en los que se señalan...
Las decisiones políticas en las que se acordaron...
La expresión EN DONDE es correcta para expresar ubicación: se mete en donde no lo llaman.
Para expresar el término de una trayectoria, se alternan las formas correctas:
DONDE, ADONDE, A DONDE, ejemplos: acaba de llegar donde lo habían citado; acaba de llegar adonde lo
habían citado; acaba de llegar a donde lo habían citado.
CUANDO:
(Adverbio relativo)
equivale a decir: "en el tiempo" o "en el momento en
que", ejemplos: lo haré cuando pueda; recuerdo aquellas vacaciones cuando
íbamos a conciertos; no entiende nada, ni siquiera ahora cuando se lo
explicaron todo.
COMO:
(Adverbio relativo) es correcto su
uso en las siguientes expresiones: ella
lo cuenta como lo contaría un
profesional; aprendió la forma (o manera o modo) como se escribe con elegancia;
lo hizo tal (o así, o igual) como se lo enseñaron.
CUANTO:
(Adverbio relativo) es un
cuantificador relativo que expresa una cantidad equivalente a la expresada, a
veces, por los vocablos TANTO o TODO. Tiene variación de género y número:
cuanto / cuanta; cuantos / cuantas, ejemplos: trajo tantos libros cuantos
le pidieron; regaló todo cuanto tenía.
Hay unos relativos a los que se les agrega la forma verbal gramaticalizada:
QUIERA (no tiene ninguna relación con el verbo querer), de donde resultan los
vocablos: quienquiera, comoquiera, dondequiera, adondequiera, cuandoquiera;
también: cualquiera, cuando va seguido de una expresión específica, ejemplo: cualquiera que lo sepa. Denota personas o cosas no identificadas, y su significado
es: "sea quien sea", "sea como sea". El plural de
CUALQUIERA es CUALESQUIERA, ejemplo; cualesquiera sean tus ambiciones, seguirás
siendo un ser humano respetable.
Los adverbios terminados en MENTE poseen doble acento de intensidad: uno
en el adjetivo y otro en el elemento compositivo: libre-mente, posible-mente.
Estos adverbios conservarán la tilde del adjetivo de base, si éste la
tuviere, ejemplos: difícilmente, útilmente, hábilmente, cortésmente.
En la Nueva Gramática de la RAE, año 2011, se conserva todavía la antigua denominación
de "locuciones adverbiales" (Muchos nuevos nombres en esta Gramática
corresponden a los mismos conceptos y
clasificaciones gramaticales que siempre hemos usado, aprendido y
enseñado).
LOCUCIONES ADVERBIALES son las expresiones
fijas constituidas por varias palabras que equivalen a un adverbio.
Son correctas, entre muchas, las siguientes locuciones adverbiales: a gusto; de
reojo; a gatas; a saltos; a tientas; a diestro y siniestro; a diario; a ciegas;
a primera vista; a grito pelado; de un trago; a oscuras; a lo grande; a la
larga; de un momento a otro; de ahora en adelante; de vez en cuando (la
aceptación por la Real Academia Española - RAE - de esta última locución
adverbial es nueva; antes, dicha Academia y los autores de diccionarios de dudas
y correctores de gramática nos enseñaban que lo correcto era escribir o decir:
de vez en vez, o: de cuando en cuando). Son correctas, además, las siguientes:
una barbaridad; a montones; acto seguido; más tarde o más temprano; ni más
ni menos.
Son correctas las siguientes expresiones:
La calle de Ayacucho
La calle Ayacucho
El año de 2012
El año 2012
Tú eres de los que APOYAN esa propuesta
Yo soy de los que DICEN siempre la
verdad.
Al construir expresiones
con alguno de los siguientes verbos, debe hacerse con las preposiciones: de, en, a,
por. Veamos:
Carecer de; depender de;
abusar de; insistir en; acceder a; aludir a; renunciar a; luchar por;
interesarse por; temer a; aficionarse a (la bebida). La RAE conceptúa que
también es correcto decir: aficionarse por (la bebida).
Cuando el
verbo haber se emplea para denotar la mera presencia o
existencia de personas o cosas, funciona como impersonal y, por lo tanto, se
usa solamente en tercera persona del singular (que en el presente de indicativo
adopta la forma especial hay: Hay muchos niños en el parque).
En estos casos, el elemento nominal que acompaña al verbo no es el sujeto (los
verbos impersonales carecen de sujeto), sino el complemento directo. En
consecuencia, es erróneo poner el verbo en plural cuando el elemento nominal se
refiere a varias personas o cosas, ya que la concordancia del verbo la
determina el sujeto, nunca el complemento directo. Así, oraciones como: Habían
muchas personas en la sala. Han habido algunas quejas o Hubieron
problemas para entrar al concierto, son incorrectas; debe decirse Había
muchas personas en la sal. Ha habido algunas quejas. Hubo problemas para entrar
al concierto.
La forma
verbal hubieron es la que corresponde a la tercera
persona del plural del pretérito perfecto simple o pretérito de indicativo del
verbo haber: hube, hubiste, hubo, hubimos, hubisteis, hubieron. Ejemplo: Una vez que
hubieron llegado, se sentaron a comer.
Usos
correctos: Esta forma verbal se emplea, correctamente, en los casos siguientes:
Para formar, seguida del
participio del verbo que se está conjugando, la tercera persona del plural del
tiempo compuesto denominado pretérito anterior o antepretérito de
indicativo: hubieron terminado, hubieron comido, hubieron
salido. Este tiempo indica que la acción denotada por el verbo ha ocurrido
en un momento inmediatamente anterior al de otra acción sucedida también en el
pasado: Cuando todos hubieron terminado, se marcharon a sus casas;
Apenas hubieron traspasado el umbral, la puerta se cerró de golpe. En
el uso actual, este tiempo verbal aparece siempre precedido de nexos como cuando,
tan pronto como, una vez que, después (de) que, hasta que, luego que, así que,
no bien, apenas. Prácticamente no se emplea en la lengua oral y es hoy
raro también en la escrita, pues en su lugar suele usarse, bien el pretérito
perfecto simple o pretérito de indicativo (Cuando todos terminaron, se
marcharon a sus casas), bien el pretérito pluscuamperfecto o
antecopretérito de indicativo (Apenas habían traspasado el umbral, la puerta
se cerró de golpe).
Como forma de la tercera
persona del plural del pretérito perfecto simple o pretérito de indicativo de
la perífrasis verbal haber de + infinitivo, que denota obligación o
necesidad y equivale a la más usual hoy: tener que +
infinitivo: El director y su equipo hubieron de recorrer muchos lugares
antes de encontrar los exteriores apropiados para la película.
Detrás de mí, encima
de mí, al lado mío
En la lengua
culta debe evitarse el uso de adverbios como cerca, detrás, delante,
debajo, dentro, encima, enfrente, con adjetivos posesivos; así pues,
no debe decirse detrás mío, encima suya, etc., sino detrás
de mí, encima de él, etc. Detrás de María no equivale
a su detrás, por lo que no es admisible decir: detrás
suya ni detrás suyo.
En
consecuencia, para discernir si es o no correcta una expresión con posesivo,
debemos fijarnos en la categoría de la palabra núcleo: si es un sustantivo,
será correcta (puede decirse al lado mío, pues lado es
un sustantivo); pero no será correcta si se trata de un adverbio (no puede
decirse: cerca mío, pues cerca es un
adverbio).
Para no
equivocarse, resulta útil saber que si se puede usar el posesivo átono
antepuesto, la construcción con el posesivo tónico pospuesto será también
válida:
Estoy al
lado de María:
Estoy a su lado: Estoy al lado suyo (CORRECTOS)
Giraban alrededor de
ti:
Giraban a tu alrededor: Giraban
alrededor tuyo (CORRECTOS)
Por último,
es importante señalar que el posesivo pospuesto debe concordar en género
con el sustantivo al que modifica; así pues, debe decirse: al lado suyo (y
no: al lado suya), puesto que el sustantivo lado es
masculino.
Dobles participios: imprimido - impreso; freído -frito; proveído -provisto
Los únicos
verbos que en la lengua actual presentan dos participios, uno regular y otro
irregular, son imprimir (imprimido -impreso), freír (freído
-frito) y proveer (proveído -provisto), con sus
respectivos derivados. Los dos participios pueden utilizarse indistintamente en
la formación de los tiempos compuestos y de la pasiva perifrástica, aunque la
preferencia por una u otra forma varíe en cada caso.
Doble
negación: no vino nadie, no hice nada, no tengo ninguna.
En español
existe un esquema particular de negación, que permite combinar el
adverbio no con la presencia de otros elementos que
tienen también sentido negativo.
Los
adverbios: nunca, jamás, tampoco; los indefinidos: nadie,
nada, ninguno; las locuciones adverbiales: en la vida, en mi vida,
en tu vida, en su vida, y los grupos que contienen la palabra ni aparecen
siempre en oraciones de sentido negativo. Si estos elementos van antepuestos al
verbo, este no va acompañado del adverbio de negación no;
ejemplos: Nunca voy al
teatro; Él tampoco está
de acuerdo; Jamás lo
haré; Nadie lo
sabe; Nada de lo que
dice tiene sentido; Ninguno de
ellos es actor; En su vida lo
conseguirá; En mi vida la he visto; Ni su padre lo perdonaría.
Pero si van pospuestos al
verbo, este debe ir necesariamente precedido del adverbio no, ejemplos: No voy nunca al teatro; Él no está de acuerdo tampoco; No lo haré jamás; No lo sabe nadie; No tiene sentido nada
de lo que dice; No es
actor ninguno de
ellos; No lo
conseguirá en su vida; No lo
olvidaré en mi vida; No lo perdonaría ni su padre.
La concurrencia de esas
dos negaciones no anula el sentido negativo del enunciado, sino que lo
refuerza.
Sustantivo
+ a + infinitivo: temas a tratar, problemas a
resolver, etc.
Estas
estructuras, provenientes del francés, suelen considerarse inelegantes y normativamente
poco recomendables. Sin embargo, en determinados ámbitos (en especial, el
económico, el administrativo y el periodístico) han alcanzado una extensión
notable, debido a su brevedad. Aunque se admite su empleo en determinados
contextos (cantidad a ingresar, temas a tratar, problemas a resolver, etc.),
no debe olvidarse que en muchas ocasiones su uso es superfluo y, por
consiguiente, resulta preferible evitarlo.
Palabras clave o palabras claves; copias pirata o copias piratas
En las
construcciones formadas por dos sustantivos que constituyen una unidad léxica,
en las que el segundo de ellos modifica al primero como si se tratara de un
adjetivo, normalmente solo el primer sustantivo lleva marca de plural,
ejemplos: horas punta, bombas lapa, faldas pantalón, ciudades
dormitorio, pisos piloto, coches cama, hombres rana, niños prodigio, noticias
bomba, sofás cama, etc. No obstante, hay casos en que el segundo
sustantivo puede adquirir un funcionamiento plenamente adjetivo y adoptar
también la marca de plural, como es característico en esta clase de palabras.
Normalmente esto sucede cuando el segundo sustantivo puede funcionar, con el
mismo valor, como atributo del primero en oraciones copulativas; esta es la
razón de que pueda decirse: Estados miembros, países satélites,
empresas líderes, palabras claves o copias piratas
que son posibles en oraciones como: Esos Estados son miembros de la
U.E. Estos países fueron satélites de la
Unión Soviética. Esas empresas son líderes en su sector. Estas palabras son
claves para entender el asunto. Las copias requisadas son piratas.
Es decir,
tanto, palabras clave, o copias pirata, como: palabras
claves, o copias piratas, son expresiones posibles y
correctas. En el primer caso, clave y pirata, están
funcionando como sustantivos en aposición y no adoptan la marca de plural. En
el segundo, están funcionando como adjetivos plenos (con el sentido de
‘fundamental’, en el caso de clave, y de ‘ilegal o no
autorizado’, en el caso de pirata), de ahí que adopten la marca de
plural en consonancia con el sustantivo plural al que modifican.
RECURSOS
ESTILÍSTICOS: (v. figuras literarias)
RECURSOS LITERARIOS: (v.
figuras literarias)
REDACTAR:
Etimológicamente esta
palabra significa ‘poner en orden’. En un aspecto más lingüístico, redactar es
expresar por escrito los pensamientos o conocimientos ordenados con
anterioridad.
Redactar bien es el arte de construir
la frase con exactitud y originalidad, con un léxico y un estilo propios. La
redacción comprende tres particularidades del lenguaje:
El estudio de la frase.
El estudio del vocablo.
El estudio del estilo.
Cuando se escribe, es
siempre para decir lo que se tiene en el espíritu o está alrededor. La
redacción da actividad al idioma y relaciona el lenguaje escrito con el pensamiento
y el sentimiento. En la redacción se necesitan fundamentalmente: tener algo
que decir, y encontrar la formulación del pensamiento.
Estas son algunas normas
prácticas para tener en cuenta a la hora de redactar:
Evitar el abuso de los
artículos (v.).
Tener cuidado con el
empleo del posesivo ‘su’ (v.) por las
ambigüedades que presenta.
Adjetivar bien. Evitar
los adjetivos que, repetidos, no añaden nada conceptual al sustantivo. (epíteto). No aglomerar los adjetivos porque terminan por
ser inexpresivos, anodinos, ‘términos
‘vacíos’.
Evitar el habla popular.
El lenguaje escrito es más pulido, correcto y de más altura. El lenguaje del
pueblo tiene su sitio en las obras de literatura costumbrista.
Cuidar las normas de la
concordancia (v.) y la correlación de
los tiempos. (v. modo).
Ser cuidadosos en el
empleo de los elementos de enlace (v.)
o conectivos o conectores.
Ser parcos en el empleo
de la partícula ‘que’ (v.); su
repetición vuelve los textos pesados y molestos. No hay en español un vocablo
que sufra tantas variaciones como el ‘que’. De esta indeterminación nace
el riesgo de su pobreza e incorrección. Tiene veinticuatro acepciones sin
contar sus formas compuestas y las locuciones o sintagmas adverbiales.
El redactor (a) que no
cuida la ortografía perturba la índole constructiva del español e induce a
errores de expresión y de comprensión.
Evitar la repetición de
una misma palabra en frases próximas sin justificada necesidad, especialmente
si se trata de sustantivos, adjetivos o adverbios. Los elementos de enlace, por
la naturaleza de nuestro idioma, sí se repiten con alguna frecuencia, pero ello
es correcto.
Evitar la afectación. El
defecto más ridículo es la ampulosidad (v.).
Hay que luchar porque la prosa discurra fluida, sencilla, precisa.
La extensión del escrito
debe acomodarse al carácter, a la naturaleza e importancia de la idea o el
pensamiento expresado. Las ideas sencillas producen escritos breves; las
complejas, escritos largos. No hay para complicar y alargar innecesariamente
cartas, documentos, informes que sólo requieren pocos párrafos.
Procurar que los párrafos
estén unidos con cierto enlace y relación de ideas. Es indispensable el
conocimiento de los elementos de enlace (v.)
y su exacto empleo.
Cuidar la sintaxis, ella
nos enseña el orden en que deben ir las palabras, según su función, en la
frase. Pero, la sintaxis no es una rigurosa norma de expresión, porque en la
construcción de una frase, de un párrafo son importantes el interés psicológico
del ser humano y el orden lógico. Estos tres aspectos: interés psicológico,
sintaxis, y orden lógico son decisivos
en la elegante y correcta expresión escrita, y deben armonizar con la idea, el
pensamiento, el sentimiento que se quieren comunicar.
Dijo el escritor y sabio
del estilo, Martín Alonso: “El escritor que produce sus ideas de un modo íntimo
y vital, y redacta por instinto o por reflexión, fabrica las frases a tenor de
sus fenómenos mentales, cambiando, a veces, la distribución de los vocablos,
para dar más valor expresivo o ritmo a determinadas formas del lenguaje.”
Las ideas deben
expresarse en el orden en que se piensan y según su importancia, y darles la
adecuada extensión al desarrollarlas. Evitar las faltas de sentido o
incoherencias que resultan de la charlatanería, el chamboneo y la falta de
respeto por el idioma.
Toda idea iniciada en un
párrafo (v.) debe ser concluida; no
puede quedar a medias o en suspenso. Si la idea está inconclusa, la oración o
el párafo donde está inserta carece de ‘unidad de propósito’, cualidad que
otros estudiosos del estilo denominan ‘singularidad de propósito’.
Evitar los detalles
insignificantes, causa del estilo difuso, poco preciso. (v. Estilo, cualidades). La reiteración de las ideas se debe, casi
siempre, a la pobreza de argumento. Repetir un mismo concepto con otros
términos no es sinónimo de profundidad.
Cervantes, en el prólogo
a la primera parte del Quijote, da la fórmula de lo que pudiera ser el secreto
del bien escribir: “...Procurar que a la llana, con palabras significantes,
honestas y bien colocadas, salga vuestra oración y período, sonoro y festivo,
pintando, en todo lo que alcanzareis y fuera posible, vuestra intención; dando
a entender vuestros conceptos sin intrincarlos y oscurecerlos...”.
No abusar de la frase
corta. Hoy está de moda, especialmente entre periodistas, estructurar frases de
dos o tres palabras y separarlas por punto; frases pobres, sin sentido y sin
elegancia. Dice el ensayista francés Marouzeau: “La frase corta da la impresión
de una cosa descosida, de precipitación; por el contrario, la frase larga agota
el aliento y fatiga la atención.”
En conclusión:
Equilibrar la frase al
estructurar el párrafo (v.): ni
corta, ni larga; así resulta lo que podría llamarse ‘variedad rítmica’ de los
párrafos.
Para alcanzar una
redacción correcta y limpia, se debe dar preferencia al párrafo corto, preciso
y rápido, puesto que exige menos esfuerzo a quien escribe; es más adecuado para
una información breve y escueta, y su empleo resulta más fácil cuando se domina
la técnica. El párrafo largo que, sin duda, se presta más a la belleza, puesto
que es muy utilizado por los maestros de la literatura, es más difícil de
manejar; exige condiciones especiales del dominio del idioma, las que sólo se
aprenden con la práctica.
REFERENTE:
Que refiere o expresa
relación con otra cosa. En lingüística, referente es todo lo que se refiere al
signo (v.) el cual está constituido
por el significante (v.) y el significado (v.).
REFRANES:
Son expresiones agudas y
sentenciosas de uso común en las cuales se recoge toda la sabiduría del pueblo,
ejemplos: Quien mucho abarca, poco aprieta. De la abundancia del corazón habla
la boca. Algo tiene el agua cuando la bendicen. De las aguas mansas líbrame,
Señor, que de las bravas me libro yo. El que algo quiere, algo le ha de costar.
Amor con amor se paga. Donde hay amor, hay dolor.
El conjunto o colección
de refranes se llama ‘refranero’.
REGIONALISMOS: (v.
americanismos)
REGIONES DIALECTALES EN
HISPANOAMÉRICA:
Teniendo en cuenta la
concreta realidad del habla individual, el estudioso Pedro Henríquez Ureña
trató de situar el español de América, y señaló cinco regiones principales:
La antillana o del Caribe (Puerto Rico, Cuba,
Santo Domingo, costa de Venezuela, costa atlántica de Colombia, costa del Golfo
de México y de América Central).
La mexicana (México, América Central, Suroeste de los Estados
Unidos).
La andina (Los Andes de Venezuela, meseta de Colombia, Ecuador,
Perú, Bolivia y Noroeste de la Argentina).
La chilena (Norte, centro y sur de Chile).
La rioplatense (Argentina, Uruguay, Paraguay)
Para hacer esta división
se basó en la proximidad geográfica, los lazos políticos y culturales y el
substrato (v.) indígena.
REPORTAJE:
Según el gramático Martín
Alonso, el reportaje describe escenas, indaga hechos imprevistos, pinta
retratos, describe interioridades, refleja emociones, examina caracteres. El
reportero hábil va derecho a las cosas, indaga las causas, pregunta a quien
puede informarle con exactitud, descubre las noticias medio ocultas, observa
los pormenores.
El buen reportero extrema sensibilidad para captar lo
que le rodea, prontitud para ordenar las impresiones que le llegan, capacidad
para adivinar las intenciones de los seres humanos, rapidez para adelantarse a
los sucesos y deducir el desenlace.
La Real Academia de la
Lengua define el reportaje como “trabajo periodístico, cinematográfico, etc. de
carácter informativo referente a un personaje, suceso o cualquier otro tema. El
reportaje gráfico es un conjunto de fotografías sobre un suceso que aparece en un
periódico o revista.”
Los especialistas en la
técnica del reportaje opinan que “en realidad, reportaje e información vienen a
ser una misma cosa.” [...] “Reportero es
el periodista habitualmente dedicado a la tarea de informar al público lo que
acontece en el sector en el cual él se
mueve.”
El reportaje es una
información de alto vuelo y con más libertad expositiva que la información
escueta, es decir sin adornos, sin literatura, sin ambages (v.).
