PABLO
NERUDA, EL GRAN POETA DE LA AUDACIA Y LA ORIGINALIDAD
Lucila
González de Chaves
Dolor de patria:
Sus
grandes amigos y todos los que lo conocieron en la intimidad de su sentir y su
pensar, afirman que el gran Neruda murió de “dolor de patria”: la situación
política de su país y el asesinato de su gran amigo, el presidente Salvador
Allende le enfermaron el alma y el cuerpo y le agudizaron sus desencantos.
Sus galardones:
Había
nacido en Chile en 1904; su muerte ocurrió en 1973. Su verdadero nombre:
Neftalí Ricardo Reyes. Recibió varios galardones, entre ellos: Premio Nacional
de Literatura en 1945; Premio Stalin de la Paz en 1950, concedido por Rusia para honrar su obra
poética: Que despierte el leñador; Premio Nobel de Literatura en l971.
Fue
representante diplomático de su país en Birmania, Java, España, Francia y
México.
Su mundo emocional:
Como
escritor, tuvo audacia en la expresión y originalidad en el estilo. Su obra es
un mundo emocional que se muestra con esplendor en su poesía liberada de trabas
y de normas, aunque algunas de sus obras tengan influencia de la escuela
llamada Modernismo, como en su libro Veinte poemas de amor y una canción
desesperada, textos escritos a los veinte años, considerados como los
poemas hispanoamericanos que más rápida y profundamente se han universalizado.
En ellos traza su biografía sentimental. Los temas predominantes son: la mujer,
la angustia, la tristeza, la ausencia, la nostalgia, el recuerdo, la soledad.
Son poemas que alcanzan acentos de amor, desesperación y melancolía infinitos.
Versos patéticos, cuyo más alto exponente es el popularísimo Farewell que todos aprendimos de
memoria:
“Desde el fondo de ti y
arrodillado
Un niño triste como yo, nos mira…
Por esa vida que arderá en sus
venas
Tendrían que amarrarse nuestras
vidas.
………………………………………….
Yo no lo quiero, amada.
Para que nada nos amarre
Que no nos una nada
…………………………………….
Ya no se encantarán mis ojos en
tus ojos;
Ya no se endulzará junto a ti mi
dolor.
Pero hacia donde vaya
llevaré tu mirada
Y hacia donde camines llevarás mi
dolor
………………………………………………..
Yo me voy. Estoy triste; pero
siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé
hacia dónde voy.
Desde tu corazón me dice adiós un
niño
Y yo le digo adiós.
Uno de sus
biógrafos declara: “su verso es un vibrador de melancolías, de soledades, de
muerte… el poeta rehúye lo fácil, lo narrativo; combate abiertamente la
novelería de los poetas de su tiempo”.
En su obra Tentativa del hombre infinito expresa
todo su surrealismo, desborda la imagen y abunda en un desarrollo ilógico de la
sintaxis.
En sus
páginas recogidas con el nombre de Residencia en la tierra nos ofrece
una poesía objetiva, en la que contempla el mundo como un naufragio total, como
una desintegración incontenible. En esta obra, la incoherencia sintáctica, la acumulación
de imágenes y símbolos y la presión de su angustia humana, se unen en la
estructura del “verso libre”.
Su verso tumultuoso:
Su
producción es a veces, de difícil interpretación, hasta tal punto que el gran
crítico Amado Alonso que estudió con detenimiento su una sintaxis lógica que
deformara esa intuición.
La cumbre de la poesía en
cualquier lengua:
Canto General es un libro que ha sido considerado por los
críticos como su “biblia poética” y cumbre de la poesía moderna en cualquier
lengua. Sus poemas son de corte social, ético y político.
Su poesía
ha recorrido un camino político, intenso y combativo que ahora se concreta en
esta, que algunos califican como su “obra maestra”. Su patetismo se ha agriado
y el acicate comunista restalla en sus versos, vibra claramente en esta obra,
en la que quiere plasmar las ansias de toda América, en un intento
justicialista, logrando así una obra monumental.
Está
dividida en quince partes, y en ellas Neruda canta la geografía y la vegetación
de las tierras americanas, la aparición del hombre y de las bestias, la
formación de los ríos…
Lo sencillo y amable de la
vida:
En su
producción Odas elementales habla en tono afable de las cosas sencillas y
cotidianas, tales como la flor, el hilo, la pobreza, la cebolla, el jabón, el
aire, el amor, el día…
¿Versos anónimos?
También
son suyos los Versos del Capitán, los que fueron publicados durante mucho
tiempo como versos anónimos. “Al leer estos poemas, revivimos la misma
trayectoria sentimental que canta el poeta”, dijo con acierto el poeta antioqueño
Jorge Montoya Toro.
Tus manos es el título de uno de los poemas que contiene
el libro citado:
Cuando tus manos salen,
amor, hacia las mías,
¿qué me traen volando?
¿Por qué se detuvieron
en mi boca, de pronto?
¿por qué las reconozco
como si entonces, antes,
las hubiera tocado?
………………………
Su suavidad venía
volando sobre el tiempo,
sobre el mar, sobre el humo,
sobre la primavera,
y cuando tú pusiste
tus manos en mi pecho
reconocí esas alas
de paloma dorada,
reconocí esa greda
Y ese color de trigo.
Los años
de mi vida
yo caminé buscándolas,
………………………….
hasta que se cerraron
tus manos en mi pecho,
y allí como dos alas
terminaron su viaje.
Poema póstumo:
La obra
póstuma de Neruda, publicada en 1974, es Confieso que he vivido, Memorias; el
libro de más honda impresión y de más alto espíritu estético del siglo XX. Es la
crónica de su vida agitada y viajera; relato intelectual, político y
sentimental de un hombre que ejerció con
grandeza la función universal de la poesía. Esta obra expone ante el mundo la
personalidad humana de Neruda. No es la historia de sensacionales
acontecimientos, ni de obras o consagraciones grandiosas. Algunos de sus
críticos la llamaron “Historia de un alma”.
A sus veinte años
Tiene una
extraordinaria forma de versificar y su exclusivo hallazgo de la imagen
literaria:
“Poema
número veinte”
Puedo
escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir,
por ejemplo: “La noche estás estrellada,
y
tiritan, azules, los astros a lo lejos.”
El
viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo
escribir los versos más tristes esta
noche.
Yo
la quise, y a veces, ella también me quiso.
En
las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La
besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella
mi quiso, a veces, yo también la quería.
Cómo
no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo
escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar
que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír
la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y
el verso cae al alma, como al pasto el rocío.
Qué
importa que mi amor no pudiera guardarla.
La
noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso
es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi
alma no se contenta con haberla perdido.
Como
para acercarla mi mirada la busca.
Mi
corazón la busca, y ella no está conmigo.
La
misma noche que hace blanquear los mismos árboles,
Nosotros,
los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya
no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi
voz buscaba el viento para tocar su oído.
De
otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su
voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya
no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es
tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque
en noches como esta, la tuve entre mis brazos,
mi
alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque
este sea el último dolor que ella me causa,
y
estos sean los últimos versos que yo le escribo.
“Poema
número quince”
Me
gustas cuando callas porque estás como ausente,
y
me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece
que los ojos se te hubieran volado
y
parece que un beso te cerrara la boca.
Como
todas las cosas están llenas de mi alma,
emerges
de las cosas, llenas del alma mía.
Mariposa
de sueño, te pareces a mi alma,
y
te pareces a la palabra melancolía.
Me
gustas cuando callas y estás como distante.
Y
estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y
me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame
que me calle con el silencio tuyo.
Déjame
que te hable también con tu silencio
claro
como una lámpara, simple como un anillo.
Eres
como la noche, callada y constelada.
Tu
silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me
gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante
y dolorosa como si hubieras muerto.
Una
palabra, entonces, una sonrisa bastan.
Y
estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Novelista:
Es
interesante recordarlo como autor de novelas, entre ellas El habitante y su esperanza, de la cual han dicho los críticos que
es más novela por el título que por la forma y el fondo, y además, por sus
preferencias; Neruda confesaba: “me gusta la vida de la gente intranquila e
insatisfecha, sean estos artistas o criminales”.
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