jueves, 27 de junio de 2019

¡CRISTO, LUZ DE COLOMBIA!


En el mes de junio honremos a Cristo, luz de Colombia

Autor: Lucila González de Chaves
26 junio de 2019 - 09:05 PM

Nuestro país enloquecido por la discordia en casi todos los campos, a causa de mentes caóticas y corruptas, avanza en la negación de todo cuanto expresa y significa el cristiano aparecer de Jesús en la Historia.

Medellín
En la loca carrera por modernizarnos y ponernos a tono con todo cuanto va apareciendo: lo gubernamental, cultural, familiar, social, educacional, etc.; y en que la tecnología crea facilismos para los diferentes aspectos del vivir y del educar, del trabajar y del gobernar, van desapareciendo los que fueron los asideros del bien vivir, el mejor pensar, el respeto por la honra y la intimidad de cada ser humano. En este cruce de arrasadores incendios, podríamos hacer un esfuerzo por recordar que, desde siempre, los católicos honramos de manera especial al Corazón de Jesús.
Nuestro país enloquecido por la discordia en casi todos los campos, a causa de mentes caóticas y corruptas, avanza en la negación de todo cuanto expresa y significa el cristiano aparecer de Jesús en la Historia. Somos un pueblo sangrante, que, azuzado para la venganza y el odio, la usurpación y el cinismo, no sentimos ya el imperativo de recapacitar en el drama de tanta locura y tanta desviación.

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Hay muchos sitios de la patria cuajados de siniestras sombras de muerte y miseria, de humillación y sometimiento, de deshonestidad y vil entrega, que han apagado el fulgor del Corazón de Cristo. Ya Él no les representa ni Verdad, ni Justicia, ni Amor.
En estas enfermizas y destructoras condiciones nos preparamos para celebrar el bicentenario de nuestra Independencia, encendida el 20 de julio de 1810 con el grito unánime de los criollos y su protesta por la negación de un florero, hasta llegar al 7 de agosto de 1819, cuando la batalla de Boyacá, que, con la definitiva derrota de Barreiro, garantizó la libertad de la Nueva Granada.
Jesús fue siempre la esperanza de las víctimas; el grito desesperado de las madres que han perdido a sus hijos; el clamor de los viejos para que a nuestra juventud no le corresponda en herencia una patria maltratada, herida, sangrante, con oscuros caminos que la aprietan hasta los límites de la asfixia.
Los católicos estamos llamados a ser valientes e implorar la luz del Corazón de Cristo para Colombia; a recuperar la ya perdida identidad para celebrar con generosidad de sentimientos nuestro bicentenario. No importa que, en el recuento de los hechos, sintamos hondamente que ha habido esfuerzos perdidos y muy equivocados y perversos en todos y cada uno de los estamentos de la nación colombiana; que se han multiplicado las humanas flaquezas, originando corrupción y mentiras, y erróneos procedimientos para tortura de muchos inocentes y bienestar de los corruptos.
¿Será ya imposible, en Colombia, volver a reconocer la presencia de Jesús entre nosotros y recobrar nuestra dignidad para vigorizar el recto sentido, y encaminar las razones que han de mantenernos en la línea del compromiso, de la prudencia, del respeto y de la rectitud?
Podría consolarnos y fortalecernos un poco este bello decir de Santa Teresa de Jesús:
“¡Oh hermosura que excedéis / a todas las hermosuras! / Sin herir, dolor hacéis, / y sin dolor deshacéis / el alma de las criaturas. / ¡Oh, ñudo que así juntáis / dos cosas tan desiguales; / no sé por qué os desatáis, / pues atado, fuerza dais / a tener por bien los males!”
Los colombianos, guiados por las ideologías de moda y las posturas desobligantes frente a la decencia y la esperanza, hemos llegado al hastío de vivirlo todo sin pudor y sin consciencia; de saberlo todo sin humildad; de poderlo todo desafiantemente; de irrespetar el consolador convencimiento de que Jesús viene al encuentro de nuestra agobiada y desarticulada Colombia, con su dulce carga de Amor, de Perdón y de Fortaleza.
Ese mandamiento: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado” se nos hace certidumbre y nostalgia, muy hondamente en el alma, y forma una barrera protectora en torno a nuestro melancólico espíritu, vencido, casi siempre, por las angustias, las pérdidas irreparables, las traiciones, los desencuentros, los asesinatos, la corrupción, los insultos, las humillaciones, las malquerencias, las fatigas, los olvidos, las ingratitudes, las injusticias…
Jesús, a cuyo Corazón, - hace muchísimos años - un pasado Gobierno consagró a Colombia, sigue siendo la antorcha que ilumina los escabrosos senderos, y es el símbolo – querámoslo o no - de una vivificante esperanza.

