sábado, 17 de diciembre de 2011

CÓMO EVITAR EN EL LENGUAJE REPETICIONES MALSONANTES

Lo primordial en el manejo del lenguaje, especialmente en el escrito, es poner en orden las ideas antes de escribir.
Evitemos los detalles insignificantes que son causa del estilo difuso; del estilo con poca precisión. La prolijidad en la expresión se debe casi siempre a la pobreza de ideas. Cuando no se tiene nada que decir, se habla o se escribe más de lo necesario.
Cuidemos el matiz de la expresión. Cuando no se conoce bien el idioma no se sabe matizar; es decir, distinguir, apreciar, valorar... En resumen: tenemos que acertar con la palabra adecuada para no incurrir en imprecisiones e innecesarias explicaciones.
Evitemos la repetición de una palabra, bien sea suprimiendo el vocablo, o reemplazándolo por otro sin cambiar la idea, o variar el escrito expresando la idea de manera diferente.
En la sustitución de un vocablo por otro hay que tener mucho cuidado poque las palabras sinónimas no son exactamente iguales. Pereza, ociosidad, indolencia, holgazanería tienen leves matices de diferencia. Inquietud, alarma, perturbación, agitación pueden no expresar la misma idea dentro de un contexto.
Hay quien cree que un diccionario de sinónimos es la tabla de salvación del escritor. Esta idea es falsa porque en derminado momento, ni el más completo diccionario de este tipo puede darnos el sinónimo exacto.
Escribir es algo más que resolver ecuaciones. Las palabras, a difeencia de los números, cambian de valor según el contexto. La tristeza, el amor, la tenura... son palabras cuyo contenido e intensidad depende de los otros vocablos que las rodean o de lo que el escritor quiso decir en determinado momento. Sobre  todo, cuando hay que matizar una expresión, por su contenido espiritual o emocional, no debemos dejarnos llevar por el fácil camino de los sinónimos.
Tengamos presente que el lenguaje es pobre, limitado, en  proporción con la riqueza infinita de los pensamientos, los sentimientos y las innumerables vivencias.
"La lengua - dice el ensayista y crítico Marouzeau - , incluso la mejor hecha, es un instrumento imperfecto, un sistema insuficiente y a veces incoherente de signos y procedimientos, incapaz de traducir exactamente el pensamiento".
"La expresión lingüística - en opinión del escritor Gonzalo Martín Vivaldi - no es más que una traducción aproximada de lo que, en un momento dado, pensamos, sentimos o imaginamos".
El buen manejo del lenguaje, hablado y escrito, es un larguísimo proceso de aprendizaje que todos hemos tenido que vivir.

martes, 23 de agosto de 2011

LIBRO "EL RUIDO DE LAS COSAS AL CAER" - PREMIO ALFAGUARA DENOVELA 2011

"EL RUIDO DE LAS COSAS AL CAER"  es la última producción literaia del escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez (Bogotá, 1973), libro ganador del Premio Alfaguara de Novela 2011.

                                  (Por Lucila González de Chaves)

"Este hombre no ha sido siempre este hombre. Este hombre era otro hombre antes".´

Después de leer detenidamente la novela citada, podemos afirmar que las frases con las que se inicia este comentario, son un meridiano que parte en dos la obra.
"Este hombre...":  el que juega billar, el amigo escurridizo, el de pocas palabras, el que vive en un cuartucho del barrio de La Candelaria de Bogotá, el que acaba de se asesinado a poco de ser conocido por el narrador (1996); este hombre guarda celosamente el misterio de su vida, y el narrador resuelve develarlo.
Es ahí donde la novela se vuelve "circular": empieza casi con la muete de Ricardo Laverde y sólo en las últimas páginas vamos a saber la causa del asesinato. El hilo conductor de la obra es, pues, la inquietante vida del protagonista y su missteriosa muerte.
"Este hombre era otro hombre antes", y sí que lo era: de familia noble y acomodada, un piloto avezado, un hmobre enamorado, un buen matrimonio, pero...
En esta novela se destacan por igual dos personajes: Ricardo Laverde que es, lo que se llama en literatura, un pesonaje evocado. Ricardo sólo está presente en las primeras páginas, y es así como el autor pasa a ser el centro del libro; narra maravillosamente en primera persona; además, es narrador omnisciente: sabe y expresa todo lo que los personajes sienten, ven, oyen, piensan...
El autor es meticuloso, observador minucioso de comportamientos humanos, de espacios, personas, paisajes, y es, en las descripciones, un gran retratista.
Y en la narración es serio y analítico; por tanto, su novela es lenta, quieta, a causa de la maravillosa manera de verse a sí mismo por dentro, en los peores momentos, lo que expresa en agudas y precisas frases.
Por ello, aunque el narcotráfico: la marihuana, la pasta de coca, los oscuros negocios, lo estrafalario de las cantidades de l
dólares, y la evocación de Pablo Escobar y su zoológico entren tangencialmente en la novela (sólo en las pp. 181 y siguientes), y aunque sean  temas tratados con donosura y prudencia, sin sensacionalismos ni crudeza verbal, tienen más peso las vidas de los personajes, tanto los centrales como los periféricos, y la fuerza de la narración y de la descripción.

