martes, 12 de abril de 2022

UN ALCALDE EN MI NIÑEZ

 

EL BANDO DEL SEÑOR ALCALDE

 

 

Lucila de González de Chaves

Maestra del Idioma”

Lugore55@gmail.com

  

Entre los años 1935 y 1940, yo aprendí qué era un alcalde. Habiendo nacido en Medellín el 5 de abril de 1927, mi niñez transcurrió en el apacible y acogedor municipio de Titiribí, a cargo de los abuelos maternos y de tres incomparables tías, por causa de una doble orfandad......

A los ocho años de edad y de la mano del abuelo, él me lleva al parque, después de la “misa mayor” (misa solemne) de las nueve de la mañana; vamos a escuchar al “señor alcalde” dice mi abuelo. Ahí están todos los habitantes urbanos y rurales. Un sonido de trompeta avisa el comienzo de un acto muy importante para la ciudadanía: “El bando del señor alcalde”.

En voz baja, el abuelo me advierte que haga silencio, que él me explicará todo, cuando regresemos a casa.

El señor alcalde, “nuestra primera autoridad” - nos decían los mayores a los niños – no era nombrado en ese tiempo por el pueblo; faltaban muchísimos años para que ocurriera la figura, según la democracia, de “alcalde popular”.

Estamos, pues, en el parque principal, frente a la “Casa Consistorial” (ahora dicen, simplemente: La alcaldía) y en el balcón aparece el respetable mandatario…….

Más tarde, en el amplio y largo corredor de la finca del abuelo, él empieza e explicarme lo que ha dicho el “señor  alcalde”: lo primero, qué ha hecho en la  semana en beneficio de la comunidad rural y urbana; lo segundo, qué hará en la semana que comienza, después de visitar veredas, y constatar las principales necesidades, en el campo de la educación, la salud y la economía del  pueblo: llevar la  luz a varias veredas,  ampliar escuelas, conseguir que nombren maestros…..

 Y estos “bandos” se repiten religiosamente cada domingo, a la misma hora con el mismo entusiasmo y respeto de las gentes.

Me dice el abuelo que a ese señor que sabe de justicia y de servicio, lo han enviado a regir el pequeño pueblo de Titiribí, a conducir su bienestar, a suplir sus necesidades y a cuidar la honra y los bienes de cada ciudadano.

Al siguiente domingo, en el “bando”, el señor alcalde nos informa sobre la dotación de botiquines a las  escuelas urbanas y rurales, la creación del ropero escolar; la entrega, a los niños, de lápices y cuadernos: Además, la maestra Maruja Restrepo (mi excelente tía materna) ha obtenido el permiso de fundar, en forma  gratuita, una escuela nocturna  para los adultos campesinos.

El siguiente informe es que ha creado los almuerzos escolares para los niños pobres del pueblo y del campo; invita a sus gobernados a que visiten el avance de las obras en la construcción del hospital San Juan de Dios.

Otro domingo nos cuenta que ha llegado todo lo necesario para la sala de cirugía del hospital….

En sus habituales visitas, ha visto niños que caminan hacia la adolescencia sin pasar por una escuela; ha encontrado veredas, inspeccionadas por él, que solo cuentan con el agua - lluvia o con la recogida en quebradas o el agua sacada de pozos profundos…

En esos años tempranos de mi niñez, tuve la más bella y honesta demostración de lo que es democracia, y de lo que significa ser “servidor público”.

……………………

 

Bando: “Proclama o edicto que se hace público, originariamente de modo oral, por orden superior, especialmente militar o de un alcalde”.

 

 

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