Revisemos algunos términos
en pro de su empleo correcto
3 mayo de 2018 -
12:07 AM
Mientras el feminismo es la búsqueda de la igualdad
entre sexos, el machismo supone una preponderancia del varón.
1. Las batallas del feminismo y las posiciones del
machismo
En los medios de comunicación se encuentran frases en las que los dos
términos se usan como opuestos, ejemplo: “….afirma que no es machista ni
feminista, sino que busca el equilibrio”.
Los maestros del idioma conceptúan que feminismo es el “principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre”, y además: el “movimiento que lucha por la realización de esa igualdad”.
Y definen machismo como: “actitud de prepotencia de los varones respecto a las mujeres’”, y también, “forma de sexismo caracterizada por la prevalencia del varón”.
No se trata de dos términos equiparables, ya que, mientras el feminismo es la búsqueda de la igualdad entre sexos, el machismo supone una preponderancia del varón.
Para poner claridad, se emplea en ocasiones el término hembrismo, pero tampoco claro, pues este vocablo, correctamente formado, se emplea en ocasiones como par lingüístico de machismo.
“Sin embargo, - explican las autoridades académicas -, mientras machismo designa una actitud y una estructura social históricamente asentada, el hembrismo no se define como algo con existencia real, sino solo como la actitud particular de algunas personas que abogan por la prevalencia de las mujeres sobre los hombres”.
“Hay quienes rechazan el término, porque dicen que se emplea de forma peyorativa (desfavorable) para atacar los postulados feministas, y que designa una realidad que no existe”.
“La voz hembrismo, que está adquiriendo ese significado en los últimos tiempos, tiene otro menos usual y restringido a los campos de la psicología y la sociología. En concreto, algunos especialistas emplean esa voz para aludir a una exagerada actitud de sumisión, pasividad y resignación frente al hombre”.
Los maestros del idioma conceptúan que feminismo es el “principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre”, y además: el “movimiento que lucha por la realización de esa igualdad”.
Y definen machismo como: “actitud de prepotencia de los varones respecto a las mujeres’”, y también, “forma de sexismo caracterizada por la prevalencia del varón”.
No se trata de dos términos equiparables, ya que, mientras el feminismo es la búsqueda de la igualdad entre sexos, el machismo supone una preponderancia del varón.
Para poner claridad, se emplea en ocasiones el término hembrismo, pero tampoco claro, pues este vocablo, correctamente formado, se emplea en ocasiones como par lingüístico de machismo.
“Sin embargo, - explican las autoridades académicas -, mientras machismo designa una actitud y una estructura social históricamente asentada, el hembrismo no se define como algo con existencia real, sino solo como la actitud particular de algunas personas que abogan por la prevalencia de las mujeres sobre los hombres”.
“Hay quienes rechazan el término, porque dicen que se emplea de forma peyorativa (desfavorable) para atacar los postulados feministas, y que designa una realidad que no existe”.
“La voz hembrismo, que está adquiriendo ese significado en los últimos tiempos, tiene otro menos usual y restringido a los campos de la psicología y la sociología. En concreto, algunos especialistas emplean esa voz para aludir a una exagerada actitud de sumisión, pasividad y resignación frente al hombre”.
2. Guerra Fría
Tanto con mayúsculas iniciales, como guerra fría con
minúsculas, son grafías correctas, pero su distinta escritura —con
mayúsculas o minúsculas— depende del contexto en el que aparezcan.
Se escribe con mayúsculas si el término hace referencia al periodo histórico concreto ocurrido durante gran parte del siglo XX, comprendido entre el final de la Segunda Guerra Mundial y la disolución de la Unión Soviética.
Usos correctos, en este caso son: “Este es el último episodio del choque diplomático más serio entre el Reino Unido y Rusia desde la Guerra Fría”. “Durante la Guerra Fría, admitir debilidades ante el enemigo, no era buena idea para ningún Gobierno”.
Pero, cuando se hace referencia al término con el significado común de la ‘situación de hostilidad entre dos naciones o grupos de naciones, en la que, sin llegar al empleo de las armas, cada bando intenta minar el régimen político o la fuerza del adversario por medio de propaganda, de presión económica, del espionaje, de organizaciones secretas, etc.’, el DRAE señala que se escriba con minúscula. Ejemplo: “El FBI afirma que existe una guerra fría cibernética en la sombra con Rusia”.
Se escribe con mayúsculas si el término hace referencia al periodo histórico concreto ocurrido durante gran parte del siglo XX, comprendido entre el final de la Segunda Guerra Mundial y la disolución de la Unión Soviética.
Usos correctos, en este caso son: “Este es el último episodio del choque diplomático más serio entre el Reino Unido y Rusia desde la Guerra Fría”. “Durante la Guerra Fría, admitir debilidades ante el enemigo, no era buena idea para ningún Gobierno”.
Pero, cuando se hace referencia al término con el significado común de la ‘situación de hostilidad entre dos naciones o grupos de naciones, en la que, sin llegar al empleo de las armas, cada bando intenta minar el régimen político o la fuerza del adversario por medio de propaganda, de presión económica, del espionaje, de organizaciones secretas, etc.’, el DRAE señala que se escriba con minúscula. Ejemplo: “El FBI afirma que existe una guerra fría cibernética en la sombra con Rusia”.
3. Denominaciones
Aromaterapia, chocoterapia, cromoterapia.
A veces se ven esos nombres escritos de manera inapropiada: “… se prepara todo lo relacionado con la aroma terapia”. “En 1971 se fundó el Instituto dedicado a la riso-terapia”. La Ozonoterapia llega a la policlínica”.
El uso del elemento compositivo -terapia para designar diversos tipos de tratamientos se ha generalizado en los últimos años y ha salido del ámbito estrictamente médico. En el DRAE encontramos nombres como: quimioterapia, radioterapia, aromaterapia, musicoterapia, que son nombres o sustantivos comunes y, como tales, se escriben en minúscula y en una sola palabra.
Una vez formado el término, el primer elemento pierde la tilde que pueda llevar, pues la sílaba tonal es la penúltima, ejemplo: musicoterapia y no músicoterapia. Escribamos correctamente: aromaterapia, risoterapia, ozonoterapia.
A veces se ven esos nombres escritos de manera inapropiada: “… se prepara todo lo relacionado con la aroma terapia”. “En 1971 se fundó el Instituto dedicado a la riso-terapia”. La Ozonoterapia llega a la policlínica”.
El uso del elemento compositivo -terapia para designar diversos tipos de tratamientos se ha generalizado en los últimos años y ha salido del ámbito estrictamente médico. En el DRAE encontramos nombres como: quimioterapia, radioterapia, aromaterapia, musicoterapia, que son nombres o sustantivos comunes y, como tales, se escriben en minúscula y en una sola palabra.
Una vez formado el término, el primer elemento pierde la tilde que pueda llevar, pues la sílaba tonal es la penúltima, ejemplo: musicoterapia y no músicoterapia. Escribamos correctamente: aromaterapia, risoterapia, ozonoterapia.
4. ¿Desconocido o poco usado?
El sustantivo asignaturismo es un término bien
formado y válido para aludir a la segmentación del conocimiento, que
se produce al aprender por separado diferentes áreas del saber en muchas
asignaturas.
Con motivo de la implantación hace unos pocos años de los nuevos estudios de grado en las universidades españolas y americanas, se habla del asignaturismo.
El concepto asignaturismo se ha extendido en la comunidad educativa desde hace algunas décadas para referirse a la fragmentación de los conocimientos en multitud de asignaturas no suficientemente relacionadas entre sí. Ello hace más difícil, según señalan algunos expertos, que los estudiantes alcancen un aprendizaje real y completo en sus estudios.
Se trata de una voz bien formada a partir de asignatura y el sufijo -ismo, que indica ‘doctrina’, ‘sistema’, ‘escuela’ o ‘movimiento’.
No es preciso resaltar el término con cursiva ni con comillas, salvo que se quiera destacar por su novedad, su poca aplicación y por desconocimiento, o por su relevancia en la noticia.
Con motivo de la implantación hace unos pocos años de los nuevos estudios de grado en las universidades españolas y americanas, se habla del asignaturismo.
El concepto asignaturismo se ha extendido en la comunidad educativa desde hace algunas décadas para referirse a la fragmentación de los conocimientos en multitud de asignaturas no suficientemente relacionadas entre sí. Ello hace más difícil, según señalan algunos expertos, que los estudiantes alcancen un aprendizaje real y completo en sus estudios.
Se trata de una voz bien formada a partir de asignatura y el sufijo -ismo, que indica ‘doctrina’, ‘sistema’, ‘escuela’ o ‘movimiento’.
No es preciso resaltar el término con cursiva ni con comillas, salvo que se quiera destacar por su novedad, su poca aplicación y por desconocimiento, o por su relevancia en la noticia.
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