Dicho de otro modo, el reportaje es un relato informativo, una
narración noticiosa (pero no puede empezarse narrando) en la cual la visón
personal del periodista, su modo de enfocar el asunto influyen en la manera de
tratar el tema y realizar el trabajo.
Un buen reportaje exige:
concisión, naturalidad, sencillez, originalidad y estilo directo (v. Estilo, estilo directo).
RESEÑA:
En el mundo profesional y
académico moderno se utiliza mucho la reseña como medio de información y
crítica de libros y trabajos que se van publicando.
La diferencia entre el
resumen y la reseña consiste en que ésta
agrega a su carácter informativo y de contenido una parte valorativa. El
resumen no hace juicios críticos.
Al redactar una reseña
deben tenerse en cuenta:
Extraer de la obra las
informaciones interesantes para la propia cultura o la del público a quien va
dirigida la reseña.
Presentar las
informaciones de manera corta. Esto se logra si se comprende y se asimila bien
lo leído.
Dar a conocer en pocas
líneas una opinión crítica, justa e imparcial de todo el contenido del libro.
Este juicio crítico debe sustentarse citando textualmente algunas expresiones o
resumiendo algunos apartes.
Debe informarse al lector
sobre la clase de libros que se está reseñando: histórico, novelesco, poético
filosófico, estético, biográfico, técnico, etc.
Los lectores no conocen
el libro reseñado; por lo tanto, se debe tener cuidado en lo que se dice, tanto
en la parte objetiva (informe sobre el contenido) como en la parte subjetiva
(apreciación del contenido).
La reseña debe llevar al
principio la referencia bibliográfica: autor, título del libro, edición,
ciudad, casa editora, año de impresión, número de páginas.
RESUMEN:
El resumen consta de:
título, referente, es decir, el tema, introducción,, subtemas (subtema l,
subtema, 2, subtema 3, etc.), características.
El resumen debe ser fiel,
completo y breve. Se deben presentar sólo las ideas centrales del texto, sin
cambiarlas, ni comentarlas, ni darles interpretaciones personales. Un resumen
no empieza nunca diciendo: el autor nos
dice que..., yo creo que el texto...: a mí me parece que...
El resumen debe estar
redactado con ortografía y sintaxis y en estilo impersonal. Sólo se recurre a
citas textuales cuando sea absolutamente necesario.
Los casos más frecuentes
de resumen son de un liro, de una conferencia.
Resumen de una
conferencia:
Tomar nota.
Saber escuchar, es decir,
captar las ideas esenciales para trasladarlas en esquema al cuaderno en el que
se toma nota.
Evitar las generalidades;
cada tema o subtema debe tener su nota
especial.
Evitar las muletillas
nacidas de las frases hechas, como: profunda disertación, inspirada
conferencia, brillantísimo expositor.
Un buen resumen de una
conferencia es el que capta las ideas esenciales, el núcleo del discurso.
Resumen de un libro:
Averiguar los capítulos
más importantes; el índice es de gran ayuda.
Tener un cuaderno de
notas para escribir los conceptos fundamentales y la página correspondiente del
libro.
No hay que resumir todos
los capítulos, sólo los más interesantes.
Se dice primero lo que
significa el libro en cuestión, su valor, su novedad, las ideas originales que
aporta.
No es necesario seguir el
orden del autor; es mejor seguir el orden de interés: de lo más importante a lo
menos interesante.
Procurar atraer la
atención del lector. Hay seis preguntas claves que ayudan a realizar un buen
resumen: ¿qué?, ¿quién?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿por qué?.
El ¿qué? Es lo fundamental, puesto que constituye el tema; las demás preguntas
se refieren al autor o al conferenciante (o conferencista), porque ellas
también sirven para resumir conferencias.
RETICENCIA:
Este recurso literario
consiste en no manifestar íntegramente el pensamiento o el sentimiento; se usa
cuando se cree que el silencio es más expresivo que las palabras, ejemplo:
“Creemos vivir seguros
fuera del alcance de tentaciones, pecados, locuras, y de repente... ¡Oh! La
vida es terrible, no la dominamos. Ella nos domina a nosotros.” (Oscar Wilde)
RETRATO: (v.descripción)
RETÓRICA:
(Del griego ‘rhetor’, el
que habla). La retórica establecía, en general, las reglas que deben presidir
el discurso en prosa.. La Real Academia de la Lengua define esta ciencia como
el “arte de bien decir, de embellecer la expresión de los conceptos, de dar al
lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o
conmover.”
Hoy persiste la necesidad
de emplear con altura el idioma, pero dado el deterioro que ha alcanzado la
palabra oral, el vocablo ‘retórica’ se
está empleando con sentido despectivo para indicar que se expresan ideas tontas
y palabrerías que a nada conducen, que se prometen muchas cosas y no se
cumplen; se habla de la retórica de los políticos, de la retórica de los malos
presidentes, de la retórica de los parlamentarios, de la retórica de los
militares, de la retórica de los profesores. etc.
RETRUÉCANO:
El escritor Emilio
Martínez Amador la define como “figura retórica que se encuentra entre las
elegancias del lenguaje por repetición, y que consiste en la inversión de los
términos de una proposición en otra subsiguiente para que el sentido de esta
última forme antítesis (v.) con el de
la anterior’, ejemplos: “¡Oh temeridad grosera
y grosería temeraria!” (P. Ángeles). Dijo el grillo al loro: no te alabes, pues si cantas lo que sabes,
nunca sabes lo que cantas.
También se llama
retruécano a otros juegos de palabras que emplea la gente, y que no resultan
del mejor gusto, sobre todo cuando se quieren emplear en serio.
ROER: (v.Verbo,
otros verbos irregulares de uso común al hablar y escribir)
RIMA:
Se llama rima al ‘ritmo
fonético’ producido por la igualdad o semejanza entre los sonidos finales de
dos versos a contar desde la última vocal acentuada..
Ritmo fonético: además
del ritmo acentual (v. ritmo), el
poeta puede obtener un bello efecto, repitiendo los sonidos finales de los
versos y creando lo que en poesía se llama ‘ritmo fonético’.(v. t.: métrica)
La rima puede ser
consonante o asonante. La ‘rima consonante’ o ‘perfecta’ es la igualdad de las
letras contando desde la vocal acentuada, ejemplos: monarca, comarca;
palma, alma.
La ‘rima asonante’ o
‘imperfecta’ es aquella en que son iguales solamente la vocal acentuada y la
última del verso, y son distintas las consonantes, ejemplos: calma, plata;
velo, peso.
RITMO:
Para crear la belleza con
la palabra, los escritores se han valido del ritmo, es decir de la repetición
regular de unos acentos o de unas pausas. El ritmo es un fenómeno natural.
Nuestros latidos, nuestra respiración son rítmicos. Cuando oímos la música
percibimos enseguida su ritmo. La poesía puede no tener métrica (medida) pero
sí es necesario que tenga ritmo, musicalidad. Un ejemplo de poesía sin métrica
pero sí con asombroso ritmo es el Nocturno
tercero de José Asunción Silva.
RUEDA DE PRENSA:
“Reunión de periodistas en torno a una figura
pública para escuchar sus declaraciones y dirigirle preguntas.”
S
S:
Vigésima segunda letra
del abecedario español y décimoctava de las consonantes. Su nombre es ‘ese’.
SARCASMO: (v.
ironía)
SAN, SANTO: (v.
Adjetivo, apócope del adjetivo)
SÁTIRA:
Composición poética o en
prosa cuyo objeto es censurar acremente o poner en ridículo a personas o cosas.
También es un discurso o dicho agudo, picante y mordaz que tienen el mismo fin.
En literatura se define
como composición literaria cuyo tema y objetivo es la crítica de defectos,
vicios o errores. Generalmente tiene un tono jocoso y humorístico. Pero,
también puede estar motivada por un interés destructivo. La sátira se ha
cultivado en todos los géneros literarios: épica, lírica y dramática. Las
principales y primeras obras de este género fueron algunas comedias de
Aristófanes, como Las Nubes, obra en la que se hace burla de las doctrinas
de Sócrates.
Este recurso literario es frecuente en las
novelas picarescas, en las de estilo realista del siglo XIX y en muchos autores
contemporáneos.
SATISFACER: (v.Verbo,
otros verbos irregulares de uso común al hablar y escribir)
SE:
Este monosílabo desempeña
en la oración varios oficios:
Pronombre reflexivo (v.) o reflejo, ejemplos: ella se arreagla para salir; se mira en el
espejo; se viste elegantemente. Este aspecto es fácilmente reconocible porque
se le puede añadir la expresión ‘a sí mismo (a)’: se mira a sí mismo en el
espejo; se peina a sí misma para salir.
Signo de voz pasiva (v.), ejemplos: se leyó el acta; se pintaron
los avisos, se vendieron las casas; se hacen helados; se forran botones. En
este caso, equivale a decir: el acta fue leída; los avisos fueron pintados; las
casas fueron vendidas, etc.
Signo de espontaneidad,
ejemplos: Luis se ríe; el agua se sale de la jarra; María se muere de miedo;
Inés se tomó dos vasos de agua.. En este caso, indica la facilidad o el gusto
con el que el sujeto realiza la acción.
Puede suprimirse el ‘se’ sin que la oración pierda su sentido
Pronombre personal (v.).
Algunas veces se usa en lugar del pronombre ‘le’ para evitar el mal sonido en
la oración. En este caso, como ‘se’ remplaza a ‘le’, ese ‘se’ es pronombre
personal; ejemplos: se lo quitaron; se la dieron; se lo preguntaron. En estas
expresiones ‘se’ está en lugar de ‘le’ y equivale a él o a ella. Se usó para
evitar el mal sonido de: le lo quitaron; le la dieron; le lo preguntaron.
En la construcción de
oraciones impersonales reflejas (v.),
no pasivas; sin sujeto agente ni paciente (v.),
ejemplos: aquí se vive muy bien; se habla mucho de política; se piensa en el
futuro; se comenta que no volverás.
En construcciones con
verbos recíprocos (v.), ejemplos: se
aman mucho; se escriben cada semana; se
miran con amor.
En construcciones con
verbos pronominales (v.) .Los verbos
pronominales tienen forma reflexiva
pero el significado no es reflexivo. Casi todos se refieren a acciones
interiores del alma, como: arrepentirse, imaginarse, creerse, examinarse,
apreciarse, etc.; también a movimientos exteriores como: pasearse, subirse,
sentarse, acostarse, dormirse, etc.
SEGÚN:
Esta preposición se
emplea:
Delante de nombres o
pronombres de cosa; significa: ‘conforme’, ‘con arreglo a ‘, ejemplos: La jueza
sentenció según la ley. Mi amiga actúa según
lo dispuesto en el reglamento.
Delante de nombres o
pronombres que designan personas; significa: ‘con arreglo a la opinión o al
testimonio de’, ejemplos: según mis amigos, ella está en lo cierto; según tú,
lo que dice es falso.
SEMA:
Desde la perspectiva del
estudio de la semántica (v), el sema
es la unidad semántica mínima que resulta del análisis de los significados; por
ejemplo: según el estudioso Pottier, el significado ‘silla’ se analiza en
cuatro semas: 1) para sentarse; 2) con
patas; 3) para una persona; 4) con respaldo; además, de rasgos más generales
como: ‘inanimado’ u ‘objeto
SEMANTEMA:
Según el lexicógrafo
Georges Mounin, es un término desaparecido del uso contemporáneo: corresponde
aproximadamente a ‘lexema’ (v.).
Refleja una concepción antigua según la cual sólo los lexemas serían portadores
del sentido (‘semantemas’), mientras que las unidades gramaticales no lo
serían.
SEMÁNTICA:
Es la rama de la
filología (v.) que estudia los
cambios de significación de las palabras. Esos cambios se deben a dos factores;
uno, objetivo y otro, subjetivo.
En este campo es
importante prestar atención al manejo de los sinónimos (v.) y antónimos (v.) y a la connotación (v.) de las palabras. (v. t.:
cambios semánticos), (v. t.: campos semánticos).
SEMASIOLOGÍA.
Semántica. Estudio del
significado. Estudio semántico que parte del signo y de sus relaciones para
llegar a la determinación del concepto.
SEMBLANZA:
Biografía breve. (v. biografía).
SEMEMA:
Es un término de la
semántica, ya poco usado. Equivale a: significado.
SEMIOLOGÍA:
Es la ciencia de la
comunicación; estudia la vida de los signos. Teoría general de los signos (v. semiótica)
SEMIÓTICA:
Es sinónimo de
semiología. Ciencia que estudia los sistemas de signos o códigos. La semiótica
o semiología incluye el lenguaje y otros códigos no lingüísticos. No es raro
encontrar tratados de semiótica que abarcan desde la comunicación no verbal
hasta la filosofía del lenguaje.
La semiótica presenta los
siguientes aspectos:
Un aspecto semántico,
en el que reciben designaciones específicas los signos, es decir, las palabras,
las expresiones y las oraciones.
Un aspecto pragmático,
en el que se indican las relaciones contextuales entre los hablantes y los
signos.
Un aspecto sintáctico
en el que se indican las relaciones formales que existen entre los elementos
que conforman un signo; por ejemplo, entre los sonidos que forman una oración.
SENCILLEZ: (v.
Estilo, cualidades).
SENTENCIA:
Dicho grave y sucinto que
encierra doctrina y moralidad. (v.t.:
aforismo)
SER: (v.
Oración, oraciones de verbo copulativo). (v. t.: Verbo, modelo o paradigma de
conjugación de verbos auxiliares).
SESEO:
Fenómeno fonético propio
de América que consiste en pronunciar la ‘zeta’ o la ‘ce’ delante de ‘e’, ‘i’
con sonido de ‘ese’.
SI; SÍ: (v.
monosílabos)
SIGLAS: (v. acrónimos)
SIGNIFICADO:
Concepto que se une al
significante para constituir un signo lingüístico. (v.comunicación). Los sentidos o efectos de las palabras son:
Significado de base: es
el que a cada palabra le corresponde en el diccionario. Evoca un concepto
preciso y no ofrece ambigüedades.
Significado
contextual: las palabras siempre están
dentro de un contexto, y es éste el que precisa el sentido en que ha sido
empleada cada palabra. Por ejemplo:
‘operación’, su significado de base es: acción o labor necesarias para hacer
una cosa. Su significado contextual: puede ser operación bancaria, operación
militar, operación en el campo de la cirugía, etc.
Significado denotativo (v. denotativo)
Significado connotativo (v. connotación)
SIGNIFICANTE: (v.
comunicación)
SIGNO: (v.
comunicación)
SIGNOS DE PUNTUACIÓN:
Son necesarios en el lenguaje
escrito porque sirven para marcar las pausas, aclarar el sentido de lo escrito
e indicar los matices en la expresión. Además, distribuyen y separan las partes
de la oración.
Los signos de puntuación
nos dicen lo que el autor ha querido expresar. Sin ellos resultaría dudoso y
difícil el significado de los escritos. Los signos indican, además, el estilo
del autor y la intención que tuvo al escribir. Los signos pueden clasificarse
así:
Signos referentes a las
pausas: coma, punto y coma, dos puntos,, punto (seguido y aparte).
Signos relativos a la
entonación: puntos suspensivos, interrogación, exclamación, paréntesis curvo y
diéresis.
Signos referentes a la
distribución del escrito: comillas, guion, raya, dos rayas, asterisco,
paréntesis cuadrado o corchetes.
(v. cada uno de estos signos en el lugar alfabético
que les corresponde).
SÍLABA:
Es el sonido de una o más
letras pronunciadas a un tiempo o en una sola emisión de voz. En cada sílaba
hay, por lo menos, una vocal, ejemplos: pies, flan, hoy. Hasta seis letras
pueden contarse en una sola sílaba, ejemplos: a-griáis; a-griéis.
Clasificación de las
sílabas:
Por el número de letras
monolíteras (una sola
letra): a, e, y, u, o
polilíteras (varias
letras):
bilíteras (dos letras):
ca-si-ta; ca-ma; Te-re-sa
trilíteras (tres letras):
bon-dad; car-tón
Por las vocales de que
constan
simples (una vocal):
bo-ni-to
compuestas (varias
vocales): fue, dio, vio
Por el número de
consonantes de que se componen
incomplejas (una sola
consonante): pa-le-ta
complejas (varias
consonantes): tro-tar; por-tar
Por la colocación de las letras
directas (empiezan por
consonante): me-sa; ca-so
inversas (empiezan por
vocal): is-la; as-ma; ár-bol
mixtas (la vocal va entre
consonantes): rin-cón; ter-cos
Cuando son dos las
consonantes en cualquiera de los tres casos anteriores, se llaman:
directa doble: bra, tru,
bri, etc.
inversa doble: abs, obs,
etc.
mixta doble: trans
Por la letra final de la sílaba
trabadas (acaban en
consonante): cár-cel; san-tos
libres (acaban en vocal):
so-la; de-do; ma-má.
SILEPSIS:
Se hace uso de esta
figura cuando, atendiendo sólo a la representación de los vocablos y no a su
significación, se quebrantan las leyes de la concordancia (v.) en el género (v.) y
en el número (v.), ejemplos: Vuestra
Excelencia es justo y pródigo. Lo que vi era una repugnante criatura: chato,
pelón, sin dientes, hinchado.
SÍMIL: (v.
comparación)
SIMPLE:
Palabra que no se compone
de otras palabras de la misma lengua; se opone a palabra compuesta; ejemplos:
poner (simple), componer (compuesta); ver (simple), prever (compuesta). (v. composición).
SIN.
Esta preposición o
elemento de enlace expresa:
Privación o carencia de
alguna cosa, ejemplos: estamos sin dirigentes; viaja sin dinero.
Con un infinitivo
significa negación de un hecho simultáneo o anterior al que indica el verbo
principal de la oración, ejemplos: vive sin trabajar; habla sin pensar.
Modo, en la frase
preposicional ‘no sin’. El adverbio ‘no’ cuando precede a otra palabra
negativa, como ‘sin’, forma con ella una afirmación atenuada, ejemplo: camina
no sin cierta dificultad. (v. t.:
términos negativos en la frase)
SINCRONÍA: (v.
diacronía)
SINÉCDOQUE: (v.
figuras literarias)
SINÉRESIS.
Es un fenómeno fonético
que consiste en reducir a una sola sílaba, en una misma palabra, vocales que
normalmente se pronuncian en sílabas distintas, como: aho-ra en lugar de:
a-ho-ra; poe-ta en lugar de: po-e-ta. La sinéresis en el verso es considerada como
licencia poética según las normas de la estilística.
SINESTESIA:
Definida por el estudioso
Kayser como: “Fusión de diversas impresiones sensoriales en la expresión
lingüística; ejemplo: A través de la noche que me envuelve,/ la luz de los sonidos me contempla.
(Brentano). En este ejemplo hay sensaciones que mezclan: tacto (“me envuelve”),
oído (“sonidos”) y visión (“contempla”, “luz”)
La Real Academia define
la sinestesia como: “Tropo que consiste en unir dos imágenes o sensaciones
procedentes de diferentes dominios sensoriales, como: soledad sonora; verde
chillón.” Las palabras que expresan propiedades de las cualidades sensibles,
pasan con facilidad del dominio de un sentido al de otro:
De la vista al oído: se habla de un
concierto brillante; ese
hombre tiene una voz apagada.
Del oído a la vista: a mi amiga le gustan los
colores chillones.
Del gusto al oído: ¡Qué voz tan agria!; una dulce armonía; son amargas expresiones.
Del gusto a la vista: dulce sombra; dulce
paisaje.
Del tacto a los otros
sentidos: tiene un olor picante; escuché
expresiones duras; sus blandas
palabras no tuvieron eco.
La semejanza que da
origen a estos cambios o traslaciones no está en los objetos sino en la
importancia, de gusto o disgusto, que producen en la persona las diversas
sensaciones.
La sinestesia la
utilizaron mucho los poetas románticos y los simbolistas. Al usar esta figura
literaria es necesario no perder el sentido de la medida; no permitir el
desenfreno para evitar que la expresión adquiera una excesiva complicación. La
norma es no perder de vista la transparencia del estilo.
SINGULAR: (v.
número)
SINGULARIDAD DE
PROPÓSITO: (v. construcción lógica)
SINO:
Conjunción (v.) adversativa con la que se contrapone
a un concepto negativo otro afirmativo, ejemplos: no lo hizo Juan sino Inés. No
vino a la conferencia sino que se fue a cine. Cuando le precede una negación,
equivale a ‘solamente’ o ‘tan ‘solo’, ejemplo: no te pido sino que me oigas con
paciencia. Cuando ‘sino’ es conjunción se pronuncia como palabra grave, con el
acento prosódico (v.) en la penúltima
sílaba, no se le marca tilde por terminar en vocal, y no debe partirse al
escribirla.
Suele confundirse con:
SI NO; en este caso, se trata de la
conjunción condicional ‘si’ y el adverbio de negación ‘no’; se escribe separado
y el acento prosódico ((v.) se hace
en el monosílabo ‘no’. Es fácil de distinguir del anterior ‘sino’ porque entre
ambas palabras pueden intercalarse uno o varios vocablos, ejemplos: si no lee
el libro no podrá emitir un juicio (si usted, amigo, no le lee el libro...); si
no llueve, vendré a la cita (si mañana por la tarde no llueve, vendré...)
