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Para tener en cuenta – I -
6 febrero de 2019 - 09:05 PM
¡Qué inelegancia lingüística! Y las autoridades
administrativas, las gubernamentales, las feministas y los innovadores sin
mucho conocimiento en el manejo del idioma, pretenden que en los
establecimientos educativos se hable y se escriba de dicha manera.
1.
Nombres de enfermedades
Se escriben en minúscula, salvo los nombres propios que
formen parte de ellos. No es raro que aparezcan en escritos, incorrectamente
usados los nombres de algunas enfermedades, como: “La Fibrosis
Pulmonar Idiopática, un mal de origen desconocido”. “Detectaron dos casos de
Gripe A en Tierra del Fuego”.
Explica la nueva Ortografía: los nombres de enfermedades se
escriben en minúscula. Pero, se inician con mayúscula los nombres propios que
siguen a expresiones como: síndrome de, mal de, enfermedad de, (enfermedad de
Creutzfeldt-Jakob, síndrome de Korsakoff). Se escriben correctamente: alergia,
asma, cáncer, hernia, resfriado, esclerosis lateral amiotrófica, insensibilidad
congénita al dolor, fibrosis quística, degeneración hepatolenticular.
Lea también: Microplástico, la palabra del año 2018
2.
Saga
El término saga puede emplearse de modo
figurado para aludir a las narraciones y series extensas o de trama elaborada.
Hoy es frecuente encontrar este término aplicado a ciertos tipos de
obras de creación, ejemplos: “Animales fantásticos será el inicio de
una saga….”. “La saga de videojuegos de fútbol llegó al público a finales de 1993”.
Según el Diccionario académico, saga tiene los
siguientes sentidos: 1. “Cada una de las leyendas poéticas contenidas en su
mayor parte en las colecciones de primitivas tradiciones heroicas y mitológicas
de la antigua Escandinavia”.
2. “Relato novelesco que abarca las vicisitudes de varias generaciones
de una familia”.
Es válido el uso figurado de saga para series
cinematográficas, televisivas, literarias, de videojuegos, etc., que, “por crear
mundos ficticios y fabulosos, por su extensión, por la elaboración de la trama
o por su carácter épico, comparten características con estas narraciones”.
3.
Álbum, álbumes
NO se dice ni se escribe álbums, ni álbunes. Son incorrectas estas
expresiones: “El número 37 de sus álbums de estudio contiene una docena de
canciones”; “Encuentran una libreta en la que escribía la letra de sus primeros
álbunes”.
Señala la Nueva Gramática académica: las palabras acabadas
en -m, muchas de ellas latinismos, forman su plural
añadiendo una ESE: tándem / tándems; ultimátum / ultimátums; fórum
/ fórums…
En este grupo se registran algunas excepciones: las palabras que forman
el plural añadiendo: ES o S, tales como ítemes / ítems. Las
que solo forman el plural añadiendo ES, como:
álbum: álbumes.
4. Odiador
La alternativa odiador es preferible al
anglicismo hater para referirse a una persona que muestra
continuamente su odio o rencor hacia alguien.
El término hater, que procede del verbo
inglés to hate —‘odiar’— hace referencia a la “persona que odia a
algo o alguien y dice o escribe cosas desagradables sobre alguien o critica sus
logros, especialmente en internet y en redes sociales “.
Una idea similar se puede encontrar en el término español
odiador, de la que se documentan ejemplos desde el siglo XIX («poco amigo
de la escolástica y acérrimo odiador de la barbarie literaria») como figura en
el Corpus Diacrónico del Español de la RAE y cuyo uso puede extenderse a ese
nuevo contexto digital y de las redes sociales.
En cualquier caso, existen otras expresiones, quizá más apropiadas,
como: enemigo, detractor, difamador, maldiciente, aquel que odia, el
que odia, etc.
4.
Los ciudadanos y las ciudadanas, los niños y las
niñas
Dice categóricamente la RAE: “este tipo de desdoblamientos en la expresión
oral o escrita son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista
lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la
posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es
decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos,
ejemplo: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto.
La mención explícita del femenino se justifica solo cuando la oposición
de sexos es relevante en el contexto, ejemplo: El desarrollo evolutivo es
similar en los niños y las niñas de esa edad. Deben evitarse
estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y
complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos”.
En orden a la lógica tendríamos que decir y escribir: los niños
estudiosos y las niñas estudiosas ganan puntos. Los niños educados y atentos y
las niñas educadas y atentas son bien recibidos y bien recibidas en los
colegios.
Vea también: Para recordar
¡Qué inelegancia lingüística! Y las autoridades
administrativas, las gubernamentales, las feministas y los innovadores sin
mucho conocimiento en el manejo del idioma, pretenden que en los
establecimientos educativos se hable y se escriba de dicha manera.
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