miércoles, 25 de mayo de 2016

El maestro del siglo XXI






PERFIL ÉTICO-PEDAGÓGICO DEL MAESTRO DEL TERCER MILENIO.

Lucila González de Chaves
lugore55@gmail.com

Hace un tiempo aparecía en alguno de los periódicos una tira cómica con el título de “Artemio”. Los personajes eran: el hijo de Artemio, un intelectual, adolescente comprometido y demasiado serio; su interlocutor,  alguno de sus compañeros. Este era el diálogo:

Compañero:      ¿Qué te sucede?
Hijo de Artemio: No me siento bien. Tengo problemas éticos.
Compañero:       Y ¿tanto te afecta?
Hijo de Artemio: Sí… ¿Tú nunca has tenido problemas éticos?
Compañero:       No, yo tengo muy buena salud… es más, ni sé                                                    dónde queda la ética.

Si reflexionamos un poco sobre este texto de la tira cómica, encontramos lo siguiente:

l.  La explicación del compañero del hijo de Artemio es la verdad actual de nuestra sociedad, de muchos de nuestros gobernantes, de nuestras familias, de cada uno de nosotros.
2.  El concepto de ética es impreciso para la mayoría de nosotros, o acomodaticio.
3. Muchos ciudadanos colombianos han llegado maliciosamente a no asumir la semántica de la palabra ética, porque hay algo que caracteriza a esta sociedad contemporánea, y es que está constituida por individuos incomprometidos y facilistas.
4.   Otros, llamados a hacer historia, a crearla y a orientarla, hablan mucho de ética pero no la practican, no saben “dónde queda”, como le pasa al amigo del hijo de Artemio.
5.   Pensemos que la ética debe estar, tiene que estar en lo personal y en lo profesional para que exista, entonces, una ética colectiva. Alguna corriente filosófica sostiene que la ética debe mirarse desde dos aspectos: el práctico, que tiene mucho que ver con los actos humanos en cuanto al obrar consciente y libre; y el aspecto normativo, en cuanto a la regulación de los actos humanos. 

Este tercer milenio tiene que ser una nueva sociedad, cuyas posibles características sean:

l.  Los hechos más significativos estarán jalonados aún más por la ciencia y la tecnología.
2.   Los jóvenes seguirán siendo rebeldes y no creerán ya en tantos esquemas culturales heredados del pasado; para ellos está marchito y agotado lo que para nosotros ha tenido vigencia histórica.
3.   La velocidad es especial vivencia de poderío. Presionar el acelerador significa dilatar la personalidad y sentirse trascendente.
4.   La nueva sociedad no creerá en las generaciones que le precedieron, porque no supieron organizar un mundo satisfactorio.
5.   Una sociedad de audacia y de energía, que en su empuje querrá  disolver formas viejas de vida y pensamiento.
6.   Una sociedad cuya principal crisis, quizás, se halle en la perplejidad frente a la elección de los valores.
7.  Nuevas expresiones en la relación del hombre  con sus semejantes y con las ideas. Al maestro le corresponde una estructuración sólida del individuo para evitar los desplomes de la familia, de la sociedad, de los gobiernos, de la cultura.
Estamos viviendo el “boom” de la pedagogía: nunca se había hablado tanto de ella como en la actualidad; hoy se siente más la necesidad de mejorar, de renovar los métodos y las técnicas para el proceso enseñanza-aprendizaje. 

Para aplicar con acierto esos procesos pedagógicos, el maestro necesitará – no llamativas y modernas edificaciones - sino un comportamiento, un carácter cuyas especificaciones deberán ser:

l.   No podrá buscar la ética fuera de sí mismo; la ética viene de adentro, está dentro de cada uno de nosotros.
2.   Deberá tener como soportes de su existencia la reflexión, el compromiso, la dignidad, la entrega.
3.   Cultivará con ahínco la comprensión y la asesoría, para que sea posible la pedagogía del amor sin hipocresías ni intereses personales. 
4.   Tendrá que estructurar de nuevo el concepto de libertad, la cual solo sirve para entenderse  con los demás, respetarlos, tenerlos en cuenta y poder así, convivir  en paz.
5.   Hoy, invade a algunos maestros la angustia de no poder precisar la nueva imagen del hombre del mañana. Quizás esta crisis tenga una solución: no permitir en el presente la desintegración de la personalidad del alumno.
6.   El maestro tendrá que dar testimonio de una vida comprometida, no de una vida montada simplemente en el esquema de facilitar el paso de la existencia de los demás, por el amor al dinero y la satisfacción personal.
7.   Deberá reaprender que los alumnos no pueden vivir junto a su maestro una atmósfera de falsedades, incumplimiento, protestas,  contradicciones. No podrá ocurrir, porque ello significa para el alumno absorber deshonestidad, desamor, descuido, desamparo, angustia, baja autoestima, inconformidad no precisada, lo que lleva al matoneo, al suicidio, a la droga, etc.
8.   Los técnicos y tecnólogos serán absolutamente necesarios en este tercer milenio; pero, el maestro ha de saber que solo él es quien despierta la inteligencia moral, la inteligencia ética, al decir del sabio pensador Krishnamurti; y para realizar esta tarea inmensa, debe estar libre del deseo de poder, de posiciones, de coacciones sociales y políticas; sólo así podrá crear una nueva cultura, una nueva civilización.
9.   El maestro de este nuevo tiempo, a la par que erudito, tendrá que ser sabio: aprender él mismo y enseñar a sus alumnos a aprender, a pensar con claridad y sin prejuicios para que no sean interiormente esclavizados, temerosos, resentidos.
10.  Sentir la necesidad de tener armonía espiritual, sensibilidad a la belleza; esto solo se logra si el maestro se da cuenta de la humana confusión que hay dentro de cada uno de sus alumnos, niños y jóvenes; cuando se da a la tarea de buscar hasta descubrir lo que requiere cuidado, orientación, afecto, consideración.
11.  El maestro tendrá cuidado para que su autoridad no entre en crisis; por tanto, vigorizará algunos soportes como:  exigirse a sí mismo lo que exige en los demás; tener sobriedad y prudencia en el ejercicio de la autoridad, no hay que confundirla con el autoritarismo; dar mucha importancia a lo positivo; tener claridad en las ideas, ser consecuente con ellas y expresarlas en un lenguaje respetuoso, preciso y adecuado; fomentar un clima de confianza para que la comunicación sincera sea un factor liberador de los problemas académicos, emocionales y, por sobre todo, los éticos.

La nueva pedagogía del maestro de este tercer milenio tendrá que:

l.   Encontrar un sentido a la historia personal del alumno y a la historia colectiva para evitar en las jóvenes generaciones la sensación de desamparo.
2.  Colaborar para que la nueva sociedad entienda que es, por lo menos, absurdo vivir solo de ciencia; que es necesario ir construyendo el futuro (“el futuro es la esperanza”, dice el escritor Darío Ruiz Gómez) con el adecuado manejo de la creatividad para ir alimentándolo fielmente.
3.   Encontrar la manera de cambiar la mentalidad heredada de la modernidad, que creyó que el hombre podía vivir sin asideros espirituales y afectivos, que son los que sujetan y estructuran.
4.  Enseñar y demostrar que en el despliegue de la existencia, todos estamos obligados a trascender; los alumnos sabrán, entonces, que la “trascendencia es la afirmación de la existencia”, según Krishnamurti.
5.   La técnica y la tecnología  mejorarán aún más las condiciones de vida del hombre; pero, no será conveniente permitir que ellas anulen en nuestros alumnos muchas de las otras capacidades del espíritu, entre ellas la creatividad en todos los campos, la búsqueda de ideales, etc.
6.   Es necesario que cada alumno vaya formándose una visión integral de la vida; sin ella la pedagogía tendrá muy poca significación. Un pensador  dijo: “¿De qué sirve instruirse si en el proceso de vivir nos estamos destruyendo?”
Termino con las palabras del sabio Krishnamurti:   “Tan sólo el amor y el recto pensar producirán la verdadera revolución, la revolución interna en nosotros mismos […]. Cuando no estamos en conflicto con nosotros mismos, no estamos en conflicto con lo demás. Es la lucha interna que se proyecta hacia afuera la que se convierte en conflicto mundial.”


(NOTA: Estos apuntes fueron escritos en el año 2005, para una conferencia. Como creo que tienen vigencia, por eso están publicados en este blog y en el periódico EL MUNDO de Medellín).

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