El Maestro Facundo
Cabral
"Nos aferramos a nuestros
hábitos por miedo a lo incierto, a lo nuevo, que tal vez no nos dé la seguridad
que creemos necesitar. Es inevitable que olvidemos los modos de escapar al
miedo porque debemos enfrentarlo para conocerlo (eludirlo es aumentarlo,
escapar del miedo es otra forma de miedo), no podemos evitar el miedo que está
ahí, como una herida, entonces vamos a darle lugar para verlo funcionar,
serena, tranquilamente. Cuando miramos al miedo de frente le encontramos otra
dualidad: ¿Quién mira a quién? ¿Quién mira si el miedo es lo mirado? Si
nosotros somos los observadores, lo somos desde nuestros hábitos (conductas,
creencias, ideologías, es decir con las culturas heredadas), entonces el miedo
es lo observado por nuestro pensamiento, que se nutre de la memoria, la
tradición, la cultura, es decir que produce los miedos, pero si algo sucede
rápidamente, sin darle tiempo al pensamiento para intervenir, no tenemos miedo
porque el miedo sólo aparece cuando hay algo de tiempo entre el acto y la
reacción para que el pensamiento ordene el miedo. Nos asustamos porque
escapamos del miedo, al evitarlo le damos más categoría, lo agravamos con la
lucha, que produce violencia, odio, dolor."
CABRALIDADES…
✔️Si no soñaras, si no te agotaras en los pleitos
de los sueños, descansarías más y te levantarías mejor. Para eso debes vivir
plenamente cada vigilia para que el inconsciente no tenga que recordarte nada a
la hora del sueño.
✔️Cuando no tenemos necesidad de regresar a nada ni
a nadie comenzamos a ser realmente libres, entonces sí podemos crecer.
✔️No hay peste más dañina que la ignorancia ni
esclavitud más grande que la mentira.
✔️Si somos felices por una causa, por otra causa
dejaremos de serlo, es decir que si somos felices por algo, no somos felices.
✔️Escapa de los que levantan banderas porque cuando
alguien dice Viva algo, está diciendo Muera el resto.
✔️Es peligroso que nazca este niño, aconsejó el
médico, porque la madre está tuberculosa, el padre es alcohólico y viven en la
miseria. Por suerte no lo escucharon, de lo contrario hubieran matado a
Beethoven.
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