Recordemos algunas construcciones gramaticales
17 octubre de 2018 - 08:05 PM
El punto con el que se acaba un escrito o una división importante de un texto se llama punto final, no punto y final.
1. Habida cuenta
Expresión que siempre va seguida de un complemento encabezado por la preposición de.
La expresión habida cuenta de, puede ir seguida tanto de un sustantivo como de una oración encabezada por: “porque”; pero no es adecuado en ninguno de los dos casos omitir la preposición de.
Ejemplos: “Porque habida cuenta del alto número de indecisos, no se tiene asegurada la victoria”. “La responsabilidad de tipo penal podría recaer sobre este hombre, habida cuenta de que tal sujeto…”.
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2. Estar seguro de que
En la construcción estar seguro, el complemento expresado por la persona sobre algo de lo que no tiene dudas, va precedido de la preposición DE. Se recomienda evitar la expresión estar seguro que.
Son ejemplos correctos y adecuados: “El cantante está seguro de que habrá lleno completo”. Muchos están seguros de que hay mucha gente dispuesta a participar en el mejoramiento de la ciudad”.»
3. Nombre del punto
El punto con el que se acaba un escrito o una división importante de un texto se llama punto final, no punto y final.
Esta expresión se emplea también para aludir a lo que da por terminado un asunto: Aquel argumento puso punto final a la discusión.
Sin embargo, en los medios de comunicación se emplea a menudo la variante impropia punto y final: El equipo puso un brillante punto y final a la temporada. Punto y final a una huelga de dos meses.
El Diccionario panhispánico de dudas señala acerca de esta variante: “No es correcta la denominación punto y final, creada por analogía de las correctas punto y seguido y punto y aparte”.
Se recomienda, pues, evitar punto y final para aludir tanto al punto que da fin a un texto, como a aquello con lo que termina un asunto, y emplear en todos los casos punto final.
4. Consigo mismo
Lo adecuado es decir consigo mismo y no con sí mismo en expresiones como “estar contento consigo mismo”.
Sin embargo, no es extraño encontrar esta expresión en los medios de comunicación: “Blind admitió que tenía que ser honesto con sí mismo”, “Todo creador tiene un compromiso con sí mismo y con el mundo en el que vive”. “El niño se encuentra con sí mismo y aprende a conocerse a sí mismo”.
Encontramos en el Diccionario panhispánico de dudas, que el pronombre tónico SÍ ha de ir precedido de una preposición (hablar DE sí mismo, defenderse POR sí mismo, culparse A sí mismo); y, cuando la preposición es: CON, el pronombre toma la forma de: consigo. Esto mismo sucede con los pronombres mí y ti, (sin tilde) cuyas combinaciones adecuadas son conmigo y contigo respectivamente.
Así, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir “Blind admitió que tenía que ser honesto consigo mismo”. “Todo creador tiene un compromiso consigo mismo”. “El niño se encuentra consigo mismo, y aprende a conocerse a sí mismo”.
5. Afección, afectación
El Diccionario académico recoge el sustantivo afección con los significados de ‘afecto’, ‘enfermedad’ e ‘inclinación o apego’, pero en ninguna de sus acepciones tiene un sentido relacionado con afectar. De hecho, el sustantivo derivado del verbo afectar es afectación, no afección.
6. Iniciático, inicial
Los diccionarios principales definen iniciático como ‘perteneciente o relativo a una experiencia decisiva’, ‘que inicia o que da a conocer lo que es desconocido o secreto’ o ‘que sirve para iniciar a alguien en algo’: viaje iniciático, rito iniciático, ritual iniciático…
El adjetivo inicial, en cambio, significa ‘perteneciente o relativo al origen o principio de las cosas’, como en: el pitido inicial del árbitro; el pacto inicial entre Merkel y Schulz; el informe inicial del abogado.
7. Crimen de lesa humanidad
Preferible a: delito de lesa humanidad. Los medios de comunicación escriben: “La OEA pide a la Corte Penal Internacional que investigue los delitos de lesa humanidad en…” “La coalición enfatizó que hay graves delitos de lesa humanidad que... ”Declaran que las masacres en Colombia son delitos de lesa humanidad”.
El Diccionario panhispánico del español jurídico define crimen (y no delito) de lesa humanidad como: “crimen de especial gravedad”, tales como: el asesinato, el exterminio, la esclavitud, la deportación o el traslado forzoso de población, la privación grave de la libertad o la tortura, que se comete como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque”.
“Esta denominación es también la que se encuentra en el artículo siete del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, de modo que se aconseja emplear CRIMEN en lugar de delito , pues este engloba cualquier quebrantamiento de la ley, sea o no grave”.
8. Una nota explicativa enviada por la RAE:
En su “Crónica”, la Academia destaca:
“Año 1870: Se inicia la publicación del Prontuario de ortografía de la lengua castellana en preguntas y respuestas. Las tres últimas ediciones cambiaron, en el título, la expresión lengua castellana por lengua española”.
Y desde entonces siguió llamándose lengua española o idioma español, no: lengua castellana.
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