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Inmersos en el Mandamiento del Amor, como emblema y escudo, reafirmemos el sentimiento de que ningún esfuerzo será inútil. En este mes de junio y siempre, volvamos los ojos a Cristo para que tanto sufrimiento y tanta afrenta purifiquen nuestra patria, y no sigamos equivocando el camino que ha de aproximarnos a la VIDA.

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Comentarios:

Edgar
Edgar 
2019-06-27 10:02:43
Bién dicho. Somos un pueblo sin memoria y, por tanto, prestos a deshacernos de la relación de Jesús con nosotros, por pereza, por hacernos los innovadores, por la cultura "light". Y, peor, lo hijos son más innovadores aún, llegando al desprendimiento de los valores con los que nos formaron nuestros ancestros. Así estamos. Por eso es de admirar la posición , valiente por demás, de Doña Lucila, por animarnos, insistiendo como sea , para volver la mirada a Cristo.

jueves, 20 de junio de 2019

EL LENGUAJE EN LA ÉPOCA DE LA POSVERDAD


El lenguaje en la era de la posverdad

Autor: Lucila González de Chaves
19 junio de 2019 - 10:35 PM

Presentación de la conferencia de la periodista Soledad Gallego-Díaz sobre la posverdad y las noticias falseadas 

Medellín
Es el título de la conferencia de la periodista y académica española Soledad Gallego-Díaz, en seminario realizado sobre la posverdad. Estos son algunos apartes:

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1. ¿Qué son las noticias falseadas y la posverdad, y por qué nos preocupan ahora tanto, cuando al fin y al cabo, se nos dice, basta remontarse a la guerra de Cuba para saber que la mentira y la intoxicación periodística no son un fenómeno nuevo?
2) ¿Las noticias falseadas y la posverdad afectan solo a los medios de comunicación y a la política, o hay otros sectores y otros intereses de la sociedad que están también sometidos al mismo proceso de desinformación?
3) ¿Qué papel han jugado los medios tradicionales, incluidos televisión, radio y periódicos digitales, no solo en papel?
4) ¿Existe realmente el riesgo de que nuevos usos de la tecnología y del procesamiento de grandes datos produzcan ciudadanos «burbuja», sometidos a lo que algunos sociólogos llaman ya «cámaras de eco»? Y, si esto es así, ¿qué riesgos sociales comporta? ¿Las noticias falseadas y la posverdad terminan por provocar la desaparición de los espacios de debate público, imprescindibles para el buen manejo de las democracias?
8) ¿Las recientes propuestas que ha formulado la Comisión Europea para hacer frente a las noticias falseadas y la posverdad son las adecuadas?
Hasta aquí las preguntas que podrían ayudarnos a centrar el debate.
Ahora, algunas observaciones sobre estos asuntos:
a) La Fundéu recomienda no hablar solo de fake news ni de noticias falsas, sino también de noticias falseadas. Fake news es la expresión que utilizan quienes las originan porque quieren dar a entender que se trata de un fenómeno muy antiguo y no tan alarmante.
b) Los políticos siempre han tenido una relación elástica con la verdad, siempre ha habido campañas de intoxicación en los periódicos. Pero ahora se trata de noticias falseadas intencionadamente que forman parte de enormes redes de desinformación.
c) El problema de la desinformación afecta los mensajes de índole política y los medios de comunicación; además del pánico que experimenta el mundo de la medicina ante la campaña de desinformación respecto a las vacunas; la enorme preocupación que sienten muchos especialistas en educación ante la campaña que niega que las creencias religiosas sean compatibles con los descubrimientos científicos.
d) La transformación no se ha limitado a la aparición de nuevas tecnologías; ha implicado un profundo cambio en la empresa periodística. El problema para el periodismo, es si puede ser objeto, con esas nuevas herramientas, de una malformación tal que termine perdiendo su sentido y su papel en las sociedades democráticas.
e) Acosados por la transformación digital, los periodistas cayeron en manos de las redes, mucho más dinámicas y también mucho menos seguras y confiables. Si no se presenta una verdad periodística basada en hechos comprobados de acuerdo con reglas profesionales, no se recuperará la confianza de los ciudadanos, se perderá la guerra contra las noticias falseadas o, peor aún, contra la posverdad, las informaciones que no se basan en hechos, sino en emociones, creencias o deseos del público.
f) La posverdad entierra hechos objetivos en una avalancha de emociones y creencias, y produce un contagio emocional ciudadano. Los medios de comunicación deben ser elementos principales de lucha, para recobrar la credibilidad y la defensa de la verdad de los hechos.
g) Los expertos han desaconsejado que los gobiernos legislen sobre las noticias falseadas y la posverdadSe consideran noticias falseadas las informaciones falsas, ideadas, promovidas y difundidas intencionadamente para causar un daño público o un beneficio.
h) Para hacer frente a ese inquietante fenómeno, debe recurrirse a los medios tradicionales, digitales o no, incluidos radio y televisión, para que actúen como el principal instrumento de contención. Existe el peligro de que desaparezca la verdad en el espacio público, y de que se acentúe la falta de confianza de los ciudadanos en sus instituciones. Hay que hacer compatible la denuncia de las redes de posverdad con la protección de la libertad de expresión y de la pluralidad y diversidad de los medios de comunicación.