Toda la atención del lector se la llevan:

*El amor entre Ricardo Laverde y la estadounidense, miembro de los Cuerpos de Paz, Elaine Fritts; un amor truncado por el encarcelamiento de él y la muerte de ella en un accidente de aviación.

*El amor de Antonio Yammara y Aura, frustrado por el atentado del cual, por accidente, él fue víctima, y le dejó la secuela de la impotencia sexual.

*La soledad, el alejamiento de la ciudad, los desencantos, los malos recuerdos y los sobresaltos de Maya, la hija de Ricardo y Elaine, y quien habla con dolor ¿o desdén? de su vida: "una vida construida sobre mentiras".

*La vida pesonal del narrador, cambiada casi por completo a causa de la obsesión por "encontrar" a Ricardo Lavede, "ese otro hombre, el de antes", y al cual rastrea a través de palabras, recuerdos, cartas, documentos...

*Las luchas interiores de Aura, la esposa de Antonio Yammara, por aceptar el cambio brusco y doloroso, sufrido por su compañero a causa de los disparos, y por criar a la hija de ambos, Leticia, lejos de los problemas que los agobian.

*La sorpresa de confirmar el hecho de que los miembros de los Cuepos de Paz fueron quienes enseñaron a los campesinos todas las técnicas para la siembra de la marihuana.

El manejo del lenguaje y sus reflexiones:

1. "Nadie sabe por  qué es necesario recordar nada, qué beneficios nos trae o qué posibles castigos, ni de que manera puede cambiar lo vivido cuando lo recordamos, pero recordar bien a Ricardo Laverde se ha convetido para mí en un asunto de urgencia".  p. 15

2. "No hay manía más funesta, ni capricho más peligroso que
la especulación o la conjetura sobre los caminos que no
tomamos".  p. 33

3. "A la clase dirigente de nuestro país, farsante y embustera, siempre le ha gustado apropiarse de la cultura".  p.45

4. "A medida que fui saliendo a la supeficie, el odio a Lavede cedió el lugar al odio de mi propio cuerpo y lo que el cuerpo sentía. Y ese odio que me tenía por objetivo se transformó en odio hacia los demás (...)".  p.55

5. "En la página 161, el desaire y el desprecio por la obra Cien años de soledad  y por su autor.

6. Los recursos estilísticos que embellecen el texto, correctamente empleados: comparaciones o símiles, paradojas, personificaciones, sinestesia...

21 de agosto de 2011


sábado, 21 de mayo de 2011

ORIGINALIDAD Y PLAGIO

Sobre la originalidad dice el célebre ensayista Johannes Pfeiffer: "La originalidad es en primer lugar, una actitud interna, un modo de enfrentarse con el mundo, de SER en él, un modo de vivencia...
La afirmación de la personalidad creadora debe procurar que la obra creada se parezca a sí misma y no a ninguna otra... Dicen los tratadistas que un escritor es original cuando en su obra manifiesta ideas y sentimientos que por lo nuevos sobrecogen el ánimo contra toda expectación. Desde la famosa frase "nada hay nuevo bajo el sol", mucho se ha escrito sobre qué es la originalidad, y de esta y del plagio se han dado muchos conceptos. La originalidad no es sól de ideas, sino también de LA MANERA DE EXPRESARLAS.
El ilustre español Juan Valera, después de pasar revista a una serie de plagios cometidos desde muchos siglos atrás, temina un ensayo sobre  la ORIGINALIDAD Y EL PLAGIO con estas palabras: "La verdadera y buena originalidad ni se pierde ni se gana por copiar pensamientos, ideas o imágenes, o por tomar asuntos de otros autores. La verdadera originalidad está en la persona cuando tiene SER fecundo y VALOR bastante para trasladarse al papel que escribe, y quedar en lo escrito como encantada, dándole vida inmortal y carácter propio. Para ser, pues, original en el buen sentido, no hay que afanarse mucho ni poco en decir y pensar cosas raras. Basta con pensar, sentir y expresar lo que se piensa y se siente, del modo más sencillo. (...) Los autores vulgares apenas tienen alma, y su alma ni sale retratada ni queda en el estilo. Bien podrán no imitar a nadie, pero no serán originales; serán cualquier cosa, lo que todo el mundo es".

El escritor Marcelino Peñuelas afirma en su libro "Mito, Literatura y Realidad": "El hombre no puede crear en un vacío ex nihilo.  No puede imaginar nada que no conozca de antemano consciente e inconscientemente. Las llamadas creaciones de la imaginación están siempre basadas en elementos proporcionados por la naturaleza y por la vida. Es decir en la experiencia, en el contacto humano con el ambiente, con nuestros semejantes y con nosotros mismos; o sea, en el contacto con el mundo físico y con el psíquico, con el mundo exterior y con el interior. SE TRATA MÁS BIEN DE NUEVAS CONSTRUCCIONES CON MATERIALES DADOS Y NO INVENTADOS. De nuevas asociaciones de ideas, sensaciones e imágenes; de REELABORACIONES desde nuevos puntos de vista; de nuevos horizontes abiertos por elementos no tenidos en cuenta hasta entonces".

domingo, 1 de mayo de 2011

EL PORQUÉ DE LOS EX LIBRIS

Pasra prevenir las posibles pérdidas de libros se han ideado las marcas de posesión conocidas con el nombre genérico de "ex libris" que quiere decir: "de entre los libros" o "que forma parte de los libros" de la persona cuya marca llevan impresa.
El ex libris es un continuo recordatorio de que el libro que lo obstenta debe ser devuelto a su procedencia por el amigo olvidadizo que lo pidió prestado y que tal vez ignora aquella famosa regla del abate Menage: "La primera cosa que debe hacerse cuando se ha solicitado un libro es leerlo, para poder devolverlo lo más pronto posible".
Además, tienen los ex libris otro significado, un tanto caprichoso, y es  el de simbolizar las ideas y aficiones de su poseedor, dando a conocer un poco de su personalidad. Los estudiantes conocen bien la necesidad de los ex libris, ya que todos han puesto muchas veces en la primera página de sus textos y cuadernos esos versos tan conocidos: "Si este libro se perdiera, / como puede suceder, / pues es de un pobre estudiante / que necesita aprender. / Si queréis saber su nombre, / aquí lo voy a poner...".
Esta costumbre de los estudiantes de habla hispana existe en todos los países.
Antes de la invención de la imprenta, las marcas de posesión no eran las estampas grabadas de hace algunos años, ni siquiea las etiquetas impresas más rudimentarias que algunos usan. Su origen data de la antigüedad, desde la época de los faraones, pues existe en el Museo Británico de Londres, una tablilla egipcia de porcelana azulada con una inscripción que representa una vedadera etiqueta, la que se introducía en las cajitas de rollos y papiros, y cuyo texto acredita pertenecer a la biblioteca de Amenhotep III, quien reinó en el siglo XIV antes de la era cristiana.
Dicen los estudiosos del tema que tan ex libris es una simple inscripción puesta al frente de un libro, con escritura hecha a mano, como la más complicada y artística marca de posesión aplicada a  aquel.
El ex libris llega a su esplendor después de la invensión de la imprenta en 1440. Al democratizarse el libro y multiplicarse los ejemplares, se adapta el procedimiento tipográfico y también el xilográfico primitivo a la producción de etiquetas o estampas de posesión, para ser pegadas en la parte interior de las encuadenaciones o en las primeras hojas de los libros. Esta es la forma por excelencia de la maca de posesión del libro a la que generalmente se aplica el nombre de ex libris, contenga o no estas dos palabras latinas, con el nobre del poseedor o sin él, y aun, sin indicación literal de ninguna clase.
Hay ex libris solamente con inscripciones. Los hay con ilustraciones, y también existen ex libris heráldicos.
Podríamos empezar a crear nuestro propio ex libris... es atractivo y, tal vez, hasta podamos defender nuestros libros de los voraces poseedores de libros ajenos.

