sábado, 22 de junio de 2013

PARA RECORDAR Y TENER EN CUENTA




PARA RECORDAR Y PRACTICAR


Aunque muchas palabras de uso común no están admitidas por la Real Academia de la Lengua, el insistente uso les da derecho a entrar al idioma, y  es ese frecuente uso el que obliga a los señores académicos a reconocer dichos vocablos. Pero, también es verdad que debemos utilizar correctamente las palabras, máxime cuando ellas existen como: VERTER. Aunque algún diccionario registre “vertir”, como afirman algunas personas en sus cartas a un excelente periódico, su empleo en el idioma no es correcto. En cambio, sí existe el correcto (verter).
Copio lo que el lingüista español Manuel Seco dice en su Diccionario de Dudas de la Lengua Española:

VERTER:
Verter es un verbo irregular. Se conjuga como defender (defiendo-vierto; defiendes-viertes). Vertir: es incorrecto. Dígase: Verter (pág. 335).
 El muy conocido y consultado Diccionario Larousse dice que se conjuga como el verbo tender (y no registra “vertir”).
En cuanto a las acepciones de VERTER, tenemos: “Derramar líquidos. Esparcir. Inclinar una vasija para vaciarla. Traducir: verter un texto al español. Correr un líquido por una pendiente, etc.”

Veamos otros verbos que causan mucha dificultad:

ABOLIR:

Es verbo defectivo. Sólo son válidas las formas cuya terminación o morfema tiene la letra i. Ejemplos: abolimos, abolís, aboliría, abolirá…

ACOSTUMBRAR:

En el sentido de “soler”: tener costumbre, no debe llevar preposición, digamos: por las tardes, acostumbraba leer en el parque. Cuando se trata de crear hábitos en alguien (verbo transitivo), se construye con la preposición a: acostumbró a su hijo a acostarse temprano.

ADECUAR:

Hasta antes de la vigésima segunda edición del Diccionario de la Lengua Española (Real Academia Española) y de su publicación en 1999 de la “Ortografía de la Lengua Española”, existía la norma gramatical y ortográfica que recomendaba: los verbos terminados en CUAR y GUAR mantienen su diptongo. Decíamos: yo licuo (licuar); yo adecuo (adecuar) tú evacuas (evacuar) tú averiguas (averiguar). Según la nueva edición (2010) de la Gramática de la Lengua Española y la última edición (2011) de la Ortografía (743 pp.), esos mismos verbos pueden usarse con una tilde que disuelve el diptongo, (licúo, adecúas, evacúa).

RELEVAR:

(No “rielevar”). Sus acepciones son, entre muchas: exaltar, enaltecer, engrandecer, eximir, reemplazar, resaltar. Hablemos, entonces, de  hechos relevantes, y no “relievantes”, aunque en algunos países de América del Sur se emplee esta forma.

RECORDAR:

Este verbo suele emplearse mal. Se le confunde con acordarse de. Oímos decir: “recordar de”, “recordarse de”, formas no admitidas ni en la lengua oral ni en la escrita. Digamos: Ayer te recordé; o bien, me acordé de ti. ¿Recuerdas ese libro?; o también: ¿Te acuerdas de ese libro?

REFORZAR:

Verbo irregular, se conjuga como acordar. Se habla, entonces, de las circunstancias que refuerzan. (No: reforzan, como decía un alto empleado del gobierno en una entrevista radial).

TRASTROCAR:

En el sentido de cambio. Mudar el ser o estado de algo, dándole otro diferente del que tenía. Verbo irregular, se conjuga como  contar: trastrueco, trastruecas, trastruecas…

TRASTOCAR:

Trastornar, revolver. / Trastornarse, perturbarse. Verbo regular: trastoco, trastocas, trastoco.
……………………

IDIOSINCRASIA:

Según la etimología, el sufijo  cracia significa gobierno como: democracia, teocracia, burocracia, gerontocracia. Pero, como “idiosincrasia” es “la manera de ser propia de una persona”, y no tiene relación ninguna con “gobierno”, se escribe con s.