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i) Los periodistas deben tener también mucho cuidado para no permitir que se eche la culpa de todo a las noticias falseadas o a las campañas de desinformación. El brexit fue consecuencia de muchas cosas complejas y la victoria de Donald Trump también. Lo que está ocurriendo en Polonia o en Hungría, dentro de la Unión Europea, no es consecuencia solo de la difusión de noticias falseadas que apelan a sentimientos y creencias, sino también de otros fenómenos sociales muy complejos que hay que identificar. No simplifiquemos la realidad ni permitamos que la posverdad nos convierta en personas simplificadas.

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Comentarios:

Edgar
Edgar 
2019-06-20 07:54:02
Noticias falseadas que pueden venir de fuentes "inocentes", por lo que tenemos qué estar alertas y cada noticia se debe recibir con el beneficio de la duda, no importa la fuente.

lunes, 10 de junio de 2019

EL NOVELISTA FRANCÉS GEORGES DUHAMEL Y SU CONCEPCIÓN DEL "MÁS ALLÁ"



GEORGES DUHAMEL: El escritor que cuestiona e inquieta

Autor: Lucila González de Chaves
9 junio de 2019 - 10:10 PM

La maestra Lucila González de Chaves presenta al autor francés Georges Duhamel, también médico que debió estar en la Primera Guerra Mundial

Medellín
“Si la civilización material no está primero en el corazón de los hombres, es inútil esperar que exista”. Esta es una frase directriz, cuyo significado – no siempre con las mismas palabras – alumbra el pensamiento y el verbo del gran escritor francés, Georges Duhamel, en la primera mitad del siglo XX (1884 – 1966).
Un maestro en estilo y pensamiento
Fue un brillante escritor de narrativa, teatro, poesía y ensayo; y, en su condición de médico, dejó representativas obras sobre medicina.
Como oficial médico atendió en la Primera Guerra Mundial, en el frente de batalla, a los soldados heridos; de esas experiencias nacieron inolvidables relatos como La vida de los mártires y Civilización, esta última ganadora del Premio Literario Goncourt.
En 1935 ingresó con honores a la Academia Francesa.