SINONIMIA:
Es el estudio de los
sinónimos. (v.)
SINÓNIMOS:
Son los vocablos o
palabras que tienen escritura diferente pero significado parecido o que ofrecen
matices en su semejanza, ejemplos: viejo, antiguo, anciano.
Los matices: ‘viejo’ es
lo contrario de nuevo; ‘antiguo’ es lo contrario de lo moderno; ‘anciano’ es lo
contrario de joven’. Lo ‘anciano’ se refiere más a la edad; lo ‘antiguo’ a la duración
del tiempo, y lo ‘viejo’ a los estragos que causa el tiempo. Es adecuado
decir: un padre anciano; una nación
antigua; un vestido viejo.
Temor, miedo, pavor. Los
matices: El. temor se relaciona con el respeto y es propio de los que reconocen
que el mal ofende; por eso se dice: temor de (o a)Dios; temor de la justicia.
El miedo supone flaqueza de ánimo, cobardía, es una emoción común; se dice:
miedo a los asesinos; miedo a las tempestades. El pavor es el mismo miedo como
resultado de un suceso desgraciado o espantoso, ejemplo: el ejército sintió
pavor al ser vencido. El estudio de los sinónimos se llama ‘sinonimia’
SINTAGMA:
Para Saussure un
‘sintagma’ es la combinación de dos o más unidades consecutivas en la cadena
hablada, por ejemplo: cada hombre; un
tremendo crimen; las niñas están asustadas; si tienes hambre, toma leche.
El sentido del vocablo
‘sintagma’ deriva de lo que Saussure denomina “relaciones sintagmáticas” en el
discurso, opuestas a las relaciones asociativas. Hay sintagmas nominales (SN), sintagmas
verbales (SV), sintagmas preposicionales (SPrep.), sintagmas adverbiales
(SAdv.). (v. gramática generativa y
transformacional)
SINTAXIS:
Como reacción a la
gramática tradicional que establecía relaciones entre las unidades del lenguaje
basadas en presuposiciones lógicas y filosóficas, el Estructuralismo (v. gramática estructural) en Europa y la
escuela de Bloomfield en los Estados Unidos adoptaron una actitud encaminada al
análisis de todas las relaciones objetivables
en las oraciones concretas dadas. Dichas relaciones constituyen el
sentido total de la oración y no el análisis de las unidades aisladas que la
forman.
La sintaxis es, pues, la
ciencia que enseña a coordinar y a unir las palabras para formar oraciones.
Atiende a los elementos básicos de la oración: sujeto-verbo-objeto, modelo de
estructura sintáctica a la que pertenece el idioma español. Se divide en
‘sintaxis regular’ y ‘sintaxis figurada’. La primera exige que los enlaces en
las palabras se hagan de manera lógica y sencilla. Tiene una construcción
descendente; es decir, los vocablos se
ordenan en la oración de manera que cada uno esté determinando o modificando al
que le precede.
La ‘sintaxis figurada’
autoriza el uso de las figuras de construcción (v.). En ambas sintaxis es necesario conocer la estructura de las
palabras: derivación (v.),
composición (v.) parasíntesis (v.), la concordancia y armonía entre ellas: sustantivos con
artículos y adjetivos; pronombres y sustantivos y verbos; adjetivos y verbos
con adverbios.
SINTAXIS FIGURADA:
Permite algunas licencias
contrarias a la sintaxis regular con el fin de dar energía o elegancia a
algunas expresiones, en virtud de ciertos factores ´sicológicos. Altera el
orden de las palabras, omite algunas y aumenta otras, licencias no permitidas
por la sintaxis regular.
Sin embargo, hay que
tener cuidado con la sintaxis figurada porque cuando se altera el orden en el
cual deben ir los vocablos, pueden presentarse problemas de ambigüedades o de
falta de elegancia en el lenguaje, (v.t.:
figuras de construcción)
SÍSTOLE: (v. diástole)
SO:
Es una preposición (v.) que equivale a ‘bajo’ o ‘debajo de’.
Expresa una idea de inferioridad y se emplea con carácter arcaizante, es decir,
un arcaísmo (v. arcaísmos). Tiene muy
poco uso en la lengua española puesto que sólo se usa con los sustantivos:
capa, color, pena, pretexto.. Y en esos casos también suena como un arcaísmo;
ejemplos: so capa de humildad; so pena de ser juzgado; so pretexto de
inocencia.
A veces, aparece en
poesía. También se antepone a nombres o adjetivos insultantes, como: so
bellaco; so cretino; so ridículo; so ruin.
SOBRE:
Es una preposición (v.) o elemento de enlace (v.) e indica:
Punto de apoyo, ejemplo:
lo puso sobre el armario. En sentido figurado, implica base o garantía en
relación con un préstamo, ejemplo: prestó dinero sobre bienes raíces.
Superioridad, mayor
elevación en lo material, ejemplo: el águila vuela sobre los montes. En sentido
figurado, confiere una mayor dignidad, ejemplo: el general está por sobre los
soldados.
Posterioridad, ejemplo:
sobre cena, sobremesa.
Reiteración, acumulación,
ejemplo: desgracia sobre desgracia; penas sobre penas.
Asunto, ejemplo: leyó
sobre la historia de Colombia. Sabe mucho sobre Cervantes.
Inmediación, cercanía,
proximidad, ejemplo: los soldados están ya sobre la tropa enemiga. También se
usa en cantidades, números o fechas, ejemplo. En esta biblioteca van ya sobre
los ochocientos volúmenes. (Es incorrecto usar ‘sobre’ por ‘de’ en casos como
estos: asistieron cuarenta sobre los cuarenta y cinco; debe decirse: asistieron
cuarenta de los cuarenta y cinco que habían citado).
Equivale a la expresión
‘además de’, ejemplo: sobre ladrón, es grosero.
Esta preposición puede
modificar el sentido de algunos verbos: ‘tomar sobre sí’ es igual a: tomar a su
cargo; ‘estar sobre sí’ es igual a: estar con cuidado, atención y cautela,
estar engreído y pagado de sí propio; ‘ir sobre algo’ es igual a: comprometerse
a algo, influir sobre alguien o algo.
Forma numerosas frases
adverbiales, como: ‘estar sobre aviso’ (con advertencia, con prevención,
alerta). ‘Ir sobre seguro’ (sin arriesgar nada).
SOBRESDRÚJULAS:
Son las palabras que
tienen el acento en la sílaba anterior a la antepenúltima; todas llevan tilde;
ejemplos: dígaselo; cómpremelo.
SOCIOLECTO:
Variedad en el uso de la
lengua, propia de un grupo social; también se le llama dialecto social. Este
término puede referirse a diferencias de nivel de lenguas, a variedades
profesionales. (v. jerga, argot).
SOLECISMO:
Es un error cometido
contra la exactitud y casticidad del idioma; un vicio de construcción
sintáctica, ejemplos: me se olvidó, en lugar de lo correcto: se me olvidó. Olla
a presión, en lugar de olla de presión. Y ¿qué tú dices?, en lugar del
correcto: y tú ¿qué dices? Visita los amigos, en lugar de: visita ‘a’ los
amigos. Se venden medias para señoras de seda, en lugar de: se venden medias de
seda para señora. Cualesquiera persona que hable, en lugar de: cualquiera
persona o cualesquiera personas...Cuando volví en sí, en lugar de: cuando volví
en mí, cuando volviste en ti, cuando volvió en sí. Eso es distinto a los demás,
en lugar de: es distinto ‘de’ los demás. Problemas a resolver, en lugar de:
problemas ‘por’ resolver, problemas que es preciso resolver. Vaso con agua,
vaso con leche, en lugar de los correctos: vaso ‘de’ agua, vaso ‘de’ leche.
SOLDAR: (v.
Verbo, otros verbos irregulares de uso común al hablar y escribir)
SOLER: (v.
Verbo, otros verbos irregulares de uso común al
hablar y escribir)
SONIDO:
Los sonidos son la
realización de los fonemas (v.). Son
entidades concretas pertenecientes al habla. El sonido es producido mediante la
articulación. (v. t.: fonética,
fonología).
SU:
Es un adjetivo posesivo
difícil de emplear por las ambigüedades que presenta. Ejemplo: el equipo
Nacional ganó al equipo Caldas en su campo. ¿En qué campo? Ese vocablo ‘su’ no
lo aclara. ¿Es el campo del Nacional o el del Caldas? Si es el del Nacional
habría que decir: el Nacional, en su campo, ganó al Caldas. Y si es el campo
del Caldas, lo correcto es decir: el Caldas, en su campo, pierde frente al
Nacional.
Los especialistas del
lenguaje, entre ellos el gramático Samuel Gili Gaya, recomiendan lo siguiente
en el uso del posesivo ‘su’:
Evitar la oscuridad en el
mensaje utilizando el ‘su’ de tal manera que se refiera al sustantivo más cercano.
Véase el ejemplo anterior.
Emplear construcciones
indirectas pronominales. En lugar de la expresión: se le llenaron sus ojos de
lágrimas, conviene decir: se le llenaron ‘los’ ojos de lágrimas.
Para evitar la vaguedad,
es bueno añadir al vocablo ‘su’ el nombre del poseedor, o el pronombre que lo
represente, acompañado de la preposición ‘de’. Ejemplos: su casa de Luisa
(mejor: la casa de Luisa); su casa de ellos (mejor: la casa de ellos); su casa
de usted (mejor: la casa de usted); su padre de él (mejor: el padre de él).
SUFIJOS:
La lingüística histórica
define el sufijo como un elemento de formación que se agrega al final de una
raíz (v.) o de un radical (v.), para formar un derivado (v. derivación). El sufijo es considerado
como un morfema (v.)
Los sufijos griegos son
de mucha utilidad en las ciencias y en la formación de incontables palabras,
algunos de ellos son:
Sufijo
significado ejemplos
Algia (‘algos’) dolor
cefalalgia, gastralgia
Cracia (‘kratos’) dominio, autoridad,
poder autocracia, democracia,
plutocracia
Filo (‘philos’) amigo, aficionado bibliófilo, termófilo
Fobia (‘phobos’) horror, odio fotofobia,
hidrofobia
Fono (‘phone’) voz, sonido teléfono
Grafía (‘graphein’) describir, grabar biografía, etnografía,
litografía
Ica o tica (‘tikos’) perteneciente a aritmética, botánica,
fonética, óptica.
Terapia
(‘therapeia’) curación aeroterapia,
hidroterapia, radioterapia.
Otras clases de sufijos
en español son:
Para formar sustantivos
abstractos: ANZA: confianza. HACIA: audacia. ACION: información. ICION:
definición. ANCIA: abundancia. ICIA: avaricia. ITUD: gratitud. IA: cortesía.
EZ: vejez, y otros.
Para formar adjetivos
gentilicios (v. gentilicios): ENSE:
londinense. ANO: peruano. ECO: guatemalteco. ENO: chileno. EGO: gallego. ITA:
israelita, y otros más.
Para formar adjetivos
derivados de sustantivos: OSO (A): poderoso (a).
Para formar despectivos:
ACO: libraco. ACHO: populacho. ALLA: canalla. ASTRO: poetastro. UZA: gentuza.
ORRIO: villorrio. ACHON: richachón. ERO: grosero, etc.
Para formar nombres de
ocupaciones, oficios o profesiones: ADOR: contador. DOR, TOR: pulidor, pintor.
ARIO: boticario. AZGO: almirantazgo. SOR: profesor. ERO: barbero. etc.
Para formar nombres
colectivos: AJE: ramaje. ADA: boyada. ERO: hormiguero. EDO: viñedo. ARIO:
rosario. ENA: docena. AL: arrozal. AR: palmar. IO: gentío. EDA: humareda, y
otros más.
Para formar nombres
aumentativos: ON: paredón. ONA: mujerona. AZO: perrazo. OTE: animalote, etc.
Para formar nombres
patronímicos (v. apellidos): AZ:
Díaz. EZ: Pérez. IZ: Ortiz. OZ: Muñoz, etc.
Para formar nombres
diminutivos: ITO (A): niñito (a). ILLO: pelillo. ICO: gatico. IN: botiquín.
UELO: pañuelo.
Para formar adjetivos:
ABLE: apreciable. IBLE: horrible. IVO: deportivo. ICO: patriótico. ERO:
callejero. IZO: enfermizo. EO: áureo. ESTRE: silvestre. ANTE: triunfante. ENTE:
valiente. AL: formal. USCO: verdusco. UZCO: negruzco. UDO: narigudo, etc.
En la formación de
algunos diminutivos hay que usar incrementos o infijos (v.), ejemplos.
Conde-C-ito;
corazon-C-ito; pan-EC-illo; flor-EC-illa; pie-CEC-ito; ladron-Z-uelo.
SUJETO:
Es el término de la
oración que funciona como actor (el perro
ladra) o como soporte (la calle es
ancha). Definido de manera diferente, el
sujeto es la palabra o conjunto de palabas que expresan un concepto del cual se
predica, es decir, se afirma o se niega algo. La afirmación o negación constituyen
el ‘predicado’ de la oración (v.).
El sujeto puede estar
representado por:
Un sustantivo o cualquier
parte de la oración sustantivada, ejemplos: la ‘niña’ canta. El ‘¡ay!’ del herido
estremece. Un ‘no’ fue su respuesta.
Un pronombre, ejemplos: ‘tú’ asistirás
a la conferencia. ‘Nosotras’ lo dijimos. ‘Ellos’ no miraron el trabajo
realizado.
Un adjetivo sustantivado, ejemplos: los ‘pobres’
sufren. Los ‘intelectuales’ son muchos.
Un verbo en infinitivo
con artículo o sin él, ejemplos: ‘saltar’ es agradable. El ‘dar’ alegra el
corazón. El ‘trotar’ es buen ejercicio. ‘Cantar’ es recrearnos.
Una oración entera, o un
conjunto expresivo, ejemplos: ‘El sí de las niñas’ es una obra literaria. ‘Dar limosna a los
pobres’ es un deber cristiano.
El sujeto de la oración
puede ser ‘simple’, ejemplos: Gabriel es del equipo. María escribe una carta. O
puede ser compuesto, ejemplos: Gabriel y María leen mucho. Juan e Inés bailan.
El sujeto puede ser:
Agente: cuando ejecuta la acción
del verbo: el perro ladra.
Paciente: cuando recibe la acción
del verbo: el perro fue maltratado.
Causativo: cuando es la causa de
que otro ejecute la acción del verbo, ejemplo: el dinero hace ricos. El sujeto
‘dinero’ no realiza la acción del verbo ‘hacer’, sino que es la causa.
De estado: cuando se construye con
verbos de estado: estar, quedar, ejemplos: el joven está enfermo: La señora
quedó pobre.
Elíptico: cuando no va expreso,
pero se adivina por el contexto de la frase, ejemplo: cantas como un ángel
(tú).
Desinencial: cuando va indicado por
la terminación del verbo, ejemplo: ‘dime’ con quién ‘andas’ y te ‘diré’ quién
‘eres’. Se llama también ‘sujeto tácito’ porque está callado u oculto.
Oracional: cuando es toda una
oración, ejemplo: ‘callarnos a tiempo’ es sabiduría’.
Puede no existir, y entonces se presenta
el caso de la ‘oración impersonal’ (v.), ejemplos: nevaba mucho, llueve
torrencialmente.
En el sujeto, fuera del
‘núcleo’ que es la palabra principal, puede haber otros sustantivos que se
juntan a éste, ejemplos: el poeta ‘soldado’ pereció en el combate. La dama
‘amiga de sus hermanos’ le confió un secreto. (v. t.: aposición)..
SUJETO AGENTE: (v.
Oración, oraciones de pasiva).
SUJETO PACIENTE: (v.
Oración, oraciones de pasiva).
SUPERESTRATO:
Se denomina superestrato
a los elementos de una lengua hablada juntamente con otra, que no logró
imponerse y dejó sólo testimonios; puede hablarse del superestrato germánico en
el vocabulario francés, o del castellano en el guaraní.
SUPERLATIVO: (v. Adjetivo, grados).
SUSTANTIVACIÓN:
Se refiere a las palabras
sustantivadas: son las que no siendo propiamente sustantivos pueden emplearse
como tales. Se sustantivan anteponiendo el artículo o determinante (v.). Las partes de la oración que
pueden sustantivarse (hacer las veces del sustantivo) son:
El pronombre, ejemplos: el ‘yo’
egoísta; el ‘nosotros’ tan repetido
El adjetivo, ejemplos: el ‘pecador’
arrepentido; los ‘estudiantes’ consagrados.
El verbo, ejemplos: el triste ‘caminar’ de la vejez; el ‘cantar’
de las jóvenes.
El adverbio, ejemplos: eso es un ‘mal’
menor; lo ‘mucho’ que regalas.
La preposición, ejemplo: le gusta llevar
la ‘contra’;
La conjunción, ejemplo: no sé el
‘porqué’.
7) La interjección, ejemplo: se oyó un
¡ay! aterrador.
SUSTANTIVO:
En opinión del maestro
Fernando Lázaro Carreter, ‘nombre’ es un término con el que se designa a la vez
el adjetivo y el sustantivo. Así se unió en la Antigüedad con una designación
común estas dos partes del discurso. La separación de las dos categorías data
de la Edad Media. El término ‘nombre’ alude por antonomasia al ‘nombre
sustantivo’ y alterna en el uso corriente, como sinónimo de ‘sustantivo’.
Dice el tratadista Bruno
Snell que el sustantivo designa un ‘objeto’ que ‘es’, que está objetivamente
frente a nosotros en su ‘ser’. El adjetivo no designa, como el sustantivo, algo
que ‘es’, no designa un objeto sino lo que un objeto ‘tiene’, lo que puede
tener en mayor o menor grado.
Categorización de los
nombres o sustantivos:
Concretos:
========
Nombre o sustantivo
concreto es un objeto o referente, real o imaginario, existente por sí o en sí.
Casi siempre se refiere a seres o entes perceptibles de alguna manera. Se
dividen en:
Nombre común o apelativo.
Nombre propio
El nombre o sustantivo
concreto común o apelativo presenta mayor facilidad para distinguirlo en cuanto
al género y al número, y puede llevar un morfema (v.) o artículo; lo que no ocurre con el nombre propio. Se divide
en:
Individual.
Colectivo
El sustantivo concreto
común o apelativo individual puede designar un humano (hombre, niño, señora,
estudiante) o no humano (piedra, río, montaña, casa, mesa).
El sustantivo concreto
común o apelativo colectivo designa conjuntos de humanos (colegio, iglesia,
comunidad, congreso, universidad) y no humanos (hormiguero, ramaje, boscaje).
Nombre concreto propio:
Es un sustantivo más
individualizador, denominativo y denotativo que el sustantivo común. Designa al
individuo, y se escribe siempre con mayúscula. Se divide en:
Topónimos
Antropónimos
El sustantivo o nombre
concreto propio topónimo (v.t.:. toponimia) designa lugares
(Medellín, Bogotá, Colombia, Perú, Francia). Los nombres de ríos, montañas,
lagos, etc. también se catalogan dentro de esta división (Orinoco, Cauca,
Laguna de Tota, Cordillera de los Andes).
El sustantivo concreto
propio antropónimo designa a las personas (Pedro, Inés, Margarita, Lucía, José, Luis)
Abstractos:
=========
Nombre o sustantivo
abstracto es un referente que sólo existe en nuestro entendimiento. Alude a series
de cualidades o notas de algún objeto o proceso. Es la consecuencia de un
proceso de abstracción realizado en la mente.
Se dividen en:
Cuantitativos
No cuantitativos
Sustantivos abstractos
cuantitativos: en éstos se incluyen los que
expresan una cantidad (un ciento, un millar, un millón).
Los sustantivos
abstractos no cuantitativos se dividen en:
De cualidad
De fenómeno
Los sustantivos
abstractos no cuantitativos de cualidad se derivan de un adjetivo calificativo (bondad, de
bondadoso; alegría, de alegre; pureza, de puro;
caridad, de caritativo).
Los sustantivos
abstractos no cuantitativos de fenómeno se derivan de verbos (amor, de amar; aplicación, de aplicar; terminación, de
terminar; duda, de dudar).
Una anterior
clasificación del nombre o sustantivo, muy conocida, es la siguiente:
Por su significado: sustantivo concreto, el
que designa seres reales o que se pueden representar como tales (mesa, perro,
niño). Abstracto el que designa cualidades que poseen los nombres concretos
(sabiduría, belleza, valentía).
Por su extensión: común, el que conviene a
todas las personas, animales o cosas de la misma especie (hombre, caballo,
mesa). Propio, el que designa una persona, animal o cosa en particular (Luisa,
Bogotá, Amazonas, Rocinante).
