viernes, 12 de octubre de 2012


TEATRO  INDIO  PRECOLOMBINO

Lucila González de Chaves

El teatro precolombino (antes de la llegada de Cristóbal Colón) es un teatro que “aspira a señalar, a su manera, algunos aspectos de la vida”. Otras veces se vuelve a la naturaleza, o dirige su mirada hacia los dioses.
El desconocimiento del pasado precolombino contribuye a negar la cultura de los indios. Sin embargo, entre todos esos pueblos de América está el Imperio de los Incas, que se plasma gracias al arrojo de sus gobernantes y a la organización que dan a sus guerreros y a su sistema de gobierno. El Inca, jefe civil y militar era, además, la suprema autoridad religiosa de aquella monarquía teocrática.
Su literatura nos lleva a comprender la serie de inquietudes, sentimientos e ideas que animaron a estos pueblos, que se desenvolvieron entre la disciplina, el amor y la ternura. En el teatro indio precolombino, se destaca:

OLLANTAY

Un drama que se ha discutido profusa y apasionadamente en su autenticidad. Ha sido traducido a distintos idiomas: inglés, francés, alemán, italiano.
Ollantay es un guerrero famoso del Antisuyo (territorio del sur), que tiene amores con Estrella de la alegría, hija del emperador Pachacutec; son amores proscritos, porque Ollantay no tiene sangre real. Cuando pide la mano de la princesa, el poderoso Inca le contesta iracundo, recordándole su origen. Molesto y humillado, el guerrero se va a sus posesiones de Ollantaytambo; desde allí dirige las fuerzas y organiza a los guerreros para enfrentarse al Inca. El emperador Ordena a “Ojo de Piedra” que organice una ofensiva contra el rebelde guerrero. Como no puede vencerlo por la fuerza, se ingenia para simular que el Inca lo desprecia. Ollantay, noble y magnánimo, lo recibe; pero, en las fiestas del Sol, “Ojo de Piedra” lo traiciona, lo hace prisionero y lo lleva al Cuzco.
Entre tanto, Estrella, que ha tenido una hija, ha sido encerrada por su  padre en la Casa de las Vírgenes del Sol. La hija, Bella, ignora quién es su madre, pero compadece a Estrella por la forma en que vive. La Madre Roca, la superiora de la Casa de las Vírgenes, quiere que Bella se consagre también como vestal, pero la joven ama la libertad. Todo esto ocurre cuando muere el emperador y le sucede su hijo Tupac-Yupanqui.
Cuando llegan los prisioneros al Cuzco, los recibe el nuevo Inca; éste ignora que su hermana está cautiva desde hace diez años. Tupac-Yupanqui perdona la vida a Ollantay y a Estrella. Se presenta Bella y pide clemencia, van todos y comprueban que la prisionera sí es Estrella. El Inca propicia su unión con Ollantay y  Bella se siente feliz al lado de sus padres.

PERSONAJES DE OLLANTAY

La Madre Roca: superiora de las Vírgenes escogidas; cumple con su ministerio e interviene para que Bella, la hija de Ollantay, forme parte de la comunidad.

Salla: es la compañera de Bella. Siente una gran simpatía por su amiga, la que se trasmuta en compasión. Ella propicia la visita de la joven Bella a donde se encuentra la madre de ésta.

Anahuarqui, la reina esposa de Pachacutec. Aparece en una sola escena, pero es una figura inolvidable. Descubre los amores de su hija con Ollantay, comprende, y se los oculta al Inca. Deja en el lector la sensación de una gran ternura maternal.

El astrólogo, un gran sacerdote. Es el guardián de la tradición, y aconseja a Ollantay que abandone sus prevenciones, ya que pueden causarle serios contratiempos. Actúa como sumo sacerdote de un poder teocrático, cuyo máximo representante es el Inca.

“Ojo de Piedra” (Ruminahui). Muestra claramente su adhesión al monarca y su valentía. Al rebelarse Ollantay, el Inca le da la misión de ir a combatirlo. En el desfiladero de Ollantaytambo, este personaje aparece maltrecho después de su derrota. Como conoce la valentía y las posibilidades guerreras de Ollantay, ensaya la traición para vencerlo. Es así como Ollantay y sus fieles guerreros caen prisioneros.

