sábado, 22 de junio de 2013

PARA RECORDAR Y TENER EN CUENTA




PARA RECORDAR Y PRACTICAR


Aunque muchas palabras de uso común no están admitidas por la Real Academia de la Lengua, el insistente uso les da derecho a entrar al idioma, y  es ese frecuente uso el que obliga a los señores académicos a reconocer dichos vocablos. Pero, también es verdad que debemos utilizar correctamente las palabras, máxime cuando ellas existen como: VERTER. Aunque algún diccionario registre “vertir”, como afirman algunas personas en sus cartas a un excelente periódico, su empleo en el idioma no es correcto. En cambio, sí existe el correcto (verter).
Copio lo que el lingüista español Manuel Seco dice en su Diccionario de Dudas de la Lengua Española:

VERTER:
Verter es un verbo irregular. Se conjuga como defender (defiendo-vierto; defiendes-viertes). Vertir: es incorrecto. Dígase: Verter (pág. 335).
 El muy conocido y consultado Diccionario Larousse dice que se conjuga como el verbo tender (y no registra “vertir”).
En cuanto a las acepciones de VERTER, tenemos: “Derramar líquidos. Esparcir. Inclinar una vasija para vaciarla. Traducir: verter un texto al español. Correr un líquido por una pendiente, etc.”

Veamos otros verbos que causan mucha dificultad:

ABOLIR:

Es verbo defectivo. Sólo son válidas las formas cuya terminación o morfema tiene la letra i. Ejemplos: abolimos, abolís, aboliría, abolirá…

ACOSTUMBRAR:

En el sentido de “soler”: tener costumbre, no debe llevar preposición, digamos: por las tardes, acostumbraba leer en el parque. Cuando se trata de crear hábitos en alguien (verbo transitivo), se construye con la preposición a: acostumbró a su hijo a acostarse temprano.

ADECUAR:

Hasta antes de la vigésima segunda edición del Diccionario de la Lengua Española (Real Academia Española) y de su publicación en 1999 de la “Ortografía de la Lengua Española”, existía la norma gramatical y ortográfica que recomendaba: los verbos terminados en CUAR y GUAR mantienen su diptongo. Decíamos: yo licuo (licuar); yo adecuo (adecuar) tú evacuas (evacuar) tú averiguas (averiguar). Según la nueva edición (2010) de la Gramática de la Lengua Española y la última edición (2011) de la Ortografía (743 pp.), esos mismos verbos pueden usarse con una tilde que disuelve el diptongo, (licúo, adecúas, evacúa).

RELEVAR:

(No “rielevar”). Sus acepciones son, entre muchas: exaltar, enaltecer, engrandecer, eximir, reemplazar, resaltar. Hablemos, entonces, de  hechos relevantes, y no “relievantes”, aunque en algunos países de América del Sur se emplee esta forma.

RECORDAR:

Este verbo suele emplearse mal. Se le confunde con acordarse de. Oímos decir: “recordar de”, “recordarse de”, formas no admitidas ni en la lengua oral ni en la escrita. Digamos: Ayer te recordé; o bien, me acordé de ti. ¿Recuerdas ese libro?; o también: ¿Te acuerdas de ese libro?

REFORZAR:

Verbo irregular, se conjuga como acordar. Se habla, entonces, de las circunstancias que refuerzan. (No: reforzan, como decía un alto empleado del gobierno en una entrevista radial).

TRASTROCAR:

En el sentido de cambio. Mudar el ser o estado de algo, dándole otro diferente del que tenía. Verbo irregular, se conjuga como  contar: trastrueco, trastruecas, trastruecas…

TRASTOCAR:

Trastornar, revolver. / Trastornarse, perturbarse. Verbo regular: trastoco, trastocas, trastoco.
……………………

IDIOSINCRASIA:

Según la etimología, el sufijo  cracia significa gobierno como: democracia, teocracia, burocracia, gerontocracia. Pero, como “idiosincrasia” es “la manera de ser propia de una persona”, y no tiene relación ninguna con “gobierno”, se escribe con s.

ALCALDE:

La ortografía trae como norma que son femeninos los nombres de mujer y los de sus oficios. Algunos sustantivos forman el femenino con las terminaciones: ora, esa, isa, iz. Ejemplos: gobernadora, duquesa, alcaldesa, sacerdotisa, emperatriz, poetisa. También  se han venido aceptando: asistenta, presidenta, ministra, dependienta… La palabra jefa también ha sido aceptada, pero no el femenino de “testigo”.


CARNÉ DE ESTUDIANTE:

Todas las mayúsculas, que lo requieran, deben llevar tilde. Sin ella, pueden significar algo distinto como en el caso de una cartelera en una universidad: “para tus diligencias necesitas carne de estudiante”; es, pues, diferente el carné de la carne. Carnet es un extranjerismo que ha sido aceptado con grafía (escritura) española: carné.

CORPUS:

(lat. Cuerpo) Conjunto, lo más extenso y ordenado posible, de datos o textos científicos, literarios, etc. que puede servir de base a una investigación

ENFRENTE: Locución prepositiva: enfrente de, delante de algo. Locución prepositiva: contra o en contra de algo o de alguien, en pugna... Locución adverbial: la parte opuesta, el punto que mira a otro, o que está delante de otro: La acera de enfrente.

EXILIO:

¿Por  qué tanto periodista habla de los “exilados” colombianos?  Del sustantivo exilio se forma el verbo exiliar. El participio de dicho verbo es exiliado, que hace los oficios de sustantivo o de adjetivo: los colombianos exiliados; los exiliados de Colombia. El verbo exiliar se conjuga como “cambiar”.

DEL:

No demos noticias anunciando que  “la autoridad diligenció el levantamiento de   el cadáver”. El modernismo nos ha hecho olvidar uno de los fenómenos fonéticos más importantes para la musicalidad del lenguaje; omitirlo es un error gramatical y ortográfico: es la llamada contracción o crasis que consiste en la fusión en una sola, de las dos vocales que se encuentran juntas. Son dos los casos: 
a) Dos vocales iguales: “de” “el” (preposición más artículo). Debe decirse y escribirse del
b) Dos vocales diferentes: “a” “el” (preposición más artículo). Debe decirse y escribirse al. Y es tal la extravagancia de algunos locutores de noticias que hasta en la fonética omiten usar las contracciones: AL   y   DEL.

A DONDE:

Se escribe en una sola palabra (adonde) cuando el antecedente está expreso: esa es la casa  adonde (sin tilde) vamos. Cuando el antecedente no se expresa, se escribe en dos palabras: ellos venían a donde tú estabas. Para usarlo en forma interrogativa (adverbio de lugar), sólo puede hacerse con verbos de movimiento, y se escribe en una sola palabra; además, lleva tilde: ¿Adónde se llevaron al niño?  ¿Adónde vas?

MACHACAR:

Golpear una cosa para quebrantarla. / Reducir una cosa sólida a fragmentos.

MACHACÓN:

Importuno, que repite las cosas con insistencia y pesadez.

MACHUCAR:

Herir, golpear con una cosa, maltratándose y causando alguna contusión.

MACHUCÓN:

Acción y efecto de machucar. Se dice: machacar la carne. Machucar los dedos.

AFRENTAR:

¿Por  qué el periodista dijo que el doctor se le afrentó cuando lo entrevistaba?
Afrentó: Acción y efecto de afrentar. Afrentar: Causar afrenta. Afrenta: Vergüenza y deshonor.

ENFRENTAR:

Afrontar. / Poner frente a frente. / Oponer. (Este verbo fue el que debió utilizar el periodista).

ESTAR DE ACUERDO CON:

Dice el artículo que el columnista está de acuerdo con el doctor de que hay que dialogar.  Cambiemos la preposición de  por en. Para deducir lo correcto, en este caso, formulemos la pregunta: ¿en qué está de acuerdo? Notemos que no se puede hacer la pregunta con la preposición de. (… de que…) ahí hay un vicio de construcción gramatical llamado dequeísmo. Este error gramatical consiste en el uso innecesario de la preposición  de  delante del pronombre relativo que. Recordemos: Una forma fácil de saber si se necesita la preposición de, es formulando la pregunta; si en esta queda incluido el de, es porque es necesario. No cometamos, pues, el error del estudiante universitario cuando en su trabajo dijo: investigando, descubrimos de que la verdad era otra. Preguntamos: ¿Qué descubrimos? Respuesta: Descubrimos que la verdad era otra (sobra el de).

PREPOSICIÓN  DE

(Necesidad de ella). En español hay unos verbos en cuyo uso es imprescindible la preposición de, tales como: estás convencida de que te quieren; debemos acordarnos de los amigos; solemos gustar de su conversación; no te das cuenta de que está presente; estamos seguros de que vendrá; es bueno olvidarse de las ofensas.

NOS, PRONOMBRE:

Una propaganda dice: “En estas Navidades hagámosnos firme propósito de perdonarnos”. Delante del pronombre  nos se pierde la S de la forma verbal en subjuntivo. Se dice y se escribe: unámonos, unámo-nos, en lugar de unámos-nos; hagámonos amigos, en lugar de hagámos-nos; vayámonos pronto, en lugar de vayámos-nos.- También se pierde la S delante del pronombre se: hagámo-se-lo (hagámoselo) confesar, en lugar de hagamos-se-lo confesar.

GERUNDIO.

Dice la noticia: “El avión estalló en el aire quedando sus restos esparcidos por el cerro”. Quedando es el gerundio del verbo quedar. En la anterior cita, dicho gerundio está incorrecto porque indica posterioridad; es decir, primero fue la acción de estallar y luego aparecieron los restos esparcidos.
El gerundio es muy difícil de emplear, casi siempre lo hacemos incorrectamente. Por eso, los gramáticos aconsejan construir las oraciones  sin él, excepto, cuando se esté muy seguro de su uso correcto. En la noticia debió decirse: El avión estalló en el aire y sus restos se esparcieron por el cerro.

HERIR:

Es lamentable que nuestro eminente profesor escriba: “En la esquina del Café, los sicarios matan siete personas e hieren a trece”.
Las conjunciones se designan hoy como monemas, utilizados para conectar palabras. La Y como conjunción copulativa – o conectivo-  sólo deja lugar a la copulativa E cuando la palabra siguiente empieza por  i o por hi  (sin diptongo).  Los ejemplos que trae el gramático Martínez Amador en su Diccionario de Gramática son muy claros: Fernando e Isabel; madre e hija. Nunca se usa en formas verbales como: Nieva y hiela, porque delante de palabras que llevan el diptongo hie  no puede emplearse la conjunción E. Debe decirse golpea y hiere; nieve y hielo; pintura valiosa y hierática.
Otra observación: En cuanto a la frase del profesor: los sicarios matan siete personas…. Ahí falta la preposición A,  porque “personas” es el complemento directo de la expresión, y cuando este complemento directo se refiere a seres humanos debe construirse gramaticalmente con la preposición A (los sicarios matan a siete personas…).

AGREDIR:

Hasta hace algunos años, la Real Academia Española sólo permitía, al conjugar este verbo, las formas que tuvieran la letra i: agredí, agredimos, agredirá, etc.
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE) en su vigésima segunda edición, están permitidas todas las formas verbales (agredo, agredes, agrede, agredimos, agredís, agreden).

AGUA:

Es una palabra de género femenino y, como tal, los adjetivos que la acompañen deben ser femeninos: aguas frías, agua limpia, esta agua, esa agua. Cuando se emplea en singular y con artículo, exige el masculino por ser ella una palabra que empieza por A acentuada: el agua sucia; un agua limpia. La misma construcción gramatical ocurre con otras palabras femeninas que también empiezan por A acentuada: el hambre, el águila, el alma, el arte, el ama de casa, el aura. Cuando estas palabras de género femenino se emplean en plural, exigen su natural artículo femenino: las hambres, unas hambres; las águilas, unas águilas; las almas; las artes; las amas de casa; las auras.

SATISFACER:

Es un verbo compuesto por el adverbio latino “satis” y el verbo latino “facere” que significan respectivamente: bastante y hacer. Se conjuga como el verbo hacer, anteponiendo la partícula “satis”: satisfago, satisfaces. En futuro se conjuga: satisfará, satisfarás, satisfará. En el pretérito, se dice: satisfice, satisficiste, satisfizo.

PREVER, PROVEER:

No hay que confundir el empleo de estos dos verbos. El primero significa pensar de antemano las medidas, las precauciones necesarias para hacer frente a lo que va a ocurrir. El segundo verbo es abastecer, suministrar, aprovisionar. Digamos: él prevé el mal tiempo, tú prevés, yo preveo. Él provee de alimentos, tú provees, yo proveo; nosotros proveemos, vosotros proveeis, ellos proveen.

PLEGAR:

Significa: Hacer pliegues, doblar. / Ceder. Someterse. Es verbo irregular y se conjuga como “apretar”: me pliego, te pliegas, se pliega (me someto, te sometes, se somete). O bien: pliego la hoja de papel para escribir mejor.

QUIEN:

Es un pronombre relativo que designa siempre a personas: ella es quien lo asegura.

QUE:

Es casi siempre un pronombre relativo que se refiere a cosas y a personas: ella es la que piensa así. La carta que escribiste.

SINO;  SI   NO:

Para saber cuándo escribimos sino (una sola palabra) y cuándo si  no (dos palabras), intentemos escribir inmediatamente después de la primera partícula una o varias palabras. Si las admite, se escribe separado, ejemplo: Si  no quieres venir (si no quieres venir). Si no admite otras palabras debe escribirse junto, ejemplo: No llamó sino que vino.

CON BASE EN:

Es lo correcto. Por eso, no debe decirse ni escribirse: Realizó el trabajo con base al tema signado.


AMERICANISMOS


SAMBA: Danza popular brasileña, de influencia africana.

PALETA: En América Central, México, Puerto Rico, República Dominicana es “polo” o helado.

TAMAL: En América: empanada de masa de maíz envuelta en hojas de plátano. También en América: lío, embrollo, intriga. En El Salvador y Nicaragua: ladrón (el que hurta, roba).

CHAMBA: En lenguaje familiar en América Central, Ecuador, México, es empleo, trabajo. En Colombia es zanja para limitar predios.

SANDUNGUERO: En lenguaje familiar: persona que tiene sandunga (gracia), gracioso.

CARIOCA: Natural de Río de Janeiro; relativo a esta ciudad. En Colombia: faja.

FONDA: En Bolivia, Chile, Cuba, Colombia, Ecuador, México y Perú: puesto o cantina donde despachan comidas y bebidas. Fondas rurales, camineras: además de comidas y bebidas, prestan servicio de alojamiento.

CHANGO: En Honduras: elegante (buen gusto para vestir). En Puerto Rico y República Dominicana: bromista, guasón. En Argentina: carrito para las compras. En México: mono o simio.

FRONDIO: (sin tilde) En Colombia (Boyacá, Cundinamarca, Santander, Tolima): persona desaseada, sucia.

FRONDÍO: (con tilde). En Colombia: malhumorado, displicente. En Colombia y México: sucio, desaseado, tosco.


CHICLE: En Colombia y Cuba: persona que molesta a otra por querer siempre estar en su compañía.

lunes, 10 de junio de 2013


Los dígrafos:

En nuestro idioma, las letras son los grafemas o signos gráficos simples.
Además de las veintisiete letras, existen cinco dígrafos o combinaciones de letras:

1. El dígrafo ch (che)

Hoy, de acuerdo con las normas internacionales, en los diccionarios, la ch ha pasado a la columna de las palabras que empiezan por C. Los vocablos cuya primera letra es la che, están situados exactamente antes de las palabras que, en el diccionario, empiezan por ci.

2. El dígrafo ll (elle)

La elle ha pasado  a la columna de las palabras que empiezan por L. Los vocablos que empiezan por elle los encontramos en los diccionarios, después de las palabras que empiezan por li.

3. El dígrafo gu (g) antes de las vocales e, i: pliegue, guiño.

4. El dígrafo qu (c) antes de las vocales e, i: queso, esquina.

5. El dígrafo rr (rr) entre vocales: arroz, tierra.

“Los dígrafos ch,  ll   dejan de ser considerados letras del abecedario español, lo que no significa que desaparezcan de su sistema gráfico. Estas combinaciones seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de palabras españolas. Ocurre que los dígrafos son combinaciones de dos letras ya incluidas en el alfabeto. En todas las lenguas de escritura alfabética, se consideran letras del abecedario solamente los signos simples”. (RAE).


viernes, 31 de mayo de 2013

POR QUÉ LEEMOS MAL

Porque no nos interesamos en el contenido del texto. Porque no obligamos al cerebro a estar pendiente de las ideas del texto. Porque nos falta interés por aprender y adquirir cultura y conocimientos por medio del hábito de la lectura. Por eso, elegimos lecturas fáciles, superficiales que no enseñan nada, que no nos dejan vernos a nosotros mismos a través del texto. Porque no amamos la lectura y preferimos dedicarnos a otros medios más facilistas para emplear nuestro tiempo libre. Leer es una disciplina que se adquiere. Porque creemos que leer es juntar letras y palabras y no interesarnos por el contenido. Porque nos conformamos con lo poquito que sabemos y no nos atraen los horizontes culturales que abre la lectura. Por falta de respeto a quienes nos escuchan, cuando tenemos que leer en público. Por falta de costumbre. Sólo se aprende a leer, leyendo. Y, además, hacer de la lectura oral un hábito. Para quienes están enseñando a leer es un buen ejercicio la lectura coral porque ella acompasa las voces y colabora para tener un buen ritmo.

miércoles, 24 de abril de 2013


Loor a doña Lucila González de Chaves
Autor: Iván Guzmán López 
16 de Abril de 2013

http://www.elmundo.com/images/fotosinternas/110311080348IVAN%20GUZMAN%20LOPEZ%20(2).jpgEl pasado 22 de marzo de 2013, salió al mercado editorial el libro número 14 de doña Lucila González de Chaves, bajo el afortunado título de “Literatura, investigación, lecturas y análisis”. 
http://www.elmundo.com/images/sindicacion/@@delicious.png http://www.elmundo.com/images/sindicacion/@@digg.png http://www.elmundo.com/images/sindicacion/@@menefante.gif http://www.elmundo.com/images/sindicacion/@@addthis.gif 

El pasado 22 de marzo de 2013, salió al mercado editorial el libro número 14 de doña Lucila González de Chaves, bajo el afortunado título de “Literatura, investigación, lecturas y análisis”. Se trata de una obra pulcra, bien diseñada y atractiva, cuya carátula aparece ilustrada con la obra “ En Contravía”, del artista Óscar Velásquez Tamayo, quién también tuvo el honor de prologar dicho tratado. Es un compendio de 430 páginas “deliciosas, como toda la creación de doña Lucila”, dividido en cuatro capítulos, esenciales y coherentes. Ellos son: 1. Ensayos, 2. Poetas, 3. Novelistas, y 4. Libros (comentarios y citas textuales). El primer capítulo presenta un cúmulo de ensayos tratados con donosura y propiedad, como: “Presencia femenina en El Quijote”, “Don Quijote o la caballería rediviva”, “El hidalgo inmortal”, “El sentimiento amoroso en la literatura”, entre otros 27 adicionales. El segundo capítulo, Poetas, nos presenta en forma breve y precisa, la vida y obra de poetas entrañables como Alfonsina Storni, Delmira Agustini, Fancisco Luis Bernárdez, Gabriela Mistral, Rubén Darío, Sor Juana Inés de la Cruz, entre otros 11 nombres que han hermoseado por años a la  gran literatura. El capítulo tres, estudia a novelistas esenciales como André Maurois, Ernesto Sábato, Miguel Ángel Asturias, entre otros. El capítulo cuatro, Libros, se abre como un banquete al buen lector, pues en 96 extraordinarias páginas nos entrega sendos y breves comentarios bien fertilizados con citas textuales, certeras y oportunas. El libro cierra con una bibliografía, a mi juicio, justa y necesaria, y un bosquejo biográfico completo donde el lector puede cotejar la calidad de la obra y las virtudes mismas  de la autora. 

Escribir, que conlleva dos condiciones esenciales: competencia lingüística y capacidad cognitiva, y, colateral a ello, múltiples actitudes y aptitudes, no es fácil, por obvias razones, y es por ello que debemos ponderar, reconocer y recomendar la obra en su conjunto de doña Lucila González de Chaves, la maestra, por excelencia, del idioma castellano.

Joven aún, como en el famoso poema del celebrado yarumaleño Epifanio Mejía, “conocí” a doña Lucila, cuando el bicho de la lectura y la escritura se me había metido por los ojos y los poros. Entonces yo era un estudiante adolescente, de los primeros años del bachillerato, en un pueblo antioqueño donde los buenos libros eran pocos y los suplementos dominicales  de los periódicos se constituían entonces, en una deliciosa golosina. En uno de ellos aparecía una columna hebdomadaria que ella firmaba con el título de “Funcionalidad del idioma”. Desde entonces, he sido “alumno” (y por suerte, ahora, amigo) de ese manojito de huesos, saber y ternura que responde al nombre de Lucila, y que se apellida González, y que casó con el músico Luis Eduardo Chaves Becerra, con quien tuvo a Luis, Carlos, Ana y Juan, y ahora aparece en el mar de la virtualidad con el sugerente nombre virtual de “Aprendiz de brujo”.

Nacida en Medellín, pero llevada a Titiribí desde muy corta edad (por una de esas jugadas definitivas del destino), vivió allí su infancia (en la tierra de su admirado poeta Jorge Montoya Toro), al cuidado de los siempre añorados abuelos y de la tía Maruja Restrepo, a la sazón maestra del pueblo. Muy pronto regresó a Medellín para ejercer su fructífero magisterio en varias de nuestras más queridas instituciones educativas, entre ellas el Centro Formativo de Antioquia, CEFA  Hoy, más que nunca, doña Lucila es paradigma viviente de un idioma vivo,hermoso y dúctil como nuestro español. Ella, tan parecida hoy en su sonrisa y vigor a su sentencia: “El idioma siempre será un adolescente”,  es ejemplo diario de respeto, amor y cultivo por el idioma; es desafío vital para nuestros maestros, periodistas y estudiantes (entre otros especímenes), que maltratan día y noche el idioma, sin que encuentren en ello reato alguno de conciencia, y menos de responsabilidad académica.

Cada vez que tengo la oportunidad de saludar y abrazar a doña Lucila, veo en ella a mi primera maestra, y es entonces cuando esbozo una sonrisa de niño, como cuando Gabo recibió el Premio Nobel, y acordándose de Rosa Fergusson, su primera maestra, pronunció su nombre y ensanchó una sonrisa de niño feliz.

Puntada final: bienvenido éste, su libro número 14, mi querida doña Lucila, y los muchos que le faltan.

viernes, 15 de marzo de 2013

DOÑA LUCILA GONZÁLEZ DE CHAVES, MUJER DE PERSONALIDAD SUBYUGANTE


DOÑA LUCILA GONZALEZ DE CHAVEZ: Mujer de personalidad subyugante por su inteligencia y en especial por su sensibilidad  y capacidad para realizar iniciativas educativas y culturales. Su vida laboral se caracterizó por una entrega disciplinada, creativa, investigativa, innovadora y docente, de condiciones tan excepcionales, que su solo nombre representa la excelencia del magisterio antioqueño y la perfección estética de las prácticas pedagógicas en el aprendizaje y el uso correcto del lenguaje.
Fue Maestra de Maestras y Formadora de Formadores. Como profesora de Español y Literatura en todos los niveles del Sistema Educativo Nacional, a la vez que autora de los textos escolares con los cuales se formaron y siguen educándose  generaciones sucesivas de hablantes, escuchas, lectores y escritores de modales refinados y cultos, cumplió a cabalidad con una de las principales  tareas  que la sociedad, las familias y el Estado le encomiendan a los educadores: enseñar a los niños y a los jóvenes a pensar, a razonar y a expresarse correctamente ,a través del conocimiento y  el uso apropiado de las estructuras y las formas del lenguaje.
Para sus alumnos, doña Lucila, como cariñosamente se le nombra, es un referente obligado cuando se hace alusión a la producción intelectual y académica con la cual un educador puede y debe inspirar a sus alumnos, infundiéndoles el deseo de la superación permanente y la constante búsqueda del conocimiento que sirve de soporte a la realización personal y al ejercicio de la libertad.

Gabriel Jaime Arango Velásquez
Doctor en Filosofía y Letras
Director del programa de Docencia de EAFIT

PRESENTACIÓN DE DOÑA LUCILA EN LA GALA “MAESTROS PARA LA VIDA”,
Teatro Metropolitano - 2012

lunes, 11 de marzo de 2013





PRECISIONES DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (RAE) EN SU ORTOGRAFÍA DEL AÑO 2011



En su edición del año 2011 (743 p.), la Real Academia Española conceptúa: Un grupo limitado de palabras que tradicionalmente se habían escrito con tilde por resultar bisílabas (además de ser agudas terminadas en -n, -s o vocal), en la pronunciación de buena parte de los hispanohablantes,  ahora pasan a considerarse monosílabas a efectos de acentuación gráfica, y a escribirse, por ello, sin tilde, ya que los monosílabos no se acentúan gráficamente, salvo los que llevan tilde diacrítica.
  Las palabras afectadas por este cambio son formas verbales como crie, crio,  criais, crieis (verbo criar), y las que se usan con el pronombre VOS: vos crias  de criarfie, fio fiais, fieis y las del voseo: vos fias,  (verbo fiar); flui, fluis (de fluir); frio friais, de freírfrui, fruis (de fruir = gozar); guie, guio, guiais, guieis y las del voseo: vos guias,  de guiarhui, huis (de huir); lie, lio, liais, lieis y las del voseo: vos lias,  de liarpie, piais, pieis y las del voseo pias, pia, de piarrio, riais, de reír.
Sustantivos como guion, ion, muon, pion, prion, ruan y truhan; y ciertos nombres propios, como Ruan y Sion, también van sin tilde.
  Aunque la ortografía de 1999, donde se establecieron las citadas convenciones, prescribía ya la escritura sin tilde de estas palabras, admitía que los hablantes que las pronunciasen como bisílabas pudiesen seguir acentuándolas gráficamente. En cambio, a partir de la edición de 2010 se suprime dicha opción, que quiebra el principio de unidad ortográfica, de modo que las palabras que pasan a considerarse monosílabas por contener este tipo de diptongos o triptongos ortográficos deben escribirse ahora obligatoriamente sin tilde.

  Esta convención es solo ortográfica, por lo que no implica, en modo alguno, que los hablantes deban cambiar la manera en que pronuncian naturalmente estas voces, sea con hiato o con diptongo.
  La palabra solo, tanto cuando es adverbio y equivale a solamente (Solo llevaba un par de monedas en el bolsillo) como cuando es adjetivo (No me gusta estar solo), así como los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, funcionen como pronombres (Este es tonto; Quiero aquella) o como determinantes (aquellos tipos, la chica esa), no deben llevar tilde según las reglas generales de acentuación, bien por tratarse de palabras llanas terminadas en vocal o en –s; bien, en el caso de aquel, por ser aguda y acabar en consonante distinta de n o s.
  Aun así, las reglas ortográficas anteriores prescribían el uso de tilde diacrítica en el adverbio solo y en los pronombres demostrativos para distinguirlos, respectivamente, del adjetivo solo y de los determinantes demostrativos, cuando en un mismo enunciado eran posibles ambas interpretaciones y podían producirse casos de ambigüedad, como en los ejemplos siguientes: Trabaja sólo los domingos [= ‘trabaja solamente los domingos’], para evitar su confusión con Trabaja solo los domingos [= ‘trabaja sin compañía los domingos’]; o ¿Por qué compraron aquéllos libros usados? (aquéllos es el sujeto de la oración), frente a ¿Por qué compraron aquellos libros usados? (el sujeto de esta oración no está expreso y aquellos acompaña al sustantivo libros).
  Sin embargo, ese empleo tradicional de la tilde en el adverbio solo y los pronombres demostrativos no cumple el requisito fundamental que justifica el uso de la tilde diacrítica, , ya que tanto solo como los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones. Por eso, a partir de ahora (2010, edición española),  (2011, edición en Colombia) se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de ambigüedad. La recomendación general es, pues, no tildar nunca estas palabras.
  Hasta ahora se venía recomendando escribir con tilde la conjunción disyuntiva o cuando aparecía entre dos cifras, a fin de evitar que pudiera confundirse con el cero. Este uso de la tilde diacrítica no está justificado desde el punto de vista prosódico, puesto que la conjunción o es átona (se pronuncia sin acento) y tampoco se justifica desde el punto de vista gráfico, ya que tanto en la escritura mecánica como en la manual los espacios en blanco a ambos lados de la conjunción y su diferente forma y menor altura que el cero evitan suficientemente que ambos signos puedan confundirse (1 o 2, frente a 102). Por lo tanto, a partir de este momento, la conjunción o se escribirá siempre sin tilde, como corresponde a su condición de palabra monosílaba átona, con independencia de que aparezca entre palabras, cifras o signos: ¿Quieres té o café?; Terminaré dentro de 3 o 4 días; Escriba los signos + o  en la casilla correspondiente.

  Por primera vez se ofrecen en la ortografía académica normas explícitas sobre la escritura de las voces o expresiones prefijadas.
  Los prefijos son elementos afijos, carentes de autonomía, que se anteponen a una base léxica (una palabra o, a veces, una expresión pluriverbal) a la que aportan diversos valores semánticos. Se resumen a continuación las normas que deben seguirse para la correcta escritura de los prefijos en español:
Se escriben siempre soldados (unidos) a la palabra que afectan, cuando esta es univerbal, es decir, cuando está constituida por una sola palabra: antiadherente, antirrobo, antitabaco, cuasiautomático, cuasidelito, exalcohólico, exjefe, exministro, exalumno, exnovio, expresidente, posmoderno, posventa, precontrato, prepago, proamnistía, probritánico, provida, superaburrido, superbién, supermodelo, vicealcalde, vicesecretario, etc. En este caso, no se consideran correctas las grafías en las que el prefijo aparece unido con guion a la palabra base (anti-mafia, anti  -cancerígeno) o separado de ella por un espacio en blanco:
(anti mafia, anti cancerígeno). Si se forma una palabra anteponiendo a la palabra base varios prefijos, estos deben escribirse igualmente soldados (unidos), sin guion intermedio: antiposmodernista, requetesuperguapo.
Se unen con guion a la palabra base cuando esta comienza por mayúscula, de ahí que se emplee este signo de enlace cuando el prefijo se antepone a una sigla o a un nombre propio univerbal: anti-ALCA, mini-USB, pos-Gorbachov, pro-Obama. El guion sirve en estos casos para evitar la anomalía que supone, en nuestro sistema ortográfico, que aparezca una minúscula seguida de una mayúscula en posición interior de palabra. También es necesario emplear el guion cuando la base es un número, con el fin de separar la secuencia de letras de la de cifras: sub-21, super-8.
Se escriben necesariamente separados de la palabra base a la que afectan, cuando esta es pluriverbal, es decir, cuando está constituida por varias palabras. Hay determinados prefijos, como ex-, anti- o pro-, que son especialmente proclives (propensos a, inclinados a), por su significado, a unirse a bases o palabras de este tipo, ya se trate de locuciones o de grupos sintácticos, característica por la cual la gramática ha acuñado para ellos la denominación de prefijos separables: ex relaciones públicas, anti pena de muerte, pro derechos humanos. Esta misma circunstancia puede darse también con otros prefijos: pre Segunda Guerra Mundial, super en forma, vice primer ministro.
  Así pues, un mismo prefijo se escribirá soldado a la base o palabra, unido a ella con guion o completamente separado en función de los factores arriba indicados: antimafia, anti-OTAN, anti ácido láctico; provida, pro-OLP, pro derechos humanos; supercansado, super-8, super en forma, etc.
  Las normas aquí expuestas rigen para todos los prefijos, incluido ex-. Para este prefijo se venía prescribiendo hasta ahora la escritura separada —con independencia de la naturaleza simple o compleja de su base— cuando, con el sentido de ‘que fue y ya no es’, se antepone a sustantivos que denotan ocupaciones, cargos, relaciones o parentescos alterables y otro tipo de situaciones circunstanciales de las personas. A partir de esta edición (2011) de la ortografía, ex- debe someterse a las normas generales que rigen para la escritura de todos los prefijos y, por tanto, se escribirá unido a la base si esta es univerbal (exjugador, exnovio, expresidente, exalumno, etc.), aunque la palabra prefijada pueda llevar un complemento o adjetivo especificativo detrás: exjugador del Real Madrid, exnovio de mi hermana, expresidente brasileño, etc.; y se escribirá separado de la base si esta es pluriverbal: ex cabeza rapada, ex número uno, ex teniente de alcalde, ex primera dama, etc.