Por su origen: primitivo, el que no procede de ninguna otra
palabra (reloj, pan, dulce). Derivado, el que proviene de otra palabra
(relojería, panadero, dulcería).(v. t.:
derivación). Los sustantivos derivados se dividen en:
Gentilicios, los que
indican nación, región, ciudad de donde se es oriundo (francés, moscovita,,
español) (v. gentilicios)
Patronímicos, son los
apellidos derivados del nombre de los padres (Fernández de Fernando; González
de Gonzalo; Díaz de Diego). (v.
apellidos).
Aumentativos, son los que
aumentan el significado, llevan sufijos específicos como: ON, AZO, ONA (v. sufijos).
Diminutivos, son los que
disminuyen el significado, llevan sufijos específicos como: ITA, ILLO, (v. sufijos).
Despectivos, indican
mofa, desprecio, llevan sufijos: UZA, ORRIO. (v. sufijos)
Verbales son los
derivados de un verbo: escribano de escribir; estudiante de estudiar.
Parasintéticos, son los
sustantivos derivados y compuestos a la vez (internacional) (v parasíntesis).
Colectivos, los que en forma
singular expresan varias personas, animales, cosas (arboleda, asamblea,
colegio).
Partitivos, indican una
de las partes en que puede dividirse un todo (mitad, tercio).
Múltiplos, indican el
número de veces que una cantidad comprende en sí misma otra inferior (duplo,
triple).
Género del sustantivo : (v,
género).
Número del sustantivo: (v. número).
Oficios del sustantivo: (v. caso)
SUSTRATOS LINGÜÍSTICOS:
Dos lenguas están en
contacto cuando se hablan al mismo tiempo en una comunidad, por ejemplo, el
inglés y el español en algunas ciudades de Estados Unidos; el gallego y el
castellano o español en Galicia (España).
Estos dos idiomas pueden
terminar mezclándose, o una de la dos puede expulsar a la otra, o desterrarla,
hasta que sólo queden muy raras muestras o vestigios. La primera lengua que
existió, de las dos que estuvieron en contacto, es la llamada sustrato o substrato.
T
T:
Vigésima tercera letra
del abecedario español y decimonona de sus consonantes. Su nombre es ‘te’. Dice
la Real Academia que hay muy pocas sílabas que terminen con el sonido de la
‘te’, tales como: at-mósfera, at-las, ist-mo. Como final de palabra sólo puede
encontrarse en un reducido número de vocablos extranjeros, por lo general,
palabras derivadas del latín o del griego, como: déficit, accésit, cenit,
azimut.
TAL:
(Del latín ‘talis’) Esta
voz, lo mismo que ‘tanto’ tiene el doble carácter de adjetivo y pronombre. Es
adjetivo cuando acompaña a un
sustantivo, ejemplo: mientras él andaba en tal fiesta, su amiga dormía. Cuando
va solo, refiriéndose a un sustantivo, es un pronombre; equivale a:’tal cosa’,
ejemplo: pretenden que confiese el crimen, no hará tal. Cuando es pronombre
carece de plural.
Se contrapone a ‘cual’ en
las oraciones comparativas (v. adjetivo),
ejemplo: ella es tal cual la describió; lo mismo se antepone al vocablo ‘como’,
ejemplo: lo copió tal como se lo había indicado.
El vocablo ‘tal’ funciona
como adverbio en algunas oraciones condicionales (v.), en unión de la preposición ‘con’, que le precede, y seguido
de la conjunción ‘que’, ejemplo: te guardaré el puesto con tal que no tardes
(es decir: ‘si no tardas’).
Con el vocablo ‘tal’ y el
sustantivo ‘vez’ se forman dos modos adverbiales. Uno de ellos, que el
gramático Andrés Bello escribía en una sola palabra, significa ‘quizá’ o
‘quizás’, y es casi el único que se emplea hoy; expresa duda, ejemplos: tal vez
venga; tal vez me escuches (quizá venga; quizás me escuches).
TAN, TANTO:
‘Tan’ es la forma
apocopada (v. apócope) de tanto, en
su calidad de adverbio, cuando le sigue inmediatamente otro adverbio, un
adjetivo o un participio, ejemplos: tan cerca; tan lejos; tan así; tan bueno;
tan escaso; tan rendido; tan amado, etc.
Según la Real Academia,
se exceptúan de esta regla los comparativos: mejor, peor, mayor, menor, puesto
que debe decirse: tanto mejor; tanto peor; tanto mayor; tanto menor. Pero
existen las formas ponderativas en las cuales sí se apocopa, ejemplos: sigue
tan mejor que ya se levanta; las niñas son ya tan mayores que necesitan
divertirse con sus amigos. A la norma de la Academia debe agregarse, entonces,
que sólo se aplica cuando los vocablos señalados son comparativos y van en
frases comparativas.
Tanto, tiene doble
carácter de adjetivo y pronombre. Adjetivo cuando determina al sustantivo, ejemplo:
“tanto inocente amor,/ tanta alegría,/ tantas delicias y delirio tanto.”
(Espronceda).
Es pronombre si dicho
vocablo va solo y se refiere a un sustantivo sobrentendido, ejemplos: no diría
yo tanto; no podría amarlo tanto.
‘Tanto’ antecede a
‘cuanto’, ejemplo: recogió tanto cuanto
pudo, pues la cosecha fue abundante.
En la gramática
tradicional se combatió fuertemente la expresión ‘por lo tanto’; la tildaron de
‘modismo’, y los grandes escritores sólo usaban la forma ‘por tanto’: Hoy, son
dos conjunciones (v.) correctas
aceptadas por la Real Academia: por tanto, por lo tanto.
TAÑER: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso
común en el hablar y escribir)
TAUTOLOGÍA:
En la primera Gramática
de nuestro idioma escrita por Elio Antonio de Nebrija (1492), el vocablo
‘tautología’ se define así: “Es cuando una mesma palabra se repite, como
diziendo io mesmo ne vo por el camino,
por que tanto vale como io vo por el camino; i llámase
tautología, que quiere dezir repetición dela mesma palabra.”
En 1982, el lingüista
Georges Mounin, define el vocablo así: “Pleonasmo: En retórica, repetición, en
una misma expresión o en un mismo enunciado, de un significado con
significantes diferentes. El pleonasmo puede referirse a una palabra, a una
expresión o a un enunciado. La repetición de una idea se llama tautología.” (v. pleonasmo).
TECNOLETOS:
Son los vocablos técnicos
especiales de las ciencias. La Real Academia los registra en su Diccionario
como ‘tecnicismos’ y los define como: “voces técnicas empleadas en el lenguaje
de un arte, ciencia, tecnología, oficio, etc. Aquí cabrían todos los vocablos
que las o los computadores (ordenadores, como dicen los españoles) están
poniendo en marcha: ciberespacio, cibernauta, multimedia, cibertienda,
hipertexto, etc.
TEMBLAR: (v.
Verbo, otros. verbos irregulares de uso común en el hablar y escribir)
TEMPLAR:
Es un verbo regular,
pertenece a la primera conjugación y no presenta variaciones al ser conjugado.
No debe confundirse con el verbo temblar.
TERCERO, TERCER: (v.
ciento, cien)
TERCETO:
Estrofa de tres versos
endecasílabos. Es poco frecuente el empleo del terceto solo o independiente.
Los versos del terceto riman así: el primero con el tercero; queda libre el
segundo que rima con el primero y el tercero del terceto siguiente, ejemplo:
Nadie más cortesano ni
pulido
que nuestro Rey Felipe,
que Dios guarde,
siempre de negro hasta
los pies vestido.
Es pálida su tez como la
tarde;
cansado el oro de su pelo
undoso,
y de sus ojos, el azul,
cobarde.
Sobre su augusto pecho
generoso
ni joyeles perturban ni
cadenas
el negro terciopelo silencioso.
............................................
(Antonio Machado;
español)
TÉRMINOS NEGATIVOS EN LA
FRASE:
Si en la frase figuran
dos o más términos negativos, es necesario que uno de ellos, por lo menos, vaya
delante del verbo y en particular cuando se trata del adverbio ‘no’, ejemplos:
‘nadie’ me dijo ‘nunca’ tales cosas. ‘No’ lo cuente ‘jamás’ a ‘nadie’.
Los adverbios ‘jamás’ y
‘nunca’ y los pronombres indefinidos ‘nadie’, ‘nada’, ‘ninguno’ pueden
sustituir el vocablo ‘no’, o acompañarlo para reforzar el sentido de la frase
negativa, ejemplos: ‘nada’ tengo; ‘nunca’ lo imaginé; ‘jamás’ lo haré; a
‘nadie’ temo.
El origen de estos
adverbios y palabras no tiene alcance negativo, sino de refuerzo de la
negación. En la expresión: ‘por siempre jamás’ aparece el sentido primitivo de
esta palabra, ejemplo: te lo agradeceré por siempre jamás; aquí, tiene carácter
afirmativo reforzado (jamás = ya más).
En español, dos
negaciones no afirman. Puede, a veces, quedar neutralizada la negación
precedida de la preposición ‘sin’, ejemplo: no sin dificultad lo consiguió; es
decir, con dificultad. (v. t.: no)
Todas las locuciones o
frases adverbiales se deben formar con la palabra nada, y no con el vocablo
‘nadie’ como suele hacerse. Lo correcto es decir: ‘nada menos’ para ponderar la
autoridad, importancia o excelencia de una persona o cosa, ejemplos: lo dijo
‘nada menos’ que el Papa en una encíclica. Le regaló ‘nada menos’ que la última
versión de la Biblia.
TEXTO:
Este término puede
designar no sólo un documento escrito, sino cualquier corpus (v.) utilizado por el lingüista. Además,
puede definirse como conjunto de palabras que componen un documento escrito.
Pasaje citado de una obra literaria. Por antonomasia, sentencia de la Sagrada
Escritura. Es también, todo lo que se dice en el cuerpo de una obra manuscrita
o impresa, a excepción de la portada, las notas, los índices, etc.
TIEMPO:
Tiempo es la forma que
adopta el verbo para fijar la época en que la acción se desarrolla.
Es tiempo simple si se
conjuga sin el auxilio de otro verbo; es tiempo compuesto si está formado por
el participio pasado y un tiempo del verbo auxiliar ‘haber’.
El modo indicativo (v. modo) tiene los siguientes tiempos simples:
Presente, expresa las acciones que
coinciden con el acto de la palabra; es el llamado ‘presente actual’ (yo
escribo). Cuando expresa actos repetidos o acostumbrados que no se producen en
el momento en que se habla, se llama ‘presente habitual’ (me levanto a las
siete). Cuando se utiliza para narrar hechos pasados se llama ‘presente
histórico’ (Colón descubre América en el año de 1492, en vez de ‘descubrió’). A
veces, se usa para hacer referencia a hechos futuros, ejemplo: María se casa
(por ‘se casará’) el domingo, es el llamado ‘presente con aspecto de futuro’.
Pretérito indefinido: expresa la acción pasada
e independiente del momento en que se habla; es un pasado ya consumado, que no
indica conexión con el presente (tú leíste)
Pretérito imperfecto: la acción pasada que
expresa interesa sólo en su duración y no en su terminación, en su final (ella
cantaba). Este tiempo da a la acción verbal un aspecto de mayor duración que
los demás pretéritos.
Futuro imperfecto: expresa la acción
venidera (tú leerás). A veces, se utiliza para indicar probabilidad o
suposición (tendrá veinte años, serán las cuatro).
Potencial simple (la gramática
tradicional lo clasificaba como modo; desde hace varios años, es un
tiempo del modo indicativo); indica una acción venidera, considerada desde el
pasado (él dijo que volvería; me
aseguraron que cantarías en la
reunión). En oraciones simples (v.
oración) el potencial simple significa posibilidad ( serían las diez;
tendría en esa época unos veinte años; me gustaría escribir).
El modo indicativo tiene
los siguientes tiempos compuestos
Pretérito perfecto: Denota una acción pasada
cuyo resultado guarda cierta importancia para el que habla. Tiene una relación
próxima con el presente. Cuando un orador acaba su discurso con la fórmula ‘he
dicho’, sitúa su discurso en un pasado inmediato (ha escrito, hemos dicho, habéis
terminado, han trabajado)
Pretérito anterior: expresa una acción
pasada anterior a otra también pasada; su característica es que denota la
anterioridad inmediata, es decir, que las dos acciones se producen sin
interrupción (apenas hubo salido el
sol, se fueron).
Pretérito
pluscuamperfecto: expresa una acción pasada anterior a otra también pasada, pero no
inmediata; puede haber transcurrido mucho tiempo entre las dos oraciones
(desobedeció a quien tanto la había
ayudado)
Futuro perfecto: expresa la acción
venidera, anterior a otra también venidera (cuando tú llegues ya habremos terminado el trabajo). También
indica suposición (ya habrán dado las
doce; no habré sabido expresar mi
sentimiento).
Potencial compuesto: expresa una acción
futura en relación con un momento pasado, si bien aquella es anterior a otra
acción (nos prometieron que cuando volviéramos
habrían hecho todo el trabajo.
También expresa posibilidad o suposición (habrían
dado las doce cuando llegamos).
NOTA: La gramática
tradicional y sus seguidores clasificaban el Potencial, (simple y compuesto),
como si fuera un Modo; hoy, se define el Potencial como tiempo del modo
indicativo.
El modo subjuntivo (v. modo) tiene los siguientes tiempos simples:
Presente: sirve para expresar no
sólo acciones presentes, sino también las futuras (dudo que esté aquí; deseo que estemos todos).
Pretérito imperfecto: este tiempo del
subjuntivo reúne los valores que en el indicativo corresponden al pretérito
indefinido, al pretérito imperfecto y al potencial simple. Estas son las
correspondencias: creo que llegó (indicativo)
= no creo que llegara
(subjuntivo); creí que llegaba
(indicativo) = no creí que llegara (subjuntivo); creía que llegaría (indicativo) = no creía
que llegara.
Futuro: casi no se emplea,
solamente se usa en la lengua clásica. También se le llama FUTURO HIPOTÉTICO
porque expresa el hecho como posible, que puede suceder o no, (amare, amares, amare...)
El modo subjuntivo tiene
los siguientes tiempos compuestos:
Pretérito perfecto: corresponde al pretérito
perfecto y al futuro perfecto del indicativo. Estas son las correspondencias:
creo que ha llegado (indicativo) = no creo que haya llegado (subjuntivo); creo que habrá llegado (indicativo) = no
creo que haya llegado (subjuntivo).
Pretérito
pluscuamperfecto: expresa los mismos valores temporales que corresponden al
pluscuamperfecto y al potencial compuesto del indicativo. Correspondencias:
creía que había llegado (indicativo) =
no creía que hubiera o hubiese
llegado (subjuntivo); creía que habría llegado (indicativo) = no creía que hubiera o hubiese llegado (subjuntivo).
Futuro perfecto: no se usa sino en la
lengua literaria, igual que el futuro simple. (hubiere amado, hubieres
amado, hubiéremos amado...).
El modo imperativo (v. modo) no tiene más que un tiempo que
es el presente.
Carece de la primera
persona. Sus dos formas más comunes y usadas son la segunda persona del
singular y la segunda del plural. Las demás personas gramaticales de este
presente coinciden con el presente del subjuntivo (ama tú, amad vosotras). (v. t.: Verbo, conjugación).
TILDE:
La Real Academia califica
este término como ‘ambiguo’; es decir, admite los dos artículos: la tilde, el
tilde. Y lo define así: “rasgo que se pone sobre algunas letras. Acento
ortográfico. Uso figurado: cosa mínima.”
(v. agudas, graves, esdrújulas,
sobresdrújulas, monosílabos)
TILDE DIACRÍTICA: (v.
acento)
TIMBRE DE LA VOZ:
La forma de la laringe y
de las cuerdas vocales influye mucho en el timbre o metal de voz propio de cada
persona. En el timbre de voz también influyen la edad, el sexo. En términos
generales, si las cuerdas vocales son largas, la voz es baja, grave o gruesa;
si son cortas, la voz es delgada, aguda o chillona. La voz de las mujeres es,
ordinariamente, aguda, en parte porque sus cuerdas vocales son más cortas que
en el hombre y porque vibran con mayor rapidez.
El funcionamiento de las
cuerdas vocales es la base del timbre o modo de sonar corrientemente la voz de
cada persona. El timbre de voz permite reconocer a las personas sin verlas, por
ejemplo, cuando se habla con ellas por teléfono.
TITULARES:
El periódico moderno
cuida con esmero sus titulares o la ‘titulación’, para que el lector con una rápida
ojeada esté al tanto de los acontecimientos. Sólo se adentra en el texto si el
asunto le atrae, pero, generalmente forma su opinión basándose en los
titulares; éstos aspiran a aprisionar en los más simples conceptos la
actualidad noticiosa.
TÍTULO:
Un signo de colorido y
buen gusto en un libro, un artículo, un ensayo, una película, un cuadro es su
nombre. El título debe ser expresivo, de ritmo breve y agradable intención.
TONEMA:
Vocablo utilizado en
fonética (v.). Término de origen
inglés que designa el conjunto de las realizaciones diferentes de un mismo tono
emitido por la voz. Los principales tonemas al hablar son: tonema descendente,
tonema ascendente y tonema de suspensión (suspenso); en este ultimo la línea de
entonación continúa hasta el final de la oración sin sufrir elevación ni
descenso.
TÓNICAS:
Reciben este nombre las
sílabas de mayor altura músical. En una palabra, la sílaba tónica es la que
recibe el acento prosódico o el acento o ortográfico (v. acento); en las palabras: ortografia,
cárcel, debajo, cáscara, las sílabas tónicas son: ‘fi’, ‘´car’, ‘ba’, ‘cás’,
respectivamente.
TONO:
Es la altura musical de
cada sonido. El tono depende del número de vibraciones por segundo de las
cuerdas vocales. A menor número de vibraciones el tono es más grave. A mayor
número de vibraciones el tono es más agudo.
TONO NORMAL:
Es la altura propia o
entonación de la voz de cada persona. Es la nota producida con mayor
naturalidad y con menor esfuerzo. Se representa en fonética (v.) con una raya horizontal; alrededor
de esa raya oscila la voz. Unas veces, la persona producirá sonidos más agudos
y otras, sonidos más graves. El campo comprendido entre los sonidos graves y
los agudos se llama campo de entonación;
este es, en algunas personas, muy reducido y en otras, muy amplio.
TOPOGRAFÍA: (v.
descripción)
TOPOLECTOS:
Son diferenciaciones
locales, regionales, nacionales en el uso de la lengua, como las formas de
utilizar el idioma de los costeños, los bogotanos, los antioqueños, etc.
TOPONIMIA:
Es el estudio del origen
y significación de los nombres propios de lugar. Conjunto de nombres de lugar
de tal región o pueblo. El gramático Fernando Lázaro Carreter le da también el
nombre de toponomástica. Y la subdivide
en toponimia mayor o de grandes lugares: pueblos, ríos, montes, valles, etc., y
toponimia menor, o nombres de pequeños lugares: arroyos, torrenteras, solanas,
riscos, altozanos, hondonadas, etc.
El sustantivo topónimo
o toponomástico (nombre de lugar) se conoce también como nombre toponímico.
TRADUCCIONES:
Unos cuantos gramáticos
consultados, entre ellos el eminente Martín Vivaldi y el tratadista del estilo
Guillermo Díaz-Plaja, aconsejan lo siguiente a quienes se dedican a realizar
traducciones:
Conocer a la perfección
el idioma extranjero del que se va a realizar la traducción. Hoy se traduce
mucho, y con frecuencia, mal. Abundan las malas traducciones de libros
científicos y de obras literarias.
Escribir y hablar
correctamente el idioma español. Por la puerta falsa de las malas versiones se
están introduciendo muchos barbarismos (v.)
y, sobre todo, múltiples vicios de construcción (v. solecismos) que están desfigurando nuestro idioma.
El traductor (a) ha de
tener cierto talento literario.
El traductor (a) ha de
estar a la altura, al nivel del original.
El traductor (a) debe
conocer a fondo la materia objeto de la traducción y estar muy familiarizado
con ella. Por tanto:
El novelista debe
traducir al novelista y el científico al científico.
Conviene ser fiel al
original para captar el sentimiento y pensamiento del autor. En consecuencia:
Antes de empezar a
traducir es necesario leer varias veces todo el original para captar el sentido
de la obra.
Terminada la traducción,
debe dejarse pasar un tiempo antes de corregirla. Los defectos de versión
(barbarismos, solecismos, etc.) resaltarán así con más fuerza.
El ideal es la
‘traducción libre’, antes que la ‘literal’, siempre que se respete el sentido
original.
El uso del diccionario es
más cómodo cuando no se tiene que ir escribiendo al tiempo que se traduce.
TRAS:
Es una preposición o
elemento de enlace (v,). Tiene muy
poco uso y sirve para expresar:
Posterioridad en el
espacio, usada con verbos de reposo, ejemplo: dejó tras sí un perfume
exquisito; con verbos de movimiento, ejemplo: él va tras la fama.
Usada en sentido figurado
quiere decir ‘en busca de’, ejemplo: ella corre tras los cargos honoríficos.
Posterioridad en el
tiempo, ejemplo: tras el verano llega el otoño
Añadidura, ejemplo: tras
ser el culpable único, es el que más protesta.
