jueves, 18 de enero de 2024

LA PALABRA GUIADORA

 

 LA PALABRA COMO CAMINO…

 

Lucila González de Chaves

“Maestra del idioma”

Lugore55@gmail.com

 

 

Amo la palabra porque con ella he logrado comprender y disfrutar el amor.

Con ella he podido disipar mis cuitas de muertes, de olvidos, de soledades y silencios.

 Ella me ha acompañado en mis éxitos, y es ella la hacedora de los caminos que he transitado en busca del afecto, del amor, de la amistad, de la fraternidad, del saber, del bien enseñar, de la serenidad interior al ir envejeciendo apaciblemente.

La palabra me llevó hasta el corazón y el cerebro de mis alumnos de todos los tiempos, y con ellos pude compartir la alegría de buscar, de encontrar, de saber; ella nos recordó siempre el compromiso de vivir con dignidad y de aprender con orden, sencillez y humildad.

Fue la palabra la que me llevó a enamorarme de manera comprometida a formar un hogar, y fue ella el refugio de dos seres: él, artista y tenor lírico, solista operático y maestro de la música barroca; yo, maestra del idioma y de los valores literarios creados por la palabra.

Fue la palabra la que nos ayudó a tejer la convivencia familiar y la tolerancia para admitir y respetar las diferencias.

Nuestros hijos encontraron la manera de llegar hasta sus padres para expresar sus deseos, amores e incomodidades al empezar a descubrir y a pronunciar las palabras.

En este presente lleno de malignos ataques a la convivencia, a la salud física y mental, a la familia, a la educación, a los pueblos, solo nos queda la palabra.

Es la palabra nuestro recurso comunicativo; ¡el apacible refugio cuando escribimos para destejer, un poco, la apretada y dolorosa urdimbre de nuestro interior, a veces, fuerte, a veces derrotado, en tantos momentos esperanzado…!

¡Nos queda LA PALABRA que se arrodilla ante Dios para pedir clemencia, fortaleza, paz y consuelo!

 

CÓMO REDACTAR...

 

…..CLAVES DE REDACCIÓN RECOMENDADAS POR LA RAE

 

Con motivo de los graves cambios climáticos, la Real Academia Española conceptúa que debemos ser muy precisos, tanto en los vocablos como en sus significados, a la hora de informar o de explicar tales acontecimientos atmosféricos.

 

1.    Hídricohidráulico e hidrológico no son sinónimos

 

Hídrico es lo perteneciente o relativo al agua (recursos hídricos).

Hidrológico alude a las propiedades del agua y su distribución natural en la Tierra (ciclo hidrológico).

Hidráulico alude al estudio del equilibrio y el movimiento del agua, así como a la ingeniería de su almacenamiento y conducción (bomba hidráulica).

 

2. El agua,  las aguasesta aguapoca agua

 

Ante sustantivos femeninos que empiezan por A tónica, se escribe el artículo el en lugar de la: el agua. Sin embargo, esto no convierte a la palabra en vocablo masculino. Por ello, lo adecuado es hacer la concordancia en femenino en casos como: el agua claralas aguasesta aguatoda el aguamucha aguapoca agua, etc.

 

3. Precipitar  no es sinónimo de llover  ni de  nevar

 

El sustantivo precipitación alude al agua que procede de la atmósfera, normalmente en forma de lluvia o nieve; pero ningún diccionario recoge el significado del verbo precipitar como sinónimo del verbo llover o nevar.

 

4. Símbolo del porcentaje separado de la cifra

 

La Ortografía de la lengua española establece que el símbolo del porcentaje (%) se escribe con un espacio después de la cifra a la que acompaña: Los embalses  se encuentran al 39 %. Para evitar que la separación resulte excesiva, se puede poner un espacio.

 

5. hm³, símbolo de hectómetros cúbicos

 

El símbolo hm³, en minúscula y sin punto, es el adecuado para los hectómetros cúbicos. Se recomienda escribir la cifra separada del símbolo con un espacio (200 hm³). Los símbolos no tienen plural, por lo que lo apropiado es: 3 hm³, en lugar de: 3 hms³.

