De las concepciones que se
han venido teniendo acerca del lenguaje
Autor: Lucila
González de Chaves
Reflexiones sobre la creación y el estudio del lenguaje en su rica historia.
El lenguaje es una de las manifestaciones de la actividad simbólica del
hombre, es decir, de su aptitud para representar las cosas, las ideas y los
hechos por medio de sonidos, gestos, actitudes, comportamientos, signos u
objetos.
En la actualidad, gracias al gran avance científico y
tecnológico, se han desarrollado nuevos sistemas de comunicación, como: el lenguaje
visual, el auditivo, el matemático, el de la lógica formal, el de las imágenes,
etc.
¿Desde cuándo hablamos?
Un problema debatido y desde muy antiguo, es cuándo empezó
a hablar el hombre y cómo pudo empezar a hacerlo.
Las dos hipótesis griegas más antiguas se deben a Demócrito y a Platón;
el primero afirma que el lenguaje es de institución arbitraria (‘thesei’).
En el diálogo platónico, Cratilo o la exactitud de las palabras,
Cratilo se plantea el problema del origen natural del lenguaje
(‘physei’). Las palabras imitan la naturaleza de las cosas; conocemos
su esencia por las palabras.
En el siglo IV a. de C., Platón es el iniciador del estudio de
la significación, basada en la verdad o falsedad de las proposiciones. Para
él, la institución de las palabras es un hecho natural, pero
el espíritu interviene en la evolución de ellas.
Aristóteles considera la voz como una facultad natural, y la
palabra como una invención convencional.
El lenguaje antiguo y el medieval giraron alrededor de la sabiduría y lo
absoluto, marcados por la filosofía y la religión. Descartes fue el primero en
establecer la posición del hombre como sujeto y objeto de pensamiento y
observación.
Sócrates, el gran filósofo, no leía ni escribía; su legado son los Diálogos.
La modernidad
Hay muchas teorías al respecto; algunas de ellas son:
Hovelaque opina que la facultad de hablar articuladamente es
natural; es una energía; pero el uso que se hace de ella es un arte
(‘ergon’).
Whitney y Saussure definen el origen del lenguaje como un hecho
arbitrario. El hombre pudo usar, en vez del habla, los gestos o los demás
signos visuales.
Steinthal opina que no hay ninguna dificultad, toda vez que “el hombre
habla como el bosque susurra.”
Max Müller cree que el hombre tiene una facultad expresiva, un instinto
filológico creador del lenguaje.
Otras teorías se fundan en la imitación. La palabra sería una
imitación del objeto por medio de sonidos; los onomatopéyicos, por
ejemplo, pero no los demás sonidos.
Spencer asegura que el lenguaje deriva de una evolución lenta de la
animalidad.
Otros admiten la teoría de la elaboración, es decir: el hombre nace sin
ideas, pero posee la facultad de adquirirlas, organizarlas y, en consecuencia,
de crear el lenguaje.
Otro concepto del origen del lenguaje es: Dios hizo al hombre un ser parlante,
le dio facultad de hablar y los órganos necesarios para convertir la potencia
en acto.
El lenguaje y sus dos grandes bloques
Sociolingüística: se interesa por el lenguaje como un fenómeno social y
cultural; afirma que el lenguaje tiene relaciones con las ciencias sociales,
especialmente con la psicología social, la geografía humana y la
sociología. La sociolingüística no concede mucha importancia a la gramática, sino
que destaca la intencionalidad del individuo.
Psicolingüística: estudia los nexos entre la psicología y la
lingüística. Abarca conceptos biológicos, antropológicos, sociológicos y
educativos. Se ocupa de las diferencias entre el lenguaje humano y la
comunicación animal; pone énfasis en la relación lenguaje-pensamiento. Además,
la influencia que sobre el individuo tiene su medio familiar, social,
educacional, etc. Estudia los procesos de aprendizaje del idioma.
Se habla de Neurolingüística
Abundan definiciones en torno a esta palabra y muchas aplicaciones,
especialmente las conductas lingüísticas; sobre los trastornos del lenguaje
(afasia, dislexia, etc.)
La neurolingüística estudia los mecanismos del cerebro para conocer y
comprender el lenguaje, bien sea oral, escrito o con signos (los
códigos), y lo estudia a partir de la propia experiencia.
Relaciona a un ser con otro y pone en claro esa relación. En épocas
anteriores, no muy lejanas, se estudiaba esta ciencia sin este nombre, de
manera menos complicada, y desde la psicología.
Hoy estamos hablando de neurolingüística, neurobiología (disfunciones
del lenguaje: tartamudeo, dislexia), técnicas de medición del aprendizaje;
lingüística computacional…
Se habla de neuroplasticidad
Moldear la mente, el cerebro, a través de la actividad.