Generalmente, es
sustituida por la frase prepositiva ‘tras de’, ejemplo: corre tras de la
gloria.
‘Tras de’ denota el orden
en que unas cosas siguen a otras. Puede expresar:
Posterioridad en el
espacio con verbos de reposo, ejemplo: lo dejó todo, tras de la discusión con
su padre.
Posterioridad en el
espacio con verbos de movimiento, ejemplo: ella se marchó tras del jefe.
Posterioridad en el
tiempo, ejemplo: ella grita tras de fingir un desmayo
La expresión: ‘Tras de’,
más un ‘infinitivo’, significa: ‘además de’, ejemplo: tras de ser torpe, es
malvado.
Ambas formas: ‘tras’
y ‘tras de’, se usan solamente en la lengua literaria. En la lengua
hablada se emplean: ‘detrás de’, ‘después de’, ‘encima de’, ejemplos: detrás de
la pared; después de llegar; encima de la mesa.
TRASLACIÓN:
Se llama también enálage (v.); ejemplos: empiezo a trabajar
dentro de tres meses, en lugar de: empezaré a trabajar..., Mañana es lunes, en
lugar de: mañana será lunes.
TRASLATICIO:
El vocablo traslaticio
tiene la misma significación que figurado. (v.
Lenguaje, clases o niveles).
TRIPTONGO:
Son grupos fonéticos
compuestos de tres vocales que se juntan en una sola sílaba. En los triptongos
la vocal central es abierta (a, e, o) y cerradas las vocales de los lados
(ejemplos: buey, aliviáis. En las palabras: hoy, voy, soy, doy, estoy, Uruguay,
Camagüey, la ‘y’ es considerada como vocal.
En español hay cuatro
triptongos: iai, iei, uai, uei, ejemplos: cambiáis, fraguáis,, cambiéis, (estas
formas verbales corresponden al pronombre ‘vosotros’ de poco uso en
Hispanoamérica. Lo usual es decir: ustedes.)
TRISÍLABA:
Palabra o vocablo que
tiene tres sílabas, ejemplos: fi-gu-ras; tó-ni-cas; tras-la-ción.
TROPO: (v.
Figuras literarias).
TROPOLÓGICO,
lenguaje: (v. Figuras literarias, tropos).
U
U:
Vigésima cuarta letra del
abecedario español y última de las vocales; es letra muda en las sílabas ‘que’,
‘qui’ (queja, quicio), y también, por
regla general, en ‘gue’, ‘gui’ (guerra, guión). Cuando en una de estas dos
últimas tiene sonido, debe llevar diéresis (v.)
(vergüenza, argüir).
También es una conjunción
(v.) disyuntiva que se emplea en
lugar de ‘o’ cuando la palabra siguiente empieza por esta vocal, precedida o no
de ‘h’, ejemplos: uno u otro; diez u once; mujer u hombre.
¡UF!:
Interjección con la que
se demuestra cansancio, fastidio. Indica también repugnancia.
ULTRACORRECTOS:
Llamados también hipercorrectos.
Son formas fónicas o grafías en las cuales se restituye, por error, un elemento
(un sonido, una letra) que se considera desaparecido debido a la evolución de
la lengua. Ocurre cuando se dice: ‘bacalado’ en lugar del correcto: bacalao;
‘corredo’ en lugar del correcto: correo; ‘vacido’ en lugar de: vacío; ‘Urrado’
en lugar de: Urrao (municipio del Depto. de Antioquia); ‘Bilbado’ en lugar de:
Bilbao (España), ‘expléndido’ en lugar de: espléndido; ‘exenario’ en lugar de:
escenario (se pronuncia como si fuera con ‘ese’, lo mismo que piscina);
‘méndigo’ en lugar de: mendigo, etc. Los
lingüistas españoles prefieren el término ultracorrección al de hipercorreción
preferido por los lingüistas alemanes, franceses e ingleses.
UNIDAD DE PROPÓSITO: (v. construcción lógica)
UNIPERSONAL:
Algunas veces se da este
nombre al verbo impersonal, aludiendo al hecho de que sólo posee la forma
correspondiente a la tercera persona del singular, ejemplos: llueve, nevará,
relampagueaba, etc. (v. Verbos, clases)
UN, UNA, UNO:
Este último (por su forma
masculina), pierde la ‘o’ cuando precede al sustantivo, ejemplos: un señor,
veintiún niños, un cuaderno, treinta y un días, un especial escrito, un educado
caballero. Del contexto se deduce el carácter de este vocablo: si es adjetivo
numeral, (un libro, dos libros, veintiún libros, etc.) o si es artículo
indeterminado (un hombre desconocido, un libro cualquiera). Delante del
femenino no se apocopa (v, apócope),
ejemplos: una señora, veintiuna conferencias, una libreta, treinta y una damas,
una semana, una educada maestra.
Cuando en su forma
femenina (una) va delante de un sustantivo femenino en singular que empieza por
‘a’ acentuada, dicha forma debe cambiarse por el masculino (un), ejemplos: un
águila, un agua, un hambre, un arpa, un arte, un alma. Cuando estos sustantivos
femeninos se emplean en plural, recobran el artículo femenino a que tienen
derecho, por ejemplo: unas águilas, unas aguas, unas hambres, unas arpas, unas
artes, unas almas, etc.
Lo mismo ocurre en
relación con el artículo femenino ‘la’ delante de sustantivos femeninos que
empiecen por ‘a’ acentuada:: debe cambiarse por la forma masculina, y sólo usar
el femenino en plural (las) cuando dichos sustantivos estén en plural, como: el
agua (las aguas); el hambre (las hambres); el arte (las artes); el águila (las
águilas), etc.
La estilística recomienda
no abusar de los artículos indeterminados: ‘un’, ‘una’ porque son galicismos y
afean el estilo; el siguiente es un ejemplo moderno del abuso de dichos
vocablos: “puede muy bien cualquiera llegar a ser un gran hombre sin
estar dotado de un talento ni de un ingenio superior, con tal que
tenga valor, un juicio sano y una cabeza bien organizada.” Al
anterior texto le sobran todos los artículos indeterminados.
Uno se emplea, con
carácter impersonal, con los verbos reflexivos, que correspondiendo a la
construcción pasiva (v. voz pasiva) con ‘se’, tendrían que
repetir esta palabra;. Ejemplos: se baña uno todos los días; se muere uno sin
que lo sientan; con este frío, no se atreve uno a salir a la calle.
Es válido el uso de uno
en relación con la mujer cuando se refiere a hechos no específicos de las
damas; así, pueden decir las mujeres: uno no mira muchos almacenes; uno no
pasea por las avenidas; a una le toca concebir el hijo; a una la congratulan el
‘dia de la madre’.
UNIDAD:
La del párrafo y la de un
escrito cualquiera, consiste en que sus partes estén tan estrechamente ligadas
entre sí, que todas se refieran al pensamiento dominante.
USTED:
(“De vusted). Pronombre
de segunda persona, usado en vez del pronombre ‘tú’ como tratamiento de
cortesía, respeto o distanciamiento.” (Real Academia).
Dicen otros estudiosos
que en todos los países de América ha caído en desuso el pronombre ‘vosotros’,
plural de la segunda persona, y en su lugar se usa ‘ustedes’, plural tanto de
‘tú’ como de ‘usted’. Prácticamente ha desaparecido el uso de ‘vosotros’ tanto
en la lengua hablada como en la escrita y literaria, y sólo se conserva en
ciertos documentos de carácter público.
Usted proviene de la
expresión ‘vuestra merced’, tratamiento de cortesía que remplazaba la segunda
persona del singular. En efecto, al dirigir a alguien la palabra, en lugar de
emplear el ‘tú’, se decía ‘vuestra merced’, que se convirtió en ‘vuesa-mested’,
luego en ‘vues-asted’, más tarde en ‘vuested’, después en ‘vusted’ y, por último, en ‘usted’, el
cual, sobre todo en su forma plural, ha sustituido por completo a ‘vosotros’.
A pesar de que el
pronombre ‘usted’ se usa para la segunda persona gramatical a la que uno se
dirige, en lugar de ‘tú’, gramaticalmente se considera como pronombre de
tercera persona con empleo de segunda, ejemplos: usted trae, y no, ‘usted
traes’; usted sabrá, y no, ‘usted sabrás’; ustedes traen, y no, ‘ustedes
traéis’; ustedes sabrán, y no, ‘ustedes sabréis
V
V:
Vigésima quinta letra del
abecedario español y vigésima de sus consonantes. Su nombre es ‘uve’; la Real
Academia acepta un segundo nombre: ‘ve’. Actualmente representa el mismo sonido
que la ‘be’ en todos los países de lengua española; es decir, ‘be’ y ‘uve’ se
pronuncian igual. Es letra numeral que tiene el valor de ‘cinco’ en la
numeración romana.
VACIAR: (v.
Verbo, otros verbos irregulares de uso común en el hablar y escribir)
VALOR DE LAS PALABRAS:
Muchas palabras tienen,
como los números, un valor absoluto y otro relativo. El primero es el que las
acompaña conceptualmente, cuando van solas, es decir, sin formar oración. El
segundo es el que les dan las palabras con que se unen, no sólo para precisar
en muchos casos la categoría gramatical, sino también la acepción que hay que
dar al vocablo dentro de dicha categoría. Cuando se dice: el hombre es
‘severo’, no se ha expresado con exactitud esta condición de un hombre; puede
ocurrir, que dicho adjetivo (severo) sea un elogio para ese hombre o sea una
censura, puesto que esa condición de ‘severo’ puede recaer sobre él mismo o
sobre otras personas; por tanto, debe completarse el sentido: el hombre es
severo para con sus hijos (áspero, duro en el trato, agresivo); o, el hombre es
severo en el cumplimiento de sus deberes (exacto, puntual). (v. t.: palabra).
VERBO:
Dice el profesor español
Juan Moneva: “[...] el verbo adquiere en el lenguaje la importancia
correspondiente a la vida que manifiesta en los sujetos...Propiamente no hay
lenguaje sin esta palabra...El verbo es actividad.... El lenguaje es solamente
la historia de la actividad de los seres.”
Como el verbo contiene en
sí los elementos oracionales sin necesidad (en el idioma español) de utilizar
los pronombres, se dice que “el verbo es la parte más importante del discurso.”
El verbo es el elemento
central o núcleo del predicado. Es la única función sintáctica que puede
desempeñar
El verbo es la parte de
la oración sobre la cual gira toda ella; es la palabra a la cual se subordinan
todas las demás. Es el verbo el que da vida a la frase; designa una actividad o
un estado que se predica (afirma o niega) de un sujeto. Platón, ajustándose a
la etimología, definió el verbo como ‘el predicado del sujeto’.
Aristóteles estableció la
relación del verbo con el tiempo, concepto que llega hasta nuestros días.
Muchos años más tarde, Andrés Bello definió así el verbo: “es una clase de
palabras que significan el atributo de la proposición, indicando juntamente la
persona y número del sujeto, el tiempo y modo del atributo.
La Real Academia Española
en su Gramática, define el verbo
diciendo: “es la parte de la oración que designa el estado, acción o pasión,
casi siempre con expresión de tiempo y de persona.”
Clasificación del verbo:
Por su composición
Primitivo: correr, ver,
amar (v. primitivas)
Derivado: corretear (v.
derivación)
Simple: decir, comer (v. palabras simples)
Compuesto: prever, desamar, deshacer, contraponer (v. composición)
Parasintético: embravecer (v. parasíntesis)
Por su significación
Copulativo: el que sirve
de simple unión o cópula entre el sujeto (v.)y
el predicado nominal (v.), sin que agregue nada al significado de la oración (v.). Los verbos copulativos son: ‘ser’
y ‘estar’.
Atributivo: es todo verbo
que no sea copulativo.
Transitivo, cuya acción
real recae en alguna cosa, persona o
animal, distintos del sujeto (v.
Complementos, c. directo)
Intransitivo o neutro,
cuya acción no se trasmite del sujeto a otra persona, animal o cosa, como:
entrar, respirar, andar, correr, nacer, morir.
De estado: es el verbo
intransitivo que no indica movimiento de ninguna clase, por no ser expresivo de
acción, sino que da cuenta de que algo existe o se halla en cierto estado,
como: quedar, yacer, existir, ser, estar, subsistir, permanecer, residir, etc.
Reflexivo o reflejo, cuya
acción recae sobre el mismo sujeto representado por un pronombre personal,
como: peinarse,, arreglarse.
Recíproco: es el verbo
que expresa cambio mutuo de acción entre dos o más personas o animales, como:
mirarse, patearse, tutearse, saludarse, amarse, escribirse, etc...
Pronominal: es el verbo
que se conjuga con el pronombre reflexivo, pero sin tener significado
reflexivo. El gramático Andrés Bello los llama ‘verbos cuasi-reflejos’; y
abundan en nuestro idioma, tales como: herirse, callarse, caerse, arrepentirse
jactarse, atreverse, etc.
Frecuentativo o
iterativo: es el que expresa una acción repetida, como: golpear, apedrear,
hojear, pisotear, etc.
Incoativo: el que denota
comienzo de una acción, por ejemplo: florecer, anochecer, amanecer, atardecer.
Por su flexión
Auxiliar, es el que se
une a otro para la formación de los tiempos compuestos. Los propiamente verbos
auxiliares son: ‘ser’ y ‘haber’ (v.
haber). Característico del idioma español es el gran empleo del verbo
‘haber’, en comparación con otras lenguas que prefieren el verbo ‘ser’. También
es especial en español la diferencia entre ‘ser’ y ‘estar’. No es lo mismo: ser
un enfermo, que estar enfermo.
‘Haber’, se emplea para
la voz activa (v. voz); el verbo
‘ser’ para la voz pasiva (v. voz).
‘Haber’ como auxiliar
sólo se conjuga en las formas simples. ‘Ser’ es el verbo que presenta más
características: es el más irregular, posee tres raíces distintas: la ‘S’ del
infinitivo ‘s-er’ proviene del verbo latino ‘sedere’, la raíz de la forma ‘era’
(pretérito imperfecto del modo indicativo) tiene su origen en ‘esso’, un
elemento que por las alteraciones fonéticas cambió la ‘S’ en ‘R’, pasando al
español en la forma ‘era’, y ‘fui’ proviene del latín ‘fuam’ (fuiste, fueras,
fuéramos, fuese, fuere, etc.).
Unipersonal, es el verbo
que sólo se usa en el infinitivo y en la tercera persona del singular de
cualquier tiempo, como: nevar (nieva); amanecer (amanece), y todos los verbos
que signifiquen fenómenos de la naturaleza. Estos verbos también se clasifican
como ‘impersonales’ porque su acción, en general, no se atribuye a un sujeto
determinado.
Defectivo, el verbo que
carece de algunos tiempos y personas gramaticales, como, abolir, aterir,
agredir, etc.(v. Verbo, otros verbos
irregulares de uso común en el hablar y escribir)
Regular, es el verbo que
en todos los tiempos y personas gramaticales conserva sus letras radicales y
toma las terminaciones o desinencias exactas de la conjugación a que pertenece
como: arar, vender, unir, etc. (v. Conjugación). (v.t.: modelos o
paradigmas de conjugación).
Irregular, es el verbo
que, al conjugarse, altera, en todos o en parte de sus tiempos, la radical (o
lexema) o la desinencia (o morfema) que le corresponde, y, a veces, una y otra,
como: andar, jugar, ir, saber, etc.
Por su estructura
Verbos de la primera
conjugación (terminados en AR¸ verbo modelo: AMAR)
Verbos de la segunda conjugación
(terminados en ER; verbo modelo: TEMER)
Verbos de la tercera
conjugación (terminados IR; verbo modelo: PARTIR)
(v. Verbo, modelo o paradigma de conjugación)
Accidentes del verbo:
================
Son: voz, modo, tiempo,
número y persona. (v. cada uno de ellos
en el lugar correspondiente según el
orden alfabético).
CONJUGAR UN VERBO es presentarlo en todos
sus accidentes.(v) Este conjunto de
variaciones de forma se llama conjugación
(v.). En español, los verbos se han agrupado en tres clases, de acuerdo con
su terminación en el infinitivo: AR, ER, IR. Cada una de las tres conjugaciones
tiene su verbo tipo o paradigma: amar
(AR), temer (ER), partir (IR).
Modelos o paradigmas de
conjugación de verbos regulares:
Verbo amar. Primera
conjugación. Formas no personales: Infinitivo simple: amar. Infinitivo
compuesto: haber amado. Gerundio simple: amando. Gerundio compuesto: habiendo
amado. Participio: amado.
Modo Indicativo, tiempos
simples:
Presente: yo amo; tú amas; él ama; nosotros amamos;
vosotros amáis; ellos aman.
Pretérito imperfecto:
amaba, amabas, amaba, amábamos, amabais, amaban
Pretérito
indefinido: amé, amaste, amó, amamos,
amasteis, amaron.
Futuro imperfecto: amaré,
amarás, amará, amaremos, amaréis, amarán.
Potencial simple: amaría,
amarías, amaría, amaríamos, amaríais, amarían.
Tiempos compuestos:
Pretérito perfecto: he amado, has amado, ha amado, hemos amado,
habéis amado, han amado.
Pretérito
pluscuamperfecto: había amado, habías
amado, había amado, habíamos amado, habíais amado, habían amado.
Pretérito anterior: hube
amado, hubiste amado, hubo amado, hubimos amado, hubisteis amado, hubieron
amado.
Futuro perfecto: habré
amado, habrás amado, habrá amado, habremos amado, habréis amado, habrán amado.
Potencial compuesto:
habría amado, habrías amado, habría amado, habríamos amado, habríais amado,
habrían amado.
Modo subjuntivo, tiempos
simples:
Presente: yo ame, tú
ames, él ame, nosotros amemos, vosotros améis, ellos amen.
Pretérito imperfecto:
amara o amase, amaras o amases, amara o amase, amáramos o amásemos, amarais o
amaseis, amaran o amasen. (Tiene dos terminaciones: RA. SE).
Futuro imperfecto: amare, amares, amare, amáremos, amareis,
amaren.
Tiempos compuestos:
Pretérito perfecto: haya
amado, hayáis amado, haya amado, hayamos amado, hayáis amado, hayan amado.
Pretérito
pluscuamperfecto: hubiera o hubiese amado, hubieras o hubieses amado, hubiera o
hubiese amado, hubiéramos o hubiésemos amado, hubierais o hubieseis amado,
hubieran o hubiesen amado (tiene dos terminaciones).
Futuro perfecto: hubiere amado, hubieres amado, hubiere amado,
hubiéremos amado, hubiereis amado, hubieren amado.
Modo imperativo:
Presente: (carece de la
primera persona); ama tú, ame usted; amad vosotros; amen ustedes. Las demás
formas coinciden con las del subjuntivo.
Verbo temer. Segunda
conjugación. Formas no personales:
Infinitivo simple: temer. Infinitivo compuesto: haber temido. Gerundio simple:
temiendo. Gerundio compuesto: habiendo temido. Participio: temido.
Modo indicativo. Tiempos
simples:
Presente: yo temo, tú
temes, él teme, nosotros tememos, vosotros teméis, ellos temen,
Pretérito imperfecto:
temía, temías, temía, temíamos, temíais, temían.
Pretérito indefinido:
temí, temiste, temió, temimos, temisteis, temieron.
Futuro imperfecto:
temeré, temerás, temerá, temeremos, temeréis, temerán.
Potencial simple:
temería, temerías, temería, temeríamos, temeríais, temerían.
Tiempos compuestos:
Pretérito perfecto: he
temido, has temido, ha temido, hemos temido, habéis temido, han temido.
Pretérito
pluscuamperfecto: había temido, habías
temido, había temido, habíamos temido, habíais temido, habían temido.
Pretérito anterior: hube
temido, hubiste temido, hubo temido, hubimos temido, hubisteis temido, hubieron
temido.
Futuro perfecto: habré temido,
habrás temido, habrá temido, habremos temido, habréis temido, habrán temido.
Potencial compuesto:
habría temido, habrías temido, habría temido, habríamos temido, habríais
temido, habrían temido.
Modo subjuntivo. Tiempos
simples:
Presente: yo tema, tú
temas, él tema, nosotros temamos, vosotros temáis, ellos teman.
Pretérito imperfecto:
temiera o temiese, temieras o temieses, temiera o temiese, temiéramos o
temiésemos, temierais o temieseis, temieran o temiesen.
Futuro imperfecto:
temiere, temieres, temiere, temiéremos, temiereis, temieren
Tiempos compuestos:
Pretérito perfecto: haya
temido, hayas temido, haya temido, hayamos temido, hayáis temido, hayan temido.
Pretérito
Pluscuamperfecto: hubiera o hubiese
temido, hubieras o hubieses temido, hubiera o hubiese temido, hubiéramos o
hubiésemos temido, hubierais o hubieseis temido, hubieran o hubiesen temido.
Futuro perfecto: hubiere
temido, hubieres temido, hubiere temido, hubiéremos temido, hubiereis temido,
hubieren temido.
Modo imperativo:
Presente (carece de la primera persona) teme tú, temed vosotros. Las demás formas
coinciden con las del subjuntivo.
Verbo partir; tercera
conjugación. Formas no personales: infinitivo simple: partir. Infinitivo
compuesto: haber partido. Gerundio simple: partiendo. Gerundio compuesto:
habiendo partido. Participio: partido.
Modo indicativo. Tiempos
simples:
Presente: parto, partes,
parte, partimos, partís, parten.
Pretérito imperfecto:
partía, partías, partía, partíamos, partíais, partían.
Pretérito indefinido: partí,
partiste, partió, partimos, partisteis, partieron.
Futuro imperfecto:
partiré, partirás, partirá, partiremos, partiréis, partirán.
Potencial simple:
partiría, partirías, partiría, partiríamos, partiríais, partirían.
Tiempos compuestos:
Pretérito perfecto: he
partido, has partido, ha partido, hemos partido, habéis partido, han partido.
Pretérito
pluscuamperfecto: había partido, habías partido, había partido, habíamos
partido, habíais partido, habían partido.
Pretérito anterior: hube
partido, hubiste partido, hubo partido, hubimos partido, hubisteis partido,
hubieron partido.
Futuro perfecto: habré
partido, habrás partido, habrá partido, habremos partido, habréis partido,
habrán partido.
Potencial compuesto:
habría partido, habrías partido, habría partido, habríamos partido,
Habríais partido, ellos
habrían partido.
Modo subjuntivo. Tiempos
simples:
Presente: yo parta, tú
partas, él parta, nosotros partamos, vosotros partáis, ellos partan.
Pretérito imperfecto:
partiera o partiese, partieras o partieses, partiera o partiese, partiéramos o
partiésemos, partierais o partieseis, partieran o partiesen.
Futuro imperfecto:
partiere, partieres, partiere, partiéremos, partiereis, partieren.
Tiempos compuestos:
Pretérito perfecto: haya
partido, hayas partido, haya partido, hayamos partido, hayáis partido, hayan
partido.
Pretérito
pluscuamperfecto: hubiera o hubiese partido, hubieras o hubieses partido,
hubiera o hubiese partido, hubiéramos o hubiésemos partido, hubierais o
hubieseis partido, hubieran o hubiesen partido.
Futuro perfecto: hubiere partido, hubieres partido, hubiere
partido, hubiéremos partido, hubiereis partido, hubieren partido.
Modo imperativo:
Presente: (carece de la
primera persona) parte tú, partid vosotros. Las demás formas coinciden con el
subjuntivo.
Modelo o paradigma de
conjugación de los verbos auxiliares:
1) Haber:
Formas no personales: Infinitivo: haber; gerundio: habiendo;
participio: habido; infinitivo compuesto: haber habido; gerundio compuesto:
habiendo habido.
Modo indicativo; tiempos
simples
Presente: yo he, tú has,
él ha,( o: hay, forma impersonal), nosotros hemos, vosotros habéis, ellos han.
Pretérito imperfecto:
había, habías, había, habíamos, habíais, había.
Pretérito indefinido:
hube, hubiste, hubo, hubimos, hubisteis, hubieron.
Futuro imperfecto: habré,
habrás, habrá, habremos, habréis, habrán.
Potencial simple: habría,
habrías, habría, habríamos, habríais, habrían.
Tiempos compuestos:
Pretérito perfecto: he
habido, has habido, ha habido, hemos habido, habéis habido, ha habido.
Pretérito
pluscuamperfecto: había habido, habías habido, había habido, habíamos habido,
habíais habido, habían habido
Pretérito anterior: hube
habido, hubiste habido, hubo habido, hubimos habido, hubisteis habido, hubieron
habido.
Futuro Perfecto: habré
habido, habrás habido, habrá habido, habremos habido, habréis, habido, habrán
habido.
Potencial compuesto:
habría habido. Habrías habido, habría habido, habríamos habido, habríais
habido, habrían habido.
Modo subjuntivo, tiempos
simples:
Presente: haya, hayas,
haya, hayamos, hayáis, hayan.
Pretérito imperfecto:
hubiera o hubiese, hubieras o hubiese, hubiera o hubiese, hubiéramos o
hubiésemos, hubierais o hubieseis, hubieran o hubiesen.
Futuro imperfecto:
hubiere, hubieres, hubiere, hubiéremos, hubiereis, hubieren.
Tiempos compuestos:
Pretérito perfecto: haya
habido, hayas habido, haya habido, hayamos habido, hayáis habido, hayan habido.
Pretérito
pluscuamperfecto: hubiera o hubiese habido, hubieras o hubieses habido,
hubiéramos o hubiésemos habido, hubierais o hubieseis habido, hubieran o
hubiesen habido.
Futuro perfecto: hubiere
habido, hubieres habido, hubiere habido, hubiéremos habido, hubiereis habido,
hubieren habido.
Modo imperativo:
Presente (carece de la primera persona) he tú, habed vosotros. Las demás formas coinciden
con el subjuntivo.
2) Ser:
Formas no personales: Infinitivo: ser;
gerundio: siendo; participio: sido; infinitivo compuesto: haber sido; gerundio
compuesto: habiendo sido
Modo indicativo; tiempos
simples:
Presente: yo soy, tú
eres, él es, nosotros somos, vosotros sois, ellos son.
Pretérito imperfecto: yo
era, tú, eras, él era, nosotros éramos, vosotros erais, ellos eran.
Pretérito indefinido: yo
fui, tu fuiste, el fue, nosotros fuimos, vosotros fuisteis, ellos fueron.
Pretérito imperfecto:
seré, serás, será, seremos, seréis, serán.
Potencial simple: sería,
serías, sería, seríamos, seríais, ellos serían.
Tiempos compuestos:
Pretérito perfecto: he
sido, has sido, ha sido, hemos sido, habéis sido, han sido.
Pretérito pluscuamperfecto: había sido, habías sido, había sido, habíamos
sido, habíais sido, habían sido.
Pretérito anterior: hube
sido, hubiste sido, hubo sido, hubimos sido, hubisteis sido, hubieron sido.
Futuro perfecto: habré sido, habrás sido, habrá sido, habremos
sido, habréis sido, habrán sido.
Potencial compuesto:
habría sido, habrías sido, habría sido, habríamos sido, habríais sido, habrían
sido.
Modo subjuntivo; tiempos
simples:
Presente: yo sea, tú
seas, él sea, nosotros seamos, vosotros seáis, ellos sean.
Pretérito imperfecto:
fuera o fuese, fueras o fueses fuera o fuese, fuéramos o fuésemos, fuerais o
fueseis, fueran o fuesen.
Futuro imperfecto: fuere,
fueres, fuere, fuéremos, fuereis, fueren.
Tiempos compuestos:
Pretérito perfecto: hay
sido, hayas sido, haya sido, hayamos sido, hayáis sido, hayan sido.
Pretérito
pluscuamperfecto: hubiera o hubiese sido, hubieras o hubieses sido, hubiera o
hubiese sido, hubiéramos o hubiésemos sido, hubierais o hubieseis sido,
hubieran o hubiesen sido.
Futuro perfecto: hubiere
sido, hubieres sido hubiere sido, hubiéremos sido, hubiereis sido, hubieren
sido.
Modo imperativo:
Presente: sé tú, sed vosotros. No tiene primera
persona, y las restantes se identifican con las formas del subjuntivo.
(v. t.: Complementos del verbo; Conjugación
perifrástica; Formas no personales de verbo).
Verbos irregulares:
Clases.
Son irregulares los
verbos que en la conjugación alteran sus radicales (lexemas) o sus desinencias
o terminaciones (morfemas), a veces, alteran las dos.
Las irregularidades ocurren
en estos tres grupos de tiempos:
Grupo de los presentes:
Presente de indicativo, de subjuntivo y de imperativo.
Grupo del pretérito
indefinido y derivados: Pretérito indefinido del indicativo, pretérito
imperfecto del subjuntivo, potencial.
Grupo del futuro: Futuro
imperfecto de indicativo y del subjuntivo
La clasificación que de los verbos irregulares se hace
a continuación, es la misma realizada por los gramáticos y maestros españoles
José Antonio Pérez-Rioja y Rafael Seco. Se tomó esta clasificación por considerarla la más clara y adecuada.
Primera clase: Verbos que diptongan vocales radicales.
Esta clase comprende
numerosos verbos con: ‘e’ ‘o’ en la
radical, letras diptongadas en ‘ei’ y en ‘ue’, respectivamente, ejemplos:
apretar = aprieto, aprieta, etc.; jugar = juegues, juegue, etc. A esta clase
pertenecen también algunos verbos terminados en ‘irir’ y los verbos poder
y querer; éstos ofrecen, además, las irregularidades de las clases
quinta y sexta.
Segunda clase: Verbos que añaden consonantes al radical o
lexema:
Tales consonantes son:
‘z’, ‘g’, ‘y’. A cada una de ellas corresponde un subgrupo
Los verbos terminados en:
‘acer’, ‘ecer’,’ocer’, ‘ucir’ toman la ‘z’ en los presentes, antes de la ‘c’ de
la radical, ejemplos: nazco, agradezco,
conozco, luzco; nazca, agradezca, conozca, luzca.
Los verbos: ‘tener’,
‘valer’, ‘venir’, ‘salir’ toman una ‘ge’ en los presentes detrás de la ‘n’ o
‘l’ de la radical. En este grupo se incluyen los verbos: oír y traer.,
ejemplos: tengo, valgo, vengo, salgo,
oigo, traigo; tenga, valga, venga, salga, oiga, traiga. Obsérvese que los verbos tener i venir diptongan, además, como los
verbos de la primera clase.
Los verbos terminados en
‘uir’ añaden ‘y’ entre las letras
radicales y las terminaciones o desinencias, ejemplos: huyo, huye, huya (huir)
Tercera clase: Verbos con
debilitación vocálica:
Son los terminados en
‘ebir’,’edir’, ‘egir’,’eguir’, ‘eir’, emir’, ‘endir’, ‘eñir’, ‘estir’, ‘etir’.
En los presentes, en los pretéritos indefinidos y tiempos derivados cambian las
vocales ‘e’, ‘o’ de sus radicales en ‘i’, ‘u’ respectivamente. Para que tal
debilitamiento ocurra debe seguir una ‘i’ acentuada en las terminaciones de
algunos tiempos, ejemplos: pedir: pido, seguir, sigo; rendir: rinda; gemir,
gima; concebir, concibe; reír, ríes,
etc.
Cuarta clase: Verbos con
diptongación y debilitación vocálica:
Son los verbos terminados
en ‘entir’, ‘erir’, ‘ertir’. En los tiempos presentes tienen las
características de los verbos de la primera clase; en el pretérito indefinido y
tiempos derivados, las de la tercera clase, ejemplos: siento, hiero, divierto;
sintió, sintieron, hirió, hirieron, divierte, diviertas, sintiera, etc.
Quinta clase: Verbos con
futuro irregular:
La formación regular del
futuro y del potencial simples se ha hecho en español con el infinitivo seguido
del presente y del pretérito imperfecto de indicativo del verbo ‘haber’,
respectivamente: amar + he = amaré; amar + había (amar + hía) = amaría.
A veces, el infinitivo
seguido del presente del verbo haber experimentaba la pérdida de la vocal de la
terminación o desinencia: poder + he =
pod(e)ré = podré. Esta pérdida origina tres subclases de irregularidades:
Simple pérdida de la
vocal de la desinencia, ejemplos: pod(e)ré, = podré; cab(e)rá = cabrá sab(e)rás
= sabrás, quer(e)ría = querría,
quer(e)ré = querré, sap(e)rá = sabrá.
La pérdida de la vocal
supone, además, por razón de eufonía, la introducción de una ‘d’ para su mejor
articulación, ejemplos: val(e)ré = valré = valdré; sal(e)rá = salrá = saldrá.
La desaparición de la
vocal supone la síncopa (pérdida de letras en medio del vocablo) de la
consonante contigua, ejemplo: decir + he = de(ci)ré = diré, haré, dirá.
Sexta clase: Verbos con
pretérito fuerte:
A diferencia de los
verbos regulares, que tienen sus pretéritos indefinidos débiles, es decir,
acentuados en la sílaba final,, tales como: amó, canté, escribí sonó, llegué,
recibí, etc., otros verbos conservan la acentuación latina en la penúltima
sílaba; éstos son los llamados ‘pretéritos fuertes’, ejemplos: anduve, anduviera (andar); estuvo, estuviera
(estar); tuve, tuviera (tener); pudo, pudiera (poder); hubo, hubiera (haber); puso, pusiera (poner); cupe, cupiera (caber);
supo, supiera (saber); quise, quisiera
(querer); traje, trajera (traer); vino, viniera (venir); conduje, condujera
(conducir); tradujo, tradujera (traducir); maldije, maldijera (maldecir).
Séptima clase: Verbos con
especial irregularidad en los presentes. Hacer, valer, salir, además de las
irregularidades de sus presentes, ya citadas, tienen apócope (v.) de la ‘e’ final en el presente del
modo imperativo: haz, val, sal.
Caber, saber, estar
ofrecen estas otras irregularidades:
Presente de
indicativo: quepo, sé, estoy.
Presente de
subjuntivo: quepa, sepa, esté.
Modo imperativo en su
único tiempo, el presente: está
(tú), estad (vosotros)
Otros verbos irregulares
de uso común al hablar y escribir:
1) ABOLIR: Es verbo defectivo (v.). Solamente se conjuga en aquellos tiempos y personas donde la
terminación empieza por ‘i’, ejemplos:
Presente: yo (no existe),
tú (no existe), él (no existe), nosotros abol-imos, vosotros abol-ís, ellos (no
existe).
Pretérito
imperfecto:
abolía, abolías, abolía, abolíamos,
abolíais, abolían (Todas las terminaciones tienen ‘i’, por tanto, son
correctas). Los tiempos pretérito indefinido, futuro y potencial simple: se usan
en todas las personas del singular y del
plural; son también correctas todas las formas de los tiempos compuestos. En el
modo subjuntivo, el presente no se usa.
2) ALINEAR: Es regular y se conjuga como todos los
verbos terminados en ‘EAR’, el modelo es
‘marear’, ejemplo: alineo, alineas, alinea, alineamos, alineáis, alinea,. etc.
BREGAR: es verbo regular; siglos atrás
fue irregular y se decía ‘yo briego, tú briegas,’ etc. Hoy la Real Academia ha
conceptuado que es regular:, de la primera conjugación: brego, bregas, brega,
bregamos, bregáis, bregan. A veces, se confunde con el verbo FREGAR, éste sí,
irregular: friego el piso, friegas los platos, friega la ropa, fregamos las
paredes, fregáis, friegan.
COMPETIR (emular, rivalizar), es
irregular. Presente de indicativo: yo compito, tú compites, él compite, nosotros
competimos, vosotros competís, ellos compiten. No debe confundirse con el verbo
COMPETER (incumbir, tocarle a uno hacer alguna cosa) que si es regular de la
segunda conjugación: y se conjuga casi siempre así: me compete, te compete, le
compete, nos compete, os compete, les compete.
DISENTIR: (no estar de acuerdo con
algo o con alguien), se conjuga como SENTIR: disiento, disientes, disiente,
disentimos, disentís, disienten.
ERGUIR: la forma más usual de
este verbo irregular es: yergo, yergues, yergue, erguimos, erguís, yerguen.
También, aunque con poco uso, se emplean estas formas: irgo, irgues, irgue,
erguimos, erguís, irguen.
FORZAR: fuerzo, fuerzas, fuerza,
forzamos, forzáis, fuerzan; fuerce, fuerces, fuerce, etc. Tiene un sustantivo afín
que es FUERZA).
HABER: (v.)
LICUAR: los verbos terminados en
CUAR y GUAR (evacuar, adecuar, licuar, etc.) Las últimas disposiciones
gramaticales hablan de que dichos verbos pierden el diptongo al ser
conjugados (se les marca tilde).
PODRIR O PUDRIR: En infinitivo es
‘podrir’ o ‘pudrir’. El académico Manuel Seco recomienda que se use la forma
‘pudrir’. El participio es siempre ‘podrido’. Y las restantes formas del verbo
tienen ‘u’ en vez de ‘o’ en la radical, ejemplos: pudre; pudrió; pudriendo, pudrirá,
pudriría; etc.
RAER: (significa raspar,
extirpar): raigo, raes, rae, raemos, raéis, raen.
ROER: (cortar con los
dientes). Se conjuga como LEER. La primera persona no se usa. Tú roes, él roe,
roéis, roen.
SATISFACER. Es un verbo compuesto
por el adverbio latino ‘satis’ y el verbo latino ‘facere’ que significan:
‘bastante’ y ‘hacer’, respectivamente. Se conjuga como el verbo HACER,
anteponiendo la partícula ‘satis’ y cambiando la ‘h’ por la ‘f’. Presente:
satisfago, satisfaces, satisface, satisfacemos, satisfacéis, satisfacen.
Pretérito indefinido: satisfice, satisficiste, satisfizo, satisficimos,
satisficisteis, satisficieron. Futuro: satisfaré, satisfarás, satisfará,
satisfaremos, satisfaréis, satisfarán. Potencial simple: satisfaría,
satisfarías, satisfaría, satisfaríamos, satisfaríais, satisfarían.
SOLDAR:: Se conjuga como el
verbo sonar: sueldo, sueldas, suelda, soldamos, soldáis, sueldan.
SOLER: Se conjuga como el verbo ‘mover’, pero
solamente en los siguientes tiempos simples del modo indicativo: Presente:
suelo, sueles, suele, solemos, soléis, suelen. Pretérito imperfecto: solía,
solías, solía, solíamos, solíais, solían. Pretérito indefinido: solí, soliste, solió, solimos, solisteis,
solieron. En los tiempos compuestos, sólo se usa en el pretérito perfecto: he
solido, has solido, ha solido, hemos solido, habéis solido, han solido. En el
modo subjuntivo sólo se usa en el presente: suela, suelas, suela, solamos,
soláis, suelan.
TAÑER: Este verbo es el modelo
que da la Gramática de la Real Academia para una clase de verbos irregulares (v.) terminados todos en ‘añer’, ‘añir’, ‘iñir’, ‘uñir’; lo mismo
que en ‘eller’ y ‘ullir’. Su irregularidad consiste en suprimir la ‘i’ de las
terminaciones al ser conjugados. Ni la ‘ll’ ni la ‘ñ’ se prestan en castellano
para formar sílaba con los diptongos ‘io’, ‘ie’. Se dice: el tañó, ellos
tañeron, que él tañera o tañese, etc., el gerundio es: ‘tañendo’: (v.)
TEMBLAR: Al conjugarlo, forma diptongo: cambia ‘e’ por ‘ie’;
presente: tiemblo, tiemblas, tiembla, temblamos, tembláis, tiemblan. No debe
confundirse con el verbo TEMPLAR que sí es regular, es decir, no se altera al
conjugarlo.
VACIAR: El gramático Manuel Seco
en su Diccionario de Dudas da como
modelo de conjugación correcta del verbo ‘vaciar’, el verbo ‘desviar’; otros
gramáticos opinan que se conjuga como el verbo ‘guiar’. Yo vacío, tú vacías, él
vacía, nosotros vaciamos, vosotros vaciáis, ellos vacían. Yo guío, tú guías, él
guía; yo desvío, tú desvías, él desvía, etc.
VERTER: No existe este verbo con
terminación en ‘IR’. Verter se conjuga como el verbo ‘tender’: yo vierto, tú
viertes, él vierte, nosotros vertemos, vosotros vertéis, ellos vierten.
VOLCAR: Se conjuga como el verbo ‘acordar’: vuelco,
vuelcas, vuelca, volcamos, volcáis, vuelcan.
YACER: (Del latín ‘jacère’) Este verbo, cuya ‘y’ es
normal por la conversión de la ‘j’ latina, constituye un verbo irregular
especial. Algunos ejemplos de su conjugación: Presente de indicativo: yo yazco,
yazgo o yago, tú yaces, él yace, nosotros yacemos, vosotros yacéis, ellos
yacen. Presente del subjuntivo: yazca,
yazga o yaga; yazcas, yazgas o yagas; yazca, yazga o yaga; yazcamos, yazgamos o
yagamos; yazcáis, yazgáis o yagáis,; yazcan, yazgan o yagan
ASIR: Su conjugación en el
presente de indicativo es: yo asgo, tú ases, él ase, nosotros asimos, vosotros
asís, ellos asen.
VERSOLIBRISMO:
O verso libre. Es la
forma poética más empleada en la segunda mitad del siglo XX. Los poetas de hoy
rompen las reglas sobre el número de sílabas, acento y rima. Algunos,
Gconservan el ritmo o musicalidad.
La tendencia al verso
libre empieza fundamentalmente cuando aparece el movimiento literario llamado
‘modernismo’. Cada verso es un concepto completo, y la poesía vale más por el
concepto que encierra que por la unidad melódica. Las manifestaciones poéticas
de hoy se acercan más a una prosa filosófica que a la poesía lírica de los años
pasados.