 

6.   Y,  además...

Respuesta a un gran profesional:

Al preguntar de nuevo a la RAE sobre dicho asunto, ha respondido:

“Palabras clave o palabras claves;  copias pirata o copias piratas.

  En las construcciones formadas por dos sustantivos que constituyen una unidad léxica, en las que el segundo de ellos modifica al primero como si se tratara de un adjetivo, normalmente solo el primer sustantivo se escribe en plural: horas punta, bombas lapa, faldas pantalón, ciudades dormitorio, pisos piloto, coches cama, hombres rana, niños prodigio, noticias bomba, sofás cama, etc.

“No obstante, hay casos en que el segundo sustantivo puede adquirir un funcionamiento plenamente adjetivo y se escribe también en  plural, como es característico en esta clase de palabras. Normalmente esto sucede cuando el segundo sustantivo puede funcionar, con el mismo valor, como atributo del primero en oraciones copulativas; esta es la razón de que pueda decirse Estados miembros, países satélites, empresas líderes, palabras claves o copias piratas (pues son posibles oraciones como: Esos Estados son miembros de la UE, Estos países fueron satélites de la Unión Soviética, Esas empresas son líderes en su sector, Estas palabras son claves para entender el asunto, Las copias requisadas son piratas).

“Es decir, tanto palabras clave o copias pirata como palabras claves o copias piratas son expresiones posibles y correctas. En el primer caso, clave y pirata están funcionando como sustantivos en aposición y no adoptan la marca de plural. En el segundo, están funcionando como adjetivos plenos (con el sentido de ‘fundamental’, en el caso de clave, y de ‘ilegal o no autorizado’, en el caso de pirata), de ahí que adopten la marca de plural en consonancia con el sustantivo plural al que modifican”.

 

(Como complicaditas las lecciones de los señores académicos, o ¿no?). Hagamos cada uno de nosotros el ejercicio de decir con nuestro propio léxico lo que ellos conceptuaron; así, podremos darnos cuenta de cuánto entendimos.

Por mi parte, y dadas las complicadas explicaciones académicas, me atengo a esta sola frase: (Y lo invito a usted, lector, a olvidarse de la anterior lección gramatical, enemiga del proceso de aprendizaje y del amor por nuestro idioma, a que se acuerde solamente de esta frase)

Es decir, tanto palabras clave o copias pirata, como palabras claves o copias piratas, son expresiones posibles y correctas”.

(El texto académico lo cité ex profeso para que nos demos cuenta de que no es fácil entender a los señores académicos y sus complicados libros).

 

miércoles, 3 de enero de 2024

 

-

ESCRITORES MAESTROS EN LA FORMACIÓN HUMANÍSTICA.


Lucila González de Chaves

Maestra del Idioma

lugore55@gmail.com

 

         MIKA WALTARI: (1908 – 1979)

 

 Este autor finlandés es  el maestro de la novela histórica moderna con sus obras: Sinuhé el egipcio; Salomé.

Para escribir la primera de las obras citadas, se documentó durante dos años viajando por Egipto. Esta obra es la aventura de un egipcio que cree ciegamente en la bondad de los hombres aunque la vida no haya sido generosa con él.

Otra de sus obras es Un extranjero llegó a la granja: Son descripciones de Noruega, la historia de los “trolls” (aquellos que no realizan nada en la vida porque no quieren, pero todo lo tienen a la mano). En esta obra es de aspecto crudo y realista.

Como poeta, Mika Waltari escribió infinidad de poemas agrarios, al estilo de Virgilio. Muy pocos fueron traducidos al español, algunos de ellos por el escritor mexicano Alfonso Reyes.

Como cuentista, tiene una colección de dieciséis cuentos. Los mejores son: El enano, sobre el tema de las leyendas de los enanos consejeros que amanecen en los jardines para aconsejar a los jóvenes enamorados; Las fresas, que habla de lo pasajero de la vida. La existencia dura lo que dura el fruto maduro.

Waltari pertenece a la última escuela novelística:  La escuela sensacionalista: (No que produce miedo y suspenso, sino conmoción: conmueve).