La nueva disciplina se llama psiconeuroinmunología.
Niveles del lenguaje
Lenguaje culto:
En él percibimos los matices literarios, poéticos, filosóficos. También
es llamado lenguaje literario; es el más representativo por su carácter de
estabilidad. La literatura nos da las normas para usar este lenguaje, para que,
además de correcto, esté revestido de belleza, armonía y produzca en el lector
una grata emoción.
Lenguaje vulgar:
Es sencillo, libre de adornos y embellecimiento literario, es el
lenguaje popular. En latín, ‘vulgo’ es pueblo, por eso el lenguaje del pueblo
es el vulgar.
Lenguaje hablado:
Por sí solo es insuficiente; se encuentra limitado por el espacio y el
tiempo; pero a su vez aventaja al lenguaje escrito porque es un lenguaje
anímico. Las inflexiones de la voz y las insinuaciones del tono (hipertonos)
atraen el interés del interlocutor hacia la idea. Si se añade el gesto, se
termina por expresar los matices de los afectos con más extensión y fuerza
persuasiva.
Lenguaje escrito:
Por el lenguaje escrito se trasmite el pensamiento a través del tiempo y
del espacio, a regiones remotas y a futuras generaciones. La enseñanza oral sin
el auxilio de los libros sería más defectuosa y rudimentaria. Se ha dicho que
la escritura es la memoria de la humanidad.
Lenguaje familiar o coloquial:
Es el lenguaje conversacional. En literatura, este lenguaje se emplea
cuando el arte se aproxima a lo natural. Las obras costumbristas se encuentran
en este campo.
Lenguaje figurado:
El lenguaje figurado, traslaticio o ‘tropológico’ (de ‘tropo’ = cambio)
permite usar las palabras en un sentido ‘figurado’, imaginativo. La figura que
permite cambiar el sentido propio de las palabras por un sentido figurado se
llama ‘tropo’ y en este grupo están las llamadas figuras o imágenes
literarias.
Lenguaje y pensamiento
El lenguaje no manifiesta solo una voluntad aislada, no descubre solo un
sentimiento momentáneo, no imita o representa solo algo particular, sino que
ordena todo esto dentro de un campo único de significación general.
A una disposición de pensar corresponde una determinada manera de
hablar. En la lengua se reflejan las diversas modalidades del ser mental que
habla.
El lenguaje simplifica, precisa y fija el pensamiento individual,
perfeccionándolo y analizándolo, hasta conseguir la expresión exacta.
El manejo del idioma es un doble proceso de análisis y
de síntesis. Expresar a los demás nuestro pensamiento obliga a
distinguir bien los elementos que integran el juicio o el sentimiento por
expresar.
La gramática tradicional solo tenía en cuenta la
relación pensamiento-lenguaje, y a esto se le llamaba ‘logicismo’. Pero,
hoy sabemos que en el idioma intervienen también los factores psicológicos; por
eso es tan importante la llamada ciencia del lenguaje.
La Escuela de Port-Royal (Gramática general y razonada) buscó
una correspondencia entre el pensamiento y las lenguas naturales; pero la
gramática (arte de hablar) y lo razonado (arte de pensar) se distinguían
confusamente; durante todo el siglo XVIII predominó dicha tendencia.
Lenguaje y redacción
El lenguaje es un hecho natural en el ser humano. Se aprende a hablar
sin estatutos ni preceptos.
Quienes tienen el don del lenguaje pueden redactar con
belleza y elegancia, aun (sin tilde) sin conocer mucho las normas gramaticales;
pero, leen con dedicación a los que bien escriben, o escuchan a los maestros
del bien hablar.
Lo que necesitan los iniciados en la redacción es tener algo para decir,
y encontrar las fórmulas precisas de sus ideas; luego vendrá la necesidad de
aprender a emplear correctamente el idioma.
El secreto de todo buen manejo del lenguaje, de la correcta escritura,
de la excelente lectura, es saber distinguir entre la calidad y la cantidad.
Comprender una idea, entender una lectura, solucionar un problema, empiezan por
conocer, entender, estudiar y saber manejar LA PALABRA.
La semántica, la ortografía, la etimología, la sintaxis son muy
necesarias, pero estas sí son materia de estudio, reflexión y consagración.
Además, es importantísimo poner atención a la sinonimia, ya que este hecho
lingüístico no significa que dos palabras signifiquen exactamente lo mismo,
dado que lo que el lenguaje exige, entre otras muchas normas, es claridad,
precisión y propiedad.
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