domingo, 1 de mayo de 2011

EL PORQUÉ DE LOS EX LIBRIS

Pasra prevenir las posibles pérdidas de libros se han ideado las marcas de posesión conocidas con el nombre genérico de "ex libris" que quiere decir: "de entre los libros" o "que forma parte de los libros" de la persona cuya marca llevan impresa.
El ex libris es un continuo recordatorio de que el libro que lo obstenta debe ser devuelto a su procedencia por el amigo olvidadizo que lo pidió prestado y que tal vez ignora aquella famosa regla del abate Menage: "La primera cosa que debe hacerse cuando se ha solicitado un libro es leerlo, para poder devolverlo lo más pronto posible".
Además, tienen los ex libris otro significado, un tanto caprichoso, y es  el de simbolizar las ideas y aficiones de su poseedor, dando a conocer un poco de su personalidad. Los estudiantes conocen bien la necesidad de los ex libris, ya que todos han puesto muchas veces en la primera página de sus textos y cuadernos esos versos tan conocidos: "Si este libro se perdiera, / como puede suceder, / pues es de un pobre estudiante / que necesita aprender. / Si queréis saber su nombre, / aquí lo voy a poner...".
Esta costumbre de los estudiantes de habla hispana existe en todos los países.
Antes de la invención de la imprenta, las marcas de posesión no eran las estampas grabadas de hace algunos años, ni siquiea las etiquetas impresas más rudimentarias que algunos usan. Su origen data de la antigüedad, desde la época de los faraones, pues existe en el Museo Británico de Londres, una tablilla egipcia de porcelana azulada con una inscripción que representa una vedadera etiqueta, la que se introducía en las cajitas de rollos y papiros, y cuyo texto acredita pertenecer a la biblioteca de Amenhotep III, quien reinó en el siglo XIV antes de la era cristiana.
Dicen los estudiosos del tema que tan ex libris es una simple inscripción puesta al frente de un libro, con escritura hecha a mano, como la más complicada y artística marca de posesión aplicada a  aquel.
El ex libris llega a su esplendor después de la invensión de la imprenta en 1440. Al democratizarse el libro y multiplicarse los ejemplares, se adapta el procedimiento tipográfico y también el xilográfico primitivo a la producción de etiquetas o estampas de posesión, para ser pegadas en la parte interior de las encuadenaciones o en las primeras hojas de los libros. Esta es la forma por excelencia de la maca de posesión del libro a la que generalmente se aplica el nombre de ex libris, contenga o no estas dos palabras latinas, con el nobre del poseedor o sin él, y aun, sin indicación literal de ninguna clase.
Hay ex libris solamente con inscripciones. Los hay con ilustraciones, y también existen ex libris heráldicos.
Podríamos empezar a crear nuestro propio ex libris... es atractivo y, tal vez, hasta podamos defender nuestros libros de los voraces poseedores de libros ajenos.

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