Pachacutec. Fue un inca coronado en 1349. Es un rey de gran capacidad intelectual. Se conservan sus máximas y se comentan sus leyes, pero se sabe que su severidad propició crueldades. La primera aparición en el drama, lo muestra tierno con su hija. Al avanzar la obra, se descubre el contraste: fue él quien la sometió a un horrible encierro. En la escena IX se da la noticia de la muerte de este rey Inca.

Tupac-Yupanqui. Aparece en la obra como hijo del gran Pachacutec. A su valentía unía una gran bondad y sentido de la diplomacia. En la décima escena aparece recibiendo los saludos de su proclamación. Perdona a Ollantay, y  lo nombra Gran Jefe, y su representante personal en la región del Antisuyo. Se conmueve, también, ante la suerte de su hermana, y propicia su matrimonio con Ollantay.

Estrella (“Cusi Coyllur”). Hija de Pachacutec y Anahuarqui. Es poca su intervención en la obra, pero es el motivo de todo el drama, a causa de su amor por Ollantay. Es una mujer profundamente enamorada, que lucha contra las imposibilidades del ambiente. Su figura de víctima de las circunstancias, redimida al final, da a la obra un toque de lirismo.

Bella (“Ima Sumac”), es una adolescente inquieta. Ignora su origen y detesta el género de vida a que la han destinado. Le molestan las viejas de rostro severo, y siente miedo. Aparece en la escena VIII, cuando su amiga Salla quiere convencerla de las ventajas de vestir el hábito de las Vírgenes del Sol.

Pie Ligero (Piqui Chaqui), es el personaje gracioso del drama. Hay ambigüedad en su comportamiento porque no se muestra ni como traidor a su amo, ni como el tipo de criado fiel. Es desconfiado y supersticioso, y confidente de las inquietudes amorosas de Ollantay; además, una especie de mensajero.
Ollantay. Está profundamente enamorado, con un amor capaz de saltar por encima de todos los convencionalismos y de todos los obstáculos. Se siente como el guerrero que se ha sacrificado por su patria y tiene derechos adquiridos. En la obra es muy importante el monólogo en que lamenta sus desdichas, después de que Pachacutec le ha negado la mano de su hija Estrella.
Dice: “… ¡Oh Princesa mía! ¡Oh paloma mía! ¡Oh Cuzco, la bella ciudad! Desde hoy seré tu enemigo implacable. Abriré tu seno para arrancarte el corazón y arrojarlo a los buitres. ¡Ya verá tu cruel rey! Reuniré a miles de mis andícolas […]. Cuando el fuego enrojezca el cielo, y tú duermas sobre tu lecho ensangrentado, tu rey perecerá contigo.  […] cuando lo ahogue entre mis brazos, veremos si todavía me dice ´no eres digno de mi hija, no la poseerás nunca!´…”. (p. 239).
Ollantay proclama su amor y prepara su venganza. Pero, cuando el nuevo emperador le perdona la vida, se muestra humilde y agradecido, y al reconocer a Estrella, exclama:
Estrella de mi dicha, ¿cómo he podido perderte tanto tiempo? Mas hoy te encuentro viva para volver a ser mi compañera hasta la muerte. Muramos ambos, si es preciso; no me dejes solo en el mundo, yo no podría vivir sin ti. Mi corazón sucumbiría en la soledad […]”. (p. 280)
Ollantay es fiel y heroico hasta el sacrificio. Es sincero siempre; por eso, su figura se destaca en este drama.
…….
La obra Ollantay tiene tres YARAVÍES.
(Yaraví es una composición lírica. Pequeño poema consagrado especialmente a los pesares de un amor desgraciado. Poesía que, a pesar de su sencillez, produce una profunda emoción. Es un dulce cantar).
El primer yaraví es la historia de una avecilla que muere picando los granos de maíz.
El segundo yaraví es el de la paloma enamorada, que pierde al compañero.
El tercero es la descripción de una bella mujer que al final queda petrificada.
Los tres cantares subrayan el estado de ánimo de los protagonistas. Dicen los críticos que estos yaravíes “no solamente afirman lo que está pasando en el subconsciente de ambos (Estrella y Ollantay), sino que saturan la obra de una atmósfera de presagios y temores”.


 Referencia bibliográfica:

CID, José y Dolores Marti de Cid.  Teatro de Siempre. España, ed. Aguilar. 1964)

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