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Duhamel, conocedor apasionado de la música, escribió serias y profundas críticas sobre todos los aspectos musicales, para el periódico francés Le Figaro.
Al decir de uno de sus biógrafos, sus obras reflejan un estilo compasivo, pero también inquietante, y a veces irritable, sobre la libertad del individuo, la dignidad y la bondad de los seres humanos.
La inmortalidad del alma, el más allá, el premio o el castigo, las virtudes, la perfección, han sido temas sagrados tratados en la literatura profana. Muchos son los libros de carácter especulativo que a dichos temas se refieren. Desde el célebre Dante hasta hoy, el gran misterio ha inspirado a ensayistas, novelistas, poetas; todo cuanto han escrito es tremendamente inquietante.
Duhamel hace de la literatura una disciplina en la que se advierte claramente la necesidad de exponer un contenido espiritual mediante la imaginación genial y el poder verbal. Su narrativa puede clasificarse en dos ciclos: las historias de los Salavin, y las crónicas de los Pasquier.
Si la obra de un artista “le da su nivel espiritual”, dos novelas expresan lo que Duhamel es y lo que significa en la literatura francesa.
El imperio de las sombras
Es una novela constituida por cartas, once en total, que Tomás Lestrangier escribe a su esposa, desde el imperio de las sombras. Pinta un mundo del más allá, pero no logra desprenderse completamente de la realidad de este de acá. Así, aquel mundo resulta planteado sobre las cosas conocidas: los interminables papeleos para lograr pasar de un sitio a otro, los turnos prolongados, las necesidades físicas: alimento, vestido; también el concepto de grupos, las aglomeraciones, las imprescindibles clasificaciones, la superpoblación, la guerra, etc.
En el mundo del dolor – y solo trata de este - los tormentos están clasificados y valorados por épocas: tormentos para los que vivieron en la Edad Media, para los de la antigüedad, etc.
Cuando presenta a don Juan Tenorio como espécimen del museo del mal, pone en su boca estas palabras: “Es la doctrina del menor esfuerzo la que conduce a la fidelidad y a la virtud, esos estados de abyección”. Es un don Juan cínico y arribista.
El tormento de Hitler no es repetir atrocidades, sino que “ha sido nombrado führer de las cucarachas condenadas” (el protagonista dice que hay tormento para los seres de los tres reinos). Hitler les pasa revista y les endilga discursos infinitos; cuando lo ciega la ira, descarga su pistola sobre las cucarachas y las arañas. Este es el eterno castigo para el engreimiento, la cólera, la ambición de dominio.
En el mundo del terror solo hay una alternativa: o sufrir o hacer sufrir a los demás. ¿Cuál es más pavoroso?
Diario de un aspirante a santo
En esta obra, todo el argumento se mueve bajo un signo distinto: A los cuarenta años, Luis Salavin hace una revisión de vida y empieza a sacar conclusiones y a analizarlas, pero en sus apreciaciones hay cierta puerilidad. Quizás la perfección del estilo del autor consista – aquí, en esta novela - en dejar claramente expuesta la idea compulsiva del protagonista.
Como resuelve hacerse santo, Luis Salavin empieza a escribir un diario a base de sus acciones y pensamientos encaminados a este fin. Pero, a partir de este momento se le complican tremendamente pensamientos y acciones, lo mismo que las relaciones con los demás…
Quizás es que la santidad, como el amor, no se racionaliza, y él analiza demasiado.
Quizás sea que el protagonista empezó al revés. ¿No será que la santidad es un hacer de adentro hacia afuera?, y él está preocupado por todo lo externo.
Salavin es una maraña de pensamientos y análisis inquietantes, controvertibles, irritantes, sarcásticos.Algunos de sus muy exclusivos raciocinios:
1-“Soy de carácter desconfiado, por lo que no he tenido muchos amigos”.
2-“Desempeño un empleo que corresponde a mis aptitudes y a mis conocimientos; estos, confusos y aquellas, limitadas”.
3-“He leído mucho, he reflexionado y he sufrido”.
4-“No somos responsables de nuestros pensamientos, sino del sentimiento que les damos con nuestras obras”.
5-“Nada soy, pues nunca he dado mi medida”.
6-“El que no puede elevarse en la ciencia ni en el arte, ni por medio de la palabra o del dinero, puede, al menos, convertirse en santo”.
7-“Lo que hace al santo no es especialmente el fervor religioso, sino la conducta humana de un hombre […], o mejor, la ordenación de su vida moral”.
8-“La santidad no consiste en la posesión sino en la conquista de las virtudes”.
9-“No es en la paz, sino en medio de la tempestad cuando se debe desempeñar el papel de…”turista”. (Vale decir: santo).
(El protagonista resuelve dar una palabra acomodaticia a la santidad, la llama “turismo”).
10-“En la mayoría de los santos hay un prodigioso hastío del siglo”.
11- “Todavía no desprecio bastante a la humanidad para hacerme santo a ese costo”.
12-“La humildad de los santos es paradójica. Consiste en una competencia por quién será el más pobre, el más modesto, el más oscuro”, etc……..
Georges Duhamel
Georges Duhamel (1884-1965), médico y escritor.
El proceso siguiente es la confesión. Se siente frustrado porque esperaba mucho del confesor y su estrecha conciencia lo acosaba desesperadamente. Repite la experiencia, y viene de nuevo la frustración. Una vez más, es cierto que la paz, el estado de gracia no vienen de afuera, nacen dentro de uno mismo.
Luis Salavin decide, entonces, buscar a un sabio pastor que lo guíe; pero, su sorpresa es fatal cuando oye al pastor decirle, después de escucharle toda su historia: “Usted es un esquizoide”. Le promete aliviarlo y le recomienda confiar, porque: “Si se tiene confianza, se tiene fe”.
Salavin es, pues, una vida vivida en una exaltación inútil, en un anhelo mal encaminado, con planteamientos equivocados; termina en un hospital, que nada tendría de raro si fuese un manicomio. Buscó ser santo y consiguió ser loco. Casi al final de su vida exclama su última controvertida confesión: “Un día me olvidaré hasta de mí mismo, por fortuna. Sin duda, en eso reside la santidad”.
 (Esta novela también ha sido traducida con el título  de Diario de Luis Salavin).

