LOS LOGARITMOS Y LA LENGUA Y LA CULTURA
Eduardo Davis (Agencia EFE)
El
director del Cervantes pide que los algoritmos no empobrezcan las lenguas
El
director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha instado al mundo
académico y político a estar «vigilante» ante la llamada «inteligencia artificial»
y a impedir que los «algoritmos» empobrezcan las lenguas y la cultura.
Escuchar
«Vivimos
en un mundo en el que la llamada inteligencia artificial va a indagar en
procesos artificiales de traducción», declaró García Montero en una entrevista
con EFE en el marco de la segunda edición de la Conferencia Internacional de
Lenguas Portuguesas y española (CILPE), que se celebra en Brasilia.
«Da
miedo hablar de inteligencia artificial, porque eso no existe», pues «la
inteligencia es propia de los seres humanos y son los seres humanos los que
programan las máquinas para, a partir de ahí, hacer operaciones», señaló García
Montero, poeta y ensayista que está al frente del Instituto Cervantes desde
2018.
En
ese sentido, expresó su preocupación por el hecho de que «los mecanismos de
traducción rápida están avanzando mucho y se van a extender» desde una óptica
más comercial que cultural, por lo que pueden derivar en procesos
«empobrecedores» de las lenguas.
«Se
puede crear un limbo lingüístico de entendimiento que pierda muchos matices y
muchas riquezas para lenguas que son, no una lengua franca para hacer negocios,
sino lenguas de riqueza multicultural», apuntó.
En
ese mismo sentido, dijo temer que «en las programaciones» se incurra en
«procesos de estandarización y sesgos que pueden generar dinámicas machistas o
racistas», por lo cual consideró fundamental «potenciar las traducciones
literarias».
Según
García Montero, la traducción de textos debe enfatizar «esa dinámica y hacerlo
con alma, no con algoritmos», pues si «se provocan sesgos, la lengua se
convierte en un espacio de dominación y empobrecimiento» y de «desprecio a la
diversidad».
Subrayó
que, frente a ese futuro, se debe dar «mucha importancia al trabajo del español
y del portugués en las máquinas», a fin de preservar la «riqueza cultural» de
esas dos lenguas y defender la «pluriculturalidad» que las caracteriza.
En su
opinión, no se puede «olvidar la dimensión cultural de los idiomas, la
importancia de las lenguas maternas y, a la hora de la traducción, cuidar mucho
la traducción literaria, llena de matices literarios, que es simplemente el
respeto a las lenguas maternas».
Eso
significa, según García Montero, comprender y preservar «el matiz del idioma
donde cada hablante de la comunidad de nuestros 850 millones (sumados entre
español y portugués) aprenden a decir “Madre, tengo frío” o “Te quiero”».
Destacó
que hay «muchos matices a la hora de hablar español en México, en Argentina, en
España entre Andalucía y Salamanca» o en el portugués hablado en Brasil y en
Portugal. «Defendamos esos matices porque es la manera de defender nuestra
diversidad», sentenció.
Una
pluralidad que, en el caso del español y el portugués, pasa también por las
lenguas indígenas de América Latina.
«La
cultura tradicional de nuestras lenguas llegó a generar una convivencia con las
lenguas indígenas» que es «fundamental también» para la compresión de la
«cultura panhispánica», indicó.
Según
García Montero, «se trata de reivindicar la posibilidad de internacionalizar
como lenguas mayoritarias la presencia del español y el portugués, pero sin
olvidar que existen lenguas no hegemónicas que deben convivir con las grandes
lenguas».
También
para garantizar que «si puede haber una comunicación franca, que eso también sirva
para asegurar, democráticamente, la conservación de las lenguas no
hegemónicas».
Como
complemento de ese esfuerzo que se hace desde los ámbitos académicos, García
Montero también subrayó el papel que les cabe a los Gobiernos desde la
formulación de las políticas públicas y dijo que un camino podría ser
incorporar la enseñanza del español y el portugués en las escuelas de los
países iberoamericanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario