viernes, 5 de octubre de 2018






PABLO NERUDA, EL GRAN POETA DE LA AUDACIA Y LA ORIGINALIDAD
                                                                       
Lucila González de Chaves


Dolor de patria:

Sus grandes amigos y todos los que lo conocieron en la intimidad de su sentir y su pensar, afirman que el gran Neruda murió de “dolor de patria”: la situación política de su país y el asesinato de su gran amigo, el presidente Salvador Allende le enfermaron el alma y el cuerpo y le agudizaron sus desencantos.

Sus galardones:

Había nacido en Chile en 1904; su muerte ocurrió en 1973. Su verdadero nombre: Neftalí Ricardo Reyes. Recibió varios galardones, entre ellos: Premio Nacional de Literatura en 1945; Premio Stalin de la Paz en 1950,  concedido por Rusia para honrar su obra poética: Que despierte el leñador;  Premio Nobel de Literatura en l971.
Fue representante diplomático de su país en Birmania, Java, España, Francia y México.

Su mundo emocional:

Como escritor, tuvo audacia en la expresión y originalidad en el estilo. Su obra es un mundo emocional que se muestra con esplendor en su poesía liberada de trabas y de normas, aunque algunas de sus obras tengan influencia de la escuela llamada Modernismo, como en su libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada, textos escritos a los veinte años, considerados como los poemas hispanoamericanos que más rápida y profundamente se han universalizado. En ellos traza su biografía sentimental. Los temas predominantes son: la mujer, la angustia, la tristeza, la ausencia, la nostalgia, el recuerdo, la soledad. Son poemas que alcanzan acentos de amor, desesperación y melancolía infinitos. Versos patéticos, cuyo más alto exponente es el popularísimo Farewell que todos aprendimos de memoria:

“Desde el fondo de ti y arrodillado
Un niño triste como yo, nos mira…

Por esa vida que arderá en sus venas
Tendrían que amarrarse nuestras vidas.
………………………………………….
Yo no lo quiero, amada.
Para que nada nos amarre
Que no nos una nada
…………………………………….
Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos;
Ya no se endulzará junto a ti mi dolor.

                      Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
Y hacia donde camines llevarás mi dolor
………………………………………………..
Yo me voy. Estoy triste; pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.

Desde tu corazón me dice adiós un niño
Y yo le digo adiós.

Uno de sus biógrafos declara: “su verso es un vibrador de melancolías, de soledades, de muerte… el poeta rehúye lo fácil, lo narrativo; combate abiertamente la novelería de los poetas de su tiempo”.
En su obra Tentativa del hombre infinito expresa todo su surrealismo, desborda la imagen y abunda en un desarrollo ilógico de la sintaxis.
En sus páginas recogidas con el nombre de Residencia en la tierra nos ofrece una poesía objetiva, en la que contempla el mundo como un naufragio total, como una desintegración incontenible. En esta obra, la incoherencia sintáctica, la acumulación de imágenes y símbolos y la presión de su angustia humana, se unen en la estructura del “verso libre”.

Su verso tumultuoso:

Su producción es a veces, de difícil interpretación, hasta tal punto que el gran crítico Amado Alonso que estudió con detenimiento su una sintaxis lógica que deformara esa intuición.

La cumbre de la poesía en cualquier lengua:

Canto General  es un libro que ha sido considerado por los críticos como su “biblia poética” y cumbre de la poesía moderna en cualquier lengua. Sus poemas son de corte social, ético y político.
Su poesía ha recorrido un camino político, intenso y combativo que ahora se concreta en esta, que algunos califican como su “obra maestra”. Su patetismo se ha agriado y el acicate comunista restalla en sus versos, vibra claramente en esta obra, en la que quiere plasmar las ansias de toda América, en un intento justicialista, logrando así una obra monumental.
Está dividida en quince partes, y en ellas Neruda canta la geografía y la vegetación de las tierras americanas, la aparición del hombre y de las bestias, la formación de los ríos…

Lo sencillo y amable de la vida:

En su producción Odas elementales habla en tono afable de las cosas sencillas y cotidianas, tales como la flor, el hilo, la pobreza, la cebolla, el jabón, el aire, el amor, el día…

¿Versos anónimos?

También son suyos los Versos del Capitán, los que fueron publicados durante mucho tiempo como versos anónimos. “Al leer estos poemas, revivimos la misma trayectoria sentimental que canta el poeta”, dijo con acierto el poeta antioqueño Jorge Montoya Toro.

Tus manos  es el título de uno de los poemas que contiene el libro citado:

Cuando tus manos salen,
amor, hacia las mías,
¿qué me traen volando?
¿Por  qué se detuvieron
en mi boca, de pronto?
¿por qué las reconozco
como si entonces, antes,
las hubiera tocado?
………………………
Su suavidad venía
volando sobre el tiempo,
sobre el mar, sobre el humo,
sobre la primavera,
y cuando tú pusiste
tus manos en mi pecho
reconocí esas alas
de paloma dorada,
reconocí esa greda
Y ese color de trigo.
                                      Los años de mi vida
yo caminé buscándolas,
………………………….
hasta que se cerraron
tus manos en mi pecho,
y allí como dos alas
terminaron su viaje.

Poema póstumo:

La obra póstuma de Neruda, publicada en 1974, es Confieso que he vivido, Memorias; el libro de más honda impresión y de más alto espíritu estético del siglo XX. Es la crónica de su vida agitada y viajera; relato intelectual, político y sentimental de un  hombre que ejerció con grandeza la función universal de la poesía. Esta obra expone ante el mundo la personalidad humana de Neruda. No es la historia de sensacionales acontecimientos, ni de obras o consagraciones grandiosas. Algunos de sus críticos la llamaron “Historia de un alma”.

A sus veinte años

Tiene una extraordinaria forma de versificar y su exclusivo hallazgo de la imagen literaria:

“Poema número veinte”

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: “La noche estás estrellada,
y tiritan, azules, los astros a lo lejos.”

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir  los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces, ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella mi quiso, a veces, yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma, como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles,
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta, la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

“Poema número quince”

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma,
emerges de las cosas, llenas del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra, entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Novelista:

Es interesante recordarlo como autor de novelas, entre ellas El habitante y su esperanza, de la cual han dicho los críticos que es más novela por el título que por la forma y el fondo, y además, por sus preferencias; Neruda confesaba: “me gusta la vida de la gente intranquila e insatisfecha, sean estos artistas o criminales”.

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