Un poco de ironía; un poco de confusión
En la novela A la vista de la tierra prometida se lee este fragmento, reflexiones no muy ubicadas, expresadas por el protagonista a un su amigo:
"Pienso en que hace dos meses discurríamos aun gravemente, vagabundeando a orillas del Marne, sobre la redención del mundo por la ciencia, por el arte, ¡Por no sé qué más! ¡Oh!, ¡no es que me ría, ten la seguridad! El arte conserva un puesto de honor en mi espíritu, aún le pido entusiasmos, consuelos y precisiones; en cuanto a la ciencia, le voy a consagrar mi vida; pero sin retórica.
Justin, sin trémolos, sin champaña, sin la mano sobre el corazón; con el deseo único de comprender algo de este mundo extravagante.

Lo invitamos a leer: Don Marco Fidel Suárez, paladín de nuestra lengua española

Se nos ha llenado el cerebro de una multitud de ideas que sin duda son muy respetables pero no dejan de ser bastante bobas. Y ahora, henos aquí al pie de la tapia, que habrá que saltar. Es triste encontrarse, a los veinte años tan desnudo como yo lo estoy, tan desamparado. No me falta, sin embargo, valor. ¡Al contrario! Porque amigo mío, en mi corazón se ha producido una gran revolución. Hace quince días estaba completamente desesperado. Y, ahora, todo ha cambiado. ¿Cómo? No podría explicarlo. ¡Quiero vivir! ¡Quiero vivir para mí! ¡Quiero amar! ¡Gozar de la belleza del mundo! Quiero salvarme yo solo. En fin, tengo todo un programa que comprende tres partes esenciales:
La primera concierne al amor; la segunda a la libertad; la tercera, a la gloria. Te lo explicaré todo cuando vuelvas. Se me ha vuelto a apagar el fuego. El petróleo mengua en el quinqué. No quiero comenzar un siglo, el siglo maestro, con una mecha que humea, y cenizas frías en mi primer hogar. Date prisa a volver a mis brazos”.

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jueves, 6 de junio de 2019

EMPLEO DEL VOCABLO EMPODERAMIENTO



Usemos el vocablo “empoderamiento” sin subjetividades ni prepotencias

Autor: Lucila González de Chaves
5 junio de 2019 - 09:06 PM

Una mujer empoderada equilibrada y segura de sí misma, confiada en sus fortalezas y valores, es la mujer que reflexiona y conforma sus personales objetivos

Medellín
1. Sinónimos de la palabra “empoderamiento”
Investir de poder – conceder poder – apoderarse – apropiarse – adquirir poder – adueñarse de – ocupar – administrar - - tener control sobre – adquirir autonomía – dar poder.