En las nuevas manifestaciones
poéticas, los escritores miran hacia el pueblo y sus problemas, no evaden la
realidad ni temen a las palabras. Hoy, tenemos una poesía social cuyas raíces
están en el ser humano, en el pueblo, en los conflictos políticos, sociales,
laborales, económicos, etc.
VICIOS DE DICCIÓN: (v. Dicción)
VIRGULILLA:
Es cualquier signo
ortográfico de figura de coma, rasguillo o trazo; como el apóstrofo, la cedilla
(v.), la tilde de la ‘eñe’. También
recibe este nombre cualquier rayita o línea corta o muy delgada. (Real
Academia).
VOCABLO:
Se utiliza rigurosamnte
este término como sinónimo de ‘palabra’.
(v.t.: Contorno del vocablo).
VOCABLOS TÉCNICOS:
El progreso de las
ciencias y las artes, la filosofía y la técnica profesional, las cuestiones
políticas y sociales, la tecnología exigen la ampliación de su nomenclatura, y
cada disciplina busca su propio léxico fundado en palabras de procedencia
clásica (griega o latina) o extranjera.. La Real Academia los registra como
tecnicismos. (v. t.: Tecnolectos).
VOCALES:
Son las letras que tienen
sonido propio, ya que pueden pronunciarse sin ayuda de ninguna otra. Hay dos
clases de vocales: abiertas (a, e, o); cerradas (i, u). (v.t.: clasificación de las letras).
VOCATIVO:
No forma parte de la
oración gramatical ni como sujeto, ni como complemento. Sirve para llamar o
exclamar, frente a la persona a la que nos dirigimos en tono de mandato, (¡Oye,
Juan, ven acá!); súplica, (¡Escúchanos, Señor!); o invocación, (¡Oh, Dios mío,
cuánto te agradezco!) Las características del vocativo son:
A veces le antecede una
interjección.
Se aísla en la oración,
siempre entre comas.
Nunca va precedido de
preposiciones.
(v. t.: Coma, usos)
VOCES CULTAS:
Son las tomadas del latín
clásico cuando era ya lengua muerta.
VOS:
Este pronombre era
antiguamente el de segunda persona del plural; además, era plural de respeto;
fue sustituido luego por la forma reforzada ‘vosotros’, que el gramático
Nebrija (1492) escribía siempre en forma separada (vos otros). En la Edad Media
se generalizó tanto en España el empleo de ‘vos’ con valor de singular, que
perdió el carácter de tratamiento respetuos y llegó a equivaler a ‘tú’.
El ‘vos’ se despreció en
España al empezar la conquista de América porque lo usaban los superiores para
hablar con los inferiores. En esas circunstancias, nos lo trajeron de España, y
así lo usaban los conquistadores con los indios y mestizos. Con el ‘vos’ vino
también el ‘tú’, que era tratamiento de igualdad entre el vulgo y de confianza
entre amos y criados. Todos estos tratamientos originaron confusiones, y se
mezclaron el ‘vos’ y el ‘tú’. Su constante empleo en la época de la conquista y
de la colonia arraigó tanto el uso del pronombre ‘vos’ que por eso se explica
su actual uso, especialmente en Antioquia y en gran parte de América española
con valor de segunda persona del singular y remplaza al ‘tú’ en la
conversación. Hoy, está admitido gramaticalmente como pronombre de segunda
persona en la conjugación de verbos, ejemplos: yo amo, tú amas, vos amás, usted
ama, él ama, nosotros amamos, vosotros amáis, ustedes aman, ellos aman.
VOSEO:
Es el uso del pronombre
‘vos’. El ‘voseo’ es el resto de un pasado peninsular; pero desde hace mucho
tiempo se constituyó en un franco vulgarismo respecto del idioma español.. Un
ejemplo del uso del ‘vos’ en la literatura americana es la obra Martín Fierro del argentino José
Hernández; en ella quiso reproducir el lenguaje familiar.
Pero, según las últimas disposiciones gramaticales de
la Real Academia Española, el pronombre “vos” es absolutamente correcto. Veamos
estos ejemplos: yo corro, tú corres, vos corrés, el corre, nosotros corremos,
vosotros corréis, ustedes corren, ellos corren (pronombres: yo, tú, vos,
nosotros, vosotros, ustedes, ellos). En el modo imperativo son correctas también
estas formas: corre tú, corré vos, corred vosotros, corran ustedes (pronombres:
tú, vos, vosotros, ustedes).
VOZ:
Es un accidente
gramatical. Su característica fundamental es indicar si la significación del
verbo es producida o recibida por el sujeto.
VOZ ACTIVA:
La oración gramatical
está construida en voz activa cuando la palabra o las palabras que conciertan
en número (v.) y persona (v.) con el verbo producen la acción de
éste, ejemplos: yo canto, tú lees, él escribe, etc. (v. t.: construcción con el verbo ser).
VOZ PASIVA:
La oración gramatical
estrá construida en voz pasiva cuando la palabra o palabras que conciertan en
número y persona con el verbo reciben la acción del mismo; en esta construcción
es necesario el verbo ‘ser’, ejemplos: yo soy amada, tú eres admirada, él ha
sido galardonado. (v. t.: construcción
con el verbo ser)
VUESTRO:
Adjetivo posesivo que
procede del latín ‘voster’. También puede ser pronombre. Ejemplos: éste es
vuestro hermano (adjetivo posesivo); esto no es mío, es vuestro (pronombre).
Hoy, tiene muy poco uso; generalmente se emplea el adjetivo ‘su’ (su herrmano),
y el pronombre ‘suyo’ (este libro es suyo).
VULGARISMOS:
Fenómeno lingüístico de
índole vulgar, aplebeyado e inadmisible en la lengua común. Por ejemplo, el uso
incorrecto del pretérito del verbo ‘andar’: decir andé en lugar de ‘anduve’; decir: infria en lugar de “enfría” que es la forma verbal correcta y, además, la jerga o argot, que es un
lenguaje callejero, sólo usado por grupos de personas afines en determinados
aspectos de la sociedad o de la profesión.
W
W:
El
Diccionario de la Real academi Española (DRAE) en su vigésima segunda edición
(año 2001) dice:
W: Vigésima sexta letra
del abecedario español, y vigésima tercera del orden latino internacional,
usada en voces de procedencia extranjera. En las lenguas en las que existe como
fonema, su articulación es, ora de u semiconsonante, como en
inglés, ora fricativa labiodental y sonora, como en alemán. En español se
pronuncia como b en nombres propios de personajes godos, p. ej., en Walia, Witerico, Wamba; en nombres propios o derivados procedentes del alemán,
p. ej., enWagner, Westfalia, wagneriano, y en algunos casos más. En vocablos de procedencia
inglesa conserva a veces la pronunciación de u semiconsonante; p. ej.,
en Washington,
washingtoniano. Su nombre es uve doble, ve doble o doble ve.
ORTOGR. En palabras totalmente
incorporadas al idioma es frecuente que la grafía w haya sido reemplazada
por v simple; p. ej., en vagón, vals, vatio.
X
X:
Vigésima séptima letra
del abecedario español, y vigésima segunda de sus consonantes. Su nombre es
‘equis’. Letra numeral que tiene el valor de diez en la numeración romana.
El uso correcto y normal
da a la pronunciación de ‘x’ el valor de ‘gs’ cuando va entre vocales o delante
de ‘h’, ejemplos: examen (egsamen); exhalar (egsalar). Tiene valor de ‘s’
cuando va delante de cualquier otra consonante que no sea ‘x’, ejemplo:
excelente (escelente). Lo vulgar e incorrecto es dar a la ‘x’ el valor de ‘s’
en el primer caso: examen (esamen); exhalar (esalar). Otra pronunciación
incorrecta que no tiene nada que ver con la ‘x’ es la que el pueblo tiene al
decir palabras con ‘sc’ como: escenario, escena (exenario, exena).
XENISMOS:
Reciben este nombre los
vocablos extranjeros que penetran en nuestra lengua española.
Y
Y:
Vigésima octava letra del
abecedario español, y vigésima tercera de sus consonantes. Su nombre es ‘i
griega’; también se le conoce con el nombre de ‘ye’. Es conjunción copulativa (v. elementos de enlce). Se emplea al
principio de una frase o de un párrafo sin enlace con otros vocablos
anteriores, para dar énfasis o fuerza de expresión a lo que se dice. Entre dos
sustantivos iguales, denota idea de repetición indefinida, ejemplo: te esperé
días y días.
Como conjunción, toma la
forma de ‘e’ ante una palabra que empiece por el fonema /i/, ejemplos:
culpables e inocentes; Francia e Inglaterra. Pero no se cambia cuando /i/ da
comienzo a un diptongo; ejemplos: mata a uno y hiere a otro; miel y hiel;
leones y hienas.
Tampoco ocurre el citado
cambio cuando la ‘y’ tiene valor de adverbio interrogativo, ejemplo: María está
aquí, ¿y Inés?
YACER: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso
común al hablar y escribir)
YEÍSMO:
Pronunciación de la
‘elle’ como ‘ye’. El yeísmo es un fenómeno fonético muy extendido en
Hispanoamérica.
YIDDISH:
También se escribe y se
pronuncia ‘yídis’, ‘yidish’. El yídish es lengua de origin aleman, lengua de
los judíos europeos y de los judíos emigrados de Europa. Los judíos de alemania
optaron por el alemán, pero el yídis es la lengua que hablan hoy los judíos en
Israel, Europa,, América, etc.
YO:
Pronombre personal de
primera persona en género masculino o femenino y número singular. Debe evitarse
el ‘yo’ enfático. (v. párrafo)
YOD:
Nombre de procedencia
hebrea.utilizado en fonética. La ‘yod’ (i) ocupa una posición intermedia entre
las vocales y las consonantes; a veces se le llama ‘semivocal’ y otras
‘seamiconsonante’. Al igual que una consonante, su emisión va acompañada por un
ruido, aunque menos importante que el que se produce durante la emisión de una
verdadera consonante. Al igual que una vocal, va acompañada por una resonancia
bucal. La yod desempeñó un papel importante en la evolución de todo el sistema
lingüístico indoeuropeo, y en particular en la evolución del castellano.
(Georges Moulin).
YUXTAPOSICIÓN:
Es la unión sintáctica de
dos elementos lingüísticos; ordinariamente, la unión de dos oraciones o frases,
(una al lado de otra) ejemplo: decídete pronto, tengo que marcharme. (v. t.: Oración, yuxtapuesta.)
Z
Z:
Vigésima novena y última
letra del abecedario español, y vigésima cuarta de sus consonantes.
Las últimas disposiciones
de la Real Academia Española en su Ortografía del año 2011, (743 pp.)
Son: “desechar
definitivamente el nombre ere para la r; así como las formas ceta,
ceda, zeda para la z. Los
únicos nombres válidos son: erre y zeta”.
¡ZAS!:
Voz expresiva del sonido
que hace un golpe, o del golpe mismo. ¡Zas!, ¡zas!: voces con que se significa
la repetición del golpe o del sonido de él. También indica la interrupción
brusca de algo.
¡ZAPE!:
Interjección. Voz para
ahuyentar a los gatos, o para manifestar extrañeza o miedo al enterarse de un
daño ocurrido, o para denotar el propósito de no exponerse a un riesgo que
amenace.
ZONAS LINGÚÍSTICAS DE
COLOMBIA:
El Instituto Caro y
Cuervo de Colombia cuenta entre sus actividades la elaboración de un Atlas
Lingüístico-Etnográfico de Colombia. El país tiene cuatro zonas bien
delimitadas, no sólo por la entonación del español, sino también por los
cambios semánticos que se operan en las palabras según las regiones. Las zonas
lingüísticas de Colombia son:
La occidental: Antioquia,
Valle, Caldas, Cauca.
La centro-oriental:
Cundinamarca, Boyacá, Santanderes, Tolima.
Las Costas: Bolívar,
Sucre, Cesar, Córdoba, Magdalena, Atlántico, Chocó.
La del sur: Nariño
*************************************
HOJA DE VIDA
LUCILA GONZÁLEZ DE CHAVES
Datos personales:
Lugar y fecha de
nacimiento: Medellín,
1927
Padres: Manuel
González y María T. Restrepo
Estado civil:
Casada
Nombre
del cónyuge: Luis Eduardo Chaves Becerra
Número de hijos: Cuatro: Luis,
Carlos, Ana, Juan
Dirección: Calle 47 N°
80-28, Apto. 201. Medellín
Teléfono: 413
15 63
Celular: 314
809 64 87
Correo electrónico: lugore55@gmail.com
Blog:
http://lucilagonzalezdechaves.blogspot.com
Estudios:
Primaria y
Complementaria: Colegio de la
Presentación, municipio
Titiribí
Bachillerato
Pedagógico: Instituto Central
Femenino (CEFA).
Medellín.
Letras: (“Experta
en”) Universidad de
Antioquia, Medellín.
Especializaciones: Seminarios de lingüística,
semiología,
Gramática generativa y trasforma-
cional, literaturas contemporánea y
moderna: Universidades
de Antioquia,
Bolivariana y U. de Medellín.
Experiencia
profesional:
Profesora de primaria en los municipios de Amagá, Titiribí y Rionegro
Directora de la Anexa a La Normal Superior de Señoritas de Rionegro
Profesora de pedagogía y psicología en
La Normal Superior de Señoritas de Rionegro
Profesora de historia, cátedra bolivariana y español en el Colegio Bethlemitas,
Medellín.
Profesora de español y literatura en el Centro Femenino de Antioquia
–CEFA- Medellín
Profesora de español y literatura en el Colegio Compañía de María, La
Enseñanza, Medellín
Profesora de estilística y teoría literaria en la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad Pontificia Bolivariana.
Profesora de Composición Oral y Escrita en la Facultad de Arquitectura de
la Universidad Santo Tomás de Aquino
–USTA- (Medellín)
Directora (E) de la Enseñanza Media del CEFA, Medellín
Coordinadora del Departamento de Idiomas del Tecnológico de Antioquia en
1985
Tiempo servido a la
educación:
Cincuenta años en el departamento de Antioquia
Tareas realizadas:
Al aparecer el Decreto
080 de 1974 que cambiaba el plan de estudios del bachillerato, fue pionera en
Colombia del cambio de la metodología para la enseñanza de la lengua
castellana: Implantó por primera vez en el país –mediante los textos de la serie Español y Literatura- una metodología novedosa: las Unidades
Didácticas o Unidades de Trabajo integradas con todos los aspectos de la lengua
materna. Hasta entonces, la
enseñanza-aprendizaje y los textos didácticos existentes trataban de manera
fraccionada los elementos integrantes del idioma español, que para entonces
eran solo las áreas de literatura, gramática, ortografía, enseñadas por
separado, por profesores distintos y en cualquier hora de la semana. La nueva
metodología, ideada y realizada por la maestra Lucila González de Chaves,
basada en las Unidades de Trabajo –dosificadas e integradas con los más diez
aspectos relacionados con el español -
fue uno de los aciertos de la serie: Español
y Literatura, y un factor de éxito.
Otras actividades:
Colaboradora de varias revistas literarias y didácticas; de periódicos de
provincia, de universidades y de colegios.
Coordinadora de la
revista Tecnológico de Antioquia en 1985…
Colaboradora de los
periódicos El Correo de Medellín, El Espectador (sección de Antioquia), El Colombiano de Medellín con artículos
de análisis literarios, corrección en el empleo del idioma español, y de
carácter psico-pedagógico.
Colaboradora del
periódico El Mundo de Medellín (en
sus secciones “Opinión” y “Educar
mientras se informa” con temas
literarios, educativos y crítica de libros).
Colaboradora del
periódico Suroeste, órgano
periodístico de la región del suroeste de Antioquia.
En el periódico Actualidad Regional del Bajo Cauca.
En la página web,
sección: “Para tener en cuenta” de la
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Antioquia.
Conferencista en
colegios, escuelas y universidades, centros culturales, sociales y políticos
con temas de literatura, funcionalidad del idioma, interpretación de lectura,
redacción; metodología del español; la
educación del adolescente; las tareas escolares; aspectos de la evaluación; el idioma como soporte del aprendizaje, etc.
Conferencista en círculos
de rectores y profesores de colegios con temas de pedagogía, sicología y
evaluación, en Bogotá, Manizales,
Facatativá, Cali, Barranquilla y Medellín.
Conferencias sobre la
funcionalidad del idioma en Colectivos de periodistas del Suroeste antioqueño,
en las Facultades de Economía y Comunicación de la Universidad de Antioquia, en
la Unión de Ciudadanas de Colombia.
Dirección y conducción de
seminarios y talleres de lectura, redacción, composición, estilística,
gramática y ortografía en varias instituciones comerciales y educativas, como:
Comfama, (Biblioteca Central; Unidad de Servicios Cristo Rey; Unidad de
Servicios Pedregal; Unidad de Servicios Manrique), Asociación de Contadores de la Universidad
de Antioquia, Colegio de Jueces y Fiscales de Antioquia, Empresas Públicas de
Medellín, Comfenalco, Cicrodeportes, periódico El Colombiano, Asociación de
Egresados de la Universidad de Medellín, Asociación de Egresados de la
Universidad Pontificia Bolivariana, profesores del Colegio La Enseñanza,
Asociación de Ingenieros Industriales de la Universidad Autónoma
Latinoamericana, médicos y empleados del Hospital General Luz Castro de
Gutiérrez, Grupo Gerencial de la Universidad Eafit, Instituto Metropolitano de
Educación, Cedicómputo, CADES, Selección Empresarial, ADIDA, locutores de la
emisora El Minuto de Dios, profesores del Liceo Nuestra señora del Buen
Consejo, Empresa Haceb, Psicor Ltda. (Sicología organizacional), ISAGEN.
Instituciones culturales como: “La Magia del Verso” y “El
Café rojo”. Facultad de Comunicación de la Universidad de Antioquia.
Programas radiales: “Un
momento para el idioma” en Radio Súper (Despertar educativo, programa de
ADIDA). Comentarios sobre poesía, idioma, literatura y pedagogía en las
emisoras: Todelar, Minuto de Dios, “El sabor de las palabras” en Radio
Bolivariana; Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia; Caracol; Programa
“Mujeres al Son de la Ciudad” en Emisora Comunitaria Zona Radio 88.4 F M Medellín; Programa “Solo para mujeres” en
Radio Múnera Eastman; Programa “Los Trabajos y los Días” en la Emisora Cultural
de la Universidad Nacional (sede de Medellín), ciclo de cuatro entrevistas.
Entrevista en TV. Programa “Perfiles”, Televida.
Entrevista en Tele
Antioquia. Programa “Habla la experiencia”
(2014)
Entrevista en Tele
Antioquia, semana del idioma, 2016
Entrevista radial en RCN
Nocturna, Bogotá, sobre temas de mi vida como maestra, periodista y escritora,
(2015 y 2016), (tres entrevistas).
Entrevista en
Telemedellín. Programa “Y también es paisa. Año 2020, año de la pandemia; la
COVID-19
Colaboradora del antiguo
suplemento cultural Lecturas Dominicales (hoy
“Generación”) del periódico El Colombiano de Medellín, con la columna semanal
“Hemos oído y leído, Funcionalidad del Idioma”
Colaboradora del
suplemento Cultural PALABRA&OBRA,
del periódico El Mundo, Medellín.
Jurado Calificador en
concursos de declamación, cuento, poesía, teatro. De oratoria (Universidad de
Medellín). Jurado del Premio del Círculo de Periodistas y Comunicadores de
Antioquia (CIPA) en la modalidad Comunicación y Cultura, edición 2013.
Conversatorio en el
Centro Cultural El Café Rojo, con la
poetisa Mara Agudelo, sobre Idioma y Poesía, 2016
Videoconferencia con la
Universidad Minuto de Dios: Funcionalidad del idioma. 2016
Conferencia sobre las
cuatro estrategias del idioma, en la Biblioteca Departamental Carlos Castro
Saavedra. 2016
Libros publicados:
Serie: Español y Literatura, once textos
didácticos, para los grados de primero a undécimo.
El niño lector, texto de lectura para el grado quinto de primaria.
Funcionalidad del idioma, hemos oído y leído, sobre el manejo de las
cuatro estrategias del idioma.
Un momento para el idioma, comentarios y
análisis sobre el idioma y sobre aspectos de la educación en Colombia.
(Publicado por ADIDA).
Gramática y estilística desde A hasta Z, manual de consulta para
estudiantes, profesores y ejecutivos.
(Este libro fue reeditado
por la Gobernación de Antioquia, año 2011, para incluirlo en la colección
“Bicentenario de Antioquia. Memorias y Horizontes”).
Literatura: investigación, Lectura y Análisis. Texto de consulta y de
estudio para profesores, escritores, universitarios y demás estudiantes.