De esta escuela son también:

 

IGNACIO AGUSTÍ: (1913 – 1974)

 

Escritor español, autor de La ceniza fue árbol, que se divide en cuatro partes: “Mariona Rebull”, “El viudo Ríus”  que presenta la lucha de clases, pero no como siempre: el bueno es el obrero, el malo es el patrono, sino que  los presenta al revés, lo que constituye un aspecto novedoso en una novela situada al final del siglo XIX; “Desiderio”, que dentro del conjunto, es el hijo de los Rebull, comerciantes, y los Ríus, industriales acomodados, y la cuarta parte: “Joaquín Ríus y su nieto”.

 

 

 

PÄR LAGERKVIST: (1891 – 1974)

 

Premio Nobel de Literatura en 1951. Escritor sueco, émulo de Mika Waltari en la re-creación de la novela histórica. Este autor es el representante de la escuela impulsiva. Hijo de pastor anglicano y perteneciente a una familia de trayectoria campesina.

Su obra se divide en poesía y novela.

Su mayor novela es Barrabás, re-creación de un individuo a través de una situación. Está escrita en dos tiempos: el geográfico y el histórico, y los dos muy bien tratados, hasta fusionarse.

Parte culminante de esta obra es el análisis sicológico que Barrabás hace al contemplar a Cristo.

Barrabás, un individuo ciego y sordo ante el misterio inmenso que se desarrolla en el Calvario, es un desilusionado, no encuentra emoción ni ilusión en ninguna parte. Esto se presta para interpretar la tesis de que cada hombre puede sublimar o degenerar el propio acto.

Barrabás da la sensación del hombre que vaga por el mundo como un extranjero, extraño a los demás y a sí mismo.

Sibila es otra novela que re-crea los tiempos antiguos, con sus designios inescrutables y decisiones irrevocables.

Lagerkvist está caracterizado por su honda preocupación por los temas vinculados al orden metafísico y religioso. Es el iniciador de la escuela de la desesperanza.

 

 

HERMANN HESSE:  (1877 – 1962)

 

Escritor alemán, nacionalizado en Suiza. Premio Nobel de Literatura en 1946. La contradicción entre vivir acorde consigo mismo y los deberes que impone el mundo, marcó su pensamiento y dio lugar a sus primeras novelas.

En 1914, realizó un viaje a la India, que determinó su acercamiento al budismo. Luego fue a Suiza y se manifestó contra el militarismo, el nacionalismo y la guerra.

Su producción literaria aborda el sentido religioso del hombre y su lucha por la libertad individual; los problemas del “yo” por liberarse de las limitaciones de una realidad adversa a su manifestación.

Su obra El lobo estepario, es una novela magistral publicada en 1927; es la más representativa de Hesse:

Harry Haller, el personaje central, es un hombre extraño, de hábitos nocturnos, puesto que desarrolla todas sus actividades mucho mejor durante la noche. En el día se encierra en su habitación: licor y libros. Es un artista cuyas contradicciones con su medio lo llevan a la locura. Nuca pudo asimilar completamente el hecho de que él llevara en sí varios “Yo”.

Un día, Haller  pagó el arriendo y desapareció. En su cuarto encontraron un manuscrito en el que se narra la historia de un lobo estepario, y el sobrino de la dueña de casa dio a conocer la historia.

Algunas de las principales obras de Hesse son: Peter Camenzind; Bajo las ruedas; Demián; Siddhartha; Narciso y Golmundo.

 

 

MILAN KUNDERA:  (1929 -     )

 

Profesor y escritor checo. Tras la invasión soviética en 1968, perdió su trabajo y prohibieron sus obras.

“Doctor honoris causa” por la Universidad de Michigan.

Una de sus obras más destacas es:

La insoportable levedad del ser, novela publicada en 1984; fue bien calificada por el público y por la crítica.

El autor declaró que su novela es polifónica, y para él, “la polifonía es la fusión de la filosofía, la narrativa, el sueño, el ensayo específicamente novelístico, en una música sincronizada”.

La estructura de la obra da la sensación de variaciones sobre el mismo tema, quizás para que el lector encuentre una analogía musical.

En esta novela, como en todas las de Kundera, el pensamiento es tan importante como la historia que se cuenta; aparecen reflexiones sobre el eterno retorno, el concepto de la levedad del ser, la feminidad y la masculinidad, la espiritualidad y la vulgaridad, el gozo y el dolor.

Dicha obra tiene una dimensión de novela de ideas que demuestra gran agudeza mental.

Narra la historia de Tomás, un cirujano divorciado, que es un “don juan” incorregible. Teresa, la esposa, es una camarera en la ciudad donde vive, que va con mucha frecuencia a Praga a ver a Tomás, hasta que lo convence para que se casen.

Ella tolera las infidelidades del esposo, a pesar de su carácter firme y sus decisiones irrevocables. Su amor por Tomás es exclusivo, total, absoluto; en cambio, él es lo opuesto; es “leve”, porque para el autor, desde el punto de vista de la filosofía, un ser es de peso despreciable en la medida de su inconstancia, de su amoralidad; aunque ésta no sea alevosa, siempre va a ser dañina para los que conviven con el causante de ella.

Sabina, otro personaje, es una de las amantes de Tomás y quien lo sigue en el exilio, cuando va a a trabajar a un hospital a Zúrich. Pero Tomás no puede vivir sin su esposa, regresa junto a ella en Praga.

Por ser amigo del gobierno reformador y haberse ido del país, paga un alto precio: lo relegan a un remoto lugar; lo presionan tanto, que al fin abandona su profesión, y con su esposa se va a vivir al campo. Un día, en un accidente mueren los dos.

 

NIKOS KAZANTZAKIS: (1883 -1957)

 

Novelista griego. Estudió derecho en Atenas; luego se fue a País a estudiar filosofía.

Sus primeras obras fueron poéticas y filosóficas. Ocupó elevados cargos políticos dentro del partido socialista griego. Este autor es el iniciador de la novela futurista.

Nació en Creta (allí nació la escuela insinuante, la funcionalidad de las construcciones –laberinto -, la cinekaria – movimiento del color, etc.)

La mente de este escritor se fue llenando de todo esto y concibió una idea: los edioses se hacen, voy a ser dios. Tres sensaciones le hicieron amable la vida: la personalidad de su padre, el color azul de su tierra, el perfume de sus campos.

Una de sus mejores obras es Zorba el griego (1946) una novela en que “Boss”, amigo de Zorba, es el narrador de la historia.

“Boss” es un intelectual inglés que ha gastado su vida en la lectura y la contemplación. Zorba, en cambio, es un espíritu mediterráneo y de pueblo, es un hombre grande, tanto corporalmente, como en sus pasiones y apetitos.

“Boss” es retraído y silencioso, Zorba es extrovertido y alborotador; a “Boss” lo define la templanza, una casi abulia vital; a Zorba le basta ver una mujer u oler un vino para abandonarlo todo. Para él la vida se reduce a seguir el mandato de la naturaleza. Cuando la expresión humana no le permite manifestar sus sentimientos, se desfoga a través de la danza.

Escribió una Odisea en treinta y tres mil hexámetros, que empieza donde acaba la de Homero. Fue, además, traductor y crítico. Pero su fama se basa en sus novelas La última tentación; Zorba el griego (novela autobiográfica); Carta al Greco (más que novela, un ensayo); Cristo de nuevo crucificado; El jardín de las rocas.

 

 

 

LA MUSICALIDAD Y EL MENSAJE AVALAN EL ARTE DE LA DECLAMACIÓN

 

                                                   

La declamación es una proyección del mensaje poético que nos alcanza el alma y, a veces, cambia nuestro sentir y nuestro pensar.

Un excelente declamador es el que nos hace vibrar frente a la traslación al lenguaje del estado espiritual del poeta que sabe el arte de trasmitir la vida en palabras.

Ningún ensayo, ninguna teoría tendrán el discurso exacto para explicar el poder mágico que, sobre la sensibilidad del ser humano, tiene un excelso declamador, cuando roza con su arte nuestra zona espiritual y emocional donde se incuban misteriosamente nuestros más encumbrados y secretos deseos y sentires.

La declamación, altamente concebida, combina los sonidos, el ritmo y el mensaje con el lenguaje gestual y corporal y consigue despertar, así, la máxima intensidad de emoción emanada de los poetas a quienes interpreta.

Al sentido estético y finura de espíritu de los oyentes les es fácil reconocer una buena poesía mediante el declamador; pero, como hay variados comportamientos y reacciones frente al sentir y el pensar, nunca nadie podrá definir todo cuanto la poesía, sus autores y sus intérpretes significan para el ser humano, sensitivo

 y pensante.

La declamación es una disciplina mental, espiritual y sentimental del intérprete, pues su función no solo es deleitar, sino también humanizar los anhelos del hombre dándole a conocer las excelentes páginas de los poetas, en donde se encontrará a sí mismo, y las que, además, le darán explicación a sus inquietudes existenciales.

Cada sensibilidad es distinta, y cuanto mayor es la sensibilidad de los poetas y de los oyentes, más exquisitos, tenues y refinados tendrán que ser los matices que el buen declamador debe poner en su interpretación.

En mi ya larga vida de entrega a la enseñanza, a la lectura, a la investigación y con un infinito amor por la poesía, tuve la oportunidad de escuchar a muchos declamadores, animados por el afán de inculcarnos la belleza de las palabras.

Pero, solo conservo en mi memoria los recitales de dos grandes mujeres: los de Berta Singerman, argentina, de un exquisito lenguaje corporal y una inolvidable voz musical, además de un refinado y clásico repertorio; y los de Adriana Hernández, de una sensibilidad por el arte, sorprendente; una voz manejada con exquisitez, a veces, lenta, a veces apasionada, a veces soñadora, como conviene al sentir y al pensar del poeta que va interpretando.

Hay algo en ella que la diferencia: no desgasta su admirable capacidad de declamadora en poemas sin valores líricos, ni connotativos, ni trascendentes. Ella necesita arder con las palabras y la pasión del autor, iluminar a su público con los mensajes sublimes de los poetas clásicos.

Porque ha entregado su vida a la cultura y al arte, Adriana es como el poeta José Asunción Silva, en las palabras del gran pensador y poeta Guillermo Valencia:

 

“Tener la frente en llamas y los pies entre el lodo…; querer sentirlo, verlo y adivinarlo todo “.

 

……………………………………………

 

(Exclusivo para la Revista Cultural de El Café Rojo y en homenaje a la exquisita intérprete del verso,  la escritora, poetisa, la creadora incansable de fomentar el arte y las letras en Medellín)

 

Lucila González de Chaves

“Aprendiz de Brujo”

Lugore55@gmail.com

Maestra, periodista y escritora

 

 

jueves, 7 de diciembre de 2023

DOLOR Y SOLEDAD

 

EL DOLOR Y LA SOLEDAD EN LAS OBRAS DEL ESCRITOR

 

FRANCÉS FRANCOIS MAURIAC

 

 

 

Lucila González de Chaves

“Maestra del idioma”

Lugore55@gmail.com


 

 

Lo mismo que en otros autores de novelas psicológicas, pudiéramos señalar en Mauriac, algunas características definidas: la novela como búsqueda, la historia de una vocación literaria, cuyo resultado son sus inquietantes obras; la importancia del dolor y la soledad en su mundo novelesco. Sus novelas son tanto más valiosas cuanto más profusamente ha penetrado el sufrimiento en el corazón. En ellas todo es análisis extraordinariamente inteligente, revisión de los personajes, de sus pensamientos y, sobre todo, de los motivos que los impulsan a obrar. Mediante este análisis podemos comprender mejor el comportamiento de sus criaturas, podemos desenvolvernos con soltura en la visión minuciosa y compleja de un mundo interior divisible y quebradizo.

 

Dice uno de sus críticos que los personajes de Mauriac tienen algo del corazón herido de su autor. En efecto, su infancia fue triste e ensimismada; era un niño triste que se sentía herido por todo. Amaba con predilección la música, la liturgia y las ceremonias religiosas. Un pequeño burgués encerrado en sí mismo, educado en ambiente severo.

 

Claramente lo vemos retratado en el adolescente Fabien de su obra “El Mal”, en la que este muchacho, producto de un ambiente exclusivista, vive lleno de angustiadas inquietudes, de una sensibilidad exasperada y vibrando siempre por todo; un alma cristiana perseguida por la carne.

 

Y, cumpliendo siempre la consigna de que un buen novelista debe tener conciencia de los conflictos de sus personajes y oponerlos unos a otros, Mauriac crea a Fanny, la mujer madura y recia que arrastra tras sus pasiones a Fabien, a quien hace hombre después de un largo período de tentaciones; una mujer fácil, cargada de experiencias, desata en un adolescente toda la pasión contenida por un sentimiento religioso; el personaje sigue siendo un hombre roto, contraído, ansioso, enfebrecido.

 

 “Genitrix”

 

Es una de sus novelas que parece ser una actitud frente a la vida y los sentimientos, realizada desde el punto de vista de los tres más destacados personajes: Fernand, el solterón que realiza un matrimonio tardío (50 años), su madre Felicité y la joven esposa Matilde. La actitud de la madre es absorbente. Sus celos nacidos de la posesión absoluta de su hijo la llevan a descuidar a la joven esposa y a sentir alegría cuando esta muere.

 

La actitud de la esposa es, interiormente, de lucha contra aquella implacable madre de su esposo; pero, exteriormente, parece no haber realizado nada. El interés del autor se centra en demostrar cómo esta joven, después de su muerte, logra vencer a aquella Genitrix. En efecto, el hijo ya no busca a su madre; se encierra en el cuarto de su esposa, y rinde culto a un retrato y a un recuerdo; hace frente a su madre porque parece que su esposa muerta tiene más poder sobre su voluntad que su madre viva.

 

La actitud de él, Fernand, es la de un hombre sin voluntad, tímido, consentido y dominado por su madre, de cuya tutela solo sale brevemente en pos de una mujerzuela. Pero regresa a los brazos de su madre, más debilitado aún. Los contactos con la vida y el amor no han logrado madurarlo, tampoco el matrimonio fue exitoso.

 

Pero, hay en esta novela sentimientos positivos: fidelidad, cariño, sinceridad, entrega y están encarnados en una vieja criada que ha visto pasar dos generaciones de amos. Los personajes tienen todos los elementos constitutivos del ser humano; pero, los negativos están tan agudizados y son tan potentes que ellos – los personajes -  convencen al lector de que son seres enfermizos, morbosos, sin liberación posible.

 

“La Farisea”

 

Es una novela que confirma plenamente lo que de Mauriac dice Joan Roger: “es un autor que se complace en pintar dramas de almas cristianas perseguidas por las pasiones, o de personajes pseudocristianos, respetados y honorables, pero que no son más que “fariseos” en el sentido evangélico de la palabra.

 

En efecto, el personaje central, Luis Pian, narra una historia originada en su infancia y adolescencia: la historia de su madrastra Brigitte Pian. Todos los personajes giran en torno a ella. El ambiente es un mundo sombrío, limitado en el doble aspecto: geográfico y social.

 

Aquella madrastra es una “farisea” segura de sí misma y de su virtud: Los vigila a todos y les traza planes de vida virtuosa. Cree sinceramente que el clérigo Puybaraud está destinado al claustro y se opone a su matrimonio con Octavia;  cuando esta muere, la farisea (señora Pian) ve confirmados sus puntos de vista y juzga que la Providencia está de su parte.

 

Otros muchos seres humanos sufren por su causa, por su exceso de celo y su concepto de la virtud; entre ellos, la joven pareja Michele – su hijastra -  y Jean, ella cree que Jean es el niño “malo” y juzga que debe “trabajar” por esta alma “miserable”.

El esposo de la “farisea” se ha entregado a la bebida por causa de permanentes desajustes; cuando él muere, ella empieza a padecer de escrúpulos y sus noches son las de un ser desesperado. Solo el abate Calou, otra de sus víctimas, logra tranquilizarla.

En el atardecer de su vida, la farisea logra conocer el amor feliz y absoluto con un médico de su misma edad y descubre, entonces, que “no hay que merecer; lo que importa es amar”.

 

“El desierto del amor”

 

La historia se inicia en un momento del presente de un hombre, Reymond, cuando en un café descubre a la mujer que conformó su vida afectiva, desde cuando él solo tenía 18 años. A partir de este presente el autor nos lleva al pasado, y allí se desenvuelve la historia casi hasta el final, en el que pasado y presente vuelven a encontrarse para crear el desenlace.

 

Es la historia de dos hombres: padre e hijo enamorados de la misma mujer, Marie Cross: ninguno de ellos ha logrado hacerla suya; sus reacciones son diferentes; pero, en los dos, la pasión es intensa, obsesiva y para siempre, pues les dura hasta la muerte.

 

A pesar de que la viuda Cross es la inspiradora de tan profundos amores y deseos, no aparece en la obra con características especiales. Es una mujer vulgar, poco refinada, pero inteligente. Se destacan sí, las honduras psicológicas, las situaciones vivenciales de cada uno de los personajes, las profundas grietas espirituales y afectivas entre marido y mujer que marcan el carácter del hijo, Reymond.

Hay que agregar que el comportamiento cínico y donjuanesco del muchacho nace de la ofensiva indiferencia de la señora Cross cuando Reymond quiere demostrarle que es todo un hombre y que la ama con pasión.

FOTO....

 


MUSICALIDAD Y MENSAJE

 

LA MUSICALIDAD Y EL MENSAJE AVALAN EL ARTE DE LA DECLAMACIÓN

 

                                                   

La declamación es una proyección del mensaje poético que nos alcanza el alma y, a veces, cambia nuestro sentir y nuestro pensar.

Un excelente declamador es el que nos hace vibrar frente a la traslación al lenguaje del estado espiritual del poeta que sabe el arte de trasmitir la vida en palabras.

Ningún ensayo, ninguna teoría tendrán el discurso exacto para explicar el poder mágico que, sobre la sensibilidad del ser humano, tiene un excelso declamador, cuando roza con su arte nuestra zona espiritual y emocional donde se incuban misteriosamente nuestros más encumbrados y secretos deseos y sentires.

La declamación, altamente concebida, combina los sonidos, el ritmo y el mensaje con el lenguaje gestual y corporal y consigue despertar, así, la máxima intensidad de emoción emanada de los poetas a quienes interpreta.

Al sentido estético y finura de espíritu de los oyentes les es fácil reconocer una buena poesía mediante el declamador; pero, como hay variados comportamientos y reacciones frente al sentir y el pensar, nunca nadie podrá definir todo cuanto la poesía, sus autores y sus intérpretes significan para el ser humano, sensitivo

 y pensante.

La declamación es una disciplina mental, espiritual y sentimental del intérprete, pues su función no solo es deleitar, sino también humanizar los anhelos del hombre dándole a conocer las excelentes páginas de los poetas, en donde se encontrará a sí mismo, y las que, además, le darán explicación a sus inquietudes existenciales.

Cada sensibilidad es distinta, y cuanto mayor es la sensibilidad de los poetas y de los oyentes, más exquisitos, tenues y refinados tendrán que ser los matices que el buen declamador debe poner en su interpretación.

En mi ya larga vida de entrega a la enseñanza, a la lectura, a la investigación y con un infinito amor por la poesía, tuve la oportunidad de escuchar a muchos declamadores, animados por el afán de inculcarnos la belleza de las palabras.

Pero, solo conservo en mi memoria los recitales de dos grandes mujeres: los de Berta Singerman, argentina, de un exquisito lenguaje corporal y una inolvidable voz musical, además de un refinado y clásico repertorio; y los de Adriana Hernández, de una sensibilidad por el arte, sorprendente; una voz manejada con exquisitez, a veces, lenta, a veces apasionada, a veces soñadora, como conviene al sentir y al pensar del poeta que va interpretando.

Hay algo en ella que la diferencia: no desgasta su admirable capacidad de declamadora en poemas sin valores líricos, ni connotativos, ni trascendentes. Ella necesita arder con las palabras y la pasión del autor, iluminar a su público con los mensajes sublimes de los poetas clásicos.

Porque ha entregado su vida a la cultura y al arte, Adriana es como el poeta José Asunción Silva, en las palabras del gran pensador y poeta Guillermo Valencia:

 

“Tener la mente en llamas y los pies entre el lodo…; querer sentirlo, verlo y adivinarlo todo “.

 

……………………………………………

 

(Exclusivo para la Revista Cultural de El Café Rojo y en homenaje a la exquisita intérprete del verso,  la escritora, poetisa, la creadora incansable de fomentar el arte y las letras en Medellín)

 

Lucila González de Chaves

“Aprendiz de Brujo”

Lugore55@gmail.com

Maestra, periodista y escritora