Lea también: De lo que se dijo en el VIII congreso de la lengua

2. Su etimología y evolución semántica
El vocablo “empoderamiento” se fue formando de la palabra inglesa “empowerment”; en español podría decirse: apoderamiento.
En el año 1960, la filosofía de dicho vocablo surge mediante los trabajos sobre educación del brasileño Paulo Freire. En 1970 se amplía su significado para hablar de la necesidad de reducción de la vulnerabilidad, y de las posibles capacidades de los pobres y marginados para conseguir un buen desarrollo humano.
El empoderamiento se produce cuando las personas, sobre todo los pobres, logran tener control de sus vidas, tener confianza en sí mismos y adquirir un mejor medio de vida mediante su capacidad de tomar decisiones, buscar opciones y aprovechar honradamente las oportunidades. El Empoderamiento es un proceso de cambio, bien sea individual o colectivo; busca que ninguna categoría social o de otra naturaleza, explote a otra.
3. El auge de su empleo
Desprevenidamente, el vocablo empoderamiento se aplica a todos los grupos sociales víctimas de marginación; pero, su aplicación – desviándose un poco - tiene su auge en los modernamente llamados “colectivos de mujeres”, para expresar su acceso al control de recursos y su protagonismo en todos los planos, ganar influencia y prestigio en los cambios sociales.
4. “Empoderar”
Es un verbo antiguo en la lengua española, que la 23ª edición del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) recoge con el nuevo significado de: hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido.
Su empleo empezó en el campo de la sociología política, y cada vez se amplía su aplicación, dando lugar a otras acepciones; ha aparecido, también, en los medios de comunicación, en documentos normativos, o gubernamentales, etc.
5. Colectivos de mujeres empoderadas
Es de esperarse que la mujer en medio de sus luchas profesionales, económicas, sociales, políticas, etc. haga suya la frase de Michelle Obama: “Una de las lecciones con las que yo crecí es que debía permanecer fiel a mí misma y nunca dejar que alguien o algo me distraiga de mis metas”.
La mujer que quiere tener empoderamiento debe poseer: poder de decisión propio; mucha información para tomar decisiones personales; buen número de opciones para poder elegir; ser asertiva en la elección; tener pensamiento positivo; capacidad para mejorar su propio poder; cuidar su autoimagen.
Una mujer empoderada es la que se vale por sí misma; y, no es cuestión de “hacer y hacer”, de “decir y decir”, de gritar, de perorar en foros y manifestaciones, de sacar a flote su natural tendencia controversial. Sentirse empoderada es más bien un sentimiento de alta autoestimaUna mujer empoderada equilibrada y segura de sí misma, confiada en sus fortalezas y valores, es la mujer que reflexiona y conforma sus personales objetivos, y los trabaja con ahínco, porque tiene fe en sí misma y en los demás, y se prepara concienzudamente, no para ser más que el hombre y llegar a opacarlo; sino solamente para no ser menospreciada por la sociedad, maltratada ni herida, y cuidar y enriquecer su esencia femenina: ser sensible pero no débil; ser fuerte espiritual e intelectualmente; tener un corazón valiente; dar amor, acompañamiento y servicio, pero sin permitir que la ofendan o la humillen.
6. El 1995, un año decisivo
En ese año se habló en China, por primera vez de la “Mujer empoderadora”, con motivo de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer. Se empleó esta expresión para explicar el aumento de participación de las mujeres en los procesos de tomar decisiones y tener acceso al poder.
Una de las mujeres más destacadas en el mundo actual, la presidenta de dicha Conferencia, expresó con honda sinceridad y sencillez: “Cuando las mujeres NOS decimos: no estoy segura de poder hacerlo; pero, nos obligamos a aceptar ese momento, a correr ese riesgo, es ahí, precisamente ahí, cuando empezamos a avanzar”.
Lo invitamos a leer: Un poco de morfosintaxis
Al oído del lector:
En su “Crónica”, la Real Academia Española destaca:
“Año 1870: Se inicia la publicación del Prontuario de ortografía de la lengua castellana en preguntas y respuestas.
 En las tres o cuatro últimas ediciones de la Ortografía se cambió, en el título, la expresión lengua castellana, por: lengua española”. Y desde entonces se ha llamado lengua española o idioma español, no: lengua castellana. Señores maestros: ya no hay lengua castellana, la de la Edad Media, (como tampoco hay ya letra “ere”, porque la “r” se llama “erre”, y la “rr” es: “doble erre”); lo que debemos enseñar es LENGUA ESPAÑOLA, o: IDIOMA ESPAÑOL.
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