sábado, 30 de abril de 2011

UN GRAN LIBRO: CASI TODA LA VERDAD. PERIODISMO Y PODER

Interesante y atractiva la lectura que genera el libro Casi toda la verdad. Periodismo y poder, escrito por la abogada y periodista María Isabel Rueda. Una obra editada en noviembre de 2010, merecedora del  Premio de Periodismo Planeta 2010, y cuyo valioso contenido son las interesantes conversaciones con los cinco grandes de mi generación sobre los acntecimientos que han estremecido a Colombia en los últimos 25 años (la autora).
Esos cinco pesonajes en el texto de la periodista Rueda son: Enrique Santos Calderón, Juan Gossaín, Yamid Amat y Felipe López Caballero. A las entrevistas de estos destacados pesonajes, la autora agrega un excelente pefil de Álvaro Gómez Hurtado.
Es un libro interesante por:
*  Lo anecdótico.  Hay sobriedad y credibilidad en este aspecto.
*  Lo histórico. Su contenido añade valiosos aportes para continuar  tejiendo la historia de Colombia, que está muy distante -en la obra citada- del país que fue primero una patria boba; luego se llenó de sabios y filósofos, dueños exclusivos de la verdad científica, literaria, religiosa, artística, etc.
Este país de María Isabel Rueda, es el país de ahora, de ya, tambaleante entre el bien y el mal, entre el miedo y el arrojo, entre la seducción del dinero y del poder y la necesidad de conservar la integridad.
*  La dignidad de todos los personajes, quienes, aunque ponen en claro casi toda la vedad de los aconteceres colombianos, especialmente de los ocurridos entre telones, lo hacen con sobriedad, respeto, sin estridencias ni crueles pasionamientos.
*  El acierto en las preguntas de la entrevistadora y por los comentarios que ella trae a cuento para sustentar ciertas afirmaciones y algunos hechos. Hechos de los cuales, muchas personas de mi generación, supimos por la prensa hablada y escrita.
*  El estilo. Excelente el manejo de la palabra, lo que demuestra que en periodismo también se debe y se puede escribir con corrección, claridad, elegancia, y sin tener que inventar literaturas, como lo están acostumbrando algunos periodistas de hoy que han llenado sus escritos de melindres literarios.
Creo que Casi toda la verdad es un texto que debe leerse y analizarse con cuidado en todas las facultades de Periodismo. También es un texto que merece un buen sitio en las biblitecas por cuenta de su contenido, su seriedad en las consideraciones y su estilo apropiado, limpio y correcto.

domingo, 9 de enero de 2011

CÓMO REDACTAR

En la redacción se necesitan, fundamentalmente: tener algo que decir, y encontrar la formulación del pensmiento. Algunas recomendaciones para lograrlo son:
1. Evitar el abuso de los artículos.
2. Cuidar el empleo del posesivo "SU"  por las ambigüedades que presenta.
3. Los adjetivos son palabras difíles de manejar: se peca por probreza,  o por abundancia, o por uso impreciso y vago de dichos adjetivos. Si abusamos de ellos, acaban por ser palabras "vacías".
4.El lenguaje escrito debe ser más pulido, correcto y de más altura. Evitemos el habla popular. El lenguaje del pueblo, dentro de los escritos, tiene su lugar en la literatura costumbrista.
5.Tener presente siempre en la elaboración de textos, por cortos o intrascendentes que sean, las normas de la concordancia, la correlación de los tiempos verbales.
6. Evitar el abuso, las repeticiones de la partícula "que"; esa ligereza de expresión vuelve los textos pesados, molestos e inarmónicos.
7. Quien redacta y no cuida la ortografía, perturba la índole constructiva del español e induce a errores de expresión y de comprensión.
8. Evitar la repetición de una misma palabra en frases próximas, sin ninguna justificación, especialmente de sustantivos, adjetivos y verbos. Es correcto que se repitan los elementos de enlace.
9. El defecto más ridículo en la redacción es la ampulosidad. Hay que luchar contra el lenguaje afectado, melindroso. La prosa debe discurrir fluida, sencilla, precisa, elegante, sobria.
10. El escrito debe acomodarse a la importancia de la idea o el pensamiento que se quiere expresar. Las ideas sencillas y claras producen escritos breves; las complejas, escritos largos. No hay que alargarse en lo que no es necesario.
11. Evitar las fallas de sentido o incoherencias, las faltas de lógica... son producto de la charlatanería, el chamboneo, el querer ser muy originales, la falta de respeto por el idioma, la superficialidad, la pereza para cuidar y pulir lo que se escribe, etc.  Como el locutor de radio  (...) que dijo al aire lo siguiente: "el futbolista (se omiten nombres propios por no ser esa mi forma de corregir errores) ha recibido muchos ofrecimientos en Colombia, en América del Sur y en el exterior".
Y, ¿es que Améica del Sur queda en Colombia?, ¿Cuál será "el exterior" para el peiodista?

Un cordial saludo para todos los lectores.

Lucila González de Chaves
lugore55@gmail.com