Idioma y pedagogía. Talleres. Un libro de ensayos y
ejercitaciones
En la Colección “Palabras
Rodantes” de El Metro y Comfama de Medellín, con el libro Idioma, Literatura, Educación (ILE) (libro Nº 67)
Folletos: “Titiribí, una mirada retrospectiva”.-
“Búscate en mí” (reflexiones en torno a
dicha frase de Santa Teresa de Jesús).-
Carta abierta al maestro Luis Eduardo Chaves (I – II)
Cien Mujeres
Condecoraciones, placas y diplomas recibidos:
Medalla al Mérito “Miguel
Giraldo Salazar”, de la Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia.
Medalla de Honor
“Maimónides”, de la Unión Israelita
Medalla de Honor a la
Cultura y a la Educación “Porfirio Barba Jacob”, categoría oro, de la Alcaldía
de Medellín a la “Maestra del Idioma”.
“Escudo de Oro” del
Centro Formativo de Antioquia – CEFA – impuesto el 23 de abril de 2013,
mediante la Resolución Rectoral Nº 25,
firmada por la doctora Gladis Otálvaro Rojas, Rectora de la Institución.
“Escudo de Oro” de la
Gobernación de Antioquia (su máxima condecoración).
“Orquídea de Oro”,
condecoración otorgada por el Concejo de Medellín al mérito educativo y
escritural- 2018
Diploma del Departamento
de Lenguas Modernas de “Angelo State University”.
Diploma del Instituto
Colombiano de Pedagogía, ICOLPE, Bogotá
Diploma de Técnicas
Editoriales para Textos Escolares, Bogotá
Diploma de EAFIT en
Literatura contemporánea
Resolución de Honores del
Concejo Municipal de Medellín
Resolución de Honores de
la Alcaldía Municipal de Titiribí.
Resolución de Honores del
Liceo Santo Tomás de Aquino del municipio de Titiribí.
Resolución de Honores del
Centro Formativo de Antioquia –CEFA-
Placa de agradecimiento
del Colegio Nuestra Señora del Buen Consejo de Medellín.
Placa de agradecimiento
del Colegio Jesús de la Buena Esperanza de Bello.
Placa conmemorativa de la Municipalidad de Titiribí.
Placa de la
Administración Municipal 2012 -2015 de Titiribí, otorgada: “por su aporte en el
área Cultural, Literaria y Artística”.
Placa de reconocimiento
del Centro Formativo de Antioquia.
Mención de Honor por “la
proyección de sus valores en Español y Literatura a nivel nacional e
internacional”, otorgada por el Tecnológico de Antioquia –TdeA-
Placa de “agradecimiento”
otorgada por la Universidad Autónoma Latinoamericana –UNAULA- por la
participación en el foro “Hacia una reconstrucción ético-pedagógica del maestro
antioqueño”.
Placa “Reconocimiento a
una gran maestra que inspira con su palabra y es luz de la humanidad”, otorgada
por los Liceos: La Paz, El Trianón, Leticia Arango, Concha Agudelo, Alto las
Flores, John Kennedy. Envigado, Antioquia.
Placa: “Homenaje a la
Maestra de la Palabra”, otorgada por la Colonia Titiribiseña residente en
Medellín.
Placa: “Docente
Distinguida” otorgada por la Universidad Santo Tomás de Aquino –USTA- e
imposición del Escudo de la misma Institución. (Sede de Medellín)
Placa:
“Agradecimiento” del Municipio de San
Vicente (Ant,) por haber sido jurando en el II Concurso Literario, modalidad
cuento”.
Placa: “La Pluma de Oro”,
otorgada por el Concejo de Titiribí (Ant.)
Placa otorgada por la
Gobernación de Antioquia-Instituto de Cultura, (Palacio de la Cultura),
Medellín, por “los aportes a la enseñanza de nuestra lengua y a la
funcionalidad del idioma”. Semana del idioma, 2016
Premio CIPA a la “excelencia periodística”. Categoría
“Periodista-Escritora”. Otorgado por el Círculo de Periodistas y Comunicadores
Sociales de Antioquia.
Postulada al Premio
Interamericano de Educación “Andrés Bello” otorgado por la Organización de los
Estados Americanos –OEA-
Postulada al Premio
“Joaquín Vallejo Arbeláez”, año 2011, que otorga la Asociación de exalumnas del
Centro Formativo de Antioquia – CEFA
Reconocimiento del
Colegio Nuestra Señora del Buen Consejo de Medellín: su biblioteca lleva el
nombre de “Lucila González de Chaves”(Años después, el rector le cambió el
nombre por el de “San Agustín”)
Reconocimiento del Centro
Formativo de Antioquia –CEFA-: su biblioteca lleva el nombre de “Lucila
González de Chaves”.
Reconocimiento del
municipio de Titiribí: Su Concurso del Cuento a nivel nacional, lleva el nombre
de “Lucila González de Chaves”.
La Cámara de Comercio y
dos periódicos de Medellín, en el año 1999, realizaron una encuesta popular
para destacar a los personajes del Siglo Veinte en Antioquia, y en el campo de
la Educación y la Cultura, Lucila González de Chaves ocupó un lugar destacado
(5º) entre los primeros puestos.
La Academia Antioqueña de
Letras, fundada en 1997 por el poeta y escritor Sergio Esteban Vélez, realizó
su primer acto público significativo rindiendo homenaje a Lucila González de
Chaves, “la gran gramática de Antioquia”.
Homenaje de poetas,
escritores, pintores y músicos presididos por el grupo poético “Magia del
Verso” dirigido por la poetisa y declamadora María Cecilia Estrada, en el
auditorio de la Cámara de Comercio de Medellín a la “Maestra del idioma”.
Homenaje en el programa
de la Gobernación de Antioquia y de la Alcaldía de Medellín: “Maestros para la
vida”, en el teatro Metropolitano de Medellín.
Homenaje de la
Institución Plenilunio a la “Maestra del Idioma”, “en reconocimiento a su vida
al servicio de la educación y la cultura”
(15 de mayo de 2013)
Homenaje de la
Gobernación de Antioquia y su Instituto de Cultura (Palacio de la Cultura,
Medellín), a la “Maestra del Idioma”. Abril,
2016.
Asociaciones a que pertenece:
Miembro Correspondiente
de la Academia Colombiana de Educación y de la Lengua. Discurso de posesión:
“Y….también hubo una cultura precolombina”, pronunciado en el Paraninfo de la
Academia Colombiana de la Lengua, Bogotá.
Miembro de Número de la
Academia Antioqueña de Letras
Miembro de Número de la
Asociación de Autores Colombianos de Obras Didácticas
Miembro del antiguo “Café
Literario” del periódico El Colombiano
BIBLIOGRAFÍA DE APOYO EN LA CONFORMACIÓN DEL LIBRO:
Academia Col. de la
Lengua. Boletín. Tomo XIX, N° 78. 1969
Alarcos Llorach,
Emilio. Fonología española. Cuba:
Instituto Cubano del Libro. 1975
Álvarez del Real E. (Directora general) Aprenda a
redactar. .Panamá. América [s.f.]
Alonso, Dámaso. La poesía de San Juan de la
Cruz. Madrid: Aguilar, 1958
-------------------- Cancionero y Romancero
español. España. Salvat, 1970
Amaya M., Santos Nuestra lengua. Bogotá,
Voluntad. 1968
---------------------- Educación idiomática
española. Bogotá. Voluntad. 1966
Amorós, Andrés. Intr. a la novela
contemporánea. Barcelona. Amaya. 1966
Anderson Imbert,
Enrique. Hria. De la Literatura
Hispanoamericana. México, 1961
------------------------------- ¿Quién es el padre del ensayo? México, 1965
Añorga, Joaquín. Composición. Barcelona.
Cartongraf. 1966
------------------- Conozca su idioma.. New
York, Minerva. 1964
Bague, Esteban. Lingua. Barcelona, Teide.
1960
Ballester Escalas,
R. Literatura Universal.
Barcelona. Gassó. 1961
Bally, Charles. El lenguaje y la vida. Buenos Aires,
Lozada, 1977
Barcia, Roque. Sinónimos
castellanos. Buenos Aires, Sopena, 1940
Baroja, Pío. La intuición y el
estilo. Madrid [s.f.
Barthes, Roland y
otros Estructuralismo y literatura. Buenos Aires,
Nueva Visión, 1972
---------------------------- Análisis estructural del relato. Buenos
Aires. Niebla. 1976
Bello, Andrés. Gramática de la Lengua
Castellana. Madrid, Editorial Edaf, l984
Bernal Leongómez,
Jaime. Antología de la lingüística
textual. Bogotá, Inst. Caro y Cuervo, 1986
------------------------------- Tres momentos estelares en lingüística.
Bogotá, Inst. Caro y C. [s.f.]
Bernardi
Cámpora,Manuel. (Editor) Los tres grandes
imperios de América: Aztecas, Mayas e
Incas. 1998
Bignami, Ariel. ¿Qué es la literatura? Guía
y elementos. Buenos Aires, Boedo, 1978
Bibl. Luis Ángel
Arango. Boletín cultural y bibliográfico.
Varios ejemplares.
Cahan, Alfredo Literaturas germánicas,
Buenos Aires, Fabril Financiera, 1961
Casares, Julio. Introducción a la
lexicografía. Madrid, 1950
----------------- Novedades en el
Diccionario Académico. Madrid, Aguilar. 1963
Castagnino, Raúl. El análisis literario. Buenos
Aires. Nova. 1965
Clemente, José E. La estética del lector. Buenos
aires. Ateneo. 1964
Corominas, Joan. Dic. Etimológico de la Lengua
Castellana. Madrid, Gredos. 1961
Correa C. E, y Fer.
Lázaro. Cómo se comenta un texto en
bachillerato. Madrid, Gráficos, 1962
Coseriu, Eugenio. Competencia lingüística.
Madrid, Gredos 1992
Chabás, J. Literatura española
contemporánea (s. f.)
Chafe, Wallace L. Significado y estructura de la
lengua. Barcelona, Planeta, 1978
Chaves, Lucila González
de Español y lit. Libros 6, 7, 8, 9, 10, 11 Medellín, Bedout.
1996
-------------------------------- Un momento para el idioma. Medellín, Adida,
1998
-------------------------------- Funcionalidad del idioma. Medellín, Grupo
Impresor. 1992
-------------------------------- Gramática y Estilística desde A hasta Z.
Medellín, Grupo
Impresor.1999
Chomsky, Noam. Aspectos de la teoría de la
sintaxis. Madrid, Aguilar, 1976
De Saussure,
Ferdinand. Curso de lingüística
general. Buenos Aires,, Lozada, 1978
De Torre, Guillermo. La aventura estética de nuestra edad.
(s. f. )
Del Río y Bernardete
J.M. El concepto contemporáneo de
España. Antología de ensayos
Del Saz, Agustín. Historia de la literatura.
Barcelona, Juventud. 1958
Díaz-Canejo, Enrique La Nueva Poesía. Buenos Aires. 1978
Díaz-Plaja,
Guillermo Historia de la
literatura española. Buenos aires, Ciordia, 1963
-------------------------- Los métodos literarios.. Buenos
Aires. Ciordia. 1965
-------------------------- Historia del español. Buenos Aires,
Ciordia, 1955
Domenchina, Juan
José. Antología de la poesía
española contemporánea.. México: 1941
Eco, Umberto. Tratado de semiótica
general. Barcelona, Lumen, 1985
Fernández Almagro,
M. En torno al 98 (s. f.)
Fernández, Sonsoles. Didáctica de la Gramática. Madrid,
Narcea S.A. de Ediciones. 1987
Ferrero, Luis. El ensayo como género
literario. México, 1965
Figueiredo, Fidelino
de La lucha por la expresión.
Madrid. [s.f.]
Flórez, Luis Lecciones de
pronunciación. Bogotá, Inst. Caro y Cuervo. 1963
-------------- Temas de castellano.
Bogotá, Ins. Caro y Cuervo. 1958
Franco, D. La preocupación de España en su literatura (s.
f.)
Gascht, André Humanismo de Saint-Exupéry
(s. f.)
G. Lanteri, Laura y
otros Introducción al estructuralismo.
Buenos Aires, Nueva Visión. 1978
Gili y Gaya, Samuel Curso superior de sintaxis española.
Barcelona, Spes. 1961
---------------------- Literatura universal. Barcelona.
Teide. 1959
Godefroy-Barrat. Saber hablar para triunfar.
Bogotá: Panamericana, 1996
González-Porto. Diccionario de Autores.
Barcelona. Montaner y Simón. 1963
------------------- Diccionario Literario.
Barcelona. Montaner y Simón. 1959
González Ruiz. N La literatura española [s.f.]
Gorski, D. P. y
otros Pensamiento y lenguaje.
México, Grijalbo, 1966
Grijelmo, Álex. Defensa apasionada del
idioma español. España, Huertas. 1998
Guiraud, Pierre. La estilística. Buenos
Aires: Nova. 1960
Hauser, Arnold. Historia Social del arte y
la Literatura (s. f. )
Huguet, Jean. Saint-Exupéry y la
enseñanza del desierto (s. f.)
Inst. Caro y Cuervo Noticias Culturales. Boletín
168. 1975
Iriarte, Alfredo. “Arte y Literatura de
combate”, en: Magazine Dominical. 1969
Jackobson, Roman Ensayo del lenguaje. Barcelona,
Seix Barral, 1975
Julio, Rubén DarÍo.
Gramática histórica. Medellín, Universidad de Antioquia, 1988
Kayser,
Wolfgang. Interpretación y
análisis de la obra liteararia. Madrid. Gredos.
1961
Kurz,
Paul Conrad. Metamorfosis de
la novela Moderna, en “La nueva novela
europea”.
Madrid, ed. Guadarrama. 1968
Lacau-Rosetti. Castellano. Buenos aires.
Kapelusz. 1962
Laín Entralgo, Pedro La generación del 98
Lapesa, Rafael Historia de la lengua
española. Madrid. Escelicer. 1959
Lázaro Carreter, F. Diccionario de términos
filológicos. Madrid, Gredos. 1962
--------------------- Lengua española. Historia,
teoría y práctica. Salamanca: Anaya, 1974
Lazzati, Santiago. Diccionario de parónimos
castellanos. Buenos Aires. Sopena. 1963
Madariaga, Salvador
de. Guía de lectores del Quijote.
España (s. f.)
M. de Crisenoy. Antoine de Saint-Exupéry,
poeta y aviador. (s. f.)
Malmberg, Bertil. La fonética. Buenos Aires,
Universitaria, 1964
Marco, Joaquín. D. Alonso presidente de la
Real Academia Española. Bogotá 1968
-------------------- “Miguel Ángel Asturias, Premio
Nobel de Literatura” En El
Colombiano.
Marín, F. Marcos Aproximación a la gramática
española. Madrid, Cincel. 1972
Martinet, André. Elementos de lingüística
general. España, 1960
------------------- El lenguaje desde el punto de
vista funcional. [s.e.]. 1962
------------------- La lingüística sincrónica.
Madrid. Gredos. 1968
Martínez Amador. E. Diccionario gramatical. Barcelona.
Sopena. 1960
Mayo, W. J. Cómo estudiar y no
olvidar lo aprendido. Bogotá: Norma. [s. f.]
Menéndez Pidal,
Ramón. Poesía juglaresca y juglares.
Orígenes de las literaturas románicas.
Madrid: Espasa Calpe, 1990
Miranda P., Luis Análisis gramatical. Madrid,
Ferraz, 1962
Montaigne, Miguel
de. Ensayos I, II, III España: Gredos [s. f. ]
Murry,
J. Middlenton. El estilo literario.
México. Fondo de Cultura. 1966
Musch, Walter. Historia trágica de la
literatura. México. Fondo de Cultura. 1965
Navarro Tomás, Tomás Manual de pronunciación española. Madrid.
Monteverde. 1965
Ospina, Eduardo. El romanticismo. Bogotá. A.B.C. 1952
Ospina, Luz Janeth. La reseña crítica. Medellín, Grupo
Impresor, 1996
Osuna, Rafael. Cuestiones de onomatología
americana en los cronistas de Indias.
Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, [s.f.]
Pardo, Felipe y J.
Baquero- Lecciones de lingüística general. Rev. De Ling. (1, 2) Bogotá. 1963
Perés, Ramón. Literatura universal.
Barcelona. Sopena. 1964
Pérez-Rioja, José A. Gramática de la lengua española.
Madrid. Tecnos. 1960
Pesquera, Julio G. Las buenas palabras. Colombia,
Carvajal, 1991
Polo Figueroa,
Nicolás Estructuras
semántico-comunicativas en español. Bogotá. S. T. 1981
Ragucci, Rodolfo El habla de mi tierra.
Argentina [s.f.]
Real Academia
Española. Diccionario de la lengua
española. Madrid, Espasa Calpe, 1992
----------------------------- Ortografía de la Lengua Española. España:
Espasa Calpe. 1999
Restrepo, Félix Diseño de semántica
general. Cali. Norma [s. f]
Revilla, Santiago. Gramática española moderna.
España. Castilla. 1968
Roger, Juan. Figuras de la literatura
francesa contemporánea. Madrid, Rialp. 1962
Rodríguez Monegal, Emir.
La hazaña de un escritor. En ‘Visión’, julio 1969
Rojas Ortiz, Jaime Tratado sobre el lenguaje.
Medellín, Pragma, 1999
---------------------- El ensayo, historia y teoría.
Medellín, U. de A. 1996
Rubiano de C.
Juliamaría. Estrategias de la
comunicación. Bogotá: Norma, 1981
Saenz de Urturi y M.
V. Historia de la literatura. Madrid.
S.M. 1963
Saïdah, Jean-Pierre. Saber escribir. Bilbao: Mensajero. [s. f.]
Salaverría J.M. La Generación del 98. En
“Nuevos retratos” [s.f.]
Salinas, Pedro El concepto de la
generación literaria aplicado a la del 98. En
“Literatura española, siglo XX”
Sánchez, Luis
Alberto. Breve tratado de
literatura general. Chile, Ercilla. 1939
Sánchez Cerezo,
Sergio (Director) Diccionario de las
Ciencias de la Educación. Madrid, 1985
Schaff,
Adam. Introducción a la
semántica. México, F. de Cultura Económ.
1983
----------------- Lenguaje y conocimiento.
México, Grijalbo, 1977
Schmidt, A. M. La literatura simbolista.
(s. f.)
Schucking, Levin. El gusto literario. México.
Fondo de cultura económica. 1960
Shipley, Joseph. Diccionario de la literatura
mundial. Barcelona. Destino 1962
Shipp, Horacio. Libros que han movido el
mundo. México. Ediciones. 1959
Searle, John R. Actos del habla, ensayo de filosofía
en el lenguaje. Madrid. 1980
Seco, Manuel. Diccionario de dudas de la
lengua esp. Madris. Espasa Calpe. 1986
---------------- Gramática esencial del
español. Madrid, Aguilar, 1976
Snell, Bruno. La estructura del
lenguaje. Madrid, Gredos. 1966
Serrano M.
Celedonio. Nuevo diálogo de la
lengua. México. 1957
Stevenson, Robert
Louis. Ensayos literarios. España:
Gredos [s. f. ]
Tobón Franco, Rogelio. El resumen, teoría y práctica. Medellín,
Grupo Impresor, 1995
Torrente Ballester,
G. Panorama de la literatura
española contemporánea Guadarrama, 1965
Uitti, Karl D. Teoría literaria y
lingüística. Madrid, Ediciones Cátedra,
l977
Ullman, Stephen. Lenguaje y estilo. Madrid,
Aguilar, 1976
-------------------- Semántica. Madrid, Aguilar,
1976
Valbuena Prat,
Ángel. Historia de la literatura
española. Barcelona: Gustavo Gili, 1937
Varios. Cómo evitar los
errores más frecuentes en el castellano. Bogotá,
Círculo de lectores. 1996
Velásquez Martínez,
Alberto. La generación del 98. En
“Lecturas dominicales” de
El
Colombiano, (periódico) marzo, 1998
Vélez, Jaime
Alberto. El ensayo. Medellín,
Grupo Impresor, 1997
Vivaldi, Martín Curso de redacción. Madrid.
Paraninfo. 1964
Walker,
Stanley. Los secretos de hablar bien y convencer. Colombia:
Al-Borah. 1991
Wherli, Max. Introducción a la
ciencia literaria. Buenos Aires. Nova. 1966
Zamboni, Alberto. La Etimología. Madrid, Gredos.
1988
-------------------------------------------------------------------------------------------------
Este libro se terminó de imprimir en los talleres Gráficos del Grupo Impresor
Ltda. Medellín.
_________________________________________________
Prohibida la reproducción total o parcial de este
libro por cualquier medio o cualquier propósito, sin la autorización escrita de
la autora.
Está inscrito en el Ministerio de Educación de
Colombia.
Tiene “Derechos de Autor” conforme a la Ley.
Ha sido editado dos veces.
La Gobernación de Antioquia seleccionó este libro para
editarlo oficialmente e incluirlo en la Colección: “Bicentenario de Antioquia”.
_________________________________________________________
NOTA: Este libro ha sido
actualizado en los años siguientes a su
publicación, por la autora, de acuerdo con los conceptos ortográficos,
gramaticales y sintácticos emitidos por la Real Academia Española (RAE) en sus
recientes libros de 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario