LOS “SI” CONDICIONALES EN LA LECTURA
Lucila
González de Chaves
1.
Si
leemos a la velocidad requerida y comprendemos lo leído, nos aficionaremos a la
lectura.
2.
Si
variamos los temas de lectura: biografías, viajes, aventuras, exploraciones,
ciencia-ficción, policíacos, románticos, tendremos más amor por la lectura.
3.
Si
nos quedamos anclados en novelas sin mérito, telenovelas y fotonovelas baratas,
seremos unos intelectuales mediocres.
4.
Si no avanzamos en la búsqueda constante de
calidad y cantidad en la lectura, no tendremos nuevos horizontes de vida.
5.
Si no maduramos en la capacidad de analizar,
valorar y comprender lo que leemos, no podremos leer con provecho las obras
maestras universales.
6.
Si
sólo leemos a los escritores morbosos, seremos unos lectores enfermizos anímica
y espiritualmente, y nunca daremos frutos provechosos.
7.
Si
las emociones que nos despierta la lectura son positivas, podremos cultivar la
vida sentimental, la personalidad y el carácter, y educar la voluntad y la
conciencia.
8.
Si
tenemos predisposiciones neuróticas o temperamento muy emotivo y poco activo,
la lectura de obras apasionantes con titanes que todo lo resuelven sin
dificultad nos puede perjudicar porque nos impide ver y manejar la cotidianidad
de la vida.
9.
Si
nos entusiasmamos con la buena lectura, estaremos en condiciones de entender y
valorar el contenido del arte en sus variadas manifestaciones: música, pintura,
dibujo, escultura, arquitectura, literatura…
10. Si estamos bajo la
influencia de la inseguridad, el miedo, el estrés, la preocupación, el agobio
del trabajo o del estudio, captaremos con dificultad el sentido de lo que
leemos. Sin el sistema nervioso calmado es imposible sacar provecho de la
lectura y, aun, del estudio.
11. Si leemos obras
filosóficas, formativas o de contenido espiritual o científico, la lectura debe
ser pausada, con intervalos de concentración, puesto que son textos que nos
exigen atención, reflexión y aprendizaje.
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