sábado, 20 de mayo de 2023

DESDE A HASTA Z

 

GRAMÁTICA Y ESTILÍSTICA DESDE A HASTA   Z

 

Manual de consulta para bachilleres, estudiantes de tecnologías, universitarios, profesionales, maestros, secretarias, padres de familia.

 

 

Lucila González de Chaves (“Aprendiz de brujo”)

Maestra, periodista y escritora

E-mail: lugore55@gmail.com                                      

Blog: lucilagonzalezdechaves.blogspot.com

 

 

NOTA:

 

 

Los asuntos de este libro están seleccionados por orden alfabético


DE LA FINALIDAD Y EL USO DE ESTE LIBRO  

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Este MANUAL pretende ir más allá del  QUÉ, el CÓMO, y el PORQUÉ es tan importante el idioma. Quiere ayudar a rescatar el sentido de las frases, a descubrir el acertado y correcto manejo de palabras y mensajes para que no pasen mecánicamente ante nosotros.

Es urgente que percibamos en el uso del idioma, un caudal pleno de sentido y de especiales sugerencias que hay en cada vocablo bien estudiado, bien conocido y excelentemente empleado.

El idioma es la herramienta más importante en el proceso semántico-comunicativo; además, da cuenta del desarrollo de nuestro pensamiento y de la comprensión alcanzados en relación con la vida, los sentimientos y el aprendizaje permanente que todo ser humano inquieto e inteligente debe mantener como factor de vida y de superación.

Una señal del fin del segundo milenio y de principios del tercero –tal vez intensificada con el correr de los años- es el hecho de que la propaganda moderna cifra su éxito en imponer al público los objetos de su interés con expresiones que penetran en la memoria de manera imborrable. Así, los barbarismos, los solecismos y los vicios de construcción nos llegan por el cauce de todos estos medios modernos, en los cuales actúan algunas personas que no conocen bien el idioma, ignoran –muchas veces deliberadamente- las normas y jamás se han interesado en respetarlas y estudiarlas.

Hoy, el idioma no se forja en el gabinete del estudioso, ni en la mesa de trabajo de los escritores, ni en las reuniones de los académicos, ni en el pueblo que era el más grande forjador de vocablos. Hoy, son el periódico diario, las revistas, la radiodifusión, la técnica, la tecnología, los deportes, la televisión, las ‘barras’, las modas, la publicidad, los principales forjadores del idioma. Sin hablar aquí detenidamente del  inglés cuya influencia es total en todos los campos.

Por todo lo anterior, estudiantes, maestros, locutores, periodistas, publicistas, escritores y oradores, presentadores de noticias y de programas de toda índole, lo mismo que todos los que por su posición poseen ascendiente sobre el público, deben estudiar a conciencia el idioma. Su puesto social, empresarial y cultural les impone la responsabilidad del buen ejemplo en el uso del español.

El gran interrogante de las personas es:

¿Qué son exactamente lo correcto y lo incorrecto en el idioma?

Nadie tiene una respuesta absoluta.

Antes de entrar a calificar de correcto o de incorrecto un determinado texto, debemos tener en cuenta aspectos muy variados en el manejo del idioma; entre ellos, la riqueza del léxico, los vocablos y su origen, el conocimiento de la gramática, el uso de expresiones entre la gente culta de una provincia, de una ciudad o de un país determinados; las normas dadas por las Academias de la Lengua, los conceptos de los lingüistas, el estilo de los grandes escritores, el acuerdo entre el modo de decir o de escribir y el momento, la ocasión y el lugar; no aceptar en el hablar y en el escribir  lo afectado o  lo ordinario y vulgar; cuidar la lógica, es decir, que la forma y el sentido de las palabras y expresiones se ajusten rigurosamente a los principios lógicos, no desdeñando –desde luego- lo afectivo y lo intelectual que hay en la funcionalidad del idioma. Y la elegancia y la armonía en el hablar  y en el escribir que nos lo da la estilística.

Lo correcto no es, pues, un concepto absoluto, sino muy relativo y complicado. Lo que hoy juzgamos incorrecto, en los años venideros podrá ser correcto. Lo que es correcto en una ciudad o en un país puede ser incorrecto en otros lugares.

¿Significa esto que todos tenemos libertad para hablar y escribir como nos plazca? En principio, sí. Pero en la vida práctica no podemos hacer esa afirmación categórica. En primer lugar, todos queremos y necesitamos que nos entiendan; esa inmensa necesidad de comunicación reduce mucho lo puramente individual en la expresión. En segundo lugar, la vida en sociedad exige cultura, educación, buenas maneras; todo lo anterior son elementos muy necesarios en  el bien decir y el bien escribir.

La libertad de expresión y los signos convencionales de la comunicación necesitan gobierno, dirección, autoridad, orientación; las normas contribuyen a forjar un tipo de expresión disciplinada, un correcto manejo del idioma.

El lenguaje por sí mismo no es correcto ni incorrecto –dicen los grandes maestros del saber- ; lo es el uso, el empleo o manejo que de él hacen las personas. El lingüista Amado Alonso dice que correcto es lo que aceptan y usan las personas más cultas de una sociedad, lo que indican las autoridades lingüísticas y literarias en sus preceptos idiomáticos, lógicos y estéticos. Y el ilustre colombiano Rufino José Cuervo afirmó que en todas partes hay personas que hablan bien y otras que hablan mal.

Por todo lo antes expuesto, la finalidad de este libro es responder a las inquietudes de quienes respetan el idioma y quieren mejorar su comunicación con los demás. En él encontrarán normas gramaticales y sintácticas, conceptos de estilística y principios fonéticos que ayudarán a un bien hablar y a un mejor escribir.

Mis largos cincuenta años de enseñanza del español en escuelas, colegios y universidades, y los muchos seminarios dictados a profesores, ejecutivos, periodistas, empleados, profesionales, estudiantes de universidad, en instituciones, comerciales, educativas, de la salud, empresariales, etc., me han dado la certeza de que no es fácil consultar los libros relacionados con el idioma. Es difícil encontrar en sus muchos y muy variados capítulos, a veces farragosos, temas como: aposición, predicado, sinestesia, connotación, denotación, morfema, circunlocución, gramaticalización, polisemia, monosemia, etc., etc.

Por ello, este libro no está dividido en capítulos, ni contiene subtemas, ni apéndices, ni glosas, ni notas al pie de página. En esta obra se estudia cada concepto por su nombre específico y se le sitúa alfabéticamente.

No hay en la presente obra índices complicados, frases o títulos que desvíen en el proceso de búsqueda. Basta, solo, ir directamente a la letra inicial del término por consultar, y así, encontrar rápidamente respuesta a la inquietud. Para mayor rapidez en la búsqueda y como guía en los conceptos, hacemos relaciones de palabras con temas mediante el sistema de: véase y véase también; las abreviaturas de estas: (v) y (v.t.) son las que con más frecuencia usaremos. Esta forma llamada por algunos estudiosos Índice de temas y referencias es un gran elemento auxiliador para dar una visión de conjunto y para buscar por otro camino y en breve tiempo lo que se quiere consultar. Por ejemplo: deseamos saber cómo se usa el verbo ‘licuar’;  lo buscamos en la L (ele); allí vamos a encontrar una llamada: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso común en el hablar y escribir) en donde se da una explicación completa del  manejo de este verbo y de otros más.

Necesitamos saber sobre el ‘que galicado’; lo buscamos en la Q; allí encontramos, además de la explicación necesaria, la llamada (v. galicado). Vamos a consultar sobre la ‘precisión’ en el idioma; buscamos en la P; allí, y para dar visión de conjunto, encontramos: (v. t.: estilo).

El manejo de este libro es, pues, fácil y rápido. Es cuestión de atenerse al orden alfabético.

Por lo demás, es bueno agregar que este Manual no es producto de la creatividad, sino el resultado de leer y consultar mucho, de comparar los conceptos de los que en esta materia son realmente sabios, simplificar la idea y ponerla en un lenguaje al alcance de todos. Y la forma alfabética  de presentar los temas, nos pareció que era el camino más breve. La bibliografía al final de este libro, da cuenta al lector de cuánto se consultó para poder estructurarlo.

El mérito está en hacer menos complicado el método de búsqueda, situando los conceptos en un riguroso orden alfabético, ya que la velocidad de nuestros días nos lleva a desear la mayor rapidez posible en el hacer, en el aprender, en el investigar.

Mi gran deseo de maestra es que este libro, como todos los demás que he escrito, preste un gran servicio a la comunidad en beneficio del aprendizaje y en el buen manejo de ese inapreciable tesoro que tenemos: EL IDIOMA.

La autora,

Lucila González de Chaves

 

 

 

A

 

 

A:

 

Ocupa el primer lugar en cuanto a frecuencia en las distintas lenguas. Es la primera letra del abecedario español; su constante presencia en casi todas las palabras hace que nuestro idioma sea muy sonoro.

  

Usos más frecuentes:

 

En la construcción de la frase con complemento indirecto o caso dativo (v. complementos del verbo) debe escribirse la letra ‘a’ (como preposición que es); a veces se emplea la preposición ‘para’. Ejemplos: él escribe una carta A su amigo. Compró un libro PARA su padre.

En la construcción de la frase con complemento directo o caso acusativo (v. complementos del verbo) cuando este es persona, o cosa o animal personificado, debe utilizarse la ‘a’. Ejemplos: mira A su amigo; don Quijote cabalgaba A Rocinante; conozco  A Londres.

(Cuando los nombres propios llevan artículo, se suprime la A. La forma correcta es: Visitó el Perú; admiro el Ebro; recorrió el Magdalena.)

Los pronombres (v.) alguien, nadie, quien y los adjetivos (v.) uno, otro, ninguno, cualquiera exigen la ‘a’. Ejemplos: él llama a alguien; no quiere a nadie; ella recuerda mucho a quien quiso; vimos a uno que entraba; él quiere a otra; no conozco a ninguno; saluda a cualquiera que encuentres.

Los nombres comunes referentes a personas determinadas llevan ‘a’ cuando los acompaña un artículo (v.) o un complemento (v.) que los determine y los precise. Lo correcto es decir: busco a mi amigo, buscas a tu amigo, busca a su amiga.

 Aquí, el sustantivo amigo está determinado. Se dice: busco un amigo (sin la ‘a’); cuando la palabra  amigo está indeterminada por haber usado el artículo UN.  Necesito AL sastre (al mío); necesito un sastre (uno cualquiera, no está determinado).

Los nombres comunes de cosas o animales llevan la ‘a’ cuando les atribuimos una personalidad ficticia; les aplicamos un verbo que tiene por complemento un ser animado. Ejemplos: llama A la muerte; le teme A un dolor de cabeza. Veamos el siguiente ejemplo tomado de El Quijote, II parte:

 

“Hemos de matar en los gigantes a la soberbia; a la envidia en la generosidad y buen pecho; a la ira en el reposado continente y quietud del ánimo; a la gula y al sueño en el poco comer que comemos y en el mucho velar que velamos; a la lujuria y lascivia en la lealtad que guardamos a las que hemos hecho señoras de nuestros pensamientos; a la pereza con andar por todas las partes del mundo.”

 

Por causa de la personificación (v.) llevan ‘a’ los nombres colectivos de personas, como: pueblo, plebe, multitud, populacho, muchedumbre, gente, masas, chusma; así, decimos: adular a las masas como lo hacen los políticos; temer al populacho; engañar a la gente; observar a la muchedumbre, etc.

No puede prescindirse de la ‘a’ cuando se usan los pronombres relativos (v.) quien, cual. Ejemplos: Ese es el médico a quien llamaron; este es el niño al cual premiaron.

(Veamos cómo el significado de la frase cambia a causa de estar o no, la ‘a’: El capitán perdió A todos sus soldados. El capitán perdió todos sus soldados. En este último caso –opinan los gramáticos- lo que se entiende y se expresa es que el verbo ‘perder’ pasa a significar ‘corromper, pervertir’).

En la construcción de la frase con complemento circunstancial o caso ablativo (v. caso; complementos del verbo) el uso de la ‘a’ origina  muchos modos adverbiales; veamos algunos:

 

Lugar, que a su vez puede denotar el espacio, la situación, la distancia, el movimiento y la dirección. Ejemplos: llegó a París; vino a Madrid; arribó a buen puerto; llaman a la puerta; está a la orilla del mar; de Medellín a Bogotá gastó seis horas en carro; está con el agua al cuello; no le llega al hombro; se lanza al combate; va a casa de su amigo.

Tiempo, momento preciso o intervalo. Ejemplos: voy a la tarde; sale a las dos; me miró al entrar en su casa; viene a la noche; la ve a todas horas; habló a propósito; de mes a mes; de siglo a siglo.

Modo de hacer una cosa. Ejemplos: hecho a mano; andar a pie; a todo correr; a mucha honra; a tontas y a locas; a diestro y siniestro. (No se dice: a diestra y siniestra).

Instrumento con el que se hace una cosa. Ejemplos: jugar a las cartas; dibujar a pluma; escribir a máquina.

(Al indicar instrumento con el que se hace una cosa, y para que no haya galicismo, la ‘a’ debe emplearse sin artículo: dibujo a pluma; forjado a martillo).

(La ‘a’ sólo admite artículo cuando se explica el procedimiento seguido. Ejemplos; ha sido grabado al agua fuerte; es un retrato al óleo; pintó un cuadro a la acuarela.)

Número y cantidad. Ejemplos: al cinco por ciento; (lo correcto es decir y escribir: ciento por ciento, Y NO: cien por ciento); la cuenta sube a cuarenta mil pesos; a dos mil pesos el kilo.

Conformidad con otra cosa determinada, ejemplos: a mi juicio; a fe mía; a precio viejo; con arreglo al derecho.

Intención, fin o motivo, ejemplos: a beneficio suyo; tiran a dar; a este fin; tocar a rebato; venir a propósito.

Costumbre o uso, ejemplos: a la italiana; a la moda; a la antigua usanza; a la colombiana.

Conexión: indica parecido o diferencia, ejemplos: a semejanza de; a la par de; a diferencia de.

Comparación o contraposición, ejemplos: algo va de Pedro a Pablo; del dicho al hecho; de hombre a hombre.

 

Censuran los gramáticos el empleo de ‘a’ en vez de ‘por’. Dicen: “Se va extendiendo cada día más este uso, por culpa del lenguaje comercial y por influencia del inglés, en el cual existe una construcción idéntica: cuentas a pagar; recibos a firmar. Lo correcto es: cuentas POR pagar; recibos POR firmar.”

El éxito de las expresiones incorrectas (cuentas a pagar; puntos a tratar) se debe a su brevedad; la construcción correcta en español es más densa: estas son las cuentas que hay que pagar; pero también puede decirse y escribirse: cuentas POR pagar; puntos POR tratar.

 “A la mayor brevedad” es una expresión muy usada en el lenguaje comercial, lo mismo que en el oficial. Lo correcto es cambiar la ‘a’ por la preposición ‘con’, se dice y se escribe: con la mayor brevedad.

No es aceptable usar la preposición ‘a’ delante de sustantivos como en estos casos: avión a reacción, olla a presión; fogón a petróleo; televisor a color. Estas formas son incorrectas porque son afrancesadas, son construcciones galicadas (v.t.: que galicado)

Ocurre que cuando un sustantivo es complemento de otro y los dos se enlazan con la preposición ‘a’, esta ocupa el puesto que le corresponde a la preposición ‘de’, razón por la cual debe decirse: ollas de presión. ‘Presión’ es un sustantivo que complementa a ‘olla’ (también sustantivo) y se han unido incorrectamente con la preposición ‘a’; el elemento de enlace correcto es la preposición ‘de’. Lo mismo ocurre con: avión DE reacción; fogón DE petróleo; barco DE vela; barco DE motor; aparato DE pilas

La ‘a’ como prefijo griego significa ‘carencia’. Ejemplos: asimetría (falta de simetría), anormal (no es normal), acéfalo (desprovisto de cabeza). Esta ‘a’ prefijo, se convierte en ‘AN’ cuando le sigue una vocal. Ejemplos: analfabeto, analgesia, anarquía. (v. t. prefijos griegos).

La ‘a’ como prefijo no griego, se une a algunos verbos y adjetivos para significar ‘proveer de’, como en: abanderar, anotar, acompañar, etc.

Otras veces vale por ‘comunicar una forma’, como en: abarquillar, abovedar, abuñolar.

Con adjetivos significa ‘tener semejanza’, como en: aceitunado, afelpado, aflautado, agitanada, amestizada, aseñorada, atenorado.

A veces indica la propiedad que expresa el sustantivo o el adjetivo de los que se forma el verbo compuesto, como: abastardar, abreviar, abrillantar, achicar, adelgazar, afear, afinar.

En otros casos indica la acción realizada con el instrumento señalado por el sustantivo, como en: acuchillar, ahumar, alumbrar, apalear, etc.

También indica poner en un lugar o estado, como: amoldar, arrinconar, arrodillar, acampar, acercar, etc.

Puede indicar sensación o estado, ejemplos: abochornar, acalorar, aletargar, amedrentar (o amedrantar, aceptado ya por la Real Academia Española – RAE -), amotinar, etc.

La ‘a’ tiene una homófona: ha. (v. homófonas). Es la tercera persona  del singular del pretérito perfecto del verbo ‘haber’ como auxiliar; ejemplos: ella ha venido; ha leído mucho; ha estado aquí.

También ‘ha’ es la tercera persona del singular del presente (tiempo simple) del verbo haber: yo he, tú has, él ha, nosotros hemos, vosotros habéis, ellos han. Y, es la tercera persona del singular del pretérito perfecto del verbo haber: ha habido. (v. t. haber).

Otra homófona es la interjección ¡ah! para demostrar asombro, admiración. Con las interjecciones (v.) expresamos de manera súbita, una emoción o afecto: ¡ah!, ¡oh!, ¡ay!, ¡bah!, ¡eh!, ¡puf!, ¡hola! (v. interjección).

La ‘a’ precede al infinitivo regido por un verbo que indica comienzo,  aprendizaje, intento, logro, mantenimiento o finalidad de la acción. Ejemplos: empezar a correr; enseñar a leer; disponerse a estudiar; llegó a trabajar; aprende a hablar.

Precede al complemento de nombres y verbos de percepción y sensación para precisar la sensación correspondiente, ejemplos: tiene sabor a miel; huele a chamusquina.

Precede al complemento nominal  o al verbal que es régimen de ciertos verbos. Ejemplos: condenar a muerte; jugar a las cartas; juzgar a las personas. (v. complemento nominal y complemento verbal en Oración).

Acompaña al complemento de algunos adjetivos, ejemplos: es suave al tacto; es propensa a las enfermedades; está inclinado al mal.

Se emplea la ‘a’ en frases elípticas imperativas. Ejemplos: ¡A la cárcel!,  ¡A comer!,  ¡A callar! (v. elipsis)

La ‘a’ se encuentra al principio de muchas locuciones adverbiales (v.). Ejemplos: a oscuras, a tontas y a locas, adiestro y siniestro, a regaña dientes.

La ‘a’ tiene sentido distributivo en el tiempo, por ejemplo: tres veces al día; dos veces a la semana.

Con los sustantivos femeninos que empiezan por ‘a’ acentuada, debe usarse el artículo o determinante masculino ‘el’, pero, solo cuando dichos sustantivos se usan en singular; cuando se emplean en plural, recobran su artículo femenino. Ejemplos: el ave, el hambre, el agua, el águila, el ama de llaves; las aves, las hambres, las aguas, las amas de llaves.

 

ABECEDARIO:   (v. alfabeto)

 

ABOLIR: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso común al hablar y escribir).

 

ACCIDENTES GRAMATICALES:

 

En el uso del verbo español, encontramos los siguientes accidentes gramaticales: voz, modo, tiempo, número y persona (v. cada uno de ellos en su lugar alfabético).

El verbo altera sus desinencias o terminaciones para expresar los distintos cambios o accidentes gramaticales. Algunos lingüistas dan el nombre de ‘morfema’ (v. morfema) a los elementos formales de las palabras que gramaticalmente sirven para denotar los accidentes de las mismas. Conjugar un verbo es emplearlo con todas sus inflexiones o desinencias en todos sus accidentes. (.v. t.: conjugación).

 

ACENTO:

 

Esta palabra quiere decir: grado de aliento o tonalidad del sonido. El acento puede estudiarse desde tres puntos de vista: el fonético o prosódico, el ortográfico y el diacrítico.

1)   Acento fonético: El lenguaje oral nos impone una acentuación correcta en todas las palabras, además de la buena entonación y la adecuada pronunciación. En las palabras que no son monosílabas hay una sílaba tónica que es la más sonora al pronunciar la palabra. Esas sílabas sonoras son las que cargan el ‘acento fonético’. Cuando se pronuncian mal las palabras o se cambia el acento fonético, se altera el sentido de la palabra, del párrafo y de la idea que se quiere expresar. Esa fuerza tonal es la guía para escribir la tilde sobre algunas palabras según las normas que nos da la ortografía. También se llama ‘acento prosódico’.

2)    Acento ortográfico: En algunas palabras el acento fonético o prosódico se marca con una rayita vertical o virgulilla (v.) llamada tilde; es el llamado ‘acento ortográfico’.

3)  Acento diacrítico: quiere decir: acento para diferenciar. Ese acento diacrítico o tilde diacrítica la llevan algunos monosílabos y otras pocas palabras para diferenciar el oficio que desempeñan en la oración. (v. monosílabos).

 

ACENTUACIÓN:

 

En todas las palabras de más de una sílaba cargamos la pronunciación sobre una sílaba determinada, la cual es más fuerte que las demás que forman la palabra. Por ejemplo: en las voces mano, cantó, industriales, médico las sílabas: ma,  tó,  tria,   son, respectivamente, las más fuertes; en ellas se ha efectuado la acentuación; por esta razón las sílabas fuertes se llaman sílabas acentuadas.

 

ACRÓNIMOS:

 

Un acrónimo es un nombre formado por letras o sílabas iniciales para denominar conceptos científicos y técnicos, o entidades de carácter económico, político, comercial, administrativo, educativo, etc., cuyos nombres están formados de varias palabras que ocupan un gran espacio y tiempo al ser escritas o pronunciadas de manera completa.

Cuando se forma el acrónimo, este se usa como cualquier nombre, con las categorías de género (v.) y número (v.).

Ejemplos de acrónimos: laser /el laser/ (Light Amplification by Simulated Emission of Radiations).

Sida  /el sida/ (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida).

Acotel (Asociación Colombiana de Hoteles).

Andiarios (Asociación Nacional de Diarios).

 

Cuando las siglas (v.) se lexican, es decir, pasan a ser palabras como los acrónimos (se pronuncian como una palabra, no por letras) todas las letras se pueden escribir con mayúscula y sin punto; también, con mayúscula la letra inicial y las demás con minúscula. Ejemplos: ICFES, Icfes; ACIMPRO, Acimpro; AVIANCA, Avianca; UdeA, Universidad de Antioquia

 

ACTAS:

 

Las actas son relaciones escritas de lo tratado en una junta, en un acto, suceso, reunión, ceremonia, etc. En las actas, generalmente, se sigue un plan rutinario que consta de las siguientes partes:

l.)   Apertura: el presidente abre la sesión y pide al secretario que lea el acta de la sesión anterior y compruebe la asistencia.

2.)    Se comprueba la asistencia llamando a lista a todos los integrantes o miembros.

3.)   Lectura del acta anterior. Se somete luego a la consideración de los integrantes y se aprueba con enmiendas o sin ellas.

   Informes de las comisiones o de la persona que preside la sesión.

   Proposiciones y discusiones.

   Acuerdos entre las personas; resoluciones tomadas.

  Clausura de la sesión. Lo último que se anota en un acta es: El presidente dio por terminada la reunión a las (la hora) y convocó a una nueva sesión para el día (fecha).

  Firmas del presidente (a) y del secretario (a).

9)   En la parte superior de la hoja debe escribirse el nombre de la institución en letras mayúsculas (si no tiene membrete). Debajo debe anotarse el título: Acta de la reunión número tal. Este último dato se escribe con mayúsculas.

10)   Debajo del título y al lado izquierdo se anotan en columna los siguientes datos: fecha, hora, lugar de la reunión.

 

ACUSATIVO INTERNO:    (v. Oración, oraciones intransitivas).

 

ADAGIO

 

Es una frase que tiene por objeto dar algún consejo para saber conducirse en la vida. Ejemplos:

“Haz bien y no mires a quién.”

“Vence doblemente quien sabe vencerse a sí mismo en la victoria.”

“Considera lo que debes decir, no lo que piensas.”

 “A los amigos hay que juzgarlos por los hechos no por las palabras.”

ADENTRO:

 

Adverbio de lugar, significa preferentemente:’ hacia el interior’ y acompaña a verbos que expresan movimiento, ejemplos: comemos adentro por causa del frío; se retiraron adentro para descansar La preposición ‘a’ nunca se antepone al vocablo ‘adentro’, puesto que ya está incluida en la composición y en el significado de esta palabra.

‘Adentro’ es preposición en algunas expresiones populares, pero debe ir después del sustantivo, ejemplos: de puertas adentro manda el padre; mar adentro era más difícil la navegación; son de tierra adentro y no conocen el mar.

‘Adentro’ es interjección (v.),  que ordena o invita a entrar en algún sitio; se usan los signos de exclamación, ejemplo: ¡Adentro!, con toda confianza...

Usado con las preposiciones: hacia, para, por, cuando estas van delante, es preferible usar la forma dentro. (v. dentro)

 

ADICIÓN:

 

Es uno de los llamados vicios de dicción (v. dicción). Este vicio o defecto que encontramos en la pronunciación, consiste en agregar letras en donde no deben ir, debido a un deseo exagerado de utilizarlas para que nos crean más cultos. Con este vicio llamado ‘adición’ aparece lo que los gramáticos llaman ‘ultracorrectos’ (v.) o ‘hipercorrectos’. Así, hay personas que dicen ‘bacalado’ en lugar de bacalao; ‘corredo’ en lugar de correo; ‘Urrado’ en lugar de Urrao (municipio de Antioquia).

 

ADJETIVO:

 

Dice Andrés Bello que, son infinitas las cosas que podemos pensar, porque no solo son objetos del pensamiento los seres reales que conocemos, sino todos aquellos que nuestra imaginación fabrica. Para dar a conocer a los demás todos estos objetos reales o imaginarios necesitamos de otras palabras que los modifiquen; es decir, que expresen sus calidades buenas o malas.

Entre las palabras que nos sirven para modificar los sustantivos (hechos reales o imaginarios, cosas, personas) están los adjetivos porque suelen añadirse al sustantivo, como: niños valientes, niñas elegantes, metales preciosos. (v.t.: sustantivo).

Los adjetivos tienen accidentes gramaticales: número (v.) (Singular o plural) y género (v.) (Masculino o femenino). Ejemplos: amigo atento, amiga atenta; compañeros generosos, compañeras generosas.

 

El adjetivo modifica al sustantivo:

De dos maneras puede el adjetivo modificar al sustantivo: o agregando a la significación del sustantivo algo que necesaria o naturalmente no está comprendido en ella; o sacando de la significación del sustantivo algo de lo que en ella se comprende, según la idea que nos hemos formado del objeto (sustantivo). Por ejemplo: la timidez o la mansedumbre no pertenecen por derecho propio a los animales puesto que muchos de ellos son bravos o fieros; en cambio, sí son propias de las ovejas. Cuando decimos ‘los animales mansos’ nos referimos a especies de animales; pero si decimos ‘las mansas ovejas’, no estamos hablando de una especie particular de ovejas, sino de todas las ovejas en general, atribuyéndoles como cualidad propia de ellas el ser mansas. En el primer caso, el adjetivo especifica, particulariza; en el segundo caso, explica. El adjetivo empleado en este segundo sentido se convierte en un epíteto (v.)

En nuestro idioma, cuando el adjetivo es un epíteto, se emplea especialmente en literatura y es norma estilística usarlo antes del sustantivo; ejemplos: mansas ovejas, aguda espina, blanca nieve, etc.

El número y el género de los adjetivos los determina el sustantivo que los acompaña: joven capaz, jóvenes capaces; niño estudioso, niña estudiosa. (v. t.: género y número).

 

Oficios del adjetivo en la oración:

Puede ser sustantivo; ejemplos: los sabios de Grecia; los honestos de la sociedad.

Predicado nominal; ejemplos: Ese hombre es ignorante; estas señoras son caritativas.

Adverbio; ejemplos: él habló alto y claro; ellos hablaron alto y claro. (En su calidad de adverbio es invariable).

Forma locuciones o sintagmas adverbiales; ejemplos: anda a ciegas; actúa a tontas y a locas; reparte golpes a diestro y siniestro.

Sirve de interjección; ejemplos: ¡Alto!  ¡Bravo!  ¡Claro!

 

Adjetivos sustantivados:

Ocurre a veces que los adjetivos se sustantivan con el artículo LO y se aplica a conceptos  abstractos, como cuando decimos: lo útil, lo bueno, lo malo, lo necesario, lo despreciable. En este caso, solo se emplea el número singular.

 

Apócope del adjetivo:

Algunos adjetivos masculinos cuando van delante del sustantivo a que se refieren, pierden su vocal final. Ellos son: bueno, malo, alguno, ninguno, uno, primero, tercero y postrero. Ejemplos: buen día, mal hombre, algún maestro, ningún amigo, un mal presagio, primer año, tercer mes, postrer aliento. Este fenómeno lingüístico se llama apócope. (v.)

Lo mismo ocurre con los adjetivos grande, ciento, santo: pierden la última sílaba cuando se anteponen al sustantivo; ejemplos: gran señor, cien millones, San Juan. Se exceptúan: Santo Tomás, Santo Domingo, Santo Toribio, Santo Tomé.

 

Grados del adjetivo:

Entre varios objetos (sustantivos) que posean, por ejemplo, la cualidad de ser blancos como: papel, nieve, puede ocurrir que unos sean más o menos blancos que otros. Es decir, que una cualidad puede ser poseída en mayor o menor GRADO por diversos seres. Entre varias personas bondadosas podemos afirmar que unas son más o menos bondadosas que otras. Estas diferencias se llaman grados del adjetivo y son dos: comparativo y superlativo.

Cuando comparamos una misma cualidad en varios seres, puede ocurrir que algunos la tengan en mayor grado, otros en menor grado, o que la posean por igual. Por eso el grado comparativo es unas veces de superioridad, otras, de inferioridad y otras de igualdad. Ejemplos: esta niña es más alta que su hermana (superioridad); esta joven es menos alta que su hermana (inferioridad); esta niña es tan alta como su hermana (igualdad).

En el idioma español se expresan siempre los comparativos por medio de las siguientes expresiones: más..... que;    menos..... que; tan..... como.

Cuando al comparar varios sustantivos, encontramos que uno de ellos posee la cualidad expresada por el adjetivo en un GRADO mayor que todos los demás, expresamos el comparativo con la siguiente expresión: más.... de, precedida del artículo. Ejemplos: esta casa es la más hermosa de la ciudad; Juan es el más generoso de sus hermanos; este es el capítulo más interesante de la novela.

Algunos adjetivos son comparativos por sí mismos, es decir llevan la idea de la comparación sin necesidad de emplear las expresiones mencionadas. Tales adjetivos son: mayor (equivale a: más grande); menor (equivale a: más pequeño); mejor (es: más bueno); peor (equivale a: más malo).

 

Grados superlativo relativo y superlativo absoluto:

Cuando el sustantivo posee en alto grado la cualidad expresada por el adjetivo sin compararla con otros, para explicarlo, empleamos la palabra muy o añadimos al adjetivo la terminación  ísimo. Ejemplos: Esta lección es muy difícil, o dificilísima; ser educados y cultos es muy necesario, o necesarísimo; un camino muy largo, o larguísimo.

Esta forma de expresar la cualidad es lo que conocemos como el grado superlativo del adjetivo.

Gramáticos tan autorizados como José Antonio Pérez Rioja, dividen el superlativo en dos categorías:

1)  El superlativo relativo se refiere tanto al concepto de superioridad como al de inferioridad; ejemplos del adjetivo superlativo relativo de superioridad: Ella es la más inteligente de los hermanos; nuestro vecino es el más rico de la cuadra.

Ejemplos del adjetivo superlativo relativo de inferioridad: Jesús es el menos inteligente de sus hermanos; Julia es la menos aplicada de todas las alumnas.

2)   El superlativo absoluto no expresa ya el alto grado de una cualidad o determinación en relación con otro ser u objeto, sino como propio o exclusivo de un ser u objeto considerado independientemente. Adopta estas formas:

Muy + grado positivo. Ejemplo: Pedro es muy bueno.

Sufijo ísimo o érrimo. Ejemplos: Luis es brillantísimo. Pedro es paupérrimo.

Sumamente, extremadamente, en alto grado + adjetivo en grado positivo. Ejemplos: Jorge es sumamente bueno.  María es extremadamente buena. Mi vecina es generosa en alto grado.

 

Adjetivos de significación superlativa en sí mismos:

Existen algunos adjetivos que en sí mismos tienen significación superlativa, como: óptimo (superlativo de bueno), pésimo (superlativo de malo), máximo (superlativo de grande), mínimo (superlativo de pequeño), supremo (superlativo de alto), ínfimo (superlativo de bajo).

 

Formación de algunos superlativos:

Algunos adjetivos forman el superlativo en érrimo en lugar de ísimo. Ellos son: acre, acérrimo; áspero, aspérrimo; célebre, celebérrimo; íntegro, integérrimo; libre, libérrimo; mísero, misérrimo; pobre, paupérrimo (la Real Academia conceptúa que es correcto decir pobrísimo); pulcro, pulquérrimo; salubre, salubérrimo. También se usa ubérrimo que significa: muy abundante. Estas formas superlativas pertenecen más a la lengua literaria que al habla corriente.

Son tan frecuentes como incorrectas las ponderaciones vulgares, tales como: muy elegantísimo, muy purísimo, tan correctísimo. Se deben emplear solamente los superlativos: elegantísimo, purísimo, correctísimo, etc.

 

Adjetivos que carecen de comparativo y de superlativo:

Los que designan cualidades o determinaciones que no pueden aumentar ni disminuir, ejemplos: cuadrado, redondo, único, último, primero, inmenso, inmoral, diario, principal, eterno, doble, triple, etc.

Los que originalmente son ya antiguos comparativos o superlativos, como: menor, superior, inferior, anterior, interior, infinito, supremo, etc.

 

Gradación comparativa superlativa y absoluta de algunos adjetivos:

Alto,  altísimo;   célebre, celebérrimo;    bueno, mejor, óptimo;      pequeño, menor, mínimo.

Otros adjetivos adoptan formas cambiantes: populares y cultas. Ejemplos:

Buenísimo, bonísimo;   fuertísimo, fortísimo;    antigüísimo, antiquísimo;    valientísimo, valentísimo;    nuevísimo, novísimo;     amiguísimo, amicísimo;        ardientísimo, ardentísimo;     recientísimo, recentísimo;         friísimo, frigidísimo;   lucientísimo, lucentísimo;       ciertísimo, certísimo.

Otros adjetivos admiten dos formas: una, regular como: asperísimo, pulcrísimo, pobrísimo; y la otra, irregular como: aspérrimo, misérrimo, paupérrimo, pulquérrimo.

 

Clasificación del adjetivo:

Después de consultar muchos textos de gramática, hemos decidido clasificar los adjetivos según su significación en:

a)   Calificativos, los que expresan las cualidades (calidades) buenas o malas de los sustantivos y, como ya lo vimos, estos adjetivos explican o especifican. Algunos gramáticos los llaman denotativos.

b)      Determinativos: se unen al sustantivo mediante diversas relaciones. Se dividen en:

Demostrativos, (lo indica su nombre: demuestran); ejemplos: este libro, ese niño, aquel jardín; y sus respectivos femeninos y plurales: esta, esa, aquella; estos, esos, aquellos libros.

Indefinidos: no tienen término señalado, tales como: ‘cualquier’ hombre, ‘cierto’ día, 

‘tal’ manera, ‘otro’ mes, etc.

Posesivos (su nombre lo indica, denotan posesión); tales como: ‘mi’ libro, ‘su’ lápiz, ‘tu’ cumpleaños, ‘nuestro’ momento, ‘vuestro’ encuentro; y sus correspondientes femeninos (los que puedan formarse) y, además, las formas en plural.

Cuantitativos (se refieren a las cantidades o las miden); tales como: todo, mucho, poco, bastante, algún.

        5)   Numerales (relativos a los números); son de cuatro clases:

Numerales cardinales (indican las cantidades); ejemplos: un libro, dos libros, tres  libros, cuatro libros, mil libros, etc.

Numerales ordinales (expresan orden o sucesión), ejemplos: primer libro, segundo libro, tercer libro, cuarto libro, quinto libro, sexto libro, etc. (v.t  ordinales).

Numerales múltiplos (indican que un número contiene a otro varias veces de manera exacta), ejemplos: doble cantidad; triple trabajo.

Numerales partitivos (expresan división), ejemplos: medio jornal; un tercio del jornal; un cuarto del jornal.

6)  Distributivos (lo indica su nombre: se refieren a la distribución), ejemplos: cada  trabajo; ambos amigos; sendos regalos; los demás jóvenes.

         7)  Interrogativos (deben ir antes de un sustantivo), ejemplos: ¿qué espacio deja?; ¿cuál  asiento?,  ¿qué libros lees?    

         8)  Exclamativos (deben ir delante de un sustantivo), ejemplos: ¡Qué suerte!, ¡Qué  emoción!

 

Uso y abuso del adjetivo:

En español el adjetivo antepuesto al sustantivo atrae la atención sobre la cualidad a que dicho adjetivo se refiere; ejemplos: bello paisaje; grandiosa manifestación de fe.

El adjetivo pospuesto es el que nos dice cómo es el sujeto para distinguirlo de otros, sin darle mucho realce a la cualidad (o calidad) a que se refiere; ejemplos: era un día claro; aprende la lengua española; presenció una escena grotesca.

Recordemos que a veces la idea varía según la colocación del adjetivo. No es lo mismo decir: un pobre hombre, que un hombre pobre. Un hombre grande que un gran hombre.

Cuando no se tiene destreza en el uso del idioma, viene el abuso de los adjetivos. En cualquier escrito se presenta una aglomeración innecesaria de adjetivos de análoga o similar significación. Ejemplos: Murió el ilustre, el preclaro, el insigne hombre de letras. Era un día hermoso, bello, precioso.

Debemos tener presente el consejo del gran escritor español Azorín, quien dijo: “Si un sustantivo necesita de un solo adjetivo no lo recarguemos con dos.” (v. t.: Redactar).

El emparejamiento de adjetivos indica esterilidad de pensamiento; y mucho más la acumulación inmoderada de ellos. Evitemos los adjetivos inexpresivos que no dicen nada nuevo. Son estos los que algunos gramáticos llaman términos vacíos porque se pueden aplicar a cualquier sujeto o hecho. Ejemplos: Un día lindo; una mariposa linda; un juego lindo; unos zapatos lindos; un libro lindo.

A veces ocurre que nos encariñamos con un adjetivo que nos resulta cómodo, y abusamos de él sin medida. Es frecuente encontrar personas para las que todo es estupendo, maravilloso, bestial, magnífico, espectacular.

Según la estilística, las principales virtudes de la adjetivación son: la variedad, la propiedad y la riqueza de significado.

Los vicios o defectos de la adjetivación son: vaguedad, monotonía, pobreza.

 

ADONDE:

 

Como adverbio interrogativo de lugar se usa con verbos de movimiento, se escribe en una sola palabra y se acentúa; indica ‘dirección’, ejemplos: ¿Adónde nos dirigimos? ¿Adónde me llevas? Cuando es adverbio relativo de lugar no se acentúa, ejemplos: aquélla es la casa adonde deseamos ir; ése es el colegio adonde llevo a mi hija todos los días. En este caso también se escribe en una sola palabra porque tiene referente (v.); en los ejemplos dados, dichos referentes son ‘casa’ y ‘colegio’ Algunas veces, se escribe separado: ‘a  donde’, y es  cuando no hay referente en la oración en la cual se emplea, ejemplo: ellas vinieron a  donde yo estaba.  (v. donde)

 

ADONDEQUIERA:

 

Adverbio indefinido de lugar, quiere decir: ‘a cualquier parte’. A veces, va seguido del relativo ‘que’ (v.), ejemplos: adondequiera que fuese, su amiga la seguía; vamos a dondequiera que desees.

 

ADSTRATO:

 

El lingüista  M. Valkchoff  propuso este término para designar el influjo entre dos lenguas que, habiendo convivido algún tiempo en un mismo territorio, luego viven en territorios vecinos. Es sinónimo del término ‘parastrato’.

El mismo término se aplica actualmente para designar el influjo mutuo de dos lenguas, también, de dos dialectos vecinos, ejemplos: catalán y castellano; gallego y asturiano, etc.

 

ADVERBIALIZACIÓN:

 

Proceso mediante el cual una palabra que es normalmente un adjetivo, pasa a ejercer funciones de adverbio, por estar modificando un verbo. Ejemplos:

 Por la pradera, el agua corre lenta. Ella canta alto. Esa jovencita es de hablar rápido.

 

ADVERBIO:

 

Es la palabra que altera o modifica el significado del verbo. Reciben, pues, el nombre de adverbios todas las palabras que se añadan al verbo para expresar alguna cualidad o determinación de la acción verbal.

Además de modificar el verbo, los adverbios pueden referirse también a un adjetivo o a otro adverbio. Por ejemplo, los adjetivos hermoso y alto pueden llevar adverbios como muy y demasiado, ejemplos: este jardín es muy hermoso; la casa es demasiado alta.

Los adverbios como despacio y de prisa, pueden ir acompañados de otros adverbios como: muy, bastante, excesivamente, demasiado, ejemplos: camina muy de prisa; camina demasiado despacio; habla bastante de prisa; habla bastante despacio; escribe excesivamente despacio, etc.

 

Clasificación de los adverbios:

Según su significación pueden ser:

De lugar: aquí, allí, allá, cerca, lejos, fuera, encima, ahí, acá, arriba, abajo, debajo, dentro, delante, detrás, enfrente, junto, aquende, allende. Algunos gramáticos les dan el nombre de adverbios deísticos. El lingüista  Fernando Lázaro Carreter los llama ‘deícticos’. (v. t.: deíxis).

De tiempo: ayer, hoy, anteayer, mañana, ahora, antes, luego, después, tarde, temprano, presto, siempre, nunca, jamás, todavía, aún, ya, mientras, pronto, antaño, hogaño, etc. Con los adverbios de tiempo: antes, después, si les sigue el relativo que no se emplea la preposición de. Se dice y se escribe: antes que viniera; antes que te vean aquí; después que hubo terminado de escribir; después que llegaron; me voy antes que llueva, etc.

De modo: bien, mal, como, cual, así, apenas, y los terminados en mente (buenamente, cómodamente, útilmente, seguramente, etc.,).

De cantidad: mucho, muy, poco, casi, bastante, harto, tan, tanto, más, menos, demasiado, etc.

De orden: primeramente, últimamente, sucesivamente.

De afirmación: sí, ciertamente, también, verdaderamente.

De negación: no, nunca, jamás, tampoco.

De duda: acaso, quizá o quizás.

 

Algunas frases o locuciones desempeñan en la oración el oficio de adverbios; reciben el nombre de frases adverbiales o sintagmas adverbiales; algunos ejemplos: a sabiendas; a la chita callando; al amanecer; de golpe, etc. (. v.t.: frases adverbiales).

Los adverbios donde, cuando, cuanto y como pueden desempeñar el oficio de pronombres relativos en casos como estos: éste es el barrio donde vivimos (es el barrio en que vivimos); haz cuanto quieras (es lo mismo que: haz lo que quieras); por esta razón, algunos gramáticos los llaman adverbios relativos.

Lo mismo que los pronombres relativos, esta clase de adverbios llevan tilde cuando figuran en oraciones interrogativas o exclamativas, ejemplos: ¿cómo está usted?, ¿cuándo llegaste?, ¡cuánto me alegro!,  ¡cuánto lo siento!

 

Apócope de los adverbios:

Los adverbios tanto y cuanto, si preceden a otro adverbio o a un adjetivo, suprimen la última sílaba; ejemplos: ¡lo hizo tan fácilmente!; ¡cuán noblemente procede!; ¡tan estudioso!; ¡cuán amable!

No ocurre lo mismo delante de: mejor, peor, mayor y menor. Debe decirse: tanto peor, tanto mejor, cuanto menor sea la demora, etc.

 

AFÉRESIS:

 

Por medio de esta figura se suprime una o varias letras al principio del vocablo, ejemplos: ‘norabuena’ por: enhorabuena; ‘Colás’ por: Nicolás; ‘chacha’ por: muchacha.

 

AFIJOS:

 

(“fijos a”). Son los elementos que modifican la significación de la raíz de una palabra. Cuando el afijo va delante de la raíz se denomina ‘prefijo’ (v.), o sea, “fijo delante”; cuando va pospuesto, se llama ‘sufijo’ (v.), o sea, “fijo detrás”.

Otras palabras llevan ‘interfijos’ o ‘infijos’ (v.) o incrementos (v.) que son letras añadidas para que haya eufonía, ejemplos:

 

General-IZ-ar                                                  boton-C-ito

Pac-IFIC-ar                                                     cruc-EC-ita

Am-IG-able                                                     pie-CEC-ito

 

A la unión de la raíz con el incremento se le llama ‘tema’ o ‘radical’.

 

AFORISMOS:

 

Es una sentencia doctrinal que presenta en forma breve lo más interesante de alguna materia, regla, principio o máxima instructiva; ejemplos:

“No cabe discutir con el que niega los principios.”

“Las malas prácticas corrompen las buenas costumbres.”

“El bueno, cuando se corrompe, resulta pésimo.”

“Todos los hombres pueden errar, sólo el tonto persevera en el error.”

“La crítica es indulgente con los cuervos, pero no da paz a las palomas.”

 

El aforismo y la sentencia (v.),  están situados, no en el campo popular como los proverbios (v.) y refranes (v.), sino en el campo de lo culto; se alejan de todo propósito moral. Su campo de ideas es muy extenso: unos se refieren a objetivos literarios; otros, a conceptos filosóficos, estéticos o simplemente irónicos; otros son puras relaciones vistas a través de un prisma ingenioso y burlesco.

 

AFUERA:

 

Este adverbio significa preferentemente ‘hacia lo exterior’ y acompaña verbos (u otros términos) que expresan movimiento, ejemplo: vámonos afuera. También se usa en el sentido de ‘en lo exterior’, ejemplo: afuera hay un árbol; en este caso, a veces, se prefiere el uso de ‘fuera’. La preposición ‘a’ nunca se antepone (a afuera), puesto que ya está incluida en la composición y el significado de esta palabra.

La distinción señalada entre ‘fuera’ y ‘afuera’ es muy normal en España, pero en Hispanoamérica tiende a generalizarse el uso de ‘afuera’ (v. fuera).

 

AGENTE (SUJETO): (v. Oración, oraciones de pasiva)

 

AGUDAS:

 

En gramática, son las palabras acentuadas en su última sílaba. Ese acento se marca, es decir, se escribe tilde cuando dichas palabras agudas terminan en n, s, vocal. Ejemplos: café, mamá, sofá, corazón, ciprés; las demás agudas no llevan tilde, ejemplos: pared, reloj, decir, etc.

 

ALEGORÍA:

 

Por medio de ella una idea abstracta se simboliza en un ser u objeto. A veces una composición entera ofrece sentido alegórico como las ‘fábulas’; también la obra del italiano, Dante, La Divina Comedia y los Autos Sacramentales (obras religiosas de la Edad Media) son alegóricos. Ejemplo de alegoría:

“Porque si bien se mira, la vida no es más que un inmenso tablero de ajedrez, cuyos cuadros blancos son los días y los negros las noches, y en el cual el destino juega con los hombres como con piezas: los mueve de aquí para allá, y uno por uno van a parar al estuche de la nada.” (Omar Kayhan).

 

ALELUYA:

 

Es el verso pareado (v) de arte menor (menos de nueve sílabas), ejemplo:

 

La primavera ha venido,

Nadie sabe cómo ha sido. 

 

 (Antonio Machado; español)

 

ALFABETO:

 

NUESTRO ALFABETO. 

 LOS DÍGRAFOS.  

LA LETRA   Ñ.   

&. (“ET”).   

“I LATINA”,    “y GRIEGA”

 

 

Los fonemas son los sonidos; su estudio es del dominio de la fonética y la fonología. Las letras o grafemas son la transcripción de los sonidos, y su estudio está dentro de la gramática y la ortografía. (La elegancia y belleza en los rasgos de la escritura se llaman caligrafía). Algunos sonidos se representan con una sola letra, otros necesitan dos grafemas o letras.

El alfabeto o abecedario es el sistema de signos usados en la escritura fonética alfabética. El llamado alfabeto fónico es un sistema convencional de caracteres gráficos, usado por los lingüistas para la exacta transcripción de los textos hablados o escritos; cada signo representa rigurosamente un sonido. También se le conoce con el nombre de alfabeto corriente u ortográfico.

Del mismo modo que sonido es la letra pronunciada, y signo la letra escrita, así, mientras el alfabeto fónico o fonético es un conjunto de sonidos, el alfabeto gráfico es el conjunto de los signos correspondiente a tales sonidos.

Nuestro alfabeto gráfico, según la última disposición de la RAE, consta de veintisiete signos o letras o grafemas. El siguiente es el actual alfabeto gráfico español:

 

A (a) = a;  B (b) = be; C(c) = ce; D (d) = de;  E (e) = e;  F (f) = efe;  G (g) = ge;  H (h) = hache;   I (i) = i;   J (j) = jota;   K (k) = ka;   L (l) = ele;   M (m) = eme;  N (n) = ene;    Ñ (ñ) = eñe;    O (o) = o;  P (p) = pe;   Q (q) = cu; R (r) = erre;   S (s) = ese;   T (t) = te;   U (u) = u;   V (v) = uve;   W (w) = uve doble; (en América se le llama: doble V; doble U; ve doble);   X (x) = equis;   Y (y) = ye;   Z (z) = zeta.

 

Según las últimas disposiciones de la Real Academia Española en su Ortografía del año 2011, (743 pp.) debemos tener en cuenta:

“Desechar definitivamente el nombre ere para la r; así como las formas ceta, ceda, zeda para la z.  Los únicos nombres válidos son: erre y zeta”.

 

La W, última letra en incorporarse al abecedario del español, es también en su origen un dígrafo. Se creó por duplicación de V latina para representar, en las lenguas germánicas, uno de sus fonemas característicos. En español entró por la vía del préstamo y se empleó inicialmente, ya en la Edad Media, para escribir determinados nombres propios de origen germánico (vagón – wagon; váter – wáter; o, también, en otros campos como B: Bamba -Wamba). Hoy se ha extendido y normalizado su empleo en la escritura de numerosos extranjerismos procedentes en su mayoría del inglés (waterpolo, web, sándwich).

 

Son sinónimas las palabras alfabeto y abecedario.

Alfabeto: vocablo formado de las dos primeras letras de la serie griega: alfa, beta.

Abecedario: vocablo derivado del nombre de las cuatro primeras letras de la serie latina: a, be, ce, de.

 

Los dígrafos:

 

En nuestro idioma, las letras son los grafemas o signos gráficos simples.

Además de las veintisiete letras, existen cinco dígrafos o combinaciones de letras:

 

1. El dígrafo ch (che)

 

Hoy, de acuerdo con las normas internacionales, en los diccionarios, la ch ha pasado a la columna de las palabras que empiezan por C. Los vocablos cuya primera letra es la che, están situados exactamente antes de las palabras que empiezan por ci.

 

2. El dígrafo ll (elle)

 

La elle ha pasado a la columna de las palabras que empiezan por L. Los vocablos que empiezan por elle los encontramos en los diccionarios, después de las palabras que empiezan por li.

 

3. El dígrafo gu (g) antes de las vocales e, i: pliegue, guiño.

 

4. El dígrafo qu (c) antes de las vocales e, i: queso, esquina.

 

5. El dígrafo rr (rr) entre vocales: arroz, tierra.

 

“Los dígrafos ch,  ll   dejan de ser considerados letras del abecedario español, lo que no significa que desaparezcan de su sistema gráfico. Estas combinaciones seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de palabras españolas. Ocurre que los dígrafos son combinaciones de dos letras ya incluidas en el alfabeto. En todas las lenguas de escritura alfabética, se consideran letras del abecedario solamente los signos simples”. (RAE).

 

& (“et”)

 

Su nombre es “et”. Es una alternativa en la escritura, de la conjunción copulativa latina “et”, de la que se deriva la conjunción española “y”.

Su nombre en inglés es “ampersand”, que proviene de la expresión “and  per  se  and”, equivalente a: “y por sí mismo, y”  (es parte de la retahíla para memorizar el alfabeto).

En español, el uso de este signo es superfluo, pues es más breve, fácil y sencilla la conjunción “y”.

La Real Academia Española (RAE) admite que este signo (&) representa la palabra “etcétera” y recibe el mismo nombre.

 

La letra Ñ (eñe):

 

Esta letra tiene su origen en la abreviatura del dígrafo nn, que el español medieval escogió para representar el nuevo fonema nasal palatal /ñ/, inexistente en latín. Este dígrafo solía escribirse de forma abreviada mediante una sola n con una virgulilla encima, signo del que surge esta letra, genuinamente española, que también adoptaron el gallego y el vasco.

 

 

“i  latina”…….”y  griega”

 

i   latina:

 

Letra del alfabeto romano, tomada de los etruscos, y estos la tomaron de los colonos griegos del sur de Italia.

En 1726, la Real Academia Española (RAE) precisó los usos de las íes (antiguas íes latinas) y las yes (antiguas íes griegas) para evitar las confusiones fonéticas y de escritura, y decidió que solo la i se usara como vocal.

Es una de las cinco vocales. No tiene una función específica usada sola; siempre está dentro de las palabras (iglesia, indio); además forma diptongo o triptongo dentro de ellas (cielo, cuido).

 

Y  griega:

 

Y: es la vigésima sexta letra del alfabeto español y la vigésima primera consonante. Su nombre fonético es YE.

 

Fue una letra griega: upsilon, o ypsilon, que los romanos tomaron de Grecia para representar palabras tomadas del griego antiguo. Su origen está en la antigua letra griega “V”, del etrusco/romano.

La Real Academia Española en la redacción de la nueva ortografía (edición de 2010), en consenso con las demás academias de la lengua española, propuso su nombre: ye.  Hubo polémica porque los españoles siempre la han llamado  i  griega.

La edición definitiva de la ortografía permite usar cualquiera de los dos nombres: ye; i griega.  Pero recomienda la denominación de ye.

 

Valores fonéticos: Hace las veces de vocal, i, cuando está al final de las palabras, ejemplos: rey (rei), Paraguay (Paraguai), hoy (hoi), buey (buei);  y de consonante (ye) cuando está junto a las vocales: yegua, yacimiento, yarda.

Cuando se emplea sola, su función es la de conjunción copulativa: une palabras (día  y  noche) o conceptos (habla bien el  francés  y  lee  y comprende textos en este idioma).

En el campo de la estilística, al emplearse sola al principio de textos cortos, da fuerza de expresión a lo que se dice y escribe: “Y llega como un viento acariciante en medio del dolor”.

Para evitar repeticiones cacofónicas (mal sonido), la y se cambia por e para unir palabras que empiecen por i  latina  o por hi. Ejemplos: María e Inés; aguja e hilo. Pero delante de diptongo, no se permite hacer el cambio, ejemplos: sus palabras son duras y hieren en lo más profundo del ser; poseía oro, plata y hierro. Tampoco puede hacerse el cambio en interrogaciones, se dice y se escribe: ¿Y Isabel?,  ¿Y Ignacio?

 

(Notas tomadas de “Ortografía de la lengua española”. Real Academia Española (RAE). Edición del año 2010. Primera edición en Colombia, abril de 2011, 743 pp.)

 

 

 

Clasificación de las letras:

 

 

Por su sonido se clasifican en vocales y consonantes. Las vocales tienen sonido por sí solas y son: a, e, i, o, u. Sus plurales son: aes, ees, íes, oes, úes..

Las consonantes son todas las demás, y necesitan, para pronunciarse, el auxilio de una vocal, con la que consuenan.

La Y es vocal al final de una sílaba: estoy, rey, Paraguay; y es consonante al principio de la sílaba seguida de vocal: adyacente, yeísmo, yute, yuca.

Son mudas las letras que no se pronuncian como la hache, y la u en los grupos gue, gui, que, qui.

Por sus elementos se dividen en sencillas y dobles. Son sencillas las de un solo elemento: a, s. p. o, z, b, etc.

Son letras dobles las que constan de dos elementos: ch, ll. También se les llama dígrafos.

Por su tamaño se clasifican en mayúsculas, las de mayor tamaño y, a veces, de forma diferente. Las minúsculas, de menor tamaño y son de uso más frecuente.

(v.t.: consonantes).

 

ALINEAR: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso común al hablar y escribir).

 

ALÓFONO:

 

Es cada una de las variantes que se dan en la pronunciación de un mismo fonema, según la posición de éste en la sílaba o palabra; estas variantes o alófonos están regidos también por el carácter de los fonemas vecinos. Por ejemplo: la b oclusiva de la palabra tumbo y la b fricativa del vocablo tubo son alófonos (variantes) del fonema /b/.

Este término de alófono ha sido tomado de la lingüística norteamericana para designar las variantes combinatorias.

 

AMBAGES:

 

Rodeos de palabras o circunloquios (v.) para expresar una idea; el texto escrito con ambages ofrece ambigüedades (v.), sutilezas y equívocos (v.).

 

AMERICANISMOS:

 

Son las voces procedentes de los países hispanoamericanos. También se les llama regionalismos. Algunos ejemplos:

De las Antillas: bohío, bejuco, canoa, cacique, huracán, ají, yuca

De México: petaca, tomate, cacao, chocolate, zapote, tamal, ancón.

Del Perú: quichua, (quechua), llama, vicuña, alpaca, coca, cóndor, amasijo.

De Argentina: tonada, grapa, bayardo, milonga.

De Cuba: chancleta, porra, chivato, bailoteo, guagua, tusa, guajiro, caney.

De Venezuela: chinchorro, piche, maraca, llorada, papirotada.

De Colombia: chirriado, guache, guascudo, chirringo, biche.

 

AMPULOSIDAD:

 

Es la característica del lenguaje hinchado, lleno de rodeos y de adornos, redundante. Se encuentra en algunos escritores y oradores. Ese lenguaje ampuloso se está poniendo de moda en algunos periodistas y locutores, lo que sólo conduce a decir sandeces y a cometer errores. Para decirlo más claramente: la ampulosidad es “verborrea”, exceso de palabras, sonoridad excesiva, retórica.

 

ANACOLUTO:

 

Es una forma de construcción que señala en una dirección determinada apuntando hacia una idea, pero luego continúa en otra dirección distinta, ejemplo: el joven profesor en un centro educativo, cuyo padre dirige una industria.

 

ANÁFORA:

 

Figura que consiste en la repetición de una o varias palabras al comienzo de una o más frases en un período. Ejemplos: “Traed, traed de vino vasos llenos”. (Arias Montano).

“¿Qué trabajo no paga el niño a la madre, cuando ella lo tiene en el regazo desnudo, cuando él juega con sus pechos, cuando la hiere con sus manecitas, cuando la mira con risa, cuando gorjea?” (Fr. Luis de León).

 

Ejemplo de anáfora en la poesía:

 

¿De quién es esta voz que me serena?

¿De quién es esta voz que me levanta?

¿De quién es esta voz que me enajena?

 

¿De quién es esta voz que, cuando canta,

de quién es esta voz que, cuando sueña,

me anuda el corazón a la garganta?

  (Francisco Luis Bernárdez)

 

ANAGRAMA:

 

Palabra o palabras formadas por la reordenación de las letras que constituyen otra u otras palabras diferentes. Ejemplos: Lope de Vega Carpio = (anagrama: Gabriel Padecopeo).

Policarpa Salavarrieta = (anagrama: yace por salvar la patria). Otros gramáticos la definen como: ‘juego de letras que consiste en la transposición de las letras de una palabra para formar otra distinta, y traen estos ejemplos: Roma-amor;   malo-loma;    musa-suma.

 

ANÁLISIS:

 

Es la distinción y separación de las partes de un todo para llegar a conocer sus principios y elementos. Hay varias clases de análisis:

1) Análisis gramatical:

    Es el examen de las palabras del discurso para determinar la categoría, oficio, formas y propiedades gramaticales de cada una de ellas; lo mismo que la descomposición de las frases para examinar la relación o dependencia que guardan entre sí.

 

2) Análisis lexicológico:

     La lexicología es el estudio de las palabras en lo concerniente a su origen, formación y significado. Para realizar este análisis hay que tener en cuenta la etimología (v.), o sea, el estudio del origen de las palabras, por ejemplo: teléfono, del griego; violín, del italiano; vagón, del inglés. Además, hay que conocer la morfología (v.) y la semántica (v.).

 

Análisis literario

Estudia los elementos estéticos de una obra en cuanto a la clasificación, el asunto, la expresión. Este análisis nos dice la clase de obra: científica, oratoria, lírica, epistolar, épica, dramática, etc.

Da cuenta del asunto de la obra: si es filosófico, descriptivo, narrativo, romántico, etc.; así mismo da a conocer  la belleza del estilo y de las frases, el empleo de las figuras literarias.

 

Análisis lógico:

Es el que considera las distintas proposiciones de un texto, deteniéndose en los pensamientos e ideas. Se analiza el pensamiento dominante (idea principal) y los juicios que complementan dicho pensamiento.

 

ANALOGÍA:

 

Antiguamente se indicó con este término la coherencia de formas en el lenguaje. El principio de analogía rigió por muchos siglos la gramática griega y latina. Según Aristarco, el lenguaje es un sistema coherente de signos, estructurados en paradigmas regulares y gobernados por leyes que rigen la relación entre las formas lingüísticas y las categorías lógicas.

La designación de analogía en relación con la gramática es anticuada y ha dado paso a la modernamente llamada morfología (v.)

Hoy, por analogía se entiende relación de semejanza entre ideas u objetos distintos. Existen  pruebas de analogía; en un test de esta naturaleza, se trata de elegir la RELACIÓN o ANALOGÍA que aparece en los términos del planteamiento, entre  cuatro o cinco pares que se dan como respuesta.

Las clases de relación de mayor uso son: de causa a efecto o viceversa; de cualidad; de semejanza o parecido; de mayor a menor o viceversa; de tamaño; de las partes al todo o viceversa; de simbolismo; de sinonimia; de antonimia; de dependencia; de utilidad; de uso.

Los signos para escribir la analogía son: dos puntos (:) que se leen: ‘es a’; cuatro puntos (: :) que se leen: ’como’. Ejemplo

:

 Pierna : (es  a) persona : : (como)

sangre : corazón

plata : riqueza

silla : butaca

pared : convento

rueda : carro

 

En el anterior ejemplo se encuentra la analogía de ‘parte de un todo’ (pierna es parte de la persona). Según esto, encontramos que la respuesta puede ser d, e. Buscamos, entonces otra analogía (o semejanza) y vemos que, además, sirve para movilizarse (pierna: persona); teniendo en cuenta esta última relación, la verdadera respuesta es el numeral e.

Otros ejemplos:

          

Célula : cuerpo ::

agua : frío

ladrillo : casa

cabra : oveja

tren : estación      (respuesta: el numeral b: ladrillo : Casa)

 

 Párrafo : punto : :

  vena: arteria

 mano : uña

  cura : iglesia

  discurso : pausa    (respuesta: el numeral d: discurso : pausa)

 

ANFIBOLOGÍA:

 

Esta se presenta cuando por mala colocación o errónea selección de palabras queda ambiguo el sentido de la frase; por eso se le conoce también con el nombre de ambigüedad. Ejemplos: Pablo llevó al general a su casa. (¿Casa de quién?, ¿del general o de Pablo?). Me recomendaron a tu amigo. (¿Quién es el recomendado?, ¿tu amigo o yo?). Le envío a usted un perrito con mi hermano que tiene las orejas cortadas (¿quién tiene las orejas cortadas?, ¿el perrito o mi hermano?). He visto el carro del médico que está hecho un desastre (¿quién?, ¿el médico o el carro?)

 

ANGLICISMOS:

 

Son las palabras tomadas del idioma inglés.

En el español hablado y escrito, el papel del idioma inglés es muy notorio, y su influencia es mucho mayor que la del francés y la de otros idiomas. Algunas de las razones de este fenómeno son:

1. Las agencias de noticias y la prensa: la mayoría de las traducciones no son acertadas.

2. La industria y el comercio: es grande la influencia del inglés en la correspondencia, en los anuncios, las propagandas y los nombres comerciales.

3. Los deportes han traído vocablos ingleses y de otros idiomas

4. El cine, la televisión, la informática.

5. Los viajes y la política internacional.

      

Ejemplos de anglicismos:

Baby (béibi) = lactante, niño pequeño.       Bridge (bridy) = juego de naipes.

Bull-dog (bul-dog) = perro de presa          Fox-terrier (foks-terrié) = perro

Pullman (púlman) = coche-cama.               Block (bloc) = cuaderno de notas.

 

Muchos anglicismos han sido ya aceptados por la Real Academia Española y figuran en el DRAE –Diccionario de la Real Academia Española-.

 

ANIVELISMO:

 

Es una muletilla que se está generalizando en todos los campos de la expresión hablada y escrita y que consiste en el empleo de la expresión “a nivel de”, sin ningún análisis semántico; ejemplos: Se estudia dicha ley a nivel del Congreso; es posible que lo acepten, ya que su carta ha sido analizada a nivel de los directivos de la universidad.

La expresión a nivel de, sólo se usa correctamente cuando significa ‘a la altura de.’ Ejemplos: Llovió tanto, que el agua corría a nivel de la ventana (a la altura de la ventana). Como estudia bastante, está a nivel de los mejores alumnos (a la altura de los mejores alumnos).

 

ANTE:

 

Es una preposición que expresa:

Prioridad de lugar, situación o posición delantera. Ejemplos: Lucía estaba ante mí. Compareció ante el fiscal.

Prioridad de tiempo, cuando se usa con verbos de reposo o de movimiento. Ejemplo: Ante una época como aquella...

En sentido figurado, significa antelación o preferencia. Ejemplos: ante todo; ante todas las cosas. También se usa como equivalente de la expresión: respecto de. Ejemplos: Ante eso no deseo opinar (respecto de eso...)

Algunos censuran como galicismo el uso de ante con el significado de: ‘en presencia de’, cuando se usa delante de nombres de cosas, como: ante la violencia de los terroristas no es posible callar. Sin embargo, otros gramáticos muy autorizados opinan que no hay un verdadero motivo para rechazar dicho uso.

Esta preposición se usa sólo en la lengua culta. En el lenguaje popular se sustituye por la frase prepositiva delante de. Ejemplo: Le gusta estar delante de los demás. (v. delante, adelante).

 

ANTICLÍMAX:

 

Oposición de dos gradaciones en una misma frase, una de ellas ascendente; descendente la otra. (v. clímax)

 

ANTÍTESIS:

 

Llamada también ‘paradoja’. Es un recurso estilístico o literario ((v. figuras literarias) empleado en expresiones que encierran contradicción; es decir, ideas opuestas. Ejemplo:

“Aunque se ausenten, están presentes; aunque sean pobres, abundan en riquezas; aunque sean desvalidos, tienen mucho poder; y lo que es más, aun después de muertos, viven.”   (Concepto de Cicerón acerca de los amigos).

 

ANTONIMIA:

 

Significación contraria de dos vocablos, llamados antónimos, como: frío-calor, alto-bajo

Otras veces, la antonimia se produce cuando a un vocablo, para que exprese lo contrario, se le antepone una partícula que se llama prefijo (v.) o morfema. Ejemplos: consuelo, desconsuelo; ligar, desligar; constante, inconstante; hacer, deshacer; móvil, inmóvil; discreto, indiscreto.

 

ANTÓNIMOS: (v. antonimia)

 

ANTONOMASIA:        

 

Es la forma  de expresar un nombre común en lugar de uno propio, o al contrario. Generalmente se cambia el nombre por el de la cualidad que le corresponde de manera inconfundible a la persona. Ejemplos:

Ese hombre es un nerón. (Queremos expresar que es un hombre cruel, como Nerón).

Los alemanes saludaban al líder con entusiasmo. (Saludan a Hitler).

Tu amigo es un pedro claver (Queremos decir que es un protector de los negros y los pobres.)

 

ANTROPONIMIA:

 

El deseo de conocer el origen del nombre es muy antiguo.  Los nombres personales provienen de vocablos comunes simples, derivados o compuestos. En sus comienzos se refirieron a fenómenos de la naturaleza, a la geografía, a cualidades físicas o morales de las personas, a circunstancias especiales de la vida cotidiana, a la magia, a la guerra, a la religión, a estados sociales; también fueron el resultado del capricho de las gentes.

Con frecuencia, el apodo vence al nombre en el uso cotidiano, mucho más si se trata de personas de escasa cultura.

El estudio de los nombres propios personales empieza con los griegos, pero la observación científica de los nombres personales es obra del siglo XIX.

La antroponimia es, pues, la rama de la onomástica que se ocupa de los nombres de personas.

 

APELLIDOS:

 

La palabra “apellidar” entraña, en el origen latino, el nombre con el cual nos llaman o convocan en el hogar o, de otro modo, el nombre por el que se distingue a la familia y se perpetúa el linaje.

Nombres de familia con  que se distinguen las personas.

“Conombre, decía Nebrija, es aquel que se pone después del nombre propio i es común a todos los de aquella familia i llámase propia  mente entre nos  otros el apellido”

Los apellidos parece que se derivan de la necesidad de identificar no solo a la persona, sino su pertenencia a una familia, lugar, etc. Las circunstancias también dan origen a los apellidos; lo mismo que las cualidades físicas: Rojo, Blanco, Pardo, Delgado, Calvo, Moreno, Rubio, Valiente, Rico, etc.   Otras veces son nombres de lugares: Toledo,  Córdoba, Granada, etc. Otras, el origen es patronímico como los apellidos terminados en EZ, un sufijo que se atribuye a influencia ibérica.

Los apellidos tienen también su plural que se ajusta a las mismas normas que las de los nombres comunes. Únicamente dejan de tener plural los apellidos patronímicos terminados en Z (zeta) en sílaba no acentuada: los Pérez (hijos de Pedro), los Rodríguez (hijos de Rodrigo), los González (hijos de Gonzalo).

Ya en el año l947, el  sacerdote salesiano y filólogo Rodolfo M. Ragucci decía en sus escritos que el procedimiento para formar los patronímicos es el siguiente:

1. “Si el nombre del padre termina en o, esta se sustituye por ez: de Pero (Pedro), Pérez; de Álvaro, Álvarez; de Marco, Márquez.

Si el nombre del padre termina en la sílaba yo, esta se sustituye  por ez: de Pelayo, Peláez. Si acaba en consonante, se le agrega el mismo sufijo ez: de Juan o Iván, Ibáñez; de Laín, Laínez.

Estos patronímicos están exentos del plural en los apellidos.

2. “Se oye decir que los apellidos no tienen plural;  es un error. En otras lenguas no lo tienen; en la nuestra sí, y desde lo más remoto.

Las normas son las mismas que para los nombres ordinarios; solo que son invariables los patronímicos graves y esdrújulos terminados en z: los Pérez, los Álvarez, los Díaz, los González, etc.”

3. “Si son agudos, reciben la desinencia usual, ES: de Ortiz, los Ortices; de Muñoz, los Muñoces”.

 

4. “Cuando los apellidos son compuestos, se pluraliza solo el segundo elemento: los Montealegres, los Sotomayores, los Buendías, los Santamarías.

5. Si a los apellidos va adherido un complemento, como en Ortiz de Zárate, Hurtado de Mendoza, se forma el plural del primer nombre y se deja invariable el complemento: los Ortices de Zárate, los Hurtados de Mendoza, los Lopes de Vega (de Lope de Vega), los Tirsos de Molina, los Calderones de la Barca, los Ponces de León”.

El gran maestro de la lengua, Gómez Restrepo, habla de “la estirpe de los Quesadas”, y el escritor  Sarmiento, de la “casa de los Godoyes”. El poeta  Ricardo Rojas,  de “la sangre de los Tejadas; de los Guzmanes”, y Baldomero Fernández Moreno, cita “los Nebrijas y Valdeses”.

Miguel de Toro y Gisbert  conceptúa: “Varios escritores modernos han dado en la gracia de escribir, imitando a los franceses: los Villamil, los Rico...; conviene no seguir tan mal ejemplo”.

Calixto Oyuela añade: “Decir los Tejada es tan incorrecto como decir los árbol, los caballo, las nube” (sin la ese del plural).

5. “¿Cuáles son los plurales de Moisés, Jesús, José, si los tienen?

Responde el Padre Ragucci: “¿Por  qué no los han de tener? Los dos primeros son agudos terminados en consonante. Según la regla general, deben recibir la inflexión es, a saber: los Moiseses, los Jesuses. Otros ejemplos: Andreses, (como corteses, reveses, meses), Nicolases, Tomases, Luises, Quiroces, etc.”

6. “Las voces llanas y esdrújulas (las anteriores son agudas) terminadas en ESE en el singular, no varían para el plural. Por tanto se dice: los brindis, los ómnibus, las tesis. No solamente los agudos que terminan en s exigen para el plural la terminación es, sino también todos los otros, agudos o no, terminados en cualquier consonante, solo que si esta es z, se cambia en c, por preceder a la e, ejemplos: jueces, capaces, dobleces, Beatrices, Ortices, actrices, Ruices, clubes, Matusalenes, Roldanes.”

7. “En cuanto al plural de José, añadámosle una ESE y queda convertido en Josés. Los que terminan en é acentuada, antes recibían también la desinencia es; pero como no es tan agradable el hiato (encuentro de dos vocales que se pronuncian en sílabas distintas) producido por las dos ees contiguas, se acordó agregarles una simple s. Debe decirse: fes, cafés, tés, y lo mismo las letras: ces, bes, des, ges, pes, tes, ves, yes, y las voces: canapés, comités, corsés, cupés, minués, pies, quinqués, rapés, cafés. Excepción: la letra e, cuyo plural es ees.”

8. Después de largos debates e investigaciones, el ilustre filólogo colombiano Rufino José Cuervo sacó conclusiones inobjetables acerca del plural de los apellidos. Dice:

“Los apellidos por ser nombres apelativos, pues se aplican a todos los individuos de una familia, se les debe pluralizar si su estructura lo permite. Se dirá por ejemplo, ‘los Gavirias’, ‘los Guevaras’. No faltan, sin embargo, escritorzuelos pendencieros que sostienen que debe proscribirse el plural [...].”

9. La única dificultad que oponen los contradictores a las normas dichas, es la de apellidos como Rey y Reyes, en que no se sabría  a cuál pertenece el plural, si a los señores de apellido Rey o a los de apellido Reyes. Esto tiene que aclararse apelando a un rodeo, cosa inevitable en muchos casos.

Para el caso anterior, otros gramáticos nos recomiendan decir los hermanos Rey, las familias Reyes.

Hoy, el Diccionario panhispánico de dudas  y la RAE, en sus últimas disposiciones, opinan: “Los apellidos se mantienen invariables cuando designan a los miembros de una misma familia: Mañana cenamos en casa de los García; Los Alcover se han ido a vivir a Quito. Cuando se emplean para designar un conjunto diverso de individuos que tienen el mismo apellido, el uso vacila entre mantenerlos invariables o añadirles las marcas propias del plural de acuerdo con su forma. La tendencia mayoritaria es mantenerlos invariables, sobre todo en el caso de apellidos que pueden ser también nombres de pila, para distinguir ambos usos: Los Alonsos de mi clase son muy simpáticos (nombre de pila) y Los Alonso de mi clase son muy simpáticos (apellido); o cuando se trata de apellidos que tienen variantes con -s  y sin -s,  como Torre(s), Puente(s) o Fuente(s): En mi pueblo hay muchos Puente (gente apellidada Puente) y En mi pueblo hay muchos Puentes (gente apellidada Puentes). Salvo en estos casos, los que terminan en vocal admiten con más naturalidad las marcas de plural que los que acaban en consonante: En la guía telefónica hay muchísimos Garcías (pero también hay muchísimos García). Los apellidos que acaban en –z,  se mantienen siempre invariables: los Hernández, los Díez.

 

Los plurales de las letras son: aes, ees, íes, oes, úes.

 

Los plurales de los números son: unos, doses, (doces es de doce), treses (treces es de trece), cuatros, cincos, seises, sietes, ochos, nueves, dieces.

 

 

APÓCOPE:

Es la pérdida del final de una palabra. Ejemplos: santo, se apocopa en san; primero, en primer;   tanto, en tan, etc.

 

APOSICIÓN:

 

En gramática es el empleo de un sustantivo (con modificadores o sin ellos) a continuación de otro para precisar o explicar mejor el sentido del primero. Pueden ser de distinto género y número; se yuxtaponen o se juntan sin ningún elemento de enlace (v.). Sin embargo, cuando se trata de ciudades, meses o años se usa la preposición o elemento de enlace ‘de’, ejemplos: ciudad de Bogotá; el mes de febrero; el año de 1999.

Ejemplos de sustantivos en aposición: Don Carlos, caballero intachable, vive en Medellín, la bella villa. Helena, esposa de Paris, desató la guerra de Troya. El conde lloraba ante su destruido castillo, ruinas de su pasada grandeza. Mi nieto Camilo y mi ahijada Sara estudian inglés. Colón descubridor fue valiente; Carlos emperador reinó bien.

El sustantivo en aposición concierta con la palabra u oración a que hace referencia.

 

APÓSTROFE:

 

No debe confundirse con el vocablo ‘apóstrofo’ (v.) de igual origen griego, aunque ambas tengan en común el verbo derivado ‘apostrofar’.

El apóstrofe o la apóstrofe (admite ambos géneros, pero se da preferencia al masculino) es una figura retórica que consiste en cortar de repente, el que habla, el hilo del discurso o la narración, bien sea para dirigir la palabra con vehemencia en segunda persona a una o varias presentes o ausentes, vivas o muertas, a seres abstractos o a cosas inanimadas, o bien para dirigírsela a sí mismo en iguales términos; ejemplo de esta figura retórica:: “Ven, ángel de la muerte, / esgrime la fulmínea espada.” (A. Lista)

 

APÓSTROFO:

 

Es un signo ortográfico consistente en una virgulilla colocada a la mayor altura de los palos de las letras (‘), cuya finalidad es marcar la suspensión o elisión de una o más letras. Como la elisión no tiene hoy cabida en español (a no ser en el habla vulgar =  pueblo), el apóstrofo no tiene casi uso en nuestra lengua.

Antiguamente se empleaba con el ya expresado fin, y hoy vuelve a usarse en algunas reimpresiones de obras antiguas donde se había sustituido por la soldadura de las palabras, ejemplos: d’este, deste (de éste); d’aquel daquel (de aquel), d’ello dello (de ello).

 

APRECIATIVOS:

 

Los apreciativos son los formantes facultativos comunes al sustantivo y al adjetivo que la gramática tradicional llama aumentativos (v.), diminutivos (v.) y despectivos (v.). En este caso, no indican tamaño; estos formantes facultativos sirven como índice de la afectividad del hablante (o de quien escribe), para expresar lo negativo o lo positivo de su afectividad según el aprecio que tenga del nombre al cual se añade el formante facultativo.

Estos elementos apreciativos se juntan a los sustantivos y a los adjetivos; pero, algunas veces pueden añadirse a los adverbios, como cuando decimos: de mañanita, cerquita, lejotes.

Los formantes o apreciativos han servido, algunas veces, para formar nuevas palabras, como: paño/pañuelo; paño/pañoleta; dulce/dulcero; dulcero/dulcería, etc.

 

 

ARCAÍSMOS:

 

Son las palabras, frases o maneras de expresión, ya anticuadas o en desuso. Hay dos clases de arcaísmos: la de los que designan cosas que han dejado de usarse, y la de los que han dejado de designar cosas que todavía se usan. Su empleo constituye un vicio del lenguaje. Ejemplos:

Agora = ahora;  magüer = aunque;  vía = veía;  facer = hacer;  truje = traje;  fuerdes = fueres;  vierdes = vieres;  home = hombre;  ansí = así;  naide = nadie;  topar = encontrar;  pañar = coger   deshacellos =  deshacerlos

 

ARGOT:

 

 El argot y la jerga son sociolectos (v.)

El Diccionario de la Real Academia Española –DRAE- trae el mismo significado para jerga y argot:

“Lengua especial y familiar que usan entre sí los individuos de ciertas profesiones y oficios como toreros, estudiantes, etc. (v.  Jerga)...

 

ARMONÍA EN EL LENGUAJE:

 

La armonía radica en el sentido musical de las palabras y de las frases, y en el arte de combinarlas de un modo agradable al oído. La armonía es el exquisito secreto de los grandes escritores. Según el crítico Albalat, la armonía “se funda en el genio de la lengua, en las exigencias del oído”.

La estilística recomienda: “Hay que abstenerse de toda la rudeza en el sonido, de todo tropiezo, de toda disonancia muy marcada, salvo, que para mantener estos sonidos o palabras, haya razones de relieve, de originalidad u otros motivos de belleza literaria.”

La armonía se consigue eligiendo cuidadosamente las palabras, sustituyendo las ásperas al oído por otras que expresen la misma idea y sean melodiosas y suaves; evitar las palabras de igual terminación; distribuir las pausas de modo que obedezcan a cierta proporción musical.

Debe tenerse en cuenta al escribir, no terminar una frase con la expresión más corta. Los principales errores contra la armonía del lenguaje son la cacofonía (v.:) y la monotonía (v.:).

 

ARTICULACIÓN DE LOS FONEMAS DEL ESPAÑOL:

 

Por su modo de articulación:

Es decir, la manera como tiene que salir el aire que sirve de medio para conducir la onda sonora; según esto, los fonemas del idioma español se dividen en vocales y consonantes.

En las vocales, el aire sale sin interrupción, con mayor o menor estrechez, lo que determina su división en:

Cerradas: /i/,  /u/

Abiertas: /a/,  /e/,  /o/

 

En las consonantes el aire encuentra una interrupción, que a veces es una simple estrechez del canal de salida del aire, hecho que las clasifica en:

 

Oclusivas:

Se llaman también explosivas, porque después de la obstrucción el aire sale bruscamente. Son: /p/,  /b/,  /t/,  /d/,  /ch/,  /k/,  /g/ . llamadas: oclusivas orales. En las oclusivas nasales el aire sale por la nariz o cavidad nasal. Son: /m/,  /n/,  /ñ/.

 

Fricativas:

En ningún momento se cierra completamente el canal de salida del aire, aunque puede estrecharse sensiblemente. Las fricativas son: /f/,  /z/,  /s/,  /y/,  /x/

 

Africadas:

El aire vence rápidamente la oclusión u obstrucción, por tanto, hay una interrupción seguida de una fricación inmediata. Son:  /c/,  /j/

 

Laterales:

Hay oclusión en el centro del canal de salida del aire, pero éste sale por un lado de la boca, o por los dos, en forma continua. Son:  /l/,  /ll/

 

Vibrantes:

El paso del aire se interrumpe momentáneamente y la lengua vibra una sola vez como en /r/,  o vibra varias veces como en /rr/

 

Por su punto de articulación:

Otra posibilidad de clasificar los fonemas es teniendo en cuenta su punto de articulación. Algunos gramáticos afirman que es más adecuado decir lugar de articulación.

Según este aspecto, se dividen en:

 

Bilabiales:

Con los dos labios:  /p/,  /b/, (= /v/), /m/

 

Interdentales:

Con la lengua entre los incisivos: /z/,  /c/ (ce, ci)

 

Alveolares:

Con la lengua y los alvéolos superiores: /n/,  /s/,  /l/,  /r/

 

Palatales:

Con la lengua en el paladar: /c/,  /ch/,  /ñ/,  /y/,  /ll/

 

Velares:

Con la lengua en el velo del paladar: /k/,  /x/,  /j/,  /g/,  /q/

Labiodentales:

Labio inferior y dientes superiores.  /f/

 

Dentales:

Con la lengua y los dientes superiores: /t/,  /d/

 

La H (hache) no corresponde en español a ningún fonema, es muda. La X  (equis) no es un sonido sino una grafía para representar los sonidos de: KS, GS. Se pronuncia como S (ese) cuando va seguida de consonante.

 

Sonoridad y sordez de los fonemas españoles:

 Son fonemas sonoros  todas las vocales y las siguientes consonantes: /b/,  /d/,  /g/,  /m/,  /n/,  /ñ/,  /l/,  /ll/,  /y/,  /r/,  /rr/

Las demás consonantes son sordas.

Hay fonemas que se representan con varias letras o grafemas, como:  /b/ = b, v, w;   

/k/ = k, q, c (ca, co, cu);     /s/ = s, c (ce, ci)

Hay letras simples que representan dos fonemas: x = /k/, /s/; o también: /g/, /s/

Algunos fonemas simples se representan por medio de signos compuestos, como: ch, ll; a estos, los lingüistas los llaman digramas o dígrafos.

 

ARTÍCULO

 

Debe su nombre al carácter de unión o articulación, y sirve para aislar a un individuo o individuos entre los demás de su especie. El artículo determinado admite las fórmulas: el, la, lo para el singular, y los, las para el plural.

Los artículos que la gramática tradicional llama determinados (el, los, la, las) e indeterminados (un, unos, una, unas), los gramáticos modernos los llaman morfemas que cumplen la función de determinantes del nombre o sustantivo. No es lo mismo decir: te entregué un  libro, que:  te entregué el libro  Compró libros, que compró los libros.

El artículo se antepone al nombre para anunciar su género, su número y su función gramatical.

Dice Andrés Bello: “En general, los nombres propios de naciones o países de alguna extensión pueden usarse con artículo o sin él, al paso que los de ciudades, villas, aldeas lo rehúsan. Pero son muchas las excepciones. Algunos como Venezuela y Chile no lo admiten, y en este caso se hallan los países que tienen capitales homónimas, como Méjico. Hay países, ciudades y aldeas que generalmente llevan el artículo: el Japón, el Brasil, el Perú, el Cairo, la Meca, la Habana, el Callao, la Guajira, el Toboso.”

“Los nombres propios de mares, ríos y lagos llevan de ordinario el artículo: el Océano, el Támesis, el Mediterráneo, el Magdalena, el Pacífico, el Patía, el Cauca”.

 

ARTÍCULOS CONTRACTOS:

 

El artículo ‘el’ precedido de las preposiciones ‘a’ y ‘de’ se convierte en ‘al’ y ‘del’ respectivamente, formas que se denominan ‘artículos contractos’ o ‘contracciones’.. Ejemplos: van al (a el) campo; vienen del (de el) colegio.

No existe la contracción cuando el artículo forma parte del nombre completo de una ciudad, una razón social, un periódico, un libro, etc. Ejemplos: voy a El Tiempo; vengo de El Colombiano; él viajó a la ciudad de El Cabo; todos los alumnos leyeron el primer capítulo de El Túnel. (v. contracción).

 

ARTÍCULO:

 

Un artículo no es más que un comentario (v.) en primera persona, con la responsabilidad de una firma. En cambio, los comentarios “editoriales” normalmente no se firman.

 

ASÍNDETON:

 

En el campo de la estilística se estudian las figuras literarias (v:) o recursos estilísticos. En el grupo de las figuras de dicción está la llamada asíndeton que consiste en suprimir las conjunciones para dar concisión y rapidez a la expresión. Ejemplos:

 

a)“Acude, corre, vuela, traspasa la alta sierra, ocupa el llano.” (Fray Luis de León)

 

b)“El más lejano, el más desconocido,

el más pequeño, el más desventurado,

el más abandonado, el más vencido.” (Francisco Luis Bernárdez)

 

ASONANCIA:

 

Es la igualdad de los sonidos vocálicos a partir de la última vocal acentuada en dos o más versos; en la poesía está muy bien. Algo muy diferente ocurre en la prosa, porque en ésta la asonancia se constituye en un vicio de dicción (v. dicción, vicios de), ya que es innecesaria y molesta. Entre la gente de baja y mediana cultura se le llama prosa rimada; insoportable al oído. No es adecuado presentar ejemplos de errores, pero se hace la excepción para que se vea lo ridículo que es la asonancia en la prosa: La voz de un viejo entonaba un cantar y la rueda de un enorme molino resonaba detrás.

 

ASTERISCO:

 

Es una estrellita (*) que acompaña a ciertas palabras del texto, como llamada a una nota que al pie de la página o en otro lugar del libro va encabezada con el mismo signo. A veces, con igual fin, se emplean letras, números, cruces o dagas, etc.

 

ATLAS LINGÚÍSTICO:  (v. mapa lingüístico)

 

ÁTONAS:

 

Son las palabras que no llevan acento prosódico (v acento), ejemplos: me dicen; la cuenta. Los vocablos me y la apoyan su acento en las palabras siguientes. Únicamente pueden ser átonas las palabras monosílabas (artículos, algunos pronombres, algunos posesivos, preposiciones y conjunciones.

 

 

AUMENTATIVOS:

 

Vocablos que añaden al nombre o sustantivo la noción de gran tamaño. Se logra este concepto añadiendo los sufijos o morfemas: ón, azo,  acho,  ote. y sus femeninos correspondientes. Ejemplos: hombrón, caserón, gigantazo, grandote, vivaracho, bobalicón, perrote.

A las terminaciones aumentativas que usamos de manera concreta, agregamos frecuentemente ideas de  tosquedad, fealdad, frivolidad, desprecio o burla (pobretón, bobalicón). Todas estas expresiones son ajenas al estilo elevado, mientras estén indicando estas ideas accesorias. Son los aumentativos que el filólogo Andrés Bello llama apreciativos (v.)

El sufijo ote en la palabra islote depone la significación de aumento y expresa lo contrario. Algunos aumentativos lo son sólo de forma, puesto que disminuyen la significación del sustantivo; estos son ejemplos dados por el gramático Pérez-Rioja:; rabón (perro sin rabo); lanzón (lanza pequeña); pelón (sin pelo). En estos casos, indican la carencia o privación de lo que parecen aumentar.

Son notables los diminutivos: todito, nadita, que no alteran en manera alguna la significación de todo, nada, y sólo sirven para acomodarlos al estilo familiar. (v. t.: sustantivos).

 

AUN:

 

Lleva tilde diacrítica (v. acento) cuando es adverbio y significa ‘todavía’, ejemplo: no han llegado aún. Se escribe sin tilde cuando es conjunción y significa ‘incluso’, ‘inclusive’; ejemplo: habla tan alto que aun los sordos la oyen-

Aun  cuando:  Es una conjunción concesiva (v. conjunciones). Se emplea para introducir una oración adverbial concesiva, ejemplo: aun  cuando quisiera, no podría hacerlo.

 

 

 

B

 

 

 

B:

 

Segunda letra del abecedario español y primera de sus consonantes. Su nombre es be. Se pronuncian de la misma manera la be y la uve. Ambas (b, v) son bilabiales. (v.)

 

BAJO:

 

Es una preposición. Las preposiciones son elementos de enlace. ‘Bajo’ significa lo mismo que debajo de: situación inferior, sujeción o dependencia de una persona o cosa respecto de otra. Ejemplos: los pobres duermen bajo el cielo. La temperatura está a  3 grados bajo cero.

En sentido figurado, alude a dependencia, sometimiento; por ejemplo: se encuentra bajo la autoridad de su hermana.; acepto el negocio bajo ciertas condiciones

Cuando se usa la expresión  bajo la base, es mejor emplear la preposición  sobre

Se emplea incorrectamente la preposición bajo en estas expresiones: El acusado debe ser condenado bajo lo prescrito en el código penal. El actor reclama sus derechos bajo lo dispuesto en el código civil. La protección fue otorgada bajo los preceptos legales.

Dichas expresiones son anglicismos usados frecuentemente. Debe emplearse otra forma: el acusado debe ser condenado de acuerdo con lo prescrito en el código penal. El mismo cambio debe hacerse en las demás oraciones.

Bajo ese punto de vista es otra expresión que debe cambiarse por desde; ejemplos: Lo valora desde el punto de vista político. Visto desde otro punto de vista, tiene mayores inconvenientes.

 

BARBARISMO:

 

Vicio del lenguaje que consiste en pronunciar o escribir mal las palabras, o en emplear vocablos impropios. Barbarismo viene de “bárbaro” que en griego significa “extranjero”. Fundamentalmente consiste en el uso de palabras extrañas al idioma propio. Los barbarismos se dividen en muchas clases, según el idioma del país de procedencia del vocablo extraño: galicismos (del francés) (v.), anglicismos (del inglés) (v.), italianismos (del italiano) (v.), etc.

La Academia Española clasifica como barbarismos:

Las faltas de ortografía.

Las acentuaciones erróneas, como cuando se dice méndigo en lugar de mendigo

Las formaciones erróneas, como: haiga en lugar de haya.

Los extranjerismos, cuando ellos no han sido aceptados por dicha Academia.

Los nombres extranjeros pronunciados conforme a su nombre originario cuando tienen nombre en español: Brutus en lugar de Bruto; London en lugar de Londres.

Los arcaísmos: pañar, truje, asaz, topar, etc.

Los vocablos nuevos contrarios a la índole de nuestra lengua, como: el accionar; conversación puntual; dar coloridad.

 Las palabras usadas indebidamente, como: desapercibido por inadvertido; bajo esta condición en lugar de:  con esta condición

Cuando el barbarismo se comete en la sintaxis (v.) se llama solecismo (v.).Lo correcto es decir y escribir: vaso de agua, vaso de leche, olla de presión, fogón de petróleo, tú y él iréis a cine, etc., lo contrario es incorrecto y se comete el solecismo.

También hay barbarismos fonéticos cuando se pronuncian mal estas palabras correctas: escena, ácido, alicates, autenticar, halar, antediluviano, denme, córranse, pasear, licua, licuo (sin tilde), madrastra, cónyuge, digresión, diabetes, orfanato, etc.

 

BEHAVIORISMO:

 

(De ‘behaviour’  = conducta) Se llama novela behaviorista la que tiene por tarea principal reflejar conductas humanas, sin que el autor haga reflexiones por su cuenta; deja al lector en libertad de  sacar del relato las conclusiones que quiera.

El behaviorismo no es información, ni diálogos triviales e insustanciales. Al novelista se le exige que sepa hacer hablar a sus personajes para que el diálogo sea revelador de conductas humanas.

La novelas behavioristas más leídas son las escritas por Hemingway, Sartre, Faulkner, etc.

También en lingüística aparece el término behaviorismo. Dentro del estructuralismo (v. gramática estructural), el llamado Distribucionalismo americano de Bloomfied y Harris se caracteriza por el behaviorismo: el lenguaje es un comportamiento más o conducta  y obedece a las leyes estímulo-respuesta-esfuerzo.

 

BILABIAL:

 

En fonética (v.) es una consonante cuya articulación consiste en una unión o un acercamiento de ambos labios. Las consonantes bilabiales son:  /b/,  /v/,  /p/, /m/

 

BIOGRAFÍA:

 

Es una de las formas de la narrativa, y consiste en que  alguien que conoce, o se ha documentado muy bien sobre el tema, escribe la vida de una persona. Por eso se ha definido la biografía como: estudio de un personaje. Los datos biográficos  deben reflejar el temperamento, carácter y modo de ser del biografiado.

Una biografía exige dominar el arte narrativo, la descripción, el diálogo, la técnica informativa, etc.  Además, se necesitan estudio y documentación (entrevistas o archivos), lo mismo que anécdotas auténticas. La biografía consta de introducción, cuerpo y final.

En la biografía es preciso que los hechos hablen para que el lector ‘vea’ al biografiado tal como es (o fue) en su vida. No adjetivar, sino demostrar con hechos reales que la o el biografiado era así: bueno, inteligente, trabajador, jocoso, etc. Que en la biografía se ‘vean’ esas características al exponer hechos reales.

Han sido grandes biógrafos: Emil Ludwig, Stefan Zweig, André Maurois, Romain Rolland, Gregorio Marañón.

En Colombia se han distinguido en el género biográfico: José Manuel Restrepo, José Manuel Groot, Joaquín Posada Gutiérrez.

 

BISÍLABA:

 

Es la palabra de dos sílabas; también se le llama disílaba, ejemplos: casa, bajar, llegar, etc.

En teoría literaria se llama bisílabo al verso que sólo tiene dos sílabas.

El siguiente poema de Rubén Darío es una muestra:

 

¿Viste               como él,

triste                  sufro

sol?                    mucho

¡Triste                yo!

 

BREGAR:

 

Es un verbo regular de la primera conjugación; a veces, se confunde con el verbo fregar, éste sí, irregular. (v.t.: Verbo, otros verbos irregulares de uso común al hablar y escribir)

 

 

BREVEDAD:

 

.Es una de las condiciones del bien escribir y del buen hablar. Ser breve no significa ser lacónico.(v. laconismo). La brevedad consiste en expresar el máximo de ideas con el mínimo de palabras.

 

 

 

C

 

 

C:

 

Tercera letra del abecedario español y segunda de sus consonantes. Su nombre es ce. Ante las vocales /e/,  /i/ (cena, cifra) tiene un sonido interdental como de /z/ (en España) o de /s/. Frente a las otras letras tiene una articulación velar, oclusiva y sorda (cama, coco, cupo, clima, crema, criba, acto, efecto, octavo). Como letra numeral  (C) tiene el valor de ciento en la numeración romana.

 

CABE:

 

Es una preposición o elemento de enlace que significa junto a, cerca de. Ejemplo: caminó hasta llegar cabe un río adonde había una barca. Es una preposición anticuada que se usa en literatura como arcaísmo deliberado, por eso aparece muy pocas veces en el lenguaje literario, es más común usarla en poesía.

 

CACOFONÍA:

 

Es uno de los errores contra la armonía del lenguaje. Consiste en la repetición desagradable de sonidos iguales o semejantes. Ejemplos: El rigor abrasador del calor.  La carretilla de Carlos no cabía en la cabina. Este penoso penar  Percibió el peligro de la penetración de enemigos entre su personal.

 

 

CAMBIOS SEMÁNTICOS:

 

A medida que la cultura y la historia dejan atrás las cosas viejas, al salir ellas del ambiente del tiempo presente se olvidan, y van saliendo sus nombres del lenguaje usual.

A cambio de perder las palabras que designan cosas y acontecimientos antiguos, el vocabulario aumenta a causa del adelanto de las ciencias y de las nuevas circunstancias que van apareciendo. El continuo progreso va añadiendo de día en día más voces a la lengua. Antes se hablaba de calzas (calzones), de pellizones (pieles de armiño como capas) velmezes (ropa acolchada), etc. son los llamados arcaísmos (v.).  Hoy se habla de: televisión, computador o computadora, supermercado, alunizaje, autoservicio, hipertexto, multimedia, etc. son los llamados neologismos. Hay, pues, cambios semánticos por CAUSAS HISTÓRICAS

También ocurren cambios semánticos por CAUSAS SOCIALES: un objeto o un hecho recibe varios nombres de acuerdo con el lugar; en cada ciudad se les conoce con un nombre diferente. El pueblo cambia la lengua según sus gustos. Alguna vez a un caballo muy flaco, alguien lo llamó famélico, es decir, hambriento; la expresión se extendió, entró a la corriente del lenguaje, y después de sufrir muchos cambios, vino a parar en jamelgo. A alguien se le ocurrió decir: a ese hombre, el niño lo descalaveró (de calavera) para expresar: le rompió la cabeza. El verbo ligeramente modificado se usa como descalabrar.

Hay también CAUSAS SICOLÓGICAS del cambio semántico porque las palabras son el reflejo de los sentimientos. De dos maneras se logra la intensidad de la emoción, causando así cambios en la semántica:

Por la exageración, llamada en estilística hipérbole.(v.)  Aparecen expresiones como: está muerto de miedo; lo oyen hasta los sordos; tan flaco como un suspiro.

Por la repetición de términos aparecen frases como éstas: ¡Te quiero tanto, tanto!  ¡Eso fue horrible, horrible!  ¡Malo, muy malo!

Las expresiones de afecto han creado multitud de términos llamados hipocorísticos (v.)

 

CAMPO SEMÁNTICO:

 

Está formado por palabras diferentes que corresponden a una misma idea. Ejemplos:

1)  Camisa, saco, blusa, falda, pantalón (campo semántico de vestido).

2)  Mangos, naranjas, uvas, papayas, melón (la idea es de frutas).

3)  Sala, comedor, alcoba, cocina, baños (la idea es de habitación)

4)  Abuelo, hijo, suegro, esposa, tío, hermanos, biznieta (la idea es de parentesco).

5)  Colina, cerro, golfo, páramo, volcán, nevado (la idea es de accidentes geográficos).

6)  Borrasca, brisa, rayo, relámpago, granizo (la idea es de accidentes atmosféricos).

7)  Tobillo, nuca, mejilla, pierna, cabeza, sien, dedos (la idea es de cuerpo humano). 

 

CARICATURA:

 

Dentro del estudio de los recursos estilísticos, (v. figuras literarias) en el grupo de las ‘figuras oblicuas o intencionales’ está la llamada ´caricatura’ que consiste en hacer una exagerada descripción del físico, o del aspecto moral, o del carácter de una persona. Ejemplo:

“Era de una delgadez que daba escalofríos; altísimo de estatura, y hubiese sido más alto si el busto, de repente, como si estuviera cansado de crecer grácilmente hacia arriba, no se hubiera curvado bajo la nuca, formando una discreta joroba, de la cual parecía salir penosamente el cuello, como el de un pollo desplumado, con una gran nuez protuberante que le iba arriba y abajo.” (Luigui Pirandello). (v. t.: descripción)

 

 

 

CASO:

 

En gramática se denomina caso la expresión del oficio que desempeñan en la oración algunas de las partes de dicha oración. También se da este nombre a la determinada situación y circunstancia en que está una palabra con respecto a otras.

Casos adverbiales, por ejemplo, son los que expresan la relación del nombre o sustantivo con un verbo.

Los Casos gramaticales son: nominativo (el sujeto; realiza la acción: Luis canta), genitivo (cuando se indica la materia de que está hecha una cosa, su origen o pertenencia; es el llamado complemento nominal, ejemplos: mesa de metal; casa de Luis), dativo (complemento indirecto; recibe indirectamente la acción del verbo: compró un libro para Luis), acusativo (complemento directo; recibe directamente la acción del verbo: miró a Luis), ablativo (complemento circunstancial que puede ser d lugar, de tiempo, de modo, etc.: Luis estudia en la biblioteca; Luis viene el lunes; Luis escucha con atención; Luis lo derrotó con las armas), vocativo (expresa al ser a quien se dirige la palabra (¡Luis, escúchame!).

. En resumen, el nombre o sustantivo en la oración puede estar:

1. En nominativo; dicho de otro modo: es el sujeto de la oración, realiza la acción.

2. En acusativo; es decir, es el complemento directo de la oración, recibe la acción del verbo.

3. En dativo; es el complemento indirecto de la oración, recibe indirectamente la acción.

4. En genitivo; cuando está indicando la materia, su origen, pertenencia, etc.

5. En ablativo; es el complemento circunstancial de la oración; complementos que pueden ser de modo, de tiempo, de lugar, de instrumento, etc.

6. En vocativo cuando se dirigen al sustantivo, le hablan a él. (v. t.: complementos del verbo)

 

Veamos este cuadro que completa los conceptos anteriores:

 

Oficios del sustantivo:      Caso que le corresponde:       Preposición que puede llevar:

 

Sujeto                                         Nominativo                Ninguna  (casa)

Complemento nominal              Genitivo                     De  (casa de madera)

Complemento directo                Acusativo                   A,  o  ninguna  (pinto la casa)

Compl. Indirecto                         Dativo                        A, Para, ninguna (adornos para

                                                                                           La casa)

 

Compl. Circunstancial             Ablativo        Cualquiera,   ninguna  (cerca de  La casa)

 

CASTELLANO:

 

En la región cántabra (España) que por estar tan fortificada se llamaba Castiella y, luego, Castilla, se produce una lengua que se diferencia marcadamente del resto de los romances hispánicos. En ese idioma llaman la atención la novedad y la audacia de la fonética la que simplifica muchas formas gramaticales; este idioma de Castilla es de una gran claridad acústica, determinada por la abundancia de las vocales simples, especialmente la A, que da una rotunda musicalidad.

De ser el idioma de un condado dependiente de León, pasa a ser el eje conductor de la Reconquista y el creador de la España unificada. Dice el gramático Guillermo Díaz-Plaja. ”He aquí por  qué hoy llamamos español al humilde romance surgido entre los riscos de Cantabria.”

Terminado el período de forcejeo con las demás formas lingüísticas peninsulares, el romance castellano alcanza su período de madurez lingüística hacia los siglos XVI y XVII, y se convierte en el lenguaje cultural y literario de España, empezando por Cataluña que, a partir del poeta Juan Boscán, adopta el castellano para sus producciones.

El castellano era la lengua “compañera del Imperio” de Fernando e Isabel (los reyes católicos), y al igual que el Imperio, la lengua empezaba a extenderse por los nuevos dominios de España. En América, sobre  todo, recibió muchos vocablos de las lenguas indígenas: aymará (Bolivia), quichua (Perú), araucano (Chile), guaraní (Paraguay), nahuatl (México).

En la historia del castellano se destaca la presencia de Carlos V, flamenco de nacimiento, coronado Emperador: Carlos I de España y V de Alemania. Cuando éste llegó a España, ignoraba el castellano, pero tuvo la resuelta voluntad de imponerlo como idioma oficial a todos los límites de su Imperio; lo exigió a los príncipes alemanes; hizo que sustituyera el latín en las Cancillerías; a poco se convirtió en la lengua diplomática de Europa. En este momento histórico, el castellano, un idioma de provincia, pasa a ser español, idioma de un Imperio y sus dominios.

 

CECEO:

 

Es un fenómeno fonético que consiste en cambiar el sonido de S (ese) por el de C (ce) o Z (ceta). Es una forma de pronunciar muy común en Andalucía (España).

 

CEDILLA: Ç

 

Es un signo ortográfico formado por una  c  y  una virgulilla (‘) unida al extremo inferior de la c; un signo que en el español medieval y clásico, lo mismo que en otras lenguas, representa ante las vocales ‘a’, ‘o’, ‘u’ el mismo sonido que la ‘c’ tiene delante de ‘e’, ‘i’

 

CIENTO, CIEN:

 

Se dice y se escribe ‘ciento’ cuando no va delante de un sustantivo. Se dice y se escribe ‘cien’ cuando va delante de un sustantivo, ejemplos: es la alumna número ciento; es de lana ciento por ciento; todo está rebajado ciento por ciento; hay cien personas; caben cien trabajadores.

Lo mismo ocurre con las palabras ‘primero’ y ‘tercero’, ejemplos: entre los alumnos, Luis es el primero y Jorge el tercero. María ocupa el primer puesto. Se sentó en el tercer escalón.

No ocurre cuando primero y tercero están delante de un sustantivo femenino en donde no se apocopan, ejemplos; María ocupa la primera mesa y Olga se sienta en la tercera silla.

 

CIRCUNLOCUCIÓN:

 

Llamada también perífrasis. Forma parte de las expresiones con sentido figurado. Las raíces: circun y peri significan “alrededor”; y las raíces: locución y frasis equivalen a “frases”. La perífrasis o circunlocución da un rodeo para expresar la idea, valiéndose de algún atributo o cualidad del asunto en cuestión. Ejemplos de circunlocución: El Divino Maestro (Jesucristo); La Madre Patria (España);  El Descubridor del Nuevo Mundo (Cristóbal Colón); La Perla de las Antillas (Cuba); La última hora (la muerte); La Ciudad Eterna (Roma).

 

CLARIDAD EN EL LENGUAJE:

 

A través de la expresión, las ideas deben ser fácilmente perceptibles. El estilo es claro –dice el escritor español Azorín- si lleva rápidamente al lector (u oyente) a las cosas, sin detenerse en las palabras.

Si el estilo explica fielmente y con propiedad la idea o el sentimiento, es un buen estilo, es un lenguaje claro.  “La difícil sencillez es el don supremo del arte”.(v. t.: estilo, cualidades)

La claridad se obtiene aplicando correctamente las reglas gramaticales, sintácticas y estilísticas. Toda palabra debe ir en el lugar que más claramente haga ver la idea a que se refiere, y la significación e importancia que tenga el pensamiento, pues la oscuridad del escrito nace generalmente de la mala elección y colocación de las palabras.

“Entre dos explicaciones, elige la más clara; entre dos formas, la elemental; entre dos palabras, la más breve. La sencillez y la claridad exigen tiempo para estar de vuelta de muchas complicaciones.”   (Eugenio D’Ors).

(v.t.: estilo, cualidades).

 

CLASES DE ENTONACIÓN:

 

Cada persona tiene una entonación de frases y palabras muy peculiar, la que se acentúa según la región donde viva. Según las normas de la fonética, hay tres clases de entonación; ellas son:

Entonación lógica: Llamada también entonación cerebral; es fría, inexpresiva. Las palabras se pronuncian con el sentido que tienen normalmente, sin producir en el que escucha ninguna emoción, y sin hacerle entender nada diferente a lo que dicen las palabras.

Entonación emocional: Ésta sí es muy expresiva. Busca hacer reaccionar a quienes escuchan. A veces el tono hace cambiar el significado de la expresión entera. Mientras menos culta es una persona, más emocionalmente habla.

Entonación idiomática: Es la entonación ideal, la más correcta. Es el equilibrio entre la entonación lógica y la emocional, propia de las personas que han adquirido gran cultura.

 

CÓDIGOS SEMIÓTICOS:

 

La lengua es un sistema de signos, es decir, un código empleado por una comunidad para expresarse. Pero, además, está el lenguaje, facultad que tiene el hombre para expresar sus pensamientos, y puede hacerlo de muchas maneras, no sólo por medio del idioma. Según la semiología o semiótica (v.), hay varios códigos:

1) El código lingüístico: se da con base en el lenguaje oral-escrito. Es la lingüística que comprende: fonética, fonología, morfología, sintaxis, semántica.

2) El código lógico: empleado en matemática, geometría, etc. Este código nos remite a una realidad percibida y conocida. Son: fórmulas matemáticas, fórmulas químicas, figuras geométricas, lenguaje científico.

3) El código social: nos relaciona con las demás personas. En este código están: señales de tránsito, imágenes kinésicas, juegos, publicidad, propaganda.

4) El código estético: permite que el ser humano exprese lo que siente y piensa por medio de las formas artísticas. Es un código afectivo y subjetivo, propio de cada persona. En éste están: pintura, escultura, música, arquitectura, modelado.

 

COMA:

 

Es uno de los signos de puntuación (v.) referentes a las pausas. Usos:

Separa varios miembros de la misma categoría gramatical dentro de la oración (adjetivos, sustantivos, verbos); ejemplos: Platero es peludo, suave, manso.(J. R. Jiménez)  Las olas van, vienen, hierven, se deshacen en nítidos espumarajos. (Azorín).

No se usa la coma junto con las conjunciones (v.): y, ni, o; ejemplos: es una poesía llena de nostalgias Y anhelos. No le temo a la muerte NI al olvido. O enriqueces tu vida y tu espíritu O te destruyes en la mediocridad.

Separa las oraciones incidentales (v.) o explicaciones dentro de un texto, ejemplos: Colombia, país de contrastes, vive una peligrosa crisis de valores. A don Quijote, abogado de los humildes, jamás lo venció una derrota.

El vocativo (v.) va precedido de coma, o seguido de ella o entre comas, según el lugar que ocupe en la oración, ejemplos: ¡Señores, escuchen!   ¡Cuenta conmigo, Juan!   ¡Enséñame, maestra, el camino de la verdad!

Van entre comas expresiones como: sin embargo, a pesar de, o  sea (es decir), pues, pero, por ejemplo, por tanto, etc., ejemplos: faltó al compromiso, sin embargo, lo perdonaron. Era, pues, una gran dama.

La aposición (v.) va entre comas, ejemplo: Bolívar, Libertador de América, murió pobre y solitario.

En la inversión del orden sintáctico (v.), es decir, en la construcción inversa o figurada, la parte de la oración que se adelanta, va entre comas, ejemplo: en general, los jóvenes son responsables. Oídos los testigos, el juez dictó sentencia.

Separa miembros independientes de un texto, no importa que lleven la conjunción Y, ejemplo: Impuso su criterio, y no nos quedó más remedio que pagar el impuesto.

Separa dos oraciones; la una, afirmativa y la otra, negativa, ejemplo: llamé, y no me respondió.

Al leer, se hacen pausas que no se marcan con comas en lo escrito, son las pausas respiratorias. Otras veces hay en lo escrito comas que al hablar no representan pausas, ejemplos: un brusco corte final de la voz / puede revelar una situación emocional. / La terminación dudosa, / vacilante / puede expresar distintos estados de ánimo. (La barra oblicua señala las pausas que deben hacerse). ¡Ay, ay, ay!      ¡Adiós, amiga! (en estas dos oraciones no hay pausas en las comas).

 

COMENTARIO:

 

Es poner en marcha el pensamiento, razonar sobre lo que acontece. El comentario es la reflexión sobre el mundo, la vida, el entorno. Es el enfoque personal de lo que “está ahí”.

En el proceso del comentario se “descomponen” las cosas para analizarlas mejor, y luego se vuelve al “todo”.  Dicen los especialistas en este aspecto que los dos principios esenciales del comentario son: el análisis científico y la síntesis artística.

Comentar es, pues, interpretar; es convencer con razonamientos, con hechos, con juicios lógicos.

 

Condiciones del comentarista:

Agudeza crítica para distinguir cuáles son los hechos trascendentes que merecen un comentario y no una simple ‘nota’.

Personalidad, es decir, firmeza y convicción de juicio, tener en cuenta que opinar y sugerir son hechos muy delicados. No olvidar que debe orientar de buena fe.

Tener cultura, no erudición. No se convence con datos enciclopédicos porque ellos no forjan opiniones.

Impasibilidad: mantenerse alejado de lo sentimental para lograr llegar a la objetividad de los hechos; conviene no ser impresionable.

Ponderación de criterio: el aplomo moral, la valentía son condiciones precisas para cualquier clase de crítica, tanto si es censura como si es defensa.

Independencia de juicio para no caer en las odiosas alabanzas, en los panegíricos inmerecidos, pero que nacen de ciertos compromisos.

Dotes de maestro: el que comenta, el que forja opiniones debe reunir cualidades de un buen maestro: saber explicar, aclarar e interpretar hechos y circunstancias.

Apreciar los méritos que otras personas no ven y que sean dignos de ser tenidos en cuenta.

Un poco de filosofía para fundamentar sólidamente la posición que se tome.

Ser severo, cortés, alegre, brillante, irónico, serio, audaz, independiente, comprensivo, todo ello según el problema comentado, a su debido tiempo y en servicio a la verdad.

En resumen: el (o la) comentarista debe ser justo, prudente, fuerte y lleno de templanza; el comentario debe apuntar “a los valores reconocidos como fundamentales por la filosofía: Verdad, Justicia y Bien; si se añade Belleza, aún mejor.”

 

Clases de comentarios:

Informativo: en éste, lo esencial son los acontecimientos, sin adornos y precisos. El estilo debe ser narrativo-expositivo.

Interpretativo: además de los hechos, en este comentario se agregan otros elementos –causas o efectos- relacionados con los acontecimientos para evaluarlos a la luz de la razón; este comentario apunta a la comprensión del lector.

Convincente: el comentarista intenta arrastrar al lector, guiarlo hacia la verdad que se impone de manera indiscutible.

Inductivo: es el más eficaz de los comentarios, pero al mismo tiempo, el más difícil. Para inducir al lector a la acción, hay que poner en juego la psicología: el instinto, el sentimiento, los intereses y las convicciones del lector; es decir, hay que mover la voluntad.  Un especialista en esta materia, B. Mostasa, afirma que el comentario inductivo resume todos los otros y es el más efectivo de todos.

 

COMILLAS:

 

Un signo ortográfico que, bien empleado, sirve:

Para destacar una palabra o una frase; pero, es un signo del que no conviene abusar, ante todo por razones de estética tipográfica.

Para destacar una cita o una frase reproducida textualmente, ejemplo: César, antes de pasar el Rubicón, dijo: “¡La suerte está echada!”

Cuando se quiere dar cierto énfasis a una palabra, o, simplemente, un sentido irónico, ejemplo: Nunca ella recibió un ataque tan “caballeroso” como el que acaba de hacerle el “digno” interlocutor.

Cuando se escribe una palabra nueva (neologismo) no aceptada aún por la Real Academia de la Lengua, o una poco conocida, ejemplo: Un comentarista habla de lo que son en Colombia la “meritocracia” y la “amigocracia”.

El peligro de las comillas está en el abuso, porque, así, el signo pierde fuerza y acaba por ser insignificante.

 

COMPARACIÓN:

 

Recurso literario (o figura literaria) llamada también símil. Con este recurso estilístico se muestra la semejanza que tienen entre sí dos objetos. Lleva expresos los términos comparativos: “cual”, “como”, “tal como”, a semejanza”, etc. Ejemplo:

 

Dulce como el arrollo soñoliento,

mansa como la lluvia distraída,

pura como la rosa florecida

y próxima y lejana como el viento.

 (‘Soneto enamorado’.)-

Francisco Luis Bernárdez  (argentino  1900-1978)

 

COMPETER, COMPETIR: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso frecuente).

 

COMPLEMENTO AGENTE: (v. Oración, oraciones de pasiva)

 

COMPLEMENTOS DEL VERBO:

 

El verbo es la palabra que más complementos admite o exige. Ellos pueden ser:

Un adjetivo usado como adverbio: él canta alto. Necesitamos ver claro.

Un adverbio o una locución adverbial (o sintagma adverbial): Aquí yace el poeta. Tú vives lejos. Andamos a oscuras. Ese hombre golpea a diestro y siniestro.

Un sustantivo o pronombre con preposición o sin ella: Amo a Dios. Tú amas mis poemas

Otro verbo en infinitivo o en gerundio: Quiero aprender: Leo para saber. Vino corriendo. Llegó llorando.

Una oración entera: Quiero que vengan mis amigos. Jesús dijo: “amaos los unos a los otros”

Entre los complementos del verbo, los de  más importancia son:

 

Complemento directo:

La significación de muchos verbos es incompleta: decir que Pedro perdona es no decirlo todo; hay que preguntar ¿a quién perdona? o ¿qué perdona?, para responder: perdona a su amigo; perdona los insultos. La persona o cosa que recibe la acción del verbo es el complemento directo. También se le conoce con el nombre de objeto directo.

 

Cómo distinguir el complemento directo:

Anteponer el artículo neutro  lo junto al participio del verbo e identificar la expresión con el complemento. Ejemplo: Nosotros estudiamos inglés; ¿qué es lo estudiado? Inglés.

Preguntar al verbo: ¿qué?. Ejemplo: ¿qué estudiamos? Estudiamos inglés.

Poner la oración en voz pasiva (v.) y colocar el complemento directo como sujeto. Ejemplo: El inglés es estudiado por nosotros.

Hay verbos con doble acusativo o complemento directo. Ejemplos: Beatriz enseña literatura (complemento directo: literatura). Beatriz enseña a Luisa (complemento directo: Luisa). Si se juntan estas dos ideas, se tiene el verbo enseñar con doble acusativo o complemento directo: Beatriz enseña literatura a Luisa.

Los verbos que tienen complemento directo se llaman transitivos. Los que no lo tienen se llaman verbos intransitivos, ejemplo: el niño duerme.

 

Complemento indirecto:

Para un sentido pleno de la oración, muchos verbos necesitan este complemento. Decir: Gonzalo dio muerte, es obligar a preguntar: ¿a quién?; respondemos: a un toro. Toro es el complemento indirecto  u objeto indirecto que indica la persona o cosa que recibe la acción del verbo ya completado por el complemento directo; recibe pues, la acción indirectamente.

En nuestro idioma, el complemento indirecto se expresa con las preposiciones a , para. Ejemplos: trae regalos para los niños; hizo una visita a su hermana.

A veces, este complemento indirecto (caso dativo) se expresa, además del nombre de persona, con la preposición a, añadiendo un pronombre. Ejemplos: Gloria le  regaló un caballo a su hijo. El maestro les enseña español a los alumnos.

 

Complementos circunstanciales:

Son los que expresan las distintas circunstancias de la acción del verbo. Utiliza todas las preposiciones según las relaciones que establezca. El complemento circunstancial puede ser:

De lugar: Julia está en el colegio.   De distancia: Medellín está a cincuenta kilómetros. De tiempo: Ella se fue ayer. De modo: Habla en voz baja.  De medio o instrumento: Calmó el dolor con aspirina.  De precio: Lo vender a mil pesos; etc.

 

COMPOSICIÓN:

 

Formación de palabras por composición. De la unión de dos o más palabras simples se forma otra de significado diferente. Esta palabra resultante se llama compuesta. Ejemplos:

Medio+día= mediodía;    mano+obra= maniobra;   casa+quinta= casaquinta

En la composición es de mucho interés el conocimiento de los prefijos (v.), porque las palabras compuestas no sólo se forman de dos o más vocablos, sino también de un prefijo y una palabra. Ejemplos: preconcebido, posponer, indisciplina, descomponer, etc.

Las llamadas preposiciones (v.) hacen el oficio de prefijos cuando se juntan a las palabras. Ejemplos: antejardín, anteponer, trasponer, entretener, aclarar, enlazar, porvenir, sinnúmero, contrasentido, sobresdrújulas,  etc.

Cuando se usan como prefijos toman el nombre de preposiciones impropias o inseparables, según los conceptos de la gramática tradicional.

 

 

COMUNICACIÓN:

 

La comunicación es una necesidad vital para el hombre. La semiología (v.) es la ciencia de la comunicación, estudia la vida de los signos. El signo o señal es un objeto o acto sensible captado por los sentidos que nos comunica una idea (las arrugas en el rostro = edad avanzada; las nubes = lluvia, etc.) ; el signo posee dos planos: el significante y el significado.

El significante  o imagen acústica, se sitúa en el plano de la expresión, es de orden material; está constituido por sonidos, gestos, objetos, etc. Puede decirse que es el ‘nombre’, la imagen acústica. La asociación entre significante y significado es necesaria para todos los miembros de una misma comunidad. La unidad resultante de dicho asociación es el ‘signo lingüístico’

El significado se sitúa en el plano del contenido, por lo que se llama también ‘contenido semántico’ No es la cosa en sí sino su representación mental. Puede decirse que es la idea que nos despierta en la mente el estímulo de escuchar el significante..

Significación es el acto que une un significante con un significado dando como producto el signo y, a la vez, la comunicación.

Para que el proceso de la comunicación se realice, son necesarios:

El emisor (hablante) y el receptor (oyente). También: quien escribe y quien lee.

El mensaje, o sea la información que trasmitimos.

El código o sistema de signos. Predomina en la comunicación el código lingüístico o idioma (v. códigos semióticos). Las vocales y las consonantes son los elementos del código lingüístico. Ese conjunto ordenado de elementos forman las palabras y las oraciones

 

En el proceso de la comunicación son necesarios otros factores:

El contexto situacional o lingüístico: es fundamental en cualquier proceso de la comunicación porque según él, las palabras adquieren diferentes y especiales significados, por ejemplo: algunos vocablos de regiones, cuando se dicen en otras diferentes, cambian su significado.. El conjunto de elementos lingüísticos que acompañan una palabra o una frase, más las condiciones de lugar y de tiempo modifican el acto de la comunicación.

El referente. Es la situación o circunstancia a que hace alusión el mensaje.

El canal. Es el medio escogido para enviar el mensaje (carta, radio, televisión, teléfono, internet, etc.

Información de retorno o retro-alimentación. Es la respuesta del receptor al mensaje enviado por el emisor. (v. t.: códigos semióticos).

 

Barreras de la comunicación:

La comunicación o circuito de la palabra se ve interrumpido con frecuencia por diferentes clases de barreras. Algunas de ellas son:

Las circunstancias fisiológicas como: el sueño, el hambre, el cansancio, la pereza, el frío, el calor la enfermedad, etc.,

Sordera, mal conformación de los labios, de las fosas nasales, etc.

La ensoñación (lo que comúnmente llamamos elevamiento).

Pobreza de léxico: uso de dialectismos y modismos. Mientras más palabras se conozcan y se utilicen, mejor será la comunicación de las ideas y los sentimientos, y disminuirá el peligro de las malas interpretaciones.

Las circunstancias ambientales como el ruido, la mala acústica de los recintos, el sol, la lluvia, etc.

Desconocimiento del código en que se envía el mensaje: el idioma, las señales, los gestos.

Factores psicológicos: prejuicios, nerviosismo, timidez, temor, aversiones, inseguridad, dobles interpretaciones del mensaje (doble sentido), etc.

Impropiedad en el lenguaje, como usar palabras o letras donde no se necesitan (las muletillas, por ejemplo). O suprimir palabras donde sí hacen falta.

Malas condiciones de la voz: deficiencias en la modulación, tono, volumen de la voz. Hay que tener en cuenta que el tono de la voz hace que una expresión suene como un regaño, o un elogio, o una ofensa.

Los defectos físicos: tartajear (cambiar las sílabas), tartamudear (repetir las sílabas).

 

CON:

 

Esta preposición pertenece al grupo de los llamados elementos de enlace.(v.: conectivos).. Esta preposición  indica:

Compañía y concurrencia de personas o de cosas: vino con los amigos. Con verbos de movimiento, puede significar dirección o destino en búsqueda de compañía: La madre lo envió con un pariente que vive en Colombia.

Instrumento, medio o modo: Le dio con la pelota. Estudia con ganas  También puede significar las circunstancias en que se ejecuta o sucede alguna cosa:  Lo miró con rencor. Lo aceptó con ciertas dudas.

Contenido o adherencia: Un gran mercado con todos los productos.

Relación: hable con su médico; converse con ellos.

      De la idea de relación surge la de comparación: sus conocimientos son pocos comparados con los que tiene Manuel.                          

      Y también surge la idea de reciprocidad: negocien unos con otros.

Concesión. En ocasiones equivale a la conjunción adversativa (o concesiva): aunque.       Ejemplos: Con ser Jorge tan antiguo en la empresa, lo ignoran siempre. Con ser tan sagaz, no pudo engañarlos. Es decir: Aunque Jorge es antiguo en la empresa, lo ignoran siempre. Aunque es tan sagaz, no pudo engañarlos.

 

CONCATENACIÓN:

 

También llamada ‘conduplicación’. Es una figura literaria (v.) que se forma por la repetición de palabras; se repite el final de la idea con lo que le sigue, como los eslabones de una cadena, ejemplo: la amistad nos dará comprensión; la comprensión nos llevará a la confraternidad y la confraternidad será fuente de paz.

 

CONCISIÓN: (v.: estilo, cualidades).

 

CONCORDANCIA:

 

Relación existente entre los elementos de la oración; consiste en la igualdad de género y número (y caso) entre el sustantivo, el adjetivo, el artículo y el pronombre. Y en la igualdad de número y persona entre un verbo y su sujeto.

 

 

Casos de concordancia:

El sustantivo con el adjetivo

Concordancia de dos sustantivos

Concordancia de sujeto y verbo

A estos tres casos corresponden tres reglas:

 

Regla 1.  El adjetivo concierta con el sustantivo en género y en número: hombre bueno; mujer buena. Hombres buenos; mujeres buenas.

 

Casos especiales:

Dos sustantivos en singular: el adjetivo concierta con ambos en plural: Luis y Jaime son estudiosos.

Si los sustantivos son de diferente género, el adjetivo concierta en plural y en masculino: el joven y la niña son buenos alumnos.

Las palabras majestad, alteza, excelencia, ilustrísima, señoría cuando son títulos de varones, el adjetivo que los acompaña va en masculino (v. silepsis). Esta concordancia obedece al sentido de la frase. Ejemplos: Su Excelencia es magnánimo. Su Señoría es bondadoso

Si los sustantivos son sinónimos o van unidos por o, u  el adjetivo concierta con el último sustantivo, ejemplo: Lucía tiene un miedo o una timidez extraordinaria.

Si el adjetivo va delante de dos sustantivos, concierta en singular con el primero, ejemplo: Admiro tu extraordinaria bondad y valor

Si el adjetivo va después de dos sustantivos, concierta con ellos en plural, ejemplo: Es un hombre de preparación y conocimiento asombrosos.

Si se trata de adjetivos compuestos, sólo el segundo elemento concierta con el sustantivo, ejemplos: La guerra ruso-japonesa; las guerras ruso-japonesas.

 

Regla 2.  Concordancia de dos sustantivos, los cuales pueden ser de igual o diferente género y número, ejemplos: Italia, país mediterráneo. Las flores, adorno para los ojos. El hombre, animal racional. Los soldados de Roma, ejército poderoso. Este caso de la concordancia entre dos sustantivos es conocido con el nombre de aposición (v.). En la aposición, uno de los sustantivos –usado con valor adjetivo- especifica o explica el concepto del otro sustantivo.

 

Regla 3.  Sujeto y verbo conciertan en número y persona: él canta; tú cantas; ellos cantan; vosotros cantáis.

En esta tercera regla se presentan estos casos:

Con diversas personas y diversos géneros el verbo concierta en plural con la primera persona: Antonio, tú y yo llegamos juntos.

Si el sustantivo es colectivo, la concordancia del verbo es en singular: el ejército luchó; la ciudadanía se defiende.

Si el sustantivo colectivo tiene modificador, la concordancia se puede hacer en plural: el ejército de hombres fuertes que lucharon por la libertad.

Si los sustantivos son sinónimos, el verbo concierta en singular: su espíritu, su nobleza, su gentileza y bondad lo igualó con el mejor ciudadano

Dos sustantivos unidos mediante la preposición con, el verbo va en singular: el maestro vino con su discípulo.

Existe el plural de modestia que diluye el yo: creemos que es justo (yo creo)

Existe el plural mayestático empleado en encíclicas, pastorales, etc.: Nos.... Arzobispo de...

Los infinitivos sin artículo hacen la concordancia en singular, ejemplo: ir, venir, entrar y salir era su quehacer.

Los infinitivos con artículo hacen la concordancia en plural, ejemplo: el ir, el venir, el entrar y el salir eran su quehacer.

Los demostrativos neutros llevan el verbo en singular: esto y aquello me disgusta y me fatiga.

 

CONCURRENCIA DE VOCALES:

 

En fonética existe la llamada concurrencia de vocales dentro de la palabra y el encuentro de vocales  entre las palabras. Es frecuente entre las personas del pueblo y también entre las que gozan de fama de cultas la mala pronunciación de ciertas vocales concurrentes. Hay quienes dicen, por ejemplo, pueta por poeta; tioría por teoría; pior por peor; pasiar por pasear; acordión por acordeón.

Las vocales concurrentes (vocales juntas) no sólo ocurren dentro de las palabras. A veces, en la oración se juntan la vocal final de una palabra y la vocal inicial de la siguiente, ejemplos: tiene dos, prestiuno, en lugar de: tiene dos, preste uno. Tiene trentidós libros, en lugar de: tiene treinta y dos libros. Estátravesando lavenida, en lugar de: está atravesando la avenida.

 

CONDICIONES Y CUALIDADES DEL ESTILO:  (v. estilo).

 

CONECTIVOS:

 

Fundamentalmente son las preposiciones (v.) y las conjunciones (v.). Se llaman conectivos o conectores porque unen, ligando las partes de la oración entre sí. (v. elementos de enlace).

 

CONJUGACIÓN:

 

En gramática, conjugación es el conjunto de las variaciones morfológicas que caracterizan el género, el número, la persona, el tiempo, el modo, el aspecto, la voz, etc. de un verbo.

Existen conjugaciones regulares (v.: verbos regulares)), conjugaciones irregulares (v.: verbos irregulares), conjugaciones  defectivas, etc. (v.: verbos defectivos).

En el idioma español se habla de primera, segunda y tercera conjugaciones, cuyos infinitivos terminan, respectivamente, en ar, er, ir. A cada voz verbal corresponde un paradigma (o modelo) distinto en cada una de las conjugaciones.

Hay verbos –los llamados irregulares- que presentan discrepancias con el paradigma de la conjugación a que pertenecen.(v.: Verbo, modelo o paradigma de conjugación)

 

CONJUGACIÓN PERIFRÁSTICA:

 

(De perifrasis = rodeo) Se llama conjugación perifrástica a la formada por el verbo auxiliar haber y un infinitivo. Mediante esta perífrasis verbal se expresa la necesidad de que la acción se realice. Esta forma puede expresarse también en voz pasiva (v.), ejemplos: he de amar; he de ser amado

Además del infinitivo, el verbo auxiliar puede unirse también a un gerundio o a un participio, ejemplos: han de estar llegando; te tengo averiguado el asunto.

Entre el verbo auxiliar y el infinitivo se interpone a veces la conjunción que, o también una preposición, ejemplos: tengo que salir; voy a salir; deben de estar llegando.

En la conjugación perifrástica con participio, éste se une directamente al verbo auxiliar, ejemplos: te lo tenía dicho; lo tengo revisado hasta la última página; lo tendré corregido para mañana.

En los anteriores ejemplos, el verbo auxiliar es tener. En las formas perifrásticas con participio no se tienen en cuenta las que llevan el verbo haber (había pensado, hubiste cantado, ha llegado, habrán dicho, etc.) porque éstas tienen diferentes nombres como formas compuestas de verbos en la conjugación, tales como: pretérito perfecto, futuro perfecto, pluscuamperfecto, pretérito anterior, etc.

 

Caso especial con el verbo deber:

Con el verbo deber se construyen dos formas de conjugación perifrástica que tienen distintos significados:

Deber                      2) Deber de

En el primer caso hay una idea de obligación, ejemplo: el profesor debe llegar a la siete porque a esa hora empieza clase.

En el segundo caso hay una idea de suposición, de conveniencia, ejemplos: el profesor debe de llegar a las siete porque salió de su casa hace media hora.  Los alumnos deben de estudiar si quieren ganar el año.

En resumen: deber equivale a obligación; deber de, a suposición, a conveniencia.

 

CONJUNCIÓN:

 

Parte de la oración llamada por los griegos “vínculo”. Hoy, hace parte del grupo de los llamados elementos de enlace o conectores. La conjunción sirve para ligar dos miembros de la frase o dos frases. Hay conjunciones coordinantes que ligan oraciones coordinadas (v.) y conjunciones subordinantes que ligan una oración principal y una subordinada (v.).

 

Clases de conjunciones:

Por su sentido o significación, las conjunciones se dividen en:

 

Copulativas:  enlace de oraciones por adición, ellas son: y, e. ni, que. Ejemplos: Padre e hija. Rosita y Luis. Ni lee, ni deja leer. Dale que dale.

Disyuntivas: enlace de oraciones por diferencia, separación o alternativa; son: o, u, ora, ya, bien, etc. Ejemplos: O te callas o me voy. Ya ríe, ya llora. Ora llueve, ora  sale el sol.

Adversativas: enlace por restricción; oposición; ellas son: mas (sin tilde), pero,  con todo, empero, a pesar de, no obstante, sin embargo, fuera de; excepto, salvo, aunque y otras más. Ejemplos: la lección es corta, pero difícil. Te esperé, mas no llegaste. Te dijeron que no, sin embargo lo hiciste. Los tres grupos anteriores son conjunciones coordinantes. Las siguientes son conjunciones subordinantes.

 

Causales: enlace por  causa, razón, motivo. Son: que, porque, ya que, pues, puesto que, supuesto que. Ejemplos: perdió el examen porque no estudió. No podrá leer la poesía puesto que no tiene el texto. Ya que no puede prescindir de escribir, hágalo con buena luz.

Consecutivas: enlace de oraciones por deducción, consecuencia, son: conque, luego, pues, así que, por tanto, por consiguiente, de modo que, de manera que, de suerte que. Ejemplos: Ya te lo dije, luego no pidas más explicaciones. Ganó el concurso, pues fue el mejor trabajo. Tú lo sabías, conque no salgas con disculpas. Tienes mucha responsabilidad, así que debes dar ejemplo.

Condicionales: enlace por condición, necesidad, son: si (sin tilde), si  no, con tal de, siempre que, supuesto que, dado que, a no ser que, so pena de, a menos de que, etc. Ejemplos: llegaré temprano si eso es lo que deseas. Ganarás el año siempre que estudies. No repetiré dado que tú no escuchas. Iré esta tarde a tu casa,  a no ser que llueva.

Concesivas: enlace por concesión; ellas son: aunque, aun cuando, por más que, bien que, a pesar de (que), etc. Ejemplos: Aunque te empeñes, nunca lo lograrás. Por más que quiero entenderte, no me es posible. No eres gracioso a pesar de que te lo propones.

Finales: enlace por el fin, el destino, son: para que, a fin de que, porque (usado con verbo en subjuntivo). Ejemplos: Lucía vino para que le enseñara física. Te llamo a fin de que me expliques tu silencio. Mi oración es porque vayas sin tropiezos.

Temporales: enlace de oraciones en relación con el tiempo, son: luego que, hasta que, así que, en cuanto,  antes que, primero que, después que. Ejemplos: Cumple con tu deber hasta que puedas. Te acompaño después que termine. Antes que perderlo, prefiere perdonarle.

Comparativas: enlace por comparación, modo, son: así como, según que, a la manera de, lo mismo que, del mismo modo que. Ejemplos: Te engañó, así como lo hizo con los demás. Te darán el certificado, según que tengas los papeles en orden. Escribe a la manera de Cervantes. En su libro dice lo mismo que todos los gramáticos.

Continuativas: enlace de oraciones por confirmación, apoyo, son: pues, así que, además de, otrosí, supuesto que. Ejemplos: Debes cumplir lo prometido, pues así lo exige tu dignidad. Prometiste venir, así que te estamos esperando.

Explicativas: enlace por aclaración; ellas son: es decir, esto es, a saber, por ejemplo, verbigracia. Ejemplos: Ven rápido, es decir, a tiempo para empezar cumpliendo el horario. Ven temprano, a saber, a las siete en punto. Ven temprano, esto es, a las siete de la mañana.. Ven temprano, por ejemplo, a las siete de la mañana.

 

CONNOTACIÓN:

 

El significado connotativo de las palabras es el significado intencional formado por el conjunto de ideas, nociones, conceptos sugeridos en cada sujeto. Ocurre que a veces las palabras se cargan de “valores” que se añaden al significado propio. Este fenómeno intencional-lingüístico se llama connotación. El significado connotativo de la palabra navidad será para algunos: regalos, vacaciones, fiesta, etc., para otros será: fe, esperanza, oración, vigilia, en espera de la celebración del  nacimiento del Dios-Niño.

La palabra culebra tiene para muchas personas una connotación supersticiosa; club conlleva significado de riqueza, elegancia, refinamiento.

 

En el aspecto connotativo intervienen:

El tono de la voz; el agrado o desagrado personal frente a hechos o personas; el cambio de volumen de la voz, muy significativo; el ritmo al hablar.

 

CONSONANTES:

 

Son las que necesitan unirse a una vocal para ser pronunciadas. Fuera de las vocales, todas las letras de nuestro alfabeto (v.) son consonantes, es decir, ‘consuenan’. Las llamadas consonantes dobles, o como se llaman hoy: dígrafos, son las letras que emplean dos signos para representar un solo sonido, tales como: ch, ll, rr. En español no existe ninguna palabra que termine con el sonido de estos dígrafos; las pocas que puedan encontrarse proceden de otras lenguas. Hay consonantes que tienen sonido distinto según sea la vocal que le sigue; son ellas: c, g, r.

La c tiene sonido de ‘ce’ cuando va seguida de las vocales e, i (cemento, cima). Este sonido se confunde en Hispanoamérica con los sonidos: ‘se’ (seis), ‘ze’ (zeta). En cambio, tiene sonido de ‘ka’ cuando va seguida de las vocales: a, o, u (casa, copa, cubo).

La g tiene sonido gutural fuerte (de ‘je’) cuando le siguen e, i (general, girasol), y sonido gutural suave cuando va seguida de: a, o, u (gato, goma, gula).

En los diptongos ‘ue’, ‘ui’ cuando van detrás de la ‘g’, la ‘u’ es muda y, por tanto, sólo se pronuncia la ‘e’ o la ‘i’, pero con sonido gutural suave (guerra, guitarra). En las sílabas ‘gue’ y ‘gui’ para que la ‘u’ suene debe usarse la diéresis ((v.) (cigüeña, pingüino).

La ‘r’ también tiene dos sonidos diferentes. Uno fuerte cuando va en principio de palabra (reloj, ratón, ruta, riqueza, roto), o en otra sílaba si va precedida de consonante (enredo, Israel). En los demás casos tiene sonido suave (cara, Ciro, coro, para, cura). La ‘rr’ se usa para escribir el sonido fuerte de la ‘r’ cuando ésta va entre vocales (amarrar, perro, barranco, cartarroja, autorradio).

 

CONSTRUCCIÓN CONJUNTA:

 

Es aquella en que el infinitivo es un elemento constitutivo de otra oración. El infinitivo está en la frase  principal como complemento del verbo, pero lleva a su vez un complemento. Ejemplo: necesito estudiar inglés. Estudiar es complemento del verbo necesito, pero también lleva un complemento directo que es inglés.

En esta construcción se incluyen expresiones como: no sé qué pensar; no tenía a dónde ir. Equivalen a decir: no sé pensar en cosa alguna. No tenía sitio al cual pudiera ir.

 

CONSTRUCCIÓN CON EL VERBO SER:

 

Debido a la influencia de los idiomas extranjeros y a la traducción –casi literal- de ellos, ha entrado al idioma español un empleo del verbo ser que no está muy de acuerdo con las formas españolas; ese característico uso del verbo ser es el abuso de la llamada voz pasiva. En nuestro idioma predomina la voz activa, no así en inglés o en francés. En la voz pasiva el verbo ser es demasiado pesado en su uso y, además, nada elegante. Es frecuente escribir y decir: Ha sido dada la orden de cambiar de sitio. El acta fue leída por la secretaria. Lo elegante y más usado en español es escribir o decir: Se dio la orden de cambiar de sitio. La secretaria leyó el acta

El esquema de la oración en el idioma español es: sujeto, más voz activa verbal, más objeto o complemento. Ejemplos: Los poetas sienten hondamente los aconteceres de la vida. Los jóvenes son el futuro del mundo. Dios guía los pasos del hombre hacia el éxito.

 

CONSTRUCCIÓN LÓGICA

 

O también: orden lógico en la construcción. Donde verdaderamente tiene importancia el orden lógico es en el párrafo. El idioma español se caracteriza por su tendencia a anteponer la palabra más expresiva, y, con facilidad, invierte los elementos de la frase. Aunque no se siga el orden sintáctico o la construcción lógica, que es lo mismo, mientras no se pierda el sentido de la oración no se está atropellando la lógica. Debe tenerse en cuenta que los modificadores (adverbios o frases adverbiales) deben colocarse lo más cerca posible de la palabra o frase que modifican.

Tampoco debe perderse de vista –en beneficio de la lógica- que en todo párrafo (formado,  desde luego, por una serie de frases encadenadas) tiene que haber cierta coherencia entre la idea principal expresada (la idea matriz) y las ideas complementarias o secundarias. Este hecho es lo que los estudiosos del estilo llaman unidad de propósito, y otros lo denominan singularidad de propósito.

 

CONSTRUCCIÓN NOMINAL:

 

Esta construcción nominal se llama también elipsis. Se dice que una frase es elíptica cuando le falta alguno de sus elementos fundamentales, especialmente el verbo. Se afirma también que un grupo de palabras puede ser significativo sin necesidad de estar construido. Así sucede con los títulos, anuncios y órdenes. Ejemplos: Al final del pasillo. Prohibido fumar. ¡Armas al hombro! Los cronistas, testigos de los hechos.

Antes que llamar estas frases elípticas es más adecuado clasificarlas como nominales; es decir, que en ellas el elemento verbal se suprime a favor del elemento nominal, que son los sustantivos, los adjetivos, principalmente. Esta construcción es más propia de la lengua hablada, pero también se emplea en la escrita para producir un efecto de rapidez. Ejemplo: La calle hierve de gente. Hombres, mujeres, niños. Gritos, empujones. Un vendedor de globos. Un ciego con lotería. En las esquinas, frutas, flores, telas...

En el momento actual, esta clase de construcción tiene mucha acogida entre periodistas, técnicos y científicos. Pero, no debe abusarse de ella porque resulta una construcción gramatical terriblemente monótona, ya que el alma de la expresión es el verbo

 

CONTEXTO:

 

El contexto puede ser considerado como la traducción, por medios propiamente lingüísticos, de lo que es pertinente para constituir el mensaje. Dicho de otro modo, es el entorno lingüístico del cual depende el sentido y el valor de una palabra, frase o fragmentos considerados. Hoy, se llama contexto, igualmente, al orden de composición o tejido de un discurso, narración, etc.

 

 

 

CONTORNO DEL VOCABLO:

 

Con este nombre se conocen en lexicología los accidentes de forma. Este contorno ofrece dos aspectos: el morfológico que atiende a las modificaciones de una palabra (morfológico, del griego: morfe = forma;  logos = razón).

El otro aspecto es el ortográfico (del griego: orthos = recto; grafo =  escribir). Este aspecto se refiere a las normas históricas y prácticas para escribir correctamente con el acertado empleo de las letras y signos gráficos.

 

CONTRA:

 

Es una preposición conocida también con los nombres de elemento de enlace o conectivo. Denota oposición o contrariedad, ya sea en sentido recto o en sentido figurado. Ejemplo de los dos casos: lo tiró contra el muro; él va contra todo.

Indica pugna o repugnancia entre personas o cosas, ejemplo: Luis está en contra de su hermana; los jóvenes están en contra de la moda.

Significa, también: enfrente de, o: mirando hacia. Ejemplo: ese edificio está contra el sur

Como preposición inseparable en palabras compuestas (v.), su principal significado es el de oposición a la palabra simple con la que se junta ejemplos: contraveneno, contravenir, contrapeso, contracorriente, contramarcha.

Otras veces se emplea para denotar la repetición de algo a modo de refuerzo o apoyo, ejemplos: contrabraza, contrafuerte, contramuelle, contrabarrera.

Algunas veces indica una categoría inferior, bien de persona, bien de cosa, por ejemplo: contralmirante (contraalmirante), contracarril, contrabajo, contralto, contramaestre.

 

CONTRACCIÓN:

 

También se le conoce con el nombre de crasis. Este fenómeno fonético es la fusión en una sola de las dos vocales que se encuentran juntas en una palabra. En la contracción hay que tener en cuenta estos principios:

Dos vocales iguales tienden a contraerse en la vocal correspondiente:

 de + el > del;

de + este  >deste (vocablo hoy anticuado).

2)   Dos vocales desiguales se identifican y, luego, se contraen:  a + el  >al.

      Vas AL colegio; vienes DEL colegio. (v. t.: Artículos contraltos)

 

COPLAS:

 

La copla es una composición poética que consta sólo de una cuarteta de romance, de una seguidilla, de una redondilla o de otras combinaciones breves, y sirve de letra en las canciones populares. Ejemplos:

 

El tiempo y el desengaño

son dos amigos leales

que despiertan al que duerme

y enseñan al que no sabe.

 

Son los cantares que canto

y las lágrimas que vierto

pedazos del corazón

que se ha quebrado allá adentro.

 

Quiero decir y no digo,

y estoy sin decir diciendo:

quiero y no quiero querer,

y estoy sin querer queriendo.

 

CORCHETES:

 

Este signo, [...], llamado también paréntesis cuadrado, se usa –según concepto de la Real Academia- en las obras dramáticas, cuando los interlocutores dicen algo que es aparte del contexto. El punto final de dichos apartes debe escribirse dentro del paréntesis.

También se usa cuando en la copia textual de algo se omiten expresiones o trozos que no son necesarios. Ejemplo:  “Creo [...] que el hombre moderno ha de aconsejarse a  sí mismo ciertas limitaciones en ese desordenado apetito por la lectura [...]. Resignarse a no saberlo todo, de todo. [...].” (Pedro Salinas)

 

CORPUS:

 

Es el conjunto de enunciados escritos o registrados que se utiliza para la descripción lingüística. El método del corpus se impone en el dominio descriptivo porque es imposible recoger todos los enunciados de una comunidad lingüística en un momento dado, y no es conveniente que el lingüista fabrique sus propios ejemplos. El método del corpus tiene la desventaja de incluir materiales heterogéneos, variaciones estilísticas o dialectales, repeticiones, oraciones incompletas que el sujeto hablante emite. (Georges Mounin).

El Diccionario de la Real Academia lo define: “Conjunto, lo más extenso y ordenado posible, de datos o textos científicos, literarios, etc., que pueden servir de base a una investigación.”

 

CORRECCIÓN:

 

La corrección en los escritos consiste en utilizar frases sin errores gramaticales, ni ortográficos, ni sintácticos. Exige conocer bien la semántica, la etimología y la gramática.

 

CORRELACIÓN DE TIEMPOS:

 

En gramática, y tradicionalmente, es una norma según la cual el tiempo del verbo de una oración subordinada (v.) está determinado por el tiempo del verbo de la oración principal. Por ejemplo: a un verbo principal en pasado debe corresponderle un verbo en pasado en la oración subordinada, ejemplo: siempre creí que era abogado, en lugar de: que es abogado.

 

CRONOGRAFÍA  (v. descripción).

 

 

CUAL

 

Del latín qualis. Pasó al idioma castellano o español con un solo género para el masculino y el femenino. Fundamentalmente, son tres sus formas usuales: como interrogativo, como relativo y como adverbio.

Cual, interrogativo, puede ser adjetivo o pronombre, ejemplos: ¿Cuál libro prefieres? ¿Cuál escoges para tu hermano? En el caso de interrogativo, lleva siempre tilde (‘). Admite plural: ¿Cuáles libros? ¿Cuáles prefieres?

Cual, pronombre relativo, va siempre acompañado de artículo: el cual, la cual, los cuales, las cuales. Sólo se usa, en este caso, cuando el relativo es explicativo, ejemplos: estuvo esperando a su padre, el cual sólo llegó dos horas después. Todas estas medidas económicas, sin las cuales  el país no saldrá adelante.

Cual, adverbio, cuando se refiere a un verbo; en estas condiciones, se vuelve sinónimo del vocablo como, ejemplo: “ Y vuestra fama así crecer se vea cual crece el año con los nuevos meses.”   ... así crecer se vea, como crece el año...

Debe tenerse en cuenta esta regla para distinguirlo: “si cual admite plural es sustantivo o adjetivo o pronombre relativo, si  no lo admite, es adverbio.”

 

CUALQUIER, CUALQUIERA, CUALESQUIERA:

 

Cualquier:

Es la forma apocopada (v. apócope) del adjetivo cualquiera. Se usa cuando va delante de un sustantivo, bien sea masculino o femenino, ejemplos: cualquier hombre, cualquier mujer.

Puede interponerse un adjetivo entre ‘cualquier’ y el sustantivo, ejemplo: cualquier otro hombre, cualquier honrada mujer. La forma plena ‘cualquiera’ aparece a veces ante un sustantivo femenino, ejemplos:

 

“Cualquiera otra persona” (Pío Baroja)

“Cualquiera decisión”  (Ortega y Gasset)

Sin embargo, dicho uso no es normal y debe evitarse en atención a la corrección.

 

Cualquiera:

Pronombre indefinido de indiferencia (no diferenciación); es decir, expresa la indistinción de una o varias cosas dentro de la serie, la idéntica manera de actuar el sujeto frente a unas y otras.

En singular tiene la forma ‘cualquiera’ o ‘cualquier’, en plural se utiliza ‘cualesquiera’. Puede tener función sustantiva o adjetiva. Como sustantivo, designa persona indeterminada. En oraciones exclamativas (v.) expresa irónicamente negación, ejemplo: ¡Cualquiera te entiende!  Con función adjetiva acompaña, antepuesto, a sustantivos de personas o cosas,  en la forma ‘cualquier’, ejemplo: cualquier pretexto.

También se usa pospuesto, en este caso el sustantivo va precedido de algún determinante, ejemplo: un pretexto cualquiera, un hombre cualquiera, una flor cualquiera.

 

 

 

 

Cualesquiera:

Es el plural del pronombre indefinido ‘cualquiera’. Se usa casi siempre con función sustantiva, ejemplo: cualesquiera que sean las causas. No creeré, cualesquiera sean las pruebas. A veces funciona como adjetivo, ejemplo: te castigarán la omisión deliberada de cualesquiera razones.

Esta forma se usa más que todo en la lengua escrita. Frecuentemente se evita su uso con sustantivos plurales. Por ultracorrección  (v. ultracorrectos) se incurre a veces en el defecto contrario, el cual consiste en usar ‘cualesquiera’ con nombres en singular. Es incorrecto decir o escribir: cualesquier libro, cualesquier persona. Se dice: cualesquiera libros, cualesquiera personas.

 

CUANTO:  (v. pronombres)

 

CULTISMOS:

 

Con este nombre, y con el de voz culta se designan todas aquellas palabras que han entrado en un idioma en épocas diversas por exigencias de cultura (literatura, ciencia, filosofía, etc.) y son procedentes de una lengua clásica, ordinariamente del latín.

Tales voces mantienen su aspecto latino, sin haber sufrido las transformaciones normales en las voces populares, tales como fructífero, benévolo, colocar, etc. Son abundantes los dobletes (v. dobletes filológicos) constituidos por una voz vulgar y un cultismo introducido posteriormente, con sentidos diversos: colocar-colgar; artículo-artejo; título-tilde, etc.

 

CUYO:

 

Procede del latín cuius y conserva su doble valor de relativo y posesivo equivalente a: de quien, del cual, de quienes, etc. Es incorrecto decir: Vimos una casa, cuya casa tenía un tejado rojo. Lo correcto es: Vimos una casa que tenía...  Es correcto decir: vimos una casa, cuya puerta roja se abría con dificultad; es decir: la puerta de la cual casa.

Es un relativo que expresa posesión, equivale a ‘del cual’. Va siempre antepuesto al nombre con el cual guarda concordancia, y tiene variaciones de género y número: cuyo, cuya, cuyos, cuyas. Ejemplo: Los concursantes cuyas obras no sean premiadas podrán retirarlas en el transcurso del mes. Luis, cuyo cumplimiento es notorio, no pudo asistir a la reunión.

El adjetivo relativo cuyo no se emplea casi nunca en el lenguaje hablado. También se empleó cuyo como pronombre interrogativo anticuado, equivalente a ¿de quién?, ejemplo: ¿cúyo es este libro?, en estos casos lleva tilde.

 

Formas correctas:

El avión cuyas alas se partieron; el libro cuyas páginas se doblaron; el árbol cuyos brotes se secaron.

La Real Academia permite el uso de ‘cuyo’ cuando concierta con los siguientes vocablos: causa, ocasión, razón, fin, motivo, y otros semejantes. Ejemplos: Decidió apoderarse del mando, a cuyo efecto comenzó las operaciones (o también: ...del mando, y a este efecto...)

Los labradores trabajan lejos del hogar, por cuya razón tienen que comer en pleno campo (o también: .Los labradores trabajan lejos del hogar, por esta razón...)

Sus novelas eran fuertes, tremendistas, por cuyo motivo tenían éxito. (o también: Sus novelas eran fuertes, tremendistas; por este motivo...)

Sin  embargo, es mejor que el vocablo ‘cuyo’ se use sólo para relacionar dos nombres, el segundo de los cuales es persona o cosa poseída o propia del primero. Ejemplos: Ese es el hombre cuya sonrisa encanta. Este libro, cuyos capítulos cortos, estoy reseñando...

 

 

CH

 

 

 

 

Ch:

 

Es un dígrafo (dos grafemas). Su nombre es ‘che’. En la escritura es indivisible y representa un solo sonido. En los modernos índices alfabéticos ha perdido su capítulo propio y ha ingresado al capítulo de la C. El lugar de las palabras que empiezan por ‘che’ está en el capítulo de la ‘ce’, detrás de la última palabra que empiece por ‘ce’, e  inmediatamente antes de las palabras que empiezan por ‘ci’.

 

 

CHAMPÁN:

 

‘Cierto vino espumoso’. Como españolización del vocablo francés ‘champagne’ existen dos formas: champán y champaña. El primer nombre –dice Manuel Seco- es el más usual.

 

CHAMPAÑA:

 

El nombre español de la región francesa de ‘Champagne’ es Champaña.

‘Champaña’, ‘vino espumoso’, igual que champán.

 

CHAMPÚ:

 

Líquido para el lavado de cabeza. No debe usarse la forma inglesa ‘shampoo’. El plural es champús.

 

CHANZA:

 

Dicho festivo y gracioso. Hecho burlesco para recrear el ánimo o ejercitar el ingenio.

 

CHANZONETA:

 

Palabra de origen francés. Nombre que antiguamente se daba a coplas o composiciones en verso ligeras y festivas, hechas por lo común para que se cantaran en Navidad o en otras festividades religiosas.

 

CHARADA

 

Acertijo que consiste en tener que descubrir una palabra que se encuentra descompuesta en unidades fónicas, más menos grandes (charada alfabética, silábica, etc) , cada una de las cuales forma una palabra; el juego consiste en dar la definición o los caracteres de las unidades de la palabra buscada, ejemplo:

Oro parece, plata no es, el que no lo adivine, bien tonto es. (Solución: plata+no = plátano)

No debe confundirse la charada con el jeroglífico o con el logogrifo.

 

CHASCARRILLO:

 

Anécdota ligera y picante, cuentecillo agudo o frase de sentido equívoco y gracioso..

 

CHASQUIDO:

 

Término empleado por el lingüista Rodolfo Lenz como sinónimo de ‘clic’.

 

¡CHE! :

 

Interjección (v.). Se emplea para llamar la atención de una persona.

 

CHISTE:

 

Dicho u ocurrencia aguda y graciosa. Muchas veces se presenta ilustrado por un dibujo, y puede consistir sólo en éste.

 

 

 

 

D

 

 

D:

 

Quinta letra del abecedario español y cuarta de sus consonantes. Su nombre es ‘de’. Como letra numeral romana, en mayúscula, tiene el valor de quinientos.

 

DE:

 

Es una preposición y sirve de conectivo, por eso pertenece al grupo de los ‘elementos de enlace’. Cómo preposición no lleva tilde por ser monosilábica y para diferenciarse de la forma verbal ‘dé’ correspondiente a la primera y la tercera persona del singular del presente de subjuntivo; se usa también como forma imperativa, ejemplos: dé limosna; dé buenos consejos.

Como preposición significa:

 

Propiedad, posesión y pertenencia, Ejs.: el carro de Luisa; el amigo de todos.

Materia, Ejs.: mesa de vidrio; chaqueta de cuero, camisa de seda.

En el lenguaje tropológico (v.) o traslaticio (v.) (Sentido figurado), atribuimos la materia contenida al objeto que la contiene, mediante la preposición 'de’, como en estos ejemplos: vaso de vino; vaso de agua; vaso de leche., botella de vino.

También se emplea cuando hablamos de la materia en general, ejemplo: ellos hablan de lo divino y de lo humano.

Cuando va después de un adjetivo y antes de un sustantivo, indica el aspecto en que la cualidad del adjetivo es aplicable, ejemplo: un hombre corto de ideas pero recio de voz.

Lo mismo ocurre con los infinitivos: una tarea fácil de realizar.

Cualidad: lo califican de inteligente; la tildan de pretenciosa.

Junto a la cualidad puede incluirse la profesión o el oficio: trabaja de portero.

Cantidad indeterminada: le dieron de golpes.

Indica parte: algunos de los presentes; la mitad de los paseantes.

Origen o procedencia: Lucía es de buena familia; son confites de España

Se refiere también al tiempo o fecha de origen: Ese vino es del año 60

Indica causa:  se muere de rabia; tiembla de frío; llora de dolor.

Modo:  Mira de frente; cayó de espaldas.

Muchas expresiones adverbiales se forman con la preposición ‘de’: de acá para allá; de cuando en cuando; de vez en vez; de momento.

Indica realce de la cualidad (calidad negativa o positiva). Sigue a un adjetivo y precede a un  sustantivo:   el idiota de Joaquín; el creído de tu hermano; la graciosa de tu amiga.

Con una interjección (v.) expresa lástima, queja o amenaza.  ¡Ay de los vencidos!

 Forma parte de frases verbales:  hubo de triunfar;  debe de llegar.

 Denota consecuencia, ejemplo:  de lo dicho hasta aquí resulta una idea clara.

 Equivale a: ‘con’, ‘desde’, ‘para’, ‘por’; ejemplos:  Lo hizo de intento. De Medellín a   Bogotá. Son envíos de caza. Lo hizo de miedo

La preposición ‘de’ indica también asunto:  están hablando de negocios.

Abundancia o escasez:  hay exceso de violencia; estamos faltos de fe.

 

Usos incorrectos:

Usar la contracción ‘del’ cuando se dice: no se hagan del rogar. Lo correcto es: de rogar.

Cuando se dice:  mucho gusto de conocerlo. Lo correcto es: mucho gusto en conocerlo.

En la expresión:  le dio pena de decírselo. Lo correcto es: le dio pena decírselo.

Es incorrecta la expresión: yo de usted (es un catalanismo). Lo correcto: yo que usted, o mejor: yo en su lugar

También es incorrecta la expresión:  yo de ti, procuraría alejarme de ella. Lo correcto es:  si yo fuera tú, o mejor: si yo estuviera en tu lugar, procuraría alejarme de ella.

 

DEBER; DEBER DE   (v. conjugación perifrástica).

 

DÉCIMA:

 

Es una estrofa de diez versos octosílabos. Su uso definitivo se atribuye al poeta Vicente Espinel (1550-1624), a ello se debe el que a la décima se le conozca también con el nombre de ‘espinela’, ejemplo:

 

Cuentan de un sabio que un día

tan pobre y mísero estaba,

que sólo se sustentaba

de unas yerbas que cogía.

¿Habrá otro, entre sí decía,

más triste y pobre que yo?

Y cuando el rostro volvió,

halló la respuesta, viendo

que otro sabio iba cogiendo

las yerbas que él arrojó.

  (Pedro Calderón de la Barca; español)

 

DEÍCTICOS: (v. deíxis)

 

DEÍXIS:

 

En semiología o semiótica es lo que designa, lo que nombra, lo que señala algo que está presente ante nuestros ojos; ejemplos: recuerdo aquel jardín; allí solía jugar de niña con ese perro. Se utilizan los adverbios deícticos, tales como: aquí, allí, allá; también son deícticos los pronombres tú, yo.. Deixis es un término sinónimo de ‘demostrativo’.

 

DELANTE, ADELANTE:

 

Adverbio de lugar que significa ‘en la parte anterior’, ejemplo: Luisa está delante.

 

 

Delante de es locución prepositiva que significa:

 

‘En lugar anterior a’, ejemplo: delante de tu carro está un camión.

‘Enfrente de’, ejemplo: delante de nosotros está la catedral.

‘En presencia de’, ejemplo: delante del profesor no era capaz de hablar.

 

En español, no se admite la construcción: delante, más un adjetivo posesivo. Es incorrecto decir: delante mío, delante suyo.

 

Adelante:  Es también adverbio de lugar. Se usa con verbos (explícitos o implícitos) de movimiento, y significa ‘más allá’, ‘hacia la parte que está delante del sujeto’, ejemplos: ellos siguieron adelante; miraron hacia adelante. También es adverbio de tiempo cuando lleva antepuesta alguna preposición o sigue inmediatamente algún adverbio de tiempo. Indica tiempo futuro, ejemplos: en adelante; para en adelante; de aquí en adelante; de hoy en adelante, etc.

No deben confundirse las formas: adelante y delante. La primera indica la existencia de un movimiento real o figurado. La segunda indica sólo una situación

 

DENOTATIVO:

 

El significado denotativo es el que corresponde de una manera simple a las cosas, y es el que encontramos en los diccionarios. En este significado está ausente lo intencional del hablante. La palabra Navidad tiene dos significados: el denotativo que es: la natividad de Jesús; el connotativo (v.) que sugiere fiestas, regalos, comidas especiales, vacaciones, etc.

 

DENTRO:

 

Adverbio de lugar que significa ‘en la parte interior’. Puede ir precedido de diversas preposiciones que denotan movimiento o aproximación, ejemplos: de dentro hacia fuera; mira hacia dentro; llegó hasta dentro; lo examina por dentro. Cuando se trata de la preposición ‘A’, se escribe ‘adentro’ como una sola palabra. (v. t.: adentro)

 

DEPRECACIÓN:

 

Dentro de las figuras literarias, en el grupo de las patéticas está la llamada ‘deprecación’.

Ella ocurre cuando el vivo deseo expresado es un ruego o súplica ferviente. Ejemplo:

 

“Sea hoy mi compasivo ruego

el del viejo filósofo eleusino,

por el perro que ladra en el camino,

por el peñasco que desciende ciego.” (José Lora y Lora)

 

DEQUEÍSMO:

 

Es un vicio de muchos hablantes y un grave error gramatical consistente en utilizar la preposición ‘de’ delante de ‘que’, cuando ella no se necesita. Son erróneas estas construcciones: opina ‘de que’ vendrá mañana; piensa ‘de que’ no es así como se hace; deseo ‘de que’ triunfes; me dijeron ‘de que’ no vendrías, etc.

Hay una forma muy sencilla para evitar el ‘dequeísmo’ sin incurrir en el ‘antidequeísmo’ el cual consiste en no usar la preposición ‘de’ cuando se necesita.. Esa fórmula tan sencilla es  valerse de la pregunta. En relación con los ejemplos dados, preguntamos: ¿qué opina? ¿qué piensa? ¿qué deseo? ¿qué me dijeron?    respondemos: que vendrá  mañana; que no es así..., que triunfes; que no vendrías.

Si la preposición ‘de’ no se necesita ni en la pregunta ni en la respuesta, usarla es incorrecto y origina el vicio del lenguaje llamado ‘dequeísmo’.

Con otros verbos, la oración exige los dos vocablos: ‘de’, ‘que’. Ejemplo: estoy segura de que volverás.. Preguntamos: ¿de qué estoy segura?; respondemos: de que volverás. Tanto en la pregunta como en la respuesta se necesita la preposición ‘de’ delante de ‘que’, y no se comete el error del ‘dequeísmo’.

 

DERIVACIÓN

 

Es uno de los tres procedimientos para formar palabras en el idioma español. Se efectúa cuando a la raíz (también se le llama radical, lexema) de una palabra se agregan distintos sufijos (v.) o morfemas (v.). Ejemplos: caballo + ero = caballero; casa + ita = casita.

Las palabras formadas se llaman derivadas. El vocablo que da la idea se llama palabra primitiva; en los ejemplos dados, las primitivas son: caballo y casa.

Cuando a una palabra derivada se agrega otro sufijo, se obtiene una palabra biderivada; es decir, un derivado dos veces. Ejemplos:

 

Primitivas:                            Derivadas:                            Biderivadas:

 

Dulce                                   dulcero                                dulcería

Pan                                       panadero                              panadería

Campo                                 campesino                            campesinado

Sombra                                sombrero                              sombrerería

 

 

DESCRIPCIÓN:

 

Procedimiento literario mediante el cual se trazan los rasgos característicos de una persona, un lugar o un paisaje. Recibe diferentes nombres de acuerdo con el objeto descrito:

‘Topografía’, si se trata de un paisaje; ‘prosopografía’ la que describe el exterior de una persona o animal; ‘etopeya’ la que se refiere a las cualidades morales de un individuo; ‘cronografía’ la que hace referencia a una época o período; ‘retrato’ la descripción que tiene en cuenta tanto el exterior como el interior de una persona; si es la exagerada descripción del físico o del aspecto moral de una persona recibe el nombre de ‘caricatura’.

 

DESDE:

 

Es una preposición o conectivo o elemento de enlace.

Hasta fines del siglo XVI presentó la forma ‘dende’, la que hoy sólo usan las personas incultas.

Esta preposición significa::

En el orden temporal, punto en que se ha de empezar a contar una cosa, ej.: Desde el año pasado hasta hoy...

En el orden espacial, punto en que se origina una distancia, ej.: Desde Medellín hasta Bogotá...

 

DESINENCIAS:

 

A las desinencias se les llama también morfemas flexivos que sirven para conjugar los verbos; ejemplos: cantAMOS, dibujASTEIS, escribIRÉIS.

También son morfemas flexivos las terminaciones para el masculino y el femenino, el singular y el plural, ejemplos: niñO,  niñA;  niñOS. NiñAS

 

DESPECTIVOS:

 

Llámanse así en gramática los vocablos que incluyen en su significación la idea de desprecio o menosprecio por lo que también reciben el nombre de menospreciativos. Muchas son las palabras que pertenecen a esta clase, pero gramaticalmente, las más importantes son las derivadas que se forman con diferente sufijo (v.). Las demás palabras despectivas entran en el terreno del léxico.

De los diminutivos (v.) se pasa fácilmente al campo de los despectivos, ya que el menosprecio contiene en sí la idea de ‘menos’, de empequeñecimiento; algunos son: pingajo, gentuza, villorrio, calleja, caballejo, animalejo, gozquejo, y otros.

Es bueno saber que la mayoría de la voces menospreciativas pueden emplearse también sin tal sentido, y en son de elogio, ya que el cariño y la confianza ennoblecen las palabras con la pureza del afecto que las dicta..

 

DETERMINANTE:  (v. Artículo)

 

DIACRONÍA Y SINCRONÍA:

 

Es un término propuesto por Saussure (1916) cuyo concepto lo expresa así: “Todas las ciencias debieran interesarse por señalar los ejes sobre que están situadas las cosas de que se ocupan; en todas ellas habría que distinguir dos ejes: el de simultaneidad y el de sucesiones [...] Hay una razón para distinguir dos lingüísticas: diacrónica y sincrónica.

Es sincrónico todo lo que se refiere al aspecto estático de la lengua, y diacrónico todo lo que se relaciona con la evolución de ella.

Diacronía y sincronía  designan, respectivamente, un estado de lengua y una fase de evolución.”

En un estudio diacrónico de la lengua es necesario estudiar cuáles son los factores que determinan su evolución. Según el lingüista André Martinet, el principio básico de la evolución es la necesidad de mantener las distinciones útiles para la comunicación, a través de los cambios determinados por la evolución y la transformación de las necesidades comunicativas del ser humano a lo largo de las épocas. Se estudian todos los cambios que ha sufrido una palabra desde el latín, por ejemplo, hasta el español o castellano

Una muestra: frente al vocablo EL (artículo) y ÉL (pronombre), el sincronista atenderá sólo a definirlos y a encontrar su posición en el texto por la relación con los demás elementos; como estos son tan diferentes entre sí, deducirá que son unidades totalmente distintas.

Por el contrario, el diacronista estudiará cómo de un demostrativo latino ‘ille’ nacieron dos formas diferentes, que fueron evolucionando en distintas etapas y por diversos caminos, hasta nuestros días.; porque la lingüística diacrónica o histórica se encarga de rastrear el origen de las lenguas, los cambios que sufre cada idioma en las distintas épocas; cambios que inciden en la estructura de la lengua.

Dice el profesor Rubén Darío Julio Casadiego que la lingüística sincrónica estudia el lenguaje en un momento de su existencia. Ella explica cómo funciona, qué elementos lo integran, cuáles relaciones existen entre ellos, cómo están conformados. Todo esto que supone una mutua interdependencia de los elementos que integran la lengua, constituye la “estructura”. La lingüística sincrónica se ocupa también de la coexistencia con otras lenguas, coexistencia que pueden darse en territorios vecinos.

 

DIALECTO:

 

Es un idioma rezagado, detenido en un estado rudimentario de su evolución y que no ha alcanzado consagración literaria. La Real Academia define el dialecto como  “cada una de las variedades de un idioma que tiene cierto número de accidentes propios y más comúnmente las que se usan en determinados territorios de una nación, a diferencia de la lengua general y literaria

 

DIALOGISMO:

 

Es una figura literaria que consiste en poner en forma de diálogo las ideas y sentimientos que se atribuyen a los personajes; y también consiste en presentar a una persona en diálogo consigo misma.

 

DIÁLOGO:

 

Es el elemento poderoso que pone en movimiento el hecho teatral. En estilística (v.) se dice que el diálogo sin adornos retóricos y artificiosos lirismos es un reflejo del carácter de los personajes; ellos intercambian expresiones, sin que intervengan elementos descriptivos ni narrativos. En la literatura, el diálogo se presenta en prosa o en verso. Los diálogos más famosos son los de Platón por su contenido filosófico. Pero el diálogo puede usarse para diversos temas; encontramos diálogos en las novelas, en los cuentos y en las fábulas. Los diálogos en las obras de teatro se escriben para ser interpretados en escena.

En lo escrito, el diálogo exige especiales condiciones estilísticas:  ingenio, gravedad, finura, profundidad, sinceridad y expresividad.

Pero, además, el diálogo es una conversación; sin embargo, es necesario distinguir entre la conversación libre, asistemática y el diálogo didáctico con finalidad instructiva, empleado frecuentemente en el  aula de clase.

 

DIÁSTOLE Y SÍSTOLE:

 

Son vocablos utilizados en la terminología relacionada con la poesía. Es la dislocación o cambio del acento de las palabras por razones rítmicas (del ritmo ). Si el acento se adelanta, la licencia poética se llama sístole; cuando se retrasa se llama  diástole. Es frecuente que los poetas utilicen el vocablo: oceáno (corriendo la tilde y convirtiéndolo en grave o llano), es un ejemplo de ‘diástole’. En la diástole, las palabras esdrújulas se convierten en llanas o graves, y en la sístole las palabras llanas o graves se convierten en esdrújulas, gracias a estas licencias poéticas.

 

DICCIÓN:

 

La dicción es la pronunciación. Hablar bien, pronunciar correctamente y expresarse con propiedad son factores muy importantes en la formación del individuo e influyen en la impresión que éste deja en los oyentes y en la eficacia de lo que dice.

La educación de la pronunciación y la entonación es importante en la simple conversación, en la declamación, en el arte dramático, en la locución televisiva y radiofónica. La educación de la dicción debe estar presente siempre en nuestra vida, ya que nuestro idioma es más hablado que escrito y tiene una larga tradición oral.

Los principales vicios de dicción son: cacofonía, hiato, asonancia, omisión, adición, metátesis, errada acentuación.

(v. cada uno de éstos en su lugar alfabético).

 

DICCIONARIO:

 

Libro en que por orden alfabético se contienen y explican las significaciones de todas las palabras de una lengua, o se ponen en correspondencia con las equivalentes de otros idiomas. Hay muchas clases de diccionarios:

 

Diccionario de construcción y régimen, es obra de filólogos. El vocabulario de este diccionario se apoya, por fuerza, en las autoridades literarias de varios siglos para poder extraer de la comparación de los textos el uso en las construcciones verbales, sustantivas, adjetivas y de partículas.

En el Diccionario de la construcción entran en armonía los elementos populares y los eruditos. El método clasificativo del Diccionario de construcción sólo tiene un sentido integral; es decir, interpretar el significado del vocablo; descifrar su origen y apuntar cada uno de los oficios o variantes que desempeña en la frase, refrendado por las citas literarias.

Rufino José Cuervo (colombiano) fue el primero en recordarle a la Real Academia Española la obligación de realizar esta clase de vocabulario, y fue él quien con rigor científico, publicó en 1886 los dos primeros tomos de su trabajo con el título de Diccionario de construcción y régimen, trabajo que la Real Academia no completó. Sólo en 1997, después de largos y serios estudios, el Instituto Caro y Cuervo de Colombia dio a conocer la completación de la magna obra empezada por Cuervo.

 

Diccionario histórico: recoge todo el proceso de formación y desarrollo lingüístico de los vocablos. La Real Academia publicó este Diccionario en 1726. Dos siglos después quiso renovarlo con aspectos filológicos y literarios de más amplias perspectivas. Una difícil tarea porque se necesitaba un equipo completo de filólogos y de redactores especializados en cada materia científica y literaria, ya que la responsabilidad del idioma no puede dejarse en manos de personas que creen “tener por generación espontánea, el instinto lingüístico.”

La importancia de este Diccionario reside en el hecho de contener la inmensa riqueza léxica, desde el balbuceo del español hasta el neologismo de última hora.

 

Diccionario de autoridades: el objetivo de la Real Academia al publicar este Diccionario fue dar a conocer un código permanente e imparcial del tesoro normativo de la literatura entre 1200 y 1700. En el prólogo, la Academia decía: “para que se vean la grandeza y el poder de la lengua.”

En 1726 apareció el primero de los seis tomos de esta obra monumental, repertorio de autoridades del lenguaje. Sin embargo, el diccionario que utilizó la Academia Española y llegó a los centros educativos como recurso de consulta, fue el Thesoro de la lengua castellana, española compuesto por el licenciado Sebastián de Covarrubias, Madrid 1611; reimpreso por el librero Gabriel de León en 1674.

 

Diccionario etimológico: se fundamenta en el origen de la palabra, agrupando, si es posible, las de raíz idéntica, para explicar las formas del lenguaje como idea de grupo.

La etimología es muy importante porque nos da la idea original, evita el empleo exagerado de sinónimos; de tal manera nos ayuda a conseguir un lenguaje castizo y limpio.

 

Diccionario oficial de la Lengua Española: este Diccionario presenta el significado de las palabras y los modismos; también la ortografía, y completa el léxico de analogías. Se reforma en reuniones semanales de los académicos de la lengua

     La reimpresión con los nuevos datos aportados, se efectúa cada diez años. La vigésima  primera edición es del año 1992, con motivo de los quinientos años del encuentro de los  dos mundos: España y América.      

     Para que un nuevo vocablo ingrese en el Diccionario debe cumplir estas exigencias:

Ser un vocablo necesario.  

Estar formado según la índole del idioma.

Ser sonoro y expresivo.  

Tener uso frecuente.  

No tratarse de un barbarismo.  

f)  No ser excesivamente plebeyo ni demasiado culto

 

Diccionario manual: es otra publicación de la Real Academia que se ocupa más del habla contemporánea; acoge voces recién llegadas del diario ajetreo literario; por eso, su importancia es más del aspecto utilitario que académico.

 

DIÉRESIS:

 

Es un signo diacrítico llamado también ‘crema’, que, colocado sobre una letra, representa un sonido distinto del significado por esa letra. En el idioma español, colocada la diéresis sobre la vocal u en los grupos constituidos por gu+e, i, (güe, güi)  indica que dicha ‘u’ debe ser pronunciada: agüero, agüita, ambigüedad ,apacigüe, apacigüé, contigüidad, desagüe, vergüenza, degüello, bilingüe, trilingüe,etc..

En el verso se coloca, a veces, sobre la vocal cerrada de un diptongo, o sobre la segunda si ambas son cerradas; es la licencia poética llamada también diéresis; con ella se deshace un diptongo para lograr una sílaba más en el verso, ejemplos:

“La luna en el mar rïela”, (Espronceda)   (se lee: ri-e-la)

“Qué descansada vida

        la del que huye del mundanal ruïdo.” (Fray Luis de León)   (se lee: ru-i-do)

 3)  “Era un aire süave

       de pausados ritmos.” (Rubén Darío)  (se lee: su-a-ve)

 

DÍGRAFOS: (véase: Alfabeto (Nuestro alfabeto. Los dígrafos. La letra Ñ. & et. I latina; y griega)

 

DIGRAMA:

 

Término para designar el conjunto de dos letras que representan un solo sonido. La Real Academia las llama   DÍGRAFOS.

 

DIMINUTIVO:

 

Es un vocablo formado mediante la adición de un sufijo o morfema (v.) (ico, ito,, uelo, illo,, etc.) al que tradicionalmente se atribuye una significación empequeñecedora: ‘paquetico’, ‘plazuela’ ‘hermanito’, etc.

Las investigaciones modernas de la sociolingüística han encontrado como característica del diminutivo la expresión de un afecto. (v. apreciativos).

El gramático Amado Alonso distingue las siguientes clases de diminutivos:

 

Nocionales: o de significación propiamente empequeñecedora, ejemplo: la ‘mesita’ de noche.

Emocionales: nacidos de los sentimientos, ejemplo: Jorge dice: mi mujercita es hermosa.

Estético-valorativos: muy frecuentes en la lírica; presentan el objeto como muy valioso, ejemplo: “la princesa sube por escalerillas de oro.”

Afectivo-activos: tratan de actuar sobre el oyente, dirigiendo su voluntad, ejemplo: hermanita, ¿me da una limosnita?, soy un pobre cieguito.

De cortesía: para no demostrar dureza, regaño, reproche, para llamar la atención con delicadeza, ejemplo: derramaste la agüita sobre mi mantel nuevo, pero no te preocupes.

Efusivos: son muy primarios, muy expresivos, ejemplo: “No me tires con piedritas/ que me vas a lastimar;/ tírame con tus ojitos/ y me van a enamorar.”

 

DIPTONGO:

 

En español es frecuente el encuentro de dos vocales en una palabra; cuando esas vocales se pronuncian juntas, hay diptongo, ejemplos: ai-re; pei-ni-lla; au-ro-ra. Cuando no se pronuncian en una sola sílaba, no hay diptongo; están en hiato (v.). Por lo tanto, diptongo es la pronunciación de dos vocales  en una misma sílaba. En los diptongos hay tres clases de encuentros de vocales: 

Dos vocales cerradas; forman los llamados diptogos indecisos; los que también reciben los nombres de ‘iguales’, ‘neutros’, ‘homogéneos’, ejemplos: cIUdad; cUIdado; rUIdo.

Una vocal abierta delante y una cerrada; forman los diptongos llamados decrecientes o descendentes; ejemplos: Aire; cAImán; Oigo; Europa.

Una vocal cerrada  delante y una abierta; forman los diptongos crecientes o ascendentes ejemplos: cIElo; cUEnto; vUElta; mIEl.

Las vocales abiertas son: a, e, o; las vocales cerradas son: i, u.

La Real Academia no admite diptongo entre vocales abiertas, como: maestro, extraordinario, línea, peor, toalla, poeta, correo, etc.

Según la gramática de la Real Academia Española (RAE) hay  catorce diptongos en nuestra lengua; ellos son:

ia: viaje, diario; ie: tiempo, bien; io: patio, salió;  iu: viuda, ciudad; ua: guapo, cual: ue: bueno, fue; ui: fui, cuidado; uo: cuota, mortuoria; ai: aire, donaire; ei: aceite, peine; oi: hoy, voy; au: aurora; eu: Europa; ou: bou (una manera de pescar).

 

DISCORDANCIA:

 

Es el fenómeno por el que no se produce una concordancia de manera esperada, sino obedeciendo a otras razones, generalmente sicológicas. La discordancia no es un hecho gramatical sino estilístico. Ejemplos:

Acudieron a la ciudad multitud de gente; en lugar de la usual expresión: acudió a la ciudad multitud de gente.

¿Cómo estamos? (para saludar), en lugar de: ¿cómo está usted? O ¿cómo estás?

 

DISENTIR (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso común en el hablar y escribir)

 

DOBLE ACENTUACIÓN:

 

Nuestro idioma permite la doble acentuación a varias palabras; algunas de ellas son:

Afrodisiaco, afrodisíaco; alveolo, alvéolo; amoniaco, amoníaco; austriaco, austríaco; cardiaco, cardíaco; chofer, chófer; conclave, cónclave; demoniaco, demoníaco; dinamo, dínamo; elegiaco, elegíaco; frijoles, fríjoles; gladiolo, gladíolo; hipocondriaco, hipocondríaco; medula, médula; olimpiada, olimpíada; paradisiaco, paradisíaco; periodo, período; policiaco, policíaco; futbol, fútbol; yo vacio, yo vacío (el tanque, por ejemplo) vacie Ud., vacíe Ud. (el tanque); rocie Ud., rocíe Ud. (las flores), etc.

 

DOBLETES FILOLÓGICOS:

 

Entre los factores históricos del crecimiento del idioma español se cuentan los llamados ‘dobletes’. Con este nombre se designa la forma duplicada de una palabra que ha tomado distinto camino en la boca del pueblo y en la de las personas cultas.. Se deben los dobletes a que la gente ilustrada se atenía a la lengua escrita, en cambio, el pueblo seguía hablando según sus leyes fonéticas.

Así se explica, también, que el significado de las dos palabras sea, por lo común, diferente aunque tengan un mismo origen etimológico. También se les conoce con el nombre de palabras isónimas (de ‘iso’, igual y ‘ónimo, nombre); esto porque tienen una raíz común pero sus estructuras han variado por las transformaciones fonéticas.

 

 

Algunos de esos dobletes filológicos o palabras isónimas son:

 

 

Cultismo:                                    Vulgarismo:

 

rápido                                         raudo

delicado                                      delgado

leal                                              legal

áncora                                         ancla

fontana                                        fuente

músculo                                       muslo

húmero                                        hombro

íntegro                                         entero

férreo                                           hierro

ópera                                           obra

óvulo                                           huevo

aurícula                                       oreja

apertura                                      abertura

secular                                        seglar

laico                                            lego

límite                                          linde

colecta                                        cosecha

clamar                                         llamar

clave                                           llave

directo                                        derecho

capítulo                                       cabildo

plaga                                           llaga

operar                                         obrar

ánima                                          alma

recuperar                                     recobrar

sigilo                                           sello

 

DONDE:

 

Al construir oraciones con el adverbio donde debe tenerse en cuenta lo siguiente:

Si las relaciones de lugar indican movimiento, llevan sus correspondientes elementos de enlace, en este caso, preposiciones (v.):

 

Si indican lugar de destino, se escribe  adonde. (Voy adonde tú digas)

Si es procedencia u origen, debe escribirse: de donde (Vengo de donde tú vives)

Si la oración indica sitio de tránsito, se usa:  por donde (Ayer pasé por donde tú vives)

Si se trata de expresar dirección, se escribe:  hacia donde (Miró hacia donde sale el sol)

Si es término del movimiento, se emplea:  hasta donde (Caminó hasta donde pudo)

Si indica permanencia o reposo, se dice y se escribe: en donde (también: donde).

 

Cuando es adverbio interrogativo lleva tilde diacrítica (v. acento) para diferenciarlo del adverbio relativo o de la conjunción, ejemplos:  ¿Dónde estamos?  No donde tú crees. Sin preposición, el vocablo ‘donde’ puede usarse con verbos de reposo, ejemplo: ¿dónde estamos?; con verbos de movimiento, ejemplo: ¿dónde me llevan?  En este último caso compite con ‘adónde’. Usado con preposición, se emplea con verbos de movimiento, ejemplos: ¿de dónde vienes?  ¿por dónde pasamos?; en muy pocos casos se usa con verbos de reposo, ejemplos: no sé por dónde vives; dime en dónde la has dejado. (v. t.: adonde)

 

DOS PUNTOS:

 

Se usan:

En las formas declarativas en las cuales una palabra sintetiza todos los elementos que se van a detallar. Esas expresiones que amplían la idea son las formas declarativas, ejemplo: mirábamos el sol con todo: con los gemelos de teatro, con el anteojo de larga vista, con una botella, con un cristal ahumado.  En este ejemplo, la palabra TODO sintetiza los elementos detallados.

Se escriben entre dos oraciones, cuando la segunda es una consecuencia de la primera, ejemplo: Bolívar tenía la pasión de la libertad: murió luchando por ella.

Cuando se hace una transcripción textual, ejemplo: Dijo Sócrates: “Conócete a ti mismo”.

En el encabezamiento de cartas, notas, solicitudes, excusas, etc., ejemplos: Distinguido señor:  Apreciada amiga:

 

DOS RAYAS

 

Dice la Real Academia de la Lengua que las dos rayas (=) sólo se usan en las copias, para denotar los párrafos que en el original van aparte. Antiguamente se empleaban para dividir algunas palabras compuestas. Hoy se usan como signo matemático, inclusive, en gramática, para expresar igualdad de dos voces. En algunos diccionarios se usan en forma vertical u oblicua (//) para separar las diferentes acepciones o significados de una palabra.

 

 

 

E

 

 

E:

 

Sexta letra del abecedario español y segunda de sus vocales, .También es conjunción copulativa en lugar de la y para evitar el hiato en palabras que empiezan por i o por hi, ejemplos: Juan e Ignacio; madre e hijo. Pero no reemplaza a la y en principio de interrogación o exclamación, ni cuando la palabra siguiente empieza por y o por el diptongo hie, ejemplos: ¿Y Ignacio, qué se hizo? ¡Y Isidro también comprometido!; Vélez y Yepes;  tigres y hienas.

Como prefijo significa “fuera de”, ejemplo: eliminar; “origen o procedencia”, ejemplo: emanar, emigrar; “extensión o dilatación”, ejemplo: efusión, emoción.

 

¡EA!

 

Interjección (v.) que se usa para denotar alguna resolución de la voluntad, o para animar, estimular o excitar; con ella se anima a los demás a continuar cualquier trabajo.

 

ELEMENTOS DE ENLACE:

 

Son los elementos de transición entre las frases que constituyen la expresión. La falta de ellos da lugar a un estilo incoherente, inacabado. No es elegante el abuso de los elementos de enlace; hay que emplearlos con precaución para que no degeneren en “muletillas” (v.), en puntos de apoyo muy repetidos con el consiguiente resultado de la monotonía (v.)

Los elementos de enlace o conectivos o conectores propiamente dichos son las preposiciones (v.) y las conjunciones (v.). De estos elementos de enlace los que presentan más frecuentes problemas de redacción son:  además de, por otra parte, asimismo (o: así mismo), sin embargo, en efecto, pues, por ejemplo, por consiguiente, puesto que.

 

ELEMENTOS DEÍCTICOS:   (v. deíxis)

 

ELEMENTOS DE LAS PALABRAS:

 

Los elementos de las palabras se llaman ‘morfemas’ (v.).. Existen los ‘morfemas trabados’ que son los que van unidos a las palabras como los sufijos (v.) y los prefijos (v.); (v. t.: derivación, composición y parasíntesis)

 

ELIPSIS:   (v. construcción nominal)

 

EN:

 

En su calidad de preposición o elemento de enlace, indica las siguientes relaciones:

 

Lugar: estamos en la oficina; entró en la universidad

Tiempo durante el cual tiene lugar la acción: estamos en primavera; se fue en abril

Aspecto, limitación, parte: un país pobre en fauna; especialista en economía.

Término de un movimiento, con determinados verbos: cayó en la piscina; entró en la casa.

Se puede emplear la preposición ‘a’ si se refiere al movimiento en acción y no a su final: cayó a la piscina; entró a la universidad

También aparece la preposición ‘en’ con el mismo sentido de término, en las frases hechas: le cae en gracia; vino en su ayuda.

     Y en giros que denotan el punto de partida: de mano en mano; de uno en otro; de sorpresa   en sorpresa.

Modo: habló en serio; se fue en silencio

Medio o instrumento: escribe en varios idiomas; viaja en barco.

Precio: se lo venden en cincuenta dólares.

Causa: lo conocieron en el hablar, en la “manera de partir el pan”.

Aquello en que se ocupa o sobresale una persona: Nadie la supera en talento.

Puede usarse precediendo a ciertos adjetivos para formar locuciones adverbiales: en general, en particular, en absoluto. Esas frases equivalen a los siguientes adverbios: generalmente, particularmente, absolutamente.

También puede preceder al infinitivo en ciertas locuciones: no tiene inconveniente en ceder.

 

 

Usos  incorrectos:

Las construcciones: mesa en vidrio, chaquetas en gamuza, camisa en algodón, blusa en seda son galicismos. Debe emplearse la preposición ‘de’.

Las construcciones con la palabra ‘noche’ deben ir acompañadas de la preposición ‘de’ y no ‘en’, se dice y se escribe: de noche, durante la noche, toda la noche.

No puede emplearse la preposición ‘en’ para anunciar la hora: son las diez en la noche. Lo correcto es: son las diez de la noche; es la una de la tarde; son las dos de la tarde.

 

ENÁLAGE:

 

Es una construcción gramatical no previsible desde el punto de vista lógico. Ocurre en la concordancia, en el uso de adjetivos adverbiales, en el empleo de tiempos y modos verbales, etc.; ejemplos: habla lento (por: habla lentamente); tú sales de aquí ahora mismo (por: ¡sal de aquí!); tú te vienes conmigo ya (por: ven conmigo).(v. t.: traslación).