ALCALDE:

La ortografía trae como norma que son femeninos los nombres de mujer y los de sus oficios. Algunos sustantivos forman el femenino con las terminaciones: ora, esa, isa, iz. Ejemplos: gobernadora, duquesa, alcaldesa, sacerdotisa, emperatriz, poetisa. También  se han venido aceptando: asistenta, presidenta, ministra, dependienta… La palabra jefa también ha sido aceptada, pero no el femenino de “testigo”.


CARNÉ DE ESTUDIANTE:

Todas las mayúsculas, que lo requieran, deben llevar tilde. Sin ella, pueden significar algo distinto como en el caso de una cartelera en una universidad: “para tus diligencias necesitas carne de estudiante”; es, pues, diferente el carné de la carne. Carnet es un extranjerismo que ha sido aceptado con grafía (escritura) española: carné.

CORPUS:

(lat. Cuerpo) Conjunto, lo más extenso y ordenado posible, de datos o textos científicos, literarios, etc. que puede servir de base a una investigación

ENFRENTE: Locución prepositiva: enfrente de, delante de algo. Locución prepositiva: contra o en contra de algo o de alguien, en pugna... Locución adverbial: la parte opuesta, el punto que mira a otro, o que está delante de otro: La acera de enfrente.

EXILIO:

¿Por  qué tanto periodista habla de los “exilados” colombianos?  Del sustantivo exilio se forma el verbo exiliar. El participio de dicho verbo es exiliado, que hace los oficios de sustantivo o de adjetivo: los colombianos exiliados; los exiliados de Colombia. El verbo exiliar se conjuga como “cambiar”.

DEL:

No demos noticias anunciando que  “la autoridad diligenció el levantamiento de   el cadáver”. El modernismo nos ha hecho olvidar uno de los fenómenos fonéticos más importantes para la musicalidad del lenguaje; omitirlo es un error gramatical y ortográfico: es la llamada contracción o crasis que consiste en la fusión en una sola, de las dos vocales que se encuentran juntas. Son dos los casos: 
a) Dos vocales iguales: “de” “el” (preposición más artículo). Debe decirse y escribirse del
b) Dos vocales diferentes: “a” “el” (preposición más artículo). Debe decirse y escribirse al. Y es tal la extravagancia de algunos locutores de noticias que hasta en la fonética omiten usar las contracciones: AL   y   DEL.

A DONDE:

Se escribe en una sola palabra (adonde) cuando el antecedente está expreso: esa es la casa  adonde (sin tilde) vamos. Cuando el antecedente no se expresa, se escribe en dos palabras: ellos venían a donde tú estabas. Para usarlo en forma interrogativa (adverbio de lugar), sólo puede hacerse con verbos de movimiento, y se escribe en una sola palabra; además, lleva tilde: ¿Adónde se llevaron al niño?  ¿Adónde vas?

MACHACAR:

Golpear una cosa para quebrantarla. / Reducir una cosa sólida a fragmentos.

MACHACÓN:

Importuno, que repite las cosas con insistencia y pesadez.

MACHUCAR:

Herir, golpear con una cosa, maltratándose y causando alguna contusión.

MACHUCÓN:

Acción y efecto de machucar. Se dice: machacar la carne. Machucar los dedos.

AFRENTAR:

¿Por  qué el periodista dijo que el doctor se le afrentó cuando lo entrevistaba?
Afrentó: Acción y efecto de afrentar. Afrentar: Causar afrenta. Afrenta: Vergüenza y deshonor.

ENFRENTAR:

Afrontar. / Poner frente a frente. / Oponer. (Este verbo fue el que debió utilizar el periodista).

ESTAR DE ACUERDO CON:

Dice el artículo que el columnista está de acuerdo con el doctor de que hay que dialogar.  Cambiemos la preposición de  por en. Para deducir lo correcto, en este caso, formulemos la pregunta: ¿en qué está de acuerdo? Notemos que no se puede hacer la pregunta con la preposición de. (… de que…) ahí hay un vicio de construcción gramatical llamado dequeísmo. Este error gramatical consiste en el uso innecesario de la preposición  de  delante del pronombre relativo que. Recordemos: Una forma fácil de saber si se necesita la preposición de, es formulando la pregunta; si en esta queda incluido el de, es porque es necesario. No cometamos, pues, el error del estudiante universitario cuando en su trabajo dijo: investigando, descubrimos de que la verdad era otra. Preguntamos: ¿Qué descubrimos? Respuesta: Descubrimos que la verdad era otra (sobra el de).

PREPOSICIÓN  DE

(Necesidad de ella). En español hay unos verbos en cuyo uso es imprescindible la preposición de, tales como: estás convencida de que te quieren; debemos acordarnos de los amigos; solemos gustar de su conversación; no te das cuenta de que está presente; estamos seguros de que vendrá; es bueno olvidarse de las ofensas.

NOS, PRONOMBRE:

Una propaganda dice: “En estas Navidades hagámosnos firme propósito de perdonarnos”. Delante del pronombre  nos se pierde la S de la forma verbal en subjuntivo. Se dice y se escribe: unámonos, unámo-nos, en lugar de unámos-nos; hagámonos amigos, en lugar de hagámos-nos; vayámonos pronto, en lugar de vayámos-nos.- También se pierde la S delante del pronombre se: hagámo-se-lo (hagámoselo) confesar, en lugar de hagamos-se-lo confesar.

GERUNDIO.

Dice la noticia: “El avión estalló en el aire quedando sus restos esparcidos por el cerro”. Quedando es el gerundio del verbo quedar. En la anterior cita, dicho gerundio está incorrecto porque indica posterioridad; es decir, primero fue la acción de estallar y luego aparecieron los restos esparcidos.
El gerundio es muy difícil de emplear, casi siempre lo hacemos incorrectamente. Por eso, los gramáticos aconsejan construir las oraciones  sin él, excepto, cuando se esté muy seguro de su uso correcto. En la noticia debió decirse: El avión estalló en el aire y sus restos se esparcieron por el cerro.

HERIR:

Es lamentable que nuestro eminente profesor escriba: “En la esquina del Café, los sicarios matan siete personas e hieren a trece”.
Las conjunciones se designan hoy como monemas, utilizados para conectar palabras. La Y como conjunción copulativa – o conectivo-  sólo deja lugar a la copulativa E cuando la palabra siguiente empieza por  i o por hi  (sin diptongo).  Los ejemplos que trae el gramático Martínez Amador en su Diccionario de Gramática son muy claros: Fernando e Isabel; madre e hija. Nunca se usa en formas verbales como: Nieva y hiela, porque delante de palabras que llevan el diptongo hie  no puede emplearse la conjunción E. Debe decirse golpea y hiere; nieve y hielo; pintura valiosa y hierática.
Otra observación: En cuanto a la frase del profesor: los sicarios matan siete personas…. Ahí falta la preposición A,  porque “personas” es el complemento directo de la expresión, y cuando este complemento directo se refiere a seres humanos debe construirse gramaticalmente con la preposición A (los sicarios matan a siete personas…).

AGREDIR:

Hasta hace algunos años, la Real Academia Española sólo permitía, al conjugar este verbo, las formas que tuvieran la letra i: agredí, agredimos, agredirá, etc.
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE) en su vigésima segunda edición, están permitidas todas las formas verbales (agredo, agredes, agrede, agredimos, agredís, agreden).