 

ENCLÍTICOS:

 

Se llaman así las formas de los pronombres personales que se posponen al verbo soldándose con él. La palabra ‘enclítico’ quiere decir ‘arrimado’ porque el pronombre se junta con la palabra precedente y forma con ella una sola dicción. Antiguamente era más frecuente el uso de los enclíticos: lléveme, córrase, tráigale, mírese, mírense, siéntese, siéntense.

En los países hispanoamericanos  se ha desarrollado un uso vicioso de la ‘N’ enclítica. Consistente en añadir al pronombre una ‘N’. Ejemplos incorrectos: váyasen, sálgasen, dígamen, hágamen, córrasen. Lo correcto es: váyanse, sálganse, díganme, háganme, córranse.

 

Formas enclíticas con el pronombre NOS:

Estas se construyen casi siempre con la forma del subjuntivo (v.) que termina en ‘S’. Para que el enclítico sea correcto, el sonido /s/ y la letra que lo representa deben desaparecer; ejemplos:

Sentémonos cómodamente (y no: sentémosnos).Callémonos todos ahora (y no: callémosnos).Vámonos a cine (y no: vámosnos).Unámonos a la causa (y no: unámosnos).Vayámonos temprano (y no: vayámosnos).Digámonos la verdad (y no: digámosnos)

Otras formas incorrectas son: encarguémosselo, digámosselo; aquí hay que suprimir la ‘S’ y decir y escribir: digámoselo, encarguémoselo.

Otras formas verbales que pierden letras son: quedaos (imperativo del verbo quedar y el pronombre ‘os’) y rogamoos (primera persona del plural del verbo rogar más el pronombre  ‘os’); son incorrectos: quedad+os y rogamos+os.

En resumen: Al unirse los pronombres enclíticos con el verbo, se presentan las siguientes circunstancias:

Cuando a la primera persona del plural del presente del subjuntivo y del imperativo se une el inclítico ‘nos’, éste pierde la ‘s’; se dice y se escribe: sentémonos, callémonos.

Para evitar la pronunciación de dos eses (ss) seguidas, se dice y se escribe: encarguémoselo, dijéraselo.

El verbo en segunda persona del plural del imperativo al unirse con el pronombre ‘vos’, pierde la letra final; y el pronombre, la letra inicial, y se dice: quedaos.. Por excepción, el verbo ‘ir’ conserva la ‘d’, y decimos: idos.

Las primeras personas del plural pierden la ‘s’ delante de la forma enclitica ‘os’, por lo que decimos: rogámoos, comprenderémoos, etc.

La forma del imperativo ‘sal’ no pierde la ‘l’ (ele) aunque le sigan los pronombres le, les. Así, se dice: ‘salle’ o ‘salles’, pero la pronunciación exige una pausa entre el verbo y el pronombre; ejemplos: tú sal-le al paso, o: sal-les al paso. Estas dificultades y nada elegantes formas se pueden evitar diciendo: sal tú a él al paso, o: sal tú a ellos al paso.

 

ENDECASÍLABO:

 

Es el verso más rico, flexivo y armonioso. Este verso de once sílabas, procedente de Italia, fue introducido en España por el Marqués de Santillana y perfeccionado por los poetas Boscán y Garcilaso. Los sonetos escritos en endecasílabos son los más sonoros y perfectos, ejemplo:

 

Gracias te doy, Señor, por la viajera

sutileza del aire transparente,

por la flor, por la nieve, por la fuente

en que lava su faz la primavera.

 

Gracias por la paloma mensajera,

por el pájaro azul que, de repente,

vino hasta mí y rozándome la frente

me pidió, dulce Amor, que te quisiera.

 

Gracias por el verano, por la lumbre,

por el pan, por el vino inmerecidos,

por el amor, dulzor y pesadumbre.

 

Y gracias, finalmente, por la vida

que de tantos dolores padecidos

ya no es vida, Señor, sino una herida.

      “Soneto”—(Hernando García Mejía; colombiano)

 

ENDECHA:

 

Es el romance cuyos versos poseen seis o siete sílabas; algunos estudiosos de la estilística definen la endecha como ‘canción triste’. Existe la llamada endecha real que consta, por lo común, de estrofas de cuatro versos: los tres primeros, heptasílabos (siete sílabas); el cuarto, endecasílabo (once sílabas).

 

ENERGÍA DEL ESTILO:

 

La energía del estilo en párrafos y, naturalmente, en todos los escritos reside en que el pensamiento esté tan gráficamente expuesto, que cautive la atención y deje huella en el lector.

 

ENTONACIÓN:

 

Para hablar con propiedad y corrección una lengua no es suficiente articular bien las vocales y las consonantes, solas y en contacto unas con otras. Hay que conocer los rasgos principales de su entonación. Cada lengua tiene una entonación característica que la distingue de las demás; por eso, quien pronuncia bien un idioma extranjero es aquel que imita su entonación lo mejor posible.

La entonación sirve para expresar en forma adecuada las ideas, las emociones, los deseos. En español, la impropiedad de la entonación altera el sentido de toda la oración. El tono o altura musical de la voz se nota y se estudia en la frase, no en palabras aisladas. Según la entonación de las siguientes oraciones será el significado de ellas:

Volverás mañana...                                 Llegaste ya.

¡Volverás mañana!                                 ¡Llegaste ya!

¿Volverás mañana?                                ¿Llegaste ya?    

 (v.t.: clases de entonación)

 

ENTRE:

 

Esta preposición o elemento de enlace o conector puede expresar:

 

Situación o estado en medio de dos o más personas o cosas: se habla entre mujeres; el cuadro está entre la silla y la pared.

Intervalo de un momento a otro: llegaré entre las 9 y las 11 de la mañana.

Relación y comparación: Entre Juan y su hermana no hay problemas.

Participación o cooperación en un grupo o conjunto: entre la madre y su hija me ayudaron. También puede tener valor disyuntivo en algunas oraciones como: dudaba entre viajar o no viajar.

La frase en que se usa ‘entre’ y luego  el pronominal ‘sí’, adquiere un sentido recíproco: María e Inés se pelean entre sí.

Usar ‘entre’ con el significado de ‘dentro de’, es un arcaísmo (v.): dijo entre sí; cogió los libros y los metió entre su abrigo. Lo correcto: dijo dentro de sí; cogió los libros y los metió dentro de su abrigo.

‘Entre’ con significado de ‘cuanto’ es un uso incorrecto en el habla popular hispanoamericana, ejemplos: entre más trabajo, menos dinero. Entre más llueve más frío hace. Lo correcto es decir: mientras más trabajo, menos dinero. Mientras más llueva más frío hace.

‘De entre’ es una preposición compuesta: se levantó de entre los muertos.

Otras veces ‘entre’ equivale a ‘para’: dije entre mí, no cometeré tal daño = dije para mí, no cometeré tal daño.

 

ENTREVISTA:

 

Además del matiz marcadamente periodístico, la entrevista es también información y reportaje. El objetivo de ella es decir al lector “quién” es y “cómo” es esa determinada persona; lo que dice, piensa y hace en relación con un problema; o, simplemente, lo que hace en su vida como persona o como profesional. En este caso, la entrevista es un retrato –con un poco de narración- de una persona puesta ante el lector.

Dice el crítico G. Martín Vivaldi: “En el mundo periodístico se suele llamar ‘entrevista’ a lo que, en realidad, es pura y simple encuesta; es decir, una serie de preguntas y respuestas, mejor o peor hilvanadas, sin matizar el diálogo, sin puntuación plástica, sin ambiente...”

 

EPIGRAMA:

 

Los epigramas son esos breves poemas que tienen, a veces, un giro satírico. Un crítico del Renacimiento clasificó los epigramas en dulces, agrios, amargos y salados. En nuestros días son más frecuentes los dulcemente amorosos y los tristes y melancólicos.

En la historia de la literatura se dice que desde la Revolución Francesa el término se aplica a cualquier dicho punzante cargado de intención. “Es más personal y específico que el proverbio, menos profundo de pensamiento….”

“¿Qué es un epigrama?  Se pregunta el inmortal Coleridge.  “Un conjunto enano. Su cuerpo, la brevedad; y su alma, el ingenio”.

 

Ejemplo:

Si sabes lo que dices / eres un sabio; / si dices lo que sabes / un tonto, Fabio, / y a creer me inclino / por lo que charlas, que eres / tonto y pollino.  (A.  Urdaneta,  colombiano).

 

EPÍTETO:

 

Es un adjetivo con las siguientes características:

 

Añade al sustantivo sólo cualidades propias, por ejemplo: mansas ovejas; blanca nieve. No agrega nada conceptual a la expresión.

Casi siempre funciona con intención expresiva.

Debe anteponerse al sustantivo, pues su oficio es dar idea de relieve, es decir, mayor realce y energía a la expresión, por eso su papel es más que todo ornamental Ejemplos:

 

     Aguda espina dorada, ¡quién te pudiera sentir en el corazón clavada!.” (Antonio Machado)

 

“Sobre el agudo ciprés, brillaba la luna llena.” (Antonio Machado)

 

“Por ti la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada rosa, y dulce primavera deseaba.” (Garcilaso de la Vega)

 

EQUÍVOCO:

 

Figura literaria que consiste en utilizar en una misma  oración (o estrofa) palabras homónimas (v.) de manera que se pueda jugar con el significado. En el período barroco fue muy empleada por los escritores. En el siguiente ejemplo se usa la palabra ‘cardenales’ que posee dos significados distintos: 1) dignidad eclesiástica; 2) manchas provocadas en la piel por los golpes; éste es el ejemplo tomado del escritor Quevedo y Villegas:

“...salió (mi padre) de la cárcel con tanta honra, que le acompañaron doscientos cardenales, sino que a ninguno (a ningún cardenal) llamaban señoría...”

El mismo Quevedo juró decirle coja a la reina (que padecía una leve cojera) delante de toda la corte. En efecto, tomó un ramo de rosas y dijo a la reina: “entre este ramo de rosas su majestad ‘escoja’ (es-coja). (v. anfibología)

 

ERGUIR: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso común al hablar y escribir)

 

ERRADA ACENTUACIÓN:

 

Es uno de los vicios de dicción (v. dicción). Consiste este error en cambiar el acento a las palabras. Muchas personas de alto nivel cultural también incurren en este vicio de dicción, ejemplos: se ‘infria’ la sopa, por: se enfría; ese ‘méndigo’ por: mendigo; él es un ‘ávaro’ por: avaro; ‘máiz’ por: maíz; ‘correte’ por: córrete; ‘hóstil’ por: hostil; ‘síncero’ por: sincero; ‘régimenes’ por: regímenes.(v.t.: doble acentuación).

 

ESCRITURA:

 

Fija las palabras orales por medio de signos gráficos o grafías o grafemas llamados también letras. En su desarrollo, la escritura siguió estas fases:

Escritura ideográfica o iconográfica: representaba las ideas por medio de figuras o imágenes (icono-imagen).

Escritura simbólica: utilizó símbolos para las representaciones abstractas; eran figuras de cosas o animales que poseían los atributos o cualidades inmateriales, por ejemplo, para representar la vigilancia, dibujaban un gallo.

Escritura fonográfica: empezó con la escritura silábica; eran signos que representaban sílabas; le siguió la escritura fonética con signos que representaban los sonidos aislados, convirtiéndose luego en la escritura alfabética que usamos ahora

La escritura de los antiguos egipcios fue iconográfica, simbólica y fonética; presentó tres tipos: jeroglífica, hierática y demótica. El sabio francés Champollion descifró la escritura egipcia:

Los fenicios introdujeron en Europa la escritura alfabética.

Los asirios, persas y medas emplearon una escritura llamada cuneiforme (en forma de cuña).

Los antiguos indios del Perú emplearon los quipos, cuerdas anudadas y de colores para fijar la palabra oral.

La escritura bustrofedón (de: bu, buey; strofen, dar vueltas) se hacía primero de izquierda a derecha y seguidamente de derecha a izquierda, a semejanza de los surcos que trazan los bueyes al arar.

La escritura presenta actualmente varios tipos de estilos: cursiva, manuscrita, redondilla, gótica, itálica, negrilla, etc.

 

ESDRÚJULAS

 

Son las palabras cuyo acento recae en la antepenúltima sílaba; también se les llama proparoxítonas, y a todas se les marca tilde: cántaro, médico, cáscara.

 

ESPAÑOL:  (v. lengua española)  (v. t.: castellano)

 

ESTAR:  (v. Oración, oraciones de pasiva, y  oraciones de verbo copulativo)

 

ESTILÍSTICA:

 

Es la ciencia o la teoría de los estilos. Hoy, la estilística ha adquirido gran importancia porque relaciona la acepción del lenguaje con la psicología. La estilística analiza y valora los elementos que en el lenguaje ayudan a expresar el pensamiento, ya que los estados de ánimo sugieren diversas fórmulas expresivas. Por eso se dice que el estilo es el talento para manejar el lenguaje en la forma que más pueda impresionar: el lenguaje artístico.

A partir del análisis lingüístico realizado a un texto, se puede dar un paso más y señalar una serie de fenómenos expresivos para los que la lengua dispone de determinados procedimientos; lo que quiere decir que se pasa al comentario de texto y se entra así en el campo de la estilística. No se puede trazar  una línea divisoria fija entre el análisis lingüístico y el estilístico, puesto que el segundo tiene como soporte los datos dados por el primero.

La estilística tiene su campo de aplicación en la literatura; en cambio, la lingüística es ciencia por sí misma y no auxiliar de ninguna otra.

 

ESTILO:

 

La palabra ‘estilo’ viene del latín stilus que era un instrumento usado para escribir en tablillas enceradas. Este estilete o estilo consistía en un pedazo de metal o hueso, uno de cuyos extremos era una aguda punta para trazar las letras; en el otro extremo había un tope o superficie plana para extender la cera y borrar lo escrito. El que usaba ese instrumento con firmeza  y de un modo incisivo para hacer una impresión clara y con relieve, era elogiado. El que hacía lo contrario era denigrado.

En tiempos de Platón los críticos consideraban el estilo como la cualidad que tiene una expresión determinada, y de la cual otra puede carecer. Según ellos había obras que tenían estilo y otras que no lo poseían.

En la época de Aristóteles, los críticos consideraban el estilo como una cualidad propia a toda expresión. De acuerdo con esta apreciación, había estilo superior o inferior, estilo fuerte o débil, estilo bueno o malo, etc.

Séneca afirmó:  “el estilo es el rostro del alma; tal es el estilo en los hombres como en su vida.”

Conceptos más recientes se refieren al estilo como un término de crítica literaria empleado para nombrar o describir la cualidad de una expresión.

El crítico contemporáneo (peruano) Luis Alberto Sánchez afirma que no es escritor todo el que escribe; ni siquiera el que escribe correctamente. “Es escritor el que realiza la belleza por medio del lenguaje escrito, y para ello necesita tener su propio modo de ver el mundo, es decir, su estilo.”

Para tener buen estilo son necesarios: buen gusto, cultura humanística y sensibilidad..

 

Clasificación del estilo:

Los estilistas modernos, entre ellos el ensayista Luis Alberto Sánchez, opinan que frente a una producción literaria según  el ‘qué’  ‘para qué’ y ‘cómo’ se escribió, se puede hacer  la siguiente clasificación del estilo:

 

Estilo amplio:  Es el que realiza períodos amplios y largos en la expresión de la idea.. En este estilo no abundan los puntos. Es lento, solemne y poco usado hoy a causa de la velocidad de nuestros días, ejemplo:

“El río Bogotá, después de haber recorrido con paso lento y perezoso la espaciosa llanura de su nombre, vuelve de repente su curso hacia Occidente y comienza a atravesar por entre el cordón de montañas que están al Suroeste  de Santafé.” (Francisco José de Caldas).

 

Estilo cortado:  Se caracteriza por la frecuencia del punto y seguido y por la frecuencia de  verbos que dan un ritmo acelerado a la expresión, a veces signo de nerviosidad y de apresuramiento. Es un estilo propio de nuestro tiempo, ejemplo:

    

    “Aquí estoy en una esquina cualquiera. No importa. Vivo. Vengo de una noche lejana,  superada victoriosamente. No me siento cansado. Por el contrario, pleno, rezumando vida por los poros. Como acabado de hacer. Huelo a dril nuevo. A pan salido del horno.  La tela de mi piel templada, tersa.” (Alfonso Bonilla Naar)

 

Estilo directo: Escribir en estilo directo es hacer que el autor desaparezca; no se le ve, no se nota en el texto. Lo que se ve es lo que se quiere narrar, describir o fijar en la imaginación del lector. Este procedimiento o estilo nos da la impresión de algo que está sucediendo ante nuestra vista.

Pero el campo de aplicación más amplio del estilo directo es aquel en que hay diálogo, o cuando se reproduce lo que ha dicho alguien. En el estilo directo se hace  hablar a los personajes, el escritor les cede la palabra.

En este estilo no hay conjunción que ligue la cita al verbo declarativo; se escriben dos puntos y se entrecomilla la cita, ejemplo: Conviene hacer todos los trabajos –dijo el profesor- porque la práctica complementa la teoría”.

 

Estilo florido: Se recarga de adjetivos que son las flores de las literatura (de ahí su nombre), y también de figuras literarias. Es un poco barroco, ejemplo:

 

      “El mar, viejo barítono, ocultaba en su verdeamarillo chaleco de fantasía la moneda de sol, jornal de un día de trémolos guturales. Los buzos, esos esgrimistas  con cámara lenta, dejan a bordo su personalidad.” (Gilberto Owen)

 

Estilos humorístico y jocoso: El estilo humorístico es muy diverso: en él se mezclan lo jocoso y lo cómico con lo patético. Lo humorístico hace sonreír dolorosamente, en cambio lo jocoso inspira una risa franca y desinteresada, no mezcla para nada el sentimiento como lo hace el humorístico. En Colombia, el estilo humorístico no ha sido muy cultivado, el poeta cartagenero Luis Carlos López lo empleó en algunas de sus poesías, como la siguiente:

 

 

A un perro callejero

 

                    ¡Ah, perro miserable,

      que aún vives del cajón de la bazofia

      -como cualquier político- temiendo

      las sorpresas del palo de la escoba!

 

                    ¡Y provocando siempre

      que hurtas en el cajón pleno de sobras,

      -como cualquier político-  la triste

      protesta estomacal de ávidas moscas!

 

                   Para después ladrarle

      por las noches, bien harto de carroña,

     -como cualquier político- a la luna,

      creyendo que es algún queso de bola...

 

                ¡Ah, perro miserable,

       que humilde ocultas con temor la cola,

       -como cualquier político del día-

        y no te da un ataque de hidrofobia!

                 (Luis Carlos López)

 

El estilo jocoso busca distraer, alegrar. En la literatura colombiana son modelo de estilo jocoso: La Muela cuyo autor es Mariano Ospina Rodríguez;  La perrilla  y  La serenata, dos páginas poéticas de José Manuel Marroquín

 

Estilo indirecto: En éste, el escritor, en nombre propio, informa al lector de lo que dicen los personajes. Es, pues, el autor quien por sí mismo refiere o cuenta lo dicho por otros, ejemplo: El profesor dijo que convenía hacer todos los trabajos porque la práctica complementa la teoría.

 

Estilo lírico: Es muy subjetivo. Ahonda en lo más profundo de cada ser y expresa los estados de alma del escritor. La mayoría de las veces utiliza las figuras o imágenes literarias. Son modelo de este estilo las obras:  Platero y yo del español Juan Ramón Jiménez, La luna nueva y El jardinero de Rabindranath Tagore (hindú) En Colombia, un escritor lírico es Fernando Soto Aparicio.

 

Estilo patético:  Es el estilo que conmueve. Se dirige a los sentimientos. Casi todas las obras románticas están escritas en este estilo.

 

Estilo pintoresco: Es el estilo que impresiona la imaginación; utiliza también las imágenes literarias. Hay que mostrar con palabras lo que se quiere decir, y para conseguir esta viveza descriptiva se utiliza lo que se ha llamado el ‘detalle descriptivo’, ejemplo de estilo pintoresco con detalle descriptivo:  Cantó un gallo. Era el mismo de todos los días: u gallo arrogante, de plumaje dorado, cuello erguido, grandes espolones y con una gran cresta roja.

 

Cualidades del buen estilo:

Claridad: lo que se expresa debe estar al alcance de una persona de cultura media. Claridad es pensamiento diáfano, conceptos bien planeados, exposición limpia. Un estilo es claro cuando el pensamiento del que escribe penetra sin esfuerzo en la mente del lector.

Concisión: consiste en emplear las palabras que sean absolutamente precisas para expresar lo que queremos. Conciso no quiere decir lacónico (v.laconismo) sino denso, que es el estilo en que cada frase, cada palabra están plenas de sentido. De lo contrario, hay vaguedad, imprecisión y retórica (sólo palabras).

Sencillez: quiere decir. Huir de lo enrevesado, de lo artificioso, de lo complicado para que lo que se escribe no sea calificado de barroco (v.).

Naturalidad:  No escribir de modo conceptuoso, sino explicar, expresar, decir “naturalmente lo natural” como pide el crítico Martín Vivaldi.

El escritor sencillo se expresa con naturalidad; es decir, las palabras y las frases son las “propias”, las adecuadas, las que el tema exige; por lo tanto, huye del rebuscamiento. Lo natural es lo contrario de lo artificioso, de lo ampuloso (v. ampulosidad).

La naturalidad no va contra la elegancia; al contrario, la requiere como soporte. Víctor Hugo dijo: “Guerra a la retórica y paz a la sintaxis”.

Unidad: la del párrafo –y la de todo escrito o composición- consiste en que sus partes estén tan estrechamente ligadas entre sí, que todas se refieran al pensamiento dominante.

Variedad: en las palabras, en las frases; cuando ellas se enlazan felizmente, emerge la armonía que es elemento de belleza. Pero, esas palabras y esas frases deben estar iluminadas por lo que hay que decir; no abusar de ellas para hacer falsa literatura, fastidiosas introducciones, melindrosos juegos verbales sin ingenio.

La originalidad del estilo radica, de modo casi exclusivo, en la sinceridad. “Todos somos originales cuando somos nosotros mismos”, ha dicho un estudioso del estilo.

Empezar por ser sinceros es ya ser originales. Huir de las expresiones banales, de las frases hechas, de los tópicos consagrados por el uso es el mejor camino para conseguir un estilo original.

“El sello del verdadero escritor –dice el tratadista Albalat- es la palabra propia; y son palabras propias las que no pueden ser remplazadas por otras. Un estilo es poco original cuando abunda en frases que pueden ser remplazadas por otras más exactas, por la expresión más justa.”

Y agrega el crítico Middleton Murry: “El estilo es perfecto cuando la comunicación del pensamiento o la emoción se alcanza exactamente.”

El gran enemigo que es la retórica amenaza en las palabras que sólo se usan por lo deslumbrantes, por la sonoridad. Cuando se sacrifica parte de la precisión para atender a la musicalidad, el estilo entra en decadencia.

Al escribir, procurar trazar personales caminos; evitar las formas creadas por otros. La lectura de los clásicos y de los grandes escritores no tiene por objeto el imitarlos, sino aprender de ellos lo bueno y aplicable. Hay que darles a los escritos un sello que refleje la personalidad. Un estilo personal quiere decir un modo de expresarse singularmente. Las normas para escribir son flexibles y dejan un amplio margen a la expresión personal e íntima.

Normas  estilísticas según Azorín:

Poner una cosa después de otra y no mirar a los lados, es decir, huir de los incisos (v.) porque la atención del lector se cansa.

No entretenerse, es decir, no amplificar. La prolijidad cabe en la oratoria pero no en la escritura.

Si un sustantivo necesita de un adjetivo, no lo carguemos con dos. El emparejamiento de adjetivos indica esterilidad del pensamiento, y mucho más la acumulación de ellos.

El mayor enemigo del estilo es la lentitud. Leemos a un escritor lento y nos desesperamos [...]. Fluidez y rapidez son las condiciones esenciales del estilo, por encima de las que preceptúan las aulas y las academias: pureza y propiedad.

 

ESTROFA:

 

Es frecuente confundir el ‘verso’ con la ‘estrofa’. El verso es la reunión de palabras sometidas a medida y cadencia (v. t.: ritmo, métrica) y constituyen la unidad métrica de versificación; más sencillamente: el verso es un renglón. La estrofa es una serie de versos que forman cualquiera de las partes o divisiones de una composición poética.

 

&, “ET” (v. Alfabeto. Nuestro alfabeto. Los dígrafos. La letra Ñ. & “et”. i griega, y latina)

 

ÉTIMO:

 

Quiere decir ‘significado verdadero’; es un vocablo procedente del latín, y éste, a su vez, del griego.  Con la palabra ‘étimo’ se designa la raíz o el vocablo del cual procede otro; (v. t.: heterónimos)

 

ETIMOLOGÍA:

 

Da cuenta del origen de las palabras, de la razón de su existencia, de su significación y de su forma. Literalmente, etimología significa conocimiento de la verdad.

El eminente gramático Sebastián de Covarrubias dijo en su tiempo que era importante saber la etimología de cada vocablo, porque en ella estaba encerrado “el ser de las cosas”, sus cualidades, su uso, su materia, su forma  y de alguna de ellas había  de tomar nombre.

El lingüista Ferdinand de Saussure explica que “la etimología remonta el pasado de las palabras hasta dar con algo que las explica.”

La etimología es, ante todo, la explicación de las palabras por la investigación de sus relaciones con otras; en lingüística, explicar una palabra es remitirla a otra.

Hoy, la etimología se basa, en primer término, en la fonética, en la observación psicológica, en la distribución geográfica, en la ascendencia de las palabras, en la historia y en los textos.

 

ETOPEYA:

 

Dentro de las figuras literarias o recursos estilísticos está la ‘etopeya’ como parte de las figuras relacionadas con la descripción; esta figura o imagen literaria consiste en la descripción del espíritu, del carácter de una persona. v. t.: descripción). Ejemplo de etopeya:

El varón que tiene corazón de lis,/ alma de querube,/ lengua celestial,/ el mínimo y dulce Francisco de Asís,/ está con un rudo y torvo animal.   (Rubén Darío)

 

EUFEMISMO:

 

Es una manera de decir con suavidad o decoro ideas cuya recta y franca expresión sería dura, malsonante o indecente. Según el estudioso Carnot, el eufemismo puede producirse por:

Deseo de adaptarse a una circunstancia en la cual la palabra propia resultaría demasiado plebeya o trivial, ejemplo: ‘cabello’ en lugar de pelo; ‘baño’ en lugar de sanitario, etc.

Ennoblecimiento de la propia personalidad; así, a un músico se le llama ‘profesor’ o ‘maestro’; a una empleada del servicio se le dice ‘trabajadora’, etc.

Respeto cortés hacia la persona a quien se habla; así, en lugar de preguntar al señor por su mujer debe decirse su ‘esposa’.

Necesidad de atenuar una evocación penosa; ejemplo: en lugar de decir: ciegos se les llama ‘invidentes’ o ‘limitados visuales’; a los niños retrasados se les llama ‘niños diferentes’; a los pobres se les dice ‘económicamente débiles’.

El tabú social, religioso, moral; ello lleva a llamar al borracho ‘embriagado’; a designar como ‘amiga’ a la amante; ‘trabajadoras sexuales’ a quienes practican el ‘oficio más viejo del mundo’

 

EVOLUCIÓN DE LA LENGUA ESPAÑOLA:  (v. idioma español)

 

EXCLAMACIÓN:

 

Los signos de exclamación son dobles (¡!), se escriben al comienzo y al final de la oración. Algunas veces no pueden ir al principio de la oración, sino en el sitio donde empieza la exclamación. El académico colombiano recomendó como nombre más apropiado ‘signos de exclamación’ y no ‘signos de admiración’, puesto que no sólo se exclama por admiración sino también por dolor, angustia, odio, desprecio, amor, nostalgia, etc., ejemplos: ¡Qué calor!  ¡Cómo duele!  ¡Si pudiera verte!  ¡Qué amable eres! En esta era del ruido, ¡qué descanso espiritual es escuchar una sinfonía!

 

EXÉGESIS:

 

Explicación o interpretación de un texto. También puede pronunciarse como palabra grave: exegesis, sin tilde. Quien realiza esta clase de trabajo recibe el nombre de exégeta o exegeta. La Real Academia registra el vocablo como esdrújulo y como grave o llano.

 

EXPRESIONES COMPUESTAS:

 

Se escriben separadas:

A menudo,   de veras,     a propósito,   en donde,   ante todo,   en fin,   de prisa,   de repente,   sin embargo,   tal vez,   de pronto,   ex profeso

 

Se escriben juntas:

Acerca,   avemaría,   adelante,   dondequiera,   además,   mapamundi,   anteayer,   vicealmirante,   anteanoche,   sordomudo,   antemano,   afuera,   Avemaría,   Padrenuestro.

 

 

EXPRESIONES CORRECTAS:

 

A diestro y siniestro.   A campo traviesa.   A la fuerza; por la fuerza;  Al menos.                            A menos que.   A pie (o: pies) juntillas.   A ojos vistas.  A pie enjuto.   A posta.   A prisa; de prisa.  A regañadientes.   A tiempo; a su tiempo.   Andando el tiempo.  A tontas y a locas.            A través; de través; al través.   A lo último.   A voz en cuello.   A decir verdad; en verdad.   A voz en cuello.   A media voz.  A la zaga; en zaga.   A obscuras.   Con base en.   Con la mayor brevedad posible.   Caer en la cuenta.   Con respecto a.   Con respecto de.   Respecto a.                            Respecto de.   Cada vez que.   Por lo tanto.   Por tanto.   Tanto menos que.  Por último.                             Según y conforme.   Mientras tanto.   De acuerdo con.   De cuando en cuando.   De vez en vez.  De pie; de pies; en pie.   De puntillas.   De pronto; por de pronto.  De tiempo en tiempo.             En realidad.   En realidad de verdad.   En caso de que.   Hoy por hoy.   Uno tras otro.   Vaso de agua.   Vaso de leche.   Mientras más.   Por lo menos.   Nada menos que.   Nunca jamás.   Uno a uno.   Uno por uno.   De uno en uno

 

EXPRESIVIDAD:

 

Este término se encuentra en lo relacionado con la estilística, y se entiende como sinónimo de afectividad. La expresividad de una palabra –según el estudioso J. Zima- puede ser inherente, cuando la posee sin necesidad de contexto que le dé la significación, ejemplos: amorcito; precioso, libraco, mi tesorito, etc.; o adherente cuando dicha expresividad la recibe en el contexto, ejemplo: Don Quijote montaba un ‘pobre y flaco caballo’

 

EXTRANJERISMOS:

 

Son palabras de otros idiomas que se han incorporado al español. La Real Academia ha admitido muchos extranjerismos, pero otros siguen sin ser admitidos porque son innecesarios.

Algunos de los muchos ya aceptados: maquillar, maquillaje, garaje, iceberg, coctel, suéter, hangar, hindú, guiñol, aplique, reportaje, supervisión, y muchos más.

 

 

 

 

F

 

 

F:

 

Séptima letra del abecedario español y quinta de sus consonantes. Su nombre es ‘efe’

 

FÁBULA:

 

La palabra fábula viene del latín ‘fari’ que significa hablar. De ‘fari’ procedió ‘fablare’ que originó ‘fablar’, y finalmente por el cambio de F por H: hablar.

La fábula es un pequeño relato, casi siempre en verso, cuyos personajes (animales, plantas o cosas inanimadas) simbolizan los vicios y virtudes de los hombres. La lección que se extrae del argumento de la fábula se denomina moraleja.

La fábula tuvo su origen en Oriente: India, Persia, Arabia; pero el griego Esopo y el latino Fedro fueron quienes la hicieron más popular en Occidente.

La historia de la fábula puede dividirse en cuatro edades: la antigua (India y Grecia), la media (Roma y Occidente), la moderna (entre 1600 y 1800), y la contemporánea (los siglos siguientes). La Edad de Oro de la fábula es la comprendida entre los siglos XVII y XVIII.

En la primera edad, la intención moral es lo único que importa. Es la edad de las fábulas orientales entre las que se cuenta la famosa colección Calila e Dimna.

La segunda edad corresponde a la romanización de Europa y al período medieval.. El autor más importante en esta edad es Fedro, en Roma.

En la Edad de oro (edad moderna), La Fontaine (francés) eleva la fábula a su genuina categoría poética. En España se destacan Félix María Samaniego y Tomás de Iriarte. Todos ellos siguen aprovechado la temática antigua, pero perfeccionan la expresión, racionalizan los temas, imprimen al género fábula una gracia atractiva muy alejada ya de la filosofía.

A partir del siglo XIX, con el Romanticismo, la fábula quedó desterrada de la literatura europea, se le juzgó anticuada; además, muy infantil para espíritus tan complejos como los románticos; y desde 1650 es la lectura “graciosa” dedicada a los niños que empiezan a leer.

 

FAMILIA LÉXICA:

 

En gramática, una familia léxica es el conjunto de palabras que contienen el mismo lexema o raíz, ejemplos:

                     RED                                        .CAMP-o                           AM-ar

                en-RED-o                                      CAMP-ero                        AM-able

                en-RED-ar                                     CAMP-esino                    AM-igo

          des-en RED-ado                                  CAMP-estre                      AM-or-o

                en-RED-                                     a-CAMP-ar                           AM_ado

 

 

FAMILIAS DE LENGUAS INDÍGENAS EN COLOMBIA:

 

Chibcha: Se hablaba especialmente en la sabana de Bacatá (hoy Bogotá). El chibcha también se llamaba ‘muisca’ o ‘mosca’.

Guahíbo: Se hablaba en especial en la región del Orinoco.

Puinave:  Localizada en la región del Guaviare.

Sáliba:     Se encontraba esparcida en la parte superior del río Meta.

Tukano:  Localizada en el curso superior de los ríos Caquetá, Putumayo y Napo.También     en los ríos Vaupés y Apoporis.

Witoto:    Esta familia de lengua indígena también se conoció con el nombre de ‘huitoto’. Se hablaba en las regiones entre los ríos Yarí y Apoporis, en la margen derecha del Napo y en el Salto del Aracuara.

(Historia Extensa de Colombia. Vol. 1, Tomos 1 y 3)

 

FIGURAS DE CONSTRUCCIÓN:

 

.Son cinco: hipérbaton, elipsis, pleonasmo, silepsis, y traslación.

(v. cada una de ellas en el lugar alfabético  correspondiente).

 

FIGURAS DE DICCIÓN:  (v. figuras literarias)

 

FIGURAS LITERARIAS:

 

Son llamadas también figuras retóricas, recursos literarios, imágenes literarias, recursos estilísticos.

En el estudio del estilo es indispensable el conocimiento de algunas figuras literarias muy empleadas por los autores, especialmente por los que cultivan el estilo lírico.

Cuando en literatura las ideas no se dicen claramente sino que se usan expresiones simbólicas, el estilo se hace más elegante. Estas expresiones que contribuyen a hacer el lenguaje más claro y más elegante, sobre todo cuando se trata de expresar ideas abstractas, se llaman ‘figuras literarias.

Se dividen en las siguientes clases:

Figuras de dicción. Las principales son: asíndeton, polisíndeton, epíteto, anáfora, concatenación, hipérbaton. (v. cada una en su lugar alfabético)

LOS TROPOS.

     Tropo es una voz griega que significa dar vueltas a un objeto. Designa la traslación (dar vuelta) del sentido de las palabras o de la oración. Por ejemplo: la palabra NIEVE es agua congelada, en sentido natural; pero, al trasladar su significado puede designar frialdad de carácter, blancura de la tez, etc.

Con los ‘tropos’ se consigue sugerir dos ideas con una misma frase, hacer más claras las expresiones, lograr más energía en el estilo, alcanzar una concisión admirable, enriquecer el lenguaje multiplicando las palabras y dándoles nuevas significaciones, dar un aspecto de novedad a las ideas comunes  y al mismo tiempo, belleza y gracia.

Entre los tropos la figura más conocida es la METÁFORA. Consiste en designar una cosa con el nombre de otra que tenga con ella alguna semejanza. No se nombra, pues, directamente el objeto sino que se hace por medio de dicha figura literaria, ejemplo:

 

“La cabeza, oro fino, y nieve el rostro;

astros los ojos; de ébano las cejas

de donde amor tendía arco certero.”  (Francisco Petrarca)

 

Las otras dos figuras tropológicas son la sinécdoque y la metonimia.

Si la metáfora es un tropo por semejanza, la SINÉCDOQUE es un tropo por conexión. Consiste en expresar una cosa designando un objeto inmediato. La estilística estudia hasta ocho clases de sinécdoque; algunas de ellas son: de la parte por el todo, como cuando decimos: compró mil cabezas de ganado, en lugar de: mil reses. En la plaza había mil almas, en lugar de: mil personas.

De la especie por el género, por ejemplo: El hombre es mortal; ése no sabe ganarse el pan. En estos ejemplos, hombre comprende también a la mujer; pan comprende a toda clase de alimento.

De lo abstracto por lo concreto, ejemplos: la juventud; la nobleza; la ancianidad, en lugar de: los jóvenes, los nobles, los ancianos.

 

La METONIMIA  es un tropo por correlación o por correspondencia. En esta figura, no se designa el objeto a que queremos referirnos, sino otro que guarda relación con él. También la estilística estudia ocho clases de metonimia; algunas son:

Del instrumento por la causa, ejemplos: es el mejor violín de la orquesta; era la mejor pluma del periódico; por: el violinista; el escritor.

Del efecto por la causa, ejemplos: ella es mi alegría; ese señor es el tormento de la sociedad; en lugar de: es la causa de mi alegría; es la causa del tormento de la sociedad.

Del continente por el contenido, ejemplos: bebió un vaso de agua; sirvió un vaso de vino.

Del signo por la cosa significada; ejemplos: el laurel indica la victoria; el olivo es símbolo de la paz; la espada es símbolo de la guerra; el cetro y el trono simbolizan la monarquía.

De lo físico por lo moral; ejemplos: perdió la cabeza (se enloqueció); no tiene corazón (no tiene sentimientos); es un hombre sin entrañas (sin compasión).

 

Figuras oblicuas o intencionales: expresan el sentimiento de una manera indirecta. Las más frecuentes son: alegoría, personificación o prosopopeya, hipérbole, ironía, reticencia. (v. estas figuras y las siguientes en su lugar alfabético)

Figuras de pensamiento: ayudan a dar una mayor claridad y expresividad a las ideas. Se dividen en lógicas, pintorescas y patéticas:

Las figuras pintorescas están al servicio de la descripción, son: prosopografía, retrato, caricatura, etopeya, topografía.

Las figuras lógicas. Entre éstas las más frecuentes son: paradoja o antítesis, símil o comparación.

Las figuras patéticas: reflejan las pasiones. Tienen por objeto conmover o dar expansión a los afectos personales. Comunican fuego y unción al pensamiento. Algunas de ellas son: deprecación, imprecación.

 

FILOLOGÍA: (v. lingüística)

 

FOLCLOR DE UN IDIOMA:

 

Es el estudio del idioma referente a los proverbios (v), las leyendas (v.), las adivinanzas, los cuentos, refranes (v.), las tradiciones, los modismos (v.), etc.

 

FONEMA:

 

Los fonemas son entidades abstractas y clasificatorias pertenecientes a la lengua. Son la imagen que tenemos de los sonidos. Los fonemas se  representan entre barras: /a/, /e/, /f/.

Los sonidos son la realización de los fonemas. Son entidades concretas pertenecientes al habla. Se representan entre corchetes: [a], [e], [f].

(v. t.: articulación de los fonemas del español)

 

FONÉTICA:

 

Es la ciencia que estudia los sonidos de un idioma desde el punto de vista material. Cuando los sonidos articulados del idioma se estudian en su aspecto intencional, se está dentro del campo de la fonología.

Dicho de otro modo: Fonética es una parte de la gramática que estudia el material sonoro de los idiomas, es decir, los sonidos. Se divide en fonética concreta y fonética abstracta

La fonética concreta se refiere a los sonidos de las lenguas y a sus articulaciones, a la acentuación, al tono y a la entonación.  La fonética abstracta es la llamada ‘fonología’ y estudia los fonemas o representación abstracta de los sonidos. Los fonemas son fijos y limitados; al contrario de los sonidos que son ilimitados.

La fonética se ocupa del plano del significante (v.) y no del significado (v.)

La fonética abstracta se llama también fonología, y es el estudio de los fonemas (v.). Ambas ciencias, la fonética y la fonología se complementan para llegar al adecuado conocimiento de los sonidos constitutivos de una lengua, pues son los que dan a ésta sus matices más característicos.

 

FONOLOGÍA: (v. fonética).

 

FORMANTES FACULTATIVOS:  (v. apreciativos)

 

FORMAS APOCOPADAS DEL ADJETIVO:  (v. adjetivo)

 

FORMAS NO PERSONALES DE VERBO:

 

Para que haya oración gramatical es necesario un verbo en forma personal. Esta forma personal lleva consigo la expresión de la persona gramatical que realiza la acción expresada por el verbo.

Existen las llamadas ‘formas no personales de verbo’ que son: el infinitivo, el gerundio y el participio.  (v. cada uno de ellos en el lugar correspondiente al ordenamiento alfabético).

 

FORMAS REGULADORAS DE LA FRASE:

 

Según los más destacados estudiosos de la sintaxis (v.), las formas reguladoras de la frase son: el sujeto (v.), el verbo (v.) y los complementos (v.).

 

FORMAS VERBALES SIMPLES Y COMPUESTAS:

 

Las formas verbales simples son las que contienen un lexema (v.) que indica el sentido básico y un morfema (v.) o desinencia o terminación, unidos El lexema y el morfema constituyen el monema (v.). Ejemplos:

Los componentes del monema o vocablo CANTO son:  CANT, es el lexema y O es el morfema o terminación o desinencia.

Los componentes del monema LLEGASTEIS son: LLEG, es el lexema y ASTEIS es el morfema o terminación o desinencia. (Sin tilde porque la palabra ‘llegasteis’ es llana o grave).

Los componentes del monema AMARÉ son: AM, es el lexema y ARË es el morfema o terminación.

Las formas verbales compuestas son las que llevan el verbo auxiliar ‘haber’ seguido del verbo que se conjuga, pero en participio, ejemplos: hemos venido, hubo escrito, hubieron cantado, habrán llegado, habían leído.

 

FORZAR: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso común en el hablar y escribir)

 

FRASE:

 

Modernamente se prefiere, desde el punto de vista etimológico, esta palabra a la de ‘oración’ o ‘proposición’.

Viene del griego ‘phrasoo’ que es ‘hablar’. La frase es la unidad expresiva de la redacción. Es la función íntegra de la palabra, del pensamiento y de la afectividad. También puede definirse como la menor unidad del habla con sentido completo.

‘Frase’ es un término que alterna, con significación equivalente, con el de ‘oración’.

Andrés Bello llama frase sustantiva a la reunión de un sustantivo con sus modificadores que lo explican o lo especifican, ejemplo: la última tierra de los abuelos; frases adjetivas como: cubierta de bellas y olorosas flores; frases verbales ejemplo: corría presuroso por la pradera; y frases adverbiales, como: lejos de toda compañía.

 

FRASE ABSOLUTA:

 

Expresa un juicio (idea) completo, y gramaticalmente equivale a una frase autónoma.. Tiene lugar con las formas de participio y de gerundio.

Con el participio (v.) es pasiva la frase si el participio va seguida del sujeto, ejemplos: terminado el congreso, se leyeron las conclusiones.  Oído el testigo, se dictó sentencia.

El gerundio (v..) en los modos absolutos equivale a una frase de relativo explicativo o a una frase circunstancial de tiempo, causa, finalidad, condición y modo que modifica al verbo dominante. El gerundio absoluto encierra los elementos de una frase completa. El sujeto del gerundio absoluto va siempre detrás de él, ejemplos: estando yo presente; llegando tú primero.

 

 

FRASE ADJETIVO:

 

Se compone de un sustantivo que rige a otro con preposición intermedia, la cual puede sustituirse por un adjetivo calificativo, ejemplos:

Casa de campo (casa campestre)                 hombre de guerra (hombre guerrero)

Cariño de madre (cariño maternal)             joven de talento (joven talentoso)

 

FRASES ADVERBIALES:   (v. adverbio).

 

FRASES CORRECTAS:   (v. expresiones correctas)

 

FRASES HECHAS:

 

La metáfora (v. figuras literarias), como el dinero, se desgasta con el uso y llega un momento en que ya no es elegancia del lenguaje, ya no se necesita. La metáfora muy usada, muy repetida se convierte en ‘lugar común’, en ‘frase hecha’.

Alguna vez, hace años, fueron acertadas y brillantes estas expresiones: labios de rubí; talle de palmera; dientes de perla; la nave del Estado; arrancó aplausos; reina la calma; le abre el corazón a su amigo; lágrimas amargas; la cólera implacable; se recibió en el seno de la Academia; medios políticos; medios económicos; sumido en un mar de confusiones, o de dolor, o de lágrimas; la tiranía de las pasiones; magistral exposición; sumido en las tinieblas de la ignorancia, etc.

Hoy, por repetidas y excesivamente usadas, pasaron a ser ‘frases hechas’ (lo que el pueblo llama ‘frases muy trilladas’), ‘lugares comunes’. Al escribir y al hablar, deben evitarse dichas frases por inútiles e inelegantes; la creatividad ha de encontrar otras formas.

 

FRASES INCIDENTALES:

 

También llamadas incisos. Son todas las expresiones modificativas que se introducen o intercalan en una oración Deben escribirse entre comas o entre guiones; hasta el siglo pasado se usaba escribirlas entre paréntesis; por tal razón recibían el nombre de ‘parentéticas.

No se debe abusar de los incisos, y cuando son muy necesarios, es conveniente evitar que sean largos; ya que no se debe romper la unidad de la oración; por tanto en inciso o modificativo debe escribirse donde menos estorbe la claridad del pensamiento para que éste fluya sin interrupciones; ejemplo: Jorge, cuando se dio cuenta del peligro, frenó inmediatamente.

En la anterior expresión, es mejor escribir el inciso o frase incidental al principio, en beneficio de la elegancia, la armonía y la claridad del estilo; veamos el cambio: Cuando se dio cuenta del peligro, Jorge frenó inmediatamente.

 

FRASES  PROVERBIALES:

 

Dice el gramático F. Marcos Marín que no deben confundirse con los refranes. Ese grupo de palabras llamado frase proverbial tiene que expresar algo ejemplificador (por eso se le llama ‘proverbial’), lo que suele ocurrir por la relación de la frase con un acontecimiento histórico importante, o que la historia ha hecho famoso. (Historia quiere decir aquí: conciencia de colectividad).

La frase proverbial es una entidad léxica autónoma que no se sometería a servir de elemento sintáctico en el esquema de la oración. Es siempre algo que se dijo o se escribió, y su uso en la lengua tiene el carácter de una cita, de una recordación, de algo que se trae a cuento ante una situación que de algún modo se asemeja a la que dio origen al dicho.

Su valor expresivo no está en las imágenes que pueda contener, sino en el paralelismo que se establece entre el momento actual y otro ya pasado, pero que se evoca con determinadas palabras. Algunos ejemplos:  No se ganó Zamora en una hora; al buen callar llaman Sancho; contigo pan y cebolla.

La moral de las frases proverbiales o proverbios y de los refranes (v.) no es la gran moral de las grandes virtudes, de la abnegación, o de las acciones heroicas y sublimes. Salidos del pueblo y para el pueblo, deben entenderse como unas normas de conducta moderada y de prudente consejo, útiles para la vida corriente. Su fundamento es el sentido común, ponen al descubierto los vicios incurables y los eternos defectos de la humanidad. (Esteban Bagué)

 

FREGAR: (v.Verbo, otros verbos irregulares de uso común al hablar y escribir)

 

FUERA:

 

Adverbio que significa ‘en la parte exterior’ o ‘a la parte exterior’. Puede ir precedido de las preposiciones de, desde, hacia, para, por, ejemplos: viene de fuera; habló desde fuera; miró hacia fuera; el nombre quedó por fuera. (v. afuera).

 

FUNCIONES DEL LENGUAJE:

 

Para la adecuada funcionalidad del idioma y para una clara y correcta comunicación, es necesario conocer las diferentes funciones del lenguaje. Ellas son:

 

 1.Función referencial:

También se le conoce con los nombres de ‘denotativa’ y ‘cognoscitiva’. Es aplicable en el campo de la ciencia. En esta función sólo importa la idea. Acentúa las relaciones entre el mensaje y el referente. Cuando decimos: el libro está abierto, el mensaje nos remite de inmediato al referente que es ‘libro’. Esta función se hace cargo del contexto al que alude el mensaje.

 

2.Función emotiva:

Llamada también función ‘expresiva’. Con ella interpretamos la realidad tal como la sentimos y apreciamos, según nuestra personal manera de analizar. Si la función referencial es objetiva, la función emotiva es subjetiva y define las relaciones entre el mensaje y el emisor, es decir, entre lo que se dice y quien lo dice. En esta función tienen cabida las interjecciones, la primera persona gramatical, el tono de la voz, la actitud emocional.

 

 3.Función estética:

En ésta, el valor del mensaje reside en la obra misma, es decir, en el cuadro del pintor, en la página musical del compositor, en la novela o el cuento o la poesía del escritor, etc.

El mensaje y el referente se identifican. El mensaje lleva en sí mismo su propia significación. La función estética se caracteriza por la relación del mensaje consigo mismo; organización del lenguaje cuyo producto es el estilo; es el arte de la palabra. El lingüista R. Jacobson, en la jerarquización que da de las funciones, la llama ‘función poética o lúdica’ porque se centra en el mensaje y hace de él algo recreativo.

 

    4.Función conminativa:

En ésta, el mensaje pretende hacer actuar de alguna manera al receptor (el que recibe el mensaje). Esta función acentúa las relaciones entre el mensaje y el receptor. Es función importante para la efectividad de los mensajes de quienes tienen que ocuparse de la dirección de grupos. En esta función tienen cabida la súplica, el ruego, las órdenes, las frases que convencen para producir cambios. Su expresión más pura es el vocativo, también la forma imperativa. Se le conoce con el nombre de función ‘conativa’.

Los mensajes que tienen como fin producir cambios en la manera de pensar y actuar de las personas deben ser objetivos, lógicos y claros. En los códigos sociales se cumple bien esta función, especialmente en la publicidad. Se le conoce también con el nombre de función ‘conativa’ y función ‘apelativa’.

 

 5.Función fática:

Establece, mantiene y da fin a la comunicación entre el emisor y el receptor; posee recursos para verificar si el canal funciona y si se establece la comunicación. La función fática se utiliza para retener la atención. Los códigos sociales ayudan a esta función, sobre todo los gestos, porque regulan la conversación

Esta función comprende los signos que sirven esencialmente para establecer, prolongar o interrumpir la comunicación, para llamar la atención del interlocutor, ejemplos: ¿me entiendes?;  sí, sí; ajá; como no; por supuesto; muy bien, etc.

La función fática es la acentuación del contacto; da lugar a largos diálogos.

 

 6.Función metalingüística:

Es el código lingüístico y el uso que se hace de él. Tiene por objeto definir el sentido de los signos, los cuales pueden no ser entendidos porque tienen un significado especial en un campo determinado. Es, entonces, cuando se pregunta por los significados, cuando se usan los sinónimos, ejemplos:

Semiótica en lingüística es el estudio de los signos de la comunicación. En medicina es el estudio de los signos de la enfermedad.

Código en lingüística es el lenguaje convencional para la comunicación. En derecho es el conjunto de leyes.

Granada es el nombre de una fruta; pero, también indica un arma mortífera.

      Al definir estos conceptos, estamos cumpliendo la función metalingüística. Ella es propia de los textos que se refieren al lenguaje y a los procesos de enseñanza-aprendizaje.

 

FUTURO HIPOTÉTICO:

 

Llamado así porque es un futuro que expresa el hecho como contingente (que puede suceder o no). Este tiempo futuro del verbo está en decadencia en el lenguaje actual.

 Hoy no se dice: si fuere necesario, se hará; se dice:  si es necesario, se hará; o también se usa: si fuera necesario, se hará.

En vez de: si viniere, díganle que pase; hoy se dice y se escribe: si viene, díganle que pase; o también: si viniera, díganle que pase.

Este tiempo verbal sólo se usa en los escritos literarios y en el estilo burocrático (leyes, decretos, convocatorias, etc.)

 

 

 

G

 

 

G:

 

Octava letra del abecedario español, y sexta de sus consonantes. Su nombre es ‘ge’

Cuando el sonido de la ‘ge’ precede a una /e/ o a una /i/, se transcribe interponiendo una /u/ que no se pronuncia, ejemplos: guerra, guitarra. En los casos en que la /u/ se pronuncia en alguna de estas combinaciones, debe llevar diéresis, como en vergüenza; argüir, agüita.

 

GALICADO, que:  (v. que galicado)

 

GALICISMOS:

 

Vocablos o giros del francés empleados en otro idioma.

En español, son muchas las palabras francesas que la Real Academia ha aceptado, a las cuales les ha dado la grafía española y con ella ingresaron en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE). Algunas de esas voces francesas aceptadas son: avalancha, ficha, hotel, billar, broche, bufete, blusa, jardín, vergel, paje, parque, silueta, obertura, miniatura, sargento, manjar, jaula, gañán, trinchar, arribista, consomé, carrusel, hangar, garaje, maquillar, maquillaje, señalizar, señalización, telefonazo, lupa, guiñol, aplique, reportaje, entrenar, marioneta, furgoneta, cuplé, etc.

 

GÉNERO:

 

Es un accidente gramatical sufrido por el sustantivo y el adjetivo.

 

Hay algunos adjetivos que no varían, son los que terminan en ‘e’ o en consonante, ejemplos: el paso firme, la voz firme; el libro importante, la explicación importante; el hombre débil, la mujer débil; el niño capaz, la niña capaz.

La terminación femenina de los adjetivos se forma según las siguientes reglas:

Son invariables los adjetivos terminados en vocal, menos aquellos cuya letra final es ‘o’, por ejemplo: árbol indígena, planta indígena; hombre ilustre, mujer ilustre; trato baladí, conducta baladí; pueblo hindú, lengua hindú.

Son, asimismo, invariables los adjetivos terminados en consonante, por ejemplo: cuerpo ágil, figura ágil; hombre ruin, mujer ruin; hecho singular, hazaña singular; caballero cortés, dama cortés; estado feliz, suerte feliz.

Los adjetivos terminados en ‘o’ la cambian en ‘a’, por ejemplo: lindo, linda; atrevido, atrevida; bueno, buena; bondadoso, bondadosa.

 

Son excepciones:

Los adjetivos terminados en AN; ON; OR; añaden una ‘a’, por ejemplo: holgazán, holgazana; juguetón, juguetona; traidor, traidora. Menos los siguientes: mayor, menor, mejor, peor, superior, inferior, exterior, interior, anterior, posterior; que son adjetivos invariables.

‘Superior’ añade una ‘a’ sólo cuando se convierte en un sustantivo para designar a la mujer que gobierna una comunidad o corporación.

Los diminutivos en ETE y los aumentativos en OTE cambian la ‘e’ en ‘a’, por ejemplo: regordete, regordeta; feote, feota.

Los adjetivos que significan nación o país de donde se procede, y que se sustantivan a menudo, imitan a los sustantivos en su terminación femenina, como: español, española; danés, danesa; andaluz, andaluza.

En cuanto al sustantivo, hay algunos, muy pocos (los que indican personas y sus cargos o se refieren a animales) que tienen dos terminaciones, como: niño, niña; esposo, esposa; hermano, hermana; tío, tía; primo, prima; abuelo, abuela; león, leona; gato, gata; oso, osa; perro, perra; gallo, gallina; ciudadano, ciudadana; señor, señora; marqués, marquesa; barón, baronesa; abad, abadesa; alcalde, alcaldesa; príncipe, princesa; poeta, poetisa; profeta, profetisa; sacerdote, sacerdotisa; emperador, emperatriz; actor, actriz; cantor, cantatriz; zar, zarina; rey, reina.

 

Algunas normas para la formación del femenino en el sustantivo:

 

Ordinariamente, no varían los sustantivos terminados en ‘a’, ejemplos: el patriota, la patriota; el persa, la persa. Tampoco cambian los nombres graves terminados en consonante como: el mártir, la mártir. Por lo común, no varían los terminados en ‘e’ como: intérprete, caribe, ateniense, ni los terminados en ‘i’ aguda como: marroquí, guaraní. Pero sí cambian los sustantivos terminados en ‘ante’, ‘ente’, como: gigante, giganta; pariente, parienta; y los terminados en ‘ete’, ‘ote’, como: alcahuete, alcahueta; hotentote, hotentota. Es de advertir, que los anteriores vocablos pueden funcionar también en la frase como adjetivos, cuando acompañan a un sustantivo. Lo que los vuelve sustantivos es el artículo o determinante.

En los sustantivos que significan empleos o cargos públicos, la terminación femenina se le da a la esposa del que ejerce dichos cargos (según la gramática tradicional y según concepto de don Andrés Bello), como: presidenta, regenta, almiranta, alcaldesa. Hoy, la Real Academia Española ha aceptado los términos femeninos con una nueva acepción, puesto que la mujer desempeña también dichos cargos públicos; así, son correctos: presidenta, jefa, gobernadora, alcaldesa, generala, tenienta, ministra, fiscala, etc.

El femenino de hijodalgo e hijosdalgo es hijadalgo, hijasdalgo.

Hay sustantivos que con una misma terminación designan los dos sexos u sólo se diferencia su género por el artículo; la Real Academia les da el nombre de sustantivos comunes en cuanto al género, o también: sustantivos de género común. El académico Rafael Seco cree que es más clara y apropiada la designación de sustantivos invariables; ejemplos: el testigo, la testigo; el artista, la artista; el pianista, la pianista, etc.

Según el gramático José Antonio Pérez Rioja y otros más, hay nombres de animales que adoptan un género gramatical determinado, aplicable tanto al macho como a la hembra; ejemplos: la abeja hembra y la abeja macho; la hormiga hembra y la hormiga macho; el avestruz hembra y el avestruz macho; el pez macho y el pez hembra; el gusano macho y el gusano hembra, etc. En la gramática tradicional se les conoce con el nombre de sustantivos epicenos.

Hay sustantivos que para designar los dos sexos no tienen una raíz común, por ejemplo: buey, toro, vaca; carnero, oveja; caballo, yegua. (v. étimos y heterónimos).

A veces, se prefiere el sustantivo femenino para la designación de la especie, como: paloma, gallina, oveja, ballena, etc.

Opina Andrés Bello que cuando se habla de personas apareadas, se juntan las dos formas para la designación del par, por ejemplo: el presidente y la presidenta; el rey y la reina. Pero también es correcto decir ‘los padres’ por: el padre y la madre; ‘los reyes’ por: el rey y la reina; ‘los abuelos’ por: el abuelo y la abuela; ‘los niños’ por: el niño y la niña

Afirma el mismo eminente gramático que, son masculinos los nombres propios de ríos como el Magdalena, el Sena, el Plata, el Amazonas, y los de montes y cordilleras, como el Etna, los Alpes, el Himalaya; se exceptúan la Alpujarra y los que han sido originalmente apelativos femeninos como Sierramorena, la Silla (en Venezuela)

Son masculinos los nombres propios de hombres, de animales machos, los que indican estado u oficio del varón; los sustantivos que significan varón o macho o seres que nos representamos como de este sexo, como: ángel, duende, hombre patriarca, tetrarca, monarca, león, centauro, Calígula, Rocinante,  Pedro, José, Luis, etc.

Son masculinos los nombres de los meses, días y de las notas musicales: febrero, abril, lunes, jueves, sábado, do, re, mi, fa, etc.

Son femeninos los nombres propios de mujer, los animales hembras, los que indican estado u oficio de mujer, los de seres que nos representamos como de este sexo, como: diosa, ninfa, hada, leona, Safo, Juno, Dulcinea, Luisa, Josefina, María, Isabel, etc.

También son femeninos los nombres de las letras de cualquier alfabeto, como: la be, la zeta, la ge, la eñe, la delta, la omega, etc., (hay gramáticos que opinan que algunas letras del alfabeto griego son masculinas).

 

Por su terminación:

Son masculinos los nombres terminados en e, i, o, u, j, l, n, r, s, t, pero con muchas excepciones (es la opinión del gramático Miranda Podadera)

Son femeninos los nombres terminados en a, z, también con muchas excepciones.

Son femeninos los sustantivos terminados en ‘d’ como: vanidad, caridad, merced, red, sed, virtud; menos: césped, ardid, almud, laúd, alud, ataúd, sud, talmud.

Los nombres de reinos, provincias, ciudades, poblaciones o lugares siguen, por regla general, el género de su terminación: en ‘a’, son femeninos; en ‘o’, son masculinos.

A los que por su terminación pudieran pertenecer al masculino o al femenino, se les aplica, por lo regular, el género masculino.

Hay poblaciones cuyo nombre se usa en el género contrario a su terminación, pero ha de interpretarse como sobrentendida la palabra ‘pueblo’ o el vocablo ‘ciudad’, ejemplos: todo Bogotá está sin agua (pueblo); toda Pasto protestó por las alzas (ciudad).

El femenino se forma añadiendo una ‘a’ al masculino cuando termina en consonante, ejemplos: escritor, escritora; orador, oradora.. Cambiando la ‘o’ por ‘a’, ejemplos: gato, gata,; perro, perra.

Hay femeninos de forma irregular, cuyas terminaciones más corrientes son: esa, isa, ina, triz, ejemplos:, consulesa, diablesa, feligresa, vizcondesa, diaconisa, papisa, heroína, reina, zarina, directriz, emperatriz, institutriz, meretriz, etc.

Algunos nombres propios (muy pocos) son masculinos o femeninos según el sexo de la persona a quien correspondan, por ejemplo: don Abigaíl, doña Abigaíl.

El sustantivo ‘arte’ es femenino; ocurre que cuando se usa en singular debe llevar el artículo masculino ‘el’ porque ‘arte’ es una palabra que empieza por ‘a’ acentuada, y en este caso, el artículo acompañante es masculino; lo mismo ocurre con: ama de llaves, agua, hambre, águila, ala y muchas más. Cuando estos vocablos se usan en plural, recobran su artículo femenino: las artes, las amas de llave, las aguas, las hambres, las águilas, las alas, etc.

Con el artículo ‘LO’ delante de un adjetivo se forman los sustantivos neutros, como : lo blanco, lo bonito, lo noble, lo azul, lo amarillo, lo grande, lo pequeño, etc.(v. neutro).

 

GÉNEROS LITERARIOS:

 

Se denomina ‘género literario’ a las distintas variedades con  que se presentan las obras producto del arte literario. Recientemente han sido definidos los géneros como ‘formas directrices necesarias y ordenamientos útiles para la expresión y comunicación del lenguaje poético’.

Desde los antiguos retóricos griegos, en toda la tradición literaria occidental, se han distinguido estos tres géneros: poesía, (crear belleza), didáctica (su fin es enseñar) y oratoria (literatura oral).

La poesía, a su vez, admite tres divisiones o formas principales que son:

 

La épica:

Refleja el mundo exterior, el mundo ajeno al espíritu del poeta. Narra acontecimientos como aventuras, viajes, batallas; en fin, cualquier episodio que impresione el espíritu. En la épica se encuentran las grandes epopeyas como La Ilíada  y La Odisea (Homero); La Eneida (Virgilio)

 

La lírica:

Expresa los sentimientos más íntimos del autor. Los temas de las obras son subjetivos o interiores, ellos pueden ser: el amor, el entusiasmo, la admiración, la nostalgia, la ilusión, el anhelo, etc.

 

La dramática:

Se expresa en forma de diálogo entre varios personajes, dentro del marco de un escenario. Son las obras escritas para teatro. A diferencia de la épica y la lírica, la dramática exige una representación visible.

Con el correr del tiempo, a estos géneros tradicionales se les han añadido otros nuevos, como: la historia que es la reproducción escrita del pasado; la novela, narración en prosa de sucesos ficticios (y también acontecidos); el ensayo, exposición en prosa de una teoría personal; el periodismo (dividido en subgéneros) cuya finalidad es informar.

Existen otros géneros llamados ‘menores’, como el cuento y el apólogo, ambos narrativos; y otros de carácter mixto como: la sátira, en la que se atacan tipos y costumbres;; la epístola o carta; la fábula, narración breve con intenciones didácticas.

En la actualidad, los géneros más cultivados son: la novela, el cuento, el ensayo, la poesía y el teatro.

 

GENTILICIOS:

 

Son los términos que sirven para indicar el lugar de donde una persona o cosa es originaria. Son muchos los sufijos o morfemas (v.) que nos da la gramática de la Real Academia para formar los gentilicios. Algunos de ellos son:

 

ACO:  austríaco (de Austria).  AICO: judaico, hebraico.  ANO: italiano, colombiano.  EGO:  gallego.  ENCO: flamenco.  ENSE: canadiense, nariñense.  EÑO: panameño, titiribiseño;  ES:  francés, payanés.  INO: granadino, andino.  ITA: israelita, moscovita; OL:  español;  I: bengalí (de Bengala)

 

Los gentilicios pueden ser sustantivos cuando se les antepone un artículo, ejemplos: los mexicanos, los italianos, los pastenses o pastusos, el neivano, el putumayense, el leticiano, los amazonenses, los atlanticenses o atlantiquenses, etc.

Pueden ser adjetivos los gentilicios cuando se emplean unidos a un sustantivo, ejemplos: los espectáculos medellinenses, el teatro italiano, la moda francesa, el arte fluminense (de Río de Janeiro), las mujeres guajiras, el músico riohachero (de Riohacha), el pueblo costarriqueño o costarricense, los sabios hindúes, el teatro parisiense, parisino o parisién. El gentilicio de los del Brasil ha sido siempre brasileño, pero hoy la Real Academia ha aceptado: brasilero.

Los siguientes son algunos de los gentilicios de diferentes ciudades, regiones y países:

La Paz = paceños; Alcalá de Henares = complutense o alcalaíno; Jerusalén = jerosolimitanos; Lisboa = lisbonés, lisbonense o lisboeta; Belén = betlemita; Moscú = moscovita; Madrid = madrileño o matritense; Polonia = polaco o polonés; Sevilla = sevillano o hispalense; Tenerife = tinerfeño; Valladolid = vallisoletano; Vizcaya = vizcaíno; Bucaramanga = bumangués; Santa Marta = samario; Valledupar = vallenato; Amazonas = amazonense; Bolívar = bolivarense; Casanare = casanarense, casanareño; Ibagué = ibaguereño; San Andrés y Providencia = isleño; Meta = metense; Popayán = payanés; Magdalena = magdalenense; Buenaventura = bonaventurense.

 

GERMANISMOS:

 

Palabras de origen germánico (alemán) que se incorporan a un idioma; el nuestro ha adoptado infinidad de ellos, algunos son: albergue, cardo, guerra, ganar, ganso, dardo, Álvaro, Ernesto, Beltrán, Andalucía, guante, yelmo, tasca, heraldo, tratar, tregua, Ramiro, gris, etc.

 

GERUNDIO:

 

Forma no personal –no conjugable- del verbo; termina en ‘ando’, ‘endo’, comprando, vendiendo, partiendo. Representa la acción del verbo en abstracto y modifica a dicho verbo de la misma manera que lo hacen los adverbios, significando un modo, una condición, una causa, una circunstancia.

 

 

Usos correctos del gerundio:

 

Gerundio modal: expresa el modo como se realiza la acción indicada por el verbo, ejemplos: vino corriendo; anda buscando empleo; los dos venían conversando; estamos llamados por Dios a compartir su ingenio, creando fuentes de trabajo.

Gerundio que indica coexistencia: las dos acciones- la del verbo de la oración y la del gerundio- se ejecutan al tiempo, ejemplos: andando por el bosque contemplaba las estrellas; dispararon, hiriendo a tres soldados; el ser humano alcanza su poder superando el infortunio; escribiendo la carta, pensaba en su sonrisa

Gerundio que indica duración de la acción; se emplea en frases verbales de sentido progresivo, ejemplos: sigue viniendo; continúa llamando; aún sigue durmiendo; donde hay violentos, van desapareciendo las fuentes de trabajo

(Es frecuente entre las secretarias escribir en las cartas comerciales: ‘le estamos enviando’; ‘le estoy remitiendo’; estas formas son incorrectas puesto que las acciones de enviar, de remitir, etc, sólo se realizan una sola vez; no hay continuidad en la acción, no hay duración.).

Gerundio condicional: como su nombre lo indica, expresa condición para realizar la acción del verbo; se puede cambiar por el condicional ‘si’; ejemplos: reflexionando con seriedad y ética personal, podremos cambiar nuestro mundo interior (si reflexionamos con seriedad....); votando conscientemente, tendremos un buen gobernante (si votamos....); siendo un buen trabajador, ganará más dinero (si es un buen trabajador....)

Gerundio causal: se puede cambiar por la conjunción ‘porque’; ejemplo: actuando de ese modo pierde la fama (porque actúa de ese modo pierde la fama).

Gerundio concesivo: expresa que se hacen concesiones y se puede cambiar por la conjunción ‘aunque’; ejemplo: Aun pareciendo muy educado, es un ignorante (aunque parece muy educado,...)

Gerundio explicativo: se conoce porque en la expresión se puede cambiar por el verbo en infinitivo y la preposición ‘por’; también por el verbo en infinitivo y la contracción ‘al’; ejemplos: en tratándose de esos testigos, es posible que las declaraciones sean dudosas (por tratarse de esos testigos...). Sólo protegiendo a la familia, podrá garantizarse una sociedad mejor (sólo al proteger a la familia...)

Gerundio que indica anterioridad: de las dos acciones expresadas por el verbo conjugado y por el gerundio, la primera que se realiza es la indicada por el gerundio; ejemplos: entrando al auditorio, se sentó en la primera fila; cursando con éxito los grados de la primaria y de la secundaria, llegó a la universidad con muy buena preparación.

Son correctos los gerundios empleados en títulos de obras literarias, pictóricas, musicales; los que aparecen en pie de foto, en periodismo, etc.; ejemplos: Bolívar peleando por la libertad; Napoleón coronándose emperador; el aborto llevando a la desgracia y a la destrucción; el sol brillando intensamente; niños actuando en el estudio del maestro.

Gerundio adjetivo: como tal, sólo los relacionados con dos verbos son correctos: hirviendo (hervir), ardiendo (arder); ejemplos: agua, caldo, hirviendo; casa, edificio, colegio, teatro, templo ardiendo.

 

Usos incorrectos del gerundio:

 

Gerundio que indica posterioridad: de las dos acciones expresadas por el verbo y por el gerundio, la indicada por dicho gerundio se realiza después; ejemplos: Hubo emboscada muriendo diez soldados; el delincuente huye de su perseguidor perdiéndose entre la multitud.

Gerundio que se refiere a un complemento u objeto directo que no es persona; ejemplos: se da gratificación a quien informe sobre un maletín conteniendo material quirúrgico (complemento directo: material quirúrgico); en su cumpleaños le enviamos una linda caja conteniendo dulces (complemento directo: dulces)

Es correcto cuando el complemento u objeto directo es persona o cosa personificada; ejemplos veo a Juan saltando la cerca (complemento directo: Juan); se necesitan secretarias sabiendo inglés (complemento directo: secretarias).

El gerundio del verbo ‘ser’ es incorrecto delante de un participio; ejemplos: hubo cambios   en el gabinete, siendo nombrado ministro de gobierno el doctor Oscar; escapó el  preso siendo buscado por todos los barrios de la ciudad.

 

GERUNDIO ABSOLUTO:

 

Es el gerundio que está desligado de la oración principal, porque no modifica ni al sujeto ni al complemento directo, ejemplos: Guiando Sancho, entraron los dos en Sierra Morena; queriendo Dios, mañana iremos al concierto.  (v.t.: frase absoluta)

 

GERUNDIO CONJUNTO:

 

Tiene el mismo sujeto que la oración principal y equivale a una oración subordinada, bien sea adjetiva o de relativo; ejemplos: Lucía, visitándome ese día, me contó sus angustias (equivale a: Lucía, que me visitó ese día, me contó sus angustias); vi a Pedro jugando con su hermano (equivale a: vi a Pedro que jugaba con su hermano). (v. t.: gerundio).

 

GERUNDIO DEPENDIENTE:

 

Con este nombre, algunos gramáticos designan el gerundio conjunto.

 

GLOSA:

 

Primitivamente, fue la palabra oscura y difícil de un texto, que requería explicación. Después pasó a designar la explicación misma. También se llama así el comentario de un pasaje o de un texto, cualquiera que sea su extensión.

 

GLOSARIO:

 

Vocabulario de palabras difíciles de un texto convenientemente explicadas.

 

GLOSEMÁTICA:  (v. gramática estructural)

 

GRADACIÓN:

 

Gradaciones comparativa, superlativa y absoluta del adjetivo (v. adjetivo).

 

 

 

GRAFEMA:

 

Es un término de la fonética para designar las letras. Nuestro alfabeto o abecedario tiene veintisiete signos o letras o grafemas entre vocales y consonantes. (v. alfabeto, abecedario)

 

GRAMÁTICA:

 

Explica cómo está constituida una lengua y deduce consecuencias de esa estructura. La concepción moderna de gramática es partir de la técnica del pensamiento para llegar a deducir la técnica del idioma, es ésta la llamada gramática lógica cuyo objetivo primordial es buscar la correspondencia de los conceptos lógicos básicos y las formas gramaticales..

Hoy, los estudios completos de la gramática deben abarcar los extensos campos de la filología y la lingüística, así como el de la psicología, la etnología, la historia y la más moderna derivación de la gramática: la estilística.

La importancia de la gramática no reside en que nos enseña a hablar y a escribir, pues la realidad es que todos hablamos y escribimos naturalmente; pero, el hacerlo correctamente se debe no sólo a la gramática, sino en gran parte a las buenas lecturas y al hecho de vivir en un medio apropiado.

Se llama gramática histórica a la lingüística evolutiva o diacrónica (v. diacronía y sincronía); gramática preceptiva o normativa (gramática tradicional) que es la que presenta las conclusiones como normas oficiales de corrección; gramática sintagmática: estudia los elementos lingüísticos en el habla: la gramática asociativa se ocupa de la organización de los elementos lingüísticos en la lengua. (División hecha por el doctor Fernando Lázaro Carreter).

 

GRAMÁTICA TRADICIONAL:

 

En sentido general, la gramática tradicional se remonta a las reflexiones greco-latinas sobre la lengua, las que han perdurado a través de los siglos. La gramática tradicional se adaptó a las lenguas romances, y sin grandes alteraciones ha llegado hasta la época actual. La primera Gramática data de 1492, escrita por el español Elio Antonio de Nebrija; y es publicada “para que la lengua española pueda ser enseñada a otros pueblos.”

Tras las huellas de Nebrija, Francisco Sánchez de las Brozas, conocido como ‘El Brocense’, escribe la Minerva, que será la base para la elaboración de otras gramáticas de la época, como la realizada por la escuela de Port Royal en Francia. En ella se fijan y definen las partes de la gramática, las categorías gramaticales, las reglas de funcionamiento y lo que debe entenderse como uso correcto del idioma en una época tan cambiante. Hasta los primeros sesenta años del siglo XX, la gramática tradicional estuvo vigente en las actividades escolares.

La escuela estructuralista (v. gramática estructural) opinó que la gramática tradicional era confusa, imprecisa, normativa, restringida y acientífica. Pero las escuelas siguientes han reconocido en la gramática tradicional una gran riqueza y sutileza de análisis y un cuadro más completo que el presentado por la gramática estructural.

 

Principales características de la gramática tradicional:

Se define como el arte de hablar y escribir correctamente.

Hay encasillamiento y dispersión de informaciones, lo que se debe al orden de presentación por separado de las partes de la oración o del discurso: sustantivo, adjetivo, pronombre, artículo, verbo, adverbio, preposición, conjunción, interjección. Dice la investigadora y profesora española Sansoles Fernández: “La Gramática de la Real Academia Española (1785, edición 1959), por ejemplo, antes de estudiar los grupos, núcleos y complementos en la oración, el primer capítulo tras definir el sustantivo (como ‘aquella parte de la oración que sirve para designar personas o cosas...’) dedica siete páginas a la formación del femenino en el sustantivo, de las cuales una parte considerable la ocupan las excepciones a las reglas presentadas.”

La gramática tradicional se centra en la morfología y la sintaxis, especialmente en la primera, y se olvida de la fonética (v.). Cuando se refiere a ella, la trata como un sustituto de la grafía.

Dentro de la estricta normatividad, acepta unos usos y rechaza otros, basándose en la autoridad de los gramáticos, en la de la lengua escrita y en la de la clase culta. En este campo, la mayoría de las normas tienen numerosas excepciones.

Es un defecto de la gramática tradicional, y lo es también de las gramáticas con contenidos renovados, hacer aprender una terminología, una definición y sus excepciones sin preocuparse por hacer descubrir la estructura correspondiente.

 

GRAMÁTICA  ESTRUCTURAL:

 

Opina que el lenguaje es un conjunto organizado de elementos que constituyen una estructura.

‘Gramática estructural’ es una denominación general aplicada a diversas escuelas lingüísticas surgidas de las teorías de Ferdinand de Saussure acerca del signo lingüístico. Los discípulos de Saussure publicaron la obra Curso de Lingüística General con todas las afirmaciones de su maestro y como reacción a los neogramáticos. En esta obra se expone que la facultad de hablar, el lenguaje, se estructura en un completo sistema de signos, la lengua, que se hace presente en cada una de las realizaciones de los hablantes, el habla. El sistema de signos que es la lengua debe estudiarse dentro de una ciencia general, la semiología, (v.) que abarca toda la teoría de los signos. (v. signo, significado, significante).

 

 Algunas de las escuelas surgidas de las teorías de Saussure son:

Escuela de Ginebra: iniciada por Saussure, es la que encabeza el estructuralismo como reacción a la gramática comparativa o comparada del siglo XIX. Escuela defendida por los discípulos y seguidores directos de Saussure.

Círculo Lingüístico de Praga o Escuela Funcionalista: fue creada en 1926 por el más destacado miembro del grupo formalista de Moscú, R. Jakobson; esta escuela impulsó la teoría y el término ‘estructural’ aplicado a la lingüística. Se ocupó sobre todo de la fonología (v.).Fue una auténtica escuela de lingüística entre 1926 y 1938.

Escuela o Círculo Lingüístico de Copenhague, o Escuela Glosemática: pretendió la constitución de una ciencia lingüística basada en la forma. El lingüista Hjelmslev creó la ‘glosemática’, ciencia que estudia la estructura formal de la lengua independientemente de la sustancia lingüística; describe las formas del signo lingüístico (v.), su red de relaciones y dependencias, tanto en el plano de la expresión como del contenido, alejándose de la caracterización física o material de los elementos que componen la lengua.

El  Distribucionalismo americano de Bloomfied se caracteriza por su behaviorismo: sostiene que el lenguaje es un comportamiento o conducta más del ser humano, y obedece a las leyes de estímulo-respuesta-esfuerzo. El método distribucionalista ha sido muy fecundo en lingüística. Él parte de la comprobación de que las palabras se encuentran regularmente en una determinada posición, por ejemplo, en la frase: “la niña es feliz”, en lugar de “la” se podrían emplear todas las palabras de igual categoría (modificadores del sustantivo) que estén en la misma posición, podría decirse y escribirse: esta niña es feliz; mi niña es feliz; aquella niña...; nuestra niña... etc.  En la posición de “niña” cabría emplear: joven, señora, hermana, etc.

 

La gramática estructural se caracteriza porque:

Estudia la lengua en uso de una comunidad en un tiempo determinado.

La lengua oral merece la misma atención que la escrita, lo mismo que los diferentes niveles y registros de la lengua.

Las definiciones que da esta gramática son precisas y verificables, ya que se fundamentan en criterios formales, funcionales y distribucionales.

No estudia las unidades lingüísticas por separado, sino que hace una presentación de ellas integradas en construcciones, de donde se parte hasta llegar a los constituyentes mínimos.

La fonología (v.) y la morfología (v.) se enriquecen gracias al análisis estructural, pero se descuida la sintaxis (v.); no ofrece información suficiente para poder construir nuevas frases, especialmente las complejas (oraciones compuestas).

 

GRAMÁTICA GENERATIVA:

 

La concepción moderna de la lingüística recibe el nombre de Gramática generativa transformacional. Se llama gramática generativa porque genera o produce todas las oraciones aceptables; y transformacional porque emplea las reglas, que se han llamado transformaciones, para transformar o cambiar las unidades subyacentes en lo que cualquier hablante entiende. Su creador fue el lingüista norteamericano Noam Chomsky quien partió en dos el estudio de la lingüística. Sus teorías  (entre 1950 y 1965) pusieron en crisis el estructuralismo, fundamento de la lingüística tradicional. Afirmó que sólo la gramática generativa hace posible la actuación de la lengua. Insiste en el aspecto creador del lenguaje y pretende mostrar una gramática universal común a todas las lenguas.

Hacia el año de 1916 Saussure había afirmado que lo fundamental, el núcleo del idioma era el significado; su visión del idioma fue lexicalista, su concepto era estático y partía siempre del ‘signo’ (v.) cuyas partes son el ‘significante’ (v.) y el ‘significado’ (v.). Para Chomsky, lo fundamental de la gramática es la oración. Tiene del idioma un concepto dinámico, sintáctico, y sostiene que el núcleo del idioma son las operaciones.

La gramática generativa es un sistema de reglas que genera de manera automática todas las oraciones (infinitas) de una lengua. Cada oración consta de un componente central o sintáctico, un componente interpretativo semántico y otro fonológico.

Su teoría parte del análisis de estructuras que las oraciones poseen en el nivel profundo y en el nivel superficial, y señala las transformaciones que ocurren al pasar de un nivel a otro.

La estructura profunda es la latente y la superficial es la patente. Es muy importante comprender estos dos conceptos para entender por  qué la gramática de Chomsky, además de generativa, es transformacional. La estructura profunda contiene el significado de la oración; es abstracta. La estructura superficial es la forma como se presenta la oración, al ser dicha o escrita; la estructura superficial es una realidad. Ejemplos:

 

Estructura superficial:  tú tienes un lápiz rojo

Estructura profunda:    tú tienes un lápiz el lápiz es rojo.

 

Estructura superficial:  el altísimo edificio se vino al suelo

Estructura profunda:    el edificio era altísimo el edificio se vino al suelo

 

Estructura superficial:  El libro que me prestaste me divirtió

Estructura profunda:    me prestaste el libro el libro me divirtió

 

La estructura profunda de las oraciones está oculta detrás de la estructura superficial, y sólo la comprensión del texto hace que se capte. Estas dos estructuras quieren decir lo mismo, pero es más elegante y económico usar en el lenguaje la estructura superficial. Para pasar de la profunda a la superficial hay que suprimir los elementos repetidos y añadir algunos más. Las operaciones de suprimir y añadir elementos se llaman transformaciones. Al proceso de formación de las oraciones, agregando más componentes, se le conoce con el nombre de ‘derivación’. Para estos procesos existen las llamadas reglas transformacionales o reglas de estructura de frase.

La gramática generativa y transformacional se empezó a utilizar en España en la enseñanza elemental y en la media entre 1970 y 1980, época en que se introdujeron importantes innovaciones en la enseñanza con la entrada en vigor de la Ley General de Educación, (España 1970).

 

Algunas de las características de la gramática generativa son:

No parte de cero, ni niega los logros de las gramáticas anteriores; recoge todos los aportes válidos, tanto de la gramática tradicional como de la gramática estructural.

Uno de sus aspectos complejos es la progresiva complicación de sus formas cada vez más abstractas: de una simplicidad de las reglas de base se pasa a unas reglas de transformación mucho más complejas.

Por lo general, en la enseñanza de esta gramática no se han tenido en cuenta los aspectos claves de la lingüística generativa, como son: la concepción global del sistema, la competencia del hablante, y sí se ha puesto énfasis en el uso de nuevas fórmulas o reglas abstractas, a veces, ajenas al mismo lenguaje.

Esta gramática ha limitado su nivel de estudio a la oración y no proporciona información sobre otras unidades de la lengua.

La gramática tradicional llama artículos determinados a los morfemas: el, la, los, las; y denomina artículos indeterminados a los morfemas: un, una, unos, unas. La gramática generativa los designa con los nombres de ‘morfemas determinantes’ puesto que preceden al nombre y forman parte del sintagma nominal.

La gramática tradicional estudia los adjetivos y pronombres demostrativos, posesivos, indefinidos y numerales. La gramática generativa los llama a todos DETERMINANTES: demostrativos, posesivos, indefinidos y numerales.

 

GRAMATICALISMO:

 

Es concebir estáticamente un idioma sin permitirle un proceso evolutivo; meterlo totalmente en la vía de las disciplinas y las normas puramente descriptivas. El gramaticalismo vuelve inactivo el idioma, escatima las palabras y sojuzga inmisericordemente los nuevos vocablos.

El gramaticalismo ha sido llamado por algunos ensayistas: sistema de reglas para hablar y escribir; en este campo se sitúan los ‘puristas’.

Nos enseña el maestro G. Martín Vivaldi: “[...] evitar el ‘gramaticalismo’, es decir, el concepto muerto de la gramática clásica, que concibe el idioma con sentido estático.” Y a continuación cita al gramático Martín Alonso:

“Cuando escribimos es siempre para decir lo que tenemos en nuestro espíritu o está a nuestro alrededor. A los gramáticos especulativos les falta el arranque de ese motor que da actividad al idioma y relaciona el lenguaje escrito con nuestro pensamiento: la redacción.”

“Todos hemos estudiado gramática demasiado gramaticalmente. Por ello la olvidamos: porque aquel estudio se reducía a un conjunto de reglas muertas, frías [...]. No podemos sin embargo, prescindir de las reglas, pero es preciso darles vida, animarlas [...]. Todo en la vida es norma. Todo lo que existe está sometido a un orden. La anarquía no conduce a nada: esteriliza [...], pretender escribir sin someterse a regla alguna, sin estudio previo tiene el inconveniente de no llegar a la meta [...].”

 

 

GRAMATICALIZACIÓN:

 

El estudioso Meillet le da este nombre a un proceso específico por el cual ciertas palabras independientes y de pleno sentido o significación, a fuerza de hacer composición con otras, pasan a convertirse en sólo voces auxiliares y, la mayoría de las veces, en sufijos o prefijos.

Es el caso de la palabra ‘mente’: tiene su significado pleno, como sustantivo que es, pero cuando se junta en composición con adjetivos para formar adverbios pierde toda idea del primitivo significado y se convierte en sufijo, ejemplos: útilmente, hábilmente, activamente, recientemente.

Otro caso de gramaticalización es el vocablo ‘apenas’, que de su significación primitiva: “con trabajo” (a duras penas), pasó a denotar adverbialmente: “tan pronto como”; ejemplos: apenas me vio, vino a saludarme; apenas termine este trabajo me iré a descansar. Puede significar también “escasamente”; ejemplo: colabora apenas con cinco mil pesos.

 

GRAVES:

 

En gramática son las palabras que se acentúan en la penúltima sílaba. También se les conoce con el nombre de ‘llanas’. Se les marca tilde cuando no terminan ni en /n/, ni en /s/ ni en vocal, ejemplos: césped, árbol, cárcel, casa, peso, carácter (plural: caracteres), griego, colombiano, etc.

 

GRUPO FÓNICO:

 

En fonética se da este nombre a la medida que sirve como base para estudiar la entonación. Las oraciones se dividen en grupos fónicos y cada uno tiene sentido más o menos completo; ese sentido puede ser de sujeto, de predicado, de complementos.

El grupo fónico es la menor unidad del habla con forma musical determinada. A veces, los grupos fónicos van señalados por pausas ortográficas. En los siguientes ejemplos, los grupos fónicos están separados por raya:

La superstición y la ignorancia/ hacen bárbaros a los hombres. (Dos grupos fónicos).

Él declaró libres a los negros. (Un solo grupo fónico)

Don Segundo,/ hombre práctico y paciente,/ sabía todos los recursos del oficio. (Tres grupos).

Aquella presión de su mano/ me era agradable. (Dos grupos).

Normalmente el paso de un grupo fónico a otro se manifiesta sólo por el cambio de entonación, sin que haya en realidad pausa ninguna; al terminar un grupo fónico, el tono de la voz sube o baja, o se queda en suspenso.

El grupo fónico no tiene una medida o extensión fija. Puede constar de una sola palabra, como: sí; ¡adiós!, ¿cómo?, ahora; o constar de varias palabras, o puede ser parte más o menos larga de una oración. La división correcta de la frase en grupos fónicos es muy importante para leer bien, para declamar, para hablar por la radio y en las representaciones teatrales.

 

GUION:

 

Es un signo (-) que se usaba especialmente para separar las palabras al escribir, cuando no cabían enteras en el renglón. Hoy, va quedando en desuso, puesto que los modernos sistemas para escribir están diseñados para distribuir el espacio en el renglón y no partir ninguna palabra.

Podemos usar el guion para separar palabras por sílabas, como: á-gui-la;. Ca-rre-te-ra;   de-do.

Para separar los elementos de los compuestos entre los cuales hay oposición o contraste, como: franco-prusiano; germano soviético.

En los compuestos de nueva creación en que entren dos adjetivos, el primero de ellos conserva invariable la terminación masculina singular, mientras el segundo concierta en género y número con el nombre correspondiente, en estos compuestos, los adjetivos se escriben unidos por guion, ejemplo: tratado teórico-práctico; lección teórico-práctica; cuerpos técnico-administrativos.

Nota: La nueva ortografía (año 2010)  de la Real Academia Española suprimió la tilde de guion, debido a la diferencia de pronunciación entre españoles e hispanoamericanos: fonéticamente, para los primeros este vocablo era un bisílabo; para los hispanohablantes, siempre fue un monosílabo.

 

 

 

 

H

 

 

H:

 

Novena letra del abecedario español, y séptima de sus consonantes. Su nombre es ‘hache’ y el plural, ‘haches’; su género es femenino, lo mismo que el de las demás letras.

Se dice ‘la hache’, pues se exceptúa de la regla que impone el artículo ‘el’ ante los nombres femeninos que empiezan por /a/ tónica.

Esta letra no representa ningún fonema, y su presencia en muchas palabras se debe a razones etimológicas o tradicionales.

Dice el ensayista y académico Guillermo Díaz-Plaja: “Se considera de origen ibérico la tendencia a suprimir la /f/. En efecto, el vasco es reacio a pronunciar esta letra, hasta el punto de que pronuncia ‘pantasma’, ‘Pernando’.

Esta resistencia irradia hacia el Norte, dando lugar a la pérdida de la /f/ en el dialecto gascón, y hacia el Sur, haciendo que el incipiente castellano, que se convertirá más tarde en español, se diferencie de los demás romances peninsulares precisamente en la sustitución de la /f/ por la ‘hache’, primero aspirada y después muda.”

La aspiración de la ‘hache’ llegó entre los castellanos hasta el siglo XVI. Hoy, la aspiración de la ‘hache’ es visible en la pronunciación andaluza y en algunos países hispanoamericanos como Argentina: se han transformado en ‘jota’ palabras que en castellano conservan todavía la ‘efe’, por ejemplo: fuerte en ‘juerte’; fuente en ‘juente’.

 

 

HABER:

 

Verbo irregular. Su uso más corriente es como verbo auxiliar para formar, seguido del participio de un verbo, los llamados tiempos compuestos de dicho verbo, ejemplos: he sabido, habías podido, hubieron llegado, habrán escrito, habrán traído, habrían hablado, etc.

Otro uso del verbo ‘haber’ como auxiliar es en las perífrasis ‘de obligación’: haber, más la preposición, más el infinitivo, ejemplos; hemos de llegar, he de venir, ha de poder llegar temprano. No sólo expresa obligación, sino intención y, a veces, simple acción futura.. Su uso en la lengua general es bastante limitado, es más frecuente hallarlo en la lengua literaria.(v. t.: conjugación perifrástica).

Es muy importante el empleo de ‘haber’ como impersonal, para expresar la presencia del ser o seres, objeto u objetos designados por el sustantivo que en el enunciado se sitúa normalmente después del verbo. En este uso, en que ‘haber’ sólo tiene la tercera persona del singular en cada tiempo, el presente toma la forma especial de: ‘hay’, ejemplos: hay mucha gente en la calle; hay circunstancias atormentadoras; hay estudiantes muy responsables.

Es bueno entender que el sustantivo que acompaña a esta forma del verbo ‘haber’ no es su sujeto sino su complemento directo. Por no ser sujeto dicho sustantivo acompañante, es un error poner en plural el verbo ‘haber’ aunque el sustantivo esté en plural; se dice y se escribe: había familias pobres (y no: habían familias); hubo muchos muertos a causa del terremoto (y no: hubieron muchos muertos); habrá días difíciles (y no: habrán días difíciles)

Cuando se quiere expresar la presencia de una primera o una tercera persona, no se emplea el verbo ‘haber’, cuyo uso impersonal solo se refiere a terceras personas; son pues incorrectas construcciones como éstas: habíamos sólo tres personas en la sala; habíamos cien personas en el vagón del metro. En casos como estos, se emplea el verbo ‘estar’: estábamos sólo tres personas  en la sala; estábamos cien personas en el vagón del metro.

El verbo ‘haber’ en su uso impersonal, seguido de ‘que’ y de otro verbo en infinitivo, forma una perífrasis verbal que significa necesidad u obligación impuesta por alguien que no se puede o no se quiere determinar, ejemplos: hay que trabajar más; había que conseguirlo; ha habido que operarlo; estas formas equivalen a: es necesario trabajar más; es necesario conseguirlo; es necesario operarlo.(v. Verbo, modelo o paradigma de conjugación de verbos auxiliares.)

 

HABLA:

 

Es el uso individual que se hace de una lengua o idioma (v.). El habla es actualizada, movible, libre, concreta. Es un acto de la voluntad y de la inteligencia. La lengua y el habla (el hablar) tienen una relación estrecha y se complementan mutuamente. Es necesaria la lengua para que el habla sea inteligible y produzca todos sus efectos.

El habla es necesaria para que la lengua se establezca y se estabilice. Se aprende la lengua por el habla de los otros, es decir, oyéndolos. Por esto, es el habla la que hace evolucionar la lengua o idioma.

Los lingüistas han señalado tres etapas en el hablar:

Acto locutivo: es el nivel en el cual se emiten los sonidos con significado o sin él. De esto se ocupa la fonética.

Acto elocutivo: se realiza al decir algo, teniendo en cuenta las relaciones entre el emisor (quien envía el mensaje) y el receptor (quien lo recibe). El hablante convierte el idioma en un discurso con sentido. Es necesario conocer la intención del hablante en ese proceso de comunicar: ‘qué’, ‘por  qué’, ‘cómo’, ‘para qué’. El saber elocutivo se refiere a los principios del pensamiento. Saussure afirmaba que el saber elocutivo es saber hablar y éste es una capacidad inconsciente. Chomsky opinó que el saber elocutivo o el saber hablar es un conocimiento intuitivo.

Acto perlocutivo: comprende las realizaciones que se desprenden del acto elocutivo. Es decir, son las reacciones del oyente frente al acto elocutivo. Este acto se trabaja mucho en las propagandas, en la política, en los sermones religiosos, en la oratoria, etc.

El lingüista Eugenio Coseriu al estudiar el lenguaje  descubrió que en el acto de hablar hay tres planos fundamentales y los clasificó así:

Designación: un acto de habla hace referencia a objetos no lingüísticos, es decir, a la “realidad” extralingüística, sean estos objetos estados de cosas o contenidos mentales.

Significado: corresponde al plano lingüístico de cada uno de los seres humanos. Es el contenido dado en la lengua particular; es lo denotativo (v.).

Sentido: se trasmite en el plano del discurso, en lo “dicho”; es el especial contenido lingüístico que en el discurso individual corresponde a las actitudes, intenciones o suposiciones del hablante; es lo connotativo (v.).

Según  Coseriu el hablar individual está determinado por cuatro factores:

El hablante: sigue las normas del discurso. En su habla se comprueban esas normas.

El oyente: destinatario del mensaje; según éste, el discurso varía de forma (niños, profesores, académicos, amigos, etc.).

El objeto: es aquello de que se habla, por ejemplo: la ciencia, la vida, la imaginación, el amor, etc.

La situación: es la circunstancia en que se habla; la relación con el oyente y el objeto hace variar la forma, por ejemplo: clase magistral, discurso, diálogo, conversación familiar, etc.

El habla es: saber; (el saber es competencia = ‘dínamis’); es actividad (‘enérgeia); es obra, producto (’ergon’)

En el habla en general, el saber elocutivo es la competencia lingüística general: hablar una lengua determinada.

El saber idiomático es la competencia lingüística particular: el habla individual, el saber construir el idioma.

El saber expresivo es la competencia textual: comprender textos, escribirlos.

Para reforzar un poco los conceptos anteriores, citamos un aparte de lo que modernamente se llama Semántica de los actos del habla:

El filósofo británico J.L. Austin afirma que cuando una persona dice algo, realiza un acto de habla, o hace algo, como enunciar, predecir o avisar, y su significado es lo que se hace en el acto de hablar por medio de la expresión.

Dando un paso más en esta teoría, el estadounidense John R. Searle se centra en la necesidad de relacionar las funciones de los signos o expresiones con su contexto social. Afirma que el habla implica al menos tres tipos de actos:

Actos locucionarios, cuando se enuncian cosas que tienen cierto sentido o referencia.

Actos ilocucionarios, cuando se promete o se ordena algo por medio de viva voz.

Actos perlocucionarios, cuando el hablante hace algo al interlocutor mientras habla, como enfurecerlo, consolarlo, prometerle algo o convencerlo de algo.

La fuerza ilocucionaria que reciben los signos expresa las intenciones del hablante. Para conseguir esta fuerza, los signos que se emplean tienen que ser adecuados, sinceros y consistentes con las creencias y conducta del hablante, y, así mismo, tienen que ser reconocibles por el oyente y tener para él significado.

 

HACIA:

 

Esta preposición o elemento de ensalce denota:

 

Con verbos de movimiento, indica la dirección de los mismos; pero no especifica su término, ejemplo: voy hacia la universidad

Con verbos de reposo, indica un lugar vagamente determinado, ejemplo: el palacio presidencial está hacia allá.

Tiempo aproximado, ejemplos: hacia las cuatro de la tarde; hacia fines de este mes iré a Medellín.

 

HASTA:

 

Esta preposición o elemento de enlace o conectivo indica el término del cual no se pasa, en relación con:

El espacio, ejemplo: llegará en automóvil hasta Panamá.

El tiempo, ejemplo: se despidió hasta el año entrante.

La cantidad, ejemplo: puedes gastar hasta cien mil pesos.

La acción, ejemplo: no saldré hasta acabar este trabajo

Se usa con el valor de: incluso, aun (sin tilde), ejemplo: gritó, lloró y hasta pataleó

La preposición ‘hasta’ precediendo a la conjunción ‘que’, introduce proposiciones temporales, ejemplos: leeré hasta que me canse; todos se quedaron hasta que se acabó el vino.

Son correctas las expresiones: ‘hasta que’ y ‘hasta cuando’, pero hay que distinguir:

HASTA QUE tiene un valor excluyente; ejemplo  estudia hasta que la llaman. Las dos acciones de estudiar y llamar no son simultáneas, sino que el estudiar termina cuando empieza el llamar. Se excluyen.

HASTA CUANDO tiene un valor incluyente, lo contrario del anterior, ejemplo: escribe hasta cuando come. Las dos acciones son simultáneas, es decir, escribe comiendo.

 

Usos incorrectos:

Usar ‘hasta’ con valor negativo; ejemplo incorrecto: hasta las cinco iré. Lo correcto es decir: hasta las cinco no iré.  No se puede omitir el uso del ‘no’ cuya presencia es necesaria, como lo es en otras expresiones negativas, ejemplos: no tengo nada (es lo mismo que ‘nada tengo’); no la he visto en vida (es igual a: en mi vida la he visto).

Usar ‘hasta’ juntamente con adverbio y verbo en expresiones como éstas: hasta ahora me doy cuenta; sólo hasta hoy pude responder su carta. Para corregir, basta eliminar la preposición ‘hasta’: ahora me doy cuenta; sólo hoy pude responder su carta.

 

HEBRAICO:

 

Adjetivo.  Vocablo equivalente a ‘hebreo’

 

HEBRAÍSTA:

 

Persona que cultiva la lengua y la literatura hebreas.

 

HELENISMOS:

 

Palabras o giros de procedencia griega, como: gobernar, torno, gruta, ágata, ángel, vino, tragedia, oda, ónice zumo, piedra, pulpo, féretro, rapsodia, metal, melancolía, piropo, sátira, telégrafo, horizonte, etc.

En los tiempos modernos, el griego ha contribuido a la formación de muchos términos científicos, tales como: nefritis, biología, fitología, cosmología, xilografía, crisis, eufonía, prótesis, etc.

 

HEMISTIQUIO:

 

Cada una de las dos partes, iguales o no, en que una cesura o pausa  divide un verso (un renglón), ejemplo:

 

“Ha muchos años/  que busco el yermo,

ha muchos años/  que vivo triste,

ha muchos años/  que estoy enfermo,

¡y es por el libro/  que tú escribiste!”

(Amado Nervo – mexicano)

 

 

HETERÓNIMOS:

 

En lingüística, un heterónimo es cada uno de los vocablos que constituyen una heteronimia.

Heteronimia: fenómeno por el cual, vocablos de acusada proximidad semántica proceden de étimos diferentes, como: toro/vaca.

Étimo: un vocablo que procede del latín y éste del griego: ‘significado verdadero’.  En español es: raíz o vocablo del cual procede otro.

Ejemplos de heterónimos: caballo/ yegua; carnero/ oveja; fray/ sor; hombre/ mujer; macho cabrío, chivo/ cabra; marido/ mujer (esposa); padre/madre; padrino/ madrina; varón, macho/ hembra; yerno/ nuera.

 

HIATO:

 

Encuentro de dos vocales que no constituyen diptongo (v.) y forman parte de sílabas distintas, ejemplos: a-cre-e-dores; hé-ro-e.

El hiato es ‘interno’ cuando se produce dentro de una palabra: a-or-ta; o-a-sis; ca-ó-ti-co.

Es ‘transitorio’ cuando se produce entre palabras: el campO Olía a hEno; llegÓ Antes; lA Aurora; allÁ Arriba; dE EstE A Oeste.

Esos sonidos al principio o fin de palabra producen una dicción confusa, por eso algunos gramáticos catalogan el hiato como ‘vicio expresivo’ o‘vicio de dicción’. (v.t.: dicción).

Según la Real Academia hay hiato en los siguientes casos:

Las vocales abiertas (a, e, o) unidas entre sí, no forman ni diptongos (v.) ni triptongos (v.), salvo en la licencia poética llamada sinéresis (v.); están en hiato.

Cuando la vocal abierta junto a una cerrada (i, u), en una palabra, la cerrada lleva el acento ortográfico, ejemplos: de-cí-a; o-í-do; to-da-ví-a.

Hay hiato en algunas palabras compuestas cuyo primer elemento es un prefijo, ejemplo: re-u-nión.

 

HÍBRIDAS:

 

Son las palabras cuya composición se ha realizado con elementos procedentes de varias lenguas. Así, electrocutar: viene del griego ‘ámbar’ (recordemos que la electricidad se descubrió frotando el ámbar) y del sufijo latino ‘cutare’.  Internacional: se forma del latín ‘inter’ que significa ‘entre’, ‘nación’, vocablo español y el sufijo español ‘al’.

 

HIERÁTICA:

 

Escritura hierática: antigua escritura cursiva egipcia, usada por los sacerdotes.

 

HIPÉRBATON:

 

En la oración gramatical, cada palabra desempeña un oficio y ha de ocupar un lugar determinado en ella. La alteración de este orden da origen a la figura de construcción llamada ‘hipérbaton’ (su plural es ‘hipérbatos).

El orden de colocación de las palabras en la oración, ordenado por la sintaxis regular es:  el artículo delante del sustantivo o de las palabras sustantivadas; los adjetivos junto al sustantivo: unos, delante; otros, detrás; el pronombre relativo después de sus antecedentes; las preposiciones precediendo a las palabras que afecten; las conjunciones entre las oraciones o entre los vocablos que enlacen.

En otras expresiones irán primero las interjecciones (v.) y los vocativos (v.); a éstos seguirá el sujeto con sus complementos, luego el verbo y sus adverbios seguidos de los complementos: directo, indirecto, circunstancial.

En Cervantes encontramos este ejemplo de hipérbaton: “pidió las llaves a la sobrina del aposento.”, en lugar de: “pidió las llaves del aposento a la sobrina.”

Otro ejemplo de hipérbaton tomado de Góngora: “Estas que me dictó rimas sonoras/ culta sí aunque bucólica Talía.” En el orden sintáctico sería: Estas rimas sonoras que me dictó la culta aunque bucólica diosa Talía.

 

HIPÉRBOLE:

 

Es una figura que consiste en exagerar la verdad. En estilística, es la voz de los sentimientos. Las hipérboles son las expresiones de énfasis que abundan en todo momento en nuestro idioma, tales como: ¡Vengo muerto de cansancio! ¡Eso es colosal! ¡Es bestial! ¡Monumental! ¡Espectacular! ¡Qué atrocidad! ¡Qué animalada!

Los sinónimos acumulados, muy difíciles de acomodar en el estilo, aumentan el caudal semántico y el sentimiento expresivo.

El siguiente es uno de los pocos ejemplos de hipérboles brillantes en la literatura; son las palabras que don Quijote, enojado, lanza a su escudero Sancho Panza:

 

“¡Oh bellaco, villano, mal mirado, descompuesto ignorante, infacundo, deslenguado, atrevido, murmurador y maldiciente! ¿Tales palabras has osado decir en mi presencia y en la destas ínclitas señoras, y tales deshonestidades y atrevimientos osaste poner en tu confusa imaginación? ¡Vete de mi presencia, monstruo de naturaleza, depositario de mentiras, almario de embustes, silo de bellaquerías, inventor de maldades, publicador de sandeces, enemigo del decoro que se debe a las reales personas!”

 

Otro ejemplo de hipérbole (exageración) que sirve para encarecer la grandeza del objeto, tomado del poeta español Salinas:

 “Por túmulo todo el mundo,/ por luto el cielo, por bellas/ antorchas pon las estrellas,/ y por llanto, el mar profundo.”

Del escritor Quevedo y Villegas, las siguientes expresiones son otro ejemplo de hipérbole, en su soneto A una nariz:

 

Érase un hombre a una nariz pegado,

érase una nariz superlativa,

[...]

érase un elefante boca arriba,

[...]

érase el espolón de una galera,

érase una pirámide de Egipto,

las doce tribus de narices era.

[...]

 

HIPERCORRECTOS:   (v. ultracorrectos).

 

HIPERÓNIMAS:

 

Son las palabras que tienen una relación de inclusión considerada desde el punto de vista de lo general a lo más específico, por ejemplo: hay una relación hiperónima entre las palabras ‘sentimiento’ y ‘amor’, porque amor está comprendido dentro del sentimiento; entre familia y padre o madre o hijo, la palabra hiperónima es ‘familia’ puesto que padre, madre, hijos están comprendidos dentro de la familia.

Cuando la relación se estudia al revés, es decir, de lo específico a lo más general, se dice que hay hiponimia. Son palabras hipónimas: rosa respecto a flor; vaca respecto a rumiante; perro respecto a mamífero.

 

HIPOCORÍSTICOS:

 

Las expresiones de afecto han creado estos términos ‘hipocorísticos’, que son las abreviaciones o transformaciones de los nombres propios, por ejemplo: Pepito, Paco, Quico, Lucy, Concha, Dolly, Lola, etc.

 

HIPÓNIMAS:   (v.hiperónimas).

 

HIPONIMIA:    (v. hiperónimas).

 

HIPOTAXIS:

 

Término especializado en el año 1951 por el escritor y lingüista español Dámaso Alonso. Hipotaxis es en lingüística la subordinación de una oración a otra (v. oraciones subordinadas). Se opone a la parataxis (v.). Las oraciones unidas por hipotaxis se denominan hipotácticas

 

HIPOTÉTICO:

 

‘Hipotéticos’ son los términos que sirven para expresar una hipótesis, algunos de ellos: si (sin tilde); deber de; quizás, etc.

En el modo subjuntivo existe el tiempo llamado futuro hipotético que tiene dos formas, la simple: que él cantare, que yo partiere, que tú escribieres, etc. y la compuesta: que él hubiere cantado; que yo hubiere partido; que tú hubieres escrito, etc.

Estas formas verbales del futuro hipotético ya no se usan; algunas veces las encontramos en textos literarios clásicos.

 

HOMÓFONAS:

 

Según la Real Academia de la Lengua, son las palabras que con distinta significación suenan de igual modo (homófonas: igual sonido).

Aparte de la homofonía –según Georges Mounin- , se dice  que dos grafías son homófonas cuando ambas constituyen la transcripción del mismo sonido, por ejemplo: ‘b’ y ‘v’ en las palabras ‘acerbo’ y ‘acervo’; ‘sabia’ y ‘savia’, etc.

Una definición más simple: homófonas son las palabras de igual pronunciación, pero de ortografía y sentido diferentes. (v. t.: Parónimas)

 

HOMÓGRAFAS:

 

Palabras que se escriben de igual manera, pero tienen distinta significación, como:  canto del gallo; canto de la moneda; canto o canción. (v. t.: Parónimas)

 

HOMÓNIMAS:

 

Palabras con la misma pronunciación y la misma ortografía, pero de sentido diferente.

(v. t.: Parónimas)

 

¡HUY! :

 

Interjección. Expresa dolor, melindre, asombro o admiración.

 

 

 

 

 

I

 

 

I:

 

Décima letra del abecedario español, y tercera de sus vocales. Letra numeral que vale  uno en la numeración romana.

 

I  LATINA (i latina); Y  GRIEGA (y  griega) (v. Alfabeto. Nuestro alfabeto….)

 

IDIOLECTO:

 

Uso individual y característico de la lengua. Ninguna persona utiliza la totalidad del sistema lingüístico. Un hablante emplea generalmente de seiscientas a mil palabras.

Es, pues, el idiolecto el lenguaje de una sola persona. Se estudia como base de descripción limitada de un modo de hablar, y como muestra de los caracteres lingüísticos propios de esa sola persona.

 

IDIOMA:   (v. lengua o idioma)

 

IDIOTISMO:

 

Forma o giro propios de una lengua, pero irregulares dentro de su sistema gramatical. Forman parte del caudal del español muchas locuciones, construcciones y modismos (v.) peculiares, donde aparecen como rotas y menospreciadas las más claras leyes de la concordancia y construcción, y como desfigurado el concepto, tales como: a ojos vistas; a pie juntillas, etc.

 

ILATIVO:

 

En gramática es el caso que indica el movimiento de penetración en un sitio cerrado, ejemplos: él se sienta en el automóvil; ella entra al almacén.

 

 

IMAGEN:

 

Es un término de múltiples significados en crítica literaria. Unas veces alude a la metáfora (v.). También se llama imagen al término irreal o al conjunto de términos irreales que aparecen en una comparación explícita o en una alegoría (v.).

Imagen acústica: las palabras están en la mente, compuestas de fonemas (v.), y son susceptibles de ser actualizadas mediante el acto mecánico de hablar o escribir.

Así como las matemáticas y la filosofía manejan nociones abstractas o conceptos, lo propio del arte y, por tanto, de la literatura es poner en juego imágenes creadas por la fantasía.

La imagen debe corresponder a la idea y viceversa. El sabio crítico Croce dijo:  “Una idea sin imagen es ciega, y una imagen sin idea está vacía”.

Una imagen es un conjunto de palabras –o palabra- tomadas en préstamo de su valor real en el vocabulario, para ser trasladadas a otro significado que no tiene relación con el suyo habitual. La relación se da por asociación de ideas.

 

IMÁGENES LITERARIAS:

 

La imagen es un procedimiento literario para hacer comprender mejor una noción abstracta o un objeto poco conocido; para pintar con fuerza una situación o simplemente, para poner de relieve una idea y darle cierta gracia.

La imagen literaria debe poseer algunas cualidades que faciliten su comprensión; debe ser:

 

Natural:

      Ni rebuscada ni artificial. La comparación ha de ser espontánea, sin esfuerzo aparente.

Justa:

Para que la relación entre el pensamiento y la imagen quede bien establecida, para que la comparación no resulte incoherente, la imagen debe ser justa, exacta.

Clara:

La comparación que no aclara nada es impropia, innecesaria porque no cumple su objetivo fundamental.

 

 

Sugestiva:

      Que despierte la imaginación del lector; que avive su sensibilidad.

 

Hay imágenes visuales, auditivas, táctiles, etc. Pero, en definitiva, es la sensibilidad del escritor –especialmente del poeta- la que determina la elaboración de cada imagen.

(v. t.: imagen y figuras literarias)

 

IMPERATIVO:

 

Modo del verbo que expresa un mandato. En nuestro idioma no tiene mas formas propias que las de la segunda persona; las demás coinciden con las del presente del subjuntivo. Con la forma imperativa también se puede expresar ruego, sugerencia, consejo, ejemplos: estudia con entusiasmo y saldrás adelante; estudiad con entusiasmo y saldréis adelante; ¡ven acá! ; sentaos aquí, etc.

Actualmente, la Real Academia Española (RAE) ha aceptado las expresiones imperativas de algunos países latinoamericanos, tales como: corré vos (verbo correr), decí vos (verbo decir), corran ustedes, digan ustedes.

 

IMPRECACIÓN:

 

Es un recurso estilístico o figura literaria (v.) para expresar una amenaza. Es la manifestación de la ira, de la venganza, ejemplo: “Sea el cielo, que está sobre ti, de metal, y la tierra que hollares de hierro; y el Señor envíe sobre ella polvo en lugar de agua.” (El Deuteronomio)

 

IMPRENTA:

 

En el siglo XV inventó la imprenta el célebre alemán Juan Gutenberg, nacido en Maguncia en 1400, (murió en 1468). En Estrasburgo, en 1455, formó una sociedad para establecer la primera imprenta, en la que se imprimió la famosa Biblia llamada “de a cuarenta y dos líneas”.

 

INCISO:  (v. frases incidentales)

 

INCREMENTO:

 

En la gramática tradicional es cada uno de los morfemas (sufijos o desinencias) añadidos a una raíz o lexema, ejemplos: flor-EC-ita; pie-CEC-ito.  El incremento se interpone, pues, entre el lexema y el morfema, es decir, entre la raíz y el sufijo; generalmente, por motivos de eufonía.

Unos gramáticos lo llaman ‘infijo’; interfijo; otros, ‘sufijo secundario’; y otros, ‘sílaba intercalada’. (v. t. infijo).

 Los estudiosos Darmestetes y G Flechia llaman respectivamente al incremento o infijo o interfijo: ‘elemento de derivación’ y ‘eslabón’

 

INCUNABLES:

 

Reciben este nombre las ediciones tipográficas hechas desde la invención de la imprenta hasta el comienzo del siglo XVI.

 

 

INFIJO:

 

Es toda partícula que se añade a una raíz, bien sea antepuesta o pospuesta o en medio como cas-ita, cas-erón, in-disciplina, dis-poner, pie-CEC-ito. (v. incremento).

 

INFINITIVO:

 

El idioma español se distingue por la gran flexibilidad del infinitivo, el cual se usa unas veces como verbo y otras como sustantivo. En español, el infinitivo se sustantiva con mucha frecuencia, por ejemplo: el comer demasiado hace daño; el cantar alegra el corazón.

El infinitivo es la forma sustantiva del verbo. Unas veces hace oficio de sustantivo y equivale, por su significación, a los sustantivos abstractos que expresan la acción del mismo. Otras veces, su oficio es puramente verbal.

 

El infinitivo como sustantivo puede hacer de:

Sujeto de la oración: el saber es útil.  Aprender es parte de nuestra formación.

Predicado nominal:  el reino de Dios no es comer ni beber. Todo no ha de ser errar.

Complemento de un sustantivo:  tengo deseos de caminar. Es hora de descansar.

Complemento de un adjetivo: eso es digno de ver. Es cosa fácil de hacer. Esto es bueno para comer. Tú eres capaz de ir.

Complemento directo: él quiere estudiar. Pienso salir. Procure pagar. Deseas olvidar.

Complemento indirecto:  dedico mis días a leer. Trabaja para vivir.

Complemento circunstancial:  del  mucho leer y del poco dormir se le secó el cerebro (circunstancial de cantidad). Vino a todo correr (modo) Te espero al pasar el puente (lugar). Impuso silencio para evitar la pelea (complemento final)

La Real Academia opina que este infinitivo complemento puede a su vez llevar otro infinitivo como complemento, por ejemplo: quiso hacer trotar el caballo.

 

El infinitivo como verbo se caracteriza por:

Es forma no personal de verbo. Es decir, no refiere la acción del verbo a ninguna de las personas gramaticales.

Es atemporal, porque no expresa por sí mismo el tiempo de la acción verbal.

Admite pronombres enclíticos (v.); ejemplos: verte, llevarlo, mirarme, escribirle.

Puede ser calificado o determinado por adverbios o modos adverbiales, ejemplos: pienso en llegar mañana. El mucho beber es perjudicial para la salud. Hablar a tontas y a locas. Pegar a diestro y siniestro.

En cuanto a su oficio en su carácter de verbo puede emplearse en construcciones conjuntas o absolutas (v.).

 

INFORME:

 

El incremento de la industria y el deseo de perfeccionamiento constante han convertido el informe en uno de los instrumentos más importantes y decisivos para el logro de estos fines. Por lo tanto, su elaboración requiere una técnica especial.

El informe se basa siempre en un hecho real: observaciones agudas, veracidad, decir lo estrictamente necesario, definir, reunir, describir, etc. El informe es una consideración sobre los hechos, una exposición de soluciones posibles de orden práctico. El informante no debe olvidar su responsabilidad y el objetivo de su informe que es servir, ser eficaz.

Los informes se originan, regularmente, en el solo análisis, en los archivos o en la investigación.

Un informe debe ser prudente, honrado, recto, sincero, desapasionado, reflexivo y de sanos conceptos. Además de esto debe ser:

Preciso, es decir, desde el comienzo referirse al asunto fundamental, exponiendo el problema, proporcionando datos, etc.

Claro: evitar el rebuscamiento, escribir en orden lógico las ideas, suprimir los párrafos largos y las muchas explicaciones.

Conciso: el informe necesita brevedad, para ello se requiere buen conocimiento y dominio del idioma.

Objetivo: debe estar basado en hechos reales.

Para lograr estas cualidades del informe, es importante usar la nomenclatura, bien sea la logicista o la decimal (v.)

Hay informes que no requieren investigación especial sino que se extraen de los archivos, de los hechos que ocurren; estos son los informes periódicos (mensual o semanal).

Existe el llamado informe sobre progreso; es el trabajo desarrollado en una obra determinada, el aumento de personal, por ejemplo.

Hay otros informes que requieren investigación especial; son los que se realizan para proporcionar nuevos datos, hacer sugerencias, resolver problemas, etc.  Estos son:

Informe analítico: presenta los resultados de un examen, de una inspección, de una investigación sobre un hecho determinado o sobre una persona señalada..

Informe de recomendaciones: presenta los resultados de los estudios o de las investigaciones y da recomendaciones, sugerencias acerca de lo que es conveniente hacer.

Otros  investigadores clasifican el informe en:

Expositivos: los que exponen los hechos sin ningún tipo de análisis y sin conclusiones. Este informe tiene valor a causa de los datos que contiene.

Interpretativos:  los que contienen datos e información para evaluar y aclarar circunstancias. Es el informe que evalúa empresas y empleados.

Demostrativos: los que presentan los hechos gradualmente. En la redacción de este informe debe ponerse mucho cuidado para que haya una marcada diferencia entre los hechos en sí y los comentarios y sugerencias.

Para llevar a cabo una información sobre cualquier tema, es necesario seguir un orden muy preciso. Estos son los pasos que deben seguirse:

Presentación del asunto. Es la introducción y ésta debe ser breve.

Tener razones para sustentar el texto: presentar hechos concretos como: datos, pruebas estadísticas, porcentajes, etc.

Redactar luego las conclusiones.

Los documentos adjuntos o anexos van al final y deben llevar el número que los identifica en el cuerpo del informe.

La presentación del informe: puede ser como una carta; como un memorando; como un trabajo de investigación según las normas del Instituto Colombiano de Normas Técnicas (ICONTEC) para los trabajos escritos, si el informe es muy largo.

 

INTENSIDAD DE LA VOZ:

 

Es una de las cualidades de la voz humana. Los sonidos son fuertes o débiles según su mayor o menor amplitud de onda concéntrica. Las vibraciones rápidas tienen períodos más cortos, y las lentas, períodos más largos. El número de vibraciones por segundo se llama frecuencia del movimiento, y de ella depende el tono del sonido. El mayor grado de intensidad constituye el acento; por eso, la sílaba acentuada es la que se pronuncia con mayor intensidad.

 

INTERFIJOS:   (v.  infijo e incremento)).

 

INTERJECCIÓN:

 

Es la parte invariable de la oración con la que se manifiesta una impresión repentina que encierra en sí una oración elíptica (v.).

Por su significado, las interjecciones pueden expresar todos los sentimientos o pasiones humanas y ser, por ello mismo, manifestación de alegría, ira, amenaza, extrañeza, dolor, susto, espanto, horror, asombro, sorpresa, molestia, burla, enojo, desdén, pena, admiración, cansancio, repugnancia, incredulidad, indiferencia, displicencia, reserva, etc.

Con una misma interjección se puede expresar diferente sentimiento según el momento en que se emplee, por ejemplo:

¡Ah!, Indica sorpresa, pena, admiración.

¡Oh!, manifiesta asombro, pena, alegría.

¡Uf!, expresa cansancio, fastidio, repugnancia.

 

Las interjecciones se dividen en:

Propias; las que siempre se emplean como interjecciones. Las de más uso son: ¡ah!, ¡eh!, ¡oh!, ¡uf!, ¡ay!, ¡bah!, ¡ea!, ¡hola!, ¡huy!, ¡fo!, ¡ojalá!, ¡olé!, ¡zas!, ¡puf!, ¡adiós!, ¡hurra!, ¡zape!

Impropias; los vocablos que se utilizan como exclamaciones, a pesar de ser otro su valor gramatical, tales como: ¡demonios!, ¡fuera!, ¡afuera!, ¡anda!, ¡silencio!, ¡ánimo!, ¡vaya!, ¡dale!, ¡toma!, ¡adelante!, ¡alerta!, ¡atrás!, ¡calla!, ¡caracoles!, ¡hombre!, ¡qué!, ¡miércoles!, etc.

A veces, las interjecciones se repiten para dar más fuerza al sentimiento, ejemplos: ¡ya, ya!; ¡toma, toma!; ¡bah, bah!. Hay casos en los que la interjección forma una oración completa, por ejemplo: ¡Válgame Dios, lo que te dijeron!, ¡Horror lo que veo!

 

INTERVOCÁLICA:

 

Se le da este nombre a una consonante o a un grupo consonántico cuando va entre vocales.

 

INTERROGACIÓN:

 

Los signos de interrogación son dobles (¿?) y deben escribirse al principio y al final de la oración. Algunas veces no pueden ir al comienzo, sino en el sitio en donde empiece la interrogación, ejemplos:  ¿Cuándo llega la profesora?   En todo este tiempo de espera, ¿qué hacemos, amigas?

 

IRONÍA:

 

Es una figura literaria o recurso estilístico que consiste en decir con la intención y el tono de burla todo lo contrario de lo que expresa la frase. Cuando la ironía es cruel, mordaz ofensiva y hasta sangrienta se llama sarcasmo.

Ejemplo de ironía: “¡Ah! ¡Olvidaba la policía! Seguramente lo encerrarán con doble llave en un calabozo para probarle que la vida es bella y que el mundo es un lugar de delicias.” (G. K. Chesterton).

 

ISÓNIMAS:

 

Estas palabras son llamadas también ‘dobletes’.(v. dobletes filológicos).

ITALIANISMOS:

 

Son los vocablos procedentes de Italia; muchos de ellos han sido aceptados por la Real Academia de la Lengua, tales como: boleta, centinela, alerta, terceto, charlar, gacela, opereta, coronel, piano, piloto, brújula, pestaña, soneto, tesitura, banca, carroza y muchas más.

 

ITERATIVO:

 

Es el vocablo que significa acción que se repite, o elemento que contribuye a que dicha significación se produzca. Es iterativo el prefijo ‘re’ en verbos como ‘repicar’, ‘resonar’, ‘repetir. También se le llama frecuentativo

 

 

J

 

 

J:

 

Undécima letra del abecedario español y octava de sus consonantes. Su nombre es ‘jota’

 

JAMÁS:   

 

Adverbio de tiempo. Nunca. Pospuesto a este adverbio y a ‘siempre’, refuerza el sentido de uno y otro vocablo. Se emplea en las locuciones: ‘jamás de los jamases’, ‘en jamás de los jamases’, que refuerzan enfáticamente la significación de este adverbio; ‘nunca jamás’: ningún día, en ningún tiempo.(v.t.: términos negativos en la frase).

 

JARCHA:

 

Estrofa final o ‘finida’ de un poema de origen hebreo o árabe conocido como ‘muwassaha’. Este tipo de estrofa empezó a cultivarse a principios del siglo XI en romances mozárabes. Su reciente descubrimiento por los historiadores hebraístas es de gran importancia para la historia de la literatura, pues se considera la primera expresión lírica de la poesía europea, un siglo antes de la aparición de la poesía provenzal. Se han descubierto cuarenta y una jarchas, pero el estudio de estas formas poéticas se encuentra en sus comienzos.

 

JERGA:

 

La jerga es un sociolecto (v.), lo mismo que el argot. Según la Real Academia, jerga y argot tienen el mismo significado.

La jerga es una lengua especial y familiar que usan entre sí los individuos de ciertas profesiones y oficios como: toreros, estudiantes, deportistas, etc. Es el vocabulario opuesto al técnico. La palabra jerga por sí sola nada dice; es necesario añadirle el complemento de la profesión o del grupo a que se refiere, por ejemplo: la jerga de los estudiantes, la jerga de los zapateros, la jerga de los choferes, la jerga de los periodistas, etc.

Según el lingüista Fernando Lázaro Carreter, el nombre de jerga reúne multitud de conceptos:

lenguaje del hampa, con finalidad esotérica, de naturaleza muy artificiosa;

 lenguaje profesional como: jerga de médicos, de filósofos, de tipógrafos, etc.;

 lenguaje de cualquier grupo social como la jerga de los deportistas, de los cazadores, de los espiritistas, etc.;

conjunto de palabras procedentes de fuentes oscuras que por broma o ironía se introducen en la conversación familiar de todas las clases sociales.

lengua de mal gusto, complicada e incomprensible. El término jerga alterna en esta última  acepción con el de jerigonza.

 

JERIGONZA:  (v. jerga).

 

JITANJÁFORA:

 

Nombre inventado por el escritor mexicano Alfonso Reyes (1929) para designar palabras, metáforas, onomatopeyas, interjecciones, estrofillas, etc. carentes de sentido, pero que constituyen un fuerte estímulo para la imaginación. El maestro Fernando Lázaro Carreter trae como ejemplo de jitanjáfora esta estrofa:

Por el río Paraná/ viene navegando un piojo/ con un lunar en el ojo/ y una flor en el ojal.

 

JUDEO-ESPAÑOL:

 

Con este nombre se denomina una variedad arcaica del idioma español, hablada por las comunidades sefardíes o sefarditas, las que están formadas por judíos expulsados de España por los Reyes Católicos y repartidos por Marruecos y Oriente.

En este idioma judeo-español hay abundantes turquismos y, en general, elementos de las lenguas con las cuales coexiste. Según el académico Fernando Lázaro Carreter, hoy se habla también judeo-español en comunidades sefarditas de América, sobre todo en Nueva York y Buenos Aires.

 

 

 

K

 

K:

 

Duodécima letra del abecedario español y novena de sus consonantes.. Su nombre es ‘ka’. Se emplea en palabras de origen griego o extranjero. En las demás, su sonido se representa con ‘c’ antes de ‘a’, ‘o’ y ‘u’, y con ‘qu’ antes de ‘e’, ‘i’.

 

KILO:

 

Elemento compositivo de origen griego que significa ‘mil’, como kilogramo, kilómetro. A veces se escribe ‘quilo’: quilogramo, quilómetro.

 

KINÉSICA:

 

Es un neologismo reciente, préstamo del inglés. Designa los sistemas o medios de comunicación humano que no se basan en el lenguaje articulado vocal; tal, la mímica del rostro, la gesticulación convencional o espontánea de los miembros y del cuerpo. También se le conoce con los nombres de: comunicación no verbal o paralenguaje.

 

 

 

 

L

 

 

L:

 

Decimotercera letra del abecedario español, y décima de sus consonantes. Su nombre es ‘ele’. Letra numeral que tiene el valor de 50 en la numeración romana.

 

LA:

 

En gramática es artículo determinado en género femenino y número singular. Acusativo del pronombre personal de tercera persona en número singular y en género femenino.. No admite preposición y puede usarse como enclítico (v.): la miré = miréla, mírela. Es forma propia del complemento directo cuando éste es persona o cosa personificada.

 

LABIAL:

 

Consonantes labiales. Se da este nombre, con escasa precisión, a las letras bilabiales y labiodentales (v. bilabial y labiodental).

 

LABIODENTAL:

 

Se les da el nombre de labiodentales a las letras cuyos órganos de articulación son el labio inferior y el borde de los dientes incisivos superiores: /f/, /m/.

 

LACONISMO:

 

Este término se aplica a la brevedad de la expresión, llevada al extremo; casi el idioma se reduce a monosílabos y a vocablos aislados. El ejemplo de laconismo son las célebres palabras del emperador romano: “llegué, vi, vencí”, para informar sobre su victoria.

 

 

 

LAÍSMO:

 

Con este nombre se conoce el empleo incorrecto de los pronombres ‘la’ y ‘las’; consistente en usarlos como complemento indirecto, pues no se dice: la regalaron un libro, sino: le regalaron un libro. Es correcto el uso de estos pronombres ‘la’ y ‘las’ cuando se refieren al complemento directo; ejemplos correctos: yo la vi llegar; yo las vi llegar. Tú la escuchaste atentamente; tú las escuchaste atentamente. En estos últimos ejemplos no hay el error llamado ‘laísmo’, porque todos son complementos directos.

 

LATINISMOS:

 

La Real Academia incluye los latinismos entre los barbarismos (v.) que cometen los que “truecan por vocablos de otras lenguas los castellanos genuinos y expresivos”. El mayor aporte al idioma español lo hizo el latín, por eso siglo tras siglo la Real Academia acoge un gran número de vocablos venidos del latín.

Pero sí hay personas, especialmente oradores y catedráticos, que prefieren expresar algunas ideas en latín, más bien que en español, para crearse imagen de sabios y eruditos ante el público.

 

Estas son algunas locuciones latinas usadas con frecuencia:

 

Accésit         segundo premio                                   Ad hoc        para un fin determinado

Ad gloriam:  por la gloria                                         Ad honoren:      por el honor, gratuitamente

Alter ego:    otro yo, como si fuese yo mismo          Déficit:             que falta

A posteriori   tiempo más tarde                                A priori             con anterioridad

Ad libitum:   a voluntad, a elección                         Ad litteram:       a la letra

A divinis:     en las cosas divinas                              Bona fide:        de buena fe

Cálamo currante      al correr de la pluma                 Consummatum es       todo se ha acabado

Cogito, ergo sum:   pienso, luego éxito                    De motu proprio:    por propia iniciativa

Deo juvante:    con la ayuda de Dios                        Dies iraes:         día de la cólera

Dura lex, sed lex:  dura es la ley, pero es la ley       Ex nihilo nihil:  de nada, nada

Ergo                      por tanto, luego                          Ex abrupto         arrebatada, bruscamente

Ex cathedra:         con autoridad de maestro            Ex libris:           fuera del libro

Ex profeso            de propósito                                Ibídem              allí mismo

Habeas corpus     derecho del detenido a ser oído   In fraganti         en flagrante, en el momento

Fiat lux:               hágase la luz                                Fiat voluntas tua:     hágase tu voluntad

Grosso modo:      a la ligera                                     In continenti:       al instante

Inter nos              entre nosotros                              Motu proprio    espontánea, voluntariamente

Non plus ultra     no más allá                                   Statu quo          en el estado actual

Sine qua non       condición sin la cual no               Sub judice        pendiente de resolución

Sui generis          muy especial                                Vox populi       del dominio del pueblo

Ipso facto:           en el acto, por el mismo        Lapsus calami   error de pluma

In extenso:          por entero                                     In extremis:      en el último momento

Lapsus linguae:     error al hablar                 Mare magnum:   más grande, confusión de asuntos

Modus vivendi:    modo de vivir                             Per se:               por sí, o por sí mismo

In vitro:               en el vidrio                                  Quid pro quo:    una cosa por otra

Urbi et orbi:    a la ciudad y al universo                 Vade retro:         retírate     

Veni, vidi, vici:    vine, vi, vencí                            Verbi gratia:    por ejemplo

Ultimátum:     última resolución                            Superávit:     sobrante

 

En latín no existen las tildes; cuando alguna palabra o expresión latina aparece en los textos con tilde es simplemente porque el autor quiso orientar al lector en la pronunciación.

 

LE:

 

Perteneciente al pronombre de tercera persona en género masculino o femenino y número singular, ejemplos: le dije a Pedro; le conté a María; Se usa en las construcciones con complemento indirecto.

 

LEÍSMO:

 

Este vicio del lenguaje consiste en el uso frecuente del pronombre ‘le’ de manera incorrecta. El pronombre ‘le’ es la forma correcta del complemento indirecto para los dos sexos, ejemplos:  ayer le compré un regalo (a ella o a él); le traje la tarjeta (a él o a ella).

A veces se puede usar con el complemento directo siempre que éste sea persona del sexo masculino y no cosas, ejemplo: Vino Juan, ¿le viste? Le miré fijamente (a él).

Usar el pronombre ‘le’ fuera de estas normas, es cometer el error llamado leísmo.

 

LENGUA o idioma:

 

Así llama la Real Academia al conjunto de palabras y modos de hablar de cada nación.

La palabra idioma se deriva de la raíz latina “idio” que significa: propio, individual, particular.

Para que una lengua o idioma se considere como tal, debe poseer gramática y literatura propias y ser hablado por muchas personas.

Se considera el idioma semejante a un organismo vivo que, como tal, no puede permanecer estático, sino que evoluciona al compás del progreso de las ciencias, de las artes, las industrias, la tecnología, los deportes y de toda actividad humana, enriqueciendo el vocabulario con nuevas palabras

El idioma tiene tres manifestaciones: la competencia, la aceptación y la actuación. La competencia (o saber lingüístico) tiene normas fijas las que se aprecian en tres campos: el saber elocutivo (v. habla), el saber idiomático y el saber expresivo; este último corresponde a las determinaciones del hablar: hablante, oyente, objeto, situación. (v. habla). La aceptación y actuación tienen normas flexibles.

La denominación de las lenguas se relaciona siempre con la de la nación donde inicialmente se emplearon. Por eso, la nuestra se llama lengua española, aunque también se le conoce como lengua castellana, puesto que tuvo su origen en Castilla. Las lenguas se dividen en:

 

Monosilábicas: lenguas cuyos vocablos carecen de formas gramaticales: son simples raíces de una sola sílaba, como la lengua china y sus dialectos.

Aglutinantes: las que a la raíz unen otras raíces como prefijos (v.)  o sufijos (v.) juntando varias palabras en una, sin fundirlas, como la lengua japonesa.

Flexionales: las lenguas que modifican sus palabras en virtud de morfemas (v.) o desinencias, como las lenguas: española, latina y griega.

La más antigua lengua escrita conocida es el sumerio (año 3.500 a. de C.); el acadio y el egipcio fueron conocidos también en el IV milenio a. de C.; la historia del chino va del II milenio a. de C. hasta nuestros días.

La Naciones Unidas han dicho que en el año 2000 el número de lenguas no es inferior a 4.000 para una población mundial superior a 6.000 millones.

 

LENGUA ESPAÑOLA, evolución:

 

Se dice que los iberos fueron los primeros habitantes de la península llamada ibérica, la que hoy está poblada por España y Portugal.

En el siglo VI a. de Cristo, los celtas invadieron el territorio de los iberos y ocuparon el centro y el oeste de la península; se mezclaron con los iberos y formaron la raza celtíbera. Todos estos pueblos tenían su lengua propia.

Posteriormente desembarcaron los fenicios, los griegos y los cartagineses; estos últimos sometieron todo el país bajo su dominio. Cada pueblo llegado a la península ibérica fue dejando las huellas de su lengua que luego se mezclarían al idioma español. Además de los vocablos heredados del país vascuence situado al norte de España.

En el siglo II a. de C., los romanos invadieron el país, desalojaron a los cartagineses y anexaron a Roma el territorio conquistado. Los romanos permanecieron en España cuatro siglos; ellos contribuyeron a la civilización hispánica; dieron sus leyes, su educación, su religión cristiana y su idioma, el latín.

Se mezclaron las dos lenguas, la del pueblo y el latín y surgió un latín popular, fuente de la lengua española (castellana por haber nacido en la provincia de Castilla).

EN EL SIGLO XIII, en el reinado de Alfonso X “el Sabio” (rey de Castilla y de León) se le dio carácter oficial al nuevo idioma y se llamó “español”.

A principios del siglo VIII de la era cristiana llegaron los árabes y se apoderaron de toda España; sólo en el año de 1492 los españoles lograron expulsar definitivamente a los árabes de su territorio; muchísimas palabras del árabe penetraron a nuestro idioma.

El español es una lengua romance (v.); es decir, que su origen está vinculado a la existencia de Roma y a su lengua; de ésta surgen numerosos idiomas romances. El conjunto de pueblos que hablan lenguas procedentes del latín se llama ‘Romanía’.

En nuestro idioma se encuentran fenómenos de incorporación léxica, morfológica y fonética procedentes de los antiguos idiomas que había en España a la llegada de los romanos. De los iberos quedan algunas huellas léxicas como: páramo, vega, izquierdo, bahía, manteca, etc.

En cuanto a la morfología, están los sufijos: ‘rra’, ‘rro’ en palabras como: pizarra, cerro, barro, guijarro; proceden del vascuence. En la fonética, tenemos la tendencia a suprimir la ‘f’. Por eso en la evolución del español encontramos la diferencia con los demás romances peninsulares, por la sustitución de la ‘f’ por la ‘h’, la que fue primero, aspirada, y después, muda.

Hubo también influencia de los griegos por medio de los romanos. Se consideran como ‘helenismos’ (v.)  palabras como: púrpura, golpe, botica, huérfano.

Después de ocho siglos de dominación romana, llegan los pueblos del norte de Europa, y con ellos su influencia lingüística. En España se adoptan muchas voces germánicas, tales como: arenque, bandera, burgo, aspa, guerra, tregua, guardia.

Trescientos años después de la invasión germánica, un nuevo factor histórico aparece en

España: la invasión musulmana o árabe que dura ocho siglos (del año 711 hasta 1492). Estos nuevos pueblos recién llegados, que son: los árabes, bereberes, almorávides, almohades traen como signo común la unidad religiosa y lingüística.

Con el nuevo elemento invasor llega un idioma, el árabe, y con él se enriquece el español. Hay muchas palabras de origen árabe, algunas son: almena, albañil, alfarero, acequia, alcantarilla, algarrobo, almanaque, alcaide, alcalde, muchedumbre, mansedumbre, herrumbre, jazmín, marfil, zaguán, califa, arroba, quintal, azul, aduana, naranja, tambor y muchas más. En general, casi todas las palabras que empiezan por ‘al’ y las que terminan en ‘umbre’ son de origen árabe.

Con el descubrimiento de América, muchas voces americanas se incorporan al español (v. americanismos).

La lengua española de los primeros siglos es vacilante en sus formas, pero esta falta de unidad termina con la influencia de Castilla, provincia creadora de un idioma original y nuevo que va anulando las formas antiguas. En este nuevo idioma que evoluciona del latín, encontramos algunas características:

La fonética simplifica muchas formas gramaticales y da una gran claridad acústica determinada por las vocales simples, especialmente la ‘a’ que le imprime gran musicalidad.

Este idioma romance recién nacido, el castellano, se fortalece y va uniendo a España hasta convertirse en el idioma español, la lengua oficial de la península ibérica.

Las consonantes iniciales simples del latín se conservan casi todas en el español, ejemplos: bono > bueno; latrone > ladrón; digitu > dedo.

(El signo > indica que la segunda palabra procede de la primera.)

(El signo < indica que la primera palabra procede de la segunda.)

Las consonantes sonoras intervocálicas se conservan, ejemplo: nidu > nido, y las consonantes sordas intervocálicas, generalmente se sonorizan, ejemplos: capra > cabra, delicatu > delgado.

Se forman palabras con consonantes finales simples, ejemplos: vanitate > vanidad;

cantare > cantar; fidele > fiel; pace > paz; voce > voz

Las consonantes interiores dobles se convierten en letras sencillas, ejemplos:

Sabbatu > sábado; bucca > boca; abbate > abad; summa > suma

La letra elle (ll) se conserva, ejemplos: Castella > Castilla; collum > cuello

La elle (ll) no es de origen latino sino de formación romance, lo mismo que la eñe (ñ):

nn > ñ;  pinna > piña.

La grafía de la eñe (ñ) surgió de emplear una tilde encima de la ene (n) para indicar que se había suprimido en la escritura, para abreviar otra ene (n).

 

Evolución morfológica de la lengua española:

El latín de decadencia empezó a usar el adjetivo ‘ille’, ‘illa’,’illud’ con carácter de artículo. De allí nacen los artículos ‘el’, ‘la’, ‘los’ en español.

En latín las funciones del sustantivo se indicaban por medio de la declinación. Cada función estaba representada por un caso (v.), y cada caso tenía una terminación característica. Hoy, la gramática habla de sujeto y complementos, de sintagma nominal y sintagma verbal.

El idioma español conserva casi siempre el género de los nombres latinos.. Los terminados en ‘a’ son femeninos; los terminados en ‘o’, masculinos.

 

Muchos sufijos del latín pasaron al español; algunos de ellos son:

 

ADA: temporada   AZO: plumazo   ILLO: anillo   ANZA: venganza.  

DOR:             emperador         ÍSIMO:       certísimo.

 

 

Como prefijos latinos se usan las preposiciones, ejemplos:

contra-pelo; con-doler; sin-vergüenza; com-placer; des-leal; entre-tener; sobre-poner.

 

En cuanto a los verbos, la conjugación latina se conserva casi completa:

La primera conjugación (ar) recibió los verbos latinos terminados en ‘are’:

                 amare > amar;  cantare > cantar

  La segunda conjugación (er) recibió los verbos terminados en ‘ere’:

        timere > temer;  legere > leer;  debere > deber;   facere > hacer

 

La tercera conjugación (ir) recibió los verbos terminados en ‘ire’:

         Aperire > abrir;  dormire > dormir

 

Además, muchos verbos latinos terminados en ‘ere’ también pasaron a la tercera conjugación:

            Lucere > lucir; petere > pedir;  percipere > percibir

En el siglo XV la lengua española se expande universalmente; se habla en los nuevos dominios de España, especialmente en América. Además, van apareciendo los italianismos (v.) debido a los constantes viajes.

Los escritores del siglo XVI contribuyen a un progresivo enriquecimiento de la lengua. Crean numerosos neologismos (v.) para expresar los sentimientos; son nuevos modos de expresión.

En el siglo XVII se ponen de moda los cultismos que son los helenismos (v.) (del griego) y los latinismos (del latín)

El siglo XVIII es de estudio y análisis. El rey Felipe V crea la Real Academia Española para regir los destinos del idioma. En este siglo, el influjo francés es grande; por eso, se incorporan al español numerosos  galicismos (v.).

En la segunda mitad del siglo XIX es notoria la tendencia de los modernistas a crear vocablos por invención o por derivación.

En el siglo XX se intensifica la presencia de numerosos vocablos de importación, casi todos procedentes del inglés, anglicismos (v.). Los más numerosos proceden del deporte, el cine y la tecnología.

 

Perfil del idioma español:

Poca gramaticalización, la que se manifiesta en:

Libertad en el orden de las palabras.

Poder usar el sustantivo sin el artículo determinante.

Poder usar el verbo sin ayuda del pronombre.

Pocas contracciones (v.) entre artículos y preposiciones.

Poca frecuencia de palabras de refuerzo.

La afectividad. Esta fuerza afectiva se expresa en:

Abundancia de apreciativos (diminutivos, aumentativos, despectivos)

Frecuencia de formas exclamativas (maldiciones, interjecciones)

Inversión del orden lógico de las palabras

Reduplicación de adverbios y pronombres

Multitud de variantes en la entonación y en el gesto

Predominio de la acción. La lengua es dinámica; se aprecia en:

Predominio del verbo sobre las formas nominales

Decadencia de la voz pasiva

 

LENGUAS INDÍGENAS EN COLOMBIA: (v. familias de lenguas indígenas)

 

LENGUAS ROMANCES:

 

Se les conoce también con el nombre de ‘lenguas románicas’ porque su origen está vinculado a la existencia de Roma; ésta impuso su idioma: el latín y de él surgieron numerosos romances: la influencia que sobre el latín ejercieron los idiomas propios de los lugares conquistados por los romanos fue dando origen a una multitud de modalidades dialectales, que con el correr de los tiempos y según las regiones, adquirieron carácter propio. Nacieron, entonces, lo que se llama ‘jergas del vulgo’ que no pudieron llamarse latín y que fueron el origen de diferentes romances. Con el correr del tiempo fueron perfeccionándose, y estos romances se llamaron ‘lenguas neolatinas’ (originarias del latín). El conjunto de pueblos que hablan las lenguas procedentes del latín se denomina Romanía.

Las llamadas lenguas romances son:

El italiano (Italia); el provenzal (sur de Francia); el castellano (Castilla); el catalán (provincias catalanas); portugués (Portugal); francés (Francia); retorromano (algunos cantones de Suiza); dalmático (Dalmacia); rumano (Rumania); gallego (Galicia); sardo (isla de Cerdeña, antes Sardania).

 

LENGUAJE:

 

El lenguaje es una de las manifestaciones de la actividad simbólica del hombre, es decir, de su aptitud para representar las cosas, las ideas y los hechos por medio de sonidos, gestos, actitudes, comportamientos, signos u objetos que son los sustitutos de aquéllos.

En la actualidad, gracias al gran avance científico y tecnológico, se han desarrollado nuevos sistemas de comunicación, como: el lenguaje visual, el auditivo, el matemático, el de la lógica formal, el de las imágenes, etc.

Ahora bien, un problema muy debatido y desde muy antiguo es cuándo empezó a hablar el hombre y cómo pudo empezar a hacerlo.

Las dos hipótesis griegas más antiguas se deben a Demócrito y a Platón; el primero afirma que el lenguaje es de institución arbitraria (‘thesei’). En el diálogo platónico, ‘Cratilo o la exactitud de las palabras’, Cratilo se plantea el problema del origen natural del lenguaje (‘physei’). Las palabras imitan la naturaleza de las cosas; conocemos su esencia por las palabras.

En el siglo IV a. de C., Platón es el iniciador del estudio de la significación, basada en la verdad o falsedad de las proposiciones. Los filósofos griegos no distinguían muy bien entre lógica y gramática.

Para Platón, la institución de las palabras es un hecho natural, pero el espíritu interviene en la evolución de ellas.

Aristóteles considera la voz como una facultad natural, y la palabra como una invención convencional.

El lenguaje antiguo y el medieval giraron alrededor de la sabiduría y lo absoluto, marcados por la filosofía y la religión. Descartes fue el primero en establecer la posición del hombre como sujeto y objeto de pensamiento y observación.

Modernamente, también hay muchas teorías al respecto; algunas de ellas son:

Hovelaque opina que la facultad de hablar articuladamente es natural; es una energía; pero el uso que se hace de ella es un arte (‘ergon’).

Whitney y Saussure definen el origen del lenguaje como un hecho arbitrario. El hombre pudo usar, en vez del habla, los gestos o los demás signos visuales.

Steinthal opina que no hay ninguna dificultad, toda vez que “el hombre habla como el bosque susurra.”

Max Müller cree que el hombre tiene una facultad expresiva, un instinto filológico creador del lenguaje.

Otras teorías se fundan en la imitación.. La palabra sería una imitación del objeto por medio del sonido. Explican el origen de ciertos sonidos, los onomatopéyicos, pero no los demás sonidos.

Spencer asegura que el lenguaje deriva de una evolución lenta de la animalidad.

Otros admiten la teoría de la elaboración, es decir: el hombre nace sin ideas, pero posee la facultad de adquirirlas, organizarlas y, en consecuencia, de crear el lenguaje.

Otro concepto del origen del lenguaje es: Dios hizo al hombre un ser parlante, le dio facultad de hablar y los órganos necesarios para convertir la potencia en acto.

 

La ciencia del lenguaje se divide en dos grandes bloques:

 

Sociolingüística: se interesa por el lenguaje como un fenómeno social y cultural; afirma que el lenguaje tiene relaciones con las ciencias sociales, especialmente con la psicología social, la geografía humana y la sociología. La sociolingüística no concede mucha importancia a la gramática sino que destaca la intencionalidad del individuo.

Psicolingüística: estudia los nexos entre la psicología y la lingüística. Abarca conceptos biológicos, antropológicos, sociológicos y educativos. Se ocupa de las diferencias entre el lenguaje humano y la comunicación animal; pone énfasis en la relación lenguaje-pensamiento. Además, la influencia que sobre el individuo tiene su medio familiar, social, educacional, etc. Estudia los procesos de aprendizaje del idioma.

Hoy, siglo XXI, se está hablando de Neurolingüística:

 

Muchas definiciones en torno a esta palabra. Muchas aplicaciones.

 

Ella estudia los mecanismos del cerebro para conocer y comprender el lenguaje, bien sea oral, escrito o con signos (los códigos), y lo estudia a partir de la propia experiencia.

Relaciona a un ser con otro y pone en claro esa relación. Antes, la neurolingüística se relacionaba  sólo con las afasias, las carencias lingüísticas, los trastornos neuronales…

En una época anterior, no muy lejana, se estudiaba esta ciencia de manera más descomplicada, sin este nombre, y desde la sicología:

YO, EL OTRO, NUESTRAS PALABRAS MEDIANDO EN EL SENTIR Y EN EL PENSAR.

Hoy estamos hablando de neurolingüística, neurobiología (disfunciones del lenguaje: tartamudeo, dislexia), técnicas de medición del aprendizaje; lingüística computacional…

 

 

CLARIDAD EN EL LENGUAJE: (v.)

 

FUNCIONES DEL LENGUAJE: (v.)

 

 

CLASES O NIVELES  DEL LENGUAJE:

 

Lenguaje culto:

En él percibimos los matices literarios, poéticos, filosóficos. También es llamado lenguaje literario; es el más representativo por su carácter de estabilidad. La literatura nos da las normas para adornar este lenguaje, para que además de correcto, esté revestido de belleza, armonía y produzca en el lector una grata emoción

 

Lenguaje vulgar:

Es sencillo, libre de adornos y embellecimiento literario, es el lenguaje popular. En latín, pueblo es ‘vulgo’, por eso el lenguaje del pueblo es el vulgar.

 

Lenguaje hablado:

Por sí sólo es insuficiente; se encuentra limitado por el espacio y el tiempo; pero a su vez aventaja al lenguaje escrito porque es un lenguaje anímico. Las inflexiones de la voz y las insinuaciones del tono atraen el interés del interlocutor hacia la idea. Si se añade el gesto, se termina por expresar los matices de los afectos con más extensión y fuerza persuasiva.

 

Lenguaje escrito:

Por el lenguaje escrito trasmitimos el pensamiento a través del tiempo y del espacio, a regiones remotas y a futuras generaciones. La enseñanza oral sin el auxilio de los libros sería más defectuosa y rudimentaria. Se ha dicho que la escritura es la memoria de la humanidad.

 

Lenguaje familiar o coloquial:

Es el lenguaje conversacional. En literatura, este lenguaje se emplea cuando el arte se aproxima a lo natural. Las obras costumbristas se encuentran en este campo.

 

Lenguaje figurado:

El lenguaje figurado, traslaticio o ‘tropológico’ (v. tropo),  (de ‘tropo’ = cambio) permite usar las palabras en un sentido ‘figurado’, imaginativo. La figura que permite cambiar el sentido propio de las palabras por un sentido figurado se llama ‘tropo’. (v. t.: figuras literarias)

 

 

 

 

 

LENGUAJE Y PENSAMIENTO:

 

El lenguaje no manifiesta sólo una voluntad aislada, no descubre sólo un sentimiento momentáneo, no imita o representa sólo algo particular, sino que ordena todo esto dentro de un campo único de significación general.

A una disposición de pensar corresponde una determinada manera de hablar. En la lengua se reflejan las diversas modalidades del ser mental que habla.

En la formación del pensamiento individual, el lenguaje sirve para simplificarlo, precisarlo y fijarlo. Precisa el pensamiento perfeccionándolo y analizándolo, hasta conseguir la expresión exacta.

El lenguaje como hecho biológico, es el resultado de la actividad propia y del medio ambiente. Muchas personas incultas no pasan de determinadas frases del desarrollo lingüístico.

El manejo del idioma es un doble proceso de análisis y de síntesis. Expresar a los demás nuestro pensamiento obliga a distinguir bien los elementos que integran el juicio o el sentimiento de que se trata.

La vieja gramática tradicional sólo tenía en cuenta la relación pensamiento-lenguaje y a esto se le llamaba ‘logicismo’ (v.).En el idioma intervienen también los factores psicológicos. (v. t.: Lenguaje, la ciencia del lenguaje).

La  Escuela de Port-Royal (Gramática general y razonada) buscó una correspondencia entre el pensamiento y las lenguas naturales; pero la gramática (arte de hablar) y lo razonado (arte de pensar) se distinguían confusamente; durante todo el siglo XVIII predominó dicha tendencia. (v. t.: logicismo).

 

LENGUAJE Y REDACCIÓN:

 

El lenguaje es un hecho natural en el ser humano. Se aprende a hablar sin estatutos ni preceptos.

Quien tiene el don del lenguaje puede redactar con belleza y elegancia aun sin conocer las normas gramaticales; lo mismo les ocurre a quienes leen a los que bien escriben o escuchan a los maestros del bien hablar.

Lo que necesitan los iniciados en la redacción es tener qué decir y encontrar las fórmulas precisas de sus ideas; luego vendrá la necesidad de aprender a emplear correctamente el idioma.

El secreto de todo buen manejo del lenguaje, de la correcta escritura, de la excelente lectura es saber distinguir entre la calidad y la cantidad del vocabulario personal. Comprender una idea, entender una lectura, solucionar un problema empiezan por conocer, entender,, estudiar y saber manejar LA PALABRA. La semántica, la ortografía, la etimología son necesarias, pero hay que poner atención a la sinonimia dado que lo que el lenguaje exige es claridad, precisión y propiedad.

 

LETRA:

 

Signo gráfico que, solo o combinado con otros, representa en la escritura un fonema. Las letras pueden ser simples (b, c, p, a, d, e) o dobles (ch, ll), que son los llamados ‘dígrafos’. Las letras se han dividido en vocales y consonantes (v t.: alfabeto, clasificación de las letras)

 

LETRILLA:

 

Composición de tema lírico, humorístico y satírico muchas veces, con versos de ocho o de seis sílabas, que adopta la forma del villancico o del romance con estribillo, ejemplo:

“Poderoso caballero/ es don Dinero./ Madre, yo al oro me humillo:/ él es mi amante y mi amado,/ pues de puro enamorado,/  anda con tino amarillo;/ que pues, doblón o sencillo,/ hace todo cuanto quiero,/ poderoso caballero / es don Dinero.” (Quevedo y Villegas)

 

LEXEMAS:

 

Es un término de los lingüistas norteamericanos para designar la raíz de las palabras. Los gramáticos españoles dicen que las palabras se componen de raíz y terminación; este mismo concepto lo emiten los norteamericanos diciendo que las palabras (o monemas) se dividen en lexemas  y morfemas, por ejemplo: el verbo cumplir se descompone así: raíz o lexema: CUMPL, cuyo significado léxico es ejecutar, realizar, y el morfema: IR que tiene un significado gramatical: verbo en infinitivo de la tercera conjugación.

El lexema es la unidad que expresa el sentido básico de la palabra o monema. Es la raíz en los verbos, a la cual se unen las desinencias o terminaciones o morfemas. A veces, al lexema se unen dos morfemas para formar un monema o palabra o vocablo, por ejemplo en el verbo compadecer tenemos: COM = morfema, (prefijo); PADEC =  lexema, es decir, raíz. ER = morfema (desinencia, terminación); el vocablo o monema formado es: compadecer.

 

LEXÍAS:

 

Son bloques unitarios de significado. Las lexías son de varios tipos:

Lexías simples: silla, mano, casa, guerra, amor, luz (palabras simples).

Lexías compuestas: rompehielos, paraguas, quitasol (palabras compuestas).

Lexías complejas: cara a cara, mano a mano (frases hechas)

Lexías locucionales: andar a ciegas, hablar a tontas y a locas (locuciones adverbiales)

 

LEXICALIZACIÓN:

 

El lingüista Bally designa con este nombre el proceso que convierte un conjunto sintagmático en un elemento lingüístico que funciona como una sola palabra. Conversión de una interjección o de una onomatopeya en una palabra capaz de funcionar gramaticalmente, ejemplos: los ayes; los runrunes.

En informática –según el lingüista Mounin- lexicalización es la operación que consiste en clasificar los elementos de un fichero por orden alfabético sobre una o varias zonas de datos. Existe la lexicalización inversa que es la clasificación de Z hacia A.

 

LÉXICO:

 

Es el sistema de palabras que componen una lengua. Este término se usa también como adjetivo para expresar lo referente al léxico, por ejemplo: elementos léxicos, caracteres léxicos, acento léxico.

 

LÉXICOS COMPLEMENTARIOS:

 

Con este nombre se denomina en la lexicografía (v.) de la redacción a los vocabularios que añaden datos, cualidades o circunstancias semánticas, históricas, de régimen o de interpretación que contribuyen al perfeccionamiento del lenguaje habitual.

 

LEXICOGRAFÍA:

 

Es la técnica o el arte de componer diccionarios de la lengua.

 

LEXICOLOGÍA:

 

Disciplina que estudia las unidades léxicas, palabras e idiotismos (v.), de una lengua en su aspecto sincrónico (v. diacronía y sincronía), a diferencia de la semántica que opera dentro del plano diacrónico.

El determinar el significado que una palabra ha tenido en un momento cualquiera de la historia de nuestra lengua o posee en la actualidad, y el establecer las relaciones de dicha palabra dentro del sistema léxico español de ese momento, es propio de la lexicología. La semántica (v.) se ocupará  de determinar el proceso que siguió esa palabra desde su significado originario hasta el significado actual.

 

LICENCIAS POÉTICAS;

 

Son autorizaciones que las leyes de la métrica les permite a los poetas, en relación con la medida de los versos. Las principales licencias métricas o poéticas son: diástole, sístole y diéresis (v. cada una de ellas en el lugar correspondiente según el orden alfabético).

 

LICUAR: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso común en el hablar y escribir)

 

 

LIED:

 

En la literatura alemana se llama ‘lied’ a un poema épico antiguo (como Los Nibelungos), o canción narrativa o lírica. Algunos estudiosos del estilo llaman ‘lied’ a poemas no cantados, de carácter sentimental, báquico, patriótico, etc. En la literatura francesa romántica, un ‘lied’ es un poema amoroso y melancólico, de estrofas cortas como una canción.

 

LINGÜÍSTICA:

 

La lingüística y la filología estudian todas las manifestaciones del lenguaje humano, tanto de pueblos salvajes como de naciones de gran cultura; tanto de unas épocas como de otras, y atiende no sólo a la corrección del lenguaje, sino también a todas las formas de expresión.

La misión específica de la filología es describir las lenguas y su historia, compararlas y reconstruir las lenguas madres de cada familia. Investiga también las fuerzas que actúan sobre todas las lenguas y formula las leyes generales a que se pueden reducir los fenómenos particulares. En el caso de las lenguas romances, es importante el estudio del latín.

Los dos elementos constitutivos del lenguaje son la lengua y el habla. El habla es un polo intuitivo y creador. La lengua es un polo sistemático y de categorías determinadas.

La lingüística estudia estos dos polos en un entrelazamiento según el cual la creatividad está bajo la influencia del sistema, y éste no funciona sino por la intervención del individuo que traduce ese sistema en expresiones prácticas.

La mayoría de las veces, los lingüistas parten, para su estudio, del habla; los filólogos toman como objeto de estudio el leer y el escribir. (v. t.: diacronía y sincronía).

Ferdinand de Saussure inscribió la lingüística en la semiología (ciencia de los signos), y ésta en la psicología social, parte de la psicología general. Separó de la lingüística el ‘habla’ por ser individual; lo real y objetivo de la lingüística científica es la ‘lengua’ por ser producto social.

Noam Chomsky, uno de los cinco políticos más influyentes del siglo XX, inscribe la lingüística en la psicología (ciencia de la mente); supone que el estudio del lenguaje contribuye al conocimiento del funcionamiento de la mente y también al conocimiento de la naturaleza humana; en sólo cuarenta años ha habido más innovación científica en el campo de la lingüística que en toda la historia del estudio del lenguaje desde Platón. Con Chomsky la historia de la lingüística se parte en dos: antes de Chomsky y después de él. Antes de él, el estructuralismo y la lingüística tradicional, después de él, la gramática generativa y transformacional.

El lingüista Coseriu dice que el saber lingüístico comprende:

El saber elocutivo

El saber idiomático

El saber expresivo.

En relación con el primero de estos saberes, Saussure (1916) opina que el saber hablar o elocutivo es una capacidad inconsciente en el ser humano, mientras que Chomsky (1950) afirma que dicho saber es un conocimiento intuitivo que todos tenemos.

El saber idiomático son las normas gramaticales que rigen el correcto uso del idioma. El saber expresivo es el arte de la palabra hablada y escrita. Aquí entran lo denotativo y lo connotativo (v. denotativo; connotación).

 

 

 

LO:

 

Es un pronombre. Sus características son:

De ordinario representa nombres o sustantivos en función de predicados, modificando los  verbos ‘ser’ o ‘estar’ o ‘parecer’, y a otros verbos análogos, ejemplos: Muchos se precian  de prudentes, algunos LO parecen, ¡cuán pocos LO son!  En la anterior expresión, LO  quiere decir “prudentes”, y es un predicado.

Puede equivaler a un adjetivo complemento, ejemplo: si esta aventura fuera de quijotes como me LO va pareciendo.....En la anterior frase, la expresión “como me LO va pareciendo” quiere decir: me va pareciendo de quijotes.

Reproduce un adverbio equivalente a un adjetivo, ejemplo: siendo, pues, así, como LO es. La expresión “lo es” significa “es así”, “es de este modo”. (v. neutro).

 

LOCUCIÓN:

 

Término que designa un grupo de palabras que constituyen, o un significado único (correveidile), o una estructura sintáctica que modifica a otra palabra, por ejemplo, las locuciones adverbiales (de repente, a diestro y siniestro y otras) que modifican al verbo; las locuciones conjuntivas (hacen de conjunción), como: con tal que, por lo tanto y otras más; las locuciones preposicionales (hacen de preposición), como: en torno a, debajo de, etc.

 

LOCUCIONES ADVERBIALES:

 

Algunas frases o locuciones desempeñan en la oración el papel de adverbios, y reciben el nombre de ‘locuciones adverbiales’ o ‘sintagmas adverbiales’. Algunas de esas locuciones son: a sabiendas, al amanecer, de golpe, en el acto, en fin, a regañadientes, sin más ni más, tal vez, etc.

Ejemplos: Ella lo hizo a sabiendas de que la criticarían; llegaron al amanecer; de golpe no supe qué era lo que pedía; se presentaron en el acto ante el rector; obedece a regañadientes.

 

LOCUCIONES LATINAS: (latinismos)

 

LOGICISMO:

 

Tendencia que prevaleció mucho tiempo en la lingüística; según el logicismo existía un paralelismo riguroso entre pensamiento y lenguaje.. Es la teoría en que se apoya la antigua gramática general. Esta teoría está ya muy debatida, puesto que en el lenguaje intervienen también factores psicológicos, emocionales, o simplemente gramaticales. (v. t.: lenguaje y pensamiento)

LOÍSMO:

 

El uso del pronombre LO es correcto cuando se refiere al complemento directo, tanto si es persona como si es cosa, ejemplos correctos: vio el papel en el suelo y LO recogió; se encontró con su amigo y LO saludó.

Emplear dicho pronombre en otras construcciones sintácticas diferentes al complemento directo es cometer el error llamado ‘loísmo’.

 

 

 

Ll

 

 

Ll:

 

Su nombre es ‘elle’. Su grafía es doble, y por eso se clasifica como dígrafo, y en la escritura es indivisible, pero representa un solo sonido. En gran parte de regiones y países hispánicos se pronuncia como la ‘ye’. La Real Academia admite como correcta esta variante de pronunciación. (v. yeísmo)

NOTA: Según las últimas normas en relación con el orden alfabético,  la letra ‘elle’’ (dos grafemas y un solo sonido) es un dígrafo, y las palabras que con ella empiezan van en los diccionarios, en la columna de la ‘ele’, detrás de la última palabra que empiece por ‘li’ y antes de la primera que empiece por ‘lo’.

Por ello no aparece con independencia en el alfabeto o abecedario de la lengua española o castellana. Ocurrió lo mismo que con el dígrafo ‘ch’.

 

LLANAS:

 

Con este nombre se designan también las palabras graves que son las que llevan su acento de intensidad en la penúltima sílaba; otro nombre para estas palabras es el de paroxítonas. Llevan el acento ortográfico o tilde (´) cuando no terminan ni en ‘ene’, ni en ‘ese’, ni en vocal; ejemplos: árbol, césped, carácter, etc.

 

 

 

M

 

 

 

M

 

Decimoquinta letra del abecedario español y duodécima de sus consonantes. Su nombre es ‘eme’. Letra numeral que tiene el valor de mil en la numeración romana.

 

MADRIGAL:

 

Poema breve, normalmente amoroso, en el que se combinan versos de once y de siete sílabas, rimados al gusto del poeta. Ejemplo:

 

“Ojos claros, serenos,

si de un dulce mirar sois alabados,

¿por qué, si me miráis, miráis airados?

Si cuando más piadosos,

más bellos parecéis a aquél que os mira,

no me miréis con ira,

porque no parezcáis menos hermosos.

¡Ay, tormentos rabiosos!

Ojos claros, serenos,

ya que así me miráis, miradme al menos.

         (Gutierre de Cetina)

 

MAPA LINGÚÍSTICO.

 

Representación cartográfica de uno o varios hechos lingüísticos. Hay varias clases de mapas lingüísticos:

Mapa fonético: representa las diferentes pronunciaciones de un sonido en un territorio determinado

Mapa léxico: representa las diferentes palabras usadas en un territorio dado, para expresar un mismo concepto.

Mapa lingüístico propiamente dicho es el que representa las varias expresiones en uso para un concepto dado; a diferencia de los mapas léxicos, registra también las variantes fonéticas y morfológicas de cada tipo.

Mapa lingüístico-etnográfico, en el que a las indicaciones lingüísticas se añaden indicaciones etnográficas –rasgos antropológicos, objetos de cultura material- con dibujos y esquemas adicionales.

 

MATIZ:

 

Es el rasgo o tono de especial colorido y expresión en las obras literarias. Matizar la prosa o el verso es darles sintonía de forma. Hay versos que cumplen con la métrica y la rima, pero no sintonizan el espíritu de la composición. Les falta la sustancia exquisita del estilo que es el ‘matiz’. Y, además, la resonancia interior del poema, las ideas dispuestas en armónicos musicales.

El poeta debe tener oído para esa armonía interior. Matiza la prosa es darle aliento nuevo. Dicen los maestros del estilo que cuando un orador concibe la trabazón de su discurso, debe preparar para cada idea la carga afectiva de alegría, de esperanza, de conmiseración... es decir, el matiz de pasión humana que vibre en el tono, en el gesto y en la palabra. Ha de conmover y aparecer conmovido.

El matiz es difícil en las traducciones. Se traducen ideas, pero no pasiones ni inquietudes; tampoco se traducen tonos.

 

MAYÚSCULAS:

 

-    (Recopilación, ordenamiento y resumen del capítulo IV de la nueva Ortografía de la RAE, año 2011 por la autora de este libro. Son las últimas disposiciones de la Real Academia).

 

El uso de la mayúscula ha sido hasta ahora tan impreciso, que se ha prestado a múltiples interpretaciones de manejo: subjetividades, modas, caprichos, una muy poca doctrina gramatical.

Por fin, ahora, la Real Academia Española (RAE), con seriedad, detenimiento, orden y claridad nos ha entregado un voluminoso y único texto: Ortografía de la lengua española.  Primera edición (Colombia): abril de 2011; 743 pp. En él (páginas 441 a 517), está todo el capítulo IV, destinado, con paciencia y sabiduría al manejo de la mayúscula.

Han sido muchas mis horas de lectura y de  estudio para sintetizar, resumir y compendiar dicho capítulo, evitando cuidadosamente que se perdieran conceptos, explicaciones y aplicaciones.

 

La mayúscula y los signos diacríticos:

 

1. Puesto que la mayúscula y la minúscula son  realizaciones de un mismo grafema (unidad mínima e indivisible de una lengua), no hay motivo para tratar las mayúsculas de distinta manera, en relación con la tilde o la diéresis.

2. La mayúscula no está exenta de llevar tilde cuando lo exijan las reglas de acentuación gráfica, ejemplos: CÓRDOBA, ÁLVARO.

3. Las mayúsculas se escribirán con diéresis si así les corresponde, ejemplos: ANTIGÜEDAD, PINGÜINO.

4. Solo las siglas escritas íntegramente en mayúscula no llevan nunca tilde, ni siquiera cuando la letra en que recae el acento prosódico de la sigla es la inicial de una palabra que se acentúa gráficamente en la expresión; se escribe CIA (y no: CÍA) sigla del inglés: Central Intelligence Agency; ENAF (y no ENÁF, no a la tilde), sigla de: Escuela Nacional de Árbitros de Fútbol.

5. Cuando los acrónimos lexicados, es decir, los acrónimos que se pronuncian como palabras, se incorporan al idioma como nombres comunes o propios, deben someterse, como todas las palabras, a las reglas de acentuación gráfica: llevarán tilde tanto si se escriben en minúscula, como si aparecen enteramente en mayúscula: módem, MÓDEM (“aparato que convierte las señales digitales en analógicas y viceversa”).

 

Funciones y usos de la mayúscula:

 

1. La mayúscula fue evolucionando en paralelo con el sistema de la puntuación, y se fue perfeccionando hasta el punto de que hay usos de mayúsculas condicionados por la puntuación, hasta llegar a marcar los límites de los enunciados.

2. Un enunciado es una unidad comunicativa con sentido completo, independiente, formada por una  o varias palabras; se caracteriza por pausas muy marcadas, por la mayúscula inicial de su primer elemento y por el signo de puntuación que indica su cierre.

3. Se escriben con mayúscula inicial, exigida por la puntuación, las siguientes palabras:

 

a) La primera palabra de un escrito, la que aparece después de un punto.

b) La primera palabra de un  enunciado puede aparecer con minúscula  inicial cuando va precedida de los puntos suspensivos que indican que el enunciado no está completo, ejemplo: “… y los sueños, sueños son”.

c) Si el primer elemento de un enunciado es una cifra, como es común en títulos y en titulares de prensa, la palabra siguiente se escribe con minúscula, ejemplos: 1.080 recetas de cocina.  27 municipios en alerta por las bombas.

d) Las siglas indicativas de los protocolos de acceso a las principales electrónicas (http,  https), y la que antecede al nombre de un dominio en Internet (www) se escriben siempre con minúscula en las direcciones electrónicas, ejemplo: http://www.asale.org.

e) Las palabras que sigan a los puntos suspensivos, cuando estos coinciden con el cierre del enunciado llevan mayúscula, ejemplo: estuvieron Luis, María, Juan… Todos preguntaron por ti. Si los puntos suspensivos no cierran el enunciado, la palabra que sigue va con minúscula inicial, ejemplo: es un tipo bastante… mentiroso.

 

Frases exclamativas e interrogativas:

 

En estas hay dos posibilidades:

 

1) Si dichas frases constituyen la totalidad del enunciado, la primera palabra se escribe con mayúscula inicial, lo mismo que la que da comienzo al enunciado siguiente, ejemplos: ¿A qué pueblo me dirijo? Tengo que tomar el tren de… ¡Qué alegría! Pensé que no llegaría.

2) Si la pregunta y la exclamación forman una sola parte del enunciado, puede ocurrir que:

--La pregunta y la exclamación inician el enunciado; en ese caso, la primera palabra que sigue a los signos de apertura  se escribe con mayúscula, y la que sigue a los signos de cierre, con minúscula; ejemplos: ¿Qué puedo hacer hoy por ti?, pregúntate todos los días. Cuando hay varias preguntas  o exclamaciones que forman parte de un enunciado, se separan por signos de coma o de  punto y coma, ejemplos: ¿A qué horas llegaste?, ¿te recogieron en el aeropuerto?  ¡Qué maravillosa mañana!, ¡qué sol tan resplandeciente!

--La pregunta o la exclamación no están situadas al principio del enunciado, sino en otra parte; en este caso, la primera palabra que inicia la pregunta o la exclamación, se escribe con minúscula, ejemplos: María, ¿puedes prender la luz? – Pero, ¡qué escritor tan despistado! – Eres arquitecta, ¿no?

 

En los dos puntos:

 

1. Después de los dos puntos que siguen al encabezamiento o saludo de una carta o un envío postal, un fax, un correo, hay mayúscula, ejemplos: Señor Gómez: -  Hola, María: -

2. Hay mayúscula después de los dos puntos que anuncian una cita textual, ejemplo: El senador afirmó: “No defraudaremos a los electores”. No hay mayúscula cuando la cita se inicia con puntos suspensivos, ejemplo: El autor dice en su obra: “… y los sueños, sueños son”.

 

Versalitas:

 

 Hasta el siglo XIX los copistas, impresores y editores usaban la mayúscula al comienzo de cada uno de los versos de un poema, por eso recibe el nombre de “mayúscula versal”; pero, carece de uso en la actualidad. Solo aparece en los versos en que el autor tiene la voluntad de utilizarla. Sin embargo, en un poema acróstico, en donde las letras iniciales forman un nombre o una frase, deben ir con mayúscula.

 

 Mayúscula de relevancia:

 

En algunos usos no puede ser justificada por ninguna de las normas lingüísticas que se aplican a la mayúscula. Ella responde al deseo de manifestar la especial relevancia que, quien escribe,  da al significado de algunas palabras.

La mayúscula ha estado revestida de  cierto valor  dignificador,  derivado del uso solemne y suntuario de sus orígenes. Su prestigio  se evidencia cuando se pone mayúscula en ciertos sustantivos comunes, para darles un  altísimo valor, ejemplos: Amor, Recuerdos, Melancolía, Fe, etc.

En el uso de las mayúsculas de relevancia debe cuidarse la parquedad; casi siempre se usa en cargos especiales de dignidad, en la escala jerárquica más alta. No siempre pueden escribirse con mayúscula: majestad, rey, papa, príncipe etc.

Se usa en expresiones cuyos referentes se consideran sagrados o dignos de veneración o reconocimiento, por razones religiosas, ideológicas y hasta políticas; por eso en escritos religiosos, en propagandas y textos políticos, militares, judiciales,  abunda la mayúscula de relevancia (misa, eucaristía, nación, patria, bandera, el partido x, el candidato x, el orador x, himno, juez, general, etc.)

 

 Mayúscula enfática:

 

No traduce respeto, ni está motivada por razones políticas, religiosas o ideológicas; responde a la intención del escritor de destacar en el  texto algunos conceptos. Es el caso de las numerosas mayúsculas que abundan en textos especializados, científicos, investigativos.

Ninguna mayúscula, ni de relevancia ni enfática, está justificada lingüísticamente, pues están empleadas en   sustantivos comunes. Esta mayúscula presenta el inconveniente de que es extremadamente subjetiva y no puede regularse ortográficamente. Dice la RAE: “evitar esa mayúscula de relevancia, o enfática; o, usarla muy rara vez”.

 

Expresiones denominativas:

 

1. Estas se caracterizan por presentar una estructura fija y estable en la que no pueden insertarse otros elementos, ni modificaciones, porque entonces pasan a ser denominaciones distintas.

2. La concordancia de estas expresiones denominativas se establece con el sustantivo que es el referente. Aunque el núcleo de la expresión denominativa sea en plural, pero el referente es uno solo, individual,  la concordancia es en singular, ejemplos: Médicos del Mundo ha aumentado su actividad. Médicos sin Fronteras realiza grandes actividades.

 

Variaciones en cuanto al sustantivo genérico:

 

En las expresiones denominativas, la mayúscula en el sustantivo común genérico tiene variaciones:

 

1. En los nombres de entidades, organismos e instituciones, suele estar el sustantivo genérico, que designa la clase a la que pertenece la entidad designada, ejemplos: Academia de Bellas Artes, Departamento de Recursos Humanos,  razón por la cual, el genérico  también va con mayúscula. Prueba de ello es que la inicial del nombre genérico se incluye en la sigla correspondiente, ejemplos: Ministerio de Educación y Cultura (MEC); Organización Mundial de la Salud (OMS), Ministerio de Educación Nacional (MEN).

Este caso NO ocurre cuando el nombre o sustantivo común genérico es solamente un clasificador y no hace parte del nombre ni de la sigla, ejemplos: La organización Amnistía Internacional (OI) hizo público el documento. La institución Centro Formativo de Antioquia (CEFA) cumplió ochenta años.

2. Si el nombre de establecimientos comerciales o de espacios culturales está constituido por una expresión denominativa que no necesita el sustantivo o nombre genérico, y cuando este aparece, es un mero clasificador, se emplea la minúscula, ejemplos: Nos alojamos en el hotel Bello Horizonte.  Cenamos en el restaurante Sol de la Tarde. Lo encontré en la cafetería Ástor. En todos estos ejemplos se puede suprimir el genérico: Nos alojamos en el Bello Horizonte. Cenamos en el Sol de la Tarde. Lo encontré en el Ástor.

 

3. Cuando en el nombre completo de establecimientos, el término específico aparece junto con el sustantivo  genérico, este último puede escribirse con minúscula, puesto que es solo un clasificador; ejemplos: hotel Nutibara; café Asturias; teatro Lido; parque de Berrío. Se escribe  minúscula – dice la RAE - pero, aclara que en el caso de los teatros y museos, cuando se hace referencia a la “institución cultural” que representan y NO al mero edificio donde funcionan, se justifica plenamente la mayúscula: Museo de Antioquia, Bellas Artes.

 

Nombres geográficos:

 

En los nombres geográficos, los  genéricos que preceden al término o nombre específico, tales como: ciudad, río, mar, océano, sierra, cordillera, cabo, golfo, estrecho, etc., son solo clasificadores (no pertenecen al nombre propio) y se escriben con minúscula, ejemplos: la ciudad de Medellín; el río Orinoco; el mar Rojo; el océano Índico; la sierra de los Alpes; la cordillera de los Andes; el cabo de Buena Esperanza, etc.

Pero hay casos en que estos mismos nombres forman parte del nombre propio y exigen la mayúscula.

 

Casos:

 

1. Cuando el genérico no indica una realidad que tenga algo que ver con el referente, no es clasificador sino que forma parte del nombre propio, va con mayúscula: Río de la Plata, Cabo Verde, Río de Janeiro.

 

2. Cuando el sustantivo genérico forma parte del nombre propio, no exige anteponer el artículo: vive en Ciudad del Cabo, se fue a Sierra Leona.

3. En cambio es necesario el uso del artículo cuando el genérico actúa como solo un nombre común clasificador, ejemplos: el cabo de Hornos, la sierra de Guadarrama.

4. Cuando los accidentes geográficos se enuncian con el sustantivo genérico común acompañado de un adjetivo derivado de un topónimo, ambos nombres van con minúscula, ejemplos: cordillera andina (el adjetivo andino se deriva del topónimo Andes); meseta castellana (castellana se deriva de Castilla); islas británicas (británico se deriva del topónimo histórico Britania); península ibérica (ibérico se deriva de Iberia); península arábiga (de Arabia); península yucateca (de Yucatán).

Es diferente cuando se habla de mar Mediterráneo, mar Rojo, islas Canarias, etc.; en este caso, el nombre común en minúscula va acompañado del nombre topónimo genuino escrito con mayúscula.

 

Regiones naturales:

 

1. Sus nombres deben escribirse con mayúscula, pero no el artículo que los antecede. Se escribe: la Amazonia (o Amazonía); la Orinoquia (u Orinoquía); la Patagonia.

2. Las penínsulas suelen designarse de dos maneras, en estos casos se escribe: península arábiga o península de Arabia; península yucateca o península de Yucatán, etc.

3. Hay necesidad de la mayúscula en el término específico o nombre propio, y no en los sustantivos y adjetivos que lo preceden, ejemplos: parque natural de Doñana; parque natural de Puracé; reserva natural de Cabo de Cruz. Cuando se hace referencia a la entidad que gestiona esos espacios, se escribe mayúscula: el administrador del Parque Natural de Puracé; el de la Reserva Natural de Cabo Cruz.

 

Con artículo o sin él:

 

1. Los nombres propios antropónimos y topónimos se caracterizan por no necesitar el artículo para integrarse en un enunciado, ejemplos: se llama Carlos. Nació en Medellín. Es de la familia de Guillermo.

Pero hay artículos que no son meros determinantes, sino que forman parte del nombre específico o propio, ejemplos: El Salvador (república), La Haya (localidad), Las Palmas (región). Esos artículos se escriben con mayúscula.

2. Hay sustantivos que para incorporarse en la expresión necesitan el artículo, pero este no hace parte del nombre. En esos casos, el artículo se escribe con minúscula, porque la norma es que el artículo que antecede a nombres de  accidentes geográficos no lleva mayúscula, ejemplos: el Amazonas, los Alpes, la Patagonia, la Alpujarra,  el Pacífico, los Pirineos, el Cauca, el Magdalena, etc.

3. Se escribe con minúscula el artículo que antecede a los apodos y sobrenombres y, a veces, a los seudónimos, ejemplos: el Chato, la Faraona, el Greco, el Chavo, el Cordobés.

4. Se escribe con minúscula el artículo que antecede a muchos nombres de países, y a los de algunos continentes (artículo que no siempre se usa), como es el caso de: (el) África, (el) Canadá, (la) China, (el) Ecuador, (los) Estados Unidos, (la) India, (el) Paraguay, (el) Perú, (el) Uruguay.

5. Cuando el artículo se escribe con mayúscula por hacer parte de un nombre propio, las CONTRACCIONES  con las preposiciones A o DE, no tendrán lugar en la escritura, ejemplos: un viaje a El Salvador; la portada de El País; el paseo incluye a El Escorial. En el lenguaje hablado, sí se usan las contracciones: viajó “al” Salvador…

 

Mayúsculas y minúsculas en nombres y denominaciones:

 

1. El nombre de pila, en su uso pleno, o como hipocorístico,  va con mayúscula, ejemplos: José, Dolores, Francisco, María de los Ángeles, Juan de Dios…

NOTA: Se llaman hipocorísticos los acortamientos, diminutivos o variantes del nombre propio, usados familiarmente, ejemplos: Pepe, Pili, Quico, Pacha, Tola, Toño, Paco, Lola.

2. Se escriben con  minúscula los términos: fulano, zutano, mengano, perengano, perencejo cuando se emplean para aludir a individuos cuyos nombres se ignoran o no se quieren expresar, ejemplos: a fulano lo mataron por…; a zutano porque no quiso…; a perengano porque se adueñó de la tierra…

Pero se escribe mayúscula, solamente cuando se usan estructuras ficticias de antropónimos, ejemplos: un Fulano de Tal; un Fulano Fernández; el Fulano de Tal odontólogo.

 

Apellidos y nombres:

 

1. Los apellidos van co mayúscula inicial: Vélez, Gómez, Álvarez. Si llevan preposición, o preposición y artículo, estos se escriben con minúscula: Luis de Torres; Juana de la Rosa. Si no se usa el nombre de pila, la preposición va con mayúscula: el señor De Torres; la escritora De la Rosa; el poeta De Greiff (León de Greiff).

2. Si las señoras usan el apellido de su esposo, esa preposición de nexo va con minúscula: María Soto de Álvarez. Si el apellido del esposo empieza, a su vez, por la preposición “de”, esta se escribe con mayúscula: Inés Soto de  De La Renta; María de De Greiff. (No es error la repetición de la preposición: el primer “de” es en relación con el esposo, el segundo “De” es porque da comienzo al apellido del esposo).

La conjunción o conector entre apellidos se escribe con minúscula: Ortega y Gasset; Ramón y Cajal; Montoya y Flórez.

3. Se escribe mayúscula inicial en los nombres precedidos de artículo en plural, utilizados para designar a una familia o a una dinastía: los Restrepos, la familia Restrepo, los Ortices, la familia Ortiz, los Ruices, la familia Ruiz, los Borbones, los Borgias, la familia Kennedy.

4. Los nombres específicos que se utilizan como nombres genéricos o comunes para designar parecidos, se escriben con minúscula, ejemplos: dicen que es una celestina tenaz; su hermano es el mecenas; ese hombre va de quijote por la vida; eres un vulgar casanova; se cree un adonis.

6. Los nombres propios pluriverbales (nombres compuestos) mantienen su mayúscula en todos los términos, ejemplos: Juana de Arco;  Teresa de Calcuta, María del Socorro, Teresa de Cepeda y Ahumada. Cuando estos nombres se generalizan, y se usan como nombres comunes, y, gramaticalmente, son una sola palabra, se escriben con minúscula: fue un donjuán; en Navidad, abundan los papanoeles.

 

Apodos o alias o sobrenombres:

 

1. Estas tres palabras son sinónimas. Cuando se emplean, se escriben con mayúscula: la Faraona; Roberto Gómez, el Chespirito; la Dama de Hierro, el Cerebro Gris detrás del trono.

2. En América es frecuente poner los apodos, sin artículo y entre el nombre de pila y el apellido; en ese caso se escriben en cursiva o con comillas: Juan “Huracán” Díaz; Ernesto  Che  Guevara; Martín “Cochise” Rodríguez o Martín Cochise  Rodríguez.

3. Los sobrenombres con calificativos, que van acompañados del nombre propio, se escriben con mayúscula inicial, y van precedidos de artículo en minúscula: Alfonso X el Sabio; Isabel la Católica, Juana la Loca.

 

 

Seudónimos y nombres artísticos:

 

Usados por escritores y artistas se escriben con mayúscula inicial, pero el artículo –si lo llevan- se escribe con minúscula: Azorín (seudónimo  del escritor José Martínez Ruiz); Rubén Darío (seudónimo del escritor y poeta Félix Rubén García Sarmiento); el Pobrecito Hablador (seudónimo del escritor Mariano José de Lara).

 

Seres mitológicos o fabulosos:

 

Los nombres que los designan, por ser sustantivos  propios, van con mayúscula: Polifemo, Pegaso, Terpsícore, Zeus.

Los nombres comunes genéricos que designan las distintas clases de estos seres se escriben con minúscula,  tanto en singular como en plural, ejemplos: una ninfa, un fauno, una sirena, los cíclopes, las nereidas.

 

  Fórmulas de tratamiento:

 

Dichas fórmulas  para dirigirse a una persona, por cortesía, o en función de su cargo, dignidad, titulación académica, van con minúscula: usted, excelencia, majestad, monseñor, licenciado, doctor.

Igual, van con minúscula los adjetivos o nombres comunes que preceden al nombre propio, llamados, por esta razón, “antenombres”, y no hay razón lingüística –dice la RAE - para escribirlos con mayúscula, tales como: don, doña, fray, santo, señoría, reverenda.

 

Tratamientos honoríficos:

 

1. Para los tratamientos honoríficos a las más altas dignidades como: su santidad, su majestad, su excelencia, se emplea generalmente minúscula inicial; solo es obligatoria la mayúscula cuando el tratamiento no va acompañado del nombre propio, ejemplos: la recepción a Su Santidad será el jueves. Si está presente el nombre propio, es obligatoria la minúscula: esperamos la visita de su santidad  el papa Francisco; vino su majestad Felipe IV.

2. La escritura con mayúscula inicial solo es obligatoria en las abreviaturas de los tratamientos que se quedaron fosilizados en esas formas: Dra.; Lic.; Ilmo.; Sr.; Sto.; Ud., etc.

 

 Títulos y cargos:

 

1.Los sustantivos que designan títulos nobiliarios, dignidades y cargos o empleos de cualquier rango (civiles, militares, religiosos, públicos o privados) se escriben con minúscula, por ser nombres comunes, tanto si son de uso genérico: rey, reina, el papa, el presidente,  como si se trata de menciones referidas a una persona concreta, ejemplos: la reina inaugurará la biblioteca; el papa visitará la India; a  la fiesta del embajador acudió el presidente de Gobierno acompañado de la ministra de Defensa y el general Martínez, jefe del  Estado Mayor; el presidente de Estados Unidos estuvo de visita en Cuba. El arzobispo de Medellín ofició la ceremonia.

2. Cuando se trata  del nombre del cargo y el de la institución, se procede así: el cargo se escribe con minúscula y el nombre de la institución, con mayúscula, ejemplos: la ministra de Educación; la rectora del Instituto Tecnológico; la directora del periódico EL País; el Ministerio de Educación; el decano de la Escuela de Minas.

 

 Profesiones:

 

Los nombres que designan profesiones son sustantivos comunes, por tanto, se escriben con minúscula, ejemplos: no está el médico; consulte con su odontólogo; la conferencia de la ingeniera industrial Mercedes López; el radiólogo estudia el caso.

 

 Gentilicios:

 

 Designan pueblos o etnias y se  escriben con minúscula: aztecas, muiscas, maoríes, huilenses, metenses, panameños, cultura oriental,   países cristianos, costumbres japonesas.

 

Personajes de ficción:

 

Igual que los nombres de las personas reales,  estos personajes se escriben con mayúscula inicial: Aurelio Buendía, Juanita la Larga, Harry Potter, Mafalda, Caperucita Roja, Úrsula, Aureliano Buendía, el Gato con Botas, Pinocho, Blanca Nieves, etc.

 

Deidades:

 

1. Los nombres propios de dioses, profetas y otros seres o entes de las  religiones, se escriben con mayúscula: Alá, Jehová, Jesús, Mahoma, el Espíritu Santo, Lucifer, Odín, Júpiter, Minerva, Eros, Ares, Isaías, Osiris, Buda.

2. Las advocaciones y los apelativos que se les aplican, se escriben con mayúscula: el Señor, el Creador del mundo, el Todopoderoso, la Virgen de la Asunción, el Buda de la Luz Iluminada.

3. El sustantivo dios (“ser supremo”) se escribe con mayúscula inicial solamente cuando se emplea como nombre propio de carácter antonomástico, para dirigirse al ser supremo de una religión monoteísta. La palabra Dios se usa sin artículo, ejemplos: Dios separó las aguas…; en el Islam no se puede representar a Dios en imágenes; ¡Bendito sea Dios!; hazlo como Dios manda.

4. Se escribe dios con minúscula inicial cuando es nombre común para hacer referencia al modo genérico; generalmente lleva artículo, ejemplos: Jehová es el nombre hebreo del dios de los judíos y cristianos. No hay más dios que Alá. ¡Oh, dioses, velad por ella!  La diosa Atenea. El dios Vulcano. Con minúscula se escriben: diablo, demonio.

5. Se recomienda escribir con minúscula los pronombres referidos a la divinidad o a las personas sagradas. Los pronombres: te, tú, ti van con minúsculas  aunque se refieran al Dios de los cristianos o a la Virgen, ejemplos: Ve con Dios, que él te guíe. Dios, a ti encomiendo mi día.

 

Animales y plantas:

 

1. Si tienen nombre propio, llevan mayúscula inicial: Chita, Moby, Bucéfalo, Rocinante, Pluto, y no es necesario escribirlos en cursiva o entre comillas, como hacen algunas personas, por el hecho de que no son nombres de seres humanos.

2. Los nombres para designar distintas especies de animales y plantas se escriben con minúscula porque son nombres comunes: el águila real, la ballena jorobada, el oso pardo, la encina, la palma de coco, la palma de iraca, etc.

3. Los adjetivos y sustantivos para designar razas o variedades de animales se escriben con minúscula inicial: gato siamés, dogo, dálmata, pastor alemán. Lo mismo ocurre con los nombres de este tipo que proceden del extranjero: un dóberman; un collie; un bulldog, etc.

 

Lugares:

 

1. Como continentes, países, ciudades, localidades, sus nombres son propios y se escriben con mayúscula: América, El Salvador, Buenos Aires, El Escorial, Puerto Rico, Países Bajos. Igual, determinadas zonas geográficas: América Latina, el Cono Sur, América Central, Europa del Este, Oriente Medio. Pero se escribe minúscula cuando estas denominaciones no son estrictamente geográficas sino expresiones singulares con valor colectivo; ejemplos: los países desarrollados, los países en vías de desarrollo, el primer mundo, el tercer mundo, la zona euro.

2. Cuando el sustantivo común es solo categorizador y no hace parte del nombre propio, se escribe minúscula: la ciudad de Panamá, el país de Gales, la ciudad de Medellín, el departamento de Antioquia.

3. Se escribe mayúscula en los sustantivos y adjetivos que componen denominaciones de federaciones integradas por varios países independientes, como: Unión Europea, Federación Rusa.

4. En el campo de la estilística, van con mayúscula los sustantivos y adjetivos que hacen parte de  denominaciones de carácter antonomástico: la Ciudad Eterna (es Roma), el Nuevo Mundo (es América), la Santa Sede (el Vaticano), el Viejo Continente (es Europa), la Isla del Encanto (Puerto Rico), etc.

NOTA: Antonomasia es una figura literaria que consiste en poner el nombre apelativo en lugar del nombre propio, o al contrario: el Apóstol (es San Pablo); el Libertador (es Simón Bolívar).

5. Con mayúscula los lugares imaginarios creados por la fabulación (un estilo literario), ejemplos: la Arcadia, la Atlántida, Macondo, el País de Nunca Jamás.

6. Cuando se usa un topónimo como nombre común para designar algún parecido o alguna característica por la que es conocida, se usa minúscula: Nueva York es una babilonia posmoderna. Este joven vale un potosí. Estas ciudades se han vuelto unas sodomas y gomorras.

 

Divisiones territoriales:

 

 De carácter administrativo: la mayúscula se emplea en el término específico o propio; el sustantivo genérico va con minúscula, ejemplos: el condado de York; el departamento de Antioquia, el estado de Tlaxcala, la provincia de Tucumán, la región del Atrato, la vereda de Caracol, la comuna de San Javier, la diócesis de Caldas, el concejo de Medellín.

 

Barrios y urbanizaciones:

 

1. Solo lleva mayúscula la palabra específica; el sustantivo genérico que precede va con minúscula, ejemplos: barrio Laureles; distrito de Agualimpia; urbanización Los Rosales.

2. Los nombres genéricos o comunes solo llevan mayúscula cuando forman parte de nombres de asociaciones, como: Asociación de Vecinos del Barrio La Candelaria.

 

Edificios y monumentos:

 

1. Los sustantivos y adjetivos que forman una denominación, como sedes de entidades, instituciones, edificios, conjuntos, elementos arquitectónicos se escriben con mayúscula, ejemplos: el Coliseo; el Partenón; la Casa de América; la Casa Rosada; la Catedral de Santiago; la Pirámide del Sol; la Puerta de Oro.

2. Los recintos o estancias de que se compone un edificio van con minúscula, como: el despacho de la Casa Blanca; el oratorio de la Alcaldía; la capilla del Colegio de Señoritas; la sacristía de la Candelaria; la sala de profesores de la Universidad de Antioquia.

3. Cuando el sustantivo “sala” designa el conjunto de magistrados o jueces, y es parte de un órgano jurisdiccional, se escribe con mayúscula: la Sala de lo Penal dictó sentencia.

 

Puertos y estaciones:

 

1. Se escriben con minúscula, ejemplos: llegaron al puerto de Cartagena; aterrizaron en el aeropuerto de Barajas; el tren sale de la estación de Cisneros.

2. Cuando forman parte de nombres propios van con mayúscula: llegó a Puerto Berrío; la Capitanía del Puerto de Buenaventura; el Departamento de Facturación del Aeropuerto José María Córdoba.

 

Calles, espacios urbanos:

 

Los nombres genéricos que no encabezan nombres propios de calles o espacios urbanos se escriben con minúscula. La mayúscula es para el término específico, ejemplos: la calle de Ayacucho; la calle Maracaibo; la avenida Gaitán; la glorieta de Don Quijote; la carrera 47; el parque de San Antonio; la Sexta Avenida; el Central Park.

 

Vías de comunicación:

 

1. Lleva mayúscula inicial el término específico (nombre propio) pero no el genérico (nombre o sustantivo común), ejemplos: la carretera Panamericana, la autopista Medellín Rionegro, la vía a Bogotá.

2. Hay mayúscula inicial en los itinerarios turísticos o culturales o comerciales, ejemplos: el Camino de Santiago; la Ruta de Don Quijote; la Ruta de la Seda; el Camino de la Libertad; la Ruta de Bolívar.

 

Entidades:

 

1. Con mayúscula inicial las palabras significativas del nombre completo de entidades, instituciones, organismos, divisiones administrativas, unidades militares, compañías teatrales, partidos políticos, grupos musicales, ejemplos: Cámara de los Comunes, Ministerio de Sanidad y Consumo, Real Academia de Bellas Artes, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Farmacia, Departamento                                                                                       de Recursos Humanos, Partido PRI, Médicos sin Fronteras, Asociación Colombiana Contra el Cáncer.

2. Las denominaciones de algunas entidades, como: Cámara Alta (=Senado); Benemérita (=Guardia Civil Española).

3. Cuando la entidad se ha nombrado con anticipación, lleva mayúscula, ejemplo: el programa fue diseñado por el Departamento de Lingüística Computacional. Si ha de repetirse en el texto,  no se escribe el nombre completo y el genérico debe ir con minúscula, ejemplo: este departamento fue creado hace varios años. Nuestro departamento está altamente condicionado…

4. Un grupo de sustantivos comunes, a veces, designan entidades, organismos o instituciones; en este caso se escribe mayúscula inicial, ejemplos: la Administración, la Bolsa, las Cortes, el Ejército, la Hacienda Pública, la Iglesia, son entidades que se han puesto de acuerdo para trabajar en favor de….

5. Cuando estos mismos sustantivos no designan la institución, sino que se emplean como nombres comunes se escriben con minúscula, ejemplos: construye una iglesia (sic); (como Iglesia es el conjunto de fieles, opinamos que lo que se construye son los templos, pero…  la RAE puso el ejemplo); las tareas de gobierno son de mucha responsabilidad; nos encontramos cuando salga de la universidad.

6. Van con minúscula dichos sustantivos cuando se emplean con valor colectivo, como: la policía llegó rápidamente; el ejército no logró pasar la frontera; casi toda la universidad participó en el festival.

 

Estado, gobierno:

 

 1. Los sustantivos que designan formas de Estado son comunes y van con minúscula; pero, se escriben con mayúscula inicial cuando forman parte de la denominación oficial completa de un Estado, ejemplos: Principado de Andorra; Reino de España; República Argentina; República Islámica de Irán.

2. Los distintos poderes del Estado  (ejecutivo, legislativo y judicial) se escriben con minúscula cuando se refieren de manera general a la facultad o poder en sí, como : el poder legislativo recae en el Congreso. Van con mayúscula cuando se refieren específicamente a los órganos del Estado, ejemplo: el Poder Judicial notificó su cese al magistrado.

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Establecimientos comerciales, culturales. Marcas o nombres comerciales registrados:

 

 

Se escriben con mayúscula: Coca Cola, Toyota, Nokia, etc.

Las denominaciones de programas y sistemas informáticos, redes sociales, portales, buscadores de Internet, son nombres comerciales o registrados, por lo que se escriben con mayúscula: Windows Vista: Mozilla Firefox; Facebook; Google, etc.

Se escriben con mayúscula inicial todas las palabras significativas que forman parte del nombre de establecimientos comerciales, culturales, recreativos, tales como: bares, restaurantes, cafeterías, hoteles, cines, teatros, etc. ejemplos: bar Miraflores, el Corte Inglés, restaurante La Vaca Argentina, almacén Éxito, tienda El Botón de Oro, teatro Nuevo Apolo, hotel Luz.

 

Órdenes religiosas:

 

 Con mayúscula inicial los sustantivos y adjetivos (palabras significativas) que constituyen el nombre de órdenes religiosas, ejemplos: la Orden de Predicadores, la Orden de San Agustín, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, la Compañía de Jesús.

El vocablo “orden” va con mayúscula cuando con él se refiere al nombre de las instituciones, ejemplos: obedece a la Orden a la que ingresó. En la Orden donde está no les es permitido recibir visitas.

 

 Títulos:

 

 En español se escribe solo con mayúscula inicial la primera palabra del título del cualquier obra de creación, de cualquier naturaleza que sea: libros, cómics, películas, cuadros, esculturas, piezas musicales, programas de radio o televisión; el resto de las palabras, menos los nombres propios, se escriben con minúscula, ejemplos: Cabaret, Cien años de soledad, El estrangulador, La familia de Pascual Duarte, Mujer con espejo, El ruido de las cosas al caer, etc.

 

Letra cursiva obligatoria:

 

En la escritura de los títulos de obras de creación, la letra cursiva delimita su extensión, por tanto no se escriben con mayúscula todos los elementos del título, ejemplos: Diccionario de la lengua española, y no: Diccionario de la Lengua Española.

Esta norma se aplica a los títulos de todas las obras publicadas, incluidas las antiguas, ejemplos: Libro del buen amor; Divina comedia; Crimen y castigo.

El artículo que va delante no siempre pertenece al nombre; en ese caso, debe escribirse con minúscula y en “redonda” (no en cursiva), ejemplos: la Odisea;  la  María; la  Vorágine;  la Divina comedia.

Cuando las obras se mencionan en forma abreviada, dicha forma debe ir antecedida de artículo escrito con minúscula y en redonda, ejemplos: el  Quijote;  la  Celestina; ellos hablaron del Quijote;  te refieres al *-+Quijote; hay tantos Quijotes como lectores del Quijote.

Cuando una obra va intercalada a otra, la principal va en cursiva y con mayúscula y la que se intercala va en redonda y con comillas, ejemplos: Se puso a recitar el “Prendimiento de Antonio el Camborio”, del Romancero gitano de Lorca. Octavio Paz publicó en el diario La Jornada el artículo titulado “La recaída de los intelectuales”.

 

 La prensa:

 

En los titulares de las noticias de prensa, solo se escribe con mayúscula la primera palabra y aquellas otras que por su naturaleza la exijan, ejemplo: Cuatro heridos en el derrumbe del Salto del Agua.

 

Publicaciones periódicas y colecciones:

 

Todas las palabras significativas que forman parte del nombre de una publicación periódica (periódicos, revistas, boletines, etc.) o de una colección (“serie de obras de un mismo tipo que se editan con un formato común”), se escriben con mayúscula inicial cuando se hace referencia a ellos en un texto, independiente de cuál sea el grafismo con el que aparezca el nombre en la portada; ejemplos: El Comercio, El Diario, Nueva Revista de Filología, Biblioteca Románica, El Barco de Vapor.

Los nombres de las publicaciones periódicas deben escribirse, además, en cursiva; pero, no las colecciones que deben escribirse en redonda.

(Recordemos las diferencias que la RAE nos señala con respecto a los libros).

 

Libros sagrados:

 

Los sustantivos y adjetivos que hacen parte del título de los libros sagrados se escriben co mayúscula, pero no el artículo que los antecede, ejemplos: la Biblia, el Corán, el Libro de Mormón, el Libro de los Muertos, la Torá, las Sagradas Escrituras, etc.

 

(NOTA: es curioso que la Ortografía de la lengua española en su edición de 2011 traiga los títulos de dichos libros escritos en cursiva, tal como están transcriptos en este texto; pero al terminar dice:

“Hay que saber, además, que los títulos de libros sagrados se escriben en letra redonda, y no en cursiva” . p. 490) (¿Qué hacer frente a dicha contradicción?)

 

Leyes y documentos oficiales e históricos:

 

Se  escriben con mayúscula todos los elementos significativos (sustantivos y adjetivos) que forman el  título de documentos oficiales o históricos como tratados, convenciones, acuerdos, declaraciones, etc., ejemplos: el Tratado de Versalles, la Convención de Ginebra, la Corte de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de los derechos Humanos.

Igualmente con mayúscula los elementos significativos del título de los textos o documentos de carácter legal o jurídico (fueros, códigos, órdenes, leyes, decretos, etc.), ejemplos: Código Civil,  Fuero Juzgo, Acta Única Europea, Ley 40/1998 de 9 de diciembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y otras Normas Tributarias;  Ley para la Ordenación General del Sistema Educativo.

Sin embargo, cuando el título es demasiado largo, la mayúscula se usa solo en el primer elemento. Se escribirán en cursiva o entre comillas para delimitar su extensión.

Cuando los nombres muy largos se designan con una breve extensión en lugar del texto oficial, esta se escribe con minúscula, ejemplos: ley de extranjería; ley del divorcio, etc. (No son los nombres oficiales).

También con minúscula las expresiones que hacen referencia a algunas leyes pero no son su título oficial: ley electoral; ley sálica; ley del talión; ley seca.

Las constituciones, normas supremas de los Estados, a veces se citan, no con el nombre completo, sino con el nombre genérico Constitución,

en mayúscula, la que no afecta a los especificadores que la acompañan: los padres de la Constitución; la Constitución colombiana.

La mayúscula no se emplea en los plurales, ejemplos: las primeras constituciones; las constituciones de los países vecinos.

 

Ponencias, discursos, conferencias, exposiciones:

 

Sus nombres se escriben usando mayúscula, solo en la primera palabra y en aquellas otras que por su naturaleza, la exijan, ejemplos: El cambio climático en los países en vías de desarrollo. Géneros novelísticos en la literatura del Barroco.

Si se citan dentro de un texto, deben escribirse entre comillas para delimitar su extensión: La exposición “Goya y el mundo moderno” recibió más de un millón de visitantes.

 

Programas, planes, proyectos:

 

Sus nombres se escriben con mayúscula, ejemplo: Plan de Fomento de la Lectura. Si el nombre es extenso, la mayúscula se usa en la primera palabra. Si se cita en un texto se escribe entre comillas para delimitar su extensión.

 

Lemas y eslóganes:

 

En los lemas, consignas y eslóganes se escribe con mayúscula inicial la primera palabra principal, ejemplo: Fija, limpia y da esplendor (lema de la RAE). Si se citan dentro de un texto, van entre comillas para delimitar su extensión, ejemplo: Mandela buscó la reconciliación bajo el lema “Un equipo, un país”.

Los lemas en banderas, escudos y monedas se escriben enteramente en mayúsculas.

 

Disciplinas científicas:

 

Los sustantivos y adjetivos que forman parte del nombre de las disciplinas científicas y las diversas ramas del conocimiento se escriben, en general, con minúsculas, tanto en su sentido propio como en sus derivados, ejemplos: la física nuclear avanzó en los últimos años; la morfología es parte de la gramática.

Se escriben con mayúscula solo en contextos académicos o curriculares cuando designan materias regladas: es licenciada en Filosofía; se matriculó en Arquitectura; tu cátedra es Geografía.

 

Asignaturas y cursos:

 

Los sustantivos y adjetivos que forman parte del nombre de una asignatura o materia de estudio se escriben con mayúscula, coincida o no, con el nombre de una ciencia o una disciplina: Lengua, Inglés, Química Orgánica, Lenguaje Publicitario. Si el nombre es muy largo, solo se escribe mayúscula en la primera palabra.

Los nombres de los cursos (serie de clases sobre un tema o materia establecida por un programa) cumplirán las mismas normas. En caso de un nombre muy largo, solo mayúscula en la primera palabra y comillas para delimitar su extensión.

 

Etapas o ciclos educativos:

 

No hay razón para escribir mayúscula en los nombres genéricos que designan las etapas o ciclos educativos, ejemplos: educación infantil,  primaria, educación secundaria, educación superior, licenciatura, doctorado. Cuando van acompañados de un especificador de materia, este último se escribe con mayúscula, ejemplos: bachillerato en Humanidades, licenciatura en Ciencias de la Salud, maestría en Administración de Empresas.

Cuando estas expresiones denominativas tienen valor de nombre propio, se escribe mayúscula, ejemplos: están matriculados en el tercer ciclo de Educación Primaria y Educación Secundaria. Son nombres oficiales legalmente establecidos para cada ciclo.

 

Leyes, teorías y principios científicos:

 

Solo va con mayúscula el sustantivo propio, el que les da nombre, ejemplos: ley de Ohm, principio de Arquímedes, teorema de Pitágoras.

 

Corrientes de pensamiento y escuelas:

 

Se escriben con minúscula por su condición de nombres comunes, incluso cuando derivan de nombres propios, ejemplos: estructuralismo, positivismo, platonismo, kantismo, darwinismo, etc.

 

Movimientos y estilos artísticos o culturales:

 

Van con mayúscula inicial los nombres de los grandes movimientos artísticos y cultuales que abarcan todas o la mayor parte de las disciplinas artísticas (arte, literatura, música, etc.) e identifican grandes períodos histórico-cronológicos, ejemplos: el Renacimiento, el Barroco, el Neoclasicismo, el Romanticismo; los especificadores que los acompañan se escriben con minúscula, ejemplos: el Renacimiento francés, el Romanticismo alemán, el Barroco tardío, etc.

Se escribirán con minúscula los nombres de movimientos, estilos o escuelas que coinciden unos con otros en una misma época y que son propios de disciplinas concretas, ejemplos: gótico, románico, conceptismo, culteranismo, cubismo, dadaísmo, realismo mágico, vanguardismo, etc.

También van con minúscula los nombres de los géneros artísticos de distintas disciplinas artísticas, porque son solo expresiones referenciales que  designan clases o categorías, ejemplos: el cine negro, la novela pastoril, la pintura abstracta.

 

Movimientos o tendencias políticas o ideológicas o religiosas:

 

Las palabras que los designan son nombres comunes y por ello, deben escribirse con minúscula, ejemplos: comunismo, neoliberalismo, socialismo, liberalismo, conservatismo. Los nombres que designan distintas religiones y conjuntos de fieles también son sustantivos comunes y se escriben con minúscula: budismo, catolicismo, judaísmo, cristianismo, cristiandad. También con minúscula los conceptos o entes de dicho ámbito: misa, eucaristía, cielo, purgatorio, codicia, caridad, esperanza, fe, parábola.

El uso de la mayúscula, en estos casos, se atiene a casos extralingüísticos que no pueden generalizarse, porque hoy es mayoritaria y preferible la minúscula.

 

 Deportes.    Equipos.   Torneos deportivos:

 

 Con mayúscula todos los elementos significativos (sustantivos y adjetivos) que forman parte del nombre, como: equipo Atlético Nacional, Indias de Ciudad Juárez, Gimnasia y Esgrima.

 

Los sustantivos que designan actividades deportivas son nombres comunes y se escriben con minúscula: ciclismo, tenis, pelota vasca, gimnasia rítmica, natación. Se escriben con mayúscula cuando forman parte de un nombre propio, en torneos deportivos, por ejemplo: Campeonato de Fútbol; Federación Internacional de Tenis; Juegos Olímpicos; Campeonato Mundial de Fútbol; Copa Libertadores de América.

 

Premios y condecoraciones:

 

Van con mayúscula las palabras significativas del nombre de premios, distinciones o condecoraciones, ejemplos: el Premio Cervantes, los Premios Príncipe de Asturias, la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, Premio Nobel de Literatura.

 

Tierra, Sol, Luna: cuerpos celestes:

 

Solo llevan mayúscula en contextos astronómicos, pues en ese campo son nombres propios, ejemplos: un eclipse lunar se produce cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna.

Fuera de contextos astronómicos, dichas palabras se escriben con minúscula, ejemplos: hoy hay luna llena; a la luz de la luna; los desheredados de la tierra; el sol de invierno.

Se escriben con mayúscula: Marte, Júpiter, Saturno, Mercurio, Venus, etc.

Y con minúscula denominaciones genéricas como: universo, sistema solar, estrella polar (“polar” no es un nombre; solo designa la estrella más cercana al polo norte celeste).

 

Signos del Zodíaco y puntos cardinales:

 

Los nombres propios de los doce signos que recorren el Sol en su curso anual aparente, se escriben con mayúscula: Acuario, Leo, Tauro, Aries, etc., lo mismo que sus nombres alternativos, representación iconográfica de cada signo: Balanza por Libra, Cangrejo por Cáncer, Carnero por Aries, Escorpión por Escorpio, Gemelos por Géminis, León por Leo, Pez por Piscis, Toro por Tauro, Virgen por Virgo.

Cuando los nombres de los signos del Zodíaco se utilizan para llamar a las personas bajo ese signo, se utiliza la minúscula, ejemplos: los aries son guerreros. Evite discutir con un piscis, etc.

Las denominaciones de los cuatro puntos cardinales (norte, sur, este y oeste)  y de los puntos del horizonte (noroeste, sudeste, etc.) son nombres comunes y por tanto se escriben con minúscula, tanto si se emplean en términos absolutos como si designan la orientación, ejemplos: rumbo al norte, hemisferio sur, longitud norte, el suroeste de la ciudad, el este de Antioquia, viento del noroeste, etc.

 Solo se escribe mayúscula cuando formen parte de un nombre propio o de una expresión denominativa: América del Norte, Corea del Sur, Europa del Este, la Cruz del Sur.

 

Los hemisferios y líneas imaginarias, los polos geográficos, los vientos:

 

Sus nombres son comunes de referente único y se escriben con minúscula: línea del ecuador, hemisferio norte, círculo polar ártico, trópico de Capricornio, polo norte, polo sur, paralelo 38.

Cuando se convierten en topónimos (nombres propios) de lugar, van con mayúscula, ejemplos: el Ártico (el Polo Norte), la Antártida o Antártica (el Polo Sur).

Los nombres de los vientos se escriben con minúscula: céfiro, levante, monzón, poniente.

 

Unidades de medida:

 

Sus símbolos se escriben con minúscula: g=gramo; dc=decímetro; ha=hectárea. Los que se derivan de nombres propios van con mayúscula como: W = símbolo del vatio, por Jacobo Watt.

El símbolo del litro presenta dos formas posibles: l – L, ya que se admite el uso de la mayúscula en los contextos en que el uso de minúscula presentaría confusión.

Los símbolos de los prefijos para crear múltiplos de estas unidades se escriben con mayúscula, por ejemplo: M=mega; G=giga; T=tera; excepto los que corresponden a los prefijos: k=kilo; h=hecto, etc. que van con minúscula.

Se escriben con minúscula los símbolos de los prefijos utilizados para formar submúltiplos, ejemplos: d=deci; c=centi; m=mili; n=nano; cl= centilitro; dm=decímetro.

 

Enfermedades, medicamentos:

 

Las enfermedades se escriben con minúscula; solo llevarán mayúscula cuando entran a formar parte del nombre de una institución, una organización o un congreso, ejemplos: Federación Española de Asociaciones de Espina Bífida; Congreso de Hidrocefalia.

En los nombres de enfermedades que tienen un complemento que puede ser el nombre de su descubridor o investigador, se mantiene la minúscula en el nombre genérico y la mayúscula en el nombre específico, ejemplos: enfermedad de Alzheimer; síndrome de Down. Cuando el nombre propio o específico pasa a designar la enfermedad, se escribe minúscula, por ejemplo: ella sufre párkinson; están investigando el alzhéimer.

Los nombres de los principios activos de las medicinas son nombres comunes y se escriben con minúscula: paracetamol, omeprasol, ibuprofeno. Los nombres comerciales registrados, lo mismo que las marcas, son nombres propios  y se escriben con mayúscula: Prozac, Nolotil, etc.

 

Días de la semana, meses, estaciones, festividades:

 

Sus nombres se escriben con minúscula pues son nombres comunes: lunes martes…..; julio, enero….; verano primavera….

Solo se escriben con mayúscula cuando sean nombres de festividades, períodos religiosos, fechas históricas, espacios urbanos, instituciones, ejemplos: Viernes Santo, Adviento, la Semana Santa, la Pascua, el Ramadán, Primavera de Praga, plaza del Dieciocho de Septiembre, hospital Doce de Octubre.

Los sustantivos y adjetivos que hacen parte del nombre de festivos, sean civiles, militares o religiosos se escriben con mayúscula, ejemplos: Navidad, Año Nuevo, el Día de la Madre, el Día Internacional de la Mujer, la Fiesta de la Patrona.

 

Períodos geológicos. Períodos prehispánicos e históricos:

 

Se escriben con mayúscula: el Mioceno, el Paleozoico, el Jurásico superior.

Si el nombre es un sustantivo genérico con adjetivo, se escriben con minúscula, ejemplos: la era cenozoica, el período carbonífero.

Los sustantivos: prehistoria e historia, que designan los dos grandes períodos cronológicos en que se divide la existencia de la humanidad, se escriben con minúscula, ej.: La aparición de la escritura marca el paso de la prehistoria a la historia.

Pero, los nombres de los períodos en que ellas se dividen se escriben con mayúscula: la Edad de Piedra, la Edad de los Metales, el Paleolítico, el Medievo, etc.

En las denominaciones de los diferentes imperios va con mayúscula la palabra “imperio”, pero no los específicos que le sigan, ejemplos: el Imperio romano, el Imperio maya, el Imperio bizantino. Pero si hay un adjetivo que le antecede, este se escribe con mayúscula: el Celeste Imperio, el Bajo Imperio; en el caso del Sacro Imperio Romano Germánico, todas las palabras se escriben con mayúscula por ser el nombre propio de la entidad política formada por diversos estados de Europa central.

 

Guerras:

 

En los nombres de las guerras, la mayúscula va en los componentes; el sustantivo guerra se escribe con minúscula: la guerra de los Cien años, la guerra de Secesión, la guerra de la Independencia, la batalla de las Termópilas, la batalla de Ayacucho.

En el caso de los dos conflictos mundiales, el uso ha fijado la mayúscula para todo el nombre: Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial. Pueden emplearse los números romanos: I Guerra Mundial, II Guerra Mundial.

 

Notas musicales. Lenguas. Colores:

 

Los nombres de las notas musicales son sustantivos comunes y se escriben con minúscula: do, re, mi, fa, sol, la, si (sin tilde).

Por ser sustantivos comunes, los nombres de las lenguas se escriben con minúscula: español, inglés, francés, italiano, etc.

Siguen la misma norma los nombres de los colores: rojo, gris perla, azul, naranja, lila, etc.

 

Siglas. Acrónimos:

 

Como en otras lenguas, en la nuestra las mayúsculas se emplean también para formar siglas, abreviaciones constituidas por las letras iniciales   de las denominaciones propias fijas en el ámbito científico, administrativo, etc., ejemplos: FMI (Fondo Monetario Internacional, y como es sigla, se lee: efe-eme-i). ADN (ácido desoxirribonucleico, se lee: a-de-ene).

Las siglas que no son pronunciables como palabras y tienen  que leerse deletreando sus componentes, deben mantener su escritura en mayúsculas, ejemplos: FBI; DDT.

En cambio, las siglas que se leen como se escriben, como: OTAN; UNESCO; IVA, se llaman acrónimos porque se lexican (se vuelven palabras) y designan nombres propios, ejemplos: Unasur, Mercosur, Unesco, Unicef, (con mayúscula inicial).

Otros no son nombres propios sino comunes y se escriben con minúscula, tales como: uci, ovni, radar, láser, etc.

Hoy, se ha ampliado el campo al uso combinado de mayúsculas y minúsculas en la formación de siglas y acrónimos: mayúscula inicial en los componentes significativos y minúscula en las letras no iniciales y en los conectores gramaticales (preposiciones y conjunciones), ejemplos: DGTel (Dirección  General de Telecomunicación); JpD (Jueces para la Democracia); UNMdP (Universidad Nacional de Mar del Plata); UdelaR (Universidad de la República).

Agreguemos: UdeA (Universidad de Antioquia). UdeM (Universidad de Medellín). UdelT (Universidad del Tolima).

Este lenguaje de mayúsculas y minúsculas es admisible en la escritura de siglas y acrónimos, pero no en el léxico general donde no se permite la presencia de mayúsculas intercaladas, y donde estas no pueden mezclarse con la minúscula.

En textos de la naturaleza que sea, lo normal ahora es emplear como letra base la minúscula, y usar la mayúscula solo en los casos que señalan las normas.

Las mayúsculas favorecen la visibilidad en textos cortos, lo que conviene en ciertos contextos comunicativos como: inscripciones, carteles, letreros, paneles informativos, títulos etc.

Así, por razones prácticas y estéticas, pueden escribirse enteramente con mayúscula palabras, frases, e incluso textos completos.

 

Enteramente con mayúscula:

 

Suelen escribirse enteramente con mayúscula:

 

1. Las palabras o frases de las portadas o cubiertas de los libros y documentos, tanto impresos como electrónicos, así como los títulos de cada una de sus divisiones internas (partes, capítulos, escenas, etc.).

2.  Las cabeceras de diarios y revistas: CLARÍN. Pero, hoy existen cabeceras que presentan la mayúscula solo en la inicial de las palabras significativas, y cada vez con mayor frecuencia, ejemplos: La Voz de Galicia; la Nueva España.

3. Las inscripciones de lápidas, monumentos o placas conmemorativas.

4. Los lemas y leyendas de banderas, estandartes, escudos, monedas.

5. Los textos de los carteles de avisos o de las pancartas, por ejemplo: NO UTILIZAR EN CASO DE  INCENDIO.

6. En textos de carácter informativo, enteramente con mayúscula las frases que expresan el contenido fundamental del escrito, por ejemplo:

Por motivo de higiene, SE PROHÍBE DEPOSITAR BASURAS AQUÍ.

7. Términos como: aviso, nota, advertencia, posdata, etc., cuando van introduciendo los textos correspondientes, ejemplos: AVISO: El pago de recibos solo se hace los viernes.

8. En textos jurídicos y administrativos como decretos, sentencias, bandos, edictos, certificados o estancias, los verbos que expresan la finalidad del escrito van con mayúscula, para favorecer su rápida lectura, ejemplos: CERTIFICA, EXPONE, SOLICITA, CONSIDERANDO.

9. La mayúscula que ocasionalmente aparece en algunos sustantivos como: humildad, naturaleza, historia no puede justificarse desde el punto de vista normativo o lingüístico; pertenece a la llamada mayúscula de relevancia.

 

 Internet:

 

El vocablo Internet proviene del inglés “Internet” formado de  “inter” (entre) y: “net” de  “network” (red electrónica). Se escribe con mayúscula, pues se refiere a  “La Red” que conecta las computadoras mundialmente, usando el protocolo TCP/IP. Es un nombre propio. Además de escribirse con mayúscula, NO debe llevar ningún artículo: ni “el”, ni “la”. (Hasta hace muy poco la RAE nos recomendaba poner delante el artículo “la”: la Internet – sustantivo propio femenino -, hoy, nos recomienda quitar el artículo).

 

 Nuevas tecnologías de la comunicación:

 

Mayúsculas y minúsculas presentan  peculiaridades, como en correos electrónicos, foros, chats y mensajes de móvil, donde  rapidez y  economía son factores determinantes.

“El hecho de que se trate de medios en los que prima lo familiar o coloquial, explica el porqué de la relajación que dichos medios tienen, frente a las normas ortográficas, las que no pueden dejar de aplicarse  en otros ámbitos”.

. “Esa ortografía relajada que puede ser admisible en medios como los chats y los mensajes de móvil, donde la rapidez prima sobre la pulcritud, no debe extenderse a todos los intercambios comunicativos realizados por vía electrónica: El uso del correo electrónico NO exime de aplicar con rigor las normas ortográficas, entre ellas la correcta distribución de mayúsculas y minúsculas.

 En el ámbito de las comunicaciones, hoy, la  mayúscula se ha convertido en la herramienta para representar la intensidad o volumen de la voz. Así, lo escrito totalmente en mayúsculas equivale a gritar y, por tanto, en las normas de cortesía establecidas para las comunicaciones en Internet – lo que se ha dado en llamar la netiqueta (adaptación al español del inglés netiquette, acrónimo formado de la fusión de net   ‘red’ y la voz de origen francés  etiquette  ‘etiqueta’) – no se recomienda su empleo, pues se considera mala educación; además, se hace más fatigosa y lenta la lectura.

 Se solicita expresamente a los usuarios de estos medios, que cuiden  la corrección ortográfica de sus mensajes, no solo por deferencia hacia los demás, sino también para facilitar la lectura y comprensión de los textos”. (RAE).

(Fin del capítulo sobre las mayúsculas según la Real Academia Española)

 

 

MEMORANDO:

 

(Del latín, ‘memorándum’). Su nombre quiere decir: lo que debe ser recordado; cosa que debe tenerse en cuenta. Su uso: trasmite una información muy específica dentro de una institución.

Las exigencias del memorando son:

Brevedad. El objetivo es únicamente informar.

Deben utilizarse frases y párrafos cortos para no oscurecer la idea.

Redactarlo con claridad, orden, precisión y concisión.

Un memorando no se redacta nunca en primera persona del singular.

Debe corresponder a hechos o a cosas sobre los cuales se han dado ya explicaciones.

No adornar el lenguaje con adjetivos ni con expresiones literarias.

Usar las palabras y las frases en forma positiva.

Evitar el uso de la voz pasiva (v.)

Evitar los rodeos y las redundancias.

Revisar y corregir el memorando antes de firmarlo.

 

METÁFORA:  (v. figuras literarias, tropo)

 

METALOGÍA:

 

Es la comunicación entre los nombres de los conceptos abstractos y los de los concretos. Hay dos casos de metalogía:

De cualidad; ejemplo: blanco (es lo concreto), blancura (es lo abstracto); verde (concreto), verdura (abstracto); rojo (concreto), rojez (concepto abstracto).

De acción; ejemplo: roto (concepto concreto), rompimiento (concepto abstracto); contentar (concreto), contentamiento (abstracto); proceder (concreto), procedimiento (abstracto).

 

Todo adjetivo puede hacerse sustantivo abstracto por medio del pronombre LO. Decir ‘lo blanco’ es lo mismo que decir ‘la blancura’. Decir ‘lo amargo’ es lo mismo que decir ‘la amargura’.

Cuando los nombres abstractos toman el plural, se vuelven concretos; ejemplos: la maldad (abstracto); hacer maldades (concreto); la belleza (abstracto), llegaron las bellezas (concreto); la pequeñez (abstracto), gasta su tiempo en pequeñeces (concreto).

 

METAPLASMO:

 

Nombre con el que en la gramática tradicional se denominan las ‘figuras de dicción’ (v.).

 

METÁTESIS:

 

Cambio de lugar de algún sonido en un vocablo, como decir ‘perlado’ por ‘prelado’; ‘carcar’ por ‘calcar’. El Diccionario Gramatical trae como ejemplo tomado de El Quijote, II, 36: ‘malencólico’ por ‘melancólico’; ‘malencolía’ por ‘melancolía’. Hay metátesis cuando la gente dice erróneamente ‘dentífrico’ por ‘dentífrico’, ‘cabresto’ por ‘cabestro’, ‘chirriquitín’ por ‘chiquirritín’, ‘estógamo’ por ‘estómago’, ‘Grabiel’ por ‘Gabriel’; ‘zaparrastroso’ por ‘zarrapastroso’, etc.

 La metátesis está catalogada dentro de los vicios de dicción (v. dicción).

 

METONIMIA:  (v. figuras literarias, tropo).

 

MÉTRICA:

 

Es el arte de medir las sílabas de los versos. La versificación usada por los poetas españoles se basa fundamentalmente en el número de las sílabas del verso; si éste termina en aguda se agrega una sílaba; si termina en esdrújula, se resta una sílaba; y si termina en grave se cuentan las sílabas normalmente. (v. versolibrismo)

 

MIENTRAS:

 

Es un adverbio; expresa simultaneidad, lo mismo que las expresiones: mientras tanto, mientras que, en tanto que; ejemplo: mientras estuvo enferma, nadie se acordó de ella.

 

MINÚSCULAS:

 

Letras que tienen un tamaño más pequeño y se emplean comúnmente en la escritura. Ejemplos: a, b, c, ch, d, e, etc.

 

MODIFICADORES: (v. sujeto y predicado)

 

MODISMOS:

 

(v.t.: idiotismos). Son frases peculiares que se usan en sentido figurado, y son propias de cada idioma; los modismos son más propios de la gente del pueblo que de la gente culta. El estudioso Avelino Herrera Mayor dice: “El modismo es al idioma lo que la sal al guiso: sazona, da sabor y añade regusto.”

Ejemplos de modismos: Abierto de par en par (totalmente abierto); abierto a los cuatro vientos (a la intemperie); a brazo partido (con gran dificultad, se lucha heroicamente); como Cristo nos enseña ( afirmación de que lo que se dice o hace está dentro de la más correcta moral); en un abrir y cerrar de ojos (en un momento, tiempo rápido); es una bendición de Dios (elogio de la bueno, excelente); le sobra corazón (se dice del que tienen generosos sentimientos); se me da un comino (no me interesa, no me importa); abrir el ojo (estar alerta); ser largo de uñas (ladrón); no pegar los ojos (no poder dormir); sacar la cara por... (defenderlo, responder por alguien); estar tocado de la cabeza (estar loco); huir como alma que lleva el diablo (desaparecer rápidamente)

 

MODO:

 

Categoría del verbo que, en principio, expresa la actitud del sujeto ante la acción verbal. Las diferencias en la forma del verbo, que no se refieren al tiempo, ni al número ni a la persona, reciben el nombre de ‘modos’. Dicho de otra manera: el MODO expresa las distintas actitudes del hablante. Los modos son:

Infinitivo: en él entran el infinitivo (v)  propiamente dicho, el participo (v.) y el gerundio (v.). Según la Real Academia de la Lengua, el modo infinitivo es impersonal porque en él no se conjuga el verbo por tiempos y personas; pero, sí tiene formas simples y formas compuestas.

 

          Formas simples:                                                 Formas compuestas:

          Infinitivo: amar                                                   Infinitivo: haber amado

          Gerundio: amando                                              Gerundio: habiendo amado

          Participio: amado

Modo indicativo: expresa las acciones consideradas como reales.

Modo subjuntivo: se emplea para las acciones pensadas como dudosas, posibles, necesarias o deseadas. Se junta a otro verbo para tener significación cabal.

Modo imperativo: se usa para expresar mandato, ruego, consejo. Exhorta o disuade, por esto, el único tiempo de que consta este modo es el presente. (v. tiempo)

Los modos indicativo, subjuntivo e imperativo se llaman modos personales del verbo, porque todos sus tiempos varían de forma según la persona que realice la acción. En cambio, hay otras formas  verbales invariables, que no expresan por sí mismas persona alguna. Tales formas pertenecen al modo infinitivo.(v. infinitivo)

 

MODULACIÓN DE LA VOZ:

 

La modulación se refiere a los cambios de un tono a otro. La voz debe tener diferentes tonos, y para que sea agradable debe cambiar de un tono a otro con suavidad, seguridad y elegancia. Hay que saber hablar, y hablar bien, para llegar hasta el interlocutor y para ganar la influencia que se desea.

La manera de pronunciar y de modular no es un asunto privado del que habla, sino algo que interesa a todos los que escuchan. Para hablar bien hay que conocer el mecanismo de la respiración y el funcionamiento de todos órganos que intervienen en la producción de la voz

Una voz ronca o chillona molesta al interlocutor y fatiga al que habla. Una forma para hablar bien es la práctica y el estudio de la fonética.

 

MONEMA:  (v. lexema)

 

MONÓLOGO:

 

Es sinónimo de soliloquio; significan lo mismo tanto en el campo literario como en el teatro o en la vida cotidiana. Monologar es hablar solo. En el campo literario, monólogo o soliloquio es la obra dramática en que habla un solo personaje.

Son famosos en la historia literaria el soliloquio del príncipe Hamlet, el personaje de Shakespeare que se debate entre la duda y la reflexión, y en la obra La vida es sueño de Calderón de la Barca, el protagonista, Segismundo, habla consigo mismo acerca de la libertad.

En la literatura de hoy son muchos los cuentos y las novelas de orden psicológico que incluyen en su estructura el monólogo o soliloquio.

 

MONOSEMIA:

 

La significación es el acto que une un significante (v.) con un significado (v.). En algunos casos, a un significante corresponde un solo significado, es lo que se llama monosemia. Las palabras monósemicas (un solo significado) se encuentran generalmente en el lenguaje científico, en los sistemas de señalización. Ejemplos de monosemia: reloj, pentagrama, chocolate.

 

MONOSÍLABOS:

 

Son las palabras que constan de una sola sílaba: cal, sol, sal, mar, red, dos, pie, etc.

En relación con la tilde, hay unos monosílabos que no llevan tilde o acento porque en español existe la norma ortográfica de que “las palabras monosílabas no se acentúan”; no llevan, pues, tilde monosílabos como: fui, dio, vi, fe, fue, pie, ti, vio, da, di, cien, dos, sol, vais, fin, Dios, pan, luz, sin, dar.

Otros monosílabos deben utilizar la tilde diacrítica (v.) para diferenciar su oficio dentro de la oración. Esto ocurre porque son palabras ‘homónimas’ es decir, palabras que tienen igual estructura pero desempeñan diferentes funciones gramaticales; por eso, en estos casos se marca sobre ellas el ‘acento diacrítico’; ejemplos:  de (preposición), dé (verbo dar); el (artículo o determinante), él (pronombre); mas (conjunción, se puede cambiar por ‘pero’), más (adverbio de cantidad), mi (adjetivo posesivo), mí (pronombre); se (pronombre), sé (verbo saber), sé (verbo ser); si (condicional), sí (afirmación); te (pronombre), té (sustantivo – el té-); tu (adjetivo posesivo), tú (pronombre); los pronombres relativos: que, quien, cual llevan tilde cuando encabezan una oración interrogativa o exclamativa. Los adverbios ‘donde’, ‘como’ cuando se emplean como pregunta llevan tilde diacrítica. Estos son algunos pocos ejemplos: La esperé mas no llegó; es más incumplida que su hermana, Cuaderno de apuntes, dé limosna a los necesitados. Se vistió con sus mejores galas; yo ´se cuáles son sus intenciones; sé respetuoso con ella. Dicen que el padre tiene confianza en él. ¿Qué esperas? ¡Qué calor!  ¡Cómo hablas de bien!  ¿Cuál te gusta más?

 

MONOTONÍA:

 

Es consecuencia de la pobreza del vocabulario. Monotonía es el empleo muy frecuente de pocos vocablos, y de una misma palabra en el párrafo; también ocurre cuando se terminan los párrafos de una manera lánguida y poco armoniosa.

Son monótonas las expresiones construidas con palabras que no significan con precisión lo que se quiere decir; también es monotonía el abuso del verbo hacer con complemento en lugar del verbo apropiado, por ejemplo: hacer una casa, lo adecuado es: construir una casa; hacer un viaje, lo adecuado es: viajar; hacer oración, lo adecuado es: orar.

Monotonía y pobreza de lenguaje se cometen al usar siempre idénticos términos para expresiones parecidas. El idioma español cuenta con gran número de vocablos de igual valor significativo para no repetirlos en la expresión.

 

MORFEMA: (v. lexema)

 

MORFOLOGÍA:

 

Es el estudio de las formas de las palabras; es decir, la ciencia que da a conocer las partes componentes de la oración, puesto que hay que conocer éstas antes de ordenarlas según las normas de la sintaxis (v.).

La morfología estudia, pues, las palabras aisladamente teniendo en cuenta su estructura material y prescindiendo de las relaciones sintácticas o semánticas que guarden unas con otras.

Actualmente se habla del estudio morfosintáctico del idioma, el cual no es más que entender y tener en cuenta la forma y la función de las palabras.

 

 

 

MORFOSINTAXIS:

 

Como consecuencia de la resistencia que modernamente se hace a la tradicional distinción entre morfología y sintaxis, algunos lingüistas hablan de morfosintaxis, como designación del estudio de los hechos de lenguaje considerados, simultáneamente, desde la forma y la función.

 

 

MOVIMIENTO SEMÁNTICO:

 

La semántica (v.) cambia y se transforma, debido a determinados fenómenos:

Por innovación; dentro de ésta se estudian la derivación (v.), la composición (v.) y la parasíntesis (v.) que son los tres procesos para formar palabras.

Por trasplantación. El trasplantar vocablos de una lengua a otra es un hecho frecuente y natural. Cuando las naciones empiezan a tener relaciones políticas, culturales, comerciales o científicas, empiezan a introducirse en las lenguas vocablos extranjeros. El español tiene vocablos de origen alemán, francés, italiano, inglés, etc.

Por calco de expresiones extranjeras. Son calcos las expresiones o locuciones formadas por traducción, sobre el modelo de otra expresión de una lengua extranjera, como cuando se dice ‘kindergarten’ en lugar de ‘jardín de niños’; ‘ex profeso’ en lugar de ‘a propósito’

De esta manera se han formado muchas palabras técnicas y científicas, calcándolas en el griego, especialmente.

Por  agregación. A veces, varias palabras se funden por agregación y así se forman nuevas palabras con otra significación, ejemplos: corre, ve y dile (correveidile);  vaivén (vaivén); res    pública (república).

 

Maneras del movimiento semántico:

 

Metáfora:  (v. figuras literarias, tropo)

Metonimia  (v. figuras literarias, tropo).

Especialización:  es el caso en que un nombre general se aplica a una idea determinada, menos general, ejemplos:  el verbo ‘cortar’ no precisa  ni el objeto que se corta ni el instrumento para cortar. Sin embargo, el labrador que utiliza dicho verbo aplicándolo a sus mieses lo convierte en el verbo ‘segar’; este verbo ya no puede aplicarse a los múltiples casos en que se usa ‘cortar’.

El verbo ‘colocar’ se especializó en ‘colgar’. ‘Trabajar’ se especializó en ‘labrar’. ‘Deseo’ se especializó en ‘apetito’.

Es frecuente que el nombre de algún material se especialice en alguno de los objetos que con él se hacen, por ejemplo: ‘papel’ viene de ‘papiro’ (planta egipcia) del cual se fabrica. ‘Esperma’ por vela hecha de ‘esperma’. ‘Corcho’ por tapón de botella hecho de corcho.

 

Generalización:  Es el fenómeno contrario a la especialización. Tiene lugar la generalización de una palabra cuando deja de significar un objeto o acción determinada y se aplica a ideas más generales, por ejemplo: el verbo ‘ser’, cuando se originó del latín, significaba solamente ‘estar sentado’. Hoy ha perdido esta significación particular y restringida para pasar a ser más general.

‘Estar’ significaba sólo ‘estar de pies’. ‘Salir’, significaba sólo ‘brotar el agua’. ‘Alameda’ era un camino bordeado de álamos, hoy es cualquier camino bordeado de árboles. ‘Raquítico’ se llamaba el que sufría de la espina dorsal. Hoy significa ‘enclenque’, ‘débil’, ‘incapaz’.

Metalogía:  (v.)

 

 

MOZÁRABE:

 

Se designa con este nombre un complejo grupo de dialectos románicos hablados por los mozárabes, cristianos que vivían en tierras de la Península Ibérica ocupadas por los árabes. Dichos dialectos ofrecen un aspecto muy arcaico, y coinciden en muchos rasgos con los demás dialecto medievales (gallego-portugués, leonés, navarro-aragonés, y catalán) frente al castellano.

 

MULETILLAS:

 

En el lenguaje oral es frecuente que muchas personas acomoden dentro de la oración o al final de ella palabras que son innecesarias y que nada tienen que ver con la idea. Son las ‘muletillas’ que tanto desfiguran la expresión y tan mala impresión causan en el oyente.. Las siguientes palabras usadas fuera de contexto, ajenas a la significación y metidas en la frase solamente para relleno, son muletillas: claro, ¿cierto?, ¡seguro!, ¿sabe qué?, pues, entonces, bien, ¿sí?, ¿no cierto?, etc.

 

MUSAS:

 

Eran las hijas de Júpiter y de Mnemosine, diosa de la memoria. Las nueve musas presidían las artes liberales, ellas son:

 

Clío: musa de la historia.   Euterpe:  musa de la música.   Talía: musa de la comedia.   Melpómene: musa de la tragedia.   Polimnia: musa de la poesía lírica.   Terpsícore:  musa del baile.   Urania:  musa de la astronomía.   Erato: diosa de la elegía.   Calíope: musa de la elocuencia.

 

 

 

N

 

 

N:

 

Decimosexta letra del abecedario español y decimotercia de sus consonantes. Su nombre es ‘ene’.

Signo con  que se suple en lo escrito el nombre propio de persona que no se sabe o no se quiere expresar.

En álgebra y aritmética es el exponente de una potencia indeterminada.

 

NADA, NADIE: (v. términos negativos en la frase)

 

NARRACIÓN:

 

Acción de narrar. Una de las partes en que suele dividirse el discurso retórico; en ella se refieren los hechos para esclarecimiento del asunto de que se trata y para facilitar el logro de los fines del orador.

 

NARRATIVA:

 

Narrar es contar una o varias acciones. La narración necesita al ser humano, aunque en algunos casos puede pasarse sin él, como cuando personifica individuos del reino animal o vegetal.

Es característica de la narrativa la exactitud en la pintura de los personajes, para ser interesante no es necesario que ellos tengan características fuera de lo normal, sino que posean una personalidad muy representativa.

En la narrativa hay diálogos, monólogos, descripciones (v.). Pertenecen a la narrativa la novela, el cuento, la fábula, las biografías

 

NATURALIDAD:  v. estilo, descripción)

 

NEOLOGISMOS:

 

 Los neologismos son palabras nuevas no aceptadas aún por la Real Academia de la Lengua. Se acepta un neologismo cuando no tiene equivalente en español y su formación no infringe las reglas de la morfología. Hay tres clases de neologismos:

Neologismos científicos. Son voces que nacen por la necesidad de nombrar los nuevos inventos, los nuevos estudios, los descubrimientos científicos, etc., generalmente se forman con elementos griegos o latinos, ejemplos: electrónico, televisión, megatón, isótopos, psicoanálisis, radar y muchos más.

Neologismos populares. Son palabras que el pueblo inventa o altera por medio del apócope (v.), o por juego de palabras; ejemplos: foto, cine, auto, tele, cloro, filme, ‘familiocracias’ ‘meritocracia’, etc.

Neologismos literarios. Son voces que los escritores introducen, muchas veces adaptándolas de otros idiomas o creándolas porque no existe equivalente en el idioma, ejemplos: anexar, asilar, montaje, teatralidad, urbanismo, avalancha, banal, mendicante, etc

 

Muchos neologismos se quedan en el idioma y la Real Academia procede a aceptarlos y a incorporarlos al diccionario, porque las lenguas necesitan evolucionar y enriquecer su vocabulario con voces nuevas que el uso impone. La “ley del uso” coopera en la evolución y desarrollo de los idiomas.

Los neologismos nos han llegado porque las agencias de noticias están en manos de ingleses y estadounidenses,(v. anglicismos), y las traducciones son muy defectuosas; también, debido al poderío económico y comercial que ha impuesto voces utilizadas en anuncios, propaganda, etc.

Los deportes han traído muchos anglicismos, y de Argentina han llegado expresiones nuevas no siempre correctas; el cine ha traído un vocabulario específico inglés, y los viajes y la política internacional han contribuido a la actual americanización.

Hay muchos neologismos formados dentro del propio idioma español, por reacción espontánea, y ya están admitidos por la Real Academia, tales como: peliculero, plumífero, carcajear, caradura, peligrosidad, puntero, monocultivo, planificar, fichar, tómbola, tobogán, tocadiscos, lavadora, fastidiar, etc.

 

NEUTRO:

 

Con referencia al verbo, este vocablo vale tanto como decir ‘intransitivo’. En relación con el ‘género’ tuvo gran importancia, pero ha dejado de tenerla casi en absoluto en el idioma español; sólo se emplea para designar lo genérico, lo abstracto

Para expresar el neutro, el idioma español tiene la tercera forma del artículo determinado ‘lo’. Con ella se sustantivan adjetivos con carácter abstracto, ejemplo: lo cortés no quita lo valiente, que corresponde a los sustantivos abstractos: cortesía y valentía. En esta forma también se sustantivan los colores: lo blanco, lo rojo, lo negro para designar las cualidades abstractas de estos colores: blancura, rojez, negrura.

Sirve, además, este artículo neutro ‘lo’, unido al pronombre posesivo, para designar el conjunto de cosas que pertenecen a una persona: lo mío, lo tuyo, lo suyo, lo nuestro, lo vuestro.

Entre los demostrativos existen las formas neutras: eso, esto, aquello. Y algunos adverbios se sustantivan con la forma ‘lo’, ejemplos: lo cerca que está; lo lejos que vive; lo tarde que llega; lo despacio que andan; lo pronto que has llegado; tienes lo bastante para vivir..

 

NINGUNO:

 

Adjetivo indefinido. Su significado:  ni una sola de las personas o cosas significadas por el sustantivo al que acompaña. El masculino sufre apócope (v.) antepuesto al sustantivo, ejemplos: ningún niño; ninguna niña. También es pronombre indefinido y su significado es: ni una sola de las personas o cosas significadas por el sustantivo al que representa, ejemplos: no ha venido ninguno; ninguna sirve. (v.t.: términos negativos en la frase).

 

NO:

 

Adverbio de negación. (v. términos negativos en la frase).

No he visto a nadie:  El principio de que la negación de una negación corresponde a una afirmación no es válida en las tradiciones lingüísticas. En muchas lenguas, dos negaciones no significan una eliminación, sino un refuerzo de la negación, y hay lenguas en las que dos negaciones constituyen la regla; y cuando existen tales reglas, toda discusión sobre la racionalidad o logicidad de las expresiones es absurda y superflua, puesto que la irracionalidad es anulada por la tradición lingüística. En español hay negación con una sola palabra negativa cuando va delante del verbo, ejemplo: nadie vino; pero se necesita la otra negación cuando la palabra negativa va detrás del verbo, ejemplo: no vino nadie.

 

NOMBRE:  (v. sustantivo).

 

NOMENCLADORES:

 

Tienen como objeto jerarquizar las ideas en orden lógico. Sirven para remplazar las llaves en los cuadros sinópticos, evitan equivocaciones y economizan tiempo y espacio. Nomenclar significa ordenar, dividir, nombrar, jerarquizar.

El Instituto Colombiano de Normas Técnicas (ICONTEC) recomienda el nomenclador decimal que se basa solamente en los números arábigos. Se coloca un punto entre los números que designan las subdivisiones. Las divisiones principales de un documento escrito se numeran en forma continua empezando por 1. Luego 2. etc.  Las subdivisiones también se numeran en forma continua de acuerdo con su importancia.

También existe el nomenclador logicista o romano que se basa en números romanos, letras mayúsculas, números arábigos, letras minúsculas, números arábigos con paréntesis, letras minúsculas con paréntesis, números arábigos y letras minúsculas con doble paréntesis. Al aplicar este nomenclador se hace con sangría; ella es necesaria para que cada una de las divisiones y subdivisiones sea visible.

Los dos nomencladores, tanto el ‘decimal’ como el ‘logicista o romano’, exigen orden y continuidad; es indispensable saber que en ambos hay correlación, es decir, no puede haber 1 sin 2, A sin B, 1) sin 2), etc.  Los títulos no admiten ningún nomenclador.

 

 

NOMINATIVO:   (v. caso)

 

NOS:

 

Es la forma que tiene el pronombre personal de primera persona en ambos géneros. Procede directamente del latín ‘nos’. Se emplea en el complemento directo: nos vieron desde lejos; y en el complemento indirecto: nos escribieron una carta. Otro uso es el plural ficticio o mayestático, de ‘nos’ habla el Papa, y de ‘nos’ los reyes, ejemplo: Nos hemos sancionado las leyes.

También encontramos este pronombre en las formas enclíticas (v. enclíticos), ejemplos: vámonos, sentémonos, digámonos, corrámonos, etc.

 

NOTICIA:

 

Toda noticia bien redactada –dice el maestro Martín Vivaldi- debe reunir las siguientes condiciones:

Veraz:  quien redacta la noticia debe decir sinceramente la verdad del hecho.

Exacta:  que corresponda a la realidad lo más fielmente posible.

Interesante:  al redactar la noticia, ha de buscarse siempre lo fundamental, lo que constituye la esencia de lo que acontece.

Completa:  si se da la noticia de manera incompleta, el lector se desorienta y acaba planteándose su propia verdad.

Clara:  en forma tal que las personas de cultura media comprendan la noticia; una exposición limpia con sintaxis correcta y vocabulario adecuado y preciso.

 

NUMERACIÓN ROMANA:

 

Esta numeración se emplea en los siguientes casos:

Para indicar fechas en las inscripciones de los monumentos.

Para expresar la sucesión de los siglos, papas, emperadores y reyes.

Para ordenar los tomos y capítulos de los libros.

En las esferas de algunos relojes, etc.

 

Esta numeración utiliza las siete letras mayúsculas siguientes:

 

Letras:                  I            V           X               L              C            D              M

Equivalencia        1           5          10          50            100         500          1.000

 

Las reglas para escribir y leer la numeración romana son:

 

Deben emplearse las menos letras posibles.

Si a la derecha de una letra se añade otra, se suma el valor de ambas: XX = 20; XVII = 17

Si se pone a la izquierda de una letra otra menor, el valor de aquélla se disminuye en el de ésta:  IV = 4;   XL = 40;   CD = 400

No debe repetirse una misma letra más de tres veces seguidas: XXIII = 23;   XXX = 30. Sin embargo, la I y la X aparecen hasta cuatro veces seguidas en libros e inscripciones antiguos.

La V, la L y la D no pueden duplicarse, ya que X, C y M equivalen, respectivamente, a su duplicación.

Una línea horizontal, superpuesta a cualquier letra, multiplica por mil su valor:  V = 5.000;

XVII = 17.000;  C = 1000.000.

Se escriben dos rayas horizontales si se trata de millones:  V = 5.000.000

Si entre dos letras se intercala otra de menos valor, lo resta a la siguiente: XIX = 19; 

CIIX = 108;   XXVX = 25

 

NÚMERO:

 

Es un accidente gramatical. En el verbo, el número indica si la acción se refiere a una sola persona, animal o cosa, o a varias. Hay número singular (uno solo), y número plural (varios). Ejemplos: él canta, tú lees, yo escribo (número singular); ellos cantan, vosotros leéis, nosotros escribimos (número plural).

Los adjetivos no tienen número en sí mismos; para formar el plural siguen las mismas reglas del sustantivo.

‘Ambos’, ‘entrambos’, ‘sendos’ y ‘demás’ sólo pueden unirse a sustantivos plurales; ‘sendos’ significa ‘uno’ o ‘una’ para cada cual de dos o más personas o cosas (por eso se llaman ‘distributivos’).

‘Cada’ es invariable y acompaña tanto a sustantivos en singular como en plural, ejemplos: cada hora; cada diez horas.

El número del sustantivo es la diferente forma que adopta éste para expresar si se refiere a un objeto o a más de uno.

El singular no tiene terminación especial, ya que puede acabar en cualquiera de las vocales o en algunas consonantes.

El plural masculino ofrece en nuestra lengua la particularidad de comprender los dos géneros: los padres = el padre y la madre; los niños = el niño y la niña.

 

En el sustantivo el plural puede formarse de las siguientes maneras:

Añadiendo una ‘S’ si el singular termina en vocal no acentuada, o en ‘e’ acentuada, algunas veces; ejemplos: perro, perros; hombre, hombres; café, cafés.

Añadiendo la sílaba ‘es’ si el singular termina en consonante o en vocal acentuada que no sea ‘e’, ejemplos: emoción, emociones; jabalí, jabalíes; tisú, tisúes; bisturí, bisturíes; rondó, rondoes. Se exceptúan: papá, mamá, sofá, chacó (papás, mamás, sofás, chacós). También se agrega la sílaba ‘es’ a los sustantivos terminados en ‘y’, como: ley, leyes; buey, bueyes. Y lo mismo a los que terminan en consonante como: botón, botones; cárcel, cárceles; álbum, álbumes. Del mismo modo se arega ‘es’ a las vocales: a, aes;    e, ees; i,     íes;     o, oes;     u, úes.

El plural es igual al singular cuando éste termina en ‘s’, ejemplos: la tesis, las tesis; la dosis, las dosis; el lunes, los lunes.

El vocablo ‘maravedí’ tiene el plural de cualquiera de estas tres formas: maravedís, maravedíes, maravedises.

Los nombres terminados en ‘x’ o ‘z’ cambian estas letras en ‘c’ antes de tomar la sílaba ‘es’ para el plural, como: nariz, narices; barniz, barnices; ónix, ónices. La Real Academia Española (RAE) no ha dado el plural del vocablo ‘fax’; pero, siguiendo la norma anterior, el plural puede ser ‘faces’; además, este vocablo no es monosílabo, es el apócope de ‘telefax’.

La palabra ‘fénix’ hace el plural indistintamente: fénix o fénices.

La palabra ‘tórax’ es igual en singular y en plural.

El plural de ‘excrex’ es excrez.

Las palabras denominadas cultismos como: carácter y régimen cambian de lugar su acento al pasar al plural: regímenes, caracteres.

Algunos latinismos que ya han sido aceptados en español, tales como: ultimátum, déficit, superávit tienen esta misma forma cuando también se usan en plural.

 

Por su forma, algunos sustantivos carecen de singular:

Algunos nombres geográficos, como: los Alpes, los Pirineos, las Islas Canarias, Buenos Aires, Atenas.

Los sustantivos que indican objetos que se componen de dos partes, como: tenazas, tijeras, pulmones, narices. Sin embargo, la Real Academia admite usarlos en singular.

Los sustantivos que implican un sentido colectivo o de multitud de elementos, como: enseres, víveres, añicos

Otros sustantivos diversos, como: andas, exequias, angarillas, nupcias, anales, tinieblas.

Algunos sustantivos cambian de significado al pasar del singular al plural, ejemplos: esposa (cónyuge), esposas (cadenas); celo (cuidado), celos (pasión amorosa); belleza (condición de bello), bellezas (mujeres bellas).

Existen los llamados plurales anómalos: son las irregularidades en la construcción del plural de los sustantivos de procedencia extranjera; algunos de esos plurales han sido aceptados por la Real Academia de la Lengua. Ejemplos de plurales anómalos: frac, fraques; lord, lores; cinc o zinc, cines o zines; esquí, esquís; bistec, bistés o bisteques; bóer, bóers; complot, complots; coñac, coñacs; club, clubes; tic, tiques, etc.

 

Sustantivos que se usan en singular:

Los nombres propios y los geográficos de continentes, reinos, provincias, mares, ríos, montes, etc., tales como: África, Mediterráneo, Cauca, Magdalena; en algunos casos y según la expresión y su mensaje o intencionalidad, se puede decir y escribir: visité las dos Américas; paseó por las dos Castillas; tiene dos Murillos y cuatro Goyas (dos cuadros de Murillo, cuatro cuadros de Goya). Debe recordarse que hay algunos nombres geográficos que van en plural (v. más arriba: los que carecen de singular

Generalmente, tampoco tienen plural los sustantivos que representan ideas o cosas singulares únicas, ejemplos: el caos, la nada, la inmortalidad, la caridad, la avaricia, la santidad.

Algunos sustantivos cambian de significado al pasar del singular al plural: esposa (cónyuge) y esposas (cadenas); corte (filo de un arma cortante /lugar para cerdos/ residencia del rey) y cortes (parlamento, congreso); celo (cuidado) y celos (pasión amorosa), etc.

Los nombres genéricos o específicos utilizados en sentido absoluto carecen de plural, como: azufre, oro, plata.

Otros sustantivos no modifican su estructura al cambiar de número, el que sólo se conoce por el artículo, adjetivo, verbo u otra parte de la oración que acompañe a dicho sustantivo en la oración, ejemplos: el (los) fíat, execuátur, déficit superávit, aguafiestas, cortaplumas, guardabarros, etc.

 

Existe el llamado plural de modestia el cual rompe la concordancia; ocurre cuando, de modo ficticio, se intenta compartir la responsabilidad; por ejemplo, el único autor de un libro dice: creemos muy útil este tratado; lo que en verdad expresa es: creo muy útil este tratado. Al final de una competencia, es frecuente oír decir a los espectadores: ganamos; barrimos con todo.

El llamado plural mayestático es otra discordancia deliberada; ocurre cuando los altos personajes no utilizan la primera persona; ejemplos: Nos, el Papa; Nos, el Rey, en lugar de utilizar la forma correspondiente: Yo, el Papa; yo, el Rey.

 

NUNCA:

 

Adverbio de tiempo. Significa: en ningún tiempo. Ninguna vez. ‘Nunca jamás’ es una locución adverbial con sentido enfático. (v. términos negativos en la frase).

 

 

 

Ñ

 

 

 

 

 

 

Ñ:

Decimoséptima letra del abecedario español y decimocuarta de sus consonantes. Su nombre es ‘eñe’. Ya para Nebrija, la ‘eñe’ era un sonido que no existía ni en latín clásico, ni en griego, ni en hebreo, ni en árabe.

La ‘ñ’ es una de las consonantes que en filología se llaman ‘mojadas’ por la gran adherencia de la lengua al paladar.

El grupo más importante que dio origen a la ‘ñ’ es el de la doble ‘n’ latina, como se ve en los siguientes ejemplos: canna > caña;   pannu > paño;    grunnire > gruñir;  annu > año.

(v. Alfabeto. Nuestro alfabeto. Los dígrafos. La letra Ñ…)

 

ÑANGOTARSE:

 

En Puerto Rico y Santo Domingo, significa: ponerse en cuclillas. También, humillarse, someterse. Y, perder el ánimo.

 

ÑAPANGO:

 

En Colombia, este vocablo quiere decir: mestizo, mulato

 

ÑUBLADO:

 

La Real Academia Española registra este vocablo con el mismo valor de nublado.

 

O

 

O:

 

Decimoctava letra del abecedario español y cuarta de sus vocales.

Conjunción disyuntiva que denota diferencia, separación o alternativa entre dos o más personas, cosas o ideas: Luis o María; blanco o negro; poner o quitar; vencer o morir.

Cuando a la derecha se le agrega una hache, pasa a ser una de las partes invariables de la oración llamada interjección: ¡Oh!(v. interjección)

 

OCTAVA REAL:

 

Vocablos utilizados en poesía. Una octava real es una estrofa de ocho versos de arte mayor (más de ocho sílabas cada verso).

 

ODA:

 

Es una composición poética perteneciente a la lírica, expresión del sentimiento. Cuando ese sentimiento es entusiasmo del poeta frente a algo grandioso que lo subyuga, aparece el poema llamado oda, es decir: canto de alabanza. El entusiasmo puede ser religioso o patriótico; también, el poeta puede extasiarse frente a la naturaleza. Todas estas posturas emocionales y subjetivas dan origen a diferentes clases de poemas: odas sagradas, himnos, odas heroicas

 

OMISIÓN:

 

Es uno de los vicios de dicción. Consiste en suprimir en las palabras letras que son indispensables. Ejemplos: ‘usté’ por usted; ‘universidá’ por universidad;  ‘dotor’ por doctor; ‘arquiteto’ por arquitecto; ‘indino’ por indigno; ‘Inacio’ por Ignacio; ‘persinar’ por persignar.

 

ONOMÁSTICA:  (v. onomatología)

 

ONOMATOLOGÍA:

 

Es el tratado del origen de los nombres propios personales y de lugar, y la historia de sus variaciones. Esta ciencia es una de las partes más interesantes en la investigación historicolingüística de un país. Se llama también onomástica o arte de la explicación de los nombres.

El filólogo portugués Leite de Vasconcellos fue el primero en dar al estudio de los nombres personales la denominación de antroponimia (v.). Los nombres de lugar se estudian en la llamada toponimia (v.).

Esta terminología entró en la investigación idiomática de los nombres al amparo de la historia y de la etimología (v.)

 

ONOMATOPEYA:

 

(Onoma = nombre, peya = creación). Es la creación o formación  de palabras por imitación del sonido natural de las cosas, animales o personas. Las voces así formadas se llaman palabras imitativas u onomatopéyicas.

Palabras onomatopéyicas que imitan sonidos originados por personas:  silbar, gemir, sollozar, roncar, sesear (v. seseo), cecear (v. ceceo), cuchichear, toser y otras más.

Palabras onomatopéyicas que imitan sonidos producidos por animales: berrear, aullar, maullar, bramar, piar, cacarear, gruñir, croar, rugir y otras más.

Palabras onomatopéyicas que imitan sonidos producidos por cosas: pitar, tic-tac, chirriar, cataplún, tronar, redoble, carro, estrépito y muchas más.

 

ORACIÓN:

 

En opinión de los gramáticos, la oración es no sólo un agregado de palabras, sino una estructura con sentido y derecho propios.

En cuanto al sentido, con la oración ocurre lo mismo que con la palabra: una oración tiene sentido si, objetivamente quiere decir algo, si expresa lo que quiere decir el que habla, y si quiere decir algo en el contexto intencional en que se encuentra. Puesto que la oración está gobernada por el verbo, el ‘sentido’ de la oración se explica según la forma del verbo: una oración con un verbo en modo imperativo (v modo) apunta a una ‘finalidad’; con un verbo en modo indicativo (v. modo) ‘representa’ algo; con un verbo en modo subjuntivo (v. modo) ‘expresa’ algo.

La entonación de la frase según los signos de puntuación (v.), distingue las tres anteriores formas del sentido. No se entona lo mismo ni tienen igual significado oraciones entre signos de exclamación, o signos de interrogación, o solamente punto final.

Entre las muchas posibilidades de formular un enunciado ocurre con frecuencia que el que habla nombra primero el objeto del que quiere predicar (afirmar o negar) algo, y luego enuncia el predicado (lo que afirma o niega). El objeto del cual se predica algo se convierte en el sujeto de la oración, ejemplos: el niño canta bien; la hermosa mamá cuida a sus hijos.

 

La oración con sujeto omitido presenta varias formas:

Omitido elíptico, ejemplo: llegaremos mañana. (¿Quiénes? Nosotros).

Omitido impersonal, ejemplo: atardeció a las siete. (Verbo atardecer es impersonal).

Omitido indeterminado, ejemplo: aseguran que lloverá. (¿Quiénes aseguran? No se determinan).

La oración consta de:

Sujeto y sus complementos

Predicado

Nominal

Verbo copulativo

Núcleo

Verbal

Verbo

Complementos

Directo

Indirecto

Circunstancial

 

Sujeto:

 

Cualquier parte de la oración puede sustantivarse y servir de sujeto, ejemplos:

Adjetivo:                            Los ‘buenos’ merecen premio.

Sustantivo:                         El ‘carro’ no funciona

Artículo                              El, la, los, las son los vocablos llamados determinantes.

Verbo:                                Llorar alivia el alma.

Adverbio:                           El ayer me dejó gratos recuerdos.

Preposición:                      Hasta’ es una preposición generalmente mal empleada.

Interjección:                       El ¡ay! Del herido nos conmovió

Una frase completa.           El ‘amaos los unos a los otros’ fue la última          voluntad de Jesús.

 

Según la gramática tradicional, las partes de la oración son:

Nombre o sustantivo; adjetivo; pronombre; artículo o determinante; verbo; adverbio; preposición; conjunción; interjección. (v. cada una de ellas en el lugar alfabético que le corresponde).

 

El sujeto es simple si sólo consta de una palabra:, ejemplo: Pedro vino temprano. El núcleo del sujeto es ‘Pedro’, pero a ese núcleo lo pueden acompañar modificadores; esos modificadores son sustantivos, adjetivos y artículos, ejemplos: El hermano Pedro vino temprano.

Y es sujeto compuesto si tiene varios ejecutantes de la acción, ejemplo: Pedro y Luisa llegaron  temprano.

 

Los complementos  del sujeto son todas las palabras (o modificadores) que acompañan el núcleo, ejemplos: El clima de Medellín.  Ese valiente soldado. Cervantes, escritor genial. Nosotros los del Colegio.

 

Predicado:

 

Es lo que se afirma o se niega del sujeto. Puede ser nominal o verbal

El predicado nominal es un sustantivo o adjetivo unido al sujeto por medio de los verbos copulativos ‘ser’ o ‘estar’.

Cuando el predicado es un sustantivo, un adjetivo, un infinitivo, o un pronombre, se usa necesariamente el verbo ‘ser’, ejemplos: Dios es padre; Luisa es pintora; esto no es mío; el hacer bien a los demás será un hermoso brillar en la eternidad.

 

La mayoría de las oraciones son expresiones bimembres (dos miembros de la oración o dos partes: sujeto y predicado).Cuando falta uno de los miembros, especialmente el sujeto, se dice que la oración es unimembre (un solo miembro).

 

 La articulación de oraciones puede realizarse de varias maneras:

Por parataxis (v.), sin indicación especial alguna, por ejemplo: llueve, se moja

Por una simple partícula de unión, por ejemplo: llueve y se moja.

Por deixis (v. deícticos), por ejemplo: allá llueve y se moja.

Por hipotaxis (v.); en ésta, la oración que indica la causa puede subordinarse, por ejemplo: puesto que llueve, se mojará. O también, la oración que indica el efecto se puede subordinar, por ejemplo: llueve, de modo que se mojara. En todas estas articulaciones lógicas de oraciones, se trata siempre de una y la misma cosa: de la articulación de la causa y el efecto.

El núcleo de la oración está formado por sujeto y predicado. Este núcleo puede ampliarse añadiéndole otras palabras, y estas palabras pueden ser asimiladas de tres formas por el sistema de la oración:

Como aposiciones (v.), ejemplos: El carro de José es blanco; Simón Bolívar, Libertador de cinco naciones, murió pobre y triste.

Como determinaciones de lugar, tiempo, causa introducidas por preposiciones, ejemplos: calienta mucho en el desierto; él escribe al atardecer; el niño llegó con hambre.

Pueden unirse a otra palabra bajo la forma de una determinada ‘dependencia’, como en el caso acusativo, por ejemplo: construye una casa; mira detenidamente el cuadro.

 

Oración simple:

 

Recibe este nombre la oración cuando no tiene más que un sujeto (v.)  y un predicado (v.), ejemplos: Luz va al colegio; Gloria pinta un cuadro; Juan dibujó un árbol.

 

Oración gramatical:

Palabra o conjunto de palabras con sentido completo y unidad de entonación propia. Tener sentido completo quiere decir: declarar, desear, preguntar, mandar o afirmar algo.

 

La oración simple puede ser:

De verbo copulativo; transitiva; intransitiva; de verbo en voz pasiva; impersonales; unipersonales; reflexivas; de verbo recíproco. Veamos cada clase:

 

1)  Oraciones de verbo copulativo:

 

También se les conoce con el nombre de oraciones atributivas o copulativas.  Son las construidas con los verbos ‘ser’ o ‘estar’ que sirven de unión o cópula, ejemplos: Juan es médico; Luisa fue maestra; el libro está incompleto; Jaime está enfermo. La esencial diferencia entre los verbos copulativos: ser y estar reside en que con el verbo ‘ser’ se indica un estado permanente, por ejemplo: María ‘es triste’; y con el verbo ‘estar’ se indica un accidente transitorio, por ejemplo: María ‘está triste. No es lo mismo ‘ser’ un enfermo que ‘estar’ enfermo.

Las partes esenciales de la oración copulativa son: sujeto y predicado nominal; este último es el que le da significado a la oración. Por esta razón también se le conoce como oración de predicado nominal.  El verbo sólo sirve de unión. Veamos los siguientes ejemplos:

 

            Sujeto:                     Verbo copulativo:             Predicado nominal:

 

 

El Verbo humanado                        es                        cabeza de su Iglesia

La santidad                                     es                        obra de Jesucristo

Las leyes divinas                            son                      suyas

Sus palabras                                   han sido                luz de ciencia

El atleta                                          era                      capaz de conducir su carro

Atanasio Girardot                         fue                       un héroe

 

Lo corriente es que haya concordancia entre el sujeto y el predicado nominal; pero, no siempre es así; ejemplos de ello:

Gabriel ‘está’ enfermo.  Los asaltantes ‘eran’ el pueblo en armas.  Esto ‘son’ documentos. La mayor parte ‘eran’ personas intelectuales.  Luisa ‘es’ irascible (v. t.: concordancia)

 

El predicado nominal puede ser:

 

Un sustantivo; ejemplo: Dios es ‘padre’

Un adjetivo; ejemplo: las comparaciones son ‘odiosas’

Un participio; ejemplo: su hijo es ‘agradecido’

Un pronombre; ejemplo: el lápiz es ‘mío’

Un infinitivo con artículo o sin él; ejemplo: amar es ‘sufrir’. La vida es ‘un batallar’

Un adverbio de modo o una locución adverbial; ejemplo: todo era ‘en vano’. Eso no está ‘bien’. Su caso es ‘aparte’.

 

El verbo copulativo ‘ser’ se omite algunas veces en los siguientes casos:

En sentencias o proverbios, ejemplo: “el mejor camino, el recto”.

En las oraciones interrogativas cuyo sujeto es el pronombre ‘quien’, ejemplo: ¿Quién más honesto y más casto que don Quijote?

En las oraciones exclamativas, ejemplo: ¡Qué insensatez confiar en la suerte!

 

El verbo ‘estar’ se omite también algunas veces, sobre todo en oraciones exclamativas, ejemplos: ¡Tú honesto, tú cuerdo, tú humilde!, ¡Tú loco, yo enfermo!

Otros verbos, de manera transitoria, pueden ser copulativos y construir oraciones de predicado nominal, como: ella ‘andaba’ enamorada; ese joven ‘parece’ tonto; la caja ‘llegó’ abierta; el perro ‘sigue’ echado; la niña ‘nació’ asfixiada; Inés se ‘puso’ triste; el anciano ‘sube’ fatigado; la puerta ‘continúa’ cerrada; el soldado ‘permanece’ firme, etc.

En las anteriores oraciones, con verbos transitoriamente copulativos, éstos se pueden suprimir y no se rompe el sentido de la expresión; ésta es la característica especial de las oraciones de predicado nominal.

 

 

2)    Oraciones transitivas:

 

Son las que estando formadas con verbos en voz activa (v voz)  tienen un objeto o complemento directo (v. complementos) en el que recae la oración; este complemento directo puede ser persona, animal o cosa distintos del sujeto.

Las oraciones transitivas constan de tres elementos: sujeto agente (v.), verbo transitivo (o que esté empleado como tal) y complemento directo; ejemplos: Miguel lee la novela; Julia escribió un poesía; ellas contemplan el paisaje.

Ejemplos en los cuales algunos verbos no transitivos, estructuran oraciones transitivas: ‘anduvo’ las calles buscando a su hijo; el abuelo ‘pasea’ a su nieto; a ella le ‘llovieron’ piropos.

 

3)     Oraciones intransitivas:

 

Son las que llevan el verbo en voz activa (v. voz) y carecen de complemento directo. Constan de sujeto agente y de verbo. Éste puede ser:

Verbo transitivo por sí mismo, pero la construcción oracional no tiene complemento directo, ejemplos: la joven ‘estudia’ con  aprovechamiento; él ‘respira’ con dificultad.

Verbo intransitivo, ejemplo: el sol ‘sale’ por Oriente.

 

Algunos verbos propiamente intransitivos construidos con un complemento directo o ‘acusativo interno’ (v.) forman también oraciones intransitivas, por ejemplo: llora lágrimas de arrepentimiento; baila un baile de moda; En estas oraciones se comete una figura llamada tautología (v.).

Acusativo interno llama la Real Academia de la Lengua al complemento directo que, por el hecho de referirse a la propia significación del verbo, está comprendido en ella y no puede cumplir con el reglamento de complemento directo; otros ejemplos, similares a los anteriores: salta un salto mortal; vive la vida de placeres; duerme un sueño intranquilo.

 

Verbo de estado; ejemplo: aquí ‘yacen’ los restos del héroe.

 

(Algunos verbos de estado son: quedar, subsistir, existir, permanecer, yacer, residir, etc.)

 

Oraciones incidentales.

 

Ejercen el oficio de un paréntesis; se le llama también ‘incisos’. A veces, este nombre se le aplica a las oraciones de relativo explicativas (v. oración compuesta). Hoy no se usa el paréntesis para separar los términos o las oraciones explicativas o incidentales, sino que se encierran entre comas, ejemplo: las aves, que levantaron el vuelo, cayeron en la red.

 

4)     Oraciones de pasiva:

 

Las oraciones de verbo en voz pasiva son aquellas en que el sujeto recibe la acción de un verbo transitivo que va construido en voz pasiva (v. construcción con el verbo ‘ser’).  Se dividen en ‘primeras’ y en ‘segundas’

 

‘Primeras de pasiva’ son las oraciones que constan de sujeto paciente (v.), verbo pasivo y complemento agente, precedido de las preposiciones ‘de’ o ‘por’, ejemplos: el lugar fue ocupado por las tropas; el ladrón es odiado por todos; la virtud es más perseguida por los malos que buscada por los buenos. (La preposición ‘por’ es hoy la más usada).

 

‘Segundas de pasiva’ son las oraciones que, teniendo sujeto paciente y verbo en voz pasiva, carecen de complemento agente; ejemplos: alabado sea tu nombre; tu nobleza es reconocida.

(Para encontrar el complemento agente de las oraciones pasivas, se pregunta el verbo: ¿por quién?, o ¿de quién?)

 

Las oraciones pasivas también se construyen con la partícula ‘se’ (v. t.: se: oficios), en oficio de voz pasiva, y el verbo en tercera persona (singular o plural) en forma activa, ejemplos: se vende casa (la casa fue vendida); se cambian cheques (los cheques son cambiados); se pintan cuadros (los cuadros son pintados).

 

En síntesis, la oración pasiva consta de los siguientes elementos:

Sujeto paciente, que recibe la acción del verbo

Verbo en voz pasiva:

         a) Con el auxiliar ‘ser’ y el participio pasado

         b) Con el pronombre ‘se’ y la voz activa

Complemento agente, llamado también sujeto agente, es el que realiza la acción del verbo y va siempre precedido de la preposición ‘por’ o ‘de’. Veamos:

 

Este cuadro                                 fue pintado              por Picasso

 

(Sujeto paciente)                       (verbo en voz                      (Sujeto agente)

  (recibe la acción)                         pasiva)                               (ejecuta la acción)

 

Toda oración transitiva puede convertirse en oración pasiva y, viceversa; cualquier oración pasiva puede expresarse en voz activa.

 

5)      Oraciones impersonales:

 

Estructuradas con verbos usados en construcción impersonal. Estas oraciones no tienen sujeto expreso ni se les puede suplir por el contexto de la frase, gramaticalmente hablando, porque desde el punto de vista de la lógica no puede haber acción de verbo sin alguien que la realice, ejemplos: le robaron la cartera; les piden cantar alto y bien.

Las oraciones impersonales se expresan, por lo común con el verbo en tercera persona del plural, ejemplos: dicen muchas cosas; la ocasión la pintan calva; ayer cazaron un león; allá gritaban apasionadamente. En estas oraciones, aunque no se determina el sujeto, el verbo trasmite la acción, por esta razón se les llama también impersonales transitivas.

Existen las llamadas impersonales intransitivas, en las que no se expresa el sujeto y el verbo no trasmite la acción, ejemplos: aquí cantan; allá aplauden; allí pelean; en todas partes gritan.

Se pueden expresar en voz pasiva sin sujeto, ejemplos: se canta; se aplaude; se pelea; se grita.

 

Cuando el verbo no va en plural, estas oraciones se forman con el signo de impersonalidad: ‘se’ y el verbo en tercera persona del singular, ejemplos: se citó a los testigos; se condenó a los asesinos; se oyó con atención a los cantantes; se honra a los valientes; se citó a reunión.

 

 

 

6)     Oraciones unipersonales:

 

Se construyen con verbos de carácter unipersonal y con verbos impropiamente unipersonales.

Propiamente unipersonales ,son los verbos que designan fenómenos atmosféricos, como: tronar, llover, nevar, alborear, helar, lloviznar, amanecer, anochecer, diluviar, ventisquear o ventiscar, granizar, relampaguear, escarchar; estos verbos sólo se usan en la tercera persona de singular de cualquier tiempo, o en el infinitivo. Las oraciones construidas con estos verbos se llaman también ‘unipersonales propias’. Alguna vez pueden tener sujeto expreso, por ejemplo: amanece el día.

Debe recordarse que las oraciones unipersonales sin sujeto expreso tienen ‘impersonalidad gramatical’ porque no se conoce agente alguno determinado al cual se pueda atribuir la acción.

Algunas veces se usan en significación metafórica (v. figuras literarias, metáfora), por ejemplo: Dios llueve sus gracias sobre los seres humanos; relampaguearon sus ojos; truenan los cañones; el camarero hiela la cerveza.

Son ‘impropias’ o impropiamente unipersonales las oraciones que se forman con verbos que, sin ser unipersonales, toman este carácter por la expresión. Los más frecuentes de estos verbos son: haber, hacer, convenir, parecer, ser, importar, pesar, bastar, poder. Ejemplos: ‘Importa’ que te enteres de esto; ya ‘es’ de  día; no ‘hubo’ fiestas  en la ciudad; ‘hizo’ buen tiempo; ‘hay’ tranquilidad y paz; ‘conviene’ que lo pienses; ‘parece’ que es tarde; ‘ha’ muchos años (en relación con el transcurso del tiempo, la forma unipersonal de la tercera persona del singular del presente de indicativo del verbo haber es ‘ha’).

 

7)      Oraciones reflexivas:

 

Constan de los siguientes elementos:

Sujeto, que es agente y paciente a la vez.

Verbo con el carácter reflexivo que le confiere el pronombre de este tipo.

Pronombre reflexivo

 

A veces pueden tener un complemento de cualquier naturaleza igual que todas las oraciones. Veamos:

 

María                            se                   peina

(Sujeto, ejecuta               (pronombre             (verbo)

y recibe la acción)           reflexivo)

 

María              se                          peina     todas las mañanas

                                                                        (complemento circunstancial de tiempo)

 

A las reflexivas también se les llama  oraciones de reflexivo, son las que indican que el sujeto ejecuta la acción del verbo y al mismo tiempo la recibe, directa o indirectamente. En estas oraciones hay siempre un pronombre en alguna de las formas átonas (v.), tales como: me, te, se, nos, os  que coinciden con la persona gramatical del sujeto y en referencia al mismo. Ejemplos:

 

Cuando el sujeto es ‘yo’                     el complemento será ‘me’         yo me arreglo

Cuando el sujeto es ‘tú’                      el complemento será ‘te’           tú te arreglas

Cuando el sujeto es ‘él’ o ‘ella’          el complemento será ‘se’          él (ella) se arregla

Cuando el sujeto es ‘nosotros (as)’     el complemento será ‘nos’       nosotros nos arreglamos

Cuando el sujeto es ‘vosotros (as)’     el complemento será ‘os’         vosotros (as) os arregláis

Cuando el sujeto es ‘ellos (ellas)’       el complemento será ‘se’:        ellos (ellas) se arreglan

 

A veces, las construcciones con el vocablo ‘se’ no son reflexivas, ejemplos: la fuente se agotó; el agua se sale de la jarra; la casa se quemó; la tabla se partió; José se ahogó; la niña se murió; el joven se mató en el accidente; el anciano se cayó (v. ‘SE’, oficios)

A estas construcciones algunos gramáticos las llaman reflejas adventicias o seudorreflejas

Las oraciones de reflexivo se construyen de varias maneras:

 

Con verbos propiamente reflexivos, como: se suicidó el preso.

Según la Real Academia de la Lengua, son verbos reflexivos propios, entre otros, estos: antojarse, arrepentirse, atrofiarse, averiarse, comportarse, desentenderse, desternillarse, desvivirse, dignarse, ensimismarse, extasiarse, gloriarse, obstinarse, rebelarse, suicidarse, ufanarse, vanagloriarse y otros más.

Con verbos intransitivos o de estado, ejemplos: María se marchó al campo; yo me quedo en este sitio.

Con los verbos ‘ser’ o ‘estar’ como copulativos o como intransitivos, según que estén simplemente uniendo, o de predicado verbal, ejemplos: érase una casa embrujada; estarnos en el jardín; estese callada.

Con verbos transitivos. Así se forman las reflexivas transitivas directas y las reflexivas transitivas indirectas. Las primeras son aquellas en las cuales el pronombre reflexivo hace de complemento directo, ejemplos: ella se viste; tú te cepillas. Las segundas se presentan cuando admiten complemento directo, ejemplos: yo me sé todo el himno; él se arregla el vestido; tú te cepillas el traje; Juan se levantó la máscara.

 

 

Oraciones recíprocas:

 

Las oraciones de verbo recíproco son parecidas a las reflexivas, pero con sujeto plural o significación de pluralidad (colectivo), y verbo que denota cambio recíproco de acción entre dicha pluralidad; ejemplos: mi vecina y yo ‘nos saludamos’ ayer; la gente se apretujaba’ en el mercado.

Estas oraciones se dividen en ‘directas’ e ‘indirectas’ según que el pronombre sea complemento directo o indirecto; ejemplos: los amigos ‘se dicen’ la verdad; ésta es una recíproca indirecta porque el pronombre ‘se’ es complemento indirecto. Otro ejemplo: nos hemos mirado detenidamente; ésta es oración recíproca directa porque el pronombre ‘nos’ es complemento directo.

Las oraciones recíprocas se reconocen porque admiten que se les agregue la palabra ‘mutuamente’. Cuando se dice: los invitados se sentaron, no se ha construido una oración recíproca porque no admite el adverbio ‘mutuamente’.

 

Clasificación de las oraciones por el sentido:

 

Según la actitud que se adopte al expresarlas, las oraciones son de varias clases:

 

Enunciativas o aseverativas, en ellas se afirma o se niega la realidad o la posibilidad de un hecho; pueden ser: afirmativas, por ejemplo: las niñas juegan en las mañanas. Negativas, por ejemplo: los niños no van al paseo. A veces, las oraciones negativas se refuerzan con adverbios o locuciones o sintagmas  que dan sentido absoluto a la negación; ejemplos: no lo he dicho nunca; no te he visto en mi vida; no haré eso nunca jamás.

Si la oración empieza por el adverbio o la locución reforzada, se omite la negación ‘no’, ejemplos: nunca lo he dicho; en mi vida te he visto; nunca jamás haré eso.

En el idioma español, dos negaciones no se destruyen como ocurre en otras lenguas. Sólo cuando el verbo está seguido por la preposición ‘sin’ se destruye la negación, ejemplo: lo hizo no sin motivo; quiere decir: lo hizo con motivo.

 

Interrogativas, si preguntan algo, por ejemplo: ¿cuándo es la conferencia?

 

Desiderativas u optativas, si expresan  el hecho verbal como un deseo, ejemplo: Dios quiera que te vaya bien en el viaje.

 

Dubitativas, si expresan duda e incertidumbre por ejemplo: no creo que vengas temprano.

 

Imperativas, si expresan una orden, un mandato, ejemplo: ¡Váyanse rápidamente!

 

Exhortativas, si expresan un consejo, un ruego, un encargo, una prohibición, ejemplos: Debieras estudiar mucho más; haz bien y no mires a quién.

 

Exclamativas; éstas no son una clase de oración especial. Cualquiera de las oraciones anteriores, expresada con énfasis emocional o sentimental (dolor, desencanto, admiración, sorpresa, nostalgia) puede convertirse en exclamativa. En lo escrito, basta con acompañar la oración de los signos exclamativos (¡!).

Otra forma de oraciones exclamativas son las que se construyen sin verbo; son oraciones irregulares, por ejemplo: ¡qué hermoso día! ¡qué calor! ¡Ay, ay, ay!

 

Elípticas, en éstas no se expresa el verbo. Unas veces son exclamativas, como: ¡Cuánta gente! (equivale a decir: mucha gente está reunida). Otras veces son frases familiares en que el verbo se entiende fácilmente, como: ¿Qué tal? (es decir: ¿qué tal estás?), ¡Bienvenido¡ (es decir: bienvenido seas). En la actualidad, son frecuentes las oraciones elípticas en los periódicos, utilizadas especialmente en los titulares. (v. t.: construcción nominal).

 

De posibilidad, son las oraciones que expresan el hecho verbal como posible; tienen sentido de probabilidad.

El sentido de probabilidad en las oraciones se forma de diferentes maneras:

 

La de presente, con el verbo en futuro de indicativo, ejemplo: ‘serán’ las seis.

La de pasado, con el verbo en potencial, ejemplo: ‘serían’ las seis.

La de futuro, con el verbo en indicativo acompañado a veces de adverbio, ejemplos: ‘tendrá’ más de cincuenta años; probablemente vendrá mañana.

 

Otras formas de expresar probabilidad:

 

Con infinitivo y el verbo auxiliar ‘poder’, ejemplo: podían ser las seis

Con infinitivo y la expresión ‘deber de’, ejemplo: debían de ser las seis.

Con la forma interrogativa, ejemplo: ¿sí serán las seis?

 

Estructuras profunda y superficial de la oración:  (v. gramática generativa)

 

Oración compuesta:

 

Cuando expresamos una idea, un pensamiento o un sentimiento valiéndonos de varios verbos y varios predicados, formamos la llamada ‘oración compuesta’, la que resulta por yuxtaposición, coordinación y subordinación. Veamos cada caso:

 

1)   Oraciones yuxtapuestas:

 

Estas oraciones compuestas por yuxtaposición obran por sí mismas. No hay entre ellas ningún signo sintáctico, es decir, no están unidas por ningún nexo. Van unas a continuación de las otras. En un párrafo se usan las oraciones yuxtapuestas para dar más agilidad y elegancia al estilo. Ejemplos: Lo intenté, lo busqué, no lo conseguí. Ämalo, respétalo, es tu padre. Hoy estudias álgebra, mañana estudiarás ciencias. Decídete pronto, tengo que irme ya. El hombre juzga, la mujer censura.

En las oraciones yuxtapuestas, la puntuación y el sentido son los lazos de unión. La yuxtaposición en el lenguaje da lugar a la figura llamada ‘asíndeton’ (v. figuras literarias)

 

 

 

2)      Oraciones coordinadas:

 

Las oraciones compuestas por coordinación se enlazan por conjunciones (v.); a esas conjunciones o elementos de enlace, la gramática generativa  los llama coordinantes, de ahí el nombre de ‘oraciones coordinadas’.

Las oraciones compuestas por coordinación son de varias clases:

 

 Oraciones copulativas:

 

Éstas realizan la coordinación por medio de las conjunciones: ‘y’, ‘e’, ‘ni’. En la coordinación por ‘y’, esta conjunción sólo se emplea entre los dos últimos elementos, ejemplo: “Son buenas gentes que viven, laboran, pasan y sueñan.” (Antonio Machado)

Otros ejemplos: los niños leen los cuentos, dibujan e imitan a los personajes. “Ni la víbora me pica, ni quema mi frente el sol.” (José Hernández)

     La partícula ‘que’ sólo es conjunción cuando puede cambiarse por la ‘y’; ejemplo:   Dale que (dale y dale); dale, es igual a: dale y dale. Obras son amores que no buenas razones, es igual a: obras son amores y no buenas razones.

 

      b)  Oraciones distributivas:

 

Dan la idea de la distribución o alternación de la acción. Son en sí oraciones yuxtapuestas pero el uso las ha llamado ‘distributivas’; ejemplos: Unos cantan, otros juegan. Estos ríen, aquellos trabajan. Aquí se estudia mucho, allá se descansa. Ya entran, ya salen.

 

     c)  Oraciones disyuntivas:

 

Indican un juicio contrario. Van acompañadas de las conjunciones o elementos de enlace ‘o’, ‘u’. Son exclusivas, es decir, una excluye la otra, ejemplos: O estudias o trabajas. Trabajas tú u otro lo hará por ti.

 

 Oraciones adversativas:

 

Expresan dos juicios de tal modo que uno de ellos resulta incompatible o al menos, contradice en cierto sentido el otro. Las conjunciones más usadas para formar esta clase de oraciones son: ‘sino’, ‘mas’ (sin tilde), ‘pero’, ‘empero’; ejemplos: “Las noches del desierto pueden ser frías pero aquellas habían sido un fuego.” (Jorge Luis Borges)

“No cruza el mar sino vuela un velero bergantín.” (José de Espronceda)

Es muy estudiosa, empero sus modales resultan un tanto bruscos.

 

 e)  Oraciones condicionales:

 

Expresan una condición; también se les llama hipotéticas. En su estructura se emplea el si condicional; ejemplo: Si quieres escucharme, te diré lo que me ha pasado.

 

 

3)        Oraciones subordinadas:

 

En las oraciones compuestas por subordinación existe una que es la oración principal y una que es la oración subordinada. Esta última tiene por objeto ampliar el sentido de las oraciones subordinantes  o principales.

 

En la subordinación, la oración principal se caracteriza:

Por ser absoluta e independiente

Porque no se introduce por un pronombre relativo ni por una conjunción subordinante

 

La oración subordinada se caracteriza:

Por depender de una oración principal o de otra subordinada

Porque va introducida por una conjunción subordinante, por un pronombre relativo o por un pronombre o adverbio interrogativo

 

La oración subordinada ha de tener, con respecto a la oración principal, uno de estos tres sentidos:

Sentido adjetivo.

2)   Sentido sustantivo.

3)   Sentido adverbial

 

Las oraciones subordinadas adjetivas, o con sentido adjetivo, o de relativo, equivalen, por el sentido de la frase, a un adjetivo; y de hecho, se pueden cambiar por el adjetivo correspondiente para evitar la pesadez del uso del ‘que’ (v  que.). Ejemplos: Prefiero este libro que entretiene. Copió los ejercicios  que explicaron.

Las expresiones ‘que entretiene’ y ‘que explicaron’ son, por el sentido, equivalentes a los adjetivos: ‘entretenido’ y ‘explicados’. Hagamos el cambio: Prefiero este libro entretenido; copió los ejercicios explicados.

 

Las oraciones subordinadas sustantivas equivalen, por el sentido de la expresión a un sustantivo, y en la frase desempeñan el papel de sujeto, a veces; y de complemento u objeto directo, otras. Ejemplos: Deseo que partas. Justo era que ella también sufriera.

Las expresiones: ‘que partas’ y ‘que ella también sufriera’ equivalen a los sustantivos: ‘partida’ y ‘sufrimiento’. Veamos el cambio: Deseo tu partida. Justo era su sufrimiento. En el primer caso, la oración subordinada: ‘que partas’ está haciendo el oficio de objeto o complemento directo (v. complementos); en el segundo caso, la subordinada ‘que ella también sufriera’ hace el oficio de sujeto (v.).

 

Las oraciones subordinadas adverbiales:

Se dividen en: circunstanciales, cuantitativas y causativas. Las circunstanciales se dividen en:

 

De lugar; estas oraciones subordinadas adverbiales de lugar van introducidas por el adverbio ‘donde’, (señalan espacio): allá donde me viste mataron a los campesinos; el accidente ocurrió aquí donde estamos; no encontré el libro donde lo dejé.

Temporales, estas oraciones de tiempo van introducidas por el adverbio ‘cuando’  o alguna otra expresión que indique tiempo. Las expresiones más comunes son: ‘antes que’, ‘después que’, ‘mientras’, ‘mientras que’, etc. ejemplos: cuando viniste anoche, llovía fuertemente; apenas amaneció, emprendimos la marcha; termina el trabajo antes que sea tarde, después que hablamos, encontré la verdad..

Modales estas oraciones circunstanciales de modo van introducidas por el adverbio ‘como’; ejemplos: se encontraba feliz  como lo deseaba; lo hiciste como te lo ordenaron.

Cuantitativas; en este grupo están las comparativas y las consecutivas.

 Las cuantitativas comparativas establecen una comparación. Esta puede hacerse en un plano  de igualdad, o establecer grado de superioridad o de inferioridad; se emplea el adverbio ‘como’; ejemplos: desconocía la forma como tú planteabas el problema. Eres tan hermosa como me lo dijeron.

Las cuantitativas consecutivas expresan una consecuencia de lo dicho en la oración principal; se establecen mediante los conectivos o conectores ‘tanto’ (tan), ‘que’, ‘tal’; ejemplos: llovió tanto que se desbordó el río; es tan ingenua que lo cree todo; tiene tal don de gentes que consigue muchas amistades.

Causativas; en este grupo están las condicionales y las concesivas.

 

Las causativas condicionales indican la condición o requisito que debe cumplirse para que se realice la idea de la oración principal. Estas oraciones subordinadas causativas condicionales van unidas a la oración principal por medio de la conjunción ‘si’, y algunos otros conectivos como: ‘con tal que’, ‘siempre que’; ejemplos: si estudias ganas el año; ganarás el año siempre que estudies; yo te ayudaré con tal que aproveches el tiempo.

 

Las causativas concesivas enuncian una idea que representa una objeción a lo dicho en la oración principal, pero que no impide que ésta se cumpla. Los elementos de enlace más usados son: ‘aunque’, ‘aun cuando’, ‘a pesar de que’, ‘por más que’; ejemplos: eso es cierto aunque tú no lo creas; no retrocederá aun cuando lo amenacen de muerte; a pesar de que estaba herido, ayudó a sus amigos.

 

Visualicemos las anteriores divisiones:

 

Las oraciones subordinadas adverbiales se dividen en:

 

circunstanciales

lugar

tiempo

modo

cuantitativas

comparativas

consecutivas

Causativas

condicionales

concesivas

;

 

Partículas que establecen la subordinación: relacionantes y subordinantes:

 

Las oraciones subordinadas pueden estar encabezadas por: relacionantes, es decir, por los pronombres relativos; ejemplos:

Veo en ellos a los buenos señores que viven en el pueblo. Saludaste a esas señoras a quienes no conozco. Esa es mi amiga de quien te hablé hace poco. Presiento tu cariño el cual deseo profundamente.

También son relacionantes los adverbios: ‘donde’, ‘como’, ‘cuando’, ‘cuanto’; ejemplos: La joven procedió como se lo indicaron. Hiciste todo cuanto  te pidieron. Te quedabas pensativa cuando yo callaba. Se fue para Europa donde murió a los pocos días.

 

Y pueden estar encabezadas por subordinantes, es decir, por las conjunciones subordinantes. Ejemplos: Ganará el año si estudia mucho. Siempre pensé que  tú eras una gran persona. Todo esto me indigna porque es una vergüenza. Empezó a sentir frío aunque estaba muy abrigada.

 

Andrés Bello  llama “que anunciativo” a la partícula ‘que’ cuando sirve de subordinante. A veces este ‘que anunciativo’ va precedido de preposición, ejemplos:  Se opusieron a que vinieran. Se convenció de que nada podía hacer.

Al construir oraciones con el anunciativo ‘que’ y la preposición ‘de’ hay que tener cuidado para no incurrir en el tan común error del ‘dequeísmo’ (v.)

 

ORDEN LÓGICO:   (v. construcción lógica)

 

ORDEN SINTÁCTICO:   (v. hipérbaton)

 

ORDINALES:

 

El adjetivo numeral ordinal es el que expresa el orden o sucesión, como: primero, segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto, séptimo, octavo, noveno, décimo, undécimo, duodécimo, decimotercero, decimocuarto, decimoquinto, etc.

 

30°   =    trigésimo                                                  300  =                tricentésimo

40°   =    cuadragésimo                                           400  =                cuadringentésimo

50°   =    quincuagésimo                                         500  =                quingentésimo

60°   =    sexagésimo                                               600  =                sexcentésimo

70°   =    septuagésimo                                            700  =                septingentésimo

80°   =    octogésimo                                                800  =                octingentésimo

90°   =    nonagésimo                                               900  =                noningentésimo

1.000°  =   milésimo                                                1.000.000  =       millonésimo

 

ORIGINALIDAD:  (v. estilo, cualidades)

 

ORTOGRAFÍA:

 

En griego, esta palabra significa ‘escritura correcta’

La ortografía es la utilización específica de un alfabeto en la escritura de una lengua. Esta ciencia debe aprenderse palabra por palabra, ha dicho el investigador Chervel.

Los griegos le asignaron a la ortografía el primer lugar en el estudio de la llamada gramática doctrinal. El gran Elio Antonio de Nebrija dedicó buena parte de su gramática, año de 1492, a dar reglas generales sobre ortografía. La primera advertencia era que debemos escribir como pronunciamos y pronunciar como escribimos.

Prohibió también la duplicación de una misma letra en el comienzo de palabra. Tampoco podría escribirse la ‘G’ delante de la ‘N’, como en dignidad, signo, porque “en aquestas dicciones no suenan con sus fuerzas.”

Hoy, según la Real Academia, la ortografía se asienta en tres principios: la pronunciación, la etimología y el uso de los que mejor han escrito. Sin embargo, la armonía entre fonética (v.) y la escritura no puede durar mucho, porque la evolución de la lengua es constante, y siempre habrá cambios en la pronunciación.

El gran lingüista francés, Ferdinand de Saussure, dice que cada cierto tiempo se modifica el signo ortográfico para adecuarlo a los cambios de pronunciación. Pero es condición indispensable para la ortografía conocer bien la etimología, porque el ignorarla influye en el desacuerdo entre la escritura y la pronunciación, lo mismo que en la significación.

Para fijar la pronunciación de un vocablo, se atiende mucho más a su historia. Por eso, en la ortografía es tan importante tener en cuenta la ascendencia de las palabras, es decir, su etimología.

Debido a la etimología, escribimos en español muchas ‘haches’ que nunca se pronuncian; ‘equis’ que sólo se pronuncian como ‘ese’; escribimos ‘be’ en palabras que significan ‘vida’.

Hay muchos defensores de la ‘ortografía fonética’, y muchos más de la ‘ortografía etimológica’; estos últimos dicen que la ortografía debe conservar el carácter genealógico o de familia de las palabras. En cambio, la ortografía fonética es transitoria por la evolución constante del idioma.

La primera gran reforma fue el Tratado de Ortografía publicado por la Real Academia en 1763 para facilitar la práctica y ejecución de la escritura (se escribía: philosophia, Caragoca, etc.).

En 1837 la Real Academia cambió en muchos vocablos la ‘G’ fuerte por la ‘J’. En 1920, hizo nuevos ajustes en la escritura de algunos nombres propios. Años después suprimió la tilde en la preposición ‘A’ y en las conjunciones ‘E’, ‘U’, ‘O’. En los años comprendidos entre 1950 y 1960, simplificó un poco más la ortografía sin detrimento de lo esencial: suprimió algunas tildes más, fijó el uso de los acentos diacríticos, suprimió tildes en algunos monosílabos, suprimió los grupos consonánticos ‘GN’, ‘MN’, ‘NS’ cuando van en una sola sílaba, y se puede escribir ya: nomos, nemotecnia, trascurrir, trasportar; también en algunos vocablos el grupo ‘PT’ como en septiembre, séptimo (setiembre, sétimo).

 

PRECISIONES DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (RAE) EN SU ORTOGRAFÍA DEL AÑO 2011

 

 

 

En su edición del año 2011 (743 p.), la Real Academia Española conceptúa: Un grupo limitado de palabras que tradicionalmente se habían escrito con tilde por resultar bisílabas (además de ser agudas terminadas en -n, -s o vocal), en la pronunciación de buena parte de los hispanohablantes,  ahora pasan a considerarse monosílabas a efectos de acentuación gráfica, y a escribirse, por ello, sin tilde, ya que los monosílabos no se acentúan gráficamente, salvo los que llevan tilde diacrítica.

  Las palabras afectadas por este cambio son formas verbales como crie, crio,  criais, crieis (verbo criar), y las que se usan con el pronombre VOS: vos crias  de criar  fie, fio, fiais, fieis y las del voseo: vos fias,  (verbo fiar);  flui, fluis (de fluir);  frio friais, de freír   frui, fruis (de fruir = gozar);   guie, guio, guiais, guieis y las del voseo: vos guias,  de guiar   hui, huis (de huir);  lie, lio, liais, lieis y las del voseo: vos lias,  de liar  pie, piais, pieis y las del voseo pias, pia, (de piar);  rio, riais,( de reír).

Sustantivos como guion, ion, muon, pion, prion, ruan y truhan; y ciertos nombres propios, como Ruan y Sion, también van sin tilde.

  Aunque la ortografía de 1999, donde se establecieron las citadas convenciones, prescribía ya la escritura sin tilde de estas palabras, admitía que los hablantes que las pronunciasen como bisílabas pudiesen seguir acentuándolas gráficamente. En cambio, a partir de la edición de 2010 se suprime dicha opción, que quiebra el principio de unidad ortográfica, de modo que las palabras que pasan a considerarse monosílabas por contener este tipo de diptongos o triptongos ortográficos deben escribirse ahora obligatoriamente sin tilde.

 

  Esta convención es solo ortográfica, por lo que no implica, en modo alguno, que los hablantes deban cambiar la manera en que pronuncian naturalmente estas voces, sea con hiato o con diptongo.

 

Eliminación de la tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres demostrativos incluso en casos de posible ambigüedad

 

  La palabra solo, tanto cuando es adverbio y equivale a solamente (Solo llevaba un par de monedas en el bolsillo) como cuando es adjetivo (No me gusta estar solo), así como los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, funcionen como pronombres (Este es tonto; Quiero aquella) o como determinantes (aquellos tipos, la chica esa), no deben llevar tilde según las reglas generales de acentuación, bien por tratarse de palabras llanas terminadas en vocal o en –s; bien, en el caso de aquel, por ser aguda y acabar en consonante distinta de n o s.

  Aun así, las reglas ortográficas anteriores prescribían el uso de tilde diacrítica en el adverbio solo y en los pronombres demostrativos para distinguirlos, respectivamente, del adjetivo solo y de los determinantes demostrativos, cuando en un mismo enunciado eran posibles ambas interpretaciones y podían producirse casos de ambigüedad, como en los ejemplos siguientes: Trabaja sólo los domingos [= ‘trabaja solamente los domingos’], para evitar su confusión con Trabaja solo los domingos [= ‘trabaja sin compañía los domingos’].

  Sin embargo, ese empleo tradicional de la tilde en el adverbio solo y los pronombres demostrativos (ese, este, aquel) no cumple el requisito fundamental que justifica el uso de la tilde diacrítica, ya que tanto solo como los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones. Por eso, a partir de ahora (2010, edición española),  (2011, edición en Colombia) se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de ambigüedad. La recomendación general es, pues, no tildar nunca estas palabras.

 

Supresión de la tilde diacrítica en la conjunción disyuntiva o escrita entre cifras

 

  Hasta ahora se venía recomendando escribir con tilde la conjunción disyuntiva o cuando aparecía entre dos cifras, a fin de evitar que pudiera confundirse con el cero. Este uso de la tilde diacrítica no está justificado desde el punto de vista prosódico, puesto que la conjunción o es átona (se pronuncia sin acento) y tampoco se justifica desde el punto de vista gráfico, ya que tanto en la escritura mecánica como en la manual los espacios en blanco a ambos lados de la conjunción y su diferente forma y menor altura que el cero evitan suficientemente que ambos signos puedan confundirse (1 o 2, frente a 102). Por lo tanto, a partir de este momento, la conjunción o se escribirá siempre sin tilde, como corresponde a su condición de palabra monosílaba átona, con independencia de que aparezca entre palabras, cifras o signos: ¿Quieres té o café?; Terminaré dentro de 3 o 4 días; Escriba los signos + o  en la casilla correspondiente.

 

Normas sobre la escritura de los prefijos (incluido ex-, que ahora recibe el mismo tratamiento ortográfico que los demás prefijos: exmarido, ex primer ministro)

 

  Por primera vez se ofrecen en la ortografía académica normas explícitas sobre la escritura de las voces o expresiones prefijadas.

  Los prefijos son elementos afijos, carentes de autonomía, que se anteponen a una base léxica (una palabra o, a veces, una expresión pluriverbal) a la que aportan diversos valores semánticos. Se resumen a continuación las normas que deben seguirse para la correcta escritura de los prefijos en español:

Se escriben siempre soldados (unidos) a la palabra que afectan, cuando esta es univerbal, es decir, cuando está constituida por una sola palabra: antiadherente, antirrobo, antitabaco, cuasiautomático, cuasidelito, exalcohólico, exjefe, exministro, exalumno, exnovio, expresidente, posmoderno, posventa, precontrato, prepago, proamnistía, probritánico, provida, superaburrido, superbién, supermodelo, vicealcalde, vicesecretario, etc. En este caso, no se consideran correctas las grafías en las que el prefijo aparece unido con guion a la palabra base (anti-mafia, anti  -cancerígeno) o separado de ella por un espacio en blanco:

(anti mafia, anti cancerígeno). Si se forma una palabra anteponiendo a la palabra base varios prefijos, estos deben escribirse igualmente soldados (unidos), sin guion intermedio: antiposmodernista, requetesuperguapo.

Se unen con guion a la palabra base cuando esta comienza por mayúscula, de ahí que se emplee este signo de enlace cuando el prefijo se antepone a una sigla o a un nombre propio univerbal: anti-ALCA, mini-USB, pos-Gorbachov, pro-Obama. El guion sirve en estos casos para evitar la anomalía que supone, en nuestro sistema ortográfico, que aparezca una minúscula seguida de una mayúscula en posición interior de palabra. También es necesario emplear el guion cuando la base es un número, con el fin de separar la secuencia de letras de la de cifras: sub-21, super-8.

Se escriben necesariamente separados de la palabra base a la que afectan, cuando esta es pluriverbal, es decir, cuando está constituida por varias palabras. Hay determinados prefijos, como ex-, anti- o pro-, que son especialmente proclives (propensos a, inclinados a), por su significado, a unirse a bases o palabras de este tipo, ya se trate de locuciones o de grupos sintácticos, característica por la cual la gramática ha acuñado para ellos la denominación de prefijos separables: ex relaciones públicas, anti pena de muerte, pro derechos humanos. Esta misma circunstancia puede darse también con otros prefijos: pre Segunda Guerra Mundial, super en forma, vice primer ministro.

  Así pues, un mismo prefijo se escribirá soldado a la base o palabra, unido a ella con guion o completamente separado en función de los factores arriba indicados: antimafia, anti-OTAN, anti ácido láctico; provida, pro-OLP, pro derechos humanos; supercansado, super-8, super en forma, etc.

  Las normas aquí expuestas rigen para todos los prefijos, incluido ex-. Para este prefijo se venía prescribiendo hasta ahora la escritura separada —con independencia de la naturaleza simple o compleja de su base— cuando, con el sentido de ‘que fue y ya no es’, se antepone a sustantivos que denotan ocupaciones, cargos, relaciones o parentescos alterables y otro tipo de situaciones circunstanciales de las personas. A partir de esta edición (2011) de la ortografía, ex- debe someterse a las normas generales que rigen para la escritura de todos los prefijos y, por tanto, se escribirá unido a la base si esta es univerbal (exjugador, exnovio, expresidente, exalumno, etc.), aunque la palabra prefijada pueda llevar un complemento o adjetivo especificativo detrás: exjugador del Real Madrid, exnovio de mi hermana, expresidente brasileño, etc.; y se escribirá separado de la base si esta es pluriverbal: ex cabeza rapada, ex número uno, ex teniente de alcalde, ex primera dama, etc.

 

PRINCIPIOS ORTOGRÁFICOS YA OLVIDADOS, PERO AÚN NECESARIOS Y VIGENTES

 

 

Porque nos explican la razón de ser de la ortografía de muchas de nuestra palabras usadas con frecuencia. Este capítulo del libro es válido, solo para consulta de quienes quieran ahondar en los principios de ortografía que tienen que ver con la etimología. En el caso de palabras desconocidas, se agrega la semántica.

 

Este es un trabajo de consulta y recopilación realizado por la autora de este libro durante varios años, tomando como textos de investigación innumerables ortografías de diversos autores. En la inclusión en este libro, de dicho trabajo, se tuvo en cuenta el orden alfabético.

 

 

SE ESCRIBEN CON B

 

 

Las palabras afines de BIEN (“bene”, en latín) y BUENO (“bonus”, en latín)

 

Beneficio; bondad; benefactor; bendecir; bienvenida; benemérita.

 

………………………………………

 

Los prefijos BI, BIS, BIZ  que significan dos o doble:

 

Bicolor; bígamo; bisnieto; biznieto (la Real Academia Española, RAE, acepta las dos grafías); bicicleta; bisabuela; bidente (dos dientes); bizcocho; biscocho (también están aceptadas las dos grafías).

……………………………………..

 

Las palabras afines de BOCA, BARCA y BARBA

 

Bucal; bocado; bocina; boquera; barcaza; barquero; barbero; barbado.

 

………………………………………

 

Las palabras afines de LIBRE (liber en latín) y LABOR (trabajo)

 

Libertador; liberalismo; libertino; laborioso; laboratorio; colaborar.

 

……………………………………….

 

Las palabras afines de BÉLLUM (guerra en latín) y RUBER (rojo)

 

Bélico; beligerante; rebeldía; rubio; rubor; rúbrica (tinta roja).

……………………………………….

Las palabras afines de CABEZA, OBRA y SABOR

 

Cabecilla; cabezazo; descabezar; obrero; saborear.

 

………………………………………...

 

Las palabras afines de PROBAR, BEBER y CARBÓN

 

Probabilidad; probo; prueba; bebedor; bebedero; biberón; carburo; carbonato; carbonizar.

 

…………………………………………

 

Las formas HAB, HIB, AMB

 

Hábil; habitar; habilitar; exhibir; prohibir; ambulante; noctámbulo.

 

…………………………………………

 

Las palabras terminadas en BUNDO y BILIDAD

 

Errabundo (del verbo errar, no tener un rumbo); gemebundo (que emite gemidos); sitibundo (padece de sed); sensibilidad; habilidad; afabilidad.

(No siguen esta norma las palabras: civilidad y movilidad)

 

………………………………………….

 

Se escribe con BE la raíz griega BIOS (vida)

 

Biología; biografía; microbio; microbiología.

 

…………………………………………..

 

Las palabras que empiezan por BUR y BUS, y los verbos terminados en BIR

 Burdo; burla; buscar; busto; escribir; percibir.

 

……………………………………………

 

Las combinaciones BRA,    BRE,    BRI,   BRO,   BRU;   BLA,   BLE,   BLI,   BLO,   BLU

 

Abrir; libro; blando; brazo; diablo; blancura.

 

……………………………………………..

 

 

 

Las palabras que empiezan por AB,  OB,  SUB

 

Absoluto; subrayar; objeto; subestimar.

 

…………………………………………………

 

Las terminaciones  ABA,  ABAS,  ÁBAMOS, ABAIS,  ABAN del pretérito imperfecto de indicativo de los verbos terminados en AR

 

 Estudiaba; cantabas; mirábamos; llegabais; rezaban.

 

……………………………………………..

 

Todas las terminaciones del pretérito imperfecto de indicativo del verbo IR

 

 Iba; íbamos; ibas, ibais; iban.

 

………………………………………………..

 

Todas las formas verbales de los infinitivos terminados en BIR

 

Escribí; recibió; subíamos; percibíais.

(No siguen esta norma los verbos servir, hervir, vivir y sus afines).

 

………………………………………………..

 

Las palabras que empiezan por ABO, BO

 

Abogado; botica; bofetada; bondad; borracho.

(No siguen esta norma: vosotros,  voraz,  vorágine,  vórtice,  voto).

 

………………………………………………..

 

Se escribe BE después de las sílabas CE,  CA,  CU,  CO

 

Cebolla; cubano; caballo; cobarde.

(No siguen este principio: cavar,  caverna,  cavilar,  caviar).

 

…………………………………………………….

 

Se escribe BE después de las sílabas SI,  SA,  SU,  SO

 

Sibarita; subasta; sábado; soberbio.

(No sigue esta norma: savia (jugo que nutre las plantas)

 

…………………………………………………..

 

Se escribe BE después de las sílabas AL,  AR,  UR

 

Alborotar; arboleda; urbanidad.

(No cumplen esta norma: alverja  (la palabra arveja ya está aceptada por la RAE), alvéolo,  álveo (madre de un río), Álvaro, Álvarez).

 

……………………………………………………

 

Todas las formas de los verbos: HABER,  DEBER,  SORBER

 

Había; hubo; habrá; sorbo; sorbíamos; debieron; debes; debió; sorbes; sorbéis.

 

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Las palabras que empiezan por BIBL

 

Biblioteca; bibliografía; Biblia.

 

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Se escribe BE al final de algunas palabras: club;  Jacob;  Job.

 

 

SE ESCRIBEN CON C

 

 

Los sustantivos terminados en ENCIA,  ANCIA

 

Decencia; esencia; clemencia; ambulancia; abundancia; distancia.

(No se aplica esta norma en: ansia;  Hortensia)

 

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Los verbos terminados en CEAR

 

Bracear; bucear; vocear; necear.

(No se aplica a los verbos que tienen afines que se escriban con ESE: curiosear (curioso);  falsear (falso);  fantasear (fantasía);  pasear (paseo).

 

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Los verbos terminados en CER

 

Ejercer;  vencer;  aborrecer;  crecer.

(No se aplica este principio en los verbos: coser;  toser;  ser)

 

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Las palabras que llevan el sufijo latino CIA

 

Acrobacia;  desgracia;  astucia;  falacia.

(No se aplica esta norma en las palabras terminadas en SIA que vienen del griego, las que deben escribirse con ESE; otras se escriben con X (equis):  Antonomasia;  eutanasia;  gimnasia;  asfixia;  ortodoxia;  anestesia;  biopsia;  idiosincrasia;  necropsia;  galaxia;  magnesia).

(NOTA: idiosincrasia (carácter, manera de ser), se escribe con ESE, porque el sufijo CRACIA, que en griego significa “gobierno”, no tiene nada en común con el vocablo referente al carácter).

 

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Las palabras que tienen el sufijo griego CÍA (con tilde)

 

Abogacía;  clerecía;  profecía;  mercancía;  policía;  supremacía.

(No se aplica en las palabras que tienen un afín escrito con ESE: alevosía (alevoso);  burguesía (burgués);  cortesía (cortés);  falsía (falso);  travesía (través).

 

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Los verbos terminados en CIAR

 

Conferenciar;  diferenciar;  acariciar;  apreciar.

(No se aplica en los verbos que tienen un afín que se escriba con ESE: anestesiar (anestesia);  ansiar (ansia);  extasiar (éxtasis).

 

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Las palabras terminadas en CION y que tengan afines con el sonido de T (letra te)

 

Afición (afecto);  atención (atento);  edición (editor);  evolución (evolutivo).

 

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Los verbos terminados en CIR

 

Decir;  lucir;  surcir;  producir;  seducir.

(Asir se escribe con ESE por ser de origen germano; lo mismo el verbo desasir. Dice la nueva edición del DRAE que asir, “quizás” venga de la palabra asa, y ésta del latín ansa).

 

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Los diminutivos cuyos infijos (elementos que se insertan en el interior de una palabra) o incrementos lleven C,  EC,  CEC

 

Botoncito;  mujercita;  vocecita;  florecita;  pececito; piececito.

(No se aplica para los diminutivos de las palabras que tienen ESE: Andrés (Andresito);  beso (besito);  hueso (huesito).

 

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Llevan  CE   las palabras terminadas en  CIDAD

 

Duplicidad;  electricidad;  ferocidad;  heroicidad.

(No se aplica en los vocablos que tienen afines que se escriban con ESE: densidad (denso);  perversidad (perverso);  caballerosidad (caballeroso);  curiosidad (curioso);  intensidad (intenso).

 

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Los sustantivos terminados en  ICIA,  ICIO

 

Franquicia;  avaricia;  codicia;  milicia;  propicio;  bullicio;  hospicio;  servicio.

(No se aplica en los nombres de Dionisio y Dionisia; y en las formas verbales de “lisiar” (producir lesión). El verbo lisiar se conjuga como “anunciar”. Yo lisio, tú lisias, él lisia, nosotros lisiamos, vosotros lisiáis, ellos lisian).

 

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Los sustantivos terminados en CIDA (sufijo latino que significa matar)

 

Homicida;  matricida;  plaguicida;  insecticida;  parricida;  fratricida.

 

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Los sustantivos terminados en MANCIA (prefijo griego que significa adivinación)

 

Cartomancia;  piromancia;  nigromancia (muertos);  quiromancia.

 

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Los sustantivos terminados en CRACIA (sufijo griego que significa gobierno)

 

Autocracia  (gobierna un solo hombre); burocracia (influencia excesiva de los funcionarios en los asuntos públicos);  democracia (predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado);  mesocracia (gobierno de la clase media);  teocracia (gobierno ejercido por Dios, como el de los hebreos antes de que tuvieran reyes); aristocracia  (gobierno de una clase privilegiada).

 

 

SE ESCRIBEN CON DOBLE  CE  (CC):

 

 

Las palabras terminadas en ACCION

 

Satisfacción; reacción; atracción.

 

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Las palabras terminadas en ECCION

 

Colección; dirección; infección; selección; inyección; perfección; protección; confección; afección; lección; resurrección.

 

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Las terminadas en ICCION

 

Dicción (manera de pronunciar, de hablar); restricción; contradicción; ficción; predicción; fricción (roce); aflicción.

 

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Las terminadas en OCCION

 

Cocción (acción de cocer al fuego o cocerse).

 

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Las terminadas en UCCION

 

Producción; inducción; traducción; deducción; construcción.

 

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Se escriben con doble C

Las palabras: accede; diccionario; accidente; occidente; accesorio; occipucio.

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SE ESCRIBEN CON  G

 

 

Los vocablos formados con: GENA, GENO, GENARIO, GENEO, GÉNICO, GENIO, GÉNITO.

 

Terrígeno; ingenio; indígena; nonagenario; primogénito; homogéneo; fotogénico; primigenio.

(La mayoría de estas palabras formadas con los vocablos anteriores tienen como raíz: GEN, que en griego significa: engendrar, producir.

 

El grupo GEN que aparece al principio, en medio o al final de palabra, forme o no sílaba única, también se escribe con G: general; virgen; margen; generoso; inteligente; oxígeno; argentino; gentil.

(No siguen esta norma las palabras: jején (insecto); comején; ajeno; berenjena; avejentar (tener aspecto de viejo).

 

 

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Las palabras formadas con el sufijo griego ALGIA que significa dolor

 

Cefalalgia (en medicina se habla de cefalea: dolor de cabeza); coxalgia (artritis dolorosa producida por una infección en la cadera); neuralgia (dolor en un nervio y sus ramificaciones); gastralgia (dolor de estómago); nostalgia (dolor de estar ausente; tristeza por el recuerdo de lo perdido).

 

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Las palabras que tienen la terminación GEN de origen latino

 

Imagen; origen; margen; virgen.

 

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Las palabras con terminaciones en  GENCIA  y  GENTE

 

Agencia; agente; diligencia; exigente.

 

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Las palabras que se forman con el afijo GEO que tiene significado de “tierra”

 

Geofísica; geología; geografía; geopolítica.

 

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Los verbos terminados en GER y GIR

 

Escoger; encoger; afligir; corregir; coger; proteger; converger; ungir.

(No siguen esta norma: tejer y sus derivados; remejer (que es mezclar, revolver)

(Se escriben con JOTA: crujir (palabra de origen germano), brujir (del francés; pulir los bordes de los vidrios).

 

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Las palabras formadas con el prefijo griego GIA

 

Liturgia; demagogia; metalurgia; magia.

(No siguen esta norma: apoplejía (suspensión de algunas funciones del cerebro); bujía; hemiplejía (parálisis de todo un lado del cuerpo); herejía; lejía (agua en que se disuelven álcalis o sus carbonatos).

 

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Las palabras formadas con el sufijo griego LOGÍA que quiere decir: tratado

 

Criminología; cardiología; filología; biología.

Y los adjetivos de estas palabras, terminados en LÓGICO

Biológico; filológico; criminológico.

 

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Se escriben con G las palabras formadas con los sufijos latinos GIO y GION

 

Prodigio; región; legión; regio.

 

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Los verbos terminados en GERAR

 

Aligerar; refrigerar; exagerar.

 

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Las palabras que tienen los grupos OGÍA, GÉSIMO

 

Pedagogía; psicología; metodología; trigésimo; cuadragésimo; quincuagésimo.

 

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Las palabras afines de otras que se escriben con G

 

Virginal (virgen); recogimiento (recoger); vigesimal (vigésimo); privilegiado (privilegio); mágico (magia); religioso (religión).

 

La G es un fonema velar y sonoro ante e, i , si se antepone la u , que no se pronuncia:

Guisa; guerra; guitarra. En casos en que la u se pronuncia en algunas de estas combinaciones, debe llevar diéresis: vergüenza; argüir.

 

La  G  es fonema sordo delante de  e , i  (sin la u): gitana; gemir; gente.

 

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Se escriben con G los adjetivos: ligero, flamígero.

 

 

SE ESCRIBEN CON H:

 

 

Las palabras formadas con el prefijo griego HECTO, que significa cien

 

Hectogramo; hectómetro; hectolitro.

 

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Las palabras formadas con el prefijo griego HEMI que significa medio

 

Hemiplejía; hemistiquio (cada una de las dos partes de un verso separadas por una cesura: corte o pausa); hemisferio.

 

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Las palabas formadas con el prefijo griego HEMO que significa sangre

 

Hemoglobina; hemorragia; hemofilia.

 

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Las palabras formadas con el prefijo HEPTA que significa siete

 

Heptagonal; heptámetro (verso griego de siete pies, medida de verso); heptasílabo (verso de siete sílabas).

 

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Las palabras formadas con el prefijo griego HEXA que significa seis

 

Hexágono; hexámetro; hexasílabo; hexaedro.

 

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Las palabras formadas con el prefijo griego HIDRO que significa agua

 

Hidroavión; hidrocefalia; hidrofobia; hidrógeno.

 

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Las palabras formadas con el prefijo griego HIPER que significa exceso

 

Hipérbole; hiperestesia (sensibilidad excesiva y dolorosa); hipertensión.

 

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Las palabras formadas con el prefijo griego HIPO que significa bajo

 

Hipogastrio; hipotensión; hipoglucemia.

 

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Las palabras formadas con el prefijo HOMO que significa parecido, igual

 

Homofonía; homónimo; homogéneo.

(No lleva hache: omoplato u omóplato).

 

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Las palabras que empiezan por HUM

 

Humano; humor; humareda; humero; humilde; humedad; humo.

(No siguen esta norma: umbral, umbría, umbilical, umbela).

 

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Las palabras que empiezan por el prefijo griego HETERO que significa diferente, desigual

 

Heterogéneo; heterodoxo.

 

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Las palabras que empiezan por HERB

 

Herbáceo; herbívoro; herbario.

 

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Las palabras que tienen los diptongos  IE,  UE

 

Hielo; hierro; hierve; hiel; hiere.

 

Cuando una palabra que empiece por O tiene un afín con el diptongo UE, éste debe llevar hache: oler (huele); oquedad (hueco); orfandad, orfanato (huérfano); óseo (hueso); ovar (huevo).

Llevan HACHE las palabras derivadas y las compuestas de otras que se escriben con H

Hortaliza (huerta); herradura (hierro); deshilado (hilo); deshonrar (honra); desheredar (heredar); deshecha (hacer); hablador (hablar); horrorizado (horror); inhumano (humano).

 

 

SE ESCRIBEN CON J:

 

 

Los grupos JE, JI, de los verbos terminados en DECIR, DUCIR, TRAER

 

Bendije (bendecir); predijiste (predecir); maldijiste (maldecir); tradujisteis (traducir); tradujimos (traducir); distrajimos (distraer).

 

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Las palabras derivadas de otras que se escriben con J

 

Relojería (reloj); cajista (caja); dejemos (dejar); homenajear (homenaje); callejear (calle, calleja); rojizo (rojo); cojear (cojo); ojear (ojo); hojear (hoja); lisonjear (lisonja).

 

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Se escribe JOTA después de AD, OB, SUB

 

Adjetivo; subjetivo; objeto; adjunto.

 

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Los vocablos terminados en AJE

 

Ramaje; alunizaje; acuatizaje; viaje; salvaje; amaraje; aterrizaje; garaje.

(No siguen esta norma: ambages (rodeos de palabras), enálage (en gramática: cambiar las partes de la oración; pone un verbo por otro).

 

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Las palabras que empiezan por EJE

 

Ejercicio; ejecutar; ejemplo; ejercer.

 

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Se escriben con jota los sufijos JERO y JERA

 

Callejero; ovejero; tijera (dice la Real Academia Española (RAE) que también se usa en plural, tijeras, con el mismo significado); consejero; flojera; extranjero.

(No siguen esta norma las palabras que tienen su origen en verbos terminados en GERAR: aligeras (aligerar), exagero (exagerar).

NOTA: SE escriben con G los adjetivos: ligero; flamígero: que despide llamas).

 

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Se escriben con JOTA las formas verbales de los infinitivos terminados en JAR

 

Dejen (dejar); baje (bajar); aléjense (alejar); baraje (barajar).

 

 

SE ESCRIBEN CON Ll:

 

 

Los sustantivos terminados en ALLA

 

Batalla; granalla; rondalla; toalla; canalla; muralla; pantalla.

No siguen esta norma: baya (fruto carnoso como la uva; el origen de dicha palabra es francés); haya (forma verbal de haber); playa (de origen provenzal); vaya (forma verbal de ir).

 

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Los verbos terminados en LLAR

 

Estallar; humillar; hallar; fallar; atropellar; mancillar.

No siguen esta norma: soslayar (afín de soslayo = de costado); explayar (de playa).

 

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Los vocablos terminados en ILLO, ILLA

 

Anillo; ladrillo; mejilla; estampilla; estribillo; conejillo; cerilla.

 

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Los verbos terminados en LLIR

 

Engullir; salpullir o sarpullir (de salpullido = erupción leve en la piel); zambullir; rebullir.

 

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Los sustantivos terminados en OLLO; OLLA; ULLO; ULLA

 

Cogollo; pollo; olla; arrullo; casulla; ampolla; meollo; capullo; patrulla.

(No siguen esta norma: hoya, claraboya (son de origen diferente al latín).

 

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SE ESCRIBE M:

 

 

Se escribe EME antes de  P, B

 

Campo; compra; siempre; empezar; cambiar; siembra; hombre; hambre; también.

 

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Se escribe EME antes de ENE

 

Himno; solemne; omnívoro; indemne; calumnia; columna; ómnibus; gimnasia.

(No siguen esta norma: perenne; sinnúmero; ni las palabras compuestas que llevan los prefijos  CON;  EN;  IN: connivencia; ennoblecer; innato; ennegrecer; innumerable).

 

NOTA: Aparece duplicada la ENE cuando a una forma verbal terminada en ENE, se le añade el pronombre NOS: dennos (se forma de: den+nos); dígannos (de: digan+nos); ayúdennos (se forma de: ayuden+nos).

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SE ESCRIBE ENE:

 

 

Se escribe ENE antes de UVE

 

Convencer; involuntario; enviar; tranvía; envidia; invasión.

 

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Se escribe ENE antes de la letra EFE

 

Enfermo; infección; anfibio; enfadarse; enfriar ( se dice y se escribe: enfría, con tilde); infeliz; infame; enfrente; inferior.

 

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Se escribe en las palabras que empiezan por TRANS, CONS, INS, CIRCUNS, CIRCUN

 

Transferencia; transcurrir; constitución; constar; circunstancia; circunspecto; circunda; circunloquio; inscribir; inspector.

 

(NOTA: Una nueva disposición de la Real Academia Española permite suprimir la ENE del grupo NS en algunas palabras: trasparencia).

 

 

USOS DE LA Q (CU)

 

 

La cu forma sílaba únicamente con las vocales e,  i  interponiendo la u, la que no se pronuncia: Querer; quitar; toquen; quinta.

 

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En las palabras latinas que hay en el idioma español, la u que va después de la q (cu) debe pronunciarse: exequátur (en latín: ejecútese); quórum (número de individuos, necesario para tomar decisiones).

 

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La CU (Q) se emplea en lugar de la letra K (ca)  en algunas palabras

 

Kiosco  -  quiosco; keroseno  -  queroseno.

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SE ESCRIBE R:

 

 

Entre consonante y vocal (sonido fuerte)

 

Honra; Conrado; israelita.

 

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Al principio de un vocablo (sonido fuerte)

 

Rosa; regreso; Ramiro; Rodríguez; romper.

 

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Se escribe R, con sonido suave, entre vocales, y al final de palabras

 

Moroso; caro; americano; amar; saltar.

 

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Con sonido fuerte, se escribe ERRE, entre vocales

 

 Carro; perro; carrera; correr; errar (equivocarse); herrar (poner herraduras a los caballos).

 

En las palabras compuestas, cuando el segundo elemento empieza con R, y el primero termina con vocal, debe escribirse ERRE para conservar el sonido fuerte

 

Matarratas; cartarroja; neorrealismo; prerromanticismo.

 

 

SE ESCRIBEN CON ESE:

 

 

Los vocablos terminados en SON derivados de un sustantivo que se escriba con ESE

 

Blusón (blusa); camisón (camisa); pisón (pisar).

 

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Los vocablos: ocaso; paso; raso; vaso; casa; grasa; masa; que son excepciones a una norma referente a la ZETA. Puede verse en el lugar de la SETA).

 

También se escriben con ESE: fracaso (de origen latino); payaso (de origen italiano).

 

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Los vocablos terminados en ISA, de origen latino. (También son una excepción a una norma de la ZETA)

 

Risa; brisa; camisa; pesquisa; sacerdotisa; poetisa; profetisa.

 

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Los vocablos terminados en ISO, de reconocido origen latino. (Son excepciones a una norma de la ZETA)

 

Conciso; narciso; permiso; liso; occiso; piso.

 

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Se escriben con ESE los verbos terminados en ISAR que tengan un vocablo afín escrito con ESE. (Son excepciones a normas relacionadas con la ZETA)

 

Decomisar (decomiso); descamisar (camisa); precisar (preciso); improvisar (improviso); requisar (requisa); revisar (visa).

 

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Los adjetivos terminados en SO

 

Ambicioso; belicoso; amoroso; azaroso; jugoso; perezoso; precioso.

 

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Los verbos terminados en SAR derivados de un sustantivo escrito con ESE (Son excepciones a normas de la ZETA)

 

Abusar (abuso); acompasar (compás); atrasar (atrás); amansar (manso); cursar (curso); envasar (vaso); represar (represa).

 

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Los diminutivos de palabras que deban escribirse con ESE. Son excepciones a los sufijos Z-uelo; Z-uela): mocosuelo (mocoso).

NOTA: Los vocablos SUELO y ENTRESUELO no tienen ninguna relación con esta norma.

 

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Los vocablos terminados en SAL se escriben con ESE cuando vienen de una palabra con ESE. (Excepción: el sufijo ZAL)

Fresal (fresa); yesal (yeso); colosal (coloso). También se escriben ESE: corresponsal; sucursal.

 

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Se escriben con ESE los vocablos: anís; lis (flor); gris; mentís; país; por ser excepciones a la norma referente a la ZETA.

 

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Se escriben con ESE las palabras: rasgo (rasgar); trasgo (duende, fantasma); por ser excepciones de la Z.

 

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Los sustantivos terminados en SIÓN que tienen afines terminados en SO, SOR, SIVO

 

Agresión (agresor, agresivo); regresión (regreso); depresión (depresivo); expansión (expansivo); concisión (conciso).

 

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Los vocablos terminados en ENSE, ES (sean o no gentilicios)

 

Medellinense; boyacense; berlinés; escosés; ciprés; feligrés; interés; través.

(No se escribe con ESE la palabra VASCUENCE (idioma vasco; palabra de origen latino).

 

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Se escriben con ESE los sustantivos concretos terminados en ESA

 

Abadesa; condesa; turquesa; sorpresa; alcaldesa; hamburguesa; empresa.

 

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Los vocablos terminados en ESCO, ISCO

 

Dantesco; parentesco; quijotesco; marisco; obelisco; novelesco; grotesco; asterisco; mordisco;

pedrisco.

 

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Las palabras formadas con lo sufijos: ISMO (doctrina, secta), ISTA (profesión; seguidor de una corriente o doctrina)

 

Ateísmo; comunismo; conservatismo; liberalismo; idealismo; marxismo; almacenista; oficinista; humanista; prosista; socialista; fabulista.

 

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Las terminaciones ÉSIMO para formar ordinales; ÍSIMO, ÍSIMA para formar el grado superlativo del adjetivo

 

Centésimo; cuadragésima; milésima; nonagésimo; trigésima; brevísimo; certísimo; grosísimo (muy grueso); novísima; lejísimos.

(No sigue esta norma: décimo, porque se forma directamente del latín).

 

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Se escriben con ESE las palabras terminadas en ERSO, ERSA

 

Diverso; universo; perversa; viceversa.

(No siguen esta norma: fuerza, almuerzo, refuerzo, tuerzo (torcer), ejerza (ejercer).

 

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Las palabras que tienen los prefijos: DES, DIS

 

Disfraz; disponer; desgracia; distraer; desvelar; despreocupado.

 

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Los verbos que llevan “enclítico” (agregado al final) el pronombre SE

 

Detenerse; córranse; vénganse; dícese; córrase; reírse; véngase; juntóse.

 

Nota: Las palabras enclíticas formadas con verbos en el pretérito (pasado), durante muchos años llevaron tilde por orden de la Real Academia, tales como: jontóse con Luis; llególe la correspondencia; miróle a los ojos. En el año de 2010, la nueva edición de la Ortografía de la Real Academia Española (743 páginas) suprimió dichas tildes.

 

 

SE ESCRIBEN CON V (UVE)

 

 

Se escriben con UVE los vocablos afines de VIENTO y VOLAR

 

Ventear; ventarrón; sotavento; volador; revuelo; ventanal; ventana; barlovento (lugar de donde viene el viento, contrario a sotavento); volantón; volátil; volante.

 

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Los vocablos afines de VERDE

 

Verdoso; verdece; verdura; verdulera; verdugo (vara verde para azotar al culpable, producía ronchas); verdugón (roncha producida por el verdugo).

 

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Las palabras afines de VINO, VENENO y VAPOR

 

Vinajera; viña; venenoso; vaporoso; evaporar; vinagre; vendimia; viñedo; envenenamiento; vaporizar.

 

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Las palabras afines de COMER (en latín: VORARE); de LLAMAR (en latín: VOCARE); de VOMITAR

 

Voraz; devorar; herbívoro; vocativo; vocal; vociferar; vomitivo; vorágine; carnívoro; piscívoro (que se alimenta de peces); vocablo; vocear; vómito.

 

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Los vocablos afines de VAGAR (en latín: VAGARE), y del vocablo latino VACARE (que es estar DESOCUPADO)

 

Vagar; divagar; undívago (que ondea o se mueve como las olas); vacante; vacar; vacaciones; vacuo (vacío).

 

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Los vocablos afines de NUEVO, VIEJO, VERDADERO

 

Novel; novelero; novato; renovar; novicio; novísimo; novedad; veterano; vejez; revejido (viejo antes de tiempo); vetusto; inveterado; envejecer; veraz; veredicto; inverosímil; verificar.

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Los vocablos afines de VESTIDO (en latín: VESTIS); de VIDRIO (en latín: VITRUM); de CIUDADANO (en latín: CIVIS)

 

Veste (en poesía: vestido); revestir; vestuario; investir; vitrina; vitrificar; vidriera; vítreo; civil; civilizar; civismo; civilidad.

 

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Las palabas afines de VALER y VIVIR

 

Válido; valeroso; invalidez; valorizar; vivero; vívido; vivaz; vivíparos.

 

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Los tiempos de los verbos ANDAR, ESTAR, TENER, IR, que tengan el sonido V

 

Anduve; anduviera; estuve; estuviste; tuvo; tuvimos; voy; vaya; vamos; ve (tú, segunda persona del modo imperativo).

No cumplen esta norma los tiempos verbales llamados pretéritos imperfectos: andaban, andábamos, estabais, estaba, iba, íbamos.

 

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Los vocablos afines de POLVO; VULGO (pueblo); VOTO

 

Polvareda; polvero (palabra recientemente aceptada Por la Real Academia Española –RAE-); polvoriento; pólvora; vulgar; divulga; votación; devoto; votivo (algo ofrecido por voto o relativo a él, misa votiva).

 

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Los prefijos VICE, VIZ, VI que significan EN LUGAR DE

 

Vicepresidente; virrey; vizconde; vicario (que tiene las veces, poder o facultades de otra persona o la sustituye).

 

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Los vocablos afines de VÍA, VANO, VASO

 

Viaducto; viajero; viandante; desviar; enviar; ferrovía; vanidad; vanagloria; devaneo; envanecerse; desvanecerse; vasija; vasera; envasar; vascular.

 

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Los vocablos afines de LLAVE (en latín: CLAVE); HUECO (en latín: CAVUS)

 

Clavícula; cónclave (junta de los cardenales de la iglesia); clavija; clavar; llavero; cavar; caverna; cóncavo; socava; excavación.

 

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Los vocablos afines de NAVE; MOVER

 

Navío; navegante; navegar; naval; circunnavegación; móvil; movilidad; movilización; semoviente; conmoverse.

 

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Los afines del verbo VER

 

Vista; visible; visibilidad; visionario; vistazo; prever; previsor; evidente; vidente; invidente.

 

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Las palabras afines de VELO, VIGILAR

 

Velar (tapar); velamen; velero; velillo; revelar; vigilancia; vigilia; vigía; velar (pasa la noche vigilando); veladora; velorio; vela (pasar la noche sin dormir, en vela).

 

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Los vocablos afines de LEVANTAR o ELEVAR; VOLVER (dar vuelta); VENCER

 

Levadura; relieve; soliviar; levantamiento; elevación; sobrellevar; envolver; devolver; revolución; evolución; revoltijo; invencible; víctores; vencedor; vencimiento; victorear.

 

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Los vocablos terminados en IVO, IVA que no sean verbos

 

Caritativa; activo; nocivo; abusivo; octavo; centavo; veinteava (parte); comitiva; saliva; archivo.

No obedecen a esta norma las palabras: arriba, estribo, giba.

 

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Los prefijos PREV, PROV, PROV, EV, PAV

 

Prevención; prevaricar; prever; privación; privilegio; privar; provocar; provecho; proverbio; providencia; evangelio; evitar; eventual; evadir; pavesa; pavimento; pavo, pavoroso.

No están dentro de esta norma las palabras: probeta, probidad, probar, ébano, ebúrneo (parecido al marfil), ebullición, pabilo, pábulo, pabellón, ebanista.

 

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Las palabras que empiezan por VILL, GAVI, VIO

 

Villano; villorrio; villancico; villa; gavilán; gaviota; gavilla; violeta; violín; violencia; violáceo.

No siguen esta norma: billar, billón, gabinete, billete, biombo, y las palabras que tienen la raíz griega BÍOS que significa vida.

 

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Se escribe V después de SUB, AD

 

Subvencionar; advertencia; obvio; adverbio.

 

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Después de la combinación OL

 

Olvidar; resolver; polvo; insolvente.

 

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En las palabras que empiezan por DIV

 

Dividir; divino; divertir; divorcio.

Menos las palabras: dibujo, mandíbula.

 

 

 

 

SE ESCRIBEN CON X (equis)

 

 

Se escriben con equis las palabas terminadas en XIÓN que provienen del latín. Son muy pocas: Complexión; conexión; flexión; inconexión; reflexión; anexión; crucifixión; fluxión (de flujo); transfixión (herir pasando el cuerpo de parte a parte); inflexión; genuflexión.

 

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Se escribe equis en la partícula EX, antepuesta a un nombre

 

Expresidente;  exmarido; exministro, exsecretario; exalumno.

 

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La partícula EX cuando indica FUERA DE, NEGACIÓN, PRIVACIÓN, ENCARECIMIENTO, se escribe juntamente con la palabra

 

Excarcelar; expoliar; exánime; extraoficial.

 

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El prefijo HEXA que significa seis

 

Hexámetro; hexágono; hexasílabo.

 

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Cuando está la  X  entre vocales, la forma más correcta de dividir las palabras que la llevan es la siguiente:

 

Exi-gir; axio-ma; exa-men; exi-mio; exi-mir; exis-tir; éxi-to; próxi-mo; exen-to; máxi-mo.

 

 

SE ESCRIBEN CON Y (YE)

 

 

Las palabras con diptongo o triptongo que terminan en el sonido i

 

Hay; virrey; convoy; mamey; maguey; Uruguay; estoy; carey; siboney; Paraguay; rey; hoy; voy; ley; buey; grey.

 

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Las palabras que contengan las concurrencias:  b+y;    d+y;    s+y

 

Subyugar; disyuntivo; coadyuvar (cooperar, colaborar).

 

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Los plurales de las palabras terminadas en Y

 

Convoy  (su plural es convoyes)

 

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Las formas verbales en que la E se diptonga en IE, (Y = i)

 

Errar:   yerro, (no se dice ni se escribe:  yo ierro; sino: yo yerro o yo erro; tú yerras o tú erras; él yerra o él erra; nosotros erramos; vosotros erráis; ellos yerran o erran)

 

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Las formas verbales de los infinitivos terminados en UIR, en las que la i ante vocal se convierte en Y

 

Huir, huyo, huyes; influir, influyes; incluir, incluyo; construir, construye.

 

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Las formas verbales del verbo HABER

 

Haya (venido); hayas (creído); hayamos (leído); hayan (escrito); hayáis (respondido).

 

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Las formas verbales de CAER, CREER, LEER, OÍR

 

Cayeran; leyó; creyeron; oyeron; leyera; cayendo; oye; oyen.

 

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Ante palabras que empiezan por  I, HI, la E remplaza la Y como elemento de enlace o conector (conjunción)

 

José e Ignacio; Inés e Higinio; Manuela e Hildebrando.

Nota: Si la palabra empieza por el diptongo HIE, no se reemplaza la Y, se conserva como conector, ejemplos: serpientes y hienas;  cobre y hierro;  duele y hiere.

 

 

SE ESCRIBEN CON Z (ZETA)

 

 

Los vocablos agudos terminados en ZÓN

 

Armazón; comezón; corazón; hinchazón.

NO siguen esta norma las palabras que se derivan de un sustantivo con S.  Ver las normas que se relacionan con el uso de la S

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Los vocablos terminados en AZO, AZA, cuando indican aumento, desprecio, golpe, daño, estrépito

 

Codazo; brochazo; chispazo; vistazo; puñetazo; lazo; plaza; mujeraza; terraza; mordaza; arañazo; mostaza; melaza; balazo.

No siguen esta norma las palabras de origen latino o italiano, ver las normas relacionadas con el uso de la S.

 

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Los vocablos terminados en IZA, IZO

 

Caliza; hortaliza; plomizo; nodriza; paliza; movediza; chamiza; mestizo; antojadiza.

No se cumple esta norma en las palabras que tienen su origen en el latín, las cuales se escriben con ESE. Véanse las normas referentes al empleo de la ESE.

 

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Los sustantivos  y algunos adjetivos terminados en AZ, EZ, OZ, IZ

 

Altivez; atroz; avidez; feroz; brillantez; precoz; desnudez; veloz; fluidez; coz; embriaguez; arroz; escasez.

 

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Los sustantivos terminados en EZA; la mayoría de ellos son sustantivos abstractos

 

Bajeza; destreza; nobleza; flaqueza; franqueza; pureza; cabeza; corteza.

 

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Las palabras terminadas en IZO

 

Advenedizo; antojadizo; calizo; cobrizo; chorizo; hechizo; rojizo; pajizo.

No cumplen con esta norma los vocablos que tienen un reconocido origen en el latín. Las cuales se escriben con ESE. Ver las normas relacionadas con el uso de la ESE.

 

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El sufijo latino IZAR para formar verbos

 

Actualizar; agonizar; atemorizar; democratizar; independizar; autorizar.

No siguen esta norma los verbos que tengan una palabra afín con ESE.  Ver las normas relacionadas con la ESE.

EL VERBO IZAR es de origen neerlandés; no tiene relación con el sufijo latino IZAR, por ejemplo, en la oración gramatical: izar la bandera.

 

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Los sustantivos terminados en ZO

 

Bozo; retozo; sollozo.

 

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Los verbos terminados en ZAR

 

Alcanzar; chuzar; gozar; cazar; cruzar (cruz); bostezar; comenzar; realizar.

No se acogen a esta norma los verbos que se derivan de un sustantivo con ESE.  Ver lo relacionado con el uso de la ESE.

 

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Los diminutivos ZUELA, ZUELO

 

Anzuelo; mujerzuela; cazuela; jovenzuelo; plazuela; orzuelo.

No se cumple esta norma en los vocablos que se deriven de una palabra escrita con ESE (mocosuelo).

 

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Los vocablos terminados en ZAL

 

Arrozal; cabezal; cerezal (sitio donde crecen cerezas); zarzal.

No cumplen esta norma los vocablos derivados de palabras que deban escribirse con ESE.

 

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Las palabras terminadas en AZ, IZ

 

Capaz (su plural es: capaces); cerviz; disfraz; barniz; mendaz (mentiroso); cariz (de cara); mordaz; aprendiz; solaz; desliz.

No se ajustan a esta norma las palabras: anís, gris, lis, mentís, país.

 

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Las palabras formadas con el sufijo AZGO (indica título, acción, efecto)

 

Cacicazgo; compadrazgo; hallazgo; hartazgo; mecenazgo; noviazgo.

No se aplica en: rasgo, trasgo.

 

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Los vocablos femeninos terminados en TRIZ

 

Cicatriz; actriz; automotriz; directriz; electromotriz; emperatriz; meretriz.

 

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Las palabras terminadas en ZETA cambian esta letra por  C , al pasar al plural

 

Antifaz, antifaces; pez, peces; juez, jueces; raíz, raíces; capaz, capaces.

 

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Las palabras terminadas en ANZA: esperanza; confianza.

Pero, la palabra gansa se escribe con ESE.

(Fin del capítulo sobre normas ortográficas)

 

 

OXÍTONAS: (v. agudas)

 

 

 

P

 

 

 

P:

 

Decimonovena letra del abecedario español y decimoquinta consonante. Su nombre es ‘pe’

 

PACIENTE (SUJETO): (v. ORACIÓN, oraciones de pasiva)

 

PALABRA:

 

Sílaba o conjunto de sílabas que tienen existencia independiente para expresar una idea. Para algunos filólogos, deriva de las raíces hebreas ‘páláh’ y ‘baráh’ que significan ‘maravilla’ y ‘creación’ u ‘obra’; reunidas así, ‘palabra’ significaría ‘maravilla de la creación’.

Las palabras actúan, expresan y representan.

En el actuar la palabra quiere o pretende algo, va dirigida hacia alguien, intenta alcanzarlo; es instrumento social.

En el expresar la palabra viene de algo, patentiza algo; hace parte de una expresión con sentido emitida por alguien.

En el representar, la palabra reproduce algo que está en algún sitio; lleva esa idea al cerebro.

Estas tres categorías se funden y se entrecruzan a cada momento, dando lugar a nuevas construcciones oracionales

Dicho de otro modo, toda  palabra ‘actúa’ en tanto que orienta al oyente hacia algo determinado; ‘expresa’ algo que el hablante lleva dentro de sí; ‘describe’ o ‘representa’ algo que el hablante y el oyente se imaginan como un ente objetivo.

 Lo esencial en ellas es la representación; y el hecho de que tengan sentido o significado quiere decir, en primer lugar y ante todo, que ellas –las palabras- están en condiciones de acoger, como contenido propio, todo lo imaginable.

Las palabras, fundamentalmente, se dividen en las que son portadoras de significado (sustantivos, adjetivos y verbos) y que, hasta cierto punto, captan un trozo de mundo; y las que sirven de enlace (v. elementos de enlace). Los enlaces ponen a alguna cosa en relación espacial, temporal o causal con alguna otra.

Las palabras están dentro del sistema de la gramática, así como los sonidos están dentro del sistema de la articulación; se unen en la oración para formar el pensamiento, es decir: se pueden ordenar unas con respecto a las otras dentro del sistema de la gramática, para desplegar el ‘actuar’, el ‘expresar’ y el ‘describir’ y juntarlos para formar una unidad con sentido completo.

En su libro La lucha por la expresión, el ensayista Fidelmo de Figueiredo dice: “El hombre empieza a entender un poco el mundo cuando puede asociar las cosas a signos sonoros y rotularlos después con palabras. [...] Todo lo que el hombre siente y piensa lo incorpora al mundo de las palabras. [...] Vida y palabra, pensamiento y palabra son inseparables.”

 

De la palabra se estudia:  su estructura (morfología); su origen (etimología); su significación (semántica); su pronunciación (fonética); su uso correcto (sintaxis); su elegancia y belleza (estilística, literatura); su simbología (semiología o semiótica).

Clases de palabras:

Atendiendo al número de sílabas de que constan

monosílabas (una: sal, cal, de, sí, no);   

b)  bisílabas (dos: casa, esta, dentro, para)

c)  trisílabas (tres: acaba, teclado, soledad);   

d) polisílabas (más de tres: pensamiento)

            Algunos gramáticos hacen el grupo de las pentasílabas (de cinco: e-nu-me-ra-ción)

Por razón de su acento las palabras son

átonas (v.);             

b)   tónicas  (v.)

Las tónicas se clasifican en: agudas, graves, esdrújulas, sobresdrújulas.

Otras clases de palabras son: antónimas, sinónimas, primitivas, derivadas, compuestas (v.: composición), simples, parasintéticas, (v. parasíntesis), hiperónimas, hipónimas heterónimas, homógrafas, homónimas, hipocorísticas, homófonas, parónimas, parentéticas, isónimas arcaísmos, neologismos, extranjerismos, tecnolectos, sociolectos, híbridas. (v. cada una de todas estas palabras en el lugar correspondiente según el índice alfabético). (v. t.: valor de las palabras).

 

PALABRAS SUSTANTIVADAS: (v. sustantivo)

 

PAPIAMIENTO:

 

Lengua criolla hablada en la isla de Curazao al norte del litoral venezolano. La lengua oficial es el holandés, pero la que se usa normalmente es el papiamento (de ‘papia’, español antiguo y portugués antiguo ‘papear’, hablar). Su base es el criollo negro-portugués que los esclavos negros llevaron de Äfrica, mezclado con el español hablado en las Antillas y litoral venezolano. Contiene también palabras holandesas. (M. L. Wagner).

 

PARA:

 

Es un elemento de enlace o preposición que expresa:

Término del movimiento, indicado más vagamente que con la preposición ‘a’. Significa lo mismo que ‘con dirección a’; ejemplos: Salió para Bogotá. Irá para allá dentro de poco. Vamos ya para su casa.

Término de un transcurso de tiempo, expresado con cierta vaguedad, ejemplo: terminaremos ese libro para mayo. Sin embargo, también puede expresar, a veces, un plazo fijo, concreto, ejemplo:  la fiesta se ha señalado para el 15 de diciembre.

Destino o finalidad de una acción u objeto, ejemplos: es una brocha para pintar. Esta silla es para tu casa. Dicha preposición expresa también una variante: la aptitud, ejemplo: María sirve para todo. A veces, precede a una oración subordinada (v.), ejemplo: estudio para aprender.

Expresa contraposición, comparación, ejemplos: Poco le pagan, para lo que trabaja. Para comenzar, no lo ha hecho mal.

Inminencia de algún hecho, la forma de construcción es: para + infinitivo, ejemplos: está para llover. Esa amistad está para terminarse.

Relación o uso, ejemplos: una cuchara para la sopa. Una tela propia para camisas.

Expresa condición de cita, ejemplo: la entrevista es para las cuatro.

Señala para quién se trabaja, ejemplo: Rosa trabaja para el señor Rodrigo.

Forma frases adverbiales como ‘estar para’, ‘ir para’, ejemplos: Ahí quiero estar para siempre. Sueña con ira para el extranjero.

Unida a la conjunción ‘que’, introduce oraciones finales (v. oración), ejemplo: repito la orden para que no la olvides.

‘Para con’ es una frase prepositiva que significa ‘con respecto a’, ejemplo: fue bueno para con sus padres.

La expresión ‘como para’ más un infinitivo puede unirse a un sustantivo, ejemplo: esta fiesta está como para no terminarla nunca.

 

PARADIÁSTOLE:

 

Es una figura retórica que consiste en reunir en un contexto palabras de significado parecido, oponiendo, sin embargo, sus respectivos significados, ejemplo: “Fue constante sin tenacidad, humilde sin bajeza, intrépido sin temeridad.” (Capmany)

A esta forma de construcción se le llama también ‘separación’

 

PARADOJA: (v.  antítesis).

 

 

PARÁFRASIS:

 

Es la explicación o interpretación de un texto, de un tratado, de una composición, de una poesía. Es una amplificación explicativa en el comentario de un texto..

 

PARAGOGE:

 

Es una figura de dicción. Agrega letras al final, ejemplos: infelice (infeliz), huéspede (huésped), ónice (onix), áspide (áspid).

 

PARASÍNTESIS:

 

Es uno de los procesos para formar palabras. Tiene lugar cuando los vocablos proceden al mismo tiempo de una derivación (v.) y de una composición (v.). En este caso la palabra recibe el nombre de parasintética, ejemplos:

 

en-ROJ-ecer                                                   por-DIOS-ero

en-TORPE-c imiento                                      inter-NACION-al

pica-PEDR-ero                                               ante-DILUVI-ano

en SÏ MISM-ado                                            in-NECESARIA-mente

ex HALAR-lo                                                des-TERRA-ár se le

contra-PONER-lo                                          por-CENT-aje

 

 

PARATAXIS:

 

En esta forma de construcción, dos oraciones están unidas por el sentido de completación de la idea y por la curva melódica al pronunciarlas; no necesitan de una conjunción o elemento de enlace (v.), ejemplos: me voy, tengo prisa. Llueve mucho, es mejor que no salgas.

En la parataxis se encuentran las oraciones yuxtapuestas (v.), también denominadas paratácticas.

 

PAREADO:

 

Son dos versos de arte mayor (más de nueve sílabas) que riman entre sí; ejemplo:

 

Yo me lleno de angustia mirándote la frente

porque estás más lejana cuando estás más presente.

 

Para que yo no pueda llegar hasta tu alma,

tú me miras, a veces, con esa misma calma

 

con que miran los lagos una noche estrellada:

La miran hasta el alba y no le dicen nada.

.................................................................

Angustia de no verte los labios apretados

cuando nombro la historia de los besos robados.

..................................................................

Todos tus actos tienen profundidad de arcano,

hasta el acto sencillo de levantar la mano.

 

Me nombras, y te salen despacio los sonidos,

como si no quisieran llegar a mis oídos.

..............................................................

 

(Angustia.   Carlos Castro Saavedra; colombiano)

 

PAREMIOLOGÍA:

 

Ciencia que se ocupa de los refranes. (v.)

 

PARÉNTESIS:

 

Hipérbaton que consiste en introducir una interjección (v.), o un complemento o una oración dentro de una frase, con entonación independiente, ejemplo: tú –eso me han dicho- vendrás con nosotros.  De esta figura de construcción se deriva el nombre de palabras parentéticas (v.) o expresiones parentéticas. (v. t.: incisos)

 

PARÉNTESIS CUADRADO: (v. corchetes)

 

PARÉNTESIS CURVO:

 

Este signo ortográfico relacionado con la distribución del texto, sirve:

Para enmarcar o aislar una observación al margen del objeto principal de lo que se está escribiendo, ejemplo: “Pero él (lo pensaba realmente) renunciaría a las ganancias pecuniarias  del hijo, con tal que le dejaran su gloria.” (Benito Pérez Galdós)

En las obras de teatro suele encerrarse entre paréntesis lo que los personajes dicen aparte, es decir, lo que se supone que el público no debe escuchar.

Se acostumbra en fechas, noticias y datos aclaratorios; también, cuando se cita a un autor o una obra.

hoy es frecuente sustituir el paréntesis por la raya (v.), ejemplo: “Enlazar lo que parecía incoordinable –actitudes, tendencias y pasiones ajenas-; desenlazar lo que parecía pavorosamente insoluble.” (Azorín)

El paréntesis fue muy usado por los escritores clásicos, lo mismo que en la época siguiente a éstos, hasta fines del siglo XIX.

 

PARENTÉTICAS:

 

Algunos lingüistas dan este nombre a las siguientes palabras y expresiones que al utilizarlas en la escritura deben ir entre comas, también conocidas como elementos de enlace, algunas de ellas  son: también, además, finalmente, en verdad, por lo general, en fin, a propósito, por ejemplo, de otro modo, en otras palabras, etc. También reciben este nombre de parentéticas algunas oraciones que se introducen como paréntesis.

El nombre se debe a una figura llamada ‘paréntesis’ que consiste en introducir una interjección, un complemento, una expresión, una oración dentro de una frase, con entonación independiente.

 

PARÓNIMAS:

 

(De: ‘paro’, cerca, parecido y ‘ónimo’, nombre). Estas palabras se escriben de un modo parecido, pero tienen significación distinta, ejemplos: absorber, absolver; actitud, aptitud; elipse, elíxir; diferencia, deferencia; alabar, avalar;  comprensión, compresión; carabela, calavera; infringir, infligir; especie, especia; absceso, acceso, etc.

Las parónimas se llaman homónimas cuando son de distinto significado e igual estructura, como: vela (de luz) y vela (de barco); tajo (corte) y Tajo (el río).

Se llaman homófonas cuando tienen igual sonido y distinta significación y escritura, como vaya y baya; honda y onda.

Se llaman homógrafas cuando tienen la misma ortografía y distinta significación, como: haya (árbol) y haya (del verbo haber); río (corriente de agua) y río (del verbo reír).

 

PARONOMASIA:

 

Este vocablo tiene varias acepciones:

Semejanza entre dos o más vocablos que no se diferencian sino por la vocal acentuada en cada uno de ellos, ejemplos: azar y azor; lago y lego.

Semejanza de vocales que no son la acentuada, como ocurre en: adaptar y adoptar; esperar y espirar; consumado y consumido.

Es la figura retórica que se emplea cuando adrede se usan en el texto palabras parónimas, ejemplo: “La verdad parece pero no perece” (Santa Teresa)

La paronomasia, empleada en este último sentido es muy difícil de acomodar y casi siempre el texto resulta o tonto o ridículo o jocoso.

 

PAROXÍTONAS: (v. graves o llanas)

 

PARTES DE LA ORACIÓN:  (v. Oración)

 

PARTICIPIO:

 

Esta forma no personal de verbo se llama participio porque “participa de la índole del verbo y de la del adjetivo.

Algunos participios terminan en ADO, IDO y son los participios pasivos  o del pasado.

Otros indican acción y terminan en ANTE (aspirante, caminante), en ENTE (escribiente), IENTE (teniente, poniente). Son los llamados participios activos o del presente.

 

Participios regulares e irregulares:

Los participios regulares son los terminados en ADO, IDO. Hay verbos que tienen dos participios pasivos, uno regular y otro irregular; otros, cuyo participio termina en TO, SO, CHO, sólo admiten la terminación irregular, tales como: abrir (abierto), absolver (absuelto), componer (compuesto), deponer (depuesto), decir (dicho), etc. Son alrededor de cuarenta verbos españoles los que sólo admiten esta forma.

. Algunos verbos que admiten dos formas de participio:

 

Infinitivo:                                 Participio regular:                            Participio

                                                                                                           Irregular:

extinguir                                    extinguido                                           extinto

nacer                                          nacido                                                 nato

fijar                                            fijado                                                  fijo

oprimir                                       oprimido                                            opreso

freír                                            freído                                                  frito

poseer                                        poseído                                               poseso

hartar                                         hartado                                                harto

prender                                      prendido                                             preso

incluir                                       incluido                                               incluso

presumir                                   presumido                                           presunto

propender                                 propendido                                          propenso

infundir                                    infundido                                             infuso

proveer                                     proveído                                              provisto

insertar                                     insertado                                              inserto

recluir                                      recluido                                                recluso

invertir                                     invertido                                              inverso

juntar                                       juntado                                                 junto

salvar                                      salvado                                                 salvo

maldecir                                  maldecido                                            maldito

manifestar                               manifestado                                         manifiesto

suspender                                suspendido                                          suspenso

torcer                                         torcido                                                tuerto

 

Oficios del participio:

El participio pasivo sirve:

Para formar los tiempos compuestos, ejemplos: hubo salido, fue nombrado, habrán terminado, habían llegado.

Como adjetivo, ejemplos: libro leído, oficio terminado, discurso pronunciado.

Como sustantivo, ejemplos: el tendido de la mesa es rojo; el dorado del anillo es firme.

 

El participio activo sirve:

Como adjetivo, ejemplos: persona complaciente; niña obediente; dinero contante y sonante.

Como sustantivo, ejemplos: el estudiante; el escribiente; el teniente; el caminante.

Como adverbio, (no todos los participios, sólo algunos), ejemplos: trabaja bastante; estudia durante una hora.

 

PARTICIPIO ABSOLUTO:

 

El participio se emplea en la construcción absoluta, sobre todo en la lengua literaria, y muy rara vez en la lengua familiar. Se construye junto a un sustantivo. Esta frase absoluta o independiente  va separada por comas de la oración principal; puede tener sentido temporal, modal, causal, condicional o concesivo, ejemplos: llegado el momento, hablaremos de ese tema (equivale a decir: cuando llegue el momento, si llega el momento); no terminada la comida, se levantó de la mesa (equivale a decir: cuando no había terminado todavía la comida, aunque no había terminado la comida).

 

PARTICIPIO CONJUNTO:

 

También puede construirse el participio pasivo de manera conjunta, es decir, concertado con un sustantivo de la oración principal, ejemplo: tenía sus libros de estudio ordenados en otra mesa.

También el participio activo o de presente se puede construir de manera conjunta, es decir, concertado con un sustantivo de la oración principal, ya que la mayoría de las veces sólo se piensa en usarlos como adjetivos, olvidando su valor de: forma no personal de verbo; ejemplo: trataron algunos asuntos referentes a una herencia.

 

PÁRRAFO:

 

Generalmente se define como un trozo completo de un escrito.. Al escribir, es necesario dar coherencia a las frases que forman el párrafo, es decir, conectarlas o enlazarlas debidamente. Dicha coherencia se altera, y la expresión pierde claridad cuando se producen cambios no correctos en el sujeto o en la persona gramatical, en la voz o en el tiempo del verbo.

Debe eliminarse, siempre que se pueda, al principio de un escrito el enfático pronombre YO, para que  el estilo no aparezca petulante y sea más agradable al lector. Además, haciéndolo así, se es más fiel al espíritu y fisonomía del idioma español, que en esto sigue al latín clásico, cuyos verbos expresan la persona gramatical, gracias a las desinencias o terminaciones, sin tener que poner delante los pronombres.

Evitar el empleo inmoderado de los pronombres demostrativos ‘esto’ y ‘eso’. Las frases quedan más elegantes si reemplazamos dichos pronombres por los vocablos correspondientes, ejemplos: amas a tu padre, esto te honra. Se cambia el vocablo ‘esto’: amas a tus padres, lo cual te honra. Está entregado al alcohol, eso lo arruinará. Se hace el cambio: está entregado al alcohol, ese vicio lo arruinará.

 

Algunas exigencias del párrafo:

Las oraciones que integran el párrafo deben tratar de un mismo asunto.

Un párrafo bien equilibrado no debe tener mucha extensión, unos ocho renglones, máximo.

Los párrafos muy extensos destruyen la claridad, la precisión y la elegancia.

El lector capta fácilmente las ideas y los pensamientos en los párrafos breves.

Generalmente, la idea central o principal del párrafo está al principio; otras veces aparece en medio, y en ocasiones cierra el párrafo.

El párrafo debe tener afinidad oracional o unidad de pensamiento: todas las oraciones tratan el mismo asunto.

Ilación o conexión lógica; para que el párrafo tenga esta exigencia deben conocerse bien los elementos de enlace (v.) que unen adecuadamente las oraciones.

Las ideas secundarias constituyen el desenvolvimiento del párrafo. Ellas son necesarias para aclarar o ampliar con más detalles el tema o idea principal para una mejor comprensión. (v. t.: Redactar).

 

Clases de párrafos:

Expositivo: es el más frecuente. La exposición utiliza la definición como medio explicativo. A veces, utiliza la descripción; otras, la narración.

Argumentativo: es característico del razonamiento. La argumentación exige esfuerzo de pensamiento para demostrar lo justo o injusto, lo real o lo falso, lo conveniente o inconveniente, etc. Se argumenta para defenderse, exigir derechos, para defender opiniones, etc. (v. t.: construcción lógica)

 

PASIVA:  (v. Voz pasiva)

 

PAUSAS Y RITMO DE LA VOZ:

 

Las pausas son detenciones más o menos breves que se hacen después de las palabras tónicas de mayor importancia, para separar las ideas o para respirar. A veces, están señaladas por los signos de puntuación, a veces se hacen sin estar marcadas.

El ritmo es la combinación armoniosa de las frases y oraciones, y depende de la buena distribución de los acentos y pausas. El ritmo es necesario para la armonía y elegancia en la expresión, tanto en prosa como en verso.

 

PENTASÍLABAS:

 

Palabras de cinco sílabas, como: pen-ta-sí-la-bas; com-ple-ta-men-te; pro-so-po-pe-ya.

 

PERÍFRASIS:  (v. circunlocución)

 

PERSONA GRAMATICAL:

 

Es la forma que toma el verbo en coincidencia con el sujeto (v.). Las personas del verbo son: tres: yo, tú o usted, él o ella (en singular); nosotros, vosotros (as) o ustedes, ellos o ellas (en plural).

 

PERSONIFICIÓN

 

Este recurso estilístico llamado también prosopopeya atribuye cualidades propias de los seres animados a los seres inanimados o abstractos, ejemplos:

“Este arroyo que me mira/ con inocencia de pájaro, / tiene los ojos azules/ del horizonte serrano.” (Francisco Luis Bernárdez)

“Temprano levantó la muerte el vuelo, / temprano madrugó la madrugada./ Temprano estás rodando por el suelo.” (Miguel Hernández)

 

PLEONASMO:

 

Significa ‘superabundancia’. Es una figura de construcción que consiste en emplear ponderativamente más palabras de las necesarias, ejemplos: volvamos a empezar de nuevo. Acérquese más cerca. Al mirar por la ventanilla del vagón los escarpados pasos por donde habíamos pasado, me pregunté cómo habían los ingenieros hacer pasar el ferrocarril por unos pasos tan difíciles. Yo mismo detuve al ladrón. Yo lo vi con mis propios ojos. Y éste del escritor Corneille: “Pompeyo tiene el corazón grande, el espíritu grande, el alma grande y todas las grandezas propias de un gran rey”.

Y este otro del escritor Zorrilla en el cual el complemento se repite por medio del pronombre personal: “A , quien me corrige, no me aflige; a mí me hace un favor quien me corrige”.

En los anteriores ejemplos, el pleonasmo está en la repetición de palabras; pero también existe pleonasmo en la repetición de ideas, ejemplos: Se puso el sombrero en la cabeza; el entierro del cadáver del escritor.

 

PLURAL DEL SUSTANTIVO Y DEL ADJETIVO:  (v. número)

 

PLURAL DE MODESTIA:  (v. número)

 

PLURAL MAYESTÁTICO:  (v. número)

 

PLURALES ANÓMALOS: (v. número)

 

PODRIR: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso común en el hablar y escribir)

 

 

 

 

POESÍA:

 

Los griegos la definieron como creación de belleza. La poesía es una de las formas de explorar sentimentalmente el mundo; es un arte que se manifiesta por las palabras, como la música se manifiesta por los sonidos y la pintura por los colores y las líneas.

El poeta se inspira al recibir una emoción y nos la hace llegar. Esta transmisión de la belleza puede ser en prosa o en verso. En la literatura existen obras poéticas escritas en prosa como Platero y yo del escritor español Juan Ramón Jiménez, o como el Canto a la selva en la segunda parte de la novela La Vorágine del colombiano José Eustasio Rivera.

 

POLISEMIA:

 

En el campo de la significación hay polisemia cuando se reúnen varios significados en una sola palabra. Por ejemplo, la palabra ‘corona’ es polisémica porque significa: moneda/ tonsura/ figura geométrica/ meteoro/ rosario/ señal de poder. ‘Tabla’ es polisémica porque significa: catálogo de números/ pieza de madera/ parte sin plegar de un vestido/ doble pliegue que adorna una tela/ índice de libros/ lista o catálogo de cosas puestas en orden.

Cuando la palabra sólo tiene dos significados, se dice que hay disemia, y cuando sólo es un significado para una palabra se dice que hay monosemia.

 

POLISÍLABAS: (v. Palabra)

 

POLISÍNDETON:

 

Es una figura literaria que consiste en repetir las conjunciones para darle solemnidad y lentitud al texto. En la Biblia abundan los ejemplos de este recurso estilístico, ejemplos:

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía,, y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas.” (Génesis I, 1-4)

“¡Cristo ha resucitado!... Todo lo que separa y daña y destruye ha sido derrotado por lo que une y cura y crea. La vida prevalece sobre la muerte.” (H. A. Williams)

 

POR:

 

Es una preposición o elemento de enlace o conector. Significa:

Lugar aproximado: esa finca queda por Medellín.

Lugar de tránsito: en el viaje, pasaremos por Francia.

Tiempo aproximado o duración: estuvo enfermo por dos semanas; se ausenta por ocho días.

Agente de voz pasiva (v. construcción con el verbo ser): Jaime fue asaltado por los ladrones.

Medio: casarse por poder; se informó de ello por la prensa.

Causa: no vine por lo tarde que era; lo hizo por miedo.

Finalidad, objetivo: llegaron por los libros.

Sustitución, equivalencia, a favor de: Luisa asistió a la reunión por su hermana; hablen ustedes por ella.

Perspectiva futura, necesidad (precede a un infinitivo): tiene dos casas por vender

Con el verbo ‘estar’ y un infinitivo, forma una frase verbal: ‘está por llegar’. Cuando le sigue la conjunción ‘que’, forma la conjunción causal, o final, ‘porque’.

Precio o cuantía: vendió la casa por muchos millones.

Búsqueda: va por pan; voy por el libro.

En lugar de: él pagará por ti.

En cambio o trueque: doy mi abrigo por tu vestido.

En concepto u opinión de: pasa por inteligente; lo tienen por honrado.

Equivale a sin: el aula está por ordenar.

Encarecimiento: por fuerte que seas... Por mucho que hables...

 

PORQUE, POR  QUÉ, PORQUÉ:

 

‘Porque’, en usa sola palabra y sin tilde, es un elemento de enlace o conjunción: no lo sabe porque vive muy lejos.

‘Por qué’, en dos palabras y con tilde, introduce las oraciones interrogativas: ¿Por qué no llegaste a tiempo?

‘Porqué’, en una sola palabra y con tilde, es sustantivo e indica causa: quiero saber el porqué de tu silencio. Tiene plural: quiero saber los porqués de tu silencio.

 

POR SIEMPRE JAMÁS: (v. términos negativos en la frase)

 

PRECISIÓN:

 

Es condición para escribir. La precisión es consecuencia del estilo claro; responde a la exactitud del pensamiento y del vocablo. Consiste en ‘no decir ni más ni menos de lo que se quiere, y expresarlo con las formas apropiadas para el caso’. Esto se logra mediante la riqueza de léxico y una muy buena estructura de la frase.

 

PREDICADO NOMINAL: (v. Oración)

 

PREDICADO VERBAL:  (v. Oración)

 

PREFIJOS:

 

Un prefijo es un afijo (v.) que se añade a una palabra por delante. También se le conoce con el nombre de morfema. Los que se emplean en nuestro idioma se clasifican en españoles, latinos y griegos.

 

Prefijos españoles y latinos: Tienen el mismo origen y sus estructuras no son muy diferentes. Casi siempre se estudian juntos. Algunos de ellos son:

 

 

 

Prefijo                                significados                                       ejemplos

 

A                                       acción, semejanza                             acumular, acoplar

AB, ABS                           separación                                        abjurar, abstraer

AMBI, AMB, AM            dualidad, rodeo                                 ambiguo, ambidextro, amputar

ANTI                                contra                                                 antipático, antídoto

BIS, BIZ, BI                     dos veces                                           bisabuela, bizcocho, bilateral

EX, EXTRA                     fuera de                                              extraer, extralimitar

INFRA                              debajo                                                infraestructura, infrascripto

INTER                              en medio de                                       internacional, intercalar

PARA                               empleo                                               paraguas, parabrisas

PRE                                  delante                                               prefijo, premeditar

RETRO                            volver atrás                                        retroceder

SIN                                   privación                                           sinrazón, sinvergüenza

SUPER                             por encima de                                    superintendente, superlativo

ULTRA                             más allá                                            ultramar, ultratumba

VICE, VIZ                         en lugar de                                       vicerrector, vizconde, virrey

 

Prefijos griegos:

Son muchos, algunos ellos son:

 

A, AN                                sin, negación                                     ateo, abulia, anónimo

ANA                                 separar, otra vez                                 anatomía, análisis

ANFI                                 alrededor, dualidad                            anfiteatro, anfibología

CACO                               malo                                                   cacofonía, cacografía

DI                                      dos                                                     díptero, diptongo,            

DIA                                   a través                                               diámetro, diagonal

EPI                                    sobre                                                   episodio, epidermis

HIPER                               aumentar                                            hipertrofia

HIPO                                 debajo                                                hipodérmico

META                               más allá                                             metafísica

SIN, SI, SIM                     con                                                     sintaxis, simpatía

 

PREPOSICIÓN:

 

Es un importante elemento de enlace. Por sí sola, la preposición no tiene significación alguna, sólo sirve para poner en relación una palabra con sus complementos de lugar, tiempo, pertenencia, procedencia, tendencia, término, compañía, oposición, carencia, materia, cosa, instrumento, objeto, fin, unión, parte, cualidad, agente, etc. Esa es la razón por la cual se le llama elemento de enlace o conector o conectivo.

Las preposiciones son: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, so, sobre, tras.

(v. cada una de ellas en el lugar alfabético que le corresponde)

 

A la antigua y tantas veces repetida lista de preposiciones, la Real Academia le ha agregado, en su “Nueva Gramática de la lengua española”, edición de 2010, las siguientes: durante; mediante; versus; vía.

 

Durante y mediante, en su origen, eran participios de presente de los verbos durar y mediar; y agrega la RAE: "Como no tienen la posibilidad de la concordancia, aquellos dos vocablos, se han convertido en preposiciones". Ejemplos: el jefe estudiará el contrato durante dos días. Todo me será posible mediante tu ayuda.

 

Versus es una preposición que ha entrado en el español a través del inglés. Equivale a: "contra", o  a: “frente a";  (estas dos formas - dice la RAE -  son preferibles a la expresión: versus). Ejemplo: Analiza el conflicto del campo versus la ciudad.

 

Vía, vocablo que procede de un sustantivo, e introduce el lugar "por donde se pasa"; también indica  "el medio utilizado". Ejemplos: Volaron a la Argentina vía París. El programa se transmitirá vía  satélite.

 

 

PRIMERO, PRIMER:  (v. ciento)

 

PRIMITIVAS: (v. derivación)

 

PRO:

 

Esta preposición proviene del latín y tienen un uso muy limitado. Significa ‘a’, ‘a favor de’, ‘en provecho de’, y se emplea delante de un nombre o sustantivo sin artículo, ejemplos: es una suscripción pro hospitales; fiesta pro sordomudos; colecta pro minusválidos.

‘Pro’ es también un sustantivo con el significado de ‘provecho’, ‘ventaja’, se usa en la frase: el pro y el contra; el plural es: los pros y los contras.

 

PROCLÍTICOS:

 

Son los pronombres que van delante del verbo; me mira; se peina; los proclíticos son lo contrario de las formas enclíticas. En las formas proclíticas, los pronombres son átonos, no tienen acento. (v. t.: pronombres personales).

 

 

 

PRONOMBRE:

 

Quiere decir: ‘lo que remplaza al nombre, lo que hace sus veces’. Son una clase especial de palabras, pues no son denotativas porque no añaden ninguna idea, ningún concepto al sentido del texto; nada dicen del objeto que señalan, no lo caracterizan ni describen. Son formas vacías o semivacías de significación.

Los pronombres son morfemas libres cuya función es la de ser determinantes según la moderna concepción de la gramática; son importantes porque evitan la monótona y continua repetición del sustantivo. Una sola persona puede ser ‘yo’, ‘tú’, ‘él’, según la posición que ocupe en la conversación o en la escritura.

ÉL:                   cuando no interviene en forma activa en la conversación. Persona no presente.

TÚ, VOS,  USTED (v.):   cuando le hablan directamente a él (ella). Es la persona a quien le hablan.

YO:                  cuando habla, cuando toma la palabra. Es la persona que habla de sí misma.

 

Clases de pronombres:

1)  Los pronombres personales se caracterizan por referirse a las personas del discurso; por ello, son sustitutos del nombre o sustantivo.

 

Formas de los pronombres personales:

Primera persona:

              Singular: yo, mí, me, conmigo

              Plural: nosotros, nosotras, nos

Segunda persona:

             Singular: tú, te, ti, contigo, vos, usted (v.)

                            Ha sido aceptado el pronombre vos, ejemplos: vos venís; vos me mirás.

             Plural:  vosotros, vosotras, os

Tercera persona:

             Singular: él, ella, ello, le, la, lo, se, sí, consigo

             Plural:  ellos, ellas, los, las, les, se, sí

Ejemplos:

LE di unos libros (a él o a ella)                                 LES di unos libros (a los dos)

LO vi ayer ( a él)                                                       LOS vi ayer (a ellos, masculino)

LA vi ayer (a ella)                                                     LAS vi ayer (a ellas, femenino)

 

 

NOTA:

 

 Los pronombres que hoy trae la Real Academia Española (RAE) para la conjugación de verbos (aceptando formas latinoamericanas) son:

Yo – tú – vos – usted – él  (ella)

Nosotros – vosotros – ustedes- ellos (ellas)

 

 

 

Formas átonas del pronombre personal:

Las formas: me, nos, te, os, le, la, lo, les, las, los, se (pronombres personales) son átonas, es decir sin acento prosódico (v. acento), y se pronuncian como formando una sola palabra con el verbo correspondiente, ejemplos: me dicen, se pronuncia así: ‘medicen; le dijeron, se pronuncia: ledijeron; te creo, se pronuncia: tecreo, etc.’.

 

Colocación de los pronombres personales:

Se pospone el pronombre cuando se expresa un deseo y el verbo está en modo imperativo (v. modo), ejemplos: ‘dame’ agua; ‘quédate’ aquí; ‘váyanse’ todos. Cuando el verbo lleva delante una palabra cualquiera, el pronombre va delante del verbo, ejemplos: no ‘me’ leas; nunca ‘le’ permita esa expresión.

Con los tiempos del indicativo (v. modo) puede posponerse el pronombre, sobre todo si el verbo es la primera palabra de la oración, ejemplo: “Paréceme que no pude ver alzar ni oír misa”. (Santa Teresa)

Se pospone el pronombre con las formas simples del gerundio y del infinitivo, ejemplos: miró al enfermo y tocándolo le dijo: sé fuerte. Mirarlo y admirarlo era su mayor deseo

Todas esas formas con el pronombre pospuesto y agregado al verbo constituyen los llamados enclíticos (v.).

 

Modificaciones fónicas del pronombre personal:

Al juntarse los pronombres con el verbo se producen algunas modificaciones fónicas:

Delante del pronombre nos se pierde la ‘S’ del subjuntivo (v. modo) o del imperativo (v. modo), ejemplos: unámonos (y no: unámosnos); corrámonos (y no: corrámosnos).

Delante del pronombre ‘se’ también se pierde la ‘S’, ejemplos: hagámoselo (y no: hagámosselo); entreguémosela ( y no: entreguémossela).

La ‘D’ final del imperativo se pierde delante del pronombre ‘os’, ejemplos: sentaos (y no: sentad-os); salíos (y no: salid-os).

 

En relación con el empleo de los pronombres debe tenerse en cuenta:

Los pronombres ‘yo’ y ‘me’ nunca llevan preposición. La forma ‘mí’ siempre va acompañada de preposición; y si la preposición es ‘con’, se dirá ‘conmigo’, nunca: con mí.

La forma ‘nos’ se emplea indistintamente para el masculino y para el femenino.

Los pronombres ‘tú’ y ‘te’ nunca llevan preposición. ‘Ti’ no lleva nunca tilde y siempre se acompaña de una preposición; y si ésta es ‘con’, se dirá ‘contigo’, nunca: con ti.

La forma ‘os’ se usa para el masculino y para el femenino y no admite preposición.

Las formas ‘le’, ‘se’, ’la’, ‘lo’, ‘les’ ‘los’ y ‘las’ nunca llevan preposición.

Las formas ‘nuestros’ y ‘vuestros’ se emplean, a veces, para indicar lo que pertenece a una sola persona y no a varias, como debiera ser, puesto que son formas de plural. Se admite esta construcción cuando dichos pronombres se refieren a una persona cuya dignidad o autoridad queremos resaltar; un escritor puede decir: ‘nuestra’ obra está terminada.

 

2)   Los pronombres posesivos establecen una relación de pertenencia o posesión entre el objeto y la persona gramatical; son masculinos o femeninos y pueden estar en plural o en singular. Algunos gramáticos opinan que son verdaderos adjetivos sustantivados. Sus formas son:

 

Singular: El libro mío (masculino), la rosa mía (femenino).   La cartilla tuya (femenino), el libro    tuyo (masculino)   El lápiz de él (masculino), el vestido de ella (femenino)

Plural:     Los libros míos; las rosas mías.  Las cartillas tuyas; los libros tuyos. El lápiz de ellos. El vestido de ellas.

 

La opinión de otros gramáticos es que cada una de las anteriores formas está acompañada  de un artículo:  el mío, los míos; la mía, las mías; lo mío; el nuestro, los nuestros; la nuestra, las nuestras; lo nuestro

El tuyo, los tuyos; la tuya, las tuyas; lo tuyo; el vuestro, los vuestros; la vuestra, las vuestras; lo vuestro.  El suyo, la suya; los suyos, las suyas; lo suyo.

Ejemplos: ese abrigo es el mío; ese otro, el tuyo. Esta casa es la nuestra; la vuestra está más allá.

 

3)   Los pronombres demostrativos establecen una relación entre la persona gramatical y el espacio y el tiempo:

 

ESTE:             expresa la cercanía a la primera persona

ESE:               expresa un grado entre cercanía y lejanía en relación con la primera persona

AQUEL:        expresa lejanía de la primera persona

 

Las formas de estos pronombres son:

Singular:         este, esta, esto; ese, esa, eso; aquel, aquella, aquello

Plural:            estos, estas, esos, esas, aquellos, aquellas

 

Nota: 

 

Las últimas normas de ortografía de la Real Academia de la Lengua (2011) dicen que los pronombres: este, ese, aquel, con sus respectivos femeninos y plurales no llevarán normalmente tilde, pero será lícito marcarla cuando exista riesgo de anfibología. (Anfibología: doble sentido)

 

Los pronombres relativos son los únicos pronombres que nunca pueden hallarse en oraciones independientes, siempre están en oraciones subordinadas (v.). El pronombre relativo sustituye o remplaza a un sustantivo antecedente -que es el sujeto de la oración principal- en la oración subordinada de la cual el pronombre relativo forma parte.

Su nombre de relativo se debe a la relación que establece entre la oración principal y la oración subordinada, ejemplos: Esa es la persona de la QUE te hablé. Esa es la persona de la CUAL te hablé. Esa es la persona de QUIEN te hablé.

En la oración principal, el sujeto es ‘persona’; en la oración subordinada, la palabra ‘persona’ está remplazada por los pronombres relativos: ‘que’, ‘cual’, ‘quien’.

Las formas de los pronombres relativos son: ‘que’, ‘el cual’, ‘la cual’, ‘los cuales’, ‘las cuales’, ‘quien’, ‘quienes’, ’cuyo’, ‘cuya’, ‘cuyos’, ‘cuyas’. (v. que, quien, cual, cuyo, en sus respectivos lugares según el índice alfabético).

‘Cuanto’, ‘cuanta’, ‘cuantos’, ‘cuantas’ pueden usarse como pronombres relativos siempre que los antecedentes sean: ‘todo’ o ‘tanto’ .Ejemplos: Hago todo ‘cuanto’ puedo. Traje tantos ‘cuantos’ tenía. Echó en el costal tantas ‘cuantas’ le cabían.

 

Los pronombres interrogativos sustituyen a un sustantivo de persona o de cosa que por el momento se ignora, y es el motivo de la pregunta. (Unidos a un sustantivo pasan a ser adjetivos determinativos interrogativos, y, a veces, exclamativos.)

Las formas de estos pronombres son:  Para preguntar por personas: ¿Quién?  ¿Quiénes?

Para preguntar por cosas: ¿Qué?  ¿Cuál?

(‘QUE’ se usa en español para preguntar no sólo por cosas sino también por ideas). Ejemplos: ¿Quién vino temprano?  ¿Quiénes vinieron temprano? ¿Qué dijiste en la conferencia?  ¿Qué hiciste para el almuerzo?  ¿Cuál dices que es el tuyo?

 

Los pronombres reflexivos:  sus formas son: ‘se’, ‘sí’, ‘consigo’. Para la primera y segunda personas estos pronombres no tienen forma especial, pues son los mismos que los personales. Ejemplos: se mira al espejo; compró el libro para sí; trajo consigo muchas notas.

 

Los pronombres indefinidos sustituyen un sustantivo de persona o cosa no precisada en la expresión. Las formas son:

ALGUIEN, NADIE, para los seres animados.  ALGO, NADA, para los seres inanimados.

Estos pronombres no admiten plural. Ejemplos: Alguien entró antes que tú; nadie entró después de mí; estoy seguro de que dijo algo; no dijo nada al respecto.

 

Empleo de los pronombres:

 

No se debe agregar ‘N’ a los pronombres enclíticos (v.) o que van unidos a verbos en el modo imperativo. Este error consiste en decir: siéntensen en lugar de: siéntense; démen en lugar de: dénme; córrasen en lugar de: córranse;  hágamen en lugar de: háganme, etc.

Después  de algunos adverbios y preposiciones que indican situación, deben usarse los pronombres personales con preposición y no los pronombres posesivos: mío, tuyo, suyo, etc.

Es error decir: detrás suyo, delante mío, encima suyo, cerca suyo, arriba tuyo, debajo mío.

Lo correcto es decir y escribir: detrás de sí, delante de mí, encima de sí, cerca de sí, arriba de ti, debajo de mí.

El pronombre reflexivo ‘se’ debe ir siempre delante de otro pronombre. No es correcto decir: ‘me’ ‘se’ olvidó; ‘te’ ‘se’ perdió. Lo correcto es: se me olvidó; se te perdió.

Delante del pronombre ‘nos’ se pierde la ‘s’ del subjuntivo: unámonos, digámonos, vámonos.

Se pierde la ‘s’ delante del pronombre ‘se’: hagámoselo, digámoselo.

La ‘d’ final del imperativo se pierde delante del pronombre ‘os’: sentaos (no: sentad-os)

 

PROPAROXÍTONAS: (v. esdrújulas)

 

PROPOSICIÓN:

 

Dice el maestro y académico Fernando Lázaro Carreter que gramaticalmente, proposición equivale a ‘oración’.

La gramática tradicional concebía la proposición como: todo grupo de palabras que gramaticalmente equivale a una sola palabra y que no posee su propio sujeto y su propio predicado no es una proposición sino una expresión; en cambio, un grupo de palabras que posee su propio sujeto y su propio predicado y se encuentra incluido en una oración más grande, es una proposición.

 

PROSA:

 

A diferencia de la poesía donde las palabras son ‘protagonistas’ del verso, en la prosa las palabras son vehículos del pensamiento, y como están al servicio de él deben ser transparentes.

El escritor J. P. Sartre dice que el prosista y el poeta escriben, pero sus universos son incomunicables.

El arte de la prosa se ejerce sobre el discurso; ella es una actitud del espíritu. El tratadista Martín Vivaldi expresa que la prosa también puede ser poética porque la belleza o la profundidad no dependen de las palabras sino de los sentimientos o pensamientos que con ellas se expresan.

Conceptúa el escritor Albalat que las frases están hechas las unas para las otras, y es su encadenamiento apretado el que origina una de las más grandes cualidades: que las frases no aparezcan en la prosa como si se hubieran injertado, sino más bien engendrado; no yuxtapuestas de manera ficticia, sino lógicamente deducidas.

Pío Baroja recomienda una prosa directa, escueta y sencilla, porque una prosa recargada con pretensiones o con el mismo ritmo aburre demasiado.

 

Elementos de la buena prosa:

Adecuado manejo de la sintaxis, unas veces regular, lógica, y otras, irregular, con trasposiciones. (v. sintaxis)

El léxico o vocabulario: cuando éste es aprendido, forzado da la impresión de artificio.

Cuidado en la elección y manejo del párrafo (v)

La entonación del escrito: nada en la prosa debe desentonar. Esta exigencia se refiere al texto en su totalidad; por ello es preciso saber dar el tono justo a cada una de las partes de dicho escrito; saber encajar el detalle en el conjunto. La entonación en la escritura sólo es posible cuando se sabe el valor de la palabra justa, precisa, y se adecua (sin tilde) cada frase a cada situación. La entonación consiste mantener la armonía entre el discurso y lo que se ha de decir

Mantener el nivel al escribir, es decir, en la descripción, evitar el abuso de los detalles para no pecar por falta de tono; en lo festivo, el estilo ha de ser ligero; diferenciar lo lírico de lo trágico: una puesta de sol no se describe con las mismas palabras y frases y  con el mismo tono que se emplearían para describir un accidente.

Evitar los verbos fáciles (hacer, poner, decir, tener, etc.); las muletillas (cosa, esto, algo, pues, etc.) y las frases hechas (v).

No abusar de los pronombres porque en el transcurso del escrito, ellos restan claridad a las ideas, y sobre  todo, tener cuidado con el empleo del pronombre posesivo ‘su’ (v.), causante de las anfibologías (v.)

La construcción de la frase española no está sometida a reglas fijas; sin embargo, conviene tener en cuenta la sintaxis (v.) y el orden lógico (v.), y no emplear jamás el verbo al final de la frase, lo que es propio de otros idiomas como el latín y alemán.

 

PROSOPOGRAFÍA:  (v. descripción)

 

PROSOPOPEYA:  (v. personificación)

 

PROVERBIOS:  (v. frases proverbiales)

 

PUNTO.

 

Signo de puntuación que indica fin de la oración. Cuando a continuación del punto se sigue escribiendo en el mismo renglón, se llama punto y seguido; cuando se sigue escribiendo en renglón aparte, recibe el nombre de punto y aparte porque separa párrafos; terminado el texto se escribe punto final.

 

PUNTO Y COMA:

 

Un signo ortográfico que  indica –al leer- una pausa mayor que la coma, y se usa:

En oraciones yuxtapuestas largas donde ya se empleó la coma, ejemplos: Habíamos caminado mucho, el calor era insoportable, y teníamos una sed abrasadora; pero, él quiso seguir adelante, impuso su voluntad, y tuvimos que seguirlo. También se emplea en algunos casos para evitar la repetición de la misma expresión, ejemplo: la Junta Directiva quedó constituida así: Luis, presidente; Darío, secretario; Isabel, tesorera; Alicia y Lucía, vocales.

Separa los elementos de una serie expresada en un párrafo, ejemplo:  veo el viento que agita violentamente las ramas; la lluvia despiadada y hostil; la sombra de silenciosos pies, que deja sobre el paisaje su huella de soledad.

Se emplea en oraciones cortas que expresan ideas diferentes, no necesariamente contrarias (en ese caso, se emplea la coma), y más aún si van yuxtapuestas (v. Oración, or. yuxtapuesta), ejemplo: la selva está llena de sombras; el llano es un mar de luz

Se usa antes de las conjunciones: pero, empero, aunque, sino, porque, por tanto, por lo tanto y otras más, si las oraciones que unen dichas conjunciones son largas, ejemplo: “Nadie educa a nadie, nadie se educa solo; por tanto, los hombres nos educamos unos a otros, mediatizados por el mundo.” (Paulo Freire)

 

PUNTOS SUSPENSIVOS:

 

Este signo ortográfico tiene mucho que ver con la psicología de quien los usa. No deben exagerarse; al usarlos, basta con tres puntos.[…]

 

 

 Se emplean los puntos suspensivos:

Para indicar una interrupción repentina en lo que se dice o escribe. Estos puntos sugieren emoción, creatividad, suspenso, ejemplo:

 

                  Allí a la sombra de esos verdes bosques

                  correr los años de mi infancia vi;

                  los poblé de ilusiones cuando joven,

                  y cerca de ellos aspiré a morir.

                  Soñé que allí mis hijos y mi Julia...

                 ¡Basta! Las penas tienen su pudor,

                  y nombres hay que nunca se pronuncian

                  sin que tiemble con lágrimas la voz.  

(Gregorio Gutiérrez González)

 

Se usan dentro del paréntesis cuadrado o corchetes (v.) para indicar que el texto está incompleto; pueden faltar: una palabra, una frase, un párrafo, una página, etc., ejemplo: La lógica es la ciencia que expone las leyes, formas y modos del pensamiento; [...] con respecto al lenguaje, establece las relaciones entre el pensamiento y los medios de expresión [...].

Algunas veces se usan en lugar de ‘etcétera’, ejemplo: son numerosos los grandes caudillos de la historia: César, Napoleón, Bismarck, Bolívar...

 

 

 

PUNTUACIÓN:

 

Tradicionalmente, la puntuación fue atribuida a Aristófanes de Bizancio (año 200 a. de C.) y desarrollada por otros eruditos de la Biblioteca de Alejandría; puntuar era necesario para el progreso de la lectura silenciosa en aquella época.

 La puntuación da ritmo al estilo, y en el habla, da a la frase un ritmo fónico muy agradable. La puntuación sirve para crear pausas, ya que ella nos obliga a detener el desarrollo de una idea, creando un determinado ritmo. Algunos autores utilizan frases breves, con punto, como para resaltar cada pensamiento. Es frecuente este estilo de ritmo cortado, sobre todo en el periodismo actual. El punto y seguido es la mayor pausa que se hace en la lectura. Más que detener el ritmo del período lo que hace es fraccionarlo, reducirlo a piezas. (v. t.: Signos de puntuación)

En los escritos se intercalan otros signos como el punto y coma, que son una pausa semicompleta, sirven para tomar una larga respiración cuando los períodos son largos. En estos casos, el punto ejerce su misión de pausas más largas y más justificadas; de esta manera se le da al texto un ritmo más ágil y movido..

Cuando se quiere suavizar el corte producido por el punto, como si el pensamiento siguiera, se recurre a los puntos suspensivos.  Se utilizan para dar más fuerza a la reticencia (v.).  Representan una pausa más larga que la sugerida por el punto. Son muy frecuentes en teatro, pues se presta a esta suspensión dubitativa, y más aún en los soliloquios interpretados en la escena.

La coma es el elemento que hace resaltar más el ritmo, comunica vivacidad o lentitud, y destaca los elementos que componen un período.

En relación con la puntuación, el maestro y gramático G. Martín Vivaldi opina que a pesar de que la puntuación sea materia un tanto elástica, conviene tener en cuenta las reglas y adaptarlas luego a nuestro temperamento. Lo que no puede hacerse en modo alguno es depreciarlas en absoluto. Estos pequeños signos –puntos y comas-, intercalados en la escritura, son a modo de hitos que ayudan a nuestra mente a seguir el pensamiento del que escribe. Son tan precisos como las señales de tráfico en una gran ciudad: ayudan a caminar y evitan el desorden.

Dice el escritor español Azorín: “La puntuación tiene una base más ancha que la decisión personal, que el capricho del escritor. Esa base es la psicología. El estilo es la psicología; no puede uno tener el estilo que quiere. [...] ¿Cuestión de psicología el puntuar? Evidentemente. [...] Varía la manera que el hombre tiene de sentir, y varía el modo de expresar ese sentimiento.”

El ensayista francés Marouzeau aclara: “Los signos de puntuación subrayan las intenciones del autor. La puntuación no es sólo guía de lo que se dice, sino un modo de expresión.”

 

 

 

Q

 

 

Q:

Vigésima letra del abecedario y decimosexta de sus consonantes. Su nombre es ‘cu’. En español se usa solamente ante la ‘e’ y la ‘i’, interponiéndole una ‘u’  que no suena.

Al respecto, la Real Academia Española dice: “Se escriben con ‘q’ las palabras en que entra el sonido fuerte ‘ke’, ‘ki’, empleando siempre después de la ‘q’ la vocal ‘u’, que no se pronuncia, como en ‘esquela’, ‘aquí’. Las dos letras ‘qu’ se han de considerar en tales casos como una sola, simple en el sonido y doble en la escritura (un dígrafo),  igual que: ‘ch’, ‘ll’,‘rr’.

Antes se usaba también la ‘q’ ante otras vocales diferentes de: ‘e’, ‘i,’, y se escribía: ‘quando’, ‘quatro’, etc.; en ese caso la ‘q’ y la ‘u’ tenían el valor de dos letras, (también, un dígrafo).

 

QUE:

 

(Del latín ‘qui’). De este vocablo decía Andrés Bello. “No hay palabra castellana que sufra tan variadas y, a veces, inexplicables transformaciones”. Ese ‘qui’ latino perdió el género y el número al pasar a las lenguas romances  y convertirse en ‘que’.

 

Sus principales usos son:

Enlace de oraciones, ejemplos: él quiere que vengas ya; diles a todos que estoy aquí.

Enlace de verbo y otro vocablo, ejemplos por muy rebelde que sea; por mucho que lo repita.

Enlace comparativo, ejemplos:  Juan es mejor que todos; ella  es más elegante que Lucía.

Enlace adversativo, ejemplos: suya es la culpa que no mía;  dale que dale.

Enlace causal, ejemplo: lo hará sin duda, que lo ha prometido (equivale a: porque, pues).

Enlace disyuntivo, ejemplo; que quiera, que no quiera (equivale a decir: ya quiera, ya no quiera; quiera, o no quiera. (que = ya, o).

Enlace consecutivo, ejemplo tan cambiado está Jaime, que no lo reconocen ni sus amigos.

Enlace final, ejemplo: dio orden a su criado que le trajera la carta, (equivale a: para que).

Equivale a la expresión ‘de manera que’, ejemplo: corre que vuela (corre de manera que vuela)..

Se usa entre palabras idénticas con sentido de encarecimiento, ejemplo: bella que bella.

Se usa después de un adverbio afirmativo o negativo, ejemplo: ¡sí que lo hará!

Se usa después de un adjetivo o participio, ejemplo: ¡curioso que es uno!

Es pronombre relativo (v.), ejemplo: el escritor que ganó el premio se llama Gabriel.

Puede ser adjetivo o pronombre interrogativo, ejemplos: ¿Qué libro es?, ¿Qué dijeron ellos?

Puede ser adjetivo o pronombre exclamativo, ejemplos: ¡Qué calor hace!, ¡Qué dirá Inés!

‘Que’ como pronombre relativo, reproduce un concepto anterior y enlaza una frase con otra; a veces, puede cambiarse por ‘el cual’, ‘la cual, ‘los cuales’, ‘las cuales’, ejemplos: el día que llegaste (el día en el cual llegaste); Su Majestad que Dios guarde (a quien Dios guarde).

Hay un uso de ‘que’ en sentido ponderativo o interrogativo neutro o suplido por la expresión ‘qué cosa’, ejemplos: ¡Qué de pobres hay en esta ciudad!  ¡No sé qué hacer!   ¿Qué haremos?

‘Que’ como partícula no reproduce conceptos anteriores, sino más bien sirve de elemento de enlace de palabras o frases.

 

Compuestos con ‘que’:

Antes que: locución o sintagma adverbial, ejemplo: estudia antes que llegue tu padre, (es incorrecto decir y escribir ‘antes de que’).

Así que: conjunción consecutiva; equivale a ‘luego’, ejemplo: así que no lo sabías.

Aunque:  conjunción adversativa, ejemplo: lee bien, aunque despacio.

Como que: equivale a: ‘así es que’, ejemplo: como que ya leí este libro.

Puesto que: equivale a ‘pues que’, ‘aunque’, ejemplo: vine puesto que no puedes estar solo.

Sino que: equivale a ‘pero’, ejemplo: sino que es de almas nobles perdonar siempre.

Ya que: equivale a ‘dado que’, ‘una vez que’, ejemplo: te escribo ya que es imposible verte.

 

En relación con el empleo de ‘que’, el estilo debe evitar las frases sobrecargadas de ‘que’, tormento del escritor y fastidio para el lector. El abuso de los relativos origina pesadez de estilo, sobre todo por la cacofonía (v.) que supone la repetición de palabras guturales: que, del que, el que, cual, del cual, etc. Esas expresiones con ‘que’ se pueden pulir haciendo cambios: Ejemplos:

El soldado que defendió la localidad. Cambio: el soldado, defensor de la localidad.

Son dos movimientos que se producen al mismo tiempo. Cambio: Son dos movimientos simultáneos.

Un buen padre que perdona a sus hijos. Cambio: Un padre indulgente con sus hijos.

Las hojas secas que hay en el bosque. Cambio: Las hojas secas del bosque.

Es una prueba que confirma mis sospechas. Cambio: Es una prueba en apoyo de mis sospechas.

Pero hay que tener en cuenta que muchas veces no podrá suprimirse el ‘que’, porque hace falta o para la claridad o para la naturalidad de la expresión.

El abuso del ‘que’ en la redacción se llama queísmo. (v.)

 

QUE GALICADO:

 

Se llama ‘que galicado’ el que en construcciones del verbo ‘ser’ aparece en nuestro idioma con un giro que es traducción literal del francés (por eso se llama galicado). Ejemplos:

Fue en esta exposición que la conocí. Se corrige: Fue en esta exposición donde la conocí.

Entonces fue que habló fuerte. Se corrige: Entonces fue cuando habló fuerte.

Así es que se estudia para poder ganar éxitos. Se corrige: Así es como se estudia para poder ganar éxitos

Por eso fue que no vino. Se corrige: Por eso fue por lo que no vino. De manera más elegante para un correcto estilo, es más propio decir: Por eso no vino.

A usted es que me dirijo. Se corrige: Me dirijo a usted; o también: es a usted a quien me dirijo. De ese problema es que se trata. Se corrige: De ese problema es de lo que se trata; más elegante y estilístico: Se trata de ese problema.

Leyendo es que se aprende cultura. Se corrige: Leyendo es como se aprende cultura. Mejor si se suprime el giro: Leyendo se aprende cultura.

 

No hay que galicado en los siguientes casos:

En las interrogaciones o exclamaciones introducidas por un adverbio, ejemplos: ¿Dónde es que vive María?  ¿Cuándo es que presentas el examen? ¿Cómo es que se escribe esa palabra?

Cuando el verbo ‘ser’ significa ‘haber’ y se omite la preposición, ejemplos: un tiempo fue en que la historia cambió de rumbo. Esta frase se puede cambiar por: un tiempo hubo en que la historia cambió de rumbo.

Cuando el verbo ‘ser’ significa ‘verificar’, ‘suceder’, ejemplo: ¡Cuándo será que puedo terminar con esto! (¡Cuándo sucederá que puedo terminar con esto!)

En la expresión ‘así es que’ cuando ella expresa deducción y no modo, ejemplo: estudió mucho, así es que se merece el triunfo

En las expresiones ‘es que’, ‘fue que’ que indican causa o motivo, ejemplos: es que no quiere venir; fue que llegó tarde.

En la expresión ‘ello es que’ cuando tiene sentido de ‘sucede que’, ejemplo: ello es que no quiere entregar esas notas.

 

QUECHUA:

 

O quichua. Dice la Academia que es posible que este nombre se derive de una tribu peruana. Con él se designa a una tribu de indios y su lengua. Este vocablo se encuentra escrito y pronunciado de diversas maneras, tales como: kjechua, quechua, qechua, keshua, keswa, k’hichwa, quichoa.

 

QUEÍSMO:  (v. que)

 

 

QUIEN:

 

(Del latín ‘quem’, acusativo de ‘qui’). Pronombre relativo que no varía de género pero sí de número. Sólo en el siglo XVI creó el plural ‘quienes’. Se usa siempre sin artículo. Equivale al pronombre ‘que’ o a ‘el que’, ‘la que’, etc., y a veces a ‘el cual’ y sus variantes. Se refiere a personas. En su empleo hay tres casos:

Cuando el antecedente de ‘quien’ está expreso en la oración principal, por ejemplo: es el hombre a quien vienes buscando (El referente de ‘quien’ es ‘hombre). En este caso, no pude ser sujeto de una oración especificativa. No puede decirse: la señora quien ha venido, sino: la señora que ha venido.

Cuando el antecedente de ‘quien’ está callado, por ejemplo: no tiene a quien recurrir (el antecedente callado es ‘nadie’)

Cuando ‘quien’ lleva el antecedente implícito (según opinión de la Real Academia Española), porque lleva en sí mismo su propio antecedente, constituye lo que muchos gramáticos llaman “relativo de generalización”, muy usado en refranes y frases hechas, ejemplos: quien bien te quiere, te hará llorar; quien canta, sus males espanta. En estos casos, ‘quien’ equivale a ‘todo el que’

 

QUIENQUIERA:

 

Igual que el vocablo cualquiera, ‘quienquiera’ es un pronombre indefinido compuesto de ‘quien’ y del verbo ‘querer’. Su plural es ‘quienesquiera’. Es una forma poco usada como lo es también la forma apocopada ‘quienquier’, la que para Bello es una forma anticuada.

 

QUIZÁ O QUIZÁS:

 

Se emplea en las oraciones aseverativas (v. oración) cuando el hecho se enuncia como posible en lo futuro, ejemplos: quizás pueda escribirte; quizás llegará esta noche; quizá responda pronto.

 

 

 

R

 

R:

 

Vigésima primera letra del abecedario español y decimoséptima de sus consonantes. Su nombre generalmente es ‘erre’, pero se llama ‘ere’ cuando se quiere hacer notar que representa un sonido simple. La ‘rr’ es doble por su figura (un dígrafo), pero representa un fonema único, e igual que la ‘ll’ y la ‘ch’ no puede partirse en la escritura. Nunca se encuentra, como dígrafo, ni al principio ni al final de un vocablo.

Cuando una palabra empieza por ‘erre’-(‘r’) y se junta con otra que termina en vocal para formar un vocablo compuesto, toma la forma dígrafa (2 letras) de ‘rr’, ejemplos: autorradio, portarretrato, cartarroja, etc.

 

RADICAL:

 

En general, se llama ‘radical’ o ‘raíz’ la parte invariable de todas las palabras flexivas; por ejemplo: en la palabra ‘niño’ se considera como raíz ‘niñ’, que es la que no varía, cualquiera que sea el número o el género; en la palabra ‘casero’ se considera como raíz o radical ‘cas’, la cual mediante diversas letras adicionales forma ‘casa’, ‘casero’, ‘caserío’, ‘casucha’, ‘casilla’, ‘caseta’, ‘caserón’, etc.

Pero donde tiene más interés la radical o raíz es en los verbos, porque expresa la significación general de los mismos, sin atender a la persona ni al tiempo. La radical es invariable, pero hay ciertos verbos que en algunos tiempos modifican su radical, son los llamados ‘verbos irregulares’. (v.)

 

RAER:  (v.Verbo, otros verbos irregulares de uso común al hablar y escribir).

 

RAÍCES GRIEGAS:

 

En el estudio de nuestra lengua es importante saber el origen de los vocablos, es decir, la etimología (v.). Con las raíces griegas se han formado y siguen formándose palabras relativas a las ciencias. Algunas de esas raíces son:

 

Raíz :                     significado:                        Palabras:

 

AER:                    aire                                   aerodinámica, aeródromo, aerolito, airoso, desaire

ARCHO:             ser el primero, mandar,     arcángel, archivo, arcipreste, arzobispo, arquitecto,

                            comenzar hacer por          arquetipo, jerarca

                            primera vez

AUTO:               el mismo, en persona        autobiografía, autóctono, autónomo, autómata.

CISTO                vejiga                                cistitis, citología

CONDRIO         cartílago                            hipocondrio, hipocondríaco

FLEBO               vena                                  flebitis, flebotomía

GRAFO:            escribir, gráfico:                grafología, caligrafía, ortografía, taquigrafía.

HAIMA:            sangre                                hematoma, hemorroides, anemia, hemoglobina.

HEPATO           hígado                               hepatitis, hepatología

HETEROS:       otro, diferente                    heterodoxo, heterogéneo, heterogamia.

IDIOS:               propio, particular               idioma, idiotismo, idiosincrasia, idiopatía.

ISOS:                  igual                                  isocromático, isócrono,, isómero, isósceles.

LEUCOS:           blanco, albo, luciente        leucemia, leucocito, leucoplasis,  leucoma.

MAKROS:         grande, largo extenso       macrocéfalo, macrocosmos, macrofagia, macrocito.

MEGAS:            grande, fuerte                    megalómano, megaterio, megameto.

MIEL                 médula                              osteomielitis, poliomielitis

MIKROS:          pequeño                             micra, microbio, microbiología, microcéfalo.

NEFRO             riñón                                  nefritis, nefrología

NEOS:               nuevo                                 neófito, neologismo, neoplasma, neolítico.

ÓCULO            ojo                                      oculista, monóculo, binocular

OTO                 oído                                    otitis, otología, otalgia

PATOS:            afección                             patogenia, patología, patosicología.

POLYS:            mucho                               policromo, poliedro, poligamia, polígloto.

RINO                nariz                                  rinitis, rinología

TELE:               lejos                                   teléfono, telégrafo, telescopio, televisión, teología.

 

RAÍCES LATINAS:

 

Raíz                    significado                          palabras

 

ANIMA:              alma, soplo, aliento vital     animal, animar, exánime, longanimidad.

AQUA:                agua                                     acuario, acueducto, acuoso, acuático.

BELLUM:           guerra                                  bélico, belicoso, beligerante.

CAPUT:              cabeza                                 capital, capitán, capataz, capitel, capítulo.

CIRCUS:            circo, cerco, anillo               circular, circulación, círculo.

FILUM:              hilo                                      filiforme, filamento, perfil

LAUS                 alabanza, elogio                  laudable, laudatorio, loar, laudo.

LITTERA           letra                                    literal, literatura, letrado.

MODUS             modo, manera                     módico, módulo, modesto, molde, modificar.

NOMEN             nombre                               nominal, nominativo, nómina, nomenclatura.

ROTA                 rueda                                  redonda, rodar,  rodilla, rodillo, rollo.

SIGNUM            signo, señal                        significar, señero, insigne, sigilo, significativo.

 

RAÍZ:  (v. radical)

 

RAYA:

 

Este signo ortográfico referente a la distribución de los escritos se emplea:

En los diálogos, al principio de lo que cada personaje habla. En estos textos la raya indica los cambios entre los interlocutores.

Al principio y al final de oraciones explicativas o también incidentales, ejemplo:  “Las sombras –la del alero de un tejado, la de un viejo muro- adquieren imperceptibles colores.” (Azorín)

Con el valor de paréntesis se usa para intercalar en una frase reproducida la actitud o el nombre de su autor, ejemplo: “Yo te ayudo –dijo Horacio- aunque no sea más que por tomar café esta noche en el velorio.” (Ricardo Güiraldes)

 

 

 

RECIÉN:

 

Es un adverbio de tiempo; la Real Academia de la Lengua da como equivalencia el de igual clase: ‘recientemente’. Advierte, además, que ‘recién’ se usa siempre antepuesto a los participios pasivos; se dice: recién llegado, recién nacido, recién comido.

 

 

 

RECOMENDACIONES DE LA NUEVA GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA.(REAL ACADEMIA ESPAÑOLA –RAE-); edición del año 2011

 

GÉNERO Y NÚMERO:

 

1. Son dos nociones que se relacionan, pero que no se identifican; el género es de carácter gramatical, el sexo es un rasgo biológico. Todos los nombres poseen género, independientemente de que sean seres sexuados o no.

 

2. Muchos de los nombres de seres sexuados (personas, animales, algunas plantas)  son - en gramática - invariables en cuanto al género.

3. Son sustantivos comunes en cuanto al género: el cónyuge, la cónyuge; el testigo, la testigo; el estudiante, la estudiante; el astronauta, la astronauta; el centinela, la centinela; el artista, la artista; el hereje, la hereje; el cantante, la cantante; el sargento, la sargento; el miembro de la junta, la miembro de la junta.

4. El sustantivo autodidacta puede usarse como común (el autodidacta, la autodidacta), pero también admite la Real Academia Española (RAE) la alternancia: autodidacto, autodidacta. Ocurre lo mismo con políglota (polígloto, políglota); modisto, modista.

5. Son correctos los vocablos femeninos: jefa, cacica, clienta, intendenta, presidenta, fiscala, concejala, jueza, coronela, tenienta, capitana.

6. En referencia a seres animados, el masculino en uso genérico designa toda la especie, es decir,  individuos de uno y otro sexo, ejemplos: un estudiante (se entiende: hombre o mujer) tiene que esforzarse mucho; los hombres prehistóricos (comprende también a la mujer) vestían pieles de animales; los padres de familia (se entiende: padre y madre); los reyes de... (rey y reina).

7. Son innecesarias y tontas las series de sustantivos para nombrar diferentes géneros propias del lenguaje político y administrativo actual, tales como: los alumnos y las alumnas; los colombianos y las colombianas; los ciudadanos y las ciudadanas; los niños y las niñas, etc.

8. Los sustantivos que designan objetos compuestos de dos partes simétricas que forman unidad, alternan el uso del singular y del plural, ejemplos: alicate - alicates; calzón - calzones; gafa - gafas; nariz - narices; pantalón - pantalones; tenaza - tenazas; tijera - tijeras.

9. Se usan en singular, por designar una entidad única, los siguientes vocablos: canícula, caos, cariz, cenit, grima, salud, sed, tez, zodíaco.

10. Se usan siempre en plural: comestibles, provisiones, tallarines, víveres, bártulos, cachivaches, enseres, emolumentos, finanzas, honorarios, las afueras de la ciudad, los sitios aledaños, alrededores, añicos, escombros, trizas, entrañas, fauces.

11. Son plurales correctos: reveses, toses, boxes, faxes, bíceps, tics, aguafuertes, bocacalles, purasangres, sacacorchos, quehaceres, años luz, buques escuela; hombres rana, niños prodigio, aviones espía, discos pirata, momentos clave, células madre, países satélite. Pero, son admitidas también por la RAE: aviones espías, discos piratas, momentos claves, países satélites. Lo correcto es decir: "los boinas verdes", "los pieles rojas".

12. Los vocablos latinos terminados en M y en T hacen el plural añadiendo S: réquiems, ultimátums, vademécums, accésits, déficits, hábitats, superávits. El  vocablo ítem admite otras formas: ítemes, ítems, se prefiere la última forma; bistec/ bistecs; boicot/ boicots; coñac/ coñacs; debut/ debuts.

13. Los vocablos agudos y los monosílabos terminados en consonante forman su plural agregando: ES, ejemplos: boxes (box), estreses (estrés), faxes (fax). Otros vocablos forman su plural agregando: S, ejemplos: argot/argots;  bloc/blocs;  chef/chefs;  esnob/ esnobs;  web/webs; escáner/escáners;  fan/fans;  máster/másters;  club/clubs, también: clubes; test/tests.

 

VERBOS DEFECTIVOS:

 

 Son los que presentan una conjugación incompleta, es decir, que carecen de algunas formas. Este hecho gramatical puede ocurrir por:


a)  Son verbos referidos a fenómenos de la naturaleza, como: amanecer, anochecer, llover, tronar, nevar; se conjugan en tercera persona del singular. Algunos de dichos verbos tienen acepciones que no son impersonales, ejemplos: le llueven ofertas de trabajo; ¿cómo amaneciste hoy?


b)  Los verbos terciopersonales - vocablo nuevo de la RAE - para indicar los que siempre hemos conocido como verbos conjugados solamente en tercera persona, tales como: acaecer, acontecer, atañer, concernir, ocurrir, urgir, no se conjugan en relación con las personas, sino que hablan de sucesos; ejemplo dado por la RAE: ocurrió una catástrofe; o se refieren a contenidos de preposición, ejemplo: urgía que se tomara una decisión.


c)  Los verbos acostumbrar (en uno de sus sentidos) y soler se emplean en construcciones con infinitivo que son de sentido imperfectivo; por esta razón solo se conjugan en presente de indicativo: acostumbro, suelo; en presente de subjuntivo: acostumbre, suela; en pretérito imperfecto de indicativo: acostumbraba, solía, y en pretérito perfecto compuesto: ha acostumbrado, ha solido.

 

a.  ANTROPÓNIMOS son los sustantivos propios que designan personas, bien sean nombres de pila: Dolores, Juan, Francisco; o nombres hipocorísticos (designación cariñosa, familiar de personas): Lola, Juanchito, Pacho.
También son antropónimos los que designan apellidos o sobrenombres: Azorín, Sánchez, la Faraona, el Matasiete.


b. Los ZOÓNIMOS que son nombres propios de animales como: Babieca,  Bucéfalo, Rocinante.


c. Los TOPÓNIMOS son los nombres de lugares, como: América, Costa Rica, Colombia.

 

SON NOMBRES PROPIOS los que denotan festividades o conmemoraciones: la Ascensión; nombres de astros: Marte, Júpiter; o representaciones alegóricas: la Muerte; o títulos de obras: Hamlet, la Celestina; o fundaciones: Hospital General Luz Castro de Gutiérrez; órdenes religiosas: Misioneros de Yarumal; nombres de empresas: Empresas Públicas de Medellín; o nombres de clubes: Club Deportivo de Antioquia; o corporaciones: Real Academia Española.

 

Hay topónimos que usan el artículo, otros no, ejemplos: El Cairo, La Habana; Uruguay, Colombia.
Cuando se usa el artículo, este se escribe con mayúscula: Viajará a El Salvador.

 

EL APÓCOPE es un proceso por el cual se suprime el segmento final de la palabra, sin que cambie su significado ni su categoría gramatical.
Los adjetivos: bueno, malo,  primero, tercero y postrero se apocopan cuando van delante de un sustantivo masculino singular, ejemplos: buen comienzo, mal momento, primer día, postrer aliento.
El adjetivo grande se apocopa ante un sustantivo en singular, sea masculino o femenino, ejemplo: un gran hombre, una gran mujer; un gran primer plano; un gran segundo premio.

No hay apócope cuando los adjetivos van unidos por una conjunción, ejemplo: un grande  Y  hermoso regalo.

El adjetivo santo se apocopa en SAN ante los nombres propios masculinos, ejemplos: San Juan, San Lucas, San Pedro. No hay apócope ante los sustantivos propios que empiezan por TO y DO, ejemplos: Santo Tomás, Santo Domingo.

 

Son correctos los vocablos: velocísimo (de veloz), archiconocido, hipersensible, superbrillante y otros más; son los pertenecientes al grado superlativo de los adjetivos. 
También son correctos: jovencísimo (de joven), mayorcísimo (de mayor), crudelísimo y cruelísimo (de cruel), fidelísimo, sapientísimo, aspérrimo (de áspero), misérrimo (de mísero), nigérrimo (de negro), paupérrimo (de pobre), pulquérrimo (de pulcro).
De uso común y también correctos, son: asperísimo, negrísimo, pobrísimo, pulcrísimo.

 

Los sustantivos femeninos usados en singular, que empiezan por A tónica (acentuada), con H o sin ella, con tilde o sin ella, exigen el artículo masculino EL o UN, ejemplos: el agua, el habla española, el área, el hada madrina, el ama de llaves, el águila, el hacha, el aula; un agua, un habla, un área, un hada, un ama de llaves, un águila, un hacha, un aula.
Recobran su artículo femenino cuando se usan en plural, ejemplos: las / unas aguas; las / unas hablas; las / unas áreas; las / unas hadas; las / unas amas de casa; las / unas águilas; las / unas hachas; las / unas aulas.

 

Son excepciones a la anterior norma gramatical:

a) Algunas letras del abecedario, se dice: la a; una hache.

b) Algunos nombres y apellidos de mujeres: la Ángela que tú nombras es una Ávalos.
c) Nombres de empresas: la Alfa Romeo; las siglas y acrónimos referidos a femeninos: la AUF
d) En los sustantivos comunes en cuanto al género, los artículos definen el sexo, ejemplos: el árabe, la árabe.
e) En el sustantivo femenino de reciente creación, que denota profesión, se emplean los artículos LA y UNA: la árbitra (del partido), una árbitra.

Las formas contractas   AL (a + el) y DEL (de + el) resultan de la combinación del artículo EL con las preposiciones A, DE (se fusionan las vocales en contacto), ejemplos: el ascenso AL cerro; a la salida DEL concierto.

 

a) NO HAY CONTRACCIÓN  con nombres propios o títulos de obras, cuando el artículo es parte integrante de la expresión, ejemplo: las pinturas de El Greco.


b) En los topónimos (nombres propios de lugares) SÍ HAY CONTRACCIÓN cuando el artículo no hace parte de la denominación, ejemplos: viajó al Río de la Plata; la provincia del Chaco.


c. NO HAY CONTRACCIÓN cuando se interpone un signo de puntuación, como comillas o paréntesis, ejemplos: la lectura deEl Quijote”; de “El Cristo de Velásquez”.

En los derivados y compuestos femeninos en los que la A pierde su acento, deben usarse las formas  LA  y UNA: la alita, la hambruna, la aguanieve, una avemaría.

El artículo neutro LO  no tiene variación de número y no puede usarse con sustantivos, puesto que en español no hay sustantivos neutros, ellos se forman con el uso del LO.

 

  LO, tiene dos usos fundamentales:


a) Es referencial: encabeza grupos nominales que hacen alusión a entidades definidas,  NO animadas, ejemplos: no me gusta lo que escribe este poeta; lo sucedido nos dejó sorprendidos; tenía lo necesario para vivir.


b) Es enfático (es decir: dicho con énfasis). LO, va seguido de una oración gramatical construida con el nexo QUE, ejemplos: ¡Lo difícil que es este problema!  ¡Lo bien que salió todo!

 

Cuantificadores:


Cuantificar es expresar la medida de algo.
En Gramática, los cuantificadores se clasifican en numerales, cuando el cómputo que establecen está basado en los números naturales; y  no numerales cuando la cuantificación se hace por otros procedimientos.

 

Los cuantificadores numerales son: los cardinales  (uno, dos, tres, cuatro......); los ordinales  (primero, segundo, tercero, cuarto......); los fraccionarios (medio, tercio, cuarto......); los multiplicativos (triple, doble……)

 

Entre los cuantificadores no numerales están los que poseen género y número, ejemplos: cuánto pan; cuántos cuadros; cuánta gente; cuántas sillas; poco afán; poca agua; pocas amigas. (Mucho, forma el neutro: estudian mucho).

 

Otros solo presentan variación de número, pero no de género, tales como: bastante, cualquiera, ejemplos: bastantes disgustos; bastante trabajo; cualquier familia; cualesquiera momentos; un día cualquiera; cualquiera de ellos; cualquier año.

Otros tienen variación de género pero no de número, como: ambos, sendos, ejemplos: ambos amigos; ambas amigas; sendos libros; sendas yeguas. (Sendos: uno para cada uno).

Los siguientes, solo son correctos cuando se usan con una forma única: algo, alguien, cada, más, menos, nada, nadie.
Pero, “cada”  acompaña a sustantivos masculinos o femeninos en singular (cada hora, cada mujer, cada hombre), y, en plural, cuando a dichos nombres les precede un numeral cardinal, ejemplos: cada tres meses; cada siete metros.

Las expresiones tan de moda, sobre todo entre los periodistas: veintiún víctimas; cuarenta y un semanas; doscientos un soldado; veintiún vecesson incorrectas.
Debe decirse y escribirse: veintiuna víctimas; cuarenta y una semanas; doscientos un soldados; veintiuna veces.

 

En tiempos pasados la Real Academia Española (RAE) rechazaba las formas "decimoprimero" y "decimosegundo" (la Nueva Gramática trae estas dos palabras sin tilde); hoy, en la edición de  2011, admite dichas palabras y, además, permite usarlas, al igual que las formas: undécimo y duodécimo.

ES INCORRECTO usar los numerales fraccionarios o partitivos (onceava parte, doceavo, veinteava y otros más) con el valor de los ordinales. No se dice ni se escribe: la veinteava vez, el doceavo mes. Lo correcto: la vigésima vez; el duodécimo mes.

 



Los relativos:

 QUE:

 

Es un pronombre invariable en género y en número; puede referirse a seres animados y no animados, ejemplos: los amigos que te acompañan; los libros que compré; el cuento que me contaron; los profesores que llegaron.

QUIEN:

 

Pronombre que tiene variación de número (quien / quienes). Se refiere a personas, a instituciones o a cosas personificadas, ejemplos: las hermanas a quienes tanto quieres; fue la propia empresa quien decidió cerrar; el caballo Rocinante por quien Don Quijote sentía un gran afecto.

CUAL:

 

Puede cambiar de número (cual / cuales): se usa precedido del artículo determinado con el cual expresa el género (el cual / la cual; lo cual / los cuales / las cuales /los cuales), ejemplos: estos son los jóvenes por los cuales luchamos; las jóvenes por las cuales luchamos.


 CUYO:

 

Tiene valor posesivo, y admite cambios de género y número, ejemplo: es el niño cuya vivacidad asombra. El uso de este determinante relativo va desapareciendo de la lengua oral, e incluso, de la periodística.

 

DONDE:

 

(Es un adverbio relativo). Los únicos adverbios relativos de lugar que se conservan son: DONDE y su compuesto ADONDE;  también: A  DONDE.
No son correctas expresiones como: estos son los proyectos en donde se destacan los puntos esenciales.  Las decisiones políticas donde acordaron los nombres de los candidatos.
Son incorrectas porque no hay antecedente de lugar. Debe decirse: estos son los proyectos en los que se señalan...   Las decisiones políticas en las que se acordaron...
La expresión  EN  DONDE es correcta para expresar ubicación: se mete en donde no lo llaman
Para expresar el término de una trayectoria, se alternan las formas correctas: DONDE,  ADONDE, A  DONDE, ejemplos: acaba de llegar donde lo habían citado; acaba de llegar adonde lo habían citado; acaba de llegar a  donde lo habían citado.

 CUANDO:

 

(Adverbio relativo)  equivale a decir: "en el tiempo" o  "en el momento en que", ejemplos: lo haré cuando pueda; recuerdo aquellas vacaciones cuando íbamos a conciertos; no entiende nada, ni siquiera ahora cuando se lo explicaron todo.

 

  COMO:

 

 (Adverbio relativo) es correcto su uso en las siguientes expresiones: ella lo cuenta como lo contaría un profesional; aprendió la forma (o manera o modo) como se escribe con elegancia; lo hizo tal (o así, o igual) como se lo enseñaron.

 CUANTO:

 

(Adverbio relativo) es un cuantificador relativo que expresa una cantidad equivalente a la expresada, a veces, por los vocablos TANTO o TODO. Tiene variación de género y número: cuanto / cuanta; cuantos / cuantas, ejemplos: trajo tantos libros cuantos le pidieron; regaló todo cuanto tenía.

Hay unos relativos a los que se les agrega la forma verbal gramaticalizada: QUIERA (no tiene ninguna relación con el verbo querer), de donde resultan los vocablos: quienquiera, comoquiera, dondequiera, adondequiera, cuandoquiera; también: cualquiera, cuando va seguido de una expresión específica, ejemplo: cualquiera que lo sepa. Denota personas o cosas no identificadas, y su significado es: "sea quien sea", "sea como sea". El plural de CUALQUIERA es CUALESQUIERA, ejemplo; cualesquiera sean tus ambiciones, seguirás siendo un ser humano respetable.

Los adverbios terminados en MENTE poseen doble acento de intensidad: uno en el adjetivo y otro en el elemento compositivo: libre-mente, posible-mente. Estos adverbios conservarán la tilde del adjetivo de base, si éste la tuviere, ejemplos: difícilmente, útilmente, hábilmente, cortésmente.
En la Nueva Gramática de la RAE, año 2011, se conserva todavía la antigua denominación de "locuciones adverbiales" (Muchos nuevos nombres en esta Gramática corresponden a los mismos conceptos y clasificaciones gramaticales que siempre hemos usado, aprendido y enseñado).

LOCUCIONES ADVERBIALES son las expresiones fijas constituidas por varias palabras que equivalen a un adverbio. Son correctas, entre muchas, las siguientes locuciones adverbiales: a gusto; de reojo; a gatas; a saltos; a tientas; a diestro y siniestro; a diario; a ciegas; a primera vista; a grito pelado; de un trago; a oscuras; a lo grande; a la larga; de un momento a otro; de ahora en adelante; de vez en cuando (la aceptación por la Real Academia Española - RAE - de esta última locución adverbial es nueva; antes, dicha Academia y los autores de diccionarios de dudas y correctores de gramática nos enseñaban que lo correcto era escribir o decir: de vez en vez, o: de cuando en cuando). Son correctas, además, las siguientes: una barbaridad; a montones; acto seguido; más tarde o más temprano; ni más ni menos.

 

Son correctas las siguientes expresiones:

 La calle de Ayacucho
 La calle Ayacucho
 El año de 2012
 El año 2012
 Tú eres de los que APOYAN esa propuesta
 Yo soy de los que DICEN siempre la verdad.

Al construir expresiones con alguno de los siguientes verbos, debe hacerse con las preposiciones: de, en, a, por. Veamos:

Carecer de; depender de; abusar de; insistir en; acceder a; aludir a; renunciar a; luchar por; interesarse por; temer a; aficionarse a (la bebida). La RAE conceptúa que también es correcto decir: aficionarse por (la bebida).

 

 

  Cuando el verbo haber se emplea para denotar la mera presencia o existencia de personas o cosas, funciona como impersonal y, por lo tanto, se usa solamente en tercera persona del singular (que en el presente de indicativo adopta la forma especial hay: Hay muchos niños en el parque). En estos casos, el elemento nominal que acompaña al verbo no es el sujeto (los verbos impersonales carecen de sujeto), sino el complemento directo. En consecuencia, es erróneo poner el verbo en plural cuando el elemento nominal se refiere a varias personas o cosas, ya que la concordancia del verbo la determina el sujeto, nunca el complemento directo. Así, oraciones como: Habían muchas personas en la sala.  Han habido algunas quejas Hubieron problemas para entrar al concierto, son incorrectas; debe decirse Había muchas personas en la sal. Ha habido algunas quejas. Hubo problemas para entrar al concierto.

 

 

  Hubieron:

 

  La forma verbal hubieron es la que corresponde a la tercera persona del plural del pretérito perfecto simple o pretérito de indicativo del verbo haber: hube, hubiste, hubo, hubimos, hubisteis, hubieron. Ejemplo: Una vez que hubieron llegado, se sentaron a comer.

 

  Usos correctos: Esta forma verbal se emplea, correctamente, en los casos siguientes:

Para formar, seguida del participio del verbo que se está conjugando, la tercera persona del plural del tiempo compuesto denominado pretérito anterior o antepretérito de indicativo: hubieron terminado, hubieron comido, hubieron salido. Este tiempo indica que la acción denotada por el verbo ha ocurrido en un momento inmediatamente anterior al de otra acción sucedida también en el pasado: Cuando todos hubieron terminado, se marcharon a sus casas; Apenas hubieron traspasado el umbral, la puerta se cerró de golpe. En el uso actual, este tiempo verbal aparece siempre precedido de nexos como cuando, tan pronto como, una vez que, después (de) que, hasta que, luego que, así que, no bien, apenas. Prácticamente no se emplea en la lengua oral y es hoy raro también en la escrita, pues en su lugar suele usarse, bien el pretérito perfecto simple o pretérito de indicativo (Cuando todos terminaron, se marcharon a sus casas), bien el pretérito pluscuamperfecto o antecopretérito de indicativo (Apenas habían traspasado el umbral, la puerta se cerró de golpe).

Como forma de la tercera persona del plural del pretérito perfecto simple o pretérito de indicativo de la perífrasis verbal haber de + infinitivo, que denota obligación o necesidad y equivale a la más usual hoy: tener que + infinitivo: El director y su equipo hubieron de recorrer muchos lugares antes de encontrar los exteriores apropiados para la película.

 

 

 Detrás de mí, encima de mí, al lado mío

 

  En la lengua culta debe evitarse el uso de adverbios como cerca, detrás, delante, debajo, dentro, encima, enfrente, con adjetivos posesivos; así pues, no debe decirse detrás mío, encima suya, etc., sino detrás de mí, encima de él, etc. Detrás de María no equivale a su detrás, por lo que no es admisible decir: detrás suya ni detrás suyo.

  En consecuencia, para discernir si es o no correcta una expresión con posesivo, debemos fijarnos en la categoría de la palabra núcleo: si es un sustantivo, será correcta (puede decirse al lado mío, pues lado es un sustantivo); pero no será correcta si se trata de un adverbio (no puede decirse: cerca mío, pues cerca es un adverbio).

  Para no equivocarse, resulta útil saber que si se puede usar el posesivo átono antepuesto, la construcción con el posesivo tónico pospuesto será también válida:

  Estoy al lado  de María:

 Estoy a  su  lado: Estoy al lado  suyo (CORRECTOS)
  Giraban alrededor de ti:  

Giraban a tu alrededor: Giraban alrededor tuyo (CORRECTOS)

  Por último, es importante señalar que el posesivo pospuesto debe concordar en género con el sustantivo al que modifica; así pues, debe decirse: al lado suyo (y no: al lado suya), puesto que el sustantivo lado es masculino.

 

  Dobles participios: imprimido - impreso;   freído -frito;   proveído -provisto

  Los únicos verbos que en la lengua actual presentan dos participios, uno regular y otro irregular, son imprimir (imprimido -impreso), freír (freído -frito) y proveer (proveído -provisto), con sus respectivos derivados. Los dos participios pueden utilizarse indistintamente en la formación de los tiempos compuestos y de la pasiva perifrástica, aunque la preferencia por una u otra forma varíe en cada caso.

 

Doble negación: no vino nadie, no hice nada, no tengo ninguna.

 

  En español existe un esquema particular de negación, que permite combinar el adverbio no con la presencia de otros elementos que tienen también sentido negativo.

  Los adverbios: nunca, jamás, tampoco; los indefinidos: nadie, nada, ninguno; las locuciones adverbiales: en la vida, en mi vida, en tu vida, en su vida, y los grupos que contienen la palabra ni aparecen siempre en oraciones de sentido negativo. Si estos elementos van antepuestos al verbo, este no va acompañado del adverbio de negación no; ejemplos: Nunca voy al teatro; Él tampoco está de acuerdo; Jamás lo haré; Nadie lo sabe; Nada de lo que dice tiene sentido; Ninguno de ellos es actor; En su vida lo conseguirá; En mi vida la he visto; Ni su padre lo perdonaría.

Pero si van pospuestos al verbo, este debe ir necesariamente precedido del adverbio no, ejemplos: No voy nunca al teatro; Él no está de acuerdo  tampocoNo lo haré jamásNo lo sabe nadieNo tiene sentido nada  de lo que dice; No es actor ninguno  de ellos; No lo conseguirá en su vida; No lo olvidaré en mi vida; No lo perdonaría ni su padre.

La concurrencia de esas dos negaciones no anula el sentido negativo del enunciado, sino que lo refuerza.

 

Sustantivo + a + infinitivo: temas a tratar, problemas a resolver, etc.

 

  Estas estructuras, provenientes del francés, suelen considerarse inelegantes y normativamente poco recomendables. Sin embargo, en determinados ámbitos (en especial, el económico, el administrativo y el periodístico) han alcanzado una extensión notable, debido a su brevedad. Aunque se admite su empleo en determinados contextos (cantidad a ingresar, temas a tratar, problemas a resolver, etc.), no debe olvidarse que en muchas ocasiones su uso es superfluo y, por consiguiente, resulta preferible evitarlo.

 

  Palabras clave o palabras claves; copias pirata o copias piratas

 

  En las construcciones formadas por dos sustantivos que constituyen una unidad léxica, en las que el segundo de ellos modifica al primero como si se tratara de un adjetivo, normalmente solo el primer sustantivo lleva marca de plural, ejemplos: horas punta, bombas lapa, faldas pantalón, ciudades dormitorio, pisos piloto, coches cama, hombres rana, niños prodigio, noticias bomba, sofás cama, etc. No obstante, hay casos en que el segundo sustantivo puede adquirir un funcionamiento plenamente adjetivo y adoptar también la marca de plural, como es característico en esta clase de palabras. Normalmente esto sucede cuando el segundo sustantivo puede funcionar, con el mismo valor, como atributo del primero en oraciones copulativas; esta es la razón de que pueda decirse: Estados miembros, países satélites, empresas líderes, palabras claves o copias piratas  que son posibles en oraciones como: Esos Estados son miembros de la U.E.  Estos países fueron satélites de la Unión Soviética. Esas empresas son líderes en su sector. Estas palabras son claves para entender el asunto. Las copias requisadas son piratas.

  Es decir, tanto, palabras clave, o copias pirata, como: palabras claves, o copias piratas, son expresiones posibles y correctas. En el primer caso, clave y pirata, están funcionando como sustantivos en aposición y no adoptan la marca de plural. En el segundo, están funcionando como adjetivos plenos (con el sentido de ‘fundamental’, en el caso de clave, y de ‘ilegal o no autorizado’, en el caso de pirata), de ahí que adopten la marca de plural en consonancia con el sustantivo plural al que modifican.

 

RECURSOS ESTILÍSTICOS:  (v. figuras literarias)

 

RECURSOS LITERARIOS:  (v. figuras literarias)

 

REDACTAR:

 

Etimológicamente esta palabra significa ‘poner en orden’. En un aspecto más lingüístico, redactar es expresar por escrito los pensamientos o conocimientos ordenados con anterioridad.

Redactar bien es el arte de construir la frase con exactitud y originalidad, con un léxico y un estilo propios. La redacción comprende tres particularidades del lenguaje:

El estudio de la frase.

El estudio del vocablo.

El estudio del estilo.

Cuando se escribe, es siempre para decir lo que se tiene en el espíritu o está alrededor. La redacción da actividad al idioma y relaciona el lenguaje escrito con el pensamiento y el sentimiento. En la redacción se necesitan fundamentalmente: tener algo que decir, y encontrar la formulación del pensamiento.

Estas son algunas normas prácticas para tener en cuenta a la hora de redactar:

Evitar el abuso de los artículos (v.).

Tener cuidado con el empleo del posesivo ‘su’ (v.) por las ambigüedades que presenta.

Adjetivar bien. Evitar los adjetivos que, repetidos, no añaden nada conceptual al sustantivo. (epíteto).  No aglomerar los adjetivos porque terminan por ser inexpresivos, anodinos,  ‘términos ‘vacíos’.

Evitar el habla popular. El lenguaje escrito es más pulido, correcto y de más altura. El lenguaje del pueblo tiene su sitio en las obras de literatura costumbrista.

Cuidar las normas de la concordancia (v.) y la correlación de los tiempos. (v. modo).

Ser cuidadosos en el empleo de los elementos de enlace (v.) o conectivos o conectores.

Ser parcos en el empleo de la partícula ‘que’ (v.); su repetición vuelve los textos pesados y molestos. No hay en español un vocablo que sufra tantas variaciones como el ‘que’. De esta indeterminación nace el riesgo de su pobreza e incorrección. Tiene veinticuatro acepciones sin contar sus formas compuestas y las locuciones o sintagmas adverbiales.

El redactor (a) que no cuida la ortografía perturba la índole constructiva del español e induce a errores de expresión y de comprensión.

Evitar la repetición de una misma palabra en frases próximas sin justificada necesidad, especialmente si se trata de sustantivos, adjetivos o adverbios. Los elementos de enlace, por la naturaleza de nuestro idioma, sí se repiten con alguna frecuencia, pero ello es correcto.

Evitar la afectación. El defecto más ridículo es la ampulosidad (v.). Hay que luchar porque la prosa discurra fluida, sencilla, precisa.

La extensión del escrito debe acomodarse al carácter, a la naturaleza e importancia de la idea o el pensamiento expresado. Las ideas sencillas producen escritos breves; las complejas, escritos largos. No hay para complicar y alargar innecesariamente cartas, documentos, informes que sólo requieren pocos párrafos.

Procurar que los párrafos estén unidos con cierto enlace y relación de ideas. Es indispensable el conocimiento de los elementos de enlace (v.) y su exacto empleo.

Cuidar la sintaxis, ella nos enseña el orden en que deben ir las palabras, según su función, en la frase. Pero, la sintaxis no es una rigurosa norma de expresión, porque en la construcción de una frase, de un párrafo son importantes el interés psicológico del ser humano y el orden lógico. Estos tres aspectos: interés psicológico, sintaxis,  y orden lógico son decisivos en la elegante y correcta expresión escrita, y deben armonizar con la idea, el pensamiento, el sentimiento que se quieren comunicar.

Dijo el escritor y sabio del estilo, Martín Alonso: “El escritor que produce sus ideas de un modo íntimo y vital, y redacta por instinto o por reflexión, fabrica las frases a tenor de sus fenómenos mentales, cambiando, a veces, la distribución de los vocablos, para dar más valor expresivo o ritmo a determinadas formas del lenguaje.”

Las ideas deben expresarse en el orden en que se piensan y según su importancia, y darles la adecuada extensión al desarrollarlas. Evitar las faltas de sentido o incoherencias que resultan de la charlatanería, el chamboneo y la falta de respeto por el idioma.

Toda idea iniciada en un párrafo (v.) debe ser concluida; no puede quedar a medias o en suspenso. Si la idea está inconclusa, la oración o el párafo donde está inserta carece de ‘unidad de propósito’, cualidad que otros estudiosos del estilo denominan ‘singularidad de propósito’.

Evitar los detalles insignificantes, causa del estilo difuso, poco preciso. (v. Estilo, cualidades). La reiteración de las ideas se debe, casi siempre, a la pobreza de argumento. Repetir un mismo concepto con otros términos no es  sinónimo de profundidad.

Cervantes, en el prólogo a la primera parte del Quijote, da la fórmula de lo que pudiera ser el secreto del bien escribir: “...Procurar que a la llana, con palabras significantes, honestas y bien colocadas, salga vuestra oración y período, sonoro y festivo, pintando, en todo lo que alcanzareis y fuera posible, vuestra intención; dando a entender vuestros conceptos sin intrincarlos y oscurecerlos...”.

No abusar de la frase corta. Hoy está de moda, especialmente entre periodistas, estructurar frases de dos o tres palabras y separarlas por punto; frases pobres, sin sentido y sin elegancia. Dice el ensayista francés Marouzeau: “La frase corta da la impresión de una cosa descosida, de precipitación; por el contrario, la frase larga agota el aliento y fatiga la atención.”

 

En conclusión:

Equilibrar la frase al estructurar el párrafo (v.): ni corta, ni larga; así resulta lo que podría llamarse ‘variedad rítmica’ de los párrafos.

Para alcanzar una redacción correcta y limpia, se debe dar preferencia al párrafo corto, preciso y rápido, puesto que exige menos esfuerzo a quien escribe; es más adecuado para una información breve y escueta, y su empleo resulta más fácil cuando se domina la técnica. El párrafo largo que, sin duda, se presta más a la belleza, puesto que es muy utilizado por los maestros de la literatura, es más difícil de manejar; exige condiciones especiales del dominio del idioma, las que sólo se aprenden con la práctica.

 

REFERENTE:

 

Que refiere o expresa relación con otra cosa. En lingüística, referente es todo lo que se refiere al signo (v.) el cual está constituido por el significante  (v.) y el significado (v.).

 

REFRANES:

 

Son expresiones agudas y sentenciosas de uso común en las cuales se recoge toda la sabiduría del pueblo, ejemplos: Quien mucho abarca, poco aprieta. De la abundancia del corazón habla la boca. Algo tiene el agua cuando la bendicen. De las aguas mansas líbrame, Señor, que de las bravas me libro yo. El que algo quiere, algo le ha de costar. Amor con amor se paga. Donde hay amor, hay dolor.

El conjunto o colección de refranes se llama ‘refranero’.

 

REGIONALISMOS:  (v. americanismos)

 

REGIONES DIALECTALES EN HISPANOAMÉRICA:

 

Teniendo en cuenta la concreta realidad del habla individual, el estudioso Pedro Henríquez Ureña trató de situar el español de América, y señaló cinco regiones principales:

La antillana o del Caribe (Puerto Rico, Cuba, Santo Domingo, costa de Venezuela, costa atlántica de Colombia, costa del Golfo de México y de América Central).

La mexicana (México, América Central, Suroeste de los Estados Unidos).

La andina (Los Andes de Venezuela, meseta de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Noroeste de la Argentina).

La chilena (Norte, centro y sur de Chile).

La rioplatense (Argentina, Uruguay, Paraguay)

Para hacer esta división se basó en la proximidad geográfica, los lazos políticos y culturales y el substrato (v.) indígena.

 

REPORTAJE:

 

Según el gramático Martín Alonso, el reportaje describe escenas, indaga hechos imprevistos, pinta retratos, describe interioridades, refleja emociones, examina caracteres. El reportero hábil va derecho a las cosas, indaga las causas, pregunta a quien puede informarle con exactitud, descubre las noticias medio ocultas, observa los pormenores.

El buen  reportero extrema sensibilidad para captar lo que le rodea, prontitud para ordenar las impresiones que le llegan, capacidad para adivinar las intenciones de los seres humanos, rapidez para adelantarse a los sucesos y deducir el desenlace.

La Real Academia de la Lengua define el reportaje como “trabajo periodístico, cinematográfico, etc. de carácter informativo referente a un personaje, suceso o cualquier otro tema. El reportaje gráfico es un conjunto de fotografías sobre un suceso que aparece en un periódico o revista.”

Los especialistas en la técnica del reportaje opinan que “en realidad, reportaje e información vienen a ser una misma cosa.”  [...] “Reportero es el periodista habitualmente dedicado a la tarea de informar al público lo que acontece en el sector en el  cual él se mueve.”

El reportaje es una información de alto vuelo y con más libertad expositiva que la información escueta, es decir sin adornos, sin literatura, sin ambages (v.).   Dicho de otro modo, el reportaje es un relato informativo, una narración noticiosa (pero no puede empezarse narrando) en la cual la visón personal del periodista, su modo de enfocar el asunto influyen en la manera de tratar el tema y realizar el trabajo.

Un buen reportaje exige: concisión, naturalidad, sencillez, originalidad y estilo directo (v. Estilo, estilo directo).

 

RESEÑA:

 

En el mundo profesional y académico moderno se utiliza mucho la reseña como medio de información y crítica de libros y trabajos que se van publicando.

La diferencia entre el resumen y la reseña consiste  en que ésta agrega a su carácter informativo y de contenido una parte valorativa. El resumen no hace juicios críticos.

Al redactar una reseña deben tenerse en cuenta:

Extraer de la obra las informaciones interesantes para la propia cultura o la del público a quien va dirigida la reseña.

Presentar las informaciones de manera corta. Esto se logra si se comprende y se asimila bien lo leído.

Dar a conocer en pocas líneas una opinión crítica, justa e imparcial de todo el contenido del libro. Este juicio crítico debe sustentarse citando textualmente algunas expresiones o resumiendo algunos apartes.

Debe informarse al lector sobre la clase de libros que se está reseñando: histórico, novelesco, poético filosófico, estético, biográfico, técnico, etc.

Los lectores no conocen el libro reseñado; por lo tanto, se debe tener cuidado en lo que se dice, tanto en la parte objetiva (informe sobre el contenido) como en la parte subjetiva (apreciación del contenido).

La reseña debe llevar al principio la referencia bibliográfica: autor, título del libro, edición, ciudad, casa editora, año de impresión, número de páginas.

 

RESUMEN:

 

El resumen consta de: título, referente, es decir, el tema, introducción,, subtemas (subtema l, subtema, 2, subtema 3, etc.), características.

El resumen debe ser fiel, completo y breve. Se deben presentar sólo las ideas centrales del texto, sin cambiarlas, ni comentarlas, ni darles interpretaciones personales. Un resumen no empieza nunca diciendo:  el autor nos dice que..., yo creo que el texto...: a mí me parece que...

El resumen debe estar redactado con ortografía y sintaxis y en estilo impersonal. Sólo se recurre a citas textuales cuando sea absolutamente necesario.

Los casos más frecuentes de resumen son de un liro, de una conferencia.

 

Resumen de una conferencia:

Tomar nota.

Saber escuchar, es decir, captar las ideas esenciales para trasladarlas en esquema al cuaderno en el que se toma nota.

Evitar las generalidades; cada tema  o subtema debe tener su nota especial.

Evitar las muletillas nacidas de las frases hechas, como: profunda disertación, inspirada conferencia, brillantísimo expositor.

Un buen resumen de una conferencia es el que capta las ideas esenciales, el núcleo del discurso.

 

Resumen de un libro:

Averiguar los capítulos más importantes; el índice es de gran ayuda.

Tener un cuaderno de notas para escribir los conceptos fundamentales y la página correspondiente del libro.

No hay que resumir todos los capítulos, sólo los más interesantes.

Se dice primero lo que significa el libro en cuestión, su valor, su novedad, las ideas originales que aporta.

No es necesario seguir el orden del autor; es mejor seguir el orden de interés: de lo más importante a lo menos interesante.

Procurar atraer la atención del lector. Hay seis preguntas claves que ayudan a realizar un buen resumen: ¿qué?, ¿quién?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿por  qué?.  El ¿qué? Es lo fundamental, puesto que constituye el tema; las demás preguntas se refieren al autor o al conferenciante (o conferencista), porque ellas también sirven para resumir conferencias.

 

RETICENCIA:

 

Este recurso literario consiste en no manifestar íntegramente el pensamiento o el sentimiento; se usa cuando se cree que el silencio es más expresivo que las palabras, ejemplo:

“Creemos vivir seguros fuera del alcance de tentaciones, pecados, locuras, y de repente... ¡Oh! La vida es terrible, no la dominamos. Ella nos domina a nosotros.” (Oscar Wilde)

 

RETRATO:    (v.descripción)

 

RETÓRICA:

 

(Del griego ‘rhetor’, el que habla). La retórica establecía, en general, las reglas que deben presidir el discurso en prosa.. La Real Academia de la Lengua define esta ciencia como el “arte de bien decir, de embellecer la expresión de los conceptos, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover.”

Hoy persiste la necesidad de emplear con altura el idioma, pero dado el deterioro que ha alcanzado la palabra oral, el vocablo  ‘retórica’ se está empleando con sentido despectivo para indicar que se expresan ideas tontas y palabrerías que a nada conducen, que se prometen muchas cosas y no se cumplen; se habla de la retórica de los políticos, de la retórica de los malos presidentes, de la retórica de los parlamentarios, de la retórica de los militares, de la retórica de los profesores. etc.

 

RETRUÉCANO:

 

El escritor Emilio Martínez Amador la define como “figura retórica que se encuentra entre las elegancias del lenguaje por repetición, y que consiste en la inversión de los términos de una proposición en otra subsiguiente para que el sentido de esta última forme antítesis (v.) con el de la anterior’, ejemplos: “¡Oh temeridad grosera  y grosería temeraria!” (P. Ángeles). Dijo el grillo al loro:  no te alabes, pues si cantas lo que sabes, nunca sabes lo que cantas.

También se llama retruécano a otros juegos de palabras que emplea la gente, y que no resultan del mejor gusto, sobre todo cuando se quieren emplear en serio.

 

ROER:  (v.Verbo, otros verbos irregulares de uso común al hablar y escribir)

 

RIMA:

 

Se llama rima al ‘ritmo fonético’ producido por la igualdad o semejanza entre los sonidos finales de dos versos a contar desde la última vocal acentuada..

Ritmo fonético: además del ritmo acentual (v. ritmo), el poeta puede obtener un bello efecto, repitiendo los sonidos finales de los versos y creando lo que en poesía se llama ‘ritmo fonético’.(v. t.: métrica)

La rima puede ser consonante o asonante. La ‘rima consonante’ o ‘perfecta’ es la igualdad de las letras contando desde la vocal acentuada, ejemplos: monarca, comarca; palma, alma.

La ‘rima asonante’ o ‘imperfecta’ es aquella en que son iguales solamente la vocal acentuada y la última del verso, y son distintas las consonantes, ejemplos: calma, plata; velo, peso.

 

RITMO:

 

Para crear la belleza con la palabra, los escritores se han valido del ritmo, es decir de la repetición regular de unos acentos o de unas pausas. El ritmo es un fenómeno natural. Nuestros latidos, nuestra respiración son rítmicos. Cuando oímos la música percibimos enseguida su ritmo. La poesía puede no tener métrica (medida) pero sí es necesario que tenga ritmo, musicalidad. Un ejemplo de poesía sin métrica pero sí con asombroso ritmo es el Nocturno tercero de José Asunción Silva.

 

RUEDA DE PRENSA:

 

 “Reunión de periodistas en torno a una figura pública para escuchar sus declaraciones y dirigirle preguntas.”

 

 

 

 

S

 

 

S:

 

Vigésima segunda letra del abecedario español y décimoctava de las consonantes. Su nombre es ‘ese’.

 

SARCASMO:   (v. ironía)

 

SAN, SANTO:  (v. Adjetivo, apócope del adjetivo)

 

SÁTIRA:

 

Composición poética o en prosa cuyo objeto es censurar acremente o poner en ridículo a personas o cosas. También es un discurso o dicho agudo, picante y mordaz que tienen el mismo fin.

En literatura se define como composición literaria cuyo tema y objetivo es la crítica de defectos, vicios o errores. Generalmente tiene un tono jocoso y humorístico. Pero, también puede estar motivada por un interés destructivo. La sátira se ha cultivado en todos los géneros literarios: épica, lírica y dramática. Las principales y primeras obras de este género fueron algunas comedias de Aristófanes, como Las Nubes,  obra en la que se hace burla de las doctrinas de Sócrates.

 Este recurso literario es frecuente en las novelas picarescas, en las de estilo realista del siglo XIX y en muchos autores contemporáneos.

 

SATISFACER:  (v.Verbo, otros verbos irregulares de uso común al hablar y escribir)

 

SE:

 

Este monosílabo desempeña en la oración varios oficios:

Pronombre reflexivo (v.) o reflejo, ejemplos:  ella se arreagla para salir; se mira en el espejo; se viste elegantemente. Este aspecto es fácilmente reconocible porque se le puede añadir la expresión ‘a sí mismo (a)’: se mira a sí mismo en el espejo; se peina a sí misma para salir.

Signo de voz pasiva (v.), ejemplos: se leyó el acta; se pintaron los avisos, se vendieron las casas; se hacen helados; se forran botones. En este caso, equivale a decir: el acta fue leída; los avisos fueron pintados; las casas fueron vendidas, etc.

Signo de espontaneidad, ejemplos: Luis se ríe; el agua se sale de la jarra; María se muere de miedo; Inés se tomó dos vasos de agua.. En este caso, indica la facilidad o el gusto con  el que el sujeto realiza la acción. Puede suprimirse el ‘se’ sin que la oración pierda su sentido

Pronombre personal (v.). Algunas veces se usa en lugar del pronombre ‘le’ para evitar el mal sonido en la oración. En este caso, como ‘se’ remplaza a ‘le’, ese ‘se’ es pronombre personal; ejemplos: se lo quitaron; se la dieron; se lo preguntaron. En estas expresiones ‘se’ está en lugar de ‘le’ y equivale a él o a ella. Se usó para evitar el mal sonido de: le lo quitaron; le la dieron; le lo preguntaron.

En la construcción de oraciones impersonales reflejas (v.), no pasivas; sin sujeto agente ni paciente (v.), ejemplos: aquí se vive muy bien; se habla mucho de política; se piensa en el futuro; se comenta que no volverás.

En construcciones con verbos recíprocos (v.), ejemplos: se aman mucho; se escriben cada  semana; se miran con amor.

En construcciones con verbos pronominales (v.) .Los verbos pronominales tienen forma reflexiva pero el significado no es reflexivo. Casi todos se refieren a acciones interiores del alma, como: arrepentirse, imaginarse, creerse, examinarse, apreciarse, etc.; también a movimientos exteriores como: pasearse, subirse, sentarse, acostarse, dormirse, etc.

 

SEGÚN:

 

Esta preposición se emplea:

Delante de nombres o pronombres de cosa; significa: ‘conforme’, ‘con arreglo a ‘, ejemplos: La jueza sentenció según la ley. Mi amiga actúa según  lo dispuesto en el reglamento.

Delante de nombres o pronombres que designan personas; significa: ‘con arreglo a la opinión o al testimonio de’, ejemplos: según mis amigos, ella está en lo cierto; según tú, lo que dice es falso.

 

SEMA:

 

Desde la perspectiva del estudio de la semántica (v), el sema es la unidad semántica mínima que resulta del análisis de los significados; por ejemplo: según el estudioso Pottier, el significado ‘silla’ se analiza en cuatro semas:  1) para sentarse; 2) con patas; 3) para una persona; 4) con respaldo; además, de rasgos más generales como: ‘inanimado’ u ‘objeto

 

SEMANTEMA:

 

Según el lexicógrafo Georges Mounin, es un término desaparecido del uso contemporáneo: corresponde aproximadamente a ‘lexema’ (v.). Refleja una concepción antigua según la cual sólo los lexemas serían portadores del sentido (‘semantemas’), mientras que las unidades gramaticales no lo serían.

 

SEMÁNTICA:

 

Es la rama de la filología (v.) que estudia los cambios de significación de las palabras. Esos cambios se deben a dos factores; uno, objetivo y otro, subjetivo.

En este campo es importante prestar atención al manejo de los sinónimos (v.) y antónimos (v.) y a la connotación (v.) de las palabras. (v. t.: cambios semánticos), (v. t.: campos semánticos).

 

SEMASIOLOGÍA.

 

Semántica. Estudio del significado. Estudio semántico que parte del signo y de sus relaciones para llegar a la determinación del concepto.

 

SEMBLANZA:

 

Biografía breve. (v. biografía).

 

SEMEMA:

 

Es un término de la semántica, ya poco usado. Equivale a: significado.

 

SEMIOLOGÍA:

 

Es la ciencia de la comunicación; estudia la vida de los signos. Teoría general de los signos (v. semiótica)

 

SEMIÓTICA:

 

Es sinónimo de semiología. Ciencia que estudia los sistemas de signos o códigos. La semiótica o semiología incluye el lenguaje y otros códigos no lingüísticos. No es raro encontrar tratados de semiótica que abarcan desde la comunicación no verbal hasta la filosofía del lenguaje.

La semiótica presenta los siguientes aspectos:

Un aspecto semántico, en el que reciben designaciones específicas los signos, es decir, las palabras, las expresiones y las oraciones.

Un aspecto pragmático, en el que se indican las relaciones contextuales entre los hablantes y los signos.

Un aspecto sintáctico en el que se indican las relaciones formales que existen entre los elementos que conforman un signo; por ejemplo, entre los sonidos que forman una oración.

 

SENCILLEZ:  (v. Estilo, cualidades).

 

SENTENCIA:

 

Dicho grave y sucinto que encierra doctrina y moralidad. (v.t.: aforismo)

 

SER:  (v. Oración, oraciones de verbo copulativo). (v. t.: Verbo, modelo o paradigma de conjugación de verbos auxiliares).

 

SESEO:

 

Fenómeno fonético propio de América que consiste en pronunciar la ‘zeta’ o la ‘ce’ delante de ‘e’, ‘i’ con sonido de ‘ese’.

 

SI; SÍ:  (v. monosílabos)

 

SIGLAS:  (v. acrónimos)

 

SIGNIFICADO:

 

Concepto que se une al significante para constituir un signo lingüístico. (v.comunicación). Los sentidos o efectos de las palabras son:

Significado de base: es el que a cada palabra le corresponde en el diccionario. Evoca un concepto preciso y no ofrece ambigüedades.

Significado contextual:  las palabras siempre están dentro de un contexto, y es éste el que precisa el sentido en que ha sido empleada cada palabra.  Por ejemplo: ‘operación’, su significado de base es: acción o labor necesarias para hacer una cosa. Su significado contextual: puede ser operación bancaria, operación militar, operación en el campo de la cirugía, etc.

Significado denotativo (v. denotativo)

Significado connotativo (v. connotación)

 

SIGNIFICANTE:  (v. comunicación)

 

SIGNO:  (v. comunicación)

 

SIGNOS DE PUNTUACIÓN:

 

Son necesarios en el lenguaje escrito porque sirven para marcar las pausas, aclarar el sentido de lo escrito e indicar los matices en la expresión. Además, distribuyen y separan las partes de la oración.

Los signos de puntuación nos dicen lo que el autor ha querido expresar. Sin ellos resultaría dudoso y difícil el significado de los escritos. Los signos indican, además, el estilo del autor y la intención que tuvo al escribir. Los signos pueden clasificarse así:

Signos referentes a las pausas: coma, punto y coma, dos puntos,, punto (seguido y aparte).

Signos relativos a la entonación: puntos suspensivos, interrogación, exclamación, paréntesis curvo y diéresis.

Signos referentes a la distribución del escrito: comillas, guion, raya, dos rayas, asterisco, paréntesis cuadrado o corchetes.

(v. cada uno de estos signos en el lugar alfabético que les corresponde).

 

SÍLABA:

 

Es el sonido de una o más letras pronunciadas a un tiempo o en una sola emisión de voz. En cada sílaba hay, por lo menos, una vocal, ejemplos: pies, flan, hoy. Hasta seis letras pueden contarse en una sola sílaba, ejemplos: a-griáis; a-griéis.

 

Clasificación de las sílabas:

 

Por el número de letras

monolíteras (una sola letra): a, e, y, u, o

polilíteras (varias letras):

bilíteras (dos letras): ca-si-ta; ca-ma; Te-re-sa

trilíteras (tres letras): bon-dad; car-tón

Por las vocales de que constan

simples (una vocal): bo-ni-to

compuestas (varias vocales): fue, dio, vio

Por el número de consonantes de que se componen

incomplejas (una sola consonante): pa-le-ta

complejas (varias consonantes): tro-tar; por-tar

Por  la colocación de las letras

directas (empiezan por consonante): me-sa; ca-so

inversas (empiezan por vocal): is-la; as-ma; ár-bol

mixtas (la vocal va entre consonantes): rin-cón; ter-cos

Cuando son dos las consonantes en cualquiera de los tres casos anteriores, se llaman:

directa doble: bra, tru, bri, etc.

inversa doble: abs, obs, etc.

mixta doble: trans

   Por la letra final de la sílaba

trabadas (acaban en consonante): cár-cel; san-tos

libres (acaban en vocal): so-la; de-do; ma-má.

 

SILEPSIS:

 

Se hace uso de esta figura cuando, atendiendo sólo a la representación de los vocablos y no a su significación, se quebrantan las leyes de la concordancia (v.) en el género (v.) y en el número (v.), ejemplos: Vuestra Excelencia es justo y pródigo. Lo que vi era una repugnante criatura: chato, pelón, sin dientes, hinchado.

 

SÍMIL:  (v. comparación)

 

SIMPLE:

 

Palabra que no se compone de otras palabras de la misma lengua; se opone a palabra compuesta; ejemplos: poner (simple), componer (compuesta); ver (simple), prever (compuesta). (v. composición).

 

SIN.

 

Esta preposición o elemento de enlace expresa:

Privación o carencia de alguna cosa, ejemplos: estamos sin dirigentes; viaja sin dinero.

Con un infinitivo significa negación de un hecho simultáneo o anterior al que indica el verbo principal de la oración, ejemplos: vive sin trabajar; habla sin pensar.

Modo, en la frase preposicional ‘no sin’. El adverbio ‘no’ cuando precede a otra palabra negativa, como ‘sin’, forma con ella una afirmación atenuada, ejemplo: camina no sin cierta dificultad. (v. t.: términos negativos en la frase)

 

SINCRONÍA:  (v. diacronía)

 

SINÉCDOQUE:  (v. figuras literarias)

 

SINÉRESIS.

 

Es un fenómeno fonético que consiste en reducir a una sola sílaba, en una misma palabra, vocales que normalmente se pronuncian en sílabas distintas, como: aho-ra en lugar de: a-ho-ra; poe-ta en lugar de: po-e-ta. La sinéresis en el verso es considerada como licencia poética según las normas de la estilística.

 

SINESTESIA:

 

Definida por el estudioso Kayser como: “Fusión de diversas impresiones sensoriales en la expresión lingüística; ejemplo: A través de la noche que me envuelve,/ la luz de los sonidos me contempla. (Brentano). En este ejemplo hay sensaciones que mezclan: tacto (“me envuelve”), oído (“sonidos”) y visión (“contempla”, “luz”)

La Real Academia define la sinestesia como: “Tropo que consiste en unir dos imágenes o sensaciones procedentes de diferentes dominios sensoriales, como: soledad sonora; verde chillón.” Las palabras que expresan propiedades de las cualidades sensibles, pasan con facilidad del dominio de un sentido al de otro:

De la vista al oído: se habla de un concierto brillante;  ese hombre tiene una voz apagada.

Del oído a la vista: a mi amiga le gustan los colores chillones.

Del gusto al oído: ¡Qué voz tan agria!; una dulce armonía; son amargas expresiones.

Del gusto a la vista: dulce sombra; dulce paisaje.

Del tacto a los otros sentidos: tiene un olor picante; escuché expresiones duras;  sus blandas palabras no tuvieron eco.

La semejanza que da origen a estos cambios o traslaciones no está en los objetos sino en la importancia, de gusto o disgusto, que producen en la persona las diversas sensaciones.

La sinestesia la utilizaron mucho los poetas románticos y los simbolistas. Al usar esta figura literaria es necesario no perder el sentido de la medida; no permitir el desenfreno para evitar que la expresión adquiera una excesiva complicación. La norma es no perder de vista la transparencia del estilo.

 

SINGULAR:  (v. número)

 

SINGULARIDAD DE PROPÓSITO:  (v. construcción lógica)

 

SINO:

 

Conjunción (v.) adversativa con la que se contrapone a un concepto negativo otro afirmativo, ejemplos: no lo hizo Juan sino Inés. No vino a la conferencia sino que se fue a cine. Cuando le precede una negación, equivale a ‘solamente’ o ‘tan ‘solo’, ejemplo: no te pido sino que me oigas con paciencia. Cuando ‘sino’ es conjunción se pronuncia como palabra grave, con el acento prosódico (v.) en la penúltima sílaba, no se le marca tilde por terminar en vocal, y no debe partirse al escribirla.

Suele confundirse con: SI  NO; en este caso, se trata de la conjunción condicional ‘si’ y el adverbio de negación ‘no’; se escribe separado y el acento prosódico ((v.) se hace en el monosílabo ‘no’. Es fácil de distinguir del anterior ‘sino’ porque entre ambas palabras pueden intercalarse uno o varios vocablos, ejemplos: si no lee el libro no podrá emitir un juicio (si usted, amigo, no le lee el libro...); si no llueve, vendré a la cita (si mañana por la tarde no llueve, vendré...)

 

SINONIMIA:

 

Es el estudio de los sinónimos. (v.)

 

SINÓNIMOS:

 

Son los vocablos o palabras que tienen escritura diferente pero significado parecido o que ofrecen matices en su semejanza, ejemplos: viejo, antiguo, anciano.

Los matices: ‘viejo’ es lo contrario de nuevo; ‘antiguo’ es lo contrario de lo moderno; ‘anciano’ es lo contrario de joven’. Lo ‘anciano’ se refiere más a la edad; lo ‘antiguo’ a la duración del tiempo, y lo ‘viejo’ a los estragos que causa el tiempo. Es adecuado decir:  un padre anciano; una nación antigua; un vestido viejo.

Temor, miedo, pavor. Los matices: El. temor se relaciona con el respeto y es propio de los que reconocen que el mal ofende; por eso se dice: temor de (o a)Dios; temor de la justicia. El miedo supone flaqueza de ánimo, cobardía, es una emoción común; se dice: miedo a los asesinos; miedo a las tempestades. El pavor es el mismo miedo como resultado de un suceso desgraciado o espantoso, ejemplo: el ejército sintió pavor al ser vencido. El estudio de los sinónimos se llama ‘sinonimia’

 

SINTAGMA:

 

Para Saussure un ‘sintagma’ es la combinación de dos o más unidades consecutivas en la cadena hablada, por ejemplo:  cada hombre; un tremendo crimen; las niñas están asustadas; si tienes hambre, toma leche.

El sentido del vocablo ‘sintagma’ deriva de lo que Saussure denomina “relaciones sintagmáticas” en el discurso, opuestas a las relaciones asociativas. Hay sintagmas nominales (SN), sintagmas verbales (SV), sintagmas preposicionales (SPrep.), sintagmas adverbiales (SAdv.). (v. gramática generativa y transformacional)

 

SINTAXIS:

 

Como reacción a la gramática tradicional que establecía relaciones entre las unidades del lenguaje basadas en presuposiciones lógicas y filosóficas, el Estructuralismo (v. gramática estructural) en Europa y la escuela de Bloomfield en los Estados Unidos adoptaron una actitud encaminada al análisis de todas las relaciones objetivables  en las oraciones concretas dadas. Dichas relaciones constituyen el sentido total de la oración y no el análisis de las unidades aisladas que la forman.

La sintaxis es, pues, la ciencia que enseña a coordinar y a unir las palabras para formar oraciones. Atiende a los elementos básicos de la oración: sujeto-verbo-objeto, modelo de estructura sintáctica a la que pertenece el idioma español. Se divide en ‘sintaxis regular’ y ‘sintaxis figurada’. La primera exige que los enlaces en las palabras se hagan de manera lógica y sencilla. Tiene una construcción descendente; es  decir, los vocablos se ordenan en la oración de manera que cada uno esté determinando o modificando al que le precede.

La ‘sintaxis figurada’ autoriza el uso de las figuras de construcción (v.). En ambas sintaxis es necesario conocer la estructura de las palabras: derivación (v.), composición (v.) parasíntesis (v.), la concordancia  y armonía entre ellas: sustantivos con artículos y adjetivos; pronombres y sustantivos y verbos; adjetivos y verbos con adverbios.

 

SINTAXIS FIGURADA:

 

Permite algunas licencias contrarias a la sintaxis regular con el fin de dar energía o elegancia a algunas expresiones, en virtud de ciertos factores ´sicológicos. Altera el orden de las palabras, omite algunas y aumenta otras, licencias no permitidas por la sintaxis regular.

Sin embargo, hay que tener cuidado con la sintaxis figurada porque cuando se altera el orden en el cual deben ir los vocablos, pueden presentarse problemas de ambigüedades o de falta de elegancia en el lenguaje, (v.t.: figuras de construcción)

 

SÍSTOLE: (v. diástole)

 

SO:

 

Es una preposición (v.) que equivale a ‘bajo’ o ‘debajo de’. Expresa una idea de inferioridad y se emplea con carácter arcaizante, es decir, un arcaísmo (v. arcaísmos). Tiene muy poco uso en la lengua española puesto que sólo se usa con los sustantivos: capa, color, pena, pretexto.. Y en esos casos también suena como un arcaísmo; ejemplos: so capa de humildad; so pena de ser juzgado; so pretexto de inocencia.

A veces, aparece en poesía. También se antepone a nombres o adjetivos insultantes, como: so bellaco; so cretino; so ridículo; so ruin.

 

SOBRE:

 

Es una preposición (v.) o elemento de enlace (v.) e indica:

Punto de apoyo, ejemplo: lo puso sobre el armario. En sentido figurado, implica base o garantía en relación con un préstamo, ejemplo: prestó dinero sobre bienes raíces.

Superioridad, mayor elevación en lo material, ejemplo: el águila vuela sobre los montes. En sentido figurado, confiere una mayor dignidad, ejemplo: el general está por sobre los soldados.

Posterioridad, ejemplo: sobre cena, sobremesa.

Reiteración, acumulación, ejemplo: desgracia sobre desgracia; penas sobre penas.

Asunto, ejemplo: leyó sobre la historia de Colombia. Sabe mucho sobre Cervantes.

Inmediación, cercanía, proximidad, ejemplo: los soldados están ya sobre la tropa enemiga. También se usa en cantidades, números o fechas, ejemplo. En esta biblioteca van ya sobre los ochocientos volúmenes. (Es incorrecto usar ‘sobre’ por ‘de’ en casos como estos: asistieron cuarenta sobre los cuarenta y cinco; debe decirse: asistieron cuarenta de los cuarenta y cinco que habían citado).

Equivale a la expresión ‘además de’, ejemplo: sobre ladrón, es grosero.

Esta preposición puede modificar el sentido de algunos verbos: ‘tomar sobre sí’ es igual a: tomar a su cargo; ‘estar sobre sí’ es igual a: estar con cuidado, atención y cautela, estar engreído y pagado de sí propio; ‘ir sobre algo’ es igual a: comprometerse a algo, influir sobre alguien o algo.

Forma numerosas frases adverbiales, como: ‘estar sobre aviso’ (con advertencia, con prevención, alerta). ‘Ir sobre seguro’ (sin arriesgar nada).

 

SOBRESDRÚJULAS:

 

Son las palabras que tienen el acento en la sílaba anterior a la antepenúltima; todas llevan tilde; ejemplos: dígaselo; cómpremelo.

 

SOCIOLECTO:

 

Variedad en el uso de la lengua, propia de un grupo social; también se le llama dialecto social. Este término puede referirse a diferencias de nivel de lenguas, a variedades profesionales. (v. jerga, argot).

 

SOLECISMO:

 

Es un error cometido contra la exactitud y casticidad del idioma; un vicio de construcción sintáctica, ejemplos: me se olvidó, en lugar de lo correcto: se me olvidó. Olla a presión, en lugar de olla de presión. Y ¿qué tú dices?, en lugar del correcto: y tú ¿qué dices? Visita los amigos, en lugar de: visita ‘a’ los amigos. Se venden medias para señoras de seda, en lugar de: se venden medias de seda para señora. Cualesquiera persona que hable, en lugar de: cualquiera persona o cualesquiera personas...Cuando volví en sí, en lugar de: cuando volví en mí, cuando volviste en ti, cuando volvió en sí. Eso es distinto a los demás, en lugar de: es distinto ‘de’ los demás. Problemas a resolver, en lugar de: problemas ‘por’ resolver, problemas que es preciso resolver. Vaso con agua, vaso con leche, en lugar de los correctos: vaso ‘de’ agua, vaso ‘de’ leche.

 

SOLDAR:  (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso común al hablar y escribir)

 

SOLER:  (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso común al  hablar y escribir)

 

SONIDO:

 

Los sonidos son la realización de los fonemas (v.). Son entidades concretas pertenecientes al habla. El sonido es producido mediante la articulación. (v. t.: fonética, fonología).

 

SU:

 

Es un adjetivo posesivo difícil de emplear por las ambigüedades que presenta. Ejemplo: el equipo Nacional ganó al equipo Caldas en su campo. ¿En qué campo? Ese vocablo ‘su’ no lo aclara. ¿Es el campo del Nacional o el del Caldas? Si es el del Nacional habría que decir: el Nacional, en su campo, ganó al Caldas. Y si es el campo del Caldas, lo correcto es decir: el Caldas, en su campo, pierde frente al Nacional.

Los especialistas del lenguaje, entre ellos el gramático Samuel Gili Gaya, recomiendan lo siguiente en el uso del posesivo ‘su’:

Evitar la oscuridad en el mensaje utilizando el ‘su’ de tal manera que se refiera al sustantivo más cercano. Véase el ejemplo anterior.

Emplear construcciones indirectas pronominales. En lugar de la expresión: se le llenaron sus ojos de lágrimas, conviene decir: se le llenaron ‘los’ ojos de lágrimas.

Para evitar la vaguedad, es bueno añadir al vocablo ‘su’ el nombre del poseedor, o el pronombre que lo represente, acompañado de la preposición ‘de’. Ejemplos: su casa de Luisa (mejor: la casa de Luisa); su casa de ellos (mejor: la casa de ellos); su casa de usted (mejor: la casa de usted); su padre de él (mejor: el padre de él).

 

SUFIJOS:

 

La lingüística histórica define el sufijo como un elemento de formación que se agrega al final de una raíz (v.) o de un radical (v.), para formar un derivado (v. derivación). El sufijo es considerado como un morfema (v.)

Los sufijos griegos son de mucha utilidad en las ciencias y en la formación de incontables palabras, algunos de ellos son:

 

Sufijo                                 significado                                 ejemplos

 

Algia (‘algos’)                     dolor                                       cefalalgia, gastralgia

Cracia (‘kratos’)                  dominio, autoridad, poder       autocracia, democracia, plutocracia

Filo (‘philos’)                      amigo, aficionado                   bibliófilo, termófilo

Fobia (‘phobos’)                 horror, odio                             fotofobia, hidrofobia

Fono (‘phone’)                   voz, sonido                              teléfono

Grafía (‘graphein’)             describir, grabar                      biografía, etnografía, litografía

Ica o tica (‘tikos’)               perteneciente a                        aritmética, botánica, fonética, óptica.

Terapia (‘therapeia’)          curación                               aeroterapia, hidroterapia, radioterapia.

 

Otras clases de sufijos en español son:

Para formar sustantivos abstractos: ANZA: confianza. HACIA: audacia. ACION: información. ICION: definición. ANCIA: abundancia. ICIA: avaricia. ITUD: gratitud. IA: cortesía. EZ: vejez, y otros.

Para formar adjetivos gentilicios (v. gentilicios): ENSE: londinense. ANO: peruano. ECO: guatemalteco. ENO: chileno. EGO: gallego. ITA: israelita, y otros más.

Para formar adjetivos derivados de sustantivos: OSO (A): poderoso (a).

Para formar despectivos: ACO: libraco. ACHO: populacho. ALLA: canalla. ASTRO: poetastro. UZA: gentuza. ORRIO: villorrio. ACHON: richachón. ERO: grosero, etc.

Para formar nombres de ocupaciones, oficios o profesiones: ADOR: contador. DOR, TOR: pulidor, pintor. ARIO: boticario. AZGO: almirantazgo. SOR: profesor. ERO: barbero. etc.

Para formar nombres colectivos: AJE: ramaje. ADA: boyada. ERO: hormiguero. EDO: viñedo. ARIO: rosario. ENA: docena. AL: arrozal. AR: palmar. IO: gentío. EDA: humareda, y otros más.

Para formar nombres aumentativos: ON: paredón. ONA: mujerona. AZO: perrazo. OTE: animalote, etc.

Para formar nombres patronímicos (v. apellidos): AZ: Díaz. EZ: Pérez. IZ: Ortiz. OZ: Muñoz, etc.

Para formar nombres diminutivos: ITO (A): niñito (a). ILLO: pelillo. ICO: gatico. IN: botiquín. UELO: pañuelo.

Para formar adjetivos: ABLE: apreciable. IBLE: horrible. IVO: deportivo. ICO: patriótico. ERO: callejero. IZO: enfermizo. EO: áureo. ESTRE: silvestre. ANTE: triunfante. ENTE: valiente. AL: formal. USCO: verdusco. UZCO: negruzco. UDO: narigudo, etc.

En la formación de algunos diminutivos hay que usar incrementos o infijos (v.), ejemplos.

Conde-C-ito; corazon-C-ito; pan-EC-illo; flor-EC-illa; pie-CEC-ito; ladron-Z-uelo.

 

SUJETO:

 

Es el término de la oración que funciona como actor (el perro ladra) o como soporte (la calle es ancha). Definido  de manera diferente, el sujeto es la palabra o conjunto de palabas que expresan un concepto del cual se predica, es decir, se afirma o se niega algo. La afirmación o negación constituyen el ‘predicado’ de la oración (v.).

 

El sujeto puede estar representado por:

Un sustantivo o cualquier parte de la oración sustantivada, ejemplos: la ‘niña’ canta. El ‘¡ay!’ del herido estremece. Un ‘no’ fue su respuesta.

Un pronombre, ejemplos: ‘tú’ asistirás a la conferencia. ‘Nosotras’ lo dijimos. ‘Ellos’ no miraron el trabajo realizado.

Un adjetivo sustantivado, ejemplos: los ‘pobres’ sufren. Los ‘intelectuales’ son muchos.

Un verbo en infinitivo con artículo o sin él, ejemplos: ‘saltar’ es agradable. El ‘dar’ alegra el corazón. El ‘trotar’ es buen ejercicio. ‘Cantar’ es recrearnos.

Una oración entera, o un conjunto expresivo, ejemplos: ‘El sí de las niñas’ es una obra literaria. ‘Dar limosna a los pobres’ es un deber cristiano.

 

El sujeto de la oración puede ser ‘simple’, ejemplos: Gabriel es del equipo. María escribe una carta. O puede ser compuesto, ejemplos: Gabriel y María leen mucho. Juan e Inés  bailan.

 

El sujeto puede ser:

Agente: cuando ejecuta la acción del verbo: el perro ladra.

Paciente: cuando recibe la acción del verbo: el perro fue maltratado.

Causativo: cuando es la causa de que otro ejecute la acción del verbo, ejemplo: el dinero hace ricos. El sujeto ‘dinero’ no realiza la acción del verbo ‘hacer’, sino que es la causa.

De estado: cuando se construye con verbos de estado: estar, quedar, ejemplos: el joven está enfermo: La señora quedó pobre.

Elíptico: cuando no va expreso, pero se adivina por el contexto de la frase, ejemplo: cantas como un ángel (tú).

Desinencial: cuando va indicado por la terminación del verbo, ejemplo: ‘dime’ con quién ‘andas’ y te ‘diré’ quién ‘eres’. Se llama también ‘sujeto tácito’ porque está callado u oculto.

Oracional: cuando es toda una oración, ejemplo: ‘callarnos a tiempo’ es sabiduría’.

Puede no existir, y entonces se presenta el caso de la ‘oración impersonal’ (v.), ejemplos: nevaba mucho, llueve torrencialmente.

 

En el sujeto, fuera del ‘núcleo’ que es la palabra principal, puede haber otros sustantivos que se juntan a éste, ejemplos: el poeta ‘soldado’ pereció en el combate. La dama ‘amiga de sus hermanos’ le confió un secreto. (v. t.: aposición)..

 

SUJETO AGENTE:  (v. Oración, oraciones de pasiva).

 

SUJETO PACIENTE:  (v. Oración, oraciones de pasiva).

 

SUPERESTRATO:

 

Se denomina superestrato a los elementos de una lengua hablada juntamente con otra, que no logró imponerse y dejó sólo testimonios; puede hablarse del superestrato germánico en el vocabulario francés, o del castellano en el guaraní.

 

SUPERLATIVO: (v. Adjetivo, grados).

 

SUSTANTIVACIÓN:

 

Se refiere a las palabras sustantivadas: son las que no siendo propiamente sustantivos pueden emplearse como tales. Se sustantivan anteponiendo el artículo o determinante (v.). Las partes de la oración que pueden sustantivarse (hacer las veces del sustantivo) son:

El pronombre, ejemplos: el ‘yo’ egoísta; el ‘nosotros’ tan repetido

El adjetivo, ejemplos: el ‘pecador’ arrepentido; los ‘estudiantes’ consagrados.

El verbo, ejemplos:  el triste ‘caminar’ de la vejez; el ‘cantar’ de las jóvenes.

El adverbio, ejemplos: eso es un ‘mal’ menor; lo ‘mucho’ que regalas.

La preposición, ejemplo: le gusta llevar la ‘contra’;

La conjunción, ejemplo: no sé el ‘porqué’.

7)  La interjección, ejemplo: se oyó un ¡ay! aterrador.

 

SUSTANTIVO:

 

En opinión del maestro Fernando Lázaro Carreter, ‘nombre’ es un término con el que se designa a la vez el adjetivo y el sustantivo. Así se unió en la Antigüedad con una designación común estas dos partes del discurso. La separación de las dos categorías data de la Edad Media. El término ‘nombre’ alude por antonomasia al ‘nombre sustantivo’ y alterna en el uso corriente, como sinónimo de ‘sustantivo’.

Dice el tratadista Bruno Snell que el sustantivo designa un ‘objeto’ que ‘es’, que está objetivamente frente a nosotros en su ‘ser’. El adjetivo no designa, como el sustantivo, algo que ‘es’, no designa un objeto sino lo que un objeto ‘tiene’, lo que puede tener en mayor o menor grado.

 

Categorización de los nombres o sustantivos:

 

Concretos:

========

Nombre o sustantivo concreto es un objeto o referente, real o imaginario, existente por sí o en sí. Casi siempre se refiere a seres o entes perceptibles de alguna manera. Se dividen en:

 

Nombre común o apelativo.

Nombre propio

 

El nombre o sustantivo concreto común o apelativo presenta mayor facilidad para distinguirlo en cuanto al género y al número, y puede llevar un morfema (v.) o artículo; lo que no ocurre con el nombre propio. Se divide en:

Individual.

Colectivo

El sustantivo concreto común o apelativo individual puede designar un humano (hombre, niño, señora, estudiante) o no humano (piedra, río, montaña, casa, mesa).

El sustantivo concreto común o apelativo colectivo designa conjuntos de humanos (colegio, iglesia, comunidad, congreso, universidad) y no humanos (hormiguero, ramaje, boscaje).

 

Nombre concreto propio:

Es un sustantivo más individualizador, denominativo y denotativo que el sustantivo común. Designa al individuo, y se escribe siempre con mayúscula. Se divide en:

 

Topónimos                     

Antropónimos

El sustantivo o nombre concreto propio topónimo (v.t.:. toponimia) designa lugares (Medellín, Bogotá, Colombia, Perú, Francia). Los nombres de ríos, montañas, lagos, etc. también se catalogan dentro de esta división (Orinoco, Cauca, Laguna de Tota, Cordillera de los Andes).

El sustantivo concreto propio antropónimo designa a las personas (Pedro, Inés, Margarita, Lucía, José, Luis)

 

         Abstractos:                     

           =========

Nombre o sustantivo abstracto es un referente que sólo existe en nuestro entendimiento. Alude a series de cualidades o notas de algún objeto o proceso. Es la consecuencia de un proceso de abstracción realizado en la mente.

 

Se dividen en:

 

Cuantitativos              

 No cuantitativos

Sustantivos abstractos cuantitativos:  en éstos se incluyen los que expresan una cantidad (un ciento, un millar, un millón).

Los sustantivos abstractos no cuantitativos se dividen en:

 

De cualidad         

 De fenómeno

Los sustantivos abstractos no cuantitativos de cualidad se derivan de un adjetivo calificativo (bondad, de bondadoso; alegría, de alegre; pureza, de puro;  caridad, de caritativo).

Los sustantivos abstractos no cuantitativos de fenómeno se derivan de verbos (amor, de amar;  aplicación, de aplicar; terminación, de terminar;  duda, de dudar).

 

Una anterior clasificación del nombre o sustantivo, muy conocida, es la siguiente:

 

Por su significado: sustantivo concreto, el que designa seres reales o que se pueden representar como tales (mesa, perro, niño). Abstracto el que designa cualidades que poseen los nombres concretos (sabiduría, belleza, valentía).

Por su extensión: común, el que conviene a todas las personas, animales o cosas de la misma especie (hombre, caballo, mesa). Propio, el que designa una persona, animal o cosa en particular (Luisa, Bogotá, Amazonas, Rocinante).

Por su origen:  primitivo, el que no procede de ninguna otra palabra (reloj, pan, dulce). Derivado, el que proviene de otra palabra (relojería, panadero, dulcería).(v. t.: derivación). Los sustantivos derivados se dividen en:

Gentilicios, los que indican nación, región, ciudad de donde se es oriundo (francés, moscovita,, español) (v. gentilicios)

Patronímicos, son los apellidos derivados del nombre de los padres (Fernández de Fernando; González de Gonzalo; Díaz de Diego). (v. apellidos).

Aumentativos, son los que aumentan el significado, llevan sufijos específicos como: ON, AZO, ONA (v. sufijos).

Diminutivos, son los que disminuyen el significado, llevan sufijos específicos como: ITA, ILLO, (v. sufijos).

Despectivos, indican mofa, desprecio, llevan sufijos: UZA, ORRIO. (v. sufijos)

Verbales son los derivados de un verbo: escribano de escribir; estudiante de estudiar.

Parasintéticos, son los sustantivos derivados y compuestos a la vez (internacional) (v parasíntesis).

Colectivos, los que en forma singular expresan varias personas, animales, cosas (arboleda, asamblea, colegio).

Partitivos, indican una de las partes en que puede dividirse un todo (mitad, tercio).

Múltiplos, indican el número de veces que una cantidad comprende en sí misma otra inferior (duplo, triple).

 

Género del sustantivo :  (v, género).

Número del sustantivo: (v. número).

Oficios del sustantivo: (v. caso)

 

 

SUSTRATOS LINGÜÍSTICOS:

 

Dos lenguas están en contacto cuando se hablan al mismo tiempo en una comunidad, por ejemplo, el inglés y el español en algunas ciudades de Estados Unidos; el gallego y el castellano o español en Galicia (España).

Estos dos idiomas pueden terminar mezclándose, o una de la dos puede expulsar a la otra, o desterrarla, hasta que sólo queden muy raras muestras o vestigios. La primera lengua que existió, de las dos que estuvieron en contacto, es la llamada sustrato  o substrato.

 

 

 

 

T

 

T:

 

Vigésima tercera letra del abecedario español y decimonona de sus consonantes. Su nombre es ‘te’. Dice la Real Academia que hay muy pocas sílabas que terminen con el sonido de la ‘te’, tales como: at-mósfera, at-las, ist-mo. Como final de palabra sólo puede encontrarse en un reducido número de vocablos extranjeros, por lo general, palabras derivadas del latín o del griego, como: déficit, accésit, cenit, azimut.

 

TAL:

 

(Del latín ‘talis’) Esta voz, lo mismo que ‘tanto’ tiene el doble carácter de adjetivo y pronombre. Es adjetivo cuando acompaña  a un sustantivo, ejemplo: mientras él andaba en tal fiesta, su amiga dormía. Cuando va solo, refiriéndose a un sustantivo, es un pronombre; equivale a:’tal cosa’, ejemplo: pretenden que confiese el crimen, no hará tal. Cuando es pronombre carece de plural.

Se contrapone a ‘cual’ en las oraciones comparativas (v. adjetivo), ejemplo: ella es tal cual la describió; lo mismo se antepone al vocablo ‘como’, ejemplo: lo copió tal como se lo había indicado.

El vocablo ‘tal’ funciona como adverbio en algunas oraciones condicionales (v.), en unión de la preposición ‘con’, que le precede, y seguido de la conjunción ‘que’, ejemplo: te guardaré el puesto con tal que no tardes (es decir: ‘si no tardas’).

Con el vocablo ‘tal’ y el sustantivo ‘vez’ se forman dos modos adverbiales. Uno de ellos, que el gramático Andrés Bello escribía en una sola palabra, significa ‘quizá’ o ‘quizás’, y es casi el único que se emplea hoy; expresa duda, ejemplos: tal vez venga; tal vez me escuches (quizá venga; quizás me escuches).

 

TAN, TANTO:

 

‘Tan’ es la forma apocopada (v. apócope) de tanto, en su calidad de adverbio, cuando le sigue inmediatamente otro adverbio, un adjetivo o un participio, ejemplos: tan cerca; tan lejos; tan así; tan bueno; tan escaso; tan rendido; tan amado, etc.

Según la Real Academia, se exceptúan de esta regla los comparativos: mejor, peor, mayor, menor, puesto que debe decirse: tanto mejor; tanto peor; tanto mayor; tanto menor. Pero existen las formas ponderativas en las cuales sí se apocopa, ejemplos: sigue tan mejor que ya se levanta; las niñas son ya tan mayores que necesitan divertirse con sus amigos. A la norma de la Academia debe agregarse, entonces, que sólo se aplica cuando los vocablos señalados son comparativos y van en frases comparativas.

Tanto, tiene doble carácter de adjetivo y pronombre. Adjetivo cuando determina al sustantivo, ejemplo: “tanto inocente amor,/ tanta alegría,/ tantas delicias y delirio tanto.” (Espronceda).

Es pronombre si dicho vocablo va solo y se refiere a un sustantivo sobrentendido, ejemplos: no diría yo tanto;  no podría amarlo tanto.

‘Tanto’ antecede a ‘cuanto’, ejemplo: recogió  tanto cuanto pudo, pues la cosecha fue abundante.

En la gramática tradicional se combatió fuertemente la expresión ‘por lo tanto’; la tildaron de ‘modismo’, y los grandes escritores sólo usaban la forma ‘por tanto’: Hoy, son dos conjunciones (v.) correctas aceptadas por la Real Academia: por tanto, por lo tanto.

 

TAÑER: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso común en el hablar y escribir)

 

TAUTOLOGÍA:

 

En la primera Gramática de nuestro idioma escrita por Elio Antonio de Nebrija (1492), el vocablo ‘tautología’ se define así: “Es cuando una mesma palabra se repite, como diziendo io mesmo ne vo por el camino, por  que tanto vale como io vo por el camino; i llámase tautología, que quiere dezir repetición dela mesma palabra.”

En 1982, el lingüista Georges Mounin, define el vocablo así: “Pleonasmo: En retórica, repetición, en una misma expresión o en un mismo enunciado, de un significado con significantes diferentes. El pleonasmo puede referirse a una palabra, a una expresión o a un enunciado. La repetición de una idea se llama tautología.” (v. pleonasmo).

 

TECNOLETOS:

 

Son los vocablos técnicos especiales de las ciencias. La Real Academia los registra en su Diccionario como ‘tecnicismos’ y los define como: “voces técnicas empleadas en el lenguaje de un arte, ciencia, tecnología, oficio, etc. Aquí cabrían todos los vocablos que las o los computadores (ordenadores, como dicen los españoles) están poniendo en marcha: ciberespacio, cibernauta, multimedia, cibertienda, hipertexto, etc.

 

TEMBLAR:   (v. Verbo, otros. verbos irregulares de uso común en el hablar y escribir)

 

 

 

TEMPLAR:

 

Es un verbo regular, pertenece a la primera conjugación y no presenta variaciones al ser conjugado. No debe confundirse con el verbo temblar.

 

TERCERO, TERCER:  (v. ciento, cien)

 

TERCETO:

 

Estrofa de tres versos endecasílabos. Es poco frecuente el empleo del terceto solo o independiente. Los versos del terceto riman así: el primero con el tercero; queda libre el segundo que rima con el primero y el tercero del terceto siguiente, ejemplo:

 

Nadie más cortesano ni pulido

que nuestro Rey Felipe, que Dios guarde,

siempre de negro hasta los pies vestido.

 

Es pálida su tez como la tarde;

cansado el oro de su pelo undoso,

y de sus ojos, el azul, cobarde.

 

Sobre su augusto pecho generoso

ni joyeles perturban ni cadenas

el negro terciopelo silencioso.

............................................

(Antonio Machado; español)

 

TÉRMINOS NEGATIVOS EN LA FRASE:

 

Si en la frase figuran dos o más términos negativos, es necesario que uno de ellos, por lo menos, vaya delante del verbo y en particular cuando se trata del adverbio ‘no’, ejemplos: ‘nadie’ me dijo ‘nunca’ tales cosas. ‘No’ lo cuente ‘jamás’ a ‘nadie’.

Los adverbios ‘jamás’ y ‘nunca’ y los pronombres indefinidos ‘nadie’, ‘nada’, ‘ninguno’ pueden sustituir el vocablo ‘no’, o acompañarlo para reforzar el sentido de la frase negativa, ejemplos: ‘nada’ tengo; ‘nunca’ lo imaginé; ‘jamás’ lo haré; a ‘nadie’ temo.

El origen de estos adverbios y palabras no tiene alcance negativo, sino de refuerzo de la negación. En la expresión: ‘por siempre jamás’ aparece el sentido primitivo de esta palabra, ejemplo: te lo agradeceré por siempre jamás; aquí, tiene carácter afirmativo reforzado (jamás = ya más).

En español, dos negaciones no afirman. Puede, a veces, quedar neutralizada la negación precedida de la preposición ‘sin’, ejemplo: no sin dificultad lo consiguió; es decir, con dificultad. (v. t.: no)

Todas las locuciones o frases adverbiales se deben formar con la palabra nada, y no con el vocablo ‘nadie’ como suele hacerse. Lo correcto es decir: ‘nada menos’ para ponderar la autoridad, importancia o excelencia de una persona o cosa, ejemplos: lo dijo ‘nada menos’ que el Papa en una encíclica. Le regaló ‘nada menos’ que la última versión de la Biblia.

 

TEXTO:

 

Este término puede designar no sólo un documento escrito, sino cualquier corpus (v.) utilizado por el lingüista. Además, puede definirse como conjunto de palabras que componen un documento escrito. Pasaje citado de una obra literaria. Por antonomasia, sentencia de la Sagrada Escritura. Es también, todo lo que se dice en el cuerpo de una obra manuscrita o impresa, a excepción de la portada, las notas, los índices, etc.

 

TIEMPO:

 

Tiempo es la forma que adopta el verbo para fijar la época en que la acción se desarrolla.

Es tiempo simple si se conjuga sin el auxilio de otro verbo; es tiempo compuesto si está formado por el participio pasado y un tiempo del verbo auxiliar ‘haber’.

 

El modo indicativo (v. modo) tiene los siguientes  tiempos simples:

 

Presente, expresa las acciones que coinciden con el acto de la palabra; es el llamado ‘presente actual’ (yo escribo). Cuando expresa actos repetidos o acostumbrados que no se producen en el momento en que se habla, se llama ‘presente habitual’ (me levanto a las siete). Cuando se utiliza para narrar hechos pasados se llama ‘presente histórico’ (Colón descubre América en el año de 1492, en vez de ‘descubrió’). A veces, se usa para hacer referencia a hechos futuros, ejemplo: María se casa (por ‘se casará’) el domingo, es el llamado ‘presente con aspecto de futuro’.

Pretérito indefinido: expresa la acción pasada e independiente del momento en que se habla; es un pasado ya consumado, que no indica conexión con el presente (tú leíste)

Pretérito imperfecto: la acción pasada que expresa interesa sólo en su duración y no en su terminación, en su final (ella cantaba). Este tiempo da a la acción verbal un aspecto de mayor duración que los demás pretéritos.

Futuro imperfecto: expresa la acción venidera (tú leerás). A veces, se utiliza para indicar probabilidad o suposición (tendrá veinte años, serán las cuatro).

Potencial simple (la gramática tradicional lo clasificaba como modo; desde hace varios años, es un tiempo del modo indicativo); indica una acción venidera, considerada desde el pasado (él dijo que volvería; me aseguraron que cantarías en la reunión). En oraciones simples (v. oración) el potencial simple significa posibilidad ( serían las diez; tendría en esa época unos veinte años; me gustaría escribir).

 

 

 

El modo indicativo tiene los siguientes tiempos compuestos

 

Pretérito perfecto: Denota una acción pasada cuyo resultado guarda cierta importancia para el que habla. Tiene una relación próxima con el presente. Cuando un orador acaba su discurso con la fórmula ‘he dicho’, sitúa su discurso en un pasado inmediato (ha escrito, hemos dicho, habéis terminado, han trabajado)

Pretérito anterior: expresa una acción pasada anterior a otra también pasada; su característica es que denota la anterioridad inmediata, es decir, que las dos acciones se producen sin interrupción (apenas hubo salido el sol, se fueron).

Pretérito pluscuamperfecto: expresa una acción pasada anterior a otra también pasada, pero no inmediata; puede haber transcurrido mucho tiempo entre las dos oraciones (desobedeció a quien tanto la había ayudado)

Futuro perfecto: expresa la acción venidera, anterior a otra también venidera (cuando tú llegues ya habremos terminado el trabajo). También indica suposición (ya habrán dado las doce; no habré sabido expresar mi sentimiento).

Potencial compuesto: expresa una acción futura en relación con un momento pasado, si bien aquella es anterior a otra acción (nos prometieron que cuando volviéramos  habrían hecho todo el trabajo. También expresa posibilidad o suposición (habrían dado las doce cuando llegamos).

 

NOTA: La gramática tradicional y sus seguidores clasificaban el Potencial, (simple y compuesto), como si fuera un Modo; hoy, se define el Potencial como tiempo del modo indicativo.

 

El modo subjuntivo (v. modo) tiene los siguientes tiempos simples:

 

Presente: sirve para expresar no sólo acciones presentes, sino también las futuras (dudo que esté aquí; deseo que estemos todos).

Pretérito imperfecto: este tiempo del subjuntivo reúne los valores que en el indicativo corresponden al pretérito indefinido, al pretérito imperfecto y al potencial simple. Estas son las correspondencias: creo que llegó (indicativo)  = no creo que llegara (subjuntivo);  creí que llegaba (indicativo) = no creí que llegara (subjuntivo);  creía que llegaría (indicativo) = no creía que llegara.

Futuro: casi no se emplea, solamente se usa en la lengua clásica. También se le llama FUTURO HIPOTÉTICO porque expresa el hecho como posible, que puede suceder o no, (amare, amares, amare...)

 

El modo subjuntivo tiene los siguientes tiempos compuestos:

 

Pretérito perfecto: corresponde al pretérito perfecto y al futuro perfecto del indicativo. Estas son las correspondencias: creo que ha llegado (indicativo) = no creo que haya llegado (subjuntivo); creo que habrá llegado (indicativo) = no creo que haya llegado (subjuntivo).

Pretérito pluscuamperfecto: expresa los mismos valores temporales que corresponden al pluscuamperfecto y al potencial compuesto del indicativo. Correspondencias: creía que había llegado (indicativo) =  no creía que hubiera o hubiese llegado (subjuntivo); creía que habría llegado (indicativo) = no creía que hubiera o hubiese llegado (subjuntivo).

Futuro perfecto: no se usa sino en la lengua literaria, igual que el futuro simple. (hubiere amado, hubieres amado, hubiéremos amado...).

 

El modo imperativo (v. modo) no tiene más que un tiempo que es el presente.

Carece de la primera persona. Sus dos formas más comunes y usadas son la segunda persona del singular y la segunda del plural. Las demás personas gramaticales de este presente coinciden con el presente del subjuntivo (ama tú, amad vosotras). (v. t.: Verbo, conjugación).

 

TILDE:

 

La Real Academia califica este término como ‘ambiguo’; es decir, admite los dos artículos: la tilde, el tilde. Y lo define así: “rasgo que se pone sobre algunas letras. Acento ortográfico. Uso figurado: cosa mínima.”  (v. agudas, graves, esdrújulas, sobresdrújulas, monosílabos)

 

TILDE DIACRÍTICA:  (v. acento)

 

TIMBRE DE LA VOZ:

 

La forma de la laringe y de las cuerdas vocales influye mucho en el timbre o metal de voz propio de cada persona. En el timbre de voz también influyen la edad, el sexo. En términos generales, si las cuerdas vocales son largas, la voz es baja, grave o gruesa; si son cortas, la voz es delgada, aguda o chillona. La voz de las mujeres es, ordinariamente, aguda, en parte porque sus cuerdas vocales son más cortas que en el hombre y porque vibran con mayor rapidez.

El funcionamiento de las cuerdas vocales es la base del timbre o modo de sonar corrientemente la voz de cada persona. El timbre de voz permite reconocer a las personas sin verlas, por ejemplo, cuando se habla con ellas por teléfono.

 

TITULARES:

 

El periódico moderno cuida con esmero sus titulares o la ‘titulación’, para que el lector con una rápida ojeada esté al tanto de los acontecimientos. Sólo se adentra en el texto si el asunto le atrae, pero, generalmente forma su opinión basándose en los titulares; éstos aspiran a aprisionar en los más simples conceptos la actualidad noticiosa.

 

TÍTULO:

 

Un signo de colorido y buen gusto en un libro, un artículo, un ensayo, una película, un cuadro es su nombre. El título debe ser expresivo, de ritmo breve y agradable intención.

 

 

TONEMA:

 

Vocablo utilizado en fonética (v.). Término de origen inglés que designa el conjunto de las realizaciones diferentes de un mismo tono emitido por la voz. Los principales tonemas al hablar son: tonema descendente, tonema ascendente y tonema de suspensión (suspenso); en este ultimo la línea de entonación continúa hasta el final de la oración sin sufrir elevación ni descenso.

 

TÓNICAS:

 

Reciben este nombre las sílabas de mayor altura músical. En una palabra, la sílaba tónica es la que recibe el acento prosódico  o el acento o ortográfico (v. acento); en las palabras: ortografia, cárcel, debajo, cáscara, las sílabas tónicas son: ‘fi’, ‘´car’, ‘ba’, ‘cás’, respectivamente.

 

TONO:

 

Es la altura musical de cada sonido. El tono depende del número de vibraciones por segundo de las cuerdas vocales. A menor número de vibraciones el tono es más grave. A mayor número de vibraciones el tono es más agudo.

 

 

 

TONO NORMAL:

 

Es la altura propia o entonación de la voz de cada persona. Es la nota producida con mayor naturalidad y con menor esfuerzo. Se representa en fonética (v.) con una raya horizontal; alrededor de esa raya oscila la voz. Unas veces, la persona producirá sonidos más agudos y otras, sonidos más graves. El campo comprendido entre los sonidos graves y los agudos se llama  campo de entonación; este es, en algunas personas, muy reducido y en otras, muy amplio.

 

TOPOGRAFÍA:  (v. descripción)

 

TOPOLECTOS:

 

Son diferenciaciones locales, regionales, nacionales en el uso de la lengua, como las formas de utilizar el idioma de los costeños, los bogotanos, los antioqueños, etc.

 

TOPONIMIA:

 

Es el estudio del origen y significación de los nombres propios de lugar. Conjunto de nombres de lugar de tal región o pueblo. El gramático Fernando Lázaro Carreter le da también el nombre de  toponomástica. Y la subdivide en toponimia mayor o de grandes lugares: pueblos, ríos, montes, valles, etc., y toponimia menor, o nombres de pequeños lugares: arroyos, torrenteras, solanas, riscos, altozanos, hondonadas, etc.

El sustantivo topónimo o toponomástico (nombre de lugar) se conoce también como nombre toponímico.

 

TRADUCCIONES:

 

Unos cuantos gramáticos consultados, entre ellos el eminente Martín Vivaldi y el tratadista del estilo Guillermo Díaz-Plaja, aconsejan lo siguiente a quienes se dedican a realizar traducciones:

Conocer a la perfección el idioma extranjero del que se va a realizar la traducción. Hoy se traduce mucho, y con frecuencia, mal. Abundan las malas traducciones de libros científicos y de obras literarias.

Escribir y hablar correctamente el idioma español. Por la puerta falsa de las malas versiones se están introduciendo muchos barbarismos (v.) y, sobre todo, múltiples vicios de construcción (v. solecismos) que están desfigurando nuestro idioma.

El traductor (a) ha de tener cierto talento literario.

El traductor (a) ha de estar a la altura, al nivel del original.

El traductor (a) debe conocer a fondo la materia objeto de la traducción y estar muy familiarizado con ella. Por tanto:

El novelista debe traducir al novelista y el científico al científico.

Conviene ser fiel al original para captar el sentimiento y pensamiento del autor. En consecuencia:

Antes de empezar a traducir es necesario leer varias veces todo el original para captar el sentido de la obra.

Terminada la traducción, debe dejarse pasar un tiempo antes de corregirla. Los defectos de versión (barbarismos, solecismos, etc.) resaltarán así con más fuerza.

El ideal es la ‘traducción libre’, antes que la ‘literal’, siempre que se respete el sentido original.

El uso del diccionario es más cómodo cuando no se tiene que ir escribiendo al tiempo que se traduce.

 

TRAS:

 

Es una preposición o elemento de enlace (v,). Tiene muy poco uso y sirve para expresar:

Posterioridad en el espacio, usada con verbos de reposo, ejemplo: dejó tras sí un perfume exquisito; con verbos de movimiento, ejemplo: él va tras la fama.

Usada en sentido figurado quiere decir ‘en busca de’, ejemplo: ella corre tras los cargos honoríficos.

Posterioridad en el tiempo, ejemplo: tras el verano llega el otoño

Añadidura, ejemplo: tras ser el culpable único, es el que más protesta.

Generalmente, es sustituida por la frase prepositiva ‘tras de’, ejemplo: corre tras de la gloria.

‘Tras de’ denota el orden en que unas cosas siguen a otras. Puede expresar:

Posterioridad en el espacio con verbos de reposo, ejemplo: lo dejó todo, tras de la discusión con su padre.

Posterioridad en el espacio con verbos de movimiento, ejemplo: ella se marchó tras del jefe.

Posterioridad en el tiempo, ejemplo: ella grita tras de fingir un desmayo

La expresión: ‘Tras de’, más un ‘infinitivo’, significa: ‘además de’, ejemplo: tras de ser torpe, es malvado.

Ambas formas: ‘tras’ y ‘tras de’, se usan solamente en la lengua literaria. En la lengua hablada se emplean: ‘detrás de’, ‘después de’, ‘encima de’, ejemplos: detrás de la pared; después de llegar; encima de la mesa.

 

TRASLACIÓN:

 

Se llama también enálage (v.); ejemplos: empiezo a trabajar dentro de tres meses, en lugar de: empezaré a trabajar..., Mañana es lunes, en lugar de: mañana será lunes.

 

TRASLATICIO:

 

El vocablo traslaticio tiene la misma significación que figurado. (v. Lenguaje, clases o niveles).

 

TRIPTONGO:

 

Son grupos fonéticos compuestos de tres vocales que se juntan en una sola sílaba. En los triptongos la vocal central es abierta (a, e, o) y cerradas las vocales de los lados (ejemplos: buey, aliviáis. En las palabras: hoy, voy, soy, doy, estoy, Uruguay, Camagüey, la ‘y’ es considerada como vocal.

En español hay cuatro triptongos: iai, iei, uai, uei, ejemplos: cambiáis, fraguáis,, cambiéis, (estas formas verbales corresponden al pronombre ‘vosotros’ de poco uso en Hispanoamérica. Lo usual es decir: ustedes.)

 

TRISÍLABA:

 

Palabra o vocablo que tiene tres sílabas, ejemplos: fi-gu-ras; tó-ni-cas; tras-la-ción.

 

TROPO:  (v. Figuras literarias).

 

TROPOLÓGICO, lenguaje:  (v. Figuras literarias, tropos).

 

 

 

U

 

U:

 

Vigésima cuarta letra del abecedario español y última de las vocales; es letra muda en las sílabas ‘que’, ‘qui’  (queja, quicio), y también, por regla general, en ‘gue’, ‘gui’ (guerra, guión). Cuando en una de estas dos últimas tiene sonido, debe llevar diéresis (v.) (vergüenza, argüir).

También es una conjunción (v.) disyuntiva que se emplea en lugar de ‘o’ cuando la palabra siguiente empieza por esta vocal, precedida o no de ‘h’, ejemplos: uno u otro; diez u once; mujer u hombre.

 

¡UF!:

 

Interjección con la que se demuestra cansancio, fastidio. Indica también repugnancia.

 

ULTRACORRECTOS:

 

Llamados también hipercorrectos. Son formas fónicas o grafías en las cuales se restituye, por error, un elemento (un sonido, una letra) que se considera desaparecido debido a la evolución de la lengua. Ocurre cuando se dice: ‘bacalado’ en lugar del correcto: bacalao; ‘corredo’ en lugar del correcto: correo; ‘vacido’ en lugar de: vacío; ‘Urrado’ en lugar de: Urrao (municipio del Depto. de Antioquia); ‘Bilbado’ en lugar de: Bilbao (España), ‘expléndido’ en lugar de: espléndido; ‘exenario’ en lugar de: escenario (se pronuncia como si fuera con ‘ese’, lo mismo que piscina); ‘méndigo’ en lugar de: mendigo, etc.  Los lingüistas españoles prefieren el término ultracorrección al de hipercorreción preferido por los lingüistas alemanes, franceses e ingleses.

 

UNIDAD DE PROPÓSITO: (v. construcción lógica)

 

UNIPERSONAL:

 

Algunas veces se da este nombre al verbo impersonal, aludiendo al hecho de que sólo posee la forma correspondiente a la tercera persona del singular, ejemplos: llueve, nevará, relampagueaba, etc. (v. Verbos, clases)

 

UN, UNA, UNO:

 

Este último (por su forma masculina), pierde la ‘o’ cuando precede al sustantivo, ejemplos: un señor, veintiún niños, un cuaderno, treinta y un días, un especial escrito, un educado caballero. Del contexto se deduce el carácter de este vocablo: si es adjetivo numeral, (un libro, dos libros, veintiún libros, etc.) o si es artículo indeterminado (un hombre desconocido, un libro cualquiera). Delante del femenino no se apocopa (v, apócope), ejemplos: una señora, veintiuna conferencias, una libreta, treinta y una damas, una semana, una educada maestra.

Cuando en su forma femenina (una) va delante de un sustantivo femenino en singular que empieza por ‘a’ acentuada, dicha forma debe cambiarse por el masculino (un), ejemplos: un águila, un agua, un hambre, un arpa, un arte, un alma. Cuando estos sustantivos femeninos se emplean en plural, recobran el artículo femenino a que tienen derecho, por ejemplo: unas águilas, unas aguas, unas hambres, unas arpas, unas artes, unas almas, etc.

Lo mismo ocurre en relación con el artículo femenino ‘la’ delante de sustantivos femeninos que empiecen por ‘a’ acentuada:: debe cambiarse por la forma masculina, y sólo usar el femenino en plural (las) cuando dichos sustantivos estén en plural, como: el agua (las aguas); el hambre (las hambres); el arte (las artes); el águila (las águilas), etc.

La estilística recomienda no abusar de los artículos indeterminados: ‘un’, ‘una’ porque son galicismos y afean el estilo; el siguiente es un ejemplo moderno del abuso de dichos vocablos: “puede muy bien cualquiera llegar a ser un gran hombre sin estar dotado de un talento ni de un ingenio superior, con tal que tenga valor, un juicio sano y una cabeza bien organizada.” Al anterior texto le sobran todos los artículos indeterminados.

Uno se emplea, con carácter impersonal, con los verbos reflexivos, que correspondiendo a la construcción pasiva  (v. voz pasiva) con ‘se’, tendrían que repetir esta palabra;. Ejemplos: se baña uno todos los días; se muere uno sin que lo sientan; con este frío, no se atreve uno a salir a la calle.

Es válido el uso de uno en relación con la mujer cuando se refiere a hechos no específicos de las damas; así, pueden decir las mujeres: uno no mira muchos almacenes; uno no pasea por las avenidas; a una le toca concebir el hijo; a una la congratulan el ‘dia de la madre’.

 

UNIDAD:

 

La del párrafo y la de un escrito cualquiera, consiste en que sus partes estén tan estrechamente ligadas entre sí, que todas se refieran al pensamiento dominante.

 

USTED:

 

(“De vusted). Pronombre de segunda persona, usado en vez del pronombre ‘tú’ como tratamiento de cortesía, respeto o distanciamiento.” (Real Academia).

Dicen otros estudiosos que en todos los países de América ha caído en desuso el pronombre ‘vosotros’, plural de la segunda persona, y en su lugar se usa ‘ustedes’, plural tanto de ‘tú’ como de ‘usted’. Prácticamente ha desaparecido el uso de ‘vosotros’ tanto en la lengua hablada como en la escrita y literaria, y sólo se conserva en ciertos documentos de carácter público.

Usted proviene de la expresión ‘vuestra merced’, tratamiento de cortesía que remplazaba la segunda persona del singular. En efecto, al dirigir a alguien la palabra, en lugar de emplear el ‘tú’, se decía ‘vuestra merced’, que se convirtió en ‘vuesa-mested’, luego en ‘vues-asted’, más tarde en ‘vuested’, después  en ‘vusted’ y, por último, en ‘usted’, el cual, sobre todo en su forma plural, ha sustituido por completo a ‘vosotros’.

A pesar de que el pronombre ‘usted’ se usa para la segunda persona gramatical a la que uno se dirige, en lugar de ‘tú’, gramaticalmente se considera como pronombre de tercera persona con empleo de segunda, ejemplos: usted trae, y no, ‘usted traes’; usted sabrá, y no, ‘usted sabrás’; ustedes traen, y no, ‘ustedes traéis’; ustedes sabrán, y no, ‘ustedes sabréis

 

 

 

V

 

 

V:

 

Vigésima quinta letra del abecedario español y vigésima de sus consonantes. Su nombre es ‘uve’; la Real Academia acepta un segundo nombre: ‘ve’. Actualmente representa el mismo sonido que la ‘be’ en todos los países de lengua española; es decir, ‘be’ y ‘uve’ se pronuncian igual. Es letra numeral que tiene el valor de ‘cinco’ en la numeración romana.

 

VACIAR:  (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso común en el hablar y escribir)

 

VALOR DE LAS PALABRAS:

 

Muchas palabras tienen, como los números, un valor absoluto y otro relativo. El primero es el que las acompaña conceptualmente, cuando van solas, es decir, sin formar oración. El segundo es el que les dan las palabras con que se unen, no sólo para precisar en muchos casos la categoría gramatical, sino también la acepción que hay que dar al vocablo dentro de dicha categoría. Cuando se dice: el hombre es ‘severo’, no se ha expresado con exactitud esta condición de un hombre; puede ocurrir, que dicho adjetivo (severo) sea un elogio para ese hombre o sea una censura, puesto que esa condición de ‘severo’ puede recaer sobre él mismo o sobre otras personas; por tanto, debe completarse el sentido: el hombre es severo para con sus hijos (áspero, duro en el trato, agresivo); o, el hombre es severo en el cumplimiento de sus deberes (exacto, puntual). (v. t.: palabra).

 

VERBO:

 

Dice el profesor español Juan Moneva: “[...] el verbo adquiere en el lenguaje la importancia correspondiente a la vida que manifiesta en los sujetos...Propiamente no hay lenguaje sin esta palabra...El verbo es actividad.... El lenguaje es solamente la historia de la actividad de los seres.”

Como el verbo contiene en sí los elementos oracionales sin necesidad (en el idioma español) de utilizar los pronombres, se dice que “el verbo es la parte más importante del discurso.”

El verbo es el elemento central o núcleo del predicado. Es la única función sintáctica que puede desempeñar

El verbo es la parte de la oración sobre la cual gira toda ella; es la palabra a la cual se subordinan todas las demás. Es el verbo el que da vida a la frase; designa una actividad o un estado que se predica (afirma o niega) de un sujeto. Platón, ajustándose a la etimología, definió el verbo como ‘el predicado del sujeto’.

Aristóteles estableció la relación del verbo con el tiempo, concepto que llega hasta nuestros días. Muchos años más tarde, Andrés Bello definió así el verbo: “es una clase de palabras que significan el atributo de la proposición, indicando juntamente la persona y número del sujeto, el tiempo y modo del atributo.

 

La Real Academia Española en su Gramática, define el verbo diciendo: “es la parte de la oración que designa el estado, acción o pasión, casi siempre con expresión de tiempo y de persona.”

 

Clasificación del verbo:

 

Por su composición

Primitivo: correr, ver, amar  (v. primitivas)

Derivado: corretear  (v. derivación)

Simple:  decir, comer (v. palabras simples)

Compuesto:  prever, desamar, deshacer, contraponer (v. composición)

Parasintético: embravecer (v. parasíntesis)

Por su significación

Copulativo: el que sirve de simple unión o cópula entre el sujeto (v.)y el predicado nominal (v.), sin que agregue nada al significado de la oración (v.). Los verbos copulativos son: ‘ser’ y ‘estar’.

Atributivo: es todo verbo que no sea copulativo.

Transitivo, cuya acción real recae en alguna cosa, persona o  animal, distintos del sujeto (v. Complementos, c. directo)

Intransitivo o neutro, cuya acción no se trasmite del sujeto a otra persona, animal o cosa, como: entrar, respirar, andar, correr, nacer, morir.

De estado: es el verbo intransitivo que no indica movimiento de ninguna clase, por no ser expresivo de acción, sino que da cuenta de que algo existe o se halla en cierto estado, como: quedar, yacer, existir, ser, estar, subsistir, permanecer, residir, etc.

Reflexivo o reflejo, cuya acción recae sobre el mismo sujeto representado por un pronombre personal, como: peinarse,, arreglarse.

Recíproco: es el verbo que expresa cambio mutuo de acción entre dos o más personas o animales, como: mirarse, patearse, tutearse, saludarse, amarse, escribirse, etc...

Pronominal: es el verbo que se conjuga con el pronombre reflexivo, pero sin tener significado reflexivo. El gramático Andrés Bello los llama ‘verbos cuasi-reflejos’; y abundan en nuestro idioma, tales como: herirse, callarse, caerse, arrepentirse jactarse, atreverse, etc.

Frecuentativo o iterativo: es el que expresa una acción repetida, como: golpear, apedrear, hojear, pisotear, etc.

Incoativo: el que denota comienzo de una acción, por ejemplo: florecer, anochecer, amanecer, atardecer.

Por su flexión

Auxiliar, es el que se une a otro para la formación de los tiempos compuestos. Los propiamente verbos auxiliares son: ‘ser’ y ‘haber’ (v. haber). Característico del idioma español es el gran empleo del verbo ‘haber’, en comparación con otras lenguas que prefieren el verbo ‘ser’. También es especial en español la diferencia entre ‘ser’ y ‘estar’. No es lo mismo: ser un enfermo, que estar enfermo.

‘Haber’, se emplea para la voz activa (v. voz); el verbo ‘ser’ para la voz pasiva (v. voz).

‘Haber’ como auxiliar sólo se conjuga en las formas simples. ‘Ser’ es el verbo que presenta más características: es el más irregular, posee tres raíces distintas: la ‘S’ del infinitivo ‘s-er’ proviene del verbo latino ‘sedere’, la raíz de la forma ‘era’ (pretérito imperfecto del modo indicativo) tiene su origen en ‘esso’, un elemento que por las alteraciones fonéticas cambió la ‘S’ en ‘R’, pasando al español en la forma ‘era’, y ‘fui’ proviene del latín ‘fuam’ (fuiste, fueras, fuéramos, fuese, fuere, etc.).

Unipersonal, es el verbo que sólo se usa en el infinitivo y en la tercera persona del singular de cualquier tiempo, como: nevar (nieva); amanecer (amanece), y todos los verbos que signifiquen fenómenos de la naturaleza. Estos verbos también se clasifican como ‘impersonales’ porque su acción, en general, no se atribuye a un sujeto determinado.

Defectivo, el verbo que carece de algunos tiempos y personas gramaticales, como, abolir, aterir, agredir, etc.(v. Verbo, otros verbos irregulares de uso común en el hablar y escribir)

Regular, es el verbo que en todos los tiempos y personas gramaticales conserva sus letras radicales y toma las terminaciones o desinencias exactas de la conjugación a que pertenece como: arar, vender, unir, etc.  (v. Conjugación). (v.t.: modelos o paradigmas de conjugación).

Irregular, es el verbo que, al conjugarse, altera, en todos o en parte de sus tiempos, la radical (o lexema) o la desinencia (o morfema) que le corresponde, y, a veces, una y otra, como: andar, jugar, ir, saber, etc.

 

Por su estructura

Verbos de la primera conjugación (terminados en AR¸ verbo modelo: AMAR)

Verbos de la segunda conjugación (terminados en ER; verbo modelo: TEMER)

Verbos de la tercera conjugación (terminados IR; verbo modelo: PARTIR)

(v. Verbo, modelo o paradigma de conjugación)

 

Accidentes del verbo:

================

Son: voz, modo, tiempo, número y persona. (v. cada uno de ellos en el lugar correspondiente según  el orden alfabético).

 

CONJUGAR UN VERBO es presentarlo en todos sus accidentes.(v) Este conjunto de variaciones de forma se llama conjugación (v.). En español, los verbos se han agrupado en tres clases, de acuerdo con su terminación en el infinitivo: AR, ER, IR. Cada una de las tres conjugaciones tiene su verbo tipo o paradigma:  amar (AR), temer (ER), partir (IR).

 

Modelos o paradigmas de conjugación de verbos regulares:

Verbo amar. Primera conjugación. Formas no personales: Infinitivo simple: amar. Infinitivo compuesto: haber amado. Gerundio simple: amando. Gerundio compuesto: habiendo amado. Participio: amado.

 

Modo Indicativo, tiempos simples:

Presente:  yo amo; tú amas; él ama; nosotros amamos; vosotros amáis; ellos aman.

Pretérito imperfecto: amaba, amabas, amaba, amábamos, amabais, amaban

Pretérito indefinido:  amé, amaste, amó, amamos, amasteis, amaron.

Futuro imperfecto: amaré, amarás, amará, amaremos, amaréis, amarán.

Potencial simple: amaría, amarías, amaría, amaríamos, amaríais, amarían.

 

Tiempos compuestos:

Pretérito perfecto:  he amado, has amado, ha amado, hemos amado, habéis amado, han amado.

Pretérito pluscuamperfecto:  había amado, habías amado, había amado, habíamos amado, habíais amado, habían amado.

Pretérito anterior: hube amado, hubiste amado, hubo amado, hubimos amado, hubisteis amado, hubieron amado.

Futuro perfecto: habré amado, habrás amado, habrá amado, habremos amado, habréis amado, habrán amado.

Potencial compuesto: habría amado, habrías amado, habría amado, habríamos amado, habríais amado, habrían amado.

 

Modo subjuntivo, tiempos simples:

Presente: yo ame, tú ames, él ame, nosotros amemos, vosotros améis, ellos amen.

Pretérito imperfecto: amara o amase, amaras o amases, amara o amase, amáramos o amásemos, amarais o amaseis, amaran o amasen. (Tiene dos terminaciones: RA. SE).

Futuro imperfecto:  amare, amares, amare, amáremos, amareis, amaren.

 

Tiempos compuestos:

Pretérito perfecto: haya amado, hayáis amado, haya amado, hayamos amado, hayáis amado, hayan amado.

Pretérito pluscuamperfecto: hubiera o hubiese amado, hubieras o hubieses amado, hubiera o hubiese amado, hubiéramos o hubiésemos amado, hubierais o hubieseis amado, hubieran o hubiesen amado (tiene dos terminaciones).

Futuro perfecto:  hubiere amado, hubieres amado, hubiere amado, hubiéremos amado, hubiereis amado, hubieren amado.

 

Modo imperativo:

Presente: (carece de la primera persona); ama tú, ame usted; amad vosotros; amen ustedes. Las demás formas coinciden con las del subjuntivo.

 

Verbo temer. Segunda conjugación.   Formas no personales: Infinitivo simple: temer. Infinitivo compuesto: haber temido. Gerundio simple: temiendo. Gerundio compuesto: habiendo temido. Participio: temido.

 

Modo indicativo. Tiempos simples:

Presente: yo temo, tú temes, él teme, nosotros tememos, vosotros teméis, ellos temen,

Pretérito imperfecto: temía, temías, temía, temíamos, temíais, temían.

Pretérito indefinido: temí, temiste, temió, temimos, temisteis, temieron.

Futuro imperfecto: temeré, temerás, temerá, temeremos, temeréis, temerán.

Potencial simple: temería, temerías, temería, temeríamos, temeríais, temerían.

 

 

            Tiempos compuestos:

 

Pretérito perfecto: he temido, has temido, ha temido, hemos temido, habéis temido, han temido.

Pretérito pluscuamperfecto:  había temido, habías temido, había temido, habíamos temido, habíais temido, habían temido.

Pretérito anterior: hube temido, hubiste temido, hubo temido, hubimos temido, hubisteis temido, hubieron temido.

Futuro perfecto: habré temido, habrás temido, habrá temido, habremos temido, habréis temido, habrán temido.

Potencial compuesto: habría temido, habrías temido, habría temido, habríamos temido, habríais temido, habrían temido.

 

Modo subjuntivo. Tiempos simples:

Presente: yo tema, tú temas, él tema, nosotros temamos, vosotros temáis, ellos teman.

Pretérito imperfecto: temiera o temiese, temieras o temieses, temiera o temiese, temiéramos o temiésemos, temierais o temieseis, temieran o temiesen.

Futuro imperfecto: temiere, temieres, temiere, temiéremos, temiereis, temieren

 

Tiempos compuestos:

Pretérito perfecto: haya temido, hayas temido, haya temido, hayamos temido, hayáis temido, hayan temido.

Pretérito Pluscuamperfecto:  hubiera o hubiese temido, hubieras o hubieses temido, hubiera o hubiese temido, hubiéramos o hubiésemos temido, hubierais o hubieseis temido, hubieran o hubiesen temido.

Futuro perfecto: hubiere temido, hubieres temido, hubiere temido, hubiéremos temido, hubiereis temido, hubieren temido.

 

Modo imperativo:

Presente (carece de la primera persona)  teme tú, temed vosotros. Las demás formas coinciden con las del subjuntivo.

 

Verbo partir; tercera conjugación. Formas no personales: infinitivo simple: partir. Infinitivo compuesto: haber partido. Gerundio simple: partiendo. Gerundio compuesto: habiendo partido. Participio: partido.

 

Modo indicativo. Tiempos simples:

Presente: parto, partes, parte, partimos, partís, parten.

Pretérito imperfecto: partía, partías, partía, partíamos, partíais, partían.

Pretérito indefinido: partí, partiste, partió, partimos, partisteis, partieron.

Futuro imperfecto: partiré, partirás, partirá, partiremos, partiréis, partirán.

Potencial simple: partiría, partirías, partiría, partiríamos, partiríais, partirían.

 

 

Tiempos compuestos:

Pretérito perfecto: he partido, has partido, ha partido, hemos partido, habéis partido, han partido.

Pretérito pluscuamperfecto: había partido, habías partido, había partido, habíamos partido, habíais partido, habían partido.

Pretérito anterior: hube partido, hubiste partido, hubo partido, hubimos partido, hubisteis partido, hubieron partido.

Futuro perfecto: habré partido, habrás partido, habrá partido, habremos partido, habréis partido, habrán partido.

Potencial compuesto: habría partido, habrías partido, habría partido, habríamos partido,

Habríais partido, ellos habrían partido.

 

Modo subjuntivo. Tiempos simples:

Presente: yo parta, tú partas, él parta, nosotros partamos, vosotros partáis, ellos partan.

Pretérito imperfecto: partiera o partiese, partieras o partieses, partiera o partiese, partiéramos o partiésemos, partierais o partieseis, partieran o partiesen.

Futuro imperfecto: partiere, partieres, partiere, partiéremos, partiereis, partieren.

 

Tiempos compuestos:

Pretérito perfecto: haya partido, hayas partido, haya partido, hayamos partido, hayáis partido, hayan partido.

Pretérito pluscuamperfecto: hubiera o hubiese partido, hubieras o hubieses partido, hubiera o hubiese partido, hubiéramos o hubiésemos partido, hubierais o hubieseis partido, hubieran o hubiesen partido.

Futuro perfecto:  hubiere partido, hubieres partido, hubiere partido, hubiéremos partido, hubiereis partido, hubieren partido.

 

Modo imperativo:

Presente: (carece de la primera persona) parte tú, partid vosotros. Las demás formas coinciden con el subjuntivo.

 

Modelo o paradigma de conjugación de los verbos auxiliares:

 

 

1)   Haber:

Formas no personales:  Infinitivo: haber; gerundio: habiendo; participio: habido; infinitivo compuesto: haber habido; gerundio compuesto: habiendo habido.

 

Modo indicativo; tiempos simples

Presente: yo he, tú has, él ha,( o: hay, forma impersonal), nosotros hemos, vosotros habéis, ellos han.

Pretérito imperfecto: había, habías, había, habíamos, habíais, había.

Pretérito indefinido: hube, hubiste, hubo, hubimos, hubisteis, hubieron.

Futuro imperfecto: habré, habrás, habrá, habremos, habréis, habrán.

Potencial simple: habría, habrías, habría, habríamos, habríais, habrían.

 

Tiempos compuestos:

Pretérito perfecto: he habido, has habido, ha habido, hemos habido, habéis habido, ha habido.

Pretérito pluscuamperfecto: había habido, habías habido, había habido, habíamos habido, habíais habido, habían habido

Pretérito anterior: hube habido, hubiste habido, hubo habido, hubimos habido, hubisteis habido, hubieron habido.

Futuro Perfecto: habré habido, habrás habido, habrá habido, habremos habido, habréis, habido, habrán habido.

Potencial compuesto: habría habido. Habrías habido, habría habido, habríamos habido, habríais habido, habrían habido.

 

Modo subjuntivo, tiempos simples:

Presente: haya, hayas, haya, hayamos, hayáis, hayan.

Pretérito imperfecto: hubiera o hubiese, hubieras o hubiese, hubiera o hubiese, hubiéramos o hubiésemos, hubierais o hubieseis, hubieran o hubiesen.

Futuro imperfecto: hubiere, hubieres, hubiere, hubiéremos, hubiereis, hubieren.

 

Tiempos compuestos:

Pretérito perfecto: haya habido, hayas habido, haya habido, hayamos habido, hayáis habido, hayan habido.

Pretérito pluscuamperfecto: hubiera o hubiese habido, hubieras o hubieses habido, hubiéramos o hubiésemos habido, hubierais o hubieseis habido, hubieran o hubiesen habido.

Futuro perfecto: hubiere habido, hubieres habido, hubiere habido, hubiéremos habido, hubiereis habido, hubieren habido.

 

Modo imperativo:

Presente (carece de la primera persona) he tú,  habed vosotros. Las demás formas coinciden con el subjuntivo.

 

2) Ser:

Formas no personales: Infinitivo: ser; gerundio: siendo; participio: sido; infinitivo compuesto: haber sido; gerundio compuesto: habiendo sido

 

Modo indicativo; tiempos simples:

Presente: yo soy, tú eres, él es, nosotros somos, vosotros sois, ellos son.

Pretérito imperfecto: yo era, tú, eras, él era, nosotros éramos, vosotros erais, ellos eran.

Pretérito indefinido: yo fui, tu fuiste, el fue, nosotros fuimos, vosotros fuisteis, ellos fueron.

Pretérito imperfecto: seré, serás, será, seremos, seréis, serán.

Potencial simple: sería, serías, sería, seríamos, seríais, ellos serían.

 

Tiempos compuestos:

Pretérito perfecto: he sido, has sido, ha sido, hemos sido, habéis sido, han sido.

Pretérito pluscuamperfecto:  había sido, habías sido, había sido, habíamos sido, habíais sido, habían sido.

Pretérito anterior: hube sido, hubiste sido, hubo sido, hubimos sido, hubisteis sido, hubieron sido.

Futuro perfecto:  habré sido, habrás sido, habrá sido, habremos sido, habréis sido, habrán sido.

Potencial compuesto: habría sido, habrías sido, habría sido, habríamos sido, habríais sido, habrían sido.

 

Modo subjuntivo; tiempos simples:

Presente: yo sea, tú seas, él sea, nosotros seamos, vosotros seáis, ellos sean.

Pretérito imperfecto: fuera o fuese, fueras o fueses fuera o fuese, fuéramos o fuésemos, fuerais o fueseis, fueran o fuesen.

Futuro imperfecto: fuere, fueres, fuere, fuéremos, fuereis, fueren.

 

Tiempos compuestos:

Pretérito perfecto: hay sido, hayas sido, haya sido, hayamos sido, hayáis sido, hayan sido.

Pretérito pluscuamperfecto: hubiera o hubiese sido, hubieras o hubieses sido, hubiera o hubiese sido, hubiéramos o hubiésemos sido, hubierais o hubieseis sido, hubieran o hubiesen sido.

Futuro perfecto: hubiere sido, hubieres sido hubiere sido, hubiéremos sido, hubiereis sido, hubieren sido.

 

Modo imperativo:

Presente:  sé tú, sed vosotros. No tiene primera persona, y las restantes se identifican con las formas del subjuntivo.

(v. t.: Complementos del verbo; Conjugación perifrástica; Formas no personales de verbo).

 

Verbos irregulares: Clases.

 

Son irregulares los verbos que en la conjugación alteran sus radicales (lexemas) o sus desinencias o terminaciones (morfemas), a veces, alteran las dos.

 

Las irregularidades ocurren en estos tres grupos de tiempos:

 

Grupo de los presentes: Presente de indicativo, de subjuntivo y de imperativo.

Grupo del pretérito indefinido y derivados: Pretérito indefinido del indicativo, pretérito imperfecto del subjuntivo, potencial.

Grupo del futuro: Futuro imperfecto de indicativo y del subjuntivo

 

La clasificación que de los verbos irregulares se hace a continuación, es la misma realizada por los gramáticos y maestros españoles José Antonio Pérez-Rioja y Rafael Seco. Se tomó esta clasificación  por considerarla la más clara y adecuada.

 

Primera clase:  Verbos que diptongan vocales radicales.

Esta clase comprende numerosos verbos  con: ‘e’ ‘o’ en la radical, letras diptongadas en ‘ei’ y en ‘ue’, respectivamente, ejemplos: apretar = aprieto, aprieta, etc.; jugar = juegues, juegue, etc. A esta clase pertenecen también algunos verbos terminados en ‘irir’ y los verbos poder y querer; éstos ofrecen, además, las irregularidades de las clases quinta y sexta.

 

 

Segunda clase:  Verbos que añaden consonantes al radical o lexema:

Tales consonantes son: ‘z’, ‘g’, ‘y’. A cada una de ellas corresponde un subgrupo

Los verbos terminados en: ‘acer’, ‘ecer’,’ocer’, ‘ucir’ toman la ‘z’ en los presentes, antes de la ‘c’ de la radical, ejemplos:  nazco, agradezco, conozco, luzco; nazca, agradezca, conozca, luzca.

Los verbos: ‘tener’, ‘valer’, ‘venir’, ‘salir’ toman una ‘ge’ en los presentes detrás de la ‘n’ o ‘l’ de la radical. En este grupo se incluyen los verbos: oír y traer., ejemplos:  tengo, valgo, vengo, salgo, oigo, traigo; tenga, valga, venga, salga, oiga, traiga.  Obsérvese que los verbos  tener i venir diptongan, además, como los verbos de la primera clase.

Los verbos terminados en ‘uir’ añaden ‘y’  entre las letras radicales y las terminaciones o desinencias, ejemplos: huyo, huye, huya (huir)

 

Tercera clase: Verbos con debilitación vocálica:

Son los terminados en ‘ebir’,’edir’, ‘egir’,’eguir’, ‘eir’, emir’, ‘endir’, ‘eñir’, ‘estir’, ‘etir’. En los presentes, en los pretéritos indefinidos y tiempos derivados cambian las vocales ‘e’, ‘o’ de sus radicales en ‘i’, ‘u’ respectivamente. Para que tal debilitamiento ocurra debe seguir una ‘i’ acentuada en las terminaciones de algunos tiempos, ejemplos: pedir: pido, seguir, sigo; rendir: rinda; gemir, gima; concebir, concibe;  reír, ríes, etc.

 

Cuarta clase: Verbos con diptongación y debilitación vocálica:

Son los verbos terminados en ‘entir’, ‘erir’, ‘ertir’. En los tiempos presentes tienen las características de los verbos de la primera clase; en el pretérito indefinido y tiempos derivados, las de la tercera clase, ejemplos: siento, hiero, divierto; sintió, sintieron, hirió, hirieron, divierte, diviertas, sintiera, etc.

 

Quinta clase: Verbos con futuro irregular:

La formación regular del futuro y del potencial simples se ha hecho en español con el infinitivo seguido del presente y del pretérito imperfecto de indicativo del verbo ‘haber’, respectivamente: amar + he = amaré; amar + había (amar + hía) = amaría.

A veces, el infinitivo seguido del presente del verbo haber experimentaba la pérdida de la vocal de la terminación o desinencia:  poder + he = pod(e)ré = podré. Esta pérdida origina tres subclases de irregularidades:

Simple pérdida de la vocal de la desinencia, ejemplos: pod(e)ré, = podré; cab(e)rá = cabrá sab(e)rás = sabrás, quer(e)ría = querría,  quer(e)ré = querré, sap(e)rá = sabrá.

La pérdida de la vocal supone, además, por razón de eufonía, la introducción de una ‘d’ para su mejor articulación, ejemplos: val(e)ré = valré = valdré; sal(e)rá = salrá = saldrá.

La desaparición de la vocal supone la síncopa (pérdida de letras en medio del vocablo) de la consonante contigua, ejemplo: decir + he = de(ci)ré = diré, haré,  dirá.

 

Sexta clase: Verbos con pretérito fuerte:

A diferencia de los verbos regulares, que tienen sus pretéritos indefinidos débiles, es decir, acentuados en la sílaba final,, tales como: amó, canté, escribí sonó, llegué, recibí, etc., otros verbos conservan la acentuación latina en la penúltima sílaba; éstos son los llamados ‘pretéritos fuertes’, ejemplos:  anduve, anduviera (andar); estuvo, estuviera (estar); tuve, tuviera (tener); pudo, pudiera (poder);  hubo, hubiera (haber);  puso, pusiera (poner); cupe, cupiera (caber); supo, supiera (saber);  quise, quisiera (querer); traje, trajera (traer); vino, viniera (venir); conduje, condujera (conducir); tradujo, tradujera (traducir); maldije, maldijera (maldecir).

 

Séptima clase: Verbos con especial irregularidad en los presentes. Hacer, valer, salir, además de las irregularidades de sus presentes, ya citadas, tienen apócope (v.) de la ‘e’ final en el presente del modo imperativo:  haz, val, sal.

Caber, saber, estar ofrecen estas otras irregularidades:

Presente de indicativo:  quepo, sé, estoy.

Presente de subjuntivo:  quepa, sepa, esté.

Modo imperativo en su único tiempo, el presente:  está (tú),  estad (vosotros)

 

Otros verbos irregulares de uso común al hablar y escribir:

 

1)   ABOLIR:   Es verbo defectivo (v.). Solamente se conjuga en aquellos tiempos y personas donde la terminación empieza por ‘i’, ejemplos:

 

Presente: yo (no existe), tú (no existe), él (no existe), nosotros abol-imos, vosotros abol-ís, ellos (no existe).

 

Pretérito imperfecto: 

     abolía, abolías, abolía, abolíamos, abolíais, abolían (Todas las terminaciones tienen ‘i’, por tanto, son correctas). Los tiempos pretérito indefinido, futuro y potencial simple: se usan en  todas las personas del singular y del plural; son también correctas todas las formas de los tiempos compuestos. En el modo subjuntivo, el presente no se usa.

 2)   ALINEAR:   Es regular y se conjuga como todos los verbos terminados en ‘EAR’, el  modelo es ‘marear’, ejemplo: alineo, alineas, alinea, alineamos, alineáis, alinea,. etc.

 BREGAR: es verbo regular; siglos atrás fue irregular y se decía ‘yo briego, tú briegas,’ etc. Hoy la Real Academia ha conceptuado que es regular:, de la primera conjugación: brego, bregas, brega, bregamos, bregáis, bregan. A veces, se confunde con el verbo FREGAR, éste sí, irregular: friego el piso, friegas los platos, friega la ropa, fregamos las paredes, fregáis, friegan.

COMPETIR (emular, rivalizar), es irregular. Presente de indicativo: yo compito, tú compites, él compite, nosotros competimos, vosotros competís, ellos compiten. No debe confundirse con el verbo COMPETER (incumbir, tocarle a uno hacer alguna cosa) que si es regular de la segunda conjugación: y se conjuga casi siempre así: me compete, te compete, le compete, nos compete, os compete, les compete.

DISENTIR: (no estar de acuerdo con algo o con alguien), se conjuga como SENTIR: disiento, disientes, disiente, disentimos, disentís, disienten.

ERGUIR: la forma más usual de este verbo irregular es: yergo, yergues, yergue, erguimos, erguís, yerguen. También, aunque con poco uso, se emplean estas formas: irgo, irgues, irgue, erguimos, erguís, irguen.

FORZAR: fuerzo, fuerzas, fuerza, forzamos, forzáis, fuerzan; fuerce, fuerces, fuerce, etc. Tiene un sustantivo afín que es FUERZA).

HABER:  (v.)

LICUAR: los verbos terminados en CUAR y GUAR (evacuar, adecuar, licuar, etc.) Las últimas disposiciones gramaticales hablan de que dichos verbos pierden el diptongo al ser conjugados  (se les marca tilde).

PODRIR O PUDRIR: En infinitivo es ‘podrir’ o ‘pudrir’. El académico Manuel Seco recomienda que se use la forma ‘pudrir’. El participio es siempre ‘podrido’. Y las restantes formas del verbo tienen ‘u’ en vez de ‘o’ en la radical, ejemplos: pudre; pudrió; pudriendo, pudrirá, pudriría; etc.

RAER: (significa raspar, extirpar): raigo, raes, rae, raemos, raéis, raen.

ROER: (cortar con los dientes). Se conjuga como LEER. La primera persona no se usa. Tú roes, él roe, roéis, roen.

SATISFACER. Es un verbo compuesto por el adverbio latino ‘satis’ y el verbo latino ‘facere’ que significan: ‘bastante’ y ‘hacer’, respectivamente. Se conjuga como el verbo HACER, anteponiendo la partícula ‘satis’ y cambiando la ‘h’ por la ‘f’. Presente: satisfago, satisfaces, satisface, satisfacemos, satisfacéis, satisfacen. Pretérito indefinido: satisfice, satisficiste, satisfizo, satisficimos, satisficisteis, satisficieron. Futuro: satisfaré, satisfarás, satisfará, satisfaremos, satisfaréis, satisfarán. Potencial simple: satisfaría, satisfarías, satisfaría, satisfaríamos, satisfaríais, satisfarían. 

SOLDAR:: Se conjuga como el verbo sonar: sueldo, sueldas, suelda, soldamos, soldáis, sueldan.

SOLER:  Se conjuga como el verbo ‘mover’, pero solamente en los siguientes tiempos simples del modo indicativo: Presente: suelo, sueles, suele, solemos, soléis, suelen. Pretérito imperfecto: solía, solías, solía, solíamos, solíais, solían. Pretérito indefinido:  solí, soliste, solió, solimos, solisteis, solieron. En los tiempos compuestos, sólo se usa en el pretérito perfecto: he solido, has solido, ha solido, hemos solido, habéis solido, han solido. En el modo subjuntivo sólo se usa en el presente: suela, suelas, suela, solamos, soláis, suelan.

TAÑER: Este verbo es el modelo que da la Gramática de la Real Academia para una clase de verbos irregulares (v.) terminados todos  en ‘añer’, ‘añir’, ‘iñir’, ‘uñir’; lo mismo que en ‘eller’ y ‘ullir’. Su irregularidad consiste en suprimir la ‘i’ de las terminaciones al ser conjugados. Ni la ‘ll’ ni la ‘ñ’ se prestan en castellano para formar sílaba con los diptongos ‘io’, ‘ie’. Se dice: el tañó, ellos tañeron, que él tañera o tañese, etc., el gerundio es: ‘tañendo’: (v.)

TEMBLAR:  Al conjugarlo, forma diptongo: cambia ‘e’ por ‘ie’; presente: tiemblo, tiemblas, tiembla, temblamos, tembláis, tiemblan. No debe confundirse con el verbo TEMPLAR que sí es regular, es decir, no se altera al conjugarlo.

VACIAR: El gramático Manuel Seco en su Diccionario de Dudas da como modelo de conjugación correcta del verbo ‘vaciar’, el verbo ‘desviar’; otros gramáticos opinan que se conjuga como el verbo ‘guiar’. Yo vacío, tú vacías, él vacía, nosotros vaciamos, vosotros vaciáis, ellos vacían. Yo guío, tú guías, él guía; yo desvío, tú desvías, él desvía, etc.

VERTER: No existe este verbo con terminación en ‘IR’. Verter se conjuga como el verbo ‘tender’: yo vierto, tú viertes, él vierte, nosotros vertemos, vosotros vertéis, ellos vierten.

VOLCAR:  Se conjuga como el verbo ‘acordar’: vuelco, vuelcas, vuelca, volcamos, volcáis, vuelcan.

YACER:  (Del latín ‘jacère’) Este verbo, cuya ‘y’ es normal por la conversión de la ‘j’ latina, constituye un verbo irregular especial. Algunos ejemplos de su conjugación: Presente de indicativo: yo yazco, yazgo o yago, tú yaces, él yace, nosotros yacemos, vosotros yacéis, ellos yacen. Presente del subjuntivo:  yazca, yazga o yaga; yazcas, yazgas o yagas; yazca, yazga o yaga; yazcamos, yazgamos o yagamos; yazcáis, yazgáis o yagáis,; yazcan, yazgan o yagan

ASIR: Su conjugación en el presente de indicativo es: yo asgo, tú ases, él ase, nosotros asimos, vosotros asís, ellos asen.

 

VERSOLIBRISMO:

 

O verso libre. Es la forma poética más empleada en la segunda mitad del siglo XX. Los poetas de hoy rompen las reglas sobre el número de sílabas, acento y rima. Algunos, Gconservan el ritmo o musicalidad.

La tendencia al verso libre empieza fundamentalmente cuando aparece el movimiento literario llamado ‘modernismo’. Cada verso es un concepto completo, y la poesía vale más por el concepto que encierra que por la unidad melódica. Las manifestaciones poéticas de hoy se acercan más a una prosa filosófica que a la poesía lírica de los años pasados.

En las nuevas manifestaciones poéticas, los escritores miran hacia el pueblo y sus problemas, no evaden la realidad ni temen a las palabras. Hoy, tenemos una poesía social cuyas raíces están en el ser humano, en el pueblo, en los conflictos políticos, sociales, laborales, económicos, etc.

 

 

VICIOS DE DICCIÓN: (v. Dicción)

 

 

VIRGULILLA:

 

Es cualquier signo ortográfico de figura de coma, rasguillo o trazo; como el apóstrofo, la cedilla (v.), la tilde de la ‘eñe’. También recibe este nombre cualquier rayita o línea corta o muy delgada. (Real Academia).

 

VOCABLO:

 

Se utiliza rigurosamnte este término como sinónimo de ‘palabra’. (v.t.: Contorno del vocablo).

 

VOCABLOS TÉCNICOS:

 

El progreso de las ciencias y las artes, la filosofía y la técnica profesional, las cuestiones políticas y sociales, la tecnología exigen la ampliación de su nomenclatura, y cada disciplina busca su propio léxico fundado en palabras de procedencia clásica (griega o latina) o extranjera.. La Real Academia los registra como tecnicismos. (v. t.: Tecnolectos).

 

VOCALES:

 

Son las letras que tienen sonido propio, ya que pueden pronunciarse sin ayuda de ninguna otra. Hay dos clases de vocales: abiertas (a, e, o); cerradas (i, u). (v.t.: clasificación de las letras).

 

 

VOCATIVO:

 

No forma parte de la oración gramatical ni como sujeto, ni como complemento. Sirve para llamar o exclamar, frente a la persona a la que nos dirigimos en tono de mandato, (¡Oye, Juan, ven acá!); súplica, (¡Escúchanos, Señor!); o invocación, (¡Oh, Dios mío, cuánto te agradezco!) Las características del vocativo son:

A veces le antecede una interjección.

Se aísla en la oración, siempre entre comas.

Nunca va precedido de preposiciones.

(v. t.: Coma, usos)

 

VOCES CULTAS:

 

Son las tomadas del latín clásico cuando era ya lengua muerta.

 

 

VOS:

 

Este pronombre era antiguamente el de segunda persona del plural; además, era plural de respeto; fue sustituido luego por la forma reforzada ‘vosotros’, que el gramático Nebrija (1492) escribía siempre en forma separada (vos otros). En la Edad Media se generalizó tanto en España el empleo de ‘vos’ con valor de singular, que perdió el carácter de tratamiento respetuos y llegó a equivaler a ‘tú’.

El ‘vos’ se despreció en España al empezar la conquista de América porque lo usaban los superiores para hablar con los inferiores. En esas circunstancias, nos lo trajeron de España, y así lo usaban los conquistadores con los indios y mestizos. Con el ‘vos’ vino también el ‘tú’, que era tratamiento de igualdad entre el vulgo y de confianza entre amos y criados. Todos estos tratamientos originaron confusiones, y se mezclaron el ‘vos’ y el ‘tú’. Su constante empleo en la época de la conquista y de la colonia arraigó tanto el uso del pronombre ‘vos’ que por eso se explica su actual uso, especialmente en Antioquia y en gran parte de América española con valor de segunda persona del singular y remplaza al ‘tú’ en la conversación. Hoy, está admitido gramaticalmente como pronombre de segunda persona en la conjugación de verbos, ejemplos: yo amo, tú amas, vos amás, usted ama, él ama, nosotros amamos, vosotros amáis, ustedes aman, ellos aman.

 

VOSEO:

 

Es el uso del pronombre ‘vos’. El ‘voseo’ es el resto de un pasado peninsular; pero desde hace mucho tiempo se constituyó en un franco vulgarismo respecto del idioma español.. Un ejemplo del uso del ‘vos’ en la literatura americana es la obra Martín Fierro del argentino José Hernández; en ella quiso reproducir el lenguaje familiar.

Pero, según las últimas disposiciones gramaticales de la Real Academia Española, el pronombre “vos” es absolutamente correcto. Veamos estos ejemplos: yo corro, tú corres, vos corrés, el corre, nosotros corremos, vosotros corréis, ustedes corren, ellos corren (pronombres: yo, tú, vos, nosotros, vosotros, ustedes, ellos). En el modo imperativo son correctas también estas formas: corre tú, corré vos, corred vosotros, corran ustedes (pronombres: tú, vos, vosotros, ustedes).

 

VOZ:

 

Es un accidente gramatical. Su característica fundamental es indicar si la significación del verbo es producida o recibida por el sujeto.

 

 

VOZ ACTIVA:

 

La oración gramatical está construida en voz activa cuando la palabra o las palabras que conciertan en número (v.) y persona (v.) con el verbo producen la acción de éste, ejemplos: yo canto, tú lees, él escribe, etc. (v. t.: construcción con el verbo ser).

 

 

VOZ PASIVA:

 

La oración gramatical estrá construida en voz pasiva cuando la palabra o palabras que conciertan en número y persona con el verbo reciben la acción del mismo; en esta construcción es necesario el verbo ‘ser’, ejemplos: yo soy amada, tú eres admirada, él ha sido galardonado. (v. t.: construcción con el verbo ser)

 

VUESTRO:

 

Adjetivo posesivo que procede del latín ‘voster’. También puede ser pronombre. Ejemplos: éste es vuestro hermano (adjetivo posesivo); esto no es mío, es vuestro (pronombre). Hoy, tiene muy poco uso; generalmente se emplea el adjetivo ‘su’ (su herrmano), y el pronombre ‘suyo’ (este libro es suyo).

 

VULGARISMOS:

 

Fenómeno lingüístico de índole vulgar, aplebeyado e inadmisible en la lengua común. Por ejemplo, el uso incorrecto del pretérito del verbo ‘andar’: decir andé en lugar de ‘anduve’; decir: infria en lugar de “enfría” que es la forma verbal correcta y, además, la jerga o argot, que es un lenguaje callejero, sólo usado por grupos de personas afines en determinados aspectos de la sociedad o de la profesión.

 

 

W

   

 

 

W:

 

El Diccionario de la Real academi Española (DRAE) en su vigésima segunda edición (año 2001) dice:

W: Vigésima sexta letra del abecedario español, y vigésima tercera del orden latino internacional, usada en voces de procedencia extranjera. En las lenguas en las que existe como fonema, su articulación es, ora de u semiconsonante, como en inglés, ora fricativa labiodental y sonora, como en alemán. En español se pronuncia como b en nombres propios de personajes godos, p. ej., en Walia, Witerico, Wamba; en nombres propios o derivados procedentes del alemán, p. ej., enWagner, Westfalia, wagneriano, y en algunos casos más. En vocablos de procedencia inglesa conserva a veces la pronunciación de u semiconsonante; p. ej., en Washington, washingtoniano. Su nombre es uve doble, ve doble o doble ve.

ORTOGR. En palabras totalmente incorporadas al idioma es frecuente que la grafía w haya sido reemplazada por v simple; p. ej., en vagón, vals, vatio.

 

 

 

X

 

 

X:

 

Vigésima séptima letra del abecedario español, y vigésima segunda de sus consonantes. Su nombre es ‘equis’. Letra numeral que tiene el valor de diez en la numeración romana.

El uso correcto y normal da a la pronunciación de ‘x’ el valor de ‘gs’ cuando va entre vocales o delante de ‘h’, ejemplos: examen (egsamen); exhalar (egsalar). Tiene valor de ‘s’ cuando va delante de cualquier otra consonante que no sea ‘x’, ejemplo: excelente (escelente). Lo vulgar e incorrecto es dar a la ‘x’ el valor de ‘s’ en el primer caso: examen (esamen); exhalar (esalar). Otra pronunciación incorrecta que no tiene nada que ver con la ‘x’ es la que el pueblo tiene al decir palabras con ‘sc’ como: escenario, escena (exenario, exena).

 

XENISMOS:

 

Reciben este nombre los vocablos extranjeros que penetran en nuestra lengua española.

 

 

 

 

 

Y

 

 

Y:

 

Vigésima octava letra del abecedario español, y vigésima tercera de sus consonantes. Su nombre es ‘i griega’; también se le conoce con el nombre de ‘ye’. Es conjunción copulativa (v. elementos de enlce). Se emplea al principio de una frase o de un párrafo sin enlace con otros vocablos anteriores, para dar énfasis o fuerza de expresión a lo que se dice. Entre dos sustantivos iguales, denota idea de repetición indefinida, ejemplo: te esperé días y días.

Como conjunción, toma la forma de ‘e’ ante una palabra que empiece por el fonema /i/, ejemplos: culpables e inocentes; Francia e Inglaterra. Pero no se cambia cuando /i/ da comienzo a un diptongo; ejemplos: mata a uno y hiere a otro; miel y hiel; leones y hienas.

Tampoco ocurre el citado cambio cuando la ‘y’ tiene valor de adverbio interrogativo, ejemplo: María está aquí, ¿y Inés?

 

YACER: (v. Verbo, otros verbos irregulares de uso común al hablar y escribir)

 

YEÍSMO:

 

Pronunciación de la ‘elle’ como ‘ye’. El yeísmo es un fenómeno fonético muy extendido en Hispanoamérica.

 

YIDDISH:

 

También se escribe y se pronuncia ‘yídis’, ‘yidish’. El yídish es lengua de origin aleman, lengua de los judíos europeos y de los judíos emigrados de Europa. Los judíos de alemania optaron por el alemán, pero el yídis es la lengua que hablan hoy los judíos en Israel, Europa,, América, etc.

 

 

YO:

 

Pronombre personal de primera persona en género masculino o femenino y número singular. Debe evitarse el ‘yo’ enfático. (v. párrafo)

 

YOD:

 

Nombre de procedencia hebrea.utilizado en fonética. La ‘yod’ (i) ocupa una posición intermedia entre las vocales y las consonantes; a veces se le llama ‘semivocal’ y otras ‘seamiconsonante’. Al igual que una consonante, su emisión va acompañada por un ruido, aunque menos importante que el que se produce durante la emisión de una verdadera consonante. Al igual que una vocal, va acompañada por una resonancia bucal. La yod desempeñó un papel importante en la evolución de todo el sistema lingüístico indoeuropeo, y en particular en la evolución del castellano. (Georges Moulin).

 

YUXTAPOSICIÓN:

 

Es la unión sintáctica de dos elementos lingüísticos; ordinariamente, la unión de dos oraciones o frases, (una al lado de otra) ejemplo: decídete pronto, tengo que marcharme. (v. t.: Oración, yuxtapuesta.)

Z

 

Z:

 

Vigésima novena y última letra del abecedario español, y vigésima cuarta de sus consonantes.

 

Las últimas disposiciones de la Real Academia Española en su Ortografía del año 2011, (743 pp.)

Son: “desechar definitivamente el nombre ere para la r; así como las formas ceta, ceda, zeda para la z.  Los únicos nombres válidos son: erre y zeta”.

 

¡ZAS!:

 

Voz expresiva del sonido que hace un golpe, o del golpe mismo. ¡Zas!, ¡zas!: voces con que se significa la repetición del golpe o del sonido de él. También indica la interrupción brusca de algo.

 

¡ZAPE!:

 

Interjección. Voz para ahuyentar a los gatos, o para manifestar extrañeza o miedo al enterarse de un daño ocurrido, o para denotar el propósito de no exponerse a un riesgo que amenace.

 

ZONAS LINGÚÍSTICAS DE COLOMBIA:

 

El Instituto Caro y Cuervo de Colombia cuenta entre sus actividades la elaboración de un Atlas Lingüístico-Etnográfico de Colombia. El país tiene cuatro zonas bien delimitadas, no sólo por la entonación del español, sino también por los cambios semánticos que se operan en las palabras según las regiones. Las zonas lingüísticas de Colombia son:

La occidental: Antioquia, Valle, Caldas, Cauca.

La centro-oriental: Cundinamarca, Boyacá, Santanderes, Tolima.

Las Costas: Bolívar, Sucre, Cesar, Córdoba, Magdalena, Atlántico, Chocó.

La del sur: Nariño

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HOJA DE VIDA

 

LUCILA GONZÁLEZ DE CHAVES

                                                             

Datos personales:

 

Lugar y fecha de nacimiento:                  Medellín, 1927

Padres:                                        Manuel González y María T. Restrepo

Estado civil:                                           Casada

Nombre del cónyuge:                           Luis Eduardo Chaves Becerra

Número de hijos:                              Cuatro: Luis, Carlos, Ana, Juan

Dirección:                                    Calle 47 N° 80-28, Apto. 201. Medellín

Teléfono:                                            413 15 63

Celular:                                            314 809 64 87

Correo electrónico:                       lugore55@gmail.com

Blog:                                        http://lucilagonzalezdechaves.blogspot.com

 

 

Estudios:

 

Primaria y Complementaria:     Colegio de la Presentación, municipio

                                                   Titiribí                                                      

Bachillerato Pedagógico:          Instituto Central Femenino (CEFA). 

                                                   Medellín.                                                                                                                            

Letras: (“Experta en”)                Universidad de Antioquia, Medellín.

Especializaciones:                     Seminarios de lingüística, semiología, 

                                                   Gramática generativa y trasforma- 

                                                   cional, literaturas contemporánea y

                                                  moderna: Universidades de Antioquia, 

                                                  Bolivariana y U. de Medellín.

Experiencia profesional:                                                

 

Profesora de primaria en los municipios de Amagá, Titiribí y Rionegro

Directora de la Anexa a La Normal Superior de Señoritas de Rionegro

Profesora de pedagogía y psicología en  La Normal Superior de Señoritas de Rionegro

Profesora de historia, cátedra bolivariana y español en el Colegio Bethlemitas, Medellín.

Profesora de español y literatura en el Centro Femenino de Antioquia –CEFA- Medellín

Profesora de español y literatura en el Colegio Compañía de María, La Enseñanza, Medellín

Profesora de estilística y teoría literaria en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Pontificia Bolivariana.

Profesora de Composición Oral y Escrita en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Santo Tomás  de Aquino –USTA- (Medellín)

Directora (E) de la Enseñanza Media del CEFA, Medellín

Coordinadora del Departamento de Idiomas del Tecnológico de Antioquia en 1985

 

Tiempo servido a la educación:

 

Cincuenta  años en el departamento de Antioquia

 

Tareas realizadas:

Al aparecer el Decreto 080 de 1974 que cambiaba el plan de estudios del bachillerato, fue pionera en Colombia del cambio de la metodología para la enseñanza de la lengua castellana: Implantó por primera vez en el país –mediante los textos  de la serie Español y Literatura- una metodología novedosa: las Unidades Didácticas o Unidades de Trabajo integradas con todos los aspectos de la lengua materna. Hasta entonces,  la enseñanza-aprendizaje y los textos didácticos existentes trataban de manera fraccionada los elementos integrantes del idioma español, que para entonces eran solo las áreas de literatura, gramática, ortografía, enseñadas por separado, por profesores distintos y en cualquier hora de la semana. La nueva metodología, ideada y realizada por la maestra Lucila González de Chaves, basada en las Unidades de Trabajo –dosificadas e integradas con los más diez aspectos relacionados con el español -  fue uno de los aciertos de la serie: Español y Literatura, y un factor de éxito.

Otras actividades:

Colaboradora de varias revistas literarias y didácticas; de periódicos de provincia, de universidades y de colegios.

Coordinadora de la revista Tecnológico de Antioquia en 1985…

Colaboradora de los periódicos El Correo de Medellín, El Espectador (sección de Antioquia), El Colombiano de Medellín con artículos de análisis literarios, corrección en el empleo del idioma español, y de carácter psico-pedagógico.

Colaboradora del periódico El Mundo de Medellín (en sus secciones “Opinión”  y “Educar mientras se informa”  con temas literarios, educativos y crítica de libros).

Colaboradora del periódico Suroeste, órgano periodístico de la región del suroeste de Antioquia.

En el periódico Actualidad Regional del Bajo Cauca.

En la página web, sección: “Para tener en cuenta” de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Antioquia.

Conferencista en colegios, escuelas y universidades, centros culturales, sociales y políticos con temas de literatura, funcionalidad del idioma, interpretación de lectura, redacción; metodología del español;  la educación del adolescente; las tareas escolares;  aspectos de la evaluación;  el idioma como soporte del aprendizaje, etc.

Conferencista en círculos de rectores y profesores de colegios con temas de pedagogía, sicología y evaluación, en Bogotá, Manizales,  Facatativá, Cali, Barranquilla y Medellín.

Conferencias sobre la funcionalidad del idioma en Colectivos de periodistas del Suroeste antioqueño, en las Facultades de Economía y Comunicación de la Universidad de Antioquia, en la Unión de Ciudadanas de Colombia.

Dirección y conducción de seminarios y talleres de lectura, redacción, composición, estilística, gramática y ortografía en varias instituciones comerciales y educativas, como: Comfama, (Biblioteca Central; Unidad de Servicios Cristo Rey; Unidad de Servicios Pedregal; Unidad de Servicios Manrique),   Asociación de Contadores de la Universidad de Antioquia, Colegio de Jueces y Fiscales de Antioquia, Empresas Públicas de Medellín, Comfenalco, Cicrodeportes, periódico El Colombiano, Asociación de Egresados de la Universidad de Medellín, Asociación de Egresados de la Universidad Pontificia Bolivariana, profesores del Colegio La Enseñanza, Asociación de Ingenieros Industriales de la Universidad Autónoma Latinoamericana, médicos y empleados del Hospital General Luz Castro de Gutiérrez, Grupo Gerencial de la Universidad Eafit, Instituto Metropolitano de Educación, Cedicómputo, CADES, Selección Empresarial, ADIDA, locutores de la emisora El Minuto de Dios, profesores del Liceo Nuestra señora del Buen Consejo, Empresa Haceb, Psicor Ltda. (Sicología organizacional), ISAGEN. Instituciones culturales como: “La Magia del Verso”  y  “El Café rojo”. Facultad de Comunicación de la Universidad de Antioquia.

Programas radiales: “Un momento para el idioma” en Radio Súper (Despertar educativo, programa de ADIDA). Comentarios sobre poesía, idioma, literatura y pedagogía en las emisoras: Todelar, Minuto de Dios, “El sabor de las palabras” en Radio Bolivariana; Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia; Caracol; Programa “Mujeres al Son de la Ciudad” en Emisora Comunitaria Zona Radio 88.4 F M  Medellín; Programa “Solo para mujeres” en Radio Múnera Eastman; Programa “Los Trabajos y los Días” en la Emisora Cultural de la Universidad Nacional (sede de Medellín), ciclo de cuatro entrevistas.

Entrevista en TV.  Programa “Perfiles”, Televida.

Entrevista en Tele Antioquia. Programa “Habla la experiencia”  (2014)

Entrevista en Tele Antioquia, semana del idioma, 2016

Entrevista radial en RCN Nocturna, Bogotá, sobre temas de mi vida como maestra, periodista y escritora, (2015 y 2016), (tres entrevistas).

Entrevista en Telemedellín. Programa “Y también es paisa. Año 2020, año de la pandemia; la COVID-19

Colaboradora del antiguo suplemento cultural Lecturas Dominicales (hoy “Generación”) del periódico El Colombiano de Medellín, con la columna semanal “Hemos oído y leído, Funcionalidad del Idioma”

Colaboradora del suplemento Cultural PALABRA&OBRA, del periódico El Mundo, Medellín.

Jurado Calificador en concursos de declamación, cuento, poesía, teatro. De oratoria (Universidad de Medellín). Jurado del Premio del Círculo de Periodistas y Comunicadores de Antioquia (CIPA) en la modalidad Comunicación y Cultura, edición 2013.

Conversatorio en el Centro Cultural  El Café Rojo, con la poetisa Mara Agudelo, sobre Idioma y Poesía, 2016

Videoconferencia con la Universidad Minuto de Dios: Funcionalidad del idioma. 2016

Conferencia sobre las cuatro estrategias del idioma, en la Biblioteca Departamental Carlos Castro Saavedra. 2016

Libros publicados:

Serie: Español y Literatura, once textos didácticos, para los grados de primero a undécimo.

El niño lector, texto de lectura para el grado quinto de primaria.

Funcionalidad del idioma, hemos oído y leído, sobre el manejo de las cuatro estrategias del idioma.

Un momento para el idioma,   comentarios y análisis sobre el idioma y sobre aspectos de la educación en Colombia. (Publicado por ADIDA).

Gramática y estilística desde A hasta Z, manual de consulta para estudiantes, profesores y ejecutivos.

(Este libro fue reeditado por la Gobernación de Antioquia, año 2011, para incluirlo en la colección “Bicentenario de Antioquia. Memorias y Horizontes”).

Literatura: investigación, Lectura y Análisis. Texto de consulta y de estudio para profesores, escritores, universitarios y demás estudiantes.

Idioma y pedagogía. Talleres. Un libro de ensayos y ejercitaciones

En la Colección “Palabras Rodantes” de El Metro y Comfama de Medellín, con el libro Idioma, Literatura, Educación (ILE) (libro Nº 67)

Folletos: “Titiribí, una mirada retrospectiva”.-

“Búscate en mí” (reflexiones en torno a dicha frase de Santa Teresa de Jesús).-

Carta abierta al maestro Luis Eduardo Chaves (I – II)

Cien Mujeres

 

 

Condecoraciones, placas y diplomas recibidos:

 

Medalla al Mérito “Miguel Giraldo Salazar”, de la Secretaría de Educación y Cultura de  Antioquia.

Medalla de Honor “Maimónides”, de la Unión Israelita

Medalla de Honor a la Cultura y a la Educación “Porfirio Barba Jacob”, categoría oro, de la Alcaldía de Medellín a la “Maestra del Idioma”.

“Escudo de Oro” del Centro Formativo de Antioquia – CEFA – impuesto el 23 de abril de 2013, mediante la Resolución Rectoral Nº  25, firmada por la doctora Gladis Otálvaro Rojas, Rectora de la Institución.

“Escudo de Oro” de la Gobernación de Antioquia (su máxima condecoración).

“Orquídea de Oro”, condecoración otorgada por el Concejo de Medellín al mérito educativo y escritural- 2018

Diploma del Departamento de Lenguas Modernas de “Angelo State University”.

Diploma del Instituto Colombiano de Pedagogía, ICOLPE, Bogotá

Diploma de Técnicas Editoriales para Textos Escolares, Bogotá

Diploma de EAFIT en Literatura contemporánea

Resolución de Honores del Concejo Municipal de Medellín

Resolución de Honores de la Alcaldía Municipal de Titiribí.

Resolución de Honores del Liceo Santo Tomás de Aquino del municipio de Titiribí.

Resolución de Honores del Centro Formativo de Antioquia –CEFA-

Placa de agradecimiento del Colegio Nuestra Señora del Buen Consejo de Medellín.

Placa de agradecimiento del Colegio Jesús de la Buena Esperanza de Bello.

Placa conmemorativa  de la Municipalidad de Titiribí.

Placa de la Administración Municipal 2012 -2015 de Titiribí, otorgada: “por su aporte en el área Cultural, Literaria y Artística”.

Placa de reconocimiento del  Centro Formativo de Antioquia.

Mención de Honor por “la proyección de sus valores en Español y Literatura a nivel nacional e internacional”, otorgada por el Tecnológico de Antioquia –TdeA-

Placa de “agradecimiento” otorgada por la Universidad Autónoma Latinoamericana –UNAULA- por la participación en el foro “Hacia una reconstrucción ético-pedagógica del maestro antioqueño”.

Placa “Reconocimiento a una gran maestra que inspira con su palabra y es luz de la humanidad”, otorgada por los Liceos: La Paz, El Trianón, Leticia Arango, Concha Agudelo, Alto las Flores, John Kennedy. Envigado, Antioquia.

Placa: “Homenaje a la Maestra de la Palabra”, otorgada por la Colonia Titiribiseña residente en Medellín.

Placa: “Docente Distinguida” otorgada por la Universidad Santo Tomás de Aquino –USTA- e imposición del Escudo de la misma Institución. (Sede de Medellín)

Placa: “Agradecimiento”  del Municipio de San Vicente (Ant,) por haber sido jurando en el II Concurso Literario, modalidad cuento”.

Placa: “La Pluma de Oro”, otorgada por el Concejo de Titiribí (Ant.)

Placa otorgada por la Gobernación de Antioquia-Instituto de Cultura, (Palacio de la Cultura), Medellín, por “los aportes a la enseñanza de nuestra lengua y a la funcionalidad del idioma”. Semana del idioma, 2016

Premio CIPA  a la “excelencia periodística”. Categoría “Periodista-Escritora”. Otorgado por el Círculo de Periodistas y Comunicadores Sociales de Antioquia.

Postulada al Premio Interamericano de Educación “Andrés Bello” otorgado por la Organización de los Estados Americanos –OEA-

Postulada al Premio “Joaquín Vallejo Arbeláez”, año 2011, que otorga la Asociación de exalumnas del Centro Formativo de Antioquia – CEFA

Reconocimiento del Colegio Nuestra Señora del Buen Consejo de Medellín: su biblioteca lleva el nombre de “Lucila González de Chaves”(Años después, el rector le cambió el nombre por el de “San Agustín”)

 

Reconocimiento del Centro Formativo de Antioquia –CEFA-: su biblioteca lleva el nombre de “Lucila González de Chaves”.

Reconocimiento del municipio de Titiribí: Su Concurso del Cuento a nivel nacional, lleva el nombre de “Lucila González de Chaves”.

La Cámara de Comercio y dos periódicos de Medellín, en el año 1999, realizaron una encuesta popular para destacar a los personajes del Siglo Veinte en Antioquia, y en el campo de la Educación y la Cultura, Lucila González de Chaves ocupó un lugar destacado (5º) entre los primeros puestos.

La Academia Antioqueña de Letras, fundada en 1997 por el poeta y escritor Sergio Esteban Vélez, realizó su primer acto público significativo rindiendo homenaje a Lucila González de Chaves, “la gran gramática de Antioquia”.

Homenaje de poetas, escritores, pintores y músicos presididos por el grupo poético “Magia del Verso” dirigido por la poetisa y declamadora María Cecilia Estrada, en el auditorio de la Cámara de Comercio de Medellín a la “Maestra del idioma”.

Homenaje en el programa de la Gobernación de Antioquia y de la Alcaldía de Medellín: “Maestros para la vida”, en el teatro Metropolitano de Medellín.

Homenaje de la Institución Plenilunio a la “Maestra del Idioma”, “en reconocimiento a su vida al servicio de la educación y la cultura”  (15 de mayo de 2013)

Homenaje de la Gobernación de Antioquia y su Instituto de Cultura (Palacio de la Cultura, Medellín), a la “Maestra del Idioma”. Abril,  2016.

Asociaciones a que pertenece:

Miembro Correspondiente de la Academia Colombiana de Educación y de la Lengua. Discurso de posesión: “Y….también hubo una cultura precolombina”, pronunciado en el Paraninfo de la Academia Colombiana de la Lengua, Bogotá.

Miembro de Número de la Academia Antioqueña de Letras

Miembro de Número de la Asociación de Autores Colombianos de Obras Didácticas

Miembro del antiguo “Café Literario” del periódico El Colombiano

 

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Prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio o cualquier propósito, sin la autorización escrita de la autora.

Está inscrito en el Ministerio de Educación de Colombia.

Tiene “Derechos de Autor” conforme a la Ley.

Ha sido editado dos veces.

La Gobernación de Antioquia seleccionó este libro para editarlo oficialmente e incluirlo en la Colección: “Bicentenario de Antioquia”.

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NOTA: Este libro ha sido actualizado en  los años siguientes a su publicación, por la autora, de acuerdo con los conceptos ortográficos, gramaticales y sintácticos emitidos por la Real Academia Española (RAE) en sus recientes libros de 2011.