AGUA:

Es una palabra de género femenino y, como tal, los adjetivos que la acompañen deben ser femeninos: aguas frías, agua limpia, esta agua, esa agua. Cuando se emplea en singular y con artículo, exige el masculino por ser ella una palabra que empieza por A acentuada: el agua sucia; un agua limpia. La misma construcción gramatical ocurre con otras palabras femeninas que también empiezan por A acentuada: el hambre, el águila, el alma, el arte, el ama de casa, el aura. Cuando estas palabras de género femenino se emplean en plural, exigen su natural artículo femenino: las hambres, unas hambres; las águilas, unas águilas; las almas; las artes; las amas de casa; las auras.

SATISFACER:

Es un verbo compuesto por el adverbio latino “satis” y el verbo latino “facere” que significan respectivamente: bastante y hacer. Se conjuga como el verbo hacer, anteponiendo la partícula “satis”: satisfago, satisfaces. En futuro se conjuga: satisfará, satisfarás, satisfará. En el pretérito, se dice: satisfice, satisficiste, satisfizo.

PREVER, PROVEER:

No hay que confundir el empleo de estos dos verbos. El primero significa pensar de antemano las medidas, las precauciones necesarias para hacer frente a lo que va a ocurrir. El segundo verbo es abastecer, suministrar, aprovisionar. Digamos: él prevé el mal tiempo, tú prevés, yo preveo. Él provee de alimentos, tú provees, yo proveo; nosotros proveemos, vosotros proveeis, ellos proveen.

PLEGAR:

Significa: Hacer pliegues, doblar. / Ceder. Someterse. Es verbo irregular y se conjuga como “apretar”: me pliego, te pliegas, se pliega (me someto, te sometes, se somete). O bien: pliego la hoja de papel para escribir mejor.

QUIEN:

Es un pronombre relativo que designa siempre a personas: ella es quien lo asegura.

QUE:

Es casi siempre un pronombre relativo que se refiere a cosas y a personas: ella es la que piensa así. La carta que escribiste.

SINO;  SI   NO:

Para saber cuándo escribimos sino (una sola palabra) y cuándo si  no (dos palabras), intentemos escribir inmediatamente después de la primera partícula una o varias palabras. Si las admite, se escribe separado, ejemplo: Si  no quieres venir (si no quieres venir). Si no admite otras palabras debe escribirse junto, ejemplo: No llamó sino que vino.

CON BASE EN:

Es lo correcto. Por eso, no debe decirse ni escribirse: Realizó el trabajo con base al tema signado.


AMERICANISMOS


SAMBA: Danza popular brasileña, de influencia africana.

PALETA: En América Central, México, Puerto Rico, República Dominicana es “polo” o helado.

TAMAL: En América: empanada de masa de maíz envuelta en hojas de plátano. También en América: lío, embrollo, intriga. En El Salvador y Nicaragua: ladrón (el que hurta, roba).

CHAMBA: En lenguaje familiar en América Central, Ecuador, México, es empleo, trabajo. En Colombia es zanja para limitar predios.

SANDUNGUERO: En lenguaje familiar: persona que tiene sandunga (gracia), gracioso.

CARIOCA: Natural de Río de Janeiro; relativo a esta ciudad. En Colombia: faja.

FONDA: En Bolivia, Chile, Cuba, Colombia, Ecuador, México y Perú: puesto o cantina donde despachan comidas y bebidas. Fondas rurales, camineras: además de comidas y bebidas, prestan servicio de alojamiento.

CHANGO: En Honduras: elegante (buen gusto para vestir). En Puerto Rico y República Dominicana: bromista, guasón. En Argentina: carrito para las compras. En México: mono o simio.

FRONDIO: (sin tilde) En Colombia (Boyacá, Cundinamarca, Santander, Tolima): persona desaseada, sucia.

FRONDÍO: (con tilde). En Colombia: malhumorado, displicente. En Colombia y México: sucio, desaseado, tosco.


CHICLE: En Colombia y Cuba: persona que molesta a otra por querer siempre